El periodismo en Cuba: La Revolución (Cap. 34) Nacimiento de la Upec: I Asamblea (o Congreso) Nacional Juan Marrero La Primera Asamblea Nacional (después se identificó como Primer Congreso) tuvo lugar en el hotel Habana Libre el 15 de julio. «¡Tiene tanto el periodista de soldado!», pensamiento de José Martí expuesto en una gigantesca tela colocada al fondo del salón de sesiones, presidió este histórico encuentro al cual asistió una representación de la Organización Internacional de Periodistas (OIP) encabezada por Sepp Fisher. Correspondió a Honorio Muñoz la presentación del Informe Central, en nombre del Comité Gestor. Expresó que “una de las fuerzas auxiliares más importantes del Partido y de la Revolución será la Unión de Periodistas de Cuba” (…) “Estamos urgidos de crear un nuevo tipo de periodista para un nuevo servicio de prensa. La exigencia fundamental del periodismo que estamos urgidos a desarrollar, es la adhesión firme a la causa de la revolución socialista, a la causa del marxismo-leninismo. Esa adhesión probada es la única que puede darnos la exacta fisonomía moral. Exigirla y comprobarla es deber fundamental e insoslayable de la organización que vamos a crear” (…) “A la Unión de Periodistas de Cuba le corresponde la formación masiva de periodistas. Debemos plantearnos la tarea de proveer al Partido, como órgano dirigente de la Revolución, y al Gobierno, de los cuadros periodísticos necesarios para atender este frente, tan directamente específico de propaganda y educación” (…) “Vamos a crear cursos de periodismo de dos años de duración, cursos por correspondencia, vamos a formar corresponsales obreros y rurales (…) “Fidelidad a la revolución y a sus principios y seria formación profesional científica: he ahí un programa elevado y necesario. Ese es el periodismo que exige la revolución socialista. Lo primero que hay que hacer es crear una sólida y verdadera organización de estudio y trabajo. Tenemos que ser el brazo del Partido en el frente periodístico”. Este I Congreso aprobó una Declaración de Principios, documento que por acuerdo del Comité Gestor Nacional fue redactado por una comisión integrada por Blas Roca, Carlos Franqui, Leoncio Pérez Linares, José Felipe Carneado y Luis Gómez Wangüermert. En ausencia de Franqui debió actuar Ithiel León, entonces, subdirector de Revolución. Tal declaración hizo énfasis en las responsabilidades éticas del periodismo y el periodista; condenó las formas mercantilistas y sensacionalista de hacer periodismo; llamó a los periodistas a luchar por la construcción y educación socialista; propugnó el derecho de las masas a una información veraz y convocó a hacer una prensa útil, seria, reflexiva y creadora, un verdadero instrumento de unificación, orientación, educación y organización. (El periódico Hoy publicó íntegramente esa Declaración de Principios). En el congreso se adoptó el nombre de la organización: Unión de Periodistas de Cuba (UPEC). En el caso de la sigla hubo un fuerte debate, pues existía la intención de que fuera UPC, sigla que comenzó a usarse desde los trabajos del comité gestor. En las informaciones publicadas en los periódicos en las semanas anteriores se ponía la sigla UPC para identificar a la nueva organización. Pero ya existía la Unión de Pioneros de Cuba con tal sigla y, por eso, el I Congreso debatió el asunto y determinó incluir la E entre la P y la C, lo cual, en el futuro, provocó que algunos, erróneamente, publicasen o dijesen Unión de Periodistas y Escritores de Cuba. En el orden internacional, el Congreso aprobó una moción de protesta por la detención en Ecuador del periodista Alberto Maldonado, dirigente de la Asociación de Periodistas Democráticos y del comité coordinador de la OIP en ese país sudamericano. También otra moción aprobada por unanimidad fue saludar y adherirse a la Organización Internacional de Periodistas (OIP) por