Economía venezolana 2001-2011: apuntes críticos

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Economía venezolana 2001-2011: apuntes críticos
Selección de artículos publicados en El Libertario 2001-2011
Es imprescindible que una publicación como la que editamos, interesada en analizar críticamente la
realidad venezolana, se ocupe de los temas económicos en sus diversas dimensiones. Por ello, hemos
dado cabida en nuestras páginas a reflexiones que permiten ir construyendo un enfoque alternativo y
radical sobre el asunto, a contramarcha del discurso habitual que proclaman neoliberalismo y
estatismo, las dos caras de la opresión capitalista.
He aquí una compilación de lo más relevante que se ha expresado en nuestro vocero en torno a este
tópico, sobre el cual también recomendamos revisar el dossier "Petróleo y Venezuela: voces
alternativas". La lista de artículos es la que sigue, indicando título, autor, número de El Libertario en
que apareció, año y página de este “dossier” donde ubicarlo:
Pag.
- El genio maligno. Pedro Pablo. # 24, 2001 …………………………………………………….. 2
- Carta a mi periódico favorito. Mariana. # 32, 2003 ………………………………………………. 4
- Más allá del Referéndum. Redacción. # 39, 2004 ………………………………………….…….. 6
- Mucha espuma y poco jabón. Mariana. # 41, 2005 ……………………………………………….. 8
- El socialismo chavista. Pedro Pablo. # 42, 2005 ………………………………………………... 11
- En Venezuela el ALCA se llama IIRSA. Redacción. ALTERFORO, 2006 ……………………. 14
- Entrevista a María Walter sobre la “nacionalización” eléctrica. Pepe el Toro. # 50, 2007 …………… 16
- La situación agraria en Venezuela. P. Hernández Parra. # 50, 2007 ……………………………... 18
- Boliburguesía. D.A. Rangel. # 50, 2007 ………………………………………………………... 21
- Puerto Bolívar: Más carbón de Venezuela para el Imperio. L. Portillo. # 50, 2007 …………………... 23
- De Venezuela saudita a Venezuela palestina. Pedro Pablo. # 51, 2007 …………………………… 25
- Moneda comunal: ¿mami, qué será lo que quiere el “zambo”? Mariana. # 53, 2008 …………………... 26
- Editorial. # 56, 2009 …………………………………………………………………………. 27
- L@s de abajo pagaremos lo que arriba derrocharon. Charlotte. # 56, 2009 …………………………. 29
- Inflación y reivindicaciones. D.A. Rangel. # 57, 2009 …………………………………………….. 30
- Las medidas de Chávez. ¡Viva el atraso! D.A. Rangel. # 58, 2010 ………………………………... 31
- El misterio del viernes rojo. Charlotte. # 58, 2010 ……………………………………………….. 32
- D.F. Maza Zavala (Entrev.): “Este gobierno ha profundizado el capitalismo de Estado”. Redac. # 58, 2010
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- La crisis: entender causas, determinar responsabilidades, avistar salidas. Redacción. # 58 (Separata), 2010 … 37
- ¿Qué hacer en la Venezuela de hoy? D.A. Rangel. # 59, 2010 ……………………………………. 39
- La estafa del crédito chino. P. Hernández Parra. # 61, 2010/2011 ………….……………………. 41
- Hugo, el ora(n)te. Charlotte. # 62, 2011 ………………………………………………………... 44
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El genio maligno
PEDRO PABLO - [# 24, septiembre-octubre 2001]
Una de las más famosas imágenes del pensamiento filosófico moderno es el Genio Maligno, creado
por Descartes en sus Meditaciones Metafísicas. En pocas palabras, dentro de su argumentación en
contra de la fiabilidad de nuestras creencias y la necesidad de buscar la verdad, Descartes imagina un
poderoso Genio Maligno que, a diferencia de Dios, es malvado y se ocupa de engañarnos en cada
una de las cosas que creemos. La conclusión del filósofo es que, al menos por prudencia, debemos
suspender el juicio hasta tanto no podamos establecer la verdad de nuestras creencias, porque
siempre está el Genio Maligno haciéndonos creer lo que no es. La ventaja de los grandes pensadores
es que siempre nos arrojan luces para entender lo que nos está pasando, y lo que nos ocurre ahora en
Venezuela es que estamos frente no a uno sino a varios Genios Malignos, entes poderosos que
quieren que creamos lo que no es. Darnos cuenta de ello es el primer paso si queremos encontrar
alguna salida, porque ya lo decía Platón, estúpido no es el que ignora la verdad sino el que ignora que
no la tiene.
Genio Maligno es el Estado con su gran vocero el Comandante que, cadena tras cadena, pretende
que vivamos en el permanente engaño de su robo-lución, creando e imaginando escuálidos enemigos
internos y externos cada día, que sean como el hueso que le dan a los perros cuando no hay comida.
Porque comida, eso si que no hay, al menos para la mayoría porque hay un grupo pequeño, de
muchos militares y unos pocos empresarios, que se están llenando como nunca. Un Genio Maligno
que pretende hacernos creer que esto es la vía a una sociedad justa e igualitaria, cuando tenemos lo
más opuesto a una democracia participativa y protagónica que haya vivido Venezuela desde 1958,
con todo el poder concentrado en una persona. La situación es tal que muchos son los que opinan
que eran más escuchados ¡¡¡con los partidos políticos!!! Claro, esto vale si Ud. no es oficial de la
Fuerza Armada, que actualmente es el único cuerpo realmente deliberante en Venezuela y que en
verdad se está poniendo las botas en todos los sentidos.
Genio Maligno son los empresarios, que pretenden que les creamos que son abanderados de las
libertades perdidas y se encuentran oprimidos por este gobierno, cuando durante años han vivido del
Estado y de las regalías petroleras. Curiosamente, esta robo-lución nacionalista mantiene la libertad
de mercado, y resulta que la mayonesa mexicana, el vino chileno, el queso holandés, la ropa interior
colombiana y las franelas chinas son más baratos que los productos nacionales, una muestra de la
ineptitud empresarial para ingresar en el capitalismo moderno, pues lo que han hecho toda la vida es
chupar de la teta del Estado. Porque es increíble que los altos precios de los productos locales sean
por los cuantiosos salarios que reciben los trabajadores, ya que un especialista en computación gana
en cualquier lugar del mundo 10 veces lo que gana en Venezuela, y los obreros perciben en un mes lo
que en EE.UU. por 3 días. Detrás de la defensa de la libertad, los Genios Malignos de la empresa
ocultan que ahora no tienen tanto para robarse del dinero del Estado porque los militares les dejan
menos a ellos.
Genio Maligno son los medios de comunicación que siempre han vendido sus páginas y espacios al
mejor postor (¡díganlo ahí Cisneros, De Armas o Miguel Henrique!) y ahora quieren presentarnos
una trayectoria inmaculada de defensores de nuestros derechos. Denuncian lo que les conviene (¿Por
qué no publicaron la carta que enviaron los intelectuales latinoamericanos a Chávez?), nos mantienen
en el debate estúpido que propone el gobierno, carecen de líneas claras de interpretación y se agotan
en la inmediatez del momento. Protestan de la insensatez de haber elegido estos mandatarios, cuando
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durante años hicieron lo posible para embrutecer a los lectores y televidentes con la pobreza del
contenido de sus mensajes. (¿Qué pasaría con Marta Colomina, ex directora de Venezolana de
Televisión y acusada de mal manejo de fondos, si no existiera chaveganga?)
Genio Maligno es la Iglesia, porque mantiene una actitud camaleónica, con obispos a favor y en
contra de la robo-lución, con mensajes a favor de la liberación y de los pobres, pero defendiendo a
capa y espada la propiedad privada, la explotación y sus privilegios como receptora de fondos
oficiales, abanderados de la educación no estatal cuando todos sabemos que si la educación pública
es desastrosa, la de la iglesia es pesetera y anacrónica, sustentada en principios y valores que eran
viejos en el 1700. El clero venezolano hace cierta aquella afirmación de San Pedro Damián cuando
dijo que no hace falta la sabiduría para entrar en el cielo, porque sino qué sería de los fieles con tanto
párroco bruto y comerciante. Pero el Genio Maligno eclesiástico, siguiendo las enseñanzas del Papa
Wojtyla, nos quiere hacer creer que busca la felicidad, pues aunque la feligresía obediente se muera de
hambre, le tocará el cielo por su mansedumbre ovejuna ante los lobos del Capital. Eso si, al lado de
Gómez López (liberado por Chávez, dicho sea de paso), o Vollmer, el dueño del Banco Mercantil, o
de la mafia del Opus Dei, que todos esos dejan mucha limosna en los cepillos.
Genio Maligno es la Fuerza Armada porque la única lucha que en la que se involucra es por agarrar
lo más que pueden de la piñata. Quieren hacernos creer que son "el ejército de Bolívar" cuando esta
milicia golpista, inepta y corrupta lleva la marca indeleble del General Gómez y de Pérez Jiménez. Y
ahora, viendo Águila Uno que sus días de popularidad están contados, los compra para que se
involucren en los negociados más sórdidos, hagan las veces del inexistente partido político oficial, un
rato alaben a los trogloditas y ambiciosos jeques árabes y al siguiente le canten "las mañanitas" a Fidel
en su cumpleaños, pero más que nada, se preparen a enfrentar a la gente cuando diga basta a tanta
mentira.
Genio Maligno son esos tomistas de la Universidad que desvergonzadamente se pliegan al proyecto
autoritario militarista en marcha, y cobran su revuelta con viajes de "turismo revolucionario"; Genio
Maligno son los profesores que tras la "defensa de la universidad autónoma" ocultan su mediocridad,
sus posiciones de poder y su cobardía, alborotando con cambios buenos para que todo quede como
está; Genio Maligno los sindicalistas que durante 40 años se olvidaron de que su tarea era defender a
los trabajadores y no al partido, y ahora pretenden ayuda porque se cayeron con los partidos; Genio
Maligno son los sindicalistas bolivareros cuando quieren hacernos creer que defienden a los
trabajadores cuando intentan entregar las organizaciones sindicales al dominio de Miraflores; Genio
Maligno los cientos de asesores cubanos que con el cuento de la ayuda contribuyen a llevar miles de
dólares para sostener la dictadura castrista; Genio Maligno es la Pocahontas criolla del Ministerio del
Ambiente que alaba a Guaicaipuro como pionero defensor de las tierras indígenas, pero defiende a
los actuales invasores de las posesiones ancestrales de los Pemones, a quienes roban sus tierras y
arruinan su entorno con el tendido eléctrico y otros proyectos ecocidas.
Volver a la lectura de los clásicos ayuda frente a la mediocridad rampante de los Genios Malignos. El
mismo Descartes dice al final de la Meditación Primera que hay muchos que prefieren ser esclavos,
manteniendo a sabiendas el engaño y viviendo como en un sueño. Preferible vivir despierto,
autónomo, buscando la verdad por nosotros mismos, tal y como proponemos los anarquistas,
enfrentando a los Genios Malignos que siempre están tratando de hacernos creer lo que no es, por lo
que al final ese sueño fraudulento termina transformándose en pesadilla.
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Carta a mi periódico favorito
MARIANA - [# 32, abril-mayo 2003]
A l@s compas de la redacción de El Libertario:
Empiezo por reconocer los milagros que hacen con la forma y contenido del periódico, que merece
mi agradecimiento y felicitación. Sin embargo, en la última edición (# 31, febrero/marzo 2003) no
me gustó una de las fotos de la página 12 (la que se ubica en Pittsburgh), en la que se reivindica la
lucha de clases en oposición a la guerra entre naciones. La lucha de clases es una categoría del
marxismo que hace a las clases sociales las verdaderas protagonistas de la historia, una de las cuales
debe necesariamente triunfar sobre las otras en esa lucha para alcanzar el poder. En esa lucha el
individuo no cuenta, ya que debe someterse a los fines e intereses de la clase a la que pertenece, que
son determinados por la vanguardia esclarecida que la conduce en la guerra y en la paz, si se triunfa.
En una marcha por la paz, esgrimir consignas de otra guerra afín a otra ideología, no es algo que yo
como anarquista apoyaría porque entonces no se trata de que la guerra sea mala sino que lo malo son
los intereses que la mueven, y si esos intereses son marxistas, entonces es buena guerra. Esta
identificación con consigna marxistas pudiera confundir a quienes se acercan al ideal libertario que, al
menos como lo entiendo, parte de un fundamento totalmente distinto, no reclama que sea un
movimiento que se apoya en la categoría de clase social ni en la lucha de clases para alcanzar el
poder. Marxismo, liberalismo y anarquismo han tenido un desarrollo bien diferente, diferencias que
valdría la pena aclarar y no oscurecer.
Sobre las “consecuencias del paro”
Por otra parte, el artículo “Consecuencias socioeconómicas y políticas del paro” (firmado por Pauli
Nonius, en la p. 3 de ese mismo número) hace una serie de propuestas que me parecen confusas, en
muchos sentido impracticables y más afines a la V República que a lo que podríamos defender desde
el anarquismo, que no tengo aún muy claro que podría ser, pero que no sería esa “agenda mínima”.
Si ha habido alguna discusión al respecto, me gustaría conocerla para aclararme, pero mando aquí
algunas observaciones generales sobre algunas de esas propuestas para que sirvan de insumos a la
reflexión:
> “Presidente nacionalista de PDVSA” (¿Alí Rodríguez no lo es? ¿Cómo se mide el nacionalismo de
alguien? ¿Por qué y para qué tiene que ser nacionalista? ¿O quiere decir bolivariano? ¿Los anarquistas
somos nacionalistas? ¿En qué sentido? ¿La Nación es una forma de institucionalidad política que
defendemos?)
> “Liquidación de activos internacionales ineficientes” (O sea, vender PDVSA por retazos o
reducirla a la mera extracción y consumo interno. Las empresas internacionales de PDVSA son las
que permiten colocar el producto en los mercados en posición ventajosa. Escuchar a Alí Primera,
que reclamaba esto porque de otra forma fue que nuestra producción se estancó en las cifras de los
50. Nuestros principales compradores de petróleo son la CITGO y la Veba Oil y lo compran porque
son de PDVSA. Por otro lado ¿Para qué quiero un nacionalista si la vende? ¿Qué valor extra agrega
ser nacionalista a la venta? Es como pretender que el librero que vende mi libro en España sea
venezolano)
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> “Moratoria de la deuda y 3 años muertos” (¿A nosotros que recibimos miles de millones de dólares
en los últimos 4 años? Es absurdo si uno mira la situación de las naciones pobres del planeta. Sería
pedir el perdón de la deuda de un rico porque perdió sus reales jugando ruleta para cobrársela a
Haití. En todo caso generar un movimiento internacional, pero no adoptar esta actitud aisladamente
y en forma “soberana” y, más importante, aprender a no botar los reales y llorar luego, que es lo que
venimos pregonando)
> “Denuncia de Tratados, y Suspensión de garantías económicas” (¿Se propone, junto con la
moratoria, un aislamiento internacional? Si nos aislamos porque somos arrechos, ¿nuestra fuente de
ingresos será el petróleo que le vendamos a Cuba, Santo Domingo y Guyana, si lo compran?)
> “Control de Cambio, Código Arancelario ‘soberano’ y Control de precios” (¿Para favorecer el
blanqueo de dólares del narcotráfico, acentuar el poder estatal, estimular la corrupción, poder
negociar libremente con el imperialismo la importación, anular el desarrollo interno y extender el
control socio-político mediante la economía? ¿Los anarquistas nos orientamos a la imposición de
controles? Después de éstos ¿Plantearemos otros como la TV, la radio, la prensa y demás o se
podrán controlar con los dólares y los precios?)
Esto no parece otra cosa que el programa que está implantando Chávez, expuestos con el mismo
lenguaje, y que conduce inexorablemente a la situación que él mismo no dudó en definir como
“desnudos y con hambre por la revolución”, que no tiene sentido desde ninguna perspectiva
progresista contemporánea ni de futuro.
El autor dice que nada de eso va a suceder, pero creo que es lo que está sucediendo y, lo que anticipa
que podría suceder en la sociedad, será consecuencia de aplicar medidas como éstas, no de evitarlas.
Todo lo cual me resulta muy confuso, porque no creo que el camino para ascender pase por
descender a los niveles más bajos de desorden y miseria.
Un abrazo solidario.
[El artículo rebatido por Mariana puede ser consultado en www.nodo50.org/ellibertario/
ellibertario31.htm]
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Más allá del Referéndum
REDACCIÓN - [# 39, septiembre-octubre 2004]
A medida que se presentan los múltiples escenarios para consolidar los proyectos neoliberales, que
cada día bautizan con nuevos nombres, los medios de comunicación vacilan entre lo trágico y lo
patético. Los poderosos se erigen como una torre de babel sobre una población maltratada por
bandos que hablan en su nombre, mientras le niegan la palabra, el hecho y manipulan la esperanza de
los espectadores de este circo -mal llamado- democrático. Los costos son grandes: una inmensa
pierde ante una pequeña minoría que reduce las soluciones a eternas campañas electorales,
financiadas por los mismos capitales que han desvastado al país por años o con los fondos
provenientes del Estado. En cualquiera de los dos casos, las enormes sumas con que se han
subvencionado las campañas, provienen del trabajo de quienes a diario producen la riqueza de la cual
esa minoría se apropia.
El reality show del poder
El espectáculo electoral giró desde sus inicios en prolongar el drama que los medios de
comunicación, tanto estatales como privados, habían presentado en la carrera por el poder,
remarcado ante la opinión pública por el oficialismo y la "oposición": mantener el Show cueste lo
que cueste. Más allá nos encontrábamos todos los habitantes de esta región, a quienes se nos ha
intentado engañar con un simple "Si" o un "No" en torno a una figura, y que alcanzó su máximo
espectáculo el 15 de agosto, como si esto fuese solución a los problemas venezolanos. Que alguno de
los dos bandos grite en este momento ¡fraude! era predecible. No por lo verosímil en sus palabras
precisamente, o porque no se haya podido manipular el proceso para una causa u otra. El verdadero
fraude es el supuesto conflicto entre un bando opositor al servicio del capitalismo y un gobierno que
sigue las recetas mágicas del neoliberalismo, así como el propio referendum es un fraude como vía
para resolver la pobreza, la militarización de la sociedad o la entrega descarada del país a las
transnacionales. Los costosos equipos utilizados (con toda su tramoya computacional), el gasto en
propaganda y la compra de los votos confrontado con la realidad de hospitales, calles, escuelas e
higiene de la población lo confirma.
Los problemas sociales no los resolveremos desde las cúpulas políticas ni entre privilegiados
económicos, sino desde el seno mismo de la sociedad, donde nada importa quien esté en el poder.
Porque el poder sólo sirve para reglamentar la miseria, legalizar la desigualdad. Le interesa dominar,
someter a un solo criterio, mientras mantiene un discurso ambiguo y absolutista Negando cualquier
destello de libertad, No conoce otra lógica, no le interesa la pluralidad.
