LA INVESTIGACIÓN ACCIÓN PARTICIPATIVA EN EL

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LA INVESTIGACIÓN ACCIÓN PARTICIPATIVA EN EL VOLUNTARIADO
EL VOLUNTARIADO COMO MOTOR DEL CAMBIO SOCIAL
Sabina Habegger Lardoeyt
Gala Garrido González
Formadoras pedagógicas del voluntariado
1.- Introducción
A través de diversos cursos y talleres emprendidos con colectivos y asociaciones de la provincia de
Málaga pretendemos ofrecer y construir con el sector del voluntariado herramientas metodológicas
que posibiliten autodiagnosticar las organizaciones –su democracia interna- así como conocer y
valorar críticamente qué vías o canales de participación se están generando hacia la sociedad, en el
sentido de comprender qué estilos de participación se están llevando a cabo, qué repercusiones
tienen y cómo pueden mejorarse para generar procesos de corresponsabilidad ciudadana.
El desarrollo de estos encuentros está posibilitando crear espacios de reflexión con los miembros de
las diferentes organizaciones y colectivos de tal manera que se están introduciendo teórica y
prácticamente estrategias implicativas de participación que suponen una revisión y renovación de
las metodologías desarrolladas hasta el momento.
Los aportes de las ciencias sociales comprometidas y aplicadas nos orientan a la hora de dar cuerpo
a estos cursos-talleres (VILLASANTE, Tomás R. 1998, 2002a, 2002b; MARTÍN, Pedro 1998;
MARTÍ, Joel 2005; PINDADO, Fernando 2005, así como el aporte más actualizado en las X
Jornadas Internacionales “Una década de participación local”, Madrid 2005). Desde este enfoque se
está capacitando en estrategias de autodiagnóstico participativo, análisis de redes, talleres de
creatividad social, estrategias de socialización, derivas para conocer el territorio, flujogramas,
cartografías de conflictos, etc. A través de la puesta en práctica de todo ello se están vivenciando los
grandes aportes que desde la investigación comprometida se puede hacer; por un lado nos permite
capacitar a los colectivos en metodologías participativas, compartir e intercambiar experiencias
desde las demás organizaciones, crear espacios para pensar en lo que se está haciendo, por qué y
para qué, y por otro lado, orientar y reconducir las prácticas para promover diagnósticos
participativos que partan de las necesidades reales de las comunidades con las que se colabora y
así construir colectivamente vías de actuación.
Con este texto se pretende exponer brevemente las metodologías puestas en marcha durante los
procesos formativos y las conclusiones que surgen de los mismos, así como las dificultades y retos
que quedan por abordar desde el sector del voluntariado.
Tras todas estas actuaciones formativas con el voluntariado lo que se está cimentando es la
reconstrucción del concepto de participación, es decir, ahondar en las ideas y concepciones que se
manejan (desde los estilos más asistencialistas hasta los estilos normativistas o incluso clientelistas)
y las posibilidades que se abren hacia nuevas formulaciones estratégicas de la participación
orientadas a la transformación y al cambio del entorno. Entorno que en muchas ocasiones resulta
caldo de injusticias sociales y económicas.
Potenciar la participación, desde el enfoque propuesto implica generar procesos de formación,
dinamizar la creación de espacios en la generación de propuestas creativas, promover las
deliberaciones y la reflexión en y desde la comunidad, así como abrir la posibilidad en la toma de
decisiones y ejecutar responsablemente las tareas y actividades que competen al tercer sector como
1
motor de cambio. Esta concepción vertebra los cursos formativos que estamos impartiendo construyendo en nuestro compromiso por una apuesta estratégica hacia la participación ciudadana.
