PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATOLICA DE CHILE INSTITUTO MAGISTER EN DE ECONOMIA ECONOMIA TESIS DE GRADO MAGISTER EN ECONOMIA Lineros González, Ronald Edwin Julio, 2013 1 PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATOLICA DE CHILE INSTITUTO MAGISTER EN DE ECONOMIA ECONOMIA De Inflación alta y volátil a Inflación baja y estable: El caso de Chile. Ronald Edwin Lineros González Comisión: Rodrigo Fuentes Francisco Rosende Matías Tapia Santiago, Julio de 2013 2 De Inflación alta y volátil a Inflación baja y estable: El caso de Chile. Ronald Lineros González* Julio, 2013 Abstract This study aims to establish what were the principal reasons behind the drop in the volatility of inflation in Chile, which include mainly two factors. First, the good monetary policy management conducted by the Central Bank, in particular, a monetary policy more active and aggressive to deviations of inflation from some inflation target. Second, the "good luck" factor. A period where there are positive supply shocks that have affected all economies. By estimating a structural model for the Chilean economy, it is concluded that the most important factor that led to the fall in inflation volatility was the reduction of shocks hitting the economy, which may explain up to 54% of reduction. The results also show a change in the structure of the Chilean economy to a more forward-looking pricesetting, a change that would imply a considerable reduction in the volatility of inflation. Additionally, the results shown in this work recognize a change towards a monetary policy rule more aggressive in the face of changes in expected inflation, but its scope in reducing inflation volatility is lower. Resumen El siguiente trabajo tiene por objetivo determinar cuáles fueron las causas detrás de la caída de la volatilidad de la inflación en Chile, donde destacan principalmente dos factores. Primero, el buen manejo que llevó a cabo el Banco Central de la política monetaria, en particular una política monetaria más activa, agresiva ante desviaciones de la inflación respecto de su meta inflacionaria. Segundo, el factor “suerte”. Un periodo donde existen Shocks positivos de oferta que han afectado a todo el mundo. Mediante una estimación de un modelo estructural para la economía chilena, se concluye que el principal factor que incidió en la caída de la volatilidad de la inflación fue la reducción de los shocks que golpeaban a la economía, los que pueden explicar hasta un 54% de la reducción. Los resultados también muestran un cambio en la estructura de la economía chilena hacia una determinación de precios más forward looking, cambio que implicaría una considerable reducción en la volatilidad de la inflación. Adicionalmente, se encuentra un cambio hacia una regla de política monetaria más agresiva ante cambios en la inflación esperada, pero su alcance en la reducción de la volatilidad de la inflación es más reducida. * Se agradecen los comentarios y sugerencias de todos los integrantes de la comisión de tesis Matías Tapia, Rodrigo Fuentes y Francisco Rosende, por su valiosa guía para la elaboración de este trabajo. También agradezco a toda mi familia por todo su cariño, esfuerzo y apoyo incondicional, en especial a Paulina Sepúlveda y Tomás Lineros. 3 I. INTRODUCCIÓN. ............................................................................................................................ 5 II. REVISIÓN DE LA LITERATURA. ................................................................................................ 8 III. ALCANZANDO LA ESTABILIDAD INFLACIONARIA. ........................................................ 10 III.1. ESTABILIDAD DE LA INFLACIÓN COMO RESULTADO DE MEJORES INSTITUCIONES Y DECISIONES DE POLÍTICAS MONETARIAS. ............................................................................................................................... 12 III.2. CAÍDA DE LA INFLACIÓN COMO UN FENÓMENO MUNDIAL. ................................................................... 14 III.3. ¿QUÉ DICE LA EVIDENCIA RESPECTO A LAS HIPÓTESIS PREVIAMENTE DESCRITAS? .............................. 16 IV. ANÁLISIS EMPÍRICO. .............................................................................................................. 18 IV.1. MODELO MACRO PARA LA ECONOMÍA CHILENA. ................................................................................ 19 IV.2. DATOS Y ESTIMACIÓN. ........................................................................................................................ 21 IV.3. ESTIMANDO LA FECHA DEL QUIEBRE ESTRUCTURAL EN LA ECONOMÍA CHILENA. ............................... 22 IV.4. RESULTADOS. ...................................................................................................................................... 24 IV.4.1. Parámetros estimados. ................................................................................................................. 24 IV.4.2. Estabilidad de los parámetros. ..................................................................................................... 27 IV.4.3. Interpretación de los resultados. .................................................................................................. 28 IV.5. BUSCANDO LAS FUENTES DE LA CAÍDA EN LA VOLATILIDAD DE LA INFLACIÓN. ................................... 31 IV.6. INFLACIÓN BAJA Y ESTABLE ................................................................................................................. 37 V. CONCLUSIÓN. ............................................................................................................................... 46 REFERENCIAS ....................................................................................................................................... 48 ANEXO 1: CHILE Y SU INFLACIÓN CRÓNICA: BREVE DESCRIPCIÓN. ................................... 52 4 I. Introducción. Uno de los temas en los cuales se han centrados muchos de los estudios en macroeconomía es la inflación, y Chile es una país que entrega a la academia muchos interesantes casos de estudio. Con una gran historia inflacionaria, la economía chilena destaca por el largo proceso que tomó la “conquista inflacionaria”, la que hoy en día ha llevado a mantener la tasa de inflación en un nivel bajo y estable. Sin embargo, en la historia inflacionaria de Chile, existen periodos en los que se alcanzó niveles bajos de inflación, pero sin poder sostenerlos en el tiempo. Analizando los datos de inflación para Chile, estos muestran un alto grado de volatilidad, la cual perduró durante gran parte del siglo XX. Pero, como ya se mencionó, la inflación en los últimos años se ha caracterizado por mostrar niveles de volatilidad bastante bajos, comparados con periodos anteriores. Para la década de los 80 y 90, la desviación estándar de la tasa de inflación era de 7.5 puntos porcentuales, mientras desde el 2000 en adelante ésta alcanza un nivel de 1.6 puntos porcentuales. Esta notable menor volatilidad de la inflación es algo completamente nuevo para Chile Muchos estudios identifican los negativos efectos que tiene la inflación sobre las economías, pero ¿qué se puede decir respecto de la volatilidad de la inflación? La volatilidad de la inflación, junto con un alto nivel de inflación, son por lo general dañinas para el crecimiento. Dentro de la literatura que relaciona la inflación con el crecimiento, un tema de crucial importancia es la volatilidad de la inflación. Una alta variabilidad de la inflación a lo largo del tiempo hace que las expectativas sobre el nivel de precios futuro sea bastante incierto, lo cual hace bastante difícil crear planes de consumo y producción de largo plazo, tanto para los consumidores como los productores respectivamente. También, la volatilidad en la inflación genera tal incertidumbre que ocasiona mayores tasas de interés, las que afectarían las decisiones de inversión y provoca que los agentes dediquen recursos a protegerse de la incertidumbre, perjudicando las actividades productivas. Es así como una creciente volatilidad de la inflación haría a la economía menos eficiente al introducir fricciones en los mercados, las que crean una brecha entre los precios relativos que prevalecen en la economía y aquellos que habrían sido determinados solamente por las fuerzas de mercado en ausencia de la volatilidad de la inflación (Friedman, 1977). Diversos estudios verifican estos negativos efectos de la volatilidad de la inflación sobre el crecimiento de las economías (ver por ejemplo Judson y Orphanides (1999)). En Chile a principios de los noventa la inflación, que fue muy difícil de contener por mucho tiempo, empieza a mostrar un comportamiento muy distinto al de los años previos, y es que ésta comienza a caer sostenidamente. Según datos del Fondo Monetario Internacional (FMI), para los años noventa la tasa de inflación era de 26%, mientras que para el finales del 2011, ésta alcanzaba niveles de 4,4% anual. Desde 1995 hasta la fecha, la inflación en Chile se ha mantenido bajo el 10%, lo que da a entender que se ha logrado un grado de estabilidad en la economía que difícilmente se va a perturbar de manera de hacer 5 volver la inflación a los niveles previos, en torno a 20 o 30%. Este proceso de estabilización de la inflación se corrobora al mirar la Tabla 1. Para el periodo que va desde 1983 a 2011, durante todo el periodo la desviación estándar de la inflación es de 8.9 puntos porcentuales. Al dividir la muestra en tres periodos, se aprecia que para gran parte de la década de los 80’s y principios de los 90’s, la desviación estándar fue de 5.8 puntos porcentuales. Pero para la década de los 90’s la desviación estándar de la inflación cae a 3.5 puntos porcentuales, situándose finalmente en 2.6 puntos porcentuales entre los años 200311. Esto motivó muchos estudios buscando una explicación para dicho comportamiento de la inflación. Pero los estudios que se han llevado a cabo, no profundizan mucho sobre su volatilidad, a pesar de los nocivos efectos que tiene en la economía. Más bien tratan de vincular la caída del nivel de la inflación con las metas inflacionarias (Landerretche, Morandé y Schmidt-Hebbel, 1999, Corbo y Schmidt-Hebbel, 2000). ¿Qué generó esta menor variabilidad en la tasa de inflación? Diversas hipótesis explicativas pueden surgir para explicar el fenómeno, que van desde una mejora en las políticas económicas implementadas, hasta una menor varianza de los shocks que golpeaban a la economía. Así, un estudio empírico que identifique los factores que condujeron la inflación en Chile a su estado actual parece ser de gran relevancia. En particular, lo que se pretende investigar es el porqué de la caída de la volatilidad de la inflación en Chile, más específicamente, ¿qué provocó esta mayor estabilidad de la inflación en Chile, que al parecer comenzó a partir de los años noventa? Durante gran parte del siglo XX, se buscaron muchas formas de contener la inflación sin tener resultados positivos. Lo que llama más aun la atención es que, luego de remediar la principal causa de la inflación en Chile, la cual era la indisciplina fiscal, la inflación se mantuvo muy lejos de ser controlada. ¿Tiene que ver que el banco central de Chile se hizo independiente en 1989 con el Tabla 1 Estadisticos Descriptivos, 1983-2011 1983:Q1-2011:Q4 1983:Q1-1992:Q4 1993:Q1-2002:Q4 2003:Q1-2011:Q4 Tasa de inflación Mean Std. Dev. 10.6 8.9 21.3 5.8 6.4 3.5 3.3 2.6 Crecimiento del producto Mean Std. Dev. 5.3 3.6 7.0 3.9 4.8 3.4 4.2 2.7 Tasa de Pol. Monetaria Mean Std. Dev. 5.5 2.2 6.2 2.0 6.2 1.5 3.7 2.0 Nota: Estadisticos descriptivos de la muestra. 6 cambio en la tendencia inflacionaria?, ¿existieron cambios estructurales en la economía chilena que desembocaron en el actual comportamiento de la inflación?, ¿fueron los shocks que golpeaban a la economía los que ayudaron a reducir la volatilidad de la inflación?, ¿ha habido un cambio en la aversión a la inflación de parte del Banco Central? Estas preguntas se pretenderán abordar con el desarrollo de este trabajo. El propósito es entregar mayor evidencia respecto a los factores que incidieron en el comportamiento que experimentó la inflación en Chile desde principios de los noventa, y que ha logrado mantenerse a un nivel bajo y estable desde hace ya mucho tiempo. El enfoque seguido por este trabajo para responder la pregunta, está basado en la estimación de un modelo macroeconómico estructural Neokeynesiano. Este está compuesto por cinco ecuaciones, las que incluye una curva de Oferta agregada, una Demanda agregada, una regla de política monetaria entre otras. Este modelo tiene la ventaja que permite identificar los mecanismos de propagación, de los shocks estructurales. Esto último es particularmente útil, ya que permite realizar los análisis controlando por los shocks, de manera tal de explicar la contribución específica de cada variable económica sobre la reducción de la volatilidad de la inflación. Adicionalmente se desarrollan una serie de ejercicio contra factuales con la finalidad de determinar las fuerzas ultimas que llevaron al actual ambiente de baja inflación. Estos ejercicios permiten tanto al sector privado como a la autoridad monetaria, enfrentar los distintos shocks de distintos periodos muestrales. De esta manera se puede revelar si la caída en la volatilidad de la inflación se debió a una mejora en los mecanismos de propagación o a menores shock que golpeaban a la economía. Las estimaciones por máximo verosimilitud implican un cambio hacia una determinación de precios más forward looking, cambio que implicaría una considerable reducción en la volatilidad de la inflación. Adicionalmente, se encuentra un cambio hacia una regla de política monetaria más agresiva ante cambios en la inflación esperada, pero su alcance en la reducción de la volatilidad de la inflación es más reducida. Un problema que presenta este estudio, es que no se puede dar una explicación del porqué del cambio que surge en el componente forward looking asociado a la curva de Oferta agregada. Podría ser que el cambio en este parámetro pueda estar relacionado con el cambio en la actitud del Banco Central para hacer frente a la inflación. Al extender el análisis con los ejercicios contrafactuales, los resultados indican que la principal causa de la caída en la volatilidad de la inflación se debe a los menores shocks que existieron en la economía a partir del segundo semestre de 1991. La estructura del trabajo es la siguiente: Sección II hace una revisión de la literatura con respecto a la volatilidad de la inflación. En la Sección III se presenta evidencia empírica respecto a la caída de la volatilidad de la inflación, junto con un análisis conceptual respecto a las posibles causas de la caída de la volatilidad de la inflación. En la Sección IV se evalúan empíricamente las posibles causas de la caída de la volatilidad y se presentan los resultados. La Sección V presenta las principales conclusiones. 