La Coordinadora Democrática y los entes que la conforman dieron múltiples pruebas de lo dicho en
el pasado, y los actores que la financias siguen dándolas en el presente. Esos mendigos del poder han
quedado suficientemente desacreditados para que pretendan seguir mimetizándose tras los
problemas sociales, hablando en nombre de un pueblo al que no representan. El pueblo tiene voz
propia y abrir sus propios espacios es su responsabilidad, donde pueda ejercer su autonomía en
forma de democracia directa, alcanzando así su máxima voz y acción. Esto significa: acabar con el
poder autoritario venga de donde venga y garantizar su propio bienestar.
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Chávez: un hombre de la globalización
Por otro lado, Venezuela se ha convertido en un país de mitos. La eterna promesa y el pasado
glorioso devoran a un presente lleno de carencias. La exaltación de la figura militar y su vinculación
ahistórica con Bolívar, intentan vanamente justificar un conjunto de políticas neoliberales que se
esconden con palabras agresivas, pero sin contenido creador. La otra constante ha sido el miedo. Ese
efecto mediático de una invasión norteamericana queda sin sentido ante las concesiones que este
gobierno ha otorgado a empresas eje de la globalización capitalista, como ChevronTexaco o Repsol
YPF, en materia petrolera.
Los Estados nacionales han sido sobrepasados por la ley del mercado, norma del neoliberalismo que
Venezuela cumple al pie de la letra. La revolución se financia con el dinero obtenido en acuerdos con
las transnacionales y con ese imperialismo de quien dice nos vendrá a invadir. Chávez ha aprendido a
convivir con el imperialismo, siempre y cuando ellos paguen "nuestro precio". La consigna "la nueva
PDVSA es del pueblo" resulta un epitafio para las organizaciones sociales, pues estas no pueden
tomar decisiones sobre el rumbo de nuestra economía. Y mientras esos poderes transnacionales se
aprovechan de Venezuela pagando "nuestro precio", financian la devastación de la Selva Lacandona
en Mesoamérica, crean planes expoliadores como el Plan Puebla-Panamá, contaminan y saquean a
Ecuador, financian las tropas que invaden Irak o cualquier otro país que se le antoje a los amos del
mundo. Todo gracias a "nuestro precio" y a la reserva segura que somos para Estados Unidos, para
quien nuestras exportaciones cubren el 17 % del consumo petrolero anual.
Nuestro hombre es parte del gran rompecabezas de la globalización. Latinoamérica a través de sus
gobiernos populistas tiene que aprender que el lenguaje no siempre es lo que parece; revolución es
una consigna vacía en boca de personajes como Chávez, Lula o cualquier otro que hable desde el
poder estatal. Esta palabra sólo se ha limitado a describir a quien administre mejor al capitalismo en
este continente. Es decir, a enriquecer más a los ricos y a empobrecer más a los pobres. Es
imprescindible comprender que el futuro de Latinoamérica, si desea resolver sus problemas, no se
definirá por medio del Estado sea cual sea su cara; es también un eslabón del orden económico
actual, al cual sólo la sociedad organizada podrá enfrentar y superar positivamente.
Si queremos una revolución... pero real
El gobierno ha entrado a un laberinto donde seguirá arrastrando a los movimientos sociales, si estos
no recuperan su autonomía. Luego del Referendum los actores políticos del oficialismo han
expresado que al fin la V República ha sido instaurada completamente. Y así como el gobierno de
George W. Bush mantiene un constante estado de terror en su población para justificar sus
invasiones, este gobierno venezolano entró en una fase donde ya no puede seguir usando la misma
artimaña del maestro a quien tanto critica. El niño con Complejo de Edipo ha seguido la receta del
padre que tanto ha odiado, pero necesita nuevas estrategias para sobrevivir, y en la cuenta regresiva
que el Referendum abrió, la luz dentro de la caverna sólo es una vela tímida de l@s poc@s que se
atreven a ver más allá de la contienda entre dos bandos de poder.
Sin autonomía no hay diversidad, sin diversidad sólo caminamos en círculo; si sólo caminamos en
círculo significa que hemos aprendido a pintar los barrotes para que la jaula en la que estamos
encerrados se vea más bonita, pero no deja de ser jaula al fin. Necesitamos ampliar el debate,
escucharnos más allá del coro a favor y en contra de Chávez. Requerimos reflexionar en cuanto al
modelo de economía que rige al país, y no sólo sobre el populismo de un líder. Mas que
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narcotizarnos con Mesías y promesas de revoluciones futuras, necesitamos profundizar en hacer la
revolución social.
El movimiento libertario no aspira liderar los cambios o convertirse en juez implacable de los
mismos, sino a proponer y sumarse a la transformación junto a ese pueblo del que todo mundo habla
pero que nadie escucha. Necesitamos recuperar los espacios, poner a funcionar las fábricas, pero no
para los dueños que nada producen pero se apoderan de todo, sino para todos. Los únicos sobrantes
son los explotadores. Impedir que se siga manteniendo a los parásitos que se alimentan de la
sociedad como políticos, empresarios, militares, burócratas estatales o quien quiera vivir del trabajo
de otros, es nuestro compromiso con la sociedad.
No podemos seguir tolerando que se hable de revolución si esta no garantiza auténtica igualdad
social en libertad. Tampoco que la educación siga siendo acrítica y doctrinaria al régimen. No
podemos aspirar a la conformación de personas autómatas.
Nuestra lucha es contra el poder autoritario, sea cual sea su máscara. Ni capitalismo "humanista"
nacional ni capitalismo transnacional, autogestión sigue siendo nuestra consigna, la autonomía
nuestra práctica. Quien levante la voz contra el neoliberalismo, contra la desigualdad, quien defienda
la educación integra, quien se niegue a tolerar los atropellos de la burocracia gubernamental, quien
defienda derechos y demandas populares, es un luchador, y acompañándolo queremos estar l@s
anarquistas, sumándonos a cada acción por la libertad e igualdad en solidaridad.
Mucha espuma y poco jabón
MARIANA - [# 41, febrero-marzo 2005]
Con esta expresión tan gráfica se puede describir la gestión del presidente Chávez, alguien capaz de
hacer mucha espuma con poquísimo jabón o, lo que es lo mismo, mucho ruido y pocas nueces. Lo
prueba que siendo en su discurso el más nacionalista de los presidentes de los últimos años, con tanta
alharaca a favor de los intereses nacionales “mesmos”, es el que más ha contribuido a devolver el
petróleo a la transnacionales y, concretamente, a las empresas asociadas a su “gran enemigo” Bush.
Este gobierno, como ese pajarito llanero, grita por un lado y pone los huevos en otro.
Algo parecido pareciera que estamos viendo con esto de las invasiones en que, más allá del
bochinche (recordar a Francisco de Miranda), todo se presenta como muy confuso y, probablemente,
un camino a otra gran frustración luego de agotar fuerzas en una lucha contra el absurdo.
Empecemos por decir que en Venezuela se admite la propiedad privada, privada en manos de
particulares o privada en manos del Estado, que es lo mismo que decir en manos de Chávez, como
antes lo fue de Gómez. A menos que Ud. lector piense que Bush representa los intereses de los
norteamericanos todos, Uribe los de los colombianos y Chávez los de los venezolanos. Algo es claro,
que los tres trabajan para la Chevron-Texaco. Tan grande es el despelote (¡y después hablan del
“desorden de la anarquía”!) que no sabemos cuales tierras están en manos de los privados que dicen
poseerlas, ni tampoco cuantas hay en manos del Estado, con cifras que van desde 4 millones a 10
millones de hectáreas. De manera que, si a ver vamos, cualquier reforma sincera de la política de
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tierras debería comenzar por entregar esas tierras estatales a los campesinos, si es que se los
encuentra.
Un país minero
Porque esta es otra realidad, que no son muchos los campesinos porque el campo en esta parte del
mundo no es lo que se dice muy productivo, salvo en regiones localizadas, no muchas, no muy
grandes y que cuesta trabajo. En las otras, sacar algo de la tierra en forma rentable exige mucho
esfuerzo, mucho conocimiento, mucha inversión técnica para que sea rentable. Los campesinos lo
saben y se fueron a la ciudad, donde todo es más fácil y siempre hay alguna manera de salir adelante.
Curiosamente, las universidades con facultades de agronomía nada han informado al país de sus
conocimientos sobre este tema. Parece que se trata de secretos de academia que los mortales
comunes no podemos disponer para formarnos nuestras propias opiniones. Se supone que las
universidades están para ayudarnos en estas y otras cuestiones, pero han dejado esa función en
manos de otros. Claro que, a lo peor, tampoco de eso saben y habría que contratar a un asesor gringo
para que nos lo diga.
Sabido es que no siempre la cantidad es lo que importa sino la calidad y eso sucede con la tierra. Con
buena tierra, buen clima y abundante agua, basta una hectárea para ser rentable, pero en la Patagonia
argentina con menos de 100 hectáreas no se puede ni alimentar a 20 ovejas. No es gratuito, ni
siempre la mala fe es la culpable, que nunca se haya podido desarrollar una agricultura pujante y
diversificada en Venezuela. Pero estamos en guerra contra el latifundio, como estamos en guerra
contra todo en Venezuela, aunque no parece que ganamos ninguna de esas guerras. No sabemos
realmente cuantos latifundios hay en Venezuela, es decir, cuantos y quienes son los poseedores de
fincas con más de 5.000 hectáreas de terrenos productivos. Porque decíamos que se pueden tener
5.000 hectáreas en lo alto de los páramos merideños y lo único que se puede cultivar son frailejones.
Pues bien, es seguro que si tuviéramos esa lista de latifundistas podríamos constatar: primero que no
son muchos; segundo que el mayor es el Estado, actualmente lo mismo que decir Chávez; tercero
que entre ellos más una porción sustancial son uniformados; y cuarto que de esos uniformados
poseedores de buenas y grandes fincas, bastantes son militares de la “última generación”. ¿Esa lista
también es secreto de Estado? Porque entonces, esto de invadir dos o tres latifundios conocidos,
precisamente por ser los más productivos, se transforma en mucha espuma, pero poco jabón.
Latifundio y demagogia
La disolución de los latifundios no es una mala acción, pero como muchas falacias del gobierno, las
premisas que la justifican no son sustentables. Porque hay que alimentar a la población, pero si esto
es sólo una justificación para que 3 ó 4 se hayan hecho multimillonarios con las importaciones de
Mercal, entonces no estamos resolviendo nada. Entonces, como que se disuelven los latifundios para
distribuir la tierra en conucos, palabra que en muchos espíritus conservadores despierta emociones
de una mítica sociedad agrícola bucólica que nunca existió. La gente no es tonta y, si el conuco fuera
tan maravilloso como lo pintan, la gente no estaría pasando las de Caín en los ranchos de las
ciudades. El conuco, tal como lo registra nuestra tradición, es un hecho del pasado, un rancho lleno
de insectos, centro de propagación de enfermedades, arañando de una tierra pobre menos de lo
necesario para alimentar a los barrigones. Si hemos de renovar la explotación agrícola es necesario
ponerlo a tono del siglo XXI. Nada de eso hemos escuchado ni del gobierno ni de la academia. En
este sentido, lo único que hemos escuchado es que los campesinos no serán dueños de la tierra sino
arrendatarios del Estado, es decir, del Gobierno, es decir de Chávez. Sin posesión no hay préstamos,
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salvo la limosna estatal, no hay manera de tecnificar, de producir con éxito. Y para colmo, lo que se
haga se lo queda el dueño de la tierra, el Estado, es decir, el Gobierno, es decir Chávez. ¡Cachicamo
trabajando pa’ lapa! Pero tengo que reconocer que al respecto tengo más preguntas que respuestas,
pero puede que buscar las respuestas pueda ayudarnos a aclarar el tema ¿Ha habido una amplia
discusión con los futuros conuqueros, la gente del campo, los estudiosos del tema, los diversos
estamentos involucrados, para decidir si esa es la mejor vía para un desarrollo agrícola-ganadero? ¿O
solamente están los gritones de siempre en un nuevo proyecto tranvía, es decir, uno donde el
impulso viene de arriba por causa de un trasnocho presidencial? ¿Están de acuerdo los campesinos
en trabajar para beneficio del Estado, es decir el Gobierno, es decir Chávez? Hemos sido testigos ya
de casos de invasores de oficio, como Pimentel ahora y la Manuit hace un tiempo, quienes tras hacer
el trabajo sucio quedaron como la guayabera.
¿Hay consultas y diálogos con los interesados y los conocedores del tema en torno a la factibilidad
económica del proyecto para establecer los tamaños de la unidad económica sustentable, de los tipos
de cultivos, de las necesidades financieras, de equipos y asesoría? ¿Se dispone de lo necesario o es
puro voluntarismo mediático esperando que en el camino se arregle la carga, aunque los camioneros
que ruedan por Tazón dicen que la carga mal organizada en el origen se cae en la bajada?
¿Hay aportes técnicos y financieros necesarios y específicos para los diferentes desarrollos agrícolas,
según los cultivos y unidades preferibles? ¿Hay conocimientos y asesores necesarios? Ante el silencio
de las universidades, parece que no los hubiera y entonces nuevamente caeríamos en la dependencia
del conocimiento exterior. ¿Se contempló la situación de la agricultura en el mundo para ubicar los
nichos de producción más adecuados? Porque sucede que de nada vale cultivar tomates en un
conuco barinés si traerlo de España cuesta la mitad y son mejores. Tampoco nos a va a ser de mucha
gracia comprar trigo merideño 5 veces más caro que el de Canadá.
¿Hay estudios para la recolección, distribución, y comercialización de lo producido? Porque los
centros de consumo en Venezuela son 4 o 5 grandes ciudades y si bien no es imposible, no es fácil ni
barato establecer un sistema para llevar un producto de un conuco del Táchira a Caracas o desde
Apure a Maracaibo. Y con la gran tendencia a traer todo desde afuera que hay en este gobierno,
desde los gerentes de PDVSA hasta franelas, este es un punto clave. Basta ver lo que se compra en
Mercal y casi seguramente cualquier cosa que produzcamos, los amigos de la China lo pueden traer
más barato.
Más de lo mismo
En definitiva, nos movemos en medio de la emotividad y la ignorancia. Lo más seguro es que el
gobierno fastidie a ciertos enemigos políticos con amplia cobertura de esta revolución mediática,
distribuya algunos cientos de hectáreas en actos transmitidos en cadena para que al cabo de un
tiempo los beneficiarios vuelvan a Sabana Grande a vender CD’s, y que al final los capitostes del
régimen se vayan apoderando de esos terrenos confiscados en nombre de la revolución. No en vano
lo que se está confiscando son terrenos productivos y no ganando tierras improductivas. Ya pasó eso
antes, ya tuvimos en la década de 1960 una Reforma Agraria que siguió este camino y fracasó. Todo
apunta que en la combinación de ineficiencia y corrupción de este gobierno militar, tengamos más de
lo mismo. Mucha espuma y poco jabón.
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El socialismo chavista
PEDRO PABLO - [# 42, abril-mayo 2005]
¡Y ahora somos socialistas! Aún cuando no sabemos cuál socialismo. Lo estamos pensando, dijo El
Comandante, su primer promotor, gerente de relaciones públicas, ideólogo, filósofo fundamental y
novio de la madrina, a quien, según Nicolás Maduro (Presidente de la Asamblea Nacional) Dios
acompaña. ¡Qué tal! ¡Tremendo compañero de ruta!... ¿Será el mismo Dios que acompaña a Bush?
Por supuesto, este socialismo tiene que ser nuevo, una palabra que nos encandila. Por esa novedad
subió Chávez al poder, como hace 106 años se montó el Cabito Cipriano Castro con la consigna
“nuevos hombres, nuevos ideales, nuevos procedimientos”. Nos encanta algo de estreno, como la
nueva Universidad Bolivariana, que en cualquier momento comienza a funcionar, de nuevo. Tiene
que ser original porque no puede ser ninguno de los socialismos anteriores. El socialismo marxista ha
fracasado en todos los frentes, al punto que se cayó prácticamente sólo tratando, precisamente, de
renovarse. Y, lo peor, tiene mala prensa, algo muy importante para esta revolución
fundamentalmente mediática, que vive más de los periódicos y discursos que de realizaciones.
Tampoco puede ser el socialismo democrático porque los adecos tienen la franquicia
socialdemócrata, últimamente devenida en un liberalismo light, económicamente capitalista con
algunas posiciones diferentes pero no mucho y basta ver a Tony Blair, al PS chileno o a los sociatas
españoles para tomar nota de hacia dónde va. El socialismo de Perón nunca existió y fue nombre de
ocasión a su modelo neo-fascista, al punto que el mismo líder expulsó públicamente de la Plaza de
Mayo a la fracción izquierdizante de su movimiento. No puede ser el socialismo del MAS porque
esos han estado montados en cuanto gobierno viejo han podido, sea en la oposición o como fracción
del poder mandante, desde Caldera hasta el mismo Chávez, como un corcho político que flota en
todas las tormentas, aunque finalmente parece estarse hundiendo. No puede ser el socialcristianismo,
porque los copeyanos han sido parte de la corrupta democracia. Aunque se respeta al padrino
Caldera (le dio el segundo nombre al Comandante y lo dejó en libertad) y pese a que la casa paterna
estaba pintada de verde, el hijo ilustre de Sabaneta no se va a encompinchar con los curas. Tampoco
puede ser el socialismo del boliviano Evo Morales, porque está formado por indígenas y, en
Venezuela, los indígenas son pocos y la revolución los recuerda solamente en los discursos. Por
supuesto no puede ser el socialismo libertario, vade retro, porque los anarquistas promueven la
disolución del Cambur Total, perdón, del Estado, y proponen pasar las decisiones a la gente cuando
todos sabemos que en esta revolución las decisiones las toma Chávez, en todo caso Fidel, pero más
nadie. Los otros roban, pero no deciden.
Entonces somos socialistas, pero no sabemos que quiere decir eso y lo iremos viendo. En el camino
se arregla la carga y Dios iluminará. Una vez más, el socialismo de Chávez, como los beneficios de su
revolución, se escriben en tiempo futuro. La corrupción, la ineficiencia, el autoritarismo, la incultura,
la miseria es lo que se conjuga en presente. Pero podemos ir viendo lo que se asoma. Ya Aristóteles
decía que lo que algo ha de ser depende de lo que ya es y no se le pueden pedir peras al olmo.
