CUENTOS Y LEYENDAS San Ignacio de Velasco

CUENTOS Y LEYENDAS
San Ignacio de Velasco
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L
PRESENTACIÓN
as políticas asumidas por el Gobierno Autónomo
Departamental en el ámbito cultural están definidas por
dos áreas de acción: la valoración de la cultura a través
de la implementación de espacios adecuados para la expresión
de manifestaciones culturales en un ambiente de intercambio
que permita rescatarlas y fortalecerlas; además del fomento
al respeto, valoración y afirmación de todas las identidades
culturales del departamento.
En este marco, la presente colección rescata para las futuras
generaciones un conjunto de Cuentos, Mitos y Leyendas que
reflejan la identidad cultural de cada una de nuestras subregiones.
A través de ese imaginario, místico en algunos casos, cada
narración nos abre paso a múltiples dimensiones en su lectura.
En ellos se ven reflejados valores, fe, analogías con la realidad
actual, simbolismos y cosmovisiones.
Pero esencialmente, este material es un espacio para que los
jóvenes expresen las diversas facetas que representa la memoria
oral de sus pueblos, incentivando nuevos valores en el género
literario, apostando al continuo desarrollo cultural cruceño y que
hoy finalmente ponemos al alcance de la población en general.
Rubén Costas Aguilera
GOBERNADOR DEL DEPARTAMENTO
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L
SOBRE ESTA EDICIÓN
a Secretaría de Educación y Cultura, con el propósito de
estimular la creatividad de los estudiantes y principalmente
recuperar el acervo cultural guardado en la memoria oral y
escrita de cada provincia; a través de su Dirección de Cultura y
Turismo, encara desde la gestión 2012 el Concurso de Cuentos,
Mitos y Leyendas.
El presente material es el resultado de las obras ganadoras de
estos concursos: cuentos con temáticas y contenido regional,
acompañados de ilustraciones y con redacción vertida en
español. No obstante, se buscó privilegiar a aquellos documentos
que se presenten en su dialecto regional con su correspondiente
traducción.
Los participantes en esta primera etapa fueron estudiantes desde
5to de primaria hasta 5to de secundaria. Se estimuló que sus
obras estuviesen desarrolladas en base al diálogo con personas
de la tercera edad que habiten en sus municipios, fomentando
así el diálogo intergeneracional.
Cada relato juvenil es amplio y diverso en cada lugar; refleja el
contexto natural, cultural e histórico; creatividad en la redacción,
descripción de lugares, personajes y diálogos narrados con
modismos de la zona.
El jurado compuesto por personalidades ligadas al ámbito literario
y cultural, deliberó y definió los cuentos, mitos y leyendas que
mejor mostraban la singularidad de su población.
Esta publicación pretende contribuir a rescatar, revalorizar y
promover este tipo de expresiones, además de compartir el
conocimiento transmitido de generación en generación por la
tradición oral como parte de su patrimonio intangible. Y como
fin definitivo, fortalecer la identidad cultural de cada una de las
subregiones del departamento.
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ÍNDICE
Título
Pag.
La Leyenda del Tesoro
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El Jichi del Guapomó
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El Jichi de El Recreo
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La Leyenda de El Dorado
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La Naturaleza
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El Mito de las Guardianes y la
Serpiente
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La Leyenda del Genio del
Bosque
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LA LEYENDA
DEL TESORO
Estudiante: Adrián
Ibáñez Velasco.
Unidad Educativa:
Jorge Prestel Kehl.
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E
ra sábado en el hermoso cerro de La Asunta;
se celebraba una fiesta donde todos estaban
bebiendo y comiendo churrasco, cuando de
pronto salió el dueño de la casa diciendo: “Se acabó
el alcohol”. Entonces dos hombres, uno llamado Felipe
y el otro Mateo, decidieron ir juntos a una comunidad
lejana a comprar la bebida.
Cuando estaban ya en camino, detrás de una planta de
cusi, vieron que se encendió una llama de la nada y de
esa llama salió un hombre alto vestido de blanco que
les preguntó: “¿Dónde van amigos?”. Por el susto, se
quedaron mudos y no respondieron. El hombre volvió
a preguntar una segunda vez sin recibir respuesta; a la
tercera vez, respondieron: “Vamos a comprar bebida”.
