Actividad 3b de la página 50 del libro de texto: Sitúa en el mapa, en su lugar correspondiente, las principales unidades morfoestructurales del relieve español. Indica la era geológica a la que pertenece cada una y el tipo de relieve característico: Las principales unidades morfoestructurales, la era a que pertenecen y sus tipos de relieve característico son: 1) La Meseta: a) Zócalo de la Meseta (Penillanuras Zamorano-Salmantina y Extremeña). Afloramiento en superficie del zócalo paleozoico del antiguo macizo Galaico-Duriense, al eliminar la erosión la capa de sedimentos terciarios que lo recubría. El relieve es de penillanuras (superficies de erosión) suavemente onduladas, salpicadas por montes isla y gargantas o arribes donde los ríos se encajan. b) Cuencas sedimentarias interiores de la Meseta (Cuenca del Duero, al norte; cuencas del Tajo y del Guadiana, al sur). Sectores del zócalo de la Meseta de origen paleozoico, pero hundidos en la era terciaria y recubiertos desde entonces por gruesos estratos sedimentarios en régimen lacustre y alternos entre capas blandas (arcillas, margas…) y duras (calizas). Relieve: páramos sobre las calizas; campiñas sobre las arcillas, donde las calizas han sido desmanteladas; y cuestas entre ambos. Cerros testigo, antecerros. 2) Sierras interiores de la Meseta: Sistema Central y Montes de Toledo. Sectores del zócalo paleozoico de la Meseta rejuvenecidos en la era terciaria por el levantamiento de algunos bloques debido a la orogenia alpina. Relieve de estilo germánico (horst y graben) con modelado granítico: en las zonas más altas aristas y canchales; en las zonas medias, relieve ondulado, tores y berrocales; y en las zonas plegadas de diferente dureza, relieve apalachense. Algunas huellas de modelado glaciar en el Sistema Central, más elevado. 3) Rebordes montañosos de la Meseta: Macizo Galaico-Leonés, Cordillera Cantábrica, Sistema Ibérico, Sierra Morena. Se trata de unidades de estructura y morfología diversa, formados en la era terciaria (orogenia alpina) bien por la fractura y levantamiento o hundimiento de bloques del zócalo de la Meseta (macizo GalaicoLeonés, sector occidental de la cordillera Cantábrica, Sierra Morena) sobre materiales paleozoicos, bien por el plegamiento de materiales sedimentarios mesozoicos depositados por el mar en sus bordes (sector oriental de la Cordillera Cantábrica, Sistema Ibérico): a) En el primer caso, el relieve adquiere diferentes formas, estructurales o debidas al modelado erosivo sobre el tipo particular de roquedo: i) En el Macizo Galaico-Leonés aparecen montañas redondeadas de poca altura, cortadas por abundantes fallas, dando lugar a un relieve estructural de estilo germánico (horst y graben) y, como los materiales son paleozoicos, aparecen formas de relieve típicamente derivadas del modelado granítico. ii) En el sector occidental de la Cordillera Cantábrica, el Macizo Asturiano, existen materiales paleozoicos de diferente dureza: en el extremo oeste, cuarcitas y pizarras han dado lugar a un relieve apalachense; en el extremo oriental aparece un gran afloramiento de calizas primarias (los Picos de Europa), de gran altura, con importantes manifestaciones de modelado kárstico sobre una base estructural de bloque fallados y levantados. En todo este sector de la cordillera aparecen también, debido a su latitud y altura, evidentes restos de modelado glaciar. iii) Sierra Morena, brusco escalón que separa la Meseta de la depresión del Guadalquivir, parece ser, estructuralmente, una gran flexión del borde meridional del antiguo macizo Galaico-Duriense, fracturada en muchos puntos. Como el roquedo también es paleozoico, abundan aquí también los ejemplos de modelado granítico. b) En el segundo caso (plegamiento de materiales sedimentarios mesozoicos calizos depositados por el mar en los bordes del antiguo macizo Galaico-Duriense): i) En el sector oriental de la Cordillera Cantábrica encontramos relieves jurásicos (allí donde los materiales plegados son de diferente dureza), y modelado cárstico sobre las calizas. ii) En el Sistema Ibérico encontramos sectores de plegamiento sobre roquedo calizo, con abundantes muestras de modelado cárstico, junto a sierras que son el resultado del fallado y elevación de bloques (horst) procedentes del borde oriental del zócalo paleozoico de la Meseta (Sierra de la Demanda, Sierra de Albarracín), con evidentes muestras de modelado granítico. Las zonas hundidas (graben o fosas tectónicas como la de Calatayud) internas están tapizadas por roquedo sedimentario de la terciaria, con muestras de modelado arcilloso. 