Para empezar, este socialismo indefinido, tan indefinido como fue la revolución bolivariana de la que
ya se va dejando de hablar, es totalmente mediático y sirve para el discurso, la televisión, para tener
tribuna con la ilusa izquierda marxista latinoamericana, para ganar apoyo entre los insatisfechos del
continente y usarlo cuando, como y para lo que convenga, especialmente para la represión. Como el
gobierno es socialista, cualquier cosa que haga será socialista y todos los que nos le oponemos no
somos socialistas y, con este maestro de la simplificación de ideas, ideologías, historia y filosofías que
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es El Comandante, los opositores en bloque seremos imperialistas, paramilitares, siervos de Bush,
pagados por la CIA, traidores a la patria y estaremos presos en la próxima denuncia de magnicidio,
del cual se tendrán pruebas pero que no se pueden mostrar.
Claro es que la tarea de definir semejante socialismo resulta enrevesada y no basta con proclamarlo.
Hasta ahora pareciera que ser socialista es estar contra Bush y la Condo Rice, aunque hagamos
grandes negocios con la Chevron-Texaco, donde la familia Bush es accionista y Condoleezza fue
altísima ejecutiva (¡hasta un barco de la empresa lleva su nombre!). Pero con eso no basta para ser
socialista, porque los iraníes también están contra Bush y no son socialistas, Al Qaeda está contra
Bush y nada tiene de socialista, Hitler y Japón estuvieron contra EE.UU. sin ser socialistas, mientras
que China está con Bush y son más que socialistas, son comunistas. De manera que ser antiyanki no
basta para ser socialista. Menos ahora que terminó, hace unos años ya, la Guerra Fría, de lo cual creo
que Chávez no se enteró, como tampoco se enteró que Mao no está en China ni Ghandi en la India.
El socialismo ha sido un movimiento apoyado en los trabajadores, y en Venezuela los trabajadores
cada vez son menos. Por un lado porque no hay trabajo y por otro porque el gobierno proclama
constantemente su interés en que todos seamos empresarios, claro que mini-empresarios
“cooperativos y endógenos”, pero empresarios. Es decir, que todos seamos capitalistas, lo cual
parece ir en contra del socialismo. Además, los pocos trabajadores existentes no tienen manera de
organizarse sindicalmente, porque entre la corrupta CTV y los intentos de los bolivarianos de copar
todo movimiento independiente no hay manera de promover la agrupación de fuerzas que reclamaba
aquel “Trabajadores del mundo Uníos” con que nació el socialismo. Por aquí no va el nuevo
socialismo.
Además, hasta ahora no fuimos socialistas sino pueblo. Pueblo es una expresión para nombrar a un
grupo étnico, como los pueblos indígenas, pero Chávez no lo usaba en ese sentido sino en otro, el
mismo inventado por Mussolini, también usado por Perón y Hitler, para llamar a la gente que
apoyaba al fascismo italiano y poder distinguirse de socialistas, anarquistas y comunistas. Pueblo es la
multitud seguidora de un líder obedecido ciegamente, donde ni los individuos ni las organizaciones
que se puedan engendrar cuentan pues solo vale el movimiento, como un todo, siempre a la orden
del líder. Esto se adapta muy bien a lo que hemos vivido, pero no es socialismo, es fascismo. A ese
pueblo, para que cumpla las tareas asignadas, sin protestar ni reclamar, el líder lo separa en grupos
dependientes de sus órdenes, sean círculos, sean misiones, sean UBE’s o como quieran llamarse en
castellano, pero que en italiano se dice fascios, y de allí el nombre de fascismo. Si Chávez ha
gobernado 6 años en estos términos, ¿Cómo va a hacer ahora para transformar el fascismo en
socialismo?
Las omisiones del Comandante
Socialismo viene de sociedad. Sociedad es lo que hacemos con alguien para alcanzar ciertos objetivos
que persigo y que, como el otro también persigue, nos unimos como socios para alcanzarlo. Somos
socios en eso, pero cada uno es independiente salvo en los compromisos que adquiere con su socio.
Mi socio puede ser magallanero y yo caraquista, pero somos socios en la venta de periódicos o en el
taxi. De manera que la sociedad es la reunión de individuos autónomos para alcanzar metas
compartidas. Para ser socios no necesitamos que los dos seamos magallaneros. Si lo somos, bien, si
no también y hasta puede ser más divertido. Sobre esta base se construye el socialismo, individuos
libres que se reúnen en pos de objetivos comunes.
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En el socialismo, como en toda sociedad, las decisiones se toman de común acuerdo entre los socios.
Imagínese usted que llegue un día al negocio donde vendía pan y resulta que su socio, sin consultar,
ahora vende cholas y cachuchas chinas porque le cae mal la harina norteamericana. Esto no pasa. La
decisión se toma en conjunto, se discute y puede que vender cholas y cachuchas sea un buen
negocio, pero no se pueden tomar decisiones en el negocio del cual participa sin que Ud. esté
enterado, ni necesita un papá autoritario ordenándole lo conveniente, pues no se trata de obedecer
sin chistar a un padre sino de entenderse con un socio. Claro que, en este “proceso” de Chávez, que
pareciera orientarse por un pensamiento único, las decisiones las toma El Comandante para todos,
sin que haya ningún espacio para la consulta o la discusión. Comemos lo que sus genialidades
negociadoras decidan importar: hoy carne argentina, mañana queso uruguayo, pasado arroz chino o
malanga cubana; firmamos convenios con quien él decide; va preso quién él quiere; se firman las
leyes que él ordena; y nos enemistamos con quienes a él le caen mal personalmente. Que el gobierno
expropie tierras, y me ponga a trabajar en ellas, pero sin ser yo el dueño, teniendo que sembrar lo que
me digan, sin poder buscar fuentes de financiamiento, sin apoyo técnico ni asesoramiento, y que ellos
se queden con el terreno, las bienhechurías y las ganancias, no equivale a socialismo. ¿Será que ese
socialismo consiste en que todos trabajemos para beneficio de Hugo, JVR, Diosdado, Tarek, Barreto,
6 generales, 2 almirantes y los acomodados de siempre? Más bien parece que alguien se adueñó del
país y somos como animales que trabajamos para ese nuevo amo (si suena excesiva esta analogía, ver
el comic sobre “Rebelión en la granja” publicado en El Libertario). Entonces, si los fundamentos de
la sociedad son los de un amo y muchos siervos, ¿Cómo vamos a ser socialistas?
El socialismo parte de respetar la autonomía individual, una autonomía donde cada uno y todos
construimos con nuestros deseos, educación, capacidades y la ayuda de los otros. Las instituciones
deberían estar para que cada uno desarrolle esa autonomía. Pero si vemos que el poder legislativo no
es autónomo, que el poder moral no es autónomo, que los jueces no son autónomos, que el ejército
no es autónomo, que los negocios pierden autonomía con el control de dólares, que las universidades
pierden autonomía, que los sindicatos no son autónomos, que el mismo MVR no es autónomo, me
pregunto ¿Cómo vamos a desarrollar nuestra autonomía personal si todo el conjunto no la tiene? Y
sin autonomía personal ¿Cómo vamos a ser socialistas? Seremos manada, pero no comunidad
socialista. Habrá dos MVR: los dirigentes del Me Volví Rico y el perraje del Me Volví Rebaño.
Se hace muy difícil imaginar un socialismo pensado por Chávez: militar, autoritario, con afán de
poder y figuración, de claras tendencias fascistas, asociado a cuanta transnacional pague los peajes de
la corrupción, que habla mucho pero hace poco, al menos lo que debería hacer y para lo que lo
eligieron. Sería un milagro y al parecer no suceden todos los días, sino la gente no los pediría tanto…
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En Venezuela el ALCA se llama IIRSA
REDACCIÓN - [ALTERFORO, enero 2006; publicación gemela de El Libertario que apareció con
motivo de la realización en Caracas del Foro Social Alternativo.]
Los grandes proyectos de infraestructura, anunciados por el presidente venezolano en los meses
recientes, se corresponden con la integración regional convenida por los gobiernos suramericanos en
el año 2000: el plan IIRSA (Iniciativa de Integración Regional Suramericana) Tal modelo cuenta con
el respaldo de las agencias multilaterales como el BID y el BM. La pelea enfocada contra el Área de
Libre Comercio de las Américas (ALCA), ha permitido que en Venezuela la promoción del libre
comercio continúe tras siglas diferentes, paradójicamente durante un gobierno con un discurso
rabioso de izquierda.
En noviembre del 2000, en Brasilia, los doce gobiernos sudamericanos acordaron la adopción de una
iniciativa de integración física del territorio, denominada IIRSA. Esta integración, según sus
promotores, se basa en la idea de que el desarrollo de los sectores de transporte, energía y
telecomunicaciones "ayudará a superar los obstáculos biogeográficos, fortalecer los mercados y
promover nuevas oportunidades económicas en la región". En dicha reunión se delegó la
coordinación técnica y el funcionamiento de IIRSA a tres agencias multilaterales: el Banco
Interamericano de Desarrollo (BID), la Corporación Andina de Fomento (CAF) y el Fondo
Financiero para el Desarrollo de la Cuenca del Plata (FONPLATA). Además, tanto el Banco
Nacional de Desarrollo Económico y Social de Brasil (BNDES) como el Banco Mundial (BM) tienen
participación económica en proyectos claves de la iniciativa. Todas estas instituciones se han
involucrado en el financiamiento de los estudios y proyectos relacionados, proporcionando apoyo
técnico y facilitando la inclusión del sector privado.
El proyecto IIRSA se ha llevado adelante ignorando a los ciudadanos de a pie: brillan por su ausencia
los aportes de las comunidades y organizaciones sociales sobre el tipo de integración deseada. Los
ciudadanos de la región no han participado en el proceso de definición del concepto de integración
regional propuesto por la IIRSA.
Visión de integración
América del Sur es vista como un continente fragmentado debido a la presencia de "obstáculos"
naturales. La integración física de los países sería una de las condiciones primordiales para alcanzar la
cohesión regional en sus diferentes dimensiones. Esta integración física se concreta en el desarrollo
de obras de infraestructura, en áreas prioritarias como transporte, energía y telecomunicaciones.
Sumado a esto, se promoverían cambios en las legislaciones, normas y regulaciones nacionales que
faciliten el comercio exterior. Por todo ello fueron definidos diez ejes principales de integración: el
Eje Andino; Andino del Sur; Hidrovía Paraguay-Paraná; Trópico de Capricornio; Escudo Guayanés;
Interoceánico Central; Mercosur-Chile; Perú-Brasil-Bolivia; Amazonas; y Eje del Sur.
La visión estratégica del proyecto promociona la necesidad de implementar un "nuevo regionalismo",
cuyo primer objetivo es la conquista de nuevos mercados, privilegiando a la visión economicista. A
pesar de los eufemismos, la iniciativa adelanta diversas reformas estructurales de tipo neoliberal,
orientadas al aumento de la competitividad para la satisfacción de la demanda internacional.
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Impactos sociales, culturales y ambientales
La IIRSA se concentra principalmente en proyectos de infraestructura a gran escala. Este tipo de
proyectos, como oleoductos, gasoductos, represas hidroeléctricas y carreteras han tenido
históricamente impactos negativos en las comunidades locales, en sus formas y medios de vida, sus
economías de escala humana y de subsistencia, así como sus bienes naturales. La expansión de los
escenarios de integración en marcha, promocionando la liberalización de las inversiones y la apertura
comercial a las grandes corporaciones, comienza a generar resistencia de las organizaciones sociales
ante el aumento de la inequidad, pobreza, degradación ambiental, destrucción de las culturas locales y
sus territorios. La experiencia demuestra que las poblaciones locales donde se han desarrollado
megaproyectos de infraestructura, con las escalas que se plantea la IIRSA, jamás se benefician de la
inversión. Por otra parte, no se contemplan procesos independientes de evaluación, estudios de
impacto ambiental y sociocultural y rendición de cuentas. La premisa de reducir la pobreza mediante
un mayor crecimiento económico ha sido cuestionada y desmentida.
Venezuela en la IIRSA
Los planes integracionistas adelantados por el actual presidente venezolano, "casualmente" coinciden
con la estrategia IIRSA. El gasoducto Venezuela-Colombia, anunciado por los mandatarios Chávez y
Uribe, tiene su referencia IIRSA en el Eje Andino. Este proyecto espera abrir mercados al gas
venezolano en el Océano Pacífico, sumándose al llamado "Plan Puebla-Panamá", que incluye
construcción de interconexiones eléctricas y carreteras, afirmando en las declaraciones la intención de
promover una conexión Puebla-Alaska. Las obras del gasoducto comenzarán este año, durando
aproximadamente entre 18 y 24 meses, para luego añadir 230 km llevándolo por la costa colombiana
hacia Panamá y Centroamérica.
Partiendo también de la región zuliana, al occidente del país, los proyectos de expansión carbonífera,
que incluyen la construcción de un puerto para la exportación y una vía ferroviaria, han sido
denunciados por activistas medioambientales como conectados a la IIRSA. Lusbi Portillo,
coordinador de la organización Homoetnatura, afirma que "los proyectos anunciados por el
presidente de CORPOZULIA ubican al Zulia como zona de sacrificio al determinar la
profundización del modelo extractivo primario exportador, dentro de la estrategia hegemónica
imperial de integración regional portuario-vial-energética, diseñado y financiado por la banca regional
y mundial a través del Plan Puebla-Panamá (PPP) y la Integración de la Infraestructura Regional Sur
Americana (IIRSA)". Asimismo, Portillo ha repetido que los anuncios de la construcción de un
nuevo puente sobre el Lago de Maracaibo, la vía ferroviaria y el Puerto Simón Bolívar garantizarían
una salida más competitiva hacia los mercados del sureste de los Estados Unidos y Europa, así como
el puerto gabarrero de Encontrados se corresponde con Ejes de Integración IIRSA.
Por otra parte, el gasoducto anunciado el pasado 21 de noviembre por los presidentes Chávez y
Kirchner como forma de "garantizar energía para el desarrollo social, humano y económico a toda
Suramérica para los próximos 200 años", no es una idea nueva. Un primer proyecto llamado
"Gasoducto del Noreste" del Eje Mercosur-Chile se transformó -debido a la crisis boliviana- en la
propuesta chilena de importar gas desde Perú y establecer un "anillo energético" con los demás
países del Mercosur, por lo que el Gasoducto Sudamericano fue uno de los temas de la reunión
llevada a cabo por sus ministros de energía en octubre pasado. No es todavía formalmente parte de la
cartera IIRSA, pero de acuerdo a fuentes dentro del BID, tan pronto como los países parte de la
negociación lleguen a un acuerdo definitivo, se incorporará a la cartera oficial de proyectos IIRSA.
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Entrevista a María Walter sobre la “nacionalización” eléctrica
PEPE EL TORO - [# 50, septiembre-octubre 2007]
En sus propios términos, el apego a la constitución y la contraloría social, María Walter ha
demandado al Estado venezolano por la venta de la Electricidad de Caracas a una empresa extranjera
en el 2000. Hoy, cuando el gobierno anuncia su recompra, y la muestra a los cuatro vientos como
parte de su épica, el máximo tribunal del país acepta su petición de ejecutar una medida cautelar
contra la transacción. Detrás de la retórica jurídica, sus motivaciones hablan sobre las
contradicciones acunadas en Miraflores.
- Una de las cosas que alegas, para objetar la venta de Electricidad de Caracas (EDC) realizada en el año 2000, es
la violación del artículo 150 de la Constitución, el cual estipula que los contratos de interés público deben ser aprobados
por la Asamblea Nacional. ¿De qué manera y bajo qué condiciones se realizó esta primera venta?
- Hemos de partir del hecho que la EDC no estaba en venta para el momento que surgió la Oferta
Pública de Adquisición (OPA), su capital accionario lo poseían pequeños ahorristas (jubilados,
pensionados, trabajadores de la propia EDC). La OPA les tomó de sorpresa, incluso su propia
directiva planteó la recompra de acciones para impedir que la mayoría pasara a manos de AES.
Algunos accionistas minoritarios dieron la pelea, unos argumentando desinformación, otros razones
de lesa soberanía. Fíjate: una empresa estratégica como lo es ELECAR fue cedida a factores
extranjeros al margen de lo establecido en la Ley del Servicio Eléctrico y la propia Constitución
Nacional que contempla para estos casos, la AUTORIZACION PREVIA por parte de la Asamblea
Nacional. Basta ese detalle para analizar el carácter “revolucionario” de este Gobierno. La
inobservancia del precepto constitucional no solo deja ver el desapego a lo procedimental, sino
también, la perdida de perspectiva con respecto a lo geopolítico: la empresa AES Corporation es una
empresa extranjera no domiciliada en Venezuela, de la cual, se ha llegado a asegurar está asociada al
Departamento de Estado de los EEUU.
- ¿Por qué el servicio prestado por la EDC se considera de interés público?
- El servicio que brinda EDC es el servicio de electricidad, y este es un servicio público que, aún
cuando es prestado por una empresa privada, la naturaleza de su misión es de interés público, en
consecuencia, de ámbito público. Este hecho pretendió desmerecerse en el año 2000,
argumentándose que EDC como empresa privada estaba circunscrita al ámbito del derecho privado.
La EDC es una empresa estratégica que no solo brinda servicio de electricidad a la capital, sino que
ella constitucionalmente es el asiento de los intereses políticos del Estado y eso imponía oposición a
la venta por razones de Seguridad y Defensa Nacional, máxime cuando EDC brinda servicio de
energía al Centro Refinador Paraguaná, el más grande del mundo. Si la decisión de vender estuvo en
las exclusivas manos de los particulares “poseedores” de acciones de EDC, el Estado estaba obligado
a intervenir e impedirlo. Si la negociación se llevó a efecto no fue por desconocimiento: el propio
presidente de la República se reunió con el Presidente de AES quien salió diciendo que “estaba
aprendiendo a hacer negocios con los revolucionarios”. ¿Qué país que tenga claridad de su condición
soberana permitiría lo que aquí se permitió en el 2000? La transacción en cuestión permite medir el
alcance de la contradicción existente entre el decirse revolucionario y actuar en contra de los intereses
nacionales. Dos factores en aparente pugna pese a sus contradicciones llegaron a un acuerdo. Así,
durante 7 años ha estado ELECAR y los servicios que brinda a merced de empresas extranjeras.
Robin Hood, pero al revés
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- El ejecutivo nacional señala que la recompra actual es realizada por razones estratégicas, y que la misma se hizo en
condiciones favorables para el país. ¿Concuerdas con esto?
- ¿Qué si se hace en condiciones favorables para el país? Rotundamente no. Como te decía, dos
factores en aparente pugna llegaron a un acuerdo, eso sucedió en el 2000 pero, igual sucede
actualmente. En el 2000 prevaleció la idea de abrir espacios al capital internacional pese a que con tal
decisión, se vulneraba la inversión nacional estructurada y consolidada en más de cien años. Esa
OPA fue suficiente para medir internacionalmente la posición del gobierno ante el capital
internacional. Su base ideológica quedó a los ojos de los entendidos suficientemente disminuida:
ceder una empresa estratégica a factores extranjeros con intención de golpear a “enemigos internos”
no tiene más lectura que la evidencia de una alianza con el gran capital multinacional. Cuando la
verdad se hace manifiesta y esta es tan grande, debe buscarse un mecanismo para desdibujarla, así
surge la idea de ESTATIZAR EDC. AES está complacida con ello. Por una parte logró “mostrar ” la
debilidad del gobierno venezolano al permitir el mando sobre la EDC y su descapitalización.
