MATERIALES PARA LA CATEQUESIS, FORMACIÓN Y PREDICACIÓN A ADULTOS Y NIÑOS SOBRE LA BEATIFICACIÓN DE VALENTIN PALENCIA Y COMPAÑEROS COMISIÓN DIOCESANA PARA LAS BEATIFICACIONES ARCHIDIÓCESIS DE BURGOS 2016 Comisión para las beatificaciones Archidiócesis de Burgos MATERIALES PARA LA CATEQUESIS, FORMACIÓN Y PREDICACIÓN A ADULTOS Y NIÑOS SOBRE LA BEATIFICACIÓN DE VALENTIN PALENCIA Y COMPAÑEROS A la comisión diocesana para la beatificación de Valentín Palencia y compañeros le ha parecido oportuno enviaros a los sacerdotes este conjunto de materiales, con el fin de que deis a conocer las figuras de estos grandes cristianos. Se trata también de animar al mayor de número de personas a que participen en la celebración de la beatificación, que tendrá lugar, D. m., el 23 de abril en la Catedral, con la presencia del Cardenal Angelo Amato. Estos materiales los podéis presentar tanto antes como después de la beatificación. De suyo sería lo lógico hacerlo antes. Una petición: es importante no dejar en sombra a los cuatro colaboradores de Don Valentín, pues con frecuencia nos centramos en el sacerdote y los olvidamos. Ellos fueron mártires, también, con igual heroísmo que él, con la peculiaridad de que son laicos y jóvenes. Hemos de decir también que tenemos programados algunos actos que pueden tener alguna conexión con estos materiales. - Una conferencia a cargo de Saturnino López Santidrián, para el jueves 21 de abril en Burgos. - Un ciclo de tres charlas, a cargo de especialistas de la UBU, en Burgos, para mediados de mayo, sobre la pedagogía, el momento histórico y la caridad. - Un recorrido o itinerario por los lugares donde vivió don Valentín. - Tenemos noticia de un encuentro de coros parroquiales del arciprestazgo del Vena, para el día 7 de mayo, homenajeando a los mártires. - Durante los días previos a la beatificación y durante la noche blanca se expondrán en el Seminario los dibujos del concurso convocado por el Seminario Estos materiales se pueden utilizar para dos tipos de intervenciones: - De tipo litúrgico (homilías, etc.) - De tipo catequético (conferencia o reunión en pequeño grupo con diálogo) A) Sugerencias para el guión de una conferencia Os sugerimos que preparéis vosotros mismos una conferencia dirigida a vuestra parroquia, o pueblo, o comunidad. Darlo difusión con carteles, redes sociales, etc. El título de la conferencia puede ser uno de éstos: Valentín Palencia y compañeros, caridad, pedagogía, martirio. O bien: Ante su beatificación, significado de Valentín Palencia y compañeros para nuestra actualidad. O bien: Los nuevos beatos de Burgos: testigos de un gran amor. Proponemos aquí lo que podría ser la conferencia. Aportamos también en el apéndice, otros materiales que pueden ayudar a completar algún dato. Se puede ambientar el lugar de la conferencia poniendo el cartel oficial de la beatificación. También se pueden llevar libros “De Burgos al cielo” para su distribución entre los asistentes. 2 - Saludos. - Dentro de unos días (o bien, hace unos días) en nuestra diócesis de Burgos van a ser (o han sido) beatificados Valentín Palencia y los educadores que le ayudaban en su tarea. ¿Qué sabemos de ellos? ¿Cuál es el significado que tienen para nosotros hoy? Ha coincidido que el año en el que son beatificados es el año de la Misericordia. Este año lo ha convocado el papa Francisco desde diciembre de 2015 hasta noviembre de 2016 para que toda la Iglesia reflexione, celebre y viva la misericordia. Y es que don Valentín era tan caritativo que se llegó a decir que “era todo misericordia”. ¿Cómo nos puede ayudar la figura de Valentín y sus educadores a vivir hoy la misericordia? ¿Tiene algo que decirnos a nosotros, hombres y mujeres del siglo XXI? Esta conferencia la voy a estructurar en las siguientes partes: comenzaré relatando una biografía breve de estos cinco nuevos beatos. Después me detendré en tres aspectos de los beatos, en especial de Don Valentín: su haber sido educador; su caridad o dimensión social; y el hecho de haber sido mártires. Finalmente desarrollaré sus virtudes. 1. BIOGRAFÍAS Valentín Palencia Marquina nace el 26 de julio de 1871. Hijo de Cipriano, de oficio zapatero, y de Victoria. Bautizado en la parroquia de San Esteban el 27 de julio y confirmado en San Nicolás el 9 de noviembre de 1871. Fue monaguillo en la parroquia de Santiago (catedral). (En aquella época, la capilla de Santiago que hoy es museo era parroquia). A los 13 años comienza los estudios eclesiásticos en el Seminario de San Jerónimo (Humanidades, Filosofía y Teología), siempre de externo por falta de medios económicos. Durante los diez cursos, 18841894, obtiene notable de calificación media y dos años obtuvo sobresaliente. Su párroco lo califica de «joven ejemplar, aficionado a las cosas de la Iglesia, muy amante de los niños, a quienes procura instruir y educar cristianamente». El 1 de febrero de 1896 estrena su ministerio sacerdotal en la parroquia de Susinos del Páramo hasta el año 1898, en que inicia su actividad caritativa y social en la capital, recogiendo niños huérfanos, marginados y desvalidos. Fue el cardenal Fray Gregorio María Aguirre quien lo nombra director, capellán y profesor del «Patronato de San José para la enseñanza y educación de niños pobres», ubicado en la actual iglesia de San Esteban. En dicho centro llegó a cobijar a 110 muchachos, 40 internos y unos 60 o 70 externos, a los que ayudaba, también, en un comedor de invierno. Soportaba horarios extenuantes con gran confianza en la Providencia. Nutría su espiritualidad en el modelo del hogar de Nazaret, ofreciendo a los más desprotegidos y con más futuro –los niños– instrucción y afecto. A pesar de las carencias, nunca rechazó a nadie en el Patronato. Su única exigencia es que fueran realmente necesitados. En momentos de apuro repetía «San José no me abandona». Los alumnos recordaban su amable trato. Dicen de él que «era misericordia». Con todo necesitado fue en extremo dadivoso. Con constancia y una impresionante laboriosidad, va sorteando dificultades y dando prestigio al colegio. En aprecio a don Andrés Manjón se agrega a las Escuelas del Ave María, teniendo muy arraigada la espiritualidad de la Sagrada Familia. Su secreto para poder conducir a tantos niños era la pedagogía activa y una educación en la responsabilidad. Procuraba que la instrucción fuese alegre para hacer hombres de provecho y orientarles hacia el amor de Dios. 3 Dormía en el mismo colegio, enseñaba a los niños a rezar, a estudiar, a ejercitarse en oficios manuales y jugaba con ellos. Soñaba con una escuela profesional, pero tuvo que conformarse con un pequeño taller. Refuerza la instrucción escolar con dibujo para la habilidad manual; teatro para educar en la expresión, y música para refinar el espíritu. Tenía un coro y formó una banda de música, actuando en conciertos y procesiones. Don Valentín también fue capellán de la capilla del Santo Ecce Homo y San Enrique de la catedral, así como hermano espiritual de la cofradía de Santa Lucía y de la de San José del Círculo. Fundó, en el Patronato, la cofradía de la Sagrada Familia. Por su labor humanitaria, el Gobierno le concedió en 1925 la Cruz de Beneficencia con distintivo blanco. Por un accidente, se le incendia el edificio y lo reconstruye a base de limosnas en menos de un año. Rechaza cargos, silencia otro distintivo aún más significativo (19 de marzo de 1927) y hace un testamento de profunda humildad: «La dicha por la que siempre ha suspirado mi alma es dar mi vida por Él…» En verano, a un grupo de sus músicos y a los niños pequeños que no tenían dónde ir, los llevaba a descansar a la playa de Suances, donde se les recibía con gozo. Pero el 18 de julio de 1936 se declaró la Guerra Civil. La iglesia fue convertida en garaje y le prohibieron celebrar la misa a partir de la Asunción de la Virgen (15 de agosto) teniendo que celebrar la eucaristía en un rincón de su habitación, así seguía atendiendo a los enfermos y llevando la comunión a las monjas Trinitarias. Un alumno indisciplinado, por no haber recibido la propina de una peseta de plata, lo acusó al Frente Popular de Torrelavega. La noche anterior reservó una hostia consagrada para comulgar antes de que lo mataran. Seis muchachos mayores fueron llamados a declarar y cuatro desearon acompañarlo, entregando su vida por Cristo en el monte Tramalón de Ruiloba (Cantabria) el 15 de enero de 1937. El ayuntamiento de Burgos, al recibir la noticia, hizo constar en el acta el sentimiento de la Corporación Municipal por la muerte «del virtuoso sacerdote y apóstol de la caridad cristiana» y en 1941 le dedicó una calle. (Saturnino López Santidrián, tomado de la web archiburgos, sección Beatificaciones) DONATO RODRÍGUEZ GARCÍA Nació en Santa Olalla de Valdivielso el 27 de enero de 1911, hijo de Diego y Basilia. Caminaba con muletas a causa de la poliomielitis por lo que fue recibido en la casa de Asilo de Burgos, posiblemente para estudiar música. Al acabar sus estudios, don Valentín Palencia se interesó por él y le encargó tomar las funciones de maestro en el Patronato de San José, “estando muy contentos los niños con él”, según testimonio del propio Palencia. En 1934 recibe el diploma de capacidad en la enseñanza de piano por el Conservatorio Nacional de Música y Declamación. Llegó a ser el director de la banda de música que Don Valentín creó en el Patronato. Uno de sus alumnos aseguraba de él: “era un buen pedagogo; parecía que te hipnotizaba, te transmitía su ilusión. Enseñaba solfeo, de suerte que nosotros leíamos con gran facilidad las partituras a primera vista. Era muy cariñoso; nos reprendía con la mirada si nos distraíamos”. Los testimonios que de él nos han llegado lo describen como “un niño normal que jugaba y se divertía como un amigo más de sus amigos”. Otros han asegurado que “era muy listo y muy buena persona; además muy generoso y desprendido, daba todo lo que tenía”. Durante su viaje estival a Suances, junto a Valentín y otros niños del Patronato de San José fue hecho prisionero. “Los milicianos le dijeron: “Si te quitas el crucifijo, no te mataremos”, pero él dijo que no se lo quitaba. Y, también, que quería ser fiel a Don Valentín y que correría la misma suerte que le tocaría a él”. (En Sembrar, nº 1038) 4 GERMÁN GARCÍA GARCÍA. Nació en 1912 en Villanueva de Argaño. Sus padres eran Alejandro y Marcelina, naturales de la misma localidad y labradores. En 1923, ingresó como junior en el colegio de los hermanos Maristas de la Enseñanza de Arceniega (Alava). Al curso siguiente es trasladado al colegio de Gruliasco en Turín (Italia). En 1927 hace el postulantado y noviciado, llegando a realizar el escolasticado en 1929. En 1930 es enviado a Río de Janeiro, donde da clases hasta causar baja por enfermedad y regresa a Burgos. En 1933, dados sus conocimientos de idiomas, comienza a trabajar en un hotel de la capital, y al año siguiente se ofrece voluntariamente a prestar sus servicios en el Patronato de San José, que dirigía Valentín Palencia. Tocaba, además, el clarinete. En 1936 fue a veranear con sus compañeros del Patronato a Suances, donde fue sorprendido por la guerra. El 15 de enero de 1937, junto con Valentín y sus compañeros fueron asesinados. (En Sembrar nº 1040). ZACARIAS CUESTA CAMPO Nace el 10 de junio de 1916 en Villasidro. Se quedó cojo a los cinco