4) Depresiones exteriores de la Meseta. Cuencas o fosas prealpinas formadas en la era terciaria por el hundimiento de grandes bloques de antiguos macizos paleozoicos ante el empuje de los plegamientos alpinos, y luego colmatadas con potentes espesores de sedimentos terciarios y cuaternarios de tipo arcilloso, dando lugar a relieves predominantemente horizontales. a) La depresión del Ebro, resultado del hundimiento del antiguo macizo paleozoico del mismo nombre, se colmató en régimen primero marino y, después lacustre (al elevarse las cordilleras costeras catalanas), con materiales más gruesos en los bordes y más finos en el centro, lo que ha dado lugar a un modelado del relieve por erosión diferencial: en los bordes, somontanos, mallos y hoyas; en el centro, un relieve tabular en mesas y muelas donde se conservan las calizas, y de badlands en las zonas donde predominan los materiales blandos y el clima árido. b) La depresión del Guadalquivir, resultado de la flexión y hundimiento del borde meridional del antiguo escudo galaico-duriense, se colmató en régimen marino con calizas, arcillas y margas; allí donde afloran las arcillas, relieve de campiñas suavemente onduladas; si afloran mantos de calizas, relieve tabular en páramos y cerros testigo o alcores. 5) Cordilleras exteriores de la Meseta. Formadas todas ellas en la orogénesis alpina de la era terciaria como consecuencia del plegamiento de gruesos estratos calcáreos depositados durante la era secundaria o mesozoica en las fosas marinas que separaban entre sí a los macizos surgidos en la era primaria. Son, pues, unidades en las que predominan los materiales calizos plegados, con importantes muestras de modelado cárstico y jurásico: a) Los Pirineos tienen una estructura compleja: i) El Pirineo Axial está formado por materiales paleozoicos derivados de la fractura y elevación de bloques del borde del antiguo macizo herciniano de Aquitania. El relieve es abrupto, con múltiples signos del modelado granítico típico de grandes alturas: crestas y canchales y abundantes y vistosas formas glaciares. ii) Los Prepirineos, al sur, son dos alineaciones paralelas formadas por pliegues calizos con abundantes muestras de modelado cárstico y jurásico. b) Los Montes Vascos son prolongación de los Prepirineos, con formas suaves y moderada altitud, aunque el Pirineo Axial aflore en el extremo oriental, paleozoico. c) Las Cordilleras Costeras Catalanas están separadas del extremo oriental de los Pirineos por un sistema de fallas que ha dado lugar a una región volcánica (campo de Olot). La zona norte de la cordillera está integrada por materiales paleozoicos procedentes del borde del macizo herciniano Catalano-Balear levantados en la terciaria por la orogenia alpina, mientras que la mitad sur está constituida fundamentalmente por materiales calizos de la era secundaria plegados por la misma orogenia. Pero toda la cordillera está dividida en dos alineaciones paralelas separadas por una fosa tectónica longitudinal cuyo fondo está recubierto por materiales terciarios y cuaternarios arcillosos, con un relieve de suaves colinas y valles. d) Las Cordilleras Béticas son dos sistemas montañosos separados por una depresión intermedia: i) La Cordillera Penibética, que bordea la costa, está integrada por materiales silíceos paleozoicos procedentes de los bordes del antiguo Macizo herciniano Bético-Rifeño. Con las mayores alturas de la península, podemos encontrar en ella manifestaciones de modelado granítico y restos de modelado glaciar. ii) La Cordillera Subbética, que corre por el interior, está integrada por materiales de la secundaria plegados por la orogenia alpina; son alternativamente duros (calizas) y blandos (margas), por lo que los plegamientos alcanzaron gran complicación, con mantos de corrimiento y cabalgamientos. Podemos también numerosos ejemplos de relieve jurásico y de modelado cárstico. iii) La depresión intrabética, entre ambas cordilleras, está formada por varias depresiones pequeñas (hoyas) rellenas con materiales sedimentarios terciarios de tipo arcilloso, con relieves de tipo badland, dada la aridez del clima. 