Además de un compromiso social, la participación conlleva una reflexión continua sobre lo que se
hace y una reformulación continua del para qué se hace lo que se hace. Abrir las deliberaciones y
decisiones a la participación de todos los miembros de las entidades, o de la sociedad, necesita de
espacios de cooperación, herramientas técnicas-metodológicas y creatividad suficiente que
desbloquee y permita conducir al fortalecimiento interno de muchas organizaciones, así como
posibilitar el análisis en torno a las debilidades o fortalezas del tejido social permitiendo recanalizar
un posible trabajo en red. La solución de conflictos debería ir acompañada de la disminución de
injusticias, de la oportunidad de dar voz y rostro a muchos de los colectivos silenciados: reocupando
así su protagonismo y generando empoderamiento en la gran diversidad de sus luchas y
reivindicaciones. En definitiva, fomentar este tipo de participación conlleva el reparto de poder, la
vivencia comprometida en la co-participación ciudadana y la creación de estilos participativos que
superan las concepciones asistencialistas y clientelistas.
2.- Metodologías participativas
A través de la metodología y técnica que se emplea desde la Investigación Acción Participativa
(IAP)1, pretendemos propulsar nuevas fórmulas de gestión participativa así como de intervención
social desde el voluntariado para animar la transformación desde la práctica cotidiana.
Durante el desarrollo de los cursos se vivencian muchas de las estrategias metodologías que a
continuación expondremos muy brevemente. Éstas nos posibilitan por un lado: ofrecer técnicas,
capacitar a los colectivos, ponerlas en práctica, sistematizar y registrar una serie de núcleos
temáticos y transversales que articulan y son el eje de los pretendidos cursos, y por otro lado, abrir
la participación a los colectivos. Se comparte una realidad sentida, tanto desde una perspectiva
interna como de las dificultades de comenzar a proyectarse y coordinarse en red con otros actores e
instituciones sociales. En este sentido y bajo el paradigma de la pedagogía crítica social,
encontramos tanto falta de democracia a nivel interno, falta de formación en el trabajo en red,
ausencia de elementos básicos para articular la coordinación, pocos recursos para saber
cartografiar la realidad con la que se trabaja, como poca rigurosidad en la sistematización y puesta
en marcha de actuaciones desde y con la comunidad. Por el contrario son muchas las fortalezas las
que se han visto durante el desarrollo de estos cursos, en relación a la viabilidad de poner en
marcha procesos y dinámicas participativas: las ganas de aprender, el bagaje y experiencias que
cada uno y cada una pueden aportar al grupo, la motivación, el carácter reivindicativo del sector
asociativo y el gran compromiso.
Algunas de las técnicas que se han puesto en marcha provienen de la educación popular2 y de las
ciencias sociales aplicadas3, las cuales apuestan por metodologías implicativas basadas en la
escucha, en la convivencia y en el diálogo. La puesta en práctica de éstas durante las sesiones
1
Procedimiento de estudio y acción que posibilita al mismo tiempo conocer una situación, actuar sobre ella y generar
transformaciones con los propios protagonistas; pretende conseguir resultados seguros y útiles para mejorar las situaciones
colectivas, basando la investigación en la participación de los propios sujetos a investigar. Los objetivos de la IAP los marcan
las personas involucradas. Consultar VILLASANTE, T. R. (2000)
2
BUSTILLOS, Graciela y VARGAS Laura (2001): Técnicas participativas para la Educación Popular. Tomo I. Ed Popular;
BUSTILLOS, G. y VARGAS L. (2004): Técnicas participativas para la Educación Popular. Tomo II. Ed Popular
3
Material de IEPALA y CIMAS, bibliografía en Construyendo ciudadanía I, II, III, IV, V, VI y VII, en Ed. Viejo Topo, Ed.
IEPALA - CIMAS y Ed. Atrapasueños.
2
formativas se van complementando unas con otras. Los temas de fondo que las suscriben son
aquellos temas sobre los que trabajan los colectivos de voluntarios y por tanto orientan su práctica
cotidiana (ecología, urbanismo, diversidad cultural, mujeres, niños, discapacidad, etc.). A
continuación algunas de ellas; lo interesante es poder recrearlas y no tenerlas como recetarios:
La Técnica del árbol social (tejido social y actores) nos permite contextualizar con los voluntarios la
realidad social en la que están trabajando.
El DAFO nos posibilita diagnosticar las asociaciones y colectivos en Debilidades, Amenazas,
Fortalezas y Oportunidades y construir DAFO participativos integrados para reflexionar sobre la
realidad asociativa de todo el grupo (normalmente los participantes pertenecen a una misma
comarca). Esta información, en concreto las Oportunidades y las Fortalezas, nos posibilitará
reconstruir lo que denominamos los PAI (Plan de Acción Integral) que más adelante se concretará.