ser la más amplia, la más fuerte y la más internacional de las integradas por periodistas democráticos y progresistas. CARTA DE BLAS ROCA La asamblea conoció el contenido de una carta de Blas Roca, director del periódico Hoy, al Comité Gestor: “Excusen mi ausencia del Congreso constitutivo. De corazón estoy con Uds. y con todos los delegados en este acto trascendental para fundar una organización de la que esperamos una gran contribución al esfuerzo por elevar la calificación profesional y político-ideológica de los que hoy tienen a su cargo el trabajo práctico de dar a nuestro pueblo una prensa que con la noticia de la orientación revolucionaria sirva a la organización, movilización y superación ideológico-política de las fuerzas constructoras del socialismo en el cumplimiento de sus históricas tareas. “La Unión de Periodistas de Cuba no es un sindicato de los periodistas, sino que actúa en estrecho contacto e íntima colaboración con los sindicatos a que pertenecen sus miembros, para los fines que le son propios. “La Unión de Periodistas de Cuba no es un nuevo nombre para volver al viejo Colegio de Periodistas. Ni da puestos ni quita puestos, ni ampara empleos. Sus funciones no tienen nada que ver con eso. Su principal función como organismo social de los que trabajan en la noticia y en el comentario, es la de ser centro de intercambio de experiencias, de perfeccionamiento del conocimiento profesional, de información sobre los problemas fundamentales de la construcción de la nueva sociedad que constituyen los temas que ha de reflejar el periodismo revolucionario y socialista… “Nuestros periodistas hoy, con la pluma o con la cámara, son combatientes por la producción, por la productividad y calidad, por el desarrollo económico, por la organización y la planificación, por la emulación socialista, por el estudio y la defensa, por la elevación del nivel ideológico-político, por la unidad, por la construcción del Partido Unido de la Revolución Socialista, por la difusión del marxismo-leninismo, por el hombre nuevo en la nueva sociedad de seguridad, de justicia, de bienestar, sin explotación, sin abusos ni privilegios. “Eso en lo interno. Y en lo externo la Unión de Periodistas de Cuba será el lazo de unión con la OIP, con los periodistas revolucionarios y progresistas del mundo entero. *Tenemos plena confianza en que la nueva organización, siguiendo la orientación del PURS con Fidel al frente, tendrá éxito en sus tareas y llenará sus fines…” Otro acuerdo fue aprobar los estatutos de la organización y también se eligió el consejo directivo, resultado del trabajo de una comisión de candidatura integrada por un representante de cada delegación asistente a la Asamblea Nacional. La candidatura fue aprobada por unanimidad en el pleno de la asamblea y el consejo directivo quedó integrado por: Miembros efectivos: Ernesto Vera, Hernán Pérez, Guillermo Santiesteban, Luisa Mariana Arteaga, Honorio Muñoz, Luis Gómez Wangüermert, Edel Suárez, Raúl Valdés Vivó, Carlos Franqui*, José Felipe Carneado, Aurelio Silverio, Fabio Grobart, Sergio Rodríguez, Luis Pavón, Leoncio Pérez Linares, Gabriel Bracho Montiel, Santiago Álvarez, Orlando Fundora, Renaldo Infante, Manuel Carnero, Onelia Aguilar, Hortensia Gómez, Pedro Abreu y Enrique de la Osa. Miembros suplentes: Alfredo Núñez Pascual, Lázara Rodríguez Alemán, Guido García Inclán, Hugo Falcón, Carlos Quintela*, Mario Kuchilán, José María González Jérez, Roberto Pavón Tamayo, René de la Nuez, Baldomero Álvarez Ríos, Euclides Vázquez Candela, Ithiel León*, Aldo Isidrón del Valle, Alberto Rubiera y Frank Pérez. LA ELECCION DEL PRESIDENTE Y EL VICEPRESIDENTE Con el aval de una ejecutoria profesional de muchos años en el periódico Hoy, --órgano del Partido Socialista Popular y defensor de los intereses de la clase trabajadora--, en el que se desempeñó como jefe de redacción, y tras