años, por lo que fue recibido en el Patronato de San José, aprendiendo música y zapatería, siendo una de sus aficiones la buena caligrafía. Sus padres eran unos piadosos labradores, cuyos 6 niños iban juntos a rezar el rosario o la santa misa. Era un joven responsable, servicial y muy previsor, por lo que ayudaba mucho en los quehaceres del centro. En su temperamento observador también previó su muerte, diciendo a Asunción Pechero: “Mira, Asun, estamos en peligro, nos van a matar”, subiendo valientemente hasta la Casa del Pueblo. (En S. López, Don Valentín Palencia Marquina, el cura de los niños pobres y huérfanos, BAC, p. 296). EMILIO HUIDOBRO CORRALES Nació el 9 de agosto de 1917 en Villaescusa del Butrón. De constitución fuerte y un auténtico “líder”, de pelo castaño, un poco bizco de un ojo. Noble y cariñoso, participaba con agrado en los actos religiosos, como indican testigos de su pueblo. Adquirió tal afición musical que tocaba casi todos los instrumentos de la banda: trompeta, bombardino, trombón, etc. El y otro hermano, que no se adaptaba a la disciplina, fueron llevados al Patronato por su abuelo materno, porque, al morir muy joven su padre, la madre se casó con otro que les trataba mal, especialmente después de morir, también, la madre. Por eso nos dice su prima doña Aurora Corrales: “Emilio estaba muy contento y muy agradecido a Don Valentín”. Uno de los alumnos recuerda que “además nos daba lecciones, aparte, de geometría”. Otro de ellos hace esta descripción: “una persona de gran humildad, física y moral. Muy alegre. Pacificador: cualquier discusión la apaciguaba. Era muy respetado. Hacía las suplencias en la dirección de la música. Era muy religioso. La verdad es que todos íbamos a misa, y ellos eran los principales ayudadores de la convivencia”. (En S. López, Don Valentín Palencia Marquina, el cura de los niños pobres y huérfanos, BAC, p. 296) Nota: Si se juzga conveniente y se tienen medios, se puede proyectar en este momento el video realizado por el Seminario (dura un minuto). La dirección está indicada en la sección “filmografía” de esta publicación. 2. LA EDUCACIÓN Don Valentín animó una institución educativa durante largos años. Era el “Patronato de San José para la educación y primera enseñanza de niños pobres”. La educación es una marca de estos cinco mártires, pues los cuatro jóvenes que le acompañaban realizaban una tarea o bien de maestros, o bien de lo que hoy llamamos monitores o animadores. 5 2.1. La importancia de la educación en la vida de las personas El ser humano nace desvalido. Necesita ir creciendo con la ayuda de los demás, principalmente de los padres, pero también de toda la sociedad. La persona tiene que ir adquiriendo el patrimonio cultural en el que se desenvolverá. Pero la persona nace también con capacidades dormidas, o por desarrollar. Los padres o la misma persona podrán elegir unas u otras capacidades, pero siempre necesitará algún tipo de tutor, de enseñanza, de orientación. La labor educativa es básica para la sociedad. Llamamos educación al “conjunto de acciones y comportamientos dirigido a promover el desarrollo de la persona humana, que atiende a las múltiples dimensiones de la vida del hombre (física, moral, social, intelectual, religiosa) y que tiene como meta la realización cada vez más plena de la conciencia y del dominio de sí mismo, junto con la capacidad de comunicar y cooperar con las demás personas” (G. M. Salvati, Educación, en Diccionario Teológico enciclopédico, Verbo Divino, Estella 2003). 2.2. El cristianismo tiene mucho que aportar en la tarea educativa Los cinco nuevos beatos fueron educadores cristianos. La educación del hombre no es igual que la catequesis ni que la evangelización. Una cosa es educación y otra cosa es catequesis. Pero el cristianismo tiene un gran potencial educativo. Dar la espalda al cristianismo en la dimensión educativa es cuando menos una torpeza. Hoy en nuestra sociedad hay tendencias laicistas que pretenden marginar totalmente al cristianismo de la enseñanza. Profundo error, puesto que los valores inspirados en el cristianismo forman de manera decisiva a la persona. 2.3. ¿Dónde se inspiró Don Valentín para su pedagogía? Don Valentín Palencia tomó muchas de las ideas pedagógicas del Padre Manjón. Se sentía en comunión con él. En 1903 se agregó a las escuelas del Ave María. A su vez, hay que enmarcar a don Andrés Manjón dentro del movimiento pedagógico llamado “escuela nueva”. Don Andrés Manjón es una figura representativa de la escuela nueva. “La Escuela Nueva surgió como reacción contra los viejos sistemas educativos del siglo XIX. A estos sistemas tradicionales, pasivos y receptivos se les condenaba por conceder la primacía a los móviles extrínsecos: la coacción, la obediencia y la disciplina exterior. Frente a estas características se impuso la Escuela Nueva sosteniendo que la actividad educativa debía responder a las necesidades, deseos, espontaneidad, libertad y disciplina interior del alumno, abogando por la expresión, producción, movimiento y trabajo” (Elsa Casanova, Para comprender las ciencias de la educación, Verbo Divino, Estella 1991, 104). Andrés Manjón nació en Sargentes de la Lora (Burgos) en 1846 y murió en Granada en 1923. Hombre bueno, compasivo, abierto y sencillo, también brilló por su erudición, por su profundidad y por su capacidad de síntesis. Canónigo del Sacro Monte de Granada y catedrático de Derecho sintió que una profunda vocación educadora bullía en su alma y a ella sacrificó sus demás inquietudes y sus posibilidades de brillo humano. La educación de los niños de los alrededores de Granada fue su ilusión. 6 El P. Manjón se alza en la historia de la pedagogía como un auténtico genio, lleno de intuiciones, entusiasta y positivo, cordial en sus proyectos y dinámico en sus realizaciones. Fue pedagogo con alma de maestro y científico con ideales de apóstol. Fue el soñador que supo partir del más eficaz de los realismos (Pedro Chico, Diccionario de catequesis y pedagogía religiosa, Monte Carmelo-Bruño). Para Manjón educar es cultivar y desarrollar los gérmenes de perfección física y espiritual que Dios ha puesto en el hombre. Educar es ayudar al hombre a alcanzar su perfección psicológica y física en relación a su doble destino temporal y eterno. “En 1889 don Andrés Manjón puso en marcha sus Escuelas del Ave María, regentadas por sacerdotes seculares y dedicadas a las clases más humildes. El instinto de D. Andrés le llevó a elaborar unos métodos de enseñanza activa y densamente humana en la que el juego, la canción, la oración, el deporte, la práctica y todo lo que sabía a espontaneidad y humanidad ocupaban el puesto de honor. No es caso insistir en lo que ello significó en la formación integral de los que parecían condenados a no poder recibir ninguna formación. Tuvo seguidores y de gran categoría” (Lorenzo Galmés, Testigos de la fe en la Iglesia de España, Bac, Madrid 1982, 153). 2.4. Sugerencias sobre educación hoy. Don Andrés Manjón, el padre Poveda y otros, fueron grandes pedagogos y educadores cristianos que quisieron aportar a la sociedad de su tiempo un plus de visión cristiana. Entonces como hoy, muchos se empeñan en que el cristianismo esté totalmente ausente de la educación, y por ende, de toda la vida pública. La educación de las nuevas generaciones no puede estar exclusivamente orientada por ideas horizontalistas, cerradas a lo trascendente, porque es condenar a las personas a la unidimensionalidad de lo material. El ser humano tiene una dimensión espiritual que va más allá de producir y disfrutar en la vida. Los valores humanos, iluminados por los valores cristianos ayudan a la persona a ser feliz y a desarrollarse plenamente. El Estado no debe acaparar la educación. Esto nos conduciría a la peor de las dictaduras. Hoy hay un peligro real de que en España se margine lo religioso de la vida pública, social y educativa. No es cierto que la educación pueda ser neutra. Sí es posible que en los centros educativos y en la vida social podamos convivir, pero no eliminando las raíces históricas, filosóficas, no privando a gran número de personas de su patrimonio social, cultural, filosófico, religioso, que por otro lado ha contribuido de modo decisivo a configurar nuestro modo de vivir. “Es de notar, también, cómo los profundos cambios afectan a la función social, que desde siempre han venido desarrollando las instituciones de enseñanza. Aunque felizmente hoy acceden a los diversos niveles educativos amplios sectores de la sociedad, puede constatarse una pérdida de influencia de la escuela frente al peso de otras instancias en la transmisión de la cultura. La cultura predominante se ha tecnificado, modificando de raíz los presupuestos doctrinales en la formación de los alumnos. De una concepción humanista se ha pasado a un aprendizaje de las ciencias y la tecnología. La educación no se concibe ya solo, ni principalmente, como educación para el perfeccionamiento personal del individuo, sino, ante todo, como una preparación para la vida profesional. La crisis en la transmisión de valores y saberes, así como el empeño excesivo por unas metodologías donde prima el activismo, han sido determinantes en la evolución de la educación. A ello hay que unir el empeño por la deconstrucción de lo existente, que ha llegado a desechar todo valor que pudiera 7 ser considerado como tradicional o antiguo. Así, el esfuerzo, la memoria, el sacrificio y, sobre todo, el sentido de la vida han sido eliminados de la educación escolar. En este contexto, la dimensión trascendente de la persona humana, elemento fundamental de la educación integral, resulta anacrónico, cuando no es excluido y combatido en el quehacer escolar. Como consecuencia, la enseñanza religiosa pasa a un segundo o tercer plano en el aprendizaje” (Conferencia Episcopal Española, Orientaciones pastorales para la coordinación de la familia, la parroquia y la escuela en la transmisión de la fe, número 25, Madrid 2013). Monseñor Fisichella, desde la congregación para la nueva evangelización insiste en que no se debe marginar el cristianismo en la vida cultural, y por lo tanto en la educación, que es transmisión de cultura: “Se quiere construir una Europa independiente del cristianismo y, en algunos casos, incluso en contra suya. Sin embargo, el cristianismo es una condición obligatoria para entender coherentemente la historia y la actualidad de estos países. La elección de la neutralidad con respecto a la religión es el método más dañino que se pueda imaginar. Las religiones no pueden ser todas ellas iguales para Occidente. No estamos en una noche oscura donde no se distingue nada. La primacía de la razón, conquistada a lo largo de siglos, no puede nivelarse ahora sobre un igualitarismo de arenas movedizas que impida dar voz a la fuerza crítica. Esta está llamada a discernir entre las religiones y a optar por reconocer sus propios orígenes, así como la aportación recibida del cristianismo. Vivir en la indiferencia, en el agnosticismo o en el ateísmo no solo no consentirá llegar a una respuesta sobre el tema fundamental del sentido de la vida, sino que tampoco permitirá lograr el objetivo de la unidad efectiva de las naciones. (…) No alegamos ningún derecho legítimo de primogenitura sobre las diversas conquistas conseguidas a lo largo de estos siglos y que no marcan solo la historia de Occidente. Sin embargo, no deseamos que otros se adueñen de ellas, llegando incluso a negar nuestra originalidad y nuestra contribución. Si recordamos estos hechos, y la lista podría prolongarse con muchos otros, es solo para corroborar que el cristianismo no es una traba en el progreso de la sociedad, sino la condición de su verdadero desarrollo (…). La laicidad, como se ha ido verificando cada vez más en estos años, no es la exclusión del cristianismo, sino la escucha de cuanto él puede ofrecer como su contribución peculiar. Aceptarlo o rechazarlo será una elección que el legislador tendrá que valorar, no para conseguir un posible puñado de votos al final de la legislatura, sino para el bueno gobierno del Estado y para la formación cultural integral de las generaciones futuras” (R. Fisichella, La nueva evangelización, Sal Terrae, Santander 2012, 43-45). 