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p ar a l a
Homilía y guión para la Santa Misa
Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo
Ciclo C. Color: Blanco
29 de mayo de 2016
Año XX - Nº 1142
Aportes para la homilía
Bendijo los panes, se los dio,
y todos quedaron saciados
Gn 14, 18-20; Sal 109, 1-4;
1Cor 11, 23-28; Lc 9, 11b-17
De niños aprendimos que Jesús está
presente en el Sacramento de la Eucaristía,
y que son sus palabras en la Última Cena:
“Tomen y coman, esto es mi cuerpo” y “tomen
y beban, esta es mi sangre… háganlo siempre en memoria mía”. En la liturgia hacemos
memorial de su cuerpo entregado y su sangre
derramada, por eso, por los siglos anunciamos
y anunciaremos su muerte y proclamaremos
su resurrección hasta que él vuelva. Esta tradición se ha hecho espiritualidad del Cuerpo
y Sangre del Señor, por eso celebramos en un
día especial el Corpus Christi, como se suele
llamar tradicionalmente a esta fiesta, que está
relacionada con hacer pública la manifestación
de Jesucristo vivo en el pan que se consagra
en la misa y se conserva para la comunión
de los enfermos, viático para los moribundos
y la adoración. De ahí que hoy se hacen procesiones en su honor y se adora al Santísimo
Sacramento.
Este Sacramento es misterio de la fe
como cantamos luego de la consagración, fe
que no se reduce a asentir intelectualmente a una verdad sino que es creer en esa
presencia real de Jesús que debe llevarnos
a asumir activamente aquel mandato suyo
luego de lavar los pies a sus discípulos:
Ejemplo les doy para que se amen los unos
a los otros como los amo yo, entendiendo
que el hagan siempre esto en memoria
mía abarca la misa, la comunión y todo el
diario vivir.
Pensemos que nosotros estamos llamados
a hacer crecer y comprometernos con esta
fe. Cierta vez Jesús predicaba largamente al
pueblo, compadecido al verlo como ovejas
sin pastor. Los discípulos le advirtieron de la
hora y del estómago vacío de la gente, ante
lo cual Jesús multiplicó el pan y los pescados.
Un día, él mismo se haría Pan para saciar
nuestra hambre de vida y verdad, de caridad
y justicia, de esperanza y de paz. Al respecto,
¿pensamos en por qué Jesús inventó este
sacramento? Los sacramentos son signos
sensibles que, si estamos bien dispuestos,
entregados a Dios y también en paz y caridad con los prójimos, producen en nosotros
aumento de gracia y santidad tal como cuando
nos exponemos a los rayos benéficos del sol
o, ¡valga la comparación!, como un aparato
eléctrico que sólo funciona si se conecta a la
red de energía… Por eso, un texto eucarístico reza: ¡Oh sagrado banquete!, en el que
comemos a Cristo, hacemos memoria de su
pasión y muerte, entregado como pan que
se parte y comparte, y derramada su sangre
como se vierte el vino en una mesa fraterna,
nuestra mente se llena de gracia, aumenta
nuestra comunión con él y los hermanos, y es
prenda de la gloria futura, cuando Dios será
todo en todos.
En el “Catecismo de la Iglesia Católica”
encontramos abundante material de estudio
(Continúa en la p. 4).
Aportes - 1
Guión para la Santa Misa
1) Introducción
Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone
Nos congregamos hoy en torno al
nuestros pecados y nos lleve a la
altar del Señor para celebrar, hacer
vida
eterna. Amén
presente, lo que él hizo en la Última
Cena, cuando tomó el pan y el vino 4) Liturgia de la palabra
y haciéndolos sacramento de su Cuerpo
Primera lectura (Gn 14, 18-20):
y Sangre y nos mandó: tomen, coman y
Dios hace salir a Abraham de su
beban, esto es mi Cuerpo y esta es mi
tierra. En el camino debe vencer a
Sangre, hagan siempre esto en memoria
sus enemigos. Entonces, el sacermía.
dote Melquisedec bendice a Abraham y
Cantemos…
presenta a Dios la ofrenda de pan y vino.