el triunfo revolucionario como director de la escuela de periodismo en la Universidad de la Habana, fue elegido Honorio Muñoz –nacido en Sancti Spíritus– como presidente de la UPEC. Ernesto Vera, procedente de las filas del Movimiento 26 de Julio, quien tuvo importantes tareas en la prensa clandestina y al triunfo de la revolución responsabilidades de dirección en los periódicos Revolución y La Tarde, ocupó la vicepresidencia de la nueva organización periodística. El primer buró ejecutivo de la UPEC quedó integrado así: Presidente: Honorio Muñoz Vicepresidente: Ernesto Vera Secretario de organización: Guillermo Santiesteban Secretario de propaganda: Aurelio Silverio Secretario de relaciones exteriores: Edel Suárez Secretario de finanzas: Renaldo Infante Secretario de cultura: Santiago Álvarez La reunión de los miembros efectivos para decidir los cargos de presidente y vicepresidente transcurrió en un clima tenso. “Recuerdo que cuando se celebra este primer congreso constitutivo, en la reunión que tuvimos en el Habana Libre del Ejecutivo electo para definir la presidencia de la UPEC, Honorio Muñoz encontró una fuerte oposición… Enrique de la Osa hizo la propuesta de Ernesto Vera para el cargo de Presidente, y Honorio la rebatió, no porque tuviese nada contra él, sino argumentando la actividad que él, Honorio, había desplegado en el inicio de los vínculos con la OIP, en la organización de los periodistas cubanos y en el tema de llevar a nivel universitario las escuelas de periodismo, tarea en la que también estuvo al frente. Mantuvo, pues, su aspiración con toda fuerza, y muchos compañeros electos para la primera dirección de la UPEC lo que hicimos fue replegarnos y dejarle el campo libre. Y, efectivamente, Honorio fue, yo no diría electo, sino autoelecto presidente de la UPEC (Testimonio de Renaldo Infante, a la sazón director de la televisión)”. “Vamos a hablar aquí con toda claridad y con nombre y apellidos. En aquel momento Ernesto y yo trabajábamos juntos en el periódico. Entonces yo me dirigí a Santiago Álvarez y a Orlando Fundora, y les dije: miren, nosotros, unos cuantos aquí consideramos que el presidente de la UPEC debe ser Ernesto …pero por el problema de la cercanía que tenemos en el trabajo, etc., quisiera que algunos de ustedes lo propusiera, y entonces si no me equivoco el que propone a Ernesto es Fundora. Toma la palabra y propone a Ernesto, y a continuación pide la palabra Enrique de la Osa…(Testimonio de Guillermo Santiesteban, quien trabajaba en La Tarde)”. Lo interrumpe Edel Suárez, que tiene aun muy fresca en su memoria los detalles de aquella reunión, y señala que antes de Enrique de la Osa, lo hicieron Santiago Álvarez y Luis Gómez Wangüermert, quienes también se pronunciaron a favor de Vera. Y Santiesteban toma nuevamente la palabra y dice: “Ah sí…así fue, tu tienes mucho más claro el orden en que transcurrió aquello. Después pide la palabra Enrique de la Osa, quien es totalmente radical al decir que esta Revolución es de los jóvenes y apoya la idea. Tras esta intervención, Honorio pide la palabra y dice con toda justicia, yo considero al cabo de casi medio siglo que lo dijo con toda justicia, que no era un problema de juventud o no porque él había peleado toda su vida por esto, soy parte de esto, y rechaza totalmente lo que se había expresado. Sus palabras crean un verdadero momento de tensión entre los allí reunidos, y entonces pide la palabra Ernesto Vera, quien de hecho renuncia a su candidatura aunque no lo expresó así, y considera que Honorio, porque ha sido el que ha estado guiando todo, debe ser el presidente de la UPEC. Eso ocurre cuando los que estábamos a favor de la candidatura de Ernesto era una mayoría. Cuando Ernesto toma la palabra convence a todo el mundo que hay que subsanar todo ese problema de choque y que Honorio ocupe la presidencia.