7 II. Revisión de la literatura. La volatilidad de la inflación, junto con un alto nivel de inflación, son por lo general dañinas para el crecimiento. Dentro de la literatura que relaciona la inflación con el crecimiento, un tema de crucial importancia es la volatilidad de la inflación. Una alta variabilidad de la inflación a lo largo del tiempo hace que las expectativas sobre el nivel de precios futuro sea bastante incierto. Rother (2004) señala que en un mundo con contratos nominales, esto induce un premio por riesgo para los acuerdos de largo plazo, aumentando los costos de cobertura contra el riesgo inflacionario y llevando a una redistribución no anticipada de la riqueza. Lo anterior implica que la volatilidad de la inflación puede impedir el crecimiento, incluso si la inflación en promedio se mantiene restringida. Judson y Orphanides (1999), encuentran cierta evidencia de que la volatilidad de la inflación ha contribuido significativamente a disminuir el crecimiento económico para un amplio panel de países, lo que apoya la conjetura de Friedman (1977) de que los efectos dañinos de la inflación sobre el crecimiento están dirigidos por la volatilidad de la inflación. Froyen y Waud (1987), encuentran que la alta inflación induce una alta volatilidad e incertidumbre en los países de Estados Unidos, Alemania, Canadá y U.K. Blanchard y Simon (2001) encuentran una fuerte relación positiva entra la volatilidad de la inflación y la volatilidad del producto para grandes países industrializados. Existen otros estudios que identifican los costos asociados que tiene una inflación alta para las economías (Ver Fischer, 1981, Feldstein, 1997 y Lucas, 2000), así como también una alta volatilidad de la inflación. Emara (2012) presenta evidencia para México respecto a que una disminución en la volatilidad de la inflación lleva a un incremento de cerca de 8% en el bienestar. Es más, cuando la caída en la volatilidad de la inflación está acompañada con una mejora en las instituciones, el bienestar se incrementa en un rango de 11-19%. El caso de Chile es bien particular respecto a como se ha comportado la tasa de inflación a lo largo de su historia. La inflación para gran parte del siglo XX ha sido altamente volátil, como se puede apreciar en la figura 1. A pesar de esto, pocos estudios se han llevado a cabo para indagar en una explicación de la fuerte caída en la volatilidad de la inflación y del producto para los países en desarrollo. La mayoría de los estudios de este estilo se han concentrado en las economías desarrolladas y principalmente para Estados Unidos (ver Boivin y Giannoni, 2002, Ahmed, Levin, y Wilson, 2002, Moreno, 2004, Stock y Watson, 2002 y Cogley y Sargent, 2002). Los estudios referentes a Chile están relacionados con el vinculo que puede existir entre la caída del nivel de la inflación el efecto de las metas inflacionarias sobre la inflación (Landerretche, Morandé y SchmidtHebbel, 1999). Corbo y Schmidt-Hebbel (2000) simulan un modelo bajo un escenario contra factual para tratar de mostrar el rol de la credibilidad y de las metas de inflación en la sostenida reducción de la inflación experimentada desde principios de los 90’s. Los autores encuentran que la introducción de metas de inflación ayudo a anclar las 8 expectativas. Valdés (1998) argumenta que la brecha entre la inflación y su meta se ve afectada por la política monetaria más que la inflación en sí misma. Pero los estudios anteriores no consideran la volatilidad de la inflación como variable a explicar. A principios de los 90’s, Chile empieza a experimentar una marcada caída en la volatilidad de la inflación. Lo curioso de este proceso inflacionario es que, muchos años antes se implementaron varias medidas con tal de controlar la inflación. Así, como se concluye del apéndice 1 (que relata de manera bien sintetizada la historia inflacionaria chilena), los programas de estabilización terminaron en fracaso debido a la incapacidad de controlar los déficits fiscales y a la inconsistencia entre las políticas cambiaria, fiscal y monetaria. Los déficits fiscales fueron la principal fuente de la inflación en Chile antes de la independencia del Banco Central respecto del gobierno de turno. Si el gobierno tiene poder sobre la política monetaria, entonces hay una alta probabilidad de usar este poder para sus propios objetivos. Del mismo modo, en los conflictos sobre las políticas económicas, los gobiernos fuertes pueden obligar al Banco Central a acomodar sus políticas (Sargent and Wallace, 1981). Sin embargo, a finales de los 70 y principios de los 80, Chile tenia superávits fiscales, pero aun así la inflación no cambió significativamente su comportamiento. Siguiendo con la revisión de la literatura, Mello y Moccero (2007) realizan un estudio donde tratan de abordar esta reducción en la volatilidad macroeconómica para los países de Brasil, Chile, Colombia y México. Específicamente tratan de testear la hipótesis de si un cambio en el régimen monetario ha reducido la volatilidad. 1Lo principal que encuentran en su estudio es que, el cambio de régimen está asociado con una respuesta más persistente y fuerte por la autoridad monetaria frente a cambios en la inflación esperada, esto para Chile y Brasil. Sin embargo los autores no abordan la contribución de los mismos shocks como explicación para este periodo de menor volatilidad macroeconómica. De hecho, su periodo de muestra parte desde 1996 hasta 2005, periodo que destaca por tener una tasa de inflación bastante más baja que en periodos previos. Tena y Salazar (2008), presenta un análisis empírico de los efectos de diferentes tipos de shocks económicos en el crecimiento del producto y la inflación chilena. Ellos encuentran que 17% de la variabilidad del producto entre 1984 y 2006 corresponde a shocks externos, mientras que entre 1966 y 1983 su impacto era de 47,2%. Adicionalmente, encuentran que en los últimos veinte años ha aumentado la importancia relativa de los shocks externos para explicar la volatilidad de la inflación. Dado lo anterior, el presente trabajo trata de buscar cuales fueron las causas de la caída en la volatilidad de la inflación, por lo que destaca por ser parte de unos pocos que se han llevado a cabo para los países en desarrollo, en particular para Chile. 1 Con cambio de régimen monetario los autores se refieren a la implementación completa de metas de inflación, una vez que se dejo completamente libre el tipo de cambio. 9 Figura 1 Tasa de inflación en Chile. 100 90 80 70 60 50 40 30 20 10 0 1935 1940 1945 1950 1955 1960 1965 1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000 Fuente: Banco Central de Chile. III. Alcanzando la estabilidad inflacionaria. A continuación se presentará evidencia de una efectiva caída en la volatilidad de la inflación. Se ahondará en las posibles explicaciones que están detrás de esta caída, para posteriormente obtener conclusiones de manera tal de testearlas en la sección empírica. Como se puede apreciar en la Figura 2, a principios de la década de los noventa, la tendencia de la inflación comienza a caer sostenidamente hasta mantenerse relativamente estable desde finales de los noventa hasta la actualidad. En el panel (b) de la Figura 2, se aprecia que precisamente durante la década de los noventa, los shocks que desvían la tasa de inflación de su tendencia son mucho menores respecto de los que prevalecían durante los ochenta (el único momento donde los shocks parecen volver es cuando se desencadena la crisis financiera Sub-prime). Lo que refleja principalmente la Figura 2, es que la volatilidad de la tasa de inflación parece haber disminuido, algo que ya se había mencionado al inspeccionar la Tabla 1. 10 Figura 2 Tendencia inflacionaria (a) y shocks sobre la inflación (b). (a) 9 35 8 30 7 25 6 dic.2007 mar.2010 sep.2005 jun.2003 mar.2001 dic.1998 sep.1996 jun.1994 mar.1983 mar.2010 dic.2007 jun.2003 sep.2005 mar.2001 0 dic.1998 -5 sep.1996 1 jun.1994 0 dic.1989 2 mar.1992 5 sep.1987 3 jun.1985 10 mar.1992 4 dic.1989 15 5 jun.1985 % sep.1987 20 mar.1983 % 40 (b) Nota: Elaboración propia, utilizando la variación del índice de precios del consumidor (IPC). La estimación de la tendencia inflacionaria se realizó utilizando la metodología en Stock y Watson (2007) y Rosende y Tapia (2012). Los shocks sobre la inflación son simplemente la diferencia entre la tendencia estimada y la serie de inflación Para aportar un poco más de evidencia respecto de la caída en la volatilidad de la inflación, que ha experimentado la economía chilena a partir de los 90’s, en la Figura 3 se presenta la estimación de la desviación estándar que varía en el tiempo (time-varying standard deviation) para la tasa de inflación2. La figura muestra claramente como cae volatilidad de la inflación, en particular muestra una caída más pronunciada a principios de la década de los 90’s. Esto coincide con lo mostrado en la Figura 2b, es decir, los shocks que afectan a la tasa de inflación son menores, lo que sin dudas repercute en una menor volatilidad de la serie. Aunque la estabilidad de la inflación es un logro muy importante para la economía chilena, dado todo el tiempo que tuvo que pasar para alcanzarla, no está claro cuáles son las causas últimas de este éxito macroeconómico. Con respecto a la relación que existe entre la volatilidad de la inflación y su nivel, Fischer et al. (2002) sostienen que altas inflaciones tienden a ser más inestables. Así, en la medida que aumenta la inflación, la probabilidad de que la inflación se mantenga en el mismo rango disminuye mientras que la probabilidad de la inflación aumente sobre su nivel actual se incrementa, es decir, la inflación es más probable que aumente mientras más alta sea ésta o, equivalentemente, que mayores inflaciones son relativamente más inestables que 2 Para ello se utilizó la metodología usada por Stock y Watson (2002). 11 las inflaciones bajas. Aisen y Veiga (2008) confirman estos resultados al encontrar una relación que es fuertemente positiva entre los niveles de la inflación y su volatilidad. Por lo tanto, cualquier medida que se tome para disminuir la inflación, debería también tener efectos sobre la volatilidad de la inflación. A partir de los años 2000, en Chile la volatilidad de la inflación se mantiene bastante estable, periodo en el cual la tasa de inflación se mantiene dentro del rango meta que se impuso el Banco Central de Chile. El objetivo de este trabajo es encontrar las causas de una menor volatilidad de la inflación en Chile. Dado la evidencia que relaciona el nivel de la inflación con su volatilidad, las conclusiones que se pueden obtener respecto de porqué cayó la volatilidad de la inflación, pueden fácilmente interpretarse como las causas en la caída del nivel de la inflación. Figura 3 Desviación Estándar estimada para la Inflación 6 5 4 3 2 1 nov.2009 mar.2011 jul.2008 mar.2007 nov.2005 jul.2004 mar.2003 nov.2001 jul.2000 mar.1999 jul.1996 nov.1997 mar.1995 nov.1993 jul.1992 nov.1989 mar.1991 jul.1988 mar.1987 jul.1984 nov.1985 mar.1983 0 Nota: Elaboración propia, en base de datos de índice IPC. Fuente: Banco Central de Chile. III.1. Estabilidad de la inflación como resultado de mejores instituciones y decisiones de políticas monetarias. Como se menciona en el apéndice 1, la inflación en Chile parecía ser una enfermedad crónica sin remedio. Pero, por alguna razón, las cosas parecen haber cambiado a partir de los 90, década en la cual la inflación pareció converger a los niveles que han prevalecido en las economías desarrolladas. Así, los altos niveles de inflación y volatilidad parecen ser cosa del pasado en Chile. Pero, como se ha mencionado, la tarea para alcanzar esta estabilidad no fue fácil. Si bien para los años 80 la inflación parece controlarse en el sentido que ya no se escapa a tasas más altas del 40%, parece simplemente imposible mantenerla a los niveles de un dígito por un periodo prolongado, esto a pesar de los inmensos esfuerzos por tratar de reducirla. 12 Hacia fines de la década, en 1989 se otorgó la autonomía al Banco Central. Ahora estaba claro que el objetivo principal era reducir sistemáticamente la inflación para acercarla a niveles semejantes a los observados en las economías desarrolladas. Entre 1990 y 1991 se comenzó a implementar un régimen de metas de inflación junto con un régimen de banda cambiaria, con el objetivo de influir en las expectativas de inflación y así reducir los mecanismos de indexación e inercia inflacionaria, inercia que se hizo muy notoria durante toda la década de los 80. Finalmente, mediante un Banco Central autónomo con un objetivo claro que cumplir junto con una política fiscal más conservadora, se dieron las condiciones para que la inflación se redujera de 30% a valores en torno a 3% anual en 1999, que es la meta de inflación actual. La nueva autoridad monetaria decidió combatir la inflación con una política monetaria activa, junto con la implementación de una banda cambiaria que gradualmente aumentaba. Así, el tipo de cambio fijo se dejó de lado debido a la experiencia vivida a comienzos de los 80. Landerretche et. al. (1999) afirman que debido a dos intentos fallidos de programas de estabilización basados en un ancla cambiaria, una nueva política de estabilización basada nuevamente en un ancla cambiaria no era creíble, además de no ser coherente con la implementación de un régimen de metas inflacionarias. Desde el año 2000, existe un esquema pleno de metas de inflación. Se daba que la tasa de inflación convergía a niveles de inflación de los países desarrollados, alta credibilidad y un régimen de tipo de cambio flotante, reemplazando la banda cambiaria. Algo que caracteriza a la autoridad monetaria en Chile en este nuevo periodo inflacionario es que ha tomado decisiones acordes con el objetivo inflacionario. Según Corbo (2007), la política monetaria logró un gran avance en reducir la inflación en donde Chile destaca tanto por su control inflacionario como por su crecimiento postindependencia del Banco Central. Luego de muchas décadas luchando contra la inflación, finalmente se ha alcanzado un nivel de estabilidad que en tiempos pasados hubiera sido considerada un sueño. Durante toda la primera década del siglo XXI la inflación se ha mantenido estable, en torno a los rangos meta que se impone el Banco Central. Un hecho curioso es que la caída sostenida de la tasa de inflación en Chile, se inicia a principios de los 90, poco tiempo después de que se otorgara al Banco Central de Chile su autonomía. ¿Quiere decir esto que si se hubiese otorgado la autonomía antes, o a mediados de los 70, la tasa de inflación hubiera caído desde los 80? Probablemente no. Probablemente si este hubiese sido el caso, como Banco Central independiente, las autoridades de la época hubieran tomado las mismas decisiones respecto de cómo tratar de contener la inflación y esto porque la principal preocupación a principios de los 80 fue salir de la crisis de deuda externa. No obstante ello, se puede pensar que cambios en la institucionalidad de los bancos centrales permitirían consolidar los objetivos inflacionarios. Esto sugiere que la autonomía del Banco Central de Chile, junto con la implementación de las metas inflacionarias serían algunas de las explicaciones respecto de la estabilidad de la inflación, lo cual le atribuye al Banco Central de Chile un exitoso desempeño en términos de la implementación de sus políticas. 