La curiosidad embargaba a los hombres, por lo que le
preguntaron “¿Quién es usted?”. Él les respondió, “soy
un alma en pena” a lo que los hombres le cuestionaron
“¿Por qué?”. “Porque tengo una requisa escondida y no
sé a quién dársela, aunque estoy pensando dárselas a
ustedes dos”.
Ellos dijeron, “Y a cambio, ¿qué nos pide?” Él les
respondió, “a cambio de una misa en mi nombre”.
Preguntaron nuevamente, “¿Qué debemos hacer para
que nos entregue el oro?”. A lo cual él les preguntó
“¿tienen un cuchillo?” Dijeron que sí. “Vayan y plántenlo
detrás de ese cusi y mañana vuelvan a cavar donde
esté el cuchillo”.
Uno de ellos por la noche había planeado dar una
pequeña parte de la requisa a su compañero.
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A la mañana siguiente, fueron al lugar indicado y cavaron
donde estaba el cuchillo. Después de cavar y cavar
pillaron un cajón y cuando lo abrieron se sorprendieron
al encontrar puro carbón.
Aquel que quería dar la menor parte a su compañero,
al ver el carbón, tiró a la basura su parte.
En cambio, el otro hombre llevó un poco del carbón
para que su esposa lo utilice para planchar ropa. Al día
siguiente lo que era carbón se convirtió en oro y aquella
familia se volvió rica, mientras que el deshonesto
hombre se quedó sin parte de la fortuna.
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EL JICHI
DEL GUAPOMÓ
Estudiantes: Diana Cortez, Iris
Añez, Alcira Algarañaz, Ana Karen
Vargas, Guadalupe Bauer
Relator: Manuel Mercado.
Unidad Educativa: Monseñor
Daniel Rivero I.
H
abía una vez dos hermanas, María y
Mariana que siempre iban a traer agua
de la laguna actualmente llamada
Guapomó. Un día muy temprano, fueron a
traer agua como de costumbre y al llegar
a la laguna había un hombre bañándose
en medio de la laguna; ellas no lo
sabían, pero él era el jichi del Guapomó.
Se trataba de un hombre guapo, de
cabellos rubios y ojos azules, al que solo
se alcanzaba ver de la cintura hacia arriba.
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Las hermanas sacaron agua de
la laguna y al tiempo de dirigirse a su
casa, una de ellas, María le dijo a su hermana que
se adelante, y que ella la alcanzaría más tarde,
entonces Mariana siguió camino a casa.
María se acercó a saludar al joven y cuando
salió del agua María se dio cuenta que la
mitad superior tenía forma humana y la
otra mitad tenia forma de pescado, ella
quiso escapar pero no podía. El joven
la encerró fuertemente en sus brazos y
le dijo que no la dejaría ir nunca.
A María no le quedó otra opción que
quedarse con él y se la llevó al fondo
de la laguna, donde el jichi tenía una
mansión decorada totalemente con oro.
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Cuando Mariana llegó a su casa su madre le preguntó
dónde estaba su hermana. Ella respondió “se quedó
con un joven charlando”. Llegó la noche pero no María.
Pasaron los días, pero María nunca volvió y finalmente
la dieron por perdida.
Al pasar el tiempo, María tuvo un hijo con el jichi a quien
tiempo después lo llevó ante sus padres y les contó su
historia.
María, luego de visitar a sus padres, volvió a la mansión
del jichi donde él le prohibió ver a su hijo. María se
enojó tanto que hizo llover en toda la población de San
Ignacio. Llovió tanto ese día que el agua llegó a todas
partes inundando todo el pueblo. Solo en el Carmen
de Ruiz la lluvia paró, ya que sus pobladores pusieron
una cruz grande. El río creció tanto que se convirtió en
laguna lo que hoy es la Represa del Guapomó.
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EL JICHI
DE “EL RECREO”
Estudiantes: Verónica Opimi Ortíz, Marina
Cesari Charupa, Sandra Yanet Chore, Pamela
Algarañaz, Yesica Casupa.
Relator: Manuel Vaca Charupa.
Unidad Educativa: Monseñor Daniel Rivero I.
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P
edro solía ir a un atajado de la zona a buscar
agua para el ganado. Un día, vio en las orillas
del atajado, una mujer hermosa. Pero su belleza
escondía un secreto: en realidad era una jichi que
cobraba forma de mujer para engañar a los hombres.