Aprovechar un convenimiento tarifario que le brindó ventajas en desmedro de los suscriptores y, de
ñapa, ahora permitirle una salida sin pasar por un juicio que bien pudiera llegar a “anular la
transacción lograda en el 2000”. Sí, este pago de 739 millones es excelente “negociación” para AES y
por supuesto, para el gobierno nacional porque le permite que en “las páginas de la historia se
escriba” que ESTATIZO ELECAR y, no que en su debilidad favoreció la
DESNACIONALIZACION DE ELECAR, motivo por el cual fue llevado a juicio. Retomar EDC
claro que es importante, SOLO que tal acción se hace irrespetando el Estado de Derecho. Además se
hace sin que previamente se llegara a un justiprecio, claro está, pasando por sentado el fraude a la ley
que se logró mediante la negociación del 2000.
Por otra parte, la EDC que hoy se retoma se hace desde el Estado pero, de acuerdo a leoninas reglas
del mercado de capitales que mediante pago pretende la total posesión del capital accionario, dejando
de lado que quienes hoy poseen la porción minoritaria son pequeños ahorristas venezolanos,
empleados y jubilados en su mayoría de la propia empresa.
- ¿Crees que existe una política energética soberana por parte del gobierno venezolano?, ¿Es posible hacer paralelismos
entre el sector eléctrico y lo que ocurre en la industria petrolera?
- Política soberana no lo creo, lo que sucedió en el 2000 con EDC es expresión concreta de los
acuerdos que se tienen con el gran capital. Se dice: “PDVSA es del pueblo”, sin embargo el petróleo
de la faja se manejará a través de las empresas mixtas las cuales le otorgan control sobre el petróleo
de los venezolanos y las ganancias derivadas de su producción y comercialización a factores
extranjeros... “PDVSA es del pueblo” y ésta compra las acciones de EDC a los pequeños accionistas
venezolanos sin concederles el mismo trato/valor que le concede a la multinacional.
Rebeldía con nombre de mujer
Mujer y madre, ex - profesora de la Universidad del Zulia y la Universidad Central de Venezuela, con
especial formación en la evaluación de la gestión pública. “Como venezolana asumí mi compromiso,
la defensa de la soberanía nos compromete a todos”. María Walter, a pesar de su afán de rectitud en
el caso tiene los pies en la tierra. “Para que la justicia resplandezca en nuestro país, tendría el Poder
Judicial que manejarse con absoluta autonomía para decisiones realmente ajustadas a derecho (…)
hay que seguir, aun estamos en juicio”. De aspecto frágil y modales delicados, quien deje llevarse por
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las apariencias será sorprendido por la determinación de su carácter. “Uno de nuestros objetivos es
que quien lea el expediente pueda hacerse de su propia opinión sobre el caso”. Una voz, ocultada a
cuatro manos por la izquierda y la derecha, se levanta solitaria contra la propagación de la mentira
que adquirió en este caso nombre propio: Fraude a la Ley.
La situación agraria en Venezuela
PABLO HERNÁNDEZ PARRA - [# 50, septiembre-octubre 2007]
Han transcurrido más de 7 años desde que se aprobó la Constitución. En ella el gobierno plasmó “el
programa de transformación de la sociedad venezolana en marcha hacia el socialismo”. Asimismo,
junto con las leyes posteriores, se delinearon las orientaciones fundamentales para la transformación
del campo. A grandes rasgos, los objetivos planteados son la promoción de la agricultura sustentable,
el acceso público al consumo agrícola, la producción agropecuaria interna y los asentamientos y
comunidades artesanales de pescadores y sus caladeros de pesca en las aguas continentales y
próximas a las costas. La Carta Magna establece que “la producción de alimentos es fundamental
para el desarrollo económico y social de la Nación”. En ningún momento se establece que el Estado
estimulará la importación de alimentos o el financiamiento de producción agrícola fuera del país.
Desde el punto de vista social se establece que el Estado promoverá las condiciones para el
desarrollo rural integral, (Artículo 306.) vale decir, mejorar las condiciones de vida de la población
campesina. Por tanto, el Estado se compromete a la generación de empleos, el fomento de la
actividad agrícola y el uso óptimo de la tierra. En cuanto al latifundismo, declarado desde la época de
Gómez contrario al interés nacional, es condenado sin definirlo. Solo se establecen impuestos para
gravar tierras ociosas, transformarlas en unidades económicas productivas y la promoción de formas
asociativas y particulares de propiedad para garantizar la producción agrícola.
Han transcurrido mas de 7 años de promulgada esa ley y más de 5 de la promulgación de la Ley de
Tierra y Desarrollo Agrícola. Veamos los hechos. La economía venezolana ha seguido recibiendo
grandes ingresos provenientes del petróleo, lo que le ha permitido contar con unas cifras gigantescas.
Solo por ingresos petroleros el Estado venezolano ha recibido en el lapso 1999-2006 la cantidad de
250.000 millardos de $ que unidos a los 103.000 millardos fruto del endeudamiento interno y
externo, superan los 350,000 millones de ingresos en siete años. ¿Cual es el balance de esta política
desarrollada para el campo por el Estado venezolano en este periodo?
Sobre la seguridad alimentaria
Pese a los beneficios del petróleo, la inseguridad alimentaria nacional ha ido en aumento durante los
últimos diez años, debido al alza en el precio de los productos básicos y a la falta de acceso a estos
productos. En la actualidad, Venezuela importa el 80% de los alimentos que consume. Esta situación
ha afectado principalmente a los estratos más pobres de la población, y en particular, a los miles de
pequeños productores agropecuarios.
Las importaciones agrícolas vegetales disminuyeron 11,20%, particularmente en maíz, trigo y azúcar,
así como en carne bovina. No obstante, Venezuela sigue siendo un país sustancialmente dependiente
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de la importación. Su promedio anual de importaciones agrícolas era de 1.500 millardos de dólares
hasta el 2002. A partir de allí ha crecido hasta sobrepasar los 3.000 de millardos de $ en el último año.
En el año 2004 se importó 2.394 millardos de dólares en alimentos, lo que representa 26% del total
de las importaciones. 52% de las compras que efectuó CASA el año 2003 fueron importadas y el
restante 48% nacionales.
La oferta de leche se ubica en 1.731 millones de litros, igual que el año 1940, con la diferencia que en
ese entonces se importaba 18% del producto y hoy en día el 40%
La actual dependencia de nuestro país de las importaciones agrícolas expresadas en un 95% de los
requerimientos de soya y 50% de maíz para la producción de alimentos concentrados para aves y
cerdos, del 82% de los aceites y grasas comestibles, del 70% de las caraotas y del 30% del azúcar,
solo nos dan una idea de la magnitud del problema y lo poco que realmente se ha avanzado en los
últimos años.
Tras el discurso, la realidad
La política agraria del Estado venezolano en los últimos años se ha caracterizado por:
1) Un claro contenido de clase en beneficio de:
- La agroindustria, la banca y los importadores de alimento.
- Estímulo al desarrollo productivo de la agricultura de EE.UU., Brasil, Argentina y Colombia, de
donde proviene el grueso de las importaciones agrícolas.
- Un total abandono de la investigación agrícola adecuada a nuestro ambiente.
- Un aumento de la dependencia tecnológica externa en materia de: Semillas, maquinarias, biocida,
etc.
- Una liquidación sistemática al desarrollo de la pequeña producción en el campo, desde la
liquidación del ICAP hasta la inmensa estafa de FONDAFA, el hilo conductor de esta política no
deja lugar a duda: liquidación, endeudamiento y proletarización del campesino y pequeño productor
del campo.
- El solo hecho de que cada año de este Gobierno exista un Ministro de Agricultura nuevo, es un
indicador elocuente de la improvisación. Si a esto le unimos que los ministros nombrados conocen
cada vez menos de agricultura y más de “negocios y comisiones”, no cabe duda del objetivo que se
propone el actual Gobierno en beneficio del capital monopolista nacional e internacional.
2) La agricultura venezolana posee un doble componente externo:
Primero, es una economía de Puerto, a través de los cuales ingresa directa (productos acabados) o
indirectamente (materias primas, insumos) más del 70% de los alimentos que consumimos.
Segundo, la agricultura que se desarrolla está compuesta en cultivos (maíz, arroz, sorgo, caña, etc.)
con una alta dependencia del exterior. Su cultivo no obedece a las condiciones de nuestro medio, si
no a los intereses del gran capital internacional, encabezado por Cargill, Monsanto, Unilever, Nestle,
Polar etc.
3) Formalmente los cultivos transgénicos, están prohibidos o limitados en aplicación, sin embargo
como en los tiempos de la colonia, esta disposición “se acata pero no se cumple”, y en la práctica
somos un país consumidor de alimentos transgénicos. El caso de la soya, trigo y maíz importado son
prueba elocuente de ello.
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4) Después de 40 años de la Reforma Agraria, se vuelve a levantar el fantasma del latifundio, lo que
indica el desfase y atraso del actual Gobierno, en materia de agricultura. La bandera de la lucha
contra el latifundio, en el marco de la Ley de Tierra vigente, no es más que la cortina de humo,
mediante la cual, los grandes terratenientes y los medianos productores del campo que robaron
tierras públicas, y no tenían títulos de propiedad, lograrán no sólo la propiedad de una tierra
adquiridas ilegalmente y muchas veces violentamente, sino que al convertirlos en productores, de
acuerdo a la citada Ley, tendrán acceso y el apoyo al crédito público y privado, así como la
posibilidad de adquirir otros activos agrícolas del Estado, como lo reconoce la propia Ley. Los casos
de los hatos La Marqueseña, Hato Piñero, son ilustrativos del método CHAZ mediante el cual se le
compra a los terratenientes unas tierras que siempre han sido públicas.
5) La bandera de la lucha contra el latifundio demuestra el contenido populista y demagógico de la
política agraria de este Gobierno, así como su claro fin distraccionista. El problema de la agricultura
en Venezuela, desde el punto de vista del campesino y pequeño productor, no es de más o menos
tierra, sino de:
- Producir para la ganancia o producir para satisfacer las necesidades y acabar con el hambre.
- Autoabastecernos en los productos fundamentales de nuestra dieta, según el patrón de consumo de
una agricultura tropical.
- Desarrollar una agricultura sustentable, que nace del propio ambiente tropical y no una agricultura
propia de zonas templadas y de acuerdo a los intereses del gran capital internacional.
- La socialización de los medios de producción y del producto. Está más que demostrado que el país
tiene la suficiente tierra, energía y mano de obra capaz de producir alimentos para abastecer varias
veces su población actual.
- La recuperación de nuestros suelos, fuentes de agua y semillas propias de nuestro ambiente, son la
prioridad hacia donde deben dirigirse todos los esfuerzos de la ciencia y la tecnología.
- La lucha de clases en el campo no es sólo por la socialización de la producción, sino también por la
defensa de una agricultura tropical, sustentable, producto de nuestro ambiente, en contra de la
agricultura depredadora y destructiva del gran capital.
Conclusiones
Los intentos demagógicos y populistas basados en EPS, Fondos Zamoranos o Cooperativas,
Misiones, no son más que mecanismos conciliatorios del Estado y la burguesía, para desviar la
atención de los explotados de sus verdaderos objetivos de clase, mientras que el capital prosigue su
marcha en función de la máxima ganancia.
En conclusión, si el Estado y su gobierno no cumple con la Constitución que teóricamente está
obligado a defender y ejecutar; y hace exactamente lo contrario a lo que se predica, ¿Que deben
esperar y hacer los miles de campesinos y trabajadores del campo arruinados, endeudados y
pendiente de expropiaciones por parte del Estado?
Analizar la situación del campo venezolano con miras a la organización de los trabajadores y
campesinos de Venezuela en torno a un autentico programa de clase es una necesidad. El mismo
debe nacer de nuestra realidad y de nuestras necesidades, expresando realmente nuestros intereses y
no el de los burócratas y opresores que desde la llegada de los europeos hace quinientos años, solo
han visto al trabajador del campo como fuente de ganancia, carne de cañón en sus luchas por sus
intereses o sencillamente como un voto mas en sus farsas electorales. Es hora de que el trabajador
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del campo y la ciudad luchen por sus propios intereses ¡LA LIBERACION DE LOS
TRABAJADORES SERÁ OBRA DE LOS TRABAJADORES MISMOS!
Nota 1.- Este documento fue una síntesis de las ponencias y conclusiones del I ENCUENTRO DE
CAMPESINOS Y TRABAJADORES DEL CAMPO DEL ESTADO LARA realizado en
Barquisimeto, entre el 19 y 20 de abril del 2007. Quien desee el texto completo puede solicitarlo al email periodicoellibertario@gmail.com, o pedirlo directamente a su autor phparra@yahoo.es.
Boliburguesía
DOMINGO ALBERTO RANGEL - [# 50, septiembre-octubre 2007]
Ya el chavismo tiene su oligarquía propia. Ocho años de gobierno han creado en Venezuela lo que
Juan Carlos Zapata llamó, con un neologismo afortunado, «boliburguesía», que uno de los grandes
diarios del mundo O’ Globo de Río de Janeiro, ha acogido y difundido con júbilo desbordante.
En la Europa clásica, la burguesía creaba al Estado, aquí, el Estado crea a la burguesía. Como Júpiter
cuando creó a Minerva, aquí el Estado pare burguesías sacándolas de la cabeza como hizo el dios
romano. Desde 1900 hasta el día de hoy, cada capa burguesa surgida en los horizontes sociales de
nuestro país ha sido obra del Estado.
El Estado venezolano es arbitrario, torpe y criminal, pero también opulento, corrompido y
caprichoso. La renta petrolera lo dota del único excedente apetitoso que hoy, a casi un siglo del
«Barroso Nº 2» de Cabimas, detenta Venezuela. Aquí el Estado puede convertir en las doce horas
que necesita la luz de los cielos para alternar con las sombras, a un «peladito cantinflinesco» en un
personaje aristocrático.
Desde hace cien años los sucesivos cabecillas de nuestra oligarquía han sido producidos por una
incubadora milagrosa, la Tesorería Nacional. Hay en la burguesía venezolana, como las hay en la
burguesía imperial de Estados Unidos, distintas modalidades y capacidades, pero todas ellas son hijas
del Estado. O creación del presupuesto nacional, si nos permiten extremar la franqueza. La
oligarquía bolivariana es el más reciente brote de la vieja plantación burocrática venezolana.
Los tres grupos oligárquicos bolivarianos
Hoy es posible divisar ya, tres grupos oligárquicos cimentados por el presupuesto en los últimos
ocho años.
El primero gira en torno a Diosdado Cabello y Rafael Sarría, ambos militares retirados. Tiene ese
grupo una galaxia de tres bancos coligados, varias plantas industriales y participación como accionista
en empresas de servicios. Es posible que después del grupo Polar sea este el primer imperio
financiero del país.
Desaparecido el grupo Alfonzo Rivas, adquirido por Cargill de Estados Unidos, sólo el grupo
Delfino (Manpa) podría alternar con este brote bolivariano. Alguien podría señalar una omisión, no
21
figura en estas comparaciones, me diría, el grupo Cisneros. Ese grupo dejó de ser venezolano,
respondería yo, es hoy un grupo gringo con inversiones en Venezuela como Rockefeller o cualquier
otro de la misma procedencia.
Un segundo grupo se esboza en torno a otro militar retirado, Jesse Chacón. El hermano de Jesse,
dueño o líder aparente de este grupo en ciernes, es un fenómeno de retardo vocacional. Como el
personaje de Moliere, que ya viejo vino a saber que hablaba en prosa, el caballero necesitó la llegada
de su hermano al gobierno para descubrir su vocación por los negocios. En ocho años ha adquirido
un banco, una fábrica de leche en polvo, de las más grandes de Suramérica, y un haras. ¡Jesús, María y
José! exclamaban las beatas de Tovar ante fenómenos tan portentosos como éstos.
Por último, se perfila un tercer grupo oligárquico en el chavismo, el que podría encarnar en Blanco
La Cruz y Hernández Behrens, militares retirados ambos, gobernador de estado el uno, banquero
hasta hace poco el otro, pero al parecer magnates en ascenso o en gestación. Tendríamos entonces
tres grupos económicos entre los cuales reparte sus efectivos la naciente oligarquía bolivariana. No
he hecho comparaciones, pero creo que ningún otro régimen desde 1900 creó tantos grupos en tan
poco tiempo. Es un récord de velocidad que sería necesario remitir a Londres para su debido
registro.
Tres grupos, ¿tres ingredientes?
La celeridad en la creación de esa oligarquía se explica por la coincidencia de tres factores en el
régimen bolivariano. El primero, la abundancia fiscal que comenzó en 1999, cuando Chávez
encontró el petróleo en nueve dólares el barril y de inmediato vino la racha alcista que luego lo
colocaría en sesenta y dos dólares y que, atenuada, aún dura.
Es cierto que los cincuenta dólares de hoy, reducidos a monedas de igual paridad, resultan muy
inferiores a los de 1980, pero es evidente o innegable que a Chávez le ha correspondido una mejor
experiencia de precios petroleros que a Caldera o al segundo período de Pérez. De todas maneras, la
economía petrolera ha vivido un lapso de prosperidad que se traduce en abundancia fiscal.
El segundo factor que ha propiciado el enriquecimiento acelerado de algunos cabecillas del
oficialismo, es el descaro de clase. Entiendo por descaro de clase aquella ligereza moral, aquella
desenvoltura rapaz que caracteriza a los plebeyos cuando de súbito cambia su suerte en la vida. En el
fondo de todo plebeyo hay un trepador, o mejor, todo plebeyo es un trepador. El oficialismo se ha
formado de plebeyos que en el sistema político o en los cuerpos militares veían con codicia, pero con
frustración, el festín que saciaban adecos y copeyanos. El chavismo ha sido, fue y será siempre
envidioso y como tal no tiene principios, tiende a atiborrarse cuando la suerte le favorece.
El tercer factor es la tolerancia, casi alcahuetería, diríamos, con que Venezuela siempre toleró y hasta
aplaudió a los ladrones de su Tesoro Nacional. ¿Acaso no fue popular Páez que pasó de peón de
sabana a latifundista por la hazaña de su lanza? ¿Y Guzmán, Crespo y Panchito Alcántara, no
gozaron las mieles del prestigio popular? Un caudillo que robe siendo plebeyo y que siga
conservando su cultura de plebeyo es algo que embeleza a los venezolanos.
¿Decimos estas verdades o incurrimos en el silencio cómplice que todo lo guarda como hacen ciertas
familias con el bobo de la casa? Ya la oligarquía chavista, la «boliburguesía», es suficiente ella sola,
para sostener al régimen.