13 III.2. Caída de la inflación como un fenómeno mundial. El argumento presentado anteriormente puede parecer bastante convincente, pero ¿es realmente así? Este proceso de caída de la inflación no sólo se vivió en Chile. Muchos países vivieron un proceso similar. Las grandes economías del mundo, a mediados de los 80, experimentan un proceso de estabilización que en la literatura es conocido como la Gran Moderación. Ésta se refleja en una caída de la volatilidad tanto de la inflación como del producto. Como se destaca en Rosende (2008), a comienzos de los 90, la economía mundial entra en un proceso de deflación casi idéntico – en términos de las magnitudes de la caída de la inflación – al vivido en Chile para los mismos años. Para el año 1990, la inflación en Chile se encontraba a un nivel muy cercano a la mundial (26% y 26.5% respectivamente), mientras que para el año 2007, antes de desatarse la crisis financiera mundial, ambos niveles de inflación cayeron en torno a 4%. Esto sugiere que la inflación en Chile simplemente siguió la tendencia mundial, por lo que muy poco tuvo que ver el actuar del Banco Central. Pero la caída mundial de la inflación no sólo se dio en su nivel, también cayó la volatilidad de la inflación, como se mencionará mas adelante. Como se aprecia en la Figura 3, parece existir un proceso de convergencia de la inflación. Estudios realizados para las economías desarrolladas, en particular para EEUU, destacan que el proceso deflacionario vino de la mano de un aumento en la estabilidad de la economía y que esos hechos se pueden deber a la interacción de tres factores: un cambio en la estructura de la economía permanente, una reducción en la variabilidad de los shocks de oferta agregada y, por último, una conducción de política monetaria más eficiente (Favero y Rovelli, 2003). Con respecto a estas hipótesis, no existe consenso sobre cuál domina. Sin embargo, es muy probable que parte importante del proceso de estabilización que vivió la economía mundial se deba al nivel de conocimiento alcanzado en términos de la conducción de la política monetaria. Con respecto a esto, Cecchetti et al. (2004) afirman que el mejor desempeño económico mostrado por las economías en la Gran Moderación se debe a una política monetaria más eficiente. En cuanto a la inflación en EEUU, Moreno (2004) señala que un cambio en los mecanismos de propagación de los shocks induce la mayoría de la caída de la volatilidad de la inflación. Este mayor conocimiento se refleja en el afirmación de que el mejor aporte de la política monetaria para las economías está en que se centre en alcanzar sus objetivos de estabilidad de precios. Esto genera que los bancos centrales en el mundo cambien su enfoque de política monetaria, haciendo caso omiso de la posible existencia de una curva de Phillips estable en el tiempo. Debido a lo anterior, diversos estudios reportan un cambio en el actuar de la Reserva Federal para 1979. Ellos indican que la política monetaria fue altamente acomodaticia en los periodos previos a 1979, mientras que en los años posteriores la 14 política monetaria fue mucho más agresiva ante desviaciones de la inflación3. Este cambio permitió una mayor estabilidad para la economía de EEUU, reduciendo la variabilidad del producto y la inflación. Sin embargo, esta no es una visión compartida por todos los investigadores. Para Ahmed et al. (2002), la reducción de la volatilidad del producto en EEUU se debe principalmente a la reducción de los shocks, mientras que la reducción de la volatilidad de la inflación se la atribuye ampliamente las mejoras en la política monetaria. Una conclusión similar obtienen Stock y Watson (2003), afirmando que la mayor estabilidad macroeconómica experimentada por los EEUU y los países industrializados habría sido consecuencia de una mezcla entre buenas políticas monetarias, junto con un muy favorable entorno económico internacional, siendo este último la principal causa. Lo anterior apunta a que la Gran Moderación, que implicó una reducción notable de la inflación en gran parte del mundo, se debió al factor “suerte”, que permitió un mejor desempeño económico. Este factor está representado por shocks positivos de oferta. En este sentido, Rosende y Tapia (2006) y Rosende (2008) sostienen que en este contexto hay que destacar la incorporación de grandes economías como la India y China al comercio internacional. En particular, China ha beneficiado mucho a la economía mundial a través de una creciente oferta de una gran variedad de bienes a precios muy competitivos. En parte gracias a China, el mundo ha podido registrar en las últimas dos décadas una expansión elevada sin la existencia de presiones inflacionarias. De lo anterior queda claro que el proceso deflacionario vivido en los 90 no fue exclusivo de Chile, sino que sucedió en otras partes del mundo también. Para los mismos años, se vivió una caída en la tasa de inflación idéntica en muchos países, desarrollados o en desarrollo. Ello indica que la caída de la inflación en Chile y de su volatilidad responde simplemente a un proceso de ajuste mundial, desestimandose la idea de un exitoso desempeño de las decisiones de política monetaria implementadas. 50 40 30 20 10 0 -10 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 Inflación (variacion anual) Figura 3 Tasa de Inflación de Chile, Economías Avanzadas y Mundial Chile Advanced Economies Fuente: IMF, World Economic Outlook Databases (WEO) 3 Ver Boivin y Giannoni (2002), Cogley y Sargent (2002). 15 World III.3. ¿Qué dice la evidencia respecto de las hipótesis previamente descritas? La literatura teórica indica que, respecto de los efectos macroeconómicos que produciría la autonomía de un banco central, la autonomía de facto del Banco Central permitiría mantener niveles menores de inflación y, al mejorar la credibilidad de la política monetaria, mejorar su eficiencia4 (en términos de los tradeoffs que enfrenta). Calderón y Schmidt-Hebbel (2003) encuentran que la autonomía del Banco Central afecta positivamente la precisión con la cual los bancos centrales latinoamericanos cumplen sus objetivos inflacionarios y, por lo tanto, podría estar correlacionada con una mayor credibilidad y, a través de ésta, con una menor volatilidad tanto de la inflación como del crecimiento. Esto sugiere que del momento en que se hace autónomo el Banco Central, lo que sigue es una caída en la tasa de inflación. Pero Brasil logró reducir la tasa de inflación, que para 1990 estaba en torno a 2947,7% y para 2004 estaba en 6,6%, durante los mismo años en que lo hizo Chile, siendo su Banco Central no autónomo. De hecho, Posen (1995) sostiene que la autonomía legal no tiene correlación con la inflación. Es más, afirma que la autonomía efectiva o de facto depende de la distribución política entre quienes ganan y pierden con la inflación, por lo que ésta caerá cuando quienes pierdan con una alta inflación tengan mayor peso político. Por otro lado, muchos sostienen que fue el uso de un esquema de metas inflacionarias lo que generó el quiebre en la tendencia inflacionaria. En efecto, las metas inflacionarias atacan principalmente a los dos problemas que existían a comienzos de los 80s, la falta de un ancla nominal explicita y la gran inercia inflacionaria. Mishkin y Schmidt-Hebbel (2007) presentan evidencia que sugiere que las metas de inflación ayudan a que la economía reduzca la inflación en el largo plazo y que la inflación responda menos a shocks externos. Landerretche et al. (1999) sostienen que la introducción de metas inflacionarias “forward-looking” ha ayudado a romper las expectativas de inflación, permitiendo así la convergencia de Chile a un nivel sostenidamente bajo de inflación y a reducir la influencia de la indexación. Para estos autores, las metas de inflación jugaron un rol importante en reducir la inflación. En efecto, lo que hacen las metas de inflación es influir sobre las expectativas inflacionarias y con ellas sobre la inercia de la inflación. Así, el uso de un objetivo – que sea preanunciado – de inflación por parte del Banco Central, firmemente comprometido con su cometido, puede haber contrarrestado los fuertes efectos de la inercia inflacionaria en Chile. Mediante este enfoque de política monetaria, se procedió a anunciar metas de inflación que eran cada vez menores, esto a fin de llevar a cabo un proceso deflacionario gradual, y en efecto la convergencia en Chile ha tomado 11 años. Desde 2000 en Chile existe un esquema de metas de inflación pleno, con una meta estacionaria. Precisamente, desde 2000 la tasa de inflación se ha mantenido en torno a los rangos metas establecidos por el Banco Central. 4 Respecto a esto último, Ochoa (2009) sostiene que la política monetaria en Chile se volvió más eficiente, hecho que coincide con el periodo de implementación plena del esquema de metas de inflación. 16 Aparentemente, el esquema de metas inflacionarias ha contribuido en gran manera a reducir la inflación y con ello su volatilidad en Chile. Esto porque mantiene las expectativas de inflación ancladas a la meta a la vez que otorga una alta credibilidad al Banco Central, lo que ha amortiguado en gran manera los efectos nocivos de la inercia inflacionaria. Pero, al mismo tiempo, se puede pensar que lo que hizo el implementar las metas inflacionarias fue simplemente generar un manejo monetario acorde con el logro de dicha meta. Rosende y Tapia (2006) muestran que en Chile la tasa de crecimiento del dinero antes de la implementación de las metas de inflación era de 28,3%, 10 puntos porcentuales mayor que el periodo posterior a las metas de inflación, 18,3%. Mientras que la inflación para ambos periodos corresponde a 19,7% y 9,1%, antes y después de las metas de inflación respectivamente, reflejando una caída de cerca de 10 puntos porcentuales, igual que el crecimiento del dinero. Respecto del efecto de las metas de inflación sobre la inercia, Rojas, Rosende y Vergara (1995) muestran que hasta mediados de los 90 la inflación continuaba mostrando un alto grado de inercia, mientras que Morande y Noton (2004) señalan que no hubo cambios significativos en la inercia de la inflación. Por otra parte, Calvo y Mendoza (1999) determinan que la declinación de la inflación en Chile no guarda mayor relación con los esfuerzos de las autoridades, sino que la principal fuerza que impulsa la disminución de la inflación en Chile ha sido la apreciación real del peso y (en forma indirecta) las condiciones externas benignas, entre las que cabe mencionar la existencia de términos del intercambio favorables. Conclusión similar que se alcanza en Rosende y Tapia (2006), donde la caída de la inflación en Chile se explicaría por la incorporación de grandes economías- como China e India- al comercio internacional, con una importante oferta de bienes de consumos de bajo precio, gracias a su abundante dotación de “mano de obra barata” respecto de las remuneraciones prevalecientes en el resto del mundo. Adicionalmente, los mismos autores, en otro trabajo, concluyen que la reducción de la inflación no se debió solamente a la buena suerte o a la inspiración de la autoridad monetaria, sino a una exitosa combinación de ambas (Rosende y Tapia, 2012). Es interesante como ambos argumentos son muy convincentes, a la vez que coinciden con los hechos que describen para explicar la menor volatilidad. Primero, el buen manejo que llevó a cabo el Banco Central de la política monetaria, en particular una política monetaria más activa, agresiva ante desviaciones de la inflación respecto de la meta. Segundo, el factor “suerte”. Un periodo donde existen shocks positivos de oferta que han afectado a todo el mundo de manera de poder manejar una política monetaria expansiva sin mayores repercusiones en la tasa de inflación. Sin embargo, a esta altura no está nada zanjado hasta analizar la contribución que ha hecho cada parte en la reducción de la volatilidad de la inflación. Lo que queda por delante es llevar a cabo un estudio empírico que pueda confirmar o rechazar las ideas previamente descritas. 17 Con tal de indagar más en las causas de por qué no se podía mantener el control de la tasa de inflación en Chile, se realizará un estudio siguiendo de cerca lo hecho por Moreno (2004) para el caso de Estados Unidos. Se procederá a estimar un modelo neokeynesiano. Éste está compuesto por cinco ecuaciones, las que incluyen una curva de Oferta agregada, una Demanda agregada, una regla de política monetaria y dos ecuaciones más que representan el comportamiento la depreciación y el diferencial de tasas interna y externa en la economía. IV. Análisis Empírico. La inflación en Chile después de los años 90, mostró un comportamiento inusual para su historia. Alcanzó los niveles de los países desarrollados, manteniendo un volatilidad mucho más baja. Es interesante, entonces, entender por qué ocurrió esto o, mejor dicho, por qué no antes. Entre los años setenta y principios de los años ochenta se hicieron muchos esfuerzos con el fin de controlar la inflación, sin resultados positivos. Para los años 90 el Banco Central ya era autónomo, y comienza a implementar el esquema de metas de inflación para controlar la inflación. Esto permite especular que el cambio en la inflación se debió principalmente a las medidas tomadas por el Banco Central de Chile. Con la finalidad de distinguir entre las distintas hipótesis cuál es la que efectivamente influyó en mayor grado en la caída de la volatilidad de la inflación, se desarrolla y estima un modelo macroeconómico estructural convencional el cual destaca los principales hechos estilizados respecto de cómo la volatilidad de la inflación ha sido afectada por los cambios de políticas y los shocks que golpean a la economía chilena. El enfoque seguido en el presente trabajo está basado en un modelo neokeynesiano, el cual se ha transformado en el punto de referencia para el análisis de la relación entre la inflación, política monetaria y el ciclo económico. Los modelos más tradicionales se componen de tres ecuaciones principalmente: una curva de Oferta agregada, una curva IS que representa a la demanda agregada, una ecuación que representa la respuesta de política monetaria. En estos modelos, mayores tasas de inflación gatillan la respuesta de la autoridad monetaria, la cual aumenta las tasas de interés. Este movimiento de tasas genera cambios en la tasa de interés real, la que a su vez afecta a la brecha de producto, repercutiendo en la tasa de inflación. Esta secuencia es una buena representación de lo que ocurre en muchas economías ante desviaciones de la tasa de inflación de los niveles que la autoridad monetaria considera como los correctos. Sin embargo, Chile al ser una economía pequeña y abierta, es importante considerar el sector externo al momento de modelar la economía chilena. Estudios indican lo relevante que es la depreciación del tipo de cambio sobre la inflación, por lo que se agregan ecuaciones que repesenten el comportamiento de dicahs depreciaciones con el fin de ver cómo impactan en la dinámica de la economía que se está modelando. Con la finalidad de descubrir las causas detrás de la caída en la volatilidad de la inflación, se desarrolla un análisis contrafactual. Este enfoque es particularmente útil, ya que permite que tanto el sector privado como la autoridad monetaria se enfrenten a los 18 shocks de los diferentes periodos muestrales. El análisis contrafactual se realiza reconociendo la existencia de un cambio en los parámetros estructurales del modelo, cambio que es identificado inmediatamente por el sector privado y la autoridad monetaria. Mediante el instrumental descrito se tratara de responder la siguiente pregunta: ¿Fueron las acciones del Banco Central de Chile las que generaron la caída en la volatilidad de la inflación – reflejadas en una política monetaria más agresiva y que impactó en el mercado reduciendo el grado de inercia inflacionaria existente en la economía – o fue simplemente un entorno macroeconómico mundial más amistoso? El objetivo es investigar si hay cambios estructurales en la forma en que se determinan los precios en los mercados que podrían indicar que una inflación estable, que es la que actualmente se disfruta en Chile, es sostenible en el tiempo. IV.1. Modelo Macro para la Economía Chilena. En esta sección se describe un modelo macroeconómico simple, el cual pueda capturar la dinámica de la economía chilena. Este modelo es similar a modelos que se emplean en estudios de política monetaria. El modelo está compuesto por cinco ecuaciones. La ecuación de Phillips es una generalización de una curva de oferta agregada: (1) t es la inflación entre t-1 y t, yt corresponde a la brecha de producto entre t-1 y t. es un shock estructural de oferta agregada, el cual es independiente e idénticamente distribuido con una varianza . Éste puede ser interpretado como un shock de costos que hace que los salarios reales se desvíen de su valor de equilibrio. En esta especificación, Et es el operador de expectativas racionales condicional a la información disponible en t. En la medida que el sector privado ponga mayor ponderación sobre la inflación esperada, el parámetro en la ecuación (1) crecerá. Moreno (2003) muestra que el parámetro es función de la proporción de los price-setters que ajustan sus precios tomando en cuenta el nivel de la inflación pasada. Esto quiere decir que si el grado de indexación respecto de la inflación pasada cae, aumenta, lo que implicaría un comportamiento más forward looking por parte del sector privado. La ecuación (1) se le incorporó un término adicional, donde es la variación del tipo de cambio nominal el