5b. Indica qué unidades morfoestructurales son las que atraviesa la línea desde A hasta B, explicando el origen y el tipo de roquedo y de relieve de cada una de ellas. El corte topográfico representa las unidades del relieve a lo largo de una línea entre los Pirineos y la depresión del Guadalquivir. Entre los puntos A y B se suceden las siguientes unidades del relieve: 1) Los Pirineos, cordillera exterior a la Meseta, tienen una estructura compleja: a) El Pirineo Axial está formado por materiales paleozoicos derivados de la fractura y elevación de bloques del borde del antiguo macizo herciniano de Aquitania. El relieve es abrupto, con múltiples signos del modelado granítico típico de grandes alturas: crestas y canchales y abundantes y vistosas formas glaciares. b) Los Prepirineos, al sur, son dos alineaciones paralelas formadas por pliegues calizos con abundantes muestras de modelado cárstico y jurásico. c) Ambas alineaciones están separadas por una depresión intermedia de materiales margosos. 2) La Depresión del Ebro, depresión exterior a la Meseta. Es una fosa prealpina de forma triangular que, tras la orogénesis terciaria, quedó entre los Pirineos, la Cordillera Costero-Catalana y el Sistema Ibérico. La depresión estuvo primero ocupada por el mar, pero luego se cerró, transformándose en un gran lago hasta finales de la era terciaria, cuando el Ebro se abrió paso a través de la Cordillera Costero-Catalana hasta el mar. Por ello tiene depósitos marinos y continentales, gruesos en los rebordes montañosos o somontanos (conglomerados), donde la erosión ha formado mallos y hoyas; y más finos en el centro de la depresión (areniscas, margas, yesos, calizas y 3) 4) 5) 6) 7) sales), donde se han constituido mesas, planas o muelas sobre los estratos duros y badlands en los materiales más blandos. El Sistema Ibérico, cordillera limítrofe a la Meseta. Es una cordillera intermedia, formada en su mayor parte por materiales secundarios calizos depositados por el mar en el borde oriental del zócalo de la Meseta, que se plegaron en la orogénesis alpina. Los materiales paleozoicos solo existen en algunos sectores donde la cobertera sedimentaria depositada sobre el zócalo era menos potente y permitió el afloramiento de bloques del zócalo rejuvenecidos en la orogénesis alpina. La Submeseta sur. Es una cuenca sedimentaria, formada en la era terciaria cuando la orogénesis alpina provocó el hundimiento de algunos bloques del zócalo del antiguo macizo herciniano Galaico-Duriense, que se rellenaron después con sedimentos terciarios. Los materiales son de diferente dureza, arenas, arcillas, yesos, margas y calizas. Las formas del relieve predominantes son de tipo tabular: páramos (superficies estructurales planas y elevadas coronadas por estratos calizos); campiñas (llanuras bajas suavemente onduladas recorridas por ríos en los lugares donde los páramos han sido erosionados) y cuestas (zonas inclinadas entre los páramos y las campiñas). Los Montes de Toledo, cordillera interior a la Meseta. Surgieron en la era terciaria por la rotura y levantamiento de bloques del antiguo Macizo Galaico-Duriense debido a los empujes alpinos. El roquedo es paleozoico, silíceo, y las cumbres suaves y aplanadas, dado que se trata de una superficie de erosión elevada. Encontraremos las formas de modelado granítico propias de zonas de alturas bajas y medias (berrocales, tores, etc.). Sierra Morena, cordillera limítrofe a la Meseta. Surgió en la era terciaria como un brusco escalón flexionado y fallado en muchos puntos que separa la Meseta del valle del Guadalquivir. Se debió a los empujes producidos desde el sur sobre el zócalo de la Meseta al formarse las Cordilleras Béticas. El roquedo es paleozoico, con cumbres suaves y redondeadas y formas de modelado granítico muy abundantes. La Depresión del Guadalquivir, depresión exterior a la Meseta. Se formó en la orogénesis de la era terciaria paralelamente a las Cordilleras Béticas. Primero estuvo ocupada por el mar, luego se convirtió en un lago litoral y más tarde, por colmatación, en marismas pantanosas. Se rellenó con arcillas, calizas y margas marinas del terciario y el cuaternario. El predominio de los materiales arcillosos da lugar a campiñas suavemente onduladas. Cuando surgen los mantos de caliza se forman mesas y cerros testigo o alcores.