2. EL MARCO 2.1. ÚBEDA HASTA EL SIGLO XVII Asentada sobre la loma de su nombre, Úbeda se sitúa en un altozano dominador del valle del Guadalquivir, ocupando una situación estratégica privilegiada como centro de las rutas que de forma natural unen grandes áreas del sur peninsular. VISTA G EN ER AL D E LA PLAZA D E SAN TA M AR ÍA Y PAISAJE D E FO ND O Estas características geográficas facilitaron el asentamiento, ya desde antiguo, de grupos humanos en el lugar posteriormente ocupado por el Alcázar que, tras los estudios realizados en 19831, se manifiesta en estratos con características propias de 1 Sánchez Ruiz (1984). Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 10 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ la Edad del Cobre, argáricos, Bronce Final y romanos tardíos2. Ahora bien, Úbeda, como núcleo urbano de cierta importancia y con funciones propias de ciudad, es creación eminentemente musulmana. Fundada en el primer tercio del siglo IX por Abd al Rahman II con el nombre de Medinat Ubbadat al Arab para distinguirla de otra Úbeda de la cora de Elvira (la Ubbadat Farwa), es terminada de construir por su hijo Muhammad3. Va a predominar en la Úbeda islámica la importancia económica con cultivos de cereales, vid y azafrán y explotación de minas de marcasita; y militar: situación adelantada frente al Guadalquivir, que propicia la construcción de un fortísimo recinto amurallado, terminado finalmente por los almohades en el siglo XII. Este doble carácter hizo de la ciudad, al decir de los cronistas, un lugar próspero, alegre y desenfadado, pero también codiciado por el bando cristiano que, tras los intentos de Alfonso VII en 1132 y 1138 y Alfonso VIII en 1212, fue conquistado definitivamente por San Fernando en julio de 12334. A partir de la conquista cristiana, durante los siglos XIII y XIV, la ciudad continúa acrecentando su carácter de plaza fuerte ante el reino de Granada con muy frecuentes hechos de armas en los reinados de Alfonso X, Sancho IV y Alfonso XI; es repoblada con castellanos y leoneses; se le concede el Fuero de Cuenca y numerosos privilegios; y sus sistemas de cultivo pasan al latifundio, que facilita la vida urbana y un manifiesto desarrollo, en un proceso que va a culminar en el siglo XVI5. El siglo XV tiene en Úbeda, como en otros lugares de Jaén y de Castilla, estas 2 La historiografía local no ha dejado de tratar el tem a de los orígenes de Úbeda con m ás o m enos fortuna y de form a m ás o m enos científica. En este sentido destacaríam os obras com o la de Ruiz Prieto (1906/1982), pp. 13-21; Cazabán Laguna (1992), pp. 13-23; Pasquau Guerrero (1984), pp. 13-19; y Vañó Silvestre (1962), pp. 101-108. A lo largo del año 1996, com o consecuencia de unos m ovim ientos de tierras par evitar desastres provocados por las constantes precipitaciones, se ha realizado en la zona conocida com o Explanada del Alcázar una intervención arqueológica de urgencia de la que se esperan conclusiones m ás precisas sobre el ocupam iento prim itivo de Úbeda. 3 Sobre todo lo referente a la Úbeda islám ica es im prescindible y fundam ental el estudio sobre este m om ento histórico en la provincia de Jaén de Aguirre Sádaba y Jim énez Mata publicado en 1979. 4 Por tradición se adm ite el 29 de septiem bre de 1234, pero tras los estudios de González (1946) y otros autores parece definitiva la de 1233. 5 Desgraciadam ente desconocem os, por pérdida de los cuadernos originales del repartim iento efectuado en Úbeda, el m odo en que éste se llevó a cabo, aunque es fácil suponer que debió efectuarse de form a sim ilar al de otros lugares. Sí se conservan en el A.H.M.Ú. algunos privilegios en pergam ino, dentro de su colección diplom ática, que nos hablan claram ente de una ciudad recién conquistada y de los problem as que a través de ellos era preciso solucionar. Nos referim os a deslinde de térm inos con otras poblaciones de reciente conquista, exenciones de m ontazgos y portazgos, franquicias para el paso de ganado, herm anam iento entre concejos, concesión de pobladores, etc. Para el conocim iento de estos docum entos, puede consultarse Higueras Maldonado (1975) y Rodríguez Molina (1990) y, para el global de la Edad Media en Úbeda, Parejo Delgado (1988) y Toral Peñaranda (1975). Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 11 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ características generales: fortalecimiento de la nobleza frente al poder real como consecuencia de los privilegios adquiridos en la lucha contra el Islam, constantes luchas de bandería entre las familias de la nobleza local por conseguir el predominio en la vida municipal, fuerte crisis económica y mayor presión fiscal sobre el Común una vez que la necesidad en cantidad de repobladores ha descendido, fuerte estratificación social y despoblación; todo ello agravado por las continuas revueltas del reinado de Enrique IV a las que no fue ajena la población ubetense. Las luchas de bandos habían aparecido violentamente en el reinado de Enrique III entre los Arandas y Traperas, las calles se llenan de sangre y se hace necesaria la intervención del Adelantado de Andalucía; pero van a llegar a su clímax a finales del XV y principios del XVI con los Molina y los Cueva, y no CALLE DE HER NÁN CR ESPO finalizarán, a pesar de las demandas al orden por parte de los Reyes Católicos, hasta que el Alcázar es destruido en 1507 como lugar que hace impune y da poder al bando que lo posee. Parece ser también que como consecuencia de estas continuadas luchas y por factores climatológicos, que no posibilitaron buenas cosechas, la ciudad se despuebla, motivando que Enrique IV, aún príncipe, mandara una carta intentando evitar la emigración y ordenando que a los vecinos de Úbeda no se les admitiese en Jaén. A pesar de todo, es manifiesto que se están sentando las bases de lo que va a ser para Úbeda un floreciente siglo XVI con el fortalecimiento, como hemos visto, de una importante clase dominante que acapara los cargos del gobierno municipal y que domina a todos los grupos sociales6; pero que al mismo tiempo, es imprescindible para 6 El reconocim iento de este grupo dom inante vino a asentarse con la llam ada Sentencia Arbitraria o «[...] averiguación y justificación de los caballeros hijosdalgo de linaje de Úbeda, que reconocidos tales, no debían pechar m ás de cinco m aravedises en cada repartim iento, declarando tam bién que debían m antener arm as y caballo la m ayor parte del año, estando exceptuados de todos los pechos e im puestos Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 12 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ explicar el desarrollo urbanístico iniciado en el reinado de Carlos I, tras la pacificación de los bandos y el acallamiento de la revuelta comunera (en la que de nuevo aparecen los primeros dando a la sublevación de Úbeda y Baeza un carácter especial) que enlaza con las diferencias entre linajes y que destruyó un gran numero de inmuebles e incendió otros7. De esta forma, llegamos al siglo XVI, al gran siglo de Úbeda. En él se va a producir un renacimiento urbanístico, económico, demográfico y social, que marca de tal modo su aspecto, que todavía hoy permanece dando a la ciudad muchas de sus características. Comienza el reinado de Carlos I uniendo los sucesos citados con grandes sequías, pero rápidamente los acontecimientos se encauzan por caminos que van a propiciar un aumento progresivo de la población, de la artesanía, de la agricultura, de la ganadería y, en una palabra, de la riqueza. La ciudad renace con la creación de iglesias, palacios, casas solariegas y conventos. Hijos de Úbeda acceden y ocupan las más altas dignidades políticas del Reino8. Un número aproximado de 17.5009 habitantes al final del siglo constituye uno de los núcleos urbanos más populosos de Castilla repitiendo los estamentos tradicionales: nobleza, clero y gente llana, sin olvidar un reducido grupo de moriscos que en 1600 alcanza el de 343 cabezas de familia10. ¿Cuál fue la causa de todo, qué acontecimientos históricos posibilitaron un tan alto y asombroso crecimiento? Es claro que en la Úbeda del siglo XVI predominaron como principales actividades económicas (todas ellas tradicionales) la agricultura, la ganadería y las industrias alfarera y textil, pero en estos años se multiplican, posibilitando el comercio, el que pesaban sobre los dem ás vecinos que no eran hijosdalgo de linaje». [Ruiz Prieto (1906/1982), p. 135]. Tuvo lugar en 1446, con sucesivas am pliaciones, y al parecer vino m otivada por los constantes abusos de la clase dom inante y por las continuas quejas del Com ún, que m otivaron levantam ientos, ya en 1330, encabezado por Juan Núñez Arquero y, en 1439, por el chapinero Juan de Lobatón. 7 Los distintos y claram ente diferenciados grupos sociales del siglo XV, tiene su origen en la distinción sobre vecinos establecida en el Fuero de Úbeda. Así, los señores (algunos de los cuales son caballeros), caracterizados por ser propietarios de casa abierta, por estar exentos de pechar, por tener derecho a disponer de servidores y por desem peñar una función m ilitar; los peones, dedicados exclusivam ente a la guerra y en un estrato social inferior al de los caballeros; los m enestrales y judíos, que no portan arm as y pechan; y los grupos inferiores, entre los que se distinguen m oradores (sim ples transeúntes en la ciudad), siervos, jornaleros y m ancebos (con cierto grado de dependencia de los señores) y hortelanos y pastores. 8 La figura de Francisco de los Cobos es la m ás em blem ática y conocida, pero no la única. 9 Fernández Álvarez (1984), p. 72. 10 A.H.M.Ú., F.M., S.P.R., Legajo Moriscos. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 13 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ enriquecimiento y las inversiones, creadoras, a su vez, de un fuerte desarrollo urbanístico -en un proceso perfectamente estudiado por Ramón Carande11- que enlaza con el nuevo mercado americano, con la subida de los precios agrícolas y con el aumento de la población (causa y efecto al mismo tiempo en lo que se refiere a la agricultura), y con la creación de mercados en otros lugares para el resto de los productos, especialmente los alfareros y textiles, en creciente demanda. Pero hasta qué punto esta simple mejora, que no gran crecimiento, de la producción y del comercio pueda justificar un florecimiento tan espectacular en lo urbanístico, es algo que no es fácil de explicar porque otros indicadores no nos lo permiten al repetirse incluso esquemas conocidos ya de siglos anteriores12. Con todo, en este estado general de mayor o menor riqueza, la ciudad crece y asume un carácter señorial no sólo por sus grandes monumentos como por la multitud de casonas y obras menores dispersas por todo el casco urbano. El resultado de este proceso histórico es un conjunto histórico-artístico de 90 Ha. que avala una compleja realidad por su extensión, pero también por su calidad, diversidad y monumentalidad13. Pero, ¿cuáles son los rasgos fundamentales que lo definen? ¿qué momentos han sido más determinantes en su creación? De fundación islámica, la ciudad va a adquirir todas las características propias del urbanismo musulmán: muralla, puertas, medina, adarves, calles sinuosas, pocos espacios abiertos, arrabales... En palabras de Chueca Goitia un «[...] carácter privado, hermético y sagrado que presta a este tipo de ciudad otra nota que podemos expresar con la palabra secreto [...]»14. ¿No será producto de este «secreto» el calificativo de «recatada» acuñado por Eugenio D’Ors al referirse a Úbeda?15 Lo cierto es que todavía en el siglo XIX la ciudad, en palabras de Madoz, conservaba aspecto morisco: «Toda la población es de gusto árabe. Su estructura, la tortuosidad de sus calles, el orden de los edificios y la estrechez e irregularidad de los sitios en donde pudiera haber elegancia y comodidad 11 Carande (1977). 12 Sirvan com o ejem plo el levantam iento com unero, las crisis de subsistencias de 1521, 1529 y 1534, el m antenim iento de una población bastante estable a lo largo de prácticam ente todo el siglo, la presión fiscal, las m alas cosechas, las desigualdades sociales, la inexistencia de una burguesía, etc... 13 Esta im portancia se ratifica por la declaración de Conjunto Histórico-Artístico en 1958, por la nom inación en 1977 por el Consejo de Europa de Ciudad Ejem plar del Renacim iento, y por el nom bram iento, junto a Baeza, por la UNESCO com o Patrim onio de la Hum anidad el 3 de julio de 2003. 14 Chueca Goitia (1980), p. 75. 15 D’Ors (1946), pp. 224-226. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 14 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ lo están demostrando [...]»16. De la Úbeda islámica, que debió configurarse en torno a un centro neurálgico, fuertemente amurallado17, constituido por una medina (con su mezquita mayor18 y un zoco) y por una serie de arrabales, permanecen restos de muralla y de puertas, junto con un entramado urbano en el que no faltan la mayoría de los rasgos propios del urbanismo musulmán19. Con la Reconquista, no se van a producir muchos cambios en la trama urbana, aunque sí desde el punto de vista jurídico, político, social, cultural y de utilización del territorio, que van a convertirla en un núcleo de población señorial. En efecto, como ya quedó apuntado, nacen grandes propiedades agrícolas y, como consecuencia, aumentan las inversiones inmobiliarias que poco a poco modificarán la ciudad a causa de las nuevas ideas sobre el prestigio social, económico y del sentido de la fama tan característico del Renacimiento. Los principales cambios de los primeros siglos de la Úbeda cristiana vienen de la mano de la conversión de las antiguas mezquitas en parroquias, en entidades jurídicoreligiosas, que dividen a la ciudad en once partes diferentes coincidentes en la mayoría de los casos con los barrios intramuros y con los arrabales, de la construcción de numerosos palacios y casonas solariegas, de la erección de conventos y de templos 16 Madoz (1845-1850/1988), pp. 236-237. 17 La bibliografía sobre la m uralla de Úbeda es am plia. Aquí destacaríam os com o obras específicas y fundam entales las de Martínez Elvira (1984-89), Torres Navarrete (1981-1990) y (1985 a) y Vañó Silvestre y Vañó Esteban (1975) por ser intentos de reconstrucción, pero quizá una de las m ás com pletas y antiguas descripciones [sin m enospreciar la de Ruiz Prieto (1906/1982), pp. 56-57 o la de Toral Peñaranda (1975), pp. XII-XII)], es la que aparece en Madoz (1845-1850/1988), pp. 235-236: «[...] de sus ant. m uros y torreones, solo existe una cortina que desde el S. parte al N. y se llam a la Caba: desde aquí sigue hasta llegar á la plaza denom inada de Toledo, internándose luego en dirección NE. por detrás de la calle Corredera hácia el conv. de las carm elitas descalzas; sigue en dirección E. hasta la parr. de Sto Tom ás, donde tom a la de SO . para llegar a las de San Lorenzo y Sto. Dom ingo en cuyo espacio sólo se encuentran algunos trozos ó restos de buenos lienzos de m uralla. Diez puertas facilitan la entrada a c. que son, la de Granada, de San Lorenzo, de la calle Bentanas, de Sta. Lucia, de la cuesta del Rosal, del Arco de las Descalzas, la de la plaza de Toledo, en donde hay dos ingresos con dos arcos, la del Marqués, y la de la calle del Pozo. Adem ás hay otro arco, que se conoce no ha tenido nunca puerta, el cual divide las calles Mesones y Nueva. Todas estas puertas, los 35 torreones que quedan y los m uros, se hallan en m uy m al estado. Existe en la plaza de Toledo, com o parte de la m uralla, una alta torre, en cuyo cuerpo superior está colocado el reloj de la c. por ser hoy el punto céntrico de la m ism a: sus rem ates son bonitos y de algún gusto.». 18 Ocupaba el solar de la actual Iglesia Mayor Parroquial de Santa María de los Reales Alcázares. 19 Decía don Juan Pasquau en su sugestiva Biografía de Úbeda que en Úbeda «[...] hay calles ociosas, calles inútiles que alargan un trayecto en lugar de acortarlo; calles que "se arrepienten", que cam bian de dirección, a m itad de cam ino, cuando lo han pensado m ejor... Y otras que se ensanchan con vocación de plazas, cuando m enos se espera; o que se estrechan hasta lo inverosím il, con el enfado consiguiente de la Lógica y de los lógicos» [Pasquau Guerrero (1958/1985), p. 32]. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 15 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ parroquiales y de la creación de otros edificios de carácter público o privado; pero, también, del aumento de la población que provoca el ensanchamiento de la ciudad a partir de las grandes rondas de la muralla, en dirección norte, este y oeste, una vez que la función defensiva de ésta ha perdido importancia tras la caída de Granada. El siglo XVI, con la conjunción de la prosperidad económica y del afán constructivo de los grupos dominantes, se va a constituir como el período más importante en la configuración casi definitiva de la ciudad, con varias constantes: los palacios, los templos, las plazas y el Renacimiento, rompiendose la primitiva imagen medieval que hasta entonces había perdurado, pero sin suponer un aumento cuantitativo del territorio urbano. El primer acontecimiento de importancia, por lo que arrastra de recuperación de terrenos, de cambio en la apariencia urbana medieval y de orientación en el futuro espacio más emblemático de la ciudad, es la demolición del Alcázar en 1507 por orden de los Reyes Católicos. Se ponen ahora las bases para la creación de un espacio amplio y abierto (la actual plaza de Vázquez de Molina), de clara influencia italiana, cuyo núcleo fundacional fue el Alcázar, y con posterioridad la Iglesia Mayor Parroquial de Santa María de los Reales Alcázares, a partir del cual se erigen los actuales edificios que bordean la plaza siguiendo unos ejes fundamentales: el principal, determinado por la Sacra Capilla del Salvador con los palacios del Deán Ortega y de Juan Vázquez de Molina; el segundo, por las puertas principales de Santa María y del Ayuntamiento; y un tercero, por la de la Consolada, de la iglesia de Santa María, con la del palacio del Marqués PU ER TA D EL LOS AL O D E SAB IO TE de Mancera; en una magistral jerarquización y diferenciación de espacios. Lo que debió ser el zoco de la ciudad musulmana, la actual plaza del 1º de mayo (Mercado), se constituye como el centro neurálgico de la vida municipal. Aquí, a la Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 16 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ sombra de la primitiva iglesia parroquial de San Pablo, se dan la mano edificios de carácter religioso (iglesia de San Pablo y convento de San Andrés), de carácter benéfico-sanitario (hospital de San Pedro y San Pablo) y las casas del Concejo, para crear un ámbito de planta cuadrangular ideal para realizar en él todo tipo de acontecimientos públicos, festivos y mercantiles, que copia modelos castellanos porticando algunos de sus costados. En lo que constituía el acceso a la entrada principal de la ciudad, la puerta de Toledo, y al amparo de un viejo torreón de la muralla, que ahora se moderniza con el añadido de un templete columnario para el reloj público, se crea un tercer espacio público con funciones comerciales (también con soportales) del que van a partir las que hasta el siglo XIX van a ser las grandes arterias expansivas del crecimiento del caserío fuera del recinto amurallado: calle Trinidad, hacia el norte; calle Nueva, hacia el oeste, con el horizonte del hospital de Santiago; calle Corredera, hacia el este y calle Rastro, hacia el sur. Al amparo de las puertas de la muralla, de las antiguas parroquias -aprovechando los solares ocupados por sus cementerios20- y al de las recientes construcciones de palacios, otros muchos espacios con forma de plazas (o mejor, en algunas ocasiones, de más o menos amplios ensanchamientos de las simples calles) van a ir jalonando el vetusto entramado urbano medieval para convertirlo en una nueva entidad de carácter renacentista aún más evidente por el gran número de casonas con sus portadas diseñadas según los dictados de las nuevas formas estéticas, bien adinteladas, de grandes dovelas despiezadas y con la única decoración de una moldura exterior; bien con gran arco de medio punto, de clave decorada y heráldica en las enjutas21. 2.2. LA ÚBEDA DEL SIGLO XVII 2.2.1. CONSIDERACIONES PREVIAS Realizar un estudio riguroso, que no exhaustivo por escaparse de los fines de este trabajo, de la realidad de Úbeda en el siglo XVII como forma de comprender lo que de 20 Es con toda probabilidad el caso de San Isidoro, Santo Dom ingo y San Lorenzo. 21 Para conocer m ás profundam ente los aspectos relacionados con el urbanism o ubetense del siglo XVI es recom endable la lectura de diversos trabajos de Moreno Mendoza. Nos referim os a la «Introducción» de Úbeda (Guía histórico-artística de la ciudad [Moreno Mendoza (1985), pp. 9-51], a «Concreción de la idea urbana: Úbeda» [Moreno Mendoza (1990)], a Úbeda Renacentista [Moreno Mendoza (1993)], y a «Arqueología, retórica y ciudad en el Renacim iento Andaluz» [Moreno Mendoza (1994)]. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 17 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ condicionante pudiera suponer para la realidad del mundo artístico que estudiaremos en el siguiente capítulo, requería acudir, como fuentes documentales principales entre otras, a los padrones de repartimiento (para lo relativo a la población) y a las actas capitulares (para lo relativo a la vida de la ciudad)22. Las actas capitulares vienen a ser el reflejo preciso de la vida ciudadana en todas sus características, necesidades, problemas, deseos y organización en lo social, político y económico; y el hecho de que se conserven con pocas lagunas todas las del siglo XVII facilita de forma concluyente el estudio y conocimiento de la misma. En cuanto a los padrones de repartimiento, numerosos son los conservados, pero lo incompleto de muchos de ellos y los diferentes motivos por los que fueron realizados (Servicio Ordinario y Extraordinario, arreglo de puentes, arreglo de cárceles, asentamiento de milicias...), hacen difícil su estudio y llegar a conclusiones totalmente fiables sobre la población ubetense del Seiscientos. Con todo, para llevar a cabo el estudio de la población y de todos los restantes aspectos sobre los que proporcionan información, hemos optado por seleccionar cinco padrones separados entre sí por una franja de tiempo en torno a los 20-25 años que nos dan cinco períodos23: a) Primer período: Padrón de Repartimiento de Quiebras del Servicio Real de los años 1603, 1604 y 1605, realizado en 160624. b) Segundo período: Repartimiento del Servicio Ordinario y Extraordinario de 162725. c) Tercer período: Repartimiento para las Obras del Puente de Andújar de 164226. d) Cuarto período: Repartimiento para las Obras del Puente de Córdoba de 167327. e) Quinto período: Repartimiento del Servicio Ordinario y Extraordinario de los 22 Im portantes han sido tam bién una serie de docum entos sueltos (que en m uchas ocasiones vienen a am pliar la inform ación de las actas capitulares) com o inform es, expedientes, solicitudes, certificaciones, pleitos, requerim ientos, suplicatorios, cartas, instancias..., que en núm ero superior a doscientos ejem plares para el siglo XVII, se guardan en el propio archivo. 23 Estos períodos se han utilizado no sólo en el estudio de la población sino tam bién, para m antener cierta unidad (com o se verá), en otros capítulos de la obra, principalm ente en el que se refiere a las realizaciones artísticas en Úbeda y otros lugares. 24 A.H.M.Ú., F.M., S.P.R., 25/2. 25 A.H.M.Ú., F.M., S.P.R., 26/2. 26 A.H.M.Ú., F.M., S.P.R., 27/11. 27 A.H.M.Ú., F.M., S.P.R., 28/17. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 18 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ años 1995/9628, Repartimiento de Milicias de 169729, Repartimiento para las Obras de la Cárcel de Granada de 169830, Repartimiento para el Alojamiento de Soldados de 169931 y otro sin especificar de 169932. Los datos extraídos de todos ellos han sido los siguientes: número total de vecinos por calle; número de vecinos sujetos a pago; número de vecinos exentos de pago; dinero total recaudado; motivos por los que no se está sujeto a pago (hidalguía, religión, pobreza, viudedad y otras causas); relación nominal de los hidalgos; relación nominal de los clérigos; vecinos procedentes de otros lugares, vecinos de otras etnias, religiones o culturas; oficios y relación nominal de los vecinos de cada uno de los oficios. 2.2.2. TERRITORIO 2.2.2.1. La ciudad y su termino Constituida Úbeda como ciudad de realengo desde el mismo momento de la conquista cristiana con un extenso territorio, producto de un gran número de mercedes reales, bajo su jurisdicción, en el siglo XVII se conforma un término en torno a un núcleo principal y a dos secciones ligeramente separadas de aquél del que quizá la mejor descripción, por lo cercano en el tiempo (1752) y porque explica las causas de su división, sea la reflejada en las respuestas dadas por la ciudad a las preguntas del Catastro de Ensenada33 que nos hablan de un amplio territorio limitado, entre los más significativos, por los de Baeza, Cazorla, Quesada, Santisteban del Puerto, Villacarrillo, Sabiote, Jódar y Cabra del Santo Cristo (que había pasado a ser villa de señorío, 28 A.H.M.Ú., F.M., S.P.R., 30/2. 29 A.H.M.Ú., F.M., S.P.R., 30/1. 30 A.H.M.Ú., F.M., S.P.R., 30/3. 31 A.H.M.Ú., F.M., S.P.R., 30/5. 32 A.H.M.Ú., F.M., S.P.R., 30/4. La razón de utilizar para este período m ás de un padrón de repartim iento no es otra que la de que no se conserva en el A.H.M.Ú. uno com pleto para los últim os años del siglo XVII. 33 La utilización de las respuestas dadas por Úbeda a las preguntas form uladas en el Catastro de Ensenada va a ser algo habitual en este capítulo del trabajo por tres m otivos: la cercanía en el tiem po al horizonte tem poral m arcado, la falta de datos que la docum entación conservada del siglo XVII nos ofrece para algunos aspectos del estudio de Úbeda en ese siglo y la validez de las respuestas dadas en 1752 para el siglo anterior, confrontada en todas aquellas ocasiones en que ha sido posible la utilización de fuentes docum entales pertenecientes al XVII. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 19 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ independizándose de Úbeda en 165934); atravesado por los ríos Guadalquivir y Guadalimar y con el núcleo principal de población situado en el lado del poniente del mayor de sus tres espacios, cerca de la línea divisoria del término de Baeza: «A la tercera 35, dijeron que el térm ino de esta Ciudad se halla dividido en tres piezas: - »la m aior, en que está situada la población, tiene, de levante a poniente, tres leguas y un quarto de otra, que se puede andar en cinco horas; del norte al sur, seis leguas y m edio quarto, que se puede andar en diez horas; y de circunferencia, treinta y una legua y m edio quarto, que se puede andar en cinquenta y quatro horas y m edia. Confronta, a levante, con el térm ino de las Villas de Cazorla y Quesada; a poniente, con el de la Ciudad de Baeza; al norte, con los de las villas del Márm ol, Rus y Vílchez, y al sur, con los de Jódar y Cabra del Santo Cristo; - »la segunda pieza de dicho térm ino, llam ada la Cam piña Alta o Arroturas, dista de la antecedente un quarto de legua; y quedó separada el año de m il seiscientos treinta y siete, por haver conseguido privilegio de villa, con jurisdicción yndependiente de la de esta Ciudad, su Aldea de la Torre de Pedro Gil, y se le señaló térm ino con extensión hasta el río Guadalquivir para aguadero de sus ganados, de que resultó la separación de la pieza de que se trata. La cual tiene, de levante a poniente, dos leguas y tres quartos, que se pueden andar en quatro horas y tres quartos de otra; del norte al sur, una legua escasa, que se puede andar en cinco quartos de hora; y de circunferencia, siete leguas y quarto y m edia de otra, que se puede andar en trece horas. Confronta, a levante, con el térm ino de Villacarrillo; a poniente, con el citado de la Torre de Pedro Gil; al norte, con el de Saviote; y al sur, con el río Guadalquivir, que divide el térm ino de Cazorla - »la tercera pieza del predicho térm ino es el sitio de Olvera, distante de la prim era cinco quartos de legua, que fue castellanía de esta Ciudad en tiem pos de los zarracenos, y desde entonces quedó yncluida en su térm ino y jurisdicción. Ocupa de levante a poniente, tres quartos y m edio de legua, que se pueden andar en dos horas; del norte al sur, tres quartos de legua, que se pueden andar en hora y m edia; y de circunferencia, tres leguas y tres quartos de otra, que se pueden andar en ocho horas y tres quartos. Confronta, a levante, poniente y norte, con el térm ino del condado de Santistevan del Puerto, y al sur, con el río Guadalim ar, 36 que la divide del térm ino de Saviote» . Como aspectos de interés sobre esta entidad territorial, por lo que de influencia y condicionantes tienen para la globalidad del trabajo, intentaremos, aun cuando los datos son descorazonadoramente escasos, acercarnos al estudio de la localización de la ciudad, del relieve, de los suelos y vegetación, del clima, de la hidrografía, de los caminos y de los núcleos de población distintos de la propia Úbeda. 34 Para todo lo referente a esta independencia puede consultarse Gila Medina (1989). 35 Se trata de la tercera pregunta: «Qué territorio ocupa el Térm ino: quánto de Levante a Poniente, y de norte a sur: y quánto de circunferencia, por horas y leguas: qué linderos, o confrontaciones; y qué figura tiene, poniéndola al m argen.» 36 Cam pos y Cam arero (1994), pp. 57-58. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 20 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ El relieve del término de Úbeda no es otro que el de comarca en el que se encuadra: La Loma de Úbeda37, y en consecuencia, se caracteriza por una altitud media de 700 metros con mayor altura hacia el nordeste y menor en las proximidades del río Guadalquivir, hacia el sur, con numerosos cerros en uno de los cuales se levanta Úbeda. Se sitúa Úbeda, así, sobre un cerro de 756 metros de altitud asomado al fértil valle alto del Guadalquivir, orientando hacia el sur el extremo de la población en el que se desarrolló el Alcázar en una situación estratégica, como dijimos, privilegiada. La fertilidad de sus suelos, como soporte de la principal actividad económica de la Úbeda del XVII, se puede calificar, independientemente de términos científicos38, de media y alta y permitió una gran variedad de especies, fuera de las cultivadas, entre las que destacarían las propias de la meseta de La Loma, las de sus laderas y las de sus ríos. En la meseta, con suelos de naturaleza margo-caliza, domina la encina. En los lugares frescos el quejigo y el enebro pasa a sustituirla. El sotobosque, no muy denso, se compone de arbustos y lianas con especies frecuentes como el espárrago triguero y la madreselva. Los coscojales, primera etapa de la regresión del encinar hacia el matorral denso, estarían formados por arbustos espinosos como el majuelo y la coscoja. Si los suelos son más favorables y la erosión no ha hecho acto de presencia, se pueden presentar retamales. El matorral degradado, con suelos pobres y erosionados, se compone de jaras, retamas, atochares, esparto, tomillares, romerales, aliagares y lastonares. En las laderas, entre los 650 y los 400 metros de altitud, como zona en la que se extiende mayoritariamente el término de Úbeda, podemos distinguir las depresiones del Guadalimar y la del Guadalquivir. En ambas predominaría el matorral denso (coscoja, acebuche, lentisco, cornicabra, espino y estepa blanca) y los encinares, asociados con el lentisco, madroño y espárrago triguero, progresivamente adehesados 37 Se sitúa la com arca natural de La Lom a en el centro de la provincia de Jaén uniendo el valle del Guadalquivir con Levante, la alta Andalucía, las provincias orientales y, a través de Sierra Morena, con la subm eseta sur, constituyéndose com o un lugar privilegiado por lo que de cruce de cam inos y conexión ha supuesto para Andalucía con respecto a las zonas oriental y centro de la Península. Desde el punto de vista geom orfológico, se trata de un interfluvio de cincuenta kilóm etros de largo por diez de ancho entre el río Guadalquivir, al sur, y el Guadalim ar, al norte, constituido por m ateriales del Mioceno de naturaleza detrítica suavem ente m odelados en lom as y vallonadas por acción del tiem po y de los agentes geológicos. 38 Según el Mapa de suelos de la provincia de Jaén, elaborado por el Departam ento de Edafología y Quím ica Agrícola de la Universidad de Granada y publicado por la Excm a. Diputación Provincial de Jaén en 1987, se tratan de suelos calificables com o cam bisoles cálcicos y regosoles calcáreos que se desarrollan sobre m argas, m argocalizas y areniscas donde la topografía general es colinada, aflorando en las cotas altas los m ateriales m enos deleznables. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 21 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ con grandes zonas de retama y gramíneas. En las proximidades de ríos y riachuelos se presenta una vegetación típica de ribera con especies como el álamo blanco, álamo cano, álamo balsámico, álamo negro, sauce rojo, sauce, sauce llorón, fresno, etc. Los cañaverales aparecen con mayor densidad en el río Guadalquivir. Como arbusto común tanto en el Guadalquivir como en el Guadalimar encontramos la adelfa. En lo que se refiere al clima, los datos son muy escasos. En realidad se limitan a las noticias recogidas en las actas capitulares que con frecuencia referencian grandes épocas de sequía o de temporal pero no a las temperaturas u otros elementos climatológicos. El clima de Úbeda y su término puede ser encuadrado en el tipo mediterráneo con tendencias TÉR M IN O M U N IC IPAL SEG ÚN continentales y dos estaciones predominantes: una EL C ATASTR O D E EN SEN AD A cálida y seca que abarca desde los meses de mayo a septiembre y otra húmeda y no demasiado fría de octubre a marzo. Centrándonos en la termometría, hemos de decir que la temperatura media anual se sitúa cerca de los 17-180C, valor que podemos considerar elevado como corresponde a un emplazamiento meridional, alejado de cualquier tipo de influencia marina. Los meses más fríos son diciembre, enero y febrero, y los más cálidos junio, julio, agosto y septiembre. La temperatura máxima media se sitúa por encima de los 200C, alcanzando valores extremos de más de 400C. La oscilación térmica, al situarse en torno a los 20-210C, podemos considerarla elevada y propia de los rasgos continentales que se dan en la zona. La pluviometría presenta marcadas diferencias de unos años con otros aunque como media anual podemos hablar de 550 a 600 litros. Estas precipitaciones se centran en primavera y otoño como corresponde a la mediterraneidad del clima, y son mínimas o nulas en los meses de julio y agosto. Las precipitaciones en forma de nieve han sido siempre esporádicas y extraordinarias. Como media, los días de sol se sitúan en torno a los 130. Los vientos predominantes son los del noroeste, el del oeste (ábrego) y el solano o del sudeste. Fenómenos como la niebla, el rocío y la escarcha son relativamente abundantes en los meses invernales. Desde el punto de vista agroclimatológico, pues, nos encontramos con una zona Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 22 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ calificable como mediterránea continental templada que proporciona un marco inmejorable para el cultivo de hortalizas, leguminosas y frutales. El Guadalquivir, el Jandulilla y el Guadiana Menor (al sur) y el Guadalimar (al norte) con sus afluentes y arroyos constituyen la red hidrográfica principal del término. Sobre las vías de comunicación apunta la profesora Parejo Delgado, trabajando con datos ofrecidos por el Itinerario de Hernando Colón de 1517, que la red topológica de Úbeda se caracterizaba en la Baja Edad Media y en los comienzos del siglo XVI por su baja tasa de conectividad y por su centralidad, siendo Úbeda el lugar mejor comunicado con caminos hacia Baeza, Sabiote, Albanchez, Jódar y Cazorla y las villas de su Adelantamiento39. Por nuestra parte, pensamos que las características de baja conectividad y centralidad no descienden en el siglo XVII y que los caminos principales siguieron siendo los citados40 no debiendo cambiar mucho, desde el punto de vista morfológico, de lo descrito por Madoz: «Casi todos los (cam inos) que cruzan este part. son de herradura y se ponen intransitables en tiem po de lluvias y nieves, hasta el extrem o de perecer algunas caballerías que quedan com o enclavadas en el lodo. Los principales, y pueden llam arse únicos que m erezcan el nom bre de tales, son: el de las Carretas que viene del juzgado de Villacarrillo, por el cual bajan las m aderas que se traen de Sierra de Segura: es estrecho y se pone intransitable en tiem po de nieves. El carril entra en el part., procedente tam bién del de Villacarrillo: es igualm ente m alo y sólo sirve para las carretas del cam po y conducir tinajas. El de la Mancha o de Toledo deja el part. de la Carolina para entrar en el que describim os por la barca de los Escuderos; es sin disputa el peor de todos los del partido. La Vereda Real o paso de las Vacas procede tam bién de la Carolina: por este cam ino pasan los ganados trashum antes cuando van a Andalucía a m udar de pastos: tiene 90 varas de ancho y hay en ciertos parajes o trechos un descansadero donde hacen noche los ganados. Por el llam ado de Villacarrillo transitan cuantas personas bajan de Sierra de Segura, y desde Úbeda pasan a Baeza para ir a Jaén. En dirección de Granada hay dos cam inos: uno el conocido con este nom bre, y el otro con el de Mazuecos; am bos son de herradura y de m al tránsito, particularm ente en tiem po de lluvias o nieves. Los dem ás del part. son los de com unicación de los pueblos entre sí, y todos en el invierno se ponen intransitables.» 41 . En el Concejo siempre existió la preocupación de cuidarlos y mantenerlos 39 Parejo Delgado (1988), pp. 27-28. 40 En este sentido, puede ser revelador el nom bre de algunas de las puertas del recito am urallado: Sabiote, Granada, Quesada, Jaén y Toledo; y la perm anencia de los viejos cam inos de Granada y Baeza. 41 Madoz (1845-1850/1988), pp. 242-243. Los pueblos del térm ino que se citan son Canena, Rus, El Márm ol, Sabiote y Torreperogil. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 23 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ transitables aunque no siempre fue posible por falta de recursos o por la dificultad para repararlos mediante derramas de los vecinos, que era lo habitual, cuando la presión fiscal se hacía insostenible42. También contó el término con varios puentes sobre los principales ríos que lo recorren. La puente Vieja, de fábrica romana y gótica, situado sobre el Guadalquivir a la altura de Úbeda la Vieja, y el de Ariza, única obra de ingeniería documentada de Andrés de Vandelvira, sobre el Guadalimar, fueron los más importantes, pero no faltaron otros menores además de diversos vados y barcos43. Finalmente, retomando la descripción del término con que comenzábamos, decir que a lo largo del siglo XVII Úbeda va perdiendo jurisdicción sobre algunos de sus lugares que pasan a convertirse en villas independientes, como son los casos de Cabra del Santo Cristo y de Torreperogil44, o en villas de señorío, como ocurre con la Dehesa de Torralba, situada en la margen derecha del Guadalquivir (1617), El Ayozar, situado junto a Torreperogil (1615) y La Aldehuela, situado en la margen derecha del Guadalquivir, junto a la carretera de Torreperogil a Huescar (1617)45. Por tanto, al finalizar el siglo únicamente permanece como poblados anejos los de Santa Eulalia u Olaya, que aparece dependiendo de la colación de Santa María en todos los padrones de repartimiento consultados; la Torre de Garcifernández y Puente Vieja, en el de 1605; Guadiana, en el de 1627; y Calatrava, en el de 1642. 2.2.2.2. Organización del espacio urbano La permanencia del fuerte recinto amurallado medieval, ya con su finalidad militar olvidada pero con renacientes funciones sanitarias que protejen a la ciudad en las numerosas epidemias de peste registradas, manteniéndose íntegramente a lo largo de todo el siglo XVII condiciona la organización del espacio urbano de Úbeda en dos 42 Algunas de estas reparaciones de cam inos así com o las de los puentes se verán en el capítulo en el que se estudian las realizaciones. 43 El llam ado «barco del Guadalquivir» aparece profusam ente en las actas capitulares casi siem pre haciendo referencia a su arrendam iento a diversas personas o a las reparaciones que necesitaba. 