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Puerto Bolívar: Más carbón de Venezuela para el Imperio
LUSBI PORTILLO - [# 50, septiembre-octubre 2007]
En tiempo de globalización, Venezuela de nuevo se abre a los grandes negocios de los capitales
mundiales, y el Edo. Zulia no escapa a tal dinámica, al contrario es vivo ejemplo de cómo se
ensambla esta región a los 3 ejes nacionales necesarios para conectar el país entre sí, y al mismo
tiempo, vincularse a los planes comerciales y energéticos del mercado mundial, así como a la mega
infraestructura multimodal de la región suramericana montada en la dinámica de los nueves ejes de
integración que la banca mundial propuso y desarrolla en estos países a través de la IIRSA.
El desarrollo del Zulia lo determina el carbón y el Eje de Integración Andino, pero se conecta vía
fluvial con el centro del país y con el Cono Sur con el Eje de Integración Orinoco, Amazonas y Río
de la Plata, y con el oriente de Venezuela y los países del Mercosur con el Eje de Integración Escudo
Guayanés: Venezuela, Brasil, Guyana y Suriname. Las economías del Zulia, del Norte del Santander y
de la Guajira colombiana se dinamizarán y estructurarán a partir del potencial energético fósil del
carbón, que comparten a lo largo de toda su línea fronteriza buscando salida a los mercados de las
transnacionales en los EE.UU. y Europa a través del Pacífico colombiano o el Atlántico venezolano.
Las multinacionales y los capitales exportadores colombianos desde su TLC colomboestadounidense y del Eje de Integración Andino de la IIRSA buscan desde Venezuela los mercados
del noreste de Estados Unidos y de Europa, por esta razón la necesidad imperante de construir las
vías ferroviarias colombianas buscando, por una parte, desde los poblados de Orope y La Fría, en el
Edo. Táchira, al puerto de La Ceiba, Edo. Trujillo, a orillas del Lago de Maracaibo, y desde allí las
aguas del Golfo de Venezuela/ Puerto Bolívar (o Puerto América, como también se le ha llamado) y,
por otra parte, construir el puerto Catatumbo en el poblado Encontrados en el Sur del Lago de
Maracaibo y la Vía El Cruce-Puerto Catatumbo para sacar el carbón represado en las márgenes
colombianas de Río de Oro, Catatumbo y Río Zulia. Por estos mismos puertos, también los intereses
multinacionales que operan en Venezuela desde la Corporación para el Desarrollo de la Región
Zuliana (Corpozulia) pretenden sacar del sureste del pie de monte de la Sierra de Perijá venezolana,
en territorios indígenas Barí y Yukpa, 12 millones de toneladas anuales. Y esta es la razón de fondo
por la cual el Gobierno Nacional no ha querido derogar las concesiones de carbón.
Así mismo, cruzando el norte del Edo. Zulia, los municipio Páez, Mara y Padilla, se pretende
interconectar la vía ferroviaria y las carreteras del noreste colombiano con estos mismos mercados
del Atlántico, construyendo el Puerto Bolivar en las islas San Bernardo y San Carlos, situadas en el
Golfo de Venezuela, y el puente Nigales para transportar mercancías del norte de Colombia por el
municipio Mara hacia la Costa Oriental del Lago, Falcón y el centro del país. Una de estas vías
ferroviarias hacia Puerto Bolívar recorrerá todo el noreste del piedemonte de la Sierra de Perijá en
territorios Wayúu para trasladar a los Estados Unidos y Europa 24 millones anuales de toneladas de
carbón de las pretendidas minas a explotar en las cuencas de los ríos Socuy, Maché y Cachirí, además
de las dos minas abiertas hoy en Guasare.
La construcción del Puerto Bolívar en el Golfo de Venezuela obedece netamente a cálculos
realizados por empresas multinacionales del carbón que operan principalmente en USA, Brasil y en
países europeos como España, que vienen montando su estructura energética sobre la base del
consumo de energía proveniente de carbón mineral con el cuento de hacer limpia la quema del
23
carbón capturando el CO2, uno de los principales gases causantes del calentamiento global y el
cambio climático.
En la literatura existente se viene señalando el agotamiento del carbón en las actuales minas
subterráneas de Estados Unidos, por ello la necesidad de reformar los puertos para permitir la
entrada de barcos de mayor capacidad necesarios para cumplir con la demanda creciente interna y
bajar así los costos relacionados con el transporte, embarque y desembarque. Los barcos que entran a
los puertos norteamericanos son los bulk carriers tipo Handymax o Panamax cuyo tonelajes de peso
muerto oscila entre 70.000 a 80.000 toneladas, pero se requieren para cumplir con los volúmenes
exigidos y bajar los costos de traslado, embarques y desembarques barcos bulk carriers tipo Capesizes
que oscila entre 150.000 y 160.000 toneladas como los que usan las transnacionales, entre ellas, la
Drummond Ltd en Colombia, o los bulk carriers tipo Post Panamax con 90.000 toneladas como los de
la naviera japonesa Nipón Yussen Kaisha Line (NYK LINE) que actualmente están transportando
carbón desde Brisbane (Australia) a Japón.
Se viene trabajando en Corpozulia la construcción del Puerto Bolívar o Puerto América con
atracaderos con capacidad para permitir la llegada de buques bulk carriers tipo Post Panamax o
Capesizes. De allí el desespero de las transnacionales que operan desde la presidencia de
Corpozulia/Carbozulia de abrir este año las minas Socuy, Cachirí, Carmelitas y Caño Seco. Sin duda,
en la componenda de Martínez Mendoza con las multinacionales que operan en Colombia está la
razón de la afirmación del analista Juan Francisco Salas Romero: «Es fácil, ahora, explicarse el interés
que tiene Colombia en que Venezuela le construya una terminal para atraque de buques de tonelaje
importante, tales como los antes indicados y mayores en Puerto Bolívar (ya de ello hemos hablado en
anteriores artículos) y tal vez Venezuela se la construya o financie. Quizás a cambio Colombia le
acepte el oleoducto a través de su territorio para tener acceso al Océano Pacífico. De todas formas,
no creemos, precisamente, que sea Venezuela la que resulte aventajada en este tema»
<http://www.analitica.com/va/economia/opinion/7873386.asp>.
Pero la explotación de la Mina Socuy quedará en mano de la empresa brasileña-estadounidensejaponesa Compañía Vale do Rio Doce, la Mina Cachirí en manos de los holandeses y
norteamericanos de Inter-American Coal/ Carbozulia, y la Mina Caño Seco en manos de la empresa
fantasma irlandesa Carbonífera Caño Seco C.A., en donde el anterior presidente de Telecom Eiram,
Brendan Hynes, está envuelto. Estos son los operadores que hoy amenazan desde Corpozulia dejar
sin agua al Zulia y a los indígenas Wayúu sin territorios.
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De Venezuela saudita a Venezuela palestina
PEDRO PABLO - [# 51, noviembre-diciembre 2007]
Si damos crédito a la propaganda oficial, el país crece más del 10 % anual, el ingreso petrolero es
abrumador, las políticas alimenticias cubren las necesidades de la población, estamos inmersos en el
socialismo del siglo XXI, la educación se reformula para mejorar a nuestros niños, la televisión está
casi controlada en sus intentos golpistas, la salud más que protegida por las misiones Barrio Adentro,
los pobres satisfechos en sus aspiraciones con Misiones Negra Hipólita, los niños de la calle ahora
están a cubierto, la producción socialista en el agro va camino de asegurar nuestra independencia, el
imperio no puede avasallarnos porque estamos listos para enfrentarlos con armas y sangre
bolivariana, fábricas, universidades e inversiones productivas se anuncian a raudales, en el concierto
internacional tenemos una posición respetada por nuestra dignidad, etc. etc.
Entonces uno se pregunta, si todo va tan bien, ¿por qué no se respira gozo en las calles? ¿Por qué el
venezolano anda serio como perro en bote? ¿Por qué nos matamos más que en la guerra de Irak?
¿Por qué en septiembre murieron más de 80 motorizados en Caracas? ¿Por qué vemos tanta
agresividad en las relaciones? ¿Por qué nadie respeta ninguna norma de convivencia? ¿Por qué
andamos tratando de trampear todo el tiempo, tratando de eludir los compromisos adquiridos? ¿Por
qué no hay ninguna respuesta agradable, ni cumplimos compromisos? ¿Por qué todo es tan difícil?
Los que tenemos algunos años y vivimos aquella otra elevación de precios petroleros cuando CAP I
(y no pasó de 15 dólares el barril) recordamos que la llamada Venezuela saudita era una fiesta.
¿Cómo es que ahora, que los precios se dispararon 5 veces más, estamos tan deprimidos, enojados,
fastidiados, los que pueden pensando en irse, los que no, más arrechos todavía? ¿Por qué sólo ese
grupo minúsculo de la boliburguesía es el único que parece disfrutar la revolución, pero fuera de
Venezuela? ¿Por qué se ha perdido toda esperanza, cuando la economía parece ir mejor que nunca?
Zitarrosa preguntaba irónicamente en una canción ¿Sr. Ministro, de qué se ríe? y sucede que en
Venezuela, los ministros, y la gente, dejaron de reírse.
Los aclamados logros, sólo parecen ser plumas de pavo real. ¿Para qué tanto dinero si no puede
hacernos vivir con esperanza, en alegre y amable convivencia y más bien pareciera que estamos en un
campo de refugiados palestinos? Como en todo buen sistema capitalista neoliberal, las cifras
macroeconómicas, los megaproyectos, los gráficos, dejaron de ser medios para ser un fin en si
mismos. Todo se reduce a delirios fantásticos para embaucarnos y hacernos sentir como nos
sentimos, engañados, con la depresión del que se sabe cornudo pero no se anima a divorciarse.
Estamos narcotizados con este bla bla del dinero que nos ha entrado en los últimos años, y sin ver
los problemas de fondo. ¿Para qué queremos todo ese dinero? ¿Lo cambiamos por promesas y horas
de discursos? Toda esa riqueza ¿No debería hacernos sentir como si estuviéramos en el mejor de los
mundos posibles y al cabo de 10 años nos sentimos peor de lo que hemos estado nunca, con un
presente negro y un futuro más negro todavía? Creo que esta es la mejor demostración que los
bondades que se atribuye el gobierno son mentira.
El narcótico de los precios petroleros nos ciega, como si no importara que sólo hemos sacado de esa
masa de dinero corrupción, autoritarismo, desprecio por lo institucional y lo constitucional. Somos
un país en comodato, del que uno sólo es dueño y del que todos los demás esperan su limosna,
llámese salario, misión, crédito o cuota de dólares. Esto no parece que haga feliz a nadie que respete
su dignidad, y por eso vemos esas caras, esas conductas y esa tristeza. Por que el asunto no es de
dinero, es ético. Es que si compartimos las verdes, también hemos de compartir las maduras y
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participar en las decisiones acerca de para qué queremos ese dinero, cómo lo vamos a usar, lo cual va
desde la discusión de nuestras condiciones laborales hasta la constitución que nos ha de regir. En
eso, todos tenemos algo que decir y queremos que se nos oiga y oir a los demás. Pero, como
sabemos, ahora habla uno y los demás escuchamos y eso, está más que claro, no nos hace felices.
Una vida ética es una vida en convivencia, con o sin dinero, con reglas conformadas en común, para
resolver problemas, disfrutar soluciones y deleitarse en estar juntos. Cuando se logra, entonces
podemos establecer una vida virtuosa y nos sentimos camino de la felicidad. La vida de obediencia,
oyendo mentiras, promesas que sabemos que no se van a cumplir, escuchando de continuo insultos y
regaños por cualquier cosa como hijos de una madre neurótica, no nos hace felices aunque tengamos
mucho dinero. Si alguna vez se nos llamó la Venezuela saudita, hoy con muchísimo más dinero,
somos la Venezuela palestina refugiada.
Moneda comunal: ¿mami, qué será lo que quiere el “zambo”?
MARIANA - [# 53, mayo-junio 2008]
Para anticapitalistas de cuchufleta, el gobierno acaba de presentar la posibilidad de sacudirse uno de
los males del capitalismo, el dinero. Ha propuesto monedas de trueque comunal (ejemplos serían el
“zambo” y la “maría lionza”, ahora en ensayo), que permitirán transacciones entre miembros de las
comunas ajenos al vil imperio del dinero, intercambios más humanos, sin afán de lucro, etc. etc. etc.
La medida tiene muchas aristas. Por lo pronto, el dinero no desaparece, sino que es otro. No es que
ahora un pescador de Oriente cambie 2 kilos de pescado por 3 latas de leche (¡bueno, pueden ser
como 20 kilos de pescado!), nada de eso. La leche valdrá tantos zambos y el pescado tantos y listo.
La diferencia está en que compra con zambos y no con bolívares. Entonces ¿Dónde está el chiste?
No es chiste, es drama. Si la memoria no falla, lo mismo hizo Argentina varias veces. Años atrás con
unos bonos que reemplazaron al dinero, y hace menos, cuando con una deuda abrumadora no había
fondos en el Banco Central que sostuvieran el valor del peso circulante. Para no detener la economía
interna, inventaron monedas locales para mantener el flujo del mercado pero sin respaldo en dólares,
euros, oro o lo que sea. Vulgares papelitos que servían para un comercio reducido, pero que no se
podían ahorrar, ni comprar cualquier cosa, sino solamente algunas. Algo así como los cesta-tickets,
pero generalizado. Buena parte del salario se recibía en estos papelitos, (patacones los llamaban) que
fueron eliminados ante el caos y la protesta general. Porque si se quería ahorrar, surgieron los que
tenían pesos verdaderos y se los cobraban a precios de usura, más o menos como pasa ahora con el
dólar del mercado negro o lo que sucede en Cuba, dónde unos pocos reciben pesos convertibles y
los demás pesos tipo moneda comunal. Digamos que en Cuba con los convertibles es que se pueden
comprar televisores, computadoras, autos y demás.
Esto lo hace el chavismo no por socialista, sino por razones que en ninguna forma nos benefician.
Como ese dinero no tiene aval, baja la inflación porque no se registra en bolívares sino en papeles sin
respaldo. Respaldo, por otra parte, no hay y la situación de disponibilidad de riquezas es cada vez
menor. Los aprovechados no van a bajar sus apetencias de dólares, por lo que para librar del cerco al
bolívar, se inventan monedas comunales para los “pata-en-el-suelo”, que no pueden ahorrar, que no
ganan intereses, que no valdrán para pagar créditos ni tendrán importancia fuera de algunos círculos
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estrechos. Quedaremos presos en Venezuela, porque ya no habrá bolívares para comprar dólares,
negros o blancos. Si antes se era un medio esclavo porque sus bolívares no los podía cambiar
legalmente por dólares, euros o lo que fuera para poder viajar, comprar o ahorrar contra la inflación,
ahora seremos esclavos completos porque a los zambos no los va a querer nadie. El gobierno hará
una campaña por la tele, pero ya, porque eso es lo que busca.
Si el comerciante no puede poner moneda comunal en el banco, tendrá que cambiarla por bolívares y
los que tengan bolívares (léase, los avispados de siempre) especularán de lo lindo, (24 a 1 es la
equivalencia en Cuba). El comerciante se desquitará subiendo precios, lo que no figura en la inflación
ni es ilegal porque le aumenta zambos, por lo que el incremento no existe. O no recibirá moneda
comunal con la que se paguen buena parte de los sueldos, por lo que la gente terminará usándola
para empapelar su casa. Eso hará que se consuma menos y, como veníamos importando mucho,
servirá para tener más dólares y bolívares para beneficio del socialismo. Pero bueno, desnudos y con
hambre por la revolución.
Claro es que así se podrá formar una nueva lista, -que ya no será la de Tascón-, para los que reciban
bolívares y los que no. Sindicato, empresario, o cualquiera que proteste, moneda comunal. Si se
mantiene sumiso, bolívares. Si está en la cúpula revolucionaria, dólares, que ya no habrá para la gente
común. Ciertamente, están abriendo el paraguas antes que llueva, si finalmente la economía del
imperio cae, porque con ella caen las de China, Japón, Rusia, India que son las economías con más
dólares y dependen de la gringa. Con ello, el mundo entrará en crisis, se parará la expansión, se
gastará menos energía y el precio del petróleo se vendrá abajo. Si ahora, con el petróleo a más de 100
dólares, no tenemos ni para leche, si llega a caer, no habiendo guardado nada y malgastado todo, sólo
Chávez y su combo comerán en Venezuela. El resto, deambulará cambiando un montón de zambos
por algún bolívar. Lo de la crisis no es conjetura, lo dijo Greenspan, ex-jefe del Tesoro
norteamericano, para quien la situación es la peor desde 1929. En fin, que la revolución bolivariana
está liquidando a bolívar, fuerte o débil.
Editorial
[# 56, mayo-junio 2009]
Todos los analistas medianamente rigurosos coinciden en la alta vulnerabilidad de la economía
venezolana para afrontar las consecuencias de la crisis económica mundial. La pregunta es obvia:
¿Por qué nuestro país será uno de los más afectados por los aprietos del sistema capitalista global, si
se tiene una década construyendo al denominado “socialismo del siglo XXI”?. La respuesta, a su vez,
es simple: porque, contradiciendo discursos y espectáculos, no ha caminado en una dirección
diferente a la globalización economicista que ha primado en las últimas dos décadas en el planeta.
En efecto, Venezuela ha profundizado el rol asignado por el flujo de capitales: la venta, de manera
“segura y confiable” de insumos energéticos a los mercados internacionales. De esta manera el país
ha incrementado aun más su dependencia del consumo foráneo de nuestro petróleo, fundamento de
la industrialización y desarrollo que ha cimentado la arquitectura capitalista planetaria después de la
Segunda Guerra Mundial. Es por ello que en esta vigorización estatal de la extracción minera, las
proclamas incendiarias acerca de la promoción de una economía “endógena” han mostrado los
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resultados conocidos, quedando como anécdotas folklóricas para el divertimento de la población. Es
de sobra conocido que cada vez que el gobierno declara impulsar la “soberanía alimentaria”, aumenta
la cantidad de alimentos importados, cuyo subsidio sólo es posible por la renta petrolera.
Tras contar con la mayor bonanza económica de las últimas tres décadas, y prácticamente el control
de todo el aparato político e institucional estatal, el gobierno bolivariano ha sido incapaz de
promover transformaciones estructurales que merezcan a “positivo” como adjetivo, así como de
elevar significativamente –y no solamente por la vía del consumo, que como sabemos es un
indicador capitalista-, la calidad de vida de las mayorías. Como extensión de los defectos de la
democracia representativa, y no como ruptura, el chavismo realmente existente ha repetido una tras
otra las perversiones de gobiernos anteriores en épocas de bonanza fiscal: la instrumentación de una
amplia red clientelar y populista, el agigantamiento del aparato burocrático institucional, el
enriquecimiento súbito y grotesco de una nueva burocracia en el poder y el fomento de la corrupción
a todos los niveles de la administración pública. Y es ahora, en época de vacas flacas, que pesarán los
desmanes de todos los Juan Barreto y Diosdado Cabello que bajo la boina roja parasitan en
ministerios y gobernaciones.
