Revista BCV N° 2/2007 - Banco Central de Venezuela

Anuncio
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Revista BCV
Revista BCV
Revista BCV • Vol. XXI. N° 2. Caracas, julio-diciembre 2007 • ISSN: 0005-4720
Revista BCV
1941Caracas, Banco Central de Venezuela
Semestral
ISSN: 0005-4720
1. ALCA y ALBA
2. Banca Central
3. Fondo de pensiones
4. Bienes públicos globales
© Banco Central de Venezuela, 2007
Hecho el depósito de Ley
Depósito Legal: pp 198602CS937
Dirección: Banco Central de Venezuela,
Edificio Sede, piso 3, Av. Urdaneta,
Esquina de Las Carmelitas, Caracas 1010
Dirección postal: Apartado 2017,
Carmelitas, Caracas 1010, Venezuela
Teléfono: (58-212) 801 5380
Fax: (58-212) 861 0021
boropeza@bcv.org.ve
www.bcv.org.ve
RIF: G-20000110-0
Producción editorial: Departamento de Publicaciones BCV
Diseño de carátula: Luis Giraldo
Diseño de la tripa: Ingard Gherembeck
Diagramación: Elena Roosen
Corrección: Hecsil Coello
Traducción: Raenna Hartman, Carlos Carrero y Víctor Díaz
Impresión: Casa Nacional de Letras Andrés Bello
Tiraje: 1.000 ejemplares
Las opiniones expresadas en esta revista son responsabilidad
exclusiva de los autores y no representan el criterio
del Banco Central de Venezuela.
Revista BCV • Vol. XXI, N° 2, Caracas, julio-diciembre 2007 • ISSN 0005-4720
Contenido
Contenido
Presentación 13
Artículos
21
El ALCA, el ALBA y la política
de integración de Venezuela
José Briceño Ruiz
47
Las administradoras de fondos
de pensiones chilenas y su eficiencia
técnica y asignativa
Douglas C. Ramírez Vera
77
El pensamiento múltiple
de Manuel R. Egaña
Domingo F. Maza Zavala
91
El Fondo Latinoamericano
de Reservas: bien público regional
José A. Velásquez G.
Documentos
125
Introducción
José Moreno Colmenares
129
Desarrollo endógeno
Gastón Parra Luzardo
141
La integración financiera
Aldo Ferrer
Obras reseñadas 157
Gastón Parra Luzardo, Henrique
de Campos Meirelles, Luis Corsiglia,
Roberto Guarnieri, Carlos Quenan,
Pedro Fachada, Francisco Soberón
Valdés, Hugo Chávez Frías
Banca central e integración
financiera, Latinoamérica y Caribeamérica
159
Héctor Silva Michelena
El pensamiento económico venezolano en el siglo xx. Un postigo con nubes
163
Lourdes Urdaneta de Ferrán,
Héctor Malavé Mata, Enzo del Búfalo,
Armando Córdova, Asdrúbal Baptista
Celso Furtado in memoriam.
Homenaje de la Academia Nacional
de Ciencias Económicas
167
Domingo F. Maza Zavala
Venezuela, economía, tiempo y nación
Información editorial
Anexo
171
Suplemento Biblioteca del Pensamiento Económico
Manuel R. Egaña. Prócer civil
Revista BCV • Vol. XXI, N° 2, Caracas, julio-diciembre 2007 • ISSN 0005-4720
Contents
Table of contents
Presentation
13
Articles 21
The FTAA, ALBA and the Integration
Policy of Venezuela
José Briceño Ruiz
47
Chilean Pension Fund Administrators
and their Technical Efficiency
Douglas C. Ramírez Vera
77
Multiple Thoughts of Manuel R. Egaña
Domingo F. Maza Zavala
91
The Latin American Reserve Fund:
regional public good
José A. Velásquez G.
Documents
125
Introduction
José Moreno Colmenares
129
Endogenous Development
Gastón Parra Luzardo
141
Financial Integration
Aldo Ferrer
Reviews
157
Gastón Parra Luzardo, Henrique
Campos Meirelles, Luis Corsiglia,
Roberto Guarnieri,Carlos Quenan,
Pedro Fachada, Francisco Soberón
Valdés, Hugo Chávez Frías
Central Bank and Financial
Integration
159
Héctor Silva Michelena
Venezuelan Economic Thought in the 20th Century. A smokescreen window
163
Lourdes Urdaneta de Ferrán, Héctor
Malavé Mata, Enzo del Búfalo, Armando
Córdova and Asdrúbal Baptista
Celso Furtado in memoriam
167
Domingo F. Maza Zavala
Venezuela, Economy, Time and Nation
Editorial Information
Appendix
171
Suplemento Biblioteca del Pensamiento Económico
Manuel R. Egaña. Prócer civil
(Manuel R. Egaña. Illustrious citizen)
Revista BCV • Vol. XXI, N° 2, Caracas, julio-diciembre 2007 • ISSN 0005-4720
Conteúdo
Conteúdo
Apresentação
13
Artigos
21
ALCA, ALBA e a política
de integração da Venezuela
José Briceño Ruiz
47
As administradoras de fundos
de pensões de aposentadoria
chilenas e a eficiência técnica
y atributiva
Douglas C. Ramírez Vera
77
O pensamento múltiplo de
Manuel R. Egaña
Domingo F. Maza Zavala
91
O fundo Latino-americano de reservas,
bem público regional
José A. Velásquez G.
Documentos
125
Introdução
José Moreno Colmenares
129
Desenvolvimento endógeno
Gastón Parra Luzardo
141
A integração financeira
Aldo Ferrer
Obras resenhadas 157
Gastón Parra Luzardo, Henrique
Campos Meirelles, Luis Corsiglia,
Roberto Guarnieri, Carlos Quenan,
Pedro Fachada, Francisco Soberón
Valdés, Hugo Chávez Frías
Banca central e integração financeira
159
Héctor Silva Michelena
O pensamento econômico venezuelano no século xx. Um postigo com nuvens
163
Lourdes Urdaneta de Ferrán,
Héctor Malavé Mata, Enzo del Búfalo,
Armando Córdova, Asdrúbal Baptista
Celso Furtado in memoriam
167
Domingo F. Maza Zavala
Venezuela, economia, tempo e nação
Informação editorial
Anexo
171
Suplemento Biblioteca do Pensamento Econômico
Manuel Egaña, prócer civil
Revista BCV • Vol. XXI, N° 2, Caracas, julio-diciembre 2007 • ISSN 0005-4720
Contenú
Contenú
Présentation 13
Articles 21
La ZLEA, l’ALBA et les politiques
d’intégration du Venezuela
José Briceño Ruiz
47
Les administrateurs de caisses de
retraites chiliennes et l’efficacité
technique et d’assignation Douglas C. Ramírez Vera
77
La pensée multiple
de Manuel R. Egaña
Domingo F. Maza Zavala
91
Le fond latino-américain de réserves:
bien publique régional
José A. Velásquez G.
Documents
125
Introduction
José Moreno Colmenares
129
Développement endogène
Gastón Parra Luzardo
141
L’intégration financière
Aldo Ferrer
Ouvrages signalés 157
Gastón Parra Luzardo, Henrique
Campos Meirelles, Luis Corsiglia,
Roberto Guarnieri, Carlos Quenan,
Pedro Fachada, Francisco Soberón
Valdés et Hugo Chávez Frías
La Banque Centrale et l’intégration
financière
159
Héctor Silva Michelena
La pensée économique vénézuélienne
au XXème siècle
163
Lourdes Urdaneta de Ferrán,
Héctor Malavé Mata, Enzo del Búfalo,
Armando Córdova et Asdrúbal Baptista
Celso Furtado in memoriam
167
Domingo F. Maza Zavala
Le Venezuela, l’économie, le temps et la nation
Information éditoriale Anexo
171
Suplemento Biblioteca del Pensamiento Económico
Manuel R. Egaña. Prócer civil
(Manuel R. Egaña. Haut personnage civil)
Revista BCV • Vol. XXI, N° 2. Caracas, julio-diciembre 2007, pp. 13-18 • ISSN: 0005-4720
Presentación
Presentación
La presentación del N° 2 del 2007, volumen XXI de la Revista BCV, adquiere especial significado dado que tenemos la satisfacción de anunciar a nuestros lectores
y colaboradores, la aceptación de la revista en el acreditado índice bibliográfico
Latindex, desde su entrega 2007-1. Aparecer registrado allí, se traduce en una
ampliación de la presencia de nuestra publicación en el ámbito de los medios
especializados. Aumenta su visibilidad e impacto ya que aparte de la cobertura
garantizada por el mencionado índice se tiene acceso a las pantallas de otros
índices internacionales a los cuales está enlazado Latindex y ello amplía la posibilidad de los autores y artículos incluidos en la Revista BCV al ser evaluados
por los organismos calificadores de la literatura científica, tecnológica y
especializada.
Esta entrega contiene cuatro ensayos en la sección Artículos que se refieren a
aspectos del proceso de integración latinoamericana; al régimen de pensiones
de los estados nacionales, específicamente sobre el caso chileno y al Fondo Latinoamericano de Reservas como ejemplo de un bien global regional. El cuarto
ensayo es un opúsculo referido a un personaje venezolano de gran trascendencia
de la vida pública del país y que entre otro de sus muchos méritos, tiene el merecido honor de contarse entre los impulsores de la creación del Banco Central
de Venezuela. Se trata del doctor Manuel R. Egaña de importante trayectoria en
la vida ciudadana, intelectual y política de Venezuela durante el siglo xx y con
innegable legado positivo para las generaciones futuras.
