PROYECTO DE TESIS: El problema del tiempo en la obra “El queso y los gusanos” (1976). Aproximaciones críticas a los enfoques teórico y metodológico. ESTUDIANTE: J. Alexander Rojas Ramos TUTOR: Abel Ignacio López Forero PROGRAMA: Maestría en Historia Bogotá, semestre I 2011 1. RESUMEN DEL PROYECTO El proyecto de tesis se compone de tres secciones: i. Análisis de la propuesta historiográfica de Carlo Ginzburg en “El queso y los gusanos”. El análisis historiográfico de la obra El queso y los gusanos (1976), de Carlo Ginzburg, se constituye en la parte fundamental de la tesis. En primer lugar, el análisis implica el desglosamiento de los elementos metodológicos y teóricos (principalmente) que articulan esta novedosa propuesta en el seno de la disciplina histórica. En segundo lugar, la explicación pretende contextualizar El queso y los gusanos en su tiempo, es decir, como resultado de los desarrollos de la historiografía, las ciencias sociales y las transformaciones sociales que incidieron en la configuración del mundo occidental a partir de la década de los sesenta. ii. Debates historiográficos en torno al método microhistórico propuesto por Ginzburg. Una vez analizada y comprendida la obra en su contexto histórico se sintetizarán los debates historiográficos más destacados que ésta ha suscitado hasta el momento actual. El eje articulador de la selección y exposición de los debates estará determinada por los resultados obtenidos en el balance historiográfico; sin embargo, la propuesta parte, inicialmente, de una hipótesis en torno a la reconceptualización del tiempo y su funcionalidad metodológica bajo la perspectiva de reducción de escala, según el modelo microhistórico. Esta tentativa inicial pretende demostrar las deficiencias metodológicas que implica para una historia total la “reducción de escala de observación” en lo concerniente a los marcos temporales (duración, ritmo, aceleración, amplitud, profundidad) bajo los cuales se desarrolla el análisis microhistórico. iii. Problematización del tiempo en “El queso y los gusanos” con base en los debates historiográficos expuestos. Dada la hipótesis de trabajo con la cual se parte el estudio, la problematización se centrará, por un lado, en las fuentes teóricas e historiográficas que sustentan el concepto de tiempo que articula metodológicamente Ginzburg en su análisis microhistórico; y, por otra parte, en la explicitación de las deficiencias del tiempo microhistórico para un análisis total de las realidades sociales que configuraron, en duraciones largas, el cosmos de Menocchio. 2. DESCRIPTORES DEL PROYECTO 2.1. Planteamiento del problema: La reducción de la escala de observación es considerado el eje central del método microhistórico y, a su vez, el aporte más significativo surgido desde el interior mismo de la disciplina a la historiografía del siglo XX 1. Las implicaciones directas sobre el objeto estudiado son de todo tipo, pero en general se considera que los marcos de delimitación son más estrechos, como observar “todo el espesor de la historia”2 en ámbitos reducidos. Las reflexiones historiográficas que seguían realizando sistemáticamente los representantes de Annales habían considerado este método como una vía posible de los estudios 1 Con ello queremos diferenciar conceptual y metodológicamente entre dos tipos de enfoques muy cercanos en su aparición en las ciencias sociales. Por un lado, la perspectiva micro que es una de las características de la deep description de la antropología cultural planteada por Clifford Geertz. Esta propuesta metodológica comenzó a circular en 1973 con la publicación del libro The interpretation of Cultures de Harvard University Press. Y, por otra parte, el enfoque micro que es la característica central del método de “reducción de escala” de la microhistoria italiana. El primer atisbo de este enfoque puede rastrearse con la temprana publicación de Carlo Ginzburg en 1966, I Benandanti, en cuya obra la reducción de escala tanto en la definición del objeto y como su análisis constituyeron de entrada uno de los primeros aportes de la historiografía italiana en la década de los sesenta. 