•\ño 111 dosier: BRITTEN, 75 ANOS estudio. DE MÚSICA Y TOREO ,cSA-PEKKA SALONEN 4 abrirá el 37 Festival de Música y Danza de Granada Turner Música Clásica Por fin una tienda que entiende de música clásica, una tienda comparable a las mejores de Europa. Discos, COMPACTOS, Cassettes (Un compacto gratis por cada 10 comprados) Libros y Revistas en todos los idiomas Videos (venta y alquiler) "•^O 0 Discografía. Bibliografía. (Consulta Libre) ^C 0 Enviamos sus pedidos a toda España sin cargo adicional. Turner Música Clásica Genova 5. 28004 Madrid. Tel: 410 44 19 Grupo Turner - Genova 3. 28004 Madrid. Libros Españoles, Tel: 419 17 84. Libros Ingleses, Tel: 410 29 15-410 43 59 Libros Franceses, Tel: 419 09 26. Video Club, Tel: 410 44 57 Edita SCHERZO EDITORIAL, S.A. C/ Marqués de Mondéjar. 11 - 4." C 28028-Madrid. Telíf. (91) 24* 76 22 Presídeme Gerardo Queípo de Llano Director Antonio Moral Director Adjunto Arturo Reverter Redactor Jefe Enrique Martínez Miura Consejo de Dirección Javier Alfaya, Domingo del Campo Castel. Manuel Carda Franco, Agustín Muñoz Jiménez, Enrique Pérez Adrián. Año IV n." 2 4 - MAYO 1988 -400 ptas. Secciones Redacción en Barcelona: César Caímell. Actualidad: Arturo Reverter y Enrique Martínez Miura. Discos: Enrique Pérez Adrián. Alta Fidelidad: Alfredo Orozco. Danza: Roger Salas. Libros: Xoan Manuel Carreira. Jazz: Ebbe Traberg. Música contemporánea: José Iges. Colaboran en esre número: Roberto Andrade Malde, José Carlos Cabello Airoyo, César Calme)], Carmelo, Sansón Carrasco, Xoan Manuel Carreira, Xavier Daufi, Fernando Fiaga, Manuel Garría Franco, Pepe Ginesta!. Florentino Oraría Utrillas, José Iges. José Antonio López Docal, Santiago Martin Beimúdez, Joaquín Martin de Sagarmínaga. Enrique Mariinez Miura, Francesc X. Mala, Blas Malamoro. Ángel F. Mayo. Antonio Moral, W. A. Mozart, Agustín Mufloz Jiménez, Rafael OrIcga Basagoili. Alfredo Orozco, Papageno, Enrique Pérez Adnán, Victor Pliego de Andrés. Gerardo Queipo de Llano, Arturo Reverter, Jordi Ribera i Bergós, Roger Salas. José Luis TéILez, Ebbe Traberg, Guillerrmo Virany. SUMARIO OPINIÓN • ACTUALIDAD — Entrevista con José Carlos Plaza, Santiago Martín Bermúdez 4 8 18 ESTUDIO Distilo de Parlada Salvador Alarco Foto de Portada: CBS. Publicidad, Redacción y Administración Scherzo Editorial, S.A. Marqués de Mondéjar, 11 - 4." C 28028-Madrid Teléf. (91(246 76 22 Imprime: MOV1EGRAF, S.A. C/ Estigia. 3 y 3 28037 Madrid Tfno.: 204 95 03 Fotocomposiciún Lutnintar. S.A. Albasani. 48-50 28037-Madrid. Telef. 204 )0 01 Depósito legal M-41822-1985 ISSN-O213-4SO2 SCHERZO es una publicación de carácter plural y no pertenece ni está adscrita a ningún organismo público ni privado. La dirección respeta la libertad de expresión de sus colaboradores. Los textos firmados son de la exclusiva responsabilidad de los firmantes, no siendo por (auto opinión oficial de la revista. — De música y toreo, Ángel Fernando Mayo ENTREVISTA — Esa-Pekka Salonen, el pequeño gran músico, Antonio Moral y Arturo Reverter ACTUALIDAD DISCOGRAFICA DISCOS ESTUDIO DISCOGRAFICO — Giulini, Arrau y la Filarmonía, una combinación perfecta, Roberto Andrade Malde — Siegfried Wagner dirige Wagner. Ángel Fernando Mayo LIBROS LA GUIA DOSIER: BENJAMÍN BRITTEN, 75 años — Brillen como autor de música sinfónica y de cámara, Manuel García Franco — Las óperas de Britten, una apretada introducción, Santiago Martín Bermúdez — Discografia operística de Britten, Fernando Fraga — Diabolus in Música, Blas Maiamoro — La obra vocal de Brillen, Guillermo Várany — El sinfonismo ingles en el siglo XX, Gerardo Queipo de Llano ANIVERSARIO — Cien arlos del Vals del Emperador, Santiago Martín Bermúdez MÚSICA CONTEMPORÁNEA ALTA FIDELIDAD LA EDUCACIÓN MUSICAL EN ESPAÑA — La reforma de la enseñanza musical, Víctor Pliego de Andrés DANZA, Roger Satas JAZZ — Episodios, Ebbe Traberg 27 30 35 36 52 52 54 57 59 60 64 68 70 72 75 79 83 88 92 96 98 Scherzo 3 OPINIÓN La ocasión y el peligro E l Auditorio de la calle Príncipe de Vergara de Madrid será, desde el comienza de la temporada 88-89, la nueva sede de la Orquesta y Coro Nacionales. El cambio tiene lugar en unos momentos especialmente críticos para ese conjunto que gobierna, sin oposición tolerada, el maestro López Cobos, el cual, pese a su preparación y sensibilidad para construir al menos sus programas, no ha conseguido una ostensible mejora de la centuria. La que hay es demasiado lenta, demasiado costosa incluso desde el punto de vista del presupuesto. Y no se han afrontado determinados aspectos esenciales en el funcionamiento de una orquesta, cuyo aplazamiento no sirve más que para perpetuar disfuncionalidades. No son el maestro y los dos conjuntos los únicos invitados a esta fiesta. También lo es la política, que algo deberá hacer ante esta oportunidad que le brinda el cambio de Auditorio para recuperar la iniciativa en tantos asuntos de los que ha abdicado, en tantos temas que ha dejado en manos de taifas no siempre sensibles al servicio público cultural. No estará de más recordar algunos de esos temas, que aquí nos limitamos a enunciar. Abonos.—Es éste un tema que podríamos considerar menor, si no fuera porque, al mantenerse la Orquesta (y algo menos el Coro), al margen de los medios de comunicación, los abonos de viernes y sábado y las entradas de domingo constituyen el único medio de escuchar un concierto de la serie Orquesta y Coro. El sistema se modificó hace algunos años: de un abono por persona para toda la temporada, se pasó a los tres abonos (dos renovables, A y B, y uno libre, que no creaba derechos para temporadas siguientes). Los abonados tradicionales empezaron a sentir una especie de acoso, que la rumorología ha ido aumentando en los últimos tiempos. El anuncio de la temporada siguiente en las tres últimas semanas de abril ha generalizado el pánico. Se trata de un anuncio donde no se prevé la renovación de los abonos, pero donde no se niega- La redacción de la nota indica claramente que se trata de una decisión aún sin tomar, que las instancias decisorias del INAEM no tienen claro aún qué hacer con abonos, abonados y, si se tercia, con el público. Y es que, frente al punto de vista del abonado tradicional, fiel, que ha acudido a escuchar a la ONE en sus peores momentos, cuando estaba descabezada y en crisis, que se ha tragado conciertos que, sin abono, hubieran ido destinados a butacas solitarias, existe otro muy diferente. Es aquél que considera que el abonado con derecho a renovación a perpetuidad es un privilegiado, que se beneficia de una amplia subvención de los presupuestos a la deficitaria actividad de una orquesta sinfónica y un coro profesional. La tentación puede ser la de terminar con los privilegios, loable y populista. Frente a ella existe el auiéntico peligro de perder el público de la Nacional, lo que ya ha sucedido con orquestas mucho más importanies y consolidadas que la nuestra. Por lo tanto —y aunque se puede y se debe jugar con la enorme cantidad de variantes y posibilidades que permite un sistema de abonos—, hay que actuar con sumo cuidado, calibrando mucho cualquier decisión. Quizá sea interesante pensar en un equilibrio entre el sistema cerrado y el sistema de libertad de compra, teniendo en cuenta que la reventa institucionalizada hace ilusoria esa libertad, pese a denuncias constantes de los aficionados y conocimiento cabal de ¡a situación por parte de los poderes públicos. En cualquier caso, un abono no es una expectativa importante para el público más que si hay una expectativa de renovación, si no vitalicia, al menos a largo plazo. 4 Scherzo Adquisición de localidades.—En equilibrio con los abonos, debe haber un sistema de venta libre. Hay que planificar la venta con más tiempo: un mes, por ejemplo, como en otros países. Y sería necesario estudiar la venta por correo, las reservas desde fuera de Madrid, el pago dilatado o por tarjeta de crédito, así como la venta de localidades sueltas —o de abonos— a colectivos. Programas.—Oportunamente se hará una valoración critica del contenido de la programación de la próxima temporada. Puede adelantarse que la dedicación de López Cobos no será mayor, que es él quien dirige los programas de mayor interés, y que en la nómina de maestros invitados no figura ningún primer espada (aunque si algún apreciable maestro, como Albrecht). Nada o casi nada de estrenos. Sería necesario que, en la nueva sede, se planteara una política de estrenos y de recuperación de música española de verdadera importancia, tanto remota como reciente. Esta es una de las más importantes dejaciones de la política artística de López Cobos. Ensayos y grabaciones. —Sigue la orquesta aferrada al rígido sistema de un concierto- por semana, cuando hay obras y programas que requieren mayor preparación. Es necesario revistar esto, sin perder de vista aquella idea de Marltevitch, según la cual la ONE y la ORTVE, con sus coros, podrían turnarse ante el público. Dadas las rivalidades e i neo mp res iones entre ambos conjuntos, tal propuesta sigue sonando a bienintencionada inopia. También es importante que la Nacional tenga su propio archivo sonoro, como tantos otros conjuntos. Podría ser el origen de una política de grabaciones, mundo del que tanto la orquesta como el coro están incomprensiblemente alejados. Se empezó a realizar una política de grabaciones de archivo durante el mandato del anterior Delegado General del conjunto, Santiago Martin, que fue sorprendentemente destinado a otros cometidos dentro del INAEM al año de ejercicio del cargo. La política de grabaciones se vino abajo, inexplicablemente. Transmisiones.—Durante un tiempo los conciertos de la Orquesta y Coro Nacionales se transmitieron por Radio Dos de RNE para todo el país. El escaso presupuesto de la emisora y las apetencias económicas de los músicos —que defienden su peseta con uñas y dientes— terminaron con esta sana costumbre que permitía la incorporación para la posteridad de obras infrecuentes o estrenos de compositores españoles. Tengamos en cuenta que la radio es a menudo la única posibilidad de volver a escuchar una obra estrenada. El Ministerio de Cultura, también en este caso, se lavó las manos, abdicó una vez más de su obligación como gestor de la política cultural, y permitió que la orquesta y el coro se encerraran en. un teatro sólo para el público que pueda acudir allí, prescindiendo de los que no sean los apenas 6.000 aficionados que pueden acceder cada semana al Real (pocos más serán en el nuevo Auditorio), entre los que se encuentran los españoles que no residen en Madrid. La nueva temporada puede ser un buen momento para que el Ministerio se decida a actuar en lugar de dejar todo en manos de Radio Nacional o Televisión Española y los representantes gremiales de los músicos. Es importante que se decida abordar estas cuestiones y no dejarlas pudrirse. De ello depende el futuro de una entidad tan querida como la Orquesta y el Coro nacionales. Si se evitan peligros como la demagogia de los abonos y se enfrentan los auténticos problemas más o menos esbozados aquí, en un inmediato futuro (casi) todo sería posible. OPINIÓN EL DISPARATE MUSICAL Hoy saco entradas con Don Simón P UNA BROMA MUSICAL —i C uando el director de esta publicación me solicitó permiso para organizar un Festival Mozart pensé que se había vuelto aún más loco de lo que está. Su mirada era muy seria, y blandía entre sus manos mis partituras de La flauta mágica y Las bodas de Fígaro. Yo esbocé una sonrisa que hubiera dejado helado a Salieri. No me lo creía. Cuando los sustanciosos presupuestos «culturales» de este país, públicos y privados, se dedican a espectáculos esotéricos, a alquilar enanos canadienses, a jornadas de rock heavy, que según estoy aprendiendo día a día es la cultura hecha música y sociología, cuando no se pueden traer buenas batutas del exterior porque no llegan los táleros, resulta que este sujeto de ta barba semimonacal me dice a mí, el mejor autor musical de todos los tiempos, que va a montar dos de mis mejores óperas, para gozo y disfrute de la Humanidad. Mi sonrisa cruel duró hasta que me mostró documentada toda la organización. Un escalofrío recorrió mi cuerpo inmortal y por unos instantes juré en turco... Los chicos de SCHERZO son irresistibles. Ahora, cuando todo es una preciosa realidad, sueño con esos dos días de junio en que mis obras volverán a llevaros lo mejor de mi arte, que como sabéis no es poco. Disfrutadlo, y si estáis fuera de Madrid, procuraré fletar algún Mystére para que podáis verlo sin problemas. Ah, os garantizo mi asistencia y saldré a saludar al final, aunque como sabéis, desgraciadamente soy invisible. W.A.M. ara los que hemos consumido bastantes noches en cola con la esperanza de conseguir una localidad, sea para el Real, sea para la Opera, los fríos, las mantas y los termos con coñac (o con cualquier otro calentador adecuado), no son nada nuevo. Un buen número en la cola suponía po der ver a esas ilustres personalidades d.' la música que sólo nos visitan una vez cada diez años (como mucho). Esas colas estaban organizadas como no creo haber conocido otras en Madrid: su lista, su numerito..., en fin, que sólo faltaba el expendedor automáiico de la vez y el sujeto con delantal que gritara «¡El setenta y siete!» para que el colista (o sea el que hace cola, ya me entienden) pidiera: «Me dé cuarto de butaca de patio, pero que tenga buen corte». la música, no entusiastas de Curro Romero y de la suerte de malar. Y termina Don Simón, el ingenioso, diciendo que no es un reventa. Pues termina desafinando, porque el que vuelve a vender... re-vende, al menos que yo sepa. En una cosa si puede tener razón nuestro amigo Don Simón: está dentro de la ley. A lo peor esto, en efecto, no es la reventa, es la repanocha. Enfin,que como alguien no controle este asunto, me veo sacando entradas con Don Simón (el del vino no, el otro). Total, que se me está acabando el sitio y no les he contado cuatro cositas de interés. Una: ¿se acuerdan de la famosa enciclopedia, la del piano con pedales? Pues ahí va otra perla: «a veces hay un pedal central que sirve ordinariamente para mantener siempre bajado el pedal izquierdo; útil, por ejemplo, cuando se quiere tocar de noche» (!) (para este pedal se escribieron los conocidos Nocturnos, que, como todo el mundo sabe, se tocan de noche). Dos: «Conciertos en el Palau de la Música Catalana: La Pasión según San Mateo. El director de orquesta John Eliot Gardiner dirigirá al English Baroque Soloists, que interpretará obras de Bach, Monteverdi y oir» (!!). Tres: «Oratorio de Navidad de Bach, retransmitido por TV en 1985. Cierto semanario de televisión anunció durante todo el mes de diciembre que el tenor era... Pétete Schreier». Cuatro: Cierto familiar mió muy cercano se dispone a salir de casa de una amiga. «Se te olvida la bolsa», dice ella. «No», contesta él, «hay muchas pesetas en discos ahí dentro». «¿Si? ¿Qué te has comprado?», pregunta ella. «Sibelius», replica él. «¡Ah! muy bonito. Eso es de Mozart, ¿no?». Sin comentarios. Mas he aquí que, ¡tale!, surge Don Simón Alonso Corral, alias Kamerton, que tiene nombre de vino y de cuasi tenor pucciniano al mismo tiempo. Pues el avispado Don Simón se ha montado un emporio —que no un imperio— y ha empezado a jugar, con unos jóvenes, en las colas. Juega al corro de la patata, no crean: cuando uno de los jóvenes saca sus entradas, vuelve a la cola para sacar más, con lo que el grupito de jóvenes de Don Simón se hace con un cupo de entradas (¿o debería decir mejor un copo?), que luego reparte entre sus socios, previo pago de una cuota de inscripción y de otra mensual. El agudo Don Simón distingue entre socios especiales y normales, lo que refleja sin duda alguna su notable capacidad de percepción de la realidad cotidiana. Con este ingenioso mecanismo de las cuotas, Don Simón, el picarón, elude el problema legal del recargo en el precio de las entradas, que de no existir (en alguna forma), haria antirrentable su tinglado (él lo llama «empresa de serHasta la próxima. vicios», pero también los párrocos se P.D. Se ha terminado lo de Cuenca llaman ahora obispos técnicos de gra- sin que los que trabajamos hayamos do medio). podido ir. Los impresentables, en cambio, se han reunido en la fecha previsDon Simón, el hábil, cuenta entre sus ta. No desespero de que algún día filas a muchos políticos porque, según cambien el lugar y fecha de su reunión él, si éstos acudieran a la cola «los ma- nacional. A ver si crean el impresentótarían». Simón, no pierdas el son, que dromo y nos dejan de una vez en paz. aquí te haspasao. Hombre, digo yo que los que van a la cola son amantes de Rafael Ortega £.$cue¡adt^Dum i SOTO MESA • precios interesantes • in \inbu \e hoy mismo •líamenos! 2478583/2482927 Co+tAríitLi ilf .Vinfi'íiíjrt 2 13 años de experiencia nos avalan SJFT t'rUpc Ncrt 4 Scherzo 5 OPINIÓN BACHILLERÍAS La vía del no-ser uesas mercedes me tacharán de antiguo, si comienzo con una cita de Santo Tomás de Aquino, pero mi condición de bachiller por Salamanca no me permite citar a Marx, Freud, Onega o Eco. Ni siquiera a don Miguel de Unamttno. Sería un anacronismo indigno de quien busca la verdad, aunque sea a iravés de la ficción, que no del engaño. Precisamente sobre esto decia Sanio Tomás que hay dos caminos paia acceder a la verdad: el del ser y c! del no-ser. A Dios, por ejemplo, sólo podemos conocerlo a iravés de esta última vía: sabemos que no tiene principio, que no tiene íin, que no reside en ningún lugar en conereio y cosas por el estilo. Gracias a la via cognoscitiva del no-ser he podido últimamente entender bastantes cuesliones de nuestro entorno musical, tan marcado por las carencias, o sea, por el no-ser. Como no es mi deseo guardarme estos conocimientos de modo egoísta e insolidario, trataré de comunicar al curioso lector algunas aplicaciones prácticas de este método de conocimiento. Por ejemplo: va vuesa merced a un concierto y contempla horrorizado la ejecución o asesinato de un obra musical con la que esperaba gozar. No se inquiete. Sosegadamente invierta v. m. su proceder cognoscitivo y verá que los asi llamados intérpretes les eslán suministrando valiosa información de cómo no se debe interpretar aquella obra. De este modo, su grado de conocimiento de la misma aumentará y, con ello, la posibilidad de mayor goce en sucesivas audiciones. V Más aún. Al dia siguiente lee en la prensa una critica sumamente elogiosa sobre el asesinato en cuestión. Si v. m. se deja llevar por el primer impulso, se indignará y escribirá al Ombdusman del diario una carta de protesta, pero, si pone en funcionamiento la hermenéutica del noser, conocerá lodo lo que el asi llamado crilico no ha percibido o no ha sabido expresar e incluso las sinrazones que han obnubilado su juicio. Aplicado este método a la política musical, a la enseñanza, a la gestión editorial o cualquier otro aspecto, da abundantes y provechosos frutos, por lo menos a mí. Pero, ya que ha salido el tema de la critica, aprovecharé para proponer desde esta columna que se instaure una sección de critica criticográfica, igual que las hay discográficas, bibliográficas, etc., en la páginas amarillas. ¿O es que los críticos no van a tener quien les critique? Tal sección tendría que estar llevada, por supuesto, por alguien que dominase a la perfección la via cognoscitiva del no-ser. Porque, hoy por hoy. la crítica no existe como tal, no-es ¿Por qué? ¡Ah! Buena pregunta. Y buen tema para otra columna. Sansón Carrasco 6 Scherzo CARTAS Las notas de un diletante discográfico Karajan el recordman de! disco celebra su ochenta aniversario y desde estas lineas le deseamos un muy buen feliz cumpleaños. Siempre afirmó nuestro superhombre que la presencia en disco es superior a la presencia en concierto en vivo; lógicamente, pienso que pocos de nosotros comulgamos con esta afirmación (me viene a la cabeza cuando menos por los años del fonógrafo se escuchaba al gran Caruso en fragmentos de pocos minutos, los aficionados afirmaban, al igual que nuestro Herbert, que parecía real). Toda una caricatura. Bs preciso, no obstante, reconocer que hoy los discos suenan francamente bien y nos permiten a los que no tenemos acceso a Salzburgo, Bayreuth,... una aproximación de lo que allí se hace, conocer obras varias, intérpretes... Es una realidad que hay que aceptar, por eso también discrepo de un hombre con grandes méritos como Celibidache, en su negación total por el material grabado. En fin, asi las cosas y desgraciadamente nos tenemos que acomodar a la realidad y hacer de ella un placer. Por ello, SCHERZO es una revista a ¡a que tengo mucho que agradecer a este nivel, porque me permite un contacto con esta realidad. A su sección de alta fidelidad con los excepcionales artículos del Sr, Orozeo, sin el cual, he de reconocer, nunca hubiera podido escuchar la música al nivel de perfección con que lo vengo haciendo de un tiempo a esta parte. A su sección de páginas amarillas donde se puede leer las últimas novedades del mundo discográfico, últimamente flojillas (lodo hay que decirlo), desde que se ha enamorado de ese dandy llamado CD, y es que este dandy, producto del marketing, puede con casi todos, aunque no con los que escuchamos con el oído (y es que francamente ¿piensa alguien que un stradivarius es codificable en sistema binario?) mas allá cada cual... Pero sí reprochar a SCHERZO que debido a esla calentura nos tiene un poco desinformados sobre las verdadera novedades musicales, ya que últimamente sólo nos ofrece las referencias de discos negros que han sido pasadas ya a CD. Espero que este enamoramiento de quince años pase pronto y sigan con la gran labor que vienen desarrollando. Atentamente, un suscriptor. Francisco Patencia ¿Qué pensaría Mahler? ¿Qué pasó el Domingo 18 de febrero en la Salle Gaveau de París? Rebosante de público de todas las edades, con gran entusiasmo, se aclamó la Primera Sinfonía de Mahler, la llamada «Titán». Y realmente fue un esfuerzo titánico la transformación de los 120 músicos habituales, reducidos a 8 grandes pianistas, que en esla época de integrales y versiones cada vez más puristas, chocó, gustó y emocionó. F.l mundo de la transcripción realizada por Marc-Oliver Dupin, por encargo de Radio-France fue un éxito. Las fanfarrias, la nostalgia, el frenesí, el amor, la muerle, el ambiente de Mahler llegó hasla nosotros traducido de una manera increíble, por estos cuatro pianos con sus ocho ejecutantes (Rui y Raffi Petrossian, Mercedes Alonso de Proteau y Pierre Proteau, Alex Mullenbach, EvcMarie üerard, Jacqueline Mefano, Francois Bov), Realmente fue un concierto extraordinario y así lo expresó el público francés, que aplaudió con verdadero ardor a esta orquesta de pianistas que, sin necesidad de Director, realizó una obra Titanesca. La expectación fue tal, que un mes antes del concierto ya no había entradas. Como pianista y profesora de Música del Liceo Español de París, me interesaba el concierto, pero nunca pensé que la transformación que escucharía seria tan impresionante. ;Con ello tampoco quiero decir que los 120 músicos de la orquesta deban ser sustituidos! Mayte Grandia París Disculpas a «Pochiss.Rall» Resulta difícil encontrar un equipo como el de la revista Pochiss.Rall, que sólo con ilusión y esfuerzo, sin el soporte económico suficiente que aporta la publicidad, sea capaz de llevar a buen fin por segunda vez el trabajo que hay detrás de una publicación musical. Por ello aumenta nuestro agradecimiento al habernos pedido la revista, dedicado a la ópera Fígaro. Por ello también nos resulta doblemente doloroso, por desconocimiento del medio periodístico, haber cometido la torpeza de entregar ese mismo material, con posterioridad a la preparación de Pochiss.Rall, para el programa de mano y publicación del libreto del espectáculo. Desconocimiento y quizá exceso de trabajo en un tiempo particularmente critico. El daño moral, no otro, está hecho; sólo queremos hacer pública nuestra disculpa y salir al paso de especulaciones más o menos bien intencionadas. José Ramón Encinar y Simón Suárez TRIO DE BARCELONA M. RAVEL Trio en lo menor D SHOSTAKOVITCH Trio en mi menor op. 67 HMI87001 LP A. VIVALDI Conciertos poro flauta Jonet See, flauta Philharmonia Ba roque Orchestra Dir. Nicholas McGegon HMC 905193 CD HMC 5193 LP HMC 405193 MC Flux.' Nfthto Primero grabación del Trio de Barcelono que confirma la calidod artística de cada uno de sus componentes, asi como la del propio Trio. A. G. Attenelle, G. Clare! y Ll. Clare!, formando una auténtico unidad musical en el más puro estilo de músico de cómara. BACH Contatos paro olla BWV 82,35, 53 fiENE JACOBS Ensemble 415 Chiara Banchini Paul Dambrecht, oboe Gordon MurToy, órgano HMC 901273 CD HMC1273LP HMC 401273 MC BLOW VENUS V ADONIS Nancy Argenia Lynne Dawson Stephen Vorcoe L O N D O N BAROQUE Chorles Medlam, Dirección HMC 901276 CD HMC 1276 LP HMC 401276 MC MELDENSON SALMOS La Chape lie Royale Collegium Vocole Eiddwen Horry, soprano Ensemble OrcKestrol de Poris PHILIPPE HERREWÉGUE, Director HMC 901272 CD HMC 1272 LP HMC 401272 MC CARLO GESUALOO MADRIGALES Les Arts Florissants WILLIAN CHRISTIE, director HMC 901268 CD HMC1268LP HMC 401268 M C AUVIDIS \ \ 111 [ \ \ i \ •-1 rM. n - l v II! I.I i \ \ f i k n \ BAO! DIE KUNST FUGE ENSALADAS STUDIUM MUSICAE VALENCIA HESPERION XX Jardi Savall, dirección E-7742 CD JHON DOWLAND LACHRIMAE OR SEAVEN TEARES HESPEílON XX Jordi Savall, dirección E-8701 CD AJVIDIS un nutrí' tvüfirü sur la inusic/iic XXIII EANTASIES Eustoche du Caurroy HESPERION XX Jordi Savall, director E-7749CD COMPACT-DISC CATALOGO. PRECIO ESPECIAL. UNA INTRODUCCIÓN AL FASCINANTE UNIVERSO MUSICAL DE *ASTREE>. Música de todos las tiempos en vereión de excepcionales artistas al servicio de la música: Esrtier Lamandier - Jordi Savall Hespérion XX - Studium Musicae Valencia - Paul O'Óette • Blarvdine Veriet • Hopkinson Smith - Michel CKapuis - Ton Koopman - Paul Bodura - Skoda Quatuor Végh Claude Hetffer. J. S. BACH EL ARTE DE LA FUGA HESPERION XX Jordi Savall, director E-2001 CD JOSEPH HAYDN MISSA IN HONOREM BEATISSIMAE VIRGINIS MARIAE MJSSA S A N a i NICOLAI Coros y Orquesta de St. Agustin de Vieno Dir. Friedricb Wolf OP-67106CD ACTUALIDAD ¡Hip, hip, Elgar! Una Pasión imperfecta Barcelona. í*alau de la Música Catalana 21 de mar/o de 19B8. Bach: Pasión segttn San Maleo. Barbara BoiuiL-y, soprano; Iris Vcrmillion. contrallo; Anthony Rotfu Johriion, Howard Crook, lenores; Miihael Chance, contraienor; Andreai Schmidi. Oluf Bar. Cornebus Hauptmann, bajos. Monteverdi Chüir. Coro de niños ele niños de «L'Esquelknnc» ídirs. M* Mercé Arguelles y Maria Dreis). English Baroque Soloisn. Direcior: John Elioi Gardiner. Dentro de la actual temporada música! de la Fundación Caja de Pensiones, se celebró un «Contieno de Semana Sanla», ni más ni menos que con la gran Pasión según Maleo, del gran Bach. Para ello, se contó con unos conjuntos instrumentales y vocales de reconocido prestigio, como los más arriba apuntados, y con un director no menos celebrado. Mas, con todo, creemos que las objeciones que debemos hacer .son muchas. Está, en primer lugar, la dirección de Gardiner, como finamente perpeirada con bisturí, caprichosa, casi galante, que se asemejaba a la descripción musical de un edificio rococó y a la que le faltaba la severidad luterana y el sentido transcendente que la gran obra de Bach, sin duda alguna, contiene. Y con ello no se agotan, por desgracia, todos los puntos discutibles. Figura, además, el espinoso tema del uso y abuso de los instrumentos originales en la orquesta. La voluntad musicológica —o mejor dicho, arqueológica— de Gardiner implica la recurrencia a unos instrumentos imperfectísimos con respecto a los actuales, que, además de no garantizarnos una afinación perfecta, tampoco nos aseguran ni la calidad ni la amplitud de sonido: violines que parecen de latón, oboes cuya sonoridad es cercana a la de una gaita, flautas transversales de madera, rústicas y gatunas... ¿para qué seguir? Cierto es, por otra parte, que los solistas vocales no merecen excesivas reprimendas, si exceptuamos al Jesús de escasa entidad en Andreas Schmidt; estaban la americana Barbara Bonney, joven soprano en alza, y el notable Anthony Rolfe Johnson como Evangelista —quien no es Ernsl Haefliger, pero que estuvo impecable— o el también tenor Howard Croóle para la arias de su cuerda; pero, ¿por qué razón, contando con una contralto correcta como Iris Vermillison, Gardiner encomendó algunas de sus arias —las maravillosas Erbarme dich, mein GoII y Konnen Tranen meiner Wangen, de la Segunda Parte— a un contratenor, Michael Chance, quien no estuvo precisamente magnífico? ¿Responde esto a algún motivo histórico o musicológico? Por fortuna, no todo fueron disgustos en aquella tan bachiana velada, y lo magistral, lo casi perfecto, lo quintaesenciado vino de la mano del Momeverdi Choir, que suscitó en nosotros sana envidia con sus voces frescas, diáfanas y afinadas como hacia tiempo no las escuchábamos en el Palau, aun cuando estuviesen inevitablemente sujetas a los criterios «rocaitle» de Gardiner y, en ocasiones, abusaran en el volumen. Jordi Ribera i Bergós BariTlona. Palau de la Música Cal al ana 19 de vmiia de I9SS. Obras de Grahms y Elgar. Bernaderte Crccvy. mcz¿o-soprano. Coral Carmina (dirs.: Jordi Casas y Mancl Valdivieso). Coral Anlics Escolans de Montserrat (dir.: Jordi Casas y Manel Valdivieso). Coral Amics Escolans de Montserrat (dir. Joaquim Garrigosa). Orquesta Ciudad de Barcelona. Director: Franz-Paul Decker. Ya les he cornado a ustedes en otra ocasión que el señor Decker tiene por deleznable costumbre gritar mientras dirige en público; lo que hace según parece para reforzar sus recursos expresivos directoriales y cuando los músicos necesitan un empujoncito (!?): «¡hip!... ;hip!... ¡hip!» En el concierto que nos ocupa, que presentaba obras de Brahms y Elgar casi todas en primera audición en Barcelona, el maestro se comportó como es debido en la primera parte, dedicada al genio de Hamburgo, pero se desmadró en la segunda, dedicada al músico inglés. Por lo tanto, debemos aprovechar, una vez más, la ocasión que nos brinda esta tribuna para desaconsejar tal comportamiento. El director —todo el mundo lo sabe— debe de estarse calladito y llevar el timón de esta nave, que es su orquesta, a buen puerto, etc., etc. Decker planteó la Nánie brahmsiana (con texto de Schiller) sin la frivolidad con que ha dirigido en Barcelona otras obras del mismo compositor. En la Coral Carmina aún persiste, aunque temperado, el griterío que le hemos achacado en otras ocasiones, pero su actuación tuvo riqueza de matices, expresividad y esfuerzo por pronunciar correctamente el texto alemán, particularmente en el pasaje «Aber sie steigt aus dem Meer». Decker acertó también en su versión de la Rapsodia y el coro —el texto es de Goethe— se comportó de modo más contenido; por su parte, Bernadette Greevy demostró que no es realmente una contralto, porque, a pesar de que el timbre nos recuerde a la gran Norma Procter, los graves son poco consistentes y, en cambio, si tiene unas buenas posibilidades en la zona aguda, cualidad que se hizo patente en las Sea Pkiures de Elgar, ciclo de cinco canciones con textos de distintos autores —por ejemplo de G. Aliee Elgar, esposa del compositor—, que dijo con gran musicalidad y absoluto dominio de las mismas, destacando en las muy lindas in Haven y Sabbai morning ai sea. Bien la orquesta y su director, aunque ciertos pasajes, confiados a las cuerdas y a las maderas necesitarían una mayor pulimentación (¿más ensayos?). El programa se clausuró con las Variaciones Enigma. Decker recuperó sus vicios de siempre (griterío, abandono de marcar el compás...); en la orquesta faltó a veces el empaste ideal para esta obra, pero los metales estuvieron francamente bien y los cellos demostraron, una vez más, su primacía ante sus otros hermanos de la cuerda activos en la O.C.B. John Eliot G 8 Scherzo Mlkt tVANS Jo. R.B. ACTUALIDAD Un purismo formalista Harcdoni. Palau de la Música Catalana. 15 de marzo de 1988. 111 Temporada E u taconee ri. Madrigalisias de Basilea. Concertó Koln. johanna Koslowsky, soprano; Ulla Groenewold. cunlrallo: Wilfried Jochens, lenor; Dirfc Schoriemeier. bajo Dtreclor: Frilz Náf. Programa: Concierto de Brandenburgo n" í en Re mayor, BWV /OJO, Misa luterana en La mayor, BWV 234; Suite n" I en Do Mayor, BWV 1066; Misa luterana en Sol Mayor. BWV 2)6. De aburrida asepsia purista podemos calificar la actuación del grupo Concertó Kóln en Barcelona. Un conjunto que ha tomado al pie de la letra los paradigmas musicológicos referentes a la interpretación de la música barroca. Y, a través de un inflexible filtro apriorístico, siempre discutible, por otra parte, en el terreno teórico, nos ofrecieron un Bach desangelado, frió, inerte, preciosista todo lo más en algunos momentos del protagonismo de los dos oboes en la Primera Suite orquestal, que fue lo más soportable de la sesión. Los disparates se acumularon, sin embargo, en el Concierto n" 5 de Brandenburgo, otra de las obras interpretadas. La alegria y el brío innegables en esta composición vital y exuberante se vieron reducidas a la gris monotonía en que queda la música cuando se ejecuta bajo los designios de un purismo formalista y de un racionalismo exacerbado. La flauía travesera barroca apenas si se oyó y ello fustró de entrada el diálogo que durante todo el concieno mantiene con el violín concertino. Los esfuerzos de este último por rebajar la intensidad y no tapar asi las torpes evoluciones de su colega no fueron suficiente y, por el contrario, intensificaron la insulsa de un dúo malogrado, sustentado por un fondo de violines y una viola auténticamente raquíticos y no por el volumen, sino por la pésima calidad de la cortina de la cortina sonora envolvente. Sólo se salvó el clavecinista en una aceptable versión de la bellísima cadenza de una de las piezas en la que sientan las bases de ¡o que más tarde constituirá el concierto para instrumento de teclado solista. Pero, por lo que se vio, el intérprete con la importancia dada a su papel que prosiguió machaconamente a lo largo de la velada en un bajo continuo que parecía una máquina de taladrar los oídos. Menos mal que el coro de Madrigalistas de Basilea suavizó un poco las cosas en el prolijo y perfecto trabajo contrapuntístico —la otra cara de la extroversión coral haendeliana— de las dos Misas luteranas. César Calmell Coral Carmina La recuperación de Mendelsshon El VIH Festival de Música de Música Romántica de Barcelona, organizado por la Fundació Caixa de Pensiones, se ha saldado con un resultado francamente positivo en cuanto a la calidad, en general, de los intérpretes participantes y también en lo que se refiere a la acertada selección del repertorio ejecutado, que esta temporada tuvo como leitmotiv la obra de Félix Mendelssohn, un compositor que en nuestras latitudes es relativamente poco conocido si se lo compara con el prestigio que indudablemente posee su nombre. En cada una de las sesiones, se reservó un espacio al catálogo del músico alemán en las distintas facetas de los géneros cultivados. No podemos ser exhaustivos en esta breve crónica, pero señalaríamos el acto inaugural a cargo de la soprano Montserrat Alavedra, acompañada al piano por Miguel Zanctti y que estuvo dedicado al lied: un magnífico recital en el que, además de gozar de la elegante y refinada voz de nuestra soprano, el público congregado tuvo la oportunidad de oir piezas poco escuchadas como las canciones de Clara Schumann o los interesantes lieder para soprano, clarinete y piano de Louis Spohr, con la colaboración del clarinetista Oriol Romaní. Otro de los inmarcesibles conciertos fue el protagonizado por el pianista Bruno Canino dedicado por entero al lema con variaciones de cuño romántico con un repertorio que incluía entre otras las llamadas variaciones «Heroica» de Beethoven o algunas de las que sobre Schumann y Paganini realizara Brahms. Canino estuvo realmente sensacional en esta ocasión y manifestó aquello que hemos pensado siempre, y es que los pianis- tas italianos, cuando son buenos, tienen una vitalidad y logran un contagio comunicativo que es difícil hallar en instrumentistas de otras nacionalidades. Memorable fue, asimismo, la sesión monográfica dedicada a la música coral de Mendelssohn en un cautivador programa confeccionado alrededor de ios grandes temas recurrentes observables en el apartado vocal de la música de aquel compositor y que la Coral Carmina y su director, Jordi Casas, nos brindaron en una audición continua sólo interrumpida por la lectura, entre algunas de las piezas interpretadas, de pasajes de los Cuadernos de viaje del poeta Heine, los cuales sirvieron para crear una deliciosa atmósfera propicia a potenciar el significado de la música. No podemos silenciar tampoco el recital de órgano de Montserrat Torrent ni la visita de dos grandes grupos cameristicos británicos como el Cuarteto Lindsay o el extraordinario Divertimenti Ensemble de Londres, tocando este último una inolvidable versión del Octeto para cuerda de Mendelssohn, obra de la que, en la actualidad, quizá sean los más acrediíados especialistas. El Festival se clausuró en el Palau de la Música con el oratorio Elias también de Mendelssohn, con el director Laszlo Heltay al frente de la Orquesta de la BBC inglesa y en el cual el protagonista de la velada fue, sin duda, un impresionante y homogéneo Orfeó Catata, desconocido para quienes más o menos hemos seguido su trayectoria, y que demuestra de lo que va a ser capaz de dar de sí este grupo en un inminente futuro. C.C. Scherzo 9 COMPACT DISC SPEC DECCA OVATION' PolyGrarr — Vvaeak — SLAVONIC "DANCES DECCA MÚSICA DE CÁMARA' BEETHOVEN Septimino. MENDELSSOHN: Octeto Octeto de Viena - 4210932 BARTOK: Concierto para orquesta MUSSORGSKY/RAVEL Cuadros de una exposición OS ChicagoíSolti -1177542 Digital BEETHOVEN: Conciertos para piano nüms. 3 y i Ashkenazy/O. S. Chicago/Solti - 4177402 BRAHMS Las 3 Sonatas para violin y piano Suk/Katchen - 4210922 BRAHMS, MOZART Quintetos úe clarinete A. Boskovsky/Octeto de Viena - 4176432 BRAHMS Sinf. núm. 3. DVORAK: Sinl. núm. 8 0. F. Viena/Karajan - 4177442 CHOPIN: Concierto núm. 2 TCHAIKOVSKY: Concierto núm. 1 Ashkenazy/O. S Londres'Zinman. Maazel • 4177502 DVORAK: Las 16 Danzas Eslavas O Royal Philtiarmonic/Oorati - 4177492 Digital Mendelssohn Ctlet Bcethovoi Wiener Oklett FALLA. El sombrero de tres picos, 3 danzas RODRIGO: Conc. Arante?. Fant Gentilhombre Bonell/0- S. Montréal/Dutoit - 417746? Digital HAENOEL Música Acuática y Fuegos Artiiiciales 0. C StutlgarWMünchinger • 4177432 Digital MAHLEfl: Sinfonía num. 4 Stahlman/O Concertgebouw/Solti - 4177452 MOZART: Serenatas Nocturnas K 239 y 525 Divertimentos K 136 a 138 Academy of St. Martin/Marrmer - 4177412 SCHUBERT Quinteto de cuerda. Quartettsatz Cuarteto Weiter. Giirtlet - 4210942 SCHUBERT: Quinteto "La Trucha". Cuarteto -La Muerte y la DoncellaCurzon/Ocieto de Viena - 4174592 MOZART. Réquiem Cotru bas I Watts/TearsíShirley-üuirk Coro y Academy ol St. Marlin/Marriner • 4177462 RIMSKV-KORSAKOV- Scheherazade. Capricho Español BORO DIN Danzas Polovtsianas 0. S. Londres. New Philharmonia. Royal Philharmonic Stokowski - 4177532 J. STRAUSS. Valses. Marchas, Polcas y Oberturas 0 F Viena - Boskovsky - 4177472 D.G. "GALLERÍA1 TCHAIKOVSKY. Obertura 1812. Capricho Italiano Romeo y Julieta Marcha Eslava. 0 S Detroit y Nacional de Washington/Dorati - 4177422 BEETHOVEN: Conciertos para piano nums. 3 y 4 Kempll/0 F Berlín/Leitner - 4194672 WAGNER: Oberturas de Tannhauser, Holandés Errante, Maestros Cantores. Preludio y Muerte de Isolda. 0. S Chicago/Solti - 4177522 BEETHOVEN. Sonatas para piano núms. 21 "Waldstein" 23 "Appassinnata" y 26 "Los Adioses" Kemptf - 4190532 VARIOS. Piezas favoritas para piano. Para Elisa, etc. Ashkenazy/A. Schiti/Lupu/Bolet/Larrocha - 4177512 CHOPIN Conc núm. 1. Andante Spianato y Gran Polonesa. Vals núm 1 Zimerman/O. Concertgebouw/Kondrashin - 4190542 CHOPIN: Sonatas nüms. 2 y 3. Scherzo núm. 3 Argericn • 4190552 OEBUSSY El Mar Imágenes para orquesta 0. F Los Angeles/Giulini 0. S. Boston/Tilson-Thomas - 4194732 HAENOEL- Música Acuática y Fuegos Artificiales 0. F Berlín • Kubelik • 4198612 MAHLER La Canción de la Tierra LudwigíKollo/O. F. Berlín/Karaian - 4190582 IL PRICt NOVEDADES Denca,s.a. DVOHAK Cuarteto •Americano". BORODIN: Nocturno SCHUBER. Cuarteto l a Muerte y la Doncella" Cuarteto Italiano - 4206762 GRIEG. SCHUMANN: Conciertos piano Arrau/G. S. Boston/Oavis - 4208742 MENOELSSOHN: Sintonía 5 "Reforma" SCHUMANN: Sinfonía 3 "Renana" 0 F. Berlín/Karajan - 4198702 MOZART: Conciertos pata piano num. 27 y 2 pianos GilelsíO. F Viena/Bohm - 4190542 MOZART: Los 4 Conciertos para trompa Seifurt/O. F. Berlin/Karajan - 4190572 ROSSINI: 6 Oberturas 0 S. Londres/Ac-bado 4198692 TCHAIKOVSKY: Obertura 1612. Serenata para cuerda Polonesa y Vals de Eugenio Onegm 0 F. 8erlín/Karajan - 4158552 R. STRAUSS: Asi hablaba Zaratuslra. Till. Danza 0. F. Berlin/Karajan - 4158532 TCHAIKOVSKY: Sinfonía núm. 5 Marcha Eslava 0. F Berlin/Karajan • 4190662 GRIEG Peter Gynt. Suite Holberg 0. Gewandhaus/Neumann. 0 C. Holanfla/Zinman - 420SG42 HAENDEL: El Mesías Harper/Watts/Wakefiel/Shifley-Ouirk Coro y 0. S. Londres/Davis - 4208652. 2 CDs HAYDN: Sinfonías núm. 59 "El Fuego". 100 "Militar" y 101 "El Reloj" Academy of St. Martin/Marrlner - 4208662 MOZART: Conciertos piano núms. 20 y 24 Rondó K 382 Brendel/Academy of St. Martin/Mamner - 4208672 MOZART: Los 2 Cuartetos para piano y cuerda HaeblerMiembros 0. F. Berlin - 4208682 RAVEL Bolero. La Valse. Mi Madre la Oca 0. S. Londres/Monteux - 4206692 SCNUBERT. Ave María y otros Lieder Amelmg/Baldwin - 4208702 SCHUMANN: Carnaval. Escenas de niños Escenas del Bosque - Arrau - 4208712 TCHAIKOVSKY: El Lago de los Cisnes, selección 0. S. Londres /Monteux - 4208722 PHILIPS "SILVER UNE' PHILIPS BACH. La Pasiún según San Mateo H a el I ig er / Be rry /G iebel / H bf f g en / K ester en í C ras S Coro y 0. Concertgebouw/Jochum - 42D9002, 3 CDs BACH: Obras para órgano Riibsam - 4208602 BEETHOYEN: Conciertos para piano núms. 3 y 4 Brenúel/O F. Londres/Haitink - 42Ü8612 BEETHOVEN: Sonatas violin y piano 5 "Primavera" y 9 "Kreutzer" - Szeryng/Haebler • 4208622 8IZET: Suites 1 y 2 de Carmen y La Artesiana 0. Conciertos Lamoureux/Markevitch - 4208632 DVORAK. SCHUMANN: Conciertos violonchelo BRUCH Kol Nidrei Starker/O S Londres/Dorali/Skrowazcewski - 4208732 CONCIERTOS BARROCOS ITALIANOS PARA FLAUTA (Vivaldi. Boccherini. Mercadante. Tartini) Gazzelloni'l MJSÍCÍ - 4208752 CONCIERTOS BARROCOS ITALIANOS (Vívalo*!. Albinoni. Pergolesi, Corelli. etc.) Solistas/I Musíci - 4208782 LA TROMPETA DE ORO (Bach. Purcell, Vivaldl, Clarke. Albinoni. L Mozart. Telemann) André - 4208772 CANTO GREGORIANO: Salve Regina, etc. Caro de Monjes de ta Abadía de Clervaux - 4208792 ACTUALIDAD Las dos caras del Trovador Barcelona. Gran Teatro del Liceu. 1S de maivo de 1988. II irovalare de üiuseppe Verdi. Lorenzo Saccomam (II Come di Lana), Maria Chiara (Leonora), Fiorenza Cossotto (Azucena), fcrmannü Mauro (Manrico), Ivo Vinco (Ferrando). M ' Angtls Sacorra (Inés). ConraiJ Oaspá (Ruiz), Jesús Casiillón (giiano viejo) y Alfredo Heilbron (un mensajerol Coro del Gran Teatro del Liceu. dirección: Romano Gandolfi y Vinario Sicun. Dirección de escena: Jaiques Karpo. Dirección de orquesta: Armando (jaIIo. En el mundo de la ópera existen una serie de títulos que, de forma, si se quiere, inexplicable, concentran a multitudes, y ese fue, precisamente, el caso de la obra que nos ocupa: // Irovaiore de Giuseppe Verdi. A pesar de los rumores que corrieron acerca de la posible enfermedad de lodos los protagonistas —cosa que podría haber hecho disminuir considerablemente la presencia de público— la sala del teatro estaba repleta de gente deseosa de escuchar una de las obras más populares dentro del repertorio operístico actual, Y, no obstante, al final del primer acto todo fueron decepciones; la actuación de los tres intérpretes principales que intervinieron en este primer fragmento de la obra, Ermanno Mauro, Maria Chiara y Lorenzo Saccomani, no convenció en absoluto. El movimiento escénico de los actores no estaba, de ninguna manera, coordinado ni madurado. Por otra parte, en cuanto a las voces, poco bueno hay que decir; sus intervenciones daban más la sensación de verdaderos grilos que de voces bien educadas. Por suerte, a partir del segundo acto las cosas empezaron a cambiar positivamente. Uno de los ingredientes que favorecieron este cambio fue, indudablemente, la presencia en el escenario de Fiorenza Cossotto, el verdadero centro de la representación que, con su Stride la vampa, hizo volver las aguas a su cauce. Asimismo, hay que destacar de este segundo acto el bello dúo de Aeucena y Manrico, cuyos iniérpretes ejecuiaron con un fraseo y una elegancia admirables. Aunque tam- bien mejorado, más discreta fue la intervención del tenor. En los dos úliimos actos, la representación se remontó y llegó a un nivel del iodo aceptable. En el tercer acto destacamos la intervención de Ermanno Mauro y sus sorprendentes agudos en Di quella pira, con los que reestableció su honor en la representación. Maria Chiara, con su intervención en el último acto de la ópera, mejoró la discrela imagen que había dejado anteriormente en el Liceu con su participación en Suor Angélica de Puccini. En cuanto al resto del elenco hay que destacar a Ivo Vinco, que recreó correctamente su corto papel del principio del primer aclo. Igualmente interesante fue el trabajo de M' Ángels Sarroca y Conrad Gaspá. Los decorados no poseyeron un excesivo ¡nlerés; se basaban en una misma idea (una escalera central y unas estructuras laterales) que se iba repitiendo, a lo largo de los distintos actos de la ópera, con ligeras variaciones. Tampoco fue muy interesante la dirección de escena, que resultó poco ágil y, en algunos momentos, poco creíble {como por ejemplo en la escena del duelo entre Manrico y el conde de Luna). Estuvo bien, en contrapartida, la forma cómo los directores de escena resolvieron en el cuarto acto, la prisión, a base de una teja vista a contraluz. A pesar de lo poco prometedor que parecía al principio, las cosas fueron mejorando progresivamente y el público quedó, finalmente, contento. Ermanno Mauro y Fiorenza Cossotto en II Trovaiore 12 Scherzo Xavier Daufi IOIO: BOHLL Un Otello con calidad musical Barcdoia. Gran Teatro del Liceo. 13 de abril de 1988. Verdi: Ole/lo. Ikana Coirubas, Mabel Perelsfein. Vladimir Atlanlov, Renato Bruson, Pieru de Palma. Alfredo Heilbron, Alfonso Echevarría, Vicem Esicvc, Jesús Castillón. Dirección musical: A moni Ros-Mar bá. Dirección escénica: Son ja Frisell. Escenografía y vestuario: Ferruccio Villagrossi . ¿Quién tuvo la culpa de este medianísimo Oleiio en lo escénico? A nuestro modo de ver, la luvo el escenógrafo Villagrossi, peto no queda inmune el Consorcio del teatro, como ahora mismo veremos. Villagrossi ideó un espacio escénico impersonal y funcional, de tonos oscuros, basado en distintos planos franqueables con peldaños y flanqueados por grandes bloques laterales. La coherencia se echó por la borda cuando a este contexto se le añadieron una serie de elcmenlos de época como lambrequines, símbolos de heráldica militar, los inevitables damascos y banderas venecianas o una cama con cortinajes en el último acto decididamente cutre. No lodo acabó ahí: había en el fondo un cielo ridículo de nubecitas apaisadas repletas de arrugas. Por si eso fuera poco, en el Acto 1 el problema de la representación del mar embravecido con la nave de Otello no se solucionó de ningún modo. A todo ello se le sumó un vestuario de escaso interés en el que sólo los trajes de la nobleza y los embajadores venecianos tenían cierto atractivo. Más aún: ¿por qué esta nueva versión escénica de Olello cuando el Consorcio produjo ya una en 1983 mucho más digna, con regia, escenografía y vestuario de Darío dalla Corle? ¿Es que le sobra el dinero para malgastarlo así? La dirección escénica de Sonja Frisell, que se presentaba en Barcelona, acertó en su atento mareaje del movimiento y la gestualidad de los cantantes; menos afortunada estuvo en el tratamienlo de las masas, con una escena de la tempestad demasiado confusa y oscura y un Fuoco di gioia en el que cada uno de los coristas llevaba una lucecita. El aspecto musical fue olro cantar, como hemos ya apuntado. Antoni RosMarbá se distinguió por una rectoría repleta de color verdiano, y a sus órdenes, la Orquesta de! Liceo ha rendido, en cuanto a sonoridad global y empaste, muy por encima de los que nos tiene acostumbrados. Una batuta que el Liceo no puede dejar escapar. En la árida y controvertida parle principal se presentaba el tenor ruso Vladimir Atlantov, cantante de gran categoría que captó a la perfección la estupidez y carácter irascible del Moro, así como su capacidad de amor. Posee muchas aptitudes para este papel: voz potente y resistente, graves rotundos, capacidad para el claroscuro. Sólo desearíamos un poco más de brillo en la voz, mayor solidez en ACTUALIDAD La difícil recuperación Madrid. Teaiio Lineo Nacional La Zarzuela. 15 y 18 de abril de 1988. Rossini: Ermione. Montserrat Caballé, Margarita Zimmermann. Chris Merril, Dalmacio González. Liliana l.tvii, Justin La vender. Boa; Scnator, Francesca Hoig, José Ruiz. Ignacio Díaz Coya. Coro del Teatro, Orquesta Sintónica de Madrid. Director de escena, escenogiafia y figurines: Hugo de Ana. Director musical: Albeno Zedda. Ermione, que se atiene en su desarrollo escénico a las pautas y convenciones de la ya acartonada ópera seria, discurre por senderos próximos a la tragedia lírica francesa y bordea, en sus momentos más intensos, las propuestas del teatro musical de Gluck. El virtuosismo vocal, cenielleante, y la belleza melódica, tan típicos del Rossini serio o bufo, otorgan, no obstante, su especifico carácter a la partitura que exige intérpretes muy preparados técnicamente y voces hoy difíciAnioni Ros Marbá FOTO; A. MUÑO/ les de encontrar. Lo más desiacable en cuanto a idoneidad y a recuperación de antiguas y perdidas esencias se dio en la los agudos y una adecuación fonética más prestación del norteamericano Merrit. Su perfecta (evidentemente, canta en un idiovoz, oscura, de amplio centro, sólido e ma que le resulla desesperadamente exinusualmente ancho grave para un tenor traño, con unas vocales cerradísimas); si tuvo algunos momentos en los que usó y agudo fácil, extensa y vibrante, revivió las de aquellos gigantes de principios del una linea de canto discutible (a sus fraXIX, los Duprez, los Nourrit, los David, ses de Ora e per sempre addio les falló de inslrumentos compacto; y flexibles, una mayor largueza), en otros se mostró aptos, tanto para el canto florido como realmente irreprochable (su Niun mi lema, por ejemplo). En fin, es uno de los para el acento de intenso dramatismo propocos tenores d.ue actualmente pueden hapio de la estética de los afectos. La técnicerle justicia al papel. Tuvo por esposa ca de Merrit no es depurada, pero si más y víctima en la ficción a lleana Cotrubas, que suficiente para mantener una línea Desdémona creíble escénicamente y de bastante firme de canto, reproducir las voz no bella, pero si utilizada con inteliendiabladas agilidades y regular. La emigencia y buen gusto. Demostró su capasión se ve perjudicada por una falta de cidad para cantar dulcemente (dúo del libertad, de proyección del sonido, que Acto 11 y dio el tono necesario al Sauce parece nacer muchas veces, quedándose y al A ve María; si en el cuarteto del Acto 11 adoleció de una cierta falta en el sa- en ella, sólo y exclusivamente de la garganta (la técnica de gola americana). El ber cantar legato, estuvo en general a gran agudo pierde asi brillo e incisividad. Aunaltura. que hay que reconocer la valentía del cantante, que no esquivó ninguno de los Pero a nuestro entender lo más interemuchos escollos a pesar de una ostentisante de este Otello en el plano vocal estuvo en el lago de Renato Bruson. Si ya ble afección —que motivó algún gallo, roces y loses— en la presentación del 15. como actor demostró aquello que en teaCaballé mantuvo el tipo, lo que no es iro llamamos saber estar, dibujando un poco, considerando que la escritura pide lago calculadamente maléfico, como cantante —-aun admitiendo que su voz sea de- una voz que nunca ha sido suya: dramámasiado lírica para el papel y algo limitada en cuanto a potencia— nos ofreció una auténtica lección inlerpretaliva, con un Credo declamatorio en el punto justo, o un Era la notie con un uso magistral de la mezza voce y del parlando verdiano. Una interpretación, pues, completa y con la que Bruson se superó bastante con respecto al Don Giovanni de hace dos temporadas. tica de agilidad, y un temperamenlo e intensidad —no frecuentes en ella— que permitan la traducción de toda la compleja personalidad, llena de contrastes, de la ardiente griega. Cantó excelentemente la parte central de su gran dúo del primer acto con Pirro y ofreció cosas de calidad a lo largo de la noche, si bien no pudo salvar la complicada col ora tura, a despecho de las pausas y ralentizaciones de Zedda. Amputó algún sobreagudo, modificó abundantemente la particella y flaqueó —cosa lógica teniendo en cuenta que su instrumento está ya bastante agostado— en las grandes frases declamadas. Nada afortunado, e inadecuado para el espinoso cometido, González como Oresie. Su zona aguda, con un curioso estrechamiento a partir del paso, es cada vez más débil, forzada e inaudible. Bello color el de la Zimmermann, que otorgó clase y compostura a Andromaca, con pequeñas desigualdades de su oscuro timbre. Justo, aunque eficaz, el muy ligero l.avender. Pasable el resto. Zedda organizó bien la representación. Su orquesta no fue grácil ni transparente ni refinada, pero si resultó funcional y creó clima, aun contando con buscados desfallecimiento;. Plausible el coro. De Ana montó un espacio escénico corpóreo de nula veracidad histórica —quizá buscando una visión orientalizante desde la perspectiva de la época rossiniana—, con ruinas corintias, masas pedregosas y figurines variados y fantasiosos, en el que movió con soltura a la gente —con toda la soltura posible en una obra tan rígida como esta—. Irregular la planificación de las luces. Papageno En los restantes papeles destacaron notablemente Mabel Perelstein como Emilia —muy bien en el Acto IV— y Alfonso Echevarría como Lodovico. Deslucido e inadecuado resultó como contraste el Cassio del maduro Piero de Palma. Espléndido el Coro del teairo, particularmente en el Acio I y correcto el Coro Infantil de las Escuelas Pías en el II. Jo.R.B. Moniseritit Caballé en trmione Al.CAMAMA Scherzo 13 ACTUALIDAD El virtuosismo de LLácer Regolí festival checo Madrid. Teatro Real. M de abril de 1988. Obras de ttvgvliy Peñairoíha. Regoli. percusiones; Modesto Escribano, dármeles; José Orlí, trompera; Víctor MarlínT violin. Esa es la palabra: virtuosismo. Y viluosismo de la mejor ley. Un concepto que siempre hay que aplicar a cualquier actuación del gran percusionista alicantino Enrique Llácer Regolí, profesor de la Nacional, catedrático del Conservatorio, eminente intérprete de jazz, músico experto, estudioso y compositor, con más de veinte obras en su haber. Y está, sigue eslando, claro que Regolí es sobre y ante iodo un gran percusionista, los parches, los cobres y las placas de todo tipo no tienen ningún secreto, lo que se nota tanto en su asombrosa prestación como tañedor —en calidad de solista o integrado en un conjunto— como en su labor como creador, que conectan ente sí de manera natural y lógica, aun en detrimento de la calidad intrínseca de la música. Regoli percusionista es igual a Regoli compositor. Toda su producción está dedicada al universo instrumental en el que vive y al que domina. Ello determina que la factura de sus obras sea impecable y que la utilización musical del amplio muesirario de timbres de que dispone quede constantemente en primer plano. Posee un innato sentido de las proporciones y una innegable y fastuosa imaginación para la combinación y particulación de sonidos procedentes de su arsenal. Sus partituras, de seguro poseedoras de una nítida caligrafía, se escuchan placenteramente, con gusto y atención, aunque puedan echarse en falta no pocas veces una mayor densidad de texturas, una tensión musical más presente, una dialéctica más evidente, una construcción más rigurosa y una estructuración más atractiva. Hay en ellas, quizá, un exceso de conservadurismo. La música de Regolfes, por tanto, bella, está bien escrita, pero adolece de una cierta lineal idad, aproximándose en ocasiones al puro y simple juego —lo cual, puede decirse, no es poco—, dentro del que no se descubre una expresividad — risuela o dramática— esencial, que nos haga descubrir nuevos y originales terrenos artísticos. De todo ello fue buen ejemplo el concieno arriba reseñado, en el que el instrumentista, recreando su música, tan grata siempre de oír, consiguió un gran y justificado triunfo personal bien asistido por otros excelentes profesores de la Nacional. De los cinco estrenos absolutos que vieron la luz en la sesión y, partiendo de la muy buena factura de todos ellos, hay que destacar los interesantes contrastes rítmicos y tímbricos del Divenimenlo para trompeta y percusión op. 20 y la clara ordenación de acón lecim ientos de la Colaboración para clarinete y percusión op. 19, Menos afortunada 3 + 3 + 3, op. 21 para percusión sola y electrizante la Fantasía n. " 2 para balería op. 22. El quinto estreno de este, inevitablemente algo monótono, concierto vino constituido por unas bien elaboradas y muy didácticas Variantes n.° 3 para trompeta, clarinete y percusión de Peñarrocha. A.R. A. MUÑOZ Madrid. Teairo Real. 15 de m a n o y 5 de abril de 1988. Obras de Smetana, Janácek y Dvorak. Cuarleto Smelana, Trio Mendelssohn, Agustín León Ara. violin. De auténtico festival de música de cámara checa puede calificarse la programación de los dos conciertos reseñados, desarrollados dentó del ciclo de Música de Cámara y Polifonía, que este año ha tenido el acierio de incluir diversos actos monográficos, que nos han permilido adentrarnos en el conocimiento de la obra menos difundida de algunos autores no siempre bien entendidos, como e! francés Chausson o el bohemio Dvorak. Y fue precisamente este último el principal protagonista de estas sesiones. Su mensaje musical, tan lleno de inspiración popular, tan excelentemente elaborado y estilizado siguiendo en algunos casos las pautas de la más rancia tradición germánica, la transparencia de sus texturas y originalidad de sus armonías, el colorido arrebatador de su instrumentación, quedaron adecuadamente resaltados en las versiones escuchadas: lírica, rica de acentos, muy bella de sonoridades, un punto tibia de temperatura y algo pálida de timbres la realizada por el admirable y veterano Cuarteto Smetana del op. 96, del famoso Cuarteto a Americano»; vibrante, muy cantada, vigorosa, pero no exenta de cuidadosa matización, quizá menos idiomática en el color y el fraseo, la desplegada por el conjunto holandés —cuyo cello y cabeza visible es el competente músico español Elias Arizcuren— del también célebre Trío «Dumky». Esta última agrupación ofreció, asimismo, una apasionada interpretación, cálida y entregada, aunque de ejecución más imperfecta, del interesante Cuarteto con piano op. X7, en el que colaboró el prestigioso León Ara, siempre buen músico a pesar de la relativa pureza de su arco, quien inauguró el concierto ofreciendo una media y justa lectura de la Sonata en Fa mayor op. 57. en laque contó con el apoyo del excelente pianista del Trio, Alwin Bar. Espléndida la ejecución que los Smetana hicieron del Cuarteto n " I, Sonata «Kreutzer», de Janácek, en el que, al igual que en el «Americano» y en el n° 2de Smetana, y según su tradicional costumbre, demostrando una vez más su increíble profesionalidad, tocaron sin partitura. A. R. ACTUALIDAD Un canto cómodo y saludable Mullid, Teatro Lírico Nacional La Zarzuela, 22 de abril de 1988. Homenaje a Montserrat Caballé en su 2S aniversario con el Teatro. Madrid. Teatro Lírico Nacional La Zarzuela. 