Como ya lo demostró el pacto chavista con Gustavo Cisneros, la crisis colocará en un segundo plano
los enfrentamientos entre poderosos, quienes conciliarán sus intereses para que el trance sea pagado
por l@s de abajo. El desdibujamiento del espectáculo polarizante brindará una oportunidad para que
oprimidos y oprimidas podamos reconocernos de nuevo peleando por nuestros derechos, sin la
mediatización de los auto-erigidos representantes mediáticos. En esta necesaria recomposición del
panorama social los antagonismos se encauzarán a su dimensión real: o se toma partido por
gobernantes, patrones y privilegiados o se apuesta por los que tienen todo por ganar.
En este contexto, el gobierno realiza una agresiva avanzada para afinar mecanismos de control sobre
la sociedad y aumentar su concentración de poder. Aprovechando la conmoción e incertidumbre
originadas por la debacle económica mundial, la excusa de la crisis le ofrece una oportunidad única
de implementar medidas autoritarias y regresivas en derechos laborales, sociales y políticos. Como ya
se ha dicho antes, la mejor manera de permanecer orientados y resistir al shock como política de
Estado, es comprender la naturaleza y las causas de lo que nos está sucediendo. Y, en el caso
venezolano, es el agotamiento de un modelo político –el caudillismo populista, los cambios
decretados desde arriba- y económico – la dependencia petrolera- que lejos de superarse han sido
oxigenados por el llamado “proceso bolivariano”.
Sin embargo, esta encrucijada es también un chance para la transformación real y profunda de
nuestra sociedad. En donde l@s de abajo prescindamos de líderes providenciales y atajos, para
construir poco a poco un vasto movimiento social, autónomo, beligerante y popular, ajeno de todos
los partidos políticos y órganos del poder. Desmontando una a una las falacias pseudorevolucionarias de la nueva burocracia estatal, a la vez que se rechaza la influencia y accionar de los
partidos políticos herederos del pasado. Reconociendo todos los factores que limitan nuestra
superación individual y colectiva y generando propuestas, no para la toma del poder, sino para su
disolución en el tejido social. Promoviendo experiencias e iniciativas con las cuales ir generando, aquí
y ahora, una cultura diferente. Tendiendo lazos y puentes horizontales y no coercitivos con todos los
sectores en lucha.
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L@s de abajo pagaremos lo que arriba derrocharon
CHARLOTTE - [# 56, mayo-junio 2009]
Chávez se llena la boca diciendo que a Venezuela no la impactará la crisis global. Esto es una
insensatez puesto que las medidas anticrisis que anunció justamente han sido impuestas debido a la
reducción del precio internacional del petróleo, una de cuyas causas es precisamente la crisis
económica mundial. Según él, estamos mejor que cualquier nación capitalista desarrollada gracias a la
gestión de su gobierno. ¡Que cinismo! Venezuela se ha mantenido a flote no por la eficiencia de su
Estado “robolucionario” sino porque ha tenido la suerte de recibir por 5 años consecutivos (de 2003
a mitad de 2008) grandes ingresos en dólares provenientes de un alza mantenida del petróleo. No
porque nos hayamos convertido en un país productivo y diversificado. ¡No! Somos el mismo enclave
monoproductor, dependiente de las importaciones y subdesarrollado de la IV República, pero con
sus males estructurales y sus peores vicios elevados al cubo. Venezuela sigue siendo, y más que
nunca, un país que parasita de la renta petrolera, auténtico sostén de la economía de la nación a
través del gasto fiscal. Desde hace más de 80 años, si sube el precio del petróleo crece la economía, y
si baja, vamos en caída.
Asumiendo lo anterior, es un misterio el destino de los 50 millardos de dólares de renta promedio
anual que ha recibido el Gobierno de Chávez en estos últimos cinco años. Ha sido un ingreso único
en la historia nacional. ¿Dónde está invertida esa enorme masa de dinero?, pues no se observa un
crecimiento del sector productivo acorde con tan enorme gasto fiscal. Es del todo claro que las
Misiones y otros rubros de gasto social no han consumido tanto dinero. ¿Cuál empleo se ha creado
salvo en el propio Estado (en las Misiones o en contratos burocráticos temporales), en el sector
servicios o en la economía informal? ¡No hay crecimiento en el sector productivo real! Hoy somos
más dependientes que nunca de las importaciones. Se dice, y es de creer, que gran parte de esos
reales evaporados está colocada por los reyes del peculado en el náufrago Stanford Bank y en otras
guaridas similares.
En ese paquete de palabrería seudosocialista y alma neoliberal, hay un ajuste por la vía de recortes
masivos de gasto público y un financiamiento con un incremento del endeudamiento interno que
triplica al actual, al llevarlo a Bs. F 34 millardos. Para ello tendrán que ofrecerle a la Banca Privada
bonos del Estado con grandes tasas de interés para hacerlos atractivos a los banqueros capitalistas,
quienes serán, como de costumbre, los más beneficiados. Por supuesto, esto reducirá la capacidad de
préstamos del sector bancario e impulsará la contracción. Por otra parte, subió el IVA (Impuesto al
Valor Agregado) de 9% a 12%, cuando ese es el impuesto regresivo por excelencia, pues paga más el
que gana menos. ¿Por qué no se impuso un impuesto nuevo a las ganancias de la Banca? Qué
importa que en otros países el IVA sea mayor; eso es algo así como que “yo soy mejor porque le
pego a mi mujer menos que tu”. Hicieron peor que la cigarra de la fábula: despilfarraron y se robaron
el dinero del pueblo venezolano y ahora nos obligan a pagarles la factura porque el aumento del IVA
va a disparar los precios, el miserable incremento salarial no compensará la inflación, ni tampoco las
medidas fomentarán la creación de empleos en actividades que diversifiquen la capacidad productiva
y conduzcan a la independencia económica.
29
Inflación y reivindicaciones
Domingo Alberto Rangel - [# 57, octubre-noviembre 2009]
Nuestro país tiene desde hace años la tasa de inflación más alta de la América Latina. La razón de tal
singularidad viene de las características del modelo petrolero. Las economías de emirato llevan una
propensión muy arraigada hacia los excesos inflacionarios. El Estado, al cual pertenecen los
yacimientos en los países de solera ibérica, tiene una tendencia al derroche. Sufriendo la presión de
todos los sectores de la población, aguijoneados por necesidades a veces extremas, el Estado en los
países petroleros del 3er. Mundo tiene que gastar hasta el último centavo de sus rentas.
En tiempo de alzas en la cotización las presiones se vuelven más fuertes, y el Estado, para responder
de manera que acalle a quienes lo presionan y obtener gajes políticos indiscutibles, echa por los
conductos del gasto todo el dinero que recibe. No importa cuan alta sea la renta petrolera, el Estado
en los períodos de vacas gordas está siempre dispuesto a tirar la casa por la ventana. Más de una vez,
el ímpetu del gasto público es tan intenso que aún sin bajar los precios del petróleo, la autoridad
financiera se ve repetidamente obligada a contraer empréstitos de apuro para que la deuda no vaya a
crecer por encima de un determinado nivel. Todo ese gasto desmandado crea un poder de compra en
la población que a veces no encuentra, por el lado de la oferta de los bienes y servicios, equivalente
congruo o suficiente. El desequilibrio así labrado o creado es el primer germen de la inflación.
Los gobernantes saben que su acción sobre el gasto público, en el sentido de incrementarlo hasta
hacerlo trepar a alturas insólitas, tarde o temprano crearán presiones o tendencias inflacionarias. En
tal circunstancia lo más acertado sería frenar su crecimiento. Pero los gobiernos jamás detienen, en
los países subdesarrollados con economías de tipo capitalista, el aumento del gasto público. Ante
todo, no hay gobierno que no se sienta sometido a una especie de plebiscito cotidiano que le exige
gastar más. Cuando viene a Caracas, pongamos el caso, una comisión de copartidarios desde
Caripito, de Valera o de Santa Rosa de Amanadona, el Ministro con el cual se reúne esa consabida
comisión no tiene más alternativa que dar respuestas positivas, prometiendo actuar en el momento o
poco más tarde, ante las peticiones que hayan traído los compañeritos o camaraditas de tales lugares.
Como, fuera del petróleo, el aparato productivo de Venezuela está destruido o no existió jamás, las
reivindicaciones que vienen de todas las colectividades del país presionan sobre el gobierno y se
traducen en incremento de las importaciones de bienes y servicios. Un gobierno que estuviese
sometido a la vigilancia y normas de conducta que postula la teoría de la democracia, tendría que
detener en un momento determinado las promesas que sus líderes suelen hacer. Pero en el caso
concreto del gasto no ocurre eso, porque al fin y al cabo los economistas del régimen dirán al
Presidente lo que quiere oír: que es peor, mil veces peor, el desempleo que la inflación. Esto no solo
mantendrá la tendencia al aumento del gasto, sino que borrará de la mente de la élite gobernante
cualquier signo de rectificación; por no mencionar que también se está fracasando en la creación de
empleo que supuestamente compensaría lo negativo del alza de precios.
30
Las medidas de Chávez. ¡Viva el atraso!
DOMINGO ALBERTO RANGEL - [# 58, marzo-abril 2010]
Si en la América de hoy imperase la costumbre medieval europea de designar a reyes y a
personalidades destacadas agregando a su apelativo el rasgo físico más marcado o alguna
característica resaltante de su personalidad, a Hugo Chávez se le conocería como Hugo el Perjuro.
"No devaluar jamás", juro él varias veces, de manera solemne y con voz imperturbable como si
estuviera ante el Samán de Güere.
Devaluar la moneda es una medida concreta que se toma según la impongan determinadas
circunstancias. Un país que haya vivido por encima de sus recursos, gastando más de lo que haya
obtenido, es casi seguro que se vea obligado a devaluar su signo monetario, como ha ocurrido con
nuestra V República, derrochadora en demasía. Al despilfarro acostumbrado de todos nuestros
gobiernos, este régimen ha agregado la compra de armas de todo tipo a la Federación Rusa, heredera
del imperio soviético.
La devaluación es siempre una manera de arrojarle el peso de una crisis a los trabajadores y a las
capas medias, es decir, a quienes viven de un sueldo o un salario. Es como si fuera un impuesto
indirecto. Al devaluarse la moneda nacional frente a sus similares del exterior, sube el costo dentro
del país de cualquier mercancía importada. Así, supongamos que el tipo de cambio - la relación entre
el bolívar y el dólar - es de uno a uno y un kilo de carne vale un dólar, su costo en nuestro país sería
un bolívar, pero si el tipo de cambio del dólar sube a 1,50, ese será acá el precio de la carne
importada, si es que en Estados Unidos o donde corra el dólar los precios internos no sufren
alteración alguna.
La devaluación siempre arroja la carga de las dificultades o el costo de la crisis a los hombros de los
trabajadores. En la medida que un país satisfaga su consumo de alimentos, vestuario y otras
necesidades básicas mediante importaciones, el peso de una devaluación caerá en su totalidad sobre
quienes viven de un sueldo o un salario. En la Venezuela de nuestros días, la mayor parte de nuestras
necesidades alimenticias y parecidos porcentajes del gasto en vestuario, consultas médicas,
equipamiento para hogares o empresas y otros rubros se satisface con importaciones, o con servicios
obtenidos en el país pero cuya prestación hace indispensable el uso de insumos extranjeros. Cuando
usted va a una clínica u hospital y allí le practican unos Rayos X o una tomografía, los aparatos
usados para esas pruebas vienen del exterior y hay que pagarlos en dólares. Si se devalúa la moneda
gringa el costo interno de ellos se incrementa y crecerá el costo en bolívares de ese servicio.
No todas las devaluaciones son repudiables o negativas. Los países subdesarrollados no podrían
aspirar a una industria moderna de no devaluar ellos de tal manera sus monedas que hagan
prohibitivas ciertas importaciones. Ninguna colectividad del llamado Tercer Mundo lograría
industrializarse si no devalúa su moneda y, además, impone otras restricciones a la importación.
El problema de la estrategia del desarrollo en relación con la carga de la industrialización es
fundamental. Es obvio que un país subdesarrollado, de incipiente o escaso desarrollo de sus fuerzas
productivas, no puede mantener una moneda nacional cuyo tipo de cambio con el de las grandes
potencias sea de paridad neutra. Algún grado de devaluación debe adoptarse como medida
protectora de la industria interna. Otras medidas deben empero formularse para equilibrar las cargas
de la industrialización, siendo el principio rector de la estrategia en este terreno graduar tales cargas
31
conforme a la capacidad de pago. Entre más grande sea la fortuna o más sobresaliente resulte el
ingreso de un ciudadano, en países de irrestricta propiedad privada como es la Venezuela chavista,
más debe contribuir al financiamiento del desarrollo. Si se devalúa en un 60 % como lo ha hecho
Chávez en sus recientes medidas, habría que elevar en un 60 % las tarifas del impuesto sobre la renta
que incidan sobre las personas de ingresos más altos.
En Venezuela, por desgracia, las medidas tributarias, o de índole monetaria como las que adoptará el
gobierno en enero, se toman atendiendo sólo a las necesidades del fisco. El déficit crónico del
presupuesto nacional, la necesidad de pagar la deuda externa y otros apremios parecidos (o algunos
aún más bastardos, como satisfacer la voracidad de la corrupción y del clientelismo), constituyen los
motivos de todas las medidas fiscales o monetarias. Desde la reforma de Román Cárdenas (en
tiempos de Gómez, antes de la era petrolera) no se realiza en Venezuela una revisión coherente e
integral del sistema tributario y del concierto monetario. Parece mentira y roza con los linderos del
ridículo que en más de tres cuartos de siglo no se haya ejecutado tal acción, cuando en ese lapso el
país vivió las transformaciones económicas y sociales más significativas que han ocurrido en su
historia. Que nos rijamos por la misma política fiscal y monetaria de la era rural pre-petrolera no
preocupó a los gobiernos adecocopeyanos, ni tampoco le quita el sueño al procerato de la V
República.
El misterio del viernes rojo
CHARLOTTE - [# 58, marzo-abril 2010]
La reciente devaluación del bolívar es un misterio intrigante. En 1983, el Presidente de entonces Luís
Herrera a pesar de estar en un año electoral, se vio obligado a dictar un control de cambio y decretar
la devaluación del bolívar frente al dólar. Habían pasado dos décadas de libertad y estabilidad
cambiaria pero no le quedó otra opción porque las reservas internacionales estaban en niveles
críticos, la deuda externa era agobiante y el precio del petróleo había bajado. Caldera en su 2º período
enfrentó una situación semejante y repitió el esquema. Actualmente, según los voceros oficiales, el
país cuenta con reservas de $ 28 millardos, sin incluir los $ 7,8 millardos que se trasladaron
recientemente al Fondo de Desarrollo Nacional (Fonden). Entonces, ¿por qué poner el precio de la
divisa al doble si "sobran" los dólares?
¡Porque mienten! Las reservas internacionales son realmente insuficientes, pues apenas son
operativas -sirven para pagos inmediatos- $ 12 millardos; y además se necesitan para las
importaciones del año cerca de $ 35 millardos. Sí, nos faltan $ 22 millardos. Por su parte los $ del
Fonden no cuentan porque éste es un cajón oscuro adonde son traspasadas las "reservas
excedentarias" del BCV para ser utilizadas a discreción por el Poder Ejecutivo -léase Chávez- sin
ningún tipo de contraloría y supervisión.
En cuanto al petróleo, el precio ronda los $55, valor insuficiente para cubrir las necesidades del país,
aunque Chávez se empeñe en decir que estamos "blindados" ante la crisis mundial. Será que sus
32
asesores economistas rasparon la clase sobre el Mercado e ignoran que con la crisis disminuye la
demanda de petróleo y por consiguiente baja su precio. ¡Lean Pesenti, por favor!
Las consecuencias de la devaluación son atroces. El dólar que pasó de Bs. 2,15 a Bs. 2,60 representa
un incremento de precio de 21% en las importaciones de alimentos: carne bovina, pollo, mantequilla,
arroz y atún; en medicinas: vacunas, antibióticos, insulina, preservativos; en artículos como champús
y dentífricos; y en insumos y maquinarias. El resto que se paga a Bs. 4,30 significa un aumento del
100% en: alimentos no básicos (carne porcina y todos los embutidos); todos los electrodomésticos;
herramientas, bombillos, pilas, ollas, repuestos de vehículos, cauchos, vidrios, clavos, ropa, sábanas,
tijeras, monturas de lentes, telas, muebles, computadoras, libros, etc. Solo mire a su alrededor y se
sorprenderá de la cantidad de cosas que son importadas. Por esta razón, es inevitable que todos esos
artículos aumenten 100% su precio.
Pero lo más terrible es la Ley del Vendedor de Mangos. Se resume en el niño que toma mangos
libremente del piso y los vende a Bs. 10 el tobo. Cuando ocurre la devaluación los sube a Bs. 20. Al
preguntarle por qué, responde ¿usted no sabe que se devaluó el bolívar? -muchacho, ¿y qué tiene que
ver eso? Y él responde sabiamente -ahora a mi me saldrá todo más caro. Es decir, todos los
productores de bienes y servicios aumentarán sus precios para protegerse de la inflación. Los únicos
que no podemos aumentar el precio de nuestro trabajo somos los asalariados.
Entonces ¿por qué Chávez ha decretado una devaluación en un año crítico políticamente? Hay tres
respuestas. Una, porque necesitan encarecer el dólar para que disminuya su compra, ya que no tienen
reservas suficientes. Dos, porque tal es la situación de compromisos y deudas del Estado, que todo
los Bs. que tienen no les alcanzan. Al devaluar, recibirán ahora más Bs. por dólar petrolero para
poder pagar: la enorme burocracia de Ministerios y Misiones; subsidios de MERCAL y PDVAL;
compromisos vencidos con proveedores y contratistas y proyectos sin iniciar o concluir; las
dificultades financieras que sufre PDVSA por dedicarse a actividades que no le corresponde, y de las
empresas básicas por su funesta administración; el endeudamiento interno; la corrupción que no se
puede ignorar. Tres, porque necesitan dinero para el enorme gasto que realizarán en estas elecciones
en búsqueda de votos. Este gasto fiscal empujará la demanda y ante una oferta rígida, provocará más
presiones inflacionarias, hecho demostrado los 3 últimos años. ¿Dónde están los 700 mil millones de
dólares que han entrado al país durante esta administración, siendo el ingreso más alto percibido por
gobierno alguno en Venezuela?