cual captura el efecto de una depreciación del tipo de cambio nominal sobre la inflación. En términos simples, este vendría capturando el pass-through del tipo de cambio. La curva IS está basada en la maximización de la utilidad intertemporal de un agente representativo: (2) 19 donde , es el shock de demanda agregada, que se asume independientemente e idénticamente distribuido con varianza . El canal de la política monetaria en la ecuación IS es capturado por la dependencia contemporánea de la brecha de producto con la tasa de interés real ex ante. Esta relación surge una ecuación de Euler estándar derivada de un proceso de maximización de utilidad. Dado esto, los shocks dependen de los shocks que surgen en la función de utilidad de los agentes en la economía. Respecto a la función de la política monetaria, se tiene la siguiente representación: (3) donde PM es una constante que depende de la tasa de interés real de largo plazo y es un shock de política monetaria, que es independiente e idénticamente distribuida con varianza . Esta representación de la respuesta de la política monetaria es formulada por Clarida, Galí y Gertler (2000). En este caso se asume que el Banco Central tiene preferencias por suavizar las tasas de interés, hecho que es capturado por el parámetro que pondera a la tasa de interés pasada. Adicionalmente el Banco Central responde a altas inflaciones esperadas y a desviaciones del producto de su tendencia, por lo que el parámetro mide la respuesta de largo plazo del Banco Central a la inflación esperada, mientras que mide su reacción a fluctuaciones de la brecha de producto. Se asume que el instrumento de política es la tasas de política monetaria. Finalmente, para incorporar al modelo el comportamiento del sector externo se incorpora una ecuación que modela el comportamiento de una depreciación del tipo de cambio nominal en la economía (ver Salas, 2011 y Zunino, 2010): (4) donde es el diferencial de tasas entre la de política monetaria y la tasa de interés internacional. En el periodo que se considera, el régimen cambiario cambió desde una banda cambiaria a un régimen de flotación libre. La especificación en (4) permite definir la depreciación en función de las decisiones de política monetaria interna e internacional, lo que podría reflejar tanto el periodo de banda cambiaría (decisiones internas) como de flotación (decisiones internacionales), por lo que esta ecuación representa la condición de paridad descubierta de tasas de interés. es un shock estructural que afectan al tipo de cambio, como por ejemplo los de términos de intercambio, que es independiente e idénticamente distribuido con varianza . Finalmente, para simplificar y para completar un sistema de cinco ecuaciones, se considera que el diferencial de tasas tiene un comportamiento autorregresivo de orden 1. (5) 20 El modelo se puede expresar de manera matricial de la siguiente manera: sistema que se puede expresar como: , (6) donde , B1, A1 y B2 son matrices de los coeficientes estructurales, es un vector de constantes y , es el vector de shocks estructurales. D la matriz diagonal de varianzas del error estructural. Resolviendo para un equilibrio de expectativas racionales, la ecuación (6) se puede escribir como la forma reducida . (7) En (7), tanto son funciones de B1, A1 y B2. Como se puede ver, la forma reducida del modelo es simplemente un VAR(1) con restricciones no lineales en los parámetros. En Moreno (2003) se describe la derivación de la solución de expectativas racionales a través de un método conocido como QZ. 5 IV.2. Datos y estimación. Para llevar a cabo este análisis empírico, se utilizan datos trimestrales, para un periodo de tiempo que va desde el primer trimestre de 1983 hasta el último trimestre de 2011. Como indicador de inflación se utilizó el índice de precios del consumidor o IPC. Como indicador de la brecha de producto se utilizó la diferencia entre el Índice mensual de actividad económica, IMACEC, respecto de su tendencia la cual es obtenida mediante el filtro Hodrick-Prescott. Respecto al instrumento de política monetaria, se utilizó la tasa de interés de los instrumentos del Banco Central Reajustables o PRBC a 90 días para los periodos previos a 1995. Posterior a esta fecha se utiliza la tasas de política monetaria del Banco Central. Además, se realiza un ajuste adicional a las tasas de política monetaria con tal de tener una sola serie de tasa nominal, al sumarle la variación UF correspondiente a su fecha a las tasas reales.6 Para modelar el sector externo, se utiliza la variación del tipo de 5 6 Moreno (2003) describe la derivación de la solución de expectativas racionales, a través del método QZ. El mismo procedimiento es utilizado por Fuentes, Jara, Schmidt-Hebbel y Tapia (2003), Mello y Moccero (2007). 21 cambio nominal, mientras que la serie de diferencial de tasas se construye mediante la diferencia entre la tasa de política monetaria que prevalece en Chile y la tasa de interés nominal a 90 días de instrumentos del tesoro de Estados Unidos. Todas las series fueron obtenidas desde el Banco Central de Chile, mientras que la tasa de interés nominal a 90 días de instrumentos del tesoro de Estados Unidos se obtuvo desde la Federal Reserve Bank of St. Louis. La estimación de los parámetros estructurales es mediante Full Information Maximum Likelihood (FIML) al asumir normalidad en la estructura de los errores. La estimación mediante FIML permite la obtención de los parámetros estructurales así como la forma reducida del VAR en una sola etapa, lo cual implica una mayor eficiencia en los estimadores que mediante técnicas en dos etapas con variables instrumentales (Moreno, 2004). El modelo se estima, para simplificar, con desviación respecto a la media. El logaritmo de la función de verosimilitud es: , (7) donde IV.3. Estimando la fecha del quiebre estructural en la economía Chilena. A finales de la década de los 80 y comienzos de los 90, de alguna manera algo sucedió en la economía chilena que generó un quiebre en la tendencia inflacionaria. Como menciona Rosende (2008), hacia mitad de los años 90, diversos estudios empíricos no detectaban cambio estructural en la trayectoria de la inflación. Sin embargo, más tarde y con mayor disposición de datos, Morande y Noton (2004) muestran que hubo un quiebre estructural del nivel o tendencia de la inflación entre 1989 y 1990, fecha en la cual los autores consideran como el “momento en que se consagra la autonomía del Banco Central”. Para efectos del trabajo que se desarrolla, se pretende buscar si efectivamente existió un cambio estructural, y una vez identificado se procederá a investigar específicamente donde se produjo tal cambio estructural. Como se quiere explicar la caída en la volatilidad de la inflación, se identifica dos muestras separadas. Con este fin se realiza un test de quiebre estructural para detectar la fecha más probable de quiebre. Para ello se estiman VARs sin restricciones para todo el periodo muestral. Como lo señala Moreno (2004), la idea de este test es que cambios en estos coeficientes, implican cambios en los parámetros estructurales del modelo subyacente. El test que se utiliza es el test Sup-Wald, el cual detecta la fecha más probable de quiebre estructural en los coeficientes de la forma reducida de un VAR. Se estima el estimador con VARs de orden 1 a 5 . Con este ejercicio se pretende dividir la muestren dos 22 periodos con tal de poder implementar ejercicios contrafactuales y así poder sacar conclusiones respecto a las causas detrás de la menor volatilidad de la inflación. La tabla 2 reporta los resultados del test Sup-Wald, asociado a cada VAR no restringido. Como se puede ver, salvo para el VAR(4), el comienzo del primer trimestre de 1991 es identificado como la fecha de quiebre, en los parámetros de la forma reducida, más probable. Tal y como se mencionó anteriormente, Morande y Noton (2004) identifican un quiebre de la inflación entre 1989 y 1990. Considerando que al Banco Central se le otorgo su autonomía para 1989 y comenzó a implementar un esquema de política monetaria basado en metas inflacionarias en 1990, este resultado sugiere que, desde el momento en que se implementaron medidas respecto a la institucionalidad del Banco Central, tomo cierto tiempo de ajuste el que estas políticas sean creíbles. Cabe recordar que muchas de las medidas antiinflacionarias que se implementaron con anterioridad a 1990, eran insostenibles o inconsistentes con un esquema de tipo de cambio fijo, por lo que ante esta nueva estrategia para luchar contra la inflación, puede que al sector privado le haya tomado cierto tiempo considerarla como creíble. Por otro lado, se hizo explicito un objetivo de estabilidad de precios por parte del Banco Central. Tabla 2 Estadistico Sup-Wald de Quiebre estructural* Periodo 1983:Q1-2011:Q4 1983:Q1-2011:Q4 1983:Q1-2011:Q4 1983:Q1-2011:Q4 1983:Q1-2011:Q4 VAR Sup-Wald Fecha Quiebre 1 2 3 4 5 83.995 58.747 47.582 81.600 81.991 1991:Q1 1991:Q1 1991:Q1 1991:Q2 1991:Q1 * Esta tabla lista los valores del estaditico Sup-Wald de quiebre esructural. Este test detecta la fecha más probable de quiebre en todos los parametros de los VARs no restringidos de orden 1-5. Utilizando el criterio de Schwarz, para seleccionar el modelo VAR que presenta el mejor ajuste a los datos, la fecha del quiebre que se selecciona es el primer trimestre de 1991, según un VAR(3). La figura 4 muestra la serie del estadístico de Wald para el VAR(5). Como se puede ver, claramente el primer trimestre de 1991 surge endógenamente como la fecha del quiebre estructural. Al realizar el mismo test entre las sub-muestras, se constata que para 1983-1991 no existe una fecha estadísticamente significativa que presente un cambio estructural, sin embargo para el segundo periodo, que va desde el segundo trimestre de 1991 hasta el cuarto trimestre del 2011, existe un quiebre que se da para el tercer trimestre de 2007. Este quiebre puede estar asociado a la irrupción de la crisis 23 financiera global. A pesar de esto, el análisis que se presenta a continuación divide la muestra en dos partes, una muestra que va desde 1983:Q1 hasta 1991:Q1 y otra desde 1991:Q2 hasta 2011:Q4. Figura 4 Serie del estadístico Wald para quiebre estructural Fuente: Elaboración propia IV.4. Resultados. En esta sección se presentan los principales resultados obtenidos del análisis. Primero se reportan los resultados de la estimación FIML de los parámetros del modelo estructural, junto con una interpretación de los mismos. Luego se presenta un análisis de estabilidad de los parámetros entre las muestras. Finalmente se concluye con una serie de ejercicios contra factuales con la finalidad de obtener conclusiones respecto a que influyó en la caída de la volatilidad de la inflación. IV.4.1. Parámetros estimados. La tabla 3 presenta los resultados de la estimación FIML para la economía chilena. En cuanto a los parámetros de las distintas ecuaciones, todos tienen los signos correctos para las distintas sub-muestras y la mayoría son significativos. Considerando los parámetros de la curva de Phillips, se puede apreciar que los agentes en la economía ponen mayor ponderación sobre la inflación esperada que sobre la inflación pasada para el segundo periodo, mientras que en el primer periodo se aprecia que la inflación pasada tenía mayor ponderación. Con respecto al coeficiente , se aprecia que la inflación para el segundo periodo reacciona menos a las fluctuaciones de la brecha de producto, aunque esta diferencia no es estadísticamente significativa entre los periodos. Respecto al impacto de una depreciación del tipo de cambio sobre la inflación, las estimaciones son coherentes con la teoría, es decir una depreciación del tipo de cambio tiende a generar presiones sobre la inflación. 24 Considerando la curva IS, se puede ver que los agentes en la economía ponen mayor ponderación a la brecha esperada de producto que a la brecha que prevaleció en el periodo anterior. Sin embargo, para el segundo periodo se le da mayor importancia a la brecha de producto esperada que lo que se hacía en el primer periodo, como se aprecia por el leve aumento que presenta el parámetro estimado . Las estimaciones de la función de respuesta de la política monetaria muestran un comportamiento más suavizador; esto porque , el coeficiente de persistencia, es mayor en el segundo periodo. También se puede apreciar que, para el segundo periodo, el Banco Central muestra un comportamiento más agresivo ante aumentos en la inflación esperada. Adicionalmente, el Banco Central presenta un comportamiento más activo y contracíclico ante cambios en la brecha de producto en el segundo periodo, lo cual es coherente con su visión más neokeynesiana respecto de lo que gobierna la dinámica de la inflación. Para el primer periodo es no significativo, lo cual permite inferir que la brecha de producto no era una mayor preocupación para el Banco Central en esa época. Con respecto a la ecuación (4) de variación del tipo de cambio nominal, el impacto que tienen las expectativas de depreciación y el diferencial de tasas sobre la variación del tipo de cambio es menor para el segundo periodo, sin embargo esta diferencia entre los periodos no es estadísticamente significativa. Un aspecto interesante de mencionar de la tabla 3 es que las estimaciones reconocen que existió una reducción considerable de los shocks que afectaban a la inflación para el segundo periodo, como se ve por la considerable reducción de OA. Esto implica que la inflación, independientemente de las acciones que se pudieron tomar para combatirla, hubiera de todas maneras experimentado un comportamiento menos volátil. Por otro lado, la varianza estimada de los shocks de la curva IS muestran una leve aunque estadísticamente no significativa disminución para el segundo periodo. En cuanto a los shocks de política monetaria, se aprecia que para el segundo periodo éstos son mucho menores, lo que da a entender un comportamiento de las tasas de interés mucho más suave en el tiempo que lo que se aprecia para el primer periodo. Una razón para este comportamiento menos volátil de la política monetaria podría ser a que antes de la nominalización el Banco Central de Chile operaba con tasas reales, las que ajustaba según algún criterio que estimaba conveniente, mientras que las tasas nominales hacían todo el ajuste. Posterior a la nominalización, el Banco Central cambio su instrumento a una tasa de interés nominal, por lo que ahora en el segundo periodo la tasas reales se hacen más volátiles. Este comportamiento de las tasas, puede reflejarse en que para el primer periodo existían más shocks de política monetaria (grandes cambios en las tasas nominales), mientras que para el segundo periodo, existían menores shocks de política monetaria (menores cambios en las tasas nominales). 