BOABDIL FRANCÉS En esta ocasión me gustaría proponerles un

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BOABDIL FRANCÉS
En esta ocasión me gustaría proponerles un ejercicio de imaginación. Por un
momento, pensemos que nos encontramos en un pueblo del sur de Francia, en el cual,
según cuenta la historia se produjo el último hecho por parte de los árabes durante la
Reconquista. Es decir, les propongo que asemejemos Adra con un pueblo inventado de
Francia.
Todos sabemos o hemos oído decir, que el último reducto de los árabes en
España fue Adra y que por sus costas el rey Boabdil abandonó la península y según
cuenta la leyenda arrojó su espada en nuestras costas. Provenía de la alpujarra
almeriense, haciendo el recorrido por los pueblos de Laujar de Andarax, Fondón, Berja,
etc. Este camino era lógico pues en Adra estaba la salida más cercana al mar.
Si preguntamos en el resto de España, posiblemente salvo algún estudioso del
tema, no sabrían decirnos que el último punto de salida fue Adra. Con esto quiero decir,
que nos vendemos muy mal.
Pensemos ahora en el pueblo francés; imaginemos que Boabdil era francés y
todo ocurrió en Francia. No creo que alguien dude, que en ese pueblo imaginario habría
a su entrada una estatua de varios metros de altura del rey moro arrojando su espada al
mar, que por todos los rincones relacionados habría alusiones al hecho, que habría una
ruta a seguir debidamente señalizada, que se conmemoraría todos los años el hecho
haciendo una recreación teatralizada, y que por supuesto, en todos los libros de texto
franceses se estudiaría que Boabdil arrojó su espada en ese lugar.
El hecho puntual de tirar la espada, no debe cegarnos en dar importancia solo a
esta acción. Quiero decir con esto, que lo mismo que hacen los franceses, ingleses,
belgas, estadounidenses, etc. con su historia sintiéndose orgullosos de ella, debería
hacernos recapacitar para sentirnos tan orgullosos o más (porque tenemos más historia
que muchos de esos países) y poner en valor los hechos pasados que tanto han influido
en nuestra historia actual.
Seguro que a muchos de ustedes les suena la batalla de Waterloo, la batalla de
Inglaterra, o la de Little Big Horn tantas veces llevada al cine; y también seguro que les
suena menos la batalla de las Navas de Tolosa, la batalla de Clavijo, o quizá un poco
más la batalla de Lepanto.
Si uno va a Londres, en Trafalgar Square (su nombre ya lo indica todo) veremos
en el centro, una estatua impresionante del almirante Nelson que venció a franceses y
españoles en las costas cercanas a Cádiz en la batalla de Trafalgar. ¿Alguien recuerda
quien mandaba la armada española en la batalla de Lepanto? Aún diría más, ¿Qué
porcentaje de españoles sabría situar Lepanto en el mapa? Las respuestas se las dejo a
ustedes.
El hecho de poner en valor nuestra historia, no hace sino enriquecernos como
pueblo, de situarnos en el mapa, de sentirnos parte del pasado, y por supuesto de crear
riqueza a través del turismo.
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