2 LÉVI, Giovanni. Entrevista. En: Historia Crítica. Bogotá, Universidad de los Andes, no.40, 2010, p.205. históricos, a pesar de la tendencia dominante por los enfoques estructuralistas. En palabras de Fernand Braudel “se trata de formular preguntas generales y dar respuestas locales”3. En el marco general de la historiografía contemporánea, que vio despuntar el siglo XX con la “revolución de Annales” y tuvo a la microhistoria por una de las corrientes dominantes de finales del periodo, ¿en qué grado la obra de Carlo Ginzburg, El queso y los gusanos (1976), ha representado una transformación más del novedoso utillaje que ha caracterizado la historiografía contemporánea, en particular, del contenido teórico y metodológico del tiempo histórico? Mas, por otra parte, sea esta perspectiva del tiempo microhistórico novedosa o no comparada con la paradigmática conceptualización del tiempo histórico que daría Braudel en términos de “duración”, ¿cuáles serían sus limitaciones prácticas o sus ventajas comparativas con respecto al tipo de problemas y análisis que implica el enfoque de la longue durée, apreciables en El Mediterráneo en tiempos de Felipe II (1949)? 2.2. Justificación: La investigación que se propone busca situarse en el ámbito de los estudios desarrollados por la historia intelectual, en particular, en el ascendente campo de investigación sobre la escritura histórica, cuyo desarrollo ha estado estrechamente ligado con las transformaciones que ha tenido la disciplina a lo largo del siglo XX, pero, asimismo, con los cambios acaecidos a otras ramas de las ciencias sociales en general. Por lo tanto, el carácter del presente estudio busca rebasar los enfoques tradicionales que habían dominado la historia intelectual entendida como una clásica historia de las ideas, es decir, como una descripción orgánica de la obra sin ningún tipo de relaciones problemáticas con elementos externos, desde la época hasta los mismos lugares de producción o circulación de los saberes. En este sentido, los enfoques adoptados esperan representar, a priori, un aporte a los debates historiográficos contemporáneos; así como los hallazgos de la investigación pretenden alentar un campo de 3 BRAUDEL, Fernand. La historia y las ciencias sociales. Madrid: Alianza, 1970, 2da.ed, p. 66. investigación sobre la producción historiográfica que hasta ahora ha sido marginado de las preocupaciones actuales del oficio. En este sentido, la presente investigación dedicada a una problematización sobre los enfoques teórico y metodológico del tiempo en la obra El queso y los gusanos representa un aporte a los debates internos de la comunidad de saber, sobre todo, en el campo de la teoría y la metodología que son objetos de estudio y, a la vez, instrumentos del oficio cotidiano del historiador. Las tres perspectivas adoptadas al interior del análisis buscan ser, independiente y orgánicamente, un aporte a los estudios sobre la historiografía del siglo XX y, en particular, a las investigaciones en torno a la microhistoria y la obra de Carlo Ginzburg. En primer lugar, el balance historiográfico busca situar la emergencia y desarrollo de la microhistoria y El queso y los gusanos en el marco general de la historiografía del siglo XX. La particularidad de sus prácticas científicas serán el punto de partida para, en un segundo momento, analizar los posibles conceptos y métodos del tiempo histórico presentes en la obra. Finalmente, el contraste con el enfoque de la larga duración de Braudel pretende poner de relieve las limitaciones y potencialidades del tiempo microhistórico frente a los objetos y problemas que habían dominado los enfoques estructuralistas de la historiografía hasta la década de los sesenta. 2.3. Balance historiográfico: Introducción. Reflexionar sobre las prácticas historiográficas del siglo XX resulta hoy, desde el lugar privilegiado del nuevo siglo y de una sociedad tecnológicamente más avanzada, más pertinente, sobre todo, si su investigación permite contrastar éstas con el estrato más próximo de su desarrollo, caracterizado por una fase inicial de modernización (s.XVI-XIX), pero también con respecto al desarrollo de larga duración que ha tenido la escritura de la historia como fundamento de la cultura occidental y del mundo intelectual. La proliferación, consolidación y diversificación teórica y metodológica de los estudios sobre la disciplina histórica parecen ser fruto de una toma de conciencia interna que estuvo determinada por dos fenómenos concomitantes de la historia cultural e intelectual del siglo XX. Por