La sección Documentos toca también temas regionales. El primero de ellos, radicado dentro del contexto venezolano, trata del concepto de desarrollo endógeno
que aparece en el discurso oficial del Gobierno como una herramienta para lograr el desarrollo económico y social liberado de los condicionamientos provenientes del exterior. En este trabajo se intenta una definición de la categoría,
acompañada de consideraciones acerca de los beneficios que alcanzaría la sociedad con la aplicación de una política económica que de acuerdo al autor
14
Revista BCV / Vol. XXI / N° 2 / 2007
i­ncidiría favorablemente sobre el uso de los factores productivos internos, el
empleo y la formación de capital. El segundo ensayo contiene reflexiones, análisis, asertos y predicciones relativas a los procesos de integración, con especial
énfasis en el nexo financiero y la propuesta del Gobierno venezolano de creación
del Banco del Sur que se hizo en una de las reuniones de jefes de Estado de la
región y que luego materializó el presidente del Banco Central de Venezuela,
doctor Gastón Parra Luzardo, en el seminario sobre Banca Central e Integración
Financiera, celebrado en Caracas en el año 2006.
La sección Obras Reseñadas incluye noticias acerca de los libros Banca central
e integración financiera; Pensamiento económico venezolano del siglo xx; Venezuela, economía, tiempo y nación y Celso Furtado in memoriam, Homenaje
de la Academia Nacional de Ciencias Económicas de Venezuela. Finalmente en
el volumen se incluye la información editorial referente a la revista.
El suplemento de la Revista Biblioteca del Pensamiento Económico que usualmente acompaña a las entregas de la publicación, está dedicado en este número
a honrar la memoria del doctor Manuel R. Egaña del cual se incluyen varios trabajos y se suministra bibliografía fundamental heredada de su talento.
Presentation
The publication of Revista BCV, issue N° 2-2007, Volume XXI, holds special significance since we have the satisfaction to announce to our readers and colla­
borators, that it has been accepted for inclusion in the reputable bibliographic
index, Latindex, as of 2007. This inclusion means an increase in the presence
of our publication in the sphere of specialized literary media. Its visibility and
impact also increased, since, in addition to guaranteed coverage by the above
mentioned index, the review also has access to coverage by other international
libraries with links to Latindex, and which opens up the possibility that the
writers and articles included in the Revista BCV will be evaluated by professional
organizations of the scientific, technological and specialized literature.
This issue contains four essays in the Articles section, three of which deal with
aspects of the Latin American integration process; the national pensions regime,
particularly the case of Chile and the Latin American Reserve Fund, as an exam­
ple of a regional global good. The fourth essay is a brief treatise on a Venezuelan
citizen of great significance in the public life of the country who, among his
several merits, has the well deserved honor of being included among the driving
forces in the formation of the Central Bank of Venezuela. We are of course referring to doctor Manuel R. Engana, whose important contribution to the civil,
Presentación / Presentation / Apresentação / Présentation
15
intellectual and political life of Venezuela during the 20th Century has left an
undeniable positive legacy for future generations.
The Documents section also touches on regional issues. The first essay, which
is situated within the venezuelan context, involves the concept of endogenous
development which appears in official government pronouncements as a tool
for achieving economic and social development free from external influences.
This article attempts to come up with a definition of endogenous development,
together with considerations concerning the benefits the society would achieve
with the implementation of an economic policy, which according to the writer,
would have a favorable impact on the use of domestic factors of production,
employment and capital formation. The second essay contains reflections, analysis, statements and predictions on the integration processes, with special emphasis
on the financial nexus and the proposal by the Venezuelan Government to create the South Bank, which was made during one of the regional meetings of
Heads of State and subsequently carried out by the President of the Central Bank
of Venezuela, doctor Gastón Parra Luzardo during the seminar on Central Bank
and Financial Integration, held in Caracas in 2006.
The Reviewed Works Section includes comments on the books Banca central
e integración financiera; Pensamiento económico venezolano del siglo xx; Venezuela, economía, tiempo y nación and Celso Furtado in memoriam, Homenaje
de la Academia Nacional de Ciencias Económicas de Venezuela. Finally, the issue includes editorial information relevant to the Revista.
The reference matter of Revista BCV Biblioteca del Pensamiento Económico,
which usually accompanies the Revista BCV, is dedicated in this issue to honoring the memory of doctor Manuel R. Egaña, and includes several of his works
and a basic inherited bibliography based on his talent.
Apresentação
A apresentação do N° 2 do ano 2007, volume 21 da Revista BCV, tem uma significação muito especial dado que desta vez temos a satisfação de anunciar aos
nossos leitores e colaboradores que desde a primeira entrega do ano 2007 a revista foi aceite no reconhecido índice bibliográfico Latindex. A inclusão nesse
índice implica a ampliação da presença de nossa publicação no âmbito da mídia
especializada e incrementa a visibilidade e impacto da publicação já que além
da cobertura garantida pelo referido índice ganhamos acesso às telas de outros
índices internacionais vinculados a Latindex, assim amplia-se a possibilidade
dos autores e artigos incluídos na Revista BCV serem avaliados pelos organismos
qualificadores da literatura científica, tecnológica e especializada.
16
Revista BCV / Vol. XXI / N° 2 / 2007
Essa entrega contém quatro ensaios na seção Artigos referidos às questões do
processo de integração latino-americana; ao regime de aposentadorias dos estados nacionais, especificamente baseado no caso chileno e o Fundo Latinoamericano de Reservas como exemplo de um bem global regional. O quarto
ensaio constitui um opúsculo sobre uma personagem venezuelana de grande
importância na vida pública do país e que, entre outros muitos méritos, tem a
merecida honra de ser um dos impulsionadores da criação do Banco Central
da Venezuela. Trata-se do doutor Manuel R. Egaña, homem de grande trajetória
na vida cidadã, intelectual e política da Venezuela durante o século xx que deixa
um inegável e positivo legado para as gerações futuras.
A seção Documentos abrange também questões regionais. A primeira delas, relativa ao contexto venezuelano, trabalha o conceito de desenvolvimento endógeno
que aparece no discurso oficial do governo como um instrumento para atingir
o desenvolvimento econômico e social liberado dos condicionamentos provenientes do estrangeiro. Nesse trabalho se oferece uma definição da categoria,
acompanhada de considerações sobre os benefícios que a sociedade atingiria
se fosse aplicada uma política econômica que segundo o autor influenciaria favoravelmente o uso dos fatores produtivos internos, o emprego e a formação
de capital. O segundo ensaio contem reflexões, análises, asserções e predições
no tocante aos processos de integração, fazendo especial ênfase no vínculo financeiro e a proposta do governo venezuelano consistente na criação do Banco
do Sul feita durante uma das reuniões entre chefes de estado da região e que
pouco tempo depois foi materializada pelo presidente do Banco Central da Venezuela, doutor Gastón Parra Luzardo, no seminário sobre Banca Central e Integração Financeira, celebrado em Caracas no ano 2006.
A Seção Obras Resenhadas inclui noticias relativas aos livros Banca central e
integración financiera; Pensamiento económico venezolano del siglo xx; Venezuela, economía, tiempo y nación e Celso Furtado in memoriam, Homenaje de
la Academia Nacional de Ciencias Económicas de Venezuela. No final do volume
inclui-se a informação editorial referente à revista.
O suplemento da revista: Biblioteca del Pensamiento Económico, que geralmente
acompanha às entregas da publicação, está dedicado nesse número a honrar a
memória do doutor Manuel R. Egaña, incluindo vários de seus trabalhos e fornecendo bibliografia fundamental herdada de seu talento.
Présentation
La présentation du numéro 2 de l’année 2007, volume XXI de la Revista BCV a
une portée spéciale due à la satisfaction d’annoncer à nos lecteurs et collaborateurs
Presentación / Presentation / Apresentação / Présentation
17
l’acceptation de la revue dans l’indice bibliographique certifié Latindex depuis
le numéro 1-2007. Notre présence dans cet indice se traduit en un élargissement
de notre publication au domaine des médias spécialisés. Cela augmente notre
visibilité et notre impact puisque nous avons accès à d’autres indices liés à Latindex qui, en plus, nous offre une couverture garantie. Tous ces faits augmentent
la possibilité que nos auteurs et nos articles inclus dans la Revista BCV soient
évalués par les organisations qualificatives de la littérature scientifique, technologique et spécialisée.
Cette revue comprend quatre essais dans la section Articles. Ces essais portent
sur des aspects du processus d’intégration latino-américaine; du régime de retraite des États nationaux, spécifiquement du cas chilien et du fond latino-américain de réserves comme exemple d’un bien global régional. Le quatrième essai
est un opuscule qui fait référence a un personnage vénézuélien de transcendance
dans la vie publique du pays. Ce personnage a des nombreux mérites: il a
l’honneur de faire partie des promoteurs de la création de la Banque Centrale
du Venezuela. Il s’agit du docteur Manuel R. Egaña. Sa carrière dans la vie citadine, intellectuelle et politique du Venezuela pendant le xxème siècle constitue
l’indéniable légat positif pour les générations futures.
La section Documents comprend des sujets régionaux. Le premier d’entre eux
c’est le concept de développent endogène dans le contexte vénézuélien apparu
dans le discours officiel du gouvernement comme un outil pour atteindre le
développement économique et social détaché des conditionnements provenant
de l’extérieur. Ce document présente une définition de la catégorie avec de
considérations sur les bénéfices pour la société si une politique économique est
appliquée. Selon l’auteur, ceci aurait une incidence favorable sur l’usage des
facteurs productifs internes, l’emploi et la formation du capital.