Al ver a Pedro, la jichi se enamoró completamente y
para engañarlo, se convertía en su corteja para poder
estar con él.
La jichi no dejaba de aparecer a Pedro, incluso siguiéndolo
hasta su casa, para luego desaparecer repentinamente.
Su familia sabía de esta situación, y preocupada por la
seguridad de Pedro, lo enviaron al cuartel, para que así,
el jichi deje de aparacerle en forma de su corteja. Pero
esto no fue suficiente, la jichi seguía presentándose
frente a Pedro en forma de mujer.
Al ver que los esfuerzos eran en vano, los padres de
Pedro finalmente lo sacaron del cuartel y lo enviaron a
la ciudad de Santa Cruz, para ver si así se libraba de
la jichi Pedro pensó que nunca más lo seguiría, pero lo
que ignoraba era que la que su acompañante en la flota
no era su corteja, sino el jichi. Se quedó un tiempo en
Santa Cruz y después regresó a su casa y cuando supo
que su corteja no había viajado con él, se desmayó y
casi muere.
Su familia decidió que viva junto a su enamorada para
ver si así el monstruo lo dejaba de molestar, pero nada;
la jichi seguía apareciendo ofreciéndole mucha plata y
prometiendo que volvería rica a la familia a cambio de
que él se haya ido con ella.
Una tarde mientras caminaba solo, apareció un
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cajoncito lleno de oro frente a él. Pedro dudó de que de
la nada aparezca semejante cantidad de dinero en el
camino, así que no lo tomó y siguió sin mirar atrás. Si
se hubiera llevado el oro, en ese momento la jichi se lo
hubiera llevado, ya que era una más de sus artimañas
para adueñarse de Pedro.
Pasó el tiempo y finalmente después de tanta insistencia
y al ver que Pedro no caía en sus trampas, la jichi se
fue a otro lugar, al Carmen de Ruíz, dejando así de
molestar a Pedro, quien vivió feliz, junto a su esposa.
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LA LEYENDA
DE EL DORADO
Estudiante: Natalia Rojas
Unidad Educativa:
Rosenhammer
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El Dorado en la región de Moxos, tuvo muchos nombres
como es el Gran Paitití. Su origen se remonta a muchos
años atrás.
El jefe de una de las tribus, obedeciendo a un rito
sagrado, se embadurnaba de oro en polvo el cuerpo
desnudo, sumergiéndose luego en una laguna de
aguas tan transparentes como el cristal. Ésta era una
tribu que habitaba en una ciudad toda de oro, casas,
fuentes y palacios construidas con el precioso metal.
Un día el jefe desapareció para siempre.
Entonces la imaginación de los pobladores del
lugar, fue la que dio lugar al mito. Transmitiendo
entre sus pobladores que el hombre
permaneció en el fondo del agua convertido
en una estatua de oro.
Fue el motivo que despertó mayor interés entre
los conquistadores que penetraban al territorio,
sobre todo por el Atlántico, quienes
recibieron información de los
aborígenes sobre el país de
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los Moxos y de sus fabulosas riquezas y al ir en pos
del Gran Paitití o el Dorado y la ciudad de oro fundaron
a su paso las ciudades de Asunción, Santa Cruz de la
Sierra y Trinidad.
Esta leyenda ha pasado a la tradición
convertida en otra leyenda, que es la del
cristo de oro en un enorme crucifijo del
tamaño de un hombre que yace en el fondo
de una laguna ignorada en medio de la selva
virgen, completamente inaccesible al avance de
extranjeros.
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En una oportunidad, durante los días de la semana santa
unos hombres que se habían internado en la selva,
terminaron perdiéndose en ella, habiendo logrado salir
recién al cabo de varios días, ya en el pueblo refirieron
a las autoridades todo lo que habían visto con sus
propios ojos.
Y naturalmente fueron muchos los que organizaron
expediciones para ir en busca del Santo Cristo de oro,
pero aquellos hombres que se habían perdido antes,
no quisieron regresar jamás.
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LA NATURALEZA.
LEYENDA DE LA CHIQUITANIA
Estudiante: Oscar Gabriel Noza.
Unidad Educativa: Jorge Prestel Kehl.
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La Gran Chiquitania, de la cual forma parte San Ignacio;
es famosa por ser culturalmente hospitalaria, generosa
y gran devota a la iglesia católica.