30 de mar/o de 1988. Obras de Haendel. Purcell. Schuberc, Rossinih Brillen» Ravel, Ivés. Samuel Ramey, bajo. Warren Jones, piano. Ramey, una de las indiscutibles figuras del firmamento operístico actual, no es propiamente un bajo —ni profundo ni cantante—, sino un bajo-barítono (aunque su timbre no es especialmente dramático, por lo que, probablemente, tampoco cabría definirlo como barítono heroico). Posee un instrumento de grato color, extenso, homogéneo, excelentemente manejado, con mesura, inteligencia y sobria técnica, libremente emitido y modulado, aunque con ese sello tan característico de las voces norteamericanas, de tan escaso cultivo de la máscara, Pero Ramey utiliza muy inteligentemente unos medios naturales nada despreciables y los encauza a través de una clarísima dicción y una impostación espléndida. Su gran arma es, partiendo de un centro potente, timbrado —no con la belleza y armónicos del de un bajo-cantante típico y sensacional como el Ghiaurov de los grandes días—, el agudo, que emerge fácil, robusto, rotundo y mantenido sin ningún tipo de problemas. Es el suyo un canto cómodo, tranquilo y, dentro de lo que cabe, natural. No es raro por ello que donde se encuentra más agusto y donde puede dar ¡o mejor de si sea la ópera y, dentro de ella, la italiana, en la que su voz campanea a sus anchas. En esta linea brindó una magnífica aria de Maometio II Homenaje Samuel Ramey de Rossini, con justa y precisa reproducción de agilidades, siempre dificultosas para una voz grave. Bien Non piü andrai de Bodas de Fígaro y nnch'har'dal vino de Don úiovanni de Mozart y muy bien las arias de Anda de Verdi y Mefistofele de Boito, todas brindadas como bises sin ningún tipo de cansancio. Apreciable Haendel, flojo Purcell, discreto Schubert —con un excelente Der Doppeiganger, sin embargo—, regular Ravel, más que estimable Brillen y magnífi. > Ivés. El pianista colaboró en perfecto entendimiento con el cantante. Un discreto encanto Madrid. Teatro Real. 6 de abril de 1988. Brillen: War Réquiem op. 66. Sociedad Coral de Bilbao, Coro Con ser valono de la Sociedad Coral. Joven Orquesta Nacional de España. Sheila Armstrong, Mariyn HiU. Neil Howletl. Director: Edmon Colomer. Lo peor que se puede decir de este concierto es, aunque parezca paradójico, algo posilivo: no dejó de tener todo él un discreto encanto, una mesura y un aseo, una musicalidad y una clara y ordenada planificación de acontecimientos. Colomer, cada vez más seguro, tuvo todo en su mano, que se muestra paulatinamente más flexible y precisa. La JONDE, con muchas caras nuevas —y los consiguientes nuevos aprendizajes, he ahí su principal finalidad— mantuvo un tono que para sí quisieran algunas orquestas profesionales y los coros vascos, bien adiestrados|por|Gorka Sierra, encajaron |perfectamente, atendiendo con puntualidad las suaves indicaciones de la batuta. Lástima —y aquí radica lo negativo— que todo ello no condujera a la cristalización dramática de una obra que posee una dimensión trágica y una aire desolado tan desgarradores y que necesita ser proyectada hacia el oyente con mucho mayor aliento y vibración, tanto exterior como interior. Faltó misterio en la introducción al Réquiem aeternam y, comor no demasiado importantes, pero perceptibles defectos de ejecución, cabe seflalar la falta de unidad en la entrada del Pie Jesu y los desajustes —el coro de niños se ubicó en el palco real— del Hostias. En esta visión, bella según lo dicho, pero escasamente contrastada, colaboró un adecuado equipo solista inglés, bien integrado en el espíritu, aunque limitado por la opacidad y corta extensión prematuras de la voz de la soprano Armstrong, la relativa calidad y pequeño volumen de la del tenor Hill —de excelente dicción— y la tosquedad y dureza de la del barítono Howlett. A.R. Un homenaje a la Caballé, por un motivo o por otro, siempre parece justo y oportuno. No en vano ha sido —en parte todavía es— una de las voces más importantes de la posguerra y una de las cantantes más innovadoras del siglo. En su repertorio —es decir, sobre todo en el Rossini serio, Bellini, Donizetti y el primer Verdi— no ha habido, entre el 65 y el SO, ninguna que le haya hecho sombra —en ciertos aspectos sólo la Gencer—. Caballé redescubrió, partiendo de Callas, de mayor aliento y talento dramáticos, formas belcantistas a las que otorgó, desde su original entendimiento, vigencia y modernidad con base en una inteligencia musical de primer orden y en unos medios naturales, ahormados y conducidos a través de una técnica depuradísima, fuera de serie. Nadie como ella ha sabido en los últimos decenios, en uso de una voz homogénea, extensa y de muy bello y cálido timbre, expresar el canto spianato, ornamentar discreta y musicalmente, extasiarse —y extasiarnos— con el hilo de la melodía elegiaca, utilizar tan admirablemente la técnica del filado. Una perfecta messa di voce y un asombroso flato hacían el resto. Cualidades hoy ya, lógicamente, en parte perdidas, tal y como se ha podido comprobar en la reciente Ermione. Homenaje, pues, justificado, No se cuenta con una Caballé todos los años, aunque como ditirámbicamente se repitió a lo largo de la noche, ni mucho menos sea «la únici. >, «la mejor», «la más genial». El acto, excesivamente largo —cuairo horas—, estuvo tan eficazmente organizado como es proverbial en estos tiempos del Teatro de la Zarzuela, aunque en su planteamiento se pecó quizá por exceso. Hubo mucho de retórico, de estentóreo montaje epatante, lo que es posible que no pueda evitarse en homenajes de este tipo. Actuaron muchos colegas de la diva, acompañados por un esforzado y lógicamente abrumado Zanetti al piano. En la memoria quedará la presencia singular del histórico Giuseppe di Stefano, que aún conserva algo de voz y que estuvo la mar de simpático y la intervención avasalladora de Chris Mere it. Cotrubas, Cortez, la veteranísima Barbieri, Joan Pons, Ordóflez, fueron algunos de los otros nombres protagonistas de la velada, presentada por Mónica Randall —con lectura un tanto monótona de adhesiones, con entrega de regalos a una emocionada Montserrat— y durante la que, en varias ocasiones, hizo uso de la palabra la propia homenajeada, que habló bien, clara y concisamente, con una ecuanimidad y discreción que faltaron en buena parte del acto, y que tuvo oportunidad de cantar al final cinco piezas. A.R. Scherzo 15 ACTUALIDAD Cuando programar no basta Madrid. Teairo Real. 15 de abril de 1988. Biahms, l'a/wt Op. }V, Cunenmes de amor Op. 51; Slravinsky, Las Barias. Virginia Marone, soprano; Mana Luisa Morah mezzo; Antonio de Marcos, tenor; Julio Catsma. bajo. Menchu Mendiíibal y Adela González Campa, piano a 4 manos ÍVal\P5j, Sebastián Mariné y Dolors Cano, piano a 4 manos íCaneíonesf. Iniérpreles citados, 4 pianos en Las Bodas Coro RTVfc'. Pcrcussions de Barcelona. Director: Jordi Casas. DISCONOR le ofrece: • Cualquier compacto del mercado español. • A los precios más ventajosos. Algunos de BIIOS: • Olimpia/Melodiya: 1.800 pts. Heimuth Riiltng Una historia bien contada Mudrid. TeaLro Real. 25, 26 y 27 de marzo de I98S. Bach- Pasión según Sa/i Maleo. Kr¡S2tina Laki, soprano; Janice 'I aylor, niezzo; LJwe Heilmann y Aldo Baldin, tenores; Peler l.ika y Andreas Schmidr. bajos. Escolan ja de Nuestra Señora del Recuerdo, Coro y Orquesta Nacionales. Director: Helmulh Riliing. Hemos podido escuchar en Madrid, con los mimbres de aquí —otras veces mal utilizados—, una muy estimable Pasión merced al buen trabajo realizado, con tanta aplicación como entusiasmo, por el competente especialista alemán Helmuth Riliing (Stutlgart, 1933). Su visión, muy dinámica y contrastada, resulta de un vivo dramatismo ajustada al estilo, que es enfocado con diversas y casi siempre justificadas libertades —en uíi terreno en el que lanías alegrías bien entendidas cabe tomarse— y, en general, fuertemente dramática; más por el ritmo cinematográfico impreso que por el valor trascendente dado a lo escrito. Una versión encomiable acogida a lo que pudiéramos denominar tercera vía, equidistante tanto de las ampulosas ópticas románticas o los planteamientos serios (Klemperer o Munchinger por poner dos ilustrativos ejemplos) como de los presupuestos historie i 5 tas y modernos de los Harnoncourt, Kuijken, Parrot y otros (que utilizan instrumentos originales). Hubo tensión, vivacidad, calor y una plausible actuación de los conjuntos y solistas —con especial mención positiva para el buen Jesús de l.ika y el correcto, como siempre, Baldin (arias) y negativa para la pálida Taylor—, que nos dieron una entretenida sesión, lejos de aquellas aburridas e hinchadas interpretaciones de Frühbeck. A. R. 16 Scherzo El programa presentado por Jordi Casas reunía originalidad de concepción y novedad, aunque no absoluta, sí lo bastante, al salirse las obras escogidas de lo más trillado del repertorio. Incluso el medio sonoro exigido por cada una de las páginas se apartaba notablemente de lo que cabe esperar en la un tanto propensa a la rutina vida de una orquesta sinfónica. Ciertamente, un local como el Teatro Real no es el lugar más indicado para obtener el clima de intimidad demandado por las obras de Brahms. Asi y todo, Menchu Mendtzábal y Adela González Campa, aun con momentos de sonoridades menos bellas, ofrecieron un recorrido coherente y atractivo por su misma serenidad por la serie de miniaturas de los 16 Valses, En las Canciones de amor lo mejor volvió a ciarse en la pane de piano a cuatro manos —a cargo de Sebastián Mariné y Dolors Cano—, en tanto que el reducido grupo coral, apropiado en lo numérico, pecó de un colorido escasamenle cautivador. No se logró tampoco el tono de ingenuidad tan imprescindible como difícil de con- • Teldec: 2.300 pts. • Movimiento Música: 2.150 pts. • Délos: 2.150 pts. • Orfeo: 2.300 pts. • Astoría: 900 pts. Solicite mas información a: DISCONOR Apartado 320 Bilbao seguir. Los aciertos parciales, que efectivamente se dieron en la primer parte, desaparecieron casi por completo con Las Bodas. Unos solistas vocales por debajo de lo necesario y un trabajo del coro muy tosco impidieron que la interpretación tuviese entidad. E.M.M. Un Réquiem justo Madrid. Teairo Real. 24 y 2í de marzo de 1988. Verdi: /tcQuiem. Silvia Mosca. María Luisa Nave. Mihai Zamfir. Vladimir de Kanel. Coro y (Irquesta de la Radiotelevisión. Director: Pinchas -Sleinhcrg. Todo fue justo en esta versión de la obra verdiana. En primer lugar, la precisa, austera, clara, concisa, tensa y ajustada dirección del israelí Steinberg, que reveló un conocimiento indudable de la partitura, que quedó expuesta, sin excesivas contemplaciones líricas, con vigor e intensidad muy toscaniníanos, con trazo firme, pero no violento, con adecuado equilibrio de volúmenes, con efectos —que no efectismos— teatrales de buena ley. Una visión más que digna, aunque quizá en exceso seca y descarnada. En segundo término, la intervención de los solistas que fue, en efecto justa, pero en lo que tuvo de es- trecha, de limitada: la soprano Silvia Mosca, sustituta de la prevista Aprile Millo, reveló, aparte juventud, estar en posesión de una muy interesante voz de carácter spinto, extensa, timbrada, pero todavía un poco falta de carne, de homogeneidad. Cantó plausible, pero nerviosamente y se descuadró en más de una ocasión. Limitadísima la ya veterana Nave que, con todo, puso de manifiesto una innegable fibra verdiana. Corto, aunque de instrumento grato, el tenor Zatnfir y poco adecuado —con un centro cálido y poco más— el bajobarítono De Kanel, desigual y verdaderamente justo. Los conjuntos de la RTVE cumplieron con más entrega y atención que brillantez. A. R. ACTUALIDAD Vinieron los rusos! Madrid. I eairo Real. Festival de Arle Soviético: Los Virtuosos de Moscú. Vladimir Spivakov. Sergei YfTokhin. Orquesta Nacional de la URSS. Evgeni Svetlanov. Dmitri Baskhirov. Madrid. mar¿o 1988. ¡9 lué vienen los rusos! era el ti|tulo más o menos afortunado de una película que se hizo céleb"re hace tiempo. La frase quedó para la historia y alude, en parte, ahizo acontecimientos fuertes, y no por escélebre perados menos sorprendentes. Con el Festival de Arte Soviético, desarrollado durante el mes de marzo en Madrid, y no sólo en el terreno musical, podemos afirmar, sin duda, que ¡vinieron los rusos!, o al menos parte de ellos. En efecto, dos pianistas, uno de ellos archiconsagrado y otro un novel que promete; una orquesta de cámara, virtuosa donde las haya, y el gran colofón de la Orquesta Nacional de la URSS completaron un cuadro, ya que no exhaustivo, si representativo del hacer musical de los intérpretes de la Unión Soviética. Ante todo, digamos que no quedó defraudada la expectación. El Teatro Real, si no llenos históricos, sí registró unas aceptabilísimas entradas. El nivel de los cinco conciertos superó, en creces, la media de lo que se escucha por estos pagos, y nuevamente los tópicos han demostrado que suelen ser verdad, salvo prueba en contrario. Los Virtuosos de Moscú, bajo la dirección de Vladimir Spivakov actuaron en dos conciertos. El primero de ellos sirvió para escuchar uno de los mejores Shostakovitch que han sonado en el Real. Me refiero a la extraordinaria versión del Primer Concierto para piano, obra de un virtuosismo exacerbado, en la que el conjunto ruso lució una clase inatacable, versión modélica. No lo fue lanío el resto del programa, con Haydn de protagonista, pues ni Spivakov acaba de entender bien al músico de Rohrau, ni la Orquesta alcanzó las prestaciones que en Shostakovitch. En cualquier caso, la cuerda volvió a sonar con una cohesión y aterciopelamiento realmente meritorios. Eso sí, en la Sinfonía Concertante para violt'n, violonchelo y fagot de Haydn, Spivakov volvió a dejarnos estupefactos. En la Sinfonía «Golpe de Timbal» se echó otra vez de menos la gracia, a veces rústica y siempre exquisita de Haydn, que no entra dentro de los parámetros mentales del violinistadirector. Buena lectura, sin más. Lvgem Svetlanov El segundo de los conciertos de Los Virtuosos de Moscú se dedicó íntegramente a la obra de Mozart: las Sinfonía n°28y 15, el Concieno para violín y orquesta n" 2; un aria de la Cantata de Pascua K. 42 y el Exsultante Jubílate, con la intervención de la soprano A raes Dalvian. Volvimos a comprobar que Spivakov es un violinista sublime, por sonido, afinación, técnica, fraseo, respiración... algo insuperable. Su labor como director se coloca a niveles bástanle más terrenales, mucho más discutibles y criticables. Su Mozart resulta, a veces, demasiado dulzón, excesivamente colocado en un sitio que no le corresponde. Sus virtuosos tocaron con primor, demostrando las excelencias de la cuerda, sin ocultar una cierta tendencia al mecanismo, a la expresividad automatizada. La soprano cantó muy a lo ruso, con fuerza, sin demasiada gracia, manejando su voz con maestría. Se esperaba con gran expectación la actuación de Baskhirov, pianista como la copa de un pino, y ejemplo vivo de la escuela pianística rusa, que tantos días de gloria ha dado. Obras de Schubert, Schubert-Liszt, Beethoven y Rachmaninov, completaron una jornada verdaderamente gozosa. La técnica, poderosa, el fraseo, clarividente, la intecionalidad y la expresión adecuadas a cada una de las obras elegidas, dejaron sin aliento a los aficionados que vibraron como pocas veces. Una verdadera gozada. Como se comentaba a la salida del Real, en Baskhirov confluyen dos carácter!sIicas poco comunes, la maestría y el virtuosismo. Juntas, producen este milagro. Seguramente lo mejor del ciclo. Tan buen sabor de boca dejó este concierto de Baskhirov, que el siguiente, a cargo de su discípulo, ¡y qué discípulo, cielos! Sergei Yerokhin, tuvo necesariamente que saber a menos. En cualquier caso, se confirmaron plenamente las impresiones de quienes escucharon a Yerokhin en el Concurso Paloma O'Shea de 1987. Especialmente en su fina versión de los Cuadros de una Exposición, en la que la sensibilidad del pianista no estuvo reñida con el poderío que exige la partitura en determinados momentos. Un buen pianisla con un excelente futuro. Cerró el ciclo la todopoderosa Orquesta Nacional de la URSS como pensando que el título de esta crónica es justamente el adecuado. Vinieron los rusos y de qué manera. Formación poderosa y numerosísima, atenta a la batuta, tantas veces genial, como ocasionalmente tosca de Svetlanov. Sus versiones de La Tempestad, una de las obras a olvidar de Tchaikovski, de la Clásica de Prokofiev y de la Segunda de Scriabin, fueron excelentes, tanto por lo que se refiere a la orquesta, en la que destacan sensiblemente los metales, como por lo que concierne a la batuta, mejor dicho, a la mano, ya que Svetlanov se basta con los dedos y las muñecas para moldear, templar, mandar y dirigir. Un gran director. La Orquesta sola, al final, nos dio una muestra de su virtuosismo, tocando ella sólita Russlond y Ludmila, C. Q. LL. O. c / H u t n » . 57 -,Trl.: « 9 29 41 Todos IIM d i n Música Cldsíci en directo [>c lunc> i jueves y a la<> 23. JO CICLOS D i : M I SICA CLASICA, dedicados a un autor, a un etilo o a un periodo de la Historia dt la Música. Viernes, sábados y domingos, dos acluac iones a las 20.30 y las 23.JO. Scherzo 17 ACTUALIDAD La música se desentraña a partir del drama A unque localizados, puede decirse que en España hay, hoy día, consolidados un público operístico y dos centros de producción lírica (Liceo de Barcelona y La Zarzuela de Madrid). La dignificación de la dimensión escénica de las óperas que se hacen en ellos ha acompañado a aquel fenómeno. Por eso no es inadecuado traer a estas páginas, musicales, las declaraciones de un hombre de teatro, José Carlos Plaza, autor de la puesta en escena de Lulu, recientemente estrenada en Madrid bajo la dirección musical de Arturo Tamayo y el protagonismo de Patricia Wise. Lógicamente, la charla tiene un enfoque sobre todo teatral. AI fin y al cabo, entrevistado y entrevistador ven la ópera simplemente como una de las formas que adopta el teatro. CHERZO — Su debut como director escénico de una ópera es muy rédenle, de 1985, con el Macbeth de La Zarzuela, dirigido musicalmente por Edmon Colomer. Habían pasado exactamente veinte años desde su primer estreno, aquella función de Dürrenmatt. José Carlos Plaza.—Y podrían haber pasado más, acaso no haber dirigido ópera nunca, si no es porque José Antonio Campos Borrego, que aún no era Sobreintendente de La Zarzuela, me propuso dirigir Macbeth. Me quedé helado. Pensaba que no seria capaz de hacerlo. Soy aficionado desde siempre, pero nunca había pensado ejercer aquí, en España, como director de escena operísiico, simplemente porque creía que no era posible imponer criterios escénicos. Me atreví finalmente, animado por la confianza de la invitación de Campos. Me preocupé entonces de algunas puestas en escena operísticas en el extranjero y admiré, en especial, esa maravilla que es el El anillo del Nibelungo de Pairice Chéreau. Era evidente que los cantantes no Tenían que cantar necesariamente frente al público, en primer término, no tenían que hacer determinados gestos convencionales, etc. La ópera era, en efecto, lo que yo pensaba: es teatro, no es concierto. Los intérpretes que no quieran actuar deberían dedicarse a los conciertos, aunque creo que si no hay aciuación en una sesión de concierto, se pierde algo esencial. Había que mirar al maestro lo menos posible. Y resulta que Edmon Colomer pensaba lo mismo, y para que no tengan que mirarle tan a menudo prefiere que haya cuantos ensayos sean necesarios. Por eso hemos trabajado juntos en excelentes condiciones en tres de las cuatro óperas que he montado. Y me encantaría seguir trabajando con él, porque constituye S 18 Scherzo José Carlos Plaza para mí un punto de referencia ideal. En fin, mi primera ópera fue con él. Fue un Macbeth en el que intenté dar la interioridad del personaje, no los elementos exteriores. Los fantasmas, las brujas, procedian de dentro. Para eso era necesario un trabajo lleno de comprensión por parte no sólo de los figurantes, sino también del coro, y lo cierto es que gocé de esa comprensión por parte del magnífico Coro de La Zarzuela, que se entregó a este planteamiento. Sin embargo, hubo desacuerdos, incluso abucheos, los únicos en una velada en que todos triunfaron. S.—Ante la indiferencia con que se acoge hoy día cualquier atrevimiento, no creo que deba lamentar esas protestas. J. C. P.—No, al contrario: nunca está de más la discrepancia. Y la verdad es que antes se pateaba. Ahora no. S.— y después del Macbeth, vino el Orfeo. J. C. P.—En efecto. Tras Macbelh, Edmond Colomer y yo vivimos otra fructífera experiencia. Fuimos a Tenerife y allí hicimos Orfeo y Eurídice, de Gluck. Fue con el Coro de Tenerife, un coro espléndido, y unas cantantes españolas que fueron seleccionadas por criterios vocales y escénicos. Desgraciadamente, esa función quedó sólo allí. Pasó como las que hacemos en La Zarzuela, que no las hemos llevado a oirá parte. Después vino Wozzeck. Alban Berg ti un amor de madurez S.—En sus cuatro óperas ha puesto usted en escena a tres nombres imprescindibles en cualquier historia del teatro /frico: Verdi, Gluck y Alban Berg. Son muy diferentes, sin duda, pero en esas cuatro obras parece haber un elemento común. No es una música que se añade a un texto. Más bien parece que ios compositores hubieran extraído la música latente, interiormente viva de esos textos. ¿Cómo enfocó usté es i o teatralmente? J. C. P.—Creo que ha expresado usted bien la cuestión. Es, en efecto, asi: la música se desentraña a partir del drama. Lo primero que hago es un examen que consiste en ver si lo que pasa en escena se corresponde con la música. En las obras que he dirigido puedo asegurar que no sobra una sola nota. Es asombroso este fenómeno en el Macbeth, por mucho que se considere que no es una de las mejores óperas de Verdi. S.—Tal vez no lo sea. Pero, en todo caso, cuando Verdi tocó a Shakespeare, ya nadie pudo tocarlo en adelante, ya nadie pudo poner música a Macbeth, a Othello, o Merry Wives (Falstaff)- Antes, sí, pero no desde entonces, y quizá es por lo que usted dice. J. C. P.—Es que se da una auténtica cohabitación de música y situación dramática. En el caso de Berg, bueno, es ya la perfección. Verdi traduce muy bien los sentimientos generales de la obra, pero Berg profundiza en el alma milímetro a milímetro. Por ejemplo, en Macbeth, cuando se canta el conjunto Patria oppressa, Verdi da maravillosamente ese sentimiento de carácter general. En Berg no es eso, sino que cada nota, cada rompimiento, cada quinta invenida, cada rondó, lo que sea, el uso de la forma sonata tan especialmente bien utilizado en Lulu, resulta teatralmente tan enriquecedor, tan profundo y complejo, que yo creo haber hecho sólo un diez por ciento. Espero tener oportunidad de volver sobre las dos obras de Berg. ACTUALIDAD ese dinero, era mentira. Lo cierto es que fantasía de Jack sobre la mujer que a he pretendido dar viabilidad escénica a él le habría gustado malar. tres lecturas de Lulu. La primera sería S.—Nada gratuito. Después de todo, la historia que cuenta un domador de las mujeres fatales, operísticas o no, circo, el personaje del prólogo: estamos suelen ser un fantasma masculino. en un circo, por eso siempre hay perJ, C. P.—Ese es el sentido de la fansonajes mirando, contemplando la funtasía de Jack. ción circense, como si se tratara de una S.—Para terminar; ¿Cuál es la prófunción dentro de la función, y como xima ópera que montará José Carlos era un circo, no podía ser todo cerra- Plaza? damente lujoso. La segunda lectura, J, C. P.—Será, probablemente, en el acaso más atrevida, pretende contar la Teatro de La Zarzuela, en 1989, pero historia de la muerte de Lulu. Es un está aún sin determinar. En cualquier personaje predestinado a la muerte, en caso, no puedo aceptar demasiados el mundo hostil y dominador de los compromisos en este sentido, porque hombres Lulu acepta el papel que le pi- una Ópera me cuesta nada menos que den —dura, niña, diosa— y ante eso los un año y tengo, además, el teatro que hombres se aterrorizan. Causa muertes, hago habitualmente. y el mundo del domador, con Jack, se S.—¿No ha recibido encargos del Livenga de ella. Jack está en escena todo ceo de Barcelona? el tiempo, como una sugerencia de que J. C. P.—Lamento decir esto, pero siempre está rondando. La tercera lec- la verdad es que, aunque he hecho teaMontar Lulu tura consiste en colocar un lujo exqui- tro en muchos sitios, incluso fuera de S.—Su Lulu ha causado cierta polé- sito encima de la miseria: panteras art España, nunca me han llamado en Camica entre los aficionados. déco en mármol negro sobre peanas taluña. Soy castellano, y allí no cuento. J. C. P.—¿De veras? No lo sabia. mar mol izad as, cristales negros también Creí que esta vez había habido una art déco, utilización de un lujo superSantiago Martin Bermúdez aceptación más general. ficial, sobrepuesto a la miseria, pues la S.—No se discute el nivel de la funmiseria es la base necesaria de una soción, y en cualquier caso lo que se dan ciedad capitalista. Y, en este sentido, son desacuerdos, no rechazos. Porque esta lectura constituye una visión políAVISO en la etapa reciente del Teatro de Lu tica, porque queremos retratar el falliZarzuela, con Campos Borrego, ya se do intento de ocultar la miseria Los suscriptores a la hace en Madrid ópera con dignidad. mediante ese lujo tranquilizador. Puede haber este tipo de desacuerdos S.—Por todo eso, Jack no se va al revista deberán retirar los en algún montaje, pero ya no se dan es- final, tras el doble asesinato, sino que abonos reservados para el pectáculos rechazables por falta de ni- se queda hasta caer el telón. FESTIVAL MOZART antes vel artístico. En este sentido digo que J, C. P.—Es que él es el espectador. ha habido cierta polémica con Lulu. La lectura final de la obra (y así se lo del día 10 de Mayo. Quizá no estaría de mas que diera us- he pedido a los cantantes, como pro(El pago de los mismos se efectuará ted su propia explicación de lo que ha puestas paralela) es que la historia conen metálico) hecho, si no considera inconveniente tada acaso no existe, tal vez es sólo la glosar su propio trabajo. Los desacuerdos van por el lado de no comprender las razones de no seguir determinadas indicaciones de Berg, en la elección de unos decorados míseros como fondo constante de la pieza, frente al lujo que parecen requerir varias escenas.,. J. C. P.—En fin, admiro a Berg, pero no como director teatral. Es como decir que por qué Chéreau (salvando distancias, por favor) no respetó las acotaciones de Wagner. Creo de veras que a Berg le hubiera gustado esta Lulu. Al fin y al cabo él se tomó muchas libertades con el texto de Wedekind. En cuanto al lujo, creo que una Lulu lujosa sería un error, porque tanto en Wedekind como en Berg hay un lujo deliberadamente artificial. Lulu nace en la miseria y muere en la miseria. Su lujo es temporal y artificial. Siempre está con ella un personaje, Schigolch, auténticamente lumpen, que recuerda su verdadero medio; nosotros le hacemos salir siempre desde abajo, como de las cloacas. Lulu entra en un mundo de dinero artificial, incluso se da un crack económico (en el tercer acto): no había Lulu, de Alba» Hvrg, en lu Zarzuela i D i o Al.t A N I \k-\ S.—No hay que descartarlo. Se han hecho demasiado poco entre nosotros. Sin duda, podrá revisar esas puestas en escena en un futuro. J. C. P.—Ahora pienso más en ampliarlas que simplemente en revisarlas. Hay mucho teatro que descubrir en Berg. S.—Que era fundamentalmente hombre de teatro, incluso cuando componía música aparentemente abstracta. Siempre contó un drama. J. C. P.—Es un auténtico milagro teatral. Su cabeza teatral le lleva, por ejemplo, a reducir los libretos a lo esencial. Si comparamos el texto íntegro de Wedekind con el utilizado por Berg, se para uno a pensar si no quedaría mejor así. Scherzo 19 ACTUALIDAD con fuerza y transparencia, lo cual no es fácil). De los solistas destacó Joan Rodgers, por un lado, y James Bowman, por otro. La soprano confirmó su meteórica trayectoria con una actuación refinada, sin ausencia de dramaLa Semana de Música de Cuenca: balance positivo tismo, valiéndose de una voz exquisita y muy bella, usando el vibrato justo. Tal y como adelantábamos en eln. ° 22 de SCHERZO, la XXVII Semana Bowman volvió a dejar claro quién es mejor contratenor haendeliano de la de Música Religiosa de Cuenca ha supuesto la confirmación del alza de el actualidad con su voz potente, cálida, Philippe Herreweghe por ¡ierras españolas, así como el descubrimiento de redonda, extraordinariamente matizaun nuevo valor: el director Peter Ash. En el otro extremo, la enorme de- da; se ayudó además de una imponente presencia en escena, algo lógico cepción producida por el Coro y Orquesta de Cámara Mozart de Viena, después de estar triunfando durante que en algún momento alcanzó niveles escandalosamente bajos. Por fin, veinte años en los escenarios de todo el aceptables intervenciones de la Orquesta Ciudad de Valladolid con la Co- mundo. En cuanto a los demás solisral de Camarade la Comunidad de Madrid y de la agrupación vocal e ins- tas, debemos señalar simplemente su gran corrección, sin alcanzar los felicítrumental de la Fundación Gulbenkian de Lisboa. simos momentos de sus compañeros. El descubrimiento dePeter Ash H erreweghe se encargó de abrir y cerrar la Semana, lo cual era una fenomenal garantía de que las cosas iban a ir bien. El lunes 21 de marzo sonó el primer estreno: las Lamentaciones para la Semana Santa de Jean Gilíes (1669-1705), una obra un tanto desigual, pero interesante, con pasajes fugados especialmente felices, en los cuales el En semble V oca le de la Chape lie Royale se lució demostrando una altísima preparación. Pocos coros puede haber en el mundo que superen a la Chapelle en este tipo de música, desde luego. Su disciplina y atención a las órdenes de Herreweghe fueron asombrosas. El programa se completó con una obra de Lully, una sinfonía de De Lalande, y el motete ¡n convertendo de Rameau, maravilla de maravillas, que encontró una traducción impresionante en el conjunto vocal e instrumental del belga. Los solistas estuvieron correctos, perfectos en estilo, pero sin grandes sorpresas en cuanto a su calidad. Mención especial merece la orquesta, el grupo alemán Concertó Kóln, que en sus tres anos de existencia está siendo la gran revelación de la música antigua. Es un todo sensible, con bellísimo sonido y muy alta técnica, con una cuerda capaz de pianissimi que ponen los pelos de punta. El continuo, tremendo, im pactan temen te bueno. La última sesión de la XXVII Semana tuvo lugar en la diminuta Iglesia románica de Arcas, por lo cual Herreweghe tuvo que prescindir de la mayor parte de la orquesta y utilizar únicamente un instrumento por voz. En la Brimera parte se interpretaron obras de ach (la Cantata BMW 196, un auténtico bombón, y una misa luterana, la BMW 234, en La mayor). Curiosamente fue el momento más bajo de su actuación, con algunos desajustes inesperados (quizá la falta de hábito de cantar por la mañana). En la segunda parte, la sorpresa musical del Réquiem del calagurntano José de Nebra (17021768), obra que plantea problemas estilísticos acusados porque se sitúa a caballo entre el barroco y el neoclasicismo, y que está cuajada de felicísimos detalles expresivos (pizzicatos, o la armonización del Ofertorio, por ejemplo) y de momentos corales de gran 20 Scherzo Peter Ash altura, que de nuevo sirvieron para lucimiento del Ensemble Vocale. Herreweghe, pues, se apuntó un gran tanto con la realización de este Réquiem, y disfrutó e hizo disfrutar a todos con su dirección. Fue una sesión magnífica de verdad. La sorpresa: Peter Ash El otro punto interesante de la edición lo puso Peter Ash, que con Belshazzar de Handel logró también un merecidísimo triunfo. Contó con The Downshire Players and Choir of London y solistas de gran categoría. Sorprendió en primer lugar su gran adecuación estilística y su más que convincente planteamiento de la obra. Utilizó instrumentos modernos pero, atento a las nuevas corrientes interpretativas, hizo que los profesores articularan y frasearan con suma elegancia, matizando cada nota. El coro (16 voces) tenía como principales virtudes su gran calidad y su musicalidad (son británicos, claro), que fueron muy bien aprovechadas por Ash, consiguiendo resultados muy brillantes (sobre todo en el primer coro, fugado, que sonó De las otras jornadas de la Semana, decididamente nos olvidaremos de las sesiones protagonizadas (tristemente) por los austríacos (obras de Mozart y Bach en el primer concierto, y La Creación en el segundo), indicando, eso sí, que la Semana ha de cuidarse de repetir estos fallos, puesto que no hacen más que rebajar la impresión final de la edición, que este año pudo haber sido más positiva que nunca. Olvidemos también la actuación del pianista David Alien Wehr (ni chicha, ni limoná), y pasemos al estreno de Ángel Oliver, el Stabat Mater, obra que utilizaba un importante dispositivo orquestal y vocal y que reunía una gran diversidad de lenguajes e influencias, sin cerrarse a ningún camino de los que la música actual pueda tomar. Particularmente interesantes fueron las intervenciones del coro, arropado por los atractivos y a veces desgarrados efectos orquestales. Anteriormente, Luis Remartínez había dirigido la Música fúnebre para cuerda de Lutoslawski, en una versión correcta. Tras el descanso llegó el pesadísimo Réquiem de Salieri, que encontró una interpretación algo aburrida, lo cual hizo que se nos antojara como una obra insufrible. El sábado 26 de marzo actuó el Coro y Orquesta de la Gulbenkian, que en la primera parte iba a ofrecer obras del portugués Bríto y de Carlos Patino, músico que está siendo rescatado del olvido gracias a la labor del musicólogo Lothar Siemens. El Coro de la Gulbenkian, aunque es de buena calidad, no estuvo muy feliz en Patino (una lástima, porque en los ensayos todo había ido mucho mejor), que requiere una preparación realmente concienzuda. En la segunda parte se ofreció un interesante Réquiem de Mozart. Fernando Eldoro, el director, optó por una visión llena de con si ras (es dinámicos y de tiempo. Las prestaciones de coro y orquesta (excepto el trombón en el Tuba Mirum) fueron espléndidas. Como resumen, digamos que el balance general ha sido bueno; si bien esperamos que en sucesivas ediciones se vayan puliendo algunos fallos de programación, porque lo de los vieneses este año ha sido muy gordo. José Carlos Cabello Arroyo ACTUALIDAD Un lugar tranquilo y apacible Sf, y además con la mejor música lírica montada y representada con arreglo a la buena tradición británica. Este lugar no es otro que Glyndebourne, una especie de oasis situado en pleno campo, a 100 kms. de Londres. En su pequeño y recoleto teatro, de unas 800 plazas, se desarrolla desde 1934 — cuando el millonario John Christie, casado con la cantante Audrey Mildmay, decidió, seguramente para que ella pudiera actuar como en casa, organizar en su finca representaciones operísticas— un festival que cada vez ha ido perdiendo en mayor medida su elitismo inicial y en el que hoy se vienen a dar, entre el 16 de mayo y el 18 de agosto, en torno a las 70 representaciones. Este año, en el que, como hace ya muchos, aparte de una obra de Mozart (el músico base de la idea de Christie y caballo de batalla de los primeros encargados artísticos del festival, el director de escena Karl Ebert y el musical Frilz Busch), se programan varias de otros autores, son siete los títulos. He aquí su relación y las referencias básicas de cada producción: El rapto en el serrallo de Mozart. Montaje de Wood-Dudley. Director musical: Lothar Zagrosek. Principales intérpretes: Rendall, White, Evangelides, Rolandi, Watson. Patrocinador: Dresdner Bank AO. KátaKabanová de Janacek. Montaje de Lehnhoff-Hoheisel. Director musical: Andrew Davis. Principales intérpretes: Gustafson, Palmer, Granam-Hall, Adams, McCauley, Davies. Nueva producción. Patrocinador: The Philip and Pauline Harris Charitable Trust. The Electrification of the Soviet Union de Nigel Osborne (obra encargo). Montaje de Sellars-Tsypin/Ramicová. Director musical: Elgar Howarth. Principales intérpretes: Hirst, Laurence, Sieiger, Herford, O'Reilly, Veira. Patrocinador: Vincent Meyer. Falstaffáe Verdi. Montaje de Hall- Bernard Hainnk PHILIPS Gunter. Director musical: Bernard Haitink/Graeme Jenkins. Principales intérpretes: Desden, Lind, Palmer, Howell, Kenny, Evangelides, McFarland, Sorrentino. Nueva producción. Patrocinador: C astro I. La traviata de Verdi. Montaje HallGuntcr. Director musical: Sian Edwards. Principales intérpretes: Pediconi, MacNeil, Noble. Patrocinador: Bat Industries. La hora española y El niño y los sortilegios de Ravel. Montaje de CorsaroSendak. Director musical: Jenkins. Mahé, Baerg, Steiger, Corazza (IBM). Una institución musical No otra cosa era Antonio AriasGago, violinista, violista, profesor, estudioso, investigador... y artista. Su reciente desaparición, al filo de los 80 arios, supone una sensible pérdida para la música española, no precisamente sobrada de talentos, y menos de talentos honrados, trabajadores, constantes y comprensivos. Arias, durante más de 30 temporadas instrumentista de la Orquesta Nacional, últimamente, poco antes de jubilarse, tras la muerte de Meroño, primer viola, dejó en la agrupación un recuerdo difícil de borrar por su seriedad, profesionalidad y bonhomía. Su pequeña talla física, su chalina, su pelo blanco, su expresión concentrada en plena ejecución, eran rasgos distintivos de la Nacional de los mejores tiempos, la de los Martínez (trompa), López (fagol), López del Cid (flauta), Serrano (oboe). Solar y Lillo (trompetas), Parras (clarinete), Vicente (timbal), Cuesta (trombón), Vivó y Baena (cellos), el citado Merofio y Cruz (violas) y Antón, Palau, Periáílez, Fernández o Garda (violines). Amonio Arias, autor de un magnífico texto sobre la técnica y la práctica del violin, fue maestro de muchos, a los La liberación Hace unos meses, Jacqueline Du Pré, violoncellista, artista y música, ha sido liberada. Sí, liberada de las ataduras con este mundo al que ha pertenecido durante 42 años, 15 de ellos en una silla de ruedas a consecuencia de una criminal esclerosis. Nada más doloroso para un artista que verse imposibilitado para expresarse, para comunicarse recreando la música que los más grandes compositores concibieron para el instrumento-vehículo de su especialidad. La rubia y pecosa Jacqueline, mujer de exquisita sensibilidad, se vio privada súbitamente de este placer. ¡Y cuántos intentos fallidos de volver a empuñar el arco sin éxito, atenazada como estaba por la enfermedad! ¡Qué tristeza, qué rabia y qué impotencia de no poder hacer nada y tener que someterse a los designios de un dios desconocido! Unida desde 1967 a Daniel Barenboim, colaboró con él en numerosos conciertos y grabaciones, tanto en música de cámara como sinfónica. Constituían un excelente y bien compenetrado dúo. Bellas versiones de conciertos de Saint Saéns o Schumann pueden encontrarse todavía en tiendas especializadas. Caracterizaban a la Du Pré un sonido cálido, de extraña humanidad, una dicción muy matizada y una enorme versatilidad. Había aprendido bien, no hay duda, las lecciones recibidas de maestros como Tortelier, Casáis o Rostropovitch, determinantes, junto a su inteligencia y sensibilidad, de que para sus primeras actuaciones, allá por 1961, fuera ya una artista inesperadamente madura. La violoncellista inglesa, nacida en Oxford, tocaba un Stradivarius de 1712, de nombre Davidov. No debemos estar demasiado tristes: Jacqueline Du Pré ha abandonado esta cochina vida y, nunca mejor dicho, ha pasado a otra mucho más apetecible. Desde algún desconocido lugar nos estará sonriendo emocionada mientras nos intenta atraer con el expresivo canto de su violoncello. que no sólo enseñó a tocar el instrumento, sino que les hizo ver más allá, hasta lograr que tuvieran una visión de la música omnicomprensiva y profunda. Uno de los mejores ejemplos de su labor es su hijo, Antonio Arias-Gago del Molino, excelente flautista y, sobre todo, magnífico músico, que, siguiendo las huellas paternas, ocupa también un primer atril en la Nacional. Con artistas, maestros e instrumentistas; con personas de la estatura humana de Antonio Arias se forja la música de un país, se crean tradiciones. Lástima que no abunden. Scherzo 21 ACTUALIDAD Cuatro óperas en Viena U no de los rasgos defini torios de la actividad artística de la Opera de Viena es la garantía de alcanzar siempre unos mínimos que van más allá de lo aceptable. La escena cuenta con medios técnicos más que suficientes y la participación de la formidable Filarmónica de Viena en el foso brinda cotas musicales muy alias, con leves variaciones de un día a otro por el cambio de batuta o de los instrumentislas. La homogeneidad señalada pudo comprobarse en la rep res en 1 ación del eterno binomio Cavallería rusticana/Pagliacci (27-111) en la realista escenografía de .lean-Pierre Ponnelle. La proximidad entre las óperas, ambas se centran en una muerte por infidelidad, se vio acentuada en el montaje escénico. Lo que se ofrecía a la vista podía considerarse como un campo y contracampo de la misma plaza del pueblo. La efica?. dirección musical de Mark Ermler estuvo huérfana, sin embargo, del último sentido del idiomatismo. Corneliu Murgu fue un valiente Turiddu en Cavalleria, pero no encontró compañeros tan entregados en el resto del reparto: Ludmilla Schemtschuk, una Santuzza sin todo el desgarro preciso, Matteo Manuguerra, un Alfio con la voz afeclada por una indisposición. En Pagliacci sobresalió Ileana Cotrubas (Nedda/Colombina), que sustituía a Sona Chazarían, pero el conjunto se vio lastrado por el vociferante Canio de Wladimir Atlantow. ras contempladas se centraba en las dos de Mozart con dirección musical de Nikolaus Harnoncourt. La flan la mágica (28-111), que era premiére en la dirección escénica de Otto Schenk, discurrió entre el cuento y la comedia musical, sin olvidar las continuas referencias a la simbología masónica. Al montaje le falta quizá un período de rodaje para dar sus mejores frutos, mas la representación que se comenta fue ya una estupenda recreación del singspiele. La mala suerte hizo que se acumularan las suslituciones de cantantes: una de las damas, Jan Hendrick Rootering, con problemas en sus notas más graves, hizo Sarastro en vez de Matti Salminen, Walter Berry, un noble Sprecher, reemplazó a Hermann Prey. Aunque los cambios se notaron, la función siguió poseyendo un buen nivel vocal. Jerry Hadley realizó un heroico Tamino, pero no matizó lo bastante en los instantes más líricos. Luciana Serra salvó sin apuros su dificilísima parte de la Reina de la Noche. El Papageno de Mikael Melbye fue iodo un descubrimiento por su interpretación integral del personaje. Francamente divertida la encarnación de Monostatos debida a Heinz Zednik. La dirección de Harnoncourt se caracterizó, como es habitual en sus interpretaciones mozartianas, por la inyección de vitalidad que comunicó a la música. Pero su concepción nunca fue unidireccional; así, dotó de una magia nueva a la escena de los moros encantados por las campanillas de Papageno y halló apropiados tempi más pausados por la huida de éste y Pami- El mayor interés de las cuatro ópe- 1.a Flama Mágica en la producción de Schenk 22 Scherzo na y el trio de Sarastro, Tamino y Pamina. Idomeneo, una cumbre La veteram'a del montaje de Idomeneo (29-111), firmado por Johannes Schaaf, se tradujo en una de las experiencias operísticas más redondas que ha conocido quien esto firma- Algunos aspectos de la puesta en escena podrían ser discutidos, e incluso ser tachados de poco bellos. De otros no cabe negar su plasticidad y fuerza dramática, en especial el naufragio del primer aclo o la aparición del monstruo en el segundo. Una solución tan sencilla como hacer cantar el coro O voló ¡remendó y a la voz oracular, acompañada por los irombones, desde lo alto de los laterales de! último piso resultó de un efecto estremecedor. Los personajes fueron interpretados persuasivamente tanto en lo teatral como en lo vocal. El nivel canoro fue muy aito, encontrándose los puntales en Werner Hollweg (Idomeneo) —muy expresivo y ajustado en el estilo en su gran aria Fuor del mar ho un mar in seno del segundo acio—, Ann Murray, excelente Idamante, y Suzanne Murphy (Electra), si bien ésta evidenció un color menos atractivo y homogéneo. La dirección de Harnoncourt, absolutamente admirable, rebosó de energía dramática, de ricos contrastes y un sentido teatral irreprochable, obteniendo una respuesta orquestal memorable. La contribución del gran director, verdadero eje de la representación, fue una demostración evidente de la posibilidad de la instalación en el repertorio de esta Ópera seria, al menos en Centroeuropa. Parsifai (31-111) con dirección escénica de August Everding cuenta ya con una larga vida en la Opera de Viena, pues data de 1979. Su escenografía es sencilla, pero hermosa y funcional. Horst Stein, batuta habitual en Bayreuth, aplicó su larga experiencia wagneriana. Estuvo fallo de auténtico fervor y se condujo mejor en los momentos vigorosos que en los delicados. Este Parsifai tuvo su punto negro en el papel que da nombre a la obra con el poco menos que impresentable tenor Warren Ellsworth, de voz temblona en los pianos, chillón en los fuertes y con poca visión del proceso interno del personaje. Ellsworth, cuya presencia en la Opera de Viena es una prueba viva de la carencia de voces wagnerianas, acabó desfondándose en el momento cumbre del tercer acto. Compensaron un ¡anto este fuerte desequilibrio las apreciables prestaciones de Theo Adam (Gurnemanz), Walter Berry (Klingsor) y Eva Randova (Kundry). Peler Wimberger, que sustituía a Simón Estes como Amfortas, estuvo desigual en el primer acto y mucho más entonado en el tercero. Enrique Martínez Miura ACTUALIDAD Opera en Varsovia París estrena festival Francia es sede ya, a lo largo y ancho de su geografía, de multitud de manifestaciones musicales, que se suceden imparablemente de primavera a otoño. Pero la eapila! aún no tenía su festival seriamente organizado. Ya lo tiene y, por lo que se deduce de su contenido, empieza con buen pie. Vean si no. Esta primera edición liene como invitada de honor a Italia, lo que se aprecia en amplias franjas de la programación y de participación artística: concierto de Grandes Arias de Opera Italiana (4 y 5 de mayo), con Lucia Aliberti, Ghena Dimitrova, Lucia Valentini-Terrani, Nicola Martinucci, Antonio Salvadori y Luigi Roni, todos ellos cantantes de talla; representaciones de Jphigenie en Tauride de Piccinni (25, 27 y 29 de mayo), con Ricciarelli y Bauman, puesta en escena de Ronconi y dirección musical de Renzelti; El nacimiento de ¡a aurora de Albinoni (13 y 14 de junio), con Gasdia y Zimmermann, dirección musical de Scimone, y El sombrero de paja de Italia de Rota (17, 18 y 20 de junio), con Rigacci y Mateuzzi, dirección musical de Campanella; versión de concierto de Adelaide de Bourgogne de Ros si ni (15 de mayo), que dirigirá Zedda a Dupuy y Devia; concierto de 1 Musici (4 de junio) y concierto del Mayo Musical Florentino a las órdenes de Mehta, con la Turangalüa de Messiaen (25 de junio). La presencia transalpina se cierra con sendos recitales: Renata Scotto (6 de junio) y María Tipo-Uto Ughi (7 de junio). El Concent us Mu si cus de Viena con Harnoncourt (16 de mayo), el Conjunto Orquestal de París y la Chapelle Royal con Herreweghe (30 de mayo), el Conjunto Schoenberg de La Haya (3 y 4 de junio) y la Academyof St. Martin- Sir Georg Soln in-the-Fields, que actúa con el contratenor James Bowman (17 de junio), son las acreditadas formaciones de cámara que tienen prevista su intervención. Hay que sumar a ellas la de la Orpheus Chamber Orchestra de Nueva York, junto a la que tocará Alicia de Larrocha (9 de mayo). La Orquesta de París dirigida por Sol i i cerrará el festival en un concierto gratuito en la Plaza Vendóme (Sinfonía «Heroica» de Beelhoven) el 1 de julio. El ballet tiene también su importante sitio: Dance Theatre of Harlem (3-8 de mayo), Ballet de Lausanne de Bejan (9 y 10 de mayo). Danza Teatro Koros (17 y 18 de mayo) y el Ballet de Francfort. Elisabeth Schwarzkopf y Gabriel Bacquier (y esto es significativa novedad) impartirán sendos cursos de interpretación del 2 al 7 y del 16 al 28 de mayo respectivamente. Como se ve, y sobre todo para una primera edición, se ha conseguido, en el papel al menos, un festival muy equilibrado, que conjuga, partiendo de mimbres de teórica excelente calidad, admirablemente lo nuevo con lo conocido, lo antiguo con lo moderno, sin caer en planteamientos ni demasiado facilones ni elitistas. En la manifestación, que organiza la Alcaldía de París y que dirige Jean-Albert Cartier, colaboran el Ministerio francés de Cultura y Comunicación y el italiano de Turismo. Importantes firmas aparecen como patrocinadoras: Air France, Grupo Ferruzzi, UAP, JP Morgan e Yves Saint Laurent. Para información se puede escribir a la oficina del Festival: 2, Rué Edouard Colonne, 75001, o llamar al teléfono (que atiende también reservas) 40 26 05 03. FOTO:DECCA Polonia es un país culto que tiene una importante tradición musical representada por nombres señeros como Moniuszko, Szymanowski o Lutosla wski, este último preclaro representante actual, en unión de Penderecki, de toda una estirpe creadora. No tiene nada de extrañar, por ello, que en esta nación, que tantos artistas ha dado en el campo de la interpretación (Rubinstein, Hofmann, Kiepura, Klecki, Rowicki, Zylis-Gara), exista una bien cuidada y organizada vida musical y que se puedan programar manifestaciones que no por escasamente conocidas en la parte más occidental de Europa tienen menos valor. A esta revista, que más de una vez ha mostrado su sensibilidad hacia figuras concretas de la música polaca (Szymanowski, Rubinstein, Penderecki...), incorporando en sus páginas trabajos extensos sobre ellas, le satisface poder dar noticia ahora de la celebración en Varsovta de los llamados Días del Gran Teatro, entre elI 29 de abril y el 8 de mayo. Se ha previsto lo que realmente puede considerarse un interesante festival en el que ópera y ballet se dan la mano. Al lado de dos obras básicas del repertorio wagneriano, como El oro del Rin y La walkiría, que cuentan con la solvente dirección musical de Roben Sa taño wski (director general y artístico del teatro) y la puesta en escena de hombres tan prestigiados como August Everding y Günther Schneíder-Siemssen, figuran títulos clave dentro del repertorio polaco como Rey Roger de Szymanowski —que también dirige el ubicuo Satanowski— o La plaza de fuego, espectáculo basado en parte del amplio ciclo de Moniuszko Libro de canciones para el hogar. Los nombres de otros importantes autores polacos —nada conocidos aquí— se encuentran en el interesante programa: Ludo mí r Rózycki, fallecido en 1953, de quien se ofrece el ballet Pan Twardowski (1921), con dirección musical de Agnieszka Kreiner; Witold Rudzinski, que aparece con su ópera Los maniquíes, y Edward Boguslawski, con La sonata de Belzebú, Las dos últimas cuentan con dirección musical de Satanowski. El omnipresente director interviene asimismo en el ballet El maestro y Margarita de Rainer Ruñad, mientras que Andrzej Straszynski empuña la batuta en la Cinderella de Prokofiev, que utiliza coreografía de Vinogradov. Las representaciones, que incluyen otras sesiones de ballet, con participación en algún caso de coreógrafos muy activos en occidente como Béjart, se reparten entre la sala grande y la sala pequeña de la Opera. La organización ha preparado también vídeo-shows de representaciones del habitual repertorio polaco. Scherzo 23 ACTUALIDAD Celibidache: maestrode obras marginales Bernard Haiíink Un Bruckner absoluto Vtem». Musikvereinsaal. 26-111-88. Bruckner, Quima sinjonio en si bemol mayor. Director: Bef- nard Haiíink. Después de la reciente visita a Madrid de la Filarmónica de Viena, con Abbado, ha sido del máximo interés la posibilidad de escuchar al conjunto en su sede y a las órdenes de otro maestro. La extraordinaria acústica de la hermosa sala del Musikverein fue esta vez un factor determinante para que los resultados rozaran la perfección. Bernard Haitink ha demostrado en numerosas ocasiones —en concierto y en grabaciones— su condición de consumado bruckner ¡ano. En los últimos tiempos el director holandés parece estar especialmente interesado en la Quinta Sinfonía, La página central del ciclo o ricial del compositor de Ansfelden es probablemente la que plantea un mayor número de dificultades interpretativas. Los problemas de construcción, transparencia y planificación dinámica se resolvieron admirablemente en la versión escuchada. Haitink arrancó una lectura titánica de una orquesta cuya tradición bruckneriana la hace capaz de proporcionar un color único. Las poderosas sonoridades, los contundentes unísonos se vieron englobados en una concepción general de la dinámica que cuidó igualmente todas las intensidades de la escala, debiendo resaltarse la magia de los trémolos en pianisimo de la cuerda. Una ejecución, por lo demás, llena de fuego e intensidad en la expresión. La respuesta de la Filarmónica de Viena se adentró en el terreno de lo milagroso. Magnífica la cuerda, delicada o llena de calor, sensacionales las trom pas —todo el metal de la orquesta tu vo a lo largo de la obra una actuación ejemplar— en el Scherzo, impresionante la entrada de los contrabajos en la fuga del Finale. En definitiva, una Quinta de Bruckner para ser recordada durante mucho tiempo. E.M.M. En una temporada que podría calificarse de sui generis, el rumano Sergiu Celibidache sigue dictando lecciones con su Filarmónica de Munich. Al éxito parisino con la Ociava de Bruckner (que en otoño interpretó en Munich, Linz y Berlín) y un programa RavelDebussy-Wagner difícil de olvidar, se unen las lecciones cotidianas en \a fábrica de Gasteig. Un buen aperitivo musical lo constituyó el concierto de la Sinfónica de la Radio de Baviera, dirigida por Leitner. La Sinfonía Primera de Hartmann, con la colaboración impecable de Hanna Schwarz y el Capriccio de Stravinsky, con el virtuosismo de Zacharias, dieron paso a la Sinfonía Clásica, la inefable Sinfonía n. ° 102 de Haydn, nunca suficientemente estimada (¿por carecer de subtítulo?) y demostraron el excelente conjunto que es dicha orquesta aunque no siempre pareció que estuviéramos oyendo una sinfonía clásica. El contenido del programa es digno de alabanza. No se puede pedir todo. El domingo de Ramos quedaba confirmada, abusando del tópico, la tesis de que Celibidache es un maestro de las obras marginales del repertorio. La distancia abismal se agranda en aquellas obras que no tienen una tradición interpretativa tan amplia como el repertorio más trillado. No cabe acogerse a las versiones conocidas: o se es músico y se hace música donde la hay, o se naufraga. Las Variaciones sinfónicas de Franck contaron con la colaboración de la sensible pianista Bashrikova, tal vez demasiado introvertida, pero siempre atenta a un maestro que juega el papel de humilde acompañante, con partitura en atril, y que va desbrozando los misterios de la orquestación de Franck, a veces trivial. La Quima de Sibelius (como todas las obras del programa, primera interpretación de la orquesta con esie director) es querencia de Celibidache, conocida por los aficionados del Teatro Real, de la que no se entiende absolutamente ni una palabra hasta que no aparece el final. Sí, es fácil hablar de equilibrio y color orquestal inimaginables para creer que entendemos o del solo de fagot en la cadencia del primer tiempo que da paso a la sección quasischerzo del mismo. Esto no son más que anécdotas de toda una búsqueda de la resolución del conflicto planteado por el primer movimiento. Sólo el depreciado final de la Sinfonía devuelve las cosas a su sitio y nos hace decir: ahora empiezo a entender algo. 24 Scherzo • • • * " • • ' - • • - ' - - " • • ' Donde hay que rendirse definitivamen-' te es ante la Sinfonía Clásica de Prokofiev, caramelito de repertorio donde el virtuosismo de las orquestas suelen convertir la música en circo. Si la radio de Baviera tiene a bien ceder a Radio Nacional la grabación del concierto, ustedes se harán una pequeñísima idea de lo que ocurrió en Gasteig. La simultaneidad de la fase discursiva y recursiva de la música, el efecto que la tercera mayor produce en una serie de tendencia introversa, la idoneidad del tempo elegido, el oírse absolutamente todo, la gradación de la tendencia no sólo de cada frase sino de cada movimiento dentro de una obra global son tan evidentes en conciertos como el de Munich que restan interés a lo que sucede después. Retorno a las fuentes: Rutina de lujuria En Munich nos aguardaba el Parsifal de Kollo, Molí y Sawallisch (que dirigió una divertida y bávara función de La Mujer silenciosa de Strauss, por mu- cho que esté ambientada en Londres). La lujuria y la rutina de todo Parsifal es todavía mucha competencia para la Misa de Bach que la Filarmónica de Munich debía haber interpretado con Giulini, enfermo como Fassbaender, sustituido por un eficaz director de Leipzig, Jórg-Peter Weigle, que, con el mérito y valor de afrontar la sustitución a última hora, nos dirigió la missa brevis en si menor de Bach. Esto no es culpa suya, sino del que esto firma. No entendí nada. La orquesta muy bien, Arleen Auger estuvo sobresaliente, Araiza seguía cantando La Mujer Silenciosa. El semivacío provocado por el Parsifal no impidió el éxito de público, muy generoso, ni el casi lleno del segundo día. Ni los tiempos elegidos, ni la manía de dirigir a los solistas, ni el esfuerzo circense pedido al Coro filarmónico, entran en lo que Bach escribió, pero esto es una opinión minoritaria. El Viernes Santo sí soportó la competencia de la Malthaus-Passion leída en el Kongressaal del Museo Alemán por la Orquesta y Coro Bach, dirigidos por Hanss-Martin Schneidt. No es exactamente un maestro de técnica depurada, de maneras más bien militares, pero Bach corrió a tal velocidad por el Museo Alemán, espantado por la pasión de nuestro señor y por la saña de sus ejecutores, que ninguno sintió nada la sepultura del concierto. Pepe Ginestai 5 \ i;"; •* "VIII CURSO INTERNACIONAL DE MÚSICA HISTÓRICA" Mijas 17 al 30 Julio/88 PROFESORES Isabeüe POVLBNARD Canto Frangoise LENGUELLE Clave Pere ROS Juan C. RIVERA AldoABREU Philippe SUZANNE BarrySARGENT Eduardo LÓPEZ Germán TORRELLAS Viola Da Gamba Laúd y Vihuela Flauta de Pico Flauta Travesera Barroca Violín Grupo de Cuerda Música Coral y Policoral Barroca . , ; , - r-- r DELEGACIÓN MUNICIPAL DE CULTURA EXCMO. A YUNTAMIENTO DE MARBELLA .1 L •* ti 1 Z . _ _ :íl Consejé 13 43 Lps. editados 30 Primeras Grabaciones Mundiales 8 Prem ios Nacionales del Disco etnos NOVEDADES: A. SCRI ABIN Estudios Op. 8 Poema Trágico Op.34 Preludios Op.74 GUILLERMO GONZÁLEZ piano A. SCR1ABIN: Estudios, Preludios TONADILLAS ESCÉNICAS DEL X VIII REEDICIONES: - AGUILERA DE HEREDIA Migue] del Barco, órgano - BLASCO Dh NEBRA 02-C XIV Josep Colom,pinito etnos también 02-A XIII JOSF FERRFR 02-A-EX Almudcna Cano,piano CARLES BAC.UER 02-A-XX! Jordi Vilaprinyó./iw/Kí - ANDRÉS GAOS 02-A XII Joan Molí, pruno ROMÁN ALIS 04 A-XVII Alberto Gómez, DISTRIBUYE: - Los discos de la A.C.S.E. (Asociación de Compositores Sinfónicos Españoles) Ai. Alonso, M. Ángulo, M Astns Arhó, J. ,W. Bi-rca, A Bertomeit. J. Briz, F. Cano. R Cauro, J i. Délas, J R. En, mar. J.J. Falcan, J. García Román, R. Graba. C. Hatj'fter, F. ¡barrando. A. Larrauri. E. López, E. X. Matías. A. M. Pompey, R. Olmos, F. Otero, L. de Pablo. F. Remacha. R. R Albert, J. Rodrigo, E. Romero. - La colección de la CAJA DE AHORROS DE ZAMORA 2. ANTONIO JOSÉ Orquesta Nacional de España Jesús López Cobos 1. ALONSO DE TEJEDA Coral de la Capilla Clásica de León, Ángel Barja - 1. F.UCENIO GÓMEZ Antonio Batiera piano La colección d d M.E.C. "MONUMENTOS HISTÓRICOS DE LA MÚSICA ESPAÑOLA" (31 Lps.) \IIIM MIMII-I I K I ! I > ~ III | V MI M i V I > l ' l \ l l l \ ^Hi»ri• niniI^'I'L'IL- r kvniLnr iiuiir.H^LiiL-l IV|VTITII i --u ^. r V j t i i m •: iw.