un lado, la gestación del posmodernismo tras la revolución cultural de los sesenta como una corriente de pensamiento fundamentalmente teórica cuyos profundos cuestionamientos a los valores de la ciencia y la cultura modernas obligaron a una reflexión sistemática y seria en torno a aspectos del oficio de la historia que hasta entonces habían sido considerados como lógicos –la realidad histórica, la verdad histórica, la escritura, el lugar de producción, las prácticas científicas o los condicionamientos del autor4-; y, por otra parte, la extraordinaria evolución de las ciencias sociales por medio de tendencias como la interdisciplinariedad y la consecuente adopción, cada vez más recurrente, de herramientas metodológicas de las ciencias duras, las cuales fueron fortaleciendo el estatus epistemológico de un conocimiento que hasta muy entrado el siglo XX seguía adscrito a las facultades de Artes liberales o humanísticas. Ambos fenómenos definieron profundamente el carácter de la historiografía contemporánea al haber impulsado una transformación de base en los elementos compositivos del oficio: desde su estatus epistemológico en el universo global de los saberes actuales, los objetos de estudio, los modelos globales de explicación, las teorías, los conceptos, los métodos, los paradigmas, las técnicas y herramientas, hasta su rol y los usos sociales que le han dado indistintamente grupos profesionales, políticos o culturales. 4 Bajo el concepto de situated knowledge las tesis posmodernas de los setenta, que pusieron en duda toda posibilidad objetiva de recuperar el pasado ante la ausencia de una única verdad sino de múltiples representaciones individuales, han encontrado un nuevo y prolijo desarrollo bajo la expresión del conocimiento localizado. Se trata, aquí, de poner de manifiesto y como aspecto preeminente los condicionamientos sociales, sexuales, políticos, ideológicos, etc., que están a la base de toda producción intelectual. No obstante la importancia de su evidencia (en Certeau este condicionamiento está ligado al lieu social de fabrication) en el proceso de configuración de los textos historiográficos, sus peligros radican, por un lado, en una fragmentación política de la sociedad a raíz de la radicalización de la multiplicidad de los conocimientos localizados, pues cada grupo escribiría la historia que le conviene según sus propios presupuestos, prejuicios o intereses; pero, asimismo, en una pérdida del acto historiográfico fundamental de la comprobación del conocimiento, contrastando las perspectivas, opiniones o, incluso, su objetividad con el hecho fáctico. Para C. Ginzburg se trata de “ir más allá” buscando una comunicación posible y un conocimiento factible de probar y aceptar, “incluso cuando supone verdades desagradables y dolorosas” (En María Lúcia G. Pallares-Burke. La nueva historia. Nueve entrevistas. Valencia: PUV, 2005 p. 247). Para una aproximación a la tesis sobre el conocimiento localizado se puede revisar HARAWAY, Donna. “Situated Knowledge”. En Feminist Studies, v. 14, p.575-599, 1988. En este contexto de cambios radicales, unos de ruptura y otros de lenta mutación, la microstoria ha representado uno de las corrientes más audaces en el proceso de desarrollo de la historiografía de las últimas décadas. Surgida en un umbral de la historia del siglo XX, entre dos puntos extremos, el primero marcado por los efectos sociales, culturales e intelectuales que desencadenó la revolución de los sesenta y la consolidación del posmodernismo; y, el segundo, marcado por la Crisis del 89 que supuso, fundamentalmente, una deslegitimación de las propuestas intelectuales y políticas de izquierda y, paralelamente, la legitimación desde la historia de la hegemonía liberalcapitalista como única vía posible de organización social5. Bajo esta atmósfera de transición histórica los contenidos, las referencias y los fundadores de esta corriente han estado indiscutiblemente condicionados por su tiempo, pues la historia es hija de su tiempo y no son precisamente los hombres los que hacen la historia, según la sentencia que haría famosa Treitschke, sino que la historia también hace a los hombres y modela su destino6. Elementos centrales de la microhistoria como su método de reducción de escala y también la inclusión de “fenómenos periféricos”, han representado un punto de