PEDAGOGÍA LIBERAL. La doctrina liberal apareció como justificación del sistema capitalista que, al defender la preponderancia de las libertades y los intereses individuales en la sociedad, estableció una forma de organización social basada en la propiedad privada de los medios de producción, también denominada sociedad de clases. La pedagogía liberal sostiene la idea de que la escuela tiene por función preparar a los individuos para el desempeño de papeles sociales, de acuerdo con las aptitudes individuales. Para eso los individuos necesitan aprender a adaptarse a los valores y normas vigentes en la sociedad de clases a través del desarrollo de la cultura individual. Históricamente, la educación liberal se inició con la pedagogía tradicional y, por razones de recomposición de la hegemonía de la burguesía, evolucionó hacia la pedagogía renovada. En la tendencia tradicional, la pedagogía liberal se caracteriza por acentuar la educación humanística, de la cultura general, en la que cada alumno es educado para llegar por su propio esfuerzo, a su propia realización como persona. La tendencia liberal renovada acentúa, igualmente, el sentido de cultura como desenvolvimiento de las aptitudes individuales. Pero la educación es un proceso interno, no externo, ella parte de las necesidades e intereses individuales que conducen a la adaptación al medio. La educación es la vida presente, es parte de la propia experiencia humana. La escuela renovada propone una enseñanza que valorice la autoeducación (el alumno como sujeto de conocimiento), la experiencia directa sobre el medio por la actividad, una enseñanza centrada en el alumno y en el grupo. La tendencia liberal renovada se presenta entre nosotros en dos versiones distintas: la renovada progresista, o pragmática, principalmente en la forma difundida por los pioneros de la educación nueva, entre los cuales se destaca Teixeira (se debe destacar la influencia de Montessori, Decroly y en cierta forma de Piaget). Y la renovada no directiva, orientada según los objetivos de la autorealización (desarrollo personal) y para las relaciones impersonales, según la formulación del psicólogo Carl Bogara. La tendencia liberal tecnicista subordina la educación a la sociedad, teniendo como función la preparación de “recursos humanos” (mano de obra para las industrias). La sociedad industrial y tecnológica establece las metas económicas, sociales y políticas, la educación adiestra a los alumnos, los comportamientos de ajuste a esas metas. En el tecnicismo se asegura que la realidad contiene en sí, leyes propias, bastando a los hombres descubrirlas y aplicarlas. De esa forma, lo esencial no es el contenido de la realidad, sino las técnicas de descubrimiento y aplicación. La tecnología es el medio eficaz de obtener el máximo de la producción y garantir un óptimo funcionamiento de la sociedad. La educación es un recurso tecnológico por excelencia. Ella es encarada como un instrumento capaz de promover, sin contradicción, el desarrollo económico por la calificación de la mano de obra, por la redistribución de la renta, por el incremento de la producción, y al mismo tiempo, por el desenvolvimiento de la “conciencia política”, indispensable para mantener el Estado autoritario. Se utiliza básicamente del enfoque sistémico, la tecnología educacional y el análisis experimental del comportamiento.