-.tcitu i\\ji-\, innt.iLMiiinn ii^• nJTcil.ITivIIK\ HL-I .I^LIII IL'I Knsaladas tic Música enla Gortl Maleo Flecha, el Viejo etnos MÚSICA CLASICA ESPAÑOLA — -jfifíRn - M i n n i n -^. Tfnn ESTUDIO De música y toreo íia inquietud para estas reflexiones me viene ya de antiguo. ¿Por qué me interesan tanto ¡a Música y ¡os Toros? ¿Habrá una causo o razón común? Joaquín Vidal, crítico taurino de El País, me invitó a escribir sobre la cuestión para la isidrada de 1985, y entonces pergeñé unas rápidas asociaciones de ideas para un espacio muy tasado. Los responsables de Quites, excelente publicación taurina que edita anualmente la Diputación Provincial de Valencia, se interesaron por aquel articulito, así que les hice una segunda entrega un poco más generosa fn." 4, ¡985). Después, los de José y Juan, la vieja y asolerada peña que me honra contándome entre sus miembros, me invitó a hablar sobre la materia en su ciclo de conferencias de ¡986. Faltaba, pues, la publicación en un medio musical; SCHERZO se ha decidido a ello en el mes taurino por antonomasia, mayo. A unque la posibilidad de conferencias sigue abierta, mi intención es no escribir más sobre Música y Toreo, al menos por el momento. El desarrollo del esbozo que hoy acoge SCHERZO requiere el tiempo moroso de los jubilados, y yo estoy aún lejos del evento. También creo oportuno advertir que este artículo no intenta echar su cuarto a espadas en la añeja polémica toros sí-toros no, que se prolongará mientras exista España. Mi pesquisa no persigue lo accidental, sino, dentro de mis posibilidades, los substantivo del ser. L as relaciones entre las Artes son múltiples y así son también entre la Música y el Toreo. Después de la revelación de los ballets rusos, que coincidió con la llamada Edad de Oro del Toreo, se comenzó a hablar de ballet trágico, aplicado a la corrida. Pero al aficionado taurino no le agrada este punto de referencia, pues en el loreo, cuanto menos se baile, mejor. Aproximadamente desde 1983 a esta parte —me refiero ahora exclusivamente a España— se trazan paralelismos entre la ópera y la corrida de toros. La ópera, denostada hasta ayer mismo como caduco código de identificación de la burguesía, ha sido redescubierta como espectáculo total que ha de hacerse asequible al pueblo: ejemplo de la paulina revelación, el Ótelo ofrecido no hace aún mucho en el estadio del Club Atlético de Madrid. Los toros, puestos en entredicho como causa-con secuencia del secular atraso hispánico, han sido redescubiertos también como manifestación de la más genuina «cultura popular». Los neoanalfabetos «omniopinantes» creen haber «desvelado» de repente la relación de parentesco «a nivel de» divo y lorero por su enfrentamiento público, en cuestión de segundos, al éxito o al fracaso. A un lector con información musical no será preciso intentar describirle aquí qué es la ópera. Por el contrario, sí conviene señalar esta diferencia sustancial de la ópera con la corrida de loros de muerte a la española: la ópera, como todo el teatro, es representación; la corrida es inmolación. Cuando, por continuar con la cita de Ótelo, cae e! telón con los postreros estertores del celoso moro y el complacido público —si es éste el caso— reclama con sus aplausos a los cantantes, allí comparecen la asesinada Desdémona y el suicida Ótelo cogidos de la mano y con la sonrisa en el rostro, para recoger los aplausos y los ramos de flores. En la corrida, el matador recibe —también si es éste el caso— la admiración popular; pero al toro —salvo devolución al corral— lo arrastran siempre las mulillas, y sobre el albero queda el rastro inequívoco del cumplimiento inexorable del destino, de la sangre del animal a veces mezclada con la de sus lidiadores. Cuando estos charlatanes de todo comparan al divo con el torero se están refiriendo en realidad al as, al number one destacado de la masa por la práctica de una técnica: el tenista, el futbolista, la estrella de cine, también el cantante y el torero. Por otra parte, confunden la guardarropía de la grand'opera con la guardarropía de la corrida, pues hoy, cuando apenas se representa la grand'opera genuina, todo espectáculo operístico que se precie tiende a lo grande. Toda esta confusión proviene de la previa degradación del concepto de Gesamtkunstwerk (Obra de Arte total), que desde Thomas Mann a esta parte no es más que la diletantesca acumulación de arles especializadas y separadas. Pero la teoría y la práctica de la obra de arte total, una vieja aspiración de nuestra cultura, no consiste en la acumulación de elementos poéticos, musicales, mímicos y escénicos; consiste en el carácter sacro de la representación dramática presente en la tragedia griega y al menos en la voluntad que impulsó la creación del drama musical. Algo parecido sucede con la corrida de toros. Cuando se dice a tontas y a locas que es un espectáculo total, se habla de la acumulación de sus procedimientos. Mas si el toreo aspira a la obra de arte total no es a consecuencia de sus procedimientos, aunque yo sea un convencido de que el toreo sin técnica — sin destreza, oficio o marta— es una pura barbarie: e! toreo aspira a la obra de arte total porque desarrolla bellamente un ritual de inmolación necesaria o trágica que diviniza traslativamente al dominador y matador del toro, convirtiéndolo en dios para la comunidad de creyentes formada por el público. En el drama musical el dios está ya dado, es el propio autor, y la ceremonia de su representación es el ritual por el que los creyentes participan de la función redentora implícita en la tragedia. Scherzo 27 ESTUDIO j otra cuestión muy interesante: eT rfcinio de la ópera y el del loreo. El teatro italiano tiene forma de herradura. Lo máü característico en él no es el escenario, ni el foso, ni c! patio de butacas —un espacio desjerarquizado y promiscuo—, ni tampoco la galena o gallinero, a la que suele acceder se por una calle lateral y una escalera meramente utilitaria. El elemento determinante es el palco con el antepalco y las cortinillas, el espacio donde se concreta la propiedad y la jerarquía, que es el verdadero espectáculo, la auiéntica representación. El teatro de herradura no está hecho para oír y ver ta ópera, sino para la manifestación y la vigilancia sociales. El Fesispielhaus de Bayreuth es otra cosa y no tiene más imitaciones que el Prinzregementheater de Munich. La sala del Festspielhaus forma un segmento de circunferencia con las filas dispuestas en graderio. Al diseñar su teatro ideal, Wagner se inspiró en el espacio teatral griego, que adoptaba la forma de un graderio semicircular cerrado por la orchesira, esto es, el escenario. El Festspielhaus de Bayreuth carece de palcos laterales. Su sala es un espacio para ver > oír, para concentrar la atención en la representación, es decir, en el ritual artístico encerrado dentro del circulo (que este espacio fuera ideado para representar El Anillo del Nibelungo, obra circular, no es obviatoiente una casualidad, aunque ahora haya que dejar inexplorada la relación: baste su constancia). El circulo no tiene principio ni fin. ¿Por qué las plazas de toros son circulares y tienen forma de graderio? Puede darse respuesta con argumentos meramente visuales o de la técnica de la lidia: el circulo evita la huida del toro y reduce su tendencia a aquerenciarse. Mas yo creo que se da aquí la reminiscencia del escenario de la tragedia griega, donde el hombre era vencido por el deslino. Prestemos breve atención al comportamiento del toro que llamamos bravo y al del que llamamos manso. Este último quiere sólo romper el circulo, saltando en huida vergonzante la barrera, o eliminarlo aquerenciándose en el reducidísimo espacio de terreno donde puede defenderse mejor; por el conirario, el toro bravo acéptala fatalidad del circulo, y en los medios o en el terreno que le marque ejsjípmbre que va a ser su matador él ífeirriora el circulo describiéndose alrededor de la verticalidad de su dueño, del hombre que sabe llevarlo en ese giro que sólo será interrumpido por la recuperación de la recta, por el vuelo mortal de la estocada. mente viciada de esa radical diferencia final que antes señalé: la corrida no es representación, sino inmolación. Además, Richard Wagner el amante de los animales que en su vejez se manifestó públicamente en contra de la vivisección y en su juventud juró no volver a disparar contra un irracional el día que le trajeron una liebre abatida por su escopeta y le dijeron: «¡Esta es su liebre! », mientras la zamarreaba el perro, seguramente se horrorizaría si pudiera leer las disquisiciones de un cruel latino que se atreve a tender puentes entre manifestaciones artística-* en principio tan distantes entre sí (*). la verdad es que el toreo y la corrida han inspirado siempre mucho más a lab artes plásticas, escultura y pintura, que a la música. Los pasodobles, asociados frecuentemente con motivos taurinos, son una manifestación más del costumbrismo español. Las bandas los tocan indistintamente en los actos corporativos, en el baile y en los toros, pues todo ello forma parte de la Tiesta popular. Es significativo que la única plaza donde las faenas de muleta —o el tercio de banderillas— no son amenizados por la banda es la de Madrid. Cuando algunas voces piden: «¡Música!», inmediatamente surgen otras que reclaman silencio y proclaman: «¡EMO no es un pueblo!». La exclamación negativa suele ser despectiva y. como la!, necia; pero subraya y confirma la condición marginal del pasodoble en relación al toreo. En Madrid, tan grande y amorfo, la fiesta popular y el costumbrismo apenas están presentes en la corrida. La ceremonia de inmolación, aquí más evidente, no necesita de músicas mayores ni menores. El pasodoble puede ser un objeto de análisis interesante al considerar la música de los toros, pero no tiene nada que ver con la estructura de la corrida. Mas con ser lodo esto no poco fascinante —al menos yo lo creo así— y merecedor de mayor análisis, la específica relación entre el drama musical y la corrida de toros me parece igual- {*) No obslimc. llama la atención que W J * ncr. que hablo de casi todo, no dijera nada sobre los {oros. Liszi había eslado en Empana. Wagner Lümrda bien nucMra liierarura del Siglo de Oro y consideraba a la España de su deiripo un nHción en decadencis:~— 28 Scherzo También llama la atención la penuria de obras musicales cultas taurinas. En algunas zarzuelas los loros son siempre un elemento costumbrista más. Tres o cuatro obras relativamente un portantes —el Llamo a la muerte de Ignacio Sánchez Mejias, de Mauricio Ohana, sobre el poema de García Lorca; la Oración del Torero, de Joaquín Turina, posiblemente la tauromúska más lograda dentro de la estética llamada nacionalista— no hacen sino confirmar la pobre/a. Algo parecido sucede con las artes narrativas: la literatura y el cine han hecho escasamente justicia a los toros. Las Águilas, de Pinillos; Juan Belmonle matador de loros, de Chaves Nogales; Torero, una película mexica- na que protagonizó Luis Procuna; La corrida fantástica, un documental francés donde los lances del toreo, ral en tizad os, se convenían en manchas plásticas sostenidas por los abstractos acordes de. viejas composiciones para órgano... Poco más. El llamado planeta de los toros es muy burocrático. Su código de relaciones es prosaicamente mercantil. Dentro de él, la única grandeza está en el acto mismo del toreo. que es autónomo y casi intransferible a otros medios de expresión. La potencia del Toreo es tal, que rechaza casi siempre cualquier lenguaje reforzador. Si. ya sé, hay quien llegados aquí estara pensando en Carmen, con lo que recesamos a la ópera. Pues no, la obra de Bizet no versa sobre un asunto taurino. El toro y el toreo no están presentes en la entraña del drama. La corrida es aquí un tópico español, telón de fondo, pintoresquismo, color local. Precisamente, lo más endeble de esta ópera es la españolada, al borde del ridículo en el desfile de las cuadrillas. Kscamillo es un as de clase baja; por eso consigue la admiración de Carmen, que pertenece al mismo mundo. Don José, encarnación de la autoridad y la jerarquía, se degrada al vulnerarlas e implorar a Carmen, al hacerse juguete en manos de ella. la fatalidad surge del choque de imposibilidades. El circulo Eros-Tánatos, que es el elemento profundo asociable con el ritual de inmolación de la corrida, ¡¡ene que cerrarse o cumplirse biológica y socialmente. El drama de Carmen es universal. Carmen Jones, la reinterpretación del mito más válida hasta el presente, demuestra que iodo color local es accesorio a la entraña del drama. Por ello la insistencia en la ambientación laurina puede producir monstruos como aquella emisión, La ópera en Sevilla, que no hace aún tres años realizara RTVE. Jean-Pierre Ponelle y Plácido Domingo, dos nombres prestigiosos. El marco, el incomparable de la Maestranza sevillana. Don José aparecía como un soldadopresidiario en la linea de Wozzeck. Carmen, con mantilla blanca. La Maestranza, vacía, anodina, impersonal, fría, sin completar el circulo de su mayestática fatalidad, convertida en mero decorado. El resultado era una muerte de guardarropía por mucha cara de pena que pusiera el tenor. El falso ritual de inmolación no producía dioses traslativos. También los divos se han hecho al fin agnósticos. Para encontrar otras relaciones entre la Música y el Toreo hay que tener en cuenta el hecho de que la actual corrida de toros cuenta con poco más de dos siglos de existencia. No es una reliquia del pasado. Puede ser un atavismo, mas en su formulación, tal como la conocemos, es hija del Siglo de las Luces. Por otra parte, en la segunda mitad del siglo XVIII se estabilizó el sis- ESTUDIO o por bajo, para encelar al animal £ ahormar su embestida; el natural o r e ¿ _ guiar para fijar definitivamente el te¿= rreno, templar ta acometida y mandar-' en ella; el de pecho obligado, para va^=" ciar la suene, producir el silencio y de jar al loro otra vez en el terreno más= adecuado para proseguir la faena e.-f consumar la muerte. Esta puede realí— zarse de ires maneras, a volapié (cuando el matador va al terreno del toro para clavarle la espada), recibiendo (cuando el toro es llamado al.terreno del torero) y al encuentro (una suerte intermedia). Naturalmente, la estocada puede darse en cualquiera de los tres terrenos de la lidia, pero al ser su movimiento recto, las suertes posibles son sólo dos, !a llamada natural (cuando el toro es vaciado hacia afuera y el toreAdemás, el toreo coincide con la múro sale por los adentros) y la contraria sica en MI naturaleza temporal. Ei to(su inversa). Pero además, la estocada reo nace y muere con cada suerte, con puede ser entera, media o simple pincada lance, con cada pase. La música .cjiazo y caer colocada delantera, en lo está codificada normalmente en la par- alto o ida (pasada), en la vertical, y en titura, pero no existe si no se hace solo alio, desprendida o baja, en ID horinido perceptible, pues nace y muere con zontal. En fin. el tiempo de que di&pocada nota, con cada silencio. He aquí .jie el matador en el último tercio es de otra, lie las razones de que el toreo no %iince minutos (múltipfo de tres), cusea buena fuente de inspiración musi- yo transcurso se anuncia con tres avisos, y hasta la estructura de algunas cal; como toreo y música pertenecen a plazas (tendido, grada y andanada) y la misma magia, la hipotética partitula jerarquización económico-social del ra taurina seria duplicación o mero público (sombra, sol y sombra, sol) enacompañamiento. Fin «1 clasicismo, la tran en este juego dominante del tres música se fundamenta en la alternancia rítmica del número dos y del núme- que es posible que pueda tener muchas causas y explicaciones .pero que en toro tres —compases binario y ternario— > en la estructural formal basada en esle do caso es estructuráflfc¿'í¿,Hjj(i último: el trítono, el esquema A-B-A de la forma Sonata y el dinámico de No se agotan con esííí JaTaSociacioAllegro-Adagio-Allegto, aunque el nes enlre Toreo y Música. En el torco cuarteto y la sinfonía han tendido a una hay tres elementos de expresión musidisposición cuatriparlita. 1 V \'cales. La música clásica se construye Pucsbien, estos mismos números tie- con la repetición y la variación temáticas articuladas por medio de transicionen imponencia decisiva en el toreo y nes. En el toreo a la repetición, que es en la corrida, que es su maniíestación pública más codificada, más raciona- condiiio sine qua non, la llamamos lilizada. En el ruedo circular, sin princi- gar, esto es, construir una secuencia pio ni fin, tres terrenos de lidia: los con la insistencia temática, en este camedios, el tercio, lab labias. Tres ter- so la insistencia en el mismo pase, en cios pata la üd¡a completa: las vaias, el mismo terreno y en la misma unidad las banderillas y la muerte, realmente de embestida. A la variación..., bien, ha habido toreros decididamente muampliados a cuatro partes —como el cuarteto y ¡a sinfonía— al haber gana- sicales. Uno de ellos, si no el primero, fue Antonio Bienvenida, cuyo toreo ha do hoy la faena de muleta autonomía en relación a su antigua finalidad de sido comparado con las sonatas de Domera preparación de la muerte del to- tnenico Scarlaiti. En la feria madrileña de 1959, en una corrida bautizada ro. Por lo común, tres matadores y tres banderilleros en cada cuadrilla (nueve a prion «el salario del miedo» y que en total). Para sangrar al toro y medir luego resultó triunfal (los otros dos essu bravura «da reglamentado que la res padas fueron Pepe Luis Vázquez > Julio Aparicio), Amonio toreó a un debe recibir al menos tres puyazos; al contrario, srtiown reglamentarios dos sobrero de Juan Amonio Aharcz expares Je banderillas, pero el uso con- clusivamente ton la mano derecha, resuetudinario ha impuesto el tercer par pitiendo y, sin embargo, variando de pali|rcK)ues. Los lances de capa fun- gracias a sutiles alteraciones armónicas damentales son tan sólo tres: a una ma- —distancia, altura, compás, tiazado— no, paía recoger, fijar y medirle al toro el tema del toreo con la diestra. Queda los pies que trae; la verónica, para pa- aún la transición, el silencio expresivo, rar, templar y dominar; y la media, pa- la breve modulación, un ritardando, un ra recargar el dominio al dar paso a la crescendo... Dominare! arte déla tranpausa, al silencio. Así ocurre igualmen- sición permite al compositor esa conte con los. pases de muleta fundamen- sonancia tantas veces diada por tales: elayudado a dos manos, por alio Bergantín al referirle, en la Música C*^ tema lona!, que dio vida a la gran música europea durante casi dos siglo? Esta coincidencia cronológico-cultural hace que la Música y el Toreo, constitutivumeme irracionales, aparezcan fuertemente racionalizados en su expresión clásica. Hoy apenas decimos poesía i líbica, teatro clásico, pero si decimos constantemente música clásica y ¡oreo clásico. Música clásica sign i rica lo culta, por extensión; mas en rigor es aquélla dei máximo equilibrio entre forma y fondo, es decir, la perfecta roúsica racionalista de Haydn y Moíart. Toreo clásico es el depurado, el ortodoxo y métrico, el que sigue las j ^ for decirlo coajna palabra. el J 6 ét ¡a yoz qvr acordada' ~ se escucha, mústea es En el toreo la transición es el rema te, el salir airoso, el silencio o pausa para continuar o cambiar de mano. Esto es lo que hizo maravillosamente Antoñete la tarde de su última apoteosis en Las Ventas (1985), modular el salir de la cara del toro para volver a escoger el terreno, llenar el silencio de! tpr la pausa entre las secuencias de !• f ena, con el recuerdo de la mú$iaa«s uchada y la anticipación de I4 Í t 4 pa otra,#es a-depararnos. La identidad musical deHOft» tp echo que en muchos españoles se tlé la afición a ambas Arte*. Por supuesto, no todos los melómanos son taurófilos y viceversa. Citaré, a título de maro ejemplo, dos nombres importantes Jntre estos seres singulares bendecidos por la fortuna: Antonio Peña y Gofli. director de l.a Lidia y a la vez destacado critico y escritor musical; Gerardo Diego, el más taurino de nuestros poetas y el más musical de nuestros taurófilos. Una de las cosas que ahora hay que dejar en el tintero es el análisis de (artoincidencias en las preferencias dentro de esa doble afición: ¿belcantismo e Halíanismo predominan en los partidarios del florido toreo sevillano?, ¿wagnetismo y germanismo, en general, c¿irtciden en los admiradores del soljfrié y profundo toreo rondeño? He aqtft una cuestión de hemeroteca para eíeiicmpo moroso del jubilado a que p e refeícornienzo de estos iv • .• • > , Por último, dentro y fuera de fcspafia gentes bien intencionadas, pero algo desinformadas, me han mirado a veces con horror at oírme decir que dos gozos estéticos supremos en mi vida jon las representaciones de Parsi/al (Knappertsbusch/Wieland Wagner) que presencié en Bayreuth (1962 y 1964) y la arquetipica faena —un preludio del Clave bien templado— que Rafael Ortega, el gran matador de la isla de San Fernando, le hizo a un toro de Higuero el día del Corpus de 1967, la misma tarde que Curro Romero salió de la plaza detenido por negarse a matar en Las Ventas ul segundo de su loie. Estoy seguro de que el wagneriano y frascucüsta Peña y Goñi comparte mi entusiasmo desde su Olimpo presidido por Euterpe y el dios Tauro. r A nnal Scherzo 29 ENTREVISTA Esa-Pekka Salonen, el pequeño gran músico pcos músicos, directores o no, dan la impresión de tenerlo tan claro como el joven director finlandés Esa-Pekka Salonen. A sus veintinueve años, Salonen parece que ya lo ha vivido casi todo: ha dirigido a casi todas las mejores orquestas del mundo, tiene una larga experiencia como compositor, ha logrado publicar casi todas sus composiciones en una de las más prestigiosas editoriales, la Wilhelm Hansen Edition, y, por si fuera poco, desde hace tres años es el Principal Director Invitado de una de las centurias míticas del globo, la Filarmonía londinense. El pasado año, Esa-Pekka Salonen vino a dirigir a España por primera vez. Lo hizo al frente de la Filarmonía, dentro del último Festival de Otoño de Madrid, y su actuación causó un cierto revuelo entre la crítica musical. Inmediatamente surgieron ¡as opiniones encontradas, y, mientras que para unos no pasaba de ser un camelo, para otros se revelaba como un auténtico genio, a pesar de su extrema juventud. Ni tanto ni tan calvo. Lo que sí es cierto es que Esa-Pekka Salonen es un gran músico, que tiene un magnífico futuro por delante y, lo que es más importante —como puede observarse a lo largo de la entrevista que sigue a continuación—, no tiene ninguna prisa. Ahora, Salonen vuelve de nuevo con la Filarmonía a España, en esta ocasión para inaugurar la 37 Edición del Festival Internacional de Música y Danza de Granada los próximos días 18 y 19 de junio. El director comienza la conversación comentando la portada de un ejemplar de SCHERZO que le ofrecemos. P 30 Seherzo ENTREVISTA SA-PEKKA SALONEN: ¿Carlos Kleiber? ¿Ustedes saben que soy un fan incondicional suyo? Cuando él dirige una obra, se sale de la rutina, deja de ser algo normal, cotidiano... Consigue que todas las notas de la partitura cobren vida propia. ¡Es increíble! Me llama también mucho la atención que mantenga un repertorio tan pequeño. En realidad, no dirige nunca más de diez o doce obras, claro que, éstas suenan siempre frescas, llenas de vida. Es como si sonaran por primera vez. También soy un entusiasta de su padre, Erich Kleiber. —SCHERZO: Pero, ¿no cree que Erich Kleiber era más grande que su hijo? —E-P.S.: Son diferentes, aunque por supuesto tienen muchos puntos en común, como por ejemplo la precisión tan meticulosa. De (odas formas pienso que han vivido tiempos difereníes. —S.: Hablando de tiempos diferentes, ¿cuál cree usted que es la diferencia fundamental entre aquella gran generación cenIroeuropea de los años cincuenta y la actual, la de los más jóvenes: Simón Rattle, usted,..? —E-P.S.: Pienso que nosotros tenemos una mentalidad diferente, aunque se acerca a la filosofía y a la forma de trabajar de aquéllos. Entre unos y otros ha habido dos generaciones intermedias, la última sobre todo se ha dicho que era la generación del reactor. Y esto ha terminado para nosotros, los más jóvenes. De todo esto hemos hablado mucho Simón y yo. Dirigir una semana en París, otra en Berlín y la tercera en Viena no nos interesa. Nos parece mucho más interesante construir una estrecha relación con una orquesta, al igual que se hacia entonces. Simón lo ha hecho en Birmingham y yo lo he conseguido con dos o tres orquestas. —S.: De todas formas, en el caso concreto de usted parece todo ¡O contrario, pues en menos de cuatro años ha dirigido a las orquestas más importantes de Europa y América. En realidad, le ha cundido mucho el tiempo. —E-P.S.: Cuando empecé mi carrera como director, lo que más me interesó en un primer momento fue poder dirigir a las mejores orquestas del mundo. ¿A quién no le gusta dirigir a la Filarmónica de Viena o a la de Nueva York? Pero, para llegar a ellas antes tienes que hacerte un nombre. Hoy la cosa es muy diferente para mí. Durante estos cuatro últimos años he dirigido por todo el mundo, ahora ha llegado el momenlo de aclarar mis ideas, decidir qué es lo que quiero hacer. Y lo que quiero hacer es dirigir, como ya les he dicho, só!o a un número pequeño de orquestas y hacer giras con ellas, de manera que la relación musical se vaya haciendo cada vez más estrecha y, a la vez, más intensa. flexibles, tienen más voluntad de cooperación. —S.: Usted está claramente decantado por la música que se hace hoy e incluso varios observadores musicales coinciden en que usted es un especialista ya en este tipo de música. ¿De dónde nació su interés por Lutoslawski o Messiaen? —E-P.S.: La música de este siglo es mi entorno natural. Lutoslawski puede ser perfectamente mi abuelo, es lo mismo que le ha ocurrido a Karajan con Richard Strauss. Para mí Lutoslawski no es la vanguardia, es la música cotidiana. Por otra pane, no creo en los especialistas, al fin y al cabo la tradición cultural de nuestra música es corta, y, en definitiva, todos estamos especializados ya desde el momento que la hacemos. Ser especialista dentro de un grupo de especialistas es algo que no me gustaría. —S.: ¿Ha tenido algún contacto directo con Lutoslawski antes de interpretar sus obras? —E-P.S.: No, le he conocido recientemente, inmediatamente después de grabar su Tercera Sinfonía. Pensé que era más interesante primero conocer la partitura en sí y después conocerlo a él personalmente. Tampoco quise conocer su interpretación antes de hacerla yo. —S.: Usted es también compositor e incluso, últimamente, acaba de publicar la Wilhetm Hansen una parte de su obra orquestal. ¿Qué nos puede decir de su faceta de compositor? —E-P.S.: Me considero un compositor vanguardista influido por Boulez, Stockhausen y Berio, sobre todo este ultimo ha ejercido una gran influencia en mí forma de componer. Yo estudié composición en Italia con Franco Donatoni y Niccolo Castiglioni, y aunque es difícil describir el ambiente de este grupo, lo cierto es que influyeron de una forma definitiva en mí. —S.: ¿No cree que existe el peligro de que la música de hoy se acabe con estos grandes nombres: Berio, Stockhausen, Nono..., que no hay una nueva generación de compositores que pueda reemplazar a ésta, que ahora tiene mes de cincuenta años? —E-P.S.: En la actualidad no existe un grupo tan definido como éste del que hablamos y que lanto ruido hizo después de la Segunda Guerra Mundial, pero hay mucha gente que compone cosas muy interesantes. Si no existe un grupo en el que se pueda integrar a varios compositores, es porque hoy nos interesa escribir música y no sobre la música, como hicieran la generación de Siockhausen y compartía. Creo que, en parte, ésta es la razón por la que no aparecemos definidos como una generación concreta. —S.: Pero, ¿piensa usted que esta nueva generación tiene una idea clara hacia dónde dirigirse, ¿qué hacer? —E-P.S.: Por supuesto... En este momento se eslán haciendo cosas muy interesantes, lo que ocurre es que se hacen fuera de los centros culturales clásicos, de ahí que tengan una menor repercusión. Para mi las fuentes tradicionales de vanguardia, como Francia o Alemania, no tienen ningún interés especial hoy por hoy; sin embargo, en Escandinavia, Inglaterra o Norteamérica se están escribiendo cosas de un enorme interés. Yo, cuan—S.: ¿Qué diferencias ha encontrado entre las orquestas ame- do escribo música, soy consciente de que estoy utilizando el ricanas y las europeas? ¿Cuáles prefiere usted para trabajar? mismo lenguaje que fue inventado después de la Segunda Gue—E-P.S.: En América el nivel técnico medio es altísimo. Tie- rra Mundial y que se denominó serialismo. ¿Por esta razón soy nen una capacidad de aprendizaje increíblemente rápida, están yo un pos t -ser i alista 7 No, para mí esle lenguaje es tan natural muy bien preparados. Para un director joven, como yo, es más como para Haydn era el de la Escuela de Mammheim; al usarlo no nos paramos a pensar en su aspecto revolucionario, no, lo fácil trabajar con eslas orquestas que con las europeas. Aquí en opeas, rtqui er hacemos de una forma compleEuropa cuando llegas a dirigir a tamente normal, natural... una gran orquesta, las primeras —S.: Dejando a un lado el veces se hace muy difícil, pues • mundo de la composición acellas ya tienen su concepto de có' lual, si le parece hablamos de su mo interpretar la obra que estás ensayando y, si el director es joLutOSlaWSKl carrera de director. Cuando usled ven, aún se hace más difícil que nO es la comenzó a dirigir, además imponga su criterio. En cambio, vanonarHta PÜ A A de trabajar con varias orquestas con las orquestas americanas esVanguardia, es m m escandinavas, estuvo también to no ocurre, son mucho más 44 VL i. Luí la música Cotidiana ¥ J haciendo ópera, primero en FinScherzo 31 ENTREVISTA landiay después en Eslocolmo, donde llegó a cosechar un gran obras o participara en la interpretación de las mismas tocando éxito con la nueva producción de Wozzeck, que se estrenó du- el bajo continuo o el primer violín. Había más comunicación rante ¡a temporada 1983-84, ¿Por qué ha dejado de dirigir ópe- entre el intérprete y el creador, y ahora esto no ocurre. Por lo ra después de estos primeros años? ¿Ha hecho ópera en otros demás, creo que es muy positivo compaginar las dos facetas, teatros? siempre y cuando no se desequilibren. —E-P.S.: Fundamentalmente por falta de tiempo. Mi expe—S.: ¿Su cercanía con la música que hoy se hace es lo que riencia operística es muy limitada, sólo he hecho ópera al comienzo de mi carrera y en los teatros que ustedes han apuntado, le lleva a dejar un poco apartada la música de los siglos XVIII pero ahora voy a volver a hacerla de nuevo; el próximo año, y XIX? —E-P.S.: No necesariamente, además ahora no sólo dirijo múdirigiré Wozzeck en Florencia. De todas formas, no soy amante de la ópera; me gusta, pero no me interesa demasiado. Tampo- sica contemporánea, sino también la de otros compositores como por ejemplo; Mahler, Sibelius, Bruckner, Mozart, Haydn... co soy muy amigo de Verdi o Puccini... No obstante, encuentro muy atractivo poder montar óperas con interés dramático. El Sobre todo me interesa mucho Haydn, su música me resulta muy pasado año conocí a Ingmar Bergman y discutimos mucho so- excitante. Fue al principio de mi carrera, entonces sólo dirigía bre estos temas, sobre las posibilidades de la ópera actual, de música contemporánea, por eso empecé, quería dirigir mis prohecho pensamos en trabajar juntos en el futuro. Pero, lo que pias obras. Fue después cuando me di cuenta de que podía vivir realmente me interesa de la ópera es poder desarrollar una acti- de la dirección. De la composición es imposible vivir, a nadie le interesan los compositores hoy en día. Luego seguí dirigienvidad conjunta con el director de escena y los cantantes, trabajar en equipo desde el primer momento, y, claro, esto no es do poco a poco, ampliando el repertorio..., así hasta aquí. posible en la música sinfónica. —S.: El hecho de empezar su vida musical como compositor —S.: ¿Cómo compagina su labor de compositor con la de di- y conocer perfectamente las técnicas más vanguardistas, ¿ha facilitado su comprensión de las obras, sobre todo ¡as del siglo rector? —E-P.S.: Para componer necesito mucho tiempo, generalmen- XX? Por otro lado, su forma de dirigir, de marcar... parece te períodos largos como mínimo de tres o cuatro semanas, y es- estar muy influida por la técnica con la que se dirige la música to es difícil de conseguir si estás constantemente dirigiendo. Por contemporánea... eso, en el futuro, me gustaría dirigir menos y componer más de —E-P.S.: Creo que todos los intérpretes están influidos por lo que compongo en estos momentos. La distribución ideal se- su propio medio, su visión persona] y la tradición cultural. Mi ría poder dedicar a la dirección no más de treinta semanas al tradición cultural es la de una sociedad moderna, digital; por año y componer durante las otras veinte restantes. eso es lógico que todo ello influya en mi forma de hacer música, con independencia de si ésta es antigua o moderna. Lo cier—S.: ¿Y descansar? to es que para dirigir bien a Stockhausen es necesario conocer1 —E-P.S.: Bueno, con un par de semanas tengo suficiente pa- bien a Mozart. ra divertirme. —S.: ¿No hay más compositores en Finlandia que Sibelius? —S.: ¿No cree que es un tanto precipitado iniciar una carre—E-P.S.: En cierto sentido, es una pena que en algunos paira profesional tan vertiginosa como la suya, con poco tiempo para estudiar o montar nuevas obras y casi ninguno para com- ses, como el nuestro, se tengan este tipo de héroes culturales, porque luego no dejan ver nada más debajo de ellos. Creo que poner, cuando todavía le queda toda la vida por delante? —E-P.S.: Esto es un peligro, efeciivamenté. Es un problema la generación de jóvenes compositores que actualmente hay en importante, qué duda cabe. Es algo que me preocupa y que me Finlandia es muy interesante, y es una pena que no se conozcan gustaría eliminar en ei futuro haciendo un repertorio más corto fuera. De todas formas cada vez estamos más abiertos a Euroy dirigiendo en menos lugares. No me gusta tener que estudiar- pa y menos encerrados en nosotros mismos. La tendencia de hace me las partituras por la noche entre concierto y concierto, esto unos años era el aislamiento, me parece que a España le está ocurriendo el mismo proceso, claro que no son los mismos anme produce mucho stress. tecedentes políticos, pero en el terreno cultural la situación es —S.: Y, además, tiene que grabar... muy similar aquí y en Finlandia. —E-P.S.: No tengo muchas ilusiones con las casas discográ—S.: En su Sibelius llama poderosamente la atención la gran ficas ni con tos managers. A ellos lo único que les interesa es hacer dinero conmigo. Para las casas de discos lo más impor- vitalidad, los enormes contrastes; parece como si se apartara tante es el negocio, únicamente quieren crear productos vendi- radicalmente de la tradición, deesa visión más lírica y más plables y beneficiarse de ellos, están deshumanizadas. Yo he entrado centera de Paavo Berglund, Colin Davis o Rojdestvenski... Por en el juego de una manera consciente y he aceptado las reglas, no hablar de Kajanus. —E-P.S.; Me he criado con Sibelius desde que nací. Después, pero no por eso voy a dejar de ser crítico con ellos. Me gusia cuando me fui de Finlandia, intenté olvidarme de él, analizarlo jugar limpio y dejar las cosas bien claras. desde lejos, y entonces dejé de dirigir su música durante un tiem—S.: ¿No cree que esa dualidad di rector-compositor puede po. Siempre me había gustado mucho Sibelius, pero fue entonllevarle a una profunda contradicción, como le ocurrió a Mah- ces cuando me di cuenta de que nunca lo había llegado a analizar ler, o bien dejar prácticamente de componer, como le ha ocu- profundamente. Quería dirigirlo como si no lo hubiese oído nunrrido a Fierre Boulez? ca antes, quería hacer simplemente lo que me sugería la partitu—E-P.S.; Sí, pero Mahler solucionó el problema en parte, di- ra. El año pasado hice una gira con la Filarmonía por mi país rigía en invierno y componía en verano y murió a los 51 aflos. y tocarnos la Quinta Sinfonía, fue un auténtico escándalo. HuEn mi caso es muy diferente, bo titulares que llegaron a decir creo que el principal peligro que que ese Sibelius era una provotenemos los compositores de hoy cación. es que estamos demasiado apar—S.: Después de grabar la tados de la realidad musical. EsQuinta y el Concierto para viocribimos obras, pero no tenemos lín, ¿va usted a hacer ei ciclo dirigir bien contacto con ellas una vez escricompleto de Sibelius? tas. En los tiempos de Mozart o a Stockhausen, es —E-P.S.; No, por el momenHaydn era muy natural que el n e c e s a r i o COnOcer to no quiero hacer más cosas, compositor dirigiera sus propias quizá dentro de cinco o seis años bien a Mozart H^ ara 32 Scherzo ENTREVISTA Esa-Pekka Salonen estudie la posibilidad de seguir grabando algo más. —S.: ¿Va a continuar siendo Principal Director de la Orquesta Sinfónica de la Radio Sueca, ahora que ocupa el puesto de Principal Director Invitado de la Filarmonía? —E-P.S.: Por supuesto, acabo de firmar un nuevo contrato con la orquesta que me ligará a ella hasta 1991. —S.: ¿No piensa que lodavía es joven para hacerse cargo de la responsabilidad musical de una orquesta? —E-P.S.: En absoluto, es cuestión de elegir aJ director invitado adecuado. —S.: ¿Qué directores han influido más en usted? —E-P.S.: Ya hemos hablado de los Kleiber, además hay otros muchos a los que admiro también mucho, por ejemplo: Furtwángler y Víctor de Sabata. —S.: Y de Celibidache. ¿Qué piensa de un director tan controvertido como éste? —E-P.S.: Creo que es uno de los directores más interesantes. Como ustedes saben, él tuvo una relación muy estrecha hace unos años con mi orquesta, pues bien, cada vez que trabajamos una obra que antes dirigió Celibidache, es como si él siguiera ahí, parece un reflejo de Pavlov. También hay otros directores que me gustaría mencionar, admiro mucho a Simón R a tí le, me parece que es uno de los directores más interesantes de los últimos tiempos. Igualmente admiro mucho a Pierre Boulez. —S.: ¿Prefiere hacer la música en vivo o para el disco? —E-P.S.: Para mí un disco y un concierto son cosas muy distintas entre si, y no tienen por qué competir. Un disco es como CBS-CLIVE BARDA una declaración. Es muy interesante lo que hacía Glenn Gould, pero hoy es económicamente imposible. En los estudios de grabación me encuentro cómodo y, por otra parte, en la sala de conciertos nunca pienso en el público. Un concierto es algo entre la orquesta y yo. En un concierto no hago otra cosa que comunicarme con la orquesta. Yo dirijo para la orquesta y ella loca para el público. —S.: ¿A dónde piensa llegar usted a los cincuenta, después de haberlo hecho casi todo a los veintinueve? —E-P.S.: Probablemente a mi casa... Bueno, bromas aparte, pienso que el futuro es como una pirámide, al principio haces muchas cosas, pero poco a poco vas cristalizando las cosas hasta que sabes qué es lo que más te conviene, lo que es mejor para ti. —S.: ¿ Y cuál va a ser ¡a punta de esa pirámide? —E-P.S.: Ya hay algunos fundamentos en mi vida: amo muchísimo la música, tengo la necesidad de componer, me gusta hacer música con la gente; por eso dirijo... No sé qué resultará de todo esto. —S.: ¿Tiene alguna proposición para dirigir en España? —E-P.S.: Han existido conversaciones con la Orquesta Na:íonai, aunque en los próximos dos años no dirigiré a ninguna orquesta nueva. Para mí, uno de los mayores problemas que me plantea la dirección es llegar y encontrarte con una orquesta nueva; no me gusta. Se necesita mucho tiempo para llegar a trabajar mínimamente bien con ella. Antonio Moral y Arturo Reverter Scherzo 33 yfimciiml ve música^) MAKIA AMLllíKAN Del 15 de julio al 20 de agosto DEL BARROCO AL BEL CANTO INFORMACIÓN Y RESERVAS AL TELEFONO: (972) 53 81 25 DISCOS Grandes maestros en compacto La firma italiana Stradivarius ha iniciado una nostálgica colección denominada Grandes maestros de la inierpreíación en la que se recogen grabaciones históricas de legendarios instrumentistas, cantantes y directores. La mayoría provienen de conciertos famosos y algunas fueron servidas hace años en disco negro. Ahora aparecen en compacto, lo que siempre supone, en estos casos sobre todo, la eliminación de ruidos de fondo y el ensañehamienlo del espectro dinámico. Las últimas novedades tienen tres grandes protagonistas: Arturo Toscanini, Guido Cante] 1 i y Clara Haskil. El primero dirige a Wladimir Horowitz y a ia Orquesta de la NBC una sonada versión del Concierto para piano n." 2 de Brahms— que se acopla con la Sonata para cuerda n." i de Rossini—; el segundo se sitúa en el foso para ofrecernos una vivificante lectura del Cosí Jan lulte de Mozart, una grabación justamente famosa de la Piccola Scala en la que figuran la Sehwarzkopf, la Merriman, la Sciutti, Alva, Paneraí y Calabrese; la tercera, delicada e iluminada artista del piano, nos explica, con el sereno fulgor que la caracierizaba, los Conciertos 9 y 20 de Mozarl asistida por Ackermann y Hindemith. ACTUALIDAD DISCOGRAFICA Los premios Charles Cros El año Cari Philipp Emanuel Se cumple este año el doscientos aniversario de la muerte de uno de los retoños mas destacados de la inmensa prole del gran patriarca Johann Sebastian Bach: Cari Philipp Emanuel, hombre de enorme talento, atraLa famosa academia parisina ha discerbiliario y genial, precursor, a partir de sus nido un año más sus prestigiosos premios. experimentaciones armónicas, de (antas Un nombre español figura en ellos: Cristóaventuras que más tarde cuajaron —y buebal Halffter, con su grabación, dirigida por na cantidad de la música de Haydn lo ¿I mismo y con ia colaboración de Rostroatestigua— y fructificaron como productos povitch y la Orquesta Nacional de Francia, perfectamente lógicos y esperados. SCHERde su Concierto para violoncello n.° 2, «,Vo ZO está ya planificando el dosier que tiene queda más que el silencio» (ver crítica en el pensado dedicar a este músico ilustre, todan." 22 de SCHERZO). Otros discos galarvía poco conocido e incluso menospreciado. donados: Sinfonía Turangalila de Messiaen Algunas compañías discográficas, normalen versión de Simón Rattle, la esperada inmente las menos poderosas, están echando tegral Scarlatti del clavecín isla Scott Ross, ya su cuarto a espadas para festejar la efela ópera Guercoeur de Magnard, Los últimérides. Es el caso de la alemana, residente mos sufrimientos de Nuestro Señor de Cari en Kóningsdorf, DELTA Music GmbH, que Philipp Emanuel Bach por Kuijken y la Peestá realizando una edición conmemorativa tite Bande (SCHERZO n.° 22), los Estudios a través del sello Capriccío en la que han de Chop i n por Perlemuter, las Sonatas pa- aparecido ya ocho volúmenes conteniendo ra violin y piano de Fauré por Mimz y Sinfonías de Berlín, seis Sinfonías para cuerBronfman, las Variaciones Oiabelli de Beet- das, conciertos de órgano, de flauta (dos dishoven por Pludermaeher, La máscara del cos), de oboe y sonatas para flauta y viola tiempo de Tippett y otros dos registros con de gamba. Ahora se anuncia la distribución obras de Messiaen: la ópera San Francisco en diversos países —no se sabe nada de de Asís y el Libro del Sanio Sacramento. España— de otras muy interesantes novedades: las cuatro Sinfonías WQ 183. por la Orquesta C. Ph. E. Bach dirigida por HartEn este catálogo se inscriben ya otras jomuch Haenchen, Sonatas para clave, por yas: «Pastoral» de Beethoven y Variaciones Va nuevo Rigolelio Armin Thalheim, el oratorio Resurrección para orquesta de Sehoenberg por Hermann • Después del Rigoletto de Giulini y el de y Ascensión de Jesús y la Osterkantate (voScherchen; Quima de Mahler, obertura de Sinopoli, Riccardo Muti prepara la grabación lumen doble), con los R he i ni sene Kantorei Rienzi de Wagner y Composizione n." 2 a de la popular ópera de Verdi. Salvo cambios y Das Kleine Konzert bajo la batuta de Hercargo del mismo singular director alemán; de última hora, que son comunes en el memann Max y diversas obras locales (dos vo«Emperador» y Cuadros de una exposición dio, se conocen sus intérpretes: Daniela Daslúmenes), mismos intérpretes. En toul 14 por Gteseking y Cantelli; recital de Haskil si (y no June Anderson primeramente apetecibles discos con músicas de mucha y (Ludwigsburg, 11-4-53), con Scarlatti, Bach, prevista), Daño Raffanti, Giorgio Zancanapoco conocida calidad, en algún caso priBeethoven, Schumann, Debussy y Ravel... ro, Agnes Baltsa y Paala Burchuladze. meros registros mundiales. Novedades del Este L as firmas discográficas de los países del Este de Europa no paran de ofrecer suculentas novedades, generalmente extraídas del repertorio menos manido. Ejemplos actuales y perfectamente ilustrativos nos vienen de Checoslovaquia y Hungría, dos naciones en las que existe gobierno socialista —bien que de características no idénticas— y que editan dos sellos importantísimos, Supraphon y Hungaroton, respectivamente. En el primero se anuncia la publicación de diversas composiciones de Bohuslav Marlinu, un músico no especialmente conocido en Occidente pese a haber vivido muchos años en París y en Estados Unidos (1890-1959): primera mundial de la comedí a-ballet ¿Quiénes el hombre más poderoso del mundo? con la Sinfónica de Praga y Belohlavek; cinco Serénalas por la Orquesta de Cámara de Praga dirigida por Vlcek; primer disco de una integral de las Sánalas para violin y piano junto a los Cinco Madrigales dedicados a Alfred Einstein en interpretación de Josef Suk y Josef Hala; la trilogía Parábolas al lado de la Obertura y la Rapsodia... La firma checa dará a conocer también una rareza de Josef Mysiivecek (1737-1781), compositor bohemio muy admirado por Mozart: // Bellerofonte, con participación de un septeto vocal de calidad, la Orquesta de Cámara de Praga y el Coro Filarmónico Checo dirigidos por Zoltan Pesko. Las Seis Sinfonías sobre las Metamorfosis de Ovidio, de Karl Ditters von Dittersdorf, no menos raras, verán la luz discográfica por vez primera asimismo en una versión de la citada orquesta y Bohumi! Gregor. La música de este siglo aparece representada por la Tercera de las ocho sinfonías de Miloslav Kabelak, el Concierto para dos pianos de Lubos Fiser y el Canto degli Augei de Marek Kopelent a cargo de la Filarmónica Checa dirigida por Libor Pesek. Hungaroton, por su parte, no ofrece menos: // pittor parigino de C i mar osa (1749-1801), rareza operística indudable, opon unidad de conocer el arte del citado autor fuera de sus (an célebres y repelidos // maestro di cape/la e // matrimonio segreto, con reparto que encabeza Gerar Garino. a quien acompañan la Orquesta de Cámara Salieri y el director Tamas Pal; primera mundial también de la Misa Subtitulo Sancti Francisci de Michae! Haydn, acoplada con su Réquiem, con la presencia conductora de Helmuth Rilling y la intervención de la Orquesta de Cámara Franz Listz y el Coro de la Radiotelevisión Húngara. Haendel y Mozan esián igualmente representados en esta serie de grabaciones: aquél con su II pastor fido, en una versión recogida en el Festival de Gottingen en el verano de 1987, con protagonismo del cernirá le ñor Paul Esvvood y dirección de Nichols McGegan; éste con sus Sonatas para piano, aquí trasladadas con bastante lógica al fortepiano que toca el especialista Malcolm Bilson. La Judía, en disco Próximamente aparecerá, por fin, la anunciada versión discográfica de La Judía de Halevy, primer registro mundial (existe por ahí una versión pirata bastante cortada). La dirige Antonio D'Almeida. con la Filarmónica de Londres, y son protagonistas: Julia Varady (Raenel). José Carreras (Eleatar), Ferruccio Furlanetto (Cardenal Brogni), June Anderson (Eudoxie) y Dalmacio González (Leopold). ALBURQUERQUE, 14 Junio Mitro Bilbao El mejor Jazz en Vivo cada noche con 2 PASES diarios 11,30 y 1,30 h. Scherzo 35 DISCOS BACH: Pasión según San Mateo. Kiri Te Kanawa, soprano; Anne Sofie Olltr. mezzosopreño; Anthony Kolfe Johnson, lenor; Tom Krause, bajo. Coro de niños The Glen Ellyn. Coro y Orquesta Sinfónica de Chicago. Director: Sir Georg Solli. DECCA 421 177-2. Álbum de 3 compactos. DDL). Daración total: 178' 24". Georg Solti ha tardado muchos años en decidirse a grabar la Pasión según San Mateo. A pesar de haberla dirigido regularmente en vivo desde la primera vez efectuada en el Deutsches Museum de Munich en 1947. el director no estuvo nunca seguro de sus resultados en lo concerniente a la dilatada arquitectura de la obra y a la peculiar sonoridad que debía poseer. Una cosa, sin embargo, era clara, y es que Solti comprendió muy pronto que ía Pasión no se prestaba a los cortes ni a las mutilaciones con que se la solía infligir normalmente en las audiciones. Era una obra demasiado compacta >• unitaria para someterla a manipulaciones fraudulentas. Las secuencias sucesivas de recitativos, ariosos, arias y corales formaban una trama en la que cada una de las partes cobraban sentido musical y dramático en función del todo dentro del cual se hallaban inmersas. Y esta es la preocupación fundamental del director en el reciente registro ultimado en el mes de marzo de 1987 y que acaba de lanzarse en nuestro mercado discográfico. Ante todo, la característica fundamental de esta cuidadísima edición es su trazado continuo, sin cesuras, sustentado por un control absoluto de los puntos de engarce de la obra que Solti hace recaer sobre los recitativos de! narrador. Es en ellos donde el músico mantiene un constante flujo soterrado de interés puramente instrumenta] por debajo de las palabras que la música procura ilustrar en forma de imágenes sonoras. Un tempo más bien lento, característico, por otra parte del Solti de los últimos anos, refuerza el conlenido expresivo de la melodía que acompaña en un registro paralelo e independiente las arias. No existe nunca la prisa y parece como si el director hiciera lo posible por dilatar todavía más la obra en la complacencia sin límites por las reapariciones iguales, pero a la vez siempre distintas de los ritornellos hipnóticos de los instrumentos solistas de las arias. Y contra lo que pueda parecer a primera vista, Solti no cae nunca en la ampulosidad de una concepción demasiado sinfónica, tentación por otra parte muy fácil si tenemos en cuenta que los intérpretes son miembros integrantes de la gran orquesta de Chicago. Quizá los únicos resabios de sinfonismo se dan más que en la intensidad sonora o en la brillantez instruméntalo vocal, en el grosor con que emergen las líneas y en su calidad densamente aterciopelada que, evidentemente, poca cosa tienen que ver con el sonido normal de una orquesta del siglo XVIII. Excelente la labor de los cuatro cantantes entre los que destacaríamos especialmente las dos voces femeninas: la de la soprano Kiri Te Kanawa y la de la mezzo Anne Sofie Otter. En fin, una muy buena grabación que nos presenta un Solti meditativo, concentrado y más profundamente musical que nunca. C.C. 36 Scherzo DISCOS las sobre Los pianos de Beethoven, debidas a Michel Bernstein, acaban concluyendo que el piano de Conrad Graf es más adecuado que el de Broadwood, pero no nos dice nada sobre las características del instrumento utilizado aquí. El segundo defecto es que se podía haber metido otra sonata más que, de haber obtenido una versión en esta línea, hubiera proporcionado aún más placer por el mismo precio. En resumen, no dudo en recomendar abiertamente este disco que, pese a las famosas siglas AAD (la grabación es de 1980) suena maravillosamente. Yo, desde luego, volveré a escucharlo con frecuencia. R.O.B. BEETHOVEN: Sonatas pora piano en do mayor, Op. Í3 uWaldsiein», enfasostenido mayor, Op. 78 y en mí menor, Op. 90. Paul Badura-Skoda, piano forte (Georg Hasska, Vitna, c. 1815). ASTRÉE AUVIDIS Compacto E 7738 (AAD, 4S'2O"). BEETHOVEN: Sonata para Piano y Violin núm. 4 en La Menor, Op. 23. Sonata para Piano y Violin n" í en Fa mayor. Op. 24 «Primavera». Gidon Krcmer. violin. Martha Argerich, piano D.G.G. « 9 787-1. Digilal compacto. 43' 23". Cuando uno recibe al cabo del tiempo un alto, muy alto porcentaje de discos que, en el mejor HntHH de los casos resultan anodinos por falta de interés en las obras, en las versiones o, en ambos casos, es bueno poder sentirse optimista de vez en cuando, y comprobar que, aun en obras architocadas, como las presentes, de vez en cuando surge algún disco reconfortante, como el que nos ocupa. Hace bien poco reflejé aquí mismo no muy buenas impresiones sobre ei compacto que este mismo pianista dedicó a obras de Mozari. Nada me complace más que poder expresar ahora mi más profunda satisfacción con este otro dedicado a Beethoven. BaduraSkoda opta aquí por una aproximación incisiva, de una gran vitalidad y fuerza. Su Waldstein nos gana desde el principio: el primer tiempo es realmente un allegro con brío, los ataques son de una agresividad enorme, los sforzandi y los contrastes dinámicos (c. 252-263, por ejemplo) de una tensión inusitada. Toda la sonata está envuelta en una inconfundible atmósfera beethoveniana. y aunque la articulación no es superlativa, el pianista obtiene un claro beneficio de la peculiar claridad que proporciona el instrumento. Es de esas lecturas que arrastran (óigase la sección final, prestissimo, del último tiempo) más por la intención que por la técnica, con ser ésta notable. Publicar en un mismo disco las Sonatas para violin núms. 4 y 5 iiHM de Beethoven se nos antoja un acierto absoluto; ambas fueron compuestas entre 1800 y 1801, publicadas en este último y dedicadas al conde Moritz Von Fries, gran mecenas musical. Más discutible resulta, en cambio, publicar juntas la Sonata núm. 5 junto a la Sonata núm. 9 en La mayor, Op. 47 «a Kreutzer», porque ésta data de 1803. Pero la frecuente presencia de ambas en un solo disco obedece fundamentalmente a razones de celebridad, y podríamos hallar distinias versiones de esta guisa, como la de Yehudi y Hepzibah Menuhin o la del recientemente desaparecido Henryk Szeryng junto a Ingrid Haebler. Sin©© Las otras Sonatas están tratadas también con una musicalidad irreprochable. Por señalar un detalle, es curioso oír el fraseo casi harnoneourtiano de los grupos de dos semicorcheas en el último tiempo de la Op. 78. El instrumento, todo lo peculiar que se quiera, tiene un sonido muy bello, y me resultó muy fácil acostumbrarme a él, aunque reconozco que la bondad de la versión y el perfecto acoplamiento de Badura-Skoda a sus características pueden haber influido en ello. No entraré en gratuitas discusiones sin fin sobre si éste es o no el instrumento adecuado. Pienso únicamente que, cuando se loca así hay que rendirse. Seria inútil comparar versiones. Barenboim {DO, no remitido para critica) hace un enfoque totalmente distinto y, por tanto, no comparable. Por lo demás, sólo dos pequeños defectos. En primer lugar, que las interesantes no- o©© Kremer y Argerich son dos músicos como la copa de un pino, y lo que es más importante, muestran una compenetración perfecta, como si hubiesen actuado juntos durante toda su vida. El suyo es, ante todo, un servicio a Beeihoven. A lo largo de toda ia Sonata «Primavera», por ejemplo, estos dos artistas nos refrescan la memoria y el oído, recordándonos que esta obra requiere fuertes dosis de elegancia, frescura y agilidad y que, en definitiva constituye una penetrante mirada hacia el pasado, un volver la vista hacía el espíritu de Mozart. ¿Más grabaciones beethovenianas como esta? Si, por favor. Jo.R.B. F. BENDA: Conciertos para/lauta, Andrés Adorjan (flauta), y la orquesta del Ars Rediviva Enwmble. Di redor: Milán Munclingrr. Orfeo, C 151101 A, Stereo. Compacto DDD. 62'. Cada vez que una casa grabadora, más atenta que otras a los olvidos de la costumbre, exhuma a un compositor, solemos escucharlo con curiosidad y justificar la desatención. No es el caso de Franz Benda (1709-1786), músico bohemio que actuó en la corte de Prusia durante el reinado del viejo Fritz. Federico ei Grande. Según aseguran las crónicas, acompañó al regio flautista en miles de ocasiones y, oyendo estos conciertos, bien se comprende la mutua afición, pues nada ejemplifica mejor el mundo sensible del si- DISCOS glo ilustrado que esta música diáfana, equilibrada y canónica. Benda ocupa esa zona del mundo rnozartiano en que se sintetiza el clasicismo conceptual germánico de !a escuela de Mannheim con la necesidad de cantar a la italiana, con una voz solista que sigue los impulsos melódicos racionalizados del aria de concierto. Es claro que Mozart tiene mucho más. Pero ser como ese Mozart no es poco y Benda resulta una experiencia sonora placentera en términos de elegancia formal, brío melódico y tratamiento del contrapunto solo/ripieno. Este compacto reúne (res conciertos para flauta y cuerdas: en mí menor, en la mayor y en la menor. Formalmente, respetan el esquema ternario, acentuando, en el tercer movimiento, el talante de scherzo con el uso de ritmos bailables. Los intérpretes sirven a las obras con esplendor. Ador jan es un flautista brillante, de timbre áureo, registro homogéneo, fraseo certero, canto enjundioso y presencia carismática. El conjunto se adviene como muy experto en estas lides, tiene una sonoridad noble y equilibrada con el solista, acompaña, contradice y escucha todo el tiempo, según la opon unidad. Nos asegura una excursión al rococó con todos los recaudos que se quieran exigir. ce justicia tanto al arte de la Neveu como al de Issay Dobrowen (Nijni-Novgorod 1894-Oslo 1953), gran maestro cuyos mejores anos como director también se vieron perjudicados por la II Guerra. Aun asi, en el catalogo de EMI quedan numerosas ejemplos de su arte, como el primer Boris Godunov de Christoff y abundantes páginas del repertorio ruso; los Conciertos para piano 2 y 4 de Bect noven con Schnabel, el Primero de Tchaikovsky y ei Segundo de Brahms con Solomon, y éste hoy comentado. La dirección de Dobrowen, extraordinariamente clara, vital y brillante estimula a la Neveu, quien firma aquí uno de sus mejores regístros. Espléndida de principio a fin, es destaca ble su ejecución de la cadencia de Joachim, un tanto rapsódica, pero arrebatadora. En números pasados de SCHERZO critiqué y recomendé las versiones de Oistraj con Klemperer y de Szeryng con Haitink, con las que ésta no puede competir en términos de sonido. Pero a precio moderado y con el complemento de un aceptable Sibelius, vale la pena como testimonio del arte de la gran violinista. Tanto el Concierto de Sibelius como el Dvorak, en las manos de Mintz y Levine, carecen de vida y de personalidad, aunque a príori parecieran darse todas las condiciones para un resultado óptimo. Creo que la culpa debe recaer sobre la anodina labor recB.M. tora del americano, nueva estrella todo terreno de Polygram, que lo mismo ie BRAHMS: Concierto para violto y orques- encomienda Mozart que Beethoven o Wagta Opus 77. SIBELILS: Concierto para vio- ner, y la música francesa que la nacionalislín y orquesta Opus 47. Ginetle Neveu, ta. Por su pane, Shlomo Míntz, quien con violin. Orquesta Filarmonía. Directores. IsAbbado ha hecho discos excelentes, se mues»y Dobrowen y Waller Siisskinil. EM1 Rítra aquí cauteloso en Sibelius, lánguido en férences CDH 7610112. Disco compacto Dvorak y amanerado en ambos autores. EsADD. Duraciones J8 1 02" y 31' SI". ÜVOcon interés su Concierto de Brahms con RAK: Concierto para violin y orquesta Opus pero S3. SIBELIUS: Concierto para violin y or- Abbado. questa, Opus 47. Shlomo Mfnli, Wolín. OrMencionemos una vez más que para Siquesta Filarmónica de Beriin. Director, belius la mejor versión sigue siendo, a los James Le vine. DG 419618-2. Disco compac54 años de haberse grabado, la de Heifetz to DDD. Duraciones 35" 31" y 31' 31". con Beechman. El sonido es aceptable, mejor que el de Neveu / Süsskind. Para quienes prefieran un registro más moderno, Ginette Neveu contaba 26 años sugiero a Oistraj con Rojdestvensky (Melocuando en 1943 grabó esta verdía) o con Ormandy (CBS); a Szeryng con sión del Concierto de Sibelius Rojdestvensky (Philips); a Chung y Previn —obra común a los dos discos aquí (Decca) o a Francescatli con Bernslein comentados— que EMI reedita en compac(CBS). Los registros de Accardo con Colín to. Sí su carrera no se hubiera visto brutalDa vis (Philips) y de Amo y al con Duloit mente cortada el 28 de octubre de 1949 por (Erato) tienen interesantes acoplamientos, una accidente de avión en Las Azores, Neotras páginas para violín y orquesta de .Siveu habría llegado a ser una de las grandes belius, pero las versiones de Opus47sau inviolinistas de este siglo: pensemos sólo que feriores a las citadas. Para Dvorak, la en 1935 ganó en Varsovia el Concurso Inreferencia indiscutible son Suk y Ancerl (Suternacional Wieniawski superando a contrinpraphon): es ilustrativo comparar el arrancantes de la talla de David Oistraj. que del último tiempo en esta versión y en la de Mintz y Levine. A defecto de ella, son Por su parte. Walter Süsskind (Praga muy hermosas la del propio Suk con Neu1913-Bcrkeley 1980) fue un notable músico: mann (Supraphon) la de Perlman con Badiscípulo y asistente de Szell, desarrolló su renboim (EMI). labor no sólo en Europa, sino en Australia, Canadá y Estados Unidos. En su amplia discografía este registro del Concierto de SibeR.A.M. lius no ocupa un lugar de primer plano. Los resultados no van más allá de lo correcto: BRAHMS: Cuarteto de cuerda n" 1 en Do los tempi son cautelosos, a los movimienmenor, Op. 5!. Cuarteto de cuerda n°3 en tos entremos les falta tensión y, sobre todo, Si bemol mayor, Op. 67. The Tokyo Strlng las condiciones técnica» son mediocres, lo Qiurtet. MMG MCD 10039. que no sucede en el Concierto de Brahms, producido por Walter Legge nueve meses Brahms confesó que había escrito muchos después con el mismo ingeniero de sonido. cuartetos antes de publicar los del Op. 51 Superadas las lógicas dificultades de posgueque abarca el primero y el segundo de los rra, esta grabación resulla ya técnicamente tres que compuso en su totalidad. Y, por lo aceptable y es, además, una de las grandes versiones de la Opus 77 de Brahms y que ha- tanto, ello ya es un índice de la madurez adquirida por el músico en el momento de afrontar un género que por su parte Beethoven había llevado a sus más altas cimas de perfección. Enraizado en la más pura tradición sonatistica, el Cuarteto n° I manifiesta la gran preocupación del músico por elaborar una forma cicüca perfecta, en la que los elementos temáticos de* primer movimiento perduren recurrentemente a lo largo de toda la obra. Junto a ello, Brahms delimita con precisión el contraste entre momentos fuertes y tensos, y otros apacibles, líricos o juguetones, lo cual constituye una de las características estilísticas del compositor alemán. Pensamos que estos rasgos han sido respetados por el Cuarteto de Tokio, que ha mantenido la flexible ductilidad del discurso sin asperezas y con una marcada individualidad de las cuatro voces integrantes. La ascensión a puntos de luz desde el fondo trágico en que se sumerge la obra es lograda de forma convincente por el grupo, que demuestra poseer en todo momento una intencionalidad clara de las principales directrices de la partitura. Y el cambio de espíritu que lleva de las procelosas aguas del Cuarteto n" 1 al alegre y reposado bucolismodel Cuarteto n" 3, la otra obra incluida en este registro se salva con absoluta naturalidad y comprensión por parle de los cuatro intérpretes. C.C. BRUCKNER: Réquiem en re menor. Salmo 114, para coro a cinco voces y trombones. Salmo 112 para doble coro y orquesta. Joan Rodgers (soprano); Calheríne Den ley (contralto); Maldwyn Davks (tenor); Michael George (bajo); Thomas Trotler (órgano). Corydon Singers y Orquesta de Cámara Inglesa (Matlhew Best). Disco Hyperion, A 66245. digital stereo, 55' 32". La música de Bruckner se caracteriza por su denso pompierismo, su tendencia a la masificación sonora, su (alta de renuncia a las reiteraciones y divagaciones melódicas. Es un romántico tardío, que quiere liquidar la herencia del romanticismo y, al tiempo, permanecer en ella. Pues, de ese Bruckner el aficionado hallará muy poco en el presente disco. El Réquiem que incluye data de 1849, es obra juvenil, plenamente escolar, de cuando el compositor estudiaba intensamente con Simón Sechter. Es una pan llura llena de citas neoclásicas, de un liturgismo rococó que evoca a Haydn y, por momentos, a Mozart. De las interpretaciones incluidas, en la pieza que analizamos, es la mejor. Los músicos, ei coro, el director y los solistas tienen la levedad nítida que exige la partitura. Se los imagina habituales intérpretes del festivo barroco al cual son tan afectos los ingleses. Los cantantes solistas suenan un tanto descoloridos e inconsistentes, salvo la soprano Rodgers, que destaca netamente. Los Salmos, correspondientes a la liturgia luterana (los textos están en alemán, aunque cabe recordar que Bruckner tiene también unos moteles latinos y un Te Deum) resultan más brucknerianos. Sus in falta bles trombones ayudan a crear una atmósfera de volumetría sonora más robusta y densa. Así como el Réquiem puede ser de cualquiera, los Salmos pueden definirse como precozmente pertenecientes a Bruckner. El interés del disco es más documental que estético. Resulta imprescindible para quíeScherzo 37 DISCOS nes quieran estudiar la historia musical de Bruckner y el noiorio desfase que existía en la Alemania romántica entre la educación musical y la producción de los músicos. ¿Alguna vez, en algún lugar, estuvieron emparejadas'.' B.M. te, y por lo que hace al coro, éste mantiene un elevado nivel interpretativo a lo largo de toda la obra, descollando de modo especial en su lectura el Credo, movimiento de enorme fuerza dramática y expresiva, marcado por la constante repetición, a cargo de los bajos, de la palabra credo desde la melodía inicial hasta su grandiosa conclusión. CHERUBINI: Misa de la Coronación. Orquesta y Coro Philarmonia. Director: RiccardoMuli. EMI DOC 740302 2. Compacto DDD (Sí1 03"). F.G.U. Son bastante escasas las oportunidades de escuchar música de! compositor italiano, residente en París, Luigi Cherubini. En las salas de concierto brilla por su ausencia y sólo gracias al disco, que en estos casos resulta un paliativo idóneo, podemos conocer las excelentes páginas salidad de la pluma de csie músico. Es difícil comprender que un compositor de tan alta categoría, en lodos los géneros, se encuentre tan relegado. Cherubini. autor de obras tan logradas como Medea, los Réquiem, ta Sinfonía en re o los seis cuartetos, fue, indudablemente, un músico de primera fila. De ello da testimonio la admiración que por él sintieron compositores de la talla de Beethoven, Rossini, Ciernenti, Mendelssohn o Wagner. Director del Conservatorio de París y maestro de gran número de compositores, entre ellos nuestro malogrado Juan Crisóstomo Amaga, no fue, sin embargo, un mero academicista. Su obra demuestra un gran dominio de los recursos orquestales y de la voz humana, sobre todo en el campo de la ópera y de la música religiosa principalmente. De sus compositores de carácter religioso, la llamada Misa de la Coronación, contenida en el compacto que motiva este comentario, es una de las más desconocidas. Escrita para ta coronación de Carlos X como rey de Francia, se interpretó durante esta ceremonia que tuvo lugar en la catedral de Reims el 29 de abril de 1825. Obra de signo grandioso y meditativo, como correspondía al acto para el que fue destinada, conjuga armoniosamente la ir adición de tos clásicos vieneses con el espíritu romántico imperante. La página contiene un gran aparato orquesta y un nutrido grupo coral, integrado por sopranos, tenores y bajos, sin contraltos ni solistas vocales. Debo señalar, en primer término, que Riccardo Muti y el Coro y Orquesta Philarmonia desarrollan una magnifica labor, con un perfecto sentido del equilibrio orquestalcoral y, en especial, con una visión muy acertada del carácter solemne, pero sereno e íntimo al mismo tiempo, que impregna cada momento de esta hermosa creación. Digno también de resaltar es el gran colorido timbrico, de una luminosa transparencia, alcanzado por la orquesta, sobre todo en algunos pasajes, como en el Qui tollis peccata, cuya intensidad patética se acentúa por el color de los vientos y metales, o en el motete escrito para el Ofertorio, de un gran refinamiento sonoro dominado por el timbre de las maderas, características asimismo apreciables en la Marcha religiosa que cierra la Misa, especie de apéndice instrumental, interpretada durante la comunión del rey y cuya naturaleza es más la de una pieza meditativa y recogida que la de una marcha en el estricto sentido del término. Finalmen- 38 Scherzo DEBUSSY: La mer, Nocturnos- Orquesta y Coro Pliüarmonia dirigida por C. M" Giulini. EMI Sludlo. C.D.M. 7.69.184.2 A.D.D. 51' 54". La sensación del paisaje es la novedad y el desafío que Debussy propone en Nocturnos o El mar. En Juegos de olas o en Nubes no hay anécdotas más o menos reconocibles. Esos títulos puestos por su autor, al igual que los de los preludios para piano, son el pretexto para crear unas miniaturas en las que el poder de sugestión de la música es el vehículo de vivencias y sensaciones. Piedras de toque para directores y orquestas, estas obras exigen de sus intérpretes una rara disposición para la proporción y el color, para la efusividad y la sensualidad; el discurso sonoro debe fluir natura], sin aristas, con una plástica casi pictórica. De Giulini, uno de tos grandes intérpretes de estas partituras que ha llevado al microsurco en varias ocasiones, EMI ofrece ahora en soporte compacto los excelentes registros realizados en el año 1962 con la legendaria Philarmonia de W. Legge. L.es aconsejo vivamente escuchar estas grabaciones en las que la rica paleta orquestal soñada por Debussy para sus obras maestras encuentra en el director italiano y en la orquesta británica a uno de sus traductores más rigurosos, en un impresionante alarde de lo que un director y una orquesta pueden llegar a lograr cuando sintonizan. Ligereza de lempi, claridad de texturas, colorido, efusividad, dan lugar a unas interpretaciones luminosas, intensas, llenas de ardor meridional; en suma, nos hallamos ante unas grabaciones superiores a las realizadas años después con la Filarmónica de los Angeles, para D.G., más refinadas 1 imbricamente, pero sin esa fuerza airulladora y sin lograr que la agrupación americana siga al director con la ductilidad de la Philarmonia. En resumen, EMI hace un buen servicio a la música de Debussy editando estos registros de sonido excelente en serie económica, que son una alternativa ineludible frente a las versiones de ka rajan o Ashkenazy. y 1980, cuando todavía no había cumplido los 80 (ahora tiene 85) y poseía aún dominio efectivo sobre el teclado, clarividencia mental y frescura de ¡deas. Su largo recorrido por el pianismo romántico (Beethoven, Chopin, Liszt, Brahms) había sido ejemplar. Al acometer el estudio, por ciclos, de estas geniales páginas impresionistas, el anciano chileno está, por tanto, en posesión de un bagaje, de una experiencia y de un saber que lo hacen apto para acercarse, con su tradicional honradez musical por delante, a los mundos llenos de sugerencias que aquéllas proponen. Y lo hace desde su perspectiva qije contempla, en efecto, a Debussy como una consecuencia lógica, aunque rompedora de una tradición. En sus dedos estas composiciones se nos ofrecen expresivamente cantadas, admirablemente articuladas, con un soberano y matizadísimo manejo del pedal y con una belleza sonora que sólo el trabajo de muchos años y el ahondamiento en el estilo y en el significado de las notas pueden determinar. Las gradaciones están ejemplarmente dispuestas por el instrumentista para que la sutileza del juego poético, la diversidad rítmica y la variedad de colores queden recogidas, pero siempre a impulsos de un planteamiento conceptual y una riqueza de acentos que convienen en personal y significativa la interpretación, algo reservado normalmente a los grandes. Todo es fluido en estas versiones, nimbadas de un encanto sonoro, de una belleza, de una claridad (la claridad no cegadora de las texturas debussyanas) muy propias. Los tempi son moderados, a veces sorprendentemenle lentos, sobre todo en Imágenes, pero resultan no sólo convincentes, sino en ocasiones necesarios para dar vida, con ta respiración adecuada, a las concepciones del artista,que sabe, por otro lado, diferenciar la desolación de piezas como Pasos sobre la nieve (Preludios I) del carácter monumental y sinfónico de otras como La catedral sumergida, del mismo cuaderno; o establecer la distribución entre dos humores tan dispares como el de General Lavme-eccentric y de Homenaje a S. Pickwick, ambos del cuaderno II; o sugerir la simplicidad de La muchacha de los cabellos de lino (cuaderno 1), marcar los contrastes y aire danzable de Minstrels (I), el sabor exótico de Pagodas (Eslampas), o el delicado dibujo, de liquidas sonoridades, no exento de melancolía, de Reflejos en el agua /Imágenes I). Esta imerprelación de Arrau se sitúa a no inferior nivel —en algunos casos, sobre todo teniendo en cuenta la calidad sonora conseguida en esta traslación a soporte compacto, por encima— de las ya históriA.M.J. cas de otros pianistas señeros, a los que siempre hay que dedicar un recuerdo: üieseking, DEBUSSY: Preludios, Imágenes, Estampas. menos efusivo, más lineal, pero convincenClaudio Arrau. piano. Philips Oassks 420 te en sus antiguas grabaciones de los cincuen393-2 y 420-2 compacto ADD. ta (EMI Références. comentadas en el n" 23 por A.M.J.) por la claridad de texturas y por En estos dos compactos se recoge esa especie de misterioso estatismo que pabuena parte de lo mejor y más rece otorgar a cada pieza; Samson Francois significativo del piano de Demás soñador, menos de este mundo, bussy (faltan, por supuesto, los Estudios, de (EMI), moviéndose abiertamente en el reino de la 1915). instrumento que en sus manos agosubjetividad romántica; Benedettitó, cerrando en cierto modo un ciclo iniciaMichelangeli (DG), sorprendente por su cado en Chopin —el primero que comenzó a pacidad de creación de espacios mágicos y darse cuenta de la importancia del factor por su fino dibujo a la acuarela, que resalta timbrico—, un largo camino, que acaba por refinadamente los aspectos timbricos... Dedesembocar en la remoción definitiva de la jando a un lado los esporádicos registros, sintaxis y de la articulación clásicas. Arrau ejemplares por la sobriedad y la concisión. grabó las 33 piezas aquí contenidas en 1979 DISCOS pero dentro de una óptima no diversa de Sviatoslav Richter, debe anotarse el interés de la aproximación, más incisiva y un tanto crudamente analítica, de Paraskivesco (H. Mundi). A.R. G1ORDANO: Andrea Chenier. Jote Carreras, Evi Mirton, Giorgio Zanca mro. Coros y Orquesta del tsisdo Húngaro. Diredor: Giuseppe Palané. CBS MASTERWORKS M2 42369. 