“ Ernesto Vera hace algunas precisiones de importancia sobre aquellos momentos: “Es que fuimos al congreso sin definición, es la verdad histórica. Y también la verdad histórica es que cuando te refieres a lo que dijo Enrique de la Osa, quien creó el problema no por apoyarme, sino al decir que yo soy el único y verdadero por joven, por ser del 26 de Julio, del movimiento de Fidel Castro, y no un viejo. Ahí es donde Honorio se enfurece, lógicamente. Yo no dije una sola mentira cuando propuse a Honorio pero lo hice por la unidad, eran los tiempos del sectarismo, pero yo no dije ninguna mentira. No olvidé que Honorio me embulló a meterme en ese proyecto. Y es, por eso, que el venezolano Bracho Montiel, director fundador de Palante, dice: : ‘’Bueno, si el padre de la criatura es Honorio y el hijo es Vera, pues uno presidente y otro vicepresidente’’. Esa fue la salida, y todos lo aprobaron, menos (José Felipe) Carneado… Así se aprobó la elección de Honorio y se salvó un problema que pudo haberse generado. Y Vera aporta otros esclarecedores detalles: “Si miran la foto del momento de la clausura, donde están Honorio y Dorticós a su lado, podrán apreciar que un poco más allá yo estoy hablando con César Escalante. Estoy tratando de explicarle qué ha pasado, él no entendía, y no entendía de tal manera que al día siguiente me llama por teléfono y me dice : “Vera, ven para acá ahora mismo”. Fui para su despacho en el edificio colindante con el antiguo Diario de la Marina, donde estaban las oficinas del PURS, y cuando llego me dijo: “Antes de tomar café siéntate en esa máquina de escribir y escríbele ahí a la dirección del país qué fue lo que pasó. Así fue y tuve que sentarme ahí y explicar todo y por qué yo tuve que reaccionar así, y eso aclaró las cosas… Mi actitud fue motivada fundamentalmente por preservar la unidad. Y, además, yo estaba enamorado de seguir en el periodismo activo…” Edel Suárez hace seguidamente una observación sobre la respuesta contundente de Honorio tras las palabras de Enriquito de la Osa. “Posteriormente Honorio explicaba que no creía que lo dicho por Enriquito respondía a una posición política o ideológica, sino que actuaba como representante de la dirección de Bohemia, con la cual (Honorio) había tenido una polémica un tiempo atrás con motivo de una investigación que él había hecho y, no sé por qué vía, esa revista le había secuestrado la información. Incluso Honorio había dicho que iba a llevar el asunto a los tribunales” Esa dirección inicial de la UPEC contó con varios profesionales no nacidos en Cuba pero que echaron su suerte con ella como verdaderos internacionalistas. Así lo hicieron los españoles Manuel Carnero y José María González Jérez, el polaco-cubano Fabio Grobart, luchador contra las dictaduras de Machado y Batista, y el venezolano Gabriel Bracho Montiel, quien entonces dirigía el semanario humorístico Palante. LAS PALABRAS DE CLAUSURA El Presidente de la República, a la sazón el doctor Osvaldo Dorticós Torrado, pronunció el discurso de clausura del I Congreso de la UPEC. Tras saludar, en nombre del Partido Unido de la Revolución Socialista y del Gobierno Revolucionario la constitución de la UPEC, Dorticós habló extensamente sobre la alta responsabilidad y la delicada misión que deben cumplir la prensa y sus periodistas en un proceso de construcción revolucionaria y socialista. Algunas ideas que planteó: “La prensa está en manos del pueblo, en manos de la clase trabajadora [...] quienes ejercen la profesión de periodista están, por consiguiente, compelidos a una lealtad firme e indestructible hacia la clase trabajadora. Y cumplir con este deber de lealtad requiere, de una parte, profunda convicción ideológica y, de otra, excelencia técnica y profesional; ambas son características que ganarlas a plenitud conlleva esfuerzos, afanes de superación. Y esfuerzos y afanes de superación deben presidir desde hoy todas