3. LA CARIDAD La obra de Valentín Palencia fue una obra social, de beneficencia. Buscaba atender a los niños pobres de Burgos. Todo esto nos da pie para hacer un breve recorrido sobre la importancia de la caridad. 3.1. La caridad en la vida de la Iglesia La caridad en la Iglesia no es un añadido, sino algo que pertenece a su entraña. Cristo dijo: Amaos unos a otros como yo os he amado. Desde los comienzos del cristianismo, la caridad ha estado presente. 8 “Los cristianos testimonian la caridad de la Iglesia, derivada de la caridad de Cristo, como comunidad de amor. Y esto no lo hacen los creyentes sólo porque hay necesidades, sino por mandamiento del Señor. A lo largo del tiempo, la Iglesia ha ejercido su función pastoral caritativa de muy diferentes maneras. La primera ayuda caritativa cristiana nació junto a la Eucaristía (cf. Apostolicam Actuositatem 8). Los Apóstoles instituyeron pronto a los diáconos como ayudantes del servicio del altar y de los pobres, a saber, de una doble mesa. Pero no se circunscribió la caridad a la propia comunidad, sino que trascendió, por medio de las colectas, a otras iglesias o comunidades pobres (Rom 15, 25; 2 Cor 8, 2; 9, 1). Esta caridad, entendida como un servicio social, fundada en la diaconía del Señor y de su reino, y que forma parte de la liturgia dominical, es un testimonio de la iglesia primitiva, incluso con los paganos. En la época patrística nacieron las primeras casas cristianas destinadas a la caridad con los enfermos o peregrinos. En el siglo V apareció la primera organización caritativa parroquial, que decayó en el siglo VIII. Los señores feudales, las hermandades y gremios se ocuparon del servicio caritativo, y a partir del s. XII aceptaron esta función los organismos civiles, aunque ayudados por las órdenes religiosas y comunidades cristianas. En el siglo XVIII fue decisiva la fundación de las hijas de la Caridad por San Vicente de Paúl. Pero la revolución francesa y la secularización posterior dificultaron la buena marcha de las organizaciones caritativas cristianas, aunque, por otra parte, dieron lugar a que la sociedad civil se responsabilizara de los servicios sociales, apremiantes con el advenimiento de la era industrial y la expansión de las grandes ciudades. La caridad aislada y paternalista decae en nuestro siglo. Es necesario dar a la caridad un sentido social. (…) Cáritas española nació en 1942 bajo la denominación de Secretariado nacional de Caridad y fue erigida canónicamente en 1960, como entidad benéfico-social de la Iglesia en España” (C. Floristán, Cáritas, en Diccionario abreviado de pastoral, Verbo Divino, Estella 1988). 3.2. Vivir la caridad hoy. Las formas de la caridad van cambiando con el transcurso de los siglos. Hoy no tiene sentido una caridad meramente asistencial, que no busque la promoción integral de la persona. No hay que dar pescado, sino enseñar a pescar. Nos dicen nuestros obispos que la caridad en la Iglesia deber promover el desarrollo integral de la persona y afrontar las raíces de las pobrezas: “El aumento de la pobreza en esta crisis ha obligado a las instituciones de la Iglesia a dar una respuesta urgente de primera asistencia -reparto de comida, ropa, pago de medicamentos, de alquileres y otros consumos-que considerábamos ya superadas en nuestro país. Estos servicios de beneficencia se han multiplicado tanto que en ocasiones han restado tiempo y disponibilidad para poder atender a tareas tan importantes como el acompañamiento y la promoción de la persona. Este segundo nivel de asistencia, junto con la erradicación de las causas estructurales de la pobreza, constituyen las metas superiores de nuestra acción caritativa” (nº 46). “La pobreza no es consecuencia de un fatalismo inexorable, tiene causas responsables. Detrás de ella hay mecanismos económicos, financieros, sociales, políticos...; nacionales e internacionales. «Un enfrentamiento lúcido y eficaz contra la pobreza exige indagar cuáles son las causas y los mecanismos que la originan y de alguna manera la consolidan». Debemos hacerlo movidos 9 por la convicción de que la pobreza hoy es evitable; tenemos los medios para superarla. Los principales obstáculos para conseguirlo no son técnicos, sino económicos y políticos. “Mientras no se resuelvan radicalmente los problemas de los pobres, renunciando a la autonomía absoluta de los mercados y de la especulación financiera y atacando las causas estructurales de la inequidad, no se resolverán los problemas del mundo y en definitiva ningún problema. La inequidad es raíz de los males sociales” Debemos asumir todos la propia responsabilidad, a nivel individual y social, las naciones desarrolladas y las naciones en vías de desarrollo” (nº 48) (Conferencia Episcopal, Iglesia, servidora de los pobres, Madrid 2015). En este sentido, tenemos que entender la práctica de las obras de misericordia, de las que estamos hablando en este año de la misericordia. 4. EL MARTIRIO 4.1. Los mártires, testigos del amor y de la fe De los nuevos beatos, Valentín Palencia, sobre todo, podría haber sido beatificado por su labor educativa y caritativa, o lo que se llama técnicamente, por vía de virtudes. En su vida hay suficientes elementos como para considerarlo ejemplo de vida cristiana. Sin embargo, en ellos cinco, su muerte martirial, es determinante en su beatificación (por vía de martirio). ¿Cuál es significado del mártir? ¿Qué es un mártir? El martirio es el testimonio mayor de la verdad de la fe: “El martirio es el supremo testimonio de la verdad de la fe. Designa un testimonio que llega hasta la muerte: el mártir da testimonio de Cristo, muerto y resucitado, al cual está unido por la caridad. (Catecismo de la Iglesia Católica 2473). El martirio es una manifestación de amor a Dios sobre todas las cosas. Los mártires de los primeros siglos no cedieron ante la posibilidad de adorar a “otros dioses” y negar a Dios. Hoy hay otros ídolos en nuestra sociedad actual. Se diviniza a lo que no es Dios: el poder, el placer, la raza, el estado, el dinero, etc. Podemos afirmar que el mártir es la persona que: - Da la vida por Cristo y ama la vida. Su muerte no es fruto del desprecio a la vida o de una entrega fanática a alguna causa. Es consecuencia del amor a una persona, Jesucristo. - Asocia su muerte a la de Cristo. Y por tanto, acoge el sufrimiento y, uniéndolo al de Jesús en la cruz, convierte el sacrificio en oblación y la vida en ofrenda permanente. - Vive y muere con las mismas actitudes que Cristo. Entre ellas destacan el amor y el perdón. - Es modelo para los cristianos. Su vida nos muestra cómo se puede ser cristiano en cualquier circunstancia como luz en las tinieblas y sembrador de paz y de reconciliación. - Se convierte en semilla de cristianos por el derramamiento de su sangre. Cristo, modelo y causa de todo martirio. Jesús es el prototipo de los mártires. Sufrió y murió, dando la vida. Únicamente fijando la mirada en Jesús, los mártires pudieron soportar la muerte con 10 fortaleza, llenos de alegría y esperanza. Tenían la certeza de que por él y sólo por él, merecía la pena entregar la vida. El cardenal vietnamita Van Thuan sufrió muchísimo en la cárcel y escribió estas palabras: “Jesús es el modelo de los mártires, “el cual soportó la cruz sin miedo a la ignominia y está sentado a la derecha de Dios”. No sabemos cuántos le han mirado a El en la soledad de las prisiones, en las últimas horas después de la sentencia a muerte, en las largas noches de espera de una mano asesina inminente, en el frío del campo de concentración… No sabemos cuántos le han mirado a El y han conformado su vida a su martirio” (F. X. Nguyen Van Thuan, Testigos de la esperanza, Ciudad Nueva, Madrid, p. 122). (Sugerimos oír en este momento la canción de Iesu communio). Siguiendo a Jesús, la historia de la Iglesia está plagada de cristianos y cristianas que han dado su vida generosamente. Sólo queremos citar aquí a San Esteban por dos razones: porque es el primer mártir (protomártir) y porque Don Valentín tuvo su patronato junto a la iglesia de San Esteban. Pero hagamos un breve recorrido por el martirio en España 4. 2. Mártires en España (y Burgos). Recorrido histórico Bajo el Imperio Romano (siglos III y IV) - San Lorenzo, diácono y mártir en Roma, español según la tradición. Padeció bajo Valeriano, en el año 258. Su memoria es el 10 de agosto. - San Fructuoso, obispo de Tarragona y sus diáconos Augurio y Eulogio, año 259, bajo el imperio de Valeriano y Galieno. - San Vicente, diácono de Zaragoza, mártir en Valencia, bajo el imperio de Diocleciano. - Santos Emeterio y Celedonio, militares, que fueron martirizados en Calahorra. - Santa Eulalia, virgen y mártir, en Mérida. - En nuestras tierras de Burgos, Santa Centola (Valdelateja). En la época visigoda (siglo VI) San Hermenegildo, príncipe visigodo, convertido al catolicismo, martirizado en Tarragona el año 586, por negarse a recibir la comunión pascual de manos de un obispo arriano. En la época mozárabe (siglo IX) En la época mozárabe hubo numerosos martirios, de algunos de los cuales se conserva memoria, sobre todo por las obras de San Eulogio de Córdoba, quien asimismo moría mártir. Todos los martirios, con la excepción de las santas Nunilo y Alodia, tuvieron lugar en Córdoba. - Santas Nunilo y Alodia, vírgenes mártires en Huesca (851). Santos Rogelio y Servideo, monjes; Santos Aurelio y Sabigoto, esposos; Félix y Liliosa, esposos (852). Santa Columba, virgen (853); San Abundio, presbítero (854); San Eulogio, presbítero (859); Santa Leocricia, virgen (859); San Pelayo, adolescente (925). 