Don Chino, vivía en esta región en una casa de paja, al
lado de un pastizal. Su pariente Juan, vivía al otro lado
de la chiquitania. Él tuvo dos hijos, el mayor se llamaba
Joaquín,
un joven delgado, cabello ondulado y conocido
por ser curioso. El hijo menor llamado Carlos era
desganado, flojo y no le gustaban las aventuras de su
vida.
Un día Joaquín le dijo a su madre: “Mamá, mamá, voy
a ir a donde mi tío Chino a ayudarle en su trabajo”. La
madre le respondió, “andá puej, pero tené cuidado hijo
y regresá mañana temprano”.
Entonces el joven se dirigió a la casa de su tío, para lo
cual tenía que atravesar el bosque. Caminando por la
espesura del bosque notó que estaba caminando en
círculos: caminaba y corría, pero nunca terminaba de
cruzarlo.
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Después de tanto correr, cansado y con sed, caminó un
poco más y de pronto vio una laguna a la cual se acercó
a beber un poco de agua, al estar agachado mirando
detenidamente el agua percibió una gran ciudad de oro
y unas muchachas que le decían “ven con nosotros, te
vamos a dar todo lo que quisiste en la vida.”
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Él admirado con esta visión, se metió al fondo del agua,
donde se unió a las muchachas que lo esperaban. En
este lugar vivió casi un año, incluso llegando a tener un
hijo con una de las muchachas.
Después de ese año decidió subir a la superficie para
visitar a su madre. Al llegar a su casa, su madre cuando
lo vio se alegró mucho e hizo una fiesta con toda su
familia.
El joven, se quedó a vivir con su familia, pero
extrañamente, siempre estaba pensativo. Un día
de aquellos su madre fue a despertaro temprano en
la mañana. Tocó la puerta de su habitación y al no
tener respuesta, decidió abrir la puerta. Grande fue su
sorpresa cuando vio dentro de la bañera con agua, a su
hijo convertido en una serpiente.
Fue así que las muchachas se llevaron a su hijo
Joaquín a vivir al fondo de la laguna, convirtiéndolo en
una serpiente para que pueda habitar en las profundas
aguas.
Luego de que su madre descubriera el secreto, el joven
volvió a desaparecer y aunque nunca más se presentó
frente a su madre, se encargó de dejar siempre alimento
en la mesa de su casa.
Joaquín siempre estuvo pendiente de su madre y
cuando se escuchaba algún trueno, era la señal que su
hijo estaba en el agua, convertido en una feroz bestia
salvaje.
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EL MITO DE LAS
GUARDIANES Y
LA SERPIENTE
Estudiante: Carlos Daniel Gutiérrez Soriocó.
Unidad Educativa: Jorge Prestel Kehl
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Según cuentan los antepasados, hace mucho tiempo
atrás, a unos 20 km de San Ignacio, camino a San
Miguel, había un lodazal encantado en el que aparecía
una señorita muy hermosa, de cabellos rizados y de
piel morena.
Al lado del camino, vivía una mujer muy ambiciosa,
la señora Martha, que le encantaba ir a traer barro de
este lodazal para hacer sus tinajas. Para sacar material
tenía que pedirle permiso a la señorita, porque sino se
lo pedía, sus tinajas no le duraban, ya que al ponerlas
al fuego, las tinajas se partían.
La señora Martha aparte de ser ambiciosa, no creía en
esas cosas, por eso no pedía permiso, y sus tinajas
se partían. Un día, la señora se enojó porque sus
tinajas no le duraban, y tomó la decisión de convencer
a todos los mejores arcilleros del pueblo para construir
una pequeña fábrica de arcilla sobre el lugar del barro
encantado.
Convencidos los arcilleros, empezaron a trabajar en el
lugar. Llegó la noche, cuando de repente vieron bajar
del cielo dos señoritas muy hermosas, una morena y
la otra de piel blanca, cabellos dorados y ojos azules.
Pero ellas no bajaban solas, estaban acompañadas de
una serpiente muy pero muy larga, que medía más de
cuarenta metros de largo. La serpiente era de piedra y
en sus ojos tenía unos grandes diamantes.
Los trabajadores indicaron que era la dueña o guardiana
de todas las rocas preciosas que existen. Todos los
trabajadores del susto abandonaron el lugar.