Le deuxième document comprend de réflexions, d’analyses, d’affirmations et
de prédictions liées aux processus d’intégration, en mettant l’accent sur le lien
financier et sur les propositions du gouvernement vénézuélien de créer la Banque
du Sud faites dans les réunions de Chefs d’États de la région. Ces propositions
ont été puis matérialisées par le président de la Banque Centrale du Venezuela,
le docteur Gastón Parra Luzardo, au séminaire sur la Banque Centrale et l’intégration financière tenu à Caracas en 2006.
La section Ouvrages signalés inclut des nouvelles qui font référence aux livres
Banco Central e Integración Financiera; Pensamiento Económico Venezolano
del siglo xx; Venezuela, Economía, Tiempo y Nación et Celso Furtado in memoriam, Homenaje de la Academia Nacional de Ciencias Económicas de Venezuela,
respectivement). Finalement, l’information éditoriale de la revue est comprise
dans ce volume.
18
Revista BCV / Vol. XXI / N° 2 / 2007
Dans ce numéro, le supplément de la revue Biblioteca del Pensamiento Económico qui accompagne généralement les volumes de la publication a comme but
honorer la mémoire du docteur Manuel R. Egaña. Plusieurs de ces essais et la
bibliographie fondamentale héritée de son talent sont inclus dans ce volume.
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Artículos
Artículos
Revista BCV • Vol. XXI, N° 2. Caracas, julio-diciembre 2007, pp. 21-45 • ISSN: 0005-4720
El ALCA, el ALBA y la política de integración de Venezuela
Briceño Ruiz
José Briceño Ruiz*
Resumen
Este trabajo tiene como objetivo analizar el debate ALCA vs. ALBA que ha
planteado el Gobierno venezolano en los años recientes. En una primera
parte, se examina la propuesta del ALCA y los retos que ésta crea para Venezuela. En esta parte del ensayo se hace una distinción entre el impacto de los
temas comerciales y las consecuencias de negociar “los temas relacionados
con el comercio”. En la segunda parte, se discute la evolución de la propuesta ALBA, sus méritos e insuficiencias, así como la posibilidad de que se convierta en parte de la discusión sobre un nuevo modelo de integración en
América Latina y el Caribe.
Palabras clave: ALBA / ALCA / Venezuela
Código JEL: F13; F15; 019
* Abogado egresado de la Universidad de Los Andes, Magíster en Relaciones Internacionales
de la Universidad de Durham, Inglaterra y DEA en Ciencia Política Comparada del Instituto de
Estudios Políticos de Aix-en-Provence, Francia. Docente-Investigador del Centro de Estudios
de Fronteras e Integración (CEFI) de la Universidad de Los Andes, Venezuela. Investigador
Asociado del Centre de Recherches sur l’ Amérique Latine et Caraïbes (Crealc) del Instituto de
Estudios Políticos de Aix-en-Provence, Francia y del Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (Celarg), Caracas, Venezuela. Correo electrónico: bricenoj@ula.ve.
Revista BCV / Vol. XXI / N° 2 / 2007
22
Abstract
The objective of this paper is to analyze the FTAA vs. ALBA debate raised by
the Venezuelan Government in recent years. The first section examines the
FTAA proposal and the challenges it generates to Venezuela. In this part of
the essay, a distinction is made between the impact of the commercial issues
and the consequences of negotiating “trade related aspects”. The second section discusses the evolution of the ALBA proposal, its merits and deficiencies,
as well as the possibility of it becoming part of the discussion on a new
model of integration in Latin America and the Caribbean.
Key words: ALBA / FTAA / Venezuela
JEL Code: F13; F15; 019
Resumo
O presente trabalho visa analisar o debate ALCA vs. ALBA que o governo
venezuelano tem começado nos anos recentes. Numa primeira parte, julga-se
a proposta da ALCA e os retos que ela coloca para o estado venezuelano.
Nessa parte do ensaio se faz uma distinção entre o impacto dos temas comerciais e as conseqüências de negociar “os temas relacionados com o comercio”.
Na segunda parte, é discutida a evolução da proposta ALBA, seus méritos e
carências, bem como a possibilidade de ela se tornar um fator na discussão
sobre um novo modelo de integração na América Latina e o Caribe.
Palavras chave: ALBA / ALCA / Venezuela
Código JEL: F13; F15; 019
Résumé
Ce document a pour but d’analyser le débat ZLEA vs. ALBA qui a été mis en
place récemment par le gouvernement vénézuélien. Dans la première partie,
on examine la proposition de la ZLEA et les défis que cela importe pour le
Venezuela. Dans cette première partie, une distinction est faite entre l’impact
des sujets commerciaux et les conséquences de négocier “les sujets liés au
commerce”. Dans la deuxième partie, l’évolution, les mérites et les insuffisances de la proposition ALBA sont discutés aussi bien que la possibilité qu’elle
fasse partie de la discussion sur un nouveau modèle d’intégration en Amérique
Latine et la Caraïbe.
Mots clés: L’ALBA / La ZLEA / Le Venezuela
Code JEL: F13; F15; 019
José Briceño Ruiz / El ALCA, el ALBA y la política de integración de Venezuela
23
En un artículo publicado en colaboración con la colega Rosalba Linares1, realizamos un intento de presentar un análisis de dos propuestas de integración
económica que ha sido parte del debate público en Venezuela en los años recientes: El Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) y la Iniciativa Bolivariana para América (ALBA). La primera iniciativa se remonta al discurso para
la Iniciativa para las Américas (IPA)2 del presidente George Bush (padre) en
1991, que se transformó en ALCA a partir de la primera Cumbre de las Américas
auspiciada por el presidente William Clinton en 1994. Su objetivo es la creación
Este artículo fue publicado en la revista Geoenseñanza (Universidad de Los Andes,
núcleo Táchira). En este trabajo examinamos los retos para Venezuela de una eventual
participación en el Área de Libre Comercio para las Américas (ALCA) y el contenido de la
propuesta del gobierno de Hugo Chávez denominada Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA). El análisis se centra en una evaluación de los posibles impactos y potencialidades del ALCA para el país, así como en desmitificar los presuntos riesgos y costos
comerciales negativos. Al respecto, se destacan los temas no comerciales del proyecto que
merecen atención, dado que estos son tratados en términos desiguales. Asimismo, se evalúa
la propuesta ALBA orientada en repensar el proceso de integración, mediante la construcción
de un modelo para alcanzar crecimiento y desarrollo económico y social y combatir la pobreza, la exclusión social, a partir del desarrollo endógeno. Se señala que esta propuesta, a
pesar de su carga ideológica, debe ser considerada, analizada y discutida en los distintos
ámbitos pues, al igual que el ALCA, carece de la consulta de los actores sociales involucrados. En conclusión, se resaltó la necesidad de Venezuela de incluirse en un acuerdo de integración comercial de amplitud regional, que facilite la diversificación de la estructura
productiva y promueva la equidad en armonía con el ambiente.
1
En la IPA George Bush planteó un proyecto de integración con los países de América
Latina y el Caribe, que se sustentaba en tres pilares: el comercio, las inversiones y la reducción de la deuda externa. En materia comercial, se proponía un ambicioso proyecto de crear
una zona de libre comercio que incluyese a todos los países del hemisferio occidental, lo
que sería antecedido por la firma de un acuerdo marco de libre comercio con países o
grupos de países de la región. En materia de inversiones, se recomendaba continuar los
procesos de reforma legislativa que flexibilizaban la normativa sobre las inversiones y concedían un trato nacional al inversionista extranjero. Se proponía un programa para incrementar el flujo de las inversiones estadounidenses, recomendándose para ello la reforma de
las legislaciones sobre inversiones. Se crearía un fondo multilateral de 1,5 billones de dólares para ayudar a los países que promoviesen la privatización de las empresas públicas. Este
fondo se crearía no sólo con aportes de Estados Unidos, sino también con el apoyo de Japón
y la Unión Europea. Finalmente, la IPA incluía medidas para reducir la deuda externa de
algunos países latinoamericanos y caribeños, al plantear condonar una parte sustancial
de la deuda pública de los países más pequeños de la región, reprogramar a largo plazo el
monto restante y permitir su pago en moneda local. La IPA también sugería convertir al
Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en fuente de respaldo en los planes de reducción
de la deuda con la banca comercial y la venta en el mercado de una parte de los préstamos
pendientes con la Corporación de Créditos para Productos Básicos y el Banco de Exportación
e Importación (Eximbank). Finalmente, se proponía el canje de la deuda por medidas de
protección al medio ambiente (véase Briceño Ruiz, 2003).
2
24
Revista BCV / Vol. XXI / N° 2 / 2007
de una zona de libre comercio desde Alaska hasta la Patagonia, además de regular sectores claves de la economía. La segunda propuesta, el ALBA, es anunciada por el presidente venezolano, Hugo Chávez, en la Cumbre de Jefes de
Estados de la Asociación de Estados del Caribe, realizada en la isla de Margarita,
Venezuela en diciembre de 2001. De acuerdo a la administración venezolana,
el ALBA se propone crear un modelo de integración alternativo al ALCA, basado
en la solidaridad, cooperación y complementariedad y que se proponga resolver
las deficiencias estructurales que impiden la aplicación del ALCA. En este ensayo
se pretende continuar el objetivo iniciado en el trabajo realizado en conjunto
con la colega Linares.
Este ensayo tiene como objetivo, como bien se describe en el título del ensayo
publicado con Linares, intentar ir “más allá de chavismo y de la oposición”, es
decir, es un esfuerzo de hacer una evaluación objetiva en el sentido poperiano
del término. Esto plantea un enorme reto, pues no se trata sólo de sortear un
debate de larga data en la teoría de las ciencias sociales sobre la objetividad en
los estudios de los hechos humanos, sino que además, en el caso venezolano,
supone el reto no menos difícil de enfrentar la aún existente polarización que
afecta a la sociedad venezolana. Esta división entre “chavistas y opositores”
existe de forma intensa en el sector académico, en el cual la investigación científica ha sido en gran medida contaminada por el conflicto político del país.