44 Los procesos de independencia pueden conocerse, respectivam ente, en Gila Medina (1989) y Torres Navarrete (1983). 45 Torres Navarrete [(1990 c), f. 12-18] estudia, basándose en distintas actas del Cabildo ubetense, el proceso de desgajam iento de estos tres lugares para convertirse en villas de señorío e, incluso, algunos de los acontecim ientos acaecidos con posterioridad en relación al descontento de la ciudad de Úbeda. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 24 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ entidades claramente diferenciadas: la situada intramuros y la situada extramuros46. Mientras que en la primera la trama mantiene una morfología de carácter irregular típicamente árabe, en la segunda (como ya apuntamos) el desarrollo a partir de la plaza de Toledo de una serie de arterias radiales, proyectadas hacia los puntos cardinales, van a permitir el florecimiento de arrabales, de los que algunos (colaciones de San Isidoro y San Nicolás) disfrutan de tal fuerza expansiva que se constituyen como las zonas más desarrollistas, desde el punto urbanístico y demográfico, de la ciudad desde la Baja Edad Media. En efecto, la muralla se mantiene en toda su perímetro con la salvedad de la desaparición del muro divisorio del Alcázar con el resto de la población, mostrándose la ciudad al exterior, en descripción de Rodrigo Mendez Silva de 1645, «con fuertes y torreados muros, hermoseada de vistoso alcázar [...]»47. Los muros de la cerca, de la que permanecen abundantísimos restos y de la que ya apuntamos la descripción de Madoz con otras posibles interpretaciones, desde un punto de vista arqueológico, se caracterizan por una altura media de unos ocho metros de aparejo de mampostería irregular y con ripios, en su parte inferior, y de hiladas más regulares en su parte superior. En lo que se refiere a las torres, presentan una doble disposición de los paramentos: las que mantienen el aparejo descrito y las que desde su base se estructuran en hiladas regulares. En las puertas predomina la sillería labrada. Como excepción, las torres y muros de la zonas sur, lo que fueron los muros exteriores del Alcázar, presentan una labor de sillares alargados y planos típicamente almohades48. La coronación de los muros carecía de almenas, pero no de camino de ronda, y sólo constan como elementos defensivos aspilleras, colocadas de trecho en trecho y 46 Aunque el recinto se m antiene, no faltaron num erosos m om entos, de los que dan cuenta las actas capitulares, en los que el deterioro de la m uralla se hace evidente. De ello darem os cuenta en el capítulo dedicado a hablar de las realizaciones. 47 Méndez Silva (1645/1949), p. 1.624. 48 Basándose en estos datos, Vañó Silvestre y Vañó Esteban [(1975), p. 27] apuntan una cronología de la m uralla con cuatro m om entos clave: «a) El recinto am urallado árabe, com prendía la ciudad y la ciudadela, si bien no tenía m ucha altura, o la que tuvo en m uchas zonas fue destruida en los períodos de Alfonso VII y Alfonso VIII, en sus incursiones y arrasam ientos de la ciudad. b) En 1214 los alm ohades reparan la m uralla con una construcción m ás perfecta y rehacen puertas com o la del Baño y la de Bahud, sobre el tosco aparejo de la m uralla prim itiva. Sus restos son los que quedan en las torres y m uros exteriores del Alcázar. c) Ocupada Úbeda definitivam ente por los cristianos y convertida en plaza fronteriza por m ucho tiem po, la m uralla es elevada en altura con m am postería de tipo castellano y se recrecen las torres o se construyen nuevas, salvo en la zona del Alcázar, que por la inexpugnabilidad antes dicha, no era preciso y por ello, su coronación sigue siendo alm ohade. d) Las puertas que hubieron de reconstruirse por com pleto, ya se hicieron de buena sillería en estilo m udéjar, por haber aprovechado los cristianos la m ano de obra y artífices m usulm anes, que quedaron en la ciudad después de la definitiva conquista.» Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 25 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ en las torres, o matacanes, en los lugares más vulnerables como las puertas. Teniendo en cuenta que el perímetro de la muralla se respetó hasta bien entrado el siglo XIX, fácil es comprender que una masa petrea de ese volumen y longitud condicionó de forma absoluta el aspecto y el urbanismo de la ciudad no sólo por sus muros sino también por otros elementos constitutivos como la barbacana, las puertas y las torres. La existencia de una barbacana en los puntos más vulnerables de la cerca está documentada por unos excasos restos PLAN O ID EAL D E LA M U R ALLA pétreos, en lo que fue camino viejo de D E Ú BED A EN EL SIGLO XVII: C olación de Santa M aría; 2. C olación de San Pablo; 3. Granada, para el caso de la existente en la 1. C olación de San Pedro; 4. C olación de Santo Dom ingo; 5. zona sur delante de la puerta de Granada, C olación de Santo Tom ás; 6. C olación de San Lorenzo; 7. C olación de San Juan Evangelista; 8. C olación de San Juan y por otros restos más extensos y testimo- Bautista; 9. C olación de San M illán; 10. C olación de San N icolás; 11. C olación de San Isidoro. nios documentales para el caso de la A. Puerta de Granada; B. Puerta de San Lorenzo; C . Puerta de Cava ¿Barricuenca?; D . Puerta de la C alancha; E. Puerta de existente en lo que fue costado oeste del laToledo; F. Puerta de la calle C orredera; G. Puerta de la C oronada; H . Puerta del Losal o de Sabiote; I. Puerta de Alcázar que ya en el siglo XVII formaba Q uesada o de Santa Lucía; J. Puerta de Bahud; K. Puerta de parte de los muros perimetrales de la los Zapateros y puerta del Baño; L ?. Puerta de Jaén. Colegiata49. Por el estado de la investigación sobre este tema, por la observación directa y por los datos encontrados en los fondos documentales consultados, podemos apuntar que en el siglo XVII Úbeda contó con las siguientes puertas en su muralla: a) En el flanco sur: la de Granada, única todavía conservada con la del Losal o Sabiote, situada en la línea divisoria de las colaciones de San Lorenzo y Santo Domingo; la de los Zapateros, situada en la confluencia del muro oeste del Alcázar con el de la cerca exterior, junto a uno de los torreones almohades, que sólo conserva el arranque del arco; la del Baño, enfrente de la anterior, de la que se conserva el arranque del arco; la de San Lorenzo, de la que nada se conserva, situada junto a la iglesia de esa advocación; y la de Jaén, tampoco conservada, situada en el ángulo del sudoeste. b) En el flanco oeste: la de la Cava, citada por Madoz como la de la calle del Pozo, 49 Pueden verse Alm agro García (1989) y Alm agro García y Ruiz Fuentes (1986-1989) para todo lo relativo a la barbacana del Alcázar asociada a la iglesia de Santa María. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 26 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ reconstruida en los años setenta a partir de los restos de un arco; y la del Marqués, más al norte, destruida clandestinamente a finales de los sesenta. c) En el flanco noroeste: la de Toledo, quizá la más importante de la ciudad por ser doble y por encontrarse en la entrada a la misma por el camino de Toledo. d) En el flanco norte: la hoy reinventada de las calles Ventanas y Corredera, citada por Madoz y cuya existencia en el lugar en el que ha sido reconstruida se supone por la existencia en ese lugar de la única torre albarrana y de planta octogonal de todo el recinto; y la de la Coronada o de las Descalzas, que recibe el nombre de los conventos situados en sus cercanías. e) En el flanco este: la de Sabiote o de Losal, mudéjar y en perfecto estado de conservación; la de Quesada o de Santa Lucía, reedificada en la actualidad a partir del arranque de un arco conservado hasta nuestros días; y la de Baud, de la que serían restos los muros y arcos de herradura conservados en el interior de dos casas de los Miradores del Salvador50. Vemos, pues, que del total de puertas, por el proceso de destrucción de la muralla iniciado en el siglo XIX en aras de la modernidad de la que dan cuenta los libros de actas capitulares, sólo dos: la de Granada y la de Sabiote o del Losal han llegado hasta nuestros días; tres: la de la Cava, la de la calle Corredera y la de Quesada o Santa Lucía han sido reconstruidas siguiendo como modelo las conservadas; tres: la de los Zapateros, la del Baño y la de Baud conservan el arranque de sus arcos; y cinco: la de San Francisco, la de Jaén, la de La Calancha, la de Toledo51 y la de la Coronada no han dejado ningún vestigio. La puerta de Granada se abre en un amplio lienzo de muralla sin protección de torres pero sí con la de un matacán ligeramente desplazado de la vertical del arco. En la actualidad presenta vano de medio punto con grandes dovelas de carácter cristiano (siglo XV) que debió sustituir a otro más antiguo que hoy aparece cegado justo en la vertical del matacán citado. La presencia de una fuente abrevadero, a su derecha, la existencia de una tenería en sus inmediaciones y la fragilidad de una puerta sin torreones defensivos, justificaría que delante de esta puerta se construyera una barbacana. La puerta del Losal o de Sabiote, ampliamente documentada a lo largo de todo el 50 Alm agro García [(1989), pp. 16-18] docum enta varias puertas m ás pertenecientes a los m uros del Alcázar que no desaparecieron, tras el derribo de principios del siglo XVI, por pertenecer ya a la fábrica de Santa María. Entre ellas se destacarían la del Alcázar, com o acceso desde el interior de la iglesia al barrio del Alcázar; la del Sol com o acceso desde el m ism o lugar a la barbacana del costado del oeste; y un portillo de traza rom ánica, hoy integrado en el claustro, que com unicaba la iglesia con el Llano de Santa María. 51 De la puerta de Toledo, gracias a las condiciones de obra conservadas sobre ella, presentarem os una reconstrucción en el capítulo de realizaciones. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 27 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ siglo XVII, presenta una morfología gótico-mudéjar de doble arco túmido sobre pilares octogonales, en lo que es propiamente el vano de paso, y de un gran arco de medio punto volado, que a modo de matacán recorre la parte superior del muro, apoyado sobre el lienzo de muralla que perpendicularmente se une con la puerta y en un torreón enfrentado al mismo52. Las torres, de las que en la actualidad se conservan 26, presentan dos tipologías básicas de planta cuadrada y una excepcional de planta octogonal53. En el primero de los casos, una de las tipologías se nos presenta en forma de cubo macizo de la misma altura en su meseta que el camino de ronda; la otra, situada en lugares de mayor importancia defensiva, es de mayores dimensiones, constando de un cubo también macizo y un cuerpo abovedado, que sobresale sobre la parte superior de la muralla, al que se accede desde el camino de ronda por una escalera y un portillo de traza gótica y desde la sala abovedada por una escalera empotrada en el muro. Excepcional es, como apuntábamos, la existencia de un torreón situado en la actual calle Corredera, junto a uno de los lienzos de muralla desaparecidos completamente, por su planta octogonal y por su situación con respecto a la muralla al separarse varios metros de ella. Macizo hasta la altura del adarve, se corona con una sala cubierta de bóveda de paños con nervios y por un adarve con matacanes lobulados, sobre los que descansan hornacinas góticas, en caras alternas. Contó, además, la ciudad con una serie de torres vigía y fortalezas en los arrabales y cercanías de la población. Ruiz Prieto54 cita las del cerro de la Horca, la de San Antonio, la de la Atalaya, la del Torrero, la de Torrejón y la de la Torre Nueva, única que ha permanecido en pie hasta nuestros días. Se trata de una construcción de planta cuadrada, muy modificada con el tiempo, con muros de mampostería de más de un metro de espesor, en cuyo interior se conservan dos salas superpuestas, con bóveda de cañón rebajada, y una tercera, añadida con posterioridad. En otro orden de cosas, las once colaciones o parroquias instituidas a partir de la Edad Media se mantienen durante todo el siglo XVII como forma de organización 52 Sobre las puertas reconstruidas sólo apuntam os que se han seguido el esquem a de la del Losal para la de Santa Lucía y el de la desaparecida de La Calancha (que subsistió hasta los años sesenta) para la de la Cava. 53 Vañó Silvestre y Vañó Esteban [(1975), p. 20] apuntan la posibilidad de que las desaparecidas pueden sum ar ocho: dos en la Corredera, una en la puerta de Santa Lucía, una en la calle Baja del Salvador, una en San Lorenzo, una en la Cava, una en la plaza del Marqués y una en la puerta de Toledo. Adem ás, habría que sum ar las tres, pertenecientes al Alcázar, que hoy vaciadas para albergar capillas o en su estado m ás o m enos original form an parte del m uro oeste de la parroquial de Santa María [Alm agro García (1989), pp. 15-18]. 54 Ruiz Prieto (1906/1982), p. 57. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 28 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ religiosa, fiscal, social y administrativa. Siguiendo el mismo orden establecido por Ruiz Prieto55 atendiendo, según él, a la antigüedad de la fundación de los templos, fueron las siguientes: Santa María de los Reales Alcázares, San Pablo, San Pedro, Santo Domingo de Silos o de los Abades, Santo Tomás, San Lorenzo, San Juan Evangelista, San Juan Bautista, San Millán, San Nicolás y San Isidoro56. Santa María de los Reales Alcázares, Iglesia Mayor Colegial desde 1258 a 1852, se sitúa intramuros en el Llano del Alcázar (actual plaza de Vázquez de Molina o de Santa María) ocupando el solar de la mezquita mayor y parte del antiguo Alcázar de la ciudad, siendo sus muros externos partes de los que lo conformaban. Durante el siglo XVII esta parroquia se extendió sobre una veintena de calles y plazas situadas en el extremo sudeste de la ciudad y sobre los distintos poblados que a lo largo de la centuria dependieron de la misma: Santa Eulalia, Torre de Garcifernández, Puente Vieja, Guadiana y Calatrava. Lindaba la colación con las de San Pablo (norte), Santo Tomás (nordeste), San Juan Evangelista (sudoeste) y San Lorenzo (oeste). La toponimia es bastante cambiante principalmente porque los nombre de las calles se asignan atendiendo a los hidalgos o D ISTR IBU C IÓ N D E LAS PA R R O Q U IAS EN EL SIG LO personas conocidas que en ellas vivían. Sólo XVII: 1. S anta M aría; 2. San Pablo; 3. San Pedro; 4. Santo D om ingo; 5. Santo Tom ás; 6. San Lorenzo; 7. San Juan encontramos dos nombres que se repiten en Evangelista; 8. San Juan Bautista; 9. San M illán; 10. San los cinco padrones: Real Viejo y Carnicerías N icolás; 11. San Isidoro. y, en cambio, son 14 las que aparecen una única vez. A lo largo de toda la centuria, tomando como base documental las cinco series de padrones ya citadas anteriormente, fueron las siguientes: Tesorero: 1605, 1642, 1673; Huescar: 1605; Canónigo Vera: 1605; El Cañuto: 1605, 1627, 1642, 1673; 55 Ruiz Prieto (1906/1982). 56 Tras la reestructuración el pasado siglo de las parroquias de Úbeda, Santo Dom ingo, Santo Tom ás, San Juan Evangelista, San Juan Bautista, San Pedro, San Lorenzo y San Millán dejaron de funcionar com o tales para pasar a depender sus colaciones de la de Santa María: Santo Dom ingo, San Lorenzo, San Pedro, San Juan Bautista y San Juan Evangelista; de la de San Nicolás: San Millán; y de la de San Pablo: Santo Tom ás. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 29 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ plazuela de Don Alonso: 1605; Pedro Díaz: 1605; Don Rodrigo o plazuela de Don Rodrigo: 1605, 1627; plazuela de Don Perafán o Pedro Afán de Ribera: 1605, 1627, 1673; Don Bernardino Salido: 1605; Salvador, Frente al Salvador o El Salvador: 1605, 1627, 1642, 1673; Don Bartolomé: 1605; Lorenzo Soto: 1605, 1627, 1642; Juan Vázquez: 1605; La Plaza: 1605; Las Armas: 1605, 1642; Real Viejo: 1605, 1627, 1642, 1673, 1697; Las Carnicerías: 1605, 1627, 1642, 1673, 1697; Portería Madre de Dios o Las Monjas: 1627, 1642, 1673, 1697; Sastrería: 1627; La Rúa: 1627, 1642, 1673, 1697; Camarero Vago o Camarero: 1627, 1642; plaza de Abajo: 1627, 1642, 1673, 1697; plazuela de Juan de Carvajal, Juan de Carvajal o plaza de Carvajales: 1627, 1642, 1673, 1697; Fernán Mejías: 1627; El Campillo: 1627, 1673; Estudio: 1627; plazuela Alonso Porcel o de Don Alonso: 1627, 1642; Moral: 1642; El Cortijuelo: 1627, 1697; Rodrigo del Castillo: 1627, 1642; Llano de Santa María o El Llano: 1642, 1697; Puerta de Quesada: 1642; Pedro de Baeza: 1642; Juan de Saro: 1673; Los Cabríos: 1673; El Paraiso: 1673, 1697; plazuela de Luis Salido: 1673, 1697; Juan Rincón: 1673; El Contador: 1673, 1697; Doña María Méndez o Los Méndez: 1673, 1697; Pastelería: 1673; Salvajes: 1673, 1697; plaza de Lorenzo Fonseca: 1697; Postigo de Santa María: 1697; Frechel: 1697. Como poblados anejos aparecen: Puente Vieja: 1605; Santa Olaya: 1605, 1627, 1642, 1673, 1697; Torre de Garcifernández: 1605; Guadiana: 1627; Calatrava: 1673. La colación de San Pablo, situada intramuros en el lado norte de la plaza del Mercado, se extendía hasta los límites de las de Santa María (sur), Santo Tomás (sudeste), San Nicolás (norte), San Pedro (noroeste) y Santo Domingo (sudoeste), en una quincena de calles. Como en el caso de Santa María, y por las mismas razones, la toponimia es bastante cambiante, aunque ahora son siete las calles que aparecen en todos los padrones: Las Armas: 1605, 1642; Real: 1605, 1627, 1642, 1673; Sobre las dos Puerta o Entre las dos Puertas: 1605, 1673, 1699; Santa Catalina y La Imagen: 1605; Don García: 1605, 1627; Las Parras: 1605, 1627, 1642, 1673, 1699; Alameda: 1605, 1627, 1642, 1673, 1699; Cárcel Vieja o La Cárcel: 1605, 1627, 1642, 1673, 1699; Pedro Nieto y Fernando Mesías: 1605, 1627; Antón de Cazorla: 1605; plazuela de Don Alonso: 1605, 1627, 1642; Montiel: 1605, 1627, 1642, 1673, 1699; Losar o Rosal: 1605, 1627, 1642, 1673, 1699; El Mercado o plaza del Mercado: 1605, 1627, 1642, 1673, 1699; San Pablo: 1605, 1627, 1642; Juan de Sanmartín: 1605; Tercia: 1605; El Estudio o Estudio: 1605, 1627, 1642, 1673, 1699; Linares: 1605; Espaldas de la Cordonería: 1605; La Sastrería: 1627; Rodrigo de Jerica: 1627, 1642; Hernán Crespo: 1627, 1642, 1673, 1699; La Compañía o Compañía: 1627, 1642, 1673, 1699; Blas González: 1642, 1673; plazuela del Marqués: 1673; Don Cristóbal Mesía: 1673, 1699; Don Fernando de Mora: 1699; plazuela de Don Luis de la Cueva: 1699; Rúa: 1699. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 30 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ San Pedro, tomando como centro la parroquia y plaza de su nombre, se conforma intramuros en torno a una decena de calles y plazas teniendo como límites las colaciones de San Pablo (este), Santo Domingo (sur), San Lorenzo (sur), San Nicolás (nordeste) y San Isidoro (noroeste). A lo largo del siglo la toponimia es la siguiente: Real: 1605, 1627, 1642, 1673, 1697; Jerquía o Jerquías Baja y Alta: 1605, 1627, 1642, 1673, 1697; Don Luis de Molina: 1605; Gabriel de Méscua o Méscuas: 1605, 1642, 1673; plazuela del Jesús o El Jesús: 1605, 1627, 1673; Don Pedro de Biedma: 1605; Detrás de San Pedro: 1605; San Pedro: 1605, 1627, 1642, 1673, 1697; Los Caldereros: 1605, 1627, 1642, 1673, 1697; Santa Clara: 1605, 1627, 1642, 1673, 1697; Villamor: 1627, 1673, 1697; Don Diego Ortega: 1642; El Postigo: 1673, 1697; Jesús: 1673; Simón Gutiérrez: 1697; Estrada: 1697. Santo Domingo se sitúa intramuros limitando con las colaciones de San Lorenzo (oeste), San Pedro (norte), San Pablo (este) y Santa María (este). Sin lugar a dudas su toponimia es la más cambiante de las 11 colaciones pues sólo la calle Real Viejo es la única que se mantiene a lo largo de todo el siglo. Ésta y las restantes se presentan así: El Postigo o Postigo de la Calancha: 1605, 1627, 1642, 1697; callejuela de María Abril: 1605; Antonio Becerra: 1605; Santo Domingo: 1605, 1627; Horno de Santo Domingo u Horno: 1605, 1627, 1697; Puerta de Granada: 1605, 1627, 1642, 1697; Comendador Monsalve: 1605; Juan de Valencia: 1605; Diego Pardo o Domingo Pardo: 1605, 1627; Capitán Salido: 1605; Rodrigo de Castro: 1605, 1627; Real Viejo: 1605, 1627, 1642, 1673, 1697; Santa Clara: 1605, 1627, 1673, 1697; Cristóbal de Megía o Cristóbal Mesía: 1605, 1627, 1642, 1673; Gradas de Santo Domingo o Las Gradas: 1627, 1673, 1697; Sol y Luna: 1642; Padilla: 1642; Antonio de Molina o Pedro de Molina: 1642, 1673; Juan de Medinilla: 1642; Juan Godínez Prior: 1642; Fernando de Ribera: 1673; Martín de Narváez o Narváez: 1673, 1697; Pedro Cárdenas o Cárdenas: 1673, 1697; Magistral: 1673; Marqués: 1697; Viedmas: 1697; El Llano: 1697; Juan Duque: 1697; ¿Crespo?: 1697. Santo Tomás junto con las colaciones de San Juan Evangelista y San Juan Bautista fue la menos extensa pero, a diferencia de ellas, se titúa intramuros. Sus límites vienen marcados por las colaciones de Santa María (sur), San Juan Bautista (este), San Millán (nordeste) y San Pablo (norte y oeste). La toponimia es relativamente estable: Santo Tomás: 1605, 1627, 1642, 1673, 1697; Callejón: 1605, 1642; Losar o El Rosal: 1605, 1627, 1642, 1673, 1697; El Carmen: 1605, 1627, 1642, 1673, 1697; El Bote: 1605, 1627, 1642, 1673, 1697; Espartería: 1605, 1627; Hospital de San Pedro y San Pablo: 1605; Los Toros: 1605, 1627, 1642; Rodrigo de Biedma o Don Rodrigo: 1605, 1627, 1642; plazuela de Cobos: 1627, 1642, 1697; plazuela de la Iglesia: 1642; El Mercado: 1642, 1673, 1697; Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 31 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ Francisco de Segura: 1642; Matilla o Matillas: 1642, 1697; Estudio: 1642; Horno Contador o Contador: 1673, 1697; El Mirador: 1697; calle sin salida: 1697. San Lorenzo, situada también intramuros, se localiza en el sur de la ciudad al límite de Santo Domingo (este), San Pedro (norte), Santo Domingo (este) y San Isidoro (oeste). El grado de cambio en la toponimia es mediano: San Lorenzo: 1605; Pozo o El Pozo: 1605, 1627, 1642, 1673, 1697; Juan de Alvarado o Alvarado: 1605, 1627; Horno de Serrano: 1605, 1627, 1642; La Chacona: 1605, 1627; 1642; Merlín o Antón Merlín: 1605, 1627, 1642; Alonso Gómez o Juan Gómez: 1605, 1627, 1642, 1673, 1697; plazuela o plaza de San Lorenzo: 1605, 1627, 1642, 1673, 1697; Predrera o Las Pedreras: 1605, 1627, 1642; Prior: 1605; Los Molinos: 1605, 1627, 1642, 1673, 1697; Carnicerías o Las Carnicerías: 1605, 1627, 1642, 1673, 1697; calle de la Casa Pública: 1605; Vuelta de la Casa pública: 1605; Doctor Segura: 1627; Santisteban: 1627; Las Torres, Mayor de Torres o Martín de Torres: 1627, 1642, 1673, 1697; Puerta de Granada: 1627; Núñez: 1627, 1697; Baño: 1627; Villar: 1642; La Higuera: 1642; Luis García de Molina o Don García de Molina: 1642, 1673; Las Damas: 1642; Muñoz: 1642; Juan de Ribera, Don Afán de Ribera o Fernando de Ribera: 1642, 1673, 1697; La Encarnación: 1642; Santo Cristo: 1673, 1697; Bernardo de Ventaja o Ventaja: 1673, 1697; Redondos o Los Redondos: 1673, 1697; Sanabria: 1673; Luna y Sol: 1697. San Juan Evangelista, situada extramuros en la zona sur de la ciudad en los límites de Santa María, presenta la toponimia más inestable, dándose la circunstancia de que ninguna calle se mantiene con el mismo nombre a lo largo de todo el siglo: La Iglesia: 1605; Perdiguera: 1605, 1627, 1642; Rodadera: 1605; Las Particiones o Particiones de los Sanjuanes: 1605, 1627, 1642; La Hondonera: 1605, 1627, 1642, 1699; Particiones de San Lorenzo: 1605; La Iglesia: 1605, 1699; Las Muñozas: 1627, 1642, 1673, 1699; La Salobreja o Salobreja: 1627, 1642; La Tenería: 1627; Cuesta de San Juan o La Cuesta: 1627, 1642; Núñez: 1627; Llana de San Juan: 1642; Cañuelo: 1642; El Prior: 1642, 1699; Muñoz: 1673; La Puerta: 1673; Lonja Baja: 1673; El Agua: 1673; El Ejido: 1673, 1699. San Juan Bautista se constituye extramuros como la colación menos extensa en la zona sudoeste de la ciudad limitando con San Millán y Santo Tomás al norte y oeste. La toponimia presenta pocos cambios: Las Particiones: 1605; La Calzada: 1605; 1627, 1642; Horno, Horno Viejo o El Horno: 1605, 1627, 1642, 1673, 1697; El Moral: 1605, 1627, 1642, 1673, 1697; El Portillo: 1605, 1627, 1642, 1673, 1697; La Iglesia: 1605, 1627, 1642, 1673; La Torre: 1627; Dontello: 1627, 1673, 1697; Algarabía: 1627, 1697; Las Morenas o Morenas: 1642, 1673, 1697; La Fuente: 1642, 1673, 1697; Carrasco: 1642; Llana: 1697. San Millán, situada extramuros en la zona este de la ciudad, limita con las Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 32 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ colaciones de Santo Tomás y San Juan Bautista (sur), San Pablo (oeste) y San Nicolás (noroeste). La toponimia se presenta de la siguiente forma: Valencia: 1605, 1627, 1642, 1673, 1698; plazuela de la Fuente Nueva o plaza de Los Olleros: 1605, 1627, 1642, 1673, 1698; Particiones de San Nicolás o Las Particiones: 1605, 1627, 1642, 1673, 1698; Rodadera o Cuesta Rodadera: 1605, 1627, 1642, 1673, 1698; Fuente Seca: 1605, 1627, 1642, 1673, 1698; Puerto del Queso: 1605; Madroñal, El Madroñal o Cuesta del Madroñal: 1605, 1627, 1642, 1673, 1698; La Merced o Cuesta de la Merced: 1605, 1642, 1673, 1698; San Millán o plaza de San Millán: 1605, 1642, 1698; Hernán Gutiérrez: 1605; Hernán Beltrán: 1605; Santa Lucía o Cuesta de Santa Lucía: 1605, 1627, 1642, 1673, 1698; Acea: 1605, 1627, 1642, 1673, 1698; Aguirre: 1605, 1627, 1642, 1673, 1698; El Horno, Horno de la Parra u Horno de San Millán: 1605, 1627, 1642, 1698; Redondo: 1605; Zambrana: 1605; Alamillo: 1627; Los Hornos: 1627, 1642, 1673; La Iglesia: 1627; Agua: 1627; Luis de Jaén: 1627, 1642; Peraleda o Cuesta Peraleda: 1642, 1673, 1698; Francisco Tomás: 1642; Llana: 1673, 1698; Fuente: 1698. San Nicolás, segunda colación en extensión después de San Isidoro, se sitúa extramuros en la zona norte limitando con las de San Isidoro (oeste), San Pedro y San Pablo (sur) y San Millán (sudeste). La toponimia se distribuye de forma bastante estable y uniforme a lo largo del siglo: Corredera: 1605, 1627, 1642, 1673, 1696; Rodadera: 1605, 1642; callejuela de la calle del Gallo o callejuela del Gallo: 1605, 1627; El Gallo: 1605, 1627, 1642, 1673, 1696; Fuente Nueva: 1605; Puerto El Queso: 1605, 1627, 1642, 1673, 1696; Barrionuevo: 1605, 1627; callejuela de la calle Trillo: 1605; Trillo: 1605, 1627, 1642, 1673, 1696; Horno de Pareja: 1605; San Nicolás: 1605, 1627, 1642, 1673, 1696; Campanario: 1605, 1627, 1642, 1673, 1696; Pareja: 1605; Sancho Carcía: 1605; Beatas de Baena: 1605; Portería de la Trinidad o Portería de los Frailes: 1605, 1627; Mérida: 1605; Toral: 1605; Origuillo: 1605, 1627; Peñuelas: 1605; Peñuelas Altas: 1627, 1642, 1673, 1696; Peñuelas Bajas: 1627, 1642, 1673, 1696; Horno Quemado: 1605, 1627, 1642, 1673; Inestrosa: 1605; Los Condes: 1605, 1627, 1673; Caballerizo: 1605, 1627, 1642, 1673, 1696; Córcoles: 1605, 1627, 1642, 1673, 1696; Prior Viejo: 1605; Los Molinos: 1605, 1627; Las Tostadas: 1605, 1627, 1642, 1673, 1696; Fuente de San Nicolás: 1605, 1627; Risquillo: 1605, 1627, 1642, 1673, 1696; Cobatilla o Cobatillas: 1605, 1627, 1642, 1673, 1696; Ejido y Vuelta del Ejido: 1605, 1627; Torre Nueva: 1605, 1627, 1642, 1696; Trinidad: 1605, 1627, 1642, 1673, 1696; Luis Sánchez: 1627; Benito Sánchez Barrero: 1627; callejuela del Iruelo o El Iruelo: 1627, 1642; Navarrete: 1627; Particiones: 1627; callejuela de San Nicolás: 1627; Pescador: 1642, 1673, 1696; Agua: 1642, 1673, 1696; Santa Ana: 1642; Llana: 1642, 1673, 1696; Vuelta de la Torre Nueva: 1673; Coronada: 1696; callejuela Nueva: 1696; Condesa: Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 33 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ 1696. La colación de San Isidoro resulta ser la más amplia de todas las de la ciudad, extendiéndose extramuros sobre la zona norte y oeste de la ciudad, sus límites, todos al este, vienen definidos por las colaciones de San Nicolás, San Pedro y Santo Domingo. La toponimia es la más estable de todas las parroquias. Las calles o plazas que aparecen en todos los padrones suman un total de 20; 10 las que aparecen en cuatro ocasiones; cuatro las que aparecen en tres; seis las que aparecen en dos; y cuatro las que lo hacen en una: Los Álamos: 1605, 1627; Moguer: 1605, 1627, 1642, 1673, 1698; Altozano o Altozano de San Francisco: 1605, 1627, 1642, 1673; Pastores: 1605, 1627, 1642, 1673, 1698; Pero Almíndez: 1605, 1627; Chirinos: 1605, 1627, 1642, 1673, 1698; San Jorge: 1605, 1627, 1642, 1673, 1698; Los Tintes: 1605, 1627; Calancha o Ancha: 1605, 1627, 1642, 1673, 1698; Horno: 1605, 1673; Saz o Sauz: 1605, 1627, 1642, 1673, 1698; El Moral o Moral: 1605, 1627, 1642, 1673, 1698; Las Gradas: 1605, 1627, 1642, 1673, 1698; plaza de Arriba: 1605, 1627, 1642, 1673, 1698; Mesones: 1605, 1627, 1642, 1673; Prior Viejo: 1605, 1627, 1642, 1673, 1698; Torre Nueva: 1605, 1627, 1673, 1698; Don Juan: 1605, 1627, 1642, 1698; Ventaja: 1605, 1627; Paraíso: 1605, 1627, 1642, 1673, 1698; El Pozo o callejuela del Pozo: 1605, 1627, 1642, 1673; Polos u Horno de Polos: 1605, 1627; Victoria: 1605, 1627, 1642, 1673, 1698; Jesús o Niño Jesús: 1605, 1627, 1642, 1673; Nueva: 1605, 1627, 1642, 1698; Frontero San Nicasio o San Nicasio: 1605, 1627, 1642; Carrera Vieja o La Carrera: 1605, 1627, 1642, 1673, 1698; Santiago: 1605; Alaminos: 1605, 1627, 1642, 1673, 1698; Corralazo: 1605; Santísimo Sacramento, El Sacramento o Sacramento: 1605, 1627, 1642, 1673, 1698; San Cristóbal: 1605, 1627, 1642, 1673, 1698; Los Canos: 1605, 1627, 1642, 1673, 1698; Rodrigo González o Pedro González: 1605, 1627, 1642, 1673, 1698; San Marcos: 1605, 1627, 1642, 1673; Fuente Las Risas o Las Risas: 1605, 1627, 1642, 1673, 1698; Gitanos: 1605; Las Minas: 1627, 1642, 1673, 1698; Botija: 1627; San Isidro: 1627; Los Granadillos: 1605, 1627, 1673, 1698; El Comendador: 1642, 1673, 1698; Lagarto: 1642, 1673, 1698; Rastro: 1642, 1673, 1698; Caldereros: 1673; Minas: 1673. La calle y la plaza se constituyen pues como los ejes vertebradores de una trama urbana que en poco se modifica y crece a lo largo del siglo como indica la extensión y el número de elementos que aparecen. Con toda seguridad podemos afirmar que Úbeda no aumenta su callejero ni su extensión de forma significativa en todo el siglo por el continuado descenso de la población, que obedece a la emigración, a las Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 34 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ epidemias de peste y al empobrecimiento de la actividad económica57. En realidad, las calles, plazas y edificios que los ubetenses del siglo XVII pasearon y vieron fueron las mismas y los mismos que los profundos cambios de la centuria anterior provocaron sobre la vieja trama medieval de la ciudad, junto con otros que en el nuevo siglo se van a ir realizando de nueva planta o para completar lo ya existente. Es decir, se encuentran con notables edificios ya realizados o con nuevas construcciones de arquitectura religiosa como parroquias y conventos; con edificios y construcciones religiosos de carácter privado como la Sacra Capilla del Salvador y un gran número de capillas funerarias dentro de conventos y parroquias; con edificios de carácter público: Casas del Cabildo, Cárcel, Carnicerías, Pósito, fuentes...; con edificios de carácter civil: palacio de Francisco de los Cobos, palacio del Deán Ortega, palacio de Juan Vázquez de Molina, palacio de Vela de los Cobos, Casa de las Torres, palacio de los Torrente, palacio del Marqués de la Rambla, palacio del Tesorero don Lope de Molina Valenzuela, palacio de los Busianos...; con edificios hospitalarios: el de Santiago, el de los Honrados Viejos del Salvador...; viven, pues, en una ciudad renovada y cambiada con la infinidad de modelos arquitectónicos que le han dado carácter hasta nuestros días. Las parroquias llegan al siglo XVII con sus fábricas prácticamente terminadas, pero no van a faltar importantes obras de nueva planta que se centrán en portadas como las de Santa María, San Pedro y Santo Tomás, promovidas y tuteladas por el obispado; en capillas funerarias, como la de San José de la Colegiata, promovida y construida por el canónigo don Antonio de Molina Valenzuela, o la de los Sanmartín, en San Pablo, que se completa con reja, retablo y sepulcro; y torres, como la de San Isidoro. Más importantes son las realizaciones centradas en conventos que llegan incluso a la construción de nuevas fábricas como la de San Francisco y la Concepción, a profundas renovaciones como en la Trinidad, la Victoria, San Nicasio y San Miguel, con erección de claustros, pilares, bóvedas y capillas de cofradías o conmemorativas, como es el caso de la de San Juan de la Cruz en el último citado. En cuanto a la arquitectura civil, la casa y el palacio (las casas y las casas principales en terminología de la época) siguen siendo escenario de numerosas intervenciones que, tomando como modelo construcciones del siglo anterior, aumentan en número con ejemplares tan notables, en lo que se refiere a los palacios, como el de don Lope de Molina Valenzuela y el del conde de Guadiana. 57 Los únicos y escasísim os indicios de expansión se dan en las colaciones situadas extram uros y en especial en las de San Isidoro y San Nicolás que por su situación al norte y oeste no encuentran obstáculos de tipo orográfico. Con todo, estos cam bios nunca se dan por un aum ento de la población sino por los cam bios de dom icilio de los m ism os habitantes. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 35 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ No menor importancia van a tener las realizaciones promovidas por el Concejo que, si bien no constituyen grandes novedades, sí son continuas con el fin de asegurar los servicios propios de una ciudad. En este sentido, destacar las intervenciones en las propias Casas del Cabildo, en las fuentes, en los lavaderos públicos, en la Cárcel, en el Pósito, en el Colegio, en los puentes, en los caminos, en la muralla, en las calles..., es de obligado cumplimiento. Capítulo importante es también todo el conjunto de realizaciones e intervenciones en lo que podíamos llamar y hemos denominado arquitectura de carácter rural y arquitectura de carácter industrial. En definitiva, el marco urbanístico de Úbeda es consecuencia de un largo acontecer histórico que desde la Edad Media se prolonga hasta un punto culminante situado en el siglo XVI, pero sin el XVII no podría entenderse como lo hacemos: sería diferente y hubiese quedado incompleto58. 2.2.2.3. Funciones urbanas Relegada la función militar, predominante durante la Edad Media, del primer plano que ocupó y a la vista de las profesiones que aparecen en los padrones de repartimiento, podemos decir sin miedo a equivocarnos que las funciones y los servicios predominantes en la Úbeda del siglo XVII fueron las económicas, basadas en la agricultura, la ganadería, la industria, la artesanía y el comercio; sin pasar por alto otra serie de capital importancia y relevancia que van desde lo religioso-asistencial a lo político-administrativo, a los abastecimientos y a lo religioso-festivo59: AÑOS _______________ 1603-1605 1627 1642 1673 1695-1699 2 2 4 1 2 PROFESIONES ABOGADOS (3) 58 Lógicam ente todo lo que se construye y realiza en el siglo será objeto de estudio en los capítulos que siguen. 59 En la siguiente tabla, los núm eros que aparecen entre paréntesis junto a cada una de las profesiones hacen referencia al sector económ ico con el que se relacionan. Hay que tener en cuenta, no obstante, que la clasificación realizada se ha enfrentado con algunos problem as por la dificultad resultante de diferenciar con claridad algunas profesiones que bien pueden hacer referencia a la realización de productos o a la venta de los m ism os, lo que las incluiría en el secundario o en el terciario. Com o norm a general, todo lo relacionado con la agricultura y la ganadería se ha encuadrado dentro del sector prim ario; aquellas profesiones que suponen transform ación de m aterias, se han encuadrado en el secundario; y el resto, aun conociendo las diferencias que pueden existir entre una profesiones y otras, en el terciario. Las profesiones que no presentan núm ero son difíciles de clasificar o pueden hacer referencia a varios sectores; por ello, hem os preferido no encuadrarlas en ninguno. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 36 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ AÑOS _______________ 1603-1605 1627 1642 1673 1695-1699 PROFESIONES ABRIDORES DE BALONAS (3) 1 ABRIDORES DE CUELLOS (3) 1 ACEITEROS (3) 1 ADOBADORES DE SILLAS (2) 1 AGUADORES (3) 3 AGUALOJEROS (3) 1 6 1 2 1 AGUANEVEROS (3) 1 AGUARDENTEROS (3) ALADREROS (2) 4 3 2 4 3 4 ALAMINES (2) 4 1 ALBAÑILES (2) 22 26 14 6 19 ALBARDONEROS (2) 7 3 6 1 3 ALCAIDES DE CÁRCEL (3) 1 1 ALCALDES (3) 2 1 ALCALDES MAYORES (3) 1 ALFÉRECES (3) 1 ALGUACILES (3) 2 ALGUACILES MAYORES (3) 1 4 1 3 2 ALGUACILES MAYOR CRUZADA (3) 1 ALMIHECEREROS (?) 1 ALPARGATEROS (2) 2 2 ALQUILADORES (3) 1 AMAS DE PARIR (3) 1 AMASADORES (2) 1 APERADORES (1) 4 ARCABUCEROS (2) 3 9 2 1 1 ARNEREROS (2) 1 ARRENDADORES (3) 7 ARRIEROS (3) 17 10 ASERRADORES (2) 1 2 ATAHARREROS (2) 4 ATOCHEROS (3) 1 BALONEROS (3) 1 10 2 14 4 1 7 3 BALLESTEROS (2) 1 Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 37 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ AÑOS _______________ 1603-1605 1627 1642 1673 1695-1699 12 17 11 1 7 PROFESIONES BARBEROS (3) BARQUEROS (3) 1 BATANEROS (2) BEATAS (3) 2 29 BONETEROS (2) 30 1 BORDADORES (2) 2 BOTICARIOS (3) 1 1 2 3 1 2 BOTEROS (2) 2 1 BOTONEROS (2) 1 2 BUHONEROS (3) 1 BULGAGUEROS (?) 1 CABREROS (1) 2 CALCETEROS (2) 3 3 CALDEREROS (2) 5 7 CAMPANEROS (3) 6 1 1 1 CANASTEROS (2) 1 CANTEROS (2) 8 8 6 3 CANTORES (3) 3 CAPITANES (3) 3 CARBONEROS (3) 2 3 2 3 3 CARDADORES (2) 13 7 10 4 14 CARGADORES (3) 1 CARGUEROS (3) 5 15 8 2 1 CARPINTEROS (2) 16 17 13 2 5 CARRETEROS (3) 3 CAZADORES (1) 1 2 1 2 2 CEDACEROS (2) 2 1 2 1 1 CEREROS (2) 2 1 1 1 CERRAJEROS (2) 5 3 2 3 2 CESTEROS (2) 2 CINTEROS (2) 2 CIRUJANOS (3) 1 2 6 3 3 COBRADORES (3) 12 6 4 2 1 1 1 1 1 COCHEROS (3) 1 Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 38 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ AÑOS _______________ 1603-1605 1627 1642 1673 1695-1699 PROFESIONES COCINEROS (3) 1 COLETEROS (2) 3 COLGADORES (?) 2 COMISARIOS (3) 1 CONFITEROS (3) 1 CONOCEDORES (1) 1 CONTADORES (3) 1 CORDONEROS (2) 24 28 CORREDORES (3) 21 9 4 2 1 1 3 1 CORREGIDORES (3) 1 CORREOS (3) 1 CORTADORES (3) 5 2 CORTADORES DE CARNE (3) 2 CRIADAS (3) 1 CRIADOS (3) 2 CUCHILLEROS (2) 7 CURADORES (3) 2 CURTIDORES (2) 8 8 CHAPINEROS (2) 1 1 5 3 2 5 DEPOSITARIOS DE CRUZADA (3) 1 DESOLLADORES (3) 2 2 DESPENSEROS (3) 1 2 DIPUTADOS (3) 13 EMPAREDADAS (3) 3 EMPEDRADORES (2) 1 ENFERMEROS (3) 3 ENTALLADORES (2) 3 4 11 1 2 ESCOBEROS (2) 1 3 ESCRIBANOS (3) 17 21 2 14 6 ESCRIBANOS DE CABILDO (3) 1 ESCRIBANOS DE MILLONES (3) 1 ESCRIBANOS DE REALES (3) 1 2 ESCRIBANOS DE RENTAS (3) ESCRIBANOS-SÍNDICOS (3) 12 1 1 Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 39 2 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ AÑOS _______________ 1603-1605 1627 1642 1 3 4 1673 1695-1699 PROFESIONES ESCRIBIENTES (3) ESCRIBIENTES DE CABILDO (3) ESCRITORES DE LIBROS (2) 1 1 1 ESCLAVOS (3) 1 ESCUDEROS (3) 1 ESCULTORES (2) 1 2 ESPADEROS (2) 1 5 3 ESPARTEROS (2) 7 6 8 1 5 ESPECIEROS (3) 1 ESPITALEROS (2) 1 ESQUILADORES (3) 1 FAMILIARES (3) 2 1 3 FISCALES (3) 2 2 1 1 FISCALES DE CRUZADA (3) 1 FISCALES DEL VICARIO (3) 1 FONTANEROS (3) FRENEROS (2) 1 1 FUNDIDORES (2) GANADEROS (1) 1 16 GANADEROS DE CERDA (1) GANCHEROS (3) 49 27 6 8 1 4 4 1 GAÑANES (1) 1 GARBANCEROS (1) GASTADORES (3) 3 1 2 1 GRANADEROS (3) 1 GUANTEROS (2) 1 GUITARREROS (2) 1 HACEDORES (3) 1 HERRADORES (2) 8 5 9 2 3 HERREROS (2) 7 8 6 4 3 HORNEROS (2) 27 19 15 12 12 HORTELANOS (1) 25 48 23 13 52 HUERTANOS (1) 1 JABONEROS (2) 5 3 Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 1 40 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ AÑOS _______________ 1603-1605 1627 1642 5 3 1673 1695-1699 2 86 PROFESIONES JAQUIMEROS (1) JORNALEROS JURADOS (3) LABRADORES (1) 6 6 8 4 3 164 147 97 39 68 2 1 LABRANTES (2) LENCEROS (2) 2 LIBREROS (3) 1 MADEREROS (2) 2 MAESTROS (3) 3 2 1 4 MAESTROS DE CAPILLA (3) 2 1 1 2 MAESTROS DE MADERA (2) 3 1 MAESTROS DE MOLINO (2) 1 MANADEROS (1) MAYORDOMOS (3) 1 4 1 1 1 5 MAYORDOMOS S.C. SALVADOR (3) 1 MAYORDOMOS DE CIUDAD (3) 1 MAYORDOMOS DE CONVENTOS (3) 1 MÉDICOS (3) 4 4 2 MEDIDORES (3) 1 3 2 MEDIDORES DE PAN (3) 1 1 1 MEDIDORES DE TIERRA (3) 1 MELONEROS (1) 1 MENUDEROS (3) 2 2 1 MERCADERES (3) 8 11 4 2 1 28 4 4 3 3 2 MERCADERES DE LENCERÍA (3) 1 MERCEROS (3) 3 1 MERCHANTES (3) 17 22 MERCHANTES DE GANADO (3) 9 MERCHANTES DE VIDRIADO (3) 1 10 MESONEROS (3) 5 3 MIESEROS (1) 1 MILICIANOS (3) MINISTRILES (3) 22 3 5 4 MINISTROS (3) Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 41 4 1 2 1 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ AÑOS _______________ 1603-1605 1627 1642 1673 1695-1699 19 16 2 6 PROFESIONES MOLEROS (2) 1 MOLINEROS (2) 15 MONIDORES (?) 