2 LPs. Después de Fedora, esla nueva coproducción de CBS con Hungaroton nos ofrece la ópera más popular de su autor, Andrea Chenier, con un terceto protagonista habitual en los programas de los grandes teatros en el momento de su grabación, 1986. Luego de Domingo para Rea en 1977 y de Pavarotti en 19S2-S4 era de esperar que el disco oficial quisiera perpetuar la versión de! otro Chenier en rodaje de la presente generación. Carreras, con la seguridad y reposo que da el medio, plantea un atrevido y esforzado poeta, de dicción a flor de piel y juvenil entusiasmo. Pero la voz traiciona a menudo la honradez de los cálculos. El fraseo insolente se rompe por falta de aliento; las desigualdades de color vocal, la continuidad y redondez de la línea, mientras que el registro superior, como era de temer ante tales conceptos, delata un esfuerzo no siempre alcanzado con el preciso desahogo. Sin tratarse de modelos referenciales, las prestaciones de los dos colegas antes citados resultan de mayor adhesión valora! i va. Eva Marión no poseee la variedad de registros expresivos de una Renata Scotto, ya metidos en una estimación comparada con los registros Rea y Decca, pero si mayor adecuación a Maddalena de Coigny que una Caballé ausente y disminuida. Su voz, plena de salud, color y densidad, sirve a una intérprete, no obstante, más aplicada que convencida, que alcanza un estimable momento en La mamma mona. Giorgio Zancanaro canta muy bien su parte de Gerard, aunque en los instantes de superior intensidad dramática, que el personaje combina con los reflexivos (donde el barítono veronés de una auténtica lección), precisaría algo más de presencia y empuje vocales. De cualquier modo, es preferible en conjunto a los resultados que proponen Milnes o Nucci. Giuseppe Patané saca el partido conveniente a una partitura orquestal importante. Levine y ChaiHy, sin embargo, se muestran más personales y variados. Lástima que, dentro del correcto equipo de secundarios, no se hayan cuidado, como se merecen, los papeles de Bersi y la recchia Madelon. F.F. GRIEG: Peer Cynt, Op. 23; Sigurd Jorsalfar, Op. 22: música incidental. Barbara Bonnty. Mi ría Andereson, Monica Einarson, Charlotte Forsberg, sopranos; Marianne Eklof. mezzo-soprann: Kjell Magnus S and ve, tenor: llrtaan Malmberg, Cari Cuslaf Holmgren, barítonos: Wenche Foss, loralv Maurclad, Tor St»kke, partes habladas. Conjunto Vocal di Gosia Ohlin. Coro de Cámara Pro Música (maestro de coros: Costa OMin). Orquesta Sinfónica de Góteborg. Director: Neeme Jarvi. DGG 413 «79-2. 2 compactos digitales. 61 "04" y 61 "40". La música de escena que Grieg escribiera para la magna leyenda dramática de Ibsen Peer Cynl, solía grabarse hasta la fecha sólo fragmentariamente; lo normal era recurrir a las dos Suilesorquestales(núm. I, Op. 46; núm. 2, Op. 55) publicadas, respectivamente, en 1888 y 1893, por la casa Peters, de Leipzig. Podríamos hallar un respetable número de grabaciones de estas dos Suites; recordemos, por ejemplo, las versiones de Fjelstadt, Karajan o Leppard (esta última comentada por quien esto escribe en SCHERZO. número 20, diciembre 1987, pp. 39-40). En algún caso (como en la versión dirigida por Foumet), se interpretaba la Camión de Solveig en su versión original con soprano. Otra solución fue la adoptada por Beecham; añadir a las dos Suiles [i Marcha Nupcial (Escena III del Acto 1) en la orquestación de Halvorsen, y la Canción de Solvieg, era cantada en alemán. Ninguna de las anteriores soluciones es buena, si tenemos presente que, en primer lugar, los números de las Suiles no están ordenados cronológicamente, y ofrecen sólo una pequeña parte de lo que es la música incidental de Peer Gyntr ocho números de los veintiséis (en realidad veinticinco, porque la Canción de Solveig aparece en dos ocasiones distintas), que forman todo el conjunto y que, ahora, merced a esta grabación de DGG, tenemos ocasión de admirar y aplaudir. La edición de la partitura usada es la del vol 18 de la GGA (Grieg Gesamlansgabe, es decir, Obras Completas de Grieg, editadas por Peters). La base de esla edición es la pane conservada del autógrafo de 1875, y las partes orquestales escritas para la primera representación de la obra de Ibsen en Oslo en 1876, cotejables con una larga carta de Grieg fechada en 14 de diciembre de 1875, y dirigida a Johan Hennum, director del Teatro de Oslo, que contiene numerosas indicaciones acerca de la interpretación de las veintiséis piezas, que pueden contener, además de partes orquestales o vocales, partes habladas y corales. Neeme Járvi, que hasta hace poco había trabajado con el sello inglés Chandos, da muestra, una vez más, de sus refinadas dotes rapsódícas y de su mentalidad directorial, básicamente analítica. Tiene a sus órdenes una orquesta trabajadora, de muy respetable nivel, y unos coros contenidos y delicados. Entre los solistas, destaquemos a la sensible Barbara Bonney, como Solveig, y entre las panes habladas, el irónico Peer, del ¡lustre actor noruego Toralv Maurstad. Completa este memorable álbum la música incidental para el drama histórico de Bjornson Sigurd Jorsalfar, mucho más breve, y quizá también, menos imaginativa que la de Peer Gyni, pero bastante interesante —en especial las partes para tenor y coro—, y de la que normalmente sólo se grababan para el disco algunos fragmentos sinfónicos (como la atractiva Marcha de Homenaje). Director, coro y orquesta deben recibir las mismas lisonjas que en la interpretación de Peer Cynl, pero el tenor solista, Sandve.es sólo un cantante correcto, y con la voz no totalmente a punto. Jo.R.B. HA EN DEL: El Mesías, oratorio. Margare! Rilchie, soprano. Constante Shacklock, contrallo. William Hfrhert, tenor. Richard Slandtn, bajo. Coro de la Filarmónica de Londres. Orquesta Sinfónica d* Londres. Director: Hermann Scherchen. Precisión Records 3 Compactos. PVCDBS 9101 {62'46". 66'10" y 43'13", respectivamente). Grabado en 1954. Distribuido por Maslertrax. Mucho me temo que de los tres ejemplares de Precisión Records a los que me referí al hablar de la Segunda de Elgar, éste sea, con mucho, el menos afortunado. La ausencia de texto alguno es, en esta ocasión, especialmente conflictiva, por el carácter cantado de la obra. Por olía parte, los datos que indican la división de cada disco están equivocados (por ejemplo, el segundo disco termina en el Aleluya, no en el coro The sound isgone oui, como se indica). Todo esto sería un detalle de importancia menor sí la versión fuera de una gran calidad, pero me temo que no puedo decir que lo sea. Por supuesto, hay que considerar la versión en su justo contexto, y tener en cuenta que en treinta años las pautas de interpretación del barroco han sufrido, no ya un cambio, sino una verdadera revolución. De hecho, e incluso dentro de esta tradición clásica de la interpretación barroca, hay un mundo de diferencia entre esta versión y la de, por ejemplo, Davis (Philips, a punto de reeditarse en compacto), realizada apenas unos cuantos años después. Por otra parle, no seré yo quien discuta la maestría de Scherchen. Sin embargo, no tengo más remedio que decir que, a mi, su versión de El Mesías me ha resultado verdaderamente plúmbea, y que el único interés que puedo ver en ella es el meramente histórico, el de ver cómo se interpretaba esta música hace treinta años. Las numerosas notas que he tomado resultan imposibles de transcribir en su totalidad, por limitaciones de espacio, por lo que trataré de resumir lo que caracteriza a esta versión, dejando claro que la crilica a estas pautas interpretativas es muy personal. Los tempi de Scherchen son, habitúa]mente, lentos, en ocasiones (comienzo de la obertura, recitativo y aria For behold darkness shall come, aria / *no»' ihat my redeemer livelh, por sólo poner algunos ejemplos) verdaderamente insoportables. No obstante, también peca por exceso en otros puntos (Coro And he shall purify) pero, en general, hay más de lo primero. Se utiliza constantemente la técnica concertino-ripieno. dejando en más de una ocasión el papel de los violines primeros a uno sólo (aria Iknow..., mencionada antes). El clavecín apenas si hace algo más que recurrir continuamente a los arpegios. Los contrastes dinámicos son muy acusados (la clásica alternancia f — p, pero muy exagerada), y se emplea con frecuencia en los finales el «molió rilardando» con regulador cresc.-dimin. (Coro Lifl up your heads. por ejemplo). En resumen, una visión totalmente romántica, con abundancia de prolongado legato y de recursos como el por (amen Lo (tanto en el coro como en la orquesta). Desde el punto de vista de la ejecución, tampoco cabe echar muchas flores. El cuarteto solista, es francamente flojo. Ellas tienen un vibrato acusado, y en las agilidades no se muestran excesivamente seguras. Ellos, Schcrzo 39 DISCOS son aún peores. Herben se muestra muy justiio arriba; Slanden ofrece un víbralo excesivo, y una entonación dudosa, y pal i na claramente en las agilidades, en las que es imposible discernir qué eslá cantando El Coro, por su parte, parece poco empastado, desafina abierlámenle en ocasiones (los lenores, en el Aleluya, están horribles) y, con tanto portamento. llega a recordar a algunos coros de beatas cantando el Vayamos jubilosos. La orquesta, en fin. tampoco estaba en su mejor momento, especialmente en lo que a la afinación de la cuerda aguda se refiere. Pese a ello es, quizá, lo más pasable. La grabación, como las demás de esta serie escuchada hasta ahora, es muy aceptable. En resumen, salvo por su interés meramente histórico, que en lodo caso contará con pocos candidatos, versión que creo muy desafortunada del genial oratorio hande li ano. R.O.B. Es muy importante, a pesar de las reservas apuntadas, conocer esta revisión, la primera, dicho sea de paso de las cuatro que Mozart realizaría de la producción de Haendel (las otras: El Mesías, El festín de Alejandro y Oda para el día de Sania Cecilia/. En consecuencia, es de agradecer la aparición de esie registro, que. una vez más, demuestra el interés de la marca alemana Orfeo por salirse del repertorio (rulado. Con el acierto complementario de cuarteto vocal elegido, en el que, incluso Robert Lloyd, no estropea el conjunto, como es su costumbre. Quizá Schreier precise mayor flexibilidad en la batuta; asi evitaría cierta uniformidad global. No está de más, para terminar, recordar tres legítimas de sobresaliente interés: las de Marriner. Deller y Eliol Gardiner. F.F. HAYDN: La Creación. Margare) Marsh al I } Lucia Popp, sopranos; Vinson Colé, tenor; Cwynne Howtll, bajo; Demd Weikl, barítono. Coro y Orquesta Sin rímica de la Radiodifusión de Baviera. Director: Rafael KubHik. ORFEO C 150 «52 H. 2 compactos DDD. 114' 31". HAENDEL: Acisy Caíala (vmión de W. A. Mozart). Edilh Malhis, Anthony Rolle Johnson, Robert Gambill, Kobert Lloyd. Coro y Orquesta de la ORF. Director: Peler Schrtier. Orfeo C 133852 H. 2 CompacEn los últimos años esta indiscutos DDD. 99' I I " . tible obra maestra de la música sin fon ico-coral de Franz Joseph Esta obra de Haendel, designaHaydn ha conocido diversas nuevas versioda como masque, serenata, oranes di geográficas, con presencia incluso de torio, ele, es, sin duda, una instrumentos originales de la época, como auténtica ópera por relatar incidentes draen las muy bellas recreaciones de Kuhn y de máticos (el segundo acto, después de un priKuijken, ambas curiosamente Harmonía mero descriptivo) a través de una Mundi. Viejos divos como Solti (Decca) y continuidad musical oportuna, requisitos inKaraian (DG), éste por segunda vez, han dispensables para encuadrarla en aquel gétanteado también su acercamiento a la obra nero. El criierio interpretativo adoptado ante en la década de los ochenta con resultado la partitura puede orientar el compiomiso: vario. escenario o sala de concierto. Esta segunda opción es la que aparentemente elige el tenorVuelve a ser Harmonía Mundi, en esta director Peter Schreier al encararse con la ocasión a través de su división Ibérica, la revisión de Mozart de 1788 de la pastoral compañía que está presente en la distribuhaendeliana. ción en España de esta nueva versión de! oraAcis y Calatea fue escrita por Haendel du- i torio firmada por el sello alemán Orfeo, que tantas cosas interesantes está incluyendo en rante e! período en que fue maestro de casu catálogo. Lo primero que llama la atenpilla del duque de Chandos, entre 1717 y ción en la dirección de ese gran músico que 1720. Contando el compositor con reducies Kubelik se localiza en el equilibrio clásidos elementos, la obra está concebida para co que consigue en su acercamiento a la parcinco cantantes (los solistas, más otro tenor, titura que, no obstante, aparece observada hacían también de coro) y siete instrumendesde una perspectiva levemente prerromántistas. No es raro por ello que la partitura tica. La batuta gobierna un conjunto orquesse distinga por el encamo de su sencillez e tal y coral de cierta amplitud, muy próximo intimidad. Cualidades que desaparecen en a) que debió de ser utilizado en c! Palacio el arreglo mozartíno, en pro de una sonoriSchwarzenberg de Viena el 29 de abril de dad en consonancia con los gustos de su épo1798; pero no hay ni un exceso, ni un efecca, lo que se traduce (por lo menos, es lo tismo —a no ser los que, un tanto infantilque sugiere la audición de este registro) en mente a veces, pide la propia escritura—, ni una ampulosidad y pesantez impropias de un atrope][amiento, ni un plano que no reuna composición de estas características. El sulte de lo que se adivina un estudio serio refuerzo instrumental y coral es el único oby concienzudo de lo pedido por el autor, cujetivo de Mozart. quien, en contra de las liyo estilo y características quedan admirablebertades que solían admitirse en similar tipo mente preservados. Esa sensación de de trabajos, respeta el orden y cuantía de los interpretación ordenada, redonda, musical, números de la pieza originaria. Solamente sin aristas, bellamente cincelada, muy herintroduce dos fragmentos orquestales del mosa de sonido, se percibe ya en la forma Concertó Grosso opus 6 y, lo que nos pareen la que el Caos, el originalísimo y armóce más importante, hace algunos cambios en nicamente avanzado preludio de la obra, está las participaciones contables. Asi: la interdiseflado, matizado, acentuado y fraseado, vención de la soprano (Galatea), destacada con la mayor de las naturalidades, y en la en solitario, en el coro inicial o la presencia manera en que se marca, en un sobrecogede dicho coro cerrando el dúo de los protador pianisimo, la entrada inmediata del bagonistas Wohl uns! ¿No es esto, pues, un jo, que prepara el terreno al coro para que intento por parle del músico salzburgués de éste establezca mágicamente, enlazando con hacer hincapié en la teatralidad que encuenuna milagrosa orquesta, el tránsito de las titra en Acis y Galatea? 40 Scherzo nieblas a la luz más cegadora a través del monumental acorde de Do mayor. El tratamiento de los numerosos corales obedece a estas premisas que posibilitan una exposición transparente de la rica polifonía —tan haendeliana— que los anima. Afirmación exultante, amplitud, pureza de línea, claridad de trazado, homogeneidad y regularidad cantabiles presiden todo el magno edificio, ofrecido, sin embargo, con la sencillez y la transparencia exigidas. Un coro sensacional, una orquesta dúctil, afinada y precisa, secundan los dictados del veterano maestro checo (Praga, 1914), que cuenta con un equipo de solistas vocales perfectamente integrado en tales planteamientos. Espléndidas la Mar sha II y la Popp, cada una en su estilo, Gabriel y Eva de lujo: la primera quizá mejora su prestación de la versión de Jordán (Erato); la segunda había grabado ya el arcángel con Dorad (Decca) en 1978. lnieligente Howeil, bajo de timbre opaco y medios muy justos, que se defiende en el Sol agudo del n° 7 y que matiza adecuadamente de acuerdo con lo pedido por la batuta. Buen fraseggiatore Colé, pero su voz es muy débil y excesivamente corta por abajo. Adecuado Weikl. Una versión, pues, importante, de muy bella calidad técnica además (las tomas están hechas en marzo y septiembre de 1984), que se coloca a la cabeza de las modernas al lado de la atractiva vía intermedia de Harnoncourt (Teldec). De las antiguas y aparte las interesantes de Karajan I (DG) y de Munchinger —dentro de su frialdad— (Decca), es preciso seguir recordando la monumental —aunque algo ampulosa— de Krauss (The Haydn Society) y la linca, sencilla y luminosa, un tanto nalve, de Fosier (que EMI haría muy bien en reeditar), que liene, con diferencia, la mejor soprano y bajo de todas: Elisabeth Grümmer y Gottlob Frick. A.R. HAYDN: Missa in honorem Bealissimae Virginis Mariae, Missa brevis Sancti Joannis de Deo. Georg Nigl y Dominik Orieschn>R, sopranos. Michiel Sehwtndingtr, contralto. Peler JdosiU, tenor. Anión Stharioger, bajo. Wienrr SanKerknabe». Chorus Vknnensis. Martin Hasdhmk. órgano. Wiener Symphoniker. Director: I »e Chrisüait Harrer. Philips 420 162-2. Compacto DDD (ST46"). Además de las seis últimas misas, compuestas entre 1796 y 1802. escribió Haydn otras ocho, entre lósanos 1750 y 1782. A este segundo grupo pertenecen las dos cuyos títulos encabezan este comentario. Ambas composiciones ofrecen un único punto común: la intervención del órgano como instrumento solista, y no con el carácter que se le otorga en las restantes misas, de ser un instrumento más del conjunto orquestal. De ahí que estas misas sean también conocidas con el nombre de Misas para órgano. No estamos, por supuesto, ante composiciones vocales de la última época haydníana, caracterizada por un elevado nivel de madurez artística en este terreno. Naturalmente, ello no resta ni interés ni genialidad a estas páginas. Al contrario, la Missa in honorem Beatissimae Virginis Mariae o, como popularmente se la llama, la Gran Misa con órgano, es muy interesante, por presagiar algunos de los elementos que aparecen en la DISCOS última serie de misas: el equilibrio estructura] conjunto, por ejemplo, y el uso, considerablemente desarrollado, del cuarteto solista, como en el Benedictas, y en el Chrislieeleison, anticipan en muchos años estos mismos rasgos, que aparecerán en la Theresienmesse, o en la Ñelson messe. El empleo de los solistas y del coro dentro de cada sección la aproxima a la estructura de la cantata-misa napolitana en mayor grado que ninguna otra de las misas de Haydn. Los Niños Cantores de Viena y el Chorus Viennensis, realizan una magistral interpretación de ambas obras. Estamos en presencia de dos conjuntos vocales poseedores de una perfección técnica envidiable y, además, expertos conocedores del clasicismo vienes. Debo resallar las magníficas cualidades vocales de los niños, que cantan las partes solistas, tanto cuando intervienen acompañados por el tenor o el bajo, como cuando lo hacen en solitario: el Kyrie. en el primer caso o, en el segundo, el Benedicius, de la Missa Sancti Joannis de Dea. La brillante aria del tenor en el Incarnatus no resulta demasiado convincente en la voz de Peter Jelosits, algo insegura y no muy limpia. Por lo demás, y salvando esta pequeña objeción, la lectura de estas páginas, tanto por los conjuntos vocal y orquesta, como por los solistas, merece un puesto de primada en la interpretación de este tipo de obras. Dentro de este excelente cuadro interpretativo, sería injusto no hacer una especial mención al organista Martin Kaselbóck, que interviene como solista en repetidas ocasiones y, en particular, en algunos números de ambas misas como, por ejemplo, en los dos Benedicius, en los que el órgano tiene una destacada presencia. Finalmente, y por lo que hace a ta información recogida en los comentarios que acompañan al disco, resulia bastante escasa y pobre de contenido. Creo que se deberían haber esmerado un poco más en este punto. F.G.Ü. HAYDN: Sinfonía n." 6 en re mayor «La mañanan. Sinfonía n." 7 en do mayor «El mediodía». Sinfonía n,° Sen sol mayor « La tarde». Tbe Engllsh Conceri. Director Trevor Pinnock. Arcbiv 423 098-Z. Comparto. DDD. 64'34". En 1761 compone Haydn este tríptico sinfónico para sus nuevos patronos, los príncipes de Esterházy. Esta pintura musical de las partes del día —el cierre con una sinfonía final dedicada a La noche, que figuraba en el plan inicial, acabó por ser desechado —supone un momento de crecimiento en el lenguaje sinfónico temprano del compositor. Pero, incluso reconociendo esto, no deben dejar de indicarse las contradicciones y los titubeos. Junto a una fértil capacidad inventiva, Kaydn da muestras de verse todavía obligado a acogerse a procedimientos muy convencionales. Como trilogía, estas sinfonías forman un conjunto más bien desigual, debido, concretamente, a la menor consistencia que presenta la Sinfonía n. ° 8. Pese a la inspiración extralnusical de las obras, los instantes estrictamente descriptivos se reducen al Amanecer de] primer tiempo de la Sinfonía n." 6 y la Tempestad que pone fin a la Sinfonía n. ° 8. La vitalidad y el colorido de que gozan las interpretaciones de estas obras por Pinnock y su grupo no tienen paralelo en la discografía. Desde el asombroso pianísimo inicial de la Sinfonía n. ° 6, todo son aciertos en unas versiones dominadas por el juego y la gracia. Además de con una total corrección estilística, esta grabación cuenta también con unas espléndidas intervenciones solistas —las obras están llenas de solos obligados— de los miembros de la English Concert. Una oportunidad única para disfrutar del primer Haydn en una visión empapada de ingenuidad musical. E.M.M, HOLST: Los planetas. Miembros del Coro de la Filarmónica de Londres. Orquesta Filarmónica de Londres. Director: sir Adrián Boult. Precisión Records Compacto PVCD 8381148-57"). Grabado en 1954. Distribuido por Maslertrax. Tercer disco de esta serie que llega a mis manos. Los comentarios sobre precio, presentación, etcétera, son totalmente paralelos a los citados para la Segunda Sinfonía de Elgar, por lo que remito al lector a dicho comentario. Por lo demás, es bueno tener la versión de Boult de esta suite, de la que fue uno de sus mejores intérpretes. El director británico emplea unos tempi considerablemente más rápidos que Dutoil (Decca), y se halla más cerca de la aproximación de, por ejemplo, Karajan (también Decca). Es, pues, una versión más agresiva /Marte), brillante y extrovertida que la del titular de la Sinfónica de Montreal. La segunda sección de Júpiter está expuesta de una forma muy solemne; Urano nos ofrece un aire de marcha a lo Dukas muy convincente. Neptuno está envuelto en una sugestiva atmósfera de misterio, y cuenta con una excelente contribución coral. OS© Por su parte, la Filarmónica Londinense se muestra en muy buena forma, aunque el metal no es lan poderoso y redondo como el de sus colegas de Montreal ni, por supuesto, como el de la Filarmónica Vienesa (Karajan). En cuanto a grabación, también aquí es aplicable lo dicho para el caso de Elgar. El sonido es muy aceptable, teniendo en cuenta la edad de la grabación. No obstante, puede considerarse que, en obras como ésta, la brillantez sonora es fundamental, y en ese sentido no dabe duda de quién es el ganador (Duloit). Sin embargo, creo que la lectura de Boult es muy, muy buena y, al precio que se ofrece, sólo Karajan puede hacerle la competencia. En definitiva, si todas las reediciones de esta casa son como ésta, habremos de darles calurosa bienvenida. R.O.B. HOLST: Sávilri. Felkiiy Palmer, Philip Langridge, Slepben Vareo*. The Richard Hickox Síngers. The Dream-City. Palrizia Kwdla. City oí London Sinfonía. Director: Richard Hickox. Hypcrion CDA 66099. DDD. 58' 03". Gustav Holst es mundial mente conocido por su obra sinfónica Los Planetas. Sin embargo, fue un compositor especialmente atraído por la voz humana, a la que dedicó la mayor parte de su no muy prolífica producción. Asi: nueve óperas, algunas operetas a] estilo de Gilben y Sullivan, corales y canciones. Sávitri¡(escrita en 1908, estrenada en 1916) junto The wandering schoíar (de 1951) son sus obras teatrales más reconocidas, que merecen regular atención por pane de la escena inglesa, pero que fuera de sus fronteras no pasan de ser una simple referencia erudita. Es por ello que este disco tiene un interés inicial imprescindible para el interesado en la música teatral Inglesa, particularmente en Benjamín Brillen, que tanto debe a aquél. El texto de Sávilri, original de! propio compositor, recoge un episodio de la epopeya sánscrita del Mahabharala donde se cuenta cómo la protagonista, por amor, logra rescatar de la muerte a su esposo Satyavan. Con tres solistas, un conjunto instrumental de doce elementos y el coro, que sólo canta la vocal u de la palabra sun (sol), Holst crea una obra musical de gran belleza, austera, personal e imaginativa. La versión, además, está correctamente servida, aunque la protagonista femenina es inferior, por voz y sensibilidad, a la que figura en una edición anterior de la obra (Janet Baker), registro aún en catálogo en el mercado inglés. El disco Hyperión (Sávilri dura un poco más de media hora) se completa con el ciclo de canciones agrupadas bajo el título The Dream-City (La ciudad del sueño), Diez canciones sobre textos del poeta Humen Wolfe. escritas por Holst. entre 1917 y 1929, orquestadas y reunidas por Colin Matthews en tres partes, con habilidad y bastante respeto por el original. La soprano Patrizia Kwella da el conveniente relieve musical al conjunto de canciones, muy bien sostenida por Richard Hickox, preciso y poético traductor de este mundo sutil y de ensueño que el ciclo sugiere. El impecable registro, de 1983, no hace más que aumentar el interés por la grabación. F.F. HUME: PoeiicalMusicke. Thefirstpan of Ayres. Moni ser ral Figucras, soprano; Paul HilÜer, bajo, llesperion XX. Director: Jortli Savall. EM1 Deutsche Harmonía Mundi. CDC 749253 2. Compacto. ADD. 5«'2O". La recuperación de la música de Tobías Hume (1569-1645) va indisolublemente ligada a! nombre de Jordi Savall. Como primer gambista de nuestro tiempo, el músico catalán nos ofreció ya un disco impresionante de los Musical! Humors (Astree E 7723, puede verse la reseña de J.C.C.A. en SCHERZO n." 16, página 36), mientras que en su faceta de director nos da. junto a su grupo, una muestra completamente distinta de la música del capitán Hume. Ciertamente, Hume fue, sobre todo, uno de los más grandes intérpretes de viola de su tiempo. Ello se nota, pues la mejor música que escribió se encuentra en la serie antes citada Musicall Humors. También en ¡as colecciones de ¡as que se ocupa este disco se puede comprobar el interés constante de Hume por su instrumento favorito, bien cuando lo integra en forma de Consort, bien cuando lo utiliza para acompañar a la voz, cometido en el que deseaba que la viola desplazase al laúd. En todas estas obras, pero sobre todo en The Souldiers Scherzo 41 DEAL X V MUSICAL DISCOS Los Clásicos de la música En nuestro departamento de discos, disponemos de 250 m2. dedicados exclusivamente a la música clásica, donde podrá encontrar la mayor selección de música en: Compact-Disc Discos Cassettes Videos de Opera - Videos pedagógicos de Música Sinfónica - Videos de pintura - Revistas musicales - Catálogos de Discos Somos distribuidores exclusivos de los prestigiosos discos MTNUS-ONE con los que podrá interpretar su instrumento favorito de solista, y con una gran orquesta al fondo (Disco + partitura en Play-Back), además disponemos de exclusivas, en Música Contemporánea, y en discos y compactos de la UNION SOVIÉTICA. MUSICAL CARLOS III - N° 1 - 88013 - MADRID A LOS AFICIONADOS AL COMPACT-DISC LE ABONAMOS 4 2 5 ptas. POR CADA DISCO BASES 1) Real Musical le descontará 425 pesetas por cada disco LP. de música clásica, (no importa su estado), que nos entregue, por la compra de cada compacto de cualquier marca de la serie de precio normal y 275 pesetas si el disco compacto fuese de serie de precio económico. 2) Esta promoción será válida sólo para la adquisición de discos compactos y estará vigente durante todo el mes de mayo de 1988 en nuestra tienda de Madrid Calle Carlos III, n° 1. MUSICAL CARLOS IB . w 1 . 20013 - MADMD DISCOS Song y en Tobacco, se comprueba el carácler siempre cargada de personalidad del arle de Hume, ese gusto por lo inhabitual que llevó a Gusta ve Reese a calificar a nuestro compositor como el músico más excéntrico de su época. En una primera audición, este registro causa un impacto menor que el giabado en solitario por Savall de los Musicall Humon. Pero una escucha más atenta revela todos sus valores musicales. Quizá la música contenida no sea de la misma altura, porque a fin de cuentas Hume fue, ante todo, un gambisla. Pero lo indudable es la excelencia de la interpretación, que nos restituye en toda su belleza unas piezas olvidadas injustamente. La linea interpretativa escogida corresponde ai quehacer estilístico propio de Savall y Hesperion XX: contención, sobriedad y una cierta seriedad en absoluto inapropíada o inexpresiva. Sobresalientes prestaciones solistas, tanto vocales como instrumentales. E.M.M. MAHLER: Sinfonía n° 10 (Versión de concierto realizada por D. Cooke). SCHONBERG: Verkiarte Ñachí (Versión para orquesta de cuerda) Radlo-Symphonie Orchester Berlín. Dir.: Riccardo ChaMy. Álbum 2 Discos compartos DECCA 421 181-2. DDD. 1987. La Décima Sinfonía de Mahler (como el acto III de Lulu) trae inevitablemente a la memoria los esclavos inacabados de Miguel Ángel: en su presencia uno no deja (infructuosamente) de imaginar cómo hubieran sido las esculturas concluidas. En el estado presente, exhiben un aspecto de brutalidad sin límite que los aleja, en pos de no se sabe qué horizonte casi expresionista, de cualquier otra estatua de su época: lo que les falta de elaboración se ve ampliamente compensado (para nosotros, a semejante distancia temporal) con ese carácter azarosamente visionario que su inconcreción, hoy, genera; esa misma sensación sobrecogedora de desgarramiento y trasiemporalidad ofrecida por el torso de Belvedere: la carencia se ofrece como una forma de plenitud. Pero la música, ¡ay!, solamente cabe imaginarla como proposición última, como irrenunciable presente. Gustav Mahler dejó su última obra sin perfilar, y el resultado final del trabajo de Cooke (como el de Cerha en Lulu) merece todo el encomio que cabe dispensar a un esfuerzo honesto, científico y por demás voluntarioso: se trata —como el propio musicólogo ha dicho reiteradamente— no de presentar la imposible terminación de una obra detenida en pleno progreso, sino de hacer sonar más o menos aproximadamente aquello que Mahler tenía en la cabeza (y, claro está, sobre el papel) en el mismo punto en el que una llamada más imperiosa le obligase a abandonarlo. Para un compositor con semejante grado de invención tímbrica, ta finalización de la obra implicaba un nivel de refinamiento al que aún estaba ¡ejos de arribar, cosa que la versión de Cooke pone bien de manifiesto (de ahí su honradez). Lo que se escucha es de una tosquedad notable (si lo comparamos con la Novena o La canción de la tierra) pero, a diferencia de lo que sucede con los marmóreos ejemplos arriba ci- 44 Scherzo tados, la carencia se vive aquí como irrecuperable mutilación. Es una situación que ni Chailly ni el Niño del Remedio pueden solventar. Queda el testimonio de un trabajo probablemente sincero y lleno de empeño. Pero si a la tosquedad impuesta por la Historia añadimos la propia del director, ese soso treíntañero, el conjunto no excede de lo discreto, aunque la lectura sea clara y diligente. Falta sensibilidad, delicadeza, patetismo y barbarie, que todo hay en semejante viña, y la ejecución no pone ninguna de estas cualidades de manifiesto: hay, más bien, grisura, contención y corrección. Para completar el álbum han añadido la schónbergiana Noche transfigurada: no vean ustedes el susto que uno se lleva al desplomarse desde las celestiales alturas del Fa sostenido mayor con que la obra mahleriana concluye al abismal Re menor con apoyatura del 6° grado con que la pieza del calvo comienza, si no se ha tenido la precaución de parar el aparato por enmedio y fumarse un cigarrito (de esos que tanto molestan al gobierno) con el fin de tomar nuevos aires antes de proseguir la audición. Chailly nos cuenta la obra con un aire muy zarzuelero y marchosillo que no deja de agradecerse en partitura tan aborrascada, aunque se eche a faltar ese trascendentalismo tristanesco tan típico y tan finisecular. Cosas de la vida posmoderna de ahora. J.L.T. MENDELSSHON: Sinfonía N.° 3 en La menor, Op, 56«Escocesa». SinfoníaN."4 en La mayor, Op. 90 «Italiana». Orquesta Filarmónica de Londres. Director: Semyon Bychkov. Philips-Compteto. DDD. 68'39". Semyon Bychkov, nuevo valor de la dirección orquestal, llega a nosotros con dos obras de estricto repertorio, impulsadas por el admirable soporte sonoro que supone este registro. Hay que decir que en el director ruso, quien sabe en primera instancia captar nuestra atención, se adviene el gusto por la frase amplía, la respetuosa jerarquía de los diversos planos sonoros —resaltando oportunamente la activa participación de las maderas en ambas obras—, y un tono discursivo y refinado que no rehuye las explosiones vehementes. En la «italiana», más equilibrada como obra y como versión, Bychkov exhibe un buen control de la dinámica, fogosidad y resolución en los fugados —si bien, engarzados al discurso— y, en general, magníficas prestaciones de signo virtuosístico en los diversos cometidos de las maderas, un poco a lo Maazel, pero sin llegar a transmitir su energía desbordante. La «Escocesa» tiene más altibajos. También aquí Bychkov trata de domeñar la vitalidad indomable de una obra cuyos movimientos debieran sucederse sin interrupción, peculiaridad que no se respeta por adaptarse a la forma habitual de separación entre ellos que distingue al compacto. El contraste más acentuado se da entre los movimientos 3." y 4.°, El scherzo escá expuesto atropelladamente, como un tiempo de paso que hubiese que dejar pronto atrás. Los climax son forzados, y la levedad y el toque mágico brillan por su ausencia. Las cosas cambian, sorprendentemente, en el tiempo lento, donde está bien captado el tono cantabile y las ornamentaciones de la cuerda no son nunca empalagosas, manteniéndose siempre el aire grave y un afán expresivo que nos lleva a pensar que Bychkov cree en este movimiento, que algunos consideran el punto más débil de la obra. En el resto, la buena impresión se mantiene, pero queda alguna bruma sin disipar, ya que, pese a las virtudes apuntadas, en el fondo todo es un poco estático, archicalculado, a veces el detalle fulgurante tiene más importancia que el curso de la sinfonía, o su trazado esencial, y jamás estamos frente a una versión de referencia, como la que hace Klemperer del primer tiempo de la «Escocesa», o Szell del cuarto de la «Italiana: J.M.S. MOZART: Conciertos para violln y orquesta N° 3 en Sol Mayor, K. 216 yN" 5 en La Mayor, K. 219. Adagio en Mi Mayor, K. 261. Cho Liang Lin, violtn. English Chamber OrchesU. Dir.: Raymond Lenpard. CBS M 42364. Los cinco conciertos para violin de Mozart son fruto de juventud; todos ellos datan de 1775, cuando el salzburgués contaba diecinueve arlos. Aunque no alcanzan el nivel de perfección y madurez que podemos observar en los últimos conciertos para piano (instrumento que dominaba más y al que se sentía más ligado) o en el maravilloso para clarinete, todas estas obras tienen el sello de Mozart, su gran facilidad para dar con el tema galante, aparentemente fácil, pero contagiosamente bonito. Es por eso por lo que movimientos como el adagio del Concierto K. 216 se han hecho tremendamente populares (dentro de lo que cabe en este mundo, claro). Este disco contiene dos de los conciertos más conocidos del ciclo, así como e! Adagio K. 261, iniciaimente sustituto del original en el Concierto K. 219, al parecer a instancias de Antonio Brunetti (concertino en Salzburgo). Este adagio K. 261 es, sin duda, muy bonito, aunque particularmente coincido con Leppard en no explicarme por qué el original (justamente restituido) debía reemplazarse. Cho-Liang Lin es un joven violinista que ya asombró a los madrileños cuando, apenas adolescente, ganó el Concurso Reina Sofia y se presentó con gran éxito después, en el mismo escenario, con la Sinfónica de RTVE. El oriental poseía —y conserva— un sonido abundante y bonito, una técnica considerable y unos criterios musicales en general muy aceptables. Sin embargo, en el presente disco, y aunque su intención, dentro de la tradición más rigurosa (léase nada que ver con los Harnoncourt y compañía), es loable, la traducción es menos satisfactoria. Asi, junto a tempi generalmente bien escogidos, matización cuidada y fraseo bien pensado, encontramos excesivo víbralo, entonación lejos de lo irreprochable y empleo en demasía de recursos «románticos» como el portameiito; esto, en un concierto en vivo, pasaría sin más consecuencias, pero su audición repetida en disco creo que resulta —al menos en mi caso— un tanto irritante, dado que conduce a inevitables rupturas del discurso musical. DISCOS Puestos a escoger, le veo algo más acertado en el K. 219, aunque también aquí « lo estropea» de cuando en cuando, por los motivos antes citados. El acompañamiento de Leppard, en cambio, es, también dentro de la más absoluta tradición, una delicia de ligereza, claridad y sensibilidad. Una verdadera lección de lo que acompañar significa en términos de dialogar, de apoyar, no de mera comparsa. Mi prensado tenía algunas frituras en la primera cara, pero, por lo demás, la grabación es muy buena. En definitiva, y a falta de una grabación de este ciclo a cargo de alguno de los representantes de las nuevas —¿o viejas?— tendencias interpretativas, prefiero, por ejemplo, la de Zukerman/Baremboim (también CBS, no remitido para crítica) pese a que tampoco creo que resistiera una competencia más fuerte. celente soporte sonoro, que nos hubiese permitido oír todo..., si lo hubiera. Réquiem recomendable únicamente a aquellos que valoren en primer termino la sobriedad, y se conformen con ella. tico (Brahms, Liszt). La primera de las Piezas Op. 3 transmite un clima de lied muy cercano a Schubert. Estas mismas pautas son válidas para la Suite sinfónica (que recuerda continuamente a Brahms), y para las Bagatelas. Encontré relativamente monótonas J.M.S. y faltas de expresividad Festivala Preiude y The Dream of Merry Chritmas. En la Chacona (ya de 1916) nos vamos ya a una obra NIELSEN; Obra completa para piano 15 ambiciosa: su escritura es más contrapunpiezas Op, 3; Suite sinfónica Op. 8; Humotistica, y la mezcla con elementos formales resque Bagatelles Op. 11; Festival Preiude; más modernos proporciona un contraste de The Dream of Merry Christmas; Chacona gran efecto. El tema y variaciones, la Suite Op. 32; Tema y variaciones Op. 40; Suite Op. 45 y las 3 piezas Op. 59 son, probableOp. 45; Tres piezas Op. 59; Músico para jó- mente, las composiciones más completas, y venes y ancianos, Op. 53; Pieza en Do). Mi- también las más avanzadas. Nos movemos na Miller, piano. Hyperion Compacto COA aquí entre los restos del último romanticis66231/2 (2 discug, DDD, l i r i O " ) . mo, detalles claramente impresionistas e incursiones en las -—para entonces— modernas tendencias compositivas, con creciente uso El danés Car! Nielsen (1865de las disonancias y flexibilidad c indefini1931) no ha sido tratado por los ción tonal. Las 25 piezas que componen la intírpreies con mucha excelenR.O.B. Música para jóvenes y ancianos son una cia, que digamos, especialmente por estos suerte de delicioso Microcosmos escrito por pagos, donde su música permanece constanMOZART: Réquiem. Yvonne Kenny, Samh Nielsen, con la peculiaridad de haber limitemente ausente en conciertos y grabaciones. Walker, William Kendal, David Wilsontado la escritura a un intervalo de quinta paSus sinfonías, forma en la que se ha hecho Johnson. Choir of Sainl John's College, ra cada mano. Esta colección de ejercicios mas popular, son interpretadas y grabadas Cambridge. EnglUh Chamber Orcbestra. —y la Pieza en Do, que contiene similar de vez en cuando por ahí fuera. Director: Georg Guest. Copado-Digital atmósfera— cierran la obra pianística del daChandas 8574 (1987). Duración: 54'18". Particularmente, siempre me he sentido nés con una vuelta a los orígenes, a las miatraído en buena manera por la música que niaturas con que comenzó sus composiciones he llegado a conocer de él. Debo confesar El Réquiem de Mozart admite para el teclado. Vuelta que, no obstante, es que nunca había tenido ocasión de escuchar una variedad de enfoques, critefascinadoramentc distinta del principio, desninguna de sus composiciones para piano. rios y acercamientos, que lo hade el punto de vista estilístico. En conjunHasta donde he podido saber, sólo cuatro cen singular y acaso único. Por ello, sólo pato, pues, obras que tienen interés vario, pero artistas han llevado algunas, o todas las rece esquivar, o resentirse, ante los planteaque, personalmente, me han proporcionaobras pianísticas del compositor danés al dismientos más faltos de garra, tímidos o do muy agradables ratos. co (Ogdon, RCA; Skjold Rasmussen, Foescasamente comprometidos. En el caso de na; Me Cabe, Decca. y Westenholz, BIS). la versión editada por Chandos, comandada por el veterano George Guest, la indefiDesde el punto de vista interpretativo, la No tengo conocimiento de que ninguna nición, por ausencia de presupuestos Miller se beneficia del, sin duda, profundo de estas grabaciones haya llegado al mercaconcretos que sirvan de motor de arranque, estudio que ha tenido que realizar de estas do español (sólo las dos últimas citadas son es lo que hace que el presente empeño queobras, que entiende, siente y traduce con muintegrales). Así, pues, éste tiene toda la pinta de un tanto a medio camino. sicalidad indudable. No obstante, su carrede ser un debut discográfico, en lo que a ra, un tanto académica, ha perjudicado sus nuestro país se refiere. Guest emplea para su Réquiem una orrecursos como virtuosa, por lo que en los questa de cámara y unos coros no especialNielsen estaba lejos, al parecer, de ser un pasajes técnicamente más difíciles está lejos mente robustos, ni nutridos. Este acierto consumado pianista, por lo que su conocide ser impecable, acusando algunos fallos básico no le sirve al director gales para remiento de los recursos técnicos y expresivos mecánicos y una articulación simplemente crear el peculiar universo (imbrico de esta del piano era limitado. En estas circunstanregular. Por otra parte, su uso del pedal es, misa (en este caso hubiera sido deseable el cias, parece que, al menos en buena parte en ocasiones, excesivo, lo que, además se ve uso de instrumenios originales), en la que de las obras, algunos pianistas contempoagravado por una grabación con demasialas sonoridades oscuras y penetrantes del faráneos tuvieron algo que ver. La aparente da resonancia (no consta el lugar de grabagot y el como di bassetto crean una atmósdistorsión que tales influencias hayan podición). Por ello, no es de extrañar que se fera semejante a la de aquellas obras de do tener en ta verdadera intención del comencuentre más en su jugo en las piezas más Mozart destinadas al culto masónico. positor, ha llevado a la estudiosa y pianista pequeñas y fáciles (Op. 3, Op. 11. Op. 53), norteamericana Mina Miller a realizar una que transmite con un mimo y encanto exEn estas circunstancias, y con la mayor labor depurativa de lo que pudiera considetranquilidad. Guest igual nos sirve la comtraordinarios. En conjunto, no obstante, su rarse ajeno al propio Nielsen. Esto se ha tralabor es muy aceptable, y aunque de haber pleja polifonía del Domine Jesu, que el inducido en una edición completa de su obra más competencia podría salir mal parada en mediatamente posterior Hostias, cuya pianística, debida a la mencionada artista homofonia estricta no desmiente las resola comparación, su grabación viene a cubrir (Edition Wiihelm Hansen. Copenhagen), nancias gregorianas. Los coros del KyHe, una, para mi, imperdonable laguna en el reque es la que se ha grabado en este álbum. contagiados por la asepsia de su director, y pertorio pianístico. Ño es éste el lugar para enjuiciar la labor mucon dicción del texto dudosa, cantan la dosicológica de la Miller, que requeriría un ble fuga conclusiva como si se tratase de un En resumen, pues, álbum que debe gusanálisis pormenorizado de las ediciones anejercicio académico, que únicamente nos tar a todos los buenos aficionados a Nieltes > después. Sin embargo, el terreno siemproduce placer por lo bien que están sepasen y al piano. Los pequeños fallos de pre es peligroso, por la eterna y difícil rados técnicamente en este registro. grabación (de vez en cuando se oye también pregunta de ¿dónde acaba Nielsen y dónel pisado del pedal) y algunas limitaciones técde empieza lo ajeno? Por si fuera poco, flaco servicio nos hace nicas de la pianista, no me impiden dedicar el cuarteto solista, inferior global mente a a estos discos mi más calurosa recomendatantos que han llevado esta obra al disco, La impresión que produce la audición de ción. Sin la menor duda, es uno de los ejemy en el que sólo sobresale, mínimamente, la estas obras es muy curiosa. Situadas en los plares más interesantes que me ha soprano Yvonne Kenny. Su intervención llediscos —sabiamente— por orden cronolócorrespondido comentar. va a que páginas como el Recordare, o el Be- gico, abarcan el periodo que va desde 1890 nedictus, queden notoriamente deslucidas. 15 piezas Op. 3), hasta 1931, ano del falleR.O.B. cimiento de Nielsen (Pieza en Do), y se obEn síntesis, lo esencial del Réquiem de serva a lo largo de ellas una progresiva y un Guest es su ausencia de tensiones, de contanto peculiar evolución. Asi, las piezas del trastes, de luces y de sombras, que conduce PROKOFIEV:-Sinfonía N.° 5 en Si bemol primer disco son muy clásicas en formas y a una omnipresente claridad, que aquí no mayor, Op, 100. fres números de la Suite lineas, compartiendo estilos cercanos a los es sino limitación. de valses Op. 110. Orquesta Nacional de Esgrandes maestros del romanticismo pianíscocia. Director; Necne Járvi. Chando»CD Conclusión: Se ha desaprovechado un exScherzo 45 DISCOS 8450. DDD. 57'IÜ", Fabricado en Alemania. Comentarios de Noel Goodwln, en inglésSegún Prokofiev, ta melodía es, con mucho, el principal elemen10 de la música, y el mismo Stravinsky decía, en 1939, algo muy similar: «Empiezo a pensar, de acuerdo con el gran público, que la melodía debe conservar su jerarquía en la cima de los elementos que componen la música.» Evidentemente, Prokofiev es un compositor de melodías y. de sus obras, la Quima Sinfonía es una de las que exhibe mayor riqueza melódica, combinada con una buena dosis de optimismo y toneladas de brillantez orquestal. No es ésta una música sombría y de trágica grandeza, como la Sexla, ni agria y áspeía, como la Tercera. De estas últimas, apenas se encuentran versiones en el mercado. En cambio, de la Quima, sin buscar mucho pueden encontrarse las siguientes: André Previn/Filarmónica de Los Angeles {Philips DDD, Primera sinfonía), Ashkenazy/Concertgebouw (Decca DDD, Sueños). Marti non/Orquesta Nacional de la ORTF (Hispavox, LP Primera sinfonía), Alain Lombard/Filarmónica de Estrasburgo (LP, Erato), Bernsiein/Filarmónica de fsrael (LP, CBS). e»n««CT Dg© TwHi Sí a ta anterior añadimos la vieja versión de Maazel con la Orquesta de Cleveland (Decca), y la de Rozhdestvenski en grabación Melodiya-Hispavox, contamos con un magnífico panorama fonográfico, que mueve a gritar: ¡Graben otras cosas, por favor! La versión de Jarvi no tiene nada que envidiar a las de Rozhdestvenski y Maazet, que eran las que conocía quien esto suscribe. El director estoniano hace una buena lectura de la sinfonía, en la que brilla el carácter juguetón del Scherzo y el Allegro giocoso final y la riqueza lírica y el ímpetu del Adagio. Quizá una mayor nitidez de planos sonoros y un sabor ruso más marcado hacen preferible esta versión a !a de Previn con la Filarmónica de Los Angeles. Los tres valses que completan el disco tienen un valor de curiosidad. Especialmente agradable es el vals Mefisla, procedente del filme Lermonlov. Por supuesto, e! sonido es excelente. Disco recomendable para quien quiera conocer la obra, aunque si yo fuera el interesado internaría antes oír u obtener referencias de la de Ashkenazy. J.A.T.O. PVKCELU Dido y Eneas, Kirslen Flagstsd, Elisabeth Schwankopr, Ihomas Hemsley, David Lloyd, Arda mandikian. The mcrmaid Singers and Drche&tra. Director: Gerainl Jones. EM1 -Referentes CDH 7610062. Compaclo ADD. Una tradición interpretativa continuada ha conseguido que obras como Dido y Eneas no hayan tenido que ser recuperadas del pasado. Siempre ha estado ahí. Su interpretación ha sufrido el cambio de los tiempos, pero no el olvido. Por eso, este registro de 1952 no suena, como ocurre con determinadas grabaciones contemporáneas (por ejemplo, de Monteverdi), a a poli liado. Es algo palpitante, vivo, servido por una dirección sumamen- 46 Scherzo te correcta y unas voces —ya lo saben ustedes de antemano— simplemente maravillosas, con una Dido irrepetible (Ftagstad), y una Elisabeth Schwarzkopf en tres papeles diferetes. No les afecta el anacronismo de la interpretación, aunque recientes lecturas fonográficas hayan aportado nueva luz (asi, las dos de Leppard —Etato y Philips— en una interesante vía muy barroca, ajena sin embargo a instrumentos de la época; o las de Harnoncourt — Teldec— y Cohén — Harmonía Mundi— con criterios puristas, aunque hay que hacer notar que hace muy poco que alguien se ha acercado por vez primera a esta obra con instrumentos originales). En resumen, este Dido histórico no queda, ni mucho menos, excluido por versiones posteriores, acaso más adecuadas estilísticamente. No le aféctala misma cuestión que a otras obras, que ya no se pueden escuchar después de oírlas con otros criterios. S.M.B. RAMEAU: Nouvelles Suiles de Piecet de Clavecín (1718). William Christie, clavecín. Harmonía Mundi Compacto HMC 901121 (ADD, 64' 08"). la libertad formal de Leí triolets y la serena expresividad de L 'enharmonique, pasando por la contagiosa melodía de Les sauvages y la suave galantería de los minuetos. ¿Qué decir de la interpretación? Christie es un músico especialmente ligado a la música francesa, convertido en apóstol de ésta, especialmente a través de su grupo Les Ans Florissants, con el que ha realizado espléndidas grabaciones. En su faceta de clavecín isla se prodiga menos. Aquí utiliza dos clavecines procedentes del Museo del Conservatorio de París, un Goujon-Swanen fSuile en La) y un Ruckers-Taskin ISuite en Sol). (Ignoro por qué no se da la fecha de construcción de ninguno de los dos.) Ambos son espléndidos instrumentos, de muy hermoso y equilibrado sonido, que ha sido captado con particular acierto. Chrislie les saca el máximo partido. En general, opta por lempos mis moderados que Cilbert (ARCHIV), recurre a los adornos con medida justa y exquisito gusto, y expone su mensaje con una claridad de articulación envidiable (lo que no es poco en música tan enrevesada como esta). En la piezas más libres (Les Triolets, AUemande) parece introducirse mejor que Gilbert en el peculiar mundo de floreo francés, y su sentido de la grandeur se antoja más Estas colecciones de piezas para adecuado que el de éste. Los cambios de reclavecín pertenecen a la madurez mae de Rameau, y no es la primera gistro están realizados con sabiduría, sin que se perciba ruptura alguna en el mensaje, tanvez que son llevadas al disco. La Suile en tas veces aparente en manos de quienes conLa Mayor es, de las dos incluidas aquí, la sideran que la existencia de diferentes más ambiciosa. Contiene tres movimientos registros justifica el cambio ininterrumpido iniciales en la clásica secuencia Allemandey anárquico. Courante-Sarabande, seguidos de otros tres con título (Les Trois Malas, Fanfarinelie. Sin embargo, Gilbert tiene también muLa Triomphante) para terminar con una bri- cho que ofreceí, y de sus tempi más rápillante Gavota con seis variaciones. La Alledos obtiene beneficio en determinadas piezas mande es de grandes proposiciones, con un (La Poule, Les Irois mains). Su instrumenclima de casi fantasía. La Courante es una to (J. H. Hemsch, 1761, de la misma prodeliciosa demostración de la maestría de Racedencia) posee un sonido, si cabe, más meau para lo que es tan querido de los franpotente que el de los usados por Christie. ceses: la grandeur. Por su parte, los tres Sin embargo, encontré un cierto desequilitiempos que siguen son, repeclivamente, una .brio en favor de los graves, con agudos muy alegre y preciosa danza que recuerda en mopoco audibles (no sé hasta dónde llegará la mentos a Sea rían i, con abundantes cruces influencia de la grabación). En fin, decisión de manos, una delicada y femenina pieza gadifícil, sí es que uno tiene que tomarla. Eslante y un brillante rondó. La Gavota con pléndida demostración de Christie, sin emvariaciones que cierra la obra constituye, sebargo, y, en definiiiva, disco de total gún Kenneth Gilben, un homenaje a Hanrecomendabilidad —otra vez, ¿cuándo del: una especie de recuerdo del aria con aprenderán oíros?— de Harmonía Mundi. variaciones incluidas por éste en su Tercera suile para clave (1720). Sin duda, la afirmaR.O.B. ción de Gilbert no es gratuita y, aunque tal homenaje revelaría, entre otras cosas, que SAINT-SAENS: Concieno para piano N° los canales de comunicación entonces no 2 en la menor, Op. 22. SCHUMANN: Coneran tan malos como podríamos creer, la cierto para piano en la menor, Op. 54. Isverdad es que el parecido del tema es clararadka Margalil, piano. Orq. Filarmónica de mente reconocible. Maravilloso y espectaLondres: Bryden Thomson, director. cular homenaje por demás, ya que el Chandos-Digilal ABRD 1254. 