Esta es una discusión necesaria de los nuevos acontecimientos en el escenario
de la integración regional, representado por el ingreso de Venezuela como
miembro pleno del Mercado Común del Sur (Mercosur), el colapso del proceso
multilateral del ALCA luego de la IV Cumbre de las Américas de Mar del Plata,
la firma de tratados de libre comercio (TLC) con Estados Unidos por parte de
Colombia y Perú, la salida de Venezuela de la Comunidad Andina (CAN) y la
conversión del ALBA en una suerte de “programa bandera” en la estrategia de
integración del actual Gobierno venezolano.
Este último aspecto es también relevante, pues la administración Chávez ha
planteado una dicotomía ALCA vs. ALBA que, aunque no tiene necesariamente
eco en todos los países de la región, representa la posición oficial de un país
que ha sido un actor relevante en los procesos de integración desarrollados en
las últimas décadas. En todo caso, su análisis objetivo y desapasionado es necesario, partiendo de la premisa que ésta es una propuesta que se enmarca en
el contexto de los cambios políticos que han ocurrido en la región en los últimos
años y que han provocado, entre otras cosas, la revisión del modelo de integración que predominó en la década pasada.
José Briceño Ruiz / El ALCA, el ALBA y la política de integración de Venezuela
25
El ALCA y los TLC bilaterales
El Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) es un proyecto anunciado­ en
la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno realizada en diciembre de 1994
en Miami, Estados Unidos. Antecedido por la Iniciativa para las Américas de
George Bush (Padre), el ALCA propone la creación de una zona de libre comercio entre todos los países americanos. Sin embargo, como ejemplo del denominado nuevo regionalismo, en el ALCA también se describe como una
modalidad de “integración profunda” que se propone reglamentar los denominados “temas relacionados con el comercio”, como la propiedad intelectual, los
servicios, las compras gubernamentales, las inversiones, entre otros. En esta
parte del ensayo se examina el potencial impacto que tendría para Venezuela
su participación o exclusión del proceso ALCA.
Como se ha evaluado en diversos ensayos previos, tanto el ALCA como los TLC
pueden ser concebidos como expresiones de un nuevo modelo de integración,
conocido en la doctrina como “integración profunda”. Por otra parte, el ALCA
rompe con la teoría tradicional de la integración, pues se presenta como una zona
de libre comercio, primera etapa de la integración económica, en la que se procedería sólo al desmontaje arancelario. Sin embargo, a diferencia de las tradicionales zonas de libre comercio, en el ALCA se combina la desgravación arancelaria
con otras políticas como la libre circulación de las inversiones o la regulación de
la propiedad intelectual, medidas más propias de etapas como el mercado común
o la unión económica. A pesar de estos ambiciosos objetivos, no se ha planteado
en las negociaciones la posibilidad de que el ALCA trascienda, una vez perfeccionada la liberalización comercial, la etapa de zona de libre comercio, para
convertirse en una unión aduanera o un mercado común. Esto último ha sido
fuertemente rechazado por sindicatos estadounidenses, que se oponen a la apertura del mercado laboral de su país debido a la enorme asimetría de salarios entre
Estados Unidos y los demás países del continente (véase Briceño Ruiz, 2001).
Aunque esta iniciativa se encuentra colapsada desde al año 2004, como se
confirmó en la Cumbre de las Américas del Mar del Plata (2005), en este ensayo
se analiza el impacto sobre la economía venezolana, en el caso de un hipotético
relanzamiento de esta negociación comercial. El análisis es pertinente pues Estados Unidos está desarrollando una agresiva estrategia de firma de tratados
bilaterales de libre comercio (TLC) con países latinoamericanos y caribeños.
Aun en el caso que el proceso global del ALCA nunca se reiniciase, Venezuela
pudiera enfrentarse a un escenario en el cual la mayor parte de sus vecinos habrían suscrito TLC con Estados Unidos. Estos acuerdos se basan en el modelo
de integración ALCA.
Estos TLC son instrumentos multifuncionales (SELA, 2004:1) a través de los
cuales Estados Unidos busca promover ciertos objetivos. En algunos estudios
26
Revista BCV / Vol. XXI / N° 2 / 2007
se argumenta que un objetivo primordial de los TLC es servir como mecanismo
de presión para los demás países involucrados en las negociaciones del ALCA
y la Organización Mundial del Comercio (OMC), para que suscriban el modelo
de integración y el orden multilateral que propone Estados Unidos. El mensaje
es que a través de estos acuerdos se están delineando gradualmente las normas
del comercio hemisférico y aquellos países que decidan no participar tendrán
que pagar los costos de exclusión.
Otra razón para promover los TLC bilaterales es garantizar un espacio a las
Empresas Transnacionales (ETN) con sede central en Estados Unidos frente al
capital europeo y asiático (Jacome, 2004:8). Los TLC al igual que el ALCA son
resultado de la alianza entre las ETN y el Gobierno estadounidense que ha delineado la política comercial de Washington desde mediados de la década del
ochenta. Esta es una de las razones por la cual en la estrategia comercial estadounidense se ha exigido la negociación, normalmente de forma bastante liberal,
de los llamados “temas relacionados con el comercio” (propiedad intelectual,
compras gubernamentales, inversiones). Estas normas garantizarían un marco
legal favorable a las ETN, permitiendo así la expansión de sus actividades. En
los TLC se ha aprobado esta normativa, incluso adquiriéndose compromisos
que van más allá de lo acordado en la OMC, algo que no fue posible de alcanzar
en la negociación global del ALCA.
También los TLC son utilizados para promover ciertos objetivos de política exterior estadounidense. En el caso del TLC con los países andinos, éste está estrechamente relacionado con la lucha contra el tráfico de drogas o el intento de
detener la migración ilegal en el caso de los países centroamericanos. Especialistas como Salazar Xirinachs y Granados (2003:260), también conciben a los
TLC como mecanismos para fomentar la reforma económica y política en la región, consolidar la democracia y demostrar el compromiso de Estados Unidos
con América Latina
Como parte de su estrategia bilateral, Estados Unidos ha suscrito TLC con Chile
(2003), Centroamérica y República Dominicana (2004) conocido como Cafta+DR,
Colombia Perú (2005). La extensión de este trabajo no permite un análisis del
contenido de estos acuerdos. Sin embargo, en estos TLC, Washington ha logrado
institucionalizar las disciplinas comerciales en los términos planteados en las
negociaciones del ALCA. Tanto en el Cafta como en los TLC con Colombia y
Venezuela no sólo se regula el acceso a los mercados, sino también la inversión,
los servicios financieros, las compras gubernamentales, la propiedad intelectual
y los temas laborales y ambientales relacionados con el comercio.
Las reacciones a la firma de estos TLC han sido diversas. En cuanto al Cafta, autores como Felipe Jaramillo, Daniel Lederman (2005:2) señalan que este acuerdo
puede ayudar a mejorar las condiciones de vida de los centroamericanos, aunque
José Briceño Ruiz / El ALCA, el ALBA y la política de integración de Venezuela
27
reconocen la necesidad de una agenda complementaria al acuerdo para poder
alcanzar estos beneficios. Otros autores aseveran, en cambio, que el Cafta no
es un simple acuerdo comercial sino un modelo de integración que favorece los
intereses de las transnacionales y oligarquías locales. A la defensa de estos intereses se debe sumar la defensa de los intereses estratégicos y de seguridad
nacional estadounidense, también implícitos en el Cafta (Ronda Varona, 2005:318319). En el caso del TLC andino, se critica que desconoce los distintos grados
de competitividad entre Estados Unidos y los países andinos. En particular, se
objeta la capacidad de las empresas nacionales (sean grandes, medianas o pequeñas) de competir frente a las empresas multinacionales estadounidenses.
Para resolver el problema que generan estos diversos niveles de competitividad
esquemas de integración regional, como la Unión Europea, se han establecido
mecanismos compensatorios. Sin embargo, en el TLC no sólo no existen mecanismos compensatorios, sino que además se eliminan las medidas compensatorias
de política económica que tenían los países andinos (Fairle, 2006:195). Otra
crítica al TLC es que, como buena parte de los acuerdos de integración de tipo
norte-sur, se basa en el canje de un mayor acceso a un mercado (en este caso
el estadounidense) por la concesión en disciplinas en temas como la propiedad
intelectual y las compras gubernamentales. En consecuencia, el TLC convierte
en permanente las concesiones comerciales unilaterales y temporales que los
países andinos han recibido de Estados Unidos, a cambio de aceptar una normativa OMC plus.
Este último aspecto es especialmente relevante, pues la estrategia regionalista
de Estados Unidos en el continente americano (Tlcan, ALCA o TLC) no puede
comprenderse de forma cabal sin contextualizarla con los procesos de negociación que el ámbito multilateral se viene desarrollando en el marco de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Una vez concluida la Ronda Uruguay
del Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio, se planteó el lanzamiento de
una nueva ronda de negociaciones comerciales. Para ello, se convocó en 1998
a una Reunión Ministerial de la entonces recién creada OMC en Seattle, Estados
Unidos, que terminó en un rotundo fracaso, con grupos de la sociedad civil en
la calles de esta ciudad y sin siquiera alcanzarse un acuerdo sobre el lanzamiento
de las nuevas negociaciones. La nueva ronda comercial fue finalmente iniciada
en Doha, Qatar, en el año 2000. Sin embargo, debido a las diferencias entre Estados Unidos, la Unión Europea, Japón y los países del Sur sobre temas como
la agricultura, la propiedad intelectual o los servicios, la Ronda de Doha vive
un proceso de estancamiento desde hace ya varios años.