11 Mártires misioneros (siglos XVI al XIX) En Japón, por su condición de misioneros cristianos, fueron martirizados en Nagasaki el cinco de febrero de 1597 cuatro religiosos franciscanos españoles. También en Japón y por su condición de misioneros fueron martirizados cuatro españoles, presbíteros de la orden de los dominicos (1633-37). De Burgos es Diego Luis de San Vitores, jesuita, mártir en Guam en el siglo XVII. En la evangelización de América, padecieron martirio en Paraguay los españoles santos Juan del Castillo (17 de noviembre de 1628); y Alfonso Rodríguez (15 de noviembre de 1628), ambos presbíteros de la compañía de Jesús. En 1747 y 1748, en China, otros dominicos españoles fueron martirizados. En Vietnam fueron martirizados los obispos Clemente Ignacio Delgado, Domingo Henares, Jerónimo Hermosilla, José María Díaz Sanjurjo, Melchor García, y Valentín Berrio Ochoa y los presbíteros Francisco Gil, Jacinto Castañeda, José Fernández, Mateo Alonso, Pedro Almató, todos dominicos. De Burgos tenemos al beato Manuel López Ruiz, franciscano de San Martín de las Ollas, y profesor del seminario, decapitado en Damasco el 10 de julio de 1860. En el siglo XX - En 1934 fueron martirizados por su condición de religiosos (9 de octubre) en Turón (Asturias) el presbítero San Inocencio de la Inmaculada Canoura Arnau, religioso pasionista y los hermanos de las Escuelas Cristianas (La Salle) Santos Cirilo Bertrán (de Lerma), Marciano José, Victoriano Pío, Julián Alfredo, Benjamín Julián, Augusto Andrés, Benito de Jesús, y Aniceto Adolfo, todos ellos nacidos en España, salvo Benito de Jesús, que nació en Buenos Aires (Argentina). En 1936 fue martirizado San Pedro Poveda Castroverde (fundador de la Institución Teresiana) (28 de julio), y en 1937 San Jaime Hilario, religioso de la Salle. Originarios de Burgos hay unos 200 mártires beatificados (se pueden ver sus biografías en el Calendario litúrgico diocesano). Sacerdotes diocesanos, pero aún por reconocer, son Lucio Barberá (natural de Cabañes de Esgueva, asesinado en San Felices del Rudrón) y otros que servían en lo que hoy es Cantabria y entonces era diócesis de Burgos, como Félix Sainz López, Santos Correa Pereda, Lino López Ruiz e Isidoro Gutiérrez González. 4.3. Martirio y vida cristiana El mártir es un modelo de fidelidad a la fe que impulsa y alienta a los cristianos a que seamos fieles en las circunstancias de cada día, también en el sufrimiento y en el dolor, en la incomprensión ante la enfermedad o la muerte, al Credo que profesamos, a la persona en quien creemos, Jesucristo. La herencia de los mártires es aceptar cada día una vida llena de amor, de fidelidad y mansedumbre. Ante el testimonio de estos mártires podemos profundizar en aspectos centrales de nuestro seguimiento de Jesucristo. En este momento en el que “asistimos al nacimiento de una nueva cultura, con características y contenidos que a menudo contrastan con el Evangelio y con la dignidad de la persona” (Juan Pablo II, Ecclesia in Europa 9) nos planteamos cómo y dónde se pueden vivir hoy situaciones en cierta medida martiriales: 12 - Ante el relativismo dominante, que no se vincula a ninguna verdad ni ningún compromiso perdurable y que hace que el cristiano sea excluido socialmente por el hecho de tener a Jesucristo como camino, verdad vida. Ante la cultura de la muerte, que nos pone en situaciones en las que hay que defender y respetar la vida valientemente, en todo momento, desde la concepción hasta la muerte. Ante los ídolos de hoy y de la mentira, no cediendo ante lo que pretende ocupar el lugar de Dios en nuestro corazón y siendo artífices de verdad en las relaciones con los demás. El cristiano, tiene un estilo de vida diferente que brota de la vida nueva recibida en el bautismo, un bautismo que le une a la cruz de Cristo y que, de una forma u otra comparte con El y con todos los hermanos que nos han precedido en el camino hacia la vida eterna. En los sacramentos, los mártires han encontrado la fuerza para entregar la vida, como Cristo, y nosotros recibimos la gracia de Dios para ser fieles a nuestra vocación. De hecho, desde el principio, algunos signos han unido a los mártires con la liturgia y la vida nueva recibida en los sacramentos: 1) Desde el siglo III, generalmente, el altar, cubría un sepulcro sellado que contenía las reliquias de los mártires. Esta costumbre de edificar el altar sobre las tumbas de los mártires, expresa que “los mártires hacen presente el sacrificio de Cristo a lo largo de la historia. Son, por así decirlo, el altar vivo de la Iglesia que no está hecho de piedra, sino de personas que se convirtieron en miembros del Cuerpo de Cristo y que expresan así el culto nuevo: el sacrificio es la humanidad que con Cristo se convierten en amor” (J. Ratzinger, El espíritu de la liturgia. Una introducción. Cristiandad, Madrid 2001, página 98). Los altares más importantes de la cristiandad son las llamadas Confesiones y están construidos sobre el sepulcro de los mártires, como el altar de la basílica de San Pedro y el de San Pablo. 2) En el Catecumenado primitivo existía un rito muy significativo: “la deposición de las vestiduras blancas”, que nos habla de la relación de los mártires con la vida de los cristianos. El bautizado en la noche de Pascua vestía durante toda la primera semana del tiempo pascual la túnica blanca del bautismo. Llegado el domingo llamado “in albis”, (hoy segundo domingo de Pascua o domingo de la misericordia) precisamente por el color blanco de estas túnicas, los recién bautizados iban a alguna basílica de Roma, dedicada a un mártir, para dejar allí sus vestiduras y pedir al mártir la intercesión para poder ser fieles al bautismo durante toda la vida. Martirio y Eucaristía: En la espiritualidad cristiana es muy importante la vivencia de que el sacrificio de Cristo se hace también sacrificio de los miembros de su Cuerpo, sabiendo que la vida de los fieles, su alabanza, su sufrimiento, su oración y su trabajo se unen a los de Cristo. La Eucaristía dio a los mártires la fuerza para sufrir con Cristo. Las biografías de los mártires nos relatan cómo buscaban participar de ella hasta el último momento. A muchos de los asesinados en la persecución del siglo XX, los apresan tras salir de la 13 celebración de la Eucaristía para ser fusilados al poco tiempo. La Eucaristía otorga la capacidad de sufrir cualquier cosa por Cristo. Quien la celebra, y comulga con frecuencia, quien la adora, tendrá en sus venas la misma sangre de Cristo, siempre dispuesto a entregarla y derramarla cuando sea necesario por la salvación del mundo. 4.4. La persecucion religiosa en España en el siglo XX El siglo XX fue un siglo de tremendas persecuciones religiosas: Mexico, Rusia, España, etc. Andrea Riccardi escribe: “Ha sido, el pasado siglo XX, el siglo de las destrucciones, de los asesinatos en masa, de la industria de la muerte, del terror. Un siglo de sombras largas, terrible por sus violencias. Pero los periodos de crisis, son muchas veces, a la vez dolorosos y fecundos. El testimonio de los mártires lo es ante todo de la fuerza”. De la persecución en España han dicho grandes historiadores: “La persecución de la Iglesia católica fue la mayor vista en Europa occidental, incluso en los momentos más duros de la Revolución francesa” (Stanley G. Payne). “Posiblemente, en ninguna época de la historia de Europa, y posiblemente del mundo, se ha manifestado un odio tan apasionado contra la religión y cuanto con ella se encuentra relacionado” (Hugh Thomas). “Los primeros tres meses de la guerra fueron el periodo de máximo terror en la zona republicana. Las pasiones republicanas estaban en su cenit. Los sacerdotes fueron las principales víctimas del gangsterismo puro” (Gabriel Jackson). “Los revolucionarios llevaban meses ensañándose con la Iglesia y sus sacerdotes. Nadie que tenga a la vez buena fe y buena información puede negar los horrores de esta persecución” (Salvador de Madariaga). 4.5. Por qué beatificar y canonizar a los cristianos martirizados en la persecución religiosa. La Iglesia lleva una serie de años beatificando y canonizando a los mártires de la persecución religiosa del siglo XX. Pero quizá alguno pueda plantear la duda. ¿No será un acto que fomenta la desunión entre los españoles y la revancha? Ya en el año 1986, en el documento “Constructores de la paz” nos decían nuestros obispos: “No sería bueno que la guerra civil se convirtiera en un asunto del que no se pueda hablar con libertad y objetividad. Los españoles necesitamos saber con serenidad lo que verdaderamente ocurrió en aquellos años de amargo recuerdo. Los estudiosos de la historia y de la sociedad tienen que ayudarnos a conocer la verdad entera acerca de los precedentes, las causas, los contenidos y las consecuencias de aquel enfrentamiento. Este conocimiento de la realidad es condición indispensable para que podamos superarla de verdad. Por ello hay que desautorizar los intentos de desfigurar aquellos hechos, omitiendo o aumentando cualquiera de sus elementos en favor de una posición determinada o en contra de personas, ideologías e instituciones. En ningún caso se debe utilizar una imagen distorsionada de lo ocurrido como argumento en favor o en contra de nadie en la actual situación española. Tal procedimiento podría avivar los rescoldos de la división todavía no apagados del todo y perpetuar en las generaciones jóvenes actitudes de intolerancia de consecuencias insospechables. Saber perdonar y saber 14 olvidar son, además de una obligación cristiana, condición indispensable para un futuro de reconciliación y de paz. Aunque la Iglesia no pretende estar libre de todo error, quienes le reprochan el haberse alineado con una de las partes contendientes deben tener en cuenta la dureza de la persecución religiosa desatada en España desde 1931. Nada de esto ni por una parte ni por otra se debe repetir. Que el perdón y la magnanimidad sean el clima general de los nuevos tiempos. Recojamos todos la herencia de los que murieron por su fe perdonando a quienes los mataban y de cuantos ofrecieron sus vidas por un futuro de paz y de justicia para todos los españoles” (Comisión permanente de la Conferencia Episcopal Española, Constructores de la Paz, instrucción pastoral, nº 79-80). Los mártires merecen ser recordados: “Los mártires del siglo XX son en España, y en la Iglesia toda, testimonio y profecía. En su debilidad, en su evidente fragilidad, dieron elocuente testimonio de su fe y de los misterios de la vida eterna. Su humildad sencilla, desvalida, humilde, se revistió de valor, poniendo en evidencia la fortaleza que viene de Dios. Murieron en un clima de persecución pero en ellos no entró el odio: perdonaron y no quieren, ni necesitan, ningún tipo de reivindicación. El mártir es el testigo más auténtico y creíble de la verdad, no sólo por las palabras, sino sobre todo por su sangre, que se hace palabra de vida siguiendo el ejemplo de Cristo, el primero de los testigos. Igual que el maestro, los mártires dan testimonio y son profecía, ante todo, del amor y de la verdad. Cristo fue fiel a su misión, hasta dar la vida en testimonio de la verdad y de la caridad absolutas. En el paradigma de los testigos: la verdad y la caridad son, sin duda, los elementos constitutivos del testimonio del mártir cristiano” (Oficina para la causa de los santos de la CEE, El martirio cristiano, testimonio y profecía, Edice, Madrid 2007, página 10). Durante un tiempo, el Papa Pablo VI a favor de la reconciliación de todos los españoles recomendó esperar a la hora de beatificar y canonizar. “La Santa Sede, después de analizar el momento histórico, consideró que empezaba a prevalecer el derecho de la Iglesia a recoger este patrimonio espiritual tan importante para nuestro camino. (…) Creo que, sin negar que existen resonancias de aquellos conflictos, hay que admitir que España ha entrado en la normalidad democrática y que, a los problemas del pasado se han añadido los actuales, en sintonía con el resto de Europa, como los de género y de bioética, en una sociedad de cambio cultural acelerado. La sociedad democrática es, por naturaleza, una sociedad conflictiva pero, por ello, no tiene que ser precisamente violenta. En un ambiente competencial es normal que cada cual defienda sus posiciones. Pero en nuestro caso, a mi entender, puede haber habido un cierto complejo histórico, un modo de entender el respeto a la tolerancia y digámoslo también, una inhibición excesiva de responsabilidades debido a la crisis que vive la fe religiosa hoy” (Joan Martí Alanís, obispo de Urgell, Hablar hoy de la persecución religiosa en España en El martirio cristiano, Testimonio y profecía, Edice, p. 104-106). 