quiebre con las tendencias dominantes de la investigación histórica que encabezó la nouvelle histoire hasta los setenta, particularmente, entre los Annales y la historia social británica. Por lo tanto, el análisis de esta corriente en el contexto general de la historiografía del s.XX resulta una parte inicial del balance historiográfico para establecer una valoración de conjunto sobre aspectos como su lugar y rol en el plano global de la disciplina, los motivos y fuentes del método microhistórico, el instrumental de investigación y, por supuesto, su vigencia actual. Para Josep Fontana uno de los fenómenos determinantes dentro de lo que denomina “La crisis del 89” fue aquello que LAWRENCE STONE analizó en su artículo de 1981 como “el retorno a la narrativa”. Tendencia ambivalente que se caracterizó, por un lado, en el retorno a la narrativa como medio de superación de la historia estructural y analítica por medio de proyectos histórico-narrativos que privilegiaban las habilidades comunicativas antes que el objeto; y, por otra parte, como método de escritura idóneo para los nuevos objetos de investigación que comenzaron a surgir a partir de los estudios de las mentalités de la tercera generación de Annales. FONTANA, Josep. La historia de los hombres: el siglo XX. Barcelona: Crítica, 2002, 1ra.ed.2002, 2da.reimpresión 2010. STONE, Lawrence. “El renacer de la narrativa: reflexiones sobre una nueva vieja historia”. En: Revista Eco, tomo XLIII/5, sept.1981, no.239. 6 BRAUDEL, Fernand. La historia y las ciencias sociales. Madrid: Alianza, 1968, pp. 19 y 27. 5 Lugar y usos públicos de la microhistoria en la historiografía del siglo XX. Los análisis de la microhistoria en el conjunto más amplio de la historiografía del siglo XX, pueden organizarse bajo tres perspectivas principales. La primera sitúa esta corriente en contraposición directa a la tendencia dominante del posmodernismo de los años setenta. Así, las posiciones teóricas en contra de las metanarrativas y a favor de los petits récits como representaciones individualizadas y contrahegemónicas de los grandes discursos, desembocaron muy pronto en un relativismo peligroso frente a la objetividad del hecho histórico. En este contexto, Corcuera considera la obra de Carlo Ginzburg y, en general, de la microhistoria, como una restitución del concepto rankeano de realidad, es decir, como “lo que realmente sucedió”, en contra de la disolución de la frontera que había tradicionalmente distinguido la ficción de la comprobación fáctica del hecho histórico. “No debemos abandonar esa vieja noción rankeana de realidad que significa «precisamente lo que sucedió» […]. Hay algo irreductible que, para bien o para mal, yo todavía llamaría realidad. Sin esta realidad, ¿cómo podemos establecer una diferencia entre ficción e historia”7. La segunda a través de una taxonomía de las corrientes historiográficas post68 entre polos fuertes y polos emergentes8, sitúa la microhistoria como una de las tendencias dominantes de las últimas décadas del siglo, entre la cuarta generación de Annales, la historia socialista británica y el movimiento de historiadores agrupados en torno al Fernand Braudel Center de la Universidad de New York, el cual dirige Immanuel Wallerstein. El significado para la disciplina está determinado por su apertura a la “construcción de una historia cultural desde el punto de vista de las víctimas, es decir, desde la comprensión de las clases populares, oprimidas y casi siempre silenciadas y marginadas”9. 7 GINZBURG, Carlo. Just one witness. En: SAUL FRIEDLANDER (COMP), probing the limits of representation. Nazism and the final solution, Cambridge University Press, 1993. 8 AGUIRRE ROJAS, Carlos Antonio. La historiografía en el siglo XX. Historia e historiadores entre 1848 y ¿2025? Bogotá: Ediciones desde abajo, 2010. En la colección “Clásicos de la historia crítica. 