Los planificadores chavistas sostienen que la devaluación permitirá el desarrollo de la industria
nacional pues ahora se hará competitiva ante el aumento de precios de las importaciones; y que los
exportadores producirán más porque recibirán Bs. 4,30 por 1 $. Esta argumentación es de una
simpleza imbécil. ¿Cuál aparato productivo va a crecer si el gobierno se ha encargado de
despedazarlo? ¿Quién se atreverá a invertir en industrias o en el sector agrario con tantas amenazas,
invasiones y expropiaciones? ¿Qué pasará cuando dentro de unos seis meses los costos aumenten en
un 100%, se desate la escasez y se vuelva a tener precios más altos que los productos del exterior?
¿Por qué durante el auge no se promovió a la industria nacional, la adquisición de maquinarias y la
actualización tecnológica?
Chávez y sus rufianes son de igual o peor calaña que los Gobiernos de la IV. Es de un cinismo
ofensivo afirmar que la devaluación traerá grandes beneficios a la población. Definitivamente creen
que somos borricos. ¡Cuidado! ¡Los burros sabemos dar coces!
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Entrevista a Domingo Felipe Maza Zavala:
“Este gobierno ha profundizado el capitalismo de Estado”
REDACCIÓN - [# 58, marzo-abril 2010]
D.F. Maza Zavala es uno de los economistas más conocidos y respetados del país. Con una amplia
trayectoria académica, ha participado en diferentes cargos de alta responsabilidad en materia
económica, incluyendo la presidencia del Banco Central de Venezuela, en los primeros años de
gobierno del presidente Hugo Chávez. Debido al interés sobre la liquidez monetaria y la reciente
devaluación de la moneda, El Libertario conversó con él para conocer una opinión calificada en la
materia.
- El ejecutivo nacional ha venido desmintiendo la hipótesis de un descalabro económico en el país afirmando que ha
impulsado correctivos fiscales y cambiarios. ¿Estamos o no en presencia de una crisis económica en Venezuela?
Efectivamente estamos en una crisis, que no es de ahora sino que la hemos arrastrado desde hace 30
años. Y que se ha agravado por dos factores: la crisis económica internacional y la crisis creada por el
propio propósito gubernamental de querer transformar, forzadamente, las bases económicas del país
para expandir el poder del Estado. El gobierno ha venido destruyendo fuerzas productivas sin
haberlas analizado ni haber creado otras nuevas. La crisis tradicional, el agotamiento del modelo
extractivo primario exportador, que es un lugar común, no se ha sustituido por ningún otro modelo
productivo que permita sentar las bases de una economía nueva en el país: autoreproductora,
equilibrada, orgánica y equitativa. Esa es una crisis que no se ha podido resolver todavía, que a mi
juicio se acentuó con las bonanzas petroleras. El punto de partida fue la primera bonanza petrolera
que hubo con el primer gobierno de Carlos Andrés Pérez, en 1974, cuando se cuadriplicaron los
precios petroleros, los ingresos fiscales y trajo a Venezuela la ilusión de que el país podía
transformarse de la noche a la mañana en base a recursos financieros, lo que fracaso en muy corto
tiempo. Este fracaso ha dejado secuelas que todavía no han sido superadas. ¿Qué secuelas? La
ruptura estructural entre las posibilidades de crecimiento económico real y la expansión de la
economía circulatoria: ingresos fiscales, gasto público, comercio, precios, divisas y todo aquello que
constituye el elemento circulatorio de la economía. La base real es la base de producción, inversión,
empleo, ahorro y control. Ha habido una ruptura, que antes no existía de manera tan evidente, entre
el desenvolvimiento de esa base real de la economía y la superestructura circulatoria. ¿Cuánto crece la
economía real? Entre un 2, 3 ó 4% y la otra, entre 20 y 30%. ¿Cómo se hace para reducir esa brecha,
para reconstruir la unidad orgánica? Todavía no se ha planteado.
Después vino el designio de Chávez de querer implantar un modo de la economía, una reforma que
él ha bautizado como socialismo del siglo XXI o bolivariano, pero que no tiene nada que ver con el
socialismo.
- ¿Considera que algunas de las medidas gubernamentales van a encaminadas a un proceso de transición a una
economía de tipo socialista?
El socialismo es una especie de velo que ni el mismo presidente entiende. Es una calificación que ha
inventado para obnubilar a la gente y llevar a cabo sus designios. ¿En qué consiste su proyecto? Para
decirlo en términos tradicionales: es una ampliación, una profundización del capitalismo de Estado.
Un fortalecimiento reduciendo el espacio que el llamado sector privado ha ocupado hasta ahora.
Pero de una manera ineficiente, porque desde el punto de vista puramente económico uno diría,
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"esta bien, se amplia este espacio si el Estado demostrara eficiencia en el manejo de las fuerzas
productivas". Y lo que se ha demostrado es totalmente lo contrario. Todo lo que toma el gobierno
en sus manos se paraliza. Usted lo ve en la llamada crisis eléctrica. Por la ausencia de un plan de
gobierno, la negligencia, la ausencia de inversiones, el quebrantamiento de la infraestructura y la
vialidad, tenemos este resultado.
Hay cosas que uno no se explica: usted le pasa un tractor a las haciendas de caña cuando están a
punto de ir al central y después tiene que importar azúcar. Eso es de irracionalidad absoluta. ¿Qué
persigue el gobierno con eso?, "arrinconar a los empresarios y liquidar a la propiedad privada". Ok,
estamos de acuerdo, liquidemos la propiedad privada, pero en su lugar, ¿Qué vamos a hacer? ¿Existe
una propiedad social? No hay. ¿Cuál ha creado el gobierno? Ninguna. Si este es el gobierno que ha
enfrentado deliberadamente a los trabajadores, le ha negado la contratación colectiva, el
mejoramiento de los salarios, sus derechos fundamentales y el derecho a la sindicalización. ¿Es un
Estado socialista? No lo es de ninguna manera. Lo que existe son propiedades usufructuadas por un
grupo que se ha enquistado en el poder, eso es lo que hay. ¿Cómo definir esta situación? ¿Crisis? Mas
que crisis es una descomposición de las fuerzas productivas y el aparato económico, desperdiciando
una oportunidad sin par en la historia del país, debido a los recursos que ha manejado. ¿Saben cuánto
ha manejado el presidente Chávez en este período de 10 años? En términos de divisas solamente 700
mil millones de dólares, ¿Dónde están?
Sobre la devaluación
- Durante el 2009 se afirmó que ante el escenario de crisis económica internacional el gobierno había tomado medidas
para blindarse ante ella. ¿Cuál es su opinión?
Hubiéramos tenido un buen nivel de reservas internacionales, como fondo de contingencia para
compensar la caída del ingreso petrolero si hubieran dejado tranquilo al Banco Central. Si esto
hubiera sido así el nivel de las reservas serian de 80 millardos de dólares. Le han quitado 50 para
despilfarrarlos, y todavía piensan que deben quitarle más. De eso que tiene actualmente el Banco
Central, que son 28 millardos, apenas son operativos 12 millardos. Y este monto, en términos de
importaciones, apenas duraría para 4 meses.
- A comienzos de este año se realizó una devaluación del bolívar. ¿Es una medida correcta para superar las
irregularidades en materia económica?
El único que gana con la devaluación es el gobierno. Si este fuera un país que tuviera un excedente o
capacidad ociosa de producción, pudiera utilizarla para sustituir importaciones. Y facilitar o propiciar
nuevas exportaciones, mejorando la balanza comercial, y naturalmente, aumentando el nivel de
empleo. Se abarataría la inversión, porque para hacer frente a esas necesidades de mayor demanda de
productos se deben hacer nuevas inversiones, que es uno de los objetivos de una devaluación. O sea,
transformar una crisis de balanza de pagos en un superávit. ¿Cómo hacerlo en las actuales
circunstancias? El aparato productivo se encuentra postrado. La industria manufacturera, que es uno
de los sectores más dinámicos de la economía de un país, el año 2009 mostró niveles ínfimos de
operación. No se han podido realizar inversiones, y quien las hace es obstaculizado con las
arbitrariedades gubernamentales. Tampoco hay nuevas exportaciones. Las exportaciones no
petroleras que hace 4 años estaban en siete mil millones actualmente son de dos mil millones, y este
año seguirán disminuyendo. ¿Cómo entonces aprovechar las ventajas de una devaluación?
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Sin embargo tendremos que enfrentar sus desventajas, de las cuales una de las primeras es la
inflación. Al tener que importar con un dólar más caro en términos de bolívar, todos los productos
que se consumen directamente son realizados con dólares más caros, en consecuencia los costos de
producción y los precios internos suben. ¿Cuánto subirán este año? Haciendo abstracciones es
posible que podamos tener una inflación entre el 70 y 80%. Esas consecuencias no serán sufridas por
personas como yo, que al fin de cuentas soy un privilegiado, sino por los trabajadores precarios, que
son la mayoría en este país. En cambio, aquellos que pueden modificar sus precios con facilidad,
como los empresarios, ganan con la devaluación.
La cantidad efectiva de petróleo que estamos exportando y que tiene como contrapartida un ingreso
de divisas es cada vez menor. En el año 2008 se sostuvo el ingreso petrolero en base a un precio que
llego a 85 dólares, ahora con un precio que no llega ni a 55, ingresa casi la mitad del dinero. ¿Cuánto
dinero necesita el país para funcionar? Solamente en importaciones el año 2008 se importaron 48
millardos de dólares, el 2009 se importaron 28 millardos de dólares. Si se baja la importación,
pongamos que en lugar de 38 importa 25, ¿Cuáles son las consecuencias? En lugar de ser un
beneficio es un perjuicio: más inflación y más escasez.
- ¿Cuáles son las perspectivas económicas a corto plazo para el país?
La actividad económica va a caer mucho más desde todo punto de vista. El gobierno afirma que será
entre 2 y 3 %, y yo sostengo que será entre 5 y 6%. A la devaluación hay que agregarle el colapso
eléctrico, que es determinante. ¿Qué significa esto en términos de producto? El hecho de que la
fábrica tiene que cerrar a las 4 de la tarde, además de los negocios y los servicios. Esto trae a su vez la
disminución del empleo. Las pérdidas de producto interno serán bastante importantes. El gobierno
seguirá buscando recursos. El año pasado hubo una caída de los precios petroleros, pero a partir de
este año habrá una recuperación más o menos firme. Creo que con un precio del petróleo a 70
dólares el barril puede perfectamente sostenerse el gobierno. Esto si en términos reales esta
exportando 800 millones de barriles al año, que son 56 millardos de dólares. Con esto cubre las
necesidades del pueblo. El gobierno puede aprovechar la existencia del mercado paralelo para
ampliar recursos, porque PDVSA ha estado recurriendo al mercado paralelo para negociar divisas al
precio de libre mercado. De modo que allí tienen una fuente adicional de recursos. O también puede
recurrir a un aumento de los impuestos. De modo que por recursos no va a fallar el gobierno.
Maza Zavala el extremista
Domingo Felipe Maza Zavala nació en Barcelona, Anzoátegui, en 1922. Obtuvo Licenciatura (1949)
y Doctorado (1962) en la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la UCV, donde fue Profesor
Titular, Director del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales, y Decano. Electo en dos
períodos diputado al Congreso Nacional, desde su época de estudiante hasta hoy se identifica con la
izquierda socialista, de cuyo pensamiento ha sido voz reconocida en el país, gracias a una amplia obra
escrita en el campo de la investigación, la difusión y el debate sobre economía desde posiciones
consecuentes de izquierda, con prestigio que se extiende fuera de nuestras fronteras. Es integrante la
Academia Nacional de Ciencias Económicas (institución que presidió de 1986 a 1988), y formó parte
del Directorio del Banco Central de Venezuela, donde permaneció por 13 años hasta su reciente
jubilación. Durante su juventud fue expulsado del Partido Comunista bajo la acusación de
"extremista", y es parte de la mitología de la lucha armada en el país el discreto pero firme apoyo que
el economista daba a los insurgentes.
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La crisis: entender causas, determinar responsabilidades, avistar salidas
REDACCIÓN - [# 58 (Separata), marzo-abril 2010]
Cuando todavía estábamos bajo el impacto de problemas que se agudizaron a fines de 2009, como el
fraude de la banca boliburguesa o los múltiples desbarajustes en los servicios públicos, las recientes
decisiones gubernamentales señalan un amargo comienzo del año 2010 para Venezuela. Primero, con
una abultada devaluación, apta para incrementar la inflación y sumir en la miseria a un gran sector de
la población. Luego, el anuncio de racionamiento eléctrico para la Gran Caracas, tal como venía
ocurriendo de facto en el resto del país, medida que fue suspendida por el ruido de conflictividad que
generó, pero pendiente en su aplicación cuando las condiciones lo permitan. Comencemos entonces
por una breve caracterización de esas señales de la crisis actual.
* El fraude bancario boliburgués: en el último decenio, el sector financiero vivió en continua
bonanza gracias al generoso subsidio del Estado con su política monetaria tradicional que no ha
hecho más que beneficiarle. Es por ello que allí se concentró la rapacidad especuladora de la
boliburguesía (los Fernández Berrueco, Zambrano, Arné Chacón, Pedro Torres Ciliberto y el gang
acompañante), efectuando un descarado saqueo para el cual contaron con público y notorio apoyo
de los entes oficiales supervisores, como Sudeban y la Comisión Nacional de Valores, de manera que
no hubo nada que envidiarle a Caldera y la crisis financiera de los noventa y los demás casos de
especulación y estafa bancaria del pasado.
* La macro-devaluación: Se trata de una medida tomada por exigencias del Fondo Monetario
Internacional quien públicamente la aplaudió. Es parte de la clásica receta neoliberal prescrita por esa
entidad tras dar un préstamo al Estado venezolano en 2009. La devaluación incide, a través de la
inflación, en favorecer al sector financiero y transnacional y disminuye inevitablemente el salario real
de los trabajadores. El presidente anunció, como paliativo, un aumento del salario mínimo en un
10% para el 1º de marzo y un 15% restante para el 1º de septiembre. Sin embargo, esta decisión es
irrisoria y termina de derrumbar la mentira de que nuestro salario mínimo es el más alto de América
Latina, al considerar que pierde el 62,3 % con la caída del Bolívar, debido a que el 55% de los bienes
y servicios son adquiridos con el llamado dólar petrolero (el Bolívar a 4,30 por la divisa americana).
La excusa oficial es que se haría más competitiva la economía nacional y así se supera el esquema
rentista. Semejante disparate sólo puede ser afirmado por un criterio capitalista salvaje. Para despistar
se ha armado un espectáculo mediático con Indepabis y demás entidades supervisoras del consumo
para hacer creer que se trata de una espiral especulativa y no inflacionaria. Igualmente ciertos sectores
empresariales aceptan la devaluación pero sostienen su extemporaneidad por retardo y haberse
acumulado. La oposición socialdemócrata y de derecha se limita a apreciarla como un aumento de
liquidez con fines electorales, lo cual es cierto pero omite la verdadera razón como es ser una
condición impuesta a favor del Capital y el Estado. Hay otra circunstancia perniciosa a considerar. Se
trata de la manipulación cambiaria en Cadivi donde han acontecido distintos casos de corrupción
como por ejemplo el de Micro Star en el cual resultaron involucrados Eligio Cedeño y Gustavo
Arráez, miembros de la boliburguesía. Los fraudes en este segmento no hacen sino continuar con la
trayectoria de la democracia clientelar, porque es la herencia del tristemente recordado Recadi de la
década del 80.
* El problema eléctrico: La crisis de electricidad surge como secuela de la carencia de mantenimiento
de las instalaciones de producción y distribución, pero además por la ausencia de inversión en las 29
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plantas termoeléctricas requeridas para afrontar el aumento del servicio, de las cuales se han
terminado 5 y sólo operan 3 con parte de su capacidad. Asimismo, se ha abandonado Planta Centro y
nunca se construyeron las 4 represas del Alto Caroní. Lo referido a esta materia ha sido pasto de
corrupción y holgazanería, pero el gobierno pretende justificarse con el fenómeno meteorológico de
El Niño, tesis desmentida rotundamente por las opiniones de especialistas. Mientras tanto, el país
padece al sacrificio de apagones de duración incierta (salvo la Gran Caracas por ahora), improvisados
cronogramas de suspensión, daños irreparables a los artefactos eléctricos, paralización de otros
servicios (de salud, educativos, telecomunicaciones, etc.) y pérdidas humanas generadas por la
negligencia del Estado.
¡El capitalismo desarrollista, extractivo y rentista ha fracasado!
Lo que sucede es una demostración rotunda de la inutilidad del modelo impuesto después del 23 de
enero de 1958, aplicado también por la actual gestión de gobierno pese a su supuesto objetivo de
"romper con las orientaciones del puntofijismo". El Estado ha privilegiado la exportación de la
fuente energética fósil, pues hemos dependido radicalmente del petróleo siguiendo las directrices de
la mundialización de la economía. De cada 100 dólares exportados el pasado año, 93 provinieron de
los hidrocarburos. PDVSA se ha convertido en un centro de acopio financiero con una producción
reducida y lo más grave, comprometida parcialmente por las inmensas deudas contraídas. La
extracción del carbón en el Zulia continúa a pesar de representar un desastre ambiental y es una
agresión a las etnias Wayuu, Barí y Yukpa. La incorporación de Venezuela al I.I.R.S.A. (Integración
de Infraestructura de la Región Sur Americana) es una prueba de la sumisión del chavismo a los
dictados del poder mundial. Igualmente, el coqueteo permanente con Colombia sobre el Proyecto
Mesoamérica, antes conocido como el Plan Puebla Panamá, para llevar el gas desde los dos países
suramericanos al sur y oeste de los Estados Unidos a través de México y Centroamérica, también
confirma el ánimo colaboracionista ante el gran capital internacional, y que en los hechos hay un
grosero desinterés frente a la destrucción del planeta.
El sector productivo está en sus niveles más restringidos con el consiguiente desempleo, maquillado
por cifras oficiales encubridoras de la flexibilidad laboral instrumentada por el Estado, que contrata
trabajadores por escasos meses para dar imagen de una política generadora de empleo. La agricultura
está en bancarrota pese a la estridencia sobre reparto de tierras, presunto desarrollo endógeno y
autosuficiencia alimentaria proclamada por la propaganda oficial. Si a esas vicisitudes agregamos la
inseguridad, la inflación, la carencia de vivienda, el deterioro de la salud pública y la privatización de
la salud por la contratación inmensa de las pólizas privadas para el sector público, podemos concluir
en la absoluta incapacidad del gobierno para resolver los más elementales problemas.
¡Ante el desastre, construir alternativas desde abajo!