5. CANONIZACIÓN Y BEATIFICACIÓN Estamos hablando de canonización, beatificación. ¿Cuáles son actualmente las exigencias y el camino ordinario de este proceso? Canonización significa “incluir en el canon”. Es decir, declarar santo a alguien al incluirlo en la regla de santidad de la Iglesia. El proceso no es sencillo ni breve. La investigación no se puede iniciar hasta al menos cinco años después de su 15 muerte. El Papa lo puede autorizar de forma extraordinaria. Son cuatro fases, en las que el candidato se define: SIERVO DE DIOS: Cuando por indicación de un obispo, la Congregación para las Causas de los Santos, comienza el proceso. VENERABLE: La Congregación analiza materiales y testimonios, y una comisión de 9 teólogos cualificados emite un juicio favorable sobre la caridad y virtudes heroicas del candidato. BEATO: Es necesario el reconocimiento de un milagro atribuido a su intercesión (normalmente una curación), tras ser examinado el caso por cinco médicos y siete teólogos, que expresan su parecer favorable. El milagro no se requiere si la persona ha muerto mártir. La ceremonia pública de la beatificación será en la tierra natal del beato. SANTO: Se precisa un segundo milagro. La ceremonia solemne de declaración de la santidad de un cristiano es lo que se denomina propiamente “canonización”. Se autoriza así su culto público en la Iglesia, se le adjudica un día para su fiesta y se le puede dedicar una iglesia o santuario. (Tomado del taco del Corazón de Jesús) 6. DON VALENTÍN, UN HOMBRE DE GRANDES VIRTUDES Vamos a concluir esta conferencia con la referencia a las virtudes que vivió Don Valentín Palencia. El fue un gran seguidor de Jesucristo. El vivió las 3 virtudes teologales (fe, esperanza y caridad) y vivió también las 4 virtudes teologales (prudencia, justicia, fortaleza y templanza). En él nos podemos inspirar para vivir el día a día. “Hombre de fe: que se postraba totalmente en la soledad de la capilla ante el Santísimo para pedir ayuda en los momentos difíciles y que acudía con ternura a la Sagrada Familia y repetía en sus pruebas: “San José no me abandona”. Varón de esperanza: su confianza en la providencia era una de las cualidades que más llamaban la atención. Sembrador de las semillas del Reino, sabía que sólo Dios las hacía crecer, suscitando la generosidad de los corazones nobles. El procuraba una educación integral, intelectual, artística y laboral, pero sobre todo religiosa, el mayor de los bienes, que fundamentaba y daba sentido a la vida. Y sacerdote lleno de amor, de caridad heroica. Él no se reservaba nada para sí: fuerza, alimento, dinero, ropa, ni siquiera tiempo. De todos se compadecía, dicen, y por eso era tan humano, porque acercaba el corazón de Dios a los hombres. Hubo noches que se quedaba casi sin cenar, por darle sus sardinas a algún niño que se acercaba. Y la única exigencia para aceptarlos en el Patronato es que fueran realmente pobres. El sabía que hacía las veces de Padre para los más desvalidos y en Dios y para Dios amaba a los más necesitados. La gente lo recuerda llevando a los pequeñitos de la mano. Con todos amable de trato y fiel en la palabra dada. Cercano a sus parientes y antiguos alumnos. Su amor lo prolongaba en los sufragios por allegados y bienhechores. Efluvios de amistad ante el Santísimo Sacramento, oculto en hermoso Sagrario o en una caja de madera, como en otro pesebre, en la lonja de Suances, cuando le habían prohibido celebrar la Eucaristía. Amor a la Santísima Virgen, su casa era una escuela del “Ave María”, con su anagrama en todas las partes, y donde se rezaba diariamente el rosario y otros ejercicios piadosos, como recitación del avemaría en los días de retiro espiritual, al sonar cada hora”. Virtudes cardinales en Valentín Palencia: “La prudencia es el amor que sabe distinguir entre lo que es ventajoso para el camino de Dios y lo que puede ser obstáculo. En Valentín se veía un gran sentido práctico 16 para lograr sus generosos proyectos, teniendo un claro discernimiento en los pasos para alcanzarlo. Lo que procura no oír son los consejos de la prudencia humana para alcanzar relieve a los ojos del mundo. Cuando le ofrecen puestos de honor, dice que de salir del Patronato, sería para ir a un monasterio o a la eternidad. Considera engañosas las glorias pasajeras, e incluso estaría dispuesto a sufrir lo indecible, según su testamento, por salvar a los hombres. Sabio consejero, deja caer su palabra oportuna en la animación de asociaciones y cofradías. En su sentido de sereno equilibrio y realismo, siempre alentaba en la buenas obras. Justicia es el amor que sirve, ante todo, a Dios, y por eso pone un orden que lleva a una buena disposición de ánimo para con el prójimo y la sociedad. Es curioso que él fuera hijo de un zapatero, que le dio la vida, participante de un sindicato católico, y que otro zapatero, de ideas revolucionarias, le condujera a la muerte. En su vida se cruzaron los dos paradigmas de sociedad que llegaron a chocar, el que pensaba que los problemas sociales se resolverían por la violencia, y el que buscaba la instrucción y la promoción de la familia por el trabajo. Su honrada vida era imitación de la de la familia de Nazaret, por eso manifiesta la noche antes de morir: “Estamos en la semana de la Sagrada Familia. Siempre he pedido la gracia del martirio. Es muy oportuno este momento”. En ese sentido de humana colaboración fue un trabajador incansable. Sabía implicar a los demás a favor del necesitado, sin imponer exigencias, a la vez que se mostraba agradecido. A pesar de la escasez, siempre era dadivoso y procura, también, pagar con puntualidad las deudas contraídas y llevar claramente las cuentas. Fortaleza es el amor que todo lo soporta. Sin buscar reconocimiento de nadie, más que de Dios, sus jornadas transcurrían durísimas, llevando actividades y horarios agotadores. La ayuda en la marcha de la casa era tan mínima que él tenía que estar atento a los más diversos menesteres. En los primeros lustros de la fundación hubo de vencer grandes dificultades económicas y de reconocimiento, no avergonzándose, ni de alargar la mano por los niños, ni de soportar el sarcasmo de quien lo consideraba un soñador. En cualquier agravio se mantenía sereno. El frío, la soledad, las enfermedades no sumieron su tesón, siéndole superior la fortaleza espiritual que la física, a pesar de su estatura. Sabía sobreponerse con paz y eficiencia a las pruebas; así, cuando todo parecía marchar con más normalidad, un incendio voraz le destruye el patronato, y con decidido esfuerzo reconstruye la casa antes de un año. Nada le parecía ser imposible y permanentemente alentaba con su sonrisa. La templanza es ese amor que se mantiene íntegro e incólume para Dios. Los que lo ven por la calle siempre observan en él una humilde dignidad y un gran sentido de recogimiento. Amable, educado y atento con los demás, era muy austero consigo mismo, un ejemplo de dominio ante la comodidad, que buscan los apetitos. Siempre cercano, en las cosas agradables se recreaba, incluso con sentido del humor. En las comidas prefería los alimentos sencillos, de suerte que, cuando lo invitaban a desayunar, disfrutaba guardando las galletas para los pequeñitos, que comiéndoselas él mismo. Por sus múltiples quehaceres y constantes vigilias, en el sueño era muy parco. Un monaguillo comprueba que vestía camiseta de saco para añadir penitencia a su vida. Con su templanza está la clemencia en las correcciones aplicadas. Don Valentín no era blando, pero jamás colérico y más bien, inclinado a una mansedumbre que infundía respeto en los niños. Humildad. Si la humildad consiste en saber ocupar el puesto de criatura, en actitud de entrega a Dios, además de abnegado, siempre lo califican de “humilde y sencillo sacerdote”. Busca permanecer en la discreción y silencio, en la última fila, llevando por detrás el peso de los trabajos del Patronato. Cuando le llegan reconocimientos o premios a la virtud, en su conciencia delicada aparece algo que le inquieta y, después de orar y pensar en los “novísimos”, en el día de Todos los Santos, toma la pluma y nos deja un Testamento digno de admiración, donde vemos la grandeza de su corazón 17 por su propio vacío: “En el nombre de Dios Padre, que me crió… yo, el más indigno de todos los sacerdotes del mundo entero…” A nadie ni a nada se cree superior. Pobreza. Su vivir pobre es más difícil de ocultar y es a todos patente su austeridad en el vestido y habitación, pues nada de lo que tenía lo consideraba propio. Cuando a espaldas suyas le han conseguido la medalla para un homenaje, los antiguos alumnos le han de comprar hasta la ropa interior. Nació pobre y daba gracias a Dios de ello, porque así apreciaba mejor el valor del trabajo y tenía más capacidad de acercarse al desvalido. “Pobre he nacido, pobre he vivido y mi mayor dicha será morir sin un céntimo”. A pesar de esa austeridad, quienes visitaban el patronato alababan el orden y la limpieza encontradas en la casa” (En S. López Santidrián, Don Valentín Palencia Marquina, el cura de los niños pobres y huérfanos, BAC, p. 291-294). Vamos a concluir con la lectura literal de una joya espiritual. El testamento de Don Valentín. Toda una lección de humildad. TESTAMENTO DE DON VALENTÍN En el nombre de Dios Padre, que me creó, en el nombre de Dios Hijo, que me redimió, y en el nombre de Dios Espíritu Santo, que me santificó, digo yo, el más indigno de todos los sacerdotes del mundo entero, la más miserable de todas las criaturas de la tierra, que, si el Señor, mi Dios, en sus altos juicios y sin duda alguna por mis muchos pecados de infidelidad en su santo servicio durante mi vida, no me concede la dicha por la que siempre ha suspirado mi alma de dar mi vida por El, ya que mi buen Jesús la ha dado por mí, derramando hasta la última gota de su sangre preciosísima, declaro: Que es mi última voluntad me entierren sin anunciar mi entierro, ni privada ni públicamente, ni en esquelas ni en periódicos; y deseo se me dé cristiana sepultura entre los pobres, suplicando no pongan ninguna inscripción ni señal en mi sepultura, para que así, nadie se acuerde de mí. Es mi voluntad que todos los enseres de mi particular propiedad, de cualquier clase que éstos sean, se queden a favor del Patronato, lo mismo en metálico, presente que futuro. Pobre he nacido, pobre he vivido, y mi mayor dicha será morir sin un céntimo. Es mi voluntad que no se haga gasto de ninguna clase con motivo de mi muerte, ni después de ella, por si acaso a alguno se le ocurriera hacer algo para honrar mi nombre, pues deseo que éste quede en el olvido. Dejo al Patronato de San José y a la Cofradía de antiguos alumnos bajo la protección y amparo de la Sagrada Familia. Acepto con sumo agrado cualquier clase de muerte que el