9 AGUIRRE ROJAS, Carlos Antonio. La historiografía en el siglo XX. Historia e historiadores entre 1848 y ¿2025? Bogotá: Ediciones desde abajo, 2010. En la colección “Clásicos de la historia crítica, p. 146. Por último, bajo la tercera perspectiva podrían agruparse los análisis de Eric Hobsbawm10 y Josep Fontana11, los cuales convergen en torno a la tesis de Lawrence Stone12 sobre el fenómeno del “retorno a la narrativa” como la tendencia dominante en la escritura de la historia a partir de los setenta. Tras la paulatina decadencia de la nouvelle histoire que había dominado los círculos historiográficos a partir de la segunda mitad del siglo XX y que se erigió como la impulsora de una historia económica y social contrapuesta a la historia política del siglo anterior, los cambios acaecidos tras la revolución cultural de los años sesenta se convirtieron en la base de un nuevo periodo de la disciplina histórica cuyos máximos representantes serían el posmodernismo, por un lado, y la antropología cultural de Geertz, como una de las referencias más determinantes de los nuevos historiadores. Entre las grandes características de esta nueva historia como los enfoques microscópicos, los modelos descriptivos y los nuevos temas y sujetos -sentimientos, vidas y conductas de pobres antes que de grandes- el estilo narrativo destaca como la forma más acorde para explicar estos nuevos problemas, pero a su vez como un medio para “mostrar el verdadero funcionamiento de determinados aspectos de la sociedad […] y evitar formalizaciones abusivas”13. 10 HOBSBAWM, Eric. Años interesantes. Una vida en el siglo XX. Barcelona: Crítica, 2da. Ed., mayo 2003. 11 Josep Fontana. La historia de los hombres: el siglo XX. Barcelona: Crítica, 2002, 1ra.ed.2002, 2da.reimpresión 2010. 12 STONE, Lawrence. “El renacer de la narrativa: reflexiones sobre una nueva vieja historia”. En: Revista Eco, tomo XLIII/5, sept.1981, no.239 13 Josep Fontana. La historia de los hombres: el siglo XX. Barcelona: Crítica, 2002, 1ra.ed.2002, 2da.reimpresión 2010, p. 150. 2.4. Esquema general de la tesis: Secciones Temática 1. Introducción. Planteamiento general del problema y estructura del texto. 2. CAPÍTULO 1: La microhistoria y El queso y los Balance historiográfico en torno a gusanos: los componentes de: Subcapítulos: - Lugar y usos públicos de la 1.1: Lugar y usos públicos de la microhistoria en microhistoria y “El queso y los la historiografía contemporánea (1976-2010) gusanos” en la historiografía 1.2: Las prácticas microhistóricas en El queso y contemporánea (1976-2010) los gusanos - Prácticas microhistóricas en la obra. 3. CAPITULO 2: Tiempo histórico y tiempo Descripción y análisis de los microhistórico. enfoques teórico y metodológico del Subcapítulos: tiempo en la historiografía del s.XX. 2.1: Regímenes del tiempo histórico. - Tendencias en la historiografía del s.XX. 2.2: Régimen del tiempo microhistórico en El Descripción de las formas del tiempo histórico - queso y los gusanos. Descripción del tiempo en El queso y los gusanos. 4. CAPITULO 3: Propuesta crítica frente a los Crítica personal a los enfoques enfoques del tiempo microhistórico en El queso teórico y metódico el tiempo en la y los gusanos. obra. 3.1: Los problemas del tiempo en la economía. - 3.2: Los problemas del tiempo en la cultura. 3.3: Los problemas del tiempo en la sociedad. Comparación Braudel/Ginzburg en problemas económicos. - Comparación Braudel/Ginzburg en problemas culturales. - Comparación Braudel/Ginzburg en problemas sociales. 2.5. Marco teórico: Las categorías centrales que se utilizarán para interpretar y explicar fenómenos del problema planteado son las siguientes: lugar social de producción, prácticas científicas y centros-periferias historiográficas. La categoría de lugar social de producción en tanto componente fundamental para comprender el oficio de hacer historia “define la labor del historiador y su obra por medio de sus intereses investigativos, sus perspectivas, usos de los documentos, así como su análisis e interpretación”, por lo tanto se utilizará bajo dos dimensiones. En primer lugar, para situar en el plano general de una historia intelectual de la historiografía del siglo XX, desde Anales hasta la nueva historia cultural, la corriente microhistórica; en segundo lugar, para situar la obra particular de Carlo Ginzburg, El queso y los gusanos (1976), tanto en el marco de la corriente historiográfica que representa como con respecto al plano general del desarrollo de la disciplina histórica en el último tercio del siglo XX. Para ello se acudirá a los componentes analíticos que Michel de Certeau vincula directamente con el lugar de producción, como la comunidad de saber la cual representa la forma concreta del lugar de producción del historiador y, específicamente, las prácticas que identifican una