En este contexto, el ALCA y los TLC, como lo fue el Tlcan, son un mecanismo
utilizado por Estados Unidos para presionar a sus contrapartes en el proceso
negociador de Doha. Por un lado, mediante el ALCA, Washington envió un
mensaje a la Unión Europea (UE) y Japón, que estaba dispuesto a continuar con
28
Revista BCV / Vol. XXI / N° 2 / 2007
el proceso de ­liberalización comercial en un marco regional, si ellos no hacían
concesiones en el ámbito multilateral. Esta estrategia colapsó pronto, cuando
fue evidente que las negociaciones del ALCA no avanzaban debido a las diferencias entre Estados Unidos y el Mercosur. Sin embargo, es en ese momento
cuando Washington opta por la estrategia bilateral de los TLC, mediante la cual
tiene éxito en regular temas como la propiedad intelectual o los servicios, estableciéndose compromisos mayores que los ya acordados en la OMC.
Venezuela frente al ALCA: la cuestión comercial y los riesgos
de un retiro unilateral
Venezuela es un país que ha participado desde la década del sesenta del siglo
xx en diversas iniciativas de integración económica como la Asociación Latino­
americana de Libre Comercio (Alalc), transformada en Asociación Latinoamericana de Integración (Aladi) en 1980, y en el Pacto Andino. Cuando la integración
regional fue relanzada a fines de la década de los ochenta e inicios de los noventa, Venezuela impulsó iniciativas como el Grupo de los Tres (G-3), la Asociación de Estados del Caribe (AEC) y apoyó la transformación del Pacto Andino
en Comunidad Andina (CAN). Más recientemente, Caracas promovió un acercamiento al Mercado Común del Sur (Mercosur), bloque regional del cual se
convirtió en miembro asociado en 2004, para luego ser aceptado como miembro
pleno en diciembre de 2006. La característica común de estos acuerdos de integración es su carácter sur-sur, por incluir a países, que aunque tengan diferencias
relativas en sus estructuras productivas, pueden ser descritos como en vías de
desarrollo.
Sin embargo, la decisión venezolana de aceptar participar en el proceso del ALCA,
significó para el país la primera experiencia de negociación de acuerdo de integración regional norte-sur, en el cual una de las contrapartes es un país desarrollado. En el caso del ALCA, la situación es aún más peculiar, pues ese país
desarrollado es Estados Unidos, primera potencia económica mundial y socio
comercial importante para Venezuela.
Es necesario comenzar señalando que Venezuela tiene fuertes motivaciones comerciales para negociar un acuerdo comercial con Estados Unidos, como el ALCA.
En los cuadros 1 y 2 se incluyen los principales destinos de las exportaciones y
el origen de las importaciones venezolanas entre los años 1996 y 2004, específicamente en el continente americano. Puede percibirse fácilmente el predominio
de Estados Unidos como principal destino tanto como fuente de aprovisiona­miento de bienes y servicios, como de destino de nuestras exportaciones.
El país es un socio natural de Estados Unidos, que constituye el principal destino
de sus exportaciones venezolanas, mayoritariamente materias primas (véase Genua, 2002). El establecimiento de una zona de libre comercio crea un espacio
José Briceño Ruiz / El ALCA, el ALBA y la política de integración de Venezuela
29
preferencial entre los países miembros, cuyas producciones ya no deben pagar
ningún arancel o someterse a cualquier norma que limite el acceso al mercado
preferencial. Supongamos que finalmente se suscriba el ALCA y Venezuela decida
no ingresar y este acuerdo sea suscrito por el resto de los países del hemisferio.
Esto significará que las exportaciones venezolanas hacia el mercado estadounidense estarán en una situación desventajosa, pues tendrán que pagar aranceles
y someterse a medidas no arancelarias inexistentes para los bienes de los otros
países del hemisferio. En teoría esto se conoce como costo de exclusión, que
se incrementa en la medida en que aumenta el número de países que participan
en un acuerdo comercial.
Ahora bien, se puede argumentar que el ALCA no es un acuerdo necesario para
Venezuela, pues es un exportador neto de petróleo a Estados Unidos, producto
que no es parte de la negociación del ALCA e ingresa casi libre de aranceles en
ese mercado. Sin embargo, argumentar de esta forma supone una suerte de resignación con el modelo rentista y negarse a la diversificación productiva del
país. Es necesario diversificar la oferta exportadora del país y buscar mercados
para esos nuevos productos. La cuestión es que Estados Unidos decida una
verdadera apertura de su mercado a los bienes latinoamericanos que sean competitivos, como es el caso de la siderurgia o algunos rubros agrícolas, permitien­
do así a países como Venezuela encontrar un mercado para sus exportaciones
no tradicionales. Este último aspecto es fundamental para comprender lo riesgoso
que puede ser la exclusión unilateral de un acuerdo como el ALCA.
Ahora bien, la opción de excluirse no es algo absolutamente irracional, pues el
ALCA, en la forma que lo plantea Estados Unidos, es un ejemplo del modelo
de integración profunda de tipo norte-sur, es decir, un acuerdo entre países desarrollados y en desarrollo, en los cuales, además de la desgravación arancelaria,
se negocian temas “relacionados con el comercio”, que son bastante sensibles
para los países en desarrollo. Existe entonces el dilema de la existencia de una
tradicional interdependencia comercial con Estados Unidos y el riesgo de negociar temas como la propiedad intelectual o las compras gubernamentales.
40.315
Caricom
73.498
39.693
5.958.119
409.567
22.809
120.376
1998
72.445
39.027
6.178.697
375.953
32.324
101,87
23.305
610.562
53.334
1.521
793.939
172.646
620.154
15.482
324.546
Valor
Fuente: Cepal, Banco de datos estadísticos de Comercio Exterior.
28.952
MCCA
3.974.881
98.561
Perú Estados Unidos
45.647
18.868
528.908
356.796
México Paraguay 294.497
5.043
42.651
1.628
32.667
Cuba
Ecuador Uruguay 862.637
682.014
Canadá 124.448
116.807
Chile Colombia 25,53
628.321
361.989
1.088
306.275
Brasil Argentina
1997
Valor
395
291.698
Bolivia 1996
Valor
Procedencia
Cuadro 1
Venezuela: Importaciones según origen seleccionado
(Miles de dólares)
1999
41.73
16.157
5.190.374
375.785
51.336
88.399
36.378
495.865
58.38
3.855
736.766
191.594
457.165
36.934
220.111
Valor
2000
45.013
18,84
5.482.333
403.312
44.173
121.256
31.316
627.349
111.899
4.816
1.083.644
242,75
727,33
74.168
226.571
Valor
2001
52.138
30.831
5.548.908
473.161
55.871
129.476
18.956
773.799
157.931
13.755
1.432.311
281.849
974.94
178.209
226.766
Valor
2002
169.141
26.302
3.800.099
320.146
37.721
91.445
36.218
536.874
59.241
4.692
963.698
189.906
755,44
163,48
151.395
Valor
2003
37.963
18.803
2.735.769
219.621
17.927
71.561
64.847
416.285
52.634
96.218
713.031
135.192
555.455
160.766
141.788
Valor
2004
77.248
19,2
4.538.818
433.415
26.892
132.936
76.932
686.339
116.386
103,17
1.563.348
237.496
1.238.316
200.06
299.416
Valor
30
Revista BCV / Vol. XXI / N° 2 / 2007
392,1
Caricom
1997
226.911
477.498
12.434.929
521.266
90,78
464.415
5.016
389.853
300.329
21,98
1.339.910
160.766
969.317
5.819
40.268
Valor
1998
532,81
270.117
7.987.118
370.191
17.436
298.904
4.804
216.719
221.185
432.667
1.432.450
191.761
660.988
5.077
54,33
Valor
Fuente: Cepal, Banco de datos estadísticos de Comercio Exterior.
422.672
13.539.031
MCCA
Estados Unidos
30.964
292.891
Uruguay Canadá 2.141
309.937
Paraguay Perú 151.418
Colombia México 206.034
1.249.550
Chile 116.141
747.474
Brasil 179.739
3.913
Argentina
Bolivia Ecuador 63.873
Cuba
1996
Valor
Destino
Cuadro 2
Venezuela: Exportaciones según destinos seleccionados
(Miles de dólares)
1999
1.247.593
481.391
9.02.198
573.579
73.953
285.565
757
172,18
144.469
14.645
788.753
160.712
818,23
1.522
62.553
Valor
2000
2001
474.782
161.581
295.725
2.849
360.858
211.573
16.233
730.743
107.465
674.943
2.042
22.358
Valor
2.624.321
755.563
2.336.993
642.887
15.921.722 12.332.041
452.374
150.734
532.193
2.471
275.269
200.117
12.315
853,48
149.338
1.129.071
2.945
23.262
Valor
2002
2003
294.645
1,21
237.703
4.668
376.398
198.451
642,02
650.783
70.997
259.616
4.161
11.745
Valor
2.286.555
664.604
533.761
499,63
11.724.334 10.980.033
301,63
67.652
203.639
3.713
359.249
332.146
11,91
796.365
122.226
588.439
3.624
12.523
Valor
2004
297.697
933.069
16.146.298
399.527
1,93
553.686
1.589
585.749
380,64
1.061.749
1.041.981
104.141
164.681
4.343
207.168
Valor
José Briceño Ruiz / El ALCA, el ALBA y la política de integración de Venezuela
31
32
Revista BCV / Vol. XXI / N° 2 / 2007
Los temas no arancelarios y los retos para Venezuela
Si el análisis se basa sólo en las variables de tipo arancelario, la teoría del comercio internacional aconsejaría a Venezuela negociar el ALCA, aunque puedan
existir costos sectoriales. Sin embargo, no se debe sólo enfatizar en los aspectos
comerciales, pues supone concentrar la atención en los efectos estáticos del
ALCA, sino también en prestar atención a sus efectos dinámicos. Ciertamente,
la integración no sólo debe medirse en términos de su capacidad de creación
o desvío de comercio, sino también en su potencialidad para permitir nuevas
inversiones, promover el progreso técnico, facilitar el alcance de economías de
escala o fomentar el comercio intraindustrial. En la agenda del ALCA estos temas
son tratados de forma desigual. Por ejemplo, el desarrollo tecnológico y el fomento del progreso técnico no están presentes en la negociación. En cambio,
el tema de las inversiones y la propiedad intelectual intenta ser regulado de
forma bastante liberal, favoreciendo a las empresas transnacionales detentadoras
de la tecnología y patentes.