La continuación de la democracia populista inaugurada a la caída de la dictadura perezjimenista en
1958 ha sido garantizada por Hugo Chávez, quien con un liderazgo carismático y mesiánico ha
pretendido preservarla con una simbiosis de populismo, militarismo y estalinismo. Ante la decadencia
de la experiencia adeca-copeyana iniciada con el viernes negro en 1983, continuada con el Caracazo
en 1989 y las intentonas golpistas del 4 de febrero y el 27 de noviembre de 1992, la figura de un
militar vino como anillo al dedo a los poderes establecidos, que se han valido de ella por más de una
década, pero estimamos que ya este caudillismo a la medida comienza el descenso debido a su pésima
gestión, trayendo la consiguiente pérdida de gobernabilidad. Como ocurrió con C.A. Pérez,
sacrificado cuando hubo mengua de su liderazgo, puede suceder que los factores mundiales y
38
nacionales de poder preparen su sucesión, como siempre lo han hecho en la historia nacional.
Ciertamente eso no será fácil o sin conflictos, pues los partidos políticos y demás formas de agenciar
el poder que ofrece la oposición socialdemócrata y de derecha sólo confrontan a Chávez desde el
ángulo de asumir el dominio de Venezuela y el control de la renta petrolera, sin tener respuestas
positivas a las carencias y demandas de las mayorías populares.
La alternativa ante tan difícil coyuntura ciertamente no pasa por entramparse de nuevo en el circo
electoral que nos ofrecen para este año, sino que radica en desarrollar redes sociales y populares, en
la autoorganización y la autonomía de los diferentes niveles de la sociedad, con objetivos y
programas de lucha propios. Llamamos a organizar esas manifestaciones de genuina voluntad por la
libertad e igualdad en solidaridad desde todos los espacios posibles, vale decir, desde las
organizaciones independientes de base de trabajadores, mujeres, campesinado, aborígenes, jóvenes,
del sector cultural y excluidos sociales en general, para la búsqueda de la emancipación de nuestra
sociedad.
¿Qué hacer en la Venezuela de hoy?
DOMINGO ALBERTO RANGEL - [# 59, 2010]
La sociedad venezolana va a una crisis catastrófica. El modelo económico engendrado por el
petróleo y llevado a extremos grotescos por el comandante Chávez como caudillo demagógico,
empieza a demostrar sus debilidades extremas y sus contradicciones insuperables. Para analizar ese
proceso, partamos de un hecho visible: la inflación. Somos el único país de Latinoamérica que
padece hoy inflación; los demás, todos ellos, exhiben una imperturbable estabilidad de precios. ¿Por
qué Venezuela viene sufriendo desde hace al menos 20 años consecutivos de ese mal, mientras en el
resto del continente tienen inflaciones menos agudas y, lo que es esencial, que no se mantienen como
fenómenos permanentes?
El tipo de economía y por consiguiente el tipo de sociedad explica esa disparidad. Venezuela ha
terminado su conversión a economía monoproductora y monoexportadora, hacia lo cual empezó a
marchar desde los años treinta. Al aparecer la gran bonanza petrolera en aquellas décadas de 1920 y
1930, la economía tradicional registró una paulatina decadencia que se ha prolongado hasta nuestros
días. El Estado venezolano, desde el primer momento cómplice y beneficiario del petróleo junto a las
compañías extranjeras que extraían el crudo, trató de impulsar actividades modernas – industria y
servicios en especial – bajo la consigna de sembrar el petróleo, pero esas actividades eran tan
artificiales que nada pudo evitar su posterior liquidación. Ahora somos un país monoproductor y
monoexportador de petróleo y algún otro recurso energético, como carbón y eventualmente gas y
energía hidroeléctrica. La consigna de sembrar el petróleo ha quedado tan olvidada y ajena como si
hubiese sido acuñada para el Imperio Romano en tiempos de Augusto.
El modelo petrolero que ha terminado por imponerse entre nosotros hace del Estado el único
empresario, el único patrono, el único soldado y el único policía. La demagogia más cruda y más
caprichosa se convierte en la verdadera Carta Magna de la República. El librito azul que llaman
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constitución es uno de tantos lujos caprichosos que engendra entre nosotros una economía
monoproductora. Aquí la economía se dirige con una varita mágica, sobre todo cuando están
aumentando los precios del petróleo y eso ocurre casi todos los años. El crudo Brent o el West Texas
aumentan 5 ó 10 dólares y eso significa miles de millones de dólares más en la cuenta internacional
del país y en el presupuesto del Estado.
El Presidente de la República, que aquí no es un funcionario burgués sino una mezcla de arúspice
romano con piache caribe y caudillo de montonera, decreta un alza todos los años para el personal
del gobierno. Aquí debe decirse que la nómina estable del Estado alcanza en Venezuela a 3 millones
de personas, en una fuerza de trabajo que apenas pasa de 15 millones. Esos decretos presidenciales
sobre sueldos y salarios del sector oficial crean una demanda adicional de toda clase de bienes y
servicios. Como la agricultura casi desapareció por completo y apenas queda en vestigios, cada
decreto acarrea un alza de precios más fuerte que el aumento de remuneraciones a los empleados
públicos. No tardan las olas de alzas de precios en castigar de tal manera el poder adquisitivo de la
población que el Presidente debe expedir un nuevo incremento para los servidores del Estado.
Así se repite el ciclo: decreto subiendo remuneraciones en la administración pública, decreto
elevando salarios a todos los trabajadores, alza de precios por encima de los niveles de remuneración,
e inevitable insuficiencia del poder adquisitivo para quienes viven de su salario. Así se ha convertido
Venezuela en una economía parasitaria que vive del petróleo y sólo del petróleo, una economía
inflacionaria que jamás encuentra estabilidad en el nivel de precios, y una economía dependiente que
satisface todas sus necesidades con la importación.
La monoproducción petrolera crea una escasez permanente de casi todo. En efecto, para abastecer al
mercado nacional hay que traerlo todo del exterior y ello impone la carestía. Es obvio que un tomate
traído del Cibao, República Dominicana, cueste más caro que si viene de Los Teques, y una yuca
importada de Guayaquil debe costar más que si se trae de El Vigía. Hay retardos evidentes cuando
para el mercado familiar hay que acarrear mercancías desde lugares situados a miles de kilómetros de
Venezuela, y esos retardos elevan el costo de los bienes y servicios extranjeros. Todo esto crea una
economía inflacionaria que será tanto más intensa cuanto más se agolpen todos los factores que
hemos enumerado. La inflación tiende a agravarse en la medida en que cierran las industrias y
desaparece la agricultura. La economía se transforma así en un círculo vicioso de aumentos de
salarios, dictados por decreto y no presión combativa de los trabajadores, alzas de precios, caída del
poder adquisitivo del salario y nuevo decreto de reajuste de las remuneraciones.
Así se perfila y afianza la economía de emirato. Somos como Kuwait, Abu Dhabi o ese Dubai que ha
perdido el charm: monoproductores exclusivos. En semejantes sociedades prosperan dos vicios: el
peculado y el asalto. Corruptos y hampones son sus personajes representativos. Aquí no puede
prosperar el reformismo típico porque el sistema político que se afianza sobre esta sociedad es del
carácter más corrompido que pueda imaginarse. Ni la casta madre Teresa de Calcuta conservaría sus
virtudes si pretendiera alternar con nuestras fuerzas políticas. Aquí hay que permanecer al margen de
ese sistema pero organizados y en lucha, atentos al menor vuelco de la situación que pueda
aprovecharse a favor de los de abajo. Ese es el único camino.
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La estafa del crédito chino
PABLO HERNÁNDEZ PARRA - [# 61, diciembre 2010/enero 2011]
[Versión resumida por motivos de
espacio.
http://www.soberania.org/Articulos/articulo_5856.htm]
El
original
es
accesible
en
El 16/9/2010 la Asamblea Nacional de diputados «manos arriba» aprobó la Ley Aprobatoria del
Acuerdo entre el Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela y el Gobierno de la República
Popular China sobre Cooperación para Financiamiento a Largo Plazo. Tras meses esperando que los
chinos firmaran el fulano crédito y empezaran a enviar las neveras, lavadoras, aires acondicionados,
cocinas y otras mercancías por valor de 10 mil millones de $; el gran arsenal electoral que el gobierno
pretendía usar para comprar los votos del 26-S y que los chinos desconfiados vinieron a aprobar
tardíamente. Ese día los parlamentarios aprobaron sin análisis, ni discusión, el acuerdo que seis días
antes había firmado en Beijing la delegación venezolana, por instrucciones del súper ministro Jorge
Giordani, gran arquitecto de esta descomunal estafa, quien en agosto del 2010 había concretado los
términos del crédito.
¿Que acordó Giordani y fue refrendado por las focas sin leer, ni discutir?
Analicemos los artículos del acuerdo y se verá la magnitud de la estafa y entrega:
Según el artículo III estamos en presencia de un crédito cuya mitad está atada a la obligación de
comprar 10 mil millones de dólares en mercancías chinas. Se trata del mayor endeudamiento
parasitario que haya hecho gobierno alguno del país. Este no es más que un vulgar crédito hecho a
voraces comerciantes con claros fines demagógicos y populistas que pagaremos no con dólares sino
con la mercancía más valiosa del capitalismo en la actualidad: El P Petróleo etróleo etróleo. Adquirir
hoy un crédito en baratijas, en bienes de consumo domestico, para pagarlo con petróleo solo cabe en
la cabeza de delincuentes, para los cuales las riquezas del país son simplemente un botín de guerra.
Pero hay más, el acuerdo es por un mínimo de 10 años y en el mismo no se establece ni la tasa de
interés para pagar el préstamo y sobre todo a qué precio se cotizará el barril de petróleo con el cual
pagaremos el crédito.
Sigamos con el artículo IV, donde se asienta que Venezuela debe pagar «para el año 2010, no menos
de 200.000 barriles diarios; para el año 2011, no menos de 250.000 barriles diarios; para el año 2012
hasta la fecha en la que las obligaciones bajo el Acuerdo de financiamiento hayan sido total e
incondicionalmente cumplidas, no menos de 300.000 barriles diarios». Esto significa que: en 2010:
200.000 barriles X 365 días = 73.000.000 Barriles. En 2011, la cuenta total sería 91.250.000 barriles y
a partir del 2012 serian 109.500.000 barriles anuales. En tres años, al precio de hoy del barril de
petróleo, le habremos pagado a China con 273.750.000 barriles que por 70$/b equivalen a $
19.162.500.000. En pocas palabras en tres años con crudos y derivados que valen más que el dólar le
habremos pagado a China prácticamente la totalidad del préstamo, tomando en cuenta que la mitad
del mismo no es en dólares sino en mercancía. ¡A quién se le ocurre, salvo a un lumpen, cambiar
petróleo por neveras y lavadoras!
41
«Si no hay leal, no hay lopa»
Pero resulta que el crédito es por 10 años y no sabemos ni sus condiciones, ni el precio de cotización
del barril, y el acuerdo dice muy claro que el pago que haga Venezuela incluye «la porción
correspondiente del dinero que se deposite en las cuentas colectoras se utilizará para pagar al
Prestamista el capital, intereses y otros montos adeudados». Y esto último, indudablemente incluye
los anteriores créditos del famoso Fondo Chino.
Hagamos una proyección a partir del 2013 al 2019 en que formalmente expira el acuerdo. Según estas
cuentas en esos siete años restantes Venezuela tendrá que suministrarle anualmente a China
109.500.000 barriles para llegar a un total de 766.500.000 barriles de petróleo, que al precio de 70
$/b, sumarian 53.655 millones de dólares. Si a esta cifra agregamos los 273.750.000 barriles que
remitiremos en los tres primeros años, al final enviaríamos a China 1.040,25 millones de barriles de
petróleo, el equivalente a un año de producción petrolera de Venezuela.
En esa última cifra se condensa la estafa, la entrega hecha y el costo que se les deja a las generaciones
futuras. Y ante este monstruoso fraude, el gobierno engaña y oculta los términos del acuerdo, la
oposición complacientemente calla, y juntos organizan el nuevo carnaval electoral de diciembre
como preámbulo de la gran farsa del 2012. Mientras no se conozcan los términos reales, mientras no
se sepa qué quieren decir con que «La tasa de interés de los préstamos será determinada de común
acuerdo por el Prestamista y el Prestatario con base en negociaciones directas y principios de
mercado» y cuáles son esos «otros montos adeudados», Venezuela por obra de unos delincuentes
terminará pagando no menos de 72,81 millardos de dólares dólares. ¡Jamás unos electrodomésticos le
habían salido tan caros a un país!
Pero la trampa no termina allí sino que tiene otros ribetes, no menos dañinos que los descritos. La
prensa de China señalaba, cuando Giordani firmó los acuerdos en agosto del 2010: «La mayor parte
de los proyectos atados a este mecanismo de financiamiento serán ejecutados por empresas chinas lo
que contribuye aun más al fortalecimiento de las relaciones económicas entre ambos países.
Igualmente, una parte de este financiamiento utiliza, la moneda china denominada Yuan Renminbí
como base para la ejecución de sus operaciones lo que contribuye a la internacionalización del signo
monetario
de
la
República
Popular
China.»
(Fuente
http://www.venezuela.org.cn/noticias/100823Giordani.html). En efecto, el artículo IX establece
que: «Las Partes promoverán en conjunto el uso del Renminbi entre los Entes Designados por las
Partes para el financiamiento y las transacciones comerciales». De tal manera que el negocio es
totalmente redondo para los chinos. De un lado usan su papel moneda que no han podido establecer
como medio de pago mundial y nos lo imponen para comprar petróleo, y por el otro, la mayor parte
del crédito será utilizado para apalancar sus proyectos en Venezuela y que están siendo ejecutados
por empresas chinas.
¡Van como chino en tranvía!
Y si todo lo anterior no fuera suficiente, el acuerdo establece en su artículo IV que: « Las líneas de
crédito descritas en el Artículo III serán aplicadas para proyectos de envergadura en la construcción
de infraestructura, desarrollo social, energía, desarrollo minero y agrícola en Venezuela, de los cuales
por lo menos USD 4 mil millones y RMB 70 mil millones van a ser utilizados para proyectos de
cooperación emprendidos por ambos países, en virtud de los acuerdos de financiamiento celebrados
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entre el Prestamista y el Prestatario. Los proyectos de cooperación serán seleccionados en conjunto
por las Partes. En la medida que lo permita la Ley y lo acuerden las Partes, parte de las líneas de
crédito se podría utilizar en China para proyectos de cooperación entre ambos países.»
Es difícil encontrar en la historia del capitalismo mundial un acuerdo de inversión más servil y lacayo
como el acordado por Giordani, atendiendo las órdenes del Comandante en Jefe de la
ROBOLUCION. No menos de 14 mil millones de dólares de los 20 del crédito están atados a los
intereses del capitalismo y empresas chinas, y por si fuera poco: «parte de las líneas de crédito se
podría utilizar en China para proyectos de cooperación entre ambos países.» De tal manera que los
venezolanos no solo vamos a pagar por varios años este leonino crédito, sino que de paso también
costearemos inversiones en China a las que, como con CITGO, nunca le veremos los beneficios.
Y aún así este gobierno y Chávez tienen el descaro de hablar de soberanía, desarrollo y socialismo
cuando cometen uno de los mayores despojos hechos contra los habitantes de Venezuela. Pero si
cínica e hipócrita es la conducta del gobierno no menos cómplice y miserable es la conducta de la
llamada oposición que ante tamaño crimen calla y solo habla de diputados perdidos y de las
elecciones del 2012, en el preciso momento que en enero del 2011 se aprestan a cobrar el cheque en
blanco que le endosó el pueblo, en el único banco donde se pagan engaños, promesas y trampas
electorales: la Asamblea Nacional y los puestos públicos. Total si algo aprendió de los europeos la
jauría política que gobierna a Venezuela desde 1830 es que esta es una región para saquearla a
nombre del pueblo.
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Hugo, el ora(n)te
CHARLOTTE - [# 62, marzo-abril 2011]
Todas las noches antes de acostarse Chávez reza. Sí, reza... y pide con fervor a San Calvino (y a
Ochún, por consejo de Fidel) que se recupere el capitalismo o se desate un conflicto en alguna región
petrolera importante. Pero ¿por qué? Para que suba y suba el precio del petróleo. Es que necesita
mucho dinero; más que en 2006 y 2007. Todo el realero que entró al Erario en esos años a un precio
promedio de $ 90 el barril lo despilfarró.
Igual que en la IV República, su Ministro de Planificación hizo caso omiso de los sabios consejos de
José, el hebreo: ahorrar para las vacas flacas. Pero en esta V lujuriosa la cosa es peor porque la
inflación de 35% en promedio también afecta a Chávez porque ahora todo es más caro. Necesita
más dinero para cubrir sus gastos de siempre: operativos; compromisos con
proveedores,;mantenimiento (aunque en realidad casi no lo hacen, véanse Metro, electricidad,
embalses, alcantarillas, calles); reactivar inversiones paralizadas en infraestructura; ajustes salariales de
contratos colectivos vencidos; subsidios; importaciones de alimentos; los enormes sueldos de los
chivos gordos del Tribunal Supremo de inJusticia, el CNE y el alto mando militar; la seguridad del
Presidente, etc. Y necesita aún más para los nuevos gastos: inversiones en la industria petrolera e
infraestructura (puertos, puentes, escuelas, hospitales); 50.000 viviendas para los damnificados y
rogando porque el resto de la población que vive en ranchos se aguante callada; nuevas Misiones,
aumentos salariales, pago de nuevos préstamos y cualquier nuevo gasto en un país lleno de
necesidades. ¡Imagínense cómo será esto en un período electoral!
¿De dónde puede sacar tanto dinero? Veamos.
Impuestos: si aumenta el IVA o crean nuevos impuestos, se afectará el bolsillo de los posible
votantes, ¡de allí no! Del ISLR lo dudamos pues para males mayores ha caído la inversión privada y
por lo tanto su nivel de pago de impuestos.
Préstamos: tanto en bolívares como en dólares tienen un tope. Llenar el mercado de bonos es como
atiborrarlo de mangos, nadie los querrá comprar pues pierden valor en el mercado internacional.
Aumentar la producción petrolera: Es difícil pues PDVSA necesita 17 mil millones de $ anuales de
inversión. Además, lo que han hecho es ahorcarla cargándola de responsabilidades que no le
conciernen y saquear sus arcas.
Venderle más petróleo a los chinos: no ayuda pues éstos están pagando en especies y no en efectivo.
Entonces, ¿cómo podría Chávez aumentar sus ingresos? Devaluando de nuevo el bolívar a pesar de
los costos inflacionarios. ¡NO, por favor! Lamentablemente sí, pues necesita dinero y en un tiempo
electoral no le queda otra opción.
Por eso Chávez reza para que el capitalismo y la sociedad de consumo se recuperen o que reviente al
máximo el conflicto en el norte de África, de modo que suba en forma desmesurada el precio del
petróleo. Pero para este gobierno experto en despilfarro e ineficiencia nada será suficiente.
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