54' 2g". movimiento, técnicamente rico y musicalmente muy hermoso, es digno cierre de la La limitación principal de este registro es Suile. que incluye dos títulos archíconocidos ilustrados por una pianista, lsraela Margatit, en cuyas manos no nos saben a nada nuevo. Respectoala Suile en Sol Mayor, se compone de siete movimientos con título y dos La Margalil ni por impronta personal, ni minuetos. La coherencia estructural de esta por velocidad, contundencia o fluidez del lesuite dista de la de la primera, y cualesquiegato (salvo en algún momento muy concrera de estas piezas podría, tranquilamente, to), es intérprete que pueda otorgar nueva figurar por separado (lo que de hecho ocutrascendencia a estos conciertos, pero disculrre en casos como La Poule 0 L 'egyplienne pándola un tanto, hay que decir que su laconocidas en versión orquestal; por cierto, bor se encuentra perjudicada por la de un que la última, como muy bien afirma Dadirector sosísimo, Bryden Thomson, que ni vid Fuller, autor de las notas acompañananima ni da vida a estos pentagramas. tes, no tiene nada de egipcio). No obstante, El 2" Concierto de Saint-Sáens, menos intodas ellas son también muy hermosas, osterpretado habitualmente que su compañecilando entre la ligera gracia de La Poule, ro, aún encuentra alguna justificación DISCOS —personalmente estaba ya muy fatigado del eterno acoplamiento Grieg-Schumann—, aunque globalmente la Margal¡t queda muy lejos de la interpretación que de este concierto hiciera el incansable Rubinstein para RCA. Totalmente inoportuna, en cambio, la publicación de la obra de Schumann, de la que conocemos muchas inierpretaciones antológicas, como las debidas a Cortot (EMI), Lipaiti (EMI y Ace of Diamonds), Gieseking (Dial) y Benedetti-Mfchelangeli (Cetra y Rococó), por citar sólo alguna, ya que ia lisia de grabaciones memorables no tiene fin. Dona Ib, Lucia Ponp, Pettr Schreier, Francisco Araiza. Adoif Dallapazza, Brtgiiic Fassbaender. Dielrich 1-iy.lier-Dieskau, Coro > Orquesta Sinfónica de la Ka di» de Baviera. Diredor: Wolfgang Sawallisrh. EMI. Compactos 7 69222 2 (ADD) y 7 69123 2. Duración: 73' 49" y 70' 36". Pese a ser un sincero admirador de la obra e Beethoven no era bajo tan gigantesca secuoya donde acostumbraba Schubert a buscar sombra. La música sacra de la Viena de su época, insuflada por una cierta vena clasicista y galante, era el abono más propicio para que J.M.S. Schubert desarrollara en este molde un trazo popular y directo, que convenía, según él, a la música religiosa. Los maestro de SCHNABEL: Cuarteto n, "3. GIELEN: Cuarteto «Un vieux souvenir». Cuarteto La- Schubert en este campo se llamarán entonces Díabelli, Süssmayr y otros muchos nomSalle. DG 423 109-1. Compacto. DDD. bres que permanecen en el olvido, entre los JS'U". que destaca el de Michael Haydn. Este interesante registro nos La Misa en La bemol mayor —quinta de brinda una imagen diferente de sus misas latinas—, alterca brillan i emente dos conocidas personalidades partes corales y de lucimiento individual inmusicales de nuestro siglo: el pianista Arlegradas en un lodo generalmente equilibratur Schnabel —gran intérprete de Beethodo y homogéneo. La personalidad de ven— y el director Michael Gielen, forminuestro autor y las influencias recibidas dedable traductor de la música más reciente. terminan un cierto contrapeso entre los dos Nos llegan ambos en su faceta compositiva, polos de su actividad: una sinceridad esponalgo especialmente novedoso en lo que a tánea y humanísima y un rígido academicisSchnabel se refiere. El Cuarteto n. ° 3 es. semo. Cuando el equilibrio se altera en favor guramente, la obra más importante debida de este último —como sucede en la fuga cona este músico. Concluido en 1924, antes de clusiva del Gloria—, nos encontramos con que Schnabel se consagrase por emero a la la música de inspiración más endeble. interpretación y la enseñanza, nos hace pensar en el valioso creador que hubo de perEn la Sexta Misa en Mi bemol mayor esderse para lograr un pianista genial. El ta alternancia entre solistas y coro desapaCuarteto n.' 3 de Schnabel posee un lenguarece. Es la misa de dominio coral por je muy personal, que escapa por igual del excelencia. Es también una obra muy extendodecafonismo y el regreso neoclásico. Su sa, cuyo latido llegará hasta Bruckner, un discurrir ininterrumpido en un solo moviempeño que casi desborda el marco de la miento contiene en su interior incesantes música sacra por sus enormes contingentes procesos de cambio. El Cuarteto de Gielen, sinfónico-corales. Como si su autor quisieescrito para el LaSalle, es una página de idiora contrapesar de algún modo la abrumama avanzado. Según confiesa el propio comdora superioridad de la parte coral, positor en las notas escritas para comentar encomienda a los solistas uno de los momensu obra, ésta coincide en sus planteamientos más bellos de la obra, un cañón a tres tos con ciertos esquemas del arte del poeta voces para dos tenores y soprano, enmarCharles Baudelaire, al menos en cuanto a cado en el Credo. una afinidad de partida. Dos poemas de El Coro de la Radiodifusión de Baviera Baudelaire deben ser dichos —de manera nacumple maravillosamente su difícil cometida ortodoxa, entrecortada, acumulativa, do. Las masas vocales están bien diferenciaetcétera— por los mismos instrumentistas en los movimientos segundo y cuarto del Cuar- das, la articulación es nítida y la dicción del texto latino muy clara. Sawallisch es un teto. La pieza, que demuestra un gran doauténtico especialista en un repertorio que minio de escritura, resulta de gran efecto, ya ha grabado con anterioridad. Su actual de un expresionismo descarnado por moversión es transparente y fluida, con un punmentos. ió de gravedad austera. Pero en algunos momentos puede parecemos algo aséptico y lineal, ya que la desigual inspiración de esEl Cuarteto LaSalle, sin duda el primero tas obras monumentales hace difícil mantecuando aborda música del siglo XX, realiner una unidad de trazo e idéntica tensión za un ejercicio de suma versatilidad, acerinterior. (ando plenamente con los dos muy distintos estilos de estas piezas. Su intensa lectura del Cuarteto n." 3 de Schnabel es definitiva y J.M.S. nos convence plenamente del valor intrínseco de la composición. La página de Gielen, por su parte, es elaborada con una SCHUBERT: Valses y Landler. Alleí Ader. variedad de intenciones, matices y sonori2 Lps. Le Chant du Monde LDC 78875/76. dades, que sería difícil hallar en la interpreGrabado en Francia. Fabricado en Alematación de otro cuarteto cualquiera. nia Federal. Distribuido poc Hannoant mundi. Duración total: 122' 14". E.MM. Presenta este doble álbum una selección bastante completa de los Valses y Landler SCHUBERT: Misa en La bemol mayor, del compositor vienes, en versión de una piaD.678. Misa en Do mayor, D.452. Misa en nista que, aunque ha visitado nuestro país, Mi bemol mayor D.950, Tanlum Ergo, tiene centrado su campo de actividad funD.962. Offertorium. D.963. SoUMas: Heien damentalmente en Francia y en Austria, por lo que en estos páramos su nombre resulta hasta ahora casi desconocido. Alice Ader, una parisiense, discípula de Geneviévc Debelly, Jacques Février y Bruno Seidlhofer, con quienes estudió en París y en Viena, inició su andadura profesional en los años sesenta, obteniendo, en 1963, el Primer Premio del Conservatorio de París; en 1965 y 1966, el de la Academia de Verano del Mozarteum sai i burgués; y, al año siguiente, el del Concurso Internacional Margueríle Long. Una de las características destacables de esta pianista gala es la especia] i zación a que ha sometido su repertorio. Por un lado, la música francesa y, sobre todo, Debussy y Messiaen; por otro, el ámbito de la música contemporánea y. por fin, la música vienesa, interpretándose principalmente por Schonberg y Schubert, que es el autor elegido en estos discos. Discos que recogen una abundante selección de piezas correspondientes al periodo de 1815 a 1827. Schubert compuso, a lo largo de su vida, una gran cantidad de piezas de danza para piano, utilizando las formas que la moda había impuesto en la época, como el vals, los landler, la danza alemana o la escocesa. Desgraciadamente, no ha llegado hasta nosotros todo ese material, que nacía las más de las veces de la improvisación, en las veladas entre amigos, en las célebres y entrañables schuber liadas, pasando algunas al papel y quedando la mayoría en el olvido. Alice Ader nos ofrece en estos discos algunas colecciones completas de valses, como ocurre con los doce Valses nobles, D. 969, compuestos hacia 1826, y cuya denominación, utilizada posteriormente por Ravel, fue, muy posiblemente, idea del editor Haslinger; completos están también los doce Grazer Walzer, D. 924, que datan del otoño de 1827, durante la estancia del compositor en Graz, y de ahí el título de la serie. El resto de ¡os valses interpretados por la Ader, o bien son pieza sueltas (D. 844, 978 y 979), a bien pertenecen a colecciones que se presentan fragmentadas (ocho de los doce Valses D. 145, cinco de los veinte Letzte Walzer, D. 146, siete de los D. 365 y nueve de los treinta y cuatro Valses Sentimentales). Por lo que se refiere a los lándler, en ocasiones editados bajo la denominación de Deutsche, los discos que comentamos ofrecen una variada muestra de los D, 366, 145, 783, 769, 734, 971, 972, 973, 790 y 841, Como es bien sabido, el lándler es una danza procedente de Austria y de ia Baja Alemania, muy similar ai vals, aunque de tiempo más lento y de orígenes más remotos. Y sólo queda ya comentar el resultado del producto que se nos ofrece y que hay que calificar de forma necesariamente positiva. Aunque no de gran popularidad, su probada experiencia hace que la interpretación de Alice Ader sea sólida y cuidada, con pulcritud técnica que no llega a empañar el apasionamiento, aunque se eche en falta, de cuando en cuando, alguna que otra precisión de matiz. A ese buen resultado que comentábamos contribuye de forma notable el cálido sonido del piano Steinway con el que fue realizada la grabación entre los meses de octubre a diciembre de 1986. Un buen producto, en definitiva, con un buen sonido logrado en los estudios de «La clave de do» en París. J.A.L.D. Scherzo 47 DTSCOS SCHUBERT: Die Winterreise. Hans Holler, bajo-barítono; Gat\á Moore, piano. EMI Ráférences CDH Mono 7 61002-2. Compitió ADO. 74P 5 1 " . El viaje de invierno, D 911, de Schubert, indiscutible obra maestra del género, es uno de los ciclos de Heder que más versiones discográficas ha conocido: no menos de 40 integrales y multitud de extractos; por no hablar de números sueltos: Der Lindenbaum (5) ha sido grabado más de 200 veces por todo tipo de voces, masculinas y femeninas. Son aquéllas las que predominan en un ciclo pensado por el compositor para la de tenor (la suya), aunque después han sido las de barítono o incluso bajo las que se han adueñado de él, con las consiguientes trasposiciones tonales en algunos casos. A titulo ilustrativo pueden recordarse tos nombres de grandes cantantes que han depositado su arle en esta ejemplar serie de canciones: Peter Ande», Julius Patzak, Ernst Haefliget, Karl Erb, Jon Vickers, Peter Pears, Richard Tauber <selección( entre los tenores; Gerhard Hüsch, Schmitt-Walter (2 veces), Fischer-Dieskau (4), Souzay (2), Prey (3), Hynninen entre los barítonos; Greindl, Adam, Talvela, Molí entre los bajos. Aparte de Hotter, claro, bajo-barltono o barítono heroico, del que se conocen cuatro registros completos: 1942, con Raucheisen; 1955, con Moore (que es el aquí comentado); 1962, con Wcrba. y en 1969 —en vivo y en Tokyo—, con Dokoupil. Las dudas acerca de cuál es la mejor versión de Hotler se centran en las dos primeras. La del 42, con el cantante en plenitud de medios (33 aflos), es famosa por la intensidad, la tensión, el adecuado punto de énfasis dado a las palabras, el mundo iluminado que descubre la oscura voz apoyada en el alucinado y dramático acompañamiento de Raucheisen. La del J5 es quizá, sin perder casi ninguna de aquellas cualidades, más rica en matices; menos ardorosa, pero más lírica, menos concentrada, pero más cuidada estilísticamente, aunque la concepción siga atendiendo al sentido general de la frasí, sumamente trabajada, más que a un detallado tratamiento del texto —en lo que otros, entre ellos Fischer-Dieskau, son auténticos maestros orfebres—. El timbre oscuro, la densa y peculiar pasta vocal de Hotler, su inteligencia y su capacidad técnica para mantener una coherente linea de canio, para apianar, musitar si es preciso, regular y moldear el sonido hacen verdaderas maravillas otorgando a la obra nuevos valores, presentándonosla con distinta luz. Ya no es en la voz y la sensibilidad del barítono alemán un simple ciclo de lieder constituido por una serie de corlas e inspiradas páginas que Schubert compuso sobre los —en ocasiones incluso banales— poemas de Müller; es una sombría y casi desesperada meditación sobre la muerte, un viaje a ninguna parte hecho de retazos e impresiones, vivencias y recuerdos a través del que contemplamos desolados paisajes interiores. La técnica schubertiana para la modulación, su capacidad de ensimismamiento, el cuidado trabajo dialogante entre la voz y el piano quedan aquí proyectados hacia dimensiones inusuales proporcionando a esta historia llena de sinsabores una tristeza y una pulsión absolu- 48 Scherzo tamente románticas. La emoción contenida, los sutiles cambios de ánimo, el canto austero, pero pregnante nos dibujan, nos cuentan sobria y musicalmente esta tragedia interior (distribuida en 24 números o partes) en un plano tan equidistante del subjetivismo puro como de la información libre de participación y compromiso. Es, pues, una aproximación radicalmente dramática de un cantante sensacional lo que escuchamos en est3 imprescindible grabación, que incorpora, por si fuera poco, el arte exquisito, meticuloso y profundo de Gerald Moore, ideal compañero de viaje. Encontramos, y nos lo recuerda Tubeuf, reunidas la majestad de un Wotan —personaje en el que el taciturno Hotler fue maestro—, e¡ dios viajero y doloroso, y la imperiosa necesidad ambulante de un holandés junto al hombre impelido a la realización de un fantasmal recorrido introspectivo. Para ello es singularmente apropiada esta voz de Heldenbariton, que tan fulminante contraste marca con otras más líricas y quiza no tan dúctiles, Hüsch, por ejemplo, un clásico Kavalier bariton. A.R. SHOSTAKOVITCH: Sinfonías número 6 en Si menor, opus 54 y número 9, en Mi bemol mayor, opus 70. Orquesta Filarmónica de Viena. Director: Lconard Bernslein. Disco compacta DG digital estéreo 419.771-2. En números anteriores de SCHERZO ya se comentó que, desde finales de los años 70, Leonard Bernstein repite para DG, y con la Filarmónica de Viena, buena parte del repertorio que en los 60 había grabado para CBS y con la Filarmónica de Nueva York. Por lo que se refiere a las Sinfonías de Shostakovitch, con la orquesta americana. Bemstein sólo registró los números /. 5, 6, 7, 9 y 14. Esperemos que amplíe su discografía de este autor con otras; especialmente bienvenidas serian los números 4, S, 10, II. I3y!5: el propio Shostakovitch consideraba a Bemstein como el mejor intérprete americano de su obra. Por lo pronto, he aquí estas destacadas versiones de Sexto y Novena. También se ha dicho en SCHERZO que en estos nuevos registros ha habido de todo, desde lo malo (Schumann), hasta lo muy bueno o excepcional (Haydn, Beethoven, Sibelius), pasando por lo más o menos interesante (Mozart, Brahms). En el disco que hoy nos ocupa, la calidad técnica es muy buena, la actuación orquestal, también, y las obras se prestan a las actuales maneras de Bernstein, comentadas hace poco a propósito de su Segunda de Sibelius. En concreto, los tempi de la Sexta son muy amplios. Así, fíente a los 26'39" del expeditivo, pero intensísimo, Mravinsky. Bernstein invierte 37'54", y más de 22 minutos sólo en el Largo inicial que, no obstante, resulta muy hermoso. Lo cierto es que, al interpretar esta Sinfonía, los directores no rusos (Hailink, Stokowsky, Sanderling y Previn, entre otros) usan tempi mucho más amplios que Mravinsky, Gauk, Rojdestvensky oKondrashin; éste, en su versión con la Conccrtgebouw, despacha el largo en I2'55". La indicación metronómica del autor, corchea = 72, apoya la opción occidental; pero los directores rusos citados colaboraron estrechamente con Shostakovitch. Así las cosas, ¿quién tiene razón? Personalmente creo que Mravinsky resuelve el dilema de modo ejemplar concillando intensidad expresiva con un lempo movido. La versión de Bernstein de la Sexta baja algo en los movimientos segundo y tercero, a los que falta el sarcasmo, la i nc i si vi dad o la vitalidad nerviosa típicas de Shostakovitch. En tal sentido, las orquestas rusas, aunque inferiores a la de Viena, dominan mejor estos aspectos estilísticos. Observaciones análogas para la Novena, pero sin que exista gran discrepancia en la duración: Bernstein invierte 27'09", mientras Kussevitzky o Rojdestvensky superan en unos segundos los 26'. Sin embargo, la acidez de este último, o de Kondrashin, tampoco forman parte de! lenguaje de Bernstein. Así, pues, me parecen más recomendables Mravinsky (Zafiro) o Sanderling (Eterna) para la Sexta, y Rojdeslvensky (Melodía JVC), o Kondrashin (Melodía) para la Novena. No obstante, Bernstein demuestra, una vez más. ser un muy interesante intérprete de la música de Shostakovitch. R.A.M. SIBELIUS: Sinfonías 1-7. Philhannonia Orchestra. Dir. Vladimir Ashkenazy. DECCA 4 Compacto» (álbum) 421 069-1 DM 4 (DDD; 62', 46' O9", 58* 11" y 641 08"). Este álbum forma parte de la miniserie que el grupo Polygram ha lanzado a precio muy competitivo (por debajo de las 2.000 pías/disco), y de la que los primeros ejemplares {Cuartetos de Schubert y Mendelsshn, Sinfonías de Brahms por Solti) fueron comentados en e! N" 22 de SCHERZO. La serie se completa con otros ejemplares que, desgraciadamente, no podemos comentar por no haber sido remitidos, aunque, a priori, se antojan muy interesantes. El ciclo sinfónico de Sibelius, como tal ciclo, no es que se prodigue mucho por estas tierras, la verdad. No parece sino que los nórdicos no acaban de calar aquí en el gran público, lo que no acabo de explicarme, dado que su música es de todo menos fría. La representación de los trabajos de Sibelius en los conciertos ibéricos suele reducirse las mas de las veces a ¡a Segunda y, en menor grado, a la Quinta.' A bastante distancia, todas las demás, que se escuchan de Pascuas a Ramos. He podido ratificar lo injusto de tal situación al escuchar el ciclo que se comenta, pues el sinfonismo del finlandés es extremadamente rico y variado. Creo que su obra sinfónica puede dividirse con bastante claridad en dos panes: el antes y el después de la Tercera sinfonía. El antes está compuesto por las tres primeras, pertenecientes al periodo 1899-1907, y en él encontramos al Sibelus mis clasico, con fuertes influencias de Tchaikovsky; aunque la cima de este período es la archi tocada Segunda sinfonía, sin duda una de sus páginas más bellas, la Primera es un prodigio de fuerza romántica y a la vez de momentos con gran intensidad lírica. La Tercera es una especie de interludio en tres movimientos, de clima más nacionalista, con claros tintes del lenguaje más personal que había de venir. El después, o sea las Sinfonías 4- 7 (periodo 1911-1924), supone un cambio bastante radical de las cosas. Asi, aunque se sigue re- DISCOS curtiendo a contingentes orquestales considerables, éstos se utilizan generalmente en forma mucho menos ampulosa que antes. Son, pues, obras, en general, de caracteres menos épicos (aun conservando flecos de éstos) y más introvertidos. La Cuarta es una gran tragedia, absolutamente siniestra, en la forma, en los temas, llegando a una cuasi marcha fúnebre en el tercer tiempo. La Quinta, segunda en popularidad, es, dentro de este peiíodo, la que más se acerca el extrovertido romanticismo, especialmente en Afínale, Cuando llegamos a la Séptima, encontramos la obra más breve, condensada en un sólo tiempo, en la que se mezclan lo épico y lo tenebroso. Es una suerte de rf Jumen de todo lo que vino antes, de lodo lo que se adivinaba en las sinfonías previas. En cuanto a la interpretación, debo decir de inmediato que me ha sorprendido muy agradabemente. No tenía muy buenas referencias de Ashkenazy como director, si bien debo confesar que no he tenido ocasión de eschucharle en vivo. Sin embargo, me consta su clase de gran músico, presente en sus generalmente espléndidas versiones pianísticas. En este sentido, puede no ser tanta la sorpresa de encontrar a un director que sabe perfectamente lo que quiere y que ha entendido muy bien esta música. Aunque ignoro qué resultados habrá conseguido con otras obras, aquí su mensaje nos llega con claridad. Hay atención al matiz, buena y amplísima gama dinámica, elección adecuada de los tempi, excelente di fetendación de planos y, lo que es más importante, vida en sus interpretaciones. Ayudado por una orquesta verdaderamente espléndida, con una cuerda magnífica, metal redondo y nunca estridente, una madera francamente buena y una percusión sensacional (¡qué timbal!), el resultado global es francamente bueno. No digo, por supuesto, que en determinadas sinfonías no puedan encontrarse versiones comparables o superiores (la magnifica Segunda de Szell o la excelente Quinfa de Karajan, por ejemplo), pero, como ciclo, este sería una adquisición muy buena. Hay cuatro poderosas razones para ello: muy buena versión, obras preciosas, grabación sobresaliente y, lodo ello, en cuatro discos bien aprovechados (al menos tres de ellos) y que, para como está el patio, están a un precio muy interesante. Si no tiene el ciclo sinfónico de Sibelius, esta es una excelente oportunidad que no dejaría pasar. K.O.B. STRAUSS: Metamorfosis. (Estudio para 23 instrumentos de cuerda). Sonatina núm. I en Fa para 16 instrumentos de viento «del taller de un inválido». Orquesta Filarmónica de Vkni. Director: André Previn. PHILIPS DIGITAL CLASSICS 420 160-2. Digital compacto. 61' 17". En principio, la aparición de este compacto debe ser saludada con hurraí y bravos, puesto que reúne dos obras de Strauss cercanas cronológicamente entre sí y que demuestran su capacidad compositiva en dos frentes distintos y aislados: la escritura para cuerda y la escritura para viento. Las Metamorfosis fueron compuestas en 1945, y representan poco menos que el can[O del cisne del maestro mu ñiques, quien posteriormente ya sólo escribiría los Cinco (ya que no Cuatro) últimos Heder. En ellas aparecen tres grupos temáticos distintos y se desarrollan flanqueados por una breve introducción y una extensa coda, en la que, poco antes de extinguirse, aparece una glosa del tema principal de la marcha fúnebre de la Heroica de Beethoven. Esta cita está directamente relacionada con la dedicatoria que puede leerse al final de la partitura: «ln memoriam», quizá una despedida a todo un período de la música y de la civilización en plena metamorfosis (clara alusión a los terribles trastornos provocados por la Segunda Guerra Mundial). La versión que de esta obra nos ofrecen Previn y los músicos vieneses, enormemente matizada y observante en las dinámicas, debe extraer toda hondura poética que esconde su partitura, ayudada por una esmerada toma de sonido. Por tales motivos, queda por delante de otras versiones discográñeas, como por ejemplo la de Hans Stadlmair y la Orquesta de Cámara de Munich, nada desdeñable por otra parte. Compleía el disco la amable Sonatina n ° I para conjunto de viento, compuesta en 1943 durante la convalecencia de una enfermedad (de ahí el título), a pesar de lo cual es una obra esencialmente optimista, sin apenas ningún momento de sombra y donde aflora el singular sentido del humor straussiano. La interpretación es excelente; en ella se nos depara la posibilidad de gozar de! empaste y la musicalidad de los metales de la Filarmónica de Viena. Pero la dicha jamás es completa: mi ejemplar de la presente grabación contiene un defecto de fabricación que afecta a gran parte del tercer movimiento de esta obra. Jo.R.B. STRAVINSKI: Sinfonía de los Salmos, Dos poemas de Paul Verlaine, Babel, Abraham e Isaac, Elegía por J.F.K., Dlelrích FischerDleskau. Coro y Orquesta de la Sinfónica de Radio Stuitgart: Gary Btrtini. Orfeo C 015 121 A CD DDD. plicación humana desechada por el slravinski director, y el pequeño conjunto Philip Jones impregna de un cálido ascetismo lo que va mas allá de la opción sonora del compositor, puesto que une a la renuncia de lo accesorio una inédita dimensión humana. En tiempos, la versión de Karel Ancerl (Supraphon) fue considerada la mejor, así, sin matices. Sigue siendo importante, como lo es la de Leonard Bemstein (CBS), tan contraria, pero la aportación de Preston creó realmente una nueva perspectiva. Ambas fueron publicadas en España, la de Ancerl, por Discophon en una reproducción no muy justa. Después de todas ellas puede tenerse en cuenta la excelente lectura de Karajan de principios de los 80 (DC). La opción de Ancerl, como mas tarde la de Karajan, era próxima a la de Stravinski, es decir, poseía un mensaje ultr aterre no, mientras que el gran brillo de la de Bernstein podía considerarse más de este mundo. Podría decirse que, no sabiendo nada del otro, es legitima la interpretación ultraterrena a partir de este mundo (las tan diferentes opciones de Preston y Bernstein). La Sinfonía de los Salmos es una obra religiosa, pero no confesional, en lo que se refiere a estrictas creencias vigentes. Se sitúa, en la letra, dentro de la tradición judeocristiana, y su espíritu es, simplemente, o nada menos, monoteísta. Le toca ahora el turno a! director israelita Gary Bertini que, además, es especialista en los clásicos de nuestro siglo. Su opción tiene más que ver con la lectura de Stravinski que con la de Preston. Es una versión magistral, especialmente rítmica, que opta por el hieratismo orientalista, frente a la expresividad, digamos humana, de Occidente, pero en su versión se asume la lección sinfónico-coral que va desde el Renacimiento hasta el posromanticismo, como sí quisiera Bertini completar el clasicismo stravinskiano con esas aportaciones del pasado, que tantas veces reclamó el compositor, sin por eso traicionarle nunca con excesos románticos ajenos a su sensibilidad, aunque la expresividad dramática de determinados momentos se aparte del púdico hieratismo de la antigüedad idealizada. La Sinfonía de los Salmos de Bertini (y esto definirá quizá esta reseña de manera definitiva), nos hace desear versiones suyas de Edipo y Perséfone. Hay excelentes interpretaciones Las obras que completan el disco constien disco de la Sinfonía de los Saltuyen una pequeña muestra de la obra stramos. El propio Stravinski grabó vínskiana descuidada por el disco: los una versión de referencia, ahora incluida en Poemas de Verlaine, de 1910, en la vesión la casi integral de CBS. Su opción era la mispara conjunto y barítono de 1951; la cantama que para otras obras suyas, relativas a ta Babel, de 1944, parte de un proyecto cola antigüedad clásica (aunque no religiosas), lectivo en que intervinieron Schonberg, como Edipo, Apolo y Perséfone, la de su Tansmann, Milhaud y otros (estaban preetapa, denominada a veces hierática, donvistos, además. Barí ó k, Prokofiev y Hindede había un distandamiento de cualquier mith); la balada sacra Abraham e Isaac, de emotividad y dramatismo en favor de una 1963. dedicada nada menos que a! pueblo concepción precisamente contraría que presde Israel, y escrita en hebreo; y la breve pieza cindía del personaje y de la pasión para reen honor del asesinado presidente Kennedy, tratar una situación desnuda, escultural, inmediatamente posterior. Es decir, aparedeshumanizada. La lectura de Simón Presce en este breve disco el Stravinski casi preión en los 70 (Decca), no es menos devota, ruso, el clásico (en dos composiciones lejapero su fe es mucho mas sensual. No desnas entre sí, Salmos y Babel) y el serial de cree, como Stravinski, de lo inmediatamente la última hora, con su especial utilización del humano para recrear lo divino. Me permiSprechgesang (Abraham e Isaac) y del canto to preferir a Preston, pero comprendo perdodecafónico (Elegía). El concurso de Diefectamente que se pueda optar por la versión trich Fischer-Dieskau es, con su amplia exdel compositor. Los niños ubicados en el periencia en todo el repertorio vocal de dos canto de la lectura de Preston aportan una siglos, un componente esencial para el lobelleza adicional impensable antes, una im- Scherzo 49 DISCOS gro de estos registros. El resultado es una antología siravinskiana ideal y muy recomendable. El centenario de Vi I la-Lobos (1987) ha estimulado la edición y reedición de sus obras, que ahora enriquecen su privilegiado patrimonio discográfico. Es, de lejos, el compositor latinoamericano más difundido por la reproducción mecánica de la música. Su fortuna no ha sido alcanzada, al menos hasta ahora, por otros colegas de aquel continente, de comparable importancia, como los mexicanos Carlos Chávez y Silvestre Revueltas, y el argentino Ginastera. Tchaikovskv S.M.B. TCHA1KOVSKY: Las cuatro Suites para orquesta. Orquesta Sinfónica de I» URSS. Director: Yevgeny Svetlanov. Le Chant du Monde-Melodiya. LDC 278825/26, álbum de 2 discos compactos DDD. 72' 55" y 71' 24". Grabaciones: Moscú. 1985. Distribuido en España por Harmonía Mundi Ibérica. Estas cuatro obras son para la mayoría de los aficionados españoles totalmente desconocidas, ya que no se prodigan en demasía en la programación habitual de nuestros conciertos ni su discografia es abundante. Algunos la califican de ejercicios de estilo, de esfuerzos para adaptar una forma pre-clásica al espíritu del siglo XIX; pero lo cierto es que su valor es indudable, conteniendo procedimientos de orquestación que se cuentan en [re los más originales y seductores de su autor y con una inspiración que las aproxima a los célebres ballets del músico ruso por sus sencillas y delicadas melodías, alejándolas también de los prolijos desarrollos de sus populares seis Sinfonías. La última de las Suiteses una orquestación de cuatro obras de Mozart: una Giga en Sol mayor, K. 574, un Minueto en Re mayor, K. 355. el célebre motete-4 ve verum, que Tchaifcovsky conocía a través de la transcripción hecha por Liszl y, finalmente, un ciclo de variaciones que Mozart había escrito sobre un tema de la ópera cómica deGluck Los peregrinos de la Meca, Los retoques que Tchaikovsky se permite son lo suficientemente discretos como para no desnaturalizar la inspiración mozaniana y conseguir, como él quería, «una reencarnación del pasado en una obra contemporánea». La última vez que escuchamos en España una de estas composiciones fue cuando nos visitó la Sinfónica del Ministerio de Cultura de la URSS dirigida por Rozhdestvensky, el cual nos ofreció una vibrante y apasionada versión de la Tercera Suile (lástima que no haya sido él el responsable de esia grabación). En cuanto a la discografia, desde las antiguas y nolables lecturas de Anlal Dorati al frente de la New Philharmonia (Philips, 1960) hasta las que ahora comentamos, sólo Lorin Maazel, Michael Tilson Thomas y Serge Baudo las han llevado al microsurco (y los dos primeros parcialmente), estando en curso de grabación las de Marriner al frente de la Sinfónica de la Radio de Slutigan para el sello Cap rice io. De todas ellas, como era previsible, Svetlanov es quien se lleva la palma por brillantez, idioma, equilibrio, impulso rítmico y una genuina vehemencia que en ocasiones produce tremendismos que no siempre serán del agrado de todos. Estas vigorosas interpretaciones cuentan, además, con una excelente toma de sonido y, a pesar de que en la Segundo Suile se ha suprimido el Vals por razones de duración, se pueden adquirir con plena confianza, esperando que en un futuro no muy lejano Rozhdestvensky las grabe. Hasta entonces, Svetlanov es el triunfador indiscutible. E.P.A. VILLA-LOBOS: Obras para piano. Cristina Orüz. Decca. Compacto 41650-2 DH. Duración: 66'39". Tf» 1*4 JiU D o » suscribinne. h » u DIKVO «vi», a 1* jtvist* SCHERZO a partii dd número por períodos renovables auiomáilcameorf de un ato natural (diez números), cuyo Importe 3,600 p u t (1} abonaré de La íi(UJctiie forrar • Traniferencu bancaría a la c/c 1SJW-0 del BANCO HISPANO AMERICANO Sucursal 0319. • LJ O D Dr. Üflmej UJIí. 2 - ÍBOW-MADRfD Pa lalón adjuiico Por giro poílaJ Con tarijo a !• CuenU n? &t En lo interpretativo, Ortiz se arriesga menos y penetra con más parca intensidad en estas páginas. Se exigiría más triste voluptuosidad en lo elegiaco, más sandunga en danzas y orgías, más sugestión de atmósferas en los pasajes impresionistas. Selva de pacotilla y de miniatura, la de Villa-Lobos es, en el sentido barroco o vulgar de la palabra, una música selvática. Si desea recibir algún número atrasado envíenos el cupón adjunto e inmediatamente lo recibirá en su domicilio. Elija la forma de pago que más le convenga entre las que se indican en este boletín. (2) de ***"**! mtitifi Finuda (1| Lu iUKnptionri p m rL ainn>cia por corrro ordiiwrio í JHl PUL / p « «vkm tcot) pus. pan Eorav* ?JKB [ t n Ajp^i-ica y 4et*nfi i d atonHUi mcdiuic cheque rnocuto. (H Téchete lo que r N.° N.° N.° N." N.° 0 SI 1 B 50 Scherzo 5 D 6 • 7D 2D 3 D N? 8 • 9 G 4D Dombcubo Pobbdáa B.M. Números atrasados: 400 pesetas BOLETÍN DE SUSCRIPCIÓN OHUm , tn,li o w cpc*tt • Este compacto recoge una serie de obras pianísticas de los arlos veinte a los cuarenta: las Bachianas brasileiras n.° 4, el Guia practico. As tres Marías, Valsa da dor. Las Cirandas 4 y 14, y el Ciclo brasíleiro. Es una buena muestra de la pródiga, y a veces reiterativa (qué remedio) producción de Villa-Lobos, en que recurren sus más felices invenciones: la mezcla del folklore brasileño (en especial, de cantos, rondas y nanas infantiles) con polirritmos, la melodía cantable y la audacia armónica, la síntesis de tropicalismo y clasicidad en la formidable invención de las Bachianas brasiteiras. Cristina Ortiz ofrece unas versiones elaboradas y cuidadas, en que destaca el trabajo con la partitura, y que resultan más la tarea de un instrumentista que de una intérprete. Son notables la diafanidad de la textura pianística, los timbres logrados y el empaste general de las sonoridades. A lodo ello contribuye, decisivamente, la perspectiva del registro del compacto, con una nolabilísima sensación de presencia del instrumento. E3 Agotados N.° 10 • N.° 11 N.° N.° N? N.° N.° 16 D 12 D 13 D 14 G 4.° N.ú N.° N.° 17 18 19 20 D a D D 15 D N.° 21 D DISCOS ESTUDIO DISCOGRAFICO Siegfried Wagner dirige Wagner S iegfried Wagner, el hijo de Richard, oscurecido inevitablemente por el peso de la púrpura heredada, fue un arquitecto vocacional empujado por la fuerza de las circunstancias a la dirección de la empresa familiar llamada Festival de Bayreuth. El principio de reverencia y fidelidad a la obra de Richard tenia que encarnarse en el hijo, predestinado, que fue formado musicalmente con esta misión por su padre, por Engelbert Humperdinck y por Hans Richter. La realización del principio exigía de suyo lanío la dirección del foso como ta de la escena, y ello al margen de cualquier posible aspiración a realizar una carrera autónoma en estos campos: el precedente y modelo era el mismísimo Richard, director propagándola en Moscú, Praga o Londres. Y como desde que entrara en la treintena el nuevo Wagner se dedicó también a la composición —llegó a completar 1! óperas, una sinfonía, piezas orquestales e instrumentales y algunos lieder—, este predestinado se concentró casi exclusivamente en la difusión de la obra de su padre y de la propia. La actividad como director de orquesta se limitó, fuera de Bayreuth, a conciertos dados inicialmemeeonesia intención, ampliada con la de difundir asimismo la música orquestal del abuelo, Franz Líszt. Después de la Gran Guerra, Siegfried reemprendió sus giras —curiosamente ya no volvió a bajar al foso del Festspielhaus— con la voluntad adicional de obiener fondos para el Festival, con lo que también repetía los hechos de.su padre: en 1914 las obras de éste pasaron a ser de dominio público y dejaron de producir derechos de autor; la inflación redujo considerablemente la fortuna familiar; en 1924 el Festival de reapertura se dio con la sala muy lejos del lleno... En resumen, Siegfried Wagner no ejerció nunca como director de orquesta profesional, sin que tampoco pueda reducírsele en propiedad a amateur o aficionado, y cuando en 1926 y 1927 realizó las grabaciones que ahora se ree- Wagner ditan parcialmente, se atuvo a su corto repertorio de propagandista, en el que figuraban también unas pocas obras de Beethoven y Weber. Juicios dispares En su momento, las opiniones y juicios críticos fueron dispares. Exaltaciones y anatemas. El mordaz Bernard Shaw alabó la musicalidad y la delicadeza del joven Wagner, quizá porque en éste no concurrían ni el espeso kapellmeister al uso ni el nervioso divo moderno. En Bayreuth, con la orquesta preparada y adoctrinada por Richler, Mottl y Muck, Siegfried se encontraba en el palio de su casa y rodeado de la idolatría de los wagnerianos. Lejos de esta atmósfera, hay otros testimonios críticos que hablan de desencanto y decepción. que asi se dirigía Wagner en la noche tenebrosa de los tiempos pasados (afortunadamente se conservan registros de la misma ¿poca con Muck y Knappcrtsbusch), si no fuera por el Idilio de Sigfrido y el «Encantamiento del Viernes Santón, este último cantado por Alexander Kipnis. El Idilio es la gratitud de Richard a Cosima por esle hijo, y tales cosas imprimen carácter: no se trata de la más bella interpretación imaginable del sutil poema, pero su causante lo vivía con palpable cariño. En cuanto al fragmento de Parsifal, éste si es un acabado ejemplo de cómo se cantaba Wagner en aquellos oscuros tiempos. Et noble, majestuoso y elocuente Kipnis continúa insuperado como Gumemanz. Además, la recuperación de tan bello testimonio significa conectar con la memoria histórica de dos generaciones de wagnerianos, que se embelesaron con los viejos discos de 78 revoluciones sin pedirles nada más que su pálida autenticidad. El reprocesado en disco compacto asegura una mayor limpieza en la reproducción, pero obviamente no mejora las matrices originales. En la parte negativa, hay que señalar aún lo tosco de algunos arreglos («Entrada de los dioses en el Walhall», «Adiases de Wotan»). Y en la positiva, la posibilidad de llenar una laguna documental a bajo precio. Ángel Fernando Mayo Batuta rígidi vJidos ahora los añosos registros, se hace evidente que nuestro hombre no era precisamente lo que llamamos una batuta: su amplio lempo —a buen seguro el de Richler— es rígido e indiferenciado, el tejido orquestal se ofrece plano y amazacotado, no hay verdadera dirección; sin embargo, en las obras más líricas —Parsi/at, Trislán, Lohengrin— alienta espontáneamente esa alabada delicadeza que también parece consustancial a la propia música del compositor Siegfried Wagner, hoy olvidado seguramente no con plena justicia, y cuando la orquesta es la del Festival de Bayreuth la calidad del relato musical mejora mucho. Con todo, el documento no merecería mayor atención sino la mera curiosidad de un oyente curtido y que no cometa el error de creer WAGNER. Fragmentos orquestales de Tannhttuser. Lohengrm, Tristón e Isolda, Pam/al, El oro del Rm. La Walkyna; Marcha det Homenaje; Idilio de Sigfndo; aEncaníamiento del Viernes Sanio» « n AituMlcr Klpnb <b*Jo> y Frili Wolff (IvnDr)- Orqunti de li Opera det Ellado dv Ber* lin. Sintónica de Lnndrn j del Festival de Bujreuth. Diraior: Sittfried Wiinfr. M•tríen original» (Medn. Grabaciones hit I órleu de 1*2* y 1911. Duración loul: IM'IJ". rUraim. Álbum de doi diicoi. Completo r<proc«ado TRXCD111. TunbUn te presenta n cUKttes. EdkMn econdaki. ObtribacÜB: Mnlrrtrax. Schcrzo 51 DISCOS ESTUDIO DISCOGRAFICO Giulini, Arrau y la Filarmonía: una combinación perfecta so pueda parecer exagerado al compararlo con la línea más clásica de un Gilels —otro intérprete supremo de esta obra— pero el poder de convicción es tal que uno lo llega a aceptar como si fuera la esencia misma del estilo brahmsiano (por cierto: ¿cómo convencer a Arrau de que grabe ya las opus 116 BRAHMS. Conciertos para piarlo y orquesta número I Opus 15 y numero 2 Opus 83. Claudio A r a , piano. Ortjunu Filirmonia. Director: Cirio Miríi GiBÜni. Dos discos compactos EMI Sludto ADD CDM 7.W177.2 * 7.W17I.2. SI*»" y S0'4í". a 1197). L a colaboración discográfica de Arrau y Giulini en ]as Conciertos para piano y orquesta de Brahms, organizada por Walter Legge al comienzo de los anos sesenta, se limitó a los dos registros objeto de este comentario, fechados en 1960 y 1962 {Conciertos 1 y 2, respectivamente). Poco tiempo después. Arrau pasó a ser artista exclusivo de Polygram y aun cuando, años más tarde, Giulini habría de grabar para esta multinacional, no se repitió su trabajo conjunto. El pianista chileno volvió a registrar estos Conciertos a finales de los 60 con Haitink y la Concertgebouw para Philips, pero los resultados fueron inferiores, como el propio interesado reconoce. (Cfr. la entrevista publicada en el número 3 de SCHERZO). Un artista como Arrau, profundo estudioso de la partitura, investigador concienzudo y jamás satisfecho con una lectura en primer nivel, necesitaba en esias obras algo más que la sólida objetividad de un joven Haitink, que contaba apenas 40 años por la época del registro mencionado. Ese colaborador especial, Arrau lo halló en Giulini, músico riguroso y profundo, nunca conforme con una cómoda objetividad, interesado siempre en comprometerse con la obra interpretada. Entre 1961 y 1964 comenzó a grabar para EMI con la Filarmonía un ciclo sinfónico Brahms que aún hoy dia se cuenta enire los tres o cualro mejores recogidos en disco, y que concluyó en 1969 con la Cuarta Sinfonía en Chicago. A principios de los años 60, Giulini se hallaba, pues, en condiciones óptimas de proporcionar en estos Conciertos una contribución orquestal idónea, tan rica de contenido como la linea pianística, y capaz de establecer con ella un fecundo juego dialéctico. Los resultados fueron muy buenos en ambos casos y, especialmente, en el Segundo Concierto, obia más madura y rica, que no se agota en una sola interpretación, por profunda que sea. En cambio, el Opus 15 es más unilateral en su apasionado romanticismo, fruto de las trágicas circunstancias que rodearon al joven Brahms durante la época de su composición. Screnidid clásica Enm la introducción del Opus 83, el suave semiligado de Arrau que sigue a unos exquisitos solos de trompa y maderas, crea una atmósfera serena, casi optimista, opuesla a la tensa y trágica que dominaba el Opus ¡5. En la memorable interpretación de este primer movimiento destaca en particular el amplio episodio que conduce a la recapitulación, anunciada por el solo de I rompa que 52 Scherzo Claudio Arrau CARMELO había abierto la obra: la sonoridad perlada, casi inmaterial, de Arrau, se funde con unos pianísimos orquestales pasmosos, en paradigma de lo que siempre debiera ser la cooperación entre director y solista. Hora es ya de decir que, en la época de estas grabaciones, la Orquesta Filarmonía estaba en su apogeo. En el Scherzo, Ciulini teje una sutil trama orquestal en la que son perceptibles hasta los menores diseños rítmicos o melódicos. Aquí, como en toda la obra, son dignos de admiración los cambios de atmósfera que Brahms establece. Así, el motivo que entona la cuerda al unísono «tranquillo e dolce», a poco de comenzar, posee un carácter suave, ensoñado que luego pierde, arrastrado por la siniestra danza que domina este tiempo, bien poco humorístico. Siempre inspirado y creativo, Arrau despliega una amplísima gama de matices, de acuerdo con las indicaciones de la partitura, y aunque pudiera parecer que en el comienzo de este «Allegro appassionato» la nobleza predomina sobre la pasión, su final es realmente electrizante, con una aceleración progresiva del tempo justificada por el «sempre piú agítalo» que Brahms pide al pianista 60 compases antes de concluir. En el tercer movimiento, Giulini elige un lempo básico más bien movido para relajarlo luego en la sublime sección central, «Piú adagio», en cuyos doce compases solista y director llegan a convencernos de que el tiempo se ha detenido: no hay adjetivos que describan la belleza que ambos recrean. En la recapitulación, la escritura más ornamentada, provista de numerosos trinos y arpegios, permite a Arrau exhibir la variedad de colores de su juego pianístico. Su rubato aca- En la producción del Brahms maduro son característicos los intermezzi, título ambiguo que designa piezas de carácter intimo, no dramáticas, en cuyo breve curso suelen alternar melancolía y alegría velada. Así son los tiempos breves de sus Sinfonías 1 a 3 y numerosas páginas de piano que llevan, precisamente, ese nombre. En el final de este Segundo Concierto suele subrayarse su carácter zíngaro; Arrau y Giulini se complacen, por el contrario, en transformarlo en un intermezzo, con resultados sorprendentes. El pianista parece admirarse —y admirarnos— descubriendo los juegos de sonoridades de un Brahms casi hedonísta, capaz de establecer un diálogo instrumental que, de una vez para siempre, debiera desterrar un viejo tópico, el de que fue un orquestador deficiente. El encaje primoroso de Arrau y la Filarmonía convierte en prosaicas a la mayoría de las versiones de este tiempo. Claro que la creación de un mundo tan personal compona alguna limitación: d tempo algo retenido, necesario para que el oyente perciba con claridad todas estas sutilezas ¡imbricas, resta empuje al final del Concierto: pero como quedó dicho más arriba, la complejidad de esta obra es inabarcable en una sola interpretación. Un estudio análogo del Primer Conciero resultaría redundante. Arrau y Giulini optan aquí por un enfoque tenso, ceñido, dramático, de tempi amplios sin exageración que, otra vez, les permiten iluminar hasia lo; más escondidos rincones de esta obra, menos perfecta que su hermana pero de atractivo no inferior. Destaquemos aún el desusado relieve que Arrau otorga a los múltiples motivos confiados por Brahms a la mano izquierda; el equilibrio de texturas logrado en los acordes, que da a las voces intermedias su justo peso, y a su sonoridad, densa y clara a la vez, personalidad inconfundible; y cómo su rubato, acaso aún más exagerado aquí que en el opus 83, jamás rompe la continuidad del discurso musical, al estar dictado por un perfecto equilibrio entre lógica y pasión, entre cálculo e impulso. Como suele suceder, la grabación del Segundo Conciero es mejor que la del Primero: en buena medida ello es culpa de la orquestación de! propio Brahms, mucho más espesa y sombría en éste. En todo caso, ambos registros son notables técnicamente y sobresalientes en lo musical; con los de Gilels y Jochum para DG constituyen la mejor opción para estas dos obras, y ofrecidos a precio moderado, una oportunidad inmejorable. Roberto Andrade Malde MÚSICA RIVA ENCUENTRO INTERNACIONAL DE JÓVENES MÚSICOS Riva del Garda (Italia) 8 - 24 Julio 1988 Cursos, Conciertos, Opera, Exposiciones CURSOS DE PERFECCIONAMIENTO VIOLIN VIOLA VIOLONCELLO CONTRABAJO PIANO ARPA FLAUTA DE PICO Solista/Grupo VIOLA DA GAMBA GUITARRA FLAUTA OBOE CLARINETE FAGOT TROMPA TROMPETA TROMPETA/TROMPETA BARROCA TROMBÓN PERCUSIÓN Solista/Grupo COMPOSICIÓN ANÁLISIS MARTON-RHYTHMUS-KONZEPT MÚSICA DE CÁMARA Cuerda Con Piano Vientos y mixto Vientos Metales Franco Gulli Bruno Giuranna Johannes Goritzkí Ludwig Streicher Bruno Mezzena Osian Ellis Matthias Weilenmann José Vazques Stefano Grondona Mario Ancillotti Hans Elhorst Karl Leister Janos Meszaros Erich Penzel Bo Nilsson Edward Tarr Branimir Slokar Siegfried Fink Sandor Veress Francesco Valdambrini Anna Marton 12-23.7.88 11-23.7.88 11-23.7.88 11-23.7.88 8-20.7.88 11-23.7.88 11-23.7.88 11-23.7.88 11-23.7.88 11-23.7.88 11-23.7.88 8-19.7.88 8-20.7.88 11-23.7.88 11-23.7.88 11-23.7.88 11-23.7.88 11-16.7.88 11-23.7.88 U-23.7.88 U-23.7.88 Bruno Giuranna Johannes Goritzki Bruno Mezzena Mario Ancillotti Hans Elhorst 11.-23.7.8Í 11-23.7.88 11-20.7.88 11-23.7.88 Janos Meszaros Edward Tarr Branimir Slokar 11-20.7.88 11-23.7.88 11-23.7.88 CONCURSO INTERNACIONAL DE COMPOSICIÓN "MÚSICA RIVA 1988' Organización Artística y Patrocinio: Fundación Pro Harmonía Mundi / Suiza Solicitar Folleto Informativo a: Arte Tripharia Apartado 14.622 E-28080-Madrid Teléf.: 91/522 17 15 91/234 42 46 LIBROS JOSÉ MANUEL BEREA: Catálogo de obras. Asociación de Compositores Sinfónicos Españoles (ACSE). Madrid, 1987. 1 yol. de 290 pp. 24,5x17 cm. Abundantes retratos. Este volumen [rata de catalogar la producción hasta ca. 1984 de 103 compositores, casi todos los asociados a la ACSE. La Nota Preliminar explica que las exclusiones son de tres tipos: a) Socios con dirección desconocida, b) Socios que no contestaron las encuestas y c) Socios de afiliación posterior al cierre de la edición. Debe incluirse una cuarta categoría (a petición de algún que otro excluido) que es la de quienes nunca recibieron la encuesta a pesar de recibir la correspondencia normal de la ACSE. Tampoco se ha normalizado la fecha de cierre de edición, ya que algunas producciones alcanzan al 1985 y otras quedan en el 1983. La Nota Preliminar alega confusos motivos buroerdticoeconómicos para esta heterogeneidad. Lo que sí se actualizó hasta los mismos umbrales de 1987 fueron las noticias necrológicas. Las fichas constan de fotografía (en cinco ocasiones ausente), biografía (de formato no normalizado, sino redactada por el interesado dentro de flexibles criterios de extensión), obras (ordenadas por los criterios: escénicas, orquestales, de cámara, corales, vocales, instrumentos solos, banda, electroacústicas, para instrumentos no convencionales, gráficas y sobre textos, y miscelánea), y publicaciones del autor. Señalaré que la libérrima decisión de cinco autores de no ceder su retrato merece resK;to; es al menos impertinente indicar en la ota Preliminar a este respecto que «así que van sin imagen, como seres invisibles». Por lo que se refiere al formato de la biografía, puesto que la funcionalidad es el motivo de una obra que se autodenomina catálogo, hubiera sido preferible optar por la normalización de la misma siguiendo, por ejemplo, el internacional modelo de diccionarios como el New Grove. Ello facilitaría su lectura y consulta incluso por desconocedores del idioma castellano. E! capítulo obras no ha podido evitar el habitual vicio del «fondo de saco» o, por decirlo en frase de un excelente documentalista musical, es como si se clasificara a los españoles en altos, rubios y valencianos. Así, es preferible especificar acordeón, rondalla o cobla que mezclarlos en obras para instrumentos no convencionales: el concepto formaciones (instrumentales) no incluye obras gráficas y sobre textos, transcripciones o arreglos y no se me alcanza la diferencia entre estas dos últimas denominaciones. En resumen, la clasificación es confusa y asimismo es confuso el manejo, pues las «indicaciones para el uso del catálogo» están, al igual que el catálogo, redactadas por personas que no conocen la metodología de este tipo de trabajos. Los motivos por los cuales la ACSE prefirió confiar una obra de la que dependía su imagen internacional (y de altísimo coste) a un profesional de RNE, miembro de la Asociación, se me escapa. Sólo asi se explica que se haya omitido algo tan imprescindible en una obra de este tipo como un repertorio de casas editoras y grabadoras. Con indicaciones como Berofón, Pax, Melodías poco o nada se aclara si lo que se desea es facilitar a intérpretes y estudiosos la localización de partituras o fonogramas. Ante tales defectos debidos al compilador, poco importa que los compositores omitieran en ocasiones algún que otro dalo de plantilla, autor de texto, mi ñutaje o data de composición-estreno. Por lo que se refiere a la edición, de no excesivo atractivo tipográfico, menudean errores de imprenta, siendo grave el desorden de las paginas 229-233 que baraja las producciones de José Pcris y Claudio Prie- 54 Scherzo LIBROS to. En resumen, una obra poco cuidada que no parece justificar ni el tiempo empleado en ella ni la inversión económica y cuyos defectos van a limitar seriamente su deseada difusión internacional. Esperemos que la segunda edición subsane estos errores y proporcione esa obra que la música española de hoy precisa. X.M.C. MANFRED F. BUKOFZER: La música en la época barroca. De Monteverdi a Bach. Alian» Música n.° 30. Alianza Editorial. Madrid, 1986.477 pp. de 21 x 15,5 cm. Traducción de Clan Janes y José M." Martin Tnui. Manfred Friti Bukofzer (Oldenburg, 1910Berkeley, 1955) ha sido el gran maestro de la musicología californiana y es universalmente conocido por su edición de la obra completa de John Dunstable y sobre todo por su libro Music in Baroque Era (New York, 1947). La significación de esta obra la describe así López-Calo: «La adopción de este término, barroco, aplicado a la música, se hizo por imitación de las otras artes. La primera gran síntesis que de este periodo se hizo fue la de Robín Haas (Die Musik des Barocks. Postdam, 1928). Luego pasarían veinte anos hasta que apareciesen casi simultáneamente, aunque del lodo independientes una de otra, e incluso con concepciones básicas muy diversas, las monografías de Manfred Bukofzer y Suzanne Clercx (Le Baroque el la Musique. Bruxelles, 1948)... A panir de entonces se han publicado varias monografías, dedicadas a la música barroca, pero propiamente el Barroco musical había sido ya descubierto, en profundidad, por los dos estudios citados, sobre todo por el de Bukofzer, por lo que no aportan visiones integrales nuevas ni cambian sustancial mente jos conceptos básicos del problema...» {Historia de la música española 3. Siglo XVII. Madrid, 1983). Ciertamente, como seflaló Emilio Casares, «el análisis estilístico formal de lo que es la música barroca, ha íido intentado por auténticos genios de la investigación musicológica, sobre todo a partir de los estudios salidos de las escuelas de historiadores dependientes de la teoría de la Musikwissenschaft; me refiero a las obras de Bukofzer, F. Blume, S. Clercx, R. Hass y nuestro propio Adolfo Salazar, con resultados muy disSares desde luego.» (Z-a música en el arroco. Oviedo, 1977). Valgan estos dos ejemplos para ratificar la extraordinaria importancia del libro que ahora publica Alianza Editorial. Si este libro hubiera sido publicado hace solamente cuatro aflos no hubiera dudado en proponer al consejo de redacción de SCHERZO un editorial sobre la edición de esta obra en España y su significado. Pero, mientras tanto, ha sido publicado el libro de Lorenzo Bianconi: Sloria della música, vol. IV: II Seicento (Torino, 1982) y ya está desde hace meses en España (ver SCHERZO n.° 15, pp. 46^17). Esta obra, que señalé como «un auténtico revulsivo», si aporta aquello que López-Calo reclamaba: «visiones integrales nuevas» y «cambios sustanciales en los conceptos básicos»; entre ellos, Bianconi no usa el término «barroca». Na significa esto que el libro de Bukofzer haya caducado, pues es indiscutible su presencia en el de Bianconi (por cierto, la traducción italiana se edita simultáneamente con la aparición de II Seicento) pero no duda el musicólogo italosuizo en escribir: «La historia de la música del siglo XVII se incluye, en la tradición musicologica alemana y anglosajona, bajo la categoría, bastante elástica, de estilo barroco». Así, sigue muy vigente el esquema diferencial que Bukofzer expone de las diferencias estilísticas entre barroco y renacimiento al grado de ser de común reproducción en todo tipo de trabajos sobre el período, y a menudo sin citar procedencia. Quizás su periodización no haya perdido funcionalidad: primer barroco con prevaiencia de la oposición al contrapunto e interpretación analógico de los testos; barroco medio con creación del estilo bel canto y distinción entre aria y recitativo y recuperación del contrapunto; barroco tardío con establecimiento de la tonalidad y culminación del contrapunto en la armonía tonal. Casares data asi la tesis de Bukofzer: primer barroco desde 1580 a 1630, medio de 1630 a 1680 y tardío de 1680 a 1730 insistiendo en el valor del estilo concertante en este tercer período. Asimismo, multitud de análisis formales y estilísticos de Bukofzer son modélicos, como los que hace de! laudismo francés o sus reflexiones formales e incluso la tímida incursión socio-laboral con que termina el libro. Pero lo que vino a ser abatido por Bianconi ha sido el análisis ideológico del XVII, cuestión que a Bukofzer y sus correligionarios de la nueva musicología USA no parecía relevante. Resulta, pues, que la obra de Bukofzer aparece, sin merma de la profunda admiración que nos merece, como envejecida no por las lógicas ausencias debidas a la fecha de su edición (resulta sorprendente que se escriba de Charpentier y no se cite el Te Deum o que de vivaldi se conozca relativamente poca obra o se malinterprete la postura estética de Albinoni), sino por la propia caducidad de las doctrinas científicas que lo inspiraron. Evidentemente que en 1947 parecía imprescindible asemejar la musicología a las ciencias físicas (aún dos años después del fallecimiento de Bukofzer se publica su influyente trabajo The Place ofMusicoloy in American Instilulions ofHigher Learning) y la propuesta fue hablar exclusivamente de aquello que parecía indiscutible: los aspectos meramente sintácticos del lenguaje musical. Los logros de esta tendencia están a la vista, y a Norton, la editorial que publicó The music in baroque era, corresponden muchas medallas bien merecidas. Pero cuando los propios físicos son cautos al hablar de verdad científica y la epistemología es motivo preferente de reflexión de los espistemólogos resulta un tanto ingenua la obra de Bukofzer y sus compañeros de viaje. El más grave problema de la musicología actual es la autocrítica h i si ortográfica y se cierne sobre ella el peligro de discurrir por caminos no positivos sin resbalar hacia la metafísica o la magia, en la segunda han recaído, por otra pane, musicólogos anglosajones que pretenden ser científicos objetivos. No quiere decir ello que no hubiera debido Alianza Editorial publicar esta obra, quie- POR FIN LA MÚSICA LLEGA A LA feria del libro d e ÍOadrid LA MAYOR EXPOSICIÓN BIBLIOGRÁFICA DEL PAÍS, CUENTA ESTE AÑO CON LA MÚSICA A TRAVÉS DE LA TIENDA DE MÚSICA MAS ESPECIALIZADA " R E A L MUSICAL" LE ESPERAMOS EN EL P A R Q U E D E L R E T I R O DE MADRID DEL 2 7 DEM A Y O AL 12 DE J U N I O AMBOS INCLUSIVE, DONDE PODRA ENCONTRAR: - BIOGRAFÍAS HISTORIAS ENCICLOPEDIAS CULTURA Y APRECIACIÓN MUSICAL - LIBROS TÉCNICOS - LIBROS ANALÍTICOS - LIBROS SOBRE INSTRUMENTOS - PEDAGOGÍA MUSICAL - E.G.B. - B.U.P. - MÚSICA JOVEN - JAZZ - ETC.. PRECIOS ESPECIALES PARA LAS COMPRAS REALIZADAS EN LA FERIA. Al SERVICIO MUSICAL CML06 « - M- 1 - M0T3 - U W D Í R M 1 DE LA MÚSICA LIBROS re decir que es incurrir en responsabilidad publicarla sin indicar claramente que el libro tiene cuarenta años de vida. Lo exigible a una editorial del indiscutible prestigio de Alianza es haber solicitado un prólogo para esta obra a algún especialista español en la cuestión que hubiera podido ser el profesor Casares, sin duda alguna quien mayor preocupación ha mostrado en nuestro país por la cuesuón de la historiografía del periodo. Aunque no hubiera incluido ni una sola nota a pie de página para actualizar alguna información, ni se hubiera añadido un apéndice con bibliografía posterior, tal prólogo hubiera sido imprescindible para esla obra cuya publicación, desnuda como las hijas del mar, es al menos imprudente. Por otra parte, la importancia de este libro hubiera requerido mejores servidores en la traducción. El Sr. Martín Trjana es responsable de pasajes antológicos en sus traducciones para otra editorial de una conocida colección inglesa de libros elementales; su curioso sentido del humor aplicado al español al servicio de la música pudiera haberlo guardado para libros más intrascendentes. De todos modos, el de Bukofzer sigue siendo un libro imprescindible en toda biblioteca y su publicación es motivo de gozo y celebración. Cómprelo y léalo y reléalo con fruición, pues aun cuando conozcamos mil y una cosas sobre esos ciento cincuenta años y gran parte de la información que contiene sea obsoleta, seguirá siendo una obra admirable por su factura y sabiduría. X.M.C. RONALD TAYLOR; Roben Schumann. Javier Vergira Editor. Buenos Airas, 19S7. Traducción: Floral Mazfa. 401 págs. L'ESCOLA Hay que distinguir dos cosas: por una parle, el trabajo de Taylor, que, si bien no excede el planteamiento de «biografías de grandes nombres al alcance de todos tos espanoles», queda desde luego muy por encima del mínimo exigible. Incluso resulta sumamente encomiable el intento de presenlar a Schumann del modo más alejado posible del idealizado retrato dominante. El gran músico emerge de estas páginas harto contaminado de cotidianeidad, y no se omiten sus rasgos más mezquinos: es llamativo el tratamiento del episodio de Emestine von Fricken, desfigurado u omiiido en tantas reseñas al uso, y no deja de tener gracia la hipótesis (probablemente implausible) de que la famosa parálisis del tercer dedo —no el cuarto, como aún se dice— estuviese ocasionada por un envenenamiento por mercurio, administrado como presunto lenitivo de una sífilis juvenil... La presencia de estas turbias cuestiones coloca a Schumann a una altura cercana, lo que siempre es de agradecer. La limitación del texto se establece en el nivel puramente musicológico: por continuar con el ejemplo de la mano, Taylor sentencia la cuestión merced a consideraciones lingüísticas relacionadas con las nomenclaturas alemanas e inglesas de la época: su ignorancia de los estudios de digitación debidos a Cortot es absoluta; no obstante, acierta. Estamos, por tanto, frente a una biografía, digamos, literaria: bien informada, correcta, incluso innovadora en determinados aspectos relacionados con la personalidad del compositor- Su carencia se halla, como se ha apuntado, en el terreno del puro análisis musical, casi inexistente o limitado a concepciones más bien rutinarias {aunque no obligatoriamente erróneas). Por ejemplo, y al hablar dd Concierto de violoncello, muestra el autor su menosprecio, pero no deja de indicar que músicos de la talla de Casáis o Rostropoviich adoraban la obra... y por algo habrá de ser. Taylor no sabrá música, pero es honesto. Otro límite, por qué no decirlo, se sitúa en la solapada tendencia a la atribución de motivos fisiológicos al lento proceso de deterioro de la razón del músico. Un enfoque mínimamente psicoanalítico, científico, acerca del Caso Schumann parece seguir ausente: el estudio de Kleinbreil (1943) y el de Slater y Meyer (1959) no han trascendido, que yo sepa, la frontera idiomática alemana. Y tampoco puede decirse que lleguen muy lejos. La segunda cuestión digna de comentario se refiere a la edición: mendaz, sórdida, tercerm un dista, de una miseria ciertamente talmúdica. Hay que ahorrar en papel: se pone de la peor calidad, aunque el texto se trasparente, se quitan páginas, aunque se nos prive de un catálogo de obras, de una cronología, de un índice onomástico, de unas mínimas referencias bibliográficas. Se paga poco y mal al traductor, de resultas délo cual muchos de los breves comentarios musicales resultan casi ininteligibles, no ahorrándonos cosas tales como cornos, leilmolifs, punió pedal y otras lindezas; unos títulos alemanes aparecen en castellano y otros no, sin que pueda determinarse la razón, se pone en la portada un retrato desopilante que invita a la huida (existen libros enteros dedicados exclusivamente a la iconografía de los Schumann)... Todo ello constiluye la marca de fábrica de una editorial que, por otra parte, está publicando en castellano algunos textos sumamente necesarios (el estudio de Maynard Solomon sobre Beethoven, pongamos por caso) y muy accesibles para el aficionado medio que se echaban enormemente en falta. J.L.T. DE M Ú S I C A DE BARCELONA «8? CURSO INTERNACIONAL DE MÚSICA DE V I O VtC (Barcelona), del 14 al 31 de julio de 1988 PIANO - VIOLÍN - VIOLA - VIOLONCELO - MÚSICA DE CÁMARA • TRIO DE BARCELONA ALBERT G. ATTENELLE, piarro GERARD CLARET, violln LLUlS CLARET, violoncelo • ENRIQUE SANTIAGO, viola • JORDI MORA, música de cámara «4.- COLONIAS MUSICALES EN CASTELLAR DE N'HUG» PIANO - VIOLlN - VIOLA - VIOLONCELO - CONJUNTOS INSTRUMENTALES Para niños y niñas de 8 a 11 años y de 12 a 15 años Del 10 ai 24 de julio de 1988 Información e inscripciones: de 4 a 8, tardes «L'ESCOLA DE MÚSICA DE BARCELONA' Mallorca. 330, entresuelo 1? 08037 BARCELONA • Tel. (93) 207 58 18 LA GUIA DE SCHERZO CONCIERTOS ASTURIAS Slafáain de Asiuriu 11. 1!, 13 de mayo: Víctor Pablo Pérez, Nielsen. Dvorak, Prieto. 15. 