Para comprender esta situación debe recordarse que además de ser un ejemplo
de “integración profunda”, el ALCA representa una modalidad de regionalismo
estratégico, resultado de la alianza entre Empresas Transnacionales (ETN) y los
Estados nación en los cuales éstas tienen su sede principal (véase Briceño Ruiz,
2001). No es de sorprender que la agenda del ALCA pretenda reflejar los intereses
de esta alianza.
En este sentido, es vital examinar el contenido de la agenda de negociación del
ALCA para detectar que en ella se han incluido temas que expresan los intereses
de la alianza Estado nación-ETN. En buena parte de estos temas, Estados Unidos
propone que se establezca un marco regulatorio con compromisos mayores a
los negociados en el ámbito de la Organización Mundial del Comercio (conocido
como OMC Plus). Por ejemplo, críticos del ALCA consideran que si suscriben
normas rigurosas de defensa de la propiedad intelectual, en particular la protección de las patentes, el acceso a las medicinas será severamente afectado.
También se objeta que el acuerdo sobre servicios elevaría los costos de la salud,
el agua potable, la educación o la electricidad, que en la propuesta estadounidense son considerados simplemente como servicios. Estos dos ejemplos sirven
para ilustrar que el ALCA no es sólo comercio.
La pregunta que surge de nuevo es si conviene a un país realizar concesiones
tan amplias sólo para gozar de un mayor acceso al mercado estadounidense.
Lo que está claro es que la agenda originalmente propuesta, y aceptada por todos los países del hemisferio en la Cumbre de Miami (1994), no conviene a los
intereses nacionales de muchos países latinoamericanos y debe ser objeto de
un serio debate al interior de cada país.
José Briceño Ruiz / El ALCA, el ALBA y la política de integración de Venezuela
33
Además del intento de establecer una agenda OMC Plus, el ALCA carece de una
agenda social que permita promover un modelo de crecimiento económico con
equidad. En la Cumbre de Miami el problema social fue considerado por los
presidentes, quienes recomendaron prestar la atención a problemas como educación, salud, condiciones de trabajo, etc., (Delgado Rojas, 2000). Estos temas
también se discutieron en la Cumbre de Santiago, en la que se adoptó un ambicioso Plan de Cooperación que incluía políticas para el tratamiento de problemas
socio-económicos, políticos y culturales. No obstante, este plan no supone
compromisos obligatorios para los países (Di Filippo y Franco, 2000:53). La
realidad es que, por lo menos hasta la Reunión Ministerial de Quito (2004), en
las negociaciones el aspecto comercial ha prevalecido y los aspectos sociales
han sido secundarios.
Por ejemplo, en la Cumbre de Miami se adoptó el compromiso de garantizar la
atención primaria en la salud. Esto supone, entre otras cosas, que la mayoría de
la población tenga acceso a medicamentos con precios accesibles. No obstante,
este objetivo social está en contradicción con la propuesta de Estados Unidos
en el Grupo de Negociación sobre Propiedad Intelectual. En esta propuesta se
establecen disposiciones sobre patentes que prolongan el período y amplían la
protección de la propiedad intelectual, mientras que se eliminan importantes
limitaciones al derecho de patentes.
En la propuesta del ALCA, aunque se establece un plazo de veinte años para la
protección de las patentes, se podría requerir a las partes extender el plazo de
protección en determinadas circunstancias. Así por ejemplo, un país podría ser
obligado a extender el plazo de protección como una forma de compensar
cualquier retraso en otorgar una patente (Oliva, 2003:12). De igual manera, se
amplía el alcance de las patentes para incluir todo material biológico obtenido
mediante la multiplicación o propagación del producto protegido mediante patente o directamente obtenido a partir de un proceso patentado (Oliva, 2003:12).
Por otra parte, en el ALCA se propone limitar el uso de licencias obligatorias,
mecanismo que permite a los gobiernos autorizarse a sí mismos o a terceros a
utilizar el contenido de una patente sin autorización del titular del derecho.
Gracias a las licencias obligatorias, es posible elaborar medicamentos genéricos,
gracias a los cuales se ha logrado reducir el precio de los medicamentos en los
países en desarrollo. Finalmente, se crean cortes con poderes comerciales que
reemplazan la jurisdicción ordinaria y se conceden derechos exclusivos de información farmacéutica (Gandásegi, 2002).
Si esta propuesta llegase a concretarse en el Acuerdo del ALCA, los avances que
han venido alcanzando algunos países de la región, como el caso de Brasil en
la lucha contra el SIDA, podrían verse seriamente afectados. Además, se incrementarían fuertemente los costos de los medicamentos debido a la eliminación
de los productos genéricos, una de cuyas ventajas es su bajo costo.
34
Revista BCV / Vol. XXI / N° 2 / 2007
Además, la normativa de propiedad intelectual, no sólo en lo referido a las patentes, puede generar una mayor concentración de los conocimientos científicos
en los países desarrollados, ampliándose así la brecha tecnológica entre estos
últimos (Canadá y Estados Unidos) y el resto de los países del hemisferio (Sánchez Daza, 2003:52).
Otro aspecto no comercial del ALCA que genera preocupación es el capítulo
sobre inversiones. En particular el tratamiento que se prevé otorgar a los servicios
públicos, es objeto de gran debate. En el artículo 3 del borrador del ALCA se
define a los servicios públicos como aquellos que no son suministrados en
condiciones comerciales ni en competencia con uno o varios prestadores de
servicios. Si esta norma se interpreta contrario sensu, se puede argumentar que
aquellos servicios gubernamentales ofrecidos de manera comercial, serían regulados por el ALCA. En América Latina, algunos servicios públicos como la
salud y la educación son proporcionados de manera mixta, pues el sector privado
puede complementar la acción pública, al ofrecerlos de forma comercial. Si esto
es así, podría argumentarse que éstos son servicios del Estado que compiten
con otros proveedores, por lo cual deberían ser parte del ALCA. En caso de
aprobarse esta normativa, no sería de sorprender que se desataran presiones
para que los gobiernos privaticen estos sectores o se vean obligados a permitir
una mayor participación privada, nacional o extranjera, en los mismos (Lara
Cortés, 2003:4). En este escenario el acceso a la salud y a la educación estaría
en gran medida abierto sólo a quienes pudieran pagar tales servicios.
Finalmente, el ALCA para que pueda ser un mecanismo que contribuya al desarrollo latinoamericano, requiere de una agenda social. Debe incluir medidas
para compensar los costos ambientales del libre comercio, lo que es significativo
para Venezuela, por ser un país que tiene una invalorable biodiversidad, a lo
que se agrega que muchas de sus reservas ambientales son el hábitat natural de
la población indígena. En este particular se deben establecer acuerdos ambientales que establezcan estándares mínimos en esta materia. Asimismo, el ALCA
debe incluir medidas destinadas a garantizar los derechos laborales y evitar que
Venezuela se convierta en atractivo de las inversiones sólo sobre la base de la
oferta de mano de obra barata. En vez de ello, el Gobierno venezolano debe
negociar mecanismos de protección a los salarios, defensa de la seguridad social,
capacitación técnica y profesional, entre otras. Otros aspectos que el Gobierno
venezolano debería llevar a la mesa de negociación son el fomento a micro, pequeña y mediana empresa, la participación de la mujer, la tecnología de la salud,
el apoyo a la educación inmigratoria, mejoras en la infraestructura y en los servicios públicos (Álvarez, Briceño Ruiz, Bustamante, 2003:54).
La inclusión de estos temas en la agenda de negociación convertiría al ALCA en
un acuerdo realmente innovador. Tradicionalmente, los diversos acuerdos de
integración han estado signados por el énfasis en lo comercial y su contribución
José Briceño Ruiz / El ALCA, el ALBA y la política de integración de Venezuela
35
en la disminución de las vulnerabilidades que presentan los países de la región
ha sido escasa. Esto en gran medida explica el rechazo que el ALCA ha encontrado en importantes sectores de las sociedades latinoamericanas y caribeñas,
y en algunos gobiernos. Una región como la latinoamericana y caribeña, marcada
por la inequidad y la desigualdad, necesita de un modelo de integración, que
sin excluir lo comercial, proponga la creación de un espacio de solidaridad, tal
como lo concibe el pensamiento estructuralista sobre la integración. La construcción de este espacio solidario supone superar las extremas vulnerabilidades
y asimetrías existentes en la región, lo que implica, retomando una vez las ideas
estructuralistas, que el socio más rico en el proceso contribuye con los socios
menos ricos, de manera que todos resulten beneficiados (Álvarez, Briceño Ruiz,
Bustamante, 2003).