Salmo responsorial (Sal 109, 1-4):
2) Saludo de bienvenida
Melquisedec era sacerdote del Altísimo,
¡Bienvenidos, hermanos! Es Jesús pero Jesús es el Sumo y Eterno Sacerquien nos da su bienvenida, pues dote. R. Tú eres sacerdote para siempre,
venimos a cumplir lo que nos a la manera de Melquisedec.
mandó la noche de la Última Cena: hagan
Segunda lectura (1Cor 11, 23-26):
siempre esto en memoria mía. Y aquí esSan Pablo nos recuerda la institución de la
tamos, queremos escuchar atentamente
Eucaristía y a los primeros cristianos que
sus palabras y alimentar nuestra fe y amor comenzaban a cumplir el mandato de Jecon su Cuerpo y Sangre sacramentados. sús: Hagan esto siempre en memoria mía.
¡Que Jesús esté siempre con ustedes!
Secuencia: A modo de alabanzas y
peticiones a Jesús Sacramentado, la litur3) Acto penitencial
gia propone un texto en forma de letanía
Antes de comulgar nosotros re- y como eco de cuanto hoy celebramos.
zamos: Señor, yo no soy digno de
Lectura del Evangelio (Lc 9,11-17):
recibirte en mi casa. Ciertamente, Lucas nos refiere la multiplicación de los
porque descubrimos nuestras infidelida- panes que Jesús realizó luego de pasar
des y falta de comunión con los herma- toda una tarde predicando y sanando ennos, pero el Señor tiene siempre la última fermos. Este milagro lo preanuncia como
palabra y su bondad nos perdona y salva. el Pan de vida.
Confiemos en su amor misericordioso.
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– Tantas veces prometemos firmemente no pecar más, pero nos
traicionan nuestras debilidades.
Señor, ten piedad.
5) Oraciones de los fieles
Hoy es la fiesta del amor del Señor
que se hace comida y bebida de
los que peregrinamos a la casa del
Padre Celestial. Pidámosle tener cada día
– Tú conoces, Señor, nuestro cora- más hambre y sed de su Cuerpo y Sangre
zón, tú conoces el fondo de nuestro sacramentados.
ser. Cristo, ten piedad.
A cada oración respondemos:
– Si tú, Señor, no nos salvas, ¿a quién
Danos vida nueva con la Eucavamos a recurrir? Señor, ten piedad.
ristía.

Aportes - 2
4 Volviste al Padre, pero sin abandonarnos: te quedaste en nuestros altares y
sagrarios hecho memorial y alimento
de vida eterna. Oremos…
sentimientos. Comulgar con Jesús
es ser hombres y mujeres de comunión, generadores de comunidad
allí donde los demás están desunidos
y
dispersos. Cantemos:
4 Y así, tendiste la mesa de tu palabra
y de tu pan y vino de vida y salvación
8) Despedida y bendición final
a lo largo y ancho del mundo y de los
Monición: Hemos escuchado las
siglos. Oremos…
palabras de vida eterna de Jesús y
4 Y cada día nos esperas ansioso por
hemos comulgado con su Cuerpo
llenarnos de tu verdad y santidad para y Sangre sacramentados. Ahora, nuestra
que podamos ser luz del mundo y sal acción de gracias debe prolongarse en la
de la tierra. Oremos…
semana, manifestando en todo, amor al
4 Te pedimos por quienes no te cono- Padre y caridad y solidaridad para con
cen y por aquellos que no comulgan los hermanos, muy especialmente siendo
contigo: para que nuestro testimonio testigos y multiplicadores de lo vivido y
muestre la alegría de amarte sacra- aprendido en esta eucaristía.
mentado. Oremos…
Bendición: Y seamos pan de unión
4 Y así podamos al fin sentarnos todos a para los demás con la bendición de Dios
la mesa de tu Padre en el cielo, felices Padre, Hijo y X Espíritu Santo. Amén.
por siempre de gozar plenamente de
Envío: Demos testimonio de la unión
su amor y su paz. Oremos…
con Jesús eucaristía. Vayamos en paz.
Jesús bendito, ¡qué amor tan
grande el tuyo: te hiciste comida
y bebida para peregrinos rumbo
al cielo. Hoy nos quieres testigos y
misioneros de tu amor y tu verdad.
danos hambre y sed de ti, para ser
testigos de unión contigo y comunión
eclesial. Amén.
6) Presentación de las ofrendas
¿Qué podríamos retribuir a quien
se adelantó a darnos todo lo bueno
y santo de su amor, todo lo justo
y puro de su verdad, todo lo que
puede imaginar un Dios que se hermana
con nosotros hasta la cruz, el altar y el
Sagrario? Él pide que nuestra ofrenda sea
de amor a Dios y al prójimo necesitado.