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La señora Martha no aguantó la curiosidad y fue
corriendo al lugar. Ahí vio que las señoritas se
transformaron en unos hermosos ángeles: la señorita
morena se convirtió en un ángel de color dorado; y un
ángel de color plateado, la señorita de piel blanca y
ojos azules. Ambos ángeles volaron hacia el cielo y se
transformaron hermosas y brillantes estrellas.
El lugar donde estaba el lodazal, se secó, formando
una extraña montaña con apariencia de víbora, y ahí
permaneció desde entonces hasta hoy, quieta y sin
moverse.
Muchas historias surgieron en torno a este lugar. Por
ejemplo que en su base, había un veta de oro, lo
que originó que los habitantes del lugar cavaran para
encontrar dicho oro, pero nunca lo lograron..
Desde entonces, se conoce a este lugar con el nombre
de Viborón.
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LA LEYENDA DE LA GENIO
DEL BOSQUE
Estudiantes: M. Elena Solíz, Luis
Carlos Masa, Yaely Aguilar, María
Eliane y Esmeralda.
Relator: Francisco Solíz.
Unidad Educativa: Francisco Solíz.
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H
ace muchos años atrás en el pueblo de Santa
Rosa de la Roca, a varios kilómetros adentro
había un bosque que tenía una gran laguna
donde aparecía una joven que en el pueblo era llamada
la Genio y que aparecía solamente en tiempos de luna
llena. La Genio era famosa entre las personas del
pueblo, pero luego de varios años sin hablar de ella, la
gente se fue olvidando de que existía.Hasta que una
familia establecida en una humilde choza, volvió a verla.
Formaban parte de esta familia Julio, el abuelo; Carlos,
el padre y los hijos, Chico y Francisco. Una tarde el
abuelo preguntó a Chico si quería ir a cazar, a lo que
el joven respondió afirmativamente. Es así que Julio
alistó su escopeta, machete y su pasoca (harina de
yuca con charque) que le servía de alimento en el
camino. Montado en sus respectivos caballos, salieron
de cacería a la cabeza del abuelo, Carlos el padre de
Chico y Francisco con rumbo desconocido.
Habiéndose adentrado varios kilómetros en el bosque,
la comitiva tuvo que acampar en un pastizal, soportando
mosquitos, petas y otros insectos que les molestaban
al dormir.
Al amanecer ensillaron sus caballos para seguir
buscando alimento y poder llevar a su casa. Cayó la
tarde en el bosque, cansados de cabalgar, vieron una
hermosa laguna con los alrededores bien cuidados,
como si una persona hubiera vivido ahí.
Chico, preguntó: “¿Aquí vive un jardinero papá?”, a lo
que Carlos respondió: “No hijo, creo que llegamos al
lugar donde vive la Genio”. Francisco replicó “¿Genio?”
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“¿Cuál genio papá?” Julio contestó: “Hijo, es una vieja
historia, ya mañana es luna llena pero no creo que
aparezca esta noche, por eso vamos a esperar hasta
mañana”.
Cuando empezaba a brillar el sol, Chico despertó,
miró de frente a la laguna y para sorpresa suya vio a
una hermosa joven peinándose y cantando una linda
canción. Después de un rato, absorto pellizcando a
Francisco le dijo: “¡Mira! ¿será ella la que mencionó
papá y el abuelo? ¿La genio?”. “Sí -dijo Francisco- es
como papá dijo, linda y tan rubia”. Acercándose le dijo:
“Oye chica ven a jugar con nosotros”. Ella, al verlos se
sumergió en el agua, Chico en cuclillas e hincándose a
orillas de la laguna vio perderse a la joven entre el brillo
del agua.
Julio y Carlos, desde lejos observaron la aparición de la
Genio frente a los muchachos, que luego contaron a los
adultos lo que habían vivido. Al llegar a casa, Chico dijo
a su padre: “Papá ¿tú nos crees no? Papá vimos a esa
joven genio”. Carlos a su hijo: “si hijo, te creo”.
Todos contentos regresaron a casa, los padres con los
animales que habían cazado y los muchachos con lo
que les había sucedido, contentos porque la laguna
todavía existía, así como su dueña, la Genio.
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Dirección de Cultura y Turismo
Av. Omar Chávez esq. Pozo
Telf.: 3333249
Santa Cruz - Bolivia
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