Señor me enviare, lo mismo repentinamente que de larga y penosa enfermedad; lo mismo en casa que en la calle; en Burgos o en cualquier otro lugar. Por último, pido perdón a todos los que se crean ofendidos por mí, y pido perdón de todo corazón a los que haya dado motivos de escándalo de palabra o de obra, haciendo votos de sufrir por ello en el Purgatorio hasta el fin del mundo, por los escándalos que directa o indirectamente haya dado en mi vida y 18 para desagraviar a Dios y satisfacer por los pecados que otros hayan podido cometer por causa mía. Lo que firmo en Burgos, en la fiesta de Todos los Santos, en el año de gracia de mil novecientos veinticinco. (En S. López Santidrián, Don Valentín Palencia Marquina, el cura de los niños pobres y huérfanos, BAC, p. 254-255). Muchas gracias. B) Sugerencias para un trabajo en grupo pequeño: Guión para trabajar en pequeño grupo de jóvenes o de adultos 8-15 personas (duración hora y media) Entregar a los miembros del grupo el libro “De Burgos al cielo” unos días antes, para que lo lean y escriban lo que les llama la atención, lo que les interroga, lo que quieren preguntar. Reunión: oración breve para comenzar. Pequeño resumen de la biografía de Valentín y compañeros. Preguntas, inquietudes, coloquio. Exposición del animador: Breve biografía de los cinco beatos. Breves notas sobre los tres aspectos de la vida de los nuevos beatos y diálogo sobre las preguntas: - la educación: ¿Debe la Iglesia seguir teniendo obras educativas, por ejemplo, colegios, universidades? ¿La educación general de las personas puede estar al margen de los valores cristianos? - la caridad: ¿qué aspectos de la caridad o de las obras de misericordia son los más urgentes en nuestra sociedad actual? - el martirio: ¿tenemos una Iglesia, unos cristianos, capaces de asumir sacrificios, molestias por el Reino de Dios y la evangelización? ¿Por qué? C) OTROS MATERIALES COMPLEMENTARIOS: 1. BIOGRAFÍAS BREVES 1. 1. Biografía que aparece en la estampa publicada en 1990. Autor: SLS Valentín Palencia Marquina nace en Burgos el 26 de julio de 1871. Desde seminarista se preocupa de la situación de los pequeños. Ya sacerdote, funda en 1898 junto a la iglesia de San Esteban el Patronato de San José para la educación de niños huérfanos y pobres. En él alimenta y enseña gratuitamente a unos 100. Soporta horarios extenuantes, con gran confianza en Dios y amabilidad de trato. Muy devoto de la Sagrada Familia. Dicen de él que “era misericordia”. Usa una pedagogía activa. Refuerza la instrucción escolar con dibujo para la habilidad manual: teatro, para educar en la expresión; y música, para refinar el espíritu. Fue un precursor de las colonias veraniegas, ganando el sustento con el concurso de una banda. Se hallaban en Suances cuando comenzó la guerra. Los milicianos le prohíben celebrar la Eucaristía y el 15 de enero de 1937, es martirizado con sus mejores auxiliares: Donato Rodríguez García, 25 años, de Santa Olalla de Valdivielso. Tuvo la enfermedad de la poliomielitis, de inteligencia clara y director de la banda. Germán García García, 24 años, de Villanueva de Argaño. Bondadoso, conocía idiomas y tocaba el clarinete. Zacarías Cuesta Campo, 20 años, de Villasidro. De talante previsor y servicial. con cojera en una pierna. Zapatero, buen calígrafo y, también, músico. Emilio Huidobro Corrales, 19 años. De Villaescusa del Butrón. Dominaba varios instrumentos. Líder noble e integrador. 19 1.2. Biografía escrita por el Padre Conde en el libro “Burgos su memoria callejera” La persona de Don Valentín Palencia Marquina es, de verdad, entrañable, más aún dada la circunstancia trágica de su muerte. Su presencia en Burgos va unida al centro benéfico-social, que en tiempos, se abrió en el caserón anejo a la iglesia de San Esteban. En el mismo se formaron muchachos huérfanos, o provenientes del patronato de protección al menor. Allí impartía sus clases Don Valentín, y con los chicos transcurría su vida. Organizó una banda de música, que actuaba en procesiones, fiestas y actos en la ciudad de Burgos. En las muestras de fotografía antigua hemos visto a este grupo musical, con Don Valentín al frente. Habiendo ido con muchachos a pasar unos días de colonias junto al mar, fue fusilado por su condición de sacerdote, en enero de 1937, en la carretera de Comillas” (página 223). 2. ORACIONES Y CANCIONES 2. 1. Oración de la estampa publicada al comienzo del proceso Dios, Padre de bondad, a tu sacerdote Valentín, mártir de la fe, con cuatro alumnos, le diste un corazón lleno de misericordia hacia los huérfanos y niños pobres. Concédenos la gracia que te pedimos, confiando en su intercesión, y confirma su generoso ejemplo con el honor de los altares para bien de la Iglesia. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén. (Padrenuestro, Avemaría y gloria) 2.2. Oración que apareció en el “Mensaje con motivo de la beatificación de 498 mártires del siglo XX en España” de la 89 Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal: Oh Dios, que enviaste a tu Hijo, para que muriendo y resucitando nos diese su Espíritu de Amor. Nuestros hermanos, mártires del siglo XX en España, mantuvieron su adhesión a Jesucristo de manera tan radical y plena que les permitiste derramar su sangre por El. Danos la gracia y la alegría de la conversión para asumir las exigencias de la fe; ayúdanos, por su intercesión, y por la de María, reina de los mártires, a ser siempre artífices de reconciliación en la sociedad y a promover una viva comunión entre los miembros de tu Iglesia en España; enséñanos a comprometernos, con nuestros pastores, en la nueva evangelización haciendo de nuestras vidas testimonios eficaces del amor a ti y a los hermanos. Te lo pedimos por Jesucristo, el Testigo fiel y veraz, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén. 2.3. Oración litúrgica Dios rico en misericordia, que por tu Hijo Jesucristo, constantemente llenas de dones a tu Iglesia: concédenos la gracia de imitar el ejemplo de tu siervo Valentín presbítero y compañeros mártires, en el amor sincero a ti y en el servicio generoso a los hermanos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén. 20 2.4. Canción de Iesu communio MÁRTIRES DE HOY (Iesu Communio) Los mártires han madurado su fidelidad mirándole a El, mirada larga y perseverante al Crucificado… ¡entremos en ella! Cuántos le han mirado a El en la soledad de las prisiones, en las horas últimas tras la sentencia a muerte. Muchos le han mirado a El en las largas noches de espera de la mano inminente de un verdugo, en el frío campo de concentración, en el dolor y el cansancio de un mundo sin Dios. No sabemos cuántos elevaron sus ojos hacia El, y fueron configurados al martirio de Jesús. No sabemos cúantos se atrevieron a amar en forma de cruz, muchos más de los que pensamos, muchos más… LOS MARTIRES NOS ENSEÑAN A DECIR SÍ. SI, SIN LÍMITES NI CONDICIONES AL AMOR DE JESÚS. LOS MÁRTIRES NOS ENSEÑAN A DECIR NO, A LA MENTIRA, A LAS COMPONENDAS Y A LA MEDIOCRIDAD. No se trata de heroísmo, sino de fidelidad, y ésta sólo se madura mirando a Jesús, permaneciendo en Jesús. LOS MÁRTIRES NOS ENSEÑAN…. 3. RECURSOS 3.1. BIBLIOGRAFÍA SATURNINO LÓPEZ SANTIDRIÁN, Don Valentín Palencia Marquina, el cura de los niños pobres y huérfanos. BAC, Madrid 1999. LUIS RENEDO JUÁREZ, De Burgos al Cielo. La historia de Don Valentín y sus amigos contada a los niños. Ilustraciones de Rodrigo Camarero Abad. Archidiócesis de Burgos, Burgos 2016. ARCHIDIÓCESIS DE BURGOS, Celebración de la eucaristía y beatificación de Don Valentín Palencia Marquina y compañeros mártires. Burgos 2016. Números recientes de Sembrar y web de la diócesis: archiburgos.es DIÓCESIS DE BURGOS, Calendario litúrgico, sugerencias para las celebraciones, 2012. Conferencia Episcopal Española, Vosotros sois la luz del mundo. Beatificación de 498 mártires del siglo XX en España, Carpeta de materiales diversos, Edice 2007. Número 850 de Sembrar (10 noviembre de 2007) Antonio Montero, Historia de la persecución religiosa. BAC. Vicente Cárcel, Mártires españoles del siglo XX, BAC. Vicente Cárcel, Mártires del siglo XX, cien preguntas y respuestas. Edicep. José Francisco Guijarro, Persecución religiosa y guerra civil, La esfera de los libros. Jorge López Teulón, Mártires españoles. 1934-1939. Juan Pablo II: beatificaciones y canonizaciones. Edibesa. Andrea Riccardi, El siglo de los mártires. Plaza y Janés. Conferencia episcopal española, Hablar hoy de martirio y santidad. Edice. J. M Palomares (dir.), Historia de Burgos, tomo IV, Edad contemporánea (3), Caja de Burgos, Burgos 2006, 67-69. 3.2. FILMOGRAFÍA. Un Dios prohibido. (sobre los mártires de Barbastro) Poveda Maximilian Kolbe 21 De dioses y hombres (monjes mártires en Argelia) Becket (1964) Sobre el arzobispo de Canterbury Un hombre para la eternidad (1966) Sobre Santo Tomás Moro Películas sobre Juana de Arco Romero (1989) Video realizado por el Seminario de Burgos (duración 1 minuto): https://www.youtube.com/watch?v=rwUcb2ySH7I (o en la página web de la diócesis) 3.3. DISCOGRAFÍA Jesu communio: Disco Soy de Cristo IV, Portadores de Espíritu Santo y gozo. Canción Mártires de hoy. Disco: Marcados por la cruz. Apuntes musicales para la visita de la cruz (sobre todo Seréis mis testigos, Quién nos separará) Kairoi, Vale la pena arriesgar en la vida y en la muerte. Hermanas de la doctrina cristiana, DK90, Barcelona 1995 4. TEXTOS COMPLEMENTARIOS. 4.1. Sobre educación La enseñanza en Burgos a comienzos del siglo XX “Tradicionalmente la enseñanza había sido en nuestro país patrimonio de la Iglesia, aunque ya desde el siglo XIX se produce una pugna entre ésta y el Estado por el control de la educación, que muy lentamente irá decantándose a favor de la secularización. El proceso desamortizador iniciado en 1836 por Mendizábal y continuado por Madoz en 1855, entre otras muchas consecuencias, va a potenciar este proceso, al privar a instituciones eclesiásticas, escuelas y ayuntamientos, de las rentas con que mantenían su actividad educativa. Por ello, el Estado se va a ver obligado paulatinamente a hacerse cargo de funciones hasta ahora atendidas prioritariamente por el clero, como la enseñanza y la beneficiencia. Sin embargo este proceso se va a desarrollar con enorme lentitud en nuestro país, ya que, a diferencia del resto de Europa, donde el hundimiento del Antiguo Régimen supuso, efectivamente, un proceso de secularización, el poder clerical va a mantenerse aquí a través del instrumento más eficaz de influencia cultural e ideológica: la educación y la enseñanza. En Burgos, los jesuitas, los maristas, que se harán cargo del colegio del Círculo, y para las niñas, las Hijas de la Caridad, instaladas en el colegio Saldaña desde 1846, desempeñarán un papel trascendental durante esta primera mitad del siglo XX. (…) En los colegios y escuelas regentados por religiosos y religiosas se van a formar miles de jóvenes burgaleses, muchos de los cuales pasarán a desempeñar cargos de importancia a escala local y, algunos, incluso nacional, o a destacar en distintas facetas del arte, la cultura o la actividad profesional” (Félix Castrillejo Ibáñez, en Protagonistas burgaleses del siglo XX, Volumen I, Diario de Burgos-Universidad de Burgos, Burgos 2000, página 129). 