25 Tabla 3 Estimación FIML y estadisticos Wald Primer periodo: 1983:Q1-1991:Q1 Estimador Error Estandar p-value 0.49 0.12 0.000 Segundo periodo: 1991:Q2-2011:Q4 Estimador Error Estandar p-value W. p-v 0.55 0.08 0.000 0.002 0.73 1.42 0.607 0.56 0.39 0.147 0.983 t 0.29 0.08 0.716 0.055 0.02 0.818 0.091 0.51 0.09 0.000 0.50 0.09 0.000 0.120 f 0.002 0.010 0.073 0.004 0.007 0.060 0.856 0.76 0.09 0.000 0.96 0.02 0.000 0.026 0.99 0.69 0.027 1.15 0.10 0.016 0.000 0.72 6.54 0.268 0.81 0.36 0.089 0.082 k 0.33 0.15 0.026 0.20 0.11 0.065 0.486 q 0.32 0.136 0.020 0.18 0.11 0.093 0.418 0.828 0.09 0.000 0.9369 0.02 0.000 0.255 OA 3.234 1.63 - 1.003 0.40 - 0.000 IS 0.382 0.19 - 0.310 0.12 - 0.204 PM 3.077 1.54 - 0.894 0.35 - 0.000 e 4.478 2.22 - 4.551 1.79 - 0.911 rr* 3.164 1.57 - 1.030 0.41 - 0.000 Nota: W. p-v es el p-value del test de Wald de estabilidad de parámetros. El estadístico usado es , que se distribuye como una Chi-cuadrado con p grados de libertad bajo la hipótesis nula de estabilidad de los parámetros. Las ecuaciones del modelo estimado son: 26 IV.4.2. Estabilidad de los parámetros. En la última columna de la tabla 3, se presentan los p-value para los test de Wald de estabilidad de parámetros. Se puede ver que a un nivel del 5% de significancia, el parámetro asociado al componente forward looking en la curva de Oferta agregada presenta una cambio estructural. Como ya se mencionó antes, para el segundo periodo la inflación esperada comienza a ser más importante en la trayectoria que puede seguir la inflación. Esto implicaría una economía que gradualmente va eliminando la inercia inflacionaria. La curva de Oferta agregada expuesta en este trabajo, supone que quienes determinan los precios en la economía, lo hacen de una manera no óptima, indexando sus precios con respecto a la inflación pasada, es decir, se implementa una regla de indexación como , donde refleja el grado de indexación. Como se aprecia en la tabla 4, existe una caída en el grado de indexación de la economía chilena7. Tabla 4 Grado de indexación J Coef. 1.07 1er periodo Desv Est. 0.488 P-value 0.028 Coef. 0.82 2do periodo Desv Est. 0.253 P-value 0.00 La metodología que se aborda en el presente trabajo no puede decir nada respecto a qué generó este cambio. Sin embargo se puede conjeturar que el cambio se dio debido a que el Banco Central construyó una credibilidad suficiente, mediante su autonomía y posterior implementación de metas de inflación, la cual se consagró a principios de 1991. Este nuevo actuar de política monetaria pudo haber influido en las expectativas inflacionarias del sector privado haciendo que, respecto de la determinación de precios, éstos se hicieran de una manera más forward looking, eliminando gradualmente los mecanismos de indexación de precios. Los parámetros asociados a la función de respuesta de política monetaria (específicamente el coeficiente de persistencia, , y el asociado a la inflación esperada, ), también rechazan la hipótesis nula de estabilidad al 5% de significancia. Estos cambios reflejan un comportamiento más suavizado de la tasas de interés junto con una respuesta más agresiva ante cambios en la inflación esperada. Bajo este nuevo enfoque de política monetaria, la respuesta de la TPM ante cambios percibidos en la inflación esperada es 7 Moreno (2004), muestra que el parámetro depende del grado de indexación de la siguiente manera: . La estimación que se muestra en la tabla 4 se realizó utilizando el método Delta para computa los errores estándar. 27 inmediata, evitando que un shock cualquiera se transforme en un shock inflacionario permanente. Por otro lado, AS y PM también rechazan la hipótesis nula de estabilidad. Con respecto a AS, confirma que la inflación en Chile experimentó una gran caída en su volatilidad respecto de la que existió para el periodo 1983-1991. Este escenario más favorable pudo haber ayudado en gran medida a alcanzar la estabilidad de precios tan ansiada. Por un lado, está el hecho de que la economía actúa mirando más las expectativas de inflación, lo cual lleva a que los contratos salariales, financieros, etc. se fijaran en función de la inflación esperada. Por otro lado, al ser menos volátil la inflación, esto genera que los agentes en la economía cometieran menos errores al formar sus expectativas de inflación. Así, estos dos efectos juntos llevan a un ajuste más rápido de los precios. En cuanto a PM, claramente se ve una disminución de los shocks de política monetaria. Una posible explicación de este hecho podría ser la nominalización de la política monetaria. El Banco Central implementa a partir de agosto del 2001 una tasa de interés nominal como su instrumento de política, mientras que para el periodo previo la política monetaria se llevaba a cabo mediante un ajuste de tasas indizadas en UF, como una forma de influir en la tasa de interés real. Cuando el Banco Central fija una tasa en UF, todos los shocks de inflación son absorbidos por la tasa nominal (Fuentes et. al., 2003), lo que implicaría un comportamiento más volátil de ésta. Fernández (2003) encuentra que después de la nominalización la tasa en UF se hizo más volátil, mientras que la volatilidad de las tasas nominales se redujo. Este cambio de instrumento de política derivo en una menor cantidad de shocks monetarios, lo que refleja una autoridad monetaria que perturbaba en menor grado a la economía. Finalmente, el parámetro estimado rr* es el último que presenta cambio estructural estadísticamente significativo al 5% de significancia. Esto puede ser reflejo del periodo de la Gran Moderación que vivió Estados Unidos, lo cual trajo consigo una menor variabilidad de sus tasas de interés. IV.4.3. Interpretación de los resultados. Los resultados expuestos de la estimación del modelo estructural mediante FIML son coherentes con los hechos, respecto de la actitud del Banco Central de Chile con la inflación. Para 1983, la economía chilena venía de salir de una gran crisis de deuda externa, la cual derivó en un largo proceso de recuperación. Para esos años, los objetivos de política estaban más enfocados en reducir el endeudamiento externo que en lograr cierto objetivo inflacionario. Específicamente, el Banco Central estaba mucho más preocupado de lo que ocurría con la cuenta corriente que de lo que podría haber sido la situación de la brecha de producto en esos años. Esto en el modelo se ve reflejado en la baja y no significativa respuesta de la función de la política monetaria ante cambios en la brecha de producto, para el primer periodo de la muestra. Lo que hacía el Banco Central a finales de 1982 era aplicar 28 una política de devaluaciones del peso con el fin de asegurar cierto nivel del tipo de cambio real, y así influir en el corto plazo sobre el saldo de cuenta corriente. Esto generó un aumento potente en el tipo de cambio real, como se aprecia en la figura 5. Ya a finales de la década de los 80, con un saldo de cuenta corriente positivo y superada prácticamente la crisis de deuda, el Banco Central de Chile se pudo volver a concentrar en la inflación como objetivo de política. Una señal poderosa de esto, fue su declaración de autonomía y el establecimiento de un objetivo explícito de estabilidad de precios en la economía, en 1989. En esos años, era bien sabido que una de las razones por las que la inflación simplemente no bajaba era la alta inercia inflacionaria, por lo que si se diseñaba un mecanismo que pudiera romper con esta inercia, podría tener efectos significativos sobre la inflación. Figura 5 Tipo de cambio real, 1983-1989. 120 110 100 90 80 70 1983:1 1984:1 1985:1 1986:1 1987:1 1988:1 1989:1 Fuente: Banco Central de Chile. Es así como a partir de 1990 el Banco Central comienza a implementar un régimen de metas de inflación. Este régimen establece objetivos específicos y verificables por los cuales el Banco Central debe responder, reforzando así su transparencia y credibilidad, dándole a la vez libertad para utilizar los instrumentos y políticas de la manera que estime más conveniente para alcanzar la meta. Quienes están a favor de este tipo de régimen sostienen que la comunicación con el público se mejora con la existencia de una meta de inflación, la que resulta ser un indicador simple y de fácil comprensión, generando un fuerte efecto en las expectativas inflacionarias. Siendo esto cierto o no, lo que se identifica en los resultados es que, un año después de la implementación de las metas inflacionarias, los agentes en la economía ponen una mayor ponderación sobre la inflación esperada que 29 sobre la inflación pasada. Esto influiría fuertemente en los mecanismos de indexación, reduciendo el grado de inercia inflacionaria8. Este cambio en el ancla nominal de la política monetaria compromete al Banco Central a reaccionar cada vez que la inflación se escapa de su meta. Esto se ve reflejado en el comportamiento más agresivo de parte del Banco Central ante aumentos en la inflación esperada para el segundo periodo. Adicionalmente, dada la visión neokeynesiana que tiene el Banco Central de Chile con respecto a la dinámica de la inflación y del efecto de la brecha de producto en ella, la respuesta de la TPM ante cambios en la brecha de producto es mayor para el segundo periodo, lo que también entrega información respecto del compromiso que firmó el Banco Central de mantener la estabilidad de precios. Sin embargo, como lo indica el coeficiente , para el primer periodo la inflación reaccionaba más al comportamiento de la brecha de producto comparado con como lo hace para el segundo periodo. Según Tena y Salazar (2008) en los últimos 20 años ha aumentado la importancia relativa de los shocks externos para explicar la volatilidad de la inflación en Chile. Esto implica que una menor importancia de la brecha de producto en la dinámica de la inflación, junto con un entorno macroeconómico externo amistoso (producto de la Gran Moderación) con mayor relevancia para explicar la volatilidad de la inflación, derivaría simplemente en una menor volatilidad. Este punto juega a favor del argumento de la hipótesis de la suerte como causa de la caída en la volatilidad de la inflación. De los resultados anteriores, surgen 3 hechos que son de importante consideración. Primero, las tres desviaciones estándar de los shocks estructurales – para la curva de oferta agregada, la respuesta de política monetaria y los shocks de diferencial de tasas – fueron menores en el segundo periodo, especialmente para los shocks de Oferta agregada y de respuesta de política monetaria. La primera, implica menores shocks inflacionarios lo que deriva directamente en un comportamiento de la tasa de inflación menos volátil. Esto se apreció más claramente cuando se analizó la tabla 1 y las figuras 2 y 3. Segundo, se evidencia una función de reacción de parte del Banco Central de Chile, que reacciona más agresivamente ante cambios en la inflación esperada para el segundo periodo, la cual es estadísticamente significativa entre los periodos. Otros estudios que tratan de estimar estos parámetros de la función de respuesta de la política monetaria, han encontrado valores bastante menores que los encontrados en el presente trabajo (ver Contreras and García, 2002, Corbo, 2002, Schmidt-Hebbel and Tapia, 2002 y Caputo, 2003). Muños y SchmidtHebbel (2012), utilizando datos en tiempo real presentan evidencia sobre la importancia que el Banco Central Chile le da a información pasada de la inflación y proyectada (esperada), siendo esta última la que se le da mayor ponderación al momento de tomar decisiones respecto a la tasa de política monetaria. Tercero, los agentes privados ponen mayor ponderación sobre la inflación esperada en la ecuación de Oferta agregada para el 8 Como se verá más adelante, este simple cambio en la estructura de la economía explica en gran parte la caída de la volatilidad de la inflación. 30 segundo periodo. Para el primer periodo, esto es reflejo de una economía altamente indexada a la inflación pasada, repercutiendo en altos niveles de inercia inflacionaria. Por lo que este cambio en la estructura de la economía chilena puede repercutir en una reducción en el grado de inercia inflacionaria. Los tres hechos mencionados, son importantes para la construcción de una explicación sobre la caída en la volatilidad de la inflación en Chile. IV.5. Buscando las fuentes de la caída en la volatilidad de la inflación. A continuación se presentarán una serie de ejercicios contrafactuales, con la finalidad de determinar las fuentes del incremento en la estabilidad de la inflación, en el contexto del modelo neokeynesiano explicado en secciones anteriores. En esta sección se comparan la contribución de los shocks y la de los mecanismos de propagación del modelo para explicar la caída de la volatilidad de la inflación. El análisis contrafactual se realiza siguiendo a Moreno (2004). La idea es comparar las volatilidades que podrían surgir combinando indistintamente los shocks y los mecanismos de propagación. Sea Di la matriz de shocks estructurales para el periodo i y j la matriz de coeficientes de propagación del periodo j. Entonces k(Di, j) es la desviación estándar de la variable k que surge de incluir los shocks del periodo i junto con los mecanismos de propagación del periodo j, con i, j = 1,2. Según Moreno(2004), como el modelo estructural está anidado en un VAR(1), todos los elementos de la matriz de varianzas y covarianzas del modelo se pueden computar desde la solución de expectativas racionales del modelo como: vec(V( ))= vec(D), (8) donde I es la matriz identidad de dimensión 25 x 25, es el operador producto Kronecker y vec representa un operador que apila las columnas de una matriz. En base a estas desviaciones estándar, se pueden construir 6 indicadores que pueden ayudar a explicar si la caída en la volatilidad de la inflación se debe a un cambio en los mecanismos de propagación, a un cambio en la estructura de la economía, o si se debe a un cambio en la magnitud de los shocks exógenos que golpeaban a la economía chilena. Los indicadores se presentan a continuación: 1. Si segundo periodo. 2. Si menor volatilidad de la inflación. 3. Si una menor volatilidad en la inflación. 4. Si una menor volatilidad de la inflación. la volatilidad de la inflación es menor en el los cambios en los shocks contribuyen a una los cambios en la propagación contribuyen a los cambios en la propagación contribuyen a 31 5. Si los cambios en los shocks contribuyen a una menor volatilidad de la inflación. 6. Si los cambios en los shocks son más importantes que los cambios en la propagación en explicar la menor volatilidad de la inflación. Moreno(2004) sostiene que la cuarta y la quinta desigualdades describen cómo cambios en la propagación o shocks afectarían las volatilidades, la segunda y tercera desigualdades reflejan los cambios en las volatilidades que surgirían al volver a escenarios pasados de shocks o de propagación, mientras que la sexta desigualdad permite medir la importancia general de los shocks relativa a la propagación en el caso en que tanto los shocks como los mecanismos de propagación contribuyen a una menor volatilidad en un periodo dado. La tabla 5, en el panel A, muestra las volatilidades estimadas que surgen del modelo estructural, mientras que en el panel B se presentan los resultados de los ejercicios contrafactuales. Los resultados que se presentan en el panel B de la tabla 5 muestran cómo el modelo puede explicar la menor volatilidad de la inflación para el segundo periodo. Como se puede apreciar, efectivamente la inflación es menos volátil en el segundo periodo, debido a que 1 > 0. Los efectos combinados de una política monetaria más agresiva contra la inflación junto con un ambiente más amistoso pueden haber influido en esta caída. Los resultados indican que los cambios en los mecanismos de propagación han contribuido a la menor volatilidad de la inflación, resultado que se obtiene de 4 > 0, que se confirma al verificar 3 > 0. Respecto a los shocks, estos también han contribuido a una menor volatilidad de la inflación, esto debido a que 2 > 0 y 5 > 0. Esto último es reflejo del cambio en el comportamiento de los shocks que golpearon a la economía chilena para los años posteriores a 1991. Respecto a que factor tuvo mayor influencia en la menor volatilidad de la inflación, los resultados apuntan hacia el cambio en los shocks, esto debido a que 6 > 0. Como los indicadores anteriores eran todos positivos, este último indicador determina cuál de los factores fue más influyente al comparar las volatilidades implicadas por unos mecanismos de propagación más estabilizadores y mayores shocks con unos mecanismos de propagación más desestabilizadores y menores shocks. Lo anterior implica que, incluso si la economía pre-91 hubiese estado con la propagación de post-91 – donde entre otras cosas, existe un banco central que responde fuertemente ante cambios en la inflación esperada y de una manera marcadamente anticíclica – los shock que azotaban a la economía eran tan grandes que la volatilidad de la inflación hubiese sido lo suficientemente grande. Por lo que hasta el momento, lo que aparece como la principal causa de la caída de la volatilidad de la