1 MOZOS 2 1 1 1 MOZOS DE ESCUADRA (3) 1 MOZOS DE MESÓN (3) 1 MOZOS DE MONJAS (3) 1 MULEROS (1) 1 1 MÚSICOS (3) 2 1 7 NOTARIOS (3) 3 2 2 ODREROS (2) 4 3 2 5 3 1 OFICIALES (2) 5 OFICIALES DEL BARRO (2) 4 33 14 OFICIALES DE LA CARDA (2) 1 5 1 OFICIALES DE CARNICERÍA (3) 1 OFICIALES DE LO PARDO (2) 1 OFICIALES DE TAFETÁN (2) 1 OFICIALES DE LO VERDE (2) 1 OFICIALES DE ZAPATERÍA (2) 1 2 2 3 12 16 4 17 1 OLLEROS (2) ORGANISTAS (3) 1 PANADEROS (2) 5 20 PANILLEROS (2) 3 PASAMANEROS (2) 1 1 PASTELEROS (2) 1 1 1 1 2 PASTORES (1) 7 2 7 15 72 3 37 PEGUJAREROS (1) PEONES DE ALBAÑILERÍA (2) 3 2 2 1 PESCADORES (1) 1 2 1 PICADORES (1) 1 PICADORES DE CABALLOS (1) 1 4 2 PERTIGUEROS (3) 1 PINTORES (2) 6 5 PLATEROS (2) 3 1 Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 2 2 3 42 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ AÑOS _______________ 1603-1605 1627 1642 PODADORES (1) 1 2 POLVORISTAS (2) 1 2 1 2 1673 1695-1699 PROFESIONES POCEROS (2) 2 PORTEROS (3) 3 2 PORTEROS DE LA CIUDAD (3) 1 PRECEPTORES DE GRAMÁTICA (3) 1 PREGONEROS (3) 1 PRESEROS (3) 1 PROCURADORES (3) 4 RABADANES (1) 2 RASTRILLADORES (1) 1 8 8 2 1 2 2 RECEPTORES DE PAPEL (3) 1 REGIDORES (3) 13 REGUEROS (2) 5 4 4 1 RELIGIOSAS (3) 27 21 RIPEROS (2) 7 1 ROPEROS (3) 3 RUMBEROS (?) 1 SACRISTANES (3) 6 12 SALINEROS (2) 2 SALUDADORES (3) 1 SARGENTOS (3) 2 7 8 37 17 14 1 SASTRES (2) 53 SEDEROS (2) 3 SERVIDORES DE GANADO (1) 1 67 SERVIDORES DE MONJAS (3) 1 SILLEROS (2) SÍNDICOS (3) 1 1 1 1 1 SÍNDICOS-JURADOS (3) 2 1 1 SIRVIENTES (3) SOCHANTRES (3) 3 8 1 1 SOLDADOS (3) 2 5 SOMBREREROS (2) 4 TABERNEROS (3) 5 3 4 Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 1 43 1 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ AÑOS _______________ 1603-1605 1627 1642 TABLEROS (2) 3 2 1 TEJEDORES (2) 3 9 17 TEJEDORES DE MANTELES (2) 4 TEJEDORES DE PAÑOS (2) 7 11 4 TEJEDORES DE TAFETÁN (2) 14 19 1 TEJEDORES TELA DE CEDAZO (2) 1 TEJEROS (2) 3 3 1 TENDEROS (3) 6 9 11 1673 1695-1699 5 12 PROFESIONES TERCEROS (3) 1 TESOREROS (3) 1 TINAJEROS (2) 2 3 TINTOREROS (2) 3 3 TOGUEROS (2) 13 1 3 1 1 1 TORCEDORES DE SEDA (2) 2 2 1 TORNEROS (2) 3 3 2 1 4 524 483 302 60 153 TRABAJADORES TRATANTES (3) TRATANTES DE GANADO (3) 1 TRATANTES DE PAÑOS (3) 1 7 TURRONEROS (2) 5 1 VEEDORES (3) 1 VEINTICUATROS (3) 4 1 1 2 1 10 VELEROS (2) 9 5 4 2 1 2 1 VIDRIADEROS (2) 2 VIDRIEROS (2) 1 VIOLEROS (2) 4 3 VAQUEROS (1) VENDEDORES (3) 1 1 TRATANTES DE MERCADERÍA (3) TUNDIDORES (2) 1 30 1 YEGÜEROS (1) 1 5 YESEROS (2) 8 8 6 ZAPATEROS (2) 30 48 34 ZAPATEROS DE CORREA (2) 2 Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 2 7 4 19 44 20 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ AÑOS _______________ 1603-1605 1627 1642 ZAPATEROS OBRA VIEJA (2) 9 14 5 ZURRADORES (2) 2 1 1673 1695-1699 PROFESIONES 1 1 1 Analizando más profundamente el cuadro anterior, no limitándonos a una simple relación de actividades, sino presentando el número de profesiones y profesionales y los porcentajes, diríamos: a) Padrón de 1605: - Sector primario: número de profesiones: 12 (8'5% de las profesiones cualificadas); personas: 225 (15'3% del total de los trabajadores). - Sector secundario: número de profesiones: 65 (43'6%); personas: 406 (27'8%). - Sector terciario: número de profesiones: 72 (48'3%); personas: 308 (21'1%). - Trabajadores sin cualificar: 524 (35'7% del total de los trabajadores) - Otros oficios: 2 (0'13% del total de los trabajadores). b) Padrón de 1627: - Sector primario: número de profesiones: 18 (15'5% de las profesiones cualificadas); personas: 268 (16'8% del total de los trabajadores). - Sector secundario: número de profesiones: 68 (43'5%); personas: 496 (31'2%). - Sector terciario: número de profesiones: 70 (44'8%); personas: 339 (21'3%). - Trabajadores sin cualificar: 483 (30'4% del total de los trabajadores). - Otros oficios: 3 (0'18% del total de los trabajadores). c) Padrón de 1642: - Sector primario: número de profesiones: 13 (10'2% de las profesiones cualificadas); personas: 172 (16'7% del total de los trabajadores). - Sector secundario: número de profesiones: 55 (43'3%); personas: 330 (32'2%). - Sector terciario: número de profesiones: 60 (47'2%); personas: 220 (21'5%). - Trabajadores sin cualificar: 302 (29'4% del total de los trabajadores). - Otros oficios: 3 (0'29% del total de los trabajadores). d) Padrón de 1673: - Sector primario: número de profesiones: 8 (8'6% de las profesiones cualificadas); personas: 81 (21'1% del total de los trabajadores). - Sector secundario: número de profesiones: 41 (44'5%); personas: 127 (32'9%). Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 45 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ - Sector terciario: número de profesiones: 43 (46,7%); personas: 115 (29'9%). - Trabajadores sin cualificar: 62 (16'1% del total de los trabajadores). e) Padrones de 1695 a 1699: - Sector primario: número de profesiones: 13 (12'6% de las profesiones cualificadas); personas: 253 (29'1% del total de los trabajadores). - Sector secundario: número de profesiones: 49 (47'5%); personas: 258 (29'6%). - Sector terciario: número de profesiones: 41 (39'8%); personas: 120 (13'8%). - Trabajadores sin cualificar: 239 (27'4% del total de los trabajadores). - Otros oficios: 2 (0'22% del total de los trabajadores)60. Es decir, aun considerando los distintos fines y criterios con que se hacen los padrones, que diferencian a unos de otros por la disparidad de datos recogidos, y teniendo en cuanta los porcentajes de las personas dedicadas a cada uno de los sectores, el primario oscila, a lo largo del siglo, en una banda que va desde el 15'3% de 1605 al 29'12% de finales de siglo en un progresivo aumento que nos habla de la ruralización de la población activa y de la economía. El secundario se mantiene relativamente estable en un margen que abarca desde el 27'7% de 1605 al 32'9% de 1673, aunque van desapareciendo oficios que fabrican objetos que no son de primera necesidad (guanteros, espaderos, sombrereros...) y se mantienen en cifras relativamente altas, aunque más bajas cada vez, aquellos cuya producción lo es de artículos primarios (sastres, zapateros...) u otros que constituyen una importante fuente de exportaciones como los tejidos o la cerámica. El terciario resulta ser el más cambiante (quizá por la disparidad alegada) ya que se mantiene estable en un aproximadamente 20% hasta 1642, salta hasta el 29'9% en 1673 y baja a la mitad (13'7%) a finales del siglo. Finalmente, el número de trabajadores no cualificados supone un altísimo porcentaje (35'7%) en 1605, se mantiene estable en torno a un 30% hasta 1642 y posteriormente, en una oscilación poco explicable, baja hasta el 16'1% en 1673 para volver a subir al 27,4% en 1695-1699. En resumen, nos encontramos con un mantenimiento relativamente estable de los sectores de producción a lo largo de toda la centuria, con las oscilaciones propias de un progresivo descenso de la población activa, asociado a una disminución del número de habitantes, que es paralelo al cada vez más alto predominio del sector primario y 60 Tendríam os que añadir aquí las im portantes cifras de hidalgos y clero, tanto regular com o secular, que a lo largo de toda la centuria supuso un alto porcentaje de la totalidad de la población, pero lo haríam os para indicar que las funciones religiosa y m ilitar (entendida ya com o cooperación con la política nacional y no com o defensa propia de la ciudad) tam bién desem peñaron un papel de prim er orden. De estos grupos sociales se hablará m ás ampliam ente en el apartado dedicado a la sociedad. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 46 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ a la ruralización económica. El asentamiento de las personas pertenecientes a los distintos sectores de producción por calles, zonas y colaciones (distribución del espacio urbano) es clara en algunos casos y no tanto en otros por ser más dispersa. En este sentido, podríamos decir que la zona comercial y artesanal (no hay que olvidar que muchos artesanos como zapateros, sastres y otros realizaban y vendían sus productos) por la concentración de profesionales existente se extendía a lo largo de un eje que partiendo de la plaza del Mercado se desarrollaba por la Rúa y Real Viejo hasta llegar a la plaza de Arriba para, allí, abrirse hacia el Rastro, la Corredera, la Trinidad y la calle Mesones61. Una segunda concentración importante, pero en este caso relacionada con la alfarería en todas sus modalidades, es la que se encuentra en la colación de San Millán y más concretamente en la calle Valencia y en la plaza de los Olleros. Las colaciones de San Juan Bautista y San Juan Evangelista, por otro lado, se ocupan fundamentalmente por labradores y hortelanos; mientras que los denominados trabajadores lo hacen preferentemente en la de San Isidoro y San Nicolás62. Las colaciones de Santa María, San Pablo, Santo Tomás y Santo Domingo son aquellas en la que predomina la población hidalga y la perteneciente al clero. Los servicios municipales y administrativos se ubican preferentemente en las colaciones intramuros y muy especialmente en la de Santa María (Escuela, Cárcel, Pósito, Carnicerías Bajas), en la de San Pablo (Casas del Cabildo) y en la de San Pedro (Carnicerías Altas); las escribanías, en cambio, se extienden por toda la población. Aunque no podemos hablar de una zona «industrial» o sanitaria, sí es cierto que algunas actividades y edificios que podían considerarse molestas o insalubres se situaron lejos del centro urbano. Es el caso de la tenería de la puerta de Granada o del hospital de Santiago, aunque este edificio supuso un importante centro de atracción urbana con la creación de la llamada calle Nueva desde el mismo siglo XVI. Especial importancia tuvieron algunas actividades a la hora de dar nombre a las 61 Obsérvese, por ejem plo, com o el la calle Real Viejo, en 1627, esta concentración es clara: dos cordoneros, un cerero, tres torneros, tres barberos, cinco espaderos, dos cerrajeros, dos m ercaderes, un calderero, cinco sastres, tres carpinteros, dos tenderos, un calcetero, dos herreros, dos boticarios, dos cuchilleros, un panillero, un curtidor, un aguardientero, un chapinero, un tintorero, un som brerero, un guantero, un zurrador y 31 zapateros. 62 Resulta trem endam ente chocante que aquellas calles bautizadas con nom bre que hacen referencia a oficios o grem ios, de origen m edieval en la toponim ia, no eran habitadas en el siglo XVII de form a habitual por personas de ese oficio. Es el caso de la calle de los Pastores o de los Caldereros en las sólo aparecen uno o dos ejem plos que rom perían la tónica general m antenida a lo largo de todo el siglo. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 47 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ calles; es el caso de los hornos y las sastrerías, pero también de otras menos frecuentes como los molinos, los mesones y las carnicerías. El espacio público por excelencia se ubica en las plazas y más concretamente en la de Santa María, en la del Mercado y en la de Arriba, aunque con características diferentes y con diferente finalidad. Mientras que la plaza del Mercado presenta un carácter comercial y festivo eminentemente profano (corridas de toros, ejecuciones, mercado...), y la de Arriba une al comercio el ser un lugar de encuentro y de bienvenida, la de Santa María, como vimos, junto a su naturaleza y origen emblemáticos y representativos, es el espacio festivo religioso que a la sombra de la Colegial se enaltece en las celebraciones del Corpus y otras festividades63. 2.2.3. POBLACIÓN: EVOLUCIÓN Y DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA Aplicando el coeficiente de multiplicar por cuatro el número de vecinos aparecidos en los padrones de repartimiento consultados, la población de Úbeda presenta las cifras que aparecen en el siguiente cuadro, referidas a vecinos y posibles habitantes:64 AÑOS _______________ 1603-1605 V/H 1627 V/H 1642 V/H 1673 V/H 1695-1699 V/H 1.220/4.880 1.116/4.464 884/3.536 928/3.712 479/1.916 SAN JUAN BAUTISTA 156/624 115/460 116/464 99/396 100/400 SAN JUAN EVANGELISTA 112/448 88/352 77/308 62/248 32/128 SAN LORENZO 233/932 194/776 165/660 132/528 145/580 SAN MILLÁN 308/1.232 318/1.272 273/1.092 248/992 173/692 SAN NICOLÁS 634/2.536 636/2.544 491/1.964 501/2.004 452/1.808 SAN PABLO 406/1.624 328/1.312 274/1.096 260/1.040 59/236 SAN PEDRO 168/672 136/544 90/360 107/428 83/332 PARROQUIAS SAN ISIDORO 63 Com o verem os en el apartado de realizaciones, otros lugares com o la plaza de los Olleros, la plaza de Toledo o el Altozano de San Francisco tam bién fueron escenario de celebraciones festivas, generalm ente relacionadas con festejos taurinos organizadas por cofradías o por órdenes religiosas. 64 Adem ás de los datos tom ados por nosotros de las distintas series de padrones citadas al principio del capítulo, se pueden tener en cuenta tam bién las cifras dadas por Ruiz Prieto [(1906/1982), pp. 511-512] referentes al año 1624: Santa María: 376 vecinos (1.504 habitantes), San Pablo: 390 vecinos (1.560 habitantes), San Pedro: 130 vecinos (520 habitantes), Santo Dom ingo: 173 vecinos (692 habitantes), San Lorenzo: 206 vecinos (824 habitantes), Santo Tom ás: 123 vecinos (492 habitantes), San Juan Bautista: 114 vecinos (456 habitantes), San Juan Evangelista: 101 vecinos (404 habitantes), San Millán: 336 vecinos (1.344 habitantes), San Nicolás: 706 vecinos (2.824 habitantes), San Isidoro: 1.235 vecinos (4.940 habitantes). Lo que supone un total de 3.890 vecinos y de 15.560 habitantes. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 48 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ AÑOS _______________ 1603-1605 V/H 1627 V/H 1642 V/H 1673 V/H 1695-1699 V/H 324/1.296 323/1.292 216/864 219/876 137/548 SANTO DOMINGO 170/680 160/640 87/348 115/460 111/444 SANTO TOMAS 139/556 118/472 105/420 78/312 56/224 V: 3.870 V: 3.532 V: 2.778 V: 2.749 V: 1.827 H: 15.480 H: 14.128 H: 11.112 H: 10.996 H: 7.308 PARROQUIAS SANTA MARÍA TOTALES Si consideramos que la población de una ciudad es su mayor riqueza, resulta descorazonador ver como el significativo descenso que ésta sufre a lo largo de todo el siglo debe ser la principal causa de la progresiva e irremediable decadencia de la ciudad, demostrable en multitud de aspectos, no sólo económicos, sino también relacionados con la actividad artística que analizaremos en capítulos posteriores. Independientemente de la distribución por colaciones, que pasaremos a analizar más adelante, es evidente que la población de Úbeda al final del siglo es la mitad de la de sus comienzos, perdiéndose concreta y globalmente el 53'8%. Comienza el siglo con una población de 15.48065 habitantes, equiparable a la de finales del siglo XVI, que ronda las 17.000 almas66; se mantiene con cierta estabilidad hasta 1627, en que sólo desciende un 8'7%; e inicia una fuerte caída a partir de ese momento expresada en un pérdida (siempre con referencia a la población inmediatamente anterior) del 22'6%, en 1642; del 0'8%, en 1673; y del 43'5%, en los años noventa. Podemos hablar, pues, de cuatro ciclos: a) Estabilidad o descenso moderado de 1605 a 1627: - Un 8'7% menos con respecto a la población de 1605. b) Descenso marcado de 1627 a 1642: - Un 22'6% menos con respecto a la población de 1627. - Un 29'4% menos con respecto a la de 1605. 65 A esta población habría que sum arle un núm ero indeterm inado de m iem bros del clero regular que hoy por hoy es im posible determ inar. Com o aproxim ación, basándonos en una serie de docum entos sueltos de 1676 [A.H.M.Ú., F.M., D.D., 50/12, 50/13 Y 51/12] que nos hablan 22 religiosos para el convento de San Francisco, 45 para el de la Trinidad y 25 para el de la Merced, podríam os hablar de una m edia de 25 religiosos por convento. Si tenem os en cuanta que Úbeda contó con 15 conventos, podríam os hablar de 350 a 400 personas m ás. De hecho, en las respuestas dadas por la ciudad al Catastro de Ensenada en 1752 aparecen en los diferentes conventos tanto m asculinos com o fem eninos un total de 365 religiosos [Cam pos y Cam arero (1994), pp. 118-119]. 66 En el padrón de 1575 [A.H.M.Ú., F.M ., S.P.R.], publicado por varios autores com o Moreno Mendoza [(1985), p. 38], consta una población aproxim ada de 17.000 habitantes. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 49 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ c) Estabilidad 1642 a 1673: - Un 0,8% menos con respecto a la población de 1642. - Un 29'9% menos con respecto a la de 1605. d) Descenso muy marcado de 1673 a 1700: - Un 43'5% con respecto a la población de 1673. - Un 53'80% con respecto a la de 1605. Un estudio por colaciones arroja datos interesantes no sólo sobre la perdida de población sino sobre la escasa movilidad de la misma de unas parroquias a otras. San Isidoro se constituye como la más populosa a lo largo del siglo, pero también como la tercera que más habitantes pierde: un 60'8% cuando acaba el período estudiado. San Juan Bautista ocupa siempre un lugar elevado en la tabla (oscila entre el séptimo y el décimo), pero en cambio es una de las colaciones que porcentualmente pierde menos población: 35'9%; dándose la circunstancia de que es la única, con San Lorenzo, que aumenta en los padrones de la década de los noventa con respecto al de 1673. San Juan Evangelista ocupa en todos los repartimiento el último lugar, siendo, además, la colación que ostenta el segundo lugar en pérdida de población: 71'4%. San Lorenzo es, como hemos apuntado, junto con San Juan Bautista la única parroquia que recupera población con respecto al padrón de 1673. Después de San Juan Bautista, San Nicolás y Santo Domingo es la parroquia que menos pierde: un 37'8%. San Millán, que pierde un 43'9% de población, comienza ocupando el quinto lugar a comienzo de siglo para terminar siendo la tercera más populosa. San Nicolás ocupa el segundo lugar en número de habitantes a lo largo de todo el período; es además la que mantiene una mayor estabilidad con la pérdida únicamente del 28'8%. San Pablo mantiene una población que la sitúa en tercer lugar hasta 1673, pero en el último padrón presenta la mayor pérdida de vecinos de toda la ciudad cuantificable en 804 habitantes; este hecho justifica que sea la colación que presente un mayor descenso: 84'3%. San Pedro, aunque pierde un 50'6% de la población en el cómputo general del siglo, mantiene siempre un lugar que la sitúa en el octavo puesto en cuatro de los padrones. Con Santa María y Santo Domingo es una de las parroquias que aumentan su población en 1673 con respecto al padrón de 1642. Santa María se mantiene en un puesto estable (4º ó 5º) a lo largo del período. Aun cuando pierde un 57'8% de habitantes, en 1673 aumenta su población en relación a 1642. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 50 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ Santo Domingo es la segunda que menos pierde (34'8%) gracias a la recuperación continuada que experimenta desde 1642 hasta final de siglo. Santo Tomás se presenta como una de las parroquias menos pobladas y con una pérdida final global del 59'8%. En resumen, cinco colaciones: San Isidoro, San Juan Evangelista, San Pablo, Santa María y Santo Tomás pierden un número de habitantes superior a la media y seis: San Juan Bautista, San Lorenzo, San Millán, San Nicolás, San Pedro y Santo Domingo lo hacen por debajo. Finalmente, como dato de interés, destacar que la población ubetense del seiscientos habita preferentemente en las parroquias extramuros en un proceso que no para de aumentar, aunque ligeramente, en todo el siglo. Así, en 1605, supone el 62'8 %; en 1627, el 64'4%; en 1642, el 66'3%; en 1673, el 66'9%; en 1695-1699, el 67'7%. Significativo es también el dato, relacionado con todo lo anterior, del número de casas que aparecen cerradas en cada uno de los padrones. Esta información, que hay que tomarla con reservas porque es casi seguro que no siempre se hacía constar, puede sernos útil para comprobar una vez más que en los períodos en que la población se mantiene con cierta estabilidad no se produce el fenómeno, mientras que en aquéllos en los que se produce un fuerte descenso (es el caso del padrón de 1642) aumenta significativamente el número de inmuebles abandonados y, en consecuencia, el de vecinos que debieron emigrar de la ciudad ya que no aumentan de forma determinante, como hemos visto, los habitantes de otras parroquias, que nos indicaría movimientos internos de población o al menos de cambios en la ubicación dentro de la propia ciudad: 1603-1605 1627 1642 1673 1695-1699 SAN ISIDORO 0 1 10 7 0 SAN JUAN BAUTISTA 0 0 0 0 3 SAN JUAN EVANGELISTA 0 0 1 0 0 SAN LORENZO 0 0 7 0 2 SAN MILLÁN 0 0 3 0 0 SAN NICOLÁS 0 0 13 0 2 SAN PABLO 0 0 7 0 0 SAN PEDRO 0 0 0 0 0 SANTA MARÍA 0 0 1 3 0 SANTO DOMINGO 0 1 0 1 0 AÑOS _______________ PARROQUIAS Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 51 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ AÑOS _______________ 1603-1605 1627 1642 1673 1695-1699 0 0 0 0 0 0 1 42 4 7 PARROQUIAS SANTO TOMAS TOTALES Sin duda, las tradicionales causas que se han venido atribuyendo por la historiografía local para explicar la disminución de la población: expulsión de los moriscos, continuadas levas de soldados, malas cosechas, epidemias de peste, altas tasas de mortalidad y emigración a otros lugares podrían hacernos comprender estas cifras. La expulsión de los moriscos y de los gitanos, con otras causas, explicaría el descenso moderado que se produce de 1605 a 1627. El Cabildo, ante el recibo de la orden de expulsión, decide enviar una carta al Rey, con fecha 23 de enero de 1610, solicitando que ésta no se entendiese para los moriscos de la ciudad. El Rey contesta el 9 de febrero reconociendo las razones y permitiendo que con el visto bueno de los obispos permaneciesen aquellos moriscos que por «[...] su ejemplar y cristiana vida fueren dignos de gozar desta merced [...]»67. Pero a pesar de los intentos del Cabildo para que la expulsión no se llevase a cabo, se efectuó si nos atenemos a tres datos concluyentes: a) La presencia en el padrón de 1605 de 14 cristianos nuevos, 86 personas calificadas como del reino de Granada, una como berberisca y dos como moriscos, que nos darían un total de 103 vecinos (412 habitantes), frente a un cristiano nuevo, dos berberiscos, dos vecinos procedentes del reino de Granada y ningún morisco del padrón de 1627. b) El nombramiento por parte del Cabildo de depositarios y administradores de los bienes de los moriscos en varios momentos de 161068. c) La firma de un poder el 29 de octubre de 1610 por parte del Cabildo para solicitar en la Corte una baja en el encabezamiento de la ciudad atendiendo a que había perdido población por haberse marchado los moriscos y otros vecinos69. Sobre los gitanos los datos no son tan precisos. En el cabildo de 7 de julio de 67 A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 9, f. 209. 68 Así en las sesiones de 27 de agosto, de 8 de octubre y de 5 de noviem bre [A.H.M.Ú, F.M., S.A.C., 7, ff. 309, 340 y 363]. 69 A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 7, f. 356. Esta petición nos indica que la ciudad se sentía perjudicada en su capacidad económ ica sin duda porque los oficios desem peñados por los m oriscos y esos otros vecinos eran im portantes para la econom ía y vida locales. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 52 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ 161070 se da cuenta de la orden de expulsión pero ignoramos hasta que punto ésta se llevo a cabo porque en los padrones de 1605 y de 1627 aparecen cinco vecinos perteneciente a esta etnia. Entre otras causas que expliquen la demografía, válidas ya para todo el siglo, tendríamos que destacar las malas cosechas provocadas por períodos de sequía o de temporales y por plagas y las hambrunas y alza de precios que las acompañan, la pobreza, las continuadas levas de soldados, la presión fiscal, la peste y la emigración a otros lugares de la Península y de América, de las que dan buena cuenta los libros de actas capitulares y los propios padrones. A partir de 1614, en que el patronazgo de Nuestra Señora de Guadalupe se hace oficial71, va a convertirse en costumbre acudir a las rogativas ante cualquier momento de dificultad y, en especial, ante los momentos de sequía. Ello nos permite conocer, a través de las actas capitulares, qué momentos del siglo fueron especialmente secos y malos en las cosechas72. Conocemos ciclos secos, o al menos con necesidad de lluvia, en torno a los años 1616-1617, 1636-1640, 1650-1664, 1668, 1672-1675, 1681 y 1690-1691. El primer período se refleja en las actas capitulares del 17 de marzo de 1616 y del 22 de abril de 1617, ordenándose rogativas ante la Patrona como remedio que se hará habitual73. En 1637 comienza otro ciclo seco manifestado en los cabildos de 10 de abril, en que se habla de esterilidad de los campos por falta de agua y de traer a la Patrona y hacer fiestas para solucionarlo; de 2 de abril, con un acuerdo semejante; y de 15 de marzo de 1640, en que una vez más se habla de la sequedad de las fuentes por la falta de lluvia74. De especial sequedad parece ser el período que comienza en torno a 1650 que se prolonga hasta 1664. Nos es conocido por la sesión capitular de 23 de febrero de 70 A.H.M.Ú., F.M., S.P.R., 7, f. 285 (v). 71 Torres Navarrete (1994 a), p. 23. Así lo considera basándose en un acta capitular de 8 de febrero de 1728 en la que, al parecer, se hace referencia a este patronazgo con efectos desde 1615. 72 El m odo de proceder m ás norm al consistía en, una vez decidido traer a la Patrona desde su santuario, solicitar el perm iso pertinente al obispado y celebrar rogativas y fiestas en compañía, algunas veces, del Cristo de los Cuatro Clavos de la parroquia de San Pedro en una denom inada «procesión general». 73 A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 8, ff. 112 (v) y 293. 74 A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., ; 7, f. 18 (v); 9, f. 159; y 10, f. 20. Resulta curioso com o en algunas ocasiones a la Patrona sólo se la trasladaba para unos pocos días. Es el caso de 1637 en que se la retorna a su santuario cuatros días después de haberla traído a la ciudad [A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 9, f. 20]. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 53 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ 1661, en la que se habla de falta de lluvias en un período de diez años, por lo que las fuentes, además de por el mal estado de las cañerías, no tomaban agua; en la del 11 de febrero de 1661, en que se solicita permiso al Obispo para trasladar a la Patrona; en la de 25 de febrero de 1662, en la que se atiende una petición de los labradores y campesinos para que se traiga a la Virgen por la necesidad de lluvias; y en la de 13 de marzo de 1664, en la que se actúa de igual forma75. En 1668 se repite el traslado y las rogativas, aprobándose en sesión de 31 de marzo76. Al período que se prolonga de 1672 a 1675 podríamos calificarlo de catastrófico por la conjunción de falta de lluvias con una plaga de langosta y heladas. En los cabildos de 21 de abril de 1672, de 15 de abril de 1673 y de 28 de diciembre de 1675, se decide, respectivamente, traer a la Virgen de Guadalupe por la plaga de langosta que asolaba la ciudad, por la grave necesidad de agua que padecía el campo, esterilizado, además, «[...] con sus malos aires, fríos y eladas [...]» y para solucionar la falta de agua que impedía la siembra77. Finalmente (ya que las rogativas de 1681 no indican sequía de forma determinante sino preocupación por la peste de la que hablaremos), destacamos el período comprendido entre 1690-1691, en que vuelven a celebrarse rogativas por la misma causa de la sequedad de los campos y en que los índices de miseria debieron llegar a cotas altísimas. Basta para demostrarlo las continuas referencias que se hace a la miseria absoluta de la ciudad en cabildos de 1690 como los de 3 de junio (sequedad de las fuentes), 26 de octubre (miseria), 3 de noviembre (miseria) y 14 de abril de 1691 en que se decide, una vez más, que se traiga a la Virgen de Guadalupe para solucionar la falta de agua78. Indicador de malos tiempos, de hambre y de sequía y, como consecuencia, de alteraciones en la población es también la carestía y el precio de productos de tan primera necesidad como el trigo, la cebada y el aceite. En este sentido, ante la falta de datos mas concretos en las actas capitulares, es interesantísimo el estudio realizado por la profesora Tarifa Fernández para el período de 1671 a 1700, a la luz de los libros de cuentas de la cofradía de San José y Niños Expósitos, sobre las donaciones que se efectuaban a esta institución. De él extraemos los siguientes datos expresados en 75 A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 19, ff. 19, 27 y 217 (v) ; y 21, f. 31 (v). 76 A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 23, f. 201 (v). 77 A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 25, ff. 154 y 271; y 27, f. 114 (v). 78 A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 30, ff. 36, 93, 102 y 178. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 54 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ fanegas y reales de vellón:79 CONCEPTOS ____________ LIMOSNAS DE TRIGO VALOR DEL TRIGO VENDIDO VALOR DE LA CEBADA VENDIDA VALOR DEL ACEITE VENDIDO 1671 59 4.140 84 1672 85 4.725 56 1673 75 3.510 60 28 1674 74 4.995 60 56 1675 45 3.960 150 56 1676 56 4.900 90 45 1677 22 1.800 375 45 1678 17 1.914 1679 27 2.940 75 1680 16 1.287 102 1681 23 336 1682 41 1.050 1683 8 275 1684 31 1.125 34 1685 10 560 34 1686 21 918 22 1687 16 380 22 1688 84 1.200 50 1689 58 1.260 50 1690 43 780 1691 35 840 63 1692 36 860 7 1699 18 1.288 13 1700 57 1.638 24 AÑOS 45 46 46 18 También Ruiz Prieto apunta, para los períodos que no conservan actas capitulares, datos en el mismo sentido, señalando como momentos especialmente significativos los años de 1606 en que «[...] fue tanta la escasez y miseria que se padecía que [...] se vieron las autoridades obligadas, para evitar los estragos del hambre, a alojar en las casas de los pudientes más de mil hombres, para que les 79 Tarifa Fernández (1994 a), p. 284 y ss. El estudio original abarca hasta 1788. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 55 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ diesen de comer. A los presos de la cárcel se les daba pan de cebada del Pósito a cuatro maravedises libra, y a las parroquias y conventos pan amasado del trigo del mismo Pósito»; 1621, en que «[...] otra calamidad había hecho más aflictiva la situación de Úbeda, cual fue la helada de las olivas» y en que «[...] los mejores pagos, como el de Santa Quiteria y Vall de Olivas, quedaron secos, y su reposición duró muchos años»; 1622, en que «[...] Úbeda no mejoró, siguiendo su vida lánguida y sin progreso alguno; antes bien sus privilegios eran menospreciados, y tuvo que acudir al rey por medio de su personero [...], rogándole se respetasen el privilegio que la ciudad tenía de no pagar portazgos, ni embargos, ni otros pechos. En 22 de febrero presentó el personero una petición a la ciudad, para que acordase la rebaja del encabezamiento de alcabalas, manifestando que por la esterilidad de los tiempos, muchas personas se iban de la población, que las tierras no se labraban y Úbeda iba quedando sin vecinos. Coincidió esta petición con la falta de lluvias, pues en el mes de marzo se acordó, como era antigua costumbre, traer de su santuario a la Virgen de Guadalupe, y hacerle fiestas de rogativa implorando su misericordia, también se trajo con el mismo objeto el Santo Cristo de la Yedra»; y 1695, en «[...] que unos temporales de fuertes lluvias y vientos, que hicieron considerables daños en la campiña y en las casas de la ciudad, teniendo el alcalde mayor don José Regules Villasante, que dar un bando el 3 de febrero, para que apuntalaran y aseguraran las casas que quedaron quebrantadas y amenazaban ruina, siendo muchas las que quedaron convertidas en solares»80. Sin duda, directamente relacionadas con lo anteriormente visto y esclarecedora de otros factores determinantes para la vida de la ciudad y del número de sus habitantes, resultan ser las cifras de pobres y viudas, doncellas y huérfanos, sin obligación de pechar, que aparecen en todas las series de padrones trabajadas. Estos son los datos:81 AÑOS _______________ 1603-1605 1627 1642 1673 1695-1699 SAN ISIDORO 111 30 16 165 2 SAN JUAN BAUTISTA 38 3 2 18 7 SAN JUAN EVANGELISTA 47 3 0 7 0 SAN LORENZO 41 14 14 32 16 PARROQUIAS 80 Ruiz Prieto (1906/1982), pp. 204, 205, 206 y 215. 81 Puede observarse com o los dos m om entos de m ás altos índices de pobreza coinciden con dos de los caracterizados por una alta conflictividad: la penuria de los tiem pos narrada por Ruiz Prieto para 1606 y la conjunción de la plaga de langosta y la sequía registradas en 1672 y 1673. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 56 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ AÑOS _______________ 1603-1605 1627 1642 1673 1695-1699 SAN MILLÁN 16 8 0 18 0 SAN NICOLÁS 61 14 8 104 37 SAN PABLO 89 8 22 72 0 SAN PEDRO 32 6 5 23 14 SANTA MARÍA 79 3 21 64 21 SANTO DOMINGO 33 17 1 40 26 SANTO TOMÁS 31 1 2 30 12 578 107 91 573 135 14'93 3'02 3'27 20,84 7'38 PARROQUIAS TOTALES _______________ PORCENTAJE SOBRE EL NÚMERO DE VECINOS La participación de Úbeda aportando soldados a las numerosísimas actuaciones militares exteriores que caracterizaron la política internacional de la España del siglo XVII, es sin duda otro de los elementos que explican el descenso de la población. Para no hacer demasiado prolija la relación de levas producidas y la carga que para la ciudad suponían (aun cuando en estos casos siempre se patentizaba su inquebrantable adhesión y se recordaba las veces que había contribuido ante situaciones similares), basten algunos datos sacados de las actas capitulares, de otros fondos documentales y de la bibliografía específica82. Como ejemplo de la buena disposición de la ciudad en este sentido83, las palabras 82 Sirvan para apoyar esto (entre otros m uchos datos de los años 1605 a 1617, 1625, 1629, 1630, 1632, 1638 a 1647, 1649, 1650, 1652, 1656, 1657, 1659 a 1663 y 1665) las actas capitulares de 23 de enero de 1610, solicitando soldados m ediante carta real [A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 7, f. 121 (v)]; de 13 de agosto de 1638, en que el Conde Duque de Olivares pide soldados para atajar la invasión de soldados franceses en Guipúzcoa [A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 9, f. 204 (v)]; la de 22 de febrero de 1639, en la que el Rey pide dinero para la guerra al no poder darlo los hom bres de negocios por falta de galeones [A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 9, f. 271]; la de 19 de enero de 1661, en la que se da a conocer una orden de 1660 por la que había que librar dinero para la com pra de cam as para los soldados que se juntaban en Extrem adura por la guerra con Portugal [A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 19, f. 10]; y la de 10 de noviem bre de 1690, en la que solicita la baja de m ilicias por lo despoblada que estaba la ciudad [A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 30, f. 107 (v)]. 83 Esta buena disposición no siem pre debía ser fácil no sólo por los problem as económ icos sino por la existencia de alborotos en la ciudad. Basta para dem ostrarlo la petición, signada en Baeza el 7 de octubre de 1630, de Fernando de Vallejo, Secretario de Felipe IV y m iem bro de su Consejo, al Corregidor y los Concejos de Úbeda y Baeza en dem anda de que se estableciese un repartim iento u otro arbitrio que perm itiera construir cuarteles para las tropas de tránsito, evitándose así los desm anes que regularm ente Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 57 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ de Ruiz Prieto, tomadas de libros de actas capitulares no conservados, son significativas: «Durante el reinado del nuevo soberano (Felipe III), si Úbeda no progresó, tam poco experim ento grandes desastres. Asistió al rey con la lealtad y celo de costum bre, en sus guerras en Flandes y en Italia contra los ingleses, en Am érica y otras em presas. En todas partes los hijos de Úbeda acreditaron su valor y lealtad, haciéndose m uchos notables con sus m em orables hechos y sus dotes de gobierno, gallardam ente m anifestadas. Reconocido el rey a los servicios prestados por la ciudad, que estaba atrasada en el pago de sus obligaciones, dio una provisión en Valladolid con fecha 21 de diciem bre de 1601, encargando a sus contadores, que estaban tom ando cuentas en Granada, que no aprem iasen a Úbeda, pues fue la que con m ás celo sirvió en los Países Bajos, con siete com pañías de infantes y dos de a caballo, gastando m ás de treinta m il ducados y m uchos bastim entos y provisiones. Se citan con elogio en dicho docum ento a los capitanes don Francisco de Narváez y Gonzalo de Alm ansa. El capitán Luis Dávila, que creem os era de nuestra población, se cubrió de gloria por su arrojo y heroicos hechos en Flandes y otras partes.» 84 En el punto opuesto, destacaríamos la sesión de 10 de abril de 1667 en la que literalmente se apunta: «La ciudad dijo que se alla en tal aprieto que [...] para el despacho de soldados que están acuartelándose en ella [...] y porque no falte cosa tan precisa i tan del serbicio de su Magestad i no se detengan los soldados acuerda se vendan los quartos del sitio de esta ciudad ierbas y espiga de los anticipados este presente año». 85 La presión fiscal, como factor que incide de forma implacable y continuada en el número total de habitantes y en sus condiciones de vida, queda perfectamente reflejada en la relación de repartimientos conservados en el Archivo Histórico Municipal manifestando como ésta aumenta proporcionalmente a partir de la segunda mitad del siglo en padrones que pueden considerarse como extraordinarios por su carácter: - 1601 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Servicio Real - 1603-1605 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Servicio real de su Majestad - 1609-1611 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Servicio Ordinario - 1612-1613-1614 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Em padronam ientos - 1616 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Servicio Real - 1624-1626 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Servicio Real com etían en los alojam ientos que se les daban [A.H.M.Ú., F.M., D.D., 58/7. 84 Ruiz Prieto (1906/1982), pp. 203-204. 85 A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 23, f. 80 (v) y ss. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 58 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ - 1627 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Servicio Ordinario y Extraordinario (prim er repartim iento) - 1627-1628 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Servicio Real (segundo repartim iento) - 1627-1629 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Servicio Real (tercer repartim iento) - 1630 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Puentes de Baza, Baeza y Andújar - 1630-1632 . . . . . . . . . . . . . . . . Servicio Ordinario y Extraordinario (prim er repartim iento) - 1630-1632 . . . . . . . . . . . . . . Servicio Ordinario y Extraordinario (segundo repartim iento) - 1630-1632 . . . . . . . . . . . . . . . . Servicio Ordinario y Extraordinario (tercer repartim iento) - 1633 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Puente de Andújar - 1633-1635 . . . . . . . . . . . . . . . . Servicio Ordinario y Extraordinario (prim er repartim iento) - 1635? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Servicio Ordinario - 1637 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Cuaderno suelto sin especificar - 1642 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Cuadernos sueltos sin especificar - 1642 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Puente de Andújar - 1645 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Cuadernos sueltos sin especificar - 1645-1655 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Perm uta de Soldados - ¿Década de los cuarenta? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Cuadernos sueltos (2) - 1659 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Servicio Extraordinario de Milicias - 1659 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Conciertos de la Carne - 1660 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Perm uta de Soldados - 1660 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Repartim iento de la Carne - 1661 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Repartim iento de la Carne - 1663 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Quintas - 1663 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Repartim iento de la Paja - 1664 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Paga de la Quiebra de la Sisa de la Carne - 1667 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Repartim iento de Mesadas - 1670 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Pago de la Jurisdicción de La Aldehuela y Casa Troyano - 1671 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Fábrica Puente de Toledo en Madrid - 1673 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Repartim iento del Tercio - 1668-1670-1671-1672 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Repartim iento de Mesadas - 1673 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Fábrica Puente de Córdoba - 1674 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Repartim iento de Mesadas del Tercio Provincial - 1674 . . . . . . . . . . . . . . . . Repartim iento para el Reparo del Puente de Toledo en Madrid - 1675 . . . . . . . . . . . . . . . . Repartim iento para el Reparo del Puente de Toledo en Madrid - 1677 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Repartim iento de Mesadas - 1678-1679 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Repartim iento de Mesadas - 1682 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Repartim iento de Mesadas - 1683 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Milicias - 1680-1681-1684-1685 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Mesadas - 1686 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Mesadas - 1687 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Mesadas - 1689 a 1694 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Atrasos de Milicias - 1695 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Reparación del Chapín de la Reina - 1695-1696 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Servicio Ordinario y Extraordinario - 1696 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Milicias - 1697 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Milicias - 1698 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Cárcel de Granada - 1699 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Incom pleto sin especificar Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 59 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ - 1699 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Alojam iento de Soldados La emigración va a ser otro de los factores determinantes de la pérdida de población. Aunque no son muchos los datos que de ella nos hablen, podemos afirmar que el municipio y su concejo fueron siempre conscientes (como hemos visto en párrafos anteriores) de que se producía y de que era, en una proporción importante, una de las causas de la pobreza y de otras calamidades que asolaban a la ciudad y a sus habitantes. En lo que se refiere a la emigración a América, Valladares Reguero la cifra en 27 personas a lo largo de todo el XVII frente a las 166 del siglo anterior86. La peste, finalmente, bien aisladamente, bien acompañada de hambrunas, va a ser determinante en el retroceso demográfico por el carácter despoblador de esta enfermedad que prácticamente no permitió que ninguna generación de españoles del siglo XVII estuviese libre de este azote. De las grandes oleadas de peste que padeció la Península en el siglo XVII, Úbeda sufrió con especial incidencia la que culmina en 168187; pero aunque no hubiese contagio en otros momentos, toda noticia y amenaza de peste en lugares más o menos cercanos acarreaba consecuencias directas e inmediatas sobre la vida de la ciudad y, especialmente, sobre el comercio de productos de primera necesidad y los abastecimientos al proceder el Concejo a cerrar el mayor número posible de puertas de la muralla como medio de vigilar estrechamente la entrada de forasteros y de productos o mercancías que pudiesen provocar el contagio88. Como se comprenderá, además de las muertes directas, esto suponía un agravante más en unas condiciones de vida y en una sanidad que no eran de por sí fáciles ni apropiadas para combatir una enfermedad que se cebaba en los más débiles. 86 Valladares Reguero (1992 a), p. 79. Díaz-Trechuelo sube la cifra a 29: tres hom bres casados, veintiuno solteros, dos m ujeres casadas, dos solteras y una m ás de la que no se especifica estado civil [Díaz-Trechuelo (1990), pp. 56 y ss]. 87 Puede servir com o indicador el hecho de que en este año se produjeran 120 entierros en la parroquia de San Isidoro frente a los 90 de 1680 y los 68 de 1682 [A.P.S.I.Ú., Libro de sepelios nº 10]. 88 Dem ostración de todo lo dicho son las actuaciones que se efectúan en 1637 ante las noticias de una epidem ia en Málaga. En el cabildo de 4 de junio se da la noticia [A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 9, f. 39 (v)] y se nom bran com isarios [f. 40]; en el de 8 de junio, se ordena cercar la ciudad y hacer rogativas [f. 41]; en el de 6 de julio, se ordena cerrar las puertas de Quesada y de la Torre Nueva [f. 54 (v)]; en el de 15 de julio se solicitan arbitrios para sufragar los gastos provocados por las m edidas anteriores [f. 59 (v)]; y en el del 19 de septiem bre, finalizada la am enaza, se ordena abrir la puerta de la Torre Nueva [f. 87]. Para com prender lo que suponía la finalización de una epidem ia, puede verse el apéndice docum ental nº 1. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 60 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ Sin duda, el mejor ejemplo de lo dicho por la conjunción de sequía, crisis de subsistencias, hambre y peste, sea el proceso histórico que se inicia en 1676 con una tumultuosa revuelta popular, duramente reprimida, provocada por la falta de grano y por el miedo al hambre y a la peste, que culmina, finalmente, en 1681 con una devastadora epidemia que diezma la población de la ciudad y la sume en un bache del que no se recupera hasta el siglo XIX89. 2.2.4. GOBIERNO MUNICIPAL 2.2.4.1. Poderes y órganos de gobierno Como todas las ciudades de realengo, contó Úbeda con una organización semejante a la del resto de la Península: poder político, poder judicial y poder religioso. El municipio, desde el punto de vista de las instituciones políticas, estaba gobernado por un Concejo presidido por un corregidor y formado por un número determinado de regidores o veinticuatros de los que algunos ostentaban cargos unipersonales como los de Alguacil Mayor y Alférez Mayor, entre otros90. El Corregidor, cargo en el caso de Úbeda de designación real, fue común con la vecina Baeza hasta 1768 en que se consigue uno en exclusividad91. Sus funciones son las de regir la ciudad en nombre del Rey por un período fijo regulado, generalmente un trienio, y el de presidir el Cabildo Municipal como órgano colegiado de máximas competencias y dignidad. En cuanto a los regidores, en general, siempre fueron más de 24 y en un alto 89 Este proceso ha sido perfectam ente estudiado, entre otros autores, por Juan Góm ez (19781979) y (1981); Torres Navarrete (1990 c), pp. 238-241; Parejo Delgado y Tarifa Fernández (1990 a); y Tarifa Fernández (1994 a), pp. 110-113. En concreto esta autora concluye que esta crisis se provocada por la m ala clim atología, la peste, los terrem otos, las m alas cosechas, las plagas de langosta y la falta de diálogo entre las autoridades locales y reales e incluso por un triple conflicto de com petencias entre las adm inistraciones local, real y eclesiástica; caracterizándose por ser propia de un m om ento de recesión económ ica y dem ográfica, porque sus protagonistas son los sectores sociales m ás desfavorecidos y porque las autoridades apoyan las pretensiones del pueblo hasta que se produce el levantam iento y se endurece la represión. 90 Un detallado estudio de este oficio concejil y de las personas que lo poseyeron puede verse en Torres Navarrete (1990 c), pp. 26-29. 91 Torres Navarrete (1990 c), p. 7. En esta situación com partida y en el hecho de que el Corregidor no cum pliese con su obligación de vivir en Úbeda seis m eses al año, ve este autor una de las causas de la tradicional enem istad existente entre las dos ciudades. Nosotros creem os que adem ás existieron otros m otivos que hunden sus raíces en la propia Edad Media, relacionados con las concesiones que se dan a las ciudades fronterizas com o éstas y a las disputas por la delim itación de los térm inos respectivos. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 61 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ porcentaje ostentaban su cargo a perpetuidad92. En Úbeda, en opinión de Domínguez Ortiz, citado por Kamen, que se ve ratificada por los listados que aparecen en los libros de actas capitulares, pertenecieron al estamento nobiliario en exclusividad93. Sus funciones se determinan en los sorteos que anualmente se celebran para distribuir las tareas propias del gobierno y buena marcha de la ciudad. A lo largo del siglo, de entre sus filas destacan una serie de oficios y cargos que por regla casi general acaban siendo hereditarios o son objeto de venta; de igual forma que pasa con los de jurados o cargos creados por la Corona para paliar el monopolio del poder municipal, depositado en manos de regidores vitalicios y hereditarios, con la función de representar al Común94. La frecuencia con la que se reúne el Cabildo es altísima a lo largo de todo el siglo, dándose casos en los que incluso se producen dos en un mismo día95. 92 Sirva com o ejem plo la sesión del Cabildo en que se da lectura de la carta real que nom bra regidor por juro de heredad a perpetuidad a Alonso Díaz, por renuncia de Diego de Sanm artín Arredondo [A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 15, f. 19]. 93 Kam en (1987), p. 244. 94 Para com prender el grado de enajenación al que habían llegado los em pleos m unicipales y la com plejísim a burocracia del Antiguo Régim en, la respuesta que se da a la pregunta nº 28 del Catastro de Ensenada es m uy esclarecedora. En concreto en ella se contesta que los em pleos enajenados eran los siguientes: Alférez Mayor; Alguacil Mayor, con voto de Regidor; Alcalde Provincial; Depositario de Penas de Cám ara; 37 oficios de Regidores; 16 oficios de Jurados; doce oficios de Procuradores; la Contaduría de Intervención; el oficio de Receptor de la Carnicería; el oficio de Padre General de Menores; el de Fiscal Real; el de Alguacil M ayor de Alcabalas; el de Guarda Mayor de Alcabalas y Teniente de Millones; el de Cuadrillero Mayor; la Escribanía de Alcabalas y Cientos; la de Millones; la de Cartas de Pago, Juros y Libranzas; la de Com isión; 17 Num erarias (a ocho de las cuales estaba agregado lo crim inal); la Notaría M ayor de Cruzada; el oficio de Prom otor Fiscal; el de Alguacil Mayor; y el de Depositario. Igualm ente interesante es la respuesta para conocer la cuantía y la antigüedad de las ventas de oficios: «Y, aunque tienen entendido que la perpetuidad de los sobredichos em pleos u oficios se concedió por servicio pecuniario, no pueden decir el tanto de éste, por no constar en los títulos actuales y haverse confundido los prim eros con el tiem po o, por m ejor decir, pararán en el Archivo de Sim ancas. Vien que saven costó el oficio de Regidor, propio de don Rodrigo de Nava, presvítero, a Christóbal de Hortega, Com endador en el Horden de Santiago, catorce m il setecientos y cinco reales; y la perpetuidad de otro, de don Luis Chirino, costo a don Francisco Chirino de Narváez, quatrocientos y quarenta; la Contaduría de Intervención de esta Ciudad, y la de Baeza, costó ochenta y m il y quatrocientos; el oficio de Alguacil m aior, ochenta y dos m il y quinientos; la de Cartas de pago, Juros y Libranzas, ocho m il y ochozientos; el oficio de Fiscal de Cruzada, dos m il y dozientos; el de Notario m aior, otros tantos; el de Depositario, los m ism os, y el de Alguacil m aior, dos m il y quinientos. Y lo que han visto y entendido, de cincuenta años a esta parte, es que los em pleos de Regidores se venden en quinientos o seiscientos ducados; en los m ism os, las Escrivanías num erarias; en m il pesos, las de Millones y en dos m il y doscientos reales, cada oficio de Jurado, o Procurador.» [Cam pos y Cam arero (1994), pp. 85-89]. 95 En 1656 era necesario que los regidores asistieran a treinta y dos cabildos (lo que nos indica que al m enos se celebraban esos m ism os) para poder cobrar sus salarios. Precisam ente en la sesión del 11 de noviem bre de ese año se realiza un listado para controlar la asistencia que da los siguientes resultados: diecisiete acuden treinta y dos veces; uno, treinta y una; uno, veintiocho; uno veintiséis; dos, Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 62 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ En lo que se refiere a la administración de justicia, estaba en manos de los Alcaldes o funcionarios reales o cargos públicos con capacidad de juzgar y sentenciar por delegación regia. El Alcalde Mayor es el letrado que asesora al Corregidor en sus funciones judiciales cuando éste no era togado, sino de los de «capa y espada», es decir, procedente de la nobleza; sus funciones se centraba en los aspectos jurisdiccionales, quedando las administrativas y políticas para el Corregidor96. El Alcalde Provincial de la Hermandad es el delegado de la Santa Hermandad en las ciudades. Elegido normalmente de entre los caballeros, recibía sus poderes del Concejo ante el que juraba su cargo y entendía de los llamados «casos de Hermandad», es decir, de hurtos, muertes ejecutadas en el campo, incendios de mieses, talas de árboles y, en general, de lo que establecieran las ordenanzas municipales97. El Concejo contó con dos tipos de cárceles: una destinada al Común o Cárcel Real al mando de un Alcaide y otra a los hijosdalgo, al menos desde 1559, situada en la llamada Torre de los Caballeros que aún se alza, aunque reformada, al principio de la calle Cava junto a la antigua puerta de La Calancha98. La organización religiosa, importantísima en una sociedad como la del Antiguo Régimen, se estructura como vicaría y arciprestazgo y se ordena, como ya se ha visto, en 11 parroquias: Santa María, San Pablo, San Pedro, Santo Domingo de Silos o de los Abades, Santo Tomás y San Lorenzo (dentro del recinto amurallado), y San Juan Evangelista, San Juan Bautista, San Millán, San Nicolás y San Isidoro (en diversos barrios y arrabales); en diez conventos masculinos: Santísima Trinidad (trinitarios calzados), Nuestra Señora de la Merced (mercenarios redentoristas), San Francisco de Asís (franciscanos), San Andrés (Orden de Predicadores), Nuestra Señora de la Victoria (mínimos de la Orden de San Francisco de Paula), Santa Catalina (de la Compañía de Jesús), San Miguel (carmelitas descalzos), San Juan de Dios (hospitalarios), San Antonio de Padua (recoletos de Nuestro Padre San Francisco) y Espíritu Santo (Orden de Santi Espíritu); y en cinco femeninos: Santa Clara (franciscanas veinticuatro; uno, veintidós; uno, diecinueve; uno, dieciocho; uno, dieciséis; uno, trece; uno, doce; uno, once; uno, nueve; uno, siete; uno, seis; uno, cuatro; dos, tres; tres, una; y tres, ninguna vez [A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 16, f. 262 (v)]. 96 Adem ás de la adm inistración de justicia se encargaba de la cobranza del servicio de m illones. Así consta, al m enos, en la petición de doscientos ducados que en el cabildo de 27 de octubre de 1690 realiza el Alcalde Mayor de ese m om ento por los servicios prestados, entre los que se encuentra la citada recaudación, al tener que abandonar la ciudad [A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 30, ff. 96 (v) y ss.]. 97 Por desgracia no se conservan en el Archivo Histórico Municipal las Ordenanzas Municipales vigentes en este período. 98 Martínez Elvira (1992-1993) estudia las distintas ubicaciones que tuvieron, incluyendo una de clérigos. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 63 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ descalzas), San Nicasio (monjas del Orden Tercero de San Francisco), Nuestra Señora de la Coronada (Obediencia de San Andrés de la Orden de Santo Domingo), Madre de Dios o de las Cadenas (dominicas) y Nuestra Señora de la Concepción (carmelitas descalzas). El nombramiento de colegiata para Santa María se produce en 1259, a los pocos años de la conquista cristiana, por parte del obispo don Pascual mediante bula firmada en Úbeda el 6 de junio99, confirmándose por Clemente IV el 18 de junio de 1266100. Desde el mismo momento del nombramiento, nos cuenta Jimena Jurado, tuvo cuatro dignidades: tesorero, chantre, arcipreste y vicario, y ocho canónigos101; Ruiz Prieto añade que fueron nombrados personas, canónigos y socios como en la iglesia matriz de Jaén102. El 2 de marzo de 1371, de nuevo en palabras de Jimena Jurado, don Nicolás de Biedma redujo las prebendas a dieciséis para distribuirlas entre los ocho canónigos y las cuatro dignidades, añadiendo una prestamera aneja de cada parroquia al Cabildo Colegial. También otorgó la mitad de los diezmos de unos donadíos que poseían el arcipreste, Roy Días, y el vicario, Juan Sánchez, reglamentando las obligaciones según los estatutos de la catedral de Jaén, es decir, que atendiendo a la disminución de los habitantes por la destrucción de la ciudad por Pero Gil, no hubiese raciones ni medias raciones, sino que los canónigos que por entonces eran y los que en un futuro lo fueran, habían de ser considerados como personas y canónigos enteros103. En 1573 don Francisco Delgado hace nuevos estatutos ajustados a los de la catedral de Jaén104. En este mismo sentido, Ruiz Prieto añade que fueron firmados en Úbeda en 1574, pues así aparecía en un libro de pergamino por él visto105. El mismo obispo Delgado añadió nuevas normas el 14 de diciembre de 1586, siendo confirmadas por Fray Juan Asensio que sumó la pureza de sangre para todos los cargos106. 99 A.H.M.Ú., F.M., S.D., 3/11. Puede verse en el apéndice docum ental nº 2. 100 A.H.M.Ú., F.M., S.D., 1/11-12. Es un docum ento que se conserva por duplicado. 101 Jim ena Jurado (1654/1991), p. 193. 102 Ruiz Prieto (1906/1982), p. 312. 103 Jim ena Jurado (1654/1991), pp. 346-349. 104 Jim ena Jurado (1654/1991), p. 193. 105 Ruiz Prieto (1906/1982), p. 316. 106 Ruiz Prieto (1906/1982), p. 316. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 64 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ Finalmente, en 1604, don Sancho Dávila crea el cargo de maestro de ceremonias y da normas para el orden, compostura y seriedad del coro107. Al no conservarse ninguno de los libros de actas capitulares del Cabildo Colegial correspondientes al siglo XVII108, de nuevo acudimos a Méndez Silva para conocer que en 1645 seguía componiéndose de cuatro dignidades y ocho canónigos109. En lo que se refiere a las parroquias, Jiménez Patón apunta que la de San Pablo tenía un priorato, tres beneficios simples servideros y una prestamera; la de San Pedro, un priorato, un beneficio servidero y una prestamera; la de Santo Domingo, un priorato, dos beneficios servideros y una prestamera; la de San Lorenzo, un priorato, un beneficio simple servidero y una prestamera; la de Santo Tomás, un priorato, un beneficio simple servidero y una prestamera; la de San Juan Evangelista, un priorato, un beneficio simple servidero y una prestamera; la de San Juan Bautista, un priorato, un beneficio simple servidero y una prestamera; la de San Millán, un priorato y beneficio simple servidero; la de San Nicolás, un priorato, dos beneficios simples servideros y dos prestameras; y la de San Isidoro, un priorato, dos beneficios simples (uno de la mesa episcopal) y dos prestameras y media110. En las Constituciones Sinodales del obispo don Baltasar de Moscoso y Sandoval podemos encontrar la misma distribución de beneficios pero se añaden los repartos de rentas tanto en la Colegial como por parroquias. Los textos que hacen referencia a la Colegial y a la parroquia de San Pablo (todas las demás se distribuyen de forma semejante) son los que siguen a continuación: «En esta Iglesia de Santa Maria hay quatro Dignidades, que son: Tesorero, Chantre, Arcipreste, y Vicario, y ocho Canongias. Esta renta después de sacados hazim ientos, y partes de pujas, según dicho es, el resto y fin que queda en la dicha renta, se reparte en esta m anera. »El obispo lleva un noveno y m edio, de su valor se saca el rediezm o para el Arcediano de Ubeda. »El Cabildo lleva otro noveno y m edio, de su valor se saca el rediezm o para el Arcediano de Ubeda. »Los Beneficiados y Canonigos llevan dos tercios. »Si la renta es de m inucias no se saca nada, porque lo lleva el dicho Colegio. Si la renta es de pan, de los dos tercios que lleva el dicho Colegio se sacan solam ente dos fanegas para 107 Ruiz Prieto (1906/1982), p. 316. 108 Únicam ente se conserva un ejem plar que abarca desde 1798 a 1805. 109 Méndez Silva (1645/1949), p. 1.624. 110 Jim énez Patón (1628/1983), f. 232 (v). Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 65 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ el Maestrescuela. »De la renta de vino, y azeyte no se saca nada para el Arcipreste, ni Vicario.» En lo que se refiere a las parroquias: «El rey lleva dos novenos. »La Iglesia lleva un noveno. »El Obispo lleva noveno y m edio, y de su valor se saca el rediezm o para el Arcediano de Ubeda. »El Cabildo lleva otro noveno y m edio, y de su valor se saca el rediezm o para el Arcediano de Ubeda. »El Prior, y Beneficiados llevan tres novenos, los quales parten por iguales partes, salvo que el Priorazgo lleva la quarta parte m as que los otros Beneficios. »Si la renta es de m inucias, sacanse de la parte de la Iglesia cinco m aravedis, y de la parte del Prior, y Beneficiados otros cinco m aravedis, que son diez m aravedis, de los quales lleva el Arcipreste las dos partes, y el Vicario una. Si la renta es de pan, sacanse de la parte de la Iglesia cinco fanegas, y de la parte del Prior, y Beneficiados tres fanegas, que son ocho fanegas, de las quales lleva el Arcipreste las quatro, y el Vicario las dos, y el Maestrescuela las otras dos fanegas: pero si la fabrica tuviere algo m as de las dichas cinco fanegas que le quedan, y m enos de diez, que aquello dem as de las cinco se reparta por rata entre los dichos Arcipreste, Vicario, y Maestrescuela: por m anera que si la dicha fabrica tuviere una fanega, ó dos, ó tres, ó quatro dem as de las dichas cinco fanegas que le han de quedar, que aquello se reparta por rata entre los susodichos. »De las rentas del vino, y azeyte no lleva nada el Arcipreste, ni Vicario.» 111 Una Universidad de Priores vertebra la organización de las distintas parroquias. Las relaciones entre el poder político y eclesiástico se muestran llenas de cordialidad a lo largo de toda la centuria como bien se aprecia en las numerosas concesiones y donativos que el Cabildo Municipal otorga a conventos y parroquias y en el clima de religiosidad que caracteriza la vida del siglo XVII español, pero no faltan disputas generalmente relacionadas con cuestiones baladíes sobre el orden jerárquico de las profesiones o problemas semejantes112. El clero de la ciudad estuvo sometido a un Tribunal de Vicario, con competencias exclusivas de causas eclesiásticas, regido por un Notario Mayor, un Notario Receptor, un Alguacil Mayor y un Alcaide de la Cárcel Eclesiástica. Mención aparte merece el Tribunal del Santo Oficio. Úbeda depende del de Córdoba y en la ciudad sólo cuenta con la figura de un Comisario, que al menos 111 Moscoso y Sandoval (1626/1787), f. 111. 112 En este sentido es curiosa la inform ación sobre el despojo de las espadas de los caballeros veinticuatro por parte de los canónigos de la Colegial en el transcurso de las fiestas del Corpus de 1612 [A.H.M.Ú., F.P.N., Juan de Cotillas, 989, f. 317]. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 66 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ aparece en el padrón de 1627, y un determinado y variable número de familiares que, por los que aparecen en los padrones de repartimiento, oscilaron entre tres (padrón de 1627) y dos (padrones de 1605, 1642 y 1673)113. 2.2.4.2. Servicios y organización de la vida local Las principales tareas a realizar y los principales servicios y competencias que el Concejo ofrece y ostenta son los relacionados con el propio gobierno y con las causas de primera instancia en lo civil y criminal, como hemos apuntado, y los relativos a la política de abastecimientos, a la higiene, a la sanidad, al orden público, a la vigilancia de los gremios, a la recaudación de ciertas contribuciones estatales, a la fijación de salarios y precios, al reclutamiento de soldados, a la organización de fiestas y otras muchas más que le confieren un enorme poder. Para asegurar estas competencias y servicios, anualmente se determina las suertes o personas que han de encargarse del buen gobierno de la ciudad durante períodos concretos, que generalmente coinciden con un año, y que normalmente tenían lugar en el mes de septiembre, unos días antes de la celebración del día del patrón San Miguel. Como ejemplos pueden servir las ocurridas en dos momentos diferentes del siglo: la de la sesión de 27 de septiembre de 1641114 y la de 2 de septiembre de 1690115. En la primera, tras el nombramiento de dos comisarios para la fiesta del Corpus, de dos cogedores de bulas, de un receptor del papel sellado, de un mayordomo de arbitrios, de un mayordomo de propios y de un depositario de arbitrios; se producen los siguientes resultados: - Fieldad m ayor de la Carnicería . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Cristóbal de Albanchez - Fieldad m enor de la Carnicería de Abajo . . . . . . . . . . . Alonso de la Peñuela y Navarrete - Fieldad del pescado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Fernando de Alcalá - Fieldad de la fruta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Francisco Méndez - Fieles ejecutores de octubre . . . . . . . . . Juan de Ballesteros y Diego Redondo de Cózar 113 Sobre la actuación del Santo Oficio en Úbeda en el período que abarca de 1558 a 1724 (166 años), puede verse Avilés Fernández (1985). En este artículo se realiza una aproxim ación a los 67 procesados m ediante un profundo análisis estadístico que señala el sector artesanal y el ám bito estrictam ente urbano com o los sectores social y geográfico en el que se producen m ás casos dentro de una tipología delictiva que se centra en las proposiciones escandalosas (37'3% ), judaísm o (17'9% ), bigam ia (16'4%), proposiciones sobre fornicación (13'4%) y otras causas, en porcentajes m as pequeños, com o delitos contra la propia Inquisición o el m ahometism o. 114 A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 11, f. 114 (v) y ss. 115 A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 30, f. 75 y ss. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 67 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ - Fieles ejecutores de noviem bre . . . . . . . . . . . . . . . . . Juan de Ribera y Francisco Salido - Fieles ejecutores de diciem bre . . . . . . . . . Juan de Chinchilla y Cristóbal Ruiz de Sevilla - Fieles ejecutores de enero . . . . . . . Juan Francisco Barrero y Juan de Molina Arredondo - Fieles ejecutores de febrero . . . . . . . . . . . . . . . . . . Martín de Narváez y Martín Vázquez - Fieles ejecutores de m arzo . . . . Antonio de Molina Valencia y Diego Chirino de Narváez - Fieles ejecutores de abril . . . . . . . . . . . . . . . Cristóbal de Atienza y Diego de Sanm artín - Fieles ejecutores de m ayo . . . . Alonso de Villarroel y Tom ás de Ribera, Alguacil Mayor - Fieles ejecutores de junio . . . . . . . . . . . . . . . . . . Diego de Padilla y Agustín de la Puebla - Fieles ejecutores de julio . . . . . . . . . . . . . . . . Antonio de Alcaraz y Francisco de Herrera - Fieles ejecutores de agosto . . . . . . . . . . . . . . . . . Juan Luis Gutiérrez y Cristóbal Pardo - Fieles ejecutores de septiem bre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Luis de Guzm án, Alférez Mayor, y Pedro Beltrán Estrem era - Fieles ejecutores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Rodrigo de Narváez y Juan de Urrutia - Contraste de seda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Pedro de la Cueva Navarrete - Alam ines de cam po . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Íñigo de Trillo y Francisco de Quesada - Alam ines de edificios . . . . . . . . . Juan de la Peñuela y Tom ás de Ribera, Alguacil Mayor - Obrero de la ciudad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Martín de Narváez - Hacedores de rentas para propios y Pósito . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Diego Redondo de Cózar y Cristóbal de Atienza - Chancilleres . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Juan de Urrutia y Cristóbal de Albanchez - Veedores de tundidores . . . . . . . . . . . . . Fernando de Alcalá y Juan de Molina Redondo - Veedores de sastres . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Juan de la Peñuela y Francisco Méndez - Veedores de calceteros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Cristóbal Pardo e Íñigo de Trillo - Veedores de espaderos . . . . . . . Luis de Guzm án, Alférez Mayor, y Rodrigo de Narváez - Veedores de los oficios del barro . . . . . . . . . . . Francisco de Quesada y Martín Vázquez - Veedores de teja y ladrillo . . . . . . . . . . . . . . . . . . Juan de Ribera y Francisco de Herrera - Veedores de caldereros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Pedro de la Cueva y Francisco Salido - Veedores de sederos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Diego de Sanm artín y Juan Luis Gutiérrez - Veedores de tejedores de tafetanes . . . . . . . . . Diego Chirino y Cristóbal Ruiz de Sevilla - Veedores de torcedores de seda . . . . . . Agustín de la Puebla y Juan Francisco Barrero - Veedores de m olineros de pan . . . . . . . . . . . . . . . . . . Diego de Padilla y capitán Alcaraz - Veedores de zapateros . . . . . . . . . . . . . . . . . Alonso de Villarroel y Alonso de la Peñuela - Veedor de tejedores de lienzo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Juan Ballesteros - Veedores de tejedores de paños . . . . . . . . . . Antonio Molina y Pedro Beltrán Estrem era - Com isarios de Corte . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Juan de Urrutia y Diego Redondo de Cózar - Com isarios de Granada . . . . . . . . . . . . . Diego de Padilla y Juan de Santisteban Padilla - Com isarios de Baeza . . . . . . . . . . . . . . . . Juan Luis Gutiérrez y Cristóbal de Albanchez - Com isarios de las fuentes . . . . . . . . . Francisco de Herrera y Juan de Molina Arredondo - Com isarios de m uros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Juan de Ribera y Martín de Narváez - Com isarios del Colegio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Martín Vázquez y Agustín de la Puebla - Com isarios Pósito . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Luis de Guzm án, Fco. Salido de Ribera, Cristóbal Pardo y Cristóbal de Sevilla - Para nom brar porteros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Íñigo de Trillo y Rodrigo de Narváez - Para nom brar fiel de m edidas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Alonso de la Peñuela - Visitadores de los térm inos . . . . . . . . . . Juan Ballesteros y el capitán Antonio de Alcaraz - Llavero del Pósito . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Francisco Méndez - Com isarios de prim eros arbitrios . . . . . . . . . Francisco de Quesada y Antonio de Molina Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 68 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ - Com isarios de la sal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Juan de la Peñuela y Alonso de Villarroel - Com isarios de Vílchez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Diego Chirinos y Cristóbal de Albanchez - Para la obra pía de Juan de Agreda en el hospital de Jesucristo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Pedro de la Cueva y Fernando de Alcalá - Protectores de la Cárcel . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Diego de Padilla y Luis de Ribera - Com isarios del Servicio Real . . . . . . . . . . . . . . . . Diego de Sanm artín y Juan de Ribera - Com isarios de bulas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Diego de Sanm artín, Juan F. Barrero, Rodrigo Narváez y Antonio de Molina - Contadores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Francisco de Quesada y Francisco de Herrera - Veedor del yeso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Francisco de Quesada - Contraste de pesos y pesas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Se reserva para la persona que se hiciese cargo del gobierno del reloj - Juzgado y adm inistración de m illones Jacinto de la Torre Teruel y Diego de Padilla Mesía - Adm inistración y buen cobro de los arbitrios que concedió a la ciudad Alonso de Cabrera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Juan Ballesteros y Francisco Méndez - Diputados de las parroquias propuestos por los vecinos: A Santa María . . . . . . . . . . . . . . . . Pedro de Herrera, cerero, y Juan Góm ez Bautista A San Juan Bautista . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Juan de Toral A San Juan Evangelista . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Alonso Bravo A Santo Tom ás . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Francisco de Santisteban A San Millán . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Diego de Dontello y Miguel de Torres A Santa Nicolás . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Juan de Casarrubia y Francisco Ram írez A San Isidoro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Cristóbal de Robredillo A San Pedro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Pedro Cortijo A San Lorenzo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Gregorio de Rus y Luis del Villar A Santo Dom ingo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Juan Francisco del Jesús A San Pablo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Melchor de Mendoza y Alonso Muñoz En la segunda, en 1690, se actúa de forma semejante. En primer lugar se procede al nombramiento de mayordomo de propios y de comisario del Corpus y, a continuación, se procede al sorteo del que quedan fuera hasta diez caballeros veinticuatros que por sorteo se habían librado. Las suertes, en cuya ejecución «[...] se llevó la jarra [...]116, son las siguientes: - Fiel m ayor de las Carnicerías . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Jerónim o Garrido - Contador m ayor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Rodrigo de Nava Monsalve - Mayordom o de arbitrios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Pedro de la Peñuela Molina - Fieles ejecutores de octubre . . . . . . . . . . Luis de Medinilla y Juan de los Reyes Rom ero - Fieles ejecutores de noviem bre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Juan Duque de Medina, Alguacil Mayor, y Jerónim o de Moya - Fieles ejecutores de diciem bre . . Lope Antonio de la Cueva y Guzm án y Alonso Copado 116 Parece ser que era costum bre la utilización de una jarra para m eter las bolas con los nom bres de los regidores. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 69 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ - Fieles ejecutores de enero . . . . . Alonso García de Quesada y Blas González de Asarta - Fieles ejecutores de febrero . . . . . . . . . . . Bartolom é de Ventaja y Fernando de Cam pos - Fieles ejecutores de m arzo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Juan de Alam inos y Blas González - Fieles ejecutores de abril . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Juan de Narváez y Alonso Copado - Fieles ejecutores de m ayo . . . . . . . . . . . Luis Ruiz de Consuegra y Pedro de la Peñuela - Fieles ejecutores de junio . . . . . Juan Duque de Medina, Alguacil Mayor, y Juan Méndez - Fieles ejecutores de julio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Lope de la Cueva y Diego de Herrera - Fieles ejecutores de agosto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Juan de los Reyes y Alonso Mesía - Fieles ejecutores de septiem bre . . . . . . . . . . . Fernando de Cam pos y Antonio de Moya - Fieles ejecutores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Luis de Medinilla y Alonso García - Para nom brar alam ines de cam po . . . . . . . . . . . . . . . . Jerónim o Pareja y Lope Narváez - Alam ines de edificios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Jerónim o de Moya y Rodrigo de Nava - Fiel de m edidas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Bartolom é Ventaja - Receptor de penas de ordenanzas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Fernando de Cam pos - Contraste de seda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Juan Duque de Medina, Alguacil Mayor - Chancilleres m ayores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Alonso Copado y Juan de los Reyes - Veedores de sastres . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Juan de Alam inos y Jerónim o de Moya - Veedores de espaderos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Juan Méndez y Jerónim o Garrido - Veedores de calceteros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Bartolom é Ventaja y Alonso García - Veedores del barro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Diego de Herrera y Alonso Mesía - Veedores de tejedores de tafetán . . . . . . . . . Luis Ruiz de Consuegra y Rodrigo de Nava - Veedores de tejedores de seda . . . . . . . . . . . . . Pedro de la Peñuela y Antonio de Moya - Veedores de m olinos de aceite . . . . . . . . . . . . . . . . Lope de Narváez y Lope de la Cueva - Veedores de m olinos de pan . . . . . . . . . . . . . . . . . . Luis de Medinilla y Juan de Narváez - Veedores de caldereros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Juan de Narváez y Blas González - Veedores de zapateros . . . . . . . Alonso Mesía y Juan Duque de Medina, Alguacil Mayor - Veedores de tejedores de paño y lienzo . . . Juan de Alam inos y Luis Ruiz de Consuegra - Com isarios de arbitrios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Fernando de Cam pos y Alonso Copado - Com isarios de cortes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Luis de Medinilla y Antonio de Moya - Com isarios de Granada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Diego de Herrera Juan de los Reyes - Com isarios del Servicio OrdinarL ioope Antonio de la Cueva y Pedro de la Peñuela y Molina - Com isarios de m uros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Alonso García y Rodrigo de Nava - Com isarios del Pósito . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Juan Méndez, Jerónim o Garrido, Bartolom é Ventaja y Fernando de Moya - Llavero del Pósito . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Lope Narváez - Para nom brar porteros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Juan de Narváez y Juan Méndez - Com isarios de visita de térm inos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Luis de Medinilla y Juan Duque de Medina, Alguacil Mayor - Com isarios de la obra pía de Juan de Agreda . . Alonso García y Fernando de Cam pos - Protectores de la Cárcel . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Lope de Narváez y Juan de Alam inos - Com isarios de bulas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Lope de la Cueva, Rgo. de Nava, Pedro de la Peñuela y Luis Ruiz de Consuegra - Com isarios del Colegio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Bartolom é Ventaja y Alonso Mesía - Com isarios de fuentes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Jerónim o de Moya y Juan de los Reyes - Com isarios para la buena raza y cría de caballos . . . . Antonio de Moya y Blas González - Com isarios para la venta de rastrojos . . . . . . . . . . . Alonso Copado y Jerónim o Garrido Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 70 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ En esta ocasión los diputados de las once parroquias se nombran en la sesión de 27 de octubre:117 - Santa María . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Pablo de las Peñas y Pedro del Río - San Juan Bautista . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Sim ón de Madrid - San Juan Evangelista . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Lorenzo Ruiz - Santo Tom ás . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . José de las Peñas - San Millán . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Tom ás de Quesada y Antonio de Herrera - Santa Nicolás . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Antonio Palom ino y Antonio de Herrera - San Isidoro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Pedro de Alarcos y Manuel de Moya - San Pedro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Bernabé de Aranda - San Lorenzo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Mateo de Montes - Santo Dom ingo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Pedro González - San Pablo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Juan Marín y Martín Trillo Queda claro, pues, que el abastecimiento de la población, mediante el nombramiento de fieles de los principales productos de consumo, añadiéndole el matiz de las sisas a las que estaban sujetos, es una de las principales preocupaciones. Fue además el abastecimiento, como hemos visto, un problema más o menos constante que influyó directamente sobre la población. Ante las malas cosechas, como mal tradicional, y ante el miedo a la falta y carestía del grano, las ciudades almacenan excedentes en los pósitos, instituciones a las que consideran transcendentales no sólo por su función de reserva sino también por lo que suponen como lugares que prestan simiente para las futuras siembras. El nombramiento de cuatro comisarios y de un llavero del Pósito que aparece en las dos listas de suertes transcritas, frente a los dos para otros menesteres y servicios, nos habla de tal importancia. Pensar, pues, a la vista de los productos que aparecen en los listados anteriores y ante la falta de datos más precisos que nos hablen de estos menesteres, que la alimentación de los ubetenses del siglo XVII se basaría en los cereales (sin duda la principal fuente de alimentos), en la carne, en el pescado y en las frutas, es lógico, pero con las obligadas desigualdades de una sociedad propia del Antiguo Régimen118. Junto al Pósito, otras instituciones relacionadas con la alimentación, dependientes del Cabildo, van a ser las Carnicerías. Contó Úbeda al menos con dos: las situadas en la plaza de Arriba y las de la actual calle del Prior Monteagudo (antiguamente 117 A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 30, f. 95 (v). 118 La conservación de los alim entos se realizaría m ediante salazones (la im portancia de la sal se m anifiesta en el nom bram iento de dos com isarios de la sal) y utilizando nieve procedente de Sierra Nevada. En este sentido son m uy abundantes las referencias docum entales sobre el transporte de este elem ento a lo largo de todo el siglo. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 71 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ Carnicerías y Arroyo de Santa María) situadas en el costado del oeste de la Colegiata119. Preocupación también de primer orden es el abastecimiento de agua potable al vecindario mediante un gran número de fuentes públicas que es necesario mantener en buen uso, especialmente en lo que se refiere a los minados o conducciones de agua como viene a demostrar la larga lista de acuerdos que en este sentido guardan los libros de actas capitulares, mediante el nombramiento de comisarios de fuentes y la contratación de fontaneros que las aderecen, pagando en muchos casos los vecinos. El número de fuentes con que contó Úbeda en el siglo XVII fue alto como demuestra el listado de las que hemos encontrado referencias documentales: San Lázaro, Nueva de la plaza de los Olleros, Fuente Seca, San Nicolás, Losar, Salobreja, de la plaza del Mercado, Fuente de las Risas, de la plaza de Abajo, de la Cárcel, del Llano de Santa María, del Despeñadero, del Cañuelo, de los Serranos, de la puerta de Granada y del lavadero de la plaza de Arriba120. La sanidad, salvo en casos excepcionales de extrema gravedad, como pueden ser las epidemias, en las que el Cabildo sí toma medidas precautorias, no parece estar directamente en manos de la municipalidad pese a algunas referencias encontradas en las actas capitulares que pudieran indicar lo contrario121. Úbeda contó en el siglo XVII con un número más o menos fijo de boticarios, cirujanos y médicos122 y con, al menos, seis hospitales, generalmente en manos de 119 No faltaron incidencias con el aprovisionam iento y fraudes en el peso de la carne. Concretam ente, en el sesiones de 3 de m ayo de 1641 y de 29 de octubre de 1643 se referencia la venta fraudulenta de carne en el Rastro procedente de conventos y de particulares [A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 11, f. 60 (v) y 12, f. 190] y en la de 20 de m ayo de 1690 se ordena echar un candado en las carnicerías por la noche para evitar fraudes [A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 30, f. 29]. 120 Estam os convencidos de que el núm ero total era m ás alto, pero las referencias de las actas capitulares norm alm ente sólo citan las fuentes de la ciudad de form a genérica. Algo m ás explícitas son las que hacen referencia a la llam adas «arcas del agua» o distribuidores situados en las partes altas de la ciudad. 121 Nos referim os concretam ente al acuerdo para pagar de los bienes de propios (sesión de 13 de enero de 1649) los salarios de los licenciados Juan de la Parra Guzm án y Juan Díaz por un m onto de 6.000 m aravedíes a cada uno, que habían sido acordados dos años antes [A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 15, f. 14] o al juram ento (lo realiza por la Lim pia Concepción de María y com prom etiendose a no cobrar a los pobres) del cirujano Andrés Ruiz en el cabildo de 7 de junio de 1691 que le perm itía ejercer su profesión en la ciudad una vez presentada su carta de exam en. Pero pensam os que en el prim ero de los casos se trata de un sueldo para asegurar cierta asistencia médica a los m ás necesitados de la población y, en el segundo, un sim ple trám ite sem ejante al que realizaban otros profesionales. 122 Recuérdese com o en los padrones de repartim iento aparecen, en lo que se refiere a los cirujanos, uno en 1605, dos en 1627, seis en 1642, tres en 1673 y tres en los padrones de final de siglo; en lo que se refiere a los m édicos, respectivam ente, cuatro, cuatro, dos, uno y uno; y en lo tocante a los boticarios, uno, dos, tres, uno y dos. Adem ás hay que añadir un buen núm ero de barberos: 12 (1605), Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 72 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ cofradías, de los que tengamos referencias123: el de Santiago, el más importante por tamaño y medios, fundado por el obispo don Diego de los Cobos; el de San Pedro y San Pablo, en la actual plaza del Mercado, de antigua fundación y regido por una hermandad; el de los Honrados Viejos del Salvador, junto a la Sacra Capilla del Salvador, fundado al mismo tiempo que la homónima cofradía, según Ruiz Prieto, en 1392124; el de Dios Padre, en la colación de San Juan Bautista; el de San Jorge o de Pero Almindes, en la calle de San Jorge, fundado por Pero Almindes Chirino en 1549; y el de Jesucristo, en la calle Mesones, unido a la orden y convento de San Juan de Dios125. La cofradía de San José y Niños Expósitos, ya referenciada y minuciosamente estudiada por la profesora Tarifa Fernández126, completa la asistencia y cubre una importante fenómeno propio de la sociedad del Antiguo Régimen. Relacionada con la sanidad está la limpieza de las calles. Sobre este particular los datos que poseemos son mínimos pero tienden a demostrar que el descuido debió ser la nota predominante según demuestran los acuerdos municipales que se refieren a la limpieza de las mismas127. Citar, aquí, las noticias que sobre el abastecimiento de jabón aparecen en las 17 (1627), 11 (1642), 1 (1673) y 7 (1695-1699). Para conocer algo m ás de la sanidad y de los profesionales a ellos dedicados, pueden verse los apéndices docum entales nº 3, 4 y 5. 123 Ruiz Prieto [(1906/1982), pp. 455-467] cita adem ás los hospitales de San Antón, el m ás antiguo, en la colación de San Lorenzo; el de Santo Dom ingo, en la calle del Real Viejo, fundado en 1564 por Pedro Vela de los Cobos en sus propias casas principales; el de San Millán, de desconocida ubicación; el de Santa Ana, en la parroquia de San Nicolás, posiblem ente en la calle Córcoles; y el de Nuestra Señora del Rosario, posiblem ente fundado por Jorge de la Paz Silveira, que en 1675 tenía una renta de 182.600 m aravedíes. Torres Navarrete [(1990 b), p. 181] cita, adem ás los de San Andrés, en el convento del m ism o nom bre, y el de San Gil, en la erm ita de esa advocación. 124 Ruiz Prieto (1906/1982), pp. 457-464. Este autor realiza un m inucioso estudio de esta fundación benéfica y de la cofradía que lo regía desde el m om ento de su fundación hasta su desaparición en 1836. 125 En este hospital y convento el escribano Juan de Agreda fundó una capilla enterram iento y un patronato del que se hace cargo el Cabildo. De ahí que en las suertes anuales aparezca un com isario para la obra pía de Juan de Agreda y que sean regidores los que encargan, com o verem os en el capítulo de realizaciones, las obras que en ella se realizan. 126 Tarifa Fernández (1994). 127 Com o ejem plo sirvan el del 11 de diciem bre de 1609 en que se ordena la lim pieza del callejón de Santa Clara por estar m uy sucio, de form a que no podía pasarse, y que se haga a costa de los culpables [A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 7, f. 182]; y el de 12 de diciem bre de 1667 en que se decide el aderezo y lim pieza de las calles en general [A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 23, f. 106]. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 73 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ actas capitulares y en los protocolos, cerraría lo relativo a la sanidad, pero ponderando previamente la labor asistencial desarrollada por los gremios y por las numerosas cofradías censadas128. No menor importancia que el abastecimiento de alimentos, que la higiene y que la sanidad tiene el control de los gremios mediante el nombramiento de comisarios para las distintas actividades industriales y artesanales de la ciudad. En los listados de suertes presentados, además de permitirnos conocerlas, se aprecia que no se deja ninguna sin la vigilancia que asegurara el cumplimiento de las ordenanzas en cuanto a los precios y a la calidad de los productos propios del oficio. En lo que se refiere al orden público y a la delincuencia parece claro que no eran demasiados los recursos que a esto se destinaban o las personas dedicadas a estas labores. En Úbeda sólo hubo dos alguaciles pero no podemos olvidar la existencia, además de la jurisdicción municipal, de la real y la inquisitorial que sin duda contribuyeron, con otras razones de tipo moral y religioso, a que los niveles de delincuencia no fuesen excesivamente altos en los delitos más habituales, es decir, contra la propiedad, contra la vida y contra la integridad física de las personas129. Las competencias relacionadas con la recaudación de tributos y, en general, con la hacienda municipal se materializan en suertes como la del contador mayor, hacedores de rentas para propios y Pósito, comisarios de primeros arbitrios, administradores de millones, etc. El resto de las suertes se encargan de asuntos que hoy consideramos de capital importancia por estar relacionados con la educación, con la cultura o con la conservación del patrimonio; pero que en el siglo XVII, quizá, no lo eran tanto o, simplemente, eran consideradas con criterios distintos a los de la actualidad. En este sentido, destacaríamos los comisarios del Colegio y los de muros y los alamines de edificios. Un síndico personero, elegido por compromisarios, representa y defiende los intereses del Común130. 128 Constituidas tanto en parroquias com o en conventos dentro de un fenóm eno generalizado en la España del Antiguo Régim en, integran en sus estatutos artículos que se ocupan directam ente de lo asistencial hacia los herm anos cofrades, generalm ente, en caso de enferm edad y m uerte. Quizá las cofradías de ánim as, instituidas en todos los conventos y parroquias, sean las m ás significativas en este sentido, pero no las únicas. Sobre las cofradías de Úbeda los estudios m ás com pletos se encuentran en Ruiz Prieto (1906/1982), pp. 491-498 y Torres Navarrete (1990 b), pp. 67-114. 129 Así parece dem ostrarlo el núm ero de presos que en diversos m om entos aparecen en los libros de cuentas de cárcel conservados en el A.H.M.Ú. 130 Así consta, al m enos, en una serie de docum entos de 1666. En el prim ero de 9 de septiem bre se procede a la elección por parroquias de diputados, guardas y electores del personero; en un segundo, Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 74 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ 2.2.4.3. Hacienda Los ingresos municipales se realizan a través de dos vías: la explotación y rentas de los bienes de propios y los arbitrios municipales o concesiones reales, de variadísima naturaleza, que permiten gravar el consumo de numerosos productos. Al ignorar, por lo disperso y escaso de la información en este sentido, las cantidades a las que ascendía el monto por el primero de los capítulos, la mejor forma de acercarnos a cuáles eran los bienes de propios y a lo que rentaban,131 es acudir de nuevo a las respuestas dadas al Catastro de Ensenada, con la esperanza de que no fueran muy diferentes, en lo que se refiere a las rentas que no a los propios bienes (que suponemos los mismos), las de 1752 con respecto a los del siglo XVII: «A la veintitres, dijeron que los Propios de la Ciudad consisten en: - »las casas de su Ayuntam iento, que, arrendadas, podrían ganar doszientos setenta y cinco reales; - »parte de otra, que sirve de cárzel, y m erece ciento sesenta y cinco; - »la dehesa de yeguas y potros; - »diferentes tierras de lavor y pasto, y éste, de aprovecham iento com ún, com o la dehesa antecedente; - »los zensos solares antedichos, que hacienden anualm ente a m il reales; - »los despojos altos y vajos de las reses que se m atan en la carnizería y se suelen arrendar en dos m il treinta y cinco reales; - »la Alm otazenía m aior, Peso real y Correduría, que siem pre corre unido, y se suele arrendar en cinco m il nuevecientos y cuarenta reales, regulada por el últim o quinquenio, y consiste en el derecho de cobrar ocho m aravedíes por cada fanega de trigo y cevada, y por cada arrova de vino y azeite, quando sale de la Ciudad, y quatro, quando entra; otros ocho, de cada arrova de cáñam o y lana, a la entrada y salida; doze, de cada fanega de garvanzos, havas y otras sem illas, que se m iden a colm o cuando salen, y la m itad, cuando entran; de cuio derecho se paga el trabajo de los m edidores; de cada peso que se da para vender frutas, hortalizas y dem ás, quatro quartos por día; y de todo género que biene a benderse, com o cacao, azúcar, espezería, uno por ciento de lo que se vende; - »tam bién es por propia de la Ciudad la Contaduría de Particiones, que produce anualm ente ochocientos reales; - »la Escrivanía de Cabildo, que produce doszientos ducados, [...]; de 4 de octubre, se publica un bando citando a todos los interesados para que se procediera a realizar, en día fijado, la elección del síndico; finalm ente, el 10 de octubre el nom bram iento recae en Cristóbal de la Cueva [A.H.M.Ú., F.M., D.D., 51/22 y 51/23]. 131 De la preocupación por tener claram ente identificados los inm uebles propiedad de la ciudad nos habla el acuerdo tom ado en la sesión de 27 de agosto de 1610 [A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 7, f. 310] ordenando que en todas las casas propiedad del Concejo o del Pósito se pusiese un azulejo, com o era uso y costum bre en todas las ciudades del Reino, para que siem pre se supiese que esas casas y solares pertenecían al Pósito o a la ciudad. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 75 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ - »el fielato de carnizerías, que valdrá seiscientos y sesenta reales; - »la facultad de nom brar alam ines del cam po y alarifes de edificios, que no produce cosa alguna, pues, aunque vale doszientos ducados, el ejercicio de los prim eros [...]; - »la sisa y arbitrio de un m aravedí en libra de pescado, que valdrá trescientos reales anualm ente; - »la quarta parte de Penas de Ordenanza, que se pueden, que se pueden regular en ciento cinquenta y quatro reales; - »y un Juro de tres m il trescientos sesenta y quatro reales y diez m aravedíes sobre el segundo uno por ciento de Alcavalas de esta Ciudad, del qual sólo cobra al presente el Síndico General del Com ún (a quien toca con total yndependencia del Ayuntam iento) ciento setenta y un reales; - »asim ism o, pertenece a dichos Propios las Alcaidías de Tíscar, Velerda y Quesada, que se com ponen de diferentes tierras y huertos en la jurisdicción de la m ism a Villa de Quesada, y, aunque la prim era está en litis, produce la segunda m il reales en arrendam iento, y ay, en la últim a, una venta y huerta en el sitio Arroyo M olinos, arrendadas en ocho reales.» 132 . En lo que se refiere a los arbitrios, pueden servirnos de ejemplo los que aparecen en un libro de cuentas de propios y arbitrios, correspondientes al año 1649133: - Carne . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . dos m aravedíes por libra - Menudos y pieles . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . no consta cantidad - Vino . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . siete cuartos por arroba - Vidriado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . dos reales por carga - Fruta verde . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . real y m edio por carga - Fruta seca . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . dos reales por carga - Carbón . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . un real por carga - Pescado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . un cuartillo por carga - Cebada de m esones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . cuatro m aravedíes por celem ín - Ganados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . dos reales por cabeza - Lino . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . un real por arroba 132 Cam pos y Cam arero (1994), pp. 80-81. 133 A.H.M.Ú., F.M ., D.D., Libro de cuentas de propios y arbitrios de 1639 a 1687, s. f. En las respuestas al Catastro de Ensenada, un siglo m ás tarde y com o com paración con el listado anterior, aparecen com o arbitrios dos m aravedíes por libra de carne, haciendo un total de tres m il ochocientos cincuenta y seis reales y treinta m aravedíes de vellón; dos m aravedíes por libra de pescado, ascendiendo a un total de trescientos cincuenta y cinco reales de vellón; cinco reales y diecisiete m aravedíes por cada pieza de paño, unos quinientos dieciocho reales anuales; cuatro reales y diecisiete m aravedíes en cada docena de cordobán; dos reales y diecisiete m aravedíes en la de badanas; y cinco reales y diecisiete m aravedíes en la de cueros para suelas, que ascendían a quinientos ochenta y dos reales y doce m aravedíes; cuyos arbitrios se concedieron para la paga del servicio ordinario y los reales privilegios sin lim itación alguna. Adem ás la ciudad gozaba de la facultad de poder vender la hierba y espiga de las tierras de El Sitio para el gasto de las fiestas del Corpus, de la Concepción, Purificación y Patrocinio de Nuestra Señora; ascendiendo este arbitrio, anualm ente, a cuatro m il quinientos reales, concedido, igualm ente, sin lim itación [Cam pos y Cam arero (1994), pp. 81-82]. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 76 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ - Jabón . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . cuatro m aravedíes por libra - Zum aque . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . un cuartillo por arroba - Sebo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . un real por arroba - Ganado de cerda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . un real por cabeza - Aceite . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . un real por arroba - Sem illas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . un real por fanega - Trigo y cebada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . tres celem ines por carga - Lana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . no consta cantidad - Dehesa de Las Cobatillas y tierras de la dehesa Luenga . . . . . . . . . no consta cantidad Podemos pensar sin duda que los arbitrios se constituyen como el principal recurso para la economía local aunque los ingresos resultantes de ellos supongan una fuente de financiación irregular para las arcas municipales por los procesos inflacionistas, tan característicos de este siglo, y por depender del consumo de los productos arbitrados sujetos a las constantes y características fluctuaciones de la moneda dentro de los rasgos económicos del período estudiado134. El segundo aspecto a tener en cuenta en la hacienda municipal es el de los gastos a los que se debe hacer frente. Sobre ellos, aunque no podamos presentar de forma global cuántos y cuáles fueron y a qué cuantías ascendían, si podemos apuntar que a lo largo de prácticamente la totalidad del siglo existieron muchas dificultades para cubrirlos con los ingresos de propios y arbitrios. Para conocer algo, además de algunos datos proporcionados por la documentación manejada, puede servirnos una vez más, con las reservas propias derivadas del tiempo transcurrido, las respuestas del Catastro de Ensenada en su pregunta 25ª: «[...] el salario al Corregidor, dos m il setecientos y cicuenta reales, cada año; ciento setenta y seis, al Alférez m aior, que oy no percive por ausente; otros tantos, al Alguacil m aior; ochenta y ocho, a cada Veinticuatro o Regidor de los que ejercen; quatrocientos y quarenta, a todo el núm ero de Jurados; a cada Escrivano de los de Ayuntam iento, doszientos ochenta y seis; al Maiordom o de Propios, quinientos ochenta y ocho reales y ocho m aravedíes; a cada uno de los porteros, doszientos reales; y al peón público, o pregonero, doszientos setenta y cinco. »[...] en la festividad del Corpus, quatro m il y quatrocientos reales; en la de la Purificación, un m il; en la de Jesús Nazareno y su Corona, ciento setenta; en la de San Miguel y San Juan de la Cruz, Patrono y Com patrono, ciento y quince; y nada en la de la Concepción, por costearla al presente un particular, y antes azendía a quatrocientos reales; por la form ación de cuentas de Propios, trescientos reales; y doszientos al Regidor que le cae la 134 De num erosísim as podríam os calificar las ocasiones en las que ante la necesidad de algún pago por parte del Cabildo se acude a los arbitrios por la falta de caudales procedentes de los bienes de propios. Es m ás, sospecham os, que ante necesidades excepcionales, se aum entaban sus cuantías para elevar la recaudación y solventar las deudas. Así, al m enos, sucede en la sesión capitular del 10 de octubre de 1640 [A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 10, f. 16 (v)]. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 77 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ suerte de Contador; en em pedrados de calles, com posizión de fuentes y sus m inados, gastos ordinarios y extraordinarios, dos m il y cien reales, según quinquenio.» 135 En lo que se refiere al siglo XVII propiamente dicho, en consonancia con lo que para el XVIII apuntan las respuesta dadas al Catastro de Ensenada, la documentación es más dispersa pero sin duda los gastos en salarios y fiestas suponen un altísimo porcentaje del presupuesto municipal, siendo algo más escaso e irregular en sus partidas el de gastos en obras y el de mantenimiento de los servicios e infraestructuras de la propia ciudad y de los lugares de su término136. Los atrasos en los pagos de salarios son una constante en las actas capitulares, sobre todo en los que se refiere a los maestros, como hemos visto, y porteros, como también lo es la falta de liquidez de tesorería para atajar los gastos corrientes y mucho más aún los considerados extraordinarios. Aunque no directamente relacionada con la hacienda municipal, pero digna de ser resaltada por la incidencia que tuvo en la vida de la ciudad, destacamos la fiscalidad a la que se vio sometida la población a lo largo de toda la centuria. Si tuviésemos que calificarla, la mejor forma, sin duda, sería de continuada e implacable por los numerosísimos repartimientos (con otros muchos perdidos) conservados completos o incompletos en el Archivo Histórico Municipal. Las cantidades recaudadas dependen del carácter del repartimiento y de las circunstancias económicas del momento. Las cifras, expresadas en reales y maravedíes, son las siguientes: 135 Cam pos y Cam arero (1994), pp. 82-83. 136 Com o ejem plo sobre los salarios valgan las referencias de los cabildos de 27 de octubre de 1690 [A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 30, f. 96], en que se libra el salario del Corregidor por im porte de dos m il seiscientos diez reales; de 4 de noviem bre de 1665 [A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 22, f. 166] en que se recibe en el oficio de verdugo y pregonero a Manuel Cañete por ocho ducados de salario; de 1 de enero de 1670 [A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 24, f. 144], en que Bernabé Fernández Galindo, m aestro, solicita 30 ducados que se le adeudaban; de 22 de septiem bre de 1699 [A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 30, f. 74], en el que se libran 108 reales, el tercio de su salario, al m aestro Pedro Fernández; de 14 de agosto de 1692 [A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 31, f. 21 (v)], en el que Cristóbal Fernández Galindo, tam bién m aestro, solicita 110 reales sobre su salario. En lo que se refiere a las fiestas, para la del Corpus, así consta al m enos en las sesiones de 14 de diciem bre de 1648 y de 22 de septiem bre de 1690 [A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 10, f. 9 y 30, f. 74], se gastaban 400 ducados; en la de la Concepción, sesiones de 17 de enero de 1640 y de 20 de diciem bre de 1663 [A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 10, f. 9 y 20, f. 179 (v)], 200 reales; y en la del Desagravio de Nuestra Señora de 1640 [A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 10, f. 44], 400 reales. En cuanto a los gastos sobre obras y m antenim iento, se verán en el capítulo dedicado a realizaciones. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 78 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ AÑOS _______________ 1603-1605 1627 1642 1673 1695-1699 4.507'5 12.643 6.880 1.085 950 SAN. JUAN BAUTISTA 159 512 873 174 492 SAN JUAN EVANGELISTA 106 465 402 81 198 1.286 + 8 mrv. 844 865 194 371 SAN MILLÁN 1.878 3.427 2.011 398 272 SAN NICOLÁS 2.228 4.213 4.399 789 5.966 SAN PABLO 3.323 + 10 mrv. 4.518 1.791 258 84 SAN PEDRO 742 +10 mrv. 2.121 730 135 220 SANTA MARÍA 658 + 16 mrv. 2.953 1.422 309 492 SANTO DOMINGO 871 + 16 mrv. 1.374 700 64 200 1.823 + 26 mrv. 626 513 56 90 17.583 + 18 mrv. 33.696 20.586 3.543 9.335 PARROQUIAS SAN ISIDORO SAN LORENZO SANTO TOMAS TOTALES La Iglesia, por otra parte, se nutre de diezmos, de primicias y del voto de Santiago. Una vez más los datos proporcionados por el Catastro de Ensenada nos acercan a lo que también pudo ser la realidad del siglo XVII137: MODALIDAD DEFINICIÓN BENEFICIARIOS CANTIDAD DE FRUTO DINERO DIEZMO DE PROPIEDADES Y POSESIONES ECLESIÁSTICAS DETRACCIÓN DEL DIEZ POR CIENTO DE TODOS LOS PRODUCTOS AGRÍCOLAS Y GANADEROS. SE DISTINGUE ENTRE DIEZMOS MAYORES (FRUTOS MÁS IMPORTANTES) Y MINUCIAS (HORTALIZAS Y AVES DE CORRAL) MESA CAPITULAR DE LA COLEGIAL Y SUS PREBENDADOS, UNIVERSIDAD DE PRIORES, CONVENTOS, FÁBRICAS DE LAS PARROQUIAS Y ENCOMIENDAS CUATROCIENTAS NOVENTA Y TRES FANEGAS DE TRIGO Y TRESCIENTAS OCHENTA Y DOS DE CEBADA TRES MIL SESENTA REALES EN METÁLICO, TRECE MIL CIEN REALES DE MINUCIAS Y VEINTIUNMIL QUINIENTOS NOVENTA DE VINO Y ACEITE PRIMICIAS ENTREGA DE MEDIA FANEGA DE TRIGO Y OTRA DE CEBADA POR CADA LABRADOR QUE COGIESE SEIS FANEGAS DE ESAS ESPECIES PRIOR Y BENEFICIADOS DE LAS PARROQUIAS TRESCIENTAS FANEGAS DE TRIGO Y DOSCIENTAS DE CEBADA 137 Cam pos y Cam arero (1994), pp. 67-72. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 79 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ MODALIDAD DEFINICIÓN BENEFICIARIOS CANTIDAD DE FRUTO DINERO DIEZMO BARRAÑO DIEZMO SOBRE LAS TIERRAS DE FORASTEROS QUE VIVIERAN FUERA DEL OBISPADO O EN EL ARCIPRES TAZGO INMEDIATO; SOBRE LAS TIERRAS DE TODAS LAS CAPEL LA N ÍA S S IE MPR E QUE FUESEN POSESIÓN DE PRIORES O BENEFICIADOS FORASTEROS; SOBRE LAS DE LAS COFRADÍAS, OBRAS PÍAS, HOSPITALES, CONVENTOS NO EXENTOS DE DIEZMOS Y RELIGIOSOS Y RELIGIOSAS PARTICULARES OBISPO Y CABILDO DE LA CATEDRAL DE JAÉN MIL FANEGAS DE TRIGO Y SETECIENTAS DE CEBADA EXCUSADO DIEZMO CORRESPONDIENTE A LA CUARTA CASA DE CADA PARROQUIA FÁBRICA DE LA CATEDRAL DE JAÉN SEIS MIL NOVECIENTOS REALES PIE DE ALTAR DIEZMO DE HORTALIZAS VERDES Y DE CERDOS PEQUEÑOS NO CRIANDO, CUANDO EL DUEÑO T ENÍA TRES CERDOS DE VIENTRE LOS PRIORES Y BENEFICIADOS DE LAS PARROQUIAS OCHOCIENTOS LES DIEZMOS DE PILA SERÍAN LOS DIEZMOS RESTANTES OBISPO, CABILDO DE LA CATEDRAL DE JAÉN, CABILDO DE LA COLEGIAL, REY, FÁBRICAS DE LAS PARROQUIAS, PRIORES Y BENEFICIADOS DOS MIL TRESCIENTAS FANEGAS DE TRIGO Y DOS MIL DE CEBADA VOTO DE SANTIAGO CONSISTE EN LA ENTREGA DE TRES CELEMINES DE TRIGO, CUANDO LA COSECHA LLEGA A DIEZ FANEGAS Y SE LABRA CON UNA YUNTA, Y DE MEDIA FANEGA SI SE LABRA CON DOS O MÁS YUNTAS CATEDRAL DE SANTIAGO DE COMPOSTELA CIENTO CINCUENTA FANEGAS DE TRIGO REA- La Iglesia contribuye a la hacienda del Reino con impuestos como la cruzada y excusado. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 80 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ 2.2.5. SOCIEDAD La sociedad ubetense del siglo XVII, como no podía ser de otra forma, presenta la jerarquización, desigualdades propias y estructura estamental del Antiguo Régimen: nobleza, clero y gente llana; más un pequeño grupo de personas encuadrables en los que viene calificándose como minorías étnicas y religiosas. 2.2.5.1. Nobleza La nobleza ubetense del XVII, descendiente en gran medida de la medieval y de la del siglo XVI138, está constituida fundamentalmente por hijosdalgo y, en menor medida, por una mediana aristocracia que poco tiene que ver, por poder económico e influencia política, con la alta aristocracia presente en otros ámbitos del país, pero que sí mantiene poder e influencia en la ciudad monopolizando los oficios concejiles y los cargos eclesiásticos; constituyendo en ella sus mayorazgos como medio de preservar intactas sus haciendas, bienes y propiedades; viviendo en el casco urbano; vigilando sus posesiones y ayudando al mantenimiento de cierta vitalidad en lo económico y en lo artístico con la construcción de capillas y casas principales y con el gusto por decorar sus viviendas con series de pintura y escultura, religiosas generalmente, y de disponer en sus ajuares de notables piezas de platería, de ebanistería y de artes del tejido139. Con todo, si no fue influyente en el plano nacional en el grado de siglos anteriores con representantes de la familias Cuevas, Cobos y Molina como don Beltrán de la Cueva, don Francisco de los Cobos y don Juan Vázquez de Molina, sí fue copiosa. El número de hijosdalgo que aparecen en los padrones , aún considerando las irregularidades que presentan en este apartado porque lo que importaba era empadronar a los vecinos con obligación de pechar, es siempre alto tanto en números absolutos como en porcentajes: AÑOS _______________ 1603-1605 1627 1642 1673 1695-1699 SAN ISIDORO 24 12 1 13 0 SAN JUAN BAUTISTA 1 0 0 0 0 PARROQUIAS 138 Ya com entam os el fenóm eno de la Sentencia Arbitraria com o instrum ento que fijaba el núm ero de hidalgos de la localidad y de sus obligaciones. 139 En este sentido, los inventarios y particiones de bienes, de los que presentarem os algunos en el capítulo siguiente, son m uy significativos. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 81 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ AÑOS _______________ 1603-1605 1627 1642 1673 1695-1699 SAN JUAN EVANGELISTA 0 0 0 0 0 SAN LORENZO 15 13 8 5 7 SAN MILLÁN 1 0 0 0 0 SAN NICOLÁS 12 8 0 3 3 SAN PABLO 9 7 14 15 0 SAN PEDRO 17 14 0 20 12 SANTA MARÍA 29 34 11 13 9 SANTO DOMINGO 31 16 0 19 18 SANTO TOMAS 11 22 12 21 5 150 126 46 109 54 3'87% 3'56% 1'65% 3'96% 2'95% PARROQUIAS TOTALES _______________ PORCENTAJE SOBRE EL NÚMERO DE VECINOS Es decir, que la población hidalga se asentó en determinadas colaciones, preferentemente en la de Santa María, San Lorenzo, Santo Domingo y Santo Tomás, y nunca lo hizo en la de San Juan Bautista y San Juan Evangelista; en unos porcentajes siempre cercanos al cuatro por ciento, salvo en el padrón de 1642 en el que por desconocidas razones sólo presenta un 1'65%. Para este último caso, sin duda, un número exacto y fiable nos lo ofrece, por censar personas y no únicamente cabezas de familia, un padrón de hidalgos realizado en 1641 como consecuencia de la transacción que la nobleza hace con el Común en razón de la sisa de la carne y mantenimientos para la paga del Servicio Ordinario y Extraordinario140: PARROQUIA HIDALGOS DUEÑAS Y DONCELLAS TOTALES AUSENTES DE ÚBEDA 5 0 5 SAN ISIDORO 59 11 70 SAN JUAN BAUTISTA 0 0 0 SAN JUAN EVANGELISTA 0 0 0 SAN LORENZO 41 6 47 140 A.H.M.Ú., F.M., D.D. Al aparecer en el padrón, según se aprecia en el cuadro siguiente, un total de 486 hidalgos tendríam os, aplicando un coeficiente cuatro, 121 cabezas de fam ilia. Es decir, un núm ero m ás acorde con el que aparece en el resto de los años trabajados. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 82 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ PARROQUIA HIDALGOS DUEÑAS Y DONCELLAS TOTALES SAN MILLÁN 0 0 0 SAN NICOLÁS 48 0 48 SAN PABLO 20 13 33 SAN PEDRO 47 10 47 SANTA MARÍA 66 11 77 SANTO DOMINGO 70 9 79 SANTO TOMÁS 58 12 70 414 72 486 TOTALES Fácil es comprender que este amplio grupo social no pudo ser homogéneo en lo que se refiere a recursos económicos, a condición y reconocimiento social y a influencia. Imposible es comparar a los canónigos e hidalgos don Lope y don Antonio de Molina Valenzuela o a don Antonio Ortega Porcel, constructores de dos de los palacios más emblemáticos de la Úbeda del siglo XVII y depositarios o fundadores de ricos mayorazgos, con la figura de Diego de Vargas, hidalgo, citado como calcetero de oficio en el padrón de 1605141. Sí sería un grupo uniforme en el disfrute de privilegios y en el deseo de conseguir, en palabras de Domínguez Ortiz, «[...] altos puestos en la administración y en la Iglesia, honores, prerrogativas, una ejecutoria de hidalguía, un hábito de las Órdenes Militares o, si no se podía otra cosa, un puesto de familiar de la Inquisición [...]»142. 2.2.5.2. Clero El rasgo caracterizador más evidente del clero ubetense del siglo XVII, según se desprende de los datos extraídos de las ya tantas veces citadas series de padrones, es el gran número de efectivos con que siempre contó: 1603-1605 1627 1642 1673 1695-1699 SAN ISIDORO 19 22 4 49 0 SAN. JUAN BAUTISTA 3 0 0 0 0 AÑOS _______________ PARROQUIAS 141 A.H.M.Ú., F.M., S.P.R., 25/2. 142 Dom ínguez Ortiz (1981), p. 63. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 83 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ AÑOS _______________ 1603-1605 1627 1642 1673 1695-1699 SAN JUAN EVANGELISTA 0 0 0 0 0 SAN LORENZO 14 7 5 0 4 SAN MILLÁN 1 6 1 7 0 SAN NICOLÁS 9 8 1 18 22 SAN PABLO 9 14 16 27 0 SAN PEDRO 9 4 0 7 6 SANTA MARÍA 12 13 18 6 9 SANTO DOMINGO 4 14 0 11 15 SANTO TOMAS 9 11 7 7 10 89 99 52 132 66 2'29% 2'80% 1'87% 4'80 3'61 PARROQUIAS TOTALES _______________ PORCENTAJE SOBRE EL NÚMERO DE VECINOS Podemos decir, pues, que salvo en el caso del padrón de 1642, año en el que ya vimos se produce un fuerte descenso de la población y del número de inmuebles cerrados, el porcentaje de clérigos seculares mantiene un aumento progresivo prácticamente a lo largo de todo el siglo; siendo especialmente significativo el que se aprecia en el de 1673, con un aumento del 48'31% con respecto al número de 1605 y un 153'84% sobre el de 1642. El descenso del número total (no tanto del porcentaje) de los padrones de la década de los noventa debe estar asociado al descenso general de la población y quizá a unas mejoras condiciones económicas que hicieron disminuir las «vocaciones» religiosas. Al clero secular habría que sumar el regular. Ya vimos, al hablar de la población, como, basándonos en algunos datos sueltos sobre el número de frailes y monjas de diversos conventos en 1676, calculábamos éste en unas trescientas cincuenta o cuatrocientas personas, coincidien-do, en la fecha, con el número más alto de clero secular producido en el padrón de 1673. Tampoco podemos dejar a un lado el número de religiosas y beatas que aparecen en los distintos padrones: 29 beatas, 27 religiosas y tres emparedadas en el de 1605; 30 beatas y 21 religiosas en el de 1627; siete religiosas en el de 1642; y ninguna (aunque es de suponer que las hubiera y que no estén reflejadas al no tener que Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 84 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ pechar) en el de 1673 y en los de fin de siglo143. Como en el resto de España el gran número de clérigos debe imputarse a la presión fiscal, a las continuas levas de soldados y al estado generalizado de crisis que «[...]impulsaron hacia la Iglesia, como refugio, a más de los contingentes habituales, ya de por sí muy elevados, otros extraordinarios, que contribuyeron no sólo a abultar el número de eclesiásticos, sino a rebajar su nivel»144. De ninguna manera podemos suponer que el clero constituía un estamento homogéneo ni social ni económica ni culturalmente. Como en el caso de la nobleza, las desigualdades en las rentas de las que se disfrutaba debieron ser enormes entre los priores y clérigos de las parroquias menos pobladas y más pobres con los canónigos de la Colegial, con los de las parroquias más pobladas o con las de los numerosos capellanes de que estaban dotadas instituciones tan señeras en Úbeda como la Sacra Capilla del Salvador o el hospital de Santiago145. Las mismas diferencias debieron existir entre las distintas órdenes religiosas masculinas y femeninas, acordes con su influencia, su poder y patrimonio y con la popularidad con la que eran aceptadas, al hilo de las preferencias que se generalizaron en todo el Reino con franciscanos y jesuitas en detrimento de los dominicos. Desde el punto de vista socio-cultural las diferencias también fueron grandes, pudiéndose hablar de un grupo dominante constituido generalmente por los canónigos de la Colegial, que en muchos casos ostentan la condición de hidalgos, dueños de extensas fortunas, que actúan como promotores de importantes obras de arquitectura, escultura y pintura. De lo que no nos cabe ninguna duda es de que tan altos porcentajes de clérigos y religiosos debieron influir decisivamente en la vida cotidiana y en el inmovilismo de la economía local, aunque sólo sea por la carga que supusieron (junto a la nobleza y un amplio grupo de pobres y de otros vecinos exentos de pago) en un cada vez más reducido grupo de pecheros. 143 Es m ás que posible que los núm eros expresados no sean del todo exactos porque en los padrones, en m uchas ocasiones, sólo se habla de «las beatas» sin especificar el num eral. En estos casos hem os contabilizado al m enos dos. 144 Dom ínguez Ortiz (1981), p. 66. Corroboran estas palabras el hecho de que el m ayor núm ero de religiosos se produzca en el padrón de 1673, el que refleja un m ayor descenso de la población producida por una fuerte crisis económ ica. 145 Ejem plo de lo dicho son los diezm os recibidos por las distintas parroquias de los que dan cuenta las respuestas del Catastro de Ensenada. Así, por ejem plo, m ientras la parroquia de San Isidoro recibía tres m il cien reales de m inucias y cuatro m il cien por vino y aceite, la de San Juan Evangelista sólo contabilizaba cien y cincuenta reales por los m ism os conceptos. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 85 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ 2.2.5.3. Estado llano La heterogeneidad por razones de tipo social, cultural, profesional y, sobre todo, económico, y la cantidad son las características por excelencia del amplio grupo social conocido como estado llano. Una primera clasificación podría ser la que distinguiría a los vecinos que pechan y a los que no lo hacen por muy diversas y variadas razones económicas, sociales, religiosas, militares... En el primero de los casos, es decir, en aquel que presenta los vecinos sujetos a cargas fiscales, los números y porcentajes con respecto a la totalidad de la población son los siguientes146: AÑOS 1603-1605 1627 1642 1673 1695-1699 1.061 (86'96%) 1.049 (93,99%) 861 (97'39%) 589 (63'64%) 477 (99'58%) SAN JUAN BAUTISTA 109 (76'28%) 112 (97'39%) 114 (98'27%) 80 (80'80%) 82 (82'00%) SAN JUAN EVANGELISTA 65 (58'03%) 85 (96'59) 77 (100'00%) 55 (88'70%) 32 (100'00%) SAN LORENZO 160 (68'66%) 160 (82'47%) 137 (83'03%) 93 (70'45%) 107 (73'79%) SAN MILLÁN 289 (93'83%) 303 (95'28%) 269 (98'53%) 221 (89'11%) 173 (100'00%) SAN NICOLÁS 548 (86'43%) 606 (95'28%) 478 (97'35%) 366 (73'05%) 364 (80'53%) SAN PABLO 298 (71'18%) 294 (89'63%) 220 (80'29%) 134 (51'53%) 59 (100'00%) SAN PEDRO 109 (64'88%) 112 (82'35%) 85 (94'44%) 53 (49'53%) 43 (51'80%) SANTA MARÍA 198 (61'11%) 271 (83'90%) 164 (75'92%) 126 (57'53%) 89 (64'97%) SANTO DOMINGO 96 (56'47%) 112 (70'00%) 85 (97'70%) 44 (38'26%) 49 (44'14%) SANTO TOMAS 84 (60'43%) 83 (70'33%) 81 (77'14%) 17 (21'79%) 23 (41'07%) 3.017 3.187 2.571 1.778 1.498 77'95% 90'23% 92'54% 64'67% 81'99% PARROQUIAS SAN ISIDORO TOTAL DE PECHEROS _______________ PORCENTAJE SOBRE EL NÚMERO DE VECINOS Los no pecheros se reflejan en esta otra tabla que, además de los simples números y porcentajes, indica momentos de especial necesidad y miseria en amplios grupos de población como son 1605, 1673 y los años finales de la centuria. Estos son los datos expresados, como siempre por colaciones: 146 En las dos tablas que siguen las cifras que aparecen entre paréntesis hacen referencia al tanto por ciento que el núm ero de no pecheros supone con respecto al núm ero de vecinos de la colación respectiva. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 86 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ AÑOS _______________ 1603-1605 1627 1642 1673 1695-1699 SAN ISIDORO 116 (9'50%) 33 (2'95%) 18 (2'03%) 277 (29'84%) 2 (0'41%) SAN JUAN BAUTISTA 43 (27'56%) 3 (2'60%) 2 (1'72%) 19 (19'19%) 18 (18'00%) SAN JUAN EVANGELISTA 47 (41'96%) 3 (3'40 %) 0 (0'00%) 7 (11'29%) 0 (0'00%) SAN LORENZO 44 (18'88%) 14 (7'21%) 15 (9'09%) 34 (25'75%) 26 (17'93%) SAN MILLÁN 17 (5'51%) 9 (2,83%) 3 (1'09%) 20 (8'06%) 0 (0'00%) SAN NICOLÁS 65 (10'25%) 14 (2'20%) 12 (2'44%) 114 (28'74%) 62 (13'71%) SAN PABLO 90 (22'16%) 13 (3'96%) 24 (8'75%) 84 (32'30) 0 (0'00%) SAN PEDRO 33 (19'64) 6 (4'41%) 5 (5'55%) 27 (25,23%) 21 (25'30%) 85 (26'23%) 5 (1'54%) 23 (10'64) 74 (33'78%) 31 (22'62%) 39 (22'94) 18 (11'25%) 2 (2'29%) 41 (35,65%) 31 (27'92%) 35 (25'17%) 2 (1'69%) 5 (4'76%) 33 (42'30%) 19 (33'92%) 614 120 109 730 209 15'86% 3'39% 3'92% 26'55% 11'43% PARROQUIAS SANTA MARÍA SANTO DOMINGO SANTO TOMAS TOTAL DE NO PECHEROS _______________ PORCENTAJE SOBRE EL NÚMERO DE VECINOS Las colaciones mas deprimidas, por regla general, son las situadas intramuros quizá por la presencia en ellas de una población más envejecida y menos emprendedora de la que debió existir en las de San Isidoro y San Millán que se conforman como las que menos población indigente presentan. Ya vimos, al hablar de la población y de los condicionantes que determinan la tremenda caída que sufre a lo largo del siglo, el gran número de viudas, doncellas, pobres y huérfanos que estaban libres de pechar, pero esas condiciones no fueron las únicas causas para librarse de la continuada fiscalidad. Además, en los distintos padrones y siempre dentro del estado llano que ahora estudiamos, hubo otras causas para estar libre de contribuciones: AÑOS _______________ 1603-1605 1627 1642 1673 1695-1699 CAUSAS ABOGADOS ALCALDES 1 1 ALFÉRECES 1 ALGUACILES 1 ALGUACILES MAYORES 1 Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 1 87 1 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ AÑOS _______________ 1603-1605 1627 1642 1673 1695-1699 CAUSAS AUSENTES 1 BALLESTEROS 1 BOTICARIOS 1 CAPITANES MAYORES 1 DIPUTADOS 1 ESCRIBANOS HIDALGUÍA DE BRAGUETA 1 HOSPITALES 1 1 8 1 2 1 1 INVALIDEZ 2 3 MAESTROS 3 1 MAESTROS DE CAPILLA 2 MADRES DE RELIGIOSOS MALCASADAS 1 1 MAYORDOMOS 1 MÉDICOS 1 MINISTRILES 1 MINISTROS 1 MÚSICOS 4 1 3 NOTARIOS 1 PERTIGUEROS 1 PORTEROS DE LA CIUDAD PRESOS 1 1 1 RECIENCASADOS RELIGIOSAS Y BEATAS 32 1 2 SACRISTANES SIN ESPECIFICAR 6 2 SÍNDICOS DE CONVENTOS 1 2 SÍNDICOS ESCRIBANOS 2 9 16 1 SOLDADOS TOTALES 8 1 SOCHANTRES VEINTICUATROS 7 7 1 17 7 16 Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 1 1 48 70 88 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ Pero no basta con el hecho de pechar o no pechar para clasificar a los componentes del estado llano. Quizá el criterio más significativo es el que viene determinado por las funciones de la ciudad. Con ellas se corresponden una variedad de grupos sociales que, como ya vimos y analizaremos más ampliamente en el apartado siguiente, se encuadraban dentro de los distintos sectores de producción. En este sentido, estos son los efectivos y porcentajes, sobre el número de vecinos, a lo largo del siglo: AÑOS _______________ 1603-1605 1627 1642 1673 1695-1699 524 (13'54%) 483 (13'67%) 302 (10'87%) 62 (2'25%) 239 (13'08%) 225 (5'81%) 268 (7'58%) 172 (6'19%) 81 (2'94) 253 (13'84%) 406 (10'49%) 496 (14'04%) 330 (11'87%) 127 (4'61%) 258 (14'12) 308 (7'95%) 339 (9'59%) 220 (7'91%) 115 (4'18%) 120 (6,56%) SECTORES DE PRODUCCIÓN TRABAJADORES / JORNALEROS SIN CUALIFICAR TRABAJADORES DEL SECTOR PRIMARIO TRABAJADORES DEL SECTOR SECUNDARIO TRABAJADORES DEL SECTOR TERCIARIO Solucionadas las funciones de mando con los estamentos privilegiados, la agricultura, la ganadería, la industria, la artesanía y el comercio determinan, pues, grupos sociales diversos y heterogéneos dentro, incluso, por rango social y por cantidad de rentas, como demuestran las aportaciones fiscales, de unos y otros componentes de una misma profesión, oficio o dedicación. Los porcentajes manifiestan claramente que el sector secundario se constituye como el más populoso seguido por el terciario y por el primario. Únicamente al final del siglo, en un proceso de ruralización continuo, éste supera a aquél. 2.2.5.4. Minorías Pero no es sólo el hecho de pertenecer a uno de los estamentos privilegiados, de contribuir a las cargas fiscales o de disfrutar de cierta capacidad económica el rasgo que vertebra la sociedad. Ésta, además, alberga una serie de grupos reducidos diferenciados por su origen, por sus características raciales, religiosas o incluso sociales, que la marcan profundamente. Aunque es cierto que nunca debieron llegar a ser muy numerosas, como demuestra el cuadro adjunto, las minorías, en especial la población morisca, debieron alcanzar unos efectivos más altos que los que se reflejan en los padrones porque no siempre se especificaba la pertenencia a un determinado grupo étnico o religioso: Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 89 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ 1603-1605 1627 1642 1673 1695-1699 SAN ISIDORO C. NUEVOS: 0 GITANOS: 5 CAMINANTES: 0 PORTUGUESES: 0 R. GRANADA: 32 BERBERISCOS: 0 MORISCOS: 0 OTROS SITIOS: 2 C. NUEVOS: 0 GITANOS: 5 CAMINANTES: 0 PORTUGUESES: 3 R. GRANADA: 1 BERBERISCOS: 1 MORISCOS: 0 OTROS SITIOS: 0 C. NUEVOS: 0 GITANOS: 0 CAMINANTES: 1 PORTUGUESES: 1 R. GRANADA: 0 BERBERISCOS: 0 MORISCOS: 0 OTROS SITIOS: 0 C. NUEVOS: 0 GITANOS: 3 CAMINANTES: 0 PORTUGUESES: 0 R. GRANADA: 0 BERBERISCOS: 0 MORISCOS: 0 OTROS SITIOS: 1 C. NUEVOS: 0 GITANOS: 0 CAMINANTES: 0 PORTUGUESES: 0 R. GRANADA: 0 BERBERISCOS: 0 MORISCOS: 0 OTROS SITIOS: 0 SAN JUAN B. C. NUEVOS: 0 GITANOS: 0 CAMINANTES: 0 PORTUGUESES: 0 R. GRANADA: 0 BERBERISCOS: 0 MORISCOS: 0 OTROS SITIOS: 2 C. NUEVOS: 0 GITANOS: 0 CAMINANTES: 0 PORTUGUESES: 0 R. GRANADA: 0 BERBERISCOS: 0 MORISCOS: 0 OTROS SITIOS: 0 C. NUEVOS: 0 GITANOS: 0 CAMINANTES: 0 PORTUGUESES: 0 R. GRANADA: 0 BERBERISCOS: 0 MORISCOS: 0 OTROS SITIOS: 0 C. NUEVOS: 0 GITANOS: 0 CAMINANTES: 0 PORTUGUESES: 0 R. GRANADA: 0 BERBERISCOS: 0 MORISCOS: 0 OTROS SITIOS: 0 C. NUEVOS: 0 GITANOS: 0 CAMINANTES: 0 PORTUGUESES: 0 R. GRANADA: 0 BERBERISCOS: 0 MORISCOS: 0 OTROS SITIOS: 0 SAN JUAN E. C. NUEVOS: 0 GITANOS: 0 CAMINANTES: 0 PORTUGUESES: 0 R. GRANADA: 0 BERBERISCOS: 0 MORISCOS: 0 OTROS SITIOS: 0 C. NUEVOS: 0 GITANOS: 0 CAMINANTES: 0 PORTUGUESES: 0 R. GRANADA: 0 BERBERISCOS: 0 MORISCOS: 0 OTROS SITIOS: 0 C. NUEVOS: 0 GITANOS: 0 CAMINANTES: 0 PORTUGUESES: 0 R. GRANADA: 0 BERBERISCOS: 0 MORISCOS: 0 OTROS SITIOS: 0 C. NUEVOS: 0 GITANOS: 0 CAMINANTES: 0 PORTUGUESES: 0 R. GRANADA: 0 BERBERISCOS: 0 MORISCOS: 0 OTROS SITIOS: 0 C. NUEVOS: 0 GITANOS: 0 CAMINANTES: 0 PORTUGUESES: 0 R. GRANADA: 0 BERBERISCOS: 0 MORISCOS: 0 OTROS SITIOS: 0 SAN LORENZO C. NUEVOS: 0 GITANOS: 0 CAMINANTES: 0 PORTUGUESES: 0 R. GRANADA: 15 BERBERISCOS: 0 MORISCOS: 0 OTROS SITIOS: 0 C. NUEVOS: 0 GITANOS: 0 CAMINANTES: 0 PORTUGUESES: 0 R. GRANADA: 1 BERBERISCOS: 0 MORISCOS: 0 OTROS SITIOS: 0 C. NUEVOS: 1 GITANOS: 0 CAMINANTES: 0 PORTUGUESES: 0 R. GRANADA: 0 BERBERISCOS: 0 MORISCOS: 0 OTROS SITIOS: 0 C. NUEVOS: 0 GITANOS: 0 CAMINANTES: 0 PORTUGUESES: 0 R. GRANADA: 0 BERBERISCOS: 0 MORISCOS: 0 OTROS SITIOS: 0 C. NUEVOS: 0 GITANOS: 0 CAMINANTES: 0 PORTUGUESES: 0 R. GRANADA: 0 BERBERISCOS: 0 MORISCOS: 0 OTROS SITIOS: 0 SAN MILLÁN C. NUEVOS: 0 GITANOS: 0 CAMINANTES: 0 PORTUGUESES: 1 R. GRANADA: 3 BERBERISCOS: 0 MORISCOS: 0 OTROS SITIOS: 0 C. NUEVOS: 0 GITANOS: 0 CAMINANTES: 0 PORTUGUESES: 0 R. GRANADA: 0 BERBERISCOS: 0 MORISCOS: 0 OTROS SITIOS: 0 C. NUEVOS: 0 GITANOS: 0 CAMINANTES: 0 PORTUGUESES: 0 R. GRANADA: 0 BERBERISCOS: 0 MORISCOS: 0 OTROS SITIOS: 0 C. NUEVOS: 0 GITANOS: 0 CAMINANTES: 0 PORTUGUESES: 0 R. GRANADA: 0 BERBERISCOS: 0 MORISCOS: 0 OTROS SITIOS: 0 C. NUEVOS: 0 GITANOS: 0 CAMINANTES: 0 PORTUGUESES: 0 R. GRANADA: 0 BERBERISCOS: 0 MORISCOS: 0 OTROS SITIOS: 0 SAN NICOLÁS C. NUEVOS: 0 GITANOS: 0 CAMINANTES: 0 PORTUGUESES: 0 R. GRANADA: 12 BERBERISCOS: 0 MORISCOS: 2 OTROS SITIOS: 0 C. NUEVOS: 1 GITANOS: 0 CAMINANTES: 0 PORTUGUESES: 1 R. GRANADA: 0 BERBERISCOS: 0 MORISCOS: 0 OTROS SITIOS: 0 C. NUEVOS: 0 GITANOS: 0 CAMINANTES: 0 PORTUGUESES: 0 R. GRANADA: 0 BERBERISCOS: 0 MORISCOS: 0 OTROS SITIOS: 1 C. NUEVOS: 0 GITANOS: 0 CAMINANTES: 0 PORTUGUESES: 0 R. GRANADA: 0 BERBERISCOS: 0 MORISCOS: 0 OTROS SITIOS: 0 C. NUEVOS: 0 GITANOS: 0 CAMINANTES: 0 PORTUGUESES: 0 R. GRANADA: 0 BERBERISCOS: 0 MORISCOS: 0 OTROS SITIOS: 0 AÑOS ______________ PARROQUIAS Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 90 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ 1603-1605 1627 1642 1673 1695-1699 SAN PABLO C. NUEVOS: 0 GITANOS: 0 CAMINANTES: 0 PORTUGUESES: 0 R. GRANADA: 1 BERBERISCOS: 1 MORISCOS: 0 OTROS SITIOS: 0 C. NUEVOS: 0 GITANOS: 0 CAMINANTES: 2 PORTUGUESES: 0 R. GRANADA: 0 BERBERISCOS: 0 MORISCOS: 0 OTROS SITIOS: 0 C. NUEVOS: 0 GITANOS: 0 CAMINANTES: 2 PORTUGUESES: 0 R. GRANADA: 0 BERBERISCOS: 0 MORISCOS: 0 OTROS SITIOS: 0 C. NUEVOS: 0 GITANOS: 0 CAMINANTES: 0 PORTUGUESES: 0 R. GRANADA: 0 BERBERISCOS: 0 MORISCOS: 0 OTROS SITIOS: 0 C. NUEVOS: 0 GITANOS: 0 CAMINANTES: 0 PORTUGUESES: 0 R. GRANADA: 0 BERBERISCOS: 0 MORISCOS: 0 OTROS SITIOS: 0 SAN PEDRO C. NUEVOS: 1 GITANOS: 0 CAMINANTES: 0 PORTUGUESES: 0 R. GRANADA: 0 BERBERISCOS: 0 MORISCOS: 0 OTROS SITIOS: 0 C. NUEVOS: 0 GITANOS: 0 CAMINANTES: 0 PORTUGUESES: 0 R. GRANADA: 0 BERBERISCOS: 1 MORISCOS: 0 OTROS SITIOS: 0 C. NUEVOS: 0 GITANOS: 0 CAMINANTES: 0 PORTUGUESES: 0 R. GRANADA: 0 BERBERISCOS: 0 MORISCOS: 0 OTROS SITIOS: 0 C. NUEVOS: 0 GITANOS: 0 CAMINANTES: 0 PORTUGUESES: 0 R. GRANADA: 0 BERBERISCOS: 0 MORISCOS: 0 OTROS SITIOS: 0 C. NUEVOS: 0 GITANOS: 0 CAMINANTES: 0 PORTUGUESES: 0 R. GRANADA: 0 BERBERISCOS: 0 MORISCOS: 0 OTROS SITIOS: 0 SANTA MARÍA C. NUEVOS: 0 GITANOS: 0 CAMINANTES: 2 PORTUGUESES: 0 R. GRANADA: 17 BERBERISCOS: 0 MORISCOS: 0 OTROS SITIOS: 0 C. NUEVOS: 0 GITANOS: 0 CAMINANTES: 0 PORTUGUESES: 0 R. GRANADA: 0 BERBERISCOS: 0 MORISCOS: 0 OTROS SITIOS: 0 C. NUEVOS: 0 GITANOS: 0 CAMINANTES: 1 PORTUGUESES: 0 R. GRANADA: 0 BERBERISCOS: 0 MORISCOS: 0 OTROS SITIOS: 0 C. NUEVOS: 0 GITANOS: 0 CAMINANTES: 0 PORTUGUESES: 0 R. GRANADA: 0 BERBERISCOS: 0 MORISCOS: 0 OTROS SITIOS: 0 C. NUEVOS: 0 GITANOS: 0 CAMINANTES: 0 PORTUGUESES: 0 R. GRANADA: 0 BERBERISCOS: 0 MORISCOS: 0 OTROS SITIOS: 0 STO. DOMINGO C. NUEVOS: 13 GITANOS: 0 CAMINANTES: 0 PORTUGUESES: 0 R. GRANADA: 0 BERBERISCOS: 0 MORISCOS: 0 OTROS SITIOS: 0 C. NUEVOS: 0 GITANOS: 0 CAMINANTES: 1 PORTUGUESES: 0 R. GRANADA: 0 BERBERISCO: 0 MORISCOS: 0 OTROS SITIOS: 0 C. NUEVOS: 0 GITANOS: 0 CAMINANTES: 0 PORTUGUESES: 1 R. GRANADA: 0 BERBERISCOS: 0 MORISCOS: 0 OTROS SITIOS: 0 C. NUEVOS: 0 GITANOS: 0 CAMINANTES: 0 PORTUGUESES: 0 R. GRANADA: 0 BERBERISCOS: 0 MORISCOS: 0 OTROS SITIOS: 0 C. NUEVOS: 0 GITANOS: 0 CAMINANTES: 0 PORTUGUESES: 0 R. GRANADA: 0 BERBERISCOS: 0 MORISCOS: 0 OTROS SITIOS: 0 SANTO TOMAS C. NUEVOS: 0 GITANOS: 0 CAMINANTES: 0 PORTUGUESES: 0 R. GRANADA: 6 BERBERISCOS: 0 MORISCOS: 0 OTROS SITIOS: 0 C. NUEVOS: 0 GITANOS: 0 CAMINANTES: 0 PORTUGUESES: 0 R. GRANADA: 0 BERBERISCOS: 0 MORISCOS: 0 OTROS SITIOS: 0 C. NUEVOS: 0 GITANOS: 0 CAMINANTES: 1 PORTUGUESES: 0 R. GRANADA: 0 BERBERISCOS: 0 MORISCOS: 0 OTROS SITIOS: 0 C. NUEVOS: 0 GITANOS: 0 CAMINANTES: 0 PORTUGUESES: 0 R. GRANADA: 0 BERBERISCOS: 0 MORISCOS: 0 OTROS SITIOS: 0 C. NUEVOS: 0 GITANOS: 0 CAMINANTES: 0 PORTUGUESES: 0 R. GRANADA: 0 BERBERISCOS: 0 MORISCOS: 0 OTROS SITIOS: 0 C. NUEVOS: 14 GITANOS: 5 CAMINANTES: 2 PORTUGUESES: 1 R. GRANADA: 86 BERBERISCOS: 1 MORISCOS: 2 OTROS SITIOS: 3 __________ C. NUEVOS: 1 GITANOS: 5 CAMINANTES: 3 PORTUGUESES: 4 R. GRANADA: 2 BERBERISCOS: 2 MORISCOS: 0 OTROS SITIOS: 0 __________ C. NUEVOS: 1 GITANOS: 0 CAMINANTES: 5 PORTUGUESES: 2 R. GRANADA: 0 BERBERISCOS: 0 MORISCOS: 0 OTROS SITIOS: 1 _________ C. NUEVOS: 0 GITANOS: 3 CAMINANTES: 0 PORTUGUESES: 0 R. GRANADA: 0 BERBERISCOS: 0 MORISCOS: 0 OTROS SITIOS: 1 __________ C. NUEVOS: 0 GITANOS: 0 CAMINANTES: 0 PORTUGUESES: 0 R. GRANADA: 0 BERBERISCOS: 0 MORISCOS: 0 OTROS SITIOS: 0 __________ 2'94% 0'48% 0'32% 0'14% 0'00% AÑOS ______________ PARROQUIAS TOTALES __________ PORCENTAJE GLOBAL SOBRE EL NÚMERO DE VECINOS Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 91 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ Los denominados cristianos nuevos, a los que suponemos judíos convertidos, que no tanto moriscos, aparecen hasta el padrón de 1642 y con cierta entidad sólo en el de 1605 y en la parroquia de Santo Domingo. De mayor importancia resulta ser la población morisca que aparece en los padrones trabajados como «naturales del reino de Granada» y que, sin duda, son parte de los efectivos expulsados de aquella ciudad en 1570, pero nos parecen insuficientes a la vista de otra documentación. En un padrón de 1600, conservado en el A.H.M.Ú. bajo el epígrafe de moriscos, los datos (desconocemos por qué razón) son distintos en relación con el de 1605147: San Isidoro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85 vecinos San Lorenzo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28 vecinos San Millán . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32 vecinos San Nicolás . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25 vecinos San Pablo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77 vecinos San Pedro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11 vecinos Santa María . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40 vecinos Santo Dom ingo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23 vecinos Santo Tom ás . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22 vecinos TOTAL 343 vecinos Se explica pues, que ante el decreto de expulsión de 1609, se produjese cierto temor en los responsables de la política municipal por la pérdida de una población con este número de efectivos, ocupada, como en toda España, de los oficios más humildes, desempeñando un papel importante en la economía local y aceptada por el resto de la población148. El resto de las minorías son poco significativas pero de nuevo pensamos que los padrones no son fieles con la realidad existente. En el caso de los gitanos, incluso considerando que también son expulsados del Reino, no parece lógico el reducido número que hallamos si tenemos en cuenta que en el padrón de 1605 se encuentra una calle con esa denominación en la colación de San Isidoro. Lo mismo podemos decir de los portugueses. En los padrones el número censado es muy reducido pero debieron ser muchos más. Así lo demostraremos al hablar de los artífices, fundamentalmente de los albañiles, que trabajaron en Úbeda. 147 A.H.M.Ú., F.M., S.P.R., Legajo Moriscos. 148 Se recordará com o desde el Concejo se envía una petición al Rey solicitando que la expulsión no tuviese efecto con los m orisco de Úbeda [A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 9, f. 209]. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 92 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ No aparecen censados casi en ningúno de los padrónes esclavos, posiblemente por carecer de entidad jurídica, pero existieron. Los hemos encontrado en un número relativamente significativo de testamentos y de cartas de libertad. En un porcentaje bastante alto son de origen berberisco. Mención aparte merece el caso de los ciudadanos franceses residentes en la ciudad que aunque no aparezcan en ninguno de los repartimientos, los hubo en gran número como en el resto del Reino149. Empezamos a conocerlos gracias al recibo de una carta de la Reina Gobernadora, fechada el 6 de agosto de 1666, ordenando incoar expediente de enajenación de los bienes de los ciudadanos franceses residentes en España a causa de la guerra declarada contra aquel país. Esto da pie a la realización de diligencias en el mismo año para la citada enajenación y para el cobro de una farda diaria de ocho maravedíes a los trabajadores del campo o de cualquier otro oficio, de dieciséis a los maestros de todos los oficios y a los tenderos y de treinta y dos a los que alcanzasen mayores rentas. Y es gracias a estos documentos150 que conocemos el número, la edad, las profesiones, el lugar de habitación, los bienes e incluso el aspecto físico de los 68 que por aquel año aquí vivían, con edades comprendidas entre los dieciocho y los sesenta años pero predominando el abanico que abarca de los veinte a los cuarenta: Vendedores de m ercaderías . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 (1'47%) Carboneros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6 (8'82%) Aguardenteros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2 (2'94%) Cedaceros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 (1'47%) Vendedores callejeros de aguardiente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2 (2'94%) Vendedores callejeros de aceite . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2 (2'94%) Mozos de caballos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2 (2'94%) Jaboneros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 (1'47%) Horneros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13 (19'11%) Oficial hornero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 (1'47%) Aderezador callejero de calderas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 (1'47%) Vendedores am bulantes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 (1'47%) Trabajadores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6 (8'82%) Aguadores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13 (19'11%) Tableros de horno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16 (23'52%) TOTAL 68 149 vecinos No consta que en Úbeda los ciudadanos franceses supusieran un problem a de convivencia ni m ucho m enos de orden público com o ocurrió en otros lugares de la Península [Kam en (1987), pp. 281292], pero eso no quiere decir tam poco que gozasen de unas sim patías que no se dieron en ningún lugar. 150 A.H.M.Ú., F.M., D.D., 40/6 y 41/3. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 93 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ Predominan, pues, los oficios humildes, como ha podido verse151, y de escasa rentabilidad ya que cuarenta y siete (el 69'11%) sólo pagan ocho maravedíes. Pasado este primer momento represivo y a pesar de las medidas fiscalizadoras y del aumento, suponemos, de las enemistades para con ellos, lo cierto es que el número total de efectivos se mantuvo estable durante bastantes años: en 1677 se censan setenta152 y en 1697 treinta y dos153. Es decir, que siguen siendo muchos, considerando que las medidas fiscalizadoras no dejaron de aplicarse en todo ese tiempo intermedio y el descenso de la población total. Con todo, resulta extraño que de unos oficios tan poco rentables pudiese detraerse una cantidad diaria y que no hubiese problemas en los cobros. Así lo demuestran, al menos, las rendiciones de cuentas que anualmente presentaban los depositarios de la farda diaria de franceses154. 2.2.6. ACTIVIDADES ECONÓMICAS Partiendo de nuevo de las profesiones reflejadas en los distintos padrones de repartimiento manejados, que presentamos en la tabla vista al hablar de la funciones de la ciudad, podemos afirmar que las principales actividades económicas van a ser la agricultura, la ganadería, la artesanía y el comercio, sin olvidar un importante sector encuadrable en otros servicios que no son los puramente relacionados con el consumo. 2.2.6.1. Agricultura En la ya citada descripción de Méndez Silva dada a conocer al hablar de la muralla, se añaden unas significativas palabras que nos hablan de la importancia de la agricultura y de otras fuentes económicas para la ciudad: «[...] fertilíssima de pan, vino, azeyte, caças, ganados, aves, frutos, especialmente higos, passas [...]»155. 151 Kam en opina que de alguna form a son los m ism os que desem peñaban los m oriscos. 152 A.H.M.Ú., F.M., D.D., 40/9. 153 A.H.M.Ú., F.M., D.D., 40/17. 154 No obstante, los que se consideraban españoles, generalm ente por m atrim onio, si solicitan que se les devolviesen sus bienes o quedar libres del pago diario. Es el caso de una ejecutoria de 1675 que ordena la restitución de sus bienes a Juan Fernández de Alm ansa, Juan de Dios y Francisco de Molina por estar nacionalizados o el de una petición de 1693 en la que otros nacionalizados solicitan no pagar el im puesto [ A.H.M.Ú., F.M., D.D., 40/8 y 41/5]. 155 Méndez Silva (1645/1949), p. 1.624. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 94 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ Ahora bien, aunque es cierto que la documentación del siglo XVII con la que hemos trabajado nos aporta numerosos datos sobre la agricultura, como para el resto de las fuentes de riqueza, también lo es que es poco sistemática. Conocemos de forma directa cuantos ciudadanos se dedicaban a estas labores, incluso los cultivos más importantes, pero no es nada clara sobre las cantidades producidas, sobre los sistemas de propiedad y cultivo o sobre las extensiones de tierra dedicadas a cada especie. Acudiendo, pues, a fuentes directas sí podemos aportar que el número de agricultores, de hortelanos y de otras profesiones relacionadas con la agricultura siempre fue alto demostrando la importancia del sector para la economía local: AÑO _______________ 1603-1605 1627 1642 4 3 2 1673 1695-1699 PROFESIONES APERADORES CONOCEDORES 1 GARBANCEROS 1 HUERTANOS 1 HORTELANOS 25 JAQUIMEROS LABRADORES 164 2 48 23 5 3 147 97 MELONEROS 1 MIESEROS 1 PEGUJAREROS PODADORES 13 52 39 68 3 37 1 2 1 2 1 TOTALES ____________ 195 ____________ 209 ____________ 129 ____________ 55 ____________ 161 ____________ PORCENTAJE SOBRE EL NUMERO DE VECINOS 5'03% 5'91% 4'64% 1'92% 8'81% RASTRILLADORES 2 Altos números totales y altos porcentajes a los que podrían unirse con toda probabilidad los efectivos empadronados como trabajadores y jornaleros que encontrarían su exclusivo medio de vida en la campaña de recolección del olivo, en la siega y en la vendimia. Porque, sin duda, a la vista de cartas de venta, de testamentos, de inventarios y de particiones de bienes, esos fueron los principales productos del campo ubetense del XVII. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 95 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ No menor importancia debieron tener, si consideramos los hortelanos empadronados, los productos hortícolas y los frutales; incluso algún otro como el zumaque que desde la Baja Edad Media va asociado en su crecimiento al del curtido de pieles156. Los mismos documentos apuntan hacia sistemas de propiedad de la tierra con tendencia a la mediana y pequeña propiedad muy parcelada y distante en el espacio, aunque, lógicamente, no faltaron las propiedades más extensas, preservadas por los mayorazgos, concentradas desde antiguo en manos de la oligarquía ciudadana y de miembros de la Iglesia157. Las formas de tenencia predominantes son la directa en los pequeños propietarios (los denominados agricultores en los padrones) y el arrendamiento, del que los ejemplos son abundantísimos en los protocolos notariales. La tenencia comunal debió limitarse a las dehesas, y en especial a la de la Cañada Luenga. El cortijo, a la vista de las abundantes creaciones, intervenciones y obras que en ellos se realizan a lo largo de todo el siglo, debió constituirse como el sistema más común de explotación de las propiedades extensas. Con todo, si queremos conocer más en profundidad lo que fue la agricultura en aquellos detalles que no aparecen claramente el la documentación del siglo XVII, sería imprescindible acudir de nuevo al Catastro de Ensenada. Pensamos que lo que en él se nos da a conocer no puede variar mucho de lo que la agricultura fue cien años antes en unas coordenadas tan inmovilistas como las de la agricultura del Antiguo Régimen. De esta forma, conocemos multitud de datos que hubiese sido imposible estudiar con otros medios. Estos son, presentados de forma esquemática, los más importantes158: a) Tipos de tierra y frecuencia de la producción: Regadío: - Continuo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . dos o m ás veces al año - De rem anente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . una vez al año - Discontinuo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . una vez cada dos años Secano: - De los solares y tierras cercanas a la población . . . . . . . . una vez al año - De sitio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . una vez cada dos años - De cam piña . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . una vez cada tres años 156 Las huerta se ubicaron al sur de la ciudad, en los m ism os lugares que ocupan en la actualidad, alrededor de las que fueron parroquias de San Juan Bautista y San Juan Evangelista o de los Huertos. 157 En este sentido, Parejo Delgado [(1988), pp. 85-97] realiza un com pleto estudio de la agricultura desde el siglo XIII hasta 1530 fundam ental para conocer lo que ésta fue antes del siglo XVII. 158 El extracto que ahora presentam os se corresponde con las respuestas dadas a las preguntas que abarcan desde la cuarta a la decim ocuarta [Cam pos y Cam arero (1994), pp. 59-67]. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 96 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ Monte alto y bajo Dehesas b) Calidad de la tierra: Prim era . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . regadío continuo y escaso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . las de secano sin interm isión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . de sitio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . de cam piña . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . viñedos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . encinas y dehesas Segunda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . de sitio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . de cam piña . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . viñedos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . encinas y dehesas Tercera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . de sitio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . de cam piña . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . viñedos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . encinas y dehesas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . zum acales Cuarta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . cam piña c) Extensión de los cultivos y de otras tierras en fanegas o cuerdas: Regadío continuo de hortalizas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 110 fanegas Regadío rem anente de hortalizas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 70 fanegas Regadío escaso de hortalizas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 500 fanegas Frutales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8 fanegas Higueras de 1ª, 2ª y 3ª calidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30 fanegas Granados de 1ª, 2ª y 3ª calidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14 fanegas Morales de 1ª, 2ª y 3ª calidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6'5 fanegas Nogueras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6 celem ines Olivos de regadío . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 100 fanegas Olivos de secano de 1ª, 2ª, 3ª y 4ª calidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4.344 fanegas Viñedos de 1ª, 2ª, 3ª y 4ª calidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2.270 fanegas Zum acales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8 fanegas Secano del Sitio sin interm isión o con un año de 1ª, 2ª y 3ª calidad . 11.526 fanegas Secano de la Cam piña con dos años de interm isión de 1ª, 2ª, 3ª y 4ª calidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 44.300 fanegas Álam os . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9 fanegas Encinas de 1ª, 2ª, 3ª y 4ª calidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 240 fanegas Dehesas de 1ª, 2ª y 3ª calidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5.400 fanegas Tierras incultas por naturaleza . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8.960 fanegas Asiento de la población, casas de cam po y ejidos . . . . . . . . . . . . . . . . 1.100 fanegas Madres de los ríos y arroyos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30.000 fanegas Cam inos y m árgenes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10.000 fanegas Monte bajo de pasto y peñascos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41.000 fanegas d) Principales frutos producidos: Trigo, cebada, cáñam o, alazor, lentejas, centeno, escanda, garbanzos, habas, aceite, vino, seda, zum aque, m em brillos, higos, ciruelas, alm endras, granadas agrias, peras, guindas, nueces, bellotas, todo género de hortalizas y arcarcel. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 97 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ e) Cantidades producidas por m edida de tierra al año: Hortalizas de regadío continuo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 420 reales De regadío sem brada de trigo de 1ª calidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10 fanegas De regadío sem brada de escanda de 1ª calidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12 arrobas De regadío sem brada de cebada de 1ª calidad . . . . . . . . . . . . . 58'5 sogas de verde De regadío sem brada de trigo de 2ª calidad . . . . . . . . . . . . . . . . . 9 fanegas de trigo De regadío con cebada y cáñam o de 2ª calidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6 fanegas de cebada y 10 arrobas de cáñam o De secano sin interm isión sem brada de alazor 10 fanegas de grano y 50 libras de flor De secano sin interm isión sem brada de cebada . . . . . . . 58 sogas y m edia de verde Las pobladas de zum aque enteram ente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50 arrobas De secano del Sitio de 1ª calidad sem brada de trigo . . . . . . . . . . . . . . . . . 9 fanegas De secano del Sitio de 1ª calidad sem brada de cebada . . . . . . . . . . . . . 16 fanegas De secano del Sitio de 2ª calidad sem brada de trigo . . . . . . . . . . . . . . . . . 6 fanegas De secano del Sitio de 2ª calidad sem brada de cebada . . . . . . . . . . . . . 11 fanegas De secano del Sitio de 3ª calidad sem brada de trigo . . . . . . . . . . . . . . . . . 4 fanegas De secano del Sitio de 3ª calidad sem brada de cebada . . . . . . . . . . . . . . 7 fanegas De secano del Sitio de 3ª calidad sem brada de centeno . . . . . . . . . . . . . . 6 fanegas De secano del Sitio de 3ª calidad sem brada de lentejas . . . . . . . . . . . . . . 5 fanegas De secano de la Cam piña de 1ª y 2ª calidad . . . . . . . . . . . lo m ism o que las del Sitio De secano de la Cam piña de 3ª y 4ª calidad sem brada de trigo . . . . . . . . 4 fanegas De secano de la Cam piña de 3ª y 4ª calidad sem brada de cebada . . . . . . 7 fanegas De secano de la Cam piña de 3ª y 4ª calidad sem brada de centeno . . . . . 6 fanegas De secano de la Cam piña de 3ª y 4ª calidad sem brada de escanda . . . . 10 fanegas De dehesa de pasto de 1ª calidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3 reales de producto De dehesa de pasto de 2ª calidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2 reales de producto De dehesa de pasto de 3ª calidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 real de producto De frutales, con 144 árboles . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 72 reales De higueras, con 40 árboles, de 1ª calidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 140 reales De higueras de 2ª calidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 80 reales De higueras de 3ª calidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40 reales De granados, con 48 árboles, de 1ª calidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 72 reales De granados de 2ª calidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 48 reales De granados de 3ª calidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34 reales De m orales, con 36 árboles, de 1ª calidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 288 reales De m orales de 2ª calidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 216 reales De m orales de 3ª calidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 144 reales De nogueras, con 24 árboles . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 192 reales De olivos, con 40 árboles, de regadío . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7'5 arrobas De olivos de secano de 1ª calidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6 arrobas De olivos de secano de 2ª calidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5 arrobas De olivos de secano de 3ª calidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3 arrobas De olivos de secano de 4ª calidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2 arrobas De viñas, con m il vides, de 1ª calidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 48 arrobas De viñas de 2ª calidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30 arrobas De viñas de 3ª calidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15 arrobas De encinas o quejigos, con 40 árboles, de 1ª calidad . . . . . . . . . . . . . . . . . 40 reales Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 98 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ De encinas o quejigos de 2ª calidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30 reales De encinas o quejigos de 3ª calidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20 reales De álam os, con 100 árboles . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25 reales f) Valor de los productos por fanegas y arrobas: Trigo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11 reales Cebada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7 reales Alazor en grano . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7 reales Flor de alazor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2 reales Lentejas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16 reales Centeno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10 reales Escanda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5 reales Aceite . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13 reales la arroba Vino . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5 reales la arroba Cáñam o . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18 reales la arroba Zum aque . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1'5 reales la arroba Verde . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4 reales la soga La agricultura de tan extenso y fértil territorio dependió de las condiciones climáticas, determinantes en la evolución de la población y de la economía. 2.2.6.2. Ganadería Las mismas premisas expresadas para la agricultura vendrían a servirnos para la ganadería que, ciertamente, debió ser tan importante para la economía local como aquélla. Si acudimos de nuevo a los datos de los padrones, estos son los vecinos dedicados a esta fuente de riqueza: AÑO _______________ 1603-1605 1627 1642 1673 1695-1699 6 8 PROFESIONES CABREROS 2 CONOCEDORES GANADEROS 1 16 GANADEROS DE CERDA 49 27 1 GAÑANES 1 MANADEROS 1 MULEROS 1 PASTORES 7 2 PICADORES 1 PICADORES DE CABALLOS 1 1 1 7 Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 15 99 72 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ AÑO _______________ 1603-1605 1627 1642 1673 1695-1699 PROFESIONES RABADANES 2 SERVIDORES DE GANADO 1 VAQUEROS 1 1 YEGÜEROS 1 5 2 7 TOTALES _______________ 29 _____________ 57 _____________ 41 _____________ 23 _____________ 90 _____________ PORCENTAJE SOBRE EL NÚMERO DE VECINOS 0'74% 1'61% 1'47% 0'83% 4'92% Podríamos decir, por los porcentajes de personas dedicadas a la ganadería, que ésta fue una actividad de relativa constancia a lo largo de toda la centuria con los altibajos de los dos períodos de depresión comunes a otras bases de la economía como son 1605 y 1673; pero con un espectacular aumento a finales del siglo, a la par de la agricultura, en el ya citado proceso de ruralización que envuelve a la ciudad frente a la decadencia de los demás sectores económicos. Por las extensiones de tierra de pasto (5.400 fanegas de dehesa), de encinas (240 fanegas) y de monte bajo (41.000 fanegas) expresadas anteriormente, por el número de pastores y ganaderos (profesiones que en muchos casos pensamos que deben ser consideradas como idénticas) empadronados, por la importancia de la agricultura (que exigiría animales de tiro) y de la industria textil (que necesita de materia prima) y por otros datos esporádicos encontrados en la documentación manejada, debemos suponer que las cabañas de ganado lanar, caballar, asnal, mular, caprino y de cerda debieron ser cuantiosas, pero nuevamente carecemos de datos concretos y definitivos a no ser que otra vez echemos mano de las respuestas del Catastro de Ensenada que apuntan la existencia de quinientas ochenta cabezas de ganado yeguar, cuatrocientas cincuenta de mular, novecientas de asnal, trescientas ochenta de vacuno, veintidós mil de lanar, cuatro mil seiscientas de cabrío, dos mil seiscientas de cerda y ciento catorce machos romos, propiedad del presbítero don Rodrigo de Nava159. Podemos hablar, pues, de una ganadería predominantemente estante, destinada a las labores del campo, a la alimentación y a la industria textil, que explota los ejidos, la dehesa del Concejo (Cañada Luenga), las que pudiesen existir en los cortijos, otras comunales y el monte bajo ateniéndose a la estricta normativa de los fueros y a las 159 Cam pos y Cam arero (1994), p. 79. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 100 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ prerrogativas de La Mesta160. 2.2.6.3. Artesanía e industria La artesanía y la industria se constituyen como las actividades de mayor importancia desde el punto de vista económico y social por su volumen y por el número de personas que ocupa: AÑOS _______________ 1603-1605 1627 1642 1673 1695-1699 4 3 4 4 PROFESIONES ADOBADORES DE SILLAS 1 ALADREROS 4 ALAMINES ALBAÑILES ALBARDONEROS 1 22 26 14 6 19 7 3 6 1 3 2 2 ALPARGATEROS AMASADORES 9 1 ARCABUCEROS 1 1 ARNEREROS ASERRADORES 1 1 1 ATAHARREROS 2 4 4 1 7 BALLESTEROS 1 BATANEROS 2 BONETEROS BORDADORES 1 2 1 BOTEROS 2 1 BOTONEROS 1 2 CALCETEROS 3 3 CALDEREROS 5 7 6 1 CANASTEROS CANTEROS CARDADORES 1 1 8 8 6 3 13 7 10 4 160 14 Todo lo relativo a la agricultura y ganadería de la Baja Edad Media ha sido m agníficam ente estudiado por la profesora Parejo Delgado [(1988), pp. 85-111]. A esta obra rem itim os para un m ás profundo conocim iento de estas fuentes económ icas por lo que tienen de precedente y de continuidad sobre las del XVII. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 101 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ AÑOS _______________ 1603-1605 1627 1642 1673 1695-1699 CARPINTEROS 16 17 13 2 5 CEDACEROS 2 1 2 1 1 CEREROS 2 1 1 1 CERRAJEROS 5 3 2 3 2 CESTEROS 2 CINTEROS 2 9 4 1 3 PROFESIONES COLETEROS 3 CORDONEROS 24 28 CUCHILLEROS 7 3 CURTIDORES 8 8 CHAPINEROS 1 1 EMPEDRADORES 1 ENTALLADORES 21 2 5 2 ESCOBEROS 1 3 2 ESCRITORES DE LIBROS 1 1 ESCULTORES 1 ESPADEROS 1 5 3 ESPARTEROS 7 6 8 2 1 5 ESPITALEROS FRENEROS 3 1 1 FUNDIDORES 1 GUANTEROS 1 GUITARREROS 1 HERRADORES 8 5 9 2 3 HERREROS 7 8 6 4 3 HORNEROS 27 19 15 12 12 JABONEROS 5 3 1 LABRANTES LENCEROS 2 1 2 6 2 MADEREROS 2 MAESTROS DE MADERA 1 MAESTROS DE MOLINO 1 MOLEROS 1 MOLINEROS 15 4 1 19 16 Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 102 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ AÑOS _______________ 1603-1605 1627 1642 4 3 2 1673 1695-1699 PROFESIONES ODREROS OFICIALES 5 OFICIALES DEL BARRO 4 33 14 OFICIALES DE LA CARDA 1 5 1 OFICIALES DE LO PARDO 1 OFICIALES DE TAFETÁN 1 OFICIALES DE LO VERDE 1 OFICIALES DE ZAPATERÍA 1 2 2 3 12 16 4 17 1 OLLEROS PANADEROS 5 20 PANILLEROS 3 PASAMANEROS 1 PASTELEROS 1 PEONES DE ALBAÑILERÍA 1 1 1 3 2 4 PINTORES 6 5 PLATEROS 3 1 POCEROS 2 POLVORISTAS 1 REGUEROS 1 RIPEROS 1 2 2 2 3 2 1 SALINEROS 2 SASTRES 53 SEDEROS 3 SILLEROS 67 37 17 14 1 1 1 2 1 1 5 12 1 1 SOMBREREROS 4 3 4 TABLEROS 3 2 1 TEJEDORES 3 9 17 TEJEDORES DE MANTELES 4 TEJEDORES DE PAÑOS 7 11 4 TEJEDORES DE TAFETÁN 14 19 1 TEJEDORES TELA DE CEDAZO 1 TEJEROS 3 3 1 TINAJEROS 2 3 TINTOREROS 3 3 3 Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 1 103 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ AÑOS _______________ 1603-1605 1627 1642 1673 1695-1699 1 4 PROFESIONES TOGUEROS 1 TORCEDORES DE SEDA 2 2 1 TORNEROS 3 3 2 TUNDIDORES 7 5 4 TURRONEROS 1 3 VELEROS 1 2 VIDRIADEROS 2 VIDRIEROS 1 1 YESEROS 8 8 6 30 48 34 5 ZAPATEROS DE CORREA 2 ZAPATEROS OBRA VIEJA 9 14 ZURRADORES 2 1 TOTALES _________________________ 406 ____________ 496 ____________ PORCENTAJE SOBRE EL NÚMERO DE VECINOS 10'49% 14'04% 1 30 VIOLEROS ZAPATEROS 2 4 19 20 1 1 1 330 ____________ 127 ___________ 258 ____________ 11'87% 4'61% 14'12% Aun con la aclaración previa, ya hecha por otro lado, de que en este sector económico es complicado distinguir en muchas ocasiones lo que son productores de lo que son vendedores (hecho que nos introduciría en el sector terciario), es evidente que por números globales y por porcentajes, la artesanía y la industria, como apuntábamos al principio del apartado, son sin ningún tipo de duda las actividades económicas más prósperas de la ciudad. Analizando el cuadro precedente, se observa que las actividades en él encuadradas se mantuvieron de forma estable a lo largo del siglo con porcentajes siempre superiores al diez por ciento, salvo en el año 1673 del que en varias ocasiones hemos apuntado que supone la cresta de una fuerte crisis. Así pues, junto a la economía agraria existe otra artesana y manufacturera dedicada a la elaboración de aperos para la agricultura, a la manufactura de productos alimenticios, a la elaboración de artículos de vestido, a la construcción, al adorno..., que en contadas ocasiones (es el caso de la alfarería y de los tejidos) permitió la exportación de excedentes y siempre sustanciosos ingresos para las arcas municipales por los impuestos a ellas asociados. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 104 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ Independientemente del tratamiento especial que demos a los diversos aspectos que caracterizan los oficios relacionados directa o indirectamente con actividades artísticas en el capítulo dedicado a los artífices, ahora sería el momento de estudiar los que no tienen ese carácter aunque sólo sea intentando una clasificación y dando a conocer los rasgos mínimos de los más significativos en la vida ciudadana: a) Relacionados con la agricultura tendríamos: aladreros, albardoneros, arnereros, ataharreros, cedaceros, esparteros, freneros, herradores, herreros, poceros y regueros. Siendo los que se manifiestan como más importantes los de aladrero y albardonero y los de herrero y de herrador, que además se relacionan con la construcción y los transportes. b) Relacionados con la alimentación: amasadores (si lo entendemos como de la masa del pan), boteros, caldereros, canasteros, cesteros, cuchilleros, espitaleros, horneros, maestros de molino, moleros, molineros, odreros, oficiales de lo pardo y de los verde, olleros, panaderos, panilleros, pasteleros, salineros, tableros, tinajeros, turroneros, vidriaderos y vidrieros. Siendo los más numerosos e importantes los relacionados con la fabricación del pan y aquellos otros que manufacturan recipientes para usar en la transformación culinaria de los alimentos. c) Relacionados con la vida y ajuar domésticos: adobadores de sillas, boteros, caldereros, canasteros, carpinteros, cereros, cerrajeros, cesteros, cordoneros, cuchilleros, curtidores, escoberos, esparteros, espitaleros, herreros, jaboneros, maestros de molino, molineros, odreros, oficiales del barro, oficiales de lo pardo, oficiales de lo verde, olleros, panilleros, silleros, tejedores (en todas sus modalidades), tinajeros, tintoreros, torneros, veleros, vidriaderos y vidrieros. Siendo en este grupo la variedad, apropiada con el gran número de enseres y necesidades que exige una vivienda, la nota característica; d) Relacionados con el vestido y el adorno: alpargateros, bataneros, boneteros, bordadores, botoneros, calceteros, cardadores, cinteros, coleteros, cordoneros, curtidores, chapineros, guanteros, lenceros, oficiales de la carda, oficiales de tafetán, oficiales de zapatería, pasamaneros, plateros, sastres, sederos, sombrereros, tejedores, tintoreros, togueros, torcedores de seda, tundidores, zapateros (en todas sus modalidades). Siendo los cordoneros, sastres, tejedores y zapateros los gremios más prósperos a lo largo de todo el siglo. El de tejedores, especialmente, llega a producir para cubrir las necesidades de la población y para la exportación, aunque, en este caso, en progresiva decadencia por el cada vez menor número de efectivos y especialidades dedicados al oficio. e) Relacionados con la construcción: alamines, albañiles, aserradores, canteros, carpinteros, cerrajeros, empedradores, herreros, labrantes, madereros, maestros de madera, oficiales del barro, peones de albañilería, poceros, riperos, tejeros y yeseros. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 105 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ Siendo el de albañiles, junto con el de canteros, los gremios que se manifiestan de forma más intensa por ser sin duda las profesiones más directamente implicadas en la construcción. f) Relacionados con las manifestaciones artísticas: alamines, albañiles, alfareros, bordadores, canteros, carpinteros, cerrajeros, entalladores, escritores de libros, escultores, guitarreros, herreros, pintores, plateros, tejedores, torneros y violeros161. g) Relacionados con otros ámbitos: arcabuceros, ballesteros, espaderos y fundidores. En la totalidad de las actividades aquí reflejadas el papel desempeñado por los gremios y por los veedores de los distintos oficios, anualmente nombrados por el Concejo, fue vital. Los gremios, tentativa y realidad efectiva de organización del trabajo que pretendía prestigiar determinados oficios no muy bien considerados por la sociedad de la época, desempeñan, además de una serie de funciones que podíamos denominar asistenciales, otra económica suprimiendo competencias desleales, evitando intrusismos, garantizando la calidad profesional de sus miembros en los grados de aprendiz, oficial y maestro y la de los productos elaborados. Pero también suponen cierto grado de inmovilismo, de falta de competencia, de espíritu de iniciativa..., que a la larga acarrea una decadencia absoluta, la imposibilidad de crear una verdadera industria y el impedimento de competir con los productos extranjeros162. En el siglo XVII, además, aun cuando no dejan de existir y de crecer, entran en crisis (en el tema que nos interesa por la falta de límites claros entre los conceptos de artesano y artista y por el interés de éstos en desprenderse de las cargas fiscales a las que estaban sujetas sus obras) y pasan a depender completamente de los concejos que controlan los exámenes y los productos mediante la figura del veedor163. Los veedores, nombrados por sorteo entre los caballeros veinticuatros, son los encargados de comprobar y vigilar que las obras gremiales se ajusten a las ordenanzas 161 La m ayoría de estas especialidades se estudiarán m ás detenidam ente en el capítulo dedicado a los artífices, en el apartado de especialidades. 162 Recuérdese el gran núm ero de productos procedentes de otros países que aparecen en los inventarios de las tiendas ubetenses realizados a raíz de las m edidas tom adas contra el com ercio francés. 163 La dependencia de otras instancias se m anifiesta en la obligación por la que Juan de Barrionuevo y Juan de Alvarado, hijo del jurado Juan de Alvarado, por sí y en nom bre de Pedro Rodríguez y varios m ás, todos vecinos de Úbeda, se com prom eten a ir a Valladolid para pedir al Rey que los vecinos de Úbeda puedan teñir sus lanas en tinazos y tinajuelas, com o lo hacían los vecinos de Segovia, sin caer en pena alguna [A.H.M.Ú., F.P.N., Alonso Sánchez, 560, f. 211]. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 106 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ y a la ley164. Recordamos que en Úbeda (lo que nos da idea de los oficios que se consideraban más importantes) se nombraban para los tundidores, sastres, calceteros, espaderos, oficios del barro, teja y ladrillo, caldereros, sederos, tejedores de tafetanes, torcedores de seda, molineros de pan, zapateros, tejedores de lienzo, tejedores de paños, yeseros y molinos de aceite165. Quizá las causas de estos nombramientos, y no de otros, haya que buscarlas en razones diversas que irían desde la necesidad del control de los productos que se exportaban hasta la de garantizar la calidad de los materiales de construcción, pasando por la de los alimenticios166. 2.2.6.4. Comercio y transportes. Otros servicios Dentro del sector servicios también van a ser muchas las actividades desarrolladas y los efectivos humanos a ellas dedicadas: AÑOS _______________ 1603-1605 1627 1642 1673 1695-1699 2 2 4 1 2 PROFESIONES ABOGADOS ABRIDORES DE BALONAS 1 ABRIDORES DE CUELLOS 1 ACEITEROS 1 AGUADORES 3 AGUALOJEROS 1 6 1 2 1 164 Sirva com o ejem plo la dem anda interpuesta por un grupo de alfareros en 1631 en razón de los abusos que sobre ellos com etían los alguaciles diciendo que no hacía la labor com o debían [A.H.M.Ú., F.M., Miguel Hidalgo, 1.072, s.f.]. 165 Se recordará, que estos oficios concejiles se presentaron al hablar del gobierno m unicipal y de los servicios y organización de la vida local. Ahora querem os destacar que son m uy significativos para com prender la afirm ación hecha sobre la decadencia de la econom ía local y de los propios grem ios. Así, m ientras que en las suertes de 1641 se nom bran quince veedores para quince oficios distintos, en las de 1690 sólo se realizan once por agruparse varios grem ios en un m ism o veedor (caso de los tejedores) o por la desaparición de algunos oficios (caso de los tundidores y de los yeseros). 166 La preocupación por producir artículos de buena calidad y el deseo de distinguirse de artesanos del m ism o oficio, que lógicam ente debió existir, se m anifiesta claram ente en el pleito que en 1612 el cuchillero Pedro de Bigara m antiene con su colega Alonso Díaz porque éste le copiaba en sus piezas una m arca que Pedro y su padre venían usando desde hacía m ás de cuarenta años [A.H.M.Ú., F.P.N., Blas González, 968, f. 68 (v)]. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 107 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ AÑOS _______________ 1603-1605 1627 1642 1673 1695-1699 PROFESIONES AGUANEVEROS 1 AGUARDENTEROS 3 ALCAIDES DE CÁRCEL 1 ALCALDES 2 2 1 1 ALCALDES MAYORES 1 ALFÉRECES 1 ALGUACILES 2 ALGUACILES MAYORES 1 4 1 3 2 ALGUACILES MAYOR CRUZADA 1 ALQUILADORES 1 AMAS DE PARIR 1 ARRENDADORES 7 ARRIEROS 17 ATOCHEROS 10 BOTICARIOS 12 17 11 29 30 1 2 3 3 CAPITANES 3 CARBONEROS 2 CARGADORES 1 CARGUEROS 5 CARRETEROS 3 CIRUJANOS 1 2 6 12 6 4 2 3 3 2 3 2 1 15 1 8 2 1 1 1 3 3 1 COCHEROS 1 1 1 CONFITEROS CONTADORES 1 1 CANTORES COMISARIOS 7 1 CAMPANEROS COCINEROS 1 1 BUHONEROS COBRADORES 14 3 BARQUEROS BEATAS 2 1 BALONEROS BARBEROS 10 1 1 Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 108 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ AÑOS _______________ 1603-1605 1627 1642 1673 1695-1699 2 1 PROFESIONES CORREDORES 1 CORREGIDORES 1 CORREOS 1 CORTADORES 5 2 CORTADORES DE CARNE 2 CRIADAS 1 CRIADOS 2 CURADORES 2 5 DEPOSITARIOS DE CRUZADA 1 DESOLLADORES 2 2 DESPENSEROS 1 2 DIPUTADOS 13 EMPAREDADAS 3 ENFERMEROS 3 1 ESCRIBANOS 17 21 3 4 11 12 14 6 2 ESCRIBANOS DE CABILDO 1 ESCRIBANOS DE MILLONES 1 ESCRIBANOS DE REALES 1 2 ESCRIBANOS DE RENTAS 1 ESCRIBANOS-SÍNDICOS 1 ESCRIBIENTES 1 3 ESCRIBIENTES DE CABILDO 1 ESCLAVOS 1 ESCUDEROS 1 4 ESPECIEROS 1 ESQUILADORES 1 FAMILIARES 2 1 3 FISCALES 2 2 1 1 FISCALES DE CRUZADA 1 FISCALES DEL VICARIO 1 FONTANEROS 1 GANCHEROS 4 GASTADORES 1 4 1 GRANADEROS 1 Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 109 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ AÑOS _______________ 1603-1605 1627 1642 1673 1695-1699 6 8 4 3 PROFESIONES HACEDORES 1 JURADOS 6 LIBREROS 1 MAESTROS 3 2 1 4 MAESTROS DE CAPILLA 2 1 1 2 MAYORDOMOS 1 5 MAYORDOMOS S.C. SALVADOR 3 1 MAYORDOMOS DE CIUDAD 1 MAYORDOMOS DE CONVENTOS 1 MÉDICOS 4 4 2 MEDIDORES 1 3 2 MEDIDORES DE PAN 1 1 1 MEDIDORES DE TIERRA 1 MENUDEROS 2 2 1 MERCADERES 8 11 4 2 1 28 4 4 3 3 2 MERCADERES DE LENCERÍA MERCEROS MERCHANTES 1 3 1 17 22 MERCHANTES DE GANADO 9 MERCHANTES DE VIDRIADO 1 10 MESONEROS 5 3 MILICIANOS MINISTRILES 22 3 5 4 MINISTROS 4 1 2 1 MOZOS DE ESCUADRA MOZOS DE MESÓN 1 1 MOZOS DE MONJAS 1 MÚSICOS 2 1 7 5 3 NOTARIOS 3 2 2 1 OFICIALES DE CARNICERÍA 1 ORGANISTAS 1 PERTIGUEROS 1 2 1 2 PORTEROS 3 1 2 2 PORTEROS DE LA CIUDAD 1 Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 110 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ AÑOS _______________ 1603-1605 1627 1642 1673 1695-1699 2 3 PROFESIONES PRECEPTORES DE GRAMÁTICA 1 PREGONEROS 1 PRESEROS 1 PROCURADORES 4 8 8 RECEPTORES DE PAPEL 1 REGIDORES 13 5 4 RELIGIOSAS 27 21 7 12 2 ROPEROS 3 SACRISTANES 6 SALUDADORES 4 7 8 1 SARGENTOS 1 SERVIDORES DE MONJAS 1 SÍNDICOS 1 1 SÍNDICOS-JURADOS 1 1 SIRVIENTES 8 SOCHANTRES 1 1 SOLDADOS 2 5 TABERNEROS 5 TENDEROS 6 9 TERCEROS 1 TESOREROS 1 TRATANTES 11 13 1 TRATANTES DE GANADO 1 1 TRATANTES DE MERCADERÍA 1 TRATANTES DE PAÑOS 1 VEEDORES 1 VEINTICUATROS 4 VENDEDORES 9 10 5 4 2 1 TOTALES ___________________________ 308 ____________ 339 ____________ 220 ____________ 115 ___________ 120 ____________ PORCENTAJE SOBRE EL NÚMERO DE VECINOS 7'95% 9'59% 7'91% 4'18% 6'56% De importantes podemos considerar, sin duda, para comprender las funciones Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 111 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ típicamente urbanas de la ciudad los datos recogidos en la tabla anterior. Ahora bien, consideramos que la progresiva pérdida de estas funciones, acorde con la ruralización ya manifestada, es evidente en el continuado descenso que se aprecia en los totales y en los porcentajes desde el año 1627. Manifiestamente, los transportes y el comercio (directamente relacionados entre sí) se constituyen como los servicios más característicos fuera de los puramente políticos, administrativos, asistenciales y religiosos. Los escasos datos aportados sobre los caminos del término dejaban meridianamente claro que los existentes comunicaban la ciudad, además de con las localidades más cercanas, con dos entidades territoriales extracomarcales como eran el reino de Granada y el Levante167. También desconocemos la importancia que pudo llegar a tener el transporte fluvial de mercancías porque no son abundantes ni mucho menos suficientes las informaciones en este sentido. Eso sí, apuntan hacia el traslado de madera desde la sierra de Segura aprovechando el Guadalquivir y a la existencia de barcos en el mismo río y en el Guadalimar. La preocupación del Concejo por mantener en buen estado los caminos y los puentes, como el arrendamiento y mantenimiento del citado barco del Guadalquivir, dan testimonio de la importancia que se concedía a los caminos al ser el comercio una actividad fundamental para el abastecimiento y la economía de la ciudad por los productos alfareros y textiles que se exportaban. Dentro de la población, el comercio, regulado desde la Baja Edad Media168, debió desarrollarse en tres espacios y momentos: las tiendas, los mercados y las ferias. Las tiendas debieron ser frecuentemente talleres donde se confeccionaban y se comercializaban los productos o bien establecimientos donde simplemente se realizaban ventas de todo tipo de mercancías. Ya apuntamos que se extendieron preferentemente en zonas determinadas de la ciudad a lo largo de lo que podríamos llamar un eje comercial que comprendía las calles de la Cárcel, plaza de Abajo, plaza 167 Aunque m ás adelante aportarem os datos sobre la procedencia de algunas m ercancías que se vendían en Úbeda en el siglo XVII, ya las m edidas que se tom aban ante la am enaza de una epidem ia de peste nos aclaran que las procedentes de Levante y de Málaga debían ser las m ás corrientes por la especial preocupación que se tenía sobre esos lugares. Adem ás, la participación de Úbeda en derram as para las obras de puentes com o el de Córdoba y Andújar y de m uelles com o el de Málaga tam bién ponen de m anifiesto que la ciudad se beneficiaba de ellos y los utilizaba. 168 Parejo Delgado (1988), pp. 111-123. Este estudio resulta interesantísim o para conocer hasta qué punto se reglam entaba todo lo relativo con el com ercio: venta, precios, conservación, lugares de com ercialización... Lam entablem ente, al no conservarse las ordenanzas m unicipales del siglo XVII, desconocem os esos m ism os aspectos para este período. La suposición de la posibilidad de que algunas norm as fuesen para el XVII las m ism as que las de la Baja Edad Media, nos hace recom endar la lectura de este trabajo. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 112 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ del Mercado, Rúa, Real Viejo, plaza de Arriba, Mesones, Corredera, Rastro y Trinidad, aunque no faltaron en otros lugares pero con una ubicación mucho menos concentrada. Es precisamente en estas calles donde abunda una tipología de arquitectura doméstica conocida como «casas tiendas», es decir, aquéllas que destinaban las estancias de las plantas bajas a fines comerciales. En otros casos, generalmente cuando se trata de productos de primera necesidad (caso de la carne o del pan), se mantiene la existencia de establecimientos muy especializados que monopolizan el producto y que son estrechamente vigilados por las autoridades locales. Es el caso de las carnicerías, de las alhóndigas y de los pósitos. La tipología de las tiendas fue muy variada dependiendo del producto o de los productos que se comercializaban. La pista de las que pudieron existir nos la dan los mismos padrones y las profesiones que en ellos aparecen, junto con otra documentación. Carnicerías existieron dos, aunque en algunos momentos se vendió carne en el Rastro con gran preocupación por parte de las autoridades municipales al no poder cobrar sisas169. El pan, si bien es cierto que en Úbeda existió alhóndiga de la que existen muy escasas referencias170, es más que posible que se vendiese en los mismos hornos y en otros lugares en una costumbre que debió iniciarse en estos años para continuar en el siglo XVIII: «[...] no ay panaderías, porque los panaderos venden el pan en sus casas o en la plaza u otro qualquier parage de la Ciudad que eligen»171. Es decir, que aquí, aunque ya hayamos hablado de ellos en el sector secundario por lo que de transformación de materias primas tiene su trabajo, habría que volver a citar a los panaderos y hornos que hubo en la localidad. En esta ocasión por la comercialización que realizan de un artículo tan de primera necesidad para la alimentación de la época. Nada sabemos de la existencia de pescaderías aun conociendo que se vendía pescado y que de su sisa, como veremos, se costeaba la festividad del Corpus172. Sí, en cambio, existió pósito desde el siglo XVI con la doble función de almacenar y de vender trigo. 169 A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 11, f. 60 (v). 170 A.H.M.Ú., F.P.N., Miguel Hidalgo, 1.037, f. 165. Adem ás en el padrón de 1642 se la cita situada en la plaza del Mercado [A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 27/11]. 171 Cam pos y Cam arero (1994), p. 90. Se trata de parte de la respuesta dada a una de las preguntas del Catastro de Ensenada. 172 Sí conocem os en cam bio un rem ojadero de pescado para cuyo reparo se libra dinero en la sesión de Cabildo de 21 de agosto de 1609 [A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 7. f. 73 (v)]. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 113 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ Las especierías y las mercerías, asociadas en algunos casos en un mismo establecimiento, también debieron ser corrientes. Abundantes, en cambio, fueron las carbonerías, con cierta tendencia a agruparse en la plaza de Arriba y a estar regentadas por franceses. Las tabernas, aunque sólo aparezcan citados taberneros en el padrón de 1605 y aunque no sean propiamente tiendas, debieron existir a lo largo de todo el siglo, siendo las encargadas de vender un producto tan de primera necesidad y de gran consumo como el vino, que incluso se utiliza como forma de pago173. Sastrerías, zapaterías, sombrererías, cuchillerías, pastelerías, etc., tienen más el sentido, cuando aparecen, de talleres que de tiendas, aunque no dudamos de que la venta por encargo y la venta libre debió ser algo habitual en ellas. Relacionadas con el vestido, existieron infinidad de tiendas de tejidos, cordonería y paños tanto nacionales como extranjeros174. Con todo, por el número de merchantes y vendedores empadronados, pensamos que la venta más inestable del mercado y la ambulante debieron ser las mas corrientes para productos alimenticios y de menaje. Este es el caso, por ejemplo, del agua, del aceite, del aguardiente, que vimos al hablar de la colonia francesa, y de los productos hortícolas. Desconocemos hasta que punto se mantuvo durante el siglo XVII el antiguo mercado concedido para el viernes de cada semana por Fernando IV en 1259, ampliando el que se venía celebrando los jueves desde la concesión del Fuero de Úbeda,175 y el privilegio de 1467 en el que el príncipe don Alfonso, en recompensa a 173 Hasta qué punto esto es cierto lo verem os al hablar de los contratos de obras en los que se concertaba el pago m ediante este elem ento. 174 En 1674, a raíz de las m edidas que se tom an contra los franceses residentes en Úbeda y contra el com ercio galo, se realizan una serie de actuaciones en las tiendas para conocer, m ediante inventarios, qué m ercancías de aquel origen existían en ellos [A.H.M.Ú., F.M., D.D., 40/4]. Esto, nos ha perm itido conocer algunos de los productos franceses y de otras nacionalidades existentes en las tiendas de tejidos y en las quincallerías (en un núm ero total de diez) porque los com erciantes no sabían distinguir m uy bien los puntos de m anufactura y todo lo m ezclan, alegando, en varios casos, que lo que conocen es que proceden de los alm acenes de Granada, Antequera y Málaga y no el país de origen, aun cuando existían listados de lo que estaba prohibido com erciar. Algunas de las m ercancías que aparecen, copiadas literalm ente, son las siguiente: bayeta de Flandes, sem piterna, holandillas de algodón anchas y angostas, esparragones, bocadillos, m antos de anascote que llam an de Flandes, bretañas, Cam brai, estopillas de Cam brai, m orletes, presillas, bram ante fino, hilo de Flandes, crea leona, estam eña cosida a lo ancho que es de Inglaterra, lienzo crudo que llam an ginga, m edias de Ferm ai, cotonías blancas, hilo de Aroca, cam ellones, bom basíes sencillos y dobles, cristal, horm esíes de Italia, toca de reina, plata y oro falsos, clavos, pim ienta, gengibre, perlas falsas, abalorios, m edias, tijeras, paragones, etc. Para conocer el listado de los productos prohibidos, puede verse el apéndice docum ental nº 6. 175 A.H.M.Ú., F.M., S.D., 1/16. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 114 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ la fidelidad de la ciudad, concede un mercado franco los jueves, dejando libres a los mercaderes del pago de «[...] alcabalas en pan y vino y ganados y aceites y paños y cera y pescados frescos y salados y carnes vivas y muertas y frutas y otras cualesquier mercaderías que en ese día se vendiesen o cambiasen»176. Ahora bien, la existencia a lo largo de todo el siglo XVII en la toponimia de la colación de San Pablo de una plaza llamada del Mercado, nos habla sin ningún tipo de dudas de que se contó con un espacio público destinado a fines comerciales, utilizado corrientemente, pero en una progresiva decadencia177. Contó Úbeda con una feria anual en el mes de septiembre, en honor del patrón San Miguel, que comenzaba el mismo día 29 de septiembre y que, al parecer, se prolongaba hasta el 15 de octubre178. En ella se comerciaban determinados productos y ganados, pero desconocemos su alcance. Por tradición ha llegado hasta nuestros días un mercado de ganado asociado a esta celebración. El comercio a mayor escala y en ámbitos que no eran los estrictamente locales está documentado por la presencia de tratantes y de mercaderes en los diversos padrones. A la vista de ellos, los productos que entran en esta categoría son variados: ganados, lencería, paños, productos alfareros... La exportación de productos manufacturados en Úbeda primordialmente a otros lugares de Andalucía es un hecho claramente demostrable por los datos conservados, pero de nuevo nos resulta imposible medir su alcance exacto en cuanto a cantidades, frecuencia, totalidad de lugares y precios179. Que sepamos (y sirva como ejemplo en lo que son productos de barro blanco) se producen ventas en Albanchez de Úbeda, Villanueva del Arzobispo, Quesada, Ibros, Siles, Jimena, Beas de Segura, Baeza, Baena, Motril, Antequera, Vélez Málaga, Lucena, Montilla, Córdoba, Málaga y otra serie de lugares de los que desconocemos el nombre180. 176 Toral Peñaranda (1975), p. 109. 177 Pensam os esto porque en las respuestas del Catastro de Ensenada se dice literalm ente, al hablar del m ercado, que «[...] el que avía antiguam ente todos los jueves en la Plaza de este nom bre no se usa». [Cam pos y Cam arero (1994), p. 91]. 178 Así lo suponem os porque así aparece reflejado en el siglo XVIII en las respuestas del Catastro de Ensenada [Cam pos y Cam arero (1994), p. 91]. 179 Com o aproxim ación sirvan dos ejem plos que indican que los precios se m antuvieron estables: en 1608 Pedro de Sabiote vende a Miguel de Fuentes una carga m ayor de cuarenta y cuatro piezas por tres ducados [A.H.M.Ú., F.P.N., Miguel de Mérida, 1.118, f. 228]; en 1656 se com pran cuatro cargas de barro blanco por doscientos cincuenta reales [A.H.M.Ú., F.P.N., Andrés López de Medina, 1.168, f. 381]. 180 A.H.M.Ú., F.P.N. (entre otros protocolos) 477, f. 282; 528, f. 27; 554, f. 475; 645, f. 768; 745, f. 497; 750, f. 364; 813, f. 183; 868, f. 175; 890, f. 158; 946, f. 193 y 221; 947, f. 89; 1.118, f. 228; 1.122, Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 115 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ Manteniendo cierta relación con el comercio ya que en ellos se vendía la cebada181, pero quizá considerándolo mejor como un servicio autónomo, estarían los mesones. En este sentido, considerando la población de Úbeda y todos los aspectos de su vida oficial y cotidiana hasta ahora vistos, tendríamos que pensar que debieron ser más numerosos que los que hemos podido documentar: mesón de la Parra (1613)182; el mesón de la Fuente (1617), situado en la plaza de Santa María183; el mesón del León (1636), situado en la calle Mesones184; y una posada en el Despeñadero (1636), propiedad de Cristóbal Muñoz, Miguel Coronado, Andrés Polo y Juan de Hoces185. El Concejo interviene en el comercio controlándolo, regulándolo y fiscalizándolo mediante el nombramiento de oficiales o fieles (carnicerías, pescado, fruta, etc.) y de contrastes o almotacenes, con la existencia de unas ordenanzas municipales y con el cobro de ciertas cantidades por todas las ventas y transacciones mercantiles (alcabalas) y por el transporte de mercancías (almotacenías)186. En otro orden de cosas, dentro de distintos servicios que la ciudad ofrece, podríamos distinguir grupos como los relacionados con la sanidad, con la administración y con la hacienda, con la administración de justicia y con el orden público, con la educación, con la religión, con la milicia, con la alimentación, con el servicio doméstico y otros, minoritarios, de más difícil clasificación. En relación con la sanidad siempre existieron en Úbeda médicos, cirujanos, boticarios, barberos, amas de parir, enfermeros en un número proporcional al de habitantes, es decir, que en todas estas profesiones es manifiesto un descenso de efectivos acorde con el avance del siglo. Más abundantes son los profesionales, o mejor los funcionarios, que desempeñan labores administrativas, fiscales y judiciales. Es el caso de los escribanos en todas sus modalidades, de los diputados, de los jurados, de los alcaldes, de los alguaciles... f. 125; 1.167, f. 145; 1.168, f. 381; 1.193, f. 504; 1.237, f. 308. 181 Recuérdese com o en 1649 se cobraba una sisa de cuatro m aravedíes por celem ín de la cebada de m esones. 182 A.H.M.Ú., F.P.N., Pedro Rodríguez de Córdoba, 612, f. 205. 183 A.H.M.Ú., F.P.N., Juan Ruiz de Alcalá, 1.159, f. 113. 184 A.H.M.Ú., F.P.N., Pedro Fernández de Baena, 557, f. 172. 185 A.H.M.Ú., F.P.N., Pedro Fernández de Baena, 557, f. 349. 186 Rem itim os a las relaciones de suertes presentadas al hablar del gobierno m unicipal, que anualm ente se realizaban en una sesión del Cabildo previa a la festividad de San Miguel. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 116 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ La educación, aunque existente como veremos en el apartado siguiente, se descuidó o al menos no se le concedió una atención prioritaria: los maestros, posiblemente, fueron los empleados municipales que con mayor frecuencia dejaban de percibir sus salarios. El elevado número de beatas, religiosas, sacristanes, sochantres, maestros de capilla, músicos, campaneros, familiares de la Inquisición..., nos habla, para finalizar este apartado, del peso de lo religioso en la ciudad y en su vida cotidiana. 2.2.6.5. Otras actividades económicas No queremos dejar pasar por alto diversas actividades económicas, claramente documentadas en los padrones, en otra documentación y en la bibliografía histórica de la época, que debieron sobrepasar los límites de lo anecdótico o poco significativo. La primera de ellas, retomando de nuevo las palabras de Méndez Silva, sería las de las salinas. Según este autor, en 1645, existían seis con una producción de 1.600 fanegas anuales187. Dentro de las actividades primarias, en los padrones de repartimiento aparecen pescadores y cazadores en porcentajes pequeños pero estables a lo largo de todo el siglo. Suponemos que el producto de estas actividades no sería grande, pero sí importante para la alimentación. Para finalizar este sector, el hecho de que en el Catastro de Ensenada se cite la existencia de mil seiscientas colmenas188, nos hace suponer que en el siglo XVII fue una actividad económica más a añadir a las anteriores. De la minería casi nada podemos decir por su inexistencia. Sólo hemos encontrado una referencia (de forma tangencial en la portada de un protocolo notarial) sobre la existencia de una mina de plata en Cabra del Santo Cristo189. Sí son más abundantes las referencias a la existencia de canteras de yeso, de piedra y de barro en el término municipal: la de la fuente del Molino (de piedras de molino), la de la garganta de Casarrubia (de barro colorado), las de Cózar (en el camino de la casería del Deán), la honda del Despeñadero (de propiedad municipal), la alta del Despeñadero, las viejas del Despeñadero, la del cerro de los Zapateros (de 187 Méndez Silva (1645/1949), p. 1624. 188 Cam pos y Cam arero (1994), p. 78. 189 Se trata del protocolo nº 1.194, correspondiente al año 1653. Es decir, de unos pocos años antes de que esta villa se independizara de la jurisdicción de Úbeda. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 117 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ yeso), una de piedras de barbero...190. Con la referencia a un contrato para instalar una fábrica y estanco de pólvora cerramos este apartado191. 2.2.7. CULTURA 2.2.7.1. Educación Aun cuando en el siglo XVI Francisco de los Cobos en el marco del magno proyecto de la Sacra Capilla del Salvador dispone la creación, recogida en los estatutos fundacionales, de un «[...] Estudio General dentro de la dicha Ciudad de Úbeda al cual su Santidad (Paulo III en 1541), concedió todos los privilegios y prerrogativas concedidas e que se concedieren de aquí en adelante a los Estudios de Bolonia, París, Salamanca e Alcalá [...]»192, lo cierto es que por problemas presupuestarios a la muerte del fundador, ésta institución, con gran descontento de la ciudad193, no pudo llevarse completamente a buen fin por doña María de Mendoza, su mujer, y Úbeda se vio privada de la existencia de una universidad casi desde su origen, aunque se mantuvieron, al menos hasta 1634, dos cátedras de latín y retórica194. En lo que se refiere a la formación primaria, la educación en la Úbeda del siglo XVII se estructura en torno a un colegio de niños de titularidad municipal, al colegio de la Compañía de Jesús, a escasas actuaciones de carácter privado y a los aprendizajes de oficios que se realizan en los propios talleres artesanales. El colegio de primeras letras, que conocemos por las numerosas referencias que aparecen en los libros de actas capitulares y en otras series documentales, aunque en ninguna de ellas queda clara de forma determinante su ubicación porque generalmente se limitan a denunciar el mal estado de las instalaciones y los continuos retrasos en el 190 A.H.M.Ú., F.P.N., 1.120, f. 84; 1.129, f. 92; 1.248, f. 121; 609, f. 50; 653, f. 65; 707, f. 195; 708, f. 270; 1.114, f. 12. 191 A.H.M.Ú., F.P.N., Rodrigo de Jerica, 1.087, f. 471. 192 Cam pos Ruiz (1918-1919), p. 305. Se trata de una copia literal de los estatutos sobre un original conservado en el archivo de la Sacra Capilla. 193 Ante la petición en 1580 de doña María de Mendoza a Gregorio XIII rogándole la exim a de la creación del estudio, el personero Diego Góm ez dirige una airada protesta contra ello alegando que no sean tantos los gastos en ornato y capellanes y el bien que sería para la ciudad la existencia de una universidad. El escrito com pleto se transcribe, del original conservado en el A.D.M., S.S., 15/30, en Moreno Mendoza (1993), pp. 175-176. 194 A.D.M., S.S., 8/4. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 118 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ pago de los honorarios de los maestros, fue el único establecimiento educativo hasta la fundación del colegio de la Compañía. Sobre sus orígenes, apunta Ruiz Prieto que en el año 1551, don Diego de Guzmán, presbítero, compró a Diego Ruiz de Valdivia y Catalina Alonso, su mujer, unas casas en la parroquia de Santa María con la intención de que fuese destinadas a colegio, haciendo una serie de reformas necesarias para la nueva función. El mismo don Diego con el doctor don Gaspar de Loarte se constituyeron en patronos del Colegio con las condiciones y facultades que se consignaron en la escritura de fundación hecha en Úbeda el 23 de septiembre del citado año. De igual forma, Paulo IV concedió por su bula de 25 de enero de 1556, la unión de este colegio de niños, casa de huérfanos y hospital, al de Roma. En el mismo año el licenciado Bartolomé Ibáñez, que enseñaba a leer y escribir, expuso al Cabildo que había pedido al Papa una bula para que concediese jubileos a los bienhechores del Colegio, y que era menester formar una cofradía para recoger niños y niñas huérfanos, pobres y desamparados y enseñarles doctrina, a leer, a escribir y que no anduviesen pidiendo limosna. Por estos mismos años don Diego López Messía, caballero de la orden de Santiago, dona ««[...] irrevocable para siempre jamás [...]» una renta de 3.050 maravedíes en cinco censos de que era poseedor. Era prior el licenciado Bartolomé Álvarez. Otros muchos legados hubo en este siglo y el siguiente e incluso las parroquias contribuían con cantidades anuales en trigo y dinero. También los reyes autorizaban pensiones y aumentos de las mismas a los maestros, a petición de la ciudad195. Partiendo de las palabras de Ruiz Prieto y de los datos aparecidos en otras fuentes primarias parece claro que el Colegio estuvo situado en la colación de Santa María y que se costeaba por donativos, por rentas propias y por asignaciones municipales para el pago de los maestros y los reparos del edificio. En este sentido son significativas dos aportaciones documentales: la primera es un inventario de censos y otras rentas correspondiente al año 1611: un censo de 10.000 maravedíes de Juana de Ortega, viuda de Esteban Sánchez, de Torreperogil, que paga el vecino de Úbeda Juan de Anguís; otro de 10.500 maravedíes de Pedro de Baena, oficial del Barro, y de su mujer, Catalina de Molina, que paga Miguel Fernández; un tercero de 11.250 maravedíes del cordonero Antón García, que paga Cristóbal Redondo, clérigo, su hijo; otro de 7.500 maravedíes de Gil García y María Sánchez, de Torreperogil, que paga Juan Casares; un quinto de 5.000 maravedíes de Alonso de Soto y su mujer, de Torreperogil; otro de 10.000 maravedíes de Bartolomé de Olmedo, que es el que vendió Simón de Molina al Colegio; dos fanegas de trigo al 195 Ruiz Prieto (1906/1982), pp. 526-527. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 119 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ año de los herederos de Pedro López de Almendros; y una escritura de demanda que al Colegio y maestros hizo doña Catalina Chirinos por la que se cobraban veintiún ducados al año para los salarios de éstos196; la segunda, un escrito de 11 de noviembre de 1616 en el que los maestros del Colegio Juan Francisco de Aguirre y Francisco López de Moya declaran darse por contentos con el pago de sus salarios (20.000 maravedíes el primero y 10.000 el segundo) procedentes de la renta de la almotacenería mayor, concedida a Bartolomé Hurtado, comprometiéndose a no solicitarlos a la ciudad197. Ahora bien, el hecho de que los salarios de los maestros se proveyera de la renta de la almotacenería mayor no garantiza la regularidad del pago al estar ésta embargada en numerosas ocasiones. Así se nos da a entender en tres petición de distintos maestros de los años 1666, 1679 y 1692. En la primera Cristóbal Fernández Galindo nos habla de 1.225 reales; en la segunda Salvador de Cantos reclama parte de los mil reales que se le debían; y en la tercera, de forma desesperada, Cristóbal Fernández Galindo pide se le paguen los 110 reales que se le deben o que se le permita buscar otra ocupación por la autentica necesidad que padece198. De los reparos del edificio se encarga el propio Concejo, siempre que hubiese fondos, a través de los informes que ordenan hacer los comisarios a los alamines de edificios. Las referencias en este sentido son innumerables y abarcan todo el siglo pero serán expuestas en el capítulo dedicado a las realizaciones. Ahora sí nos interesa destacar, por lo que nos dice sobre las estancias que lo componían, una libranza de dinero, aprobada en la sesión de 22 de febrero de 1611, para las obras del Colegio y de su capilla199. El número e maestros que aparecen en los padrones nunca es demasiado alto: tres en 1605 (Cristóbal Fernández, en la calle de las Gradas, Pedro Ruiz, en la calle Trinidad, y Juan de Tobar, en el Real Viejo); dos en 1627 (Francisco López, en la calle Alaminos, y Cristóbal Fernández de la Cruz, en la calle de las Gradas); uno en 1642 (Campos, en la calle San Jorge); cuatro en 1673 (Bernabé Galindo, en el Real Viejo, Salvador de Cantos, en la calle Trinidad, Copado, en la calle Cobatillas, y uno sin identificar en el Puerto del Queso); y 3 a finales de siglo (Cristóbal Fernández Galindo, en el Real Viejo, y Juan de Hita y Alonso de Robredillo en Las Peñuelas); pero ello no 196 A.H.M.Ú., F.P.N., Jorge de Biedm a, 616, f. 9. 197 A.H.M.Ú., F.P.N., Andrés López de las Vacas, 609, f. 83. 198 A.H.M.Ú., F.M., D.D., 35/11. 199 A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 7, F. 420 (v). Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 120 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ quiere decir que todos impartiesen sus lecciones en este Colegio. Pensamos que además de los que trabajaran en él debieron existir otros maestros que ejercieran su profesión de forma independiente en distintos lugares de la ciudad, posiblemente mediante contratos de aprendizaje para leer, escribir y contar200. Lo que sí parece cierto es que el Colegio debió de estar en el Real Viejo por el número de maestros empadronados en esa calle, y que los apellidados Galindo o Fernández Galindo constituyen una auténtica dinastía de profesionales dedicados a la enseñanza durante todo el siglo, como demuestran las demandas presentadas al Cabildo reclamando el pago de los atrasos por personas que lo ostentan201. En lo que se refiere a la organización, al plan de estudios, al número de alumnos, a la elección de los maestros y al control que sobre ellos se ejercía, son reveladores, aunque insuficientes, una serie de datos que sobre estos aspectos hemos encontrado. Por la lectura de la toma de posesión como rector que por dos años realiza el clérigo Andrés Jacinto Ruiz el 11 de febrero de 1611, el Colegio debía estar regido por esta figura. En esta ocasión, en un pliego de condiciones escrito y firmado de su puño y letra, se compromete a cuidar que los maestros cumplan con su obligación y enseñen con caridad y amor de Dios, a que no se discrimine al rico del pobre, a no excusar que hubiese «[...] saculiñas [...]», a asistir media hora al día y una tarde a la semana para visitar a todos los niños y ver si aprovechaban en leer, escribir y contar y si los pequeños entendían la doctrina cristiana, y a no permitir que los maestros viviesen en la casa del rector202. Sobre el número de alumnos sólo conocemos que en 1666 había mas de doscientos a cargo de dos maestros de los que uno siempre eran considerado como principal203. Documento curioso por lo que nos aclara del nombramiento, incompatibilidades y cese de los maestros, es uno de 29 de enero de 1615 en el que se obliga a Cristóbal Hernández de la Cruz a abandonar su puesto y a renunciar a su salario de 20.000 maravedíes anuales por «[...] tener otros asuntos [...]». En el mismo, se sugiere darle el puesto a Francisco de Aguirre por dos motivos: que había estudiado en el propio 200 Contratos de este tipo aparece, al m enos, en el siglo XVI. 201 No presentam os las referencias de estas dem andas por lo num erosas que son y porque para com probarlo basta con ojear cualquiera de los libros de actas de Cabildo. Parece ser que adem ás del sueldo, según consta en la sesión de 20 de febrero de 1683, tam bién se pagaba la vivienda [A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 29, f. 142 (v)]. 202 A.H.M.Ú., F.P.N., Jorge de Biedm a, 616, f. 12. 203 A.H.M.Ú., F.M., D.D., 35/11. Se trata de una reclam ación de salario por parte de Cristóbal Fernández Galindo. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 121 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ Colegio y que lo niños ya le habían elegido como maestro204. Lo que podíamos llamar «línea pedagógica» era, en parte, misión de los comisarios: en el cabildo de 26 de septiembre de 1670 don Alonso de la Cueva se queja airadamente del incumplimiento del trabajo del maestro Galindo por que enseñaba a jugar a los niños...205. Sobre el colegio de la Compañía, anejo al convento de Santa Catalina de la misma orden, el estudio más completo realizado (en el que nos centraremos para nuestra exposición) es el del padre jesuita Leonardo Molina García, basando principalmente en tres obras manuscritas: Historia de la Compañía de Jesús en la provincia de Andalucía del P. Juan de Santisteban, Historia de la Compañía de Jesús en la provincia de Andalucía de Martín de Roa y una anónima Historia del colegio de Úbeda206. Aunque la presencia de los jesuitas en Úbeda es anterior, el colegio parece ser que comienza a funcionar en el mes de septiembre de 1636 (año en que don Juan de Monsalve y Sanmartín dona su herencia para dotarlo y el Concejo da tierras de La Iruela con el requisito de que se mantuviesen las escuelas de primeras letras: leer, escribir, contar y doctrina cristiana, con gran júbilo por parte de la población y recelos de Baeza que ya contaba con uno207. Era rector el padre Feliciano de Figueroa. Los primeros profesores: el toledano Sebastián Romero de Quesada y el malagueño Pedro Morejón de Casares encargados de dos clases de latinidad, junto con un prefecto de estudios, se ocupan de las nuevas clases de gramática para muchachos, no para niños, pues San Ignacio no quería colegios para éstos salvo en muy contadas ocasiones de las que una debió ser Úbeda. Es de suponer que el calendario, el plan de estudios y las líneas metodológicas, de acuerdo con la Ratio Studiorum208, fuesen semejantes a los de otros colegios. Las clases se desarrollaban de septiembre a julio, con vacaciones en Navidad, 204 A.H.M.Ú., F.P.N., Andrés López de las Vacas, 609, f. 7 (v). Se trata de un inform e de los com isarios del Colegio sobre los asuntos citados. En las Constituciones Sinodales del obispo Moscoso se determ ina (libro I, título I, capítulo V) que los m aestros de gram ática o de escuela debían exam inarse de doctrina cristiana adem ás de ser de probada virtud y suficiencia [Moscoso y Sandoval (1626/1787), f. 6 (v)]. 205 A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 24, f. 238 (v). 206 Molina García (1990-1991). 207 Nos consta que en 1638 aún se realizan donaciones para este fin [A.H.M.Ú., F.P.N., Salvador Garcés, 1.423, f. 279]. 208 Gil (1992). Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 122 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ Carnaval, Semana Santa, Pascua y Pentecostés. Los jueves por la tarde descansan los alumnos de los cursos inferiores y todo el día los de los superiores. En cuanto a los niveles educativos, posiblemente solo existieron los dos primeros (y quizá no completos) de los tres en los que se organizaban: a) Aulas de leer y escribir con varios grados: los que sólo conocen el alfabeto; los que comienzan a unir las letras; los que comienzan a leer palabras; los que escriben el alfabeto, a los que se les enseñará el Padre Nuestro, Credo, Salve...; los que leen de corrido y escriben seguido las líneas; y los que leen latín rudimentariamente y aprende de memoria la doctrina cristiana. b) Estudios inferiores (cinco años): tres de gramática, uno de humanidades y uno de retórica. c) Estudios superiores (tres años): uno de lógica y matemática, uno de física y ética y uno de metafísica, psicología y matemáticas superiores. Las líneas metodológicas básicas se basaban en «[...] tres fases sucesivas. La primera corresponde al profesor que facilita el aprendizaje con la preparación y exposición de la lección. En la segunda el alumno trabaja para asimilar lo explicado. La tercera, supone el encuentro del maestro y el estudiante en esta relación triangular mediante la utilización de determinadas técnicas que permiten analizar, aplicar y crear con el apoyo, la orientación y la confianza del profesor en el trabajo personal de su alumno»209. Es decir, tres momentos que se autoimplican: prelección o variedad de métodos para la explicación, repetición y aplicación en ejercicios prácticos; con la utilización de técnicas y recursos muy novedosos: debates con moderador, horas reducidas de estudio, utilización de los sábados para repasar, exámenes con utilización de libros, celebración de concursos, representaciones teatrales, uso de la biblioteca, etc. Lo cierto es que el colegio prosperó y que a los pocos años de su puesta en funcionamiento los alumnos procedentes de Úbeda son alabados por su preparación en el vecino colegio de Baeza donde continuaban estudios de retórica210. Asociado a las propias calamidades por las que pasa la ciudad, se mantuvo activo hasta 1767 en que los jesuitas son expulsados. En otro orden de asuntos, la adquisición de aprendizajes especiales, que no son los puramente profesionales, también se regula en contratos firmados ante notario. Así, 209 Gil (1992), p. 50. 210 No queda suficientem ente claro qué tipo de alum nos atendió este colegio. Es de suponer que a las aulas de lectura y escritura sí acudiesen de todos los grupos sociales (m ás cuando el Concejo contribuía a su m antenim iento) pero en los estudios m edios difícilm ente las clases m ás desfavorecidas tendrían posibilidad de continuar estudios. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 123 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ como ejemplos, un contrato de 1611 por el que el carpintero Bernardino de la Torre pone a su hija Juana Martínez, de nueve años, a aprender canto llano con Miguel Pascual por un período de dos años a nueve ducados anuales211 o la existencia de un una escuela de canto en la Sacra Capilla del Salvador al menos desde 1576212. Con todo, a la vista del gran numero de analfabetos con que nos encontramos en los contratos de obra y en cualquier otro tipo de escritura, la educación en la Úbeda del XVII no puede ni debe ser considerada de forma diferente a la de otros lugares del Reino en el mismo período. 2.2.7.2. Cultura Un acercamiento a la vida cultural de Úbeda en el siglo XVII supone cierto grado de frustración por los escasísimos datos que sobre ella aportan los documentos de la época. Quizá por la falta de interés, quizá porque realmente las manifestaciones no fueron abundantes, quizá, simplemente, porque se han conservado pocos documentos; lo cierto es que salvo en el caso de las manifestaciones culturales de carácter religioso y alguna otra de carácter profano como el teatro, los toros, la música y la danza (asociadas por otro lado casi siempre a lo religioso), son muy escasos los vestigios llegados a nuestros días. El teatro, entre todas las manifestaciones, sí debió alcanzar cierto esplendor y cotidianidad porque en un ámbito poco documentado, como hemos dicho, un número aceptable de referencias conservadas permiten reconstruir la vida teatral de la ciudad en lo referente a la existencia de corrales de comedias y de compañías locales estables y a la certeza de que Úbeda fue lugar de encuentro y de representaciones asiduas por parte de compañías foráneas al hilo del esplendor que se produce de esta manifestación artística en el Barroco y en la Contrarreforma. Las primeras referencia que conocemos sobre los lugares en los que se realizaban representaciones teatrales pertenecen al siglo XVI y son concretamente dos: la ermita de Santa Catalina y una casa en las cercanías de la actual plaza del Ayuntamiento. En el primero de los casos la pista se nos ofrece gracias al pleito mantenido por los jesuitas con la cofradía de Santa Catalina para la instalación de su colegio, que 211 A.H.M.Ú., F.P.N., Alonso Góm ez, 931, f. 221. 212 A.H.M.Ú., F.P.N., Alonso Martínez de Arellano, 49, f. CCVII. Se trata de un contrato de aprendizaje por el que un niño de nueve años habría de aprender durante ocho, canto llano, de órgano y de m úsica al m ism o tiem po que vive en la propia iglesia. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 124 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ finalmente se consigue213, en el lugar ocupado por la ermita de la misma advocación y, más concretamente, en el pliego de alegaciones que se presentan ante el obispo Sarmiento para que decidiera. En él los jesuitas aducen que la ermita llevaba cerrada varios años y que sólo celebraba culto en fechas muy señaladas; que el santero vendía, junto a su mujer, afeites, ruecas y otros objetos que fabricaban; y que, además, permitían que en el interior de la ermita se celebraban, previo pago de una entrada, espectáculos de juglares como volatines o retablos214. Más interesante quizá, por lo que supone ya de un lugar pensado expresamente para representaciones teatrales, es el contrato subscrito en 1595 entre Juan de Rivera y Luis Hernández en el que el primero arrendaba al segundo el derecho de paso y uso de un portal en la entrada de su vivienda, para permitir que por él las mujeres pudiesen acceder a la galería del patio de comedias como para que los cómicos pudiesen cambiarse; concediéndose, además, el permiso para que un muro de la casa, frontero con el patio, se pudiesen construir tres balcones para que las mujeres pudiesen seguir las representaciones. Por los límites de la propiedad, el patio de comedias pudo estar situado en alguna vivienda de la zona de las actuales plazas del Ayuntamiento y de López Almagro o en la calle Lorenzo Soto215. Ya en el siglo XVII, concretamente el 31 de octubre de 1610, de nuevo Luis Hernández, declarándose calcetero y vecino de Úbeda en la calle de las Armas, se nos presenta como propietario de un corral y parte de una casa que estaba labrada para comedias en la Corredera. Ya con licencia real, conocemos que está obligado a abonar una limosna estipulada, por cada función, como ayuda a los niños expósitos; y que en el corral no solo se representaban comedias, sino también regocijos como volatines, títeres, juegos de manos, voladores y muestras de fieras y bestias216. Finalmente, en lo que se refiere a los locales de representación, en la sesión del Cabildo de 5 de febrero de 1611, se presenta una Real Provisión por parte de los hermanos del hospital de Nuestro Señor Jesucristo, de la Orden de San Juan de Dios, 213 A.H.M.Ú., F.P.N., Antón de Cazorla, 33, f. CXXVI. Se trata de la concordia (1582) entre la Com pañía de Jesús y la cofradía de Santa Catalina por la que ésta cede la erm ita a aquélla con la condición de m antener la advocación, de celebrar la fiesta de la Santa y de perm itir que la propia cofradía realizara tam bién la suya según era costum bre. 214 A.H.M.Ú., F.J., 46/13. 215 A.H.M.Ú., F.P.N., Miguel de Mérida, 164, f. CCCLVIII (v). Luis Hernández piensa y actúa com o un autentico em presario en 1596 al conceder un poder al m adrileño Gaitán Aristoi para solicitar licencia real para poder realizar representaciones teatrales en este local [A.H.M.Ú., F.P.N., Miguel de Mérida, 29, f. 80]. 216 A.H.M.Ú., F.P.N., Alonso Sánchez, 1.176, f. 566 (v) y 578. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 125 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ por la que se reconoce que venían haciendo representaciones de comedias en el propio convento y por la que se les autorizaba a continuar con ellas. El Concejo, ante ello, también les autoriza a utilizar sus dependencias, presumiblemente el claustro, para representar comedias porque las recaudaciones se utilizaban con fines benéficos y porque el lugar reunía las condiciones necesarias de bondad, comodidad y decencia, ya que hombres y mujeres, tanto caballeros como los demás, tenían diferentes puestos y entradas y permanecían sin juntarse una vez dentro217. A la vista de estos documentos, podemos afirmar que Úbeda no sólo contó con lugares apropiados para realizar representaciones teatrales sino que además estos resultaban ser idóneos para la mentalidad de la época. Y es que, en efecto, los corrales de comedias se estructuraban atendiendo a una marcada jerarquización y utilización de los espacios según el sexo y la condición social, distinguiendo zonas reservadas a los caballeros y a la gente del Común y a las mujeres y a los hombres desde el mismo momento de la entrada218. La presencia de compañías estables en la propia ciudad podemos inferirla de un único documento, pero muy significativo. Se trata de un contrato del 23 de marzo de 1611 por el que Alejo Guijarro, vecino de la calle de los Molinos, se compromete con los comisarios del Corpus a la representación de una comedia el día 2 de junio, celebración de la festividad, por 26 ducados. El compromiso se concreta, además, en una representación previa ante los justicias y caballeros veinticuatros a mediados del mes de mayo219. Además de compañías, también sabemos de autores de comedias residentes en Úbeda. Es el caso de Francisco Fernández Galindo, que el 13 de noviembre de 1622 entrega, en nombre de Juan Sevillano, vecino de Jaén, 630 reales a Francisco Jiménez de la Estrella, vecino de la misma ciudad, como pago de una deuda220. Más numerosas son las referencia que nos indican la presencia de compañías de comedias actuando en Úbeda, pero procedentes de otros lugares, posiblemente por estar en el camino de ciudades más importantes como Granada, Córdoba, Sevilla y Madrid, pero también por la propia importancia y entidad de la ciudad y del público 217 A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 6, f. 414. 218 El patio, la cazuela, los bancos y las gradas eran localidades destinadas a las clases populares; el desván o tertulia, a los doctos; los aposentos o rejas, a las clases distinguidas; y las oficiales, a las autoridades. 219 A.H.M.Ú., F.P.N., Jorge de Ventaja, 616, f. 13. 220 A.H.M .Ú., F.P.N., Blas González de Asarta, 541, f. 442. Por la coincidencia del nom bre es posible que este Francisco Fernández Galindo esté em parentado con los m aestros del m ism o apellido de los que hem os hablado en el apartado de educación. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 126 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ asistente. Como documentos de interés, entre otros varios, vamos a destacar sólo cuatro por la información que contienen alrededor del mundo del teatro: un reconocimiento de deuda (1608) por parte del autor de comedias Alonso de Heredia, que da pie a la realización de un completísimo inventario de los enseres de la compañía; la contratación (1636) de todos los componentes de una compañía de comedias por parte de Francisco Pinelo; la carta de pago (1639) que acepta el autor de comedias de Madrid Juan Bautista de Espínola por una representación hecha en Baeza; y el contrato de la compañía de Agustín Coronel para las fiestas del Corpus de 1643. El 18 de agosto de 1608, ante la deuda de 5.470 reales que Alonso de Heredia, autor de comedias vecino de Madrid, mantiene con Juan de la Cruz, vecino de Sanlúcar, se realiza en Úbeda un inventario de los bienes de la compañía (suponemos que porque había actuado en la ciudad o porque en ella el reclamante de la deuda pudo localizarla) que nos permite conocer el gran número de enseres que componían el vestuario y tramoya de las compañías de comedias del siglo XVII: sayos, ropas, capas, reposteros, sombreros, caperuzas, coletos, pelucas, calzones, vestidos, gorras, jubones, chapines, basquiñas, mantos, joyas, objetos de plata, etc.221 Este documento ratifica, además, la certeza de que las compañías de comedias, incluso las de la legua, eran tremendamente cuidadosas en los detalles escénicos de sus representaciones buscando el máximo realismo. Más curiosos aún son, para conocer de qué manera estaba formada una compañía, una serie de documentos fechados en febrero de 1636 por los que Francisco Pinelo, autor de comedias (también aparece su mujer Inés de Hita con la misma categoría), contrata a toda una compañía por el período de un año al haber cumplido, suponemos, sus contratos anteriores durante la estancia en Úbeda de la misma. En concreto contrata a Gregorio de Ayala, para el gracioso de entremeses, comedias y bailes; a Diego Gasco, para lo que ordenare el autor; a Atanasio de Góngora, para primeros y segundos papeles; a Francisco López, para la música; a Alonso Jiménez, para representar, cantar y lo demás; a Francisco de Olmedo, como apuntador; y a Damián Espinosa y Elvira de la Gasca, su mujer, para actuar, cantar y bailar222. Con la misma fecha, Pinelo da su poder a Damián Espinosa y a Elvira de la Gasca para ir a Madrid y concertar obras para la festividad del Corpus, allí o donde fuere 221 A.H.M.Ú., F.P.N., Juan de Cotillas, 763, f. 394 y ss. En el docum ento aparece María de Rojas com o m ujer de Alonso de Heredia. El inventario com pleto de los cuatro arcones en los que se guardaban la totalidad de enseres y objetos puede verse en el apéndice docum ental nº 7. 222 A.H.M.Ú., F.P.N., Rodrigo de Jerica, 489, ff. 70, 70 (v), 71, 71 (v), 72, 73 y 74. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 127 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ menester, y para contratar compañeros comediantes223. La demostración de que las comedias se podían contratar y pagar en lugares que no eran los de la representación (sin duda por el carácter ambulante de las compañías) queda demostrada con el documento anterior, pero también con el presentamos a continuación. Se trata de una carta de pago por mil trescientos reales, fechada el 5 de junio de 1636, por la que Juan Bautista de Espínola, autor de comedias y vecino de Madrid, se da por contento y pagado de la parte que le quedaba de los dos mil en que contrató la representación de una comedia, bailes y entremeses en el Corpus de Baeza y Octava del mismo año224. En qué consistían las representaciones asociadas al Corpus queda de manifiesto con el último documento. Se trata de la obligación que la compañía de Agustín Coronel realiza el 17 de abril de 1643. Por ella, él y su compañía, formada por Tomás Díaz, Juan González, Pedro de Salvador, Felipe Antonio, Diego Jiménez, Onofre Pascual, Diego de Balbaseda, Juan de Larrecal, María de Coronel, Jerónima de Coronel, Bárbara de los Santos, Polonia María, Alfonsa de Castro y dos más, se comprometen a hacer en Santa María, por la mañana, un auto sacramental con saraos (dos bailes y un entremés), a asistir en el paseo de la procesión hasta volver a la iglesia haciendo bailes en los tablados que hubiere dispuestos, y a representar, por la tarde, una comedia con entremés y bailes junto a las Casas del Cabildo; y todo por doscientos ducados: 1.500 reales antes de las representaciones y 700 después225. Así pues, la localización de lugares estables para representar comedias, la existencia de compañías y de autores locales, y la continuada presencia de compañías foráneas, nos habla sin ningún tipo de dudas que el teatro en todas sus modalidades y géneros fue algo habitual y muy arraigado en la cultura ubetense de todo el siglo, bien con fines benéficos, comerciales o religioso-festivos. Los toros van siempre asociados a celebraciones y festividades religiosas (Corpus, celebraciones de los titulares de las cofradías, feria de San Miguel...) y son organizados por el Concejo (mediante la figura de los comisarios de la fiesta) y por cofradías. La plaza del Mercado es el lugar de celebración de los festejos por excelencia, pero sabemos que también se celebraron en la de los Olleros y en la de Toledo, en recintos levantados al efecto con el fin de evitar la huida de los animales y de disponer de localidades; aunque también es cierto que otras muchas se consiguen mediante el 223 A.H.M.Ú, F.P.N., Rodrigo de Jerica, 489, f. 76. 224 A.H.M.Ú., F.P.N., Francisco de Cotillas, 764, f. 53. 225 A.H.M.Ú., F.P.N., Juan de la Torre, 124, f. 54. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 128 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ aprovechamiento de los balcones y ventanas de los edificios que rodean el espacio público226 o, incluso, mediante la construcción de estructuras arquitectónicas pensadas con estos fines. Este es el caso de la galería alta de las Casas del Cabildo, destinado a las autoridades, o del llamado Tabladillo de la parroquia de San Pablo, ambas en la propia plaza del Mercado. Que sepamos, en los festejos taurinos, se emplearon básicamente dos modalidades de lidia: la del capeo y la de la garrocha; con un número de toros que casi siempre ronda los ocho ejemplares y a veces llega a los dieciséis o más227. La manifestaciones musicales, a la luz de las referencias encontradas, se caracterizan por una sacralidad casi exclusiva, desarrollándose en el ámbito de las iglesias y de las fiestas religiosas. Por el número de maestros de música censados en los padrones, sabemos de la existencia de al menos tres capillas de música: la de la Colegial, la de la Sacra Capilla del Salvador y la del hospital de Santiago, pero seguramente en todas las parroquias existieron especialistas en canto y órgano. La presencia de músicos y danzantes en las procesiones y festividades religiosas es algo tan consustancial a la misma celebración que sin este elemento no podría comprenderse. Los contratos de grupos de músicos, por ello, menudean a lo largo de todo el siglo; incluso van desde Úbeda a otros lugares. De esto último son ejemplos dos referencias: un contrato de 1602 para ir a cantar y bailar a Castellar de Santisteban en las fiestas del Santísimo228 y una carta del Obispo al Concejo, de la que se da cuenta en la sesión del 8 de marzo de 1691, solicitando se dé permiso a los músicos del Salvador para asistir a las funciones para las que fuesen reclamados229. El papel que desarrollaba la música dentro de las celebraciones religiosas puede quedar de manifiesto en el compromiso que el maestro Francisco del Mármol, de la capilla de música de la Colegial, realiza para asistir a la fiesta del Santísimo de 1643: habría de «[...] poner en per/feçión un coloquio o acto sacramental [...]». Si los comisarios no se lo entregaren, el maestro lo haría o buscaría durante el mes de febrero; además, éstos, proporcionarían para cada muchacho «[...] un baguero de la 226 Com o ejem plo valga el arrendam iento que en 1647 realiza el hospital de San Pedro y San Pablo, situado en la plaza del Mercado, de seis arcos para unos festejos taurinos [A.H.M.Ú., F.P.N., Antonio de Paravayón, 679, s.f.]. 227 Este es el caso del festejo celebrado los días 25 y 26 de septiem bre de 1623 [A.H.M .Ú., F.P.N., Bartolom é Fernández de Cárdenas, 895, f. 788]. 228 A.H.M.Ú., F.P.N., Alonso Sánchez, 560, f. 102. 229 A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 30, f. 170. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 129 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ tela que quisieren y un sombre/ro, calças y çapatos [...]» para los que salieren de hombres. Por todo cobraría cuarenta ducados230. No tenemos ningún dato sobre el desarrollo y extensión de la música profana, pero debió existir. La constancia de dos únicos libreros: uno en 1615, Francisco Burlete, ya difunto231 y otro, Simón de Ogállar, censado en el padrón de 1696 en la colación de San Nicolás, en La Coronada232, parecen demostrar una falta de interés más o menos generalizada de los ubetenses del siglo XVII por la lectura. Ni siquiera en los testamentos y particiones de bienes abundan las partidas de libros, siendo, además, en la escasísimas ocasiones en las que aparecen, de carácter religioso o profesional. 2.2.7.3. Fiestas y fastos religiosos Durante el siglo XVII, también durante el XVI y parte del XVIII, Úbeda, como ciudad de cierta importancia en el conjunto de las del Reino, no podía quedar a un lado en la exaltación callejera del fervor religioso que tan manifiestamente se desarrolló a raíz del Concilio de Trento. De esta forma, la celebración principalmente de festividades religiosas como el Corpus Christi y la Inmaculada; o en honor del titular de las cofradías constituidas o que van a ir constituyéndose; o de las numerosas canonizaciones que se produjeron en el siglo XVII; o de otras religioso-profanas, caso de las exequias reales; o abiertamente profanas como los toros o espectáculos teatrales (aunque suelen ir ligadas a las primeras); propiciaron durante este período no sólo la habilitación de espacios para su celebración, sino también la realización de invenciones, de estructuras perecederas construidas ex profeso. Las noticias comienzan a menudear conforme nos aproximamos al último tercio del siglo XVI para llegar a ser francamente abundantes en el XVII, razón que invita a pensar que en el primero de los momentos no debía ser infrecuente el uso de la arquitectura efímera, pero que la escasez de referencias documentales al respecto podría venir motivada, entre otras razones, por la poca riqueza del montaje escénico que, al aumentar de volumen y costo, haría más frecuente la necesidad de ligar jurídicamente a las partes contratantes. Trataremos el fenómeno festivo desde el punto de vista de reconstrucción histórica 230 A.H.M.Ú, F.P.N., Juan de la Torre, 124, f. 16. 231 A.H.M.Ú., F.P.N., Rodrigo de Jerica Arellano, 1.082, f. 276. 232 A.H.M.Ú., F.M., S.P.R., 30/2. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 130 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ en el capítulo de realizaciones, ahora presentamos una serie de lo que podríamos llamar características generales (comunes, en su mayoría, al fenómeno festivo de la España barroca), unas más evidentes: organización, costos, escenario y recorridos, orden, elementos, espacios festivos...; otras más ocultas: sentido, iconografía y simbología; que nos permitirían un conocimiento más profundo de tema, principalmente de la conmemoración del Corpus, sin lugar a dudas la fiesta de mayor importancia por su significado y por la cantidad de recursos que movía. Las que podríamos encuadrar en el primer grupo son claras. Así, las fiestas son promovidas por la Monarquía y la Iglesia que ordenan mediante cartas y pragmáticas a los cabildos y clero locales la organización, a través del nombramiento de comisarios de la fiesta, de los más dispares acontecimientos que van, como hemos visto, desde el recibimiento de una reina, hasta la muerte de un rey o la manifestación del Santísimo en una nueva iglesia. Tampoco las cofradías y las órdenes religiosas se amilanaron a la hora de celebrar acontecimientos importantes como las canonizaciones y el día de sus titulares, implicándose también en estas ocasiones el Cabildo. La financiación de la fiesta corre a cargo de la entidad que organiza. En el caso del Cabildo, para el Corpus, el dinero se obtiene por lo general de la sisa del pescado por facultad concedida por el Rey233. Resulta curioso como en un siglo como el XVII, especialmente caracterizado por las crisis económicas, no se escatimaban recursos para la celebración de cualquier tipo de festividad, sin duda, como veremos más adelante, porque los beneficios que se derivaban de la celebración compensaban con creces cualquier tipo de gasto que se hiciese y los esfuerzos para conseguir el dinero que era necesario, utilizando cualquier medio de financiación234. Una de las principales característica de la fiesta barroca es su celebración en la calle. Úbeda, que no podía ser ajena a esto, amén de los actos que pudieran celebrarse en el interior de los templos en determinadas fiestas o fastos religiosos, también se acogió a esta peculiaridad. En lo que se refiere al Corpus, queda claro que la procesión, principal acto del día, partía de la Colegial para desarrollarse por la plaza de Santa María, plaza de Abajo, 233 Así consta en num erosas actas de Cabildo del A.H.M.Ú. Es especialm ente interesante la de 29 de septiem bre de 1690 al especificar que se libraban 400 ducados, com o era costum bre, obtenidos a razón de dos m aravedíes por libra de pescado y rastrojos del sitio de la ciudad. [A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 30, f. 74]. En este m ism o sentido tam bién destacam os la existencia de un cuaderno de sisas sobre la venta del pescado, de 1650), para sufragar los gastos de la fiesta del Corpus [A.H.M.Ú., F.M., D.D., 52/2]. 234 El hecho de que el Concejo costee la fiesta, m arca la presencia del escudo de la ciudad y de la im agen de San Miguel, su patrono, com o uno de los m otivos decorativos que m ás se repite en las construcciones efím eras. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 131 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ Real y plaza de Toledo, para, posteriormente volver al lugar de partida235. Este recorrido es el que se decora con altares, arcos, puertas, etc., aunque parece ser que es en la plaza de Santa María donde se culminaba todo con el punto final de los fuegos de artificio, y el que se llena de tablados para las actuaciones de danzantes. En cuanto a la procesión en sí y a los elementos de la fiesta, sin importar de la que se trate, parece ser que son siempre los mismos. La procesión debía resultar tremendamente espectacular por el numero de personas que la integraban (clero, cofradías, gremios, regidores...236), suponemos que lujosamente ataviadas y en un riguroso orden de colocación que no dejó de causar numerosas disputas a lo largo de todo el siglo237, y por otros elementos como los carros triunfales, las tarascas, los danzantes, los músicos... Elementos también importantes dentro de la fiesta fueron el teatro, las justas poéticas, los festejos taurinos, los fuegos de artificio y la propia participación del público en todos y cada uno de los actos no sólo como espectador sino como participante activo que ayuda en la preparación de la fiesta y luego disfruta de ella. Además del Corpus, la Candelaria y la Concepción no faltan ningún año en la cita anual de celebraciones religiosas. En estos casos también costea el Concejo pero con menos dinero238. Con independencia de las aportaciones que en este sentido estudiaremos en el capítulo de realizaciones, puede ser esclarecedora la descripción que Ruiz Prieto, basándose en un cronista que no identifica, hace de las fiestas celebradas en 1655 por la declaración del patrocinio de Nuestra Señora la Santísima Virgen, que organizaron los comisarios don Juan de Carvajal y Mendoza y don Juan de Medinilla, veinticuatros: 235 Este recorrido parece ser el tradicional. Con todo, por referencias encontradas, sabem os que en algunos años debió cam biarse. En este sentido apunta el hecho de que en la sesión del Cabildo de 27 de septiem bre de 1641 se acordara que la procesión volviera a pasar por el Real, com o siem pre, y no por la Rúa y por la calle de don Pedro de los Cobos com o había ocurrido en el año anterior [A.H.M.Ú., F.M., L.C. Libro 11, f. 114 (v)]. En el m ism o sentido apunta la petición que el 12 de m ayo de 1643 se hace al señor Obispo para que la procesión fuese por el Real arriba. [A.H.M.Ú., F.M., L.C. Libro 12, f. 93]. 236 Los regidores debían asistir a la procesión con cera y hachas y se tenían m uy en cuenta las faltas. En el acta del Cabildo de 4 de junio de 1640, precisam ente, aparece una relación com pleta de los que no hicieron acto de presencia [A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 10, f. 55 (v)]. 237 Los ejem plos que sobre ello presentan las actas capitulares y otras fuentes docum entales son abundantísim os. 238 Así, la de la Concepción oscila entre los doscientos y los trescientos cincuenta reales en diversos acuerdos capitulares. No podem os dejar pasar por alto que ya en 1615, a petición del convento de San Francisco, el Concejo apoya con una carta la Lim pia Concepción de María [A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 8, f. 37 (v)]. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 132 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ «[...] hubo una fam osa m ascarada, en que iban don Quijote de la Mancha y Sancho Panza, el Rey que Rabio, Maricastaña y la Tía Marizapalos, presididos por otro vestido a lo antiguo y con m uchas caras en el vestido. Los dem ás sujetos, ridículam ente ataviados, m ontados todos en borricas cargadas de cencerros, y dos negros vestidos de encarnado con sus clarines. Después seguía una cuadrilla de gente de la calle Valencia, de doce, vestidos de turcos con m ucha gala y riqueza. »Otra tercera fue de doce labradores de cáñam o vestidos a la francesa con m ucho adorno y riqueza y caballos enjaezados. La cuarta, doce m alteses del grem io de sastres, que en sus galas excedieron su oficio, la quinta fue de doce cardenales (los labradores del cam po) llevando en una litera al Santo Padre. La sexta fue de los doce leones de la ciudad, vestidos con pieles de este anim al, coronados con coronas de oro, presididos por San Miguel en su carro triunfal, con una copia de m inistriles. Cada uno de los leones llevaba una tarjeta en la m ano declarando a su señor, con las inscripciones siguientes: 1º Soy don Pedro Dávalos, uno de los de Algeciras 239 , que a todos m i nom bre adm ira. 2º Gonzalo Hernández de Molina, soy de m i casa blasón, porque soy fuerte león. 3º Gil Martínez de Cueva soy el héroe fam oso, león fuerte y valeroso. 4º Soy Juan Alonso Mercado, león ram pante y valiente, el terror de la gente. 5º Juan Sánchez Trapera soy, según lo dicen sonoros en Algeciras los m oros. 6º Sepan soy Diego Mexía, el león m ás esforzado, galán, valiente y honrado. 7º Juan Sánchez de Aranda soy, el león m ás verdadero y de m i casa el prim ero. 8º Pero Rodríguez de los Covos, soy león m uy valeroso y ser valiente es forzoso. 9º Alonso Porcel m e llam o, y pueden decir con razón que soy valiente león. 10º Soy Alonso Sanm artín, y de m i casa cabeza, por m i valor y nobleza. 11º Benito Sánchez del Castillo, el que sin socorro, quite la vida a un m oro. 12º Pero Gil el desgraciado, sin dejar de Dios la ley, soy por servir a m i rey. »El lunes siguiente hubo corrida de toros en la que se capearon veinte, luciendo m ucho los toreadores de a pie. El m artes, celebróse otra corrida en la que hubo veinte toros de m uerte, saliendo a torear don Cristóbal Mexía y Sanm artín, don Fernando Ortega y Megía, don Luis de la Cueva y Guzm án, don Juan de Rivera y Quesada, caballero del hábito de Santiago, llam ado el tuerto, y don Gerónim o de Narváez Chirinos, luciéndose todos por su gallardía y destreza. La fiesta tuvo lugar junto a la puerta del foso» 240 . Igualmente representativa resulta ser la descripción de la fiesta que se realiza con motivo de la canonización de San Ignacio de Loyola: «En este m ism o tiem po se celebró m agníficam ente la beatificación del fundador, Ignacio de Loyola, con “fiestas, lum inarias, fuegos y otros juegos que se hicieron; en especial las capillas de Santiago y el Salvador”. D. Lope de Molina sacó una m áscara de estudiantes “m uy curiosa y vistosa. Pero la que salió de noche de caballeros desta ciudad fue una de las m ejores que se han visto en España con invenciones m uy particulares y dos herm osos carros triunfales. Los vestidos todos de dam asco, tafetán doblado y telillas de oro y plata...”. Otra 239 Se hace referencia al sitio de Algeciras, en el reinado de Alfonso XI, en el que según la tradición doce caballeros de Úbeda lucharon en desafío con otros tantos m usulm anes a los que vencieron. La hazaña se perpetua con la presencia de doce leones en el escudo de la ciudad. 240 Ruiz Prieto (1906/1982), pp. 531-532. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 133 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ fiesta aquel día en la que “sacaron un herm oso carro de N.S. Padre en m edio de un sol alum brando indios y japoneses en cuyo traje salió la cuadrilla”. Otra carroza “con un carro de esculapio que descendió fuego del cielo para dar vida al hom bre m uerto, com o hizo nuestro Padre”» 241 . En los que se refiere al segundo grupo de preguntas, ¿qué sentido tenían las fiestas? ¿que simbología encierra cada uno de sus elementos?; también las contestaciones son claras. Con respecto a la primera pregunta, parece evidente que la fiesta se usó, en opinión de Escalera Pérez, «[...] como instrumento de poder, de ostentación y de catarsis social [...]»242 que servía de liberación a un pueblo cargado de penalidades, de diversión y de instrumento de persuasión en manos del poder a través de una continua incidencia en los sentidos del oído (música, campanas, salvas...); de la vista (trajes, decorados, luminarias, espectáculos teatrales y taurinos, danzas...); del olfato (incienso, flores, plantas aromáticas, cera...); y del gusto (comida, bebida...). Finalmente, la simbología de todos y cada uno de los elementos de la fiesta barroca aparecen de manera clara en la Úbeda del XVII. Así, los temas eucarísticos y la escenificación del triunfo del bien sobre el mal y de la virtud sobre el pecado, representados de múltiples maneras (negros, indios, franceses, serpientes, dragones, diablos...), son los más evidentes. 2.2.8. RECAPITULACIÓN Nos encontramos, pues, con una ciudad que en poco mas de un siglo (1598-1700) pasa de la prosperidad y de la expansión de la centuria anterior a una profunda recesión, en sincronía con lo que es la historia de España del mismo período, que la transforman en una entidad calificable como de segundo orden; sumida en una situación de decadencia que se prolongará hasta bien entrado el siglo XIX, en que nuevamente aparecen claros signos de recuperación en lo urbanístico, económico y social que la convierten en el centro más próspero de la comarca de su nombre hasta nuestros días. Este es el marco que va a acoger una actividad artística que en ningún momento fue ajena a un progresivo deterioro, pero que supo mantenerse por encima de todos los condicionantes y lograr que Úbeda sea, a pesar de todos y cada uno de los graves 241 242 Molina García (1990-1991), nº 50, p. 24. Escalera Pérez (1994), pp. 11 y ss. En la presentación de estas ideas seguim os sus opiniones. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 134 ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO ____________________________________________________________________________ atentados que ha sufrido contra su patrimonio, una realidad única e irrepetible en el panorama artístico español. Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna 135