4.2. Sobre caridad LA CARIDAD A COMIENZOS DEL SIGLO XX EN BURGOS “En el siglo XIX se opera un traslado de la carga asistencial, levantada por la Iglesia hasta el momento, al Estado, o más bien, a instituciones intermedias. Pedro Carasa ha calificado el proceso para Burgos, de municipalización y provincialización, por hacerse cargo municipios y Diputación provincial, según momentos, de esta tarea. (…) La Iglesia se hace presente institucionalmente, con nuevas prestaciones, en otros campos, algunos de ellos, no atendidos. Las Hijas de la Caridad regentan desde 1846 el colegio de Niñas Huérfanas de Saldaña y una escuela gratuita para niños pobres, desde 1852. En 1855 abren el Asilo Escuela de Párvulos, el primero de la provincia, fundado por las conferencias de San Vicente de Paúl. Las mismas Hijas de la Caridad, atenderían, años más tarde el Hospital Provincial y el Hospital de San Juan. Las Conferencias de San Vicente de Paúl se establecen por el Cardenal de la Puente en 1854: es una respuesta caritativa y organizada de los laicos a las diversas necesidades y formas de marginación social; la atención domiciliaria a pobres, enfermos y ancianos centra su actividad. Para atender a los ancianos, también, se instalan en 1876 en unas eras de Santa Clara donada por un caritativo católico, las Hermanitas de los pobres. Las Siervas de Jesús, dedicadas a la asistencia a domicilio de los enfermos, se aposentan en el Hospitalejo en 1879, año, también en que el sacerdote Angel Sedano crea la asociación “Ropero de los pobres”, dedicada a confeccionar y entregar ropa a los necesitados. Fruto de una sensibilidad social distinta, en 1883 se inaugura el “Círculo de obreros de Burgos” 22 con el fin de mejorar las condiciones morales y materiales de la clase obrera y atender la educación de sus hijos (…) Así pues, párvulos, niños, jóvenes, enfermos, ancianos y pobres en general, fueron objeto de la atención institucional de la Iglesia, si bien con una preocupación casi exclusivamente caritativa” (Angel Gonzalo, La Iglesia en Burgos en el siglo XIX (bosquejo de una panorámica) en Historia de Burgos, Diario 16 de Burgos, Burgos 1993, páginas 886-888). Testigos del Dios vivo (Conferencia Episcopal Española): 59: La evangelización y la vida cristiana llevan consigo una especial preferencia por los pobres de este mundo. No basta con atender a los pobres de la comunidad cristiana. Los pobres de la sociedad, personalmente considerados, así como las zonas, los grupos étnicos o culturales, los enfermos, los sectores de la población más pobre y marginados tienen que ser preocupación constante de la Iglesia y de los cristianos. Es preciso aumentar los esfuerzos para estar con ellos y compartir su condición de vida, sentirnos llamados por Dios desde las necesidades de nuestros hermanos, hacer que la sociedad entera cambie para hacerse más justa y más acogedora en favor de los más pobres. 4.3. El cuadro de los beatos. Está pintado al óleo sobre un lienzo tipo «Velázquez» –«el mejor que hay en el mercado por su trama tiesa donde prácticamente no se nota la urdimbre» (los entrecomillados son palabras del autor)–; tiene un formato cuadrado (1,42 metros de lado) y un intenso trabajo que ronda los dos meses. Refleja en sus pinceladas una imagen actual de lo que supone ser mártir en un cuadro en el que sus personajes rezuman «tranquilidad, amistad y alegría». Es un lienzo que refleja «un momento de felicidad de unos jóvenes que están unidos en hermandad». Una de las cosas más difíciles ha sido dibujar a los jóvenes, ya que solo existen fotografías de Donato Rodríguez y de don Valentín. Pero cada joven puede ser identificado por algunas de las descripciones que de ellos nos han llegado: Donato, el que sufrió de poliomielitis, lleva dos muletas –«con dos escobas invertidas debajo de mis brazos he averiguado cómo sería su gesto y cómo se producen las arrugas de la chaqueta»– y Zacarías una cachava porque tenía una pierna más larga que la otra. «A Germán lo he querido poner en un segundo plano porque era muy tímido y nunca quiso aparentar, y Emilio lleva una trompeta porque hizo las veces de director de la banda» que don Valentín fundó en el Patronato de San José. Cándido Pérez Palma es en la actualidad el pintor oficial de la Diputación de La Coruña, ciudad en la que reside desde 1986 y donde es profesor de dibujo y obra gráfica. Nacido en Barcina de los Montes, Oña, en 1951, se forjó como artista en la Accademia Nazionale di San Luca di Roma, ciudad donde conoció a la mujer con la que se casaría. Su vinculación con Burgos y dado que en su trayectoria artística ha pintado varios lienzos de carácter religioso, hicieron que la comisión diocesana de preparación de la beatificación de Valentín Palencia y cuatro jóvenes que lo acompañaron en el martirio le encargara un cuadro que estuviera presente en la ceremonia de beatificación y se ubicara después en la iglesia donde se den culto las reliquias de los mártires. 23 5. DOS CATEQUESIS SOBRE VALENTÍN PALENCIA Y COMPAÑEROS Ante la próxima beatificación de Don Valentín Palencia y sus cuatro educadores, Donato, Germán, Zacarías y Emilio, el próximo 23 de abril de 2016, la archidiócesis de Burgos quiere dar a conocer sus figuras a los niños que asisten a la catequesis parroquial. Presentamos aquí dos catequesis: una para niños-as entre 6 y 9 años (que todavía no han recibido la primera comunión) y otra para los que tienen entre 9 y 12 años (están en la catequesis anterior a la confirmación). Cada una de ellas puede durar como unos 40-50 minutos. Téngase en cuenta que el Seminario publicó una catequesis también, con una orientación vocacional. OBJETIVOS GENERALES (para las dos catequesis) - Que los niños conozcan las figuras de Valentín Palencia y sus cuatro educadores, sus datos biográficos fundamentales. Que valoren su entrega, primero en la vida cotidiana, cuando educaban a los niños pobres y después en su entrega martirial. - Que los niños comprendan, a su nivel, el valor del martirio en la vida cristiana y que tengan una actitud general de ofrecimiento de su vida. - Que relacionen a estas cinco personas, especialmente al beato Valentín Palencia, con la misericordia, en este año jubilar de la misericordia. - Que tengan noticia de que van a ser beatificados. CATEQUESIS PARA NIÑOS-AS ENTRE 6 Y 9 AÑOS (anterior a recibir la primera comunión) Tener preparado: 1) Papel continuo o cartulina grande tamaño DIA A 2, a ser posible de color negro o azul oscuro. 2) Estrellas de cartulina en las que se pueda escribir (unas con nombres de santos y otras cinco sin el nombre); sol y luna de cartulina. 3) Un retrato de Valentín Palencia, o el libro “De Burgos al cielo” o el cartel anunciador de la beatificación. 4) Catecismo Jesús es el Señor. Experiencia humana: (Evocaremos en los niños la experiencia de contemplar un cielo estrellado. Esto nos llevará a hablar de la promesa de Dios a Abraham, de una gran descendencia santa, en la que situaremos las figuras de nuestros cinco testigos). ¿Habéis salido al campo una noche sin nubes? En el campo se ven mejor las estrellas porque no lo impiden las luces de la ciudad. ¿Cuándo lo visteis, en algún campamento, excursión? ¿Qué os pareció? ¿Os parece muy grande el cielo? ¿Había muchas estrellas? Palabra de Dios (Iluminación): Dios prometió a Abraham que su descendencia sería como las estrellas del cielo. (Sacar en este momento el catecismo Jesús es el Señor, en la página 24 y leer el párrafo: “Dios eligió a Abraham como padre de una muchedumbre de pueblos, para hacer llegar su amor a todas las gentes y les prometió su bendición” y orientar la mirada de los niños hacia el dibujo de la página 25, donde está Abraham ante un cielo estrellado). Esta promesa que hizo Dios a Abraham vemos que se ha cumplido, porque desde que Jesús murió y resucitó por nosotros, ha habido una gran cantidad de personas que han sido amigos de Dios. Son los santos. También cerca de nosotros, en nuestras tierras de Burgos, hubo cinco personas muy buenas, que fueron el sacerdote Valentín Palencia y sus cuatro 24 ayudantes en la educación de los niños: Donato, Germán, Zacarías y Emilio. (En este momento se puede sacar algún retrato de Valentín Palencia, el cartel oficial de la beatificación o el libro “De Burgos al Cielo” que hemos preparado en la diócesis, en la página 17 y 22). Don Valentín Palencia fue un sacerdote que dedicó toda su vida a educar y cuidar a los niños pobres de Burgos. Eso fue entre los años 1898 y 1936. En la zona del castillo de Burgos, en San Esteban, tenía un colegio de niños externos e internos. Les enseñaba y formaba como personas ayudándose algunas veces del juego y de la música. Toda la gente en Burgos decía de don Valentín que era muy bueno. En julio de 1936 se llevó a los niños de colonias a la playa de Suances, y para ello fueron de monitores Donato, Germán, Zacarías y Emilio. Pero unos hombres enemigos de la fe, que no querían a los cristianos, los cogieron presos y los mataron. Ellos murieron perdonando, no se llenaron ni de odio ni de rabia, sino que intentaron imitar a Jesús, que también murió perdonando. Jesús cuando estaba en la cruz, dijo, refiriéndose a los que le mataban: “Padre, perdónales porque no saben lo que hacen”. Este ejemplo que nos dieron los cinco no se debe olvidar y vamos a hacerles una ceremonia. En ella vamos a declarar que han sido santos de un modo heroico, que quiere decir, de modo más grande. Se les va a nombrar beatos, que quiere decir, felices. Es como un título, y así todos los cristianos sabremos que están en el cielo y podremos rezarles, pidiéndoles algún favor. Dentro de unos años, si Dios quiere, recibirán el título de “santos”. Este homenaje será el día 23 de abril de 2016. Vendrá un enviado del Papa a la Catedral a hacerlo. Además, de Don Valentín decía la gente que era “misericordia”, porque era muy bueno. Esto viene muy bien en este año que es el “año de la misericordia”. Expresión y actitud de fe: (El catequista invita a los niños a que imiten a Valentín y sus educadores). Ellos querían mucho a los demás, especialmente a los pobres. También vosotros, niños, quered mucho a las personas que están empobrecidas. (Expresamos nuestra alegría porque Valentín y sus cuatro compañeros vivieron y nos dejaron un montón de cosas buenas). Se saca el papel continuo o la cartulina y unas estrellas de cartulina. En algunas de estas estrellas tendremos ya escrito el nombre de algunos santos, uno en cada estrella: San Francisco de Asís, Santa Teresa de Jesús, San Lesmes (patrón de Burgos), San Julián, Santo Domingo de Guzmán (patrón de la provincia de Burgos), (también el santo de la parroquia si no es la Virgen María). “Mirad, este papel representa el cielo. En él pegamos estas estrellas que representan a los santos”. (Luego se sacan las estrellas que no tienen nombre y se les dice a los niños que escriban los cinco nombres: Valentín, Donato, Germán, Zacarías y Emilio. Se pegan. Después se saca el sol y la luna y se les dice a los niños que representan a Jesús y a María). Una vez concluido este mural, el catequista intenta que los niños hagan un poquito de oración final. Para ello intentará crear un ambiente de oración y de hablar con Dios. Que se queden ante el mural en actitud contemplativa, y fomentará que los niños, viéndolo, den gracias a Dios por su amor manifestado en la Virgen y los santos. 