16, 17: Cristóbal Halffin. Guillermo González, piano. Beethoven, Mozart, C. Halffter. BARCELONA Orquesta Ciudad de Barcelona 7,1 •> muyo: Orquesta Nacional de España. Jesús Lopei Cobos, wagner. Ibercamera 9 dr mayo: Camerata de Berna. Thomas Furi. Vivaldi. C.P.E. Bach, Wassenaer. Rossini, Dvorak, Shosfakovitch. 13: The Acadtmy of Ancient Music. Christopher Hogwood. Paul Goodwind. oboe. Haydn, C.P.E. Bach. Mozan. 30. 31: Orquesta del Concertgebouw de Amslerdam. Riccardo Chailly. Schumann. Stravinsky. / Bcrio, Bruckner. Euroconcert 17 de mi yo: Slefan Vladar, ano. Schumann. Chopin. i: I Musici. A. Scarlatti, Pergolesi, Giordani, Marce. lio, Aibinoni, Vivaldi. Moiarttana 10 de mayo: Solistas de Cataluña. Xavier Güell. Nicanor Zabaleta, arpa; C laúd i Arimany. flauta. Mozart. Sinfonía n." 7, Concierto para flauta y arpa, Adagio y Rondó, Serenata rHaffntr». K XI Festival de Múska Aatlga de La Calía 4 de Mtyo: Hans-Mariin Linde, flauta; Osear Milani, tlaye; Pere ROÍ. viola, l.edair. Haendel. Bach, Lotti. 11: Orquesta del siglo XVII!. Fian;Bruggtu. Muían, Beethoven. 13: Slanley Hogland, fortepiano. Haydn. Mozan, Beethoven. Dussek. IB: Coro del Festival de Música Antigua dr Barcelona. Phüippe Herré* eghe. l*HtspmonXX Jordi Savall. Música inglesa. 16: Kecskís Ensemble. Andíís Kecikés. Músicas húngara y turca de los siglos XV •1 XVIII no. Coria, Chopin, Tchaikovsky. 26,27, 2Í: Jean-Paul Penin. Tibor Kovacs. Mateo. Hindemith, Schubert. MADRID Cido de Cámara y Polifonía 3 de mayo: Orquesta de Cámara Española. José Luis Temes. López, Milhaud, Marco, Bautista. 10: Pedro llurralde Quarlet. Recital de Jazz. Ctnlro pan la Difusión de la Manca Contemporánea I. 9 de mayo: Cuarteto Arditti.Marunu, Halffier. Ligeli. Cárter. / Mira. Femeynogh, Marco, Bartok. (Circulo de Bellas Artes). 16: Jeffrey Jacob, piano. Frosl, Crumb, Enriquez. Jacob. Barber. (C.B.A.). 29: Trio Opus B. Castillo, Rihm. (CHA.). AfodadÓB Eipañola de M úrica de C á a a n 11 de mayo: Cuantío Margand. Universidad Autónoma de Madrid 10 de Baya: Orquesta de Cámara Eslovaca. 14. 25: I Musici. Ibermitaica 10 de mayo: Camerata Bern. Thomas Furi. Vivaldi. C.P.E. Bach, Wassenaer, Rossini, Dvorak, Shostakovilch. 14: The Academy of AncienE Music. Christopher Hogwood. Paul Goodwin. oboe. Haydn, C.P.E. Bach. Mozan. PAMPLONA OrqueMa de Si* la Cedlli 17 te naya: Máximo Olóriz. José María Orti, trompeta. Mozan. Haydn, Bizet. SAN LORENZO DE EL ESCORIAL Real Coliseo de Carlos III 7 de mayo: Capilla Peñaflorida. Jmé Rada. LarraAaga, Asi ai n. Munibc. 14: Hesperion XX. Jordi Savall. Estcve. Mi son. LasíTna, Pía. 11: Coral de Santander. Miembro; de la Sinfónica de Madrid. Lynne Kurzeknabe. Carrasqueño, el Espafioteto. Teleraann, Pergolesi. lt: Conjunto Zarabanda. Mancini, D. Scarlaili. Hasse. Rodríguez de Hita, Plá. BILBAO VALENCIA Teilro Arriaga 10 dr mayo: Orqueya del líalo XVTII. Frans Bruggen. Mozart. Beelhoven. Oraanla Municipal de VakKia 6, & de mayo: Manuel Galduf. Corodr Valencia. Hayashi. Di Cesare. Puccini. Madamt Butlerfly. {Teatro Principal). 19. II: Coro de Valencia. Vinkler, Vinzing, RafrellWagner, Porstfol. (Versión de concierto). (Palau). 17: Manuel Galduf. Cano. Brillen. Stravinsky. (Palau). CANAR1AS Saciedad Filarmónica de Lu Palmas 10 de mijo: Trio de Stultgart. 13: FtUrmonka de Gran Canaria. Antoni Win. Trío de Siuitgan. » : Elly Ameling. Rudolf Jamen. Slatoaka dt Tenerife 11. 13, 14 de mayo: Wing Sic Vip. Miktuúl Rudy, pia- BERGEN XXXVI Fntlvil iDienadonal 15 áe u r o : Orquesta del Festival. Coro Filarmónico LA GUIA DE SCHERZO de Praga. Aldo Cecea!o. MahkT, Octava. 16: Sinfónica de la Radio Polaca. Coro Filarmónico de Varsovia. Kzrysztof Penderecki. Pendereckí, Réquiem Polaco. BERLÍN 19, 20: Omitri Kítaienko. Lazar Berman'. piano. Grieg, Shoslakovitch. MUNICH FUanóúca de Munich II, II, 14 demayu: Hiroshi Wakasugi. Mozart. Baird, ZemlinsEy. II, 19,10: Giuseppe Patané. Christiane Edingcr, violin. Beethoven, Saint-Saéns. Fllarmóakt de Berlín 11, 12 de mayo: Kzryszlof Penderecki. Penderecki, Shostakovitch. 14, 15: Btrnard Kaítink. Andrt Watts, piano. Mendelssohn, Mahler. 27, 21: Seiji Ozawa. Alexis Weissenberg, piano. Brahms. Racnmaninov. JO, 31: Seiji Ozawa. Wolfram Chrisl, viola. Beethoven. Bartok. Tchaikovsky. Filamónica de Nueva Yorfc 5, A. 7 de mayo: Zubín Mehla. Martli Talvela. Mussorgsky. 11, 13, M: Zubin Mehla. Isaac Stern, violln. Mussorgsky, Maxwell Davies, CLEVELAND PARÍS OrqoetU de Cleveland S, 7 de Mayo: Jahja Ling. Mozan, Radzynski. Mahler. II, 13. 14: Christoph von Dohnanyi. Boris Bel km, violin. Dick. Bruch, Brahms. 19, 20, 11: Coro de la Orquesta de Cleveland. Christoph von Dohnanyi. Mendelssohn, Elias. 1 Fnlival de París 3-1 de mayo: Dance Theatre of Harlem (Chat ti ti). 4, S: Coro y Nueva Orquesta de Radio Francia. Jerzy Semkov. Grandes arias de ú ópera italiana. A)bent, Dimilrova, Valenlini Tcrrani. Martinucci. Salvadori. Roni (Palais Omnisports). 9: Orphcus Chamber Orchestra. Aiicia de Larrocha, piano. Haydn, Mozart, Elgar, Stravinsky (Theatre Mogador). 9.10: Bejart Ballet Lausanne (Theatre de París). 15: Adelaide de Bourgogne Oíossitii). Alberto Zedda. Ensemble Orchestra I de París. Ensemblf Vocal Michel Piquemal. Dupuy, Devia, Cafo rio, Perrajruin. Viala. 15. (Sala Pleyeí). 16: Concentus Musicus Wien. NikotauE Harnoncourt. Blasi. Kenny. Rappe, Equíluz, Scharinger. Bach. Cantatas BWV 207, ¡98, 212. (Iglesia de la Trinidad). 17, IB: Danza Teatro Koros. (Gaie de Test). 25.17. 29: Iphigenie en Tauride (Puccini). Donato Renzelti- Luca Ronconi. RicciareUÍ. Baumann, Berialo, Naviglio. (Chatelet). 30: Ensemble Orchestral de París. La Chapelle Royale. Phíhppe Kerreweghe. Mendehsonn, Schubert. LONDRES The South Baak Centre 5 de mayo; Englkh Baroque Soloisl^ John Eliof Gardiner. Malcolm Bilson, fortepiano. Haydn. Mozart. 6: London Philharmonic. Klaus Tcnnsiedi. Wagner. 7: London Sinfonielta. Wilold Lutoslawski. Neil Jenkins. tenor. Lutoslawski. 1,11.1S: Royal Philharmonic. Yuri Temirkanov. Rossini, Brahms, Dvorak. 9: Cuarteto Melos. Enrique San I ¡ajo, viola. Brahms, Mozan. 15, 16, 29: Cuarteto Borodin. Beethoven. 17: Royal Philharmonic. Kurt Masur. Trio Beaux Arts. Beethoven. ltt'. Philharmonia Orchestra and Choru^. Rafael Frühbeck. Mendel^sohn. Orff. 19: Royal Philarmonic. Kun Masur. Mozan. Bruckner. 21: Academy of St. MarlinIn The-Fitlds. Coro de la Academy. Neville Marríner. Malhis. Schrcier, Luion. 21: English Chamber Orchestra. George Malcolm. piano y dirección. Bach, Mozan. Haendel. 24: Phi I harmonía Orchestra. Bernard Hailink. Brillen, Strauss. 2t: Royal Philharmonic. Wladimir Ashkenazy. Radu Lupu. piano. Brahms, Beethoven. 17: Philharmonia Orcheslra. Bernard Haitinl. Moiart. Shoslakovitch. 19, 31: Philarmonia Orchestra. Ciuseppe Sinopoli. Cabrielí, Stravinsky, SaintSaens. / Schubert, Schumann, Mendelssohn. LEIPZIG Orquesta dt la Gewaadlunt 11. 13 de luyo: Coro de la Gcwandhaus. Kurt Masur. Wladimir Spivakov, violin. Prokofiev, Debuuy. NUEVA YORK Mozan. 19, 10, 14: Zubin Mehla. MahJcr, Novena. SalaPtejd 5 de naya: María Tipo. Beethoven. 9, 11: Orquesta de Paris.. Daniel Barenboim. Warner. 12: Jorge Bolet, piano. Mendelssonn. Beelhoven. Franck, Liszl. 17: Maurízio Pollini. piano. Liszi, Schubert. II: Orquesta de París. Esa Pekka Sakmen. Sibelius. Grícg, Nielsen. 19: Orquesta de París. Ensemble Inierconremporain. Esa Pekka Salonen. Lindberg, Schoenberg. Nielsen. 15; Annie Fi&cher, piano. Mozart, Schumann. Schubert. V1ENA Filarmónica de Vleaa 1>, 29: Christoph von Dohnányi. Webern, Brahmi, Schoenberg. Orqueata de la ORF 5 de Buyo: Zdenck Korier. David Geringas, violoncetlo. Vorisek, Schoenberg. Krenek. Schubert. II: Friedrich Cerha. Antbeil, Satie, Milhaud. OPERAS BARCELONA Gran Teatro del Lkeo LA GIOCONDA (Ponchie¡lí). Uwe Mund. Bumbry. Cossotto, Cortez, Mauro, Manugutrta. Vinco. 5, 1. 11, 13 de mayo. FAUST (Gounod). Armando Gatto. Araiza, Nesterenko, Benackova. 19, 11, 25, 11 de mayo. BILBAO Tealro Antoga L'ELISIR D'AMORE (Donizetti). Enrique García Asensio. Mario Gas. Sinfónica de Bilbao. IR y 20 de mayo. MADRID Tettra Lírico N»rtoail La Zarzuela ADRIANA LECOUVREURtCilea). Miguel Roa. Emilio Sagi. Aragall. Tíoilskaya. Obraztsova- S, 11,14, 17,10 de BUYO. TARRASA Ccatre Cultaral de la Caiaa de Ternun LA FLAUTA MÁGICA (Mozart). Opera de Cimara de Varsovia. Stefan Sutkowski. 19 dt mayo. BERLÍN Deuuche Oper LADY MACBETH VON MZENSK IShostakovitch). Jin Kout. Gúnter Kr&mer. Dooley. Armstrong. Pell. 7, 17, I». 13 dr mayo. BRUSELAS La Moünafe FAUST (Gounod). Paul Ethuin. Laurent, Jacques, Léonard, Fillstad, Vanaud. 14, 15, 19, 10, 11, 22 de ••ya. GLVNDE8OURNE Festfeal de Opcn 19M D1E E^^TUHRUNG AUS DEM SERA1L (Mozan). Lolhar Zagrosek. Peter Wood. Rendall, White, Evanaelides, Baur. Rolandi. 16. l í . 10. 22. 16. 2> de KATÁ KABANOVA (Janacek). Andrt* Davis. Nikolaus Lehnhoff. GrahamHall. Bunning. Adams, McCauley, Bennett. 19.21, 25. 27. 29. 31 de mayo. LONDRES Royal Opera Hout Covenl Garden ANDREA CHENIER (Giordano). Zancanaro. Zampieri. Powdl, Johnson. Primera: 17 de mayo. ANNA BOLENA (tJonizelú). Richard Bonynge. Ment- Schcrzo 57 LA GUIA DE SCHERZO Mr. James, Suiheiland, Kavrakos. Primera: 30 <k «yo. Eaglfsh National Opm DIE ZAUBERFLOTE (Moian). I van Fischer. Fiíld. BuUock. Chnslie. Randlt. 5. 12, 19. 17 de mayo. COS! FAN TUTTE (Molan). Granae Jcnkins. Loll, Jones. Pope. David, t , 11, 14, 10, 26 de mato. XÉRXES (Haendel). Charles Mackcrras Murray. Maslerson, Robson, Garrel<.IO.t3,21,ISdtmyo. MILÁN Tnlro alia Seal. MONTAG AUS L1CHT I CONCURSO INTERNACIONAL DE COMPOSICIÓN DE PASODOBLES TOREROS PARA ORQUESTA DE CUERDA Abierto a las piezas inéditas posteriores a 1-111-88 y anteriores a I3-X-S8 (fecha límite de recepción de originales). Premio: impresión facsímil de 15 ejemplares e interpretación pública de la obra. Información en la organización: Academia de Educación Sentimental Agúndez-Palacios. Viriaio, 54. 28010 Madrid. X CURSO DE MÚSICA BARROCA Y ROCOCÓ San Lorenzo de El Escoria!. 15-27 de agosto. Canto: Marius van Aliena, flauta de pico; Kee Boeke, flauta travesera: Konrad Hünteler, violín y viola: Alda Stuurop, clave: Kennelh Gilbert (15-20), Jacques Ogg (22-27), vihuela, laúd, guitarra: José Miguel Moreno, viola da gamba: Anneke Pols, violoncello: Wouter Moeller, música de cámara: Jacques Ogg, danza: Bárbara Sparti. Inscripción hasta 7 de agosto. Información en Asociación «Música Barroca». Francisco de Rojas, 9. 28010 Madrid. (Siockhausen). Stock hausen, EStvdes, Patveer. Meriweaiher, Sarley. liherwood. Stephens. 7, S, H, 11, 12 de mayo. Setin. Baslin. Caíala. Cogn«. 17, 19 de M í o . PARÍS Teatro La Ftnttt STIFFELLO (Verdi). Huberi Soundanl. Ordónez, Omilian, Noble, Zennuo. 20. 22, 21, 31 de maya. VENECIA MUNICH Biytriiebe SüUUopcr VEK MAKROPOULOS TVaCn d o Cbanpt Dynta WERTHER (Masitnel). Marc Souslrol. Baudouin. CONVOCATORIAS II CONCURSO DE COMPOSICIÓN SGAE 1988 Convocan: Sociedad General de Autores de España y Centro para la Difusión de la Música Contemporánea. Pueden concurrir al concurso los españoles nacidos después de enero de 1958. Duración de las obras: de cinco a veinticinco minutos. Premios: l.° 750.000, 2.° 400.000 Pts. El plazo de admisión se cierra el 30-1X-88. Para solicitar información sobre las bases del concurso y la plantilla instrumental a la que las obras se habrán de ajustar, dirigirse a CDMC, Centro de Arte Reina Sofía. Santa Isabel, 52. 28012 Madrid. II CONCURSO HERMANOS CLARET INSTRUMENTOS DE CUERDA Y MÚSICA DE CÁMARA Abierto a catalanes o residentes en Cataluña. Violín, viola, violoncello. Trío de cuerda, trío con piano, cuarteto de cunda, cuarteto con piano. Pruebas eliminatoria y final del 19-1X-88 al 25-IX en el Auditorio de Esbart de Sant Cugat del Valles. Inscripciones hasta 3O-V1-88. Información: Esbart Sant II CONCURSO INTERNACIONAL DE CANTO JULIÁN GAYARRE PRESIDENTE: JOSÉ CARRERAS El Gobierno cié Navarra, con el fin de promocionar la música vocal y potenciar la reputación de sus intérpretes más calificados, ha establecido, en régimen de concuno, el Premio Internacional de Canto -Julián Gayarre-, ba)O la presidencia y patrocinio del tenor José Carreras. Este premio se otorgará cada dos años dentro de la programación de los Festivales de Navarra. El M Concurso Internacional de Canto •Julián Gayarre- tendrá lugar en los Festivales de Navarra de 1988, entre los días 29 de agosto y 4 de septiembre. Requisitos de los participantes Este Concurso está abierto a la participación de cántame; de todas las nacionalidades. Los concursantes deberán se: mayores de 20 años y menores de 35, v las concursantes, mayores de 18 y menores de 32. Premios El Concurso Internacional de Canto -Julián Gayarre» está dotado con un Primer Premio de 750.OQQ pesetas y un Segundo Premio de 500.000 pesetas. 58 Scherzo (Juiacdt). Peln Schneíder. Behrens, Varnay, Jungwirlh, l t , 25, 30 de auyo. Cugal, carrer Migdia n.° 6. 08190 San! Cugat del Valles. Tfnos. 675 48 54 y 675 26 SI. II CICLO DE CURSOS SOBRE ENSEÑANZA PROFESIONAL DE LA MÚSICA Comunidad de Madrid. Métodos modernos de la enseñanza del violfn (Anna Baget, 6/8-V). La guitarra flamenca (Andrés Batista. 9/13-V). La improvisación en el piano para música clásica y jazz (Horacio Icasio, 19/22-V). Información y matrícula: Conservatorio de Música de la Comunidad de Madrid. Ferraz, 62. 28008 Madrid. Tfno. 241 49 25. Curso de improvisación en el piano: Escuela de Música Creativa. Carlos Latorre, 13. Cuatro Caminos. 28039 Madrid. ANTAL DORATI: CURSO DE INTERPRETACIÓN DE MÚSICA DE CÁMARA Berna, 7-18 noviembre 1988. Participación abierta a todo tipo de conjuntos establecidos. Se pide nivel elevado y repertorio amplio. Se admitirán 4 grupos. La selección se hará sobre la base de una grabación que se ha de remitir. Inscripciones hasta 15-1X. Información: Sekretariat Meisterkurse des Konservaloriums Bern. Kramgasse, 36. CH-3011 Bern (Schwciz). Asimismo, el Jurado otorgará el Premio Especial «José Carreras-, destinado a premiar, de entre los concursantes españoles, a la mejor voz de tenor. La dotación de este Premio Especia!, que no será acumulable a los otros dos, es de 250.000 pesetas. Por otro lado, el Jurado propondrá al Gobierno de Navarra la concesión de una o varias bolsas de estudios a! concursante o concursantes cuyos méritos así lo recomienden. Los premiados en el Concurso participarán en un concierto en los .Festivales de Navarra 1989-. Inscripciones Los aspirantes a los premios establecidos en este Concurso presentaran en el Registro General del Gobierno de Navarra (Carlos III, 2,31002 Pamplona) o remitirán al mismo por correo certiíicado, antes del 31 de mayo de 1988, los datos siguientes; • Nombre, apellidos, edad, nacionalidad, domicilio y teléfono. • Curriculum artístico. • Repertorio mínimo de seis piezas vocales (4 anas de ópera y 2 canciones de autores clásicos) de una duración no inferior a 30 minutos. Información Las bases completas de esta convocatoria pueden ser solicitadas a la Institución Príncipe de Viana del Gobierno de Navarra (O. Ansoleaga 10,31001 Pamplona. Tfno. 948-227200, ext. 3163). G3D G oblar no da Navarra Departamento de Educación v Cullura Benjamín Britten, 75 años dosier Britten como autor de música sinfónica y de cámara na fuerte individualidad congéníta ha alimentado siempre a los compositores ingleses. El siglo XX señala un despertar tímido, pero definido, de la com posición musical británica; sus compositores se mostraban igualmente precavidos en su aceptación de los nuevos conceptos del idioma contemporáneo. En realidad, no existe en Gran Bretaña, en el período moderno, una verdadera noción de escuela. Más bien distinguimos una serie de personalidades ligadas por cierto parecido familiar. Su lenguaje musical no practicó la audacia y pese a la aparición de una escuela joven que se somete a la enseñanza weberniana, la música inglesa contemporánea obedece en conjunto a las reglas de una sólida tradición. La orientación musical inglesa es reveladora: cierta abundancia de música de programa, descriptiva o filosófica, y predilección por la música vocal, donde el apoyo de un (exto estimula la imaginación del músico. La influencia de Sibelius hasta Schoenberg con un interés evidente por la música francesa (Dcbussy, Ravel). prueba un eclecticismo de buen gusto en los creadores ingleses. Entre la generación de W aitón y de Tippett y la siguiente (compuesta por cinco músicos de segundo orden), el dodecafonista Humphrey Searle, Richard Arnell, Peter Racine Fricker, Malcolm Arnold y el escocés lan Hamilton, se sitúa el gran compositor inglés de la época, el único músico cuya fama ha sobrepasado ampliamente las fronteras de la Gran Bretaña: Benjamín Britten (1913-1976), el primer estilista que la vida musical inglesa ha conocido desde Purcelt (Martin Cooper). Hombre inteligente y receptivo, fue uno de los primeros músicos ingleses profesionales, que no pensó más que en su carrera musical y, en consecuencia, un creador más sensible a la seguridad de una técnica que a un dejarse ir de una inspiración aleatoria. Se preocupó de los problemas de forma y la fluidez que su habilidad técnica le permitió y su laboriosidad hizo que su extensa producción abarcara prácticamente todos los campos de la música. En el campo de la música instrumental, el autor evita el abuso de los efectos convencionales, es decir, el arsenal postromántico. Britten, con un vocabulario muy propio, no negó la entrada a influencias poderosas en su producción musical, que supo sistematizar y conectar con la tradición de su país. En primer lugar, Henry Purcdl, cuyas estructuras formales, modificadas magistral mente, utilizó con frecuencia; después Stravinski, de quien tomó sus iniciales esquemas rítmicos; Mahler por su colorido, timbre y lirismo. No están exentos de sus obras otros compositores, pero interesa señalar, finalmente, la inclusión de elementos seriales en alguna obra próxima a los años sesenta: Cantata Académica (1959). La fuerza de la música vocal de Britten ha llevado a algunos a menospreciar su música instrumental. Es lástima, ya que la parte vocal no puede artísticamente separarse de su acompañamiento instrumental y porque su música puramente instrumental está escrita de manera magistral. U Música orquestal Aja designación sinfonismo para la música de Britten no parece ser del agrado o reconocimiento de algunos especialistas al aludir que las obras orquestales del compositor es una 60 Scherzo música cuyos atributos no dependen del arte del movimiento sinfónico, con todo lo que el mismo implica. Es cierto que no existe ninguna sinfonía puramente orquestal, sin programa, sin solista o sin voces. Pero una objeción basada en semejantes premisas carece de sentido y peca de excesivo rigor. Con la concesión de una base programática tenemos la Sinfonía de Réquiem, op. 20 (1940), partitura que escribió Britten para orquesta sola en los años de estancia en América, país en donde su música instrumental gozó de mejor fortuna. Esta única pieza de envergadura fue compuesta para atender un encargo que el gobierno japonés le había hecho con el fin de celebrar el XXVI aniversario de la dinastía Mikado. Con la inclusión de un solista creó la Sinfonía para violoncello y orquesta, op. 68 (1963). Sus visitas frecuentes a la URSS en calidad de intérprete y director hizo que trabara una duradera amistad con Shostakovitch y Ros tropovitch, circunstancias favorables para que escribiera música para violoncello toda ella dedicada al gran maestro del instrumento. La obra que nos ocupa pertenece al tercer periodo creativo de Britten y con ella comienza un período de experimentación y expansión de técnicas que hará que produzca muchas partituras originales. Se vislumbra en esta Sinfonía a Prokofiev y Janácek, el primero por su Sinfonía concertante para cello y orquesta de cuerda (1952). Lo que distingue la Sinfonía para violoncello de los tempranos Conciertos de Britten, un poco duros para el gusto de muchos oyentes, es la relación entre solista y orquesta. Mientras que en la bravura del Concierto para piano, op. /3(1938)yen la dulzura más intensa del Concierto para vio/ín, op. /J(1939) el solista asume la tradicional postura de ser llevado hacia un dramático conflicto con la orquesta, en la Sinfonía para violoncello el solista es un virtuoso, parte integrante de un diseño sinfónico coherente. Esta obra tiene afinidades con su Sonata para cello y piano, op. 65 (1961). Con inclusión de voces compuso su Spring Symphony, op. 44(1949). En esta época de postguerra la verdadera vanguardia del momento no estaba interesada en la sinfonía; se consideraba a sus técnicas inapropiadas para las formas instrumentales en gran escala y siguió siendo cultivada por músicos moderados, la mayor parte británicos o rusos. Britten evitó la verdadera sinfonía. Su Sinfonía Primavera es completamente vocal, una partitura bien realizada sobre una docena de poemas y que tiene de sinfónico únicamente que sus cuatro partes se corresponden a los cuatro movimientos convencionales. Dentro del título sinfonía aún hallamos dos partituras de estudiante: la Sinfonielta, para orquesta de cámara, op. I (1932) y la Sinfonía simple para orquesta de cuerdas, op. 4 (1934), esta última, más temprana aún en sus orígenes, la escribió en 1925 cuando tenía doce años, revisándola y editándola nueve años más tarde, está-basada en unas melodías escritas cuando era muchacho; figura como una de las piezas más conocidas de Britten y los cuatro movimientos que la componen poseen el extraordinario frescor estilístico que el compositor manifestó a lo largo de su carrera. La técnica contrapuntística exhibida es de altísimo nivel. Pero en su obra instrumental es obligatorio hacer mención de otras composiciones que terminan de configurar su universo. En las últimas décadas, los ingleses se han acostumbrado a asociar el estilo Britten con todo [o inglés, aunque hubo un tiempo, a comienzos de su carrera, cuando de lo que se trataba era precisamente de ignorar los valores genui- Manos a ¡a obra FOTO: BERT1 GAYE ñámente ingleses. Las Variaciones sobre un lema de Frank Brídge para orquesta de cuerda, op. JO (1937) y la construida dos años después, Les Illuminations, op. 18, son dos de las obras típicas de Britten de la época aludida. Las Variaciones son esencialmente paródicas. Movimientos como Bourrée Classique, Wiener Waltzer y la Marcha Fúnebre son una serie de variantes de tipo europeo —neoclásico, vienes y mahleriano— que los aplicaría mas tarde a Les Illuminations, aunque no se observa ningún rastro de parodia. El tema central de las Variaciones proviene del Idilio n." 2 delata en ella una habilidad nada común para explotar cada instrumento por separado, además de rendir una profunda pleitesía al maestro del barroco inglés por el que sentía una extraordinaria veneración. Como efecto de ello se ha admitido la tópica valoración de «el más grande compositor inglés después de Purcell». Su habilidad instrumental le llevó a realizar numerosos arreglos de obras de otros autores: Soirées musicales y Malinées musicales, elaboradas sobre melodías de Rossini. También escribió para el cine; la banda sonora de la película Night Mail (Correo nocturno) llegó a ser casi clásica. del Cuarteto de cuerda del que fue su profesor, Frank Bridge, quien le inculcó la perfección técnica y el poner la habilidad profesional al servicio de la solución de los problemas Benjamín Britten, de manera parecida a como lo hacían musicales. Con esta obra produce nuevos y personales efec- los maestros de capilla en el siglo XVIII, escribe sus obras tos a partir de un idioma básicamente diatónico. motivándolas en unas circunstancias precisas y pensando en intérpretes concretos, que cada obra estuviese idealmente El periodo de madurez y evolución del gran compositor unos le llega en los anos 1945-46 con Peler Grímes, la primera ópera adecuada con su propósito primitivo. Cuando se iba a coninglesa desde Bal fe y The Mikado, que consiguió un éxito sagrar una gran catedral, edificada con esfuerzo y después internacional y de la que extrajo los Four Sea InreHudes, de de un período de aflicción, componía el War Réquiem, o si Peler Grimes, op. 33a y PassacagHa, op. 33b. En ellos en- en un atardecer de verano el público del Festival de Aldecontramos, gracias a la originalidad de su escritura, una va- burgh se desplazaba ociosamente en pequeñas embarcacioriedad de lenguaje y hasta imágenes sonoras muy propias de nes para escuchar un concierto informal sobre el agua, entonces escribía, por ejemplo, las Seis metamorfosis según Shostakoviten y Nielsen. Ovidio, op. 49 (1951) para oboe solo. Sirva ya de comentaPara finalizar este apartado reseñaremos la obra que vie- rio lo asombrosamente completas y variadas de estas metane de la mano de su Cuarteto de cuerda n." 2: Variaciones morfosis. La quinta de ellas hace un uso brillante de la y fuga sobre un tema de Henry Purcelf, op. 34 (1945), tam- diferencia entre el maduro y tenue registro inferior del insbién llamada Guía de orquesta para jóvenes. Fue de hecho trumento y el superior, más dulce, para evocar la imagen de su última música escrita para películas. La obra iba destina- Narciso enamorándose de su propio reflejo en el agua; los da a ¡lustrar los instrumentos de una orquesta sinfónica. Po- extremos se aproximan gradualmente hasta que los contrassiblemente sea su obra más divulgada y con la que el público tes de las frases y los registros se confunden enire si, y el oído ha establecido un contacto primerizo con el autor. Britten ya no es capaz de distinguir entre el original y el reflejo. Scherzo 61 dosier La música de cámara üistá dominada por dos grupos: El primero está formado por los Cuartetos de cuerda. En el n." i en re mayor, op. 25 (1941), Britten estaba en EE.UU., el autor logra un buen empleo de las cuerdas. El n. " 2 en do mayor, op- 36 (1945) es la composición mejor conocida de las que integran su música de cámara, se conmemora en él el 250 aniversario de la muerte de Purcell, hallándose el último movimiento en la forma de una chacona, forma de la que hizo mucho uso el compositor barroco, obra poderosa y expresiva. El n. " 3, op. 94 (1975) es la última composición mayor completada por Britten; sin tonalidad definida, puede llegar a ser aceptado como epílogo emocionante a su obra. Pieza especialmente introspectiva, más enigmático que el Segundo Cuarteto, el Tercero impresiona tanto por su estructura cerrada como por su calidad espiritual. Sin ningún género de duda se trata de un testamento (falleció al otoño siguiente). Cada nota de su escritura es importante. Geoffrey Crankshau habla de la inflexible honestidad de su música que hace recordar los últimos Cuartetos de Bartok, aunque el idioma sea típico de Britten. Cada movimiento del Cuarteto, curiosamente, lleva un título que pone el acento sobre un aspecto técnico o sobre un determinado estado de ánimo (Duetos/Ost i nato/Solo/Burlesco y Recitalivo/Passacaglia), el primero y el último tiempo son los más cargados, emotivamente hablando. El segundo grupo de su música de cámara se refleja en la admiración por un determinado intérprete: Mstislav Rostropovitch, para quien escribió la Sonata para violoncello y piano, op. 65 (1961), obra que enlaza con el mundo de Prokofiev y Shostakoviten. Continuó con las tres Suites, para violoncello solo, op. 72(1964), op. 50(1967) y op. «7(1972). Todas ellas despliegan una gran energía. Cierto es que estas Suites, al menos las dos primeras, declaran una deuda a los métodos texturales de Bach y más aún a sus movimientos fugados. La sucesión de piezas de carácter contrastante que componen cada suite explotan algo las diferentes posibilidades técnicas del cello, algunas de ellas sugieren una comparación con el estilo inicial de Brilten. Al estar estas obras dedicadas al gran intérprete de Bach, Roslropovitch, que domina sin esfuerzo toda la variedad de técnicas especiales que MÚSICA INSTRUMENTAL Y DE CÁMARA Cuarteto de cuerda en re mayor (1931) • Fantasía para cuarteto de oboes, Op. 2 (1932) • Hotiday Diary, suile para piano, Op. 5 (1934) • Suite para violín y piano, Op. 6 (1934-35) • Introduction and Rondo alia burlesca para 2 pianos, Op. 23/1 (1940) • Mazurka elegiaca para 2 pianos, Op. 23/2 (1941) • Cuarteto de cuerda n." I en re mayor, Op. 25 (1941) • Cuarteto de cuerda n.° 2 en do mayor, Op. 36 (1945) • Preiude and Fugue on a Theme of Vittoria para órgano (1946) • Lachrimae, reflexions on asong of Dowlandpara viola y piano, Op. 48 (1950) • Six Meíamorphoses after Ovid para oboe, Op. 49 (1951) • Morris Dance, de Gloriana, para 2 flautas dulces • Suite Alpina para trío de flautas dulces • Scherzo para cuarteto de flautas dulces • Fanfarefor St Edmundsbury para 3 trompetas (1959) • Sonata en do mayor para violoncelo y piano, Op. 65 (1961) • Night Piece (Notturno) para piano (1963) " Nocturnal after John Dowland para guitarra, Op. 70 (1963) • Suile n.° 1 para vio62 Scherzo Brillen. Audrey Mildmay (Mrs. John Crtsiit) y Eñe Crozier en Glyndebourne. 1947. se requieren, se hacen realidad las intenciones compositivas de Britten al concebir sus partituras en función de los medios de interpretación. El determinar si en la música de Benjamín Britten el estilo es más impon ante que el contenido, o si además de poseer grandes talentos también dispone de una profundidad peculiar de sentimiento, es algo que indudablemente seguirá siendo tema de debate. Tanto en su música orquestal como en la instrumental y de cámara, Britten siempre fue un interesante experimentador. Su doble sentido de la independencia, frente al neoclasicismo y también ante el dodecafonismo y el serialismo, le libró de la confusión que padecieron muchos músicos de su tiempo. Su aire renovador y su fidelidad al pasado le han hecho ser el perfecto moderno-conservador. Manuel García Franco Diversions para piano y orquesta, Op. 21 (1940, rev. 1954) • Matinées musicales (según Rossini), Op. 24 (1941) • Balada escocesa para 2 pianos y orquesloncelo, Op. 72 (1964) • Gemini Varia- ta, Op. 26 (1941) • Preludio y fuga pations para flauta, violín y piano a 4 ra 18 instrumentos de cuerda, Op. 29 manos, Op. 73 (1965) • Suite n.° 2 pa- (1943) • Four Sea Intertudes. de Peter ra violoncelo, Op. 80 {1967)» Suite pa- Grintes. Op. 33a • Passacaglia, de Pera arpa, Op. 83 (1969) • 5 valses para ter Grimes. Op. 33 b* The Young Perpiano (1923-25; 1969) • Suite n.° 3 pa- son 's Cuide to the Orchestra ra violoncelo, Op. Í7(1972) • Cuarte- (Variaciones y fuga sobre un tema de Purcell) para orador ad lib. y orquesto de cuerdas n.° 3, Op. 94 (1975). ta, Op. 34(1946) • OccasionalOverture en do mayor, Op. 38 (1946) • MÚSICA ORQUESTAL Sinfonietta para orquesta de cámara, Lachrimae para viola y cuerdas, Op. Op. 1 (1932)» Simple Symphony para 48o (1946) • Suite sinfónica Gloriana orquesta de cuerdas, Op. 4 (1933-34) • para tenor u oboe y orquesta, Op. 53a Soirées musicales (según Rossini), Op. (1954) • Pasdesixde The Prince of the 9 (1936) • Variaciones sobre un lema Pagodas, Op. 57a (1957) • Cello de Frank Bridge para orquesta de cuer- Symphony para violoncelo y orquesta, das, Op. 10 (1937) • Moni Juic (basa- Op. 68 (1963) • The Building of the do en danzas catalanas), Op. ¡2 House (Salmo CXXVII), obertura pa(1936-37) • Concierto para piano, Op. ra coro de sopranos, lenores, contral13 (1938) • Concierto para violín, Op. tos y bajos (u órgano o instrumentos 15 (1939, rev. 1958) • Young Apollo de metal) y orquesta, Op. 79 (1967) • para piano y cuerdas, Op. 16 (1939) • Suite sobre melodías populares ingleCanadian Carnival. Op. 19 (1939) • sas A Time There Was para orquesta Sinfonía da réquiem, Op. 20 (1940) • de cámara, Op. 90 (1966-75). CATALOGO DE OBRAS DEUTSCHE HARMONÍA MUNDI deutsche harmonía mundi QOD EDITIO CLASSICA DIGITAL AUDIO CD A PRECIO MEDIO MOTETTEN /MOTETS BWV 225-2)0 KNABENCHOR HANNOVER COIXEGIUM AUREUM COMPACT nc( BEETHOVEN CRE.BACH CONCERT1 WQ16,23 S: 1(6 GUSTAV LEONHARÍrr AIAN CURTÍS HEIAIUT HUGKE COLLEGIUM AUREUM rRIPELKONZLRT KLAV1ERKONZERTNO.4 COLLEGIUM AUREUM 7 69276 2 7 69277 2 7 69278 2 BRAHMS MISSA DE BATALLA MISSA PRO DEFUNCTIS ESCOLANIA MONTSLRRA'l EIN DELTIiCHES RÉQUIEM HF1.F.N DONATH KI1RT WIDMER SÜDCeLTSCHtR MMÜUI.Al-CHiBi snfTTOART OBCKESTEJI DER tl/DWIGSÍUUJJ( Jt^T^PIFJl WOLFGANG CONNENWEIN 7 69035 2 7 69280 2 LULLY/MOUERE MOZART LE BOURGEO1S GENHLHOMMF KLARlNtri ENQUINTXTT CAMPRA H"]] I ^,1 r í i F Í T l Pl'UB r.LAHINETrE OBOENQUARl ETT L1 EUROFE CALANTE •nmr '«. fn uk i- •'•RÜI HORNQU1NTETT ; U, B i m BAMW tilSWVLEONHAlUir 7 69282 2 (2CD) 7 69281 2 TOMÁS UJIS DE VICTORIA TEiMEBRAh RESPONSORIES PRO CANTIONE ANTIQUA ÍXINTET. ÍX I^"I"¡ !"|h [IJIJIH" COLLEGIUM AUREUM 7 69285 2 7 69286 2 dosier Las óperas de Britten: una apretada introducción Dieciséis Mulos son demasiados para pretender una introducción adecuada en tan breve espacio. Valga entonces ésta, acaso inadecuada. Renunciamos, al menos de momento, a un examen detenido e individual de este o aquel titulo, para intentar captar lo que diferencia la ópera de Britten de otras aportaciones al teatro lírico, para comprender en qué consiste la aportación dramática de este compositor. Todo esto es, precisamente, lo que suele estar ausente de las monografías, incluso de las mejores. Por eso estas líneas son un ensayo, aunque comprimido y apretado. Se complementa con dos cuadros que, al mismo tiempo que informan, evitan repetir datos en el artículo, y con una bibliografía esencial. Un largo, fecundo vigje E bían impuesto la falta de tradición operística y las precariedades de la posguerra en los aflos de Lucretia y Herring. Esa década lleva a Pears y a Britten a una amplia gira por Extremo Oriente, que permite al compositor nuevas experiencias estéticas que tendrán trascendencia en sus óperas (el teatro No japonés en Curlew River, la primera de las tres parábolas; la música balinesa en el ballet El principe de las pagodas). La década de los 60 se inicia con una de sus óperas más brillantes y sugestivas, A midsummer night's dream y con el War Réquiem. Si Peter Grimes fue la obra de primera madurez de Britten, War Réquiem es la obra de madurez plena, la que supone un punto de inflexión donde el estilo del compositor se hace más sutil, más lírico, más rico y profundo, sin perder la fuerza del realismo de Grimes, aunque desde ahora (desde A midsummer y el Réquiem) el realismo sea algo no evidente, no manifiesto, sino una referencia irrenunciable con otras pautas lírico-dramáticas. Los 60 son la década de las tres parábolas de iglesia, continuación por otros medios de sus obras operísticas infantiles, Hagamos una ópera (que incluye la breve pieza lírica The little sweep) y Noé y el diluvio, auténtica apoteosis de, para y con niños (1949 y 1958, respectivamente). En sus últimos años estrena Britten dos obras maestras que cierran su ciclo de 16 títulos: una ópera para televisión, Owen Wingrave; y una pieza lírica de gran profundidad y originalidad, Muerte en Venecia, estrenada justo dos años después de la adaptación cinematográfica de la misma novela de Thomas Mann por Luchino Visconti, con procedimientos por completo diferentes, pero donde el legado de la tradición cinematográfica es un componente, si no único, sí esencial. ntre 1939 y 1941 compuso Britten algunas obras vocales que hoy nos parecen, aparte de su valor intrínseco indiscutible, pasos previos a su obra operística. Destacan Les Illuminations y los Sonetos de Miguel Ángel. Pero es también la época en que compone importantes obras instrumentales, coincidiendo con su viaje a Estados Unidos con Peter Pears: Sinfonía da Réquiem, un Cuarteto de cuerda y dos obras concertantes. Es en Estados Unidos donde realiza su primer ensayo operístico, Paul Bunyan, y, al regresar a Gran Bretaña, profundiza su trabajo en materia vocal. Una de las preocupaciones de Britten fue, desde el principio, la consecución de una prosodia, de una declamación auténticamente inglesa que nada tuviera que ver con el nacionalismo (en el espíritu abierto de su maestro Franck Brídge). Pears se unió por entonces a la Salder's Wells Opera, cuya directora, Joan Cross, posibilitó el estreno de Peter Grimes en la reapertura del teatro inmediatamente después de la guerra. Esta ópera es ya un fruto de primera madurez (aunque el compositor sólo tiene 32 años) y constituye un logro desde el punto de vista vocal. A partir de ese momento Britten se convierte en un compositor principalmente dedicado a la ópera, que escribe obras de otro género a modo de transiciones entre una y otra obra lírica, si bien en ocasiones esas otras piezas denotaban un parentesco teatral innegable (como el trascendente War Réquiem, de 1962), o pertenecían al teatro por otros medios (como el ballet El príncipe de las pagodas, de 1957). Britten supo hacer de la necesidad virtud al acudir en ocasiones al género ópera de cámara (Lucretia, Herríng, Tuerca), al que son asimilables sus óperas breves o las parábolas de iglesia, y en cuyo espíritu entra El sueño de una noche de verano (para grupo orquestal algo más amplio que el de aquéllas, pero menor que la gran orquesta habitual de foso). Se encontraba muy a gusto trabajando con un grupo cohe- Sobre todo, teatro sionado, casi familiar, como el formado a partir del estreno de Peter Grimes y propiciado por las pautas de trabajo de las óperas de cámara siguientes. Surgió así, en 1947, el En- L a ópera de Britten es un logro de enorme teatralidad. Es glish Opera Group, que ese mismo año estrenó Alberi un teatro que hay que ver. La sola escucha es útil e importante, pero no es suficiente, no da la auténtica dimensión, Herring. la esencia de este teatro. Ese logro dramático se consigue mediante una prosodia musical inglesa que es conquista propia Desde el estreno de Billy Budd (1951) puede considerárse- de Britten, aunque se ubique dentro de una tradición, ya sea le ya un operista consagrado, como demuestra su estreno en para proseguirla y trascenderla, ya sea para negarla (como el Covent Garden, seguido dos años después por la auténti- niega, de forma latente y sin embargo decisiva, cualquier pauca consagración, con Gloriana, estrenada con motivo de la ta nacionalista). Esa negación del nacionalismo no pasa por coronación de la reina Isabel. El regreso a la ópera de cáma- prescindir de elementos musicales populares, ya que el acerra, con The turn of thescrew( 1954), en producción del E.O. vo folclórico es la base de toda prosodia musical. En ese senGroup, es fruto del deseo de expresión mediante esa econo- tido, Peter Grimes contiene una amplia muestra de cantos mía de medios. Ya no es la necesidad de los mismos que ha- populares de la Inglaterra del este, no sólo las canciones que 64 Scherzo un todo continuo de carácter casi cinematográfico, construido además sobre elementos que otorguen unidad estructural a la pieza (la famosa simetría musical y dramatúrgica de Luiu) o de cada una de sus partes constitutivas (las tres formas de los ¡res actos de Wozzeck). Así, junto a una continuidad vocal basada en un recitativo seco que puede irse haciendo cantabile, arioso y hasta convertirse en aria o conjunto, pero sin separabiüdad, sin posibilidad de aislamiento de números (la vieja herencia de las pre-óperas de la Camerata florentina justo al empezar el siglo XVII, o el inesperable ensayo de Dargomishki a mediados del XIX, con El convidado de piedra, seguido por Musorg5ski y Rimski en otras obras), se da una continuidad total de la música donde la orquesta (o el pequeño conjunto en las óperas de cámara 6 parábolas de iglesia) asume el cometido de permanencia dramática. Desde los interludios de Peler Crimes hasta el sutil entrelazamiento de escenas de Death in Venice, donde apenas hay respiros en forma de intermedios, Britten experimentó ampliamente variaciones sobre esa fórmula. No es lo mismo asegurar la continuidad de un acto amplio con unidad de situación (A midsummer, que mantiene la continuidad dentro de una rica variedad timbrica y melódica, al definir tres ambientes musicales completamente distintos: fairies (definición etérea), lovers (lírica), rustics (buffa), cada uno con su familia tímbrica y temática reconocible), que diseñarla para una pieza compuesta de múltiples escenas breves (The turn of the screw, donde, tras un prólogo declamad o-cantado por un tenor, se propone un lema (escena 1), que es sometido durante el resto de la obra, en dos actos, a 15 variaciones (escenas 2 a 16), en cada caso con determinado instrumento o grupo de instrumentos Muerle en Venecia: Peler Pears coma Guslav van Aschenbach, en la procumpliendo una función expresiva, en dos ocasioducción de la English Opera de 1973. nes con voces de los personajes en esos intermediosvariaciones). Britten, con sus dieciséis lítulos operísticos, es aparecen como tales, sino a menudo la base del arioso mis- un típico representante de la creación operística de nuestro mo, fundamento vocal de esta ópera. Este procedimiento pa- siglo, donde la ópera ha pretendido ser teatro, aunque de otra sará a ocupar un lugar secundario a medida que Britten manera. También esto es una consumación de la aspiración domine los recursos dramáticos vocales en su amplia produc- de la Cameraia, pero con medios más amplios, más ricos, ción lírica. En cualquier caso, el canto, la dimensión vocal, con la lección de más de tres siglos y medio de experiencias, es esencial en Britten, mucho más que la orquesta. Es cierto rechazos, logros y pasos atrás y adelante. que Grímes se construye mediante una serie de interludios orquestales, que el timbre es a veces esencial en la definición de situaciones o personajes (las variaciones entre escenas en The turn of the screw, la diferenciación de los tres ambien- La unidad dramática tes en A midsummer, la definición de los grupos de jóvenes en Death in Venicé), pero cuando surge el canto, éste es soberano, impone sus leyes, y la orquesta, a veces un pequeño AJOS coros tienen en Britten una importancia sólo relativa grupo de instrumentos, a menudo uno solo, sirve de apoyo, (aunque sean esenciales en algunas obras concretas, como los de acompañamiento, en una relación donde es un elemento marineros de Billy Budd, los animales (interpretados por ninecesario e importante, pero secundario con respecto a la voz. ños) de Noye'sjludd, los peregrinos (pequeño coro) de CurPero no se trata de un canto en el sentido del belcantismo lew river, los vacanciers de Death in Venice). A cambio, tradicional. De ser así, ese canto sostendría por sí mismo la algunas óperas carecen por completo [The turn of the screw, escucha. Hay una interrelación tan fructífera en Britten en- The rape of Lucretia —los llamados coros masculino y fetre canto y situación dramática que la dimensión vocal se sos- menino de esta ópera son un tenor y una soprano) o casi por tiene a partir de la misma. El belcantismo es referencia, como completo (Owen Wingrave) de intervención coral propiamente lo es en toda la ópera del siglo XX, y como en ésta reaparece dicha. Lo que si se da como característica muy propia de Brilfuncional y ocasionalmente en conjuntos, en arias (con todo len es el conjunto. En Peter Grímes, el conjunto de vecinos el matiz que precisa este término en la ópera de nuestro si- hostiles al extraño protagonista va nutriendo progresivamente glo), en ariosos... sus filas a medida que avanza la acción, hasta culminar en un auténtico coro de solistas en la histórica escena de la perComo no podía ser menos, esa fórmula operística de Brit- secución del tercer acto. De forma semejante se forma en ocaten que consiste siempre en un cien por cien de auténtico tea- siones un coro de paisanos de ambos sexos enAlbert Herríng, tro, se realiza mediante un discurso musical continuo. Esto y los conjuntos de los personajes reunidos en el Paramore es lo propio de toda la ópera de nuestro siglo, desde Debussy de Owen Wingrave constituyen a veces un conjunto coral que y Janácek pasando por el insoslayable ejemplo de Alban Berg. recuerda el procedimiento de Grímes, aunque ahora con meBritten tiene muy poco que ver en la letra con Berg, pero es dios mucho más depurados. tributario suyo en el espíritu, ya que Britten, como tantos El prurito de la unidad dramática, sin duda aprendido sootros, ha aprendido de Berg que una ópera ha de constituir bre lodo en Berg, convive con una especial intuición dramáScherzo 65 dosier te'- tica que es el gran secreto de las óperas de Brillen. Más que tal o cual fórmula, Briden trabaja como dramaturgo musical. Elabora sus libretos junto con los libretistas y los piensa y realiza musicalmente. Es decir, vate todo, con tal de que se someta a la situación dramática. Si al principio (Grimes) es mayor el prurito de la unidad, con el tiempo ésta proviene de las necesidades mismas del drama, desde la triple definición ya citada de A midsummer hasta el logro maravilloso de Death in Venice, basada en: abundantes soliloquios del protagonista con todo tipo de recursos vocales, diálogos con un barítono que interpreta al menos siete papeles que aparecen en más de diez de las dieciséis escenas, escenas completamente instrumentales o corales-instrumentales donde el ballet y el mimo trascienden su función decorativa para convertirse en realidad dramática. Esta libertad formal es, paradójicamente, sometida con rigor a las demandas del drama. Pero esa libertad permitió a Brillen pasearse por la música en plena dictadura se ría lista sin abandonar nunca la tonalidad, pese a deliberadas indefiniciones tonales, utilización de series (no tratadas dodecafónicamenle, como el tema base de The turn of the screw) y amplio recurso de politonalidades eventuales o ese elemento plenamente asumido por la música de nuestro tiempo: la disonancia. Temas y recurren cías Bríritten es el operista que nunca repite tema. Desde el rea- lismo de Peter Grimes Britten realiza un recorrido donde nunca se da un mismo ambiente: la parábola romana de Lucretia (donde libretista y compositor aprovechan la especial propuesta distanciadora de la pieza teatral de Obey), la ópera buffa enAIbert Herríng (su única aportación al género, a no ser que consideremos como tal su arreglo de nueva planta de La ópera del mendigo, de John Gay), la comprometida elegía de Billy Budd, el ambiente histórico isabelino de Gloriaría, la ambigüedad sobrenatural de The turn of the screw, la comedia de maravillas feéricas shakesperiana en A midsummer, el alegato político casi desprovisto del elemento fantástico e indefinición argumenta! del relato orginal de James en Owen Wingrave y, en fin, la reflexión del creador anciano frente a la incapacidad creativa y la belleza personificada en Death in Venice. Lo que sí puede rastrearse en Britten es una preocupación, común en muchas de sus óperas: la inocencia, o el bien, o la pureza, como víctimas del contrario Tilulo Intérpretes principales Paul Bunyan Peter Grimes Varios Universidad Columbio Pears, Joan Cross, Branmgan The rape of Lucrelia (Violación de Lucrecia) Albert Herring* Ttif Beggar's Opera* (Opera del mendigo) Tai lillk » « p ' (Dentro de Lel's make an opera/ Bill» Budd K. Ferrier, Cross, Pears, Branmgan, Olakar Kraus Pears, Cross, Ritchie, Parr Pears, N. Evans, G. James, F. Nielsen Vyvyan, O. Kraus, Parr Parr, A. Sharp, J. Maules Gloriam The Inrn of I he screw* (Vuelta de tuerca) Noyc'i fludde* ¡Noé y el diluvio) A mldsummer niBth's dream (Sueño de una noche de verano)' Curlew River* The buming fiery FurnHce (Horno ardiente/* The prodigal son (Hijo pródigo)' Owen Wingrave hostil. Es la pureza de Lucrecia que Tarquino desea compulsivamente ensuciar, consiguiéndolo y perdiendo después el poder por la reacción cívica que ello provoca incluso entre los oportunistas; es la inocencia de Billy que Claggart necesita hollar como algo más fuerte que él; es la candidez de Albert Herring ante la hipocresía de las gentes de su pueblo, que sólo consigue trascender mediante una inocente travesura; o la indefensa y juguetona inocencia de unos niños ante unos espectros o, si admitimos la ambigüedad, ante la neurosis de su institutriz, en The turn of the screw; es, en fin, la difícil y generosa elección de Owen Wingrave, pacifista convencido en una familia tradicionalmente dedicada a la milicia, a la guerra, opción pisoteada por la sociedad que se simboliza en Paramore, que desarrolla con brutalidad unas defensas desproporcionadas y fatales ante la elección ética y política del protagonista. Y, desde el principio de la carrera de Britten, se yergue la inquietante figura de Grimes, un hombre solitario, extraño, a veces brutal, cuyo infortunio no consigue la solidaridad de un vecindario progresivamente hostil, sino que sirve de disculpa para disfrazar un rechazo cuyo origen está, precisamente, en su manera de ser huraña, ajena al grupo, soñadora, diferente... Pero Britten es también un enamorado de los niños, que siempre estuvieron presentes en sus composiciones desde la Guía de orquesta hasta La cruzada de los niños. Por eso son destacables espectáculos como Let's make an opera, donde Britten y Crozier hacen participar a unos niños para, como indica el título, hacer una ópera entre todos, que es The litlle sweep. Pero la apoteosis de los niños se da en la deliciosa operita Noye'sfludde, donde sólo hay tres adultos en escena entre cerca de cien personas: Noé, su esposa y la voz de Dios. Los hijos y nueras de Noé y, sobre todo, el montón de anim ale jos que entran y salen del arca, son niños, como lo son también la mayor parte de los instrumentistas del acompañamiento orquestal, entre los que Britten preveía tres tipos de niveles de preparación musical. Entre músicos y cantantes, Noye'sfludde necesita unos 160 niños. Él buen gusto literario de Britten queda reflejado en las fuentes que utilizó de inspiración (ver Cuadro I): Melville, James, Mann, Shakespeare, Maupassant, Crabbe... Con sus libretistas, Britten puso en ópera textos que parece imposible llevar a la escena lírica, como los polisémicos relatos de Henry James, o esa especie de monólogo interno indirecto que es Muerte en Venecia, de Thomas Mann. Los resultaDirección de eaceaa R. Goodail Eric Crozier K. Creen Ansermel Eric Crozier J. Piper Britten Britten N. Del Mar F. Ashton Tyrone Guthrie Basil Coleman J. Piper Tenia Moisevich John Lewis 66 Scherzo Estreno Brillen Basil Coleman John Piper Nueva York, Columbio Univ., 5-5-1941 Londres, Sadler's Wells Theatre, 7-6-1945 Opera de Glyndebourne, Susez, 12-7-1946 id., 20-6-1947 Aris Theatre de Cambridge, 24-5-1948 Jubilee Hall de Aldeburgh. 14-6-1949 Covent Garden, ¡¡2-1951 J. Prilchard Brillen Basil Coleman Basil Coleman John Piper John Piper Covenl Garden, 8-6-1953 Fenice. Venecia, 14-9-1954 Mackerras Colin Graham C. Richards Britten John Cranko John Piper Pears, Shirley-Quirk, Tear, Drake Graham Graham Annena smbs id, Oxford Church. Suffolk, 18-6-1958 Jubilee Hall de Aldeburgh, 11-6-1960 Oxford Church. Suffolk. 13-6-1964 id., 9-6-1966 Los mismos Graham id, id.. 10-6-1968 DM- Jones CH. Knode Piper Knode BBC (por TV), 18-5-1971 Th. Uppmen. Pears. F. Dalberg, H. Alan. G. Evans Cross, Pears, Vyvyans. Evans, Sinclair y'xvyan, Cross, Pears. Mandikian, Oliver Dyer, David Hemmings Brannigan, Parr, Trevor Anthony y unos 90 niños Vyvyan, Deller, F. Robinson, J. relers, Hemsley, Brannigan, Pears, D. Kelly, E. Byles Oarrard, Shirley-Quirk, Pears LwíOn, Shirley-Quirk, Pears, J. Baker Harper, Vyvyan, S. Fischer, Ñr Douglas Pears, Shirley-Quirk y roles bailadosD. Bergsma, R. Huguenin Brillen Millón Smilh Brian Large/ Graham Bedford más Graham Ashton (coreogr.) Los titulas marcados con asterisco fueron estrenados en una producción del English Opera Group. Dealh IB Venice(Muene en Venecia) Eaceaografia v figarines Dirección musical Hugh Ross The Malíings. Snape. 16-6-1973 CUADRO II OPERAS DE BENJAMÍN BROTEN. Libreliilas y tenia PAUL BVNYAN: W.H. Auden, a partir de una leyenda americana. PETER GRIMES: Montagu Slater, a partir del poemaThe Borough, de George Crabbe. THE RA PE OF L UCRETIA: Ronald Duncan, basada en la pieza teatral de André Obey. ALBERT HERRING: Eric Crozier, a partir dele Rosier deMme. Husson, reíalo de Guy de Maupassant. THE BEGGAR'S OPERA: El mismo libreto de John Gaypara la bailad opera estrenada en 172S. THE LITTLE SWEEP: Eric Crozier, basado en The Cimney Sweeper. poema de los Cantos de inocencia de William Blake. BILL YBUDD: Editará Morgan Forster y Eric Crozier, según la novela de Hermán Melville. GLORIANA: William Plomer (sobre la historia legendaria de la reina Isabel I y el Conde de Essex). THE TURN OF THE SCREW: Myfanvy Piper, según la novela de Henry James. NOYE 'S FL UDDE: Texto original de la pieza así llamada de los Chester Miracles. A M/DSUMMER NIGHT'S DREAM: Benjamín Brillen y Peter Pears. según la comedia de William Shakespeare. CURLEW RIVER: William Plomer, a parttr de una pieza de teatro No del Japón, Sumidagawa. de Motomasa. THE BURNING FIERY FURNACE: William Plomer, con elementos del Antiguo Testamento. THE PRODIGAL SON: miliam Plomer, según la parábola del Evangelio. OWEN WINGRA VE: My/anwy Piper, según el flato de Henry James. DEA THIN VENICE: Myfan wy Piper, según ¡a novela de Thomas Mann. dos, sin embargo, son siempre brillantes y respetuosos, pero se convierten en puro Britten sin por ello constituir una traición: fijémonos en la enorme diferencia que hay, no en la letra, pero sí en los espíritus de los Wingrave de James y de Britten. También con sus libretistas gustaba Britten de trabajar en intimidad: Crozier, Plomer o Myfanwy Piper (esta última esposa del figurinista de Britten y el E.O. Group, John Piper) son nombres habituales, que no impidieron que el compositor pidiera la ayuda del entonces ya veterano escritor del grupo de Bloomsbury, Edward Morgan Forster (en Biily Budd) o que en un caso se las arreglara él mismo con su excelente colaborador y amigo Peter Pears (A mídsummer). Britten queda no como un compositor que ha escrito óperas, sino dentro de la rara categoría de operistas. El siglo XX ha conocido una buena cantidad de excelentes óperas, pero a menudo son debidas a compositores no habituales del género. Britten sí lo fue, como lo fueron Richard Strauss, Leos Janácek, Sergei Prokofiev, Hans Werner Henze y muy poquitos más. Sus dieciséis títulos constituyen una renovación de! género de un carácter profundo. Para ello no necesitó abrazar estéticas de apariencia radical. Supo aprovechar el espíritu de Berg y, a menudo, la letra de Stravinski. Pero si nos dio su obra bella y, por qué no, a veces desigual, pero auténtica y fuerte, fue acaso porque supo detenerse a escuchar, entre las voces, una. Santiago Martín Bermúdez | BIBLIOGRAFÍA ESENCIAL | De evicter general: * • laotea Hotal: Bntten (The Greal ComposeTS, Fabet & Faber, Londres. 1966; 2.' ed.. 1980). • Michael Kennedy: Britten (Muslo Musidans, Denl^-Londies, 1981). Sobre sat óperu: • Eric Waltei White: Benjamín Britten: bis Ufe and operas (Faber A Faber Londres, 1983). • Herbert David: The Operas of Benjamín Brillen (Hamiih Hamilton. Londres, 1979|. • L'Avani-Scéne Opera, n.° 31 (enero-febrero de 1981), dedicado a Peier Grimes. • Patricia Howard (Ed.): The lurn o/¡he screw [estudios sobre esla ópeía). Cambridge Univ. Press, 1985. Cambridge Opera Handbooks. A rriba: Billy Budd, Theodor Uppman y Peter Pears en la producción del Covent Carden de 1951. Centro: The prodiga! son. Peter Pears en ¡a producción del Engtish Opera Group de 1966. Abajo: Owen Wingrave, Silvia Fisher, Peter Pears, Janel Baker y Jenntfer tambitn los estudios sobre cada Ópera incluidos en tas grabaciones de Vivyan en la producción de la BBC en 1970. Soi impo'lañtts Dtcra de la mayor parir de los títulos de Brillen (el de Jola Warrack sobre Billy Budd. losdr Doitattt Mtlrhtll sobre Owcn WiDjrívt o Dalh in V«ii«. ti anónimo (al menos rn la edición española) dr The rapt of Lucruia. ele, ele./. Schcrzo 67 dosier- Discografía operística de Britten E l catálogo lírico de Benjamín Britten consta de quince títulos, incluyendo en esta cifra el Milagro dramático Noye's Fludde y las tres parábolas para su ejecución en la Iglesia: Curlew River, The Burníng Fiery Funace y The Prodiga! Son. Así como la operita The Hale Sweep, que es la segunda parte de [a obra teatral Let's Make an Opera y, finalmente, su fiel, pero personalísima revisión de The Beggar's Opera de Gay y Pepusch. Su opereta de juventud Paul Bunyan (1941) apenas se representa. Toda la producción se ha llevado al disco, gracias a la marca inglesa Decca, que ha cuidado con especial mimo a su compositor nacional. Los registros conllevan el valor adicional Peter Gruñes (1945) • Pears (P. Grimes), C. Watson (Ellen), Pease (Balstrode), Brannigan (Swallow), Kelly (Hobson), Elms (Mrs. Sedley). Covent Garden, Londres. Britten. Decca sxl 2150/2 (1958). • Vickers (P. Grimes), Harper (Ellen), Summers (Balstrode), Robinson (Swallow), Van Alian (Hobson), Payne (Mrs. Sedley). Covenl Garden. Davis. Philips 6769014 (1978). de estar dirigidos, salvo Death in Venice, por el propio compositor y reunir en su reparto, frecuentemente, a los cantantes que colaboraron en el estreno teatral. Hasta el momento sólo se han repetido tres títulos para este medio: The Hule Sweep. para Emi; Peter Grímes, como consecuencia de la formidable interpretación de Vickers del rol titular en Covent Garden,y The Turn oflhescrew. banda sonora del film producido por Unitel y dirigido por Petra Weigl en 1982. La relación que se adjunta figura en orden cronológico de composición. La fecha de grabación aparece entre paréntesis, después de la referencia. • Tear (Quint), Donath (Institutriz), Ginn (Miles), L. Watson (Flora), June (Mrs. Grose), Harper (Miss Jessel). Covent Garden. Davis. Philips 410426-1 (1982). Noye's Fludde {19S8) • Brannigan (Noé), Rex (su esposa), Pinio (Sem), Angadi (Ham), S. Alexander (Jafett), Anthony (Voz de Dios). English Chamber. Del Mar. Argo znf 1 (1961). Tbe Rape of Lucretía (1946) • Pears (Coro masculino), Harper (Coro femenino), Shirley-Quirk (Collatinus), Luxon (Tarquínius), Baker (Lucretia). English Chamber. Britten. Decca sel 492/3 (1970). Alten Hrrring (1947) • Fisher (Lady Billows), Noble (Gedge), Brannigan (Budd), Cántelo (Miss Woidsworth), Pears (Herring), Ward (Sid), Wilson (Nancy). English Chamber. Britien. Decca 274/6 (1964). Tbe Lillle Sweep (1949) The Burning Flery Furnace (1966) • Pears (Nabucodonosor), Draker (Astrólogo), Shiiley-Quirk (Shadrach), Tear (Meshach), Dean (Abdnego). Engiish Opera Group. Britten. Decca set 356 (1967). Thc Prodigal Son (1968) • Pears (El Tentador), Shirley-Quirk (El Padre), Drake (El hijo mayor), Tear (El hijo menor). Engüsh Opera Group. Britten. Decca set 438 (1969). A Mídsummer nighl's dream (1960) Owen Wingrave (1971) • Deller' (Oberon), Harwood (Titania). Terry (Puck), Shiriey-Quirk (Theseus), Watts (Hyppolita), Pears (Lysander), Hemsley (Demetrius), Veasey (Hermia), Harper (Helena), Biannigan (Botlom). London Symphony. Brillen. Decca sel 338/40 (1966). • Pears (Sir Philipp Wingrave), Fisher (Miss Wingrave), Luxon (Owen Wingrave), Baker (Kaie), Shirley-Quirk (Coyle), Harper (Mrs. Coyle). English Chamber. Brillen. Decca 501/2 (1970). Dtilta in Venice (1973) Curlew Rivtr (1964) • Pears (Madwoman), Shirley-Quirk (Ferryman), Backburne (Abboi). English Opera Group. Brillen. Decca sel 301 (1965). • Pears (Aschenbach), Shirley-Quirk (varios papeles), Bowmann (Voz de Apolo). English Opera Group. Bedford. Decca 581/3 (1973). • Anthony (Black Bob y Tom), Hemmings (Sam), Vyvyan (Rowan), Thomas (Miss Baggot), Cántelo (Juliet), Pears (Clem y Alfred). English Chamber. Britten. Decca ecm 2156 (1956). • Lloyd (Black Bob y Tom), Monck(Sam), Wells (Rowan), Begg (Miss Baggot), Benson (Juliet), Tear (Clem y Alfred). Medici String Quartet. Ledger. Emi asd 2608 (1978). Billy Budd (1951) • Glossop (Budd). Pears (Capitán Veré), Langdon (Claggarl), Shirley-Quirk (Redburn), Brannigan (Dansker). London Symphony. Britten. Decca set 379/81 (l%7). The Tura of thc Scre» (1954) • Pears (Quint), Vyvyan (Institutriz), Hemmings (Miles), Dyer (Flora), Cross (Mrs. Grose), Mandikian (Miss Jessel). English Opera Group. Brillen. Decca gom 560/1 (1955). 