El Rol Playing nos permite explicitar sobre muchas de las realidades que internamente se suceden
en nuestros colectivos (dinámicas internas, relaciones, estructuras, problemas, etc.). Resulta todo un
ejercicio de reflexión.
La Deriva4 posibilita al voluntariado adentrarse en la realidad
comunitaria (ya sea de un pueblo, barrio…) y a través de la
observación, los coloquios de calle (Véase Fig. 1) y el registro
y captura de imágenes o notas, conocer el territorio que se
habita, tanto los aspectos físicos como sociales que en él
conviven. De esta información se obtienen los temas sensibles
en torno a los cuales se comienzan a conocer las necesidades
de la comunidad.
Los Flujogramas, nos adentran dialogadamente en procesos
de análisis, ricos debates y búsqueda de nudos causales de
FIG. 1 Deriva realizada en Ronda
los síntomas encontrados. Se componen de una matriz de doble entrada. En la parte lateral
izquierda
se
sitúan
los
apartados
de
“Viables” (cuestiones que dependen de
nosotros), “Influenciables” (que dependen
de la ayuda de otros que conocemos) y
“Fuera de Control” (que se nos escapan y
no dependen de nosotros); y otra entrada
superior en la que se detalla “Norma” (o
ley), “Cultural” (o costumbre) y “Coyuntural”
(circunstancial);
según
estas
entradas
vamos debatiendo cómo situar los temas
sensibles
recogidos
(estos
se
pueden
introducir en la matriz con trascripciones
literales registradas durante la deriva, con
FIG. 2 Flujograma realizado en uno de los cursos
fotografías tomadas durante la misma o con ideas llave que reflejen varios de los síntomas
encontrados durante las entrevistas, véase Fig. 2). El voluntariado se adentra así en las realidades
sentidas por los actores directos y reconstruye participativamente y de la mano de ellos el
4
Colectivo Rizoma (2004): Derivas para conocer la ciudad en Otra Málaga 04
3
diagnóstico de la situación; finalmente se intentan analizar las relaciones de causa y efecto entre los
datos incorporados a la matriz (a través de flechas que salen [causa] y entran [consecuencia]). Los
nudos causales son aquellas cuestiones de donde salen más relaciones (más flechas), aspectos
claves para comenzar a planificar la Intervención Social.
Las cartografías sociales5 nos posibilitan ilustrar estos síntomas. Son mapas del territorio en el que
se representan y se localizan con iconos, colores, imágenes, textos incorporados y cifras, los
diferentes problemas y situaciones conflictivas. Una imagen construida participativamente nos
orienta más que mil palabras. Por un lado destacamos las cartografías de conflictos que localizan
los problemas o las necesidades, y por otro las cartografías de potencialidades (puntos fuertes de la
comunidad: ya sean recursos humanos, materiales, espacios de relación social, etc.) que nos
permiten articular los Planes de Acción así como los Mapas de Redes. Lo interesante es la
producción colectiva y su socialización a la comunidad.
Los mapas de redes nos adentran en el análisis de las relaciones así como en la posibilidad de
intervenir cooperativamente en proyectos y trabajar en red. Con esta perspectiva entendemos y, por
tanto, partimos de la idea, que el territorio existe y se configura a partir de las interacciones que los
actores configuran en él.
Con toda esta trayectoria de estrategias metodológicas llegamos a los PAI. Una vez ejercitados los
procesos a partir de los cuales encontramos con el voluntariado los “nudos causales” comenzamos
a plantear y planificar las soluciones (partiendo de las que se encuentran en situación de “viables” y
también de “las influenciables”, apartando por el momento las que “se nos escapan del control”).
Para planificar los PAI necesitamos aterrizar en un conjunto integrado de decisiones: priorización de
actividades,
temporalización
de
las
mismas,
responsables,
viabilidad
y
sustentabilidad,
monitorización y coordinación, recursos disponibles, acciones a desarrollar, objetivo, etc. (las
plantillas y cuadrantes nos permiten visualizar desde una mirada todas estas cuestiones). Todos
estos procedimientos comentados de manera escueta, nos permiten construir desde abajo y no
imponer intervenciones voluntariosas descontextualizadas a las realidades y necesidades de un
territorio.