25 CATEQUESIS PARA NIÑOS-AS ENTRE 9 Y 12 AÑOS (después de la primera comunión y antes de confirmación). Tener preparado: 1) Biblia (o al menos los evangelios). 2) Catecismo Testigos del Señor (si no se lleva el catecismo, un crucifijo o imagen de Jesús crucificado). 3) Un retrato de Valentín Palencia, o el libro “De Burgos al cielo” o el cartel anunciador de la beatificación. 4) (Opcional) Fotocopia de las obras de misericordia, o bien el políptico de bolsillo de la diócesis, u otros que hay a la venta. Experiencia humana: (Con esta especie de juego se trata de que el catequista haga caer en la cuenta a los chicos la dificultad de entregar cualquier cosa, cuanto más la propia vida y así facilite la comprensión del valor de la entrega de Valentín Palencia y sus cuatro educadores). El catequista les pide a los niños-as que le den una cosa, la que quieran, que tengan en su poder en ese momento y que sea suya. “Os voy a pedir que me déis una cosa vuestra que tenéis en este momento. La que sea. Y esa cosa va a ser para mí para siempre. Haré lo que quiera con ella Tal vez destruirla”. (El catequista observe cómo reaccionan los niños y qué le dicen. Es posible que alguno le dé una hoja de su cuaderno, o un boli de poco valor; otros puede que digan que no; otros preguntarán qué por qué o para qué; quizá otros pregunten a cambio de qué. Dependiendo lo que digan, el catequista intenta convencerles de que le den algo, aunque sea algo pequeño y de poco valor, pero que sea realmente de los niños. A lo mejor, un niño o niña se arranca un cabello y se lo da. También vale y puede tener un significado). Después de un ratito “jugando” a esto, es decir, intentando que lo den, razonando con ellos la necesidad de que se lo den, etc, el catequista llega a una enseñanza: “En general os ha costado darme algo. Tal vez os ha costado porque no os he dicho para qué era, o no veíais que fuera necesario. Pero en todo caso, y en general, a las personas nos cuesta dar algo de lo nuestro, sobre todo si no recibimos nada a cambio. Nos cuesta dar cosas, y nos cuesta dar nuestras propias personas. Nos cuesta dar la vida”. (Entonces el catequista pregunta a los niños sobre la expresión “dar la vida”). ¿Qué significa la expresión “dar la vida”? ¿Conocéis personas que han dado la vida o que están dando la vida? ¿Daríais vosotros vuestra vida? ¿Pensáis que dar la vida es algo bueno y que puede hacer feliz? Palabra de Dios (Iluminación). Jesús dio su vida por todos nosotros. Toda su vida fue una entrega generosa por la salvación del mundo. Dio su vida en el día a día, cuando predicaba el Evangelio por Palestina y curaba enfermos. Había días que acababa agotado de cansancio de haber tratado con la gente. (Tomar la Biblia o los evangelios y leer directamente Mc 3, 20: “Jesús fue a casa y se juntó de nuevo tanta gente que no le dejaban ni comer”). Pero sobre todo Jesús dio su vida cuando llegó el momento de la pasión. En la cruz murió, pero no fue tanto una muerte, cuanto una entrega generosa de su vida. Jesús dijo: “Nadie tiene poder para quitarme la vida; soy yo quien la doy por mi propia voluntad” (Jn 10, 18) (es preferible leerlo directamente de la Biblia). (Sacar en este momento la página 133 del catecismo Testigos del Señor o un crucifijo. Que los niños contemplen la imagen de Cristo muerto). El catequista dice: Jesús murió. No fue de muerte natural, sino que le quitaron la vida, lo asesinaron, pero más bien lo que hizo fue dar su vida por amor. En esto es modelo para todos nosotros. Muchas personas a lo largo de la historia han imitado a Jesús en su entrega de la vida. Nosotros hoy queremos conocer a cinco de ellos: Valentín Palencia y cuatro educadores o monitores que trabajaban con él, educando a los niños pobres de Burgos. (En este momento se puede sacar algún retrato de Valentín Palencia o el libro “De Burgos al cielo”, páginas 17 y 22), o el cartel de la beatificación). Valentín Palencia fue un sacerdote de la ciudad de Burgos. Vivió a finales del siglo XIX y comienzos del XX. Toda su vida se dedicó a educar a los niños pobres de Burgos. Dirigía un colegio para niños huérfanos, marginados y desvalidos. Había niños tanto externos como internos. Este colegio estaba cerca de la iglesia de San Esteban. Se llamaba “Patronato de San José para la enseñanza y educación de niños pobres”. En este centro llegó a cobijar 110 muchachos, 40 internos y 60 ó 70 externos. Siempre fue muy amable con los niños. Les 26 enseñaba a estudiar, a ejercitarse en oficios manuales, a rezar. También hacían talleres de teatro y música. Tenía un coro y formó una pequeña banda de música, actuando en conciertos y procesiones. Además realizaba colonias de verano, siendo precursor de las actividades de tiempo libre, que ahora muchas parroquias y colegios están haciendo. El 1925, el gobierno le concedió la Cruz de Beneficiencia con distintivo blanco. Llevaba a los niños en verano de colonias, a la zona de Suances, pero más que a veranear, que también, sacaban algo de dinero actuando con la banda de música. En julio de 1936 se fue con varios niños y otros monitores. Estando allí se declaró la guerra civil y los milicianos le prohibieron, injustamente, decir misa, incluso en privado. Sin haber cometido ningún delito, simplemente por ser sacerdote le fusilaron y con él a cuatro de sus monitores: Donato, Germán, Zacarías y Emilio, que murieron por su fe en Jesucristo. El día 23 de abril en la Catedral, se les va a nombrar beatos. La Iglesia nombra beatos a los cristianos y cristianas que han vivido ejemplarmente, que han sido modelos de vida cristiana. Pero es que además, Valentín Palencia y sus educadores son mártires. (Se puede leer el texto en el margen de la página 180 del catecismo Testigos del Señor, lo ideal es directamente del catecismo): “Todos los cristianos están llamados a dar testimonio de su fe en la vida cotidiana: en la familia, en la escuela, en el trabajo, en el servicio a los más necesitados… Sin embargo, a lo largo de la historia de la Iglesia han sido muchos los que, fortalecidos por el Espíritu Santo, han mantenido su fe en situaciones de persecución, y algunos han dado testimonio de Cristo hasta el punto de morir por él. A estos cristianos los llamamos mártires. Actualmente, todavía se persigue a los cristianos en algunos países del mundo. Desde los primeros siglos en España ha habido mártires. Por ejemplo, durante el siglo XX, en la persecución religiosa de los años 30, muchos sufrieron el martirio por amor a Cristo y a la Iglesia. Entre ellos hay bastantes jóvenes (Mariano Juan María de la Cruz García, Manuel Aranda, Otilia Alonso, Josep Casas, Bartolomé Blanco, Joaquín de San José, Juan Duarte Martín, Francisco Fernández…) que murieron porque no renunciaron a su fe”. Muchas otras personas nacidas en la provincia de Burgos fueron perseguidas y asesinadas a causa de su fe en aquellos años. La mayoría eran miembros de diversas congregaciones religiosas y estaban destinadas en los conventos y monasterios de España. Actitud de fe: Estamos en el año de la misericordia. De don Valentín se decía que “era misericordia” para indicar que era muy bueno con los niños. También vosotros debéis vivir la misericordia a vuestro nivel. Cuando sufrís con paciencia los defectos del compañero, cuando consoláis a alguien que está triste, estáis viviendo la misericordia y también “dando la vida”, porque con frecuencia vivir la misericordia cuesta mucho trabajo. ¿Podéis concretar esto y decir aquí mismo qué os comprometéis a cuidar especialmente en vuestra relación con los demás? La misericordia se concreta en lo que llamamos las obras de misericordia, que son 14. Siete hacen referencia a cuestiones materiales o corporales y siete a cuestiones espirituales. Os pido que las aprendáis de memoria. Tal vez os cueste un poquito aprenderlas, pero ya veréis cómo saberlas de memoria os ayuda a muchas cosas. Muchos cristianos a lo largo de los siglos las han aprendido, y sobre todo las han puesto en práctica. También os invito a que las practiquéis (Recomendamos la formulación del catecismo Testigos del Señor, página 279. Tal vez algunas cosas hoy no se entienden bien, pero es la fórmula clásica. Otra formulación más moderna está en el catecismo Esta es nuestra fe). (Si tienen por costumbre llevar cuaderno, que las copien) Las siete obras de misericordia corporales: Visitar y cuidar a los enfermos. Dar de comer al hambriento. Dar de beber al sediento. Dar posada al peregrino. Vestir al desnudo. Redimir al cautivo. Enterrar a los muertos. Las siete obras de misericordia espirituales: Enseñar al que no sabe. Dar buen consejo al que lo necesita. Corregir al que yerra. Perdonar las injurias. Consolar al triste. Sufrir con paciencia los defectos del prójimo. Rogar a Dios por vivos y difuntos. 27 Se puede concluir la sesión rezando una oración (ésta o similar improvisada): Oh, Señor, tú nos quieres mucho. Tú has dado la vida para salvarnos. Y diste la vida por amor. Danos un gran amor a los demás. Ayúdanos a tratar a los demás con gran delicadeza. Que el ejemplo de Valentín Palencia y sus cuatro educadores nos anime, Señor, en esta gran tarea de dar la vida por los demás. Amén. INDICE A) Sugerencias para el guión de una conferencia 1. BIOGRAFÍAS Valentín Palencia Marquina Donato Rodríguez García Germán García García. Zacarias Cuesta Campo Emilio Huidobro Corrales 2. LA EDUCACIÓN 2.1. La importancia de la educación en la vida de las personas 2.2. El cristianismo tiene mucho que aportar en la tarea educativa 2.3. ¿Dónde se inspiró Don Valentín para su pedagogía? 2.4. Sugerencias sobre educación hoy. 3. LA CARIDAD 3.1. La caridad en la vida de la Iglesia 3.2. Vivir la caridad hoy. 4. EL MARTIRIO 4.1. Los mártires, testigos del amor y de la fe Cristo, modelo y causa de todo martirio. 4. 2. Mártires en España (y Burgos). Recorrido histórico Bajo el Imperio Romano (siglos III y IV) En la época visigoda (siglo VI) En la época mozárabe (siglo IX) Mártires misioneros (siglos XVI al XIX) En el siglo XX 4.3. Martirio y vida cristiana 4.4. La persecución religiosa en España en el siglo XX 4.5. Por qué beatificar y canonizar a los cristianos martirizados en la persecución religiosa. 5. CANONIZACIÓN Y BEATIFICACIÓN 6. DON VALENTÍN, UN HOMBRE DE GRANDES VIRTUDES Testamento de don Valentín B) Sugerencias para un trabajo en grupo pequeño C) Otros materiales complementarios: 1. BIOGRAFÍAS BREVES 1. 1. Biografía que aparece en la estampa publicada en 1990. Autor: SLS 1.2. Biografía escrita por el Padre Conde en el libro “Burgos su memoria callejera” 2. ORACIONES Y CANCIONES 2. 1. Oración de la estampa publicada al comienzo del proceso 2.2. Oración que apareció en el “Mensaje con motivo de la beatificación de 498 mártires del siglo XX en España” de la 89 Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal: 2.3. Oración litúrgica 2.4. Canción de Iesu communio 3. RECURSOS 3.1. Bibliografía 3.2. Filmografía. 3.3. Discografía 4. TEXTOS COMPLEMENTARIOS. 4.1. Sobre educación La enseñanza en Burgos a comienzos del siglo XX 4.2. Sobre caridad La caridad a comienzos del siglo XX en Burgos Testigos del Dios vivo (Conferencia Episcopal Española) 4.3. El cuadro de los beatos 5. DOS CATEQUESIS SOBRE VALENTIN PALENCIA Y COMPAÑEROS 5.1. Catequesis para niños-as entre 6-9 años. 5.2. Catequesis para niños-as entre 9-12 años.