68 Scherzo Peier Pears, Kathieen Ferrier y Brillen, en 1952. Fernando Fraga dosier Diabolus in música E n 1947, Thomas Mann publicó Doklor Fausius, novela cuyo protagonista es un músico, Adrián Leverkühn, el cual celebra un pacto con el Demonio a fin de alcanzar la plenitud de sus facultades como artista. El pacto lo obliga a renunciar al amor humano y se convierte en una alegoría del espíritu alemán (el Demonio habla, efectivamente, un idioma germánico de los tiempos de Lulero): para construir una cultura, se aisla del mundo de los hombres y termina convocando un apocalipsis. Gert Sautermeister ha definido este apocalipsis como el de la Alemania fascista, una suerte de viaje al infierno del humanismo burgués, resultado de un vasto proyecto: demonizar la historia y la propia conciencia histórica. v La robusta ficción manniana cuenta muchas cosas. Entre ellas, la compleja y diversa obra musical de Leverkühn, que comprende el sistema de composición serial dodec a fónico: Esta estética de la disolución tonal y el nihilismo armónico hizo que algún crítico atolondrado confundiera a Leverkühn con Arnold Schónberg, provocando las iras de éste y compeliendo a Mann a colocar una nota acerca del origen de la teoría serial explicada en el libro. Pero el enigma de las obras de Leverkühn siguió en pie. ¿Citaba el novelista a ciertos músicos y partituras, en clave (nunca mejor usada la palabra clave)! ¿O sus composiciones eran miísica de papel, puro invento literario que sólo servían para estructurar la historia? Mann aclaró que ésta era la verdad de su novela. No obstante, el intento por dar sonido a las mudas páginas de Leverkühn continuó preocupando a la imaginación de muchos. Por ejemplo: en 1986, Otto Brusatti organizó un programa por la radio del Oeste Alemán, Doklor Faustus-Musik, en que atribuyó al personaje obras de Shostakovitch, Mahler y el propio Brusatti. Durante la redacción de la novela, cabe recordarlo, Mann contó con ilustrísimos consejeros que reunía la emigración en las costas caiifornianas: Schónberg, Adorno, Stravinski, Bruno Walter. La cosa alcanzó, por fin, una solución impensada: el músico más cercano a Leverkühn resultó ser alguien tan pru- Britten y Peter Pears en Snape en 1974 70 Scherzo dente y tan escasamente demoníaco como el muy británico y tranquilo Benjamín Brillen. Las coincidencias son por demás sugestivas. Mientras Mann escribía su novela, en Estados Unidos, vivía allí Brillen. En algún momento, compartió su vivienda, en una suerte de comuna bohemia, con Golo Mann, hijo del escrilor, y con Wystam Auden, el poeta inglés que estuvo casado, al menos en los papeles, con Erika Mann, otra hija de don Thomas. Este y Bntten no llegaron a conocerse, pero, al mismo tiempo (1943), Britten y Leverkühn componían músicas sobre los mismos poemas: el Nocturno de Tennyson, Oh, rosa que estás enferma de William Blake, y la Oda al sueño de Keats. La obra de Britlen es la Serenata para tenor, trompa y orquesta, opus 31. Le verk üh n / Bri t ten J\. comienzos de marco de 1948, Mann recibió de Heidi Hcimann, una periodista e historiadora del arte que había escrito sobre él, unos discos con la Serenata, que le había llamado la atención por la coincidencia textual apuntada. Mann le escribió el 10 de marzo mostrándole su agrado por el hecho y confensando que la música de Britten era la que Leverkühn habría querido componer. «Es una música sensitiva, astuta, original, aunque en lo armónico resulte sorprendentemente moderada. Me había representado al hombre más salvaje», dice el escritor en su carta. ¿Qué quiere decir Mann en estas lineas? ¿Tal vez que, escuchando la música de su personaje lo halla menos salvaje de lo imaginado? Tengamos en cuenta que hombre, en alemán, se dice Mann. ¿Se imaginaba a sí mismo, también, más salvaje de lo que era en realidad? En cualquier caso, los tres, Britten, Leverkühn y Mann, terminan siendo menos salvajes de lo previsto. En 1982, Franz Seitz dirigió una convincente y digna versión filmica de la novela, que hemos visto hace poco en la tele local. Encomendó la música a Rolf Wilhelm, quien se romanticismo alemán que el novelista veía como un antepavalió, en buena medida, de páginas de Britten. El Apocalip- sado del nazismo. Músicos endemoniados y trinos del diasis cun figuris de Leverkühn es el Réquiem de guerra. El La- blo aparecen cada tanto en la leyenda de partituras y mento del doctor Fausto aplica unos versos alemanes a un virtuosos. pasaje de la Sinfonía de Réquiem (opus 20, primer movimienEn definitiva, Britten ha quedado incorporado al univerto). Trabajos de amor perdidos, comedia sobre un texto de so mann i ano de tal forma que, en cierto momento, se le ocuShakespeare, se transforma en Sueño de una noche de vera- rrió hacer el camino inverso y meterse a componer a partir no. Por fin, el violinista Rudolf Schwendtfeger es converti- de Thomas Mann. Aquí la suerte no le fue tan brillante. Ocudo en violoncelista para que Leverkühn le dedique el concierto rrió en 1973, en el Festival de Aldeburgh, cuando se estrenó pertinente de Britten. En cambio, para una composición ju- Muerte en Venecia, una ópera basada en el relato del escrivenil del personaje, sobre versos de Brentano, se hizo un pas- tor lubequés, sobre una adaptación de Myfanwy Piper. tiche que recuerda a los maestros en boga, Brahms y Hugo En ese tiempo, Luchino Visconti habla popularizado en Wolf. el cine la misma historia, con la alteración, harto astuta, de Wilhelm ha explicado minuciosamente las razones de su convertir al protagonista en músico, lo cual evitaba una seelección. La fundamental es la carta de Mann ya citada, pe- rie de párrafos reflexivos sobre los problemas de la creación ro también otros hechos inherentes a la obra de Britten: que, y el erotismo, la inspiración y la muerte, en que abunda la alguna vez, se valió del seríalismo, como Leverkühn y que, novela original. Visconti, como es sabido, atribuyó al persoa menudo, ha compuesto apelando al trítono diabólico, el naje de Aserienbach la música de Manler, con no pocas prointervalo de cuarta aumentada (o quinta disminuida) que es- testas del gremio, más bien infundadas. Al fin y al cabo, a taba prohibido en la música medieval, porque se decía que cualquier hijo de vecino de vacaciones en el Lido le puede invocaba al Demonio (de ahí su nombre): Mi contra Fa est interesar más de la cuenta un muchachito rubio de buena presencia. diabolus in música. Britten nos ha dejado una obra latosa y fatigada, llena de discursos y con alegorías de gusto más que dudoso, incluyendo la aparición de Apolo (un contratenor inglés, inevitaLo demoniaco en la música ble) y Dionisos, como clientes del Hotel des Bains. Tadzio y los suyos son bailarines y los sigue una música de percuEi,carácter demoníaco de la música es un tema constante sión con reminiscencias hindúes, ya que la peste va a Veneen Mann. La música es la tentadora infernal, esa Hetaera Es- ;ia desde la India. meralda que contagia la sífilis a Leverkühn (o que Leverkühn Bien: el diablo mete la cola cuando se lo espera. Y así codice que tal), rosa de la tiniebla que, según parece, pegó el treponema pálido, también, a dos modelos tenidos en cuen- mo es feliz su presencia invocada por un acorde de cuarta ta por el escritor, Nietzsche y Wolf. La música es la cesación aumentada, puede no serlo cuando se lo intenta yerbalizar del lenguaje, la unidad mistica con la naturaleza que hace y, sobre todo, cuando la inmóvil belleza de Tadzio se echa callar a la razón, la intuición inmediata y corporal de las co- a bailar con zapatillas de punta según las ocurrencias tardíasas que anula el pensamiento, la crítica, el discurso. De al- mente eduardianas de Frederic Ashton. gún modo, el arte de lo oscuro y lo profundo, de ese Blas Matamoro LE CHANT DU MONDE harmonía mundi ¡SÉRICA EDITION DAVID OISTRAKH DVORAK: Concierto para violin y orquesta en la mayor op. 53 CHAUSSON: Poema paro violin y orquesta op. 25 RAVEL: Cíngara, ropsodio para violin y orquesta P. OISTRAKH, violin. Orquesto Sinfónica de lo Rodio de la URSS Dir, Kirill KONDRACHINE. LOC 278908 CD KIIITKIN IH\ll>(IISIK\kll EIMTHIVDAVIIKHMKAKII KimiUN DAVUHtfSmvMI PROKOFIEV Sonata para violin y piano n.° 1 op. 60. Melodías para violin y piono op. 35 bis. Sonato para dos violines op. 65. David e Igor OISTRAKH, violin. Lev OBORINE, Frida BAUER, piano. LDC 278910 CD RIMSKI-KORSAKOV Trio para piono, violin y violoncelo en do menor RAVEL Trio para piano, violin y violoncelo en,lo menor D. OISTBAKH, violin S. KNUCHEVITSKI, violoncelo L. OBORINE, piano LDC 278907 CD BACH Doble concierto BWV 1043 en re menor, pora dos violines y orquesta MOZART Sinfonia concertante K 364 en mi bemol mayor, para violin, viola y orquesto HAYDN Dúo en si bemol mayor, para dos violines SPOHR Dueto It en re mayor, para dos violines Dovtf e Igos OISTRAKH, violines R. BARCHAI, viola Orquesto de Cámara de Moscú Dir. Rudolf BARCHAI LDC 278906 CD MOZART Sonata poro violin y piano en re mayor K 306 Sonata para violin y piono en si bemol mayor K 454 Sonara poro violin y piono en mi bemol mayo'' K 481 D. Oislralth, violin. Paul Badura-SItoda, piono LDC 278909 CD Scherzo 7! -dosier- La Obra vocal de Britten o seria posible hablar de Benjamín Britten sin mencionar su obra vocal que, junto con sus óperas, constituyen la mayor parte de su producción. Posiblemente la gran afición de su madre por los coros, unida a la rica y sólida tradición coral de Inglaterra, hayan forjado en Britten su especial inclinación a componer para la voz humana. Desde 1934, año en que se estrenan las variaciones corales A Boy was floro, Britten no abandonaría la composición para el coro y para la voz solista, conservando a lo largo de toda su trayectoria un estilo casi permanente, moderado, pero nunca exento de elementos modernos, que se conjugan de una manera muy peculiar. Aunque la música de Britten posea un sello característico y difícil de encasillar, es el resultado de un largo proceso: Purcell, los músicos isabelinos, Mahler, Strawinsky, Debussy, Berg, etc.; resultado éste que muchos han tratado de definir como ecléctico, confundiendo a quienes quieren encuadrarle en un estilo o en un movimiento estético determinado, sin coincidir con ninguna de las principales corrientes artísticas del siglo XX, como tampoco con estilos anteriores a este siglo. No es un dodecafonista, ni un impresionista, ni un neoclásico, pero todos están presentes en su música. Es ante todo un músico inglés, refinado y lúcido en el que convergen los elementos y constantes de la música inglesa. Sin duda uno de los aspectos más significativos de Britten al componer para la voz humana sea la sorprendente capacidad de generar melodías claras y despojadas de artificios en las que el texto discurre con naturalidad. Los acentos prosódicos de la palabra siempre concuerdan con los acentos musicales proporcionando fluidez a la música. Hasta en las obras más complejas, la pulcritud de la escritura, la economía de medios sonoros y la exquisita inspiración están presentes en todo momento. El prodigioso manejo de ritmos excitantes, de un contrapunto lleno de libertad, de la oposición de sonoridades diferentes, del relieve de melodías y la mezcla de los timbres, manifiestan a un compositor dispuesto a mostrar siempre lo sorprendente, lo exótico, lo sutil, la fuerza expresiva y el inalterable sentido de! equilibrio y de la medida. Aunque las primeras obras corales de Britten se remontan a la década de los treinta (A Hymn lo the Virgin, 1930, basada en una antigua melodía del 1300), (A Boy was Born, 1934, inspirada en carols de los siglos XV y XVI) y (Te Deum, obra original para coro y órgano, 1936), su producción más. abundante y significativa es a partir del año 1942. Al estallar la Segunda Guerra Mundial, en 1939, Benjamín Britten y su amigo, el tenor Peter Pears, al cual están dedicados la mayoría de los principales papeles de sus óperas y ciclos de canciones, se instalan en los Estados Unidos con ¡menciones de permanecer allí hasta la terminación de la guerra. Antes de que esto ocurriese, en 1942, ambos regresan a Inglaterra y en medio del caos, comienzan una importante e intensa actividad musical, fundando el English Opera Group, entre oíros acontecimientos. A partir de estas fechas se inicia para Britten un periodo creativo que no se verá interrumpido hasta el preciso día de su muerte, acaecida el 4 de diciembre de 1976. N Etapa de fertilidad En jn sólo dos años Britten compone cinco de sus más cono- cidas obras: Hymn lo Saint Cecilia (1942), sobre poema de W.H. Auden, autor presente en varias de sus obras para la escena; A Ceremony of Carols (1942), ciclo de villancicos navideños para coro de niños con acompañamiento de arpa extraídos del Oxford Book of Carols; Les luminations (1941), para tenor y cuerdas sobre texto de Arthur Rimbaud; Serenade (1943), para tenor, trompa y cuerdas, y Rejoice in the Lamb, para coro, solistas y órgano (Í943>, quizá una de las páginas más inspiradas y bellas de toda su producción, basada en los versos del poeta inglés del siglo XVIII Christopher Smart, y en la que está presente en todo momento el espíritu de la música de Henry Purcell. Estas obras, que preceden el estreno de su primera gran ópera Peter Grimes, marcarán, sin duda, el comienzo de una brillante cauera como compositor. Es importante destacar que sus obras corales y vocales guardan una estrecha relación de estilo y de forma con sus contemporáneas composiciones operísticas. My beloved is mine (1947), el primero de los Cinco Cánticos, fue compuesta casi al mismo tiempo que la ópera The Rape of Lucrelia (1948) y su correspondencia es notoria, especialmente en la utilización de escalas descendentes de cuatro notas, con una clara intención expresiva. Libertad en la elaboración Br mtten emplea generalmente temas musicales breves y de gran efecto que, según los casos, desarrolla con suma libertad. Siempre la recurrencia del tema va acompañada del factor emotivo, de la sorpresa, de lo inesperado, creando a veces una atmósfera de inmovilidad o bien de Una distensión controlada. Un ejemplo claro lo encontra- 4 72 Schcrzo Brillen visto por Sir David Low. 1^^^— * — T - i i - ' - * •**• *** v * ^ ^ í> LA SEU D'URGELL 1988 % 3-12 septiembre ! VIH CURSO DE MÚSICA ANTIGUA EN CATALUNYA Director: Roma Escalas en /922-2J- mos en el final de la cantata Rejotce in tfte Lamb cuando se repite el bellísimo Hallelujah o bien en los últimos compases del segundo de los Cánticos: Abraham and Isaac estrenado por Kathleen Ferrier y Peter Pears acompañados al piano por el mismo Britten en 1953. En la amplia producción vocal de Britten encontramos dos grandes obras sinfónico-corales que distan entre si 13 años: La brillante y colorista Spríng Symphony (1949) para coro mixto, solistas, coro de niños y orquesta, y War Réquiem (i 962), obra profunda y emotiva en la que el autor manifiesta el dolor de la guerra y el deseo de paz y comprensión universales. De 1940 es otra importante obra para tenor solista y piano: Seven Sonéis of Michelangeto, ciclo de canciones estrenado por Peter Pears. El delicado y al mismo tiempo incisivo timbre de la voz infantil, tan frecuente en los coros ingleses, ha seducido constantemente la sensibilidad creadora de Britten. Ninguna voz más apropiada que la del niño para intepretar la Missa Brevis (1962), obra en donde las voces y el órgano forman una estructura diáfana y cristalina comparable a las vidrieras de una catedral. Unas cuantas piezas, además de la Missa, completan la serie de composiciones que Britten dedicó a los niños, unas para ser cantadas en los oficios religiosos, otras para ser representadas en un escenario y otras con Tines didácticos: Friáay Afternoons (1935), ciclo de canciones a dos voces con piano; Saint Nicolás (1948), cantata para coro de niños con la participación de un nutrido grupo de cantantes, piano y percusión; Noye's Fludde (1958), pequeña ópera cuyo tema es el Diluvio Universal; Psalm 150 (1962), para coro de niños; Children Crusade (1969), para coro de niños, dos pianos y órgano, y Weicome Ode (1976), para coro de niños y orquesta, que es prácticamente la última obra compuesta por Britten y estrenada meses después de su muerte. Piezas originales, transcripciones y arreglos de temas antiguos o de canciones folklóricas, forman una larga lista de obras compuestas por Britten para el más genuino de los instrumentos musicales: la voz humana. Hacer un resumen o una antología de su obra vocal nos obligaría a considerar una por una sus composiciones, dada la pulcritud, inspiración e inteligencia con que están escritas Guillermo Várany LA INTERPRETACIÓN ENTRE 1500-1650 Interpretación Vocal Técnica Vocal Flauta Dulce Cornetto Sacabuche Chirimía y Bajón Viola da gamba Laúd y Vihuela Clavicémbalo y Bajo continuo Montserrat Figueras Jordi Albareda Roma Escalas Jean Pierre Canihac Wim Becu Lorenzo Alpert Jordi SavaU José Miguel Moreno Rioaldo Alessandríni Conjunto vocal e intrumental, director: Jordi Savall Fecha límite de inscripción: 19 de julio Información e inscripciones: Servei de Música de la Generalitat de Catalunya. Rábida s/n. 08034 Barcelona. Tel. (93) 205 12 12 Organización y patrocinio: Generalitat de Catalunya Departament de Cultura Colaboración: I OPERAS EN COMPACT DISCS OFERTA ESPECIAL PRIMAVERA' CBS MÁSTER WORKS DONIZETTI ROSS1NI VERDI II Cara pan el] o Agnes Bahía, Enzo Dará Coro de la Opera de Viena Orquesta Sinfónica de Viena Gary Bertini L'Ilaliana in Algeri Valentini Terrani, Enzo Dará Coro de la WDR de Colonia Capella Coloniensis Gab riele Ferro Falstaff Dietrich Fisher-Dieskau Regina Resnik Coro de la Opera de Viena Filarmónica de Viena Leonard Bernstein KIBTWEU MAHAGONNY OTÍLEN1A GIORDANO Andrea Chenier José Carreras, Eva Manon Coro y Orquesta de la RTV húngara Guiseppe P'atañe FUCCINI D Tritrico: II Tabarro, Sour Angélica, Gianni Schichi Cotrubas, Seo tío, Home, Domingo, Gobbi, Wixell Orquesta Philharmonia Orquesta Sinfónica de Londres - Lorin Maazel ROSSINI Tancredi Marilyn Home Coro y Orquesta del Teatro La Fenice de Venecia Ralf Weikert R. STRAUSS El caballero de la rosa Christa Ludwig Plácido Domingo Coro de ¡a Opera de Viena Filarmónica de Viena Leonard Bernstein WEILL Mahagonny Lotte Lenya Orquesta des Sender Freies, Berlín Wilhelm Bruckner-Ruggerberg WEILL La ópera de tres peniques Orquesta des Sender Freies, Berlín Wilhelm Bruckner-Ruggerberg £1 sinfonismo inglés en el siglo XX L os ingleses siempre han ocupado un lugar especial en el mundo de la música, quizás como en lanías otras cosas. Su senlido de la independencia frente al continente les ha proporcionado sinsabores y triunfos. Al finalizar el siglo XIX, los músicos ingleses se aprestan a iniciar una aventura que todavía no ha finalizado. Surgen con fuerza nuevos compositores, se crea un esbozo de escuela inglesa y desemboca en una concreta eclosión cuya terminación y consecuencias aún no podemos adivinar. La canción isabelina, los virginalistas, la huella indeleble de Purcell, la ópera y el oratorio haendelianos del siglo XVIII, que constituyen los momentos más gloriosos de la historia musical inglesa, dejan paso a un vacío casi inexplicable, a un silencio apenas roto por los nocturnos de John Field. Sin embargo, el último tercio del siglo XIX ve nacer a una serie de compositores que sentarán las bases del sinfonismo inglés del siglo XX. Como complemento al dosier dedicado a Benjamín Brillen, vamos a repasar, aun cuando sea brevemente, los principales hitos del movimiento sinfónico inglés de la presente centuria, cuya nómina está integrada por nombres como Edward Elgar, Ralph Vaughan Williams, Havergal Brian, A r no Id Bax, Edmund Rubbra, Michael Tippett y William Walton. La sinfonía en el siglo XX Kobert Simpson, en el tomo II de su ensayo sobre La Sirt/onía (Taurus, 1983) centra su estudio sobre los compositores de auténticas sinfonías a lo largo del presente siglo. Es curioso observar cómo de los dieciséis autores que trata, siete de ellos son ingleses. Este alto porcentaje, sin perjuicio de la propia nacionalidad de Simpson, nos da una idea de la importancia del sinfonismo inglés en nuestro siglo. Al lado de nombres como Mahler, Nielsen, Sibelius, Roussel, Rachmaninov, Schmidt, Prokofiev, Shostakovitch o Martinu, aparecen los ingleses de Elgar, VaughanWilliams, Brian, Bax, Rubbra, Tippett y Walton, una auténtica constelación, cuya aportación resulta decisiva para el movimiento sinfónico. Cuestión distinta, y nada fácil de dilucidar, es la de sí este conjunto de compositores constituye por sí mismo una auténtica escuela o en realidad es una suma de individualidades que, cada una con su 'personal trayectoria, ha coincidido a lo largo del siglo. El tema es interésame y difícil puesto que entre Elgar y Tippett, por ejemplo, es complicado establecer equivalencias, y, sin embargo, existe un nexo entre ellos y el resto de sinfonistas ingleses. Quizás la explicación radique en el hecho, históricamente acreditado, del tradicionalismo inglés, del respeto o por su propio pasado musical y en la utilización de su acervo musical, eso, si, d muy diferentes maneras. Detrás de la obra de cada uno de ellos, subyace, en mayor o menor medida, la influencia de la música coral, de la escuela isabelina, de los virginalistas. de toda una tradición que, en definitiva, es la propia historia musical inglesa. Pero estos autores también han sabido adaptarse al estilo formal y expresivo de la sinfonía, tal como se concibe en la Europa de su tiempo. Más si cabe que de la propia herencia de la sinfonía clásica, los ingleses tienen sus fuentes en Mahler, Sibelius, Prokofiev, Shostakovitch y los grandes sinfonistas de la época. La conjunción de ambas influencias: tradición inglesa y sinfonistas de la época, configura la labor de estos autores, que pasamos a analizar seguidamente. Edward Elgar (1857-1934) Algunas obras de Elgar se consideran, bajo cualquier punto de vista, como obras maestras: Las Variaciones Enigma, El sueño de Geroncio, Introducción y Allegro, sus dos Conciertos. Sin embargo, sobre sus dos sinfonías, no existe un consenso general. Asi, Richter, en 1908, dijo que la Sin/onía n. ° I es «la más importante de los tiempos modernos, escrita por el mayor compositor moderno y no sólo de Inglaterra». En cambio, Turner, rechazó las dos obras despachándolas con esta frase: «Son sinfonías del ejército de salvación». Mucha gente cree que son excesivamente largas. Como a Mahler, a Elgar se le acusa de escribir obras inacabables, usando un gran número de temas de una forma un tanto deshilvanada. Según Mosco Carner, su debilidad básica consiste en que estas obras son más rapsódicas que sinfónicas: «el compositor se ve inclinado a reunir varias secciones estructurales de una manera más o menos calidoscópica». Según David Cox, esta afirmación no es cierta. Para él, Elgar tenía una personalidad que poseía muchos contrastes, que, lógicamente, se reflejan en su música. Su natural exuberancia se veia compensada por una indecisión casi de pesadilla. Sus toscos pensamientos patrióticos contrastan con el aspecto sensible, poético y casi místico del músico. Dotado de una fe sencilla, católico, fue, sin embargo, una persona muy poco segura. Unas veces emocional, generoso y cordial, otras, retraído, irritable, descontento, en ocasiones, agresivo y brusco, que escondía una naturaleza tímida y extremadamente sensible. El aspecto inglés de su música ha sido motivo de muchas discusiones. A Elgar no le gustaban las canciones folklóricas y nunca las usó en sus obras, aunque a veces aparece un cierto carácter modal en el paisaje diatónico, debido posiblemente a la influencia del canto llano católico. Sin embargo, su idioma musical era esencialmente germánico, postwagneriano para ser más exactos. Entre sus primeras influencias se encuentran Mendelssohn, Spohr y Gounod, sintiendo una especial simpatía por Schumann, Berlioz y Liszt. En 1905 decía que Richard Strauss era el compositor vivo más importante. Sentía un amor básicamente sencillo por la Inglaterra eduardiana, con su esplendor y brillantez superficiales, su llamativo imperialismo, su paz y prosperidad a punto de venirse abajo, y todo esto se refleja en su peor música. A pesar de ello, su inglesismo está impregnado por una especie de contención. Es como una reserva que mantiene todas las emociones bajo control. No hay en la música de Elgar ni exhibicionismo ni autocompasión morbosa, ni apasionamiento amoroso. Junto a todo lo dicho aparece una brillante técnica, uno de cuyos aspectos es su instinto asombroso y original de la orquestación. Decía haber aprendido más sobre orquestación de Delibes que de Wagner: también aprendió muchísimo de Berlioz. La originalidad en la orquestación radica en el manejo del color y la textura; en la mezcla constante de los timbres con propósitos expresivos, dinámicos y rítmicos, procedimiento que Elgar aprendió de Meyerbeer, pero que hizo suyo. Como ejemplo típico de la mezcla de colores elgariana, citemos el comienzo del Scherzo de su Segunda sinfonía. La forma de las sinfonías de Elgar es personal e intuitiva, pero sinfónica en sus procedimientos. La Sinfonía n." I en La bemol mayor, op. 55, fue compuesta en 1908, cuando Elgar tenía 51 años y su fama como compositor estaba firmemente establecida. La obra tiene cuatro movimientos y está escrita para una Scherzo 75 -dosier gran orquesta, incluyendo madoras a tres, cuatro trompas, tres trompetas, tres trombones, tubas, timbales, dos arpas y cuerdas. La Sinfonía no tiene un programa definido. La única pista para su interpretación, aparte de la misma música, la dio el propio compositor cuando dijo que representaba su opinión sobre la vida. Después de su estreno en Manchester, con la orquesta Hallé, bajo la dirección de Richter, a quien está dedicada, esta sinfonía alcanzó el record de casi cien ejecuciones en su primer año. La Sinfonía n." 2 en Mi bemol mayor, op, 63 posiblemente sea la expresión más madura y personal de! compositor. En !a partitura leemos: «esta obra está dedicada a la memoria de su difunta majestad, el rey Eduardo Vil». La orquestación incluye grandes masas instrumentales similares a las de la Primera Sinfonía, con la añadidura de un clarinete en mi bemol y oíros instrumentos extras de percusión. Basin Maine, en su estudio sobre Elgar la llama «epítome de la época que tranquila y gradualmente desaparecería, mientras se escribía esta obra». Pero ello puede inducir a engaño: la clave del carácter de esta obra tan personal se puede encontrar en una cita del poema Innovación de SheMey, que aparece en la propia partitura: «En muy raras veces, vienes, espíritu del deleite». Este espíritu de desolación del poema impregna toda la partitura. Cuando Elgar murió en 1934 dejó unos cuantos bocetos para una Tercera Sinfonía, pero que hacen imposible cualquier tipo de reconstrucción. Ralph Vaughan (1872-1958) Williams Creyendo que todo lo que tiene valor en nuestra vida espiritual y cultural surge de nuestra propia tierra, y que el arte debía expresar toda la vida profunda Elgar, 1919 de una comunidad, Vaughan Williams se volvió hacia la herencia musical de su país. Como Bartok y Kodaly, el compositor se fue a investigar al campo, vivió entre campesinos y recogió un gran material de origen folklórico. Gracias a ello halló un medio natural de autorreaíización. Al mismo añadió la rica influencia de la música de la etapa de los Tudoi y, a veces, como Holst, se remitió a épocas anteriores, llegando a captar matices medievales. También en Purcell halló la fuerza ritmica y declamatoria, y en Parry, una maestría coral que admiraba profundamente. Le llevó bastante tiempo digerir todas estas influencias, alcanzó su auténtica madurez a partir de los cuarenta años. Las últimas sinfonías de Vaughan Williams fueron publicadas con los números S y 9, pero el compositor nunca otorgó números a las demás, aunque ello se haya hecho después por razones de comodidad. Su primera obra que lleva el (itulo de «sinfonía» fue compuesta entre 1905 y 1910: A Sea Symphony, cuyas raices se encuentran en la tradición coral inglesa y reflejan la admiración del compositor por Parry. Ya en esta obra temprana se pueden ver las huellas características del músico: la frecuente yuxtaposición de tríadas mayores y menores, por ejemplo, y el empleo particularísimo de contrastar los grupos de tres contra dos. Los títulos descriptivos de las dos sinfonías siguientes: London y Pastoral, no deben inducir a error al oyente, haciéndole esperar que ambas sean de carácter descriptivo. La Sinfonía Lon76 Scherzo don se estrenó en 1914, cuando el compositor contaba 42 años de edad y fue revisada de manera drástica en 1920. En 1922 apareció la sinfonía Pastoral, descrita por el compositor como «casi totalmente tranquila y contemplativa». Es muy distinta a las que había escrito anteriormente. A pesar de su falta general de movimiento externo, está llena de contrastes, variedad y vibración espiritual. Doce años separan a la Pastoral de la Sinfonía en fa menor, la Cuarta, que apareció en 1934. En ella, el autor pretende plantear el conflicto entre las fuerzas opuestas del bien y del mal, expresado en términos musicales; es obra de gran fuerza y por momentos de gran violencia. Como contraste, Vaughan Williams escribió la Sinfonía en re menor, (la Quinta), terminada durante los años de la guerra y estrenada en 1943. En ella, se percibe una cierta relación con su obra teatral, entonces inacabada, The Pilgrim's Progress, en la que se originó parte del material de la Sinfonía. Con esta serena pieza, regresamos al mundo contemplativo y modalpolifónico de la Pastoral. La Sexta Sinfonía en mi menor produce en quien la escucha una impresión de extrañeza, acaso más que de profundidad. Empezada antes de que acabase la ,—— guerra, fue terminada en 1947, m ^_^— M w^W tWm cuando ya contaba más de setenla t ' A^J^m años. The Times dijo que representaba los sentimientos del músico sobre la guerra: Vaughan Williams lo negó, insistiendo en que su única preocupación había sido la de crear sonidos, con su propio y único valor. La Sinfonía Antartica (1953) fue el resultado directo de la música incidental que el compositor escribió para la película Scoit uf the Amante, siendo parle del material común a ambas obras. l.os deseos del autor parecen haber sido los de expresar en una forma extensa y sinfónica las emociones principales del film. Sus cinco movimientos, que duran más de cuarenta minutos, hacen que la pieza resulte demasiado larga. Para la exuberante y optimisia Sinfonía n." 8 en re menor, la orquesta es netamente schubertiana, además de contar con el arpa y todos los aparatos fónicos y spteh conocidos por el compositor, incluyendo tres gongs afinados, como los que usó Puccini en Turandot. Nuevas sonoridades y texturas aparecen también en la Sinfonía n." 9 en mi menor, compuesta entre 1956 y 1957, La gran orquesta incluye partes importantes para un trío de saxofones y para un fiscorno. Con 85 años, el sereno flujo vital de ideas continúa vivo en el compositor. Esta Sinfonía es una obra mucho más seria que la anterior, con una integración muy estrecha de materiales diferentes, que culmina en el último movimiento que representa un verdadero resumen, al transformar temas anteriores de la obra en una forma poderosa y significativa. Havergal Brian (1875-1972) H e aquí un compositor que escribió, entre otras obras a gran escala, nada menos que treinta y dos sinfonías, siendo su periodo más activo entre los setenta y ochenta años. Brian suele ser calificado como epígono de la escuela inglesa y lo cierto es que creció en el mundo musical que aquellos autores representaban. Su Primera Sinfonía «Gótica» esiá dedicada a Richard Strauss, pero no cabe encontrar otra relación entre ambos compositores. Sería muy difícil encontrar una música menos straussiana, menos alemana, que la de esta Sinfonía. Aparentemente, por las grandes proporciones de sus sinfonías, podría acercarle a Mahler e incluso a Berlioz. Pero se trata de un creador eminentemente individual. Después de su primera sinfonía, a parlir de 1949, Brian ha creado toda una serie de sinfonías breves y muy compactas, que asi y todo precisan de una gran orquesta, aunque también evidencian que la espaciosidad en musita puede lograrse mediante la sugerencia, más que por el volumen. El pensamiento es tan terso como expansivo; en cada caso encuentra la forma que se adapta perfectamente al mismo, haciendo caso omiso de nexos de unión esperados, de una manera bastante diferente a Sibelius. Sin embargo, como el compositor finlandés, Brian puede tomar la forma sonata y desarrollarla u olvidarse de ella. Sólo se ve atado por aquello que es esencial. Tras la Décima Sinfonía, es decir, entre los 78 y 92 años, Brian compuso nada menos que otras veintidós sinfonías, explorando una vena de profunda meditación, a menudo enigmática, con una gran concentración de ideas. Tal fenómeno acaso no tiene precedentes en toda la historia de la música. Arnold Bax (1883-1953) tfax se describía a sí mismo como un romántico descarado, añadiendo: «con lo cual quiero decir que mi música es la expresión de estados emocionales; no tengo ningún interés en el sonido o por el sonido o en ningún ismo o facción modernos». La combinación de panteísmo y misticismo es la clave del mundo de Bax. A menudo ello se expresa en páginas de obsesionante belleza, como en las del epílogo de su Tercera Sinfonía. Aunque no hay un programa específico en ninguna de sus siete sinfonías, sus atmósferas, el ámbito de sus estados anímicos es similar al de sus mejores obras orquestales más tempranas, sus poemas sinfónicos. Sin embargo, tanto en la forma como en el contenido, las sinfonías de Bax, no son, bajo ningún concepto, ni vagas ni sin importancia, podemos decir que están moldeadas según los modelos clásicos, aunque sólo con tres movimientos, en vez de los cuatro acostumbrados. La riqueza, la abundancia de invención que demuestran, nos dicen que en ellas yacen tanto la fuerza como la debilidad de Bax. Edmund Hubhra v Michael Tippell Kubbra y Tippett comparten ciertas influencias en su forma- Vaughan Williams ción y desarrollo. Sin embargo, cada uno por separado han logrado sus propios resultados individuales. Los dos han mostrado su interés por la música vocal secular y religiosa de la época isabelina, así como por la música monódica del siglo XVII. A éstas, Rubbra ha sumado una fuerte influencia de sus maestros, Holst y Morris, asi como de Vaughan Williams, aunque su música no ha utilizado el material folklórico. A partir de 1936 empezó a abordar la forma sinfónica. Su Primera Sinfonía exige una enorme concentración por parte del oyente, ya que su orquestación es de una gran densidad y sin ningún relieve instrumental. En sus sinfonías posteriores consiguió superar este problema, de tal modo que la Tercera y la Cuarta son dos obras maestras. A pesar de la dificultad ocasional de las composiciones instrumentales de Tippett, se trata de un músico menos problemático que Rubbra. Ambos compositores se caracterizan por la ausencia de !o que podríamos denominar exhibicionismo al enfocar el acto de la composición. Sin embargo, en la música de Tippett hay una especial animación que se percibe a flor de piel, y que logra una más fácil comprensión en el oyente. De las dos sinfonías publicadas hasta el año 1967, la Primera resulta técnicamente más acabada que la Segunda, aunque su extensión es enorme, siguiendo la tendencia de algunos de los más importantes sinfonistas ingleses de este siglo. William Walton (1902-1983) Ocrramos este breve análisis del sinfonismo inglés en nuestro siglo, dedicando unas breves palabras a Waitón. Su estilo era marcadamente continental, punteado de ingenio y sátira y, a veces, rebosante de exuberancia. Influencias del grupo de Los Seis, de Strawinsky y del jazz, son apreciables perfectamenie en su obra. Walton compone lenta y laboriosamente, por lo que la impresión final, de brillante técnica, es el resultado de un trabajo bien desarrollado y no carente de dificultades. Cada composición sinfónica de Walton es un autodescubr¡miento cuidadoso y penetrante. En este proceso, las influencias, sean éstas de 61gar, Sibelius o Strawinsky, se ven transformadas e integradas en el conjunto, de tal manera que son difícilmente identificables, convirtiéndose en parte fundamental del estilo personal del autor. Con Walton termina, por ahora, el ciclo de un conjunto de compositores que han dado vida a una escuela sinfónica peculiarísima. Gerardo Queipa de Llano Onaindia Scherzo 77 CURSOS MUSICALS D'ESTIU 1988 CURSO INTERNACIONAL DE MÚSICA C.E.I. DE CHESTE del 15 al 23 JULIO 1988 VIOLIN TAÑOS ADAMOPOULOS Profesor del Real Conservatorio Superior de FLAUTA Música de Bruselas. Concertino de la OrCHRÍSTIAN CHERET questa de la Opera Nacional de Bruselas. Solista de la Orquesta de la Opera de París, JOAQUÍN PALOMARES Miembro del Ensemble de France. Catedrático del Conservatorio Superior de Música de Murcia. OBOE LOTHAR KOCH VIOLA Solista de la Orquesta Filarmónica de Berlín. JESSE LEVINE Profesor de la Universidad de Yaie (USA). CLARINETE DAVID CAMPBELL VIOLONCELO Concertista del Reino Unido. PEDRO COFIOSTOLA Solista de la Orquesta Nacional de España. FAGOT Profesor del Conservatorio Superior de MúOVIDIO DANZI sica de Madrid. Solistade la Orquesta del Teatro de la Scala de Milán. CONTRABAJO JEAN MARC ROLLEZ TROMPA Solista de la Orquesta de la Opera de Paris. MEIRRIMON Profesor del Conservatorio Superior de MúSolista de la Orquesta Filarmónica de Israel. sica de París. PROFESORADO TROMPETA PERCUSIÓN ROGER DEL.MOTTE ROBERT VAN SICE Profesor del Conservatorio Superior de Mú- Profesor del Conservatorio Superior de Música de Versal I es. Solista de la Orquesta de sica de Bruselas. la Opera de París. JUAN GARCÍA IBORRA Catedrático del Conservatorio Superior de TROMBÓN Música de Alicante. MICHEL BECQUET Profesor del Conservatorio Superior de Música de Lyon. Solista de la Orquesta de la Opera de París. NORMAS GENERALES TUBA ROGER BOBO Solista de la Orquesta Filarmónica de Los Angeles. PROFESORADO PIANO JOSÉ FRANCISCO ALONSO Concertista Internacional miembro del Jurado del Concurso «Paloma O'Shea». HARRY DATYNER Catedrático de Piano del Conservatorio de Ginebra. — Se establecen dos tipos de alumnos, activos y oyentes. — El número de participantes activos por profesor será de un máximo de 15. — Se exigirá elevado nivel técnico y musical. — Las inscripciones deberán presentarse antes del día 31 de mayo, rellenando el boletín adjunto. — Cada candidato aportará: • 3 fotografías recientes de tamaño carnet. • 1 fotocopiadelospartesdepiano.de las dos obras con las que el cursillista desee ser acompañado en clase, indicando orden de preferencia. MATRICULA • Cursillista activo - 20.000 Pts. • Cursillista oyente - 10.000 Pts. ALOJAMIENTO El alojamiento será optativo; pudiendo aquellos que lo deseen, alojarse en el C.E.I. Cheste, debiendo asi indicarlo en el boletín de inscripción. El precio será de 10.000 Pts. El C.E.I. Cheste se encuentra a 25 kilómetros de Valencia, y las disponibilidades hosteleras en las cercanías son muy escasas. Una vez finalizado el plazo de inscripciones, se les comunicará a los admitidos, ya sea como oyentes o activos, esta circunstancia, debiendo hacer entonces y antes del 1 de julio el ingreso de 10.000 Pts. los activos, y 5.000 Pts. los oyentes, como derechos de suscripción en la cuenta bancaria; Caja de Ahorros de Valencia Urbana Sorm. Cl Conde Salvatierra de Álava, 10 N,' Cta. 3100845339 VALENCIA Sin este requisito perderán el derecho a participaren el curso. La cantidad restante de la matricula se hará electiva el primer día del curso. Aquellos que por cualquier circunstancia no sean admitidos como cursillistas activos habiéndolo así solicitado, tendrán derecho a tomar parte como oyentes. TODA LA DOCUMENTACIÓN DEBE ENVIARSE A: Federación Regional Valenciana de Sociedades Musicales Cl Sorní, 22-1.' - 46004 VALENCIA Teléfono (96) 351 92 43 CENERALITAT VALENCIANA FUCHACO* HUKMUL VAincUUU CONSULEIIA Di CU1TUM. IDUUCIO I CliNCU D I R E C C l O G E N E R A L DE C U L T U R A ANIVERSARIO Cien años del Vals del Emperador Cuarenta años de soledad n 1888 Johann Strauss II compuso el Vals del Emperador y se lo dedicó al Kaiser Francisco-José, que llevaba cuarenta años en el trono de fo que, desde 1867, se denominaba Imperio Austro-Húngaro. Francisco-José viviría hasta 1916 y su reinado fue uno de los más dilatados de la historia. E! joven Francisco-José había heredado en 1848 la corona de un amplio conjunto de territorios unidos sólo por la dinastía de la casa de Austria: germanos, checos, húngaros, eslovacos, italianos, polacos y muchas otras nacionidades o grupos étnicos componían este diversísimo mosaico multinacional que, necesariamente, iba a verse sacudido por el surgimiento del nacionalismo. En 1848 se encontró e! monarca con una monarquía absoluta hundida por una revolución. Pero todavía era posible moderni- E zar el Estado, realizar un compromiso con las nacionalidades —que aún no habían dado lugar a grupos antidinásticos significativos—; también era posible dominar toda el área germánica. Cuarenta años después, cuando Strauss compone el Vals del Emperador, ya se han perdido varias guerras decisivas. Con una se perdió ante Francia y el Piamonte, con lo que quedaba sellada a la larga la pérdida de las posesiones italianas de Venecia, Fríul y el Treintino. Era el año 1859. Con otra se perdió ante Prusia, a propósito de los ducados daneses de Schleswig y Holstein, con lo cual quedó decidida la hegemonía de Prusia en el área germánica. Era 1866. Poco después, gracias a una guerra relámpago contra Francia, la guerra franco-prusiana de 1871, Prusia conseguía culminar la unidad alemana bajo su hegemonía. Austria quedaba marginada y recluida en su amplio e inestable Joseph Lanner dirigiendo la orquesta y Strauss (padre), a su derecha, como concertino en Biedermeier. Oleo de Charles Wilda. imperio. Cuando se compone aquel vals, pues, se celebran cuarenta años, pero muchas cosas han cambiado en este Imperio que ahora intenta la solución liberal y democrática, tardía, que tampoco será posible. Pláticas de familia La dinastía de los Strauss surgió a la fama en la llamada época Biedermeier, que transcurre entre el Congreso de Viena de 1815 (desgraciado espejismo que hizo concebir a este país ilusiones sobre el futuro del absolutismo) y la revolución de 1848. Sobrevive el antiguo régimen y es un tiempo aparentemente apacible, marcado por la mediocridad biempensante con que se ha querido aludir al ponerle el nombre de Biedermeier, que sirvió para definir a las gentes conservadoras y timoratas que vivían bajo el intento absolutista, llamado a la larga al fracaso, del conde Metternich. En ese intento utópico de mantener el absolutismo con métodos cada vez más calcados del centralismo de la Revolución Francesa radica el fracaso y despedazamiento del Imperio Austríaco. Olvidaba la casa de Austria su histórica vocación multinacional, tanto en las Españas como en Europa Central. Fue como negarse a sí misma. Johann Strauss padre vivió entre 1804 y 1849. Nació en una familia vienesa humilde, de taberneros, y con su arte consiguió la más alta consideración social. No había tradición musical en su familia y pretendió que sus hijos no se dedicaran a la música. Sin embargo, el destino le dio tres hijos de su mismo oficio: Johann, Josef y Eduard. Si Johann I se había elevado por encima de sus orígenes, también consiguió que el vals se elevara a una dignidad antes desconocida. Es cierto que el vals aparece ya con Mozart y con Schubert, pero en el siglo XIX, cuando lo culto y lo popular empiezan a estar claramente divorciados, la única manera de dar importancia a una danza popular como el vals era elevándola y ennobleciéndola. Scherzo 79 ANIVERSARIO De joven, Johann Strauss I se integró en el pequeño conjunlo de un músico llamado Michael Palmer. Tocaba la viola y allí conoció a otro músico, Joseph Lanner, con el que pronto se fue a locar a oirá orquesta fundada por éste. Pero la rivalidad surgió entre ellos y Johann fundó su propio conjunto a la edad de 22 años. Entonces se casa y tiene un hijo. Es 1825. El niño se llama Johann y, como sabemos, será el kaiser del vals. Tempo di valse La rivalidad entre Johann Strauss I y Joseph Lanner se convierte en encarnizada. El duelo se mantuvo durante anos, pero ambos murieron pronto. Lanner falleció en 1843, a los 40 años. Johann viviría hasta 1849 y murió con 48 años. Pero el destino victorioso de éste amargaría los últimos años de Lanner. Sin embargo, al final de su vida, Johann Strauss I vio que no había conseguido apartar a su hijo mayor del mundo de la música y que empezaba a ser casi tan conocido como él. Hubo cierta rivalidad entre padre e hijo, que no llegó demasiado lejos porque Johann I murió cuando su primogénito sólo contaba 25 años. Como símbolo queda que el mismo año de la revolución, 1848, Johann padre compuso la que es hoy su obra más famosa, la Marcha de Radetzky, dedicada al conde Joseph Radetzky, uno de los cabecillas militares reaccionarios del partido absolutista. Johann hijo, mientras tanto, mostraba sus simpatías por los revolucionarios con alguna composición temprana dedicada a ellos. La Marcha fue uno de los símbolos del Imperio. Recordemos que es el título de la novela de Joseph Roth, que retrata los avatares de Austria desde la batalla de Solferino a través de una familia de eslavos ennoblecidos, los Trotta. Sobre el fondo de los desastres bélicos y el deterioro del Imperio se dibuja la carrera de Johann Strauss II, que hizo una música amable, ágil, llena de vitalidad, que puso su talento al servicio de una causa como la de elevar el espíritu de quienes escucharan sus obras. Quien le escuchaba era la alta sociedad, pero también las gentes del pueblo admiraron sus melodías. Fue, (al vez, 80 Scherzo una fórmula de evasión mediante el concurso de obras de arte de apariencia ligera. Con Johann II, en cualquier caso, pasó el vals de ser una danza popular como la del siglo XVIII, a convertirse en un complejo ceremonial. En 1867, año de composición de Vida de artista, cuando comienzan a cicatrizar las heridas de la guerra contra Prusia, se produce el compromiso institucional que desemboca en la Doble Monarquía. Es el momento de las concesiones a las minorías, sobre todo a los húngaros. Un intento de monarquía triple, con Austria, Hungría y En la foto de la izquierda Johann Strauss, padre (I804-Í849). Abajo, el Emperador Francisco José, a quien fue dedicado el Vals del Emperador. Caricatura vienesa de un grupo de afans» de J. Strauss que llegan a la capital imperial para escuchar a su ídolo. ANIVERSARIO Strauss tenia ante sí una sociedad también ridicula o simplemente divertida para retratarla. No es extraño que el modelo fuera Offenbach. El gran éxito de Strauss en el teatro será El murciélago, acaso la obra maestra del género. El autor de esta opereta no ha dejado ni dejará de componer valses, pero el vals ya ha llegado a su punto culminante. Ya se han producido las sucesivas acumulaciones que han hecho complejísima esta danza antes tan simple. La victoria del vals había sido paralela al efímero prestigio de Austria como una de las potencias vencedoras de la Francia napoleónica. Con Johann II se fija el modelo: introducción más o menos amplia, varios tiempos de vals propiamente dicho, conclusión en una brillante coda. La complejidad armónica es superior en Johann II, en comparación con los valses de Lanner o Johann I. Johann Strauss U en sus últimos años. Bohemia-Moravia fracasará a la larga. Nadie más que los checos y los liberales austríacos parecían interesados en algo así. Hungría se opone, como se opone la Alemania de Bismarck, que teme una nación checa en el Imperio, dadas las veleidades filofrancesas de los checos. Hungría, después de la primera gran guerra, pagará muy cara su preeminencia. La llamada del teatro En 1871, cuando ya tenia 46 años, Johann Strauss II estrenó su primera opereta, índigo y tos cuarenta ladrones. El rey del vals había lardado mucho en decidirse. No era lo mismo ser el rey del vals que competir con el éxito, en París y en ta propia Viena, de Jacques Offenbach, autor de obras como ¿17 bella Helena, Orfeo en los infiernos. Barbo Azul, La vida parisiense. La gran duquesa de Geroíslein y muchas oirás operetas de éxito. Acaso Strauss respetaba al rey de la opereta y consideraba que cada cual debía de tener su propio e inviolable ámbito de reinado. Pero su segunda esposa, Jetty, que fue administradora eficaz de la carrera de su esposo, le animó en su camino hacia el teatro. E! modelo era Offenbach, como también Franz von Suppé, que luchaba en el mismo territorio vienes que él. El sentido de las opérelas de Offenbach era la burla de la grandilocuencia propia del Segundo Imperio. La risa ante lo trágico puede ser la venganza del ayuda de cámara ante su señor, pero en el caso de Offenbach es la compensación del servidor de talento ante el señor nuevo rico que ejerce un heroísmo ridículo. Ese es el sentido de sus dioses en La bella Helena o en Orfeo en los infiernos. Coda: adagio lamentoso Cuando Johann Strauss II moría en 1899 aún le quedaban 17 años de vida a Francisco-José y muy poco más al Imperio. Los reinados de ambos —en la política y en la música— fueron paralelos y significaron tal vez algo muy parecido- Al morir antes, Johann fue acaso más afortunado. En 19141918 se perdieron muchas cosas importantes, y una de ellas fue ese amplio estado multinacional que identificaba a Europa Central, hoy dividida artificialmente, y que constituía una de las garantías del equilibrio europeo. Su desaparición hizo tal vez posible la Segunda Guerra Mundial, como había sido su existencia lo que hizo inevitable la Primera. El vals, su fasto y símbolo principal, queda en el recuerdo. Schónberg, Berg y Webern lo recordaron siempre, especialmente con sus arreglos para una famosa velada en 1921. Un año antes, sin embargo, Maurice Ravel había producido el gran esperpento de esa civilización desaparecida. La Valse. Johann, probablemente, no lo habría comprendido. La Viena que él había dejado era todavía aparentemente sólida: no debía de conocer apenas la significación (o incluso la existencia) de Schnitzler, de Mahler, de Freud... Santiago Martín Bermúdez Scherzo 81 •n d fin d¿ divulgar U significación de la mÚNC* rraio valor cultural y prestigiar a sus ¡nf^rprnfs, U Caja dr Guipúzcoa convoca eJ II Concuño que lleva el nombre NICANOR ZABALETA. en reconocimiento a los excepcionales mírílr*9 del pan arpista guipuzenano, munttiaJmcrHc conocido. EJCF Concurro w regirá por l u nppiiriUta BASES: I* Podran mneurrv so&aUU aobrraabentcs de los cuatru ndruntrnlin dr la famaia de b tuerria («nUn-viola; HailunreBo'ron.r.rabajah que nu superen k*n 3S año* dr rntn dr remó, r l • ' 2 , Sr eslablrcrn lo? siguienles prrn-non: y| Para bu m r i n m ronrertkuu rn l i eapmabdad de VTOLIN-VIOLA: _ PRIMER PREMiOtLnJodr ?W.WQpe*ruu, adrmá* dr pUr. y d^bma ac.r dfealitiw. - SEGUIDO PREMtO dr ÍM.Wt» p ^ ^ h u , p b c T <r?k>>» •rvrd«*ti«o'. b) Pan lo. m r f m coocrrinlM rn IB esprcioactad V IO LO N CELLO-CONTRAS AJO: - PRIMER PREMIO dotado d r 750.00Ü/»*PÍOJ, idrma» de piara y — SEGL'ftDO PREMIO de 250.OOC peaeuu, placa y diploma acFrdiiab*u». c) Boba» dr viaje por un importe dr 40.000 pesriaa a ctdt uno de \m Ibpamfip l « qur inlrrVrngan rn la prrBrlrctión. fiflíH c-onUitHlBr a lot ^aatoadr estancia y to f n f| d i * Ar MI arlufrvn3- Laa p<*r«i>fi*« UIIFJF^KIH rn porlK'qwr drbrrin rnvur. iMf-i dr| práiimu 30 dijuna> de 11*88 m !• d r r r c v n "Caja di- ümpütro* ((Vp«na.inrri1u dr Rrla^Binn PubbcjH|FC/Canba>, n." 20 20004 SAN SEBASTIAN", I » documn*»* «^urnirs. a) Una wkckud lliniada rn la qur «• huaa ranvlAr r l rvmbrr óVl inlrn?flada ron mpn-ÉÍún dr tu ú-rha dr rtBcirniento, domicilia, localidad cu qur habaa y irJ¿4ono, ha' CKIKIO r r p f r u mínciAn m la cunfermidad qi*r prnta * l u b » m drl Gjntursu. b) Amplb hktDnvJ d d pwlic^Bnk «n t i qur ic haga r r l t i f n r í i a • • * rahidiH. MuW ción, CHperirncia. giraa y pn-rau olMrradoa, WMÍ con» ciunhw « p r f l M pro^aional» cortnhufHi a formar un juicio predao para fterar • caita !• pmrb-tr-iAn prniíla., c| D t b í r f ntaBÉb- ÍJ reculante una grabación Ubre que t r i t r ttihtr una pájpna m i » caJ da reconocida difr aliad y vínraaiino en BU inolrumrnlo, y, ademáa, m<*«* **** oblifpbH-ia qur. aegún k dnreniTaTacióii de aqu^io«h *e « u b l r c r aml : 1) violfn: "Condeno. ti.° 4 en re mayor" (prární parir, con cadriiciak dr W.A. íloiajli 2) tiok: "Suilc pan TQJB tok, en H I menor" ( 1 . a y 2 ' úempa). dr H u Regrr, 3| * » - loncrHo: "Daiua del Diabai Vcidc", dr Caiour Canaadñ, 4) ramlrabap: "TitnntfDr" pora mninibiuio, dr CñTHim Boaesinj4. A la viara dr la dociunAiUrJórt ntcíbida, un Tribunal compunjo pac figuran tnirrlucwnal» de la vida miHicaL Brwnr* • cubo la piri^rrción haau un máxiniD dr 16 intérpnHel, ka nialeB en dislintu «MWDrt púMicaH ejrVUUran Udia o mis coiapoai<!ÍOnn tbrr», euj* duración roul no podrá r i f r d r r Ion vrmlirinTO mmuloi. 5. EJI cada itcilol ofaccido. r l Tribunal rabilará fnndriadaiürnTr ttn HI^U ir nica condiciones: «t Ja prrfecriún lécruca drl pantr^anir, b) I U inlerpreUcjón c) la prraonobdad aribbra: v d) la calidad del programa ofrecido y tu diáituhad. 6- t i acompanajnirn» drl soJnla será imnreBCaidibtr ruando La paruura a> titila y rn n*r rano la organuaenón pondrá a ni daipoución un piano dr ro|a o un rlavnillr ^mpjn arompjiAanir irndrá derecho al premio que ofrree la rofidirion 2c. dr rHaa burft. 1- La rrhrion dr ios pmekccionadoA jura rírcluar rslo* redtal» previa» al con1 KM11 Ena|. urri mm un irada m to« inl^n-ftadoa duran Ir rl mm dr ju]ÍOT**rndo octltbre r l mm prewiHu para drhoft iwhitnim. Tendrán higar rn r l Salan de Arloa dr \* "Cajl dr Guipúzcoa" rn cuatro lábaocM Bucraivoe haata su ronriuuúnA- De FMl picBelercion aaldran loacualrn finakalaE i|i*r, r n un c-oncirnO drr|au«Ura, dJuridarén k>i prrmiiH prrvHloa rn la bate Mgunda, I d o que Irndrá lu^ar en r| TrOUa Virtaria Euarnia" de S « Srbaabán r l aábado día .1 dr Drirmhn- dr 1988. 9. Con anterioridad árale concirrlu. k»E-ualrii finábalas entregaran al Tribunal do* v má* rampaairionni ahemab^at dr reconjcido *irrua*É*mo, e* drcir, un profTama opcional un Hiprrior a kn v r n i í r n n i m DI Utos por inírnírnnón, de los ifur r l Tribunal rmrraacart uno dr «1 r l r m ú r 10. InmrdiBlainrnrr dr ruiakiarrHr úhimü (oni'irnu, rl Tribunal hará |níbfceo su ímUo y *r otorgarán be prrmiob, d^bma* y arr^dnacnnra a lo» jranadorr-i. 11. Si I* or^Hnnrarñll tíknvDirní r n rfrcluar jrrabarionrH r n lodos los c'oncirMoa drl Concuño pora BU difusión imámíóruct o por ir kvái^Ti, dr ningún mDdoqurdard obbB;ada a indrmnijBriAn O a romprotniMí alflunn- \¿i mbimo ocurrirá BI dn-idirra la snspensiu'h <l*l Cont-urvu. 12. EJ Tribunal *e f r p í á por rrilrrios de ubjmvidad y punmoción prrnanvntr rflabkciHoH y 1U» decEÍonrii Irnrintai lodo» un rarAdrr urrr¥oralilr 13. L J pariK-ipBriún " ' I preürnlr ("^nCürVí tupune La rxprTHa arrplarnn dr e«|» baarn. finta: I m TPIBOBU» podrtan lenrr ipulnirnlr opnún • »u prrsrnlaciaíi rn b ocirdiida "f^uir «na Muu-alilf San SebaMáfi" r npr»in • oftc-roncirrto* rn Sncirdadr* T KnuvalridVl Paá* Tambtfn i - p i r m la Kimbactün y drfuuAndr k* (ranrUn* pn* Kaibo Nacional dr tjioaAi. Hadu tuakadi j umbimmiHAn duenda pot ut H™4n Kumpri di- RixIvdiÍMnn Sp rmhw|((k> rn irla ción fun r«a* oprniea. la oroanÉiarritfi drl (i»r-un< 1 irndrá un | i f r l iwninrirtr •TXer y nurdart c i d H MÚSICA CONTEMPORÁNEA Páginas para Rubinstein Madrid. Escuela de Canto. 21 y 23 üt marzo de 1988. Obras de Castillo, García Abril. E. Halffrer. De Pablo, R. Halfftei, Coria. C. Halffler, Blanqucr, Guijoan. Rodrigo, Marco, Mompou, Homs, Olavidí. Larrauri, Cano, Bernaola, Prieto, Montsalvalge, Alonso, J.L. Turina. Encinar. García Román. Pianistas: Guillermo Gon¡alez. Joaquín Soriano. Pedro Espinosa. Albcn Giménez Aicnclk. E Visiones fugitivas l pasado ario, la joven Fundación Isaac Albéniz, impulsada por Paloma O'Shea, tuvo la buena idea Bernaola [raza un tríptico —Perpetuo, de encargar una composición pianística cántico y finóle— en el que alterna con a 21 músicos españoles. Se trataba de fessabiduría, desde el leve acorde inicial, las tejar asi, con pentagramas especiales, la sonoridades ligadas, el lirismo contemplamemoria de Arturo Rubinstein, de quien tivo y el virtuosismo. Distimos fragmense celebraba el centenario y en torno al tos constituyen también la pieza de Turina que se había organizado una magnífica Cinco preludios a un tema de Chopin, tan exposición conmemorativa que dio la claramente escrita como todas las salidas vuelta al país. El resultado práctico y sode su pluma, llena de contrastes y de renoro, tras la edición de un amplio volucursos propios del autor polaco: visiones men en el que se recogían las partituras, fugitivas, arpegios entre notas largas... se ha ofrecido ahora, en los dos concierMuy distinta, pero también configurada tos arriba reseñados, que se han desarropor más de una sección, Tres fragmenllado en colaboiación con el Centro para tos imaginarios de Olavide nos muestra la Difusión de la Música Contemporánea. una vez más la rigurosa, concentrada y No cabe plantearse el criieiio de selectensa complejidad de su escritura, plagación, porque muy probablemente en la da de ricos juegos rítmicos y contrapunlarga lista figuran los mejores o, al menos, los más celebrados compositores españoles. Quizá hubiera podido orientarse la petición hacia creadores más jóvenes, menos históricos —el más bisoño es José Ramón Encinar (1954)—. Pero tampoco está de más que para recordar a una figura en verdad histórica como la del pianista polaco se recurra a autores ya míticos de nuestra música, que vivieron la época, la larga franja temporal en la que discurrió la carrera del instrumentista, como Rodrigo (1902), Homs (1905), Ernesto Halffter (1905), Monisalvatge (1912). En cualquier caso, siempre es más cómodo y da menos posibles quebraderos depositar la confianza en los consagrados, en los valores ya seguros. Y no hay duda Arturo de que el nivel alcanzado en estas cortas 21 composiciones es revelador de ftubinstein. un oficio, de una pro fes ¡o na I ¡dad, de un savoirfaire suficientes para la no demalisticos, de muy difícil ejecución. No falta siado comprometida labor a realizar. Altampoco agresividad, si bien entremezclagunos de los autores han jugado expreda con cierto sentido lúdico, en Encoré samente con el recuerdo de partituras fade Encinar, que parte de un inicio stacmosas recreadas habitualmente por el piacatissimo y arroja ecos minimalistas en nista. Es el caso de Larrauri, que en A su ágil discurrir. sonoris tenebres, obra provista de todo Chopin de nuevo se encuentra presentipo de indicaciones interpretativas, emte, al menos aludido, en Preludio de M¡plea ecos de la Marcha fúnebre de Chorambel de García Abril, que nos pinta pin (Sonata n.° 2) e intervalos alusivos en 3/4, a través de una línea muy melóal himno polaco; de Cristóbal Halffler, dica, encuadrada en una limpia textura, cuya página, de título muy suyo —El ser un paisaje nostálgico. Tersa y límpida, humano muere solamente cuando le concisa y equilibrada, es la página de Caolvidan—, nos trae, a partir de un suave no, escrita muy medidamente en un senserpenteo en lenta ascensión y una macillo 2/4, recordatoria sin duda de clásicos nera de cantar muy chopiniana, un recuerdo de Córdoba de Albéniz; o de modos pianísticos. Estos aparecen tamCastillo (Para Arthur), que en un discurso bién en la Balada para la mano izquierfuertemente pianístico evoca Navarra de! da, en clara alusión al mundo de Scriabin, mismo compositor. de Montsalvatge. El Rodrigo más tradicional, el más sencillo y evocativo, se dibuja grácilmente en el brevísimo Preludio de añoranza, senlimienlo este que no falta en la delicada página de Ernesto Halffter, Nocturno otoñal, no menos breve, un Lento e mesto dolado de una concentración armónica singular, un nuevo recordatorio chopiniano. La sabiduría de Homs, su precisa escritura, quedan en evidencia a lo largo de su excelente trabajo In memoriam A. Rubinstein, calmo, de característica interválica. Una evocación distante Evocaiivas, no alejadas de un evolucionado impresionismo, son las piezas de Alonso y Coria. Lacrime amare del primero nos presenta una sucesión de figuras ascendentes sobre acordes disonantes y un irazado muy propio del autor, aéreo, transparente (Con malta serenitá e dolcezza), que conducen, a través de delicadas escalas, a un canto poético no exento de un extraño toque patético. Menos desnuda es la obra del segundo, titulada simplemente Una página para Rubinstein y que nos acerca al exquisito y particular universo del autor que se nos abre desde el inicial Allegro deciso de una manera casi impetuosa. Diversas alternativas, cuidadosamente puntuadas, nos llevan a un Allegro alia marcia. Pieza concisa, sustanciosa, de rara finura. El sosiego —Calmo e amoroso— preside la composición de Blanquer, que nos trae ecos de canciones infantiles y un discreto encanto apuntado en sus trinos y adornos que no se diluye en la más agitada sección central. No poco de juego trascendente hay en Toy-Pianu de De Pablo, que se muestra en ella plenamente invenlivo. Como expresivo Guinjoan en Nocturno, que revela su conocimiento del instrumento a lo largo de un discurso muy contrastado en el que hay lugar para casi todo. Prieto nos expone en su atractivo trabajo esa innata sensibilidad armónica capaz de crear rápidamente un expresivo y austero mundo poélico; Marco recupera el tono evocativo y nos acerca en su curiosa Carta de Falla a Rubinstein, en un proceso temporal muy característico de él, a la Fantasía bélica del músico gaditano, obra dedicada al pianista polaco y que éste no llegó a justipreciar. Un diseño rítmico repetido vertebra la pagina de García Román, en la que se suceden diversas secuencias surcadas por todo tipo de efectos. Una suerte de libre y lúdico scherzo. No es cosa de entrar en la calidad de las interpretaciones de los cuatro pianistas elegidos para estrenar estas 21 piezas. Baste decir que todos ellos dieron muestra de una general competencia y comprensión de estas músicas, tan distintas entre si, y que abordaron también con fortuna las páginas de los extintos, y en cierto modo homenajeados, Rodolfo Halffter y Federico Mompou, que cerraban cada una de las partes de los dos conciertos. A.R. Scherzo 83 MÚSICA CONTEMPORÁNEA Música en el Círculo En mayo se cumple un lustro de gestión de la nueva Junta Directiva de una de las instituciones culturales con más solera en Madrid: el Circulo de Bellas Artes. Es un buen momento para hacer balance —ya que SCHERZO se especializa en la música— del quehacer durante estos años de la Comisión de Música de dicha entidad. na Comisión integrada por Tomás Marco y José Luis Temes, vocales de la Junta Directiva, y por Rosa María Molleda, incansable coordinadora. Digamos también, como preámbulo de la entrevista que mantuvimos con Temes y que a continuación transcribimos, que la nueva Junta del Circulo de Bellas Artes de Madrid tomó posesión en mayo de 1983; bajo la presidencia de Martin Chirino, se ha venido proponiendo durante esle tiempo devolver a la institución su papel de vanguardia como centro cultural, mantenido desde su fundación, en 1880, hasta nuestra Guerra Civil, tras la cual sufrió un tremendo bache del que parece estar a punto de salir. U nos llegó a decir incluso en el Ministerio que no tendríamos en lo sucesivo necesidad de hablar nunca de problemas económicos, de dinero... y, bueno, cinco años después, puedo decirte que casi de lo único que hemos hablado, por desgracia, ha sido de dinero, porque el jardín de rosas que nos prometieron, prácticamente no ha existido. —S.:A la vista de estas dificultades, ¿por qué habéis seguido? —J.L.T.: Eso me pregunto. Creo que, en todo caso, mantenernos en este proyecto de iniciativa de gestión totalmente privada ha merecido la pena y que, después de todo este tiempo, estamos a punto de dar el gran paso de incorporar empresas privadas (grandes —SCHERZO: Porque, en estos años, la deuda que venía arrastrando empresas) al consorcio, para la finanla entidad ha sido un pesadísimo las- ciación directa del Círculo. Eso supone que podremos trabajar con mayor tre, ¿no? independencia. —JOSÉ LUIS TEMES: En honor a la verdad, hay que decir que las auto—S.: Recordemos a nuestros lectoridades nos engañaron. res que, en Ja actualidad, el Circulo es—S.: ¿Exactamente, quiénes? tá financiado por el consorcio —J.L.T.: Pues, en concreto, el Miintegrado por la propia entidad, el Ministerio de Cultura, que nos anunció su nisterio de Cultura y la Comunidad de decisión de asumir parcialmente la gran Madrid. Y, si te parece, y dejando a un deuda que el Circulo arrastraba; nos dilado el vil metal, vamos a centrarnos jeron que la nueva Junta partiría de ce- en lo que más nos interesa aquí: la prero contando con todos los recursos que sencia múltiple de la música en el necesitase para su gestión cultural. Se Círculo. Comisión de Música del Circulo de Bellas Arles. De izquierda a derecha: Tomás Marco, Rosa M." Molleda y J.L. Temes. 