Finalmente nos valemos de casos y problemas reales a partir de los cuales proponemos al
voluntariado resolverlos de manera que se pongan en marcha técnicas participativas con la
comunidad o colectivos destinatarios del sector. Esta fase se compone de momentos de reflexión y
generación de elementos propositivos.
3.- Algunas conclusiones desde el punto de vista de los diagnósticos
A NIVEL INTERNO
En cuanto a las Debilidades, fundamentalmente se denota falta de formación y motivación en la
puesta en marcha de modelos organizativos participativos, se trabaja desde la rutina, existe falta
de comunicación entre los miembros y socios, así como falta de implicación. En relación a las
Fortalezas destaca en algunos, pero no todos el poder de convocatoria y la capacidad de trabajo
en equipo, por otro lado se destaca la experiencia, el creer lo que se hace, algunas habilidades y
formación; por otro lado, el esfuerzo que hacen por sacar adelante a las asociaciones y la
confianza en los ideales que defienden resulta todo un aspecto positivo para mencionar. En las
4
Amenazas sobre todo se remarca la necesidad de un relevo generacional que no termina de llegar
en algunos colectivos; la burocracia y los trámites que conlleva el desarrollo de algunos proyectos
marca ritmos y por tanto estilos de hacer las cosas; algunos prejuicios que la mayor parte de la
sociedad tiene con ellos, también son señalados como posibles amenazas. Además se reflejan la
gran dependencia económica y que muchos de los proyectos emprendido resultan no ser
vinculantes desde el punto de vista político, jurídico, etc.. Finalmente, en cuanto a las
Oportunidades –contraria pero complementariamente-, valoran las ayudas que importantes
instituciones ofrecen, así como las subvenciones públicas, la posibilidad de confrontación de ideas
y el debate que las propias asociaciones abren a la sociedad y la sensibilización de un importante
segmento de la base social. Además se observan grandes oportunidades en los avances y
aplicaciones de las nuevas tecnologías, el trabajo desde coordinadoras y en el poder aprovechar
los canales de información que se ponen a disposición de la ciudadanía para crear espacios de
debate.
Las dinámicas de las reuniones, según se muestra en estos cursos, están condicionadas por
estructuras tradicionales (los cargos y sus funciones de presidente, secretario y tesorero marcan
muchas de las pautas) y solamente se llevan a la asamblea general -y a votación- los acuerdos
tomados por la junta (continua una estructura vertical muy jerarquizada en algunos colectivos).
También se constata que se desarrollan de manera muy burocrática lo que impide crear espacios
de reflexión sobre lo que se hace y las consecuencias sociales (desde el punto de vista de las
transformaciones generadas). Así, este tipo de estructuras no permite flexibilidad e impide plantear
innovaciones: “las reuniones son solo de los directivos…”, “…la participación ciudadana no es real
solo es información, no tenemos poder”, “las reuniones [para los socios] son sin voz ni voto, sólo
información”. Cabe destacar también que en el trabajo en equipo no hay conciencia de proyecto
común, muchos de los proyectos más que concebirse colectivamente se ejecutan con marcadas
directrices hacia los socios voluntarios; y por otro lado, aparecen muchas dificultades para
coordinar grupos grandes de voluntarios, dificultades manifiestas de llevar a cabo prácticas
verdaderamente transformadoras y colectivas. La organización y planificación en la labor de las
asociaciones está muy determinada y mediada por los tiempos que establece la administración en
las convocatorias de subvenciones: plazos para presentar proyectos, memoria del año…. Los
ritmos de la administración condicionan los estilos de trabajo de los colectivos. En relación al
autodiagnóstico, falta tiempo para reflexionar en grupo sobre los principios y las actuaciones del
colectivo: a dónde van, para qué hacen lo que hacen, cómo lo están haciendo, cómo se podría
reorientar…. En este sentido cabe destacar la cuestión de la Formación, resulta de evidente
necesidad el reciclaje en metodologías participativas y democráticas.