tasa de inflación es la reducción de los shocks que enfrentaba la economía chilena. No obstante lo anterior, estos resultados no son del todo concluyentes. Con tal de despajar dudas, en la tabla 6 se presentan volatilidades contra factuales de la inflación, 32 Tabla 5 Analisis contra factual Panel A. Volatilidades 1er periodo y r Panel B. 1 2 3 4 5 6 2do periodo 5.63 0.36 7.22 1.31 0.25 1.43 y 4.32 0.02 1.54 0.16 0.52 1.80 1.28 0.08 -0.06 -0.07 0.08 0.14 donde se calcula la varianza de la inflación que se obtendría bajo la estimación de un parámetro del segundo periodo y los valores estimados del primer periodo para el resto de los parámetros. Esto se hace con la finalidad de tratar de distinguir el impacto de los mecanismos de propagación en la disminución o aumento de la volatilidad de la inflación. Los resultados del panel A de la tabla 6 indican que una política monetaria más agresiva a la inflación esperada contribuye a una menor volatilidad de la inflación, pero la reducción que logra este parámetro por si solo es bastante pequeña, cerca de un 16%. Adicionalmente, un comportamiento más suavizador en el movimiento de la tasa de política monetaria también tiene un impacto disminuyendo la volatilidad de la inflación, pero la reducción que alcanza es menor aun, cerca de 2%. Sin embargo, el cambio en un parámetro individual más influyente en la caída de la volatilidad de la inflación, es el incremento en el componente forward looking de la curva de Oferta agregada. Esto se explicaría debido a que, en este contexto, incrementaría la flexibilidad en los esquemas de indexación para los contratos salariales o financieros, reduciendo en gran medida la inercia inflacionaria, lo que llevaría a un ajuste más rápido de los precios a hacia sus niveles óptimos. Cambiando simplemente este parámetro la volatilidad de la inflación pasa de 5.63 a 4.12 puntos porcentuales, una reducción del 27% aproximadamente. Un comportamiento más anticíclico también tiene un impacto considerable en la caída de la volatilidad de la inflación, cerca de 12% de reducción. Respecto al resto de los parámetros, la reducción de la volatilidad de la inflación es muy pequeña, como es en el caso del impacto de la tasa de política monetaria sobre el tipo de cambio nominal, aumenta la volatilidad levemente o no tiene impacto alguno. Lo anterior indicaría que el rol del tipo de cambio en la reducción de la volatilidad de la inflación es nulo. Con esto no se quiere desconocer la influencia que tuvo el tipo de cambio en la reducción de la inflación, solo se sostiene que para explicar la volatilidad de la inflación, el tipo de cambio no tiene mayor impacto. 33 Tabla 6 Volatilidades de la inflación contra facuales. Panel A. Contribución de los parámetros % de reducción (D1,1) (1,2) (1,2) (1,t2) (1,2) (1,f2) (1,2) (1,2) (1,2) (1,k2) (1,q2) (1,2) 5.63 4.12 5.28 5.61 5.89 5.79 5.52 4.72 4.94 5.62 5.61 5.67 26.70% 6.16% 0.35% -4.75% -2.88% 1.81% 16.14% 12.21% 0.07% 0.20% -0.83% 4.72 4.98 5.56 5.63 5.61 16.1% 11.5% 1.1% -0.002% 0.26% Panel B. Contribución de los shocks (1,AS,2 ) (1,IS,2 ) (1,M P,2 ) (1,e ,2 ) (1,rr* ,2 ) Nota: Esta tabla muestra las volatilidades de la inflación contra factuales las cuales habrian surgido bajo los parámetros estimados del primer periodo junto con la estimación de un parámetro individual del segundo periodo o volatilidad. (D 1,1 ) es la volatilidad de la inflación cuando se utilizan los parámetros estimados del primer periodo. En el panel B de la tabla 6, se hace un ejercicio análogo al anterior, pero utilizando los shocks estructurales del segundo periodo, mientras que los mecanismos de propagación son los estimados para el primer periodo. En este caso se aprecia que la disminución de los shocks propios de la curva de Oferta agregada fueron muy influyentes para la caída de la volatilidad de la inflación. Esto implica que la volatilidad de la inflación hubiese sido un 16% menor incluso si no se hubiera materializado cambio alguno en la estructura de la economía, lo que incluiría un Banco Central autónomo que siguiera metas inflacionarias. El cambio en los shocks de la IS también muestra una influencia significativa, esto debido a que en el primer periodo la inflación dependía más de la brecha de producto. El resto de los shocks no muestran variación significativa en la volatilidad de la inflación. La excepción seria los shocks de política monetaria, que al ser menores en el segundo periodo, implican una menor volatilidad de la inflación, pero la reducción seria de un 1% . 34 De lo analizado anteriormente, destacan el cambio en la ponderación que se le da a la inflación esperada en la curva de Oferta agregada, el cambio en la respuesta de la política monetaria (parámetros de la función de respuesta de la tasa de política monetaria) y los menores shocks. En la tabla 7 se presentan los distintos efectos sobre la volatilidad de la inflación que podrían tener los tres factores mencionados antes. En el panel A, se presentan los efectos de un cambio en la respuesta de la política monetaria. En la primera fila esta la volatilidad estimada por el modelo cuando los shocks y parámetros estimados corresponden al primer periodo, mientras que cambian los parámetros de la función de respuesta de la política monetaria. El mismo ejercicio se lleva a cabo en la segunda fila para los shocks y parámetros estimados del segundo periodo. En ambos casos, el efecto de una política monetaria “mejorada” deriva en una menor volatilidad de la inflación. En el caso de una economía altamente perturbada por los shock exógenos, un 20.7% de la reducción de la volatilidad de la inflación se vería explicada por esta política monetaria “mejorada”. En el caso de un economía estable, que enfrenta pequeños shocks, si la política monetaria se comportara como lo hacía en el periodo pre-91, la volatilidad implicada sería mayor a la de una política monetaria “mejorada”. Sin embargo, a diferencia del caso anterior, la reducción explicada por la política monetaria en este caso es mucho menor, cerca de un 7%. Esto no quiere decir que la política monetaria seguida por el Banco Central tiene poco que aportar, ya que en un ambiente donde la volatilidad de la inflación ya es baja, la implementación de esta mejor política puede incluso reducirla más aun, lo cual le permite mantener la tasa de inflación bastante acotada a los rangos deseados por el Banco Central. Respecto a los efectos de los menores shocks sobre la volatilidad de la inflación, estos se presentan en el panel B de la tabla 7. En la primera fila de este panel, se presentan las volatilidades estimadas utilizando los parámetros estimados del primer periodo, mientras que en la segunda se utilizan los del segundo periodo. Como se aprecia en la tercera columna del panel, la volatilidad estimada utilizando los parámetros estimados desestabilizadores cae considerablemente si los shocks que golpean a la economía son los estimados para el periodo post-91. En este caso, el cambio en los shocks puede explicar hasta un 56% la reducción de la volatilidad de la inflación. En la segunda fila del panel B también se aprecia una considerable reducción de la volatilidad de la inflación explicada principalmente por la reducción de los shocks, cerca de 47%. Finalmente, en el panel C de la tabla 7, se muestran los impactos que tendría en la volatilidad de la inflación simplemente el cambio en el componente forward looking de la curva de Oferta agregada. En la primera fila de este panel, se muestra las volatilidades que surgirían para los shocks y parámetros estimados del primer periodo. Si el sector privado se 35 Tabla 7 Distintos efectos sobre la volatilidad de la inflación A. Efectos del cambio de politica monetaria sobre la volatilidad de la inflación % de la reduccion de la Politica monetaria Pre-91 Politica monetaria Post-91 varianza explicada ( D1,1) 5.63 5.05 20.7% ( D2,2) 1.94 1.31 6.8% B. Efectos de menores shocks sobre la volatilidad de la inflación Shocks pre-91 (1) (2) Shocks post-91 5.63 3.98 3.85 1.31 % de la reduccion de la varianza explicada 56.2% 47.4% C. Efectos de Cambio de estructura de la economía sobre la volatilidad de la inflación Sector privado Backward Sector privado Forward % de la reduccion de la looking looking varianza explicada ( D1,1) 5.63 4.12 49.1% ( D2,2) 1.97 1.31 7.3% comportara de un manera tal que ponderara más las expectativas de inflación, eliminando los mecanismos de indexación en el proceso de creación de contratos, la volatilidad de la inflación se reduciría en un 49% aproximadamente. Esta reducción es bastante considerable si se piensa que esta caída en la volatilidad se produciría en una economía muy perturbada por shocks externos y con una estructura desestabilizadora. Respecto a la otra cara de la moneda, una economía que enfrenta menores shocks y una estructura estabilizadora, el cambio en este parámetro explicaría una reducción de la volatilidad de la inflación cercana a 7.3%. Sin embargo, anteriormente se habló de la posibilidad de que el cambio en el parámetro de la curva de Oferta agregada se puede deber al efecto indirecto que tuvo el cambio en la estrategia de política monetaria que siguió el Banco Central de Chile, a su efecto sobre las expectativas inflacionarias. Considerando esta posibilidad, en la tabla 8 se hace un ejercicio similar a los mostrados antes, donde se considera un cambio en los parámetros de reacción de la política monetaria junto con este cambio del sector privado, el cual tiene un comportamiento más forward looking. 36 Tabla 8 Efectos de cambios en el sector privado junto con mejor politica monetaria A. Desviación Estandar con mayores shoocks estimados Politica monetaria Pre-91 Politica monetaria Post-91 % de la reduccion de la y sector privado Backwad y sector privado Forward varianza explicada (1) 5.63 3.82 57.0% B. Desviación Estandar con menores shocks estimados Politica monetaria Pre-91 Politica monetaria Post-91 % de la reduccion de la y sector privado Backwad y sector privado Forward varianza explicada (2) 2.58 1.31 16.5% Los resultados indican que este cambio, posiblemente impulsado por la nueva política monetaria, en el contexto de una economía desestabilizadora con grandes shocks golpeándola, lograría una considerable reducción de la volatilidad de la inflación, la cual un 57% se puede explicar por esta mejora de política. IV.6. Inflación baja y estable Del análisis realizado, se concluye que la caída en la volatilidad de la inflación se debe principalmente a tres factores. El primero de ellos y el más importante está relacionado con los shocks que enfrentaba la economía chilena, los cuales disminuyeron considerablemente en especial los que afectaban directamente a la inflación. Chile al ser una economía pequeña y abierta, es muy propensa a ser fuertemente afectada por las fluctuaciones muy pronunciadas de los términos de intercambio. Un shock negativo de términos de intercambio genera presiones inflacionarias que, en caso de ser recurrentes, podrían traer mucha variabilidad en la inflación. Para la década que va desde 1975 hasta 1985, Chile experimentó severas condiciones externas, entre ellas un fuerte deterioro de los términos de intercambio. Al ver la figura 6 se aprecia la fuerte caída que tuvieron los términos de intercambio a finales de los setenta y que duró hasta un poco más de mediados de los ochenta. Entre 1980 y 1986 prevalecía una alta tasa de inflación junto con una alta volatilidad. En esos años la tasa de inflación promedió 23.3% con una desviación estándar de 9.08. Durante los noventa los términos de intercambio mejoraron manteniéndose por encima de los niveles que prevalecieron durante gran parte de la década de los ochenta. Junto con esta mejora de las condiciones externas, la tasa de inflación en Chile comenzó a mostrar menores grados de volatilidad. Estas condiciones más favorables respecto de los términos de intercambio se ven reflejadas también en el grado de volatilidad que presentaban. La figura 7 muestra la menor volatilidad que presentan los términos de intercambio durante el periodo de 1975 a 2000. Así, haciendo una comparación entre periodos, la década de los 80 destaca por tener unos términos de intercambio más 37 deteriorados, volátiles y con una tasa de inflación muy alta y volátil, mientras que en los 90 los términos de intercambio mejoraron, respecto del periodo anterior, disminuyeron su volatilidad y la tasa de inflación disminuía tanto en su nivel como en su volatilidad. Figura 6 Términos de intercambio, 1975-2000. 140.00 130.00 120.00 110.00 100.00 90.00 80.00 70.00 jul-00 ene-99 jul-97 ene-96 jul-94 jul-91 ene-93 ene-90 jul-88 ene-87 jul-85 ene-84 jul-82 ene-81 jul-79 ene-78 jul-76 ene-75 60.00 Fuente: Bennett y Valdés (2001) Lo anterior sugiere que los shocks de términos de intercambio que surgieron después de los 90, se caracterizan por ser más bien positivos y de carácter permanente para la economía. Esto repercute directamente en la volatilidad de la inflación si se dispone de un rango de exportaciones diversificada, la cual amortigua los shocks de términos de intercambio, lo que implica un menor efecto sobre la inflación. Figura 7 Volatilidad de los términos de intercambio, 1975-2000. 0.06 0.05 0.04 0.03 0.02 0.01 Nota: Elaboración propia. Desviación estándar en ventanas de 12 meses de los cambios mensuales. 38 jul-00 feb-99 sep-97 abr-96 nov-94 jun-93 ene-92 ago-90 mar-89 oct-87 may-86 dic-84 jul-83 feb-82 sep-80 abr-79 nov-77 jun-76 ene-75 0 Con respecto a esto último Bowdler y Malik (2005) presentan evidencia sobre una relación negativa entre el grado de apertura de una economía y el grado de volatilidad de la inflación. Los autores sostienen que la apertura influye en la volatilidad de la inflación mediante dos canales; uno limitando la dependencia de ingresos a través del señoreaje y otro al cambiar el consumo hacia bienes con términos de intercambio más estables. Granato et. al. (2006) conjeturan que si la apertura lleva a la autoridad monetaria a implementar una política más agresiva en favor de la estabilización de la inflación, debería existir una relación negativa entre la apertura y la varianza de la inflación. Entre los años setenta y ochenta se introdujeron en Chile una serie de reformas institucionales, macroeconómicas y de apertura. En los años setenta se introdujeron reformas que incluían la estabilización fiscal, liberalización de precios y financiera, privatización de empresas públicas y apertura comercial. Para los años ochenta se continuó con una nueva constitución que otorgó independencia al Banco Central, la reforma al sistema de pensiones, la ley de bancos, la ley de quiebras, para finalmente en los noventa profundizar aún más en la apertura comercial. La figura 8 presenta el índice de apertura comercial para Chile desde 1950 hasta 2010. En la figura se puede ver que para las décadas de los 50, 60 y mediados de los 70, el índice permanece relativamente plano, reflejando una economía que no se integraba al comercio exterior. A partir de 1975, la economía se comienza a integrarse al comercio exterior de manera creciente, presentando sólo un retroceso a comienzos de los 80, debido a la crisis de deuda externa que sufrió Chile en esos años. Una vez recuperada la economía de este periodo recesivo, la economía chilena nuevamente aumento su grado de integración de una manera creciente y sostenida. Figura 8 Apertura comercial, 1950-2010. 