las actividades centrales de la Unión de Periodistas de Cuba. “No hay duda que nuestra prensa revolucionaria es consecuente en lo esencial con las exigencias del instante histórico y con las demandas de nuestra construcción revolucionaria y socialista. Pero todavía existe un amplio margen de superación, de toma de conciencia, de revisión crítica y autocrítica, y de corrección de defectos y de errores. “A esta organización de periodistas de Cuba le cabe –entre otras– la tarea de mantener en alto ese espíritu crítico hacia los derroteros de la superación colectiva de la prensa cubana. La información y la orientación periodísticas deben estar presididas por ese espíritu. “Debemos procurar una prensa que cada día gane más en jerarquía literaria, en técnica, en sabiduría. “El periodismo cubano debe acercarse cada día con mayor curiosidad al conocimiento pleno de todas las tareas de la construcción socialista, a la comprensión cabal y profunda de las leyes de esa construcción. “Las herramientas técnicas del periodismo son muchas; la utilización de las mismas debe estar presidida siempre por un profundo sentido revolucionario.” El 19 de julio, bajo el título “Una guía para el periodismo socialista”, el periódico Hoy dedicó un editorial al congreso fundacional de la UPEC y al discurso pronunciado por el presidente Dorticós. “Todos esperamos que la UPEC, cuya directiva la encabezan dos conocidos periodistas revolucionarios, los compañeros Honorio Muñoz y Ernesto Vera, junto con cada periódico y cada periodista, contribuya a la misión que el Partido le confía a nuestra prensa: ayudar al pueblo cubano en la construcción del socialismo, esa gran hazaña histórica que llevamos adelante bajo la dirección del compañero Fidel”. PRIMERA BAJA Tres días después de la fundación de la UPEC fallece en Argelia, como resultado de un accidente de tránsito, mientras daba cobertura a la visita del comandante Che Guevara a ese país norafricano, el periodista cubano Angel Boán, corresponsal de la agencia Prensa Latina. Y el nuevo Buró Ejecutivo formula su primera declaración, tras el Congreso, sobre tan lamentable suceso: “Apenas constituida la Unión de Periodistas de Cuba registra ya una baja lamentable en sus filas. El compañero Angel Boán, corresponsal de Prensa Latina en Argelia, ha muerto como un soldado, en su puesto de combate. Joven, ágil, dinámico, imaginativo, trabajo con eficiencia por la causa de Cuba en la difícil línea de combate que Estados Unidos. Y supo desnudar con fresca ironía, su mundo de intriga y de malicia en un breve y sugestivo libro (”Dos años tras la cortina de chicle) que fue un latigazo veraz e hiriente. “Ayudó a PL que es ayudar a difundir la verdad de Cuba, reorganizando sus servicios en Inglaterra, Canadá y otros países. Finalmente fue destacado a Argelia, la más nueva y profunda realidad revolucionaria en los últimos tiempos en África. Se esperaba mucho de su trabajo, de su capacidad para aunar voluntades, para identificar amigos, para estrechar relaciones fraternales con Cuba. Y estaba en pleno servicio cuando cayó exactamente cumpliendo su deber. “La perdida es sensible porque esperábamos todavía mucho de él, pero no debe contristarnos. Para honrar su memoria de hombre de trabajo, la UPEC entiende y lo proclama por nuestra boca, que no habrá homenaje más adecuado que el trabajo creador. ¡Ahora que falta uno de aquellos con quien contábamos de verdad para todo empeño difícil, habremos de redoblar los esfuerzos por hacer una mejor y más fuerte organización! Y ese tiene que ser nuestro único testimonio de dolor: inclinar la bandera de lucha que hace unos días hemos levantado. UPECBuró Ejecutivo, 18 de julio de 1963.” Los restos de Angel Boán fueron sepultados el 26 de julio en la Necrópolis de Colón. Al sepelio asistió el comandante Che Guevara y Honorio Muñoz pronunció las palabras de despedida de duelo.