Sin embargo, Estados Unidos no parece interesado en modificar su propuesta
original de integración de la Cumbre de Miami de 1994. Para Washington el
ALCA es un acuerdo comercial OMC Plus. Así se ha reiterado en sus posiciones
en los grupos de negociación desde 1998 y en los discursos de George Bush
en las Cumbres de Québec y Mar del Plata. Debido al colapso de la negociación
del ALCA, Estados Unidos ha desarrollado la estrategia de negociar los TLC con
algunos países de la región. En ellos ha logrado imponer el modelo ALCA de
integración en el cual se combina la apertura comercial y la agenda OMC Plus.
Frente a esta realidad y la poca disposición de Washington a apoyar una agenda
más flexible y comprometida con un desarrollo integral de la región, varios
países han decido crear un frente para impedir que el modelo ALCA sea impuesto
en toda región. Esto fue evidente el la Cumbre de Mar del Plata, en la cual Mercosur y Venezuela (entonces todavía asociado al proceso mercosuriano) expresaron de forma meridiana su rechazo a continuar las negociaciones del ALCA.
El ALBA: ¿propuesta alternativa al ALCA o nueva filosofía de integración?
El ALBA fue anunciada en la III Cumbre de Estados de la Asociación de Estados
del Caribe (AEC) bajo el nombre Alternativa Bolivariana para las Américas
(ALBA), siendo una iniciativa que plantea promover un modelo nuevo de integración basado en la solidaridad, la complementariedad y la cooperación. En
sus inicios la propuesta ALBA careció de mayor contenido, pero a partir del año
2002 se presentó como un alternativa al ALCA y en este sentido, se hicieron
públicos varios documentos oficiales en los cuales se contrastaban las propuestas
de negociación que se estaban realizando en el marco de la negociación hemisférica con lo planteado por el ALBA (véase Chávez, 2003).
Más recientemente, sin embargo, se ha presentado al ALBA como una iniciativa
que, en palabras de Judith Valencia “es a la misma vez, en vez del y un más allá
del ALCA” (2003:1). Incluso se ha intentado cambiar el significado de la sigla
36
Revista BCV / Vol. XXI / N° 2 / 2007
ALBA, que ha pasado a significar la Alternativa Bolivariana para la América o,
a veces, la Alternativa Bolivariana para nuestra América. En esta etapa la propuesta del Gobierno venezolano se ha presentado como una nueva modalidad
de integración, distinta al modelo de integración abierta que predominó en los
felices noventa. Incluso más recientemente, se le ha presentado como un elemento de la lucha mundial contra el imperialismo (véase Martínez, 2006:86).
Es preciso reiterar entonces que el ALBA ha tenido varias etapas en su evolución.
En sus orígenes fue una propuesta poco concreta, que simplemente se proponía
enfrentar el ALCA. Así por ejemplo, durante el año 2002 no se produjeron documentos públicos en los cuales se delimitase el contenido del ALBA. La razón
al parecer radica en el hecho de haber sido una propuesta concebida por el
mismo presidente Chávez. Esto fue incluso reconocido por el mismo primer
mandatario venezolano en abril de 2006, en un encuentro con los Presidentes
de Cuba, Fidel Castro y de Bolivia, Evo Morales. Allí Chávez comentó que en la
búsqueda de una opción distinta al ALCA se le había ocurrido la expresión
ALBA y así lo anuncio en la reunión de la AEC. Al parecer, según cuenta el
presidente Chávez, algunos días después recibió una llamada telefónica de Fidel
Castro, quien lo felicitaba por la propuesta y le pedía los documentos y fundamentos del ALBA. A lo que Chávez respondió señalando que no podía enviárselos
simplemente porque no existían, porque “no había nada” (Firma de Acuerdo en
el marco del ALBA, rueda de prensa, 29 de abril de 2006).
Esta historia es pertinente contarla, porque evidencia que en sus orígenes el
ALBA era un componente en la lucha contra el modelo ALCA, respecto al cual
Chávez ya había manifestado sus reservas en la Tercera Cumbre de la Américas,
realizada en Québec, Canadá, en abril de 2001. Ahora bien, tanto en Québec
como en su discurso en la AEC, Chávez no se oponía de forma total al ALCA,
sino que planteaba que éste fuese un acuerdo más justo, en el cual todos ganasen y que no se limitase sólo a una agenda comercial.
Sin embargo, a partir de la radicalización del conflicto político en Venezuela, el
breve golpe de Estado del 12 de abril de 2002, el fallido paro petrolero de diciembre de 2002 a enero de 2003 y el creciente número de declaraciones de
importantes voceros estadounidenses en las cuales se describía al gobierno
de Chávez como un factor desestabilizador de la región, la relación con Washing­
ton sufrió un profundo deterioro. El golpe de abril y el paro petrolero convencieron a Chávez de que el instigador de la conspiración contra su gobierno era
la administración Bush. A partir de entonces, la posición de Caracas pasa a la
crítica mordaz al modelo ALCA y el ALBA se convierte en el mecanismo para
promover otra integración. Ciertamente, no es exacto decir que los sucesos del
año 2002 determinan la posición anti-ALCA y la propuesta ALBA. Si recordamos
dos de los pilares de la estrategia internacional del gobierno de Chávez (promoción de un mundo multipolar y lucha contra el modelo neoliberal), existen
José Briceño Ruiz / El ALCA, el ALBA y la política de integración de Venezuela
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razones para pensar que, independientemente de lo acontecido en el 2002, alguna propuesta alternativa al ALCA hubiese surgido. La significativo de la crisis
ocurrida ese año fue que delimitó la posición venezolana en la negociación hemisférica, que se volvió cada vez más crítica, y consolidó la agenda del ALBA
como propuesta alternativa del Gobierno venezolano al ALCA.
En el año 2003 se publica una serie de documentos en los cuales ya comienza
a delimitarse el contenido del ALBA. Como propuesta alternativa al ALCA, se
proponían medidas concretas en temas como la propiedad intelectual, los servicios, las inversiones, las compras gubernamentales. El enfoque que inspiraba
estas propuestas estaba bastante distanciado de la flexibilización implícita en el
“modelo ALCA” de integración. Para colocar un ejemplo, en el caso de las inversiones extranjeras, en vez del otorgamiento del principio de trato nacional,
en el ALBA se proponía establecer, en algunos casos, requisitos de desempeño.
Otro ejemplo, en materia de compras gubernamentales se señalaba que éstas
eran un instrumento de promoción del desarrollo industrial al cual no debía
renunciar el país. En materia de servicios, se rechaza que la educación y la salud
perdiesen su condición de servicios públicos. En lo referente a la propiedad intelectual, se descartaba cualquier normativa que afectase el derecho a la salud
y el acceso a los medicamentos. También se proponía la inclusión de nuevos
temas en la agenda como la creación de Fondos de Compensación (véase Chávez,
2003) En otras palabras, el ALBA fue una contrapropuesta del Gobierno venezolano en la cual se promovía un modelo distinto a la “integración profunda”
que Estados Unidos quería implantar a través del ALCA. En este aspecto, el ALBA
se alimentó de muchas de las demandas de los movimientos sociales y ONG
que en el marco de la Alianza Social Continental se habían opuesto al modelo
ALCA y de integración, y habían emitido un documento denominado “Alternativa
para las Américas”.
Al final de esta etapa, al menos en el discurso oficial, se intenta articular el ALBA
con la propuesta de desarrollo endógeno y la premisa “tanto mercado como sea
posible y tanto Estado como sea necesario”. Así, el ALBA planteaba orientar los
procesos de integración hacia el fortalecimiento del desarrollo endógeno nacional
y regional para reducir la pobreza, corregir las desigualdades sociales y mejorar
la calidad de la población (Ministro de Estado para la Integración y ComercioBancoex, 2003:3). De igual manera, la propuesta de integración alternativa se
articuló con la estrategia de cooperación petrolera promovida por Chávez en
iniciativas como Petrocaribe o Petrosur y con la creación de una estación de televisión continental conocida como Telesur (véase Briceño Ruiz y Linares,
2004:40-41).
La nueva etapa en la delimitación conceptual del ALBA se inicia en el 2004. Ese
año fue clave en la consolidación de Chávez en el país, luego de su abrumadora
Revista BCV / Vol. XXI / N° 2 / 2007
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victoria en el referéndum revocatorio realizado en agosto. A pesar de denuncias
de fraude que nunca se comprobaron, el triunfo de Chávez le dio una mayor
legitimidad en los escenarios internacionales, a lo que se sumó una coyuntura
de precios petroleros altos que le permitió fomentar mecanismos de cooperación
sur-sur. Al mismo tiempo, la relación con Estados Unidos no sólo empeoraba,
sino que importantes voceros de la administración Bush no cesaron en su prédica sobre el carácter desestabilizador del Gobierno venezolano. Es a partir de
entonces, cuando Chávez adopta una actitud de un mayor y abierto enfrentamiento con Estados Unidos, al que comienza describir como imperio, radicalizándose además el discurso anti neoliberal e incluso sustituyéndose por una
prédica anti capitalista y a favor de construir un modelo económico descrito
como “Socialismo del siglo xxi”.
Obviamente esto tuvo incidencia en el proceso de delimitación conceptual del
ALBA que dejó de ser descrita como una alternativa al ALCA, ya colapsado debido al rechazo de Brasil y el Mercosur, y se convirtió en una nueva filosofía de
integración. Las propuestas alternativas del documento de 2003, ya citado, dejaron de ser tema de discusión y en vez de ello se comenzó un debate sobre
un nuevo tipo de integración. Entonces la propuesta del Gobierno venezolano
pasó a ser muchas cosas al mismo tiempo. Judith Valencia (2005:10) describe al
ALBA en los siguientes términos:
EL ALBA
Es integrar las capacidades de los pueblos y sus territorios
para satisfacer las necesidades de los pobladores de estas tierras.