90 80 70 60 50 40 30 20 10 1951 1954 1957 1960 1963 1966 1969 1972 1975 1978 1981 1984 1987 1990 1993 1996 1999 2002 2005 2008 0 Fuente: World Penn Table 7.1 39 Brahmbhatt y Dadush (1996) sostienen que durante 1984 y 1993 la volatilidad de la inflación en países que fueron lentos en integrarse a la economía global fue el doble de alta que en los países donde se alcanzó una rápida inflación. Por lo tanto, siguiendo a Bowdler y Malik (2005) y Granato et. al. (2006) , la mayor apertura que experimentó la economía junto con una favorable situación externa respecto de los términos de intercambio configuraron conjuntamente una menor volatilidad de la inflación. Por otro lado los shocks de política monetaria también experimentaron una fuerte caída para el periodo que va desde el segundo trimestre de 1991 hasta finales del 2011. Es posible que esto se debe por una parte a la nominalización de la política monetaria. De hecho, Fernández (2003) encuentra que después de la nominalización la tasa en UF se hizo más volátil, mientras que la volatilidad de las tasas nominales se redujo. Este cambio de instrumento de política derivó en una menor cantidad de shocks monetarios. Como el Banco Central fijaba una tasa de interés en UF, todos los shocks inflacionarios son absorbidos por la tasa nominal volviéndola mucho más volátil, hecho que las estimaciones de la tabla 3 reconocen. Adicionalmente está la disposición del Banco Central de llevar a cabo un movimiento de tasas más suave, con tal de aminorar posibles perturbaciones que podría generar en la economía movimientos más bruscos en las tasas. Analizando la volatilidad del crecimiento de la cantidad de dinero se aprecia una sostenida caída, lo que permite inferir de la existencia de menores shocks monetarios en la economía. Figura 9 Volatilidad del crecimiento del dinero. 14 12 10 8 6 4 2 oct.2010 jul.2009 abr.2008 ene.2007 jul.2004 oct.2005 abr.2003 ene.2002 oct.2000 jul.1999 abr.1998 ene.1997 oct.1995 jul.1994 abr.1993 ene.1992 oct.1990 jul.1989 abr.1988 ene.1987 0 Fuente: Banco Central de Chile. Elaboración propia. Desviación estándar en ventanas de 4 trimestres de los cambios trimestrales. Considerando otros posibles shocks externos, aumentos bruscos de la tasa de interés externa implicaría enormes dificultades a la economía, ya que aumentarían los costos del financiamiento externo induciendo una mayor dependencia en los ingresos por señoreaje y, 40 consecuentemente, incrementando tanto los niveles como la volatilidad de la tasa de inflación. Aisen y Veiga (2007) analizando una panel de países que incluyen tanto países desarrollados como en desarrollo, encuentran un efecto positivo y significativo de las tasas de los US treasury bill sobre la volatilidad de la inflación. En la tabla 9 se puede ver como la tasa de los US treasury bill cae sostenidamente a través del tiempo. Por otro lado, considerando los shocks originados por los cambios en el precio del petróleo, los autores sostienen que el impacto sobre la volatilidad de la inflación de estos shocks es positivo, pero débilmente significativo. Revisando nuevamente la tabla 9 se aprecia que la volatilidad de los cambios en el precio del petróleo se mantiene relativamente estable en el tiempo. Tabla 9 Distintos indicadores. Periodo Volatilidad Cobre Volatilidad Petroleo US treasury bill rates 1960-1969 7.58% 1970-1979 7.11% 1980-1989 6.67% 8.12% 8.14 1990-1999 5.36% 8.58% 4.99 2000-2006 5.77% 8.69% 2.32 Fuente: Banco Central de Chile y Federal Reserve Bank of St. Louis. Otro punto interesante es que el periodo de menor volatilidad de la inflación que vivió Chile, coincide con el periodo donde se empieza a ver una caída en la volatilidad del crecimiento del producto. El inicio de la gran moderación en Chile, junto con la menor influencia de la brecha de producto en la dinámica de la inflación (ver tabla 3), permitieron que la volatilidad de la inflación cayera fuertemente. Tena y Salazar (2008) presentan evidencia sobre el impacto de los shock externos sobre la volatilidad del crecimiento del producto y de la inflación para Chile. Los autores sostienen que para el periodo que va desde 1984 hasta el 2006 el 17% de la volatilidad del crecimiento del producto se explica por los shocks externos, mientras que para 1966 y 1983 es de 47%. Con respecto a la volatilidad de la inflación, encuentran que la ponderación de los shocks externos para explicar la reacción de la inflación se ha vuelto más importante. Tena y Salazar sostienen que este resultado se debe a la mayor capacidad de la economía para hacer frente a los shocks externos. El segundo factor que incidió en esta caída tan pronunciada de la volatilidad de la inflación es el cambio en la estructura de la economía, principalmente influenciada por el componente forward looking de la oferta agregada. Este cambio en la estructura de la economía ayudó de gran manera a romper con el grado de inercia inflacionaria que agobiaba la economía en los ochenta, lo cual permitió la trayectoria descendente en la tendencia inflacionaria. Este cambio de tendencia en la inflación incide también en una 41 menor volatilidad. Ante un shock inflacionario en donde los contratos están bastante indexados a la inflación pasada, este shock se prolonga mucho en el tiempo, mientras que si la indexación es baja el shock inflacionario se eliminaría más rápidamente, manteniendo los precios sobre su tendencia la mayor parte del tiempo Una posible explicación de este cambio podría deberse a los cambios institucionales y reformas que se implementaron en Chile desde mediados de los setenta, junto con la transición hacia democracia que se llevó a cabo a inicios de los noventa. Con respecto a las reformas implementadas, estos cambios derivaron en un tamaño del gobierno más pequeño, una estructura legal más fuerte, mayor respeto por los derechos de propiedad, mayor libertad de intercambio con el extranjero y regulaciones del crédito y trabajo más flexibles. Aisen y Veiga (2007) presentan evidencia de que un mayor grado de libertad económica afecta a la volatilidad de la inflación indirectamente al disminuir el nivel de la inflación. Por otro lado, la estabilidad política y social que se logra con la transición hacia la democracia junto con las reformas introducidas en los años previos, derivaron en un país con mejores instituciones las que son menos susceptibles a shocks políticos que llevarían a políticas monetarias y fiscales discontinuas, las cuales resultarían en una mayor volatilidad de la inflación. Con respecto a esto, Aisen y Veiga sostienen que la inestabilidad política tiene un mayor impacto sobre la volatilidad de la inflación en países en desarrollo que tienen menores grados de independencia de los bancos centrales y de libertad económica. Muchos trabajos presentan evidencia que destaca la importancia de una mayor independencia de los bancos centrales para alcanzar un nivel de inflación estable. La independencia del Banco Central protege a la política monetaria de la influencia de la autoridad fiscal, la cual es más susceptible al lobby y las presiones políticas que prevalecen en países políticamente inestables y socialmente polarizados. Estos trabajos indican que un mayor grado de independencia de facto lleva a una menor volatilidad de la inflación, que en el caso de países en desarrollo el impacto es mayor9. En el caso de Chile, la independencia del Banco Central se realizó en 1989, la cual tiene una correspondencia directa con una independencia de facto. En Ochoa y Schmidt-Hebbel (2006) se muestran una serie de índices de independencia del Banco Central, donde Chile destaca por estar entre los mejores puestos gozando de independencia tanto de jure como de facto. Estos cambios ocurridos en Chile implicarían un cambio en los mecanismos de propagación que posee la economía para hacer frente a diversos shocks externos, los cuales permiten una mayor estabilidad en la economía tanto del producto como de la inflación (apoyando la idea de Tena y Salazar (2008) sobre la mayor capacidad de la economía para hacer frente a los shocks externos). El tercer factor que influye en la caída de la volatilidad de la inflación, en parte relacionado con el segundo discutido anteriormente, es el cambio en la función de respuesta de la tasa de política monetaria. Este cambio generó un mayor control de parte del Banco 9 Ver Cukierman et al. (1992) y Aisen y Veiga (2007). 42 Central sobre la inflación, lo que facilitó tanto su caída en la volatilidad como en su nivel. La autoridad monetaria cambió su enfoque de la política monetaria al implementar un régimen de metas inflacionarias. Esta estrategia de política monetaria apunta a influir directamente sobre las expectativas inflacionarias de manera tal que éstas se formen de una manera más forward looking10. El focalizar el objetivo inflacionario pudo haber incidido en un aumento de la credibilidad del Banco Central, por lo que ante el surgimiento de shocks que golpeaban a la tasa de inflación, las expectativas inflacionarias se mantenían ancladas a la meta impuesta por el Banco Central. Con respecto a esto último, Schmidt-Hebbel y Tapia (2002) presentan evidencia que indica que la meta inflacionaria es un determinante altamente significante y económicamente relevante de la expectativas de inflación. Sin embargo, Bowdler y Malik (2005) señalan que los principales resultados de la caída en la volatilidad de la inflación no se debe al esquema de metas inflacionarias. Hall y Jaaskela (2009) muestran que la caída en la volatilidad de la inflación se dio también en otros países que no utilizan metas inflacionarias, lo que puede sugerir que el fenómeno de estabilización inflacionaria era mundial. Sin embargo, es interesante que este cambio en la respuesta de la política monetaria genera un retorno más rápido de la inflación hacia su nivel de equilibrio. En la figura 10 se presentan la funciones de impulso respuesta tanto de la brecha de producto como de la inflación ante un shock inflacionario. Como se puede apreciar, la inflación cae mucho más rápidamente a medida que el parámetro aumenta. Esto quiere decir que el Banco Central responde rápidamente ante cambios de la inflación respecto de su meta monetaria que se impuso. Como se ve en la figura 6, el shock inflacionario parece ser persistente para menores valores del estimado para el segundo periodo, mientras que en la actual respuesta del Banco Central el shock inflacionario tiene sólo un impacto transitorio sobre tasa de inflación. La figura 6 también muestra que a brecha de producto cae más fuerte, a medida que aumenta , lo cual refleja el compromiso que adquirió el Banco Central de mantener controlada la inflación, incluso a costa de grandes fluctuaciones de producto. No obstante, la respuesta de la política monetaria es más estabilizadora, en términos de la fluctuaciones de la brecha de producto, que lo que lo era en el primer periodo de estudio. Para el valor de más alto, se aprecia que la brecha de producto se recupera más rápido que para los otros casos, por lo que la fluctuaciones de la brecha de producto pasan también a ser meramente transitorias. Así, si bien su contribución en la reducción de la volatilidad de la inflación parece ser más bien modesta, el cambio en la política monetaria no lo es tanto respecto de la reducción y control del nivel de la inflación. 10 Este nuevo régimen de política monetaria pudo también haber influido en el cambio que se produce en el parámetro del componente forward looking en la curva de Oferta agregada. 43 Figura 10 Impulso respuesta a un Shock Inflacionario Brecha de Producto 0.002 0 -0.002 -0.004 -0.006 beta=0.98 -0.008 beta=1.02 beta=1.15 -0.01 -0.012 1 5 9 13 17 21 25 29 Impulso respuesta a un shock inflacionario Inflación 1.2 1 beta=0.98 0.8 beta=1.02 0.6 beta=1.15 0.4 0.2 0 -0.2 1 5 9 13 17 21 25 29 Nota: Elaboración propia. Vale la pena también mencionar el rol que tuvo el sistema cambiario y la política fiscal en la volatilidad de la inflación. Con respecto al efecto del sistema cambiario, el componente que captura el pass-through de una depreciación sobre la inflación para el segundo periodo muestra una disminución. Esto indicaría un menor impacto de las depreciaciones del tipo de cambio sobre la tasa de inflación. Muchos trabajos que estiman este coeficiente, reportan que con el tiempo ha tendido a disminuir. Esto también se ha percibido para otros países en el mundo, tal y como lo reporta de Gregorio (2001). Morandé y Tapia (2002) muestran que este coeficiente presenta una tendencia decreciente a partir de 1998. Una interpretación para este cambio en el coeficiente pass-through apunta hacia el abandono de la banda cambiaria. Se argumenta que el mercado traspasaba inmediatamente cualquier depreciación significativa a los precios internos, esto debido a que la depreciación 44 era percibida como la incapacidad de la autoridad para sostener el valor nominal del tipo de cambio, por lo que esta depreciación se consideraba como permanente (Morandé y Tapia, 2002). Al abandonar la banda cambiaria y permitir una libre flotación del tipo de cambio, al ser esta última la variable de ajuste ante shock temporales, la reacción era mucho más cautelosa frente a las depreciaciones. En la tabla 6 se muestra que este menor coeficiente de traspaso permite una menor volatilidad de la inflación, aunque bastante pequeña. Con respecto a la política fiscal, hoy impera una gran disciplina por parte de la autoridad fiscal respecto de sus decisiones de gastos. La regla de Superávit Estructural que se comenzó a implementar en el 2001, es públicamente anunciada y entrega una alta credibilidad a la política fiscal. Dado el carácter contracíclico de la regla, ésta contribuye a reducir la volatilidad en la economía chilena. Sin embargo, a lo largo de la historia la inflación en Chile se caracteriza por haber tenido su causa en los déficit fiscales. Si el gobierno tiene poder sobre la política monetaria, entonces hay una alta probabilidad de usar este poder para sus propios objetivos. Ante la imposibilidad de cumplir con sus obligaciones, los gobiernos recurrían al financiamiento mediante el Banco Central, obligando la emisión de dinero y con ella un brote inflacionario. Del mismo modo, en los conflictos sobre las políticas económicas, los gobiernos fuertes pueden obligar al Banco Central a acomodar sus políticas (Sargent and Wallace, 1981). Sin embargo, a finales de los setenta y principios de los ochenta, Chile tenía superávits fiscales, pero aun así la inflación no cambió significativamente su comportamiento. Durante los años 80 la tasa de inflación alcanza un promedio de 21.3% con una desviación estándar de 6.15 puntos porcentuales. Figura 11 Volatilidad Precio de Cobre 0.12 0.1 0.08 0.06 0.04 0.02 ago.2009 nov.2006 feb.2004 may.2001 ago.1998 feb.1993 nov.1995 may.1990 ago.1987 nov.1984 feb.1982 may.1979 ago.1976 nov.1973 feb.1971 may.1968 ago.1965 nov.1962 feb.1960 0 Nota: Elaboración propia. Desviación estándar en ventanas de 12 meses de los cambios mensuales. Dado lo anterior, no es de extrañar que en los periodos de sostenidos déficit fiscales exista una gran inflación, de hecho, si se tiene déficit fiscal es posible tener una inflación alta y estable. Sin embargo, la relación entre los déficit fiscales y la volatilidad de la inflación no es tan clara. Rother (2004) concluye que la volatilidad en las políticas fiscales 45 discrecionales han contribuido a la volatilidad de la inflación en un panel de 15 países de la OECD para un periodo de 35 años. Hoy en día la economía, debido a la regla de superávit estructural, carece de una política fiscal discrecional altamente volátil, característica que no compartía épocas anteriores. Así, los déficit fiscales podrían haber tenido una alta incidencia en la volatilidad de la inflación en Chile. Por un lado, mayores tasas de inflación reducen el valor real de los ingresos por medio de impuestos, por lo que un financiamiento inicial mediante la impresión de dinero podría generar un creciente déficit fiscal dentro de un circulo vicioso inestable. Por otro lado, y particularmente para Chile, como los ingresos fiscales dependen fuertemente de los resultados del cobre, si el precio de este último es volátil, al no tener una regla fiscal cada vez que el precio del cobre cae, el gobierno tendrá que recurrir al financiamiento por parte del Banco Central. Esto implica que un precio del cobre más volátil y una política fiscal que carece de una regla, reflejarían una mayor volatilidad de la inflación. Al analizar la serie del precio del cobre, se aprecia que esta es bastante volátil, sin