corriente determinada, o escuela o estilo. En este sentido, las prácticas científicas se usará como la categoría que permite discernir del inmenso utillaje historiográfico aquellas herramientas que caracterizan internamente el oficio historiográfico de la microhistoria. Por lo tanto, se observarán elementos como los objetos de estudio, los modelos globales de explicación, las teorías, los conceptos, los métodos, los paradigmas, las técnicas y demás instrumentos prácticos, los cuales, en mayor o menor grado, se evidencian en el proceso de construcción de El queso y los gusanos. Por último y con el fin de integrar una perspectiva social a este ejercicio de historia intelectual, se tomará la categoría de centros-periferias historiográficas para situar tanto la microhistoria como la obra de Ginzburg en un contexto histórico marcado, por un lado, por una ruptura de la continuidad que tuvieron entre el siglo XIX y la década de los 60 los centros hegemónicos de producción historiográfica mundial, y, por otra parte, caracterizado por la emergencia de un nuevo orden fruto de la transformación de la antigua lógica centro-periferia a una de policentrismo y la pluralidad, es decir, una lógica de polos fuertes-polos emergentes14, contexto complejo en el medio del cual se comprende más plenamente la formación, desarrollo y circulación de las propuestas microhistóricas y, sobre todo, los enfoques teóricos y metodológicos que definieron la forma particular del tiempo en El queso y los gusanos. 2.6. Enfoque metodológico: En primer lugar, se analizará el proceso de desarrollo de la historiografía en el siglo XX a través de las tendencias dominantes hasta la década de los 60, esto a través de obras de historiografía centradas en el siglo XX. Posteriormente, se situará la corriente de la microhistoria en su lugar social de producción, y, en particular, la obra de Carlo Ginzburg. Este balance general permitirá reconocer los elementos inherentes a la microhistoria en lo concerniente a su lugar de producción, las prácticas científicas que esta comunidad de saber particular representa, y los usos públicos que ha tenido. Igualmente, el balance permitirá situar la microhistoria y El queso y los gusanos en el contexto histórico particular de la revolución cultural del 68, cuyos efectos en la historiografía se vieron reflejados en un cambio de lógica entre los epicentros tradicionales de saber y nuevos centros emergentes. En un segundo momento las prácticas científicas de la microhistoria se pondrán en relación directa con los enfoques concretos que toma el tiempo en El queso y los gusanos, tanto en su dimensión teórica como metodológica. Las fuentes de las cuales se alimenta la perspectiva del tiempo en la obra se analizarán para poder bosquejar las afinidades directas con los principios historiográficos de la corriente o, por el contrario, para plantear los distanciamientos y particularidades que encierra Ginzburg en su obra de 1979. La propuesta crítica, finalmente, se hará con base en un marco teóricometodológico que pueda brindar argumentos sólidos para evidenciar deficiencias o aportes destacados del enfoque de tiempo que define la obra. 14 Carlos Antonio Aguirre. La historiografía en el siglo XX. Historia e historiadores entre 1848 y ¿2025? Bogotá: Ediciones desde abajo, 2010, pp. 112-117. 2.7. Cronograma de trabajo: FASES FASE I: Última versión del PROYECTO DE INVESTIGACIÓN y entrega a Tutor FASE II: Inicio redacción capítulos y entregas preliminares de cada capítulo al tutor 1. CAP. 1, CAP. 2, CAP. 3. 2. INTRODUCCIÓN Y CONCLUSIONES FASE III: Correcciones finales y envío VERSIÓN PRELIMINAR COMPLETA (1) FASE IV: Corrección aspectos formales (citas, ortografía, bibliografía, etc) JUNIO1 – JULIO 1 JULIO 1 – AGOSTO 1 AGOSTO 1 – SEPTIEMBRE 1 SEPTIEMBRE 1 – OCTUBRE 1 OCTUBRE 1NOVIEMBRE 1 DICIEMBRE 10 ENERO 10 – Enero 20 Enero 21 – Febrero 1 BIBLIOGRAFÍA Fuentes primarias: 1. Ginzburg, Carlo. El queso y los gusanos. Barcelona: Península, 2009. Il formagio e i vermi, 1976 (IT), Einaudi, Turín. 2. Ginzburg, C., “Proofs and Possibilities: In The Margins of Natalie Z. Davis The Return of Martin guerre, . Yearbook of comparative And General Literature , 37, 1988, 113-127 3. Ginzburg, C. “Latitude, Slaves and the Bible. An Experiment in Microhistory”. 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