A NIVEL EXTERNO
Los Canales de participación hacia fuera prácticamente no se trabajan, se utilizan los recursos
tradicionales en actuaciones puntuales abiertas a la sociedad (‘día del árbol’; ‘jornadas de
integración social’…). Los canales que se abren van de dentro hacia fuera (desde el colectivo
hacia la base social, y no al revés).
5
HABEGGER Sabina y MANCILA Iulia (2005): La cartografía social como estrategia para diagnosticar nuestro territorio en
Interpretando a Freire. Haciendo camino desde la colectividad. Seminario Paulo Freire, Málaga 2005
5
Desde la formación que ofrecemos se plantean tanto herramientas de apertura como de escucha
a la base social; a través de la resolución de casos prácticos y la exposición de experiencias
reales p ar tic ipa ti vas , se ilustran técnicas de trabajo y dinamización, como por ejemplo, la
elaboración de la historia de vida de una comunidad o la implicación de los protagonistas en
proyectos y talleres comunitarios. En la línea de proyectos integrales comunitarios con la
participación de sus actores (colectivos de gitanos, personas con discapacidad, mayores, mujeres,
infancia, juventud, inmigrantes, personas con desempleo; personas, en definitiva que sufren la
injustita con impactos sociales, económicos, jurídicos, etc., analizan y aprenden a leer el mundo6,
se autodiagnostican en colaboración del voluntariado y buscan conjuntamente la forma de articular
las respuestas).
Con respecto a la comunicación externa se desconocen las actuaciones que otros colectivos del
mismo municipio desarrollan; existe una coordinación y comunicación muy puntual con otras
entidades; puedan estar haciendo cosas similares y no estar conectados. A nivel interdisciplinar,
las relaciones son muy débiles. Las nuevas tecnologías (correo electrónico, listas de correo,
páginas web, links a otras páginas de otros colectivos, etc.) no se potencian demasiado o bien por
falta de recursos, o por falta de formación en este sentido. Algunos colectivos tienen dificultades
para renovarse en estas innovadoras posibilidades.
4.- Retos para el sector del voluntariado
Ante la modalidad de asistencialismo de muchos colectivos (como si fueran bomberos sociales),
proponemos como reto concebir al voluntariado como promotor del cambio social, comprometido
con la transformación social. A continuación se enumeran algunos de los retos que desde nuestros
análisis sonsacamos:
1. Crear canales de comunicación bidireccionales (tanto para la escucha como la intervención)
2. Avanzar en la estrategia de vincular al voluntariado con otras formas de participación
democrática, el sector de voluntariado no es ni la única ni la mejor modalidad en participación
(existen más dinámicas participativas en las instituciones, en los movimientos sociales, etc.)
3. Avanzar en estrategias cualitativas que nos permitan evaluar el estado del sector (participación
en la toma de decisiones, en la intervención colectiva, en la evolución del mapa de redes, en la
creatividad surgida, en las co-responsabilidades tomadas y ejecuciones materializadas, etc.) y
buscar/complementar con otros criterios de evaluación, más allá de los criterios cuantitativos de
eficiencia, eficacia y mejor gestión, todos estos amparados por un estilo más empresarial que
social, justo y sostenible.
4. Promover la acción colectiva desde la construcción de redes de recursos, redes sociales, etc., y
favorecer alianzas cooperativas, de trabajo en red no sólo en el seno del movimiento del
voluntariado sino también con el civil asociativo y con los diferentes sectores comunitarios
5. Generar propuestas metodológicas participativas en el proceso de toma de decisiones y
optimizando el uso de las TIC (Tecnologías de Información y Comunicación)
6. Proponer estrategias innovadoras para la participación ciudadana y desarrollar procesos de
Investigación Acción Participativa desde el sector del voluntariado; lo que invita a formase en
este paradigma enmancipador, sistematizar las experiencias, evaluarlas para reconducirlas,
6
FREIRE, Paulo (1973)
6
construirlas desde la colectividad y desde las diversas necesidades. Atender a la diversidad con
intervenciones integrales que respondan a las diferentes causas.
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