embargo, la figura 11 muestra una caída en la volatilidad del cambio del precio del cobre para finales de los 80, volatilidad que se mantiene baja hasta mediados del año 2005. Este mayor estabilidad en un precio tan clave para la economía chilena, como lo es el precio del cobre, junto con la implementación de una regla de superávit estructural, sin duda han contribuido a mantener una tasa de inflación baja y estable. El análisis empírico llevado a cabo en este trabajo es silencioso respecto al último punto, pero es importante de todas maneras mencionarlo. V. Conclusión. Entrando en la década de los 90 un cambio importante se percibe en el comportamiento de la inflación, y es que ésta comienza a caer sostenidamente. Junto con ello también se comienza a percibir una caída en la volatilidad de la inflación lo que repercutió en ganancias de bienestar. Pero ¿a qué se debió esta caída en la volatilidad de la inflación? Del análisis llevado a cabo, los principales resultados indican que los mecanismos de propagación a partir del primer trimestre de 1991 cambiaron de manera tal que favorecieron una mayor estabilización de la economía chilena, a la vez que los shocks que golpeaban a la economía disminuían. Detrás de esta mejora se encuentra el hecho de que el sector privado determina los precios de una manera más forward looking, en vez de continuar con mecanismos de indexación con respecto a la inflación pasada. Este hecho generó un cambio que acabo con la gran inercia inflacionaria que agobiaba a la economía durante los 70 y 80. Adicionalmente, las acciones de política monetaria han mostrado una actitud más agresiva ante desviaciones de la inflación esperada, la que también tuvo un impacto positivo sobre la caída de la volatilidad de la inflación, pero en un menor grado. Si se consideran estos dos cambios juntos, en el contexto de una economía altamente perturbada por los shocks 46 exógenos, este factor logra explicar una caída en la volatilidad de la inflación cercana a 47%, la cual es muy considerable. Es posible que la ganancia de credibilidad que obtuvo el Banco Central de Chile una vez autónomo y la implementación de un esquema de política monetaria basado en metas inflacionarias, haya incidido en este cambio de la estructura de la economía. Por otro lado, los shocks que golpeaban la economía, cambiaron drásticamente. Estos se vieron reducidos de tal manera que implicaron una fuerte caída de la volatilidad de la inflación. Particularmente los shocks que afectaban a la inflación se redujeron fuertemente. La disminución de los shocks propios de la curva de Oferta agregada fueron muy influyentes para la caída de la volatilidad de la inflación. Esto implica que si la economía no hubiese presenciado cambio alguno, la reducción de los shock explicarían una reducción de la volatilidad de la inflación cercana al 54%. De los resultados obtenidos, se puede inferir que la caída en la volatilidad de la inflación se debe principalmente a las condiciones externas más favorables, es decir menores shocks que golpean a la economía, mientras que las decisiones tomadas por el Banco Central junto con las reformas y la mejoras institucionales, repercutieron más bien en el nivel de la inflación. Lo anterior parece sugerir que, en el momento que vuelvan a aparecer estos shocks grandes, la economía va a escalar a unos niveles de volatilidad de la inflación bastante considerables. Esto es algo preocupante dado las grandes turbulencias que ha vivido el mundo desarrollado en los últimos años. A pesar de tener un Banco Central comprometido con la contención de la inflación, es muy probable que la volatilidad de la inflación vuelva a aumentar, lo que puede derivar en un aumento en su nivel. 47 Referencias Aisen, A., y Veiga, F. J. (2007). “Political instability and inflation volatility”. International Monetary Fund, Working paper 06/212. Ahmed S., Levin A. y Wilson B. A., (2002), “Recent U.S. Macroeconomic Stability: Good Policies, Good Practices, or Good Luck?”. Board of Governors of the Federal Reserve System, International Finance Division, Number 730. Bennett H. y R. Valdés (2001),”Series de términos de intercambio de frecuencia mensual para la economía chilena: 1965-1999”. Banco Central de Chile, Working papers N°98. Boivin, Jean, and Marc Giannoni (2002). "Assessing Changes in the Monetary Transmission Mechanism: A VAR Approach." Economic Policy Review, 97-111. Bowdler, C., y Malik, A. (2005). “Oppeness and inflation volatility: Panel data evidence”. 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En esta sección se describe a grandes rasgos y de manera bastante resumida, cómo ha sido el comportamiento de la inflación en Chile durante gran parte del siglo XX, describiendo esencialmente cómo ésta ha variado de gobierno en gobierno, además de los esfuerzos que se hicieron para poder controlarla. Muchos han sostenido que la inflación que padecía Chile, parecía una enfermedad crónica, en el sentido de que se han hecho muchos esfuerzos para eliminarla sin tener resultados claramente positivos. La inflación hasta antes de los 90s, se caracterizaba por ser en promedio muy alta pero además muy volátil. Por ejemplo, en 1955 la tasa de inflación excedió el 80 por ciento, mientras que en 1973 superó el 600 por ciento, lo que da cuenta de una inflación extremadamente volátil, como se aprecia en la Figura 1. Dada la alta volatilidad de la inflación y los costos que ésta trae consigo, no es de extrañar que durante gran parte del siglo XX, la economía chilena alcanzase un crecimiento económico bastante mediocre. Entre 1945 y 1989 el país vivió un proceso de inflación motivada en gran medida por los trastornos internos y externos de la economía, especialmente las relacionadas con los sostenidos déficit fiscales que eran financiados por el Banco Central. Durante este periodo la inflación estuvo siempre por sobre el 5% anual. Como se aprecia en la Figura 1, posterior a los años 50s la inflación parece aumentar en su volatilidad. Como el proceso inflacionario parecía empeorar cada vez más, los distintos gobiernos buscaron contener la inflación mediante planes de estabilización, principalmente a través de fijaciones del tipo de cambio nominal, los cuales ante la incapacidad de los gobiernos para sostener un manejo disciplinado de sus finanzas junto con deterioros en los términos de intercambio, estos sólo tuvieron un éxito momentáneo. Durante el gobierno de Carlos Ibañez del Campo, se vivió una de las tasas de inflación más altas, donde la tasa de inflación promedio anual fue de 62%, alcanzando su punto más alto en 1955 con 83,8%, la más alta tasa registrada en la historia de Chile hasta ese entonces. Pero estas elevadas tasas de inflación tienen su causa en los grandes déficit fiscales de la época, lo que se refleja en un sector monetario caracterizado por elevados aumentos en la oferta de dinero. Con tal de remediar esta situación, hacia fines de 1955 se implementan varias medidas que hacían frente a las fuentes de emisión monetaria, disminuyendo los gastos del gobierno, aumentando los impuestos, entre otras. Pero los resultados obtenidos de la serie de medidas no tuvieron mucho éxito, ya que las medidas fiscales no fueron coherentes, por lo que no se pudo contener el déficit ni se pudo controlar la gran expansión del crédito directo al sector privado11. Así, a finales de 1958, existía un 11 Ver Morande y Noton(2004). 52 saldo negativo de balanza de pagos, una desocupación cercana al 9%, un gran déficit fiscal mientras que la economía sufría un prolongado estancamiento. En 1959, con Jorge Alessandri como presidente, se implemento un nuevo plan de estabilización. Este plan se centraba nuevamente en controlar el financiamiento del déficit fiscal mediante emisión monetaria junto con la implementación de un tipo de cambio fijo. El financiamiento del déficit fiscal era por medio de créditos externos en lugar de endeudamiento con el Banco Central. Estas medidas tuvieron un fuerte impacto en la tasa de inflación, la cual se redujo de 33% en 1959 a sólo 5,5% en 1960. Pero, a pesar del éxito que mostró este programa de estabilización, la falta de control sobre el déficit fiscal y la significativa caída del ritmo de entradas brutas de capitales durante 1961, pusieron en duda la sustentabilidad del programa. Algunos agentes empezaron a apostar a una devaluación y sacaron capitales del país, lo que provocó una serie de crisis de balanza de pagos que llevó al abandono de la paridad cambiaria uno a uno y a una seguidilla de devaluaciones. Luego sin la posibilidad de seguir financiando el déficit fiscal con créditos externos se forzó a recurrir nuevamente al endeudamiento con el Banco Central, con el consiguiente impacto en la tasa de expansión monetaria, lo que repercutió en la tasa de inflación nuevamente, situándola por sobre el 40% anual para 1964. Para el periodo del siguiente gobierno, el de Eduardo Frei Montalva, se implementaron una serie de reformas estructurales, orientadas a mejorar el crecimiento económico, pero fundamentalmente en mejorar la mala distribución del ingreso, por lo que la estabilidad de los precios pasó a ser un objetivo secundario. Al final, la tasa de inflación mostró nuevamente una alta volatilidad, la cual se redujo desde 43% en 1964 a 19% a fines de 1966, para nuevamente subir en 1967 llegando a estar por sobre 35% anual. En Morandé y Noton (2004), se afirma que durante este periodo la política monetaria tuvo en promedio un fuerte sesgo expansivo, siendo las fuentes de emisión más importantes las operaciones de cambio (acumulación de reservas internacionales) y las operaciones con la banca comercial. Por otro lado, con tal de proteger a los más afectados por la inflación se introdujeron mecanismos de indexación a través de los impuestos y de los salarios, promoviendo reajustes salariales en base a la inflación pasada, así como también en varios instrumentos financieros. Las diversas maneras de indexación indujeron una enorme inercia en el proceso inflacionario. La situación se volvió critica a comienzos de los 70s, durante el gobierno de Salvador Allende, época en la cual se llevaron a cabo expansiones fiscales agresivas financiadas mediante el Banco Central. Adicionalmente, como método para combatir la inflación, se implementaron fijaciones de precios. La actividad económica no tardo en verse perjudicada ante las enormes distorsiones de precios y falta de respeto al derecho de propiedad que caracterizaron al gobierno. El punto más álgido de la tasa de inflación en Chile se dio en 1973, donde ésta alcanza el impresionante nivel de 600%, junto con un 53 déficit fiscal del 30% aproximadamente. En efecto, entre 1972 y 1976, la inflación promedió un 380% anual. Dado el sombrío contexto económico en que se encontraba la economía chilena, el gobierno militar se impuso el objetivo de reducir la inflación y remover los principales mecanismos por los cuales la inflación se desencadenaba. Así fue como durante el gobierno militar se implementaron una serie de reformas estructurales, liberalizando la economía, integrándola al comercio internacional y dando bastante más espacio a la inversión privada. En un principio, se aplicó un enfoque antiinflacionario gradual, esto debido a los miedos que se tenían, en ese entonces, de implementar medidas más drásticas por los altos costos que éstas podrían traer. Desde el punto de vista fiscal, se lograron grandes avances, reduciendo el déficit desde un increíble 30%, hasta un 5,4% para 1974. Pero las medidas tomadas no lograban contener la inflación, mientras que las medidas fiscales deprimían fuertemente a la economía. Ante estos resultados se decidió por implementar una política más drástica, un plan de shock, el cual implicaba un severo ajuste tanto fiscal como monetario. Este nuevo ajuste fiscal permitió reducir el déficit del sector público no financiero al 2% para 1975, alcanzando finalmente un superávit el año siguiente. Este programa de estabilización no contemplaba el tipo de cambio como herramienta en la lucha contra la inflación. Por lo que se decidió mantener una paridad móvil, ajustada en función de la inflación pasada. El impacto sobre la inflación de este plan de shock fue de inmediato, cayendo de 69% al 26% en 1975, pero para el siguiente año, nuevamente escalaria hasta 47%. Para Edwards( ¿?) las expectativas inflacionarias y las devaluaciones nominales comenzaron a desempeñar un papel cada vez mas importante. A finales de 1977, la tasa de inflación alcanzaba el 84%, por lo que se decidió por implementar nuevas medidas, las cuales estaban fundadas en el nuevo contexto de la economía chilena, una economía abierta. ¿Por qué no cae la inflación? La descripción previa de la inflación en Chile, da cuenta de una inflación altamente volátil y gatillada constantemente por los incontrolables déficit fiscales de los distintos gobiernos de turno. Los programas de estabilización de la época atacaron estos problemas conteniendo el gasto fiscal y el crecimiento del dinero. Sin embargo no parecía existir ganancias reales de los planes para contener la inflación. Si bien, los problemas de índole fiscal como causa de la inflación se habían removido, esto no derivó una caída sostenida en la tasa de inflación, ya que ésta permanecía aún muy alta. Como ya se mencionó, a mediados de los 70s, el tema inflacionario estaba sobre la mesa de discusión. Para esos años se implementaron reformas estructurales que remediaban en gran medida las fuentes de emisión monetaria. En particular, el impedimento de financiar gasto público mediante el Banco Central fue un gran avance. Sin embargo, a pesar de tener superávit fiscal, el gobierno no lograba reducir la inflación. Sí se veían avances, 54 como por ejemplo, a comienzos de los 80s, y gracias a la fijación del tipo de cambio realizada en 1979, la inflación se veía reducida llegando a 9,5% en 1981. Para esos años se vivió una importante entrada de capitales, que ayudaron a financiar el déficit en cuenta corriente. Sin embargo el cambio de enfoque que se dio en EEUU a su política monetaria, la cual indujo un fuerte aumento en las tasas de interés externas, generó en Chile una severa caída en la entrada de capitales, lo cual derivó en una crisis de balanza de pagos y una serie de devaluaciones del tipo de cambio. Ante esto la inflación volvió a subir. Durante los siguientes años, el país se centro en tratar de salir de la profunda crisis económica que estaba enfrentando, sin necesariamente tratar de reducir la inflación, pero tampoco perdiendo el control de ella. Dado esto, las políticas macroeconómicas cambiaron su enfoque de reducir la inflación, a contener el saldo negativo de la cuenta corriente. Así, a partir de 1986 se inicia una recuperación fuerte y sostenida del producto, que deriva en un marco macroeconómico estable durante el resto de la década. En términos comerciales se observa una notoria mejoría a partir de 1984, atribuible más bien al manejo del tipo de cambio, la cual se basó en una serie de devaluaciones que se produjeron durante el periodo. Además de la crisis de deuda externa que enfrentaba el país, adicionalmente surgía un nuevo problema para combatir la inflación, que había estado formándose en los años previos, la alta inercia inflacionaria. Ésta era producto de los mecanismos de indexación que se habían introducido, los cuales son perjudiciales para alcanzar la estabilización, dado los efectos que traen consigo sobre el proceso inflacionario (Edwards, 2000). En 1976, se adoptó un esquema de indexación salarial basado en la inflación pasada (Edwards y Edwards, 1991), que fue obligatorio luego de la implementación de nuevas leyes laborales en 1979-80. Mediante esto, se introdujo un alto grado de inercia en la inflación, la cual hizo prácticamente imposible su reducción durante toda la década de los 80s. Luego, la falta de un ancla nominal explicita y la gran inercia inflacionaria perecen ser los principales problemas que faltan por resolver entrando en la década de los 80s. 55