Presentemos el pan y el vino cantando…

7) Comunión
Comulgar con Jesús eucaristía es ser
UNO con él, con sus pensamientos y

El poder pacificador
de Jesús eucaristía
Gustavo E. Jamut
La lectura de estas páginas
te será de gran provecho,
para poder comprender,
con mayor entendimiento
y profundidad, el sentido
pacificador de la eucaristía;
y, además, aprender a vivir cada momento de
la celebración eucarística.
Para que vivas mejor la misa
Víctor Manuel Fernández
Este es un libro que explica
el sentido teológico y espiritual de cada una de las
partes y gestos de la misa,
pero sobre todo ofrece sugerencias muy prácticas para
poder vivir bien y gustosamente cada momento de la
celebración.
Aportes - 3
(Viene de la p. 1).
y reflexión sobre este bendito Sacramento, no
tan sólo para saber más sino, fundamentalmente, para creer mejor, para crecer en fervor
y devoción, también para que, sobre todo la
comunión, no se vuelva costumbre rutinaria
y vaya perdiendo eficacia. Jesús se quedó
en la Eucaristía para realimentar nuestra fe
y santidad. Él es el Pan Vivo bajado del cielo
que el Padre ofrece a todos para que quien
coma su carne y beba su sangre tenga vida
eterna y Jesús lo resucite el último día, ¡y
cuántos no comprenden el valor de la misa, la
comunión, Jesús en el Sagrario, la comunión
a los enfermos y todo lo que esto significa y
celebra! ¿Qué podríamos implementar para
revertir la situación?
Llegada la hora del retorno al Padre, sabiendo que iba camino a su cruz, reunió a sus
amigos en Última Cena y nos dio su Cuerpo
el Señor Jesús.
En memoria tuya, Cristo Redentor, vamos
a tu mesa en señal de amor.
Profundo misterio de amor y ternura, de
querer quedarse antes de partir, de dejar su
Sangre como alianza nueva, y darla en bebida
antes de morir.
“Tómenlo y coman pues esto es mi Cuerpo”, les dijo rompiendo en sus manos un pan;
“tómenla y beban pues esta es mi Sangre, la
que por ustedes he de derramar”.
“Y hagan lo mismo cuando se reúnan,
sabiendo que un día he de retornar, para convidarlos a beber unidos de aquel vino nuevo
que el Padre ha de dar”.
Por eso, inclinados, su Cuerpo adoramos,
y aunque nada vemos nos basta creer. El
antiguo rito ha dejado paso a su Sacramento,
Misterio de fe.
A ti, Jesucristo, te damos la gloria porque
tú nos diste el don del amor.
A ti la victoria, honor y alabanza, porque
estás sentado al lado de Dios.
Catequesis del Papa: Misterio de amor
La celebración eucarística es mucho más que un simple banquete: es precisamente
el memorial de la Pascua de Jesús, el misterio central de la salvación. “Memorial”
no significa sólo un recuerdo, un simple recuerdo, sino que quiere decir que cada
vez que celebramos este sacramento participamos en el misterio de la pasión,
muerte y resurrección de Cristo. La Eucaristía constituye la cumbre de la acción
de salvación de Dios: el Señor Jesús, haciéndose pan partido por nosotros, vuelca,
en efecto, sobre nosotros toda su misericordia y su amor, de tal modo que renueva
nuestro corazón, nuestra existencia y nuestro modo de relacionarnos con él y con
los hermanos. Es por ello que comúnmente, cuando nos acercamos a este sacramento, decimos “recibir la Comunión”, “comulgar”: esto significa que en el poder
del Espíritu Santo, la participación en la mesa eucarística nos conforma de modo
único y profundo a Cristo, haciéndonos pregustar ya ahora la plena comunión
con el Padre que caracterizará el banquete celestial, donde con todos los santos
tendremos la alegría de contemplar a Dios cara a cara.
Papa Francisco, Audiencia general (5/2/2014).
Aportes para la Celebración es un subsidio litúrgico preparado por el equipo de redacción de El Domingo, periódico religioso de
la editorial San Pablo, propiedad de sociedad de san Pablo (Paulinos). Riobamba 230, C1025ABF Buenos Aires, Argentina.
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Aportes - 4
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