84 Scherzo —J.L.T.: En principio, la Comisión de Música planteó como su actividad fundamental la realización de conciertos, por supuesto pronto complementados por cursos musicales o talleres, algunos abiertos al público en general y los demás especializados en materias concretas como composición, análisis, guitarra o piano contemporáneo. Además, se ha desarrollado una sección de publicaciones, dividida en dos líneas de actuación: la edición de libros, por una parte —llevamos adelante una colección. Músicos de nuestro siglo, dedicada monográficamente a autores importantes del siglo XX sobre los que no haya bibliografía alguna en castellano— y, por otro lado, la edición de discos tanto de nuestros autores más jóvenes —Talleres de Arte Actual— como la recién creada colección de Música Electroacústica Española. —S.: Y la fonoteca, ¿cómo va? —J.L.T.: Va mal porque no hay fondos. Por cierto, que seguramente la Fonoteca del Círculo será una de las más antiguas de Madrid, pues fue creada en 1961. Pero el presupuesto en estos años ha sido ridículo... y en los dos últimos, inexistente. Siento que en una entrevista que va a publicarse en una revista especializada en música hagamos tanta referencia a lo económico y tan poca a lo artístico, pero es indiscutible que la capacidad de Música en el Circulo y del Círculo de Bellas Artes en general, ha estado tan mermada de continuo por las estrecheces financieras que, en resumen, con las ayudas recibidas, lo que se ha hecho en el Círculo yo no dudaría en calificarlo de milagro. —S.: Dado que tanto Tomás Marco como tú trabajáis en el Centro para la Difusión de la Música Contemporánea y sois, al mismo tiempo, vocales de la Junta Directiva del Circulo y miembros activos de su Comisión de Música, cabe preguntar: ¿qué relación hay entre ambas instituciones? —J.L.T.: Agradezco mucho que saques este tema. En primer lugar, Tomás y yo somos los primeros en estar convencidos de que, en principio, las dos personas que llevan el órgano oficial de la Música Contemporánea del Estado español no deben de ser las mismas que lleven la gestión en un centro como el Círculo, una de cuyas características más acusadas es la de ser privado. Pero las cosas vinieron así, puesto que antes de pertenecer al CDMC pertenecíamos al Círculo; cuando a Tomás le nombran director del CDMC y me propone colaborar con él, caemos en la cuenta de que los recursos para gestionar las actividades musicales en el Círculo son, por entonces, prácticamente nulos. No me da ningún MÚSICA CONTEMPORÁNEA '31 Grupo Circulo, director: José Luis Temes pudor hablar de cifras: el año pasado, Música en el Círculo contó con un presupuesto de un millón de pesetas... para todo el año. Vimos entonces que, habida cuenta que el CDMC no tiene, ni quiere tener por el momento, local fijo para conciertos, esos conciertos del Centro podían, claro, hacerse en el Círculo. Y creo que, como solución de compromiso, el binomio CírculoCDMC ha dado muy buen resultado en estos dos años de colaboración. —S.: Además, me doy cuenta de que es muy difícil que una institución como el Círculo, sin casi recursos económicos, pueda tener muchas opciones en una ciudad como Madrid, donde la competencia en la oferta cultural —y musical, en particular— es muy fuer- COLLADO/PEREIRA te. Acaso la única salida que os queda es afrontar lo que los demos no hacen,.. —J.L.T.: Efectivamente, así es. Te pongo un ejemplo: no nos interesa programar Falla o Rodrigo, porque son autores ya asumidos por todos los auditorios y, por no haberlo sido aún, nos interesa dedicar esfuerzos para dar a conocer la obra de Roberto Gerhard. Todo eso tiene una consecuencia inmediata que, si bien con disgusto, asumimos: la, a veces, escasa asistencia de público. Pero es el precio que hemos de pagar. Por otro lado, hemos dado conciertos que yo no dudaría en calificar como históricos, como el de las Sonatas de Boulez a cargo de Claude Helffer o la integral de los Cuartetos de Bartok... ¿qué quieres que te diga? ¡Los que no hayan venido, peor para ellos, que se lo han perdido! —S.: Por último, habíanos del Grupo Circulo, que tú mismo diriges. Es, quizá, una de las plasmaciones más sonoras de Música en el Círculo, ¿no? —J.L.T.: Puede ser que si. En todo caso, no es un grupo ligado por necesidad a la actividad concertlstica del Círculo: no es el conjunto instrumental oficial de dichas actividades, sino, más bien, un modo de que el nombre del Circulo de Bellas Artes de Madrid se asome a importantes foros internacionales. José Iges Scherzo 85 MÚSICA CONTEMPORÁNEA de Horacio Vaggione; dicho compositor impartía asimsmo el 11 Curso de Música Electroacústica que tenia lugar en el GME en abril del 85. Ulteriormente, han ejercido su magisterio Juan Amenabar (junio 1985), Lejaren Hiller (noviembre 1985), Francisco Estévez (enero-junio 86) y Gabriel Brncic (ocPodríamos resumir la poco /lámanle realidad de la música eleclroacúslica españolatubre 1986). En la actualidad, se pretende relanzar dichas actividades diciendo que, si desapareciese el gabinete de música electroacústica de Cuenca —¡el dios de los circuitos integrados no lo quiera!— se extinguiría el único laboratoriodocentes, así como establecer 10 becas público que hay en el país, amén de uno de los 3 que funcionan con una cierta seriedad.al año para otros tantos compositores que presenten proyectos del suficiente interés y viabilidad. «Se trata de elevar la actualidad, es el máximo responsaero comencemos por explicar que el nivel de ocupación del Gabinete», coble de las mismas Antonio Zamorano, esta situación se da iras la desamentaba Amigo. Y también cumplir siendo Leopoldo Amigo el técnico de parición, en 1977, de! Labóralocon los objetivos fundacionales de disonido del Gabinete. Un cargo que, río ALEA de Madrid —el primero cho centro, entre los que no se ha dedesgraciadamente, no ha podido llevar creado en España— y el silencio asimissatendido la faceta creativa. Quizá fue a cabo/u// time hasta ahora, pues se la realización de la versión definitiva de mo del de José Luis Isasa en San Seveía obligado a simultanear dicha actibastián y el de ACTUM en Valencia, We, de Luis de Pablo, la actividad vidad con trabajos administrativos en que estaba a cargo de Josep Lluis Becompositiva más de campanillas del la Secretaría del Conservatorio... Parenguer. Los años 80 nos han dejado, GME; pero, junto a ello, hay que rerece que, con la nueva dirección, esa si- cordar que también han visto la luz en pues, bastante huerfanitos a los electrotuación ha cambiado. compositores españoles que no queraél obras de Macías, Polonio, Vaggiomos y/o no podamos emigrar. Si bien ne, López, Lanchares, Jarne, Mira, PéEl Gabinete está dotado de un superes verdad que existen en potencia 2 larez Maseda, Rueda, Martínez, Avelino sintetizador analógico —un Synthi 100, boratorios, ligados respectivamente a Alonso, Sanz, Brncic y Marde fabricación británica— más secuen- qués. Y, Estévez, los conservatorios de Madrid y de Vipor último, tampoco ha desciador, vocoder y otros equipos opcio- cuidado el Gabinete —en toria, que duermen el sueño de los jusla medida de nales —digitales y analógicos— cuyo tos, sin que nadie sepa a ciencia cierta sus no demasiadas posibilidades producto sonoro puede registrarse en por qué no están irradiando cursos, hosu intervención en multipista —de 8 pistas en la presupuestarias— ras de prácticas y obras a los colecticonciertos y audiciones, tanto en Espaactualidad— o en estéreo 2 pistas (amvos docenies a los que se deben. ña —Fundación J. March, Festival Alibos, magnetófonos Studer). Se echa cante, Concerts Phonos...— como en gravemente a faltar un buen esiudio pa- el extranjero —Vi ana do Castelo, PaPor eso hay que acoger con todos los ra la toma de sonido, amplio y lo basrís, Newcastle—. En la actualidad, se parabienes el nacimiento y desarrollo tante insonorizado como para estar a contar con la infraestructura del citado Gabinete de Música Electroala altura de las ya mencionadas insta- pretende necesaria para desarrollar espectáculos cústica de Cuencia, dependiente del Palaciones. Parece que, según nos explie incluso hay ya las bases tronato de Estudios Profesionales y caba Leopoldo Amigo, está en ortofónicos, sonoras de una ópera electrónica que Humanísticos de la Excma. Diputación proyecto la creación de I al espacio está creando Eduardo Polonio con ayuProvincial de Cuenca, e integrado en cuando se lleven a cabo las obras de da de Leopoldo Amigo, «porque es el Conservatorio Profesional de Músiampliación del Conservatorio. preciso cambiar la tradicional estaticica de dicha ciudad. Fue inaugurado el dad de los conciertos de música electró23 de abril de 1983, siendo director de Desde su creación, el Gabinete ha según comentaba este último. ambas instituciones —Conservatorio y promovido diversos cursos y semina- nica», Por nuestra parte, no nos queda sino Gabinete— Pablo López de Osaba. En rios: en marzo y julio de 1984, a cargo desear al GME —y no es un deseo desinteresado— la mejor de las suertes posibles. El Gabinete deMúsica Electroacústica de Cuenca P José Iges VERANO MUSICAL DE ZUMAIA (Guipúzcoa) Festival Internacional. Cursos de interpretación y conciertos Duración: 1 al 11 de agosto de 1988 El piano de Chopin RAMÓN COLL, piano Música de cámara KOENRAAD ELLEGIERS, violin REINER SCHMIDT, viola YOUNG-CHANG CHO, violoncillo Técnica vocal MASSIMO SARDI Pedagogía musical LUCHY MANCISIDOR Leopoldo Amigo en el G.M.E. de Cuenca 86 Scherzo Información: Centro de Actividad Musical C.A.M Ercilla, 20 - 46009 Bilbao Tel. 423 11 58 37 festival internacional de música y danza 19 Curso Manuel de Falla 27 de junio a 9 de julio CURSOS Y PROFESORADO: 1. CREACIÓN MUSICAL (Composición): Luigi NONO. Seminario «La Composición Musical en España hoy» (abierto a lodos los alumnos del Curso): Luigi Nono: «Principales aspectos de la Composición musical en la anualidad».. Participan los antiguos alumnos del Curso «Manuel de Falla»: Nicanor DE LAS HERAS; José GARCÍA ROMÁN; Zulem* DE LA CRUZ; Tomás GARRIDO; José Manuel LÓPEZ. 2. INVESTIGACIÓN MUSICAL (Musicología): «La Música medieval).. I>r. Jean JANNF.TF.AU (StmioloRis y Modalidad Gregoriana); Dr. Hendrik Van drr WhKF (la [.(rica medieval); Dr. John GRIFHTHS (Pul¡fon¡a medieval). Seminario: «La Música Medieval española» (abierto a todos los alumnos del curso), con la participación de: Ismael FERNANDEZ DE LA CUESTA, Juan José REV, Mari Carmen GÓMEZ MUNTANE y Antonio MARTIN MORENO. 3. INTERPRETACIÓN DE LA MÚSICA CONTEMPORÁNEA: Jesús VILLA ROJO. Curso dedicado a intérpretes de cualquier instrumento y a compositores instrumentistas. Se tratará sobre «Criterios instrumentales; renovación del mundo sonoro; Grafias musicales, aleatoriedad; Improvisación, etc., con la posibilidad de montar obras con los propios alumnos del Curso. AYUNTAMIENTO DF GRANADA 4. PIANO: MÚSICA ESPAÑOLA E HISPANOAMERICANA: Guillermo GONZÁLEZ. Criterios interpretativos de la música española e hispanoamericana para piano. Lo español en la música extranjera para piano. 5. GUITARRA; José Miguel MORENO. Criterios de interpretación en los siglos XVI al XIX; Tablaturas; La música española para guitarra, etc. 6. LA VOZ: TÉCNICAS Y POSIBILIDADES CREATIVAS: Esperanza ABAD. Curso en el que se tratan los principales aspectos de la voz humana, destinado a cantantes, compositores, actores, directores de coro, pedagogos, etc. 7. VIOLIN: Erich HOBAKTH (del 2 al 9 de julio). Técnica y repertorio violinístico de] Barroco al siglo XIX, con especial detenimiento en el Clasicismo. 8. VIOLA: Anita M ITT ERE R (del 2 al 9 de julio). Curso de las mismas características del anterior. 9. VIOLONCHELO Y PIANO: Chrislophe CO1N > Palrick COHÉN. Se dedicará atención especial a las sonatas para violonchelo y piano de Bcelhoven. MÚSICA DE CÁMARA: El Clasicismo Vienes y su correspondencia en Españ* (del Z al 9 de julio). INFORMACIÓN E INSCRIPCIONES: "SECRETARIA DEL CURSO MANUEL DE FALLA, Apartado de Correos, 64, 18080 Granada». Tfnos.: (958) 26 74 42 - 43. 44, 45, 46, 47. MINISTERIO DE CULTURA Nmri de I» Ift b a m y tt la l 8.° Concurso Internacional de Piano Van Cliburn 27 Mayo-11 Junio 1989 Valorados en cientos de miles de dólares, los premios del 8.° Concurso Internacional de Piano Van Cliburn incluyen: $50.000 de premios en metálico Centenares de contratos con orquestas y recitales en las capitales musicales del mundo incluyendo Nueva York (Carnegie Hall), Washington, Los Angeles, Londres, París, Munich, Madrid, Viena, Berlín, Varsovia, Moscú, Leningrado, Helsinki y Tokio. Grabaciones discográficas, radiofónicas y de televisión de alcance internacional Pianistas de 18 a 30 años dirigirse a: Inscripciones limitadas. Plazo abierto todavía. Van Cliburn Fundalion Richard Rodzinski, Executive Directoi 2525 Ridgmar Boulevard, Suite 307 Forl Worth, Texas 76116 USA (817) 738-6536 Todos los interesados en presentarse, contactar urgentemente con la Fundación Van Ctiburn. ALTA FIDELIDAD Amplificación Primare 928 «Sólo lo superfiuo resulla auténticamente necesario» 15" Thump* Beechamt A sí de principio, he de confesar que muy pocas veces he tenido la ocasión de manejar unos componentes con el atractivo estético de los que integran el Sistema Primare. Pienso que no sería exagerado hablar aquí de «instrumental HI-FI» al modo de cómo se estila en Informática o en Medicina para intentar explicar de una forma primaria que la calidad toda de estos objetos está muy por encima del nivel habitual, incluso aunque éste sea alto. Empleo aquí el término calidad en un seniido muy amplio y que por supuesto desborda el campo del puro comportamiento musical. Creo que hay que convenir en el hecho de que la presencia en el mercado de una colección de objetos electrónicos como la presente obedece sin duda a la circunstancia de que hay diseñadores perfectamente conscientes de que en la demanda de productos de audio existen factores que indudablemente desbordan el terreno de la simple apreciación musical y que hay además una irresistible apetencia por el objeto bellamente diseñado. Es un hecho natural y otro tanto sucede en muy variados sectores del ya inmenso campo del consumo. Pongamos por ejemplo el sector del automóvil; si sólo buscásemos desplazarnos no se verían más que utilitarios. Quien, afortunado mortal, se merca un Porsche 928 (los mismos números que Primare) o un Silver Shadow, por ejemplo, es'obvio que aspira a algo más que a disponer de un simple objeto con ruedas para efectuar desplazamientos. El sistema Primare ha sido diseñado en Dinamarca por el arquitecto Bo Christensen; se nota en la eslética que un arquitecto ha mediado en el trabajo. Christensen además de arquitecto es un consumado audiófilo. El proyecto electrónico ha sido llevado a término por un grupo de técnicos afines a la empresa Bruel-Kjaer, una institución en la producción de aparatos a medida. Nace así pues la firma Primare bajo unos auspicios similares a los de Radford. El gran maestro británico comenzó su carrera en el campo de los instrumentos de medición para pasar posteriormente con todo éxito a la fabricación de componentes, electrónicas y cajas acústicas básicamente. El P.V.P. del Sistema Primare en España anda alrededor del millón y medio de pesetas. Una vez leída y constatada la cifra nos podemos consolar cotejando la misma con los precios en vigor en tres países punteros en el mundo de la Alta Fidelidad, a saber: En Inglaterra, 8.750 libras para el Sistema completo. En Japón, cerca de 2 millones de yenes para el Sistema completo. En Francia, 44.000 francos para el previo y 34.800 para cada una de las etapas de potencia. O sea, en España está el producto más barato que en cualquiera de los tres países citados. Indudablemente, la enorme exclusividad de este producto ha de influir por fuerza en un precio tan elevado; naturalmente, la producción es baja en cantidad, artesanal cien por cien y muy alta en calidad. También se llegar a comprender ese nivel de Cuéntase de un visitante a una de las puede precio cuando se examina el paisaje últimas ediciones de la CES de Las Ve- electrónico que hay en el interior de gas que al contemplar las piezas de cualquiera de piezas que inteelectrónica a válvulas MANN hizo el gran el sistema.lasYtres quizás como último comentario de que le gustaría poseer- argumento para intentar justificar esa las aunque no sonasen. También reen principio exorbitante, me cuerdo haber conocido un comentario cantidad atrevería a analizar el siguiente ejemparecido en torno al «Instrumental Hacia 1966-67, es decir, hace más Burmester». Si traigo a colación estos plo: veinte años, la electrónica Mc-lntosh ejemplos y observaciones es porque es- de (previo) y 275 (etapa de potencia) toy plenamente convencido de que las C-22 a costar en nuestro mercado unas piezas Primare entran de lleno en esla venía 130.000 pesetas. Traslademos esa cancategoría de objetos. tidad a nuestros días y saquemos las El erudito e inefable crítico británi- consecuencias oportunas. Debo aclarar co Ken Kessler, al describir este siste- a título de inciso que la comparación momentánea entre Primare y Mcma en el número de marzo pasado de lntosh no ha tenido otro objeto que Hi-Fi News, deja caer la expresión sex appeal, que ya es decir bastante, y los ilustrar una consideración de tipo económico. No he querido significar por comentaristas y audiófilos japoneses y americanos han colocado rápidamen- lo tanto ningún grado de paridad ente a Primare en la misma cima de sus tre ambas marcas, si bien cada una en apetencias. Ha triunfado, pues, el pro- su tiempo han sido consideradas como marcas de éli le. ducto a pesar de que tiene un precio de vértigo. 88 Scher/o Como puede verse por la foto que ilustra este artículo, el sistema Primare viene compuesto por un preamplificador y dos etapas de potencia monofónicas. Hay lujo hasta en los embalajes, que son de una solidez y fortaleza inhabituales. Se trata de un detalle que no todos los fabricantes tienen debidamente en cuenta, lo que se traduce en desperfectos aún antes de estrenar los aparatos. Indudablemente, no sucede esto con el material Primare. Amplias posibilidades El previo ofrece un abanico de posibilidades casi total que se gobierna a través de un espléndido juego de llaves ubicadas en el panel frontal. De lo Único que no dispone es de juego de duplicación de cintas, pero sí dispone en cambio de un eficacísimo filtro de graves y, rara avis, de un comprobador de fase. Este dispositivo deberían tenerlo todos los previos, pues permite comprobar en cuestión de segundos si el equipo está o no en fase sin necesidad de efectuar enojosas operaciones en las entradas de los altavoces. Este previo eminente dispone también de un mando standby para mantener una temperatura constante; no hay pues necesidad de desenchufar el aparato a no ser en periodos muy largos de inactividad. El dispositivo eñ cuestión es capaz además de memorizar algunas funciones del aparato previamente seleccionadas. Realmente, cuando se maneja el previo Primare nos damos cuenta de que estamos llegando al final del milenio. Todo ese complejo conjunto de posibilidades puede ser gobernado a través de mando a distancia que suministra el fabricante a quien lo solicite. Como es natural, lleva una doble entrada phono de imán móvil y bobina móvil respectivamente para su uso con diferentes tipos de cápsulas y en el panel posterior se puede jugar con un extraordinario y sofisticado sistema de ajustes a través de cuatro ventanas o visores a los que se accede fácilmente quitando un par de tornillos dorados que sujetan las chapas de protección. Esta operación se puede realizar manualmente sin necesidad de destornilladores. La primera de las tablas permite seleccionar la sensibilidad para las cápsulas de bobina móvil con un margen desde 0,05 mV hasta 2.0 mV, para un total de diez valores. Puede afirmarse, pues, que cualquier cápsula de bobina móvil puede escucharse de forma muy satisfactoria a través de la correspondiente entrada al Primare. No quedaría completo el sistema de ajustes para la bobina móvil sin un buen cuadro de ajuste de impedancias. Esa es justamente la función de la tabla 2, que permite seleccionar entre doce valores comprendidos entre 2000 y 7.5 ohmios respectivamente. Existen, por ejemplo, de forma taxativa los valores de 10, 30, 40 y 100, que son muy usuales. El valor 100 le va divinamente a las Denon y el 30 a las EMT. De este modo entre el cuadro de elección de sensibilidades y el de impedancias pueden manejarse ALTA FIDELIDAD hasta 120 combinaciones posibles en la escucha en ocasiones problemática de las cápsulas de bobina móvil, lo que hace del previo Primare un ingenio difícilmente batible en este aspecto. No obstante, se pueden establecer preferencias hacia el empleo de pre-pres o transformadores diseñados para los valores justos de una cápsula determinada. Las tablas o ventanas tres y cuairo del panel posterior garantizan la perfecta preparación del aparato para las cápsulas de imán móvil. En este caso, las sensibilidades cpmprenden una escala entre 2 y !0 milivoltios. Este margen tan amplio permite obtener resultados óptimos con las cápsulas Decca, por ejemplo, o las antiguas y soberbias Ortofon SPU que, al llevar incorporado el transformador de bobina móvil, arrojan una sensibilidad de salida muy fuerte de 10 mV; no todos los previos pueden con esta fuerza. En el panel posterior se encuentran asimismo el interruptor de.encendido, una toma de auriculares que funciona excepcionalmenle bien y lodo el juego de entradas que van chapadas en oro. Preampltficador «Primare 928» La conexión con las etapas de potencia puede realizarse a través de un doble sistema, a saber, el tradicional de conectores RCA y otro balanceado a través de fichas Canon. Naturalmente, las etapas Primare disponen del doble sistema y la firma facilita un cable de conexión ad hoc que puede alcanzar una longiiud de hasta 10 metros sin pérdidas perceptibles. No hace falta decir que con la conexión balanceada el equipo Primare se comporta sensiblemente mejor que con la conexión tradicional; ya de por si el cable con los terminales Canon es un objeto de una precisión envidiable. Como puede verse por la ilustración, las etapas monofónicas Primare están diseñadas bajo la misma línea estética que el previo. El panel frontal no lleva más que el diodo indicador de encendido y el logo de la marca y el panel posterior los conectores habituales, es decir, los ya citados de entrada desde el previo con la doble posibilidad normal y balanceada y unos conectores de altavoces de una calidad y envergadu- clara desde el principio; el sistema Primare es básicamente un conjunto. El previo se puede casar con etapas de otras firmas y viceversa, pero los resultados nunca resultan tan brillantes como escuchando las dos cosas juntas. Como casi siempre sucede, el previo tiene un mayor grado de compatibilidad que las etapas, si bien éstas, por ejemplo, han funcionado espléndidamente con el previo Counterpoint SA-5. Escuchando ya el conjunto completo se aprecia desde el principio una extraordinaria musicalidad, cuyo mérito en mi opinión corresponde básicamente al preamplificador como si las etapas estuviesen ausentes. La información espacial constituye a mi juicio uno de los fuertes del sistema. He notado El interior de las etapas Primare es puntos si la orquesta sonase a una maalgo impresionante dentro de su sim- como y con una delicadeza (implicidad; un enorme transformador de yor distancia admirable; esta virtud se agradece alimentación absolutamente silencioso brica escuchas largas. Una de las flanqueado por dos condensadores mucho en escuchas del sistema a través de electrolíticos de cerca de 20 centímetros últimas cajas acústicas AR-LST fue La flaude altura que totalizan un valor de las mágica en la versión de Otto Klem100.000 micro faradios. Los transisto- ta (EMI) y va a quedar como un res son de origen Sanken (patente San- perer de los que difícilmente se bosui) y la etapa va provista de un recuerdo rran de la memoria. En ocasiones la [imbrica del sistema semeja la de una electrónica de válvulas y de las de alto porte sin perder, como es natural, las características de precisión y cordura en los extremos del espectro acústico de los componentes de estado sólido. Quienes busquen el tan en boga sonido espectacular, olviden el sistema Primare y busquen otros derroteros. Este sonido es de una gran finura, sin que ello signifique que no sea capaz de alcanzar grandes presiones sonoras; lo que sucede es que esas grandes presiones sonoras discurren con una enorme fluidez y una claridad más que sobresaliente. Realmente puedo decir sin reservas que dentro de las electrónicas de transistores que conozco verdaderamente de cerca, ésta de Primare está entre las dos o tres mejores. Pongamos que sus competidores más próximos en este terreno sean las producciones de Krell y Mark Levinson y desde luego una selección entre estos grupos sería una tavemilador que solamente actúa en ca- rea muy ardua porque cada fabricante ha dotado a su electrónica de una so de un calentamiento excesivo del auténtica personalidad. No puedo haaparato, cosa que no debe suceder casi nunca, pues he hecho funcionar el sis- cer un elogio mayor sobre todo si se tietema durante periodos de tiempo supe- ne en cuenta que soy un valvulista riores a las cinco horas y los amplifi- acérrimo y bajo este prisma tiene que cadores solamente han llegado a alcan- picar muy alto una electrónica de estazar un ligero nivel de tibieza. Resulta do sólido para que verdaderamente me evidente que los radiadores de refrige- deje contento. La electrónica Primare ración actúan con una gran eficacia da- lo ha conseguido y los 10 días de audido el enorme impulso térmico que des- ciones y pruebas han constituido una pliegan los transistores Sanken. Com- gratificante experiencia. pletemos esta descripción técnica diciendo que las planchas frontales de las etapas, al iguaf que en el previo, son de queda, sin embargo, la sensación aluminio macizo de 4 centímetros de deMe que para comprender debidamente espesor. un sistema como éste y explotar al máximo sus posibilidades han de hacer falta meses o incluso años. Este es un denominador común a todos los comResultados musicales ponentes de gran clase. Se trata de un fenómeno parajelo a la apreciación del Las sesiones de escucha largas y re- gran Sergiu Celibidache cuando afirma confortantes han sido realizadas con la que cuanto mejor es una orquesta, más ayuda de mis componentes habituales; trabajo exige y merece de! director. ya saben: Decca, Thorens, Ortofon, E.M.T., Counterpoint, Marantz, Rogers, AR, etc.. Una cosa quedó muy Alfredo Orozco ra nunca vistas. Esie conector permite el uso de grosores de cable de hasta 8 milímetros. Se trata de una indudable ventaja, dado que permite el empleo de cables de conexión de altavoces de gran calidad. En todo caso, las etapas al ser monofónicas pueden ir ubicadas muy cerca de las cajas acústicas y en consecuencia realizar algún dispendio en cable de alta precisión; aunque el precio sea elevado en términos absolutos la distancia a emplear en este caso puede ser muy corta. Se supone, por jtra parte, que quien puede económicamente acceder al sistema Primare debe poder asimismo emplear cable de altavoces van den Huí Silver o alguna otra joya por el estilo. Scherzo 89 THIEL IMAGEN, TIMBRE, DINÁMICA, DETALLE «Estas pantallas lo hacen todo. La dinámica es un pequeño milagro, especialmenle considerando las dimensiones de la caja. El mensaje sónico suena auténtico, las notas están perfectamente entonadas, dirigidas y controladas con gracia, capacidad dinámica y autenticidad espectral. Ciertamente, éste es un sistema altamente musical.» Revue Du Son. Francia. Noviembre, 1986. «La CS 3.5 es una pantalla excelente, musicalmente auténtica, que produce una gran satisfacción al escucharla. Ciertamente, es el mejor sistema dinámico de la gama completa con el que he vivido.» John Nork. The Absolute Sound. Julio/agosto. 1987. «Musicalmente, el CS 2 es sobresaliente. La imagen y profundidad son excepcionales, y el excelente tratamiento de los niveles bajos transitorios y la dinámica se extiende hasta niveles orquestales mayores y de rock vivo.» Anthony H. Cordesman. Stereophile. Voi 8, n.° 6. SARTE - C/ Padre Jofré, 22 bajo - 46007 VALENCIA IMPORTADOR EXCLUSIVO PARA ESPAÑA DE: ALPHASON; APOGEE, ARAGÓN, ATR, 8URMESTER, CALIFORNIA AUDIC LABS, COPLAND COUNTERPOINT, GALE, ELAC, ELECTROCOMPOINIENT, JETÓN. JPW, KRELL, NITTY GRITTY OEHLBACH, OPUS 3. PRIMARE, PROPRIUS, SVMO, SONDEX, THIEL, VAN DEN HUL, WBT «El CS 2 proporciona una increíble imagen en estéreo, con una asombrosa profundidad. Esta pantalla es la pantalla de elección para el amante de la música que busca un redimiento de auténticos timbres y dinámica.» Revue de son. Francia. Junio 1987. LA EDUCACIÓN MUSICAL EN ESPAÑA La reforma de laenseñanza musical os días 25 y 26 de marzo tuvieron lugar en Vallado lid unas Jornadas sobre la Reforma de las Enseñanzas Musicales organizadas por el Ministerio de Educación y Ciencia. A pesar del título, de estas jornadas fueron excluidos los conservatorios de forma hostil e inexplicable. Sin embargo, se habló de la enseñanza musical profesional, no profesional y en todos los niveles, primario, secundario y universitario, de lo cual se deduce que los conservatorios, que son la raíz del problema y los auténticos y únicos depositarios, muy a su pesar, de la enseñanza musical de todo tipo y pelaje, siguen estando para muchos en el limbo o en la selva virgen. En resumen, las conclusiones fueron las siguientes: A) Enseñanza primaria 1. Hay que normalizar e implantar la música en la enseñanza obligatoria. 2. Hay que dotar a cada centro de ün especialista en música. 3. La especialidad de música debe incluirse en las escuelas de profesorado. 4. Hay que elaborar un plan gene- L ral de formación permanente de profesorado para el ciclo inicial. 5. Las necesidades específicas de la música han de ser delimitadas dentro del área artística. 6. Hay que sensibilizar a los escolares en la música a través de la experiencia y de la adquisición de destrezas básicas. 7. Es necesaria una atención especial para tas escuelas rurales. B) Enseñanza secundaria 1. Es imprescindible la formación musical de los alumnos en la eiapa anterior. 2. Hay que separar la música del resto de las disciplinas contenidas en el área artística, creando un área independiente de música. 3. El área de música tiene que ser normalizada y adecuadamente dotada de profesorado, horario (dos horas semanales como mínimo) y material (aula de música en todos los centros). 4. Es absolutamente necesaria la inclusión de la música en la etapa postobligatoria, en respuesta a una necesidad cullural y a la gran demanda social de música, como una especialidad de un bachillerato artístico musical, como materia optativa en todas las modalidades de bachillerato y como materia específica en el bachillerato de ciencias humanas y sociales. 5. Se comprueba la penosa existencia de numerosas y significadas omisiones, ambigüedades y contradicciones en el llamado Libro blanco de la reformo en lo que a la música se refiere. C) Enseñanza universitaria No hubo conclusiones sobre este punto, puesto que tampoco hubo debate, aunque sí una ponencia muy importante, en la que Emilio Casares explicó detalladamente el proyecto de licenciatura en musicología presentado por el Consejo de Universidades, cuyo objetivo prioritario, tan polémico como criticado, es la formación de docentes que impartan la nefasta historia de la música en BUP. Con la exclusión de los conservatorios, el debate quedó empobrecido, especialmente en lo que se refiere a la Scherzo 91 LA EDUCACIÓN MUSICAL EN ESPAÑA enseñanza profesional y a la formación del profesorado especializado que, obviamente, aunque se dedique a la difusión de la cultura musical, ha de tener una sólida formación técnico-musical que hoy pasa necesariamente por nuestros conservatorios. Esta cuestión, esencial para el futuro de la enseñanza musical del tipo que sea, quedó sin aclarar. Se denunció la marginación y discriminación de la música dentro del sistema educativo y se reivindicó su normalización, aunque sin la presencia de los músicos y de los conservatorios, tales declaraciones resultaron paradójicas e inconsistentes. Una comunicación libre sobre la experiencia educativa de los conservatorios fue rechazada por los organizadores, que alegaron que no tenía nada que ver con el contenido de las jornadas. Constantemente se habló de EOB, BUP, universidad y conservatorios con gesto de espanto misericorde al pronunciar la palabreja, como si estos centros pertenecieran a un nivel educativo aparte. Irma Velasco defendió en una brillante y magnífica ponencia, muy aclamada por los asistentes, la integración plena de la música en el sistema educativo, pero dejó muy claro que los conservatorios eran algo aparte y que no había que mezclarlos. En el fondo se defendió una cuestión cultural antes que educativa: la música como un derecho y una necesidad espiritual del ser humano y como una parte esencial de la formación humanística y de la cultura general. Ciertamente, en nuestro país la música ha estado trad i ció nal mente marginada y eso nadie lo duda, pero no se puede pretender que de golpe y porrazo todo el sistema educativo se responsabilice de un mal secular. La educación y la información de los ciudadanos es algo muy importante, pero en nuestro país se cae siempre en el error, no sólo en música, de un afán humanístico y enciclopedista desmedido y excesivamente teoricista, que al final frustra cualquier proyecto educativo. La música, come otras disciplinas antes operativas que especulativas, sufre las fatales consecuencias de esta inclinación cultural, tan propia de los países latinos. Este afán por culturizar a nuestros ignorantes alumnos se extiende hasta el nivel universitario, en detrimento de una auténtica especialización, y prima la información sobre la educación. Encontrar el equilibrio es difícil, pero conviene delimitar los objetivos de los distintos niveles de la enseñanza, que no se distinguen exclusivamente por una mayor acumulación de contenidos y conocimientos. Es evidente que la formación elemental y la cultura general se empiezan a adquirir en la escuela, en la cual es esencial despertar el interés 92 Scherzo por la música, como por cualquier otro aspecto humano y cultural. Pero... ¿Es deber de la enseñanza secundaria y superior seguir facilitando o imponiendo el barniz humanístico de una cultura general? ¿Acaso no es eso una responsabilidad que debería ser asumida por los propios ciudadanos y propiciada por otras instituciones públicas, al margen de los centros de enseñanza reglada? ¿No deberían los institutos y universidades dedicarse plenamente a preparar a los estudiantes, que ya han escogido su destino profesional, de una forma más concreta, práctica, rentable y adecuada a su integración social y laboral? Pienso que los temores y obsesiones cu 1 tu ralis tas que observo, y que tan profundamente se comprenden y justifican, tienen su origen en lo desastrosa que es nuestra educación primaria y en la convicción implícita de que ello nunca va a cambiar. Volviendo al asunto de la música, creo que de las Jornadas de Valladolid, a pesar de su enorme parcialidad, se pueden sacar conclusiones positivas y principalmente una esencial: Es necesario que el débale continúe con la participación de todos los sectores implicados, que son muchos, por lo que se requiere un gran esfuerzo de coordinación y un plan integral. La polémica no es sólo inevitable, sino además deseable ^enriquecedora. En Valladolid falló ÚT14 buena dosis de autocrítica, especialmente en relación a la historia de la música que se enseña en BUP. Y termino con unas citas de Marcel Landowski (Batallas por la música, resultados y experiencias de una política musical en Francia, Madrid, Ministerio de Cultura, 1984): «... habiendo anticipado ingenuamente que para hacer revivir la música hacia falla que hubierra músicos, fui acusado, con cierto menosprecio condescendiente, de profesionalismo y corporativismo retrógrado (p. 12)». El futuro «... supone puntos de contacto y de colaboración entre las diversas categorías docentes del Ministerio de Educación y los profesores especializados. Es un nuevo equilibrio de toda la pedagogía el que está aún por inventar (p. 136)». Víctor Pliego de Andrés Doktor Musikus L a Universidad Autónoma de Madrid ha convocado unos cursos de doctorado en Música. Bonita denominación que anuncia una mayor consideración hacia la música que la polémica propuesta de licenciado en musicología presentada por el Consejo de Universidades. Pero las apariencias engañan, y esta convocatoria no aporta nada bueno a nuestro triste panorama musical. Los requisitos de acceso son tener una licenciatura y un título superior de conservatorio. Al menos, así los alumnos no serán unos analfabetos musicales, pero ¿es acertada esta duplicidad? Desde un pumo de vista práctico, me da la impresión de que no van a encontrar muchos aspirantes que reúnan tan difíciles requisitos, especialmente en lo que se refiere al título superior de conservatorio, que es un bien tan escaso como cotizado. Es además un grave error pretender y fomentar que haya estudiantes simultaneando dos carreras superiores. ¿Acaso alguna de las dos es poco seria1? ¿Acaso sólo quieren aspirantes superito ratfos? El rigor de nuestros estudios superiores en todas sus especialidades, y muy en especial en la música, ha crecido enormemente en la última década y aún ha de hacerlo mucho más. Es muy importante y deseable, aunque las estructuras no se presten a ello, que los alumnos de grado superior de nuestros conservatorios se dediquen con exclusividad a su especialización musical. Si salen escasísimos titulados de música, es precisa- mente porque en nuestros conservatorios hay muy pocos alumnos que se dediquen prioritariamenie a la música, que suele ser una actividad de segunda categoría. Anle la sobrecarga escolar, la música lleva siempre las de perder. No es lo mismo cursar estudios superiores de música que, con todos mis respetos, hacer los sábados por la mañana un cursillo de chino, papiroflexia, yoga o repostería. Desde el punto de vista académico es absurdo exigir dos títulos superiores para acceder a un curso de doctorado. Además, según una reciente sentencia judicial, contra la que no cabe recurso y que ya ha sido acatada por el MEC, el título de profesor superior de conservatorio está equiparado al de doctor. El problema de los esludios musicales ya no es un problema de homologación o denominación, sino de integración. Para dignificar estos estudios hay que integrarlos en los distintos niveles de la enseñanza reglada, aprovechando los medios que ya hay en los conservatorios y haciendo un gran esfuerzo de colaboración, en vez de abrir, sin contar con nadie, absurdas y estériles vías paralelas, que sólo obedecen a iniciativas y ambiciones personales. E! MEC debería coordinar de una vez por (odas las iniciativas de los diversos estamentos educativos, para evitar todas estas interferencias y rapiñas musicales que prosperan ante su manifiesta incompetencia. V.P.A. H jimio 8 *** » Wipci, Beetbovea, Lúa, ScbCabcrg 19 jomo 8A AJkü 4* lunch*, plH> £u-?rkki S i t a n , dircctv 25 junio M a a r i a l Aadrt* 5ef cpyti . Albura X el Sabio, Wcái. Scirlairi, PofWúcokij, Pujol. Lamo, B a n u Miague, Segcrá. Rudngo ([•<• ^ ^ " ^ í ^ " * 17 MllJ» HhfTifcT*, Dlrpclinr» ArLIitk* n 19 jimia ManrM Aadrta Snnti Surluli, Bacb, Bimot-Mhugaix, Serio. PIHJI*"™ IÜJA p v"K'vi D* I -*Í'' TI T"" 9/10 27 jauto 10 |un» H Í J I U H • FrcaVric M w p n (1 *O -1W7) M - l - n U ClUIK. i i | M l Alfcl» * I«>™ka. pie** Frederic Moapou: obra» para piaoo, w y puno =+-ar TV « a u n « U Caolr Ful HUUn. dlrtcUr Aiw PirT Fmfii *egta Sí» Joan 4A iljmuo de lo* Cana, rtiy B U T I / [ > H H > ^ Nüdurao. FlilJl • • • • / U t H l r r f t l r i n Vllllc AJí*a*Jj/ ( P i D B U I cUftn cu Eton^il 11 28 ¡ n í a HA 28 junio 2joUo 15 16 3 julio Batel id Cna Tut» * O—1« Fruto/Alio: f í k/ de F i n i i Mihki/Aiiiz AiUficOa CuBrtcta OrlHd* •nidni MIIIIMI. i Benbovco. Bnllea, Moun i A 18 19 GIMfcer IbcMv, danH-Cuuv Mabler: SiaKMa i 1 1 4 julio Nochf éi FliMiin FUIMENCOESAI FLAMENCO ESA FOKMA DE VIVIR 6 julio XIX CURSO MANUEL DE FALLA CONCIERTOS V RECITALES ItfeBDrial AndrfB Stt**1* 4lkk» DUi. luliam Pvicc, MIHCBD Tocirtia, Cauclnumv-Tcdcuo. JoU Lab Tuf*. C u d í Romio. DuráA-Lori^, de h» H a n , de I* Cruz, Gurdo, I M. USpcz (Compaui«u upiAalu de koy) Afccmi. Scfptü, VUUIobw Civbetta, ABÚHÚD» [ Q ¿ £ 12 ni» 29 jauta 5A 12 A riiiTml l i T I I ' • JeaÉa U a n C i t a « • « • « Toldrt. F.IU. Dunak rul HUhr. . P-™. 25 JUDÍÚ U I I I É Filan TaiMán | i " DovIaHj. BacL, RIDDUÍ, GaaaH. Patvini. Dowfud. BrincD. LcpÉiaá. p«cc • EJfi Í K S 13 30 junio JiUu Inu, p l m ) h^ NÉívíti, DowUld, So., Rv)H«D 13 A 14 -intr'i íiirinii •mi QiaWH l u n a de k Ci—aldad Emaea 1M>MM,i<».lilMilantaáa,dM. 11*111 nmiil. lili T u l l í a n , cfcwt r «nd» 3 julio FnKbcd Jfcvkr IATB, dkncUr Cutio Ifcaffko grrcotiw Í •íoJunbe MKA U D O H U de Bteias cuMJoki fJniitni Juu J«* Kvr. JtawlOT AUcnw X el Stbia, M m ^ r t , C W e u de Di*. Aaoaim« (Difoiiúa dd IIIIMOUÍÜ •HÍaJ cqnAol) 5 julio GHálln* G«utkx. ptaH lUEfBci. FiIU, DrbEur. JUvtl. Al*x* (MÉticj HfwAota y enrofiea de • Fatríck Cahea, piaBa Coapuidoaa ^ áfrefba de Miaael Ctmo Candal Faadialdimtjlm Faj< ttlM *J ftii TnWfcCl»ili • ArticTu»! 1 joto Beakon «aKanaMuHliliTala i * Tt; MiM. > EXPOSICIONES. COWEKENOAS. VIDEOS. Hífck, BoccieikJ, M a n R u c m de localidades c iofonnación: Eo la sede del Festival, C/. Gracia, 21 - 4. a piso 18002 Granada Apartado de Correos, nám. 64 18080 Granada Telfv: 26 74 42-26 74 43-26 74 44-26 74 45 Telac 78449 (ucg e Horario Taquilla (a partir dd 16 de Mayo): de 10 hr*. s 14 hrs. y de 17 hn. • 19 his. MIMSTFPIO DF CUI ruRA DIflíTACHW FAOVINC1AL DE GRANADA AVUNTAMIEfJTO DE CHANADA ORQUESTAYCC DEE TEMPORADA Orquesta Nacional de España Jesús López Cobos Elubrih GIM*. «kiiH 5 Coro Nacional de España Directo- JESÚS L ó p e z CODOS M 2 6 Orquesta Nacional de España D.ít£i« Jesús López Cobos 3 7 D,™*» >4ourt Suifon4 CoKtnAIHX ptn viDln. vii>l« y o i q t W cu M. M U * ¡H H I M H - SnlnaM núv 5 en Do vamifo ninur ). IB 11 H M » IW Waher WeDer • v r > Taska Ift 17. . J6 J7 Nairafc* n w Rafael Frtthbeck de Burgos Ccrpd C^TMi en Srwilk R^FV^Ú rvnnfuesi p u l piuo y o ^ i o i i ' £• tiQ° prddi|D READ * ddcrmnu Odor Orquesta Nacional de España n'khi Hiroluuni 9 Orquesta Ciudad de Barcelona Duron- Fraitz-Puil Decker CDflACno p m pune y «Hqi^da Dúm I en Mi IKDQI, Op. 11 8 ata, 11 Soloui te» OWnkb, vto*k Vilst OMrnkk, rtob tflicerio pan [rapa y orquoDI nim 2 « MJ Martí Oran. Orquesta Nacional de España : Edmon Colomer • OwcienD J H I I upa y vqueo» dr n o d t ti I I 13 Nctotatn rtt| Orquesta Nacional de España Coro Nacional D,,KK. Víctor Pablo Pérez 4 WalterWeller 4 \ B V^mt-í PH Soluta. *nn# SopMe Mufifl. >total Haydn ' Siflltmíi num W) en Lta mjyor "El diSftiflo" Mazarí * Codoenc pá» nolir « arqdob num. J en Rfl niijiw K 211 kivMak* Condeno p i n «Otan y acqurU Di ftí Hiyof " Agón ZO, 21. U EMBO \tift Op. II Ohiuiia y ™ * del "S«ao de um vete dr can vnbn * orquflLl en Mi moni. Op b* flijffl l m Li mena. Op U "EfCOWl" 10 1988/89 12 Orquesta Sinfónica de Bilbao outcior José Ramón Encinar Airiígi Obenim de ' U * s d i t u E a n ^ n Cnaaefio pan [« Smiinik* Sirfcntf en De 13 Coro Nacional de España DuEctor Jesús López Cobos Mourt W M J Dún ÍB ni RE m y v , K. MH -Prap1 • P»™ oboe y urquna en Do mayor, I » Salmo XITI Onjuesla Sinfónica de Euskadi Gabriel Chmura 14 Dicccor Jesús López Cobos Sdaiu Pe C(rB«lVi p i n vKdu» y v q i x t f tt RE n i r v , Op. 77 á DÚOL S en Si bemol naynt. Op- ICO CcnXno pan <ruHn. p u g y onJUHll en Ac rnení* iim. I. Op. 39 (O Mi nX«f p i n rálorchtk» y oiqu ira j \o NACIONALES PANA LVANCE PROGRAMAS 15 Durciar Isaac Karablchevsky CHU Strmm _*n tucrda, Op 11 Finlud país puna y o i q u m "Hommic • Wih Donty" Vd» de heme. Op 40 16 Caro Nacional de España Carlos Kalmar 20 lUfad OTOMO, p á » MtHi Obnlüni de "Lu bedü Jr fig en La irviHir. (*'* pianu v otquru* Op 54 4 r- (Jo marot 21 uimín, Olmar Suitner Fruik I Concuna |ílniolin i nqdnUfp Hr TPÍIHI Op i ! Smlaili núm 1 « . M. mivo. - H iinunlici" Rato i El^v Otmar Suitner SdiUi 17 Gerd Albrecht 22 rVokoAii Coro Nacional de España Víctor Pablo Pérez 5unc ' T i r i r ú Klji". Op. V> Sinr are • Tí D n m , Op 103 23 »e^r WaherWeller Coro Nadonal de Dinuor Richard Hkkox SSUB A< • K * )>nto « r - S u Juu. BWV 1 19 d Hfen I. T Abnl l « 9 Moun •mífcnw Cunaenc p*ci ••taim \ vqueiu nüm i ea Li míyot. K IL9 34nk*J ílúfll ' cu Re rníilfir 24 Diwmr Watier Wdler Kmi H. Cristóbal Hallfter a pv> d « P4Di * Cánamo p i n virdcfichch] y cmjiíali nún ? •mfcinq CULTURA 26 Solnu. II, H Mifi HW COTO Nacknud de España Jesús López Cobos • Obeniin de " Condeno p i n viotta y oiqucaa mba. 1 a ftf n o u t Jesús López Cobos M t o b M n M M I I ' Preludie wiknM» p t n un|uaa IE76 ' C D H K I U ] p i n mioaclick] y otqucu en Sol • C W W Ú "Dr U nuene y la dúnodli'' (vtnión pan Drquou c S<n(iHk* o u n ieeFa nuyot. Op 90 ,j * "Da TtauffifVií' (EAUH L8 n^ifa •nek PAann-ScftD«fe«Tt * Conomo p i n viúJcnrbtlo y ocqucsU ED MI Hodaly * Pulmia Hungancui - T e Dmin 25 b4n*onii nún. 8 en Fi nnyoi. Op «3 • Primer» v e por U ONE ** Estreno itsolulo La próxima temporada 1988-89 de la Orquesta y Coro Nacionales de Esparta tendrá lugar en IB nueva sala de conciertos, ubicada en la calle Príncipe de Vergara de Madrid. Con el fin de informarle adecuadamente respecto a la obtención de abonos y localidades para dicha temporada, le rogamos nos envíe sus dalos a: DEPARTAMENTO MUSICAL DEL INAEM MINISTERIO DE CULTURA Plaza del Rey, na I, planta 3.28004-MADRID Este avance de programas es susceptible de modificación DANZA Cinco días de trabajo Alicia Alonso: Lecciones Magistrales. Teatro AlMnü. Del II al 15 de abril Profesor asísteme: Orlando Salgado. Con Ivonne Lemus y José Carrefto (bailarines del Ballet Nacional de Cuba). Pianista acompañante: Carlos Faxas Organizado por el Instituto de las Artes Escénicas y de la Música {INAEM; en colaboración con el departamento de Actividades Culturales de la Comunidad de Madrid. l tiempo se fue volando. Para unos muy lento, para oíros ha sido corto. Lo cierto es que las clases de Alicia Alonso en el Teatro Albéniz han dejado un sabor de intensidad y de entrega al quehacer diario del ballet. La mayoría de los asistentes insistía en que el tiempo estipulado se pasaba rapidísimo, y cuando Alicia preguntaba qué hora era, nadie quería irse, pues era precisamente entonces, después de la clase y de sus explicaciones, cuando el público había entrado en calor y en materia. Las clases se han desarrollado según el plan previsto, aunque en la práctica se comprobó que el ciclo debió ser más espaciado. Pero ésta ha sido una primera experiencia, una rica iniciación en el terreno de la profundidad balletística. Este apretado programa perseguía tejer un fresco de diferencias y comparaciones que invitaran a la reflexión e incitaran a la investigación. Era una experiencia inédita. En España no había precedentes de una actividad similar. También es la primera vez que Alicia Alonso imparte un curso así para alguien que no fuera sus bailarines del Ballet Nacional de Cuba. Los bailarines que tuvieron la suerte de subir a las labias y irabajar directamente con ella, han gozado de un verdadero privilegio. Entre los oyentes hubo, por lo general, más entusiasmo que entre los activos. A la salida de las clases se formaba una verdadera tertulia balletistica en el vestíbulo y los alrededores del teatro. Hubo unos 140 oyentes venidos de toda España. Hubo observadores llegados de Estados Unidos, Bélgica, México, Cuba y Francia. Sobre la escena, 17 bailarines, 15 españoles y dos cubanos. Los españoles procedían del Ballet del Teatro Lírico Nacional de La Zarzuela, entre los que se encontraban Arantxa Arguelles, Carmen Molina, Ricardo Franco y Antonio Castilla, que llegó a la tercera clase, adelantando un viaje de trabajo que realizaba por Norteamérica. Entre los oyentes estaban los profesores del Conservatorio de Madrid, y maestros de toda España, además de estudiantes de ballet venidos de toda la geografía española. E 96 Scherzo Proceso de Ira bajo La experiencia tenía para los activos una parte dura. Exponerse a la crítica de unas 150 personas que no miraban una función de ballet terminada, ensayada y pulida, sino el proceso de trabajo, con todos los comportamientos que implica. Este factor produjo una cierta tensión entre oyentes y activos que poco a poco se venció gracias a la genialidad de Alicia, que creó admirablemente una atmósfera distendida, relajada, casi de camaradería. Este detalle es lo que en cierto sentido justifica caras muy serias, gestos de disgustos y hasta de fastidio que pronto desaparecieron dando paso a la acep- tación de la labor de la bailarina experta que, con amor y sencillez, transmite todo lo que sabe. Esto es muy importante en este caso. Muchas bailarinas, tan maduras y sabias como Alonso, no han tenido el detalle y el deseo de legar a las generaciones venideras su sabiduría. Algunas ya han muerto llevándose a la tumba sus secretos, otras viven y prefieren reinar en su estréllalo sin sentir, interiormente, la necesidad de enseñar y sembrar en los jóvenes talentos su saber. Y hasta hubo en estas clases su momento de tensión. Un pequeño incidente protagonizado por el solista Daniel Alonso, del Ballet del Teatro Lírico Nacional. Alicia Alonso mandó a los chicos a hacer un ejercicio deportivo en el suelo, planchas que fortalecen el torso y las espaldas. La bailarina explicó muy claramente la necesidad de hacer diariamente una intensa práctica de estos ejercicios para facilitar las cargadas y frecuentes elevaciones que el bailarín debe hacer a la bailarina. Desde el palio de butacas hubo algunas risas al ver a los chicos subiendo y bajando el cuerpo al son del piano. Daniel Alonso abandonó el ejercicio y el escenario, para regresar poco después a pedir excu- Alicia Alonso en el Teatro Albéniz de Madrid. VOTO: CASTAÑAR DANZA sas personalmente a la bailarina cubana, lo que fue elogiado por toda la sala. Pero esto apenas fue una sombra pasajera sobre un trabajo que resultó brillante desde todos los puntos de vista. Alicia Alonso entendió inmediata y claramente las necesidades de nuestros jóvenes bailarines. Después declararía repetidas veces que vio talento y grandes posibilidades, incluso llegó a sorprenderse de algunos ejercicios, notablemente bien ejecutados y que, por lo general, hoy los jóvenes olvidan. Su insistencia en los detalles de estilo se hizo patente en las cinco lecciones. Este ha sido uno de sus caballos de batalla en toda su carrera, el mantener las correctas diferenciaciones entre estilos, verdadera base para mantener la riqueza del repertorio tradicional, y única manera de no hacer monótona la interpretación de los clásicos. Las clases preliminares a las explicaciones temáticas de Alicia fueron impartidas por Orlando Salgado, primer bailarín del Ballet Nacional de Cuba y actual partenaire de Alicia Alonso. Salgado hizo unas clases que progresivamente ganaron en complejidad y riqueza, mostrando las claves del trabajo ordinario en la escuela cubana de ballet. Todas estas clases estuvieron supervisadas por Alicia, que se encargó de hacer unas muy atinadas correcIvonne Lemus y José Carreña, bailarines del Ballet Nocional de Cuba. Arriba: Orlando ciones. Salgado, primer bailarín y profesor asistente. En la sala había todo el tiempo un FOTO: CASTAÑAR silencio reverencial. Una profesora de Barcelona comentaba que no era fácil darse inmediatamente cuenta de lo importante de estas clases, y de lo que podían significar, más allá de lo l viaje de Alicia Alonso ha servido para comenzar unas amplias conversaciosimbólico, para una apertura de la dannes con los directivos del Instituto de las Artes Escénicas y de la Música za clásica española hacia nuevos hori(INAEM) que pueden desembocar en un amplio protocolo de cooperación enzontes. De hecho, el viaje de la Alonso tre el Ballet Nacional de Cuba y el Ministerio de Cultura español. ha sido una especie de revolución poAlicia Alonso ha sostenido varios encuentros con José Manuel Garrido Cuzmán, sitiva en todos los que tienen que ver director general del mencionado instituto, y Juan Francisco Marco, subdirector de con el universo de la danza. Durante esMúsica y Danza del mismo organismo donde se boceto un intercambio que tiene dos tos días en Madrid no se habló de otra puntos muy atractivos: la implantación de la danza española en Cuba y un intercamcosa. La moraleja principal está en una bio de maestros y bailarines donde cada una de las partes aportaría lo mejor de su alerta hacia el rigor, al trabajo consespecialidad. ciente y a la necesaria búsqueda de una Una de las sorpresas han sido las declaraciones de Alonso respecto a su recién identidad dentro del baile. fundada escuela y compañía de danza española en Cuba, con el propósito de rescatar las danzas y coreografías tradicionales de la escuela bolera, y devolverlas a la escena En la clausura, que tuvo lugar en el en todo su esplendor original. Alicia ha declarado: «Quiero que sean lo más fíeles mismo teatro, se exhibieron unos fragque sea posible a los originales, que en Cuba se bailen con rigor, sin mixtificaciones. mentos de filmes de Alicia Alonso baiEl foIclore español es quizás el que más ha aportado al enriquecimiento de pasos del lando en diferentes etapas de su ballet clásico. Esto es algo que no puede olvidarse fácilmente. La escuela bolera es carrera. Bravos y aplausos se sucedieun patrimonio universal que todos debemos contribuir a conservar». ron durante esta velada, que se coronó Entre los planes de Alicia está que se monten ballets como El Sombrero de Tres con un legendario y admirable Cisne Picos y El Amor Brujo, además de ahondar en el flamenco, que en Cuba se llegó Negro. a bailar muy bien en las décadas anteriores a 1950, perdiéndose posteriormente. Un puente transatlántico para bailar E R.S. Roger Salas Scherzo 97 identidad, son pruebas de la gran cosecha que (antas semillas norteamericanas vienen dando. Se trata de cinco músicos daneses que han sabido madurar el mensaje que les dejaron sus ídolos y darle un sello muy personal y convincente. De la misma manera urge hablar del francés Martial Sola!, del italiano Giorgio Gaslini, del británico Stan Tracey, del sueco Per Henrik Wallin... todos pianistas que en su madurez han llegado a la consagración internacional y que siguen casi desconocidos aqui. Otra vez será. Porque, en el justo momento de redactar esta crónica la llegada de un paquete de Francia hace virar su orientación. Recordando una vaga promesa del verano pasado, el amigo Francís Paudras me envía su gigantesco libro —La Danse des Infideles— sobre el maestro de los maestros, Bud Powell, y todo lo demás no tarda en desvanecerse ante semejante monumento. A la hora de la verdad, ningún pianista nos ha emocionado más que este neoyorquino de color que hizo vibrar como nunca el jazz en los años 40 y 50, y cuya obra représenla lo mejor, lo más puro y durable que ha dado nuestra música hasta la fecha. Nadie escapará a la honda emoción que produce este libro que, en sus más de cuatrocientas páginas profusamente ilustradas, cuenta la vida turbulenta de un músico que en su breve existencia (1924-1966) hizo estremecer al piano del jazz impregnándolo para siempre de su mensaje. Sobre esta tragedia del siglo XX construyó Bernard Tavernier su gran película Round Midnight, en estrecha colaboración con Paudras que estableció una fuerte amistad con el protagonista. Estuvo cerca de él durante la larga y dramática crisis que oscureció los últimos aflos del más lúcido y creativo intérprete del bebop y le condenó a un doloroso aislamiento mental. Sin la generosidad de este aficionado ejemplar, la obra de Bud Powell hubiera sido mucho más corta y limitada. La fuerza irresistible, la enorme capacidad de improvisación, el profundo e inconfundible lirismo de este virtuoso se encuentra en las grabaciones que efectuó para el sello Blue Note entre 1949 y 1958. Medio centenar de interpretaciones que ahora se hallan agrupadas por orden cronológico en la colección que acaba de publicar Másate Records cuyas lujosas ediciones, magníficamente cuidadas por Michael Cuscuna, son un auténtico deleite para los coleccionistas. La lectura del gran libro de Paudras nos manda directamente a la audición de esta larga serie de piezas magistrales que constituyen en su conjunto un capítulo emocionante y decisivo en la historia del jazz moderno —sin duda una de las mayores delicias que nos ofrece la música contemporánea. P or sobrados motivos es una obligación volver a hablar de pianistas. Aún lecordamos los magníficos momentos de McCoy Tyner, Barry Harris, Chick Corea, Kirk Lightsey, Mulgrew MiUer y Joachim Kühn durante el festival de noviembre. Luego vino el gigante Randy Weston, y también estuvo por aquí Don Pullen. En el mes de febrero Tele Montoliu dio un memorable recitan en el Teatro Real incluyendo su Monkiona Suile que fue transmitida en directo por Radio Nacional —todo un gesto. Y dentro de poco, al llegar estas líneas a los lectores, nos habrá visitado el genial Paul Bley, dos décadas después de aquellas noches que causaron impacto en el añorado Whisky Jazz Club... ¿Por dónde debo empezar? También me parece importante hablar de mis descubrimientos durante una reciente estancia en Copenhague. Atli Bjom, Thomas Clausen, Jan Kaspersen, Niels Thybo, Niels Lan Doky son algunos casi exóticos nombres que no dirán nada a nadie aquí, pero que ya tienen peso por el norte de Europa donde el jazz goza de fuertes y sanas raices. Las últimas grabaciones de este quinteto de teclistas, muy diferentes entre sí y cada uno con propia 98 Scherzo • * * • • - • • — Ebbe Traberg hrancis Paudras. La Danse des Infideles. Les Edilions de l'Instanl. 1986. 410 páginas. 395 Francas. 150, me dtí Faubourg Sainl-Anloine!Passage de la Boule Blanche. 75012 París) The Complete Bud Powell Blue Note Recordings. Mosaic Records MR5-II6.Í45. (197Strawberry HUÍAvenue. Starnford, Conneclicut 06902. Estados Unidos/ PIANO S M lili VJT pETROF TI! CHERNY WEINBAC AL SERVICIO ÍRMj DE LA MÚSICA REAL MUSICAL CARLOS III. 1 (Frente al Teatro Real) Tels.: 241 30 09 - 241 31 06 28013'MADRID Madrid, 9 y 10 de Junio La Flauta Mágica Opera en 2 actos, KV 620 Libreto: Emanuel Schikaneder Música: WOLFGANG AMADEUS MOZART TEATRO ALBEN1Z Jueves, 9 de Junio de 1988, a las 20 h. Reparto: Sarastro, Sacerdote de Isis Tamino. Principe Oriental Narrador La Reina de ta Noche Psmina, su hija 1.* Dama 2.' Dama 3.' Dama Paoageno, pajarero Papagena, Amada de Papageno Monosiatos, Mora 1." Sacerdote 2" Sacerdote 3." Sacerdote 1 •' Guardián 2° Guardian 1 . " Muchacho 2." Muchacho 3 . " Muchacho Josef Frakstein Jerzy Knelig Bogumií Jaszkowski Jotania Zmurko Anna Mackowiak Zona Wrtkowska Ewa Ignalowic; Barbara Nowicka Lidia Juragek Adam Krus/ewskt Ewa Fraksiein Andnej Pslrvka Jerzy Mahler Andrzáj Jaworski Bogumi Jasikowski Andrzej Jaworski Jer;y Mahier Joan na Zidínska Anna Niedziollo Miroslawa Kacpfzak Director Musical: RUBÉN SILVA Escenografía: RYSZARD PERYT Decorados: ANDRZEJ SAOOWSKI Orquesta; THE WARSAW SINFONIETTA Coro y Solistas de la Opera óe Cámara de Varsovia Director del Coro: Josef Bok (Cantado en alemán) Opera de Cámara de Varsovia Director Artístico: STEFAN SUTKOWSKI Las bodas de Fígaro Opera en 4 actos, KV 492 Libreto: Lorenzo de Ponte Música: WOLFGANG AMADEUS MOZART TEATRO ALBENIZ Viernes, 10 de Junio de 1988, a las 20 h. Reparto: Conde A Imaviva Jsrey Man fe: Condesa Rosina. su esposa Alicja Stotvakíewicz Susana Anna Martowak Fígaro, sirviente del Conde Josaf Fraksrein QueiLibJn, Paje Zofia Wrtkowska Marcelina i Barbáis Nowicka Doctor Bartolo. Médico de Sevilla Edward Kmiciewici Basilio, Maestro de Canto Ztlzislaw Nikoden Antonio, Jardinera Bogumil Jaszkowski Barbar™, su hija Joanna Seíinska Don Curao, Juez Andrzej Jasjkowski Director Musical: TOMASZ BUGAJ Escenografía: JITKA STOKALSKA Decorados: LUCJA KOSSAKOWSKA Orquesta: THE WARSAW SINFONIETTA Coro y Solistas de la Opera de Cámara de Varsovia Director del Coro: Josef Bok ICantadoen italiano) Opera de Cámara de Varsovia Director Artístico: STEFAN SUTKOWSKI Opera de Cámara de Varsovia L a Opera de Cámara de Varsovia continúa la larga tradición de la edad de oro de Is ópera en la capital polaca. La Opera Real Italiana fue fundada en 1628. siendo la primera compañía estable que ss presentaba fuera de' Italia. V se especializó en grandes espectáculos, óperas de Cámara y todo lo relacionado con la escena operística. l a principal idea de Sletan SutkowsKi. director actual de la Opera de Cámara de Varsovia, al hacerse cargo Se la compañía en 1961 fue la de crear una agrupación dedicada delusivamente a este tipo de repertorio da eamata. Su primer montaje uLa Serva Padrona» de G.B. Pergolesi, constituyó un rotundo énito. En 197! se unió a la Compañía un grupo Oe entusiastas músicos jóvenes, dirigidos por Stefan Sutkowski. En el mismo afio, gracias a sus méritos, la Opera de Cámara de Vatsovia consiguió la protección oficial del Estado Polaco, convirtiéndose en una institución autónoma, con dirección, personal y presupuesto propios Todo ello do nuevos Ímpetus a la compaSia v le permitió preparar un gran número de estrenos, como por ejemplo «La Canterinan de Mozart, uBastien y Bastienna«,•«Cosí fan futre», «Arianna» de Peigolesi, uPigmalton» de Orlandini. «II stgnor Bruschinoii de G. Rossini, y otras. La Opera de Cámara de Vareovie patrocina varios programas de música antigua, dramas litúrgicos medievate en iglesias, y tiene bajo su protección una Compañía de Arte Mímico y un Teatro de Opera de muñecas. No es única menta una compañía de Ópera; sus funcionas están encaminadas a cultivar el teatro y la música antiguos.: Diferentes compositores polacos como Bloch, Mluszczak y Sikora han escrito óperas para esta compañía. Sus grandes ménios artísticos han permitido que la Opera de Cámaia de Vaisovia sea aclamada no sólo en Polonia, sino umbién en toda Europa y Estados Unidos. Ha realizado giras artísticas por Holanda. Yugoslavia, Rumania. Hungría. Checoslovaquia, Alemania Democrática. Alemania Federal, Italia. España. Suecia, Suiza, Austria, Ftan cía, Estados Unidos y Turquía, presentándose en los Festivales más prestigiosos; Montreux, Newport, Barcelona, Halle. Budapest, Sicilia, Boruga un, Dresden, Berlín, Roma, etc. La Opera de Cámara de Vaisovia ha grabado catorce discos con las mas prestigiosas compañías europeas. : r —|PRECIOS¡ Abono para las dos ¿peras A 18.000 Pts.). 8 16.000 Pis.l. C (5.000 Pts.l. D 14.000 Pts.) E (3.000 Pe.I. F (2.000 Pts.) A la venta a partir del dia 3 de Mayo Taquillas del Teatro Albéniz, Redacción de Scherzo y en todas las secciones de discos de El Corte Ingles Abono paratossuswiptores de la revista SCHERZQ A 17.000 Pts.). B 15-100 Pts.). C [4.300 Pts.]. D 13.400 Pts.l £ 12.500 Pts.). F 11.700 Pts.l . A la venta en las oficinas de SCHERZQ, para los suscriptores de la Revista, durante el mes de Abril Entradas suertes para cada ópera a partir del 20 de Mayo de 1.500 a 5.000 Pis. Información: Revista SCHERZO, O Marqués du Mondéjar. 11, 4." C. Teléfono- (911 246 7622 Organiza S Pal rocina REVISTA DE MUSKA Con la colaboración de: Comunidad de UAMMad i id CEAC MINKTER» Oí CUUURA