Las capacidades de los pobladores, las riquezas de los territorios,
de los poderes creadores del pueblo.
Las necesidades de alimentación,
de abrigo,
de ocio,
del cuerpo,
de los espíritus,
de los deseos por-venir.
La Felicidad es una construcción cultural. EL ALBA debe
respetar este hecho cierto.
El ALBA debe proponerse ir diluyendo –por sustitución– todos los proyectos
anteriores hasta vaciarlos de sentido.
José Briceño Ruiz / El ALCA, el ALBA y la política de integración de Venezuela
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Desde esta perspectiva, ciertamente, el ALBA dejó de ser simplemente una alternativa al ALCA y se transformó, al parecer, en una propuesta de tipo cultural,
político y económico que se propone resolver los problemas de la región. No
obstante, en términos de políticas públicas, y de la forma para alcanzar estos
objetivos, no es mucho lo que dice la autora.
Valencia menciona que el ALBA reconoce que el comercio no es el problema.
En consecuencia, es admisible la posibilidad de practicar el comercio compensado, en la medida en que éste sea mutuamente conveniente para ampliar y
profundizar el intercambio comercial (Valencia, 2005:14). Esta pues sería una
primera característica del ALBA: el comercio compensado como, por ejemplo,
los convenios que se han firmado entre Venezuela y Cuba.
Otro mecanismo para promover el ALBA sería las alianzas estratégicas centradas
en el petróleo. Citando de nuevo a Valencia (2005:14), “el Gobierno venezolano
utiliza su recurso abundante, escaso en territorios de gobiernos aliados, negociando intercambios complementarios sin exigir compensaciones que vulneren
la soberanía de los Estados y dando condiciones de comercialización solidarias
que sustituyan las exigencias de las transnacionales privadas”. En este sentido,
convenios como Petrocaribe o Petrosur serían parte del ALBA.
Valencia también menciona a las Macrorruedas Binacionales de Negocios, que
el Gobierno venezolano viene promoviendo desde 2003 con empresarios de
varios países latinoamericanos. Según Valencia:
En tanto son negocios entre empresarios privados con los gobiernos como facilitadores, ayudan a diversificar orígenes y destinos de las exportaciones e importaciones y con ello reavivan actividades productivas interrumpidas por las políticas
de ajustes estructurales y por las acciones de la competencia transnacional.
Otra expresión del ALBA sería la expansión a otros países del continente de las
denominadas “misiones”, es decir, los programas sociales en materia de salud
y educación del actual Gobierno venezolano. En este sentido, se menciona la
expansión de la “misión Robinson”, centrada en la alfabetización, a Bolivia y de
la “misión milagro”, que se dirige a realizar intervenciones quirúrgicas a personas
con problemas de la vista.
Buena parte de estos principios se incluyeron en el Acuerdo para la Aplicación
de la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América y el Tratado
de Comercio de los Pueblos, suscrito por los presidentes de Bolivia, Cuba y Venezuela, Evo Morales, Hugo Chávez y Fidel Castro, en La Habana el 29 de abril
de 2006. En este acuerdo, los tres países convienen en desarrollar una serie de
iniciativas que según los tres jefes de Estado estarían inspirados en los principios
rectores del ALBA (véase cuadro 3).
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Cuadro 3
Acuerdo para la aplicación del ALBA. Acciones a realizar
1. Elaborar un plan estratégico para garantizar la más beneficiosa complementación productiva sobre bases
de racionalidad, aprovechamiento de ventajas existentes en los países, ahorro de recursos, ampliación
del empleo, acceso a mercados u otra consideración sustentada en una verdadera solidaridad que potencie
nuestros pueblos.
2. Intercambiar paquetes tecnológicos integrales desarrollados en sus países en áreas de interés común,
que serán facilitados para su utilización y aprovechamiento, basados en principios de mutuo beneficio.
3. Trabajar en conjunto, en coordinación con otros países latinoamericanos, para eliminar el analfabetismo
en esos países, utilizando métodos de aplicación masiva de probada y rápida eficacia, puestos en práctica
exitosamente en Venezuela.
4. Ejecutar inversiones de interés mutuo que pueden adoptar la forma de empresas públicas, binacionales,
mixtas, cooperativas, proyectos de administración conjunta y otras modalidades de asociación que decidan
establecer. Se prioriza las iniciativas que fortalezcan las capacidades de inclusión social, la industrialización
de los recursos, la seguridad alimentaria, en el marco del respeto y la preservación del medio ambiente.
5. Acordar la apertura de subsidiarias de bancos de propiedad estatal de un país en el territorio nacional
de otro país.
6. Para facilitar los pagos y cobros correspondientes a transacciones comerciales y financieras entre los países,
se acuerda la concertación de convenios de crédito recíproco entre las instituciones bancarias designadas
a estos efectos por los gobiernos.
7. Practicar mecanismos de compensación comercial de bienes y servicios en la medida en que esto resulte
mutuamente conveniente para ampliar y profundizar el intercambio comercial.
8. Impulsar el desarrollo de planes culturales conjuntos que tengan en cuenta las características particulares
de las distintas regiones y la identidad cultural de los pueblos.
9. Profundizar la cooperación en el tema comunicacional, tomando las acciones necesarias para fortalecer
sus capacidades de infraestructura en materia de transmisión, distribución, telecomunicación, entre otros;
así como de capacidades de producción de contenidos informativos, culturales y educativos. En este
sentido, los gobiernos continuarán apoyando el espacio comunicacional de integración conquistado
en Telesur, fortaleciendo su distribución en nuestros países, así como sus capacidades de producción
de contenido.
10. Reconocimiento de las especiales necesidades de Bolivia como resultado de la explotación y el saqueo
de sus recursos naturales durante siglos de dominio colonial y neocolonial.
11. Intercambiar conocimientos en materia científico-técnica para contribuir al desarrollo económico y social
de los tres países.
Fuente: Acuerdo para la Aplicación de la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra
América y el Tratado de Comercio de los Pueblos. Puede observarse entonces que el ALBA en su versión actual ya no tiene como
referente al ALCA. Ciertamente, los gobiernos que lo impulsaron originalmente
mantienen su rechazo a la propuesta comercial de Estados Unidos, aunque su
nuevo miembro, Nicaragua, haya suscrito un TLC con Washington, que según
se ha anunciado no se va a denunciar. Sin embargo, en su versión actual el
José Briceño Ruiz / El ALCA, el ALBA y la política de integración de Venezuela
41
ALBA se presenta más bien como una propuesta normativa, no institucionalizada,
que no busca formalizarse a través de un acuerdo y que pretende convertirse
en una filosofía de integración basada en la solidaridad, la cooperación y la
complementariedad.
Varias reflexiones deben realizarse sobre esta propuesta. En primer lugar, si el
ALBA quiere hacer una contribución a la búsqueda de un modelo de integración
que supere la integración profunda de la década pasada, debe encontrar el apoyo
de los actores políticos y sociales de la región. Desde hace ya varios años existe
la percepción cada vez más dominante de que el modelo de integración que se
aplicó en los noventa tiene serias limitaciones que son la raíz del estancamiento
por el que atraviesan iniciativas como el Mercosur y la CAN. La integración en
América Latina, desde los prístinos trabajos de la Comisión Económica para
América Latina (Cepal) y Raúl Prebisch, fue concebida como un mecanismo
para la transformación productiva de la región. En la década de los noventa,
todo esto fue abandonado y se optó por una estrategia que sólo promovía la
desgravación arancelaria, sin siquiera considerar las asimetrías y los distintos niveles de desarrollo de los países participantes. Con esto no se quiere desconocer
la importancia de la dimensión comercial de la integración. Por ejemplo, Venezuela acaba de ingresar al Mercosur y ha aceptado un programa acelerado de
desgravación comercial con sus nuevos socios que termina en el año 2012. El
problema no es que se tenga una agenda comercial. La cuestión es que se considere que el único elemento o el aspecto central de la integración sea la liberalización comercial. En este sentido, cualquier iniciativa que permita relanzar este
debate no puede ser sino bienvenida.
Sin embargo, debe existir una dosis de realismo, porque Venezuela ya es parte
de esquemas de integración como el Mercosur y ha adquirido una serie de
compromisos como parte de ello. En consecuencia, es necesaria una reflexión
sobre la compatibilidad de estos compromisos con las propuestas del ALBA y
Caracas intentará que esta última se articule con las iniciativas ya existentes. No
basta alegar que esta última iniciativa es una propuesta normativa o del “deber
ser” de la integración latinoamericana que no puede llevarse al plano de una
negociación intergubernamental, porque si una propuesta no puede tener incidencia en la forma como se están desarrollando los procesos de integración en
la región, carece de valor.
En otras palabras, si la propuesta ALBA quiere tener futuro, debe ser complementaria con las iniciativas de integración de las que forma parte el país. El
ALBA plantea un escenario para promover la integración productiva, como
propuso Prebisch en su idea del mercado común latinoamericano. También introduce el tema de la integración solidaria que supone rescatar la tradición latinoamericana de conceder un trato preferencial a los países de menor desarrollo
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Revista BCV / Vol. XXI / N° 2 / 2007
económico relativo, abandonado en la década de los noventa. Otros países están
interesados en incluir estos temas en la agenda de la integración. Por ejemplo,
el esfuerzo que se realiza en el Mercosur de crear mecanismos para favorecer
a los países más pequeños, como el aún naciente Fondo de Compensación
Económica (Focem), no se diferencia de alguna de las propuestas del ALBA, al
menos en su versión 2003. En este aspecto el ALBA y el Mercosur pueden tener
puntos de encuentro.
Sin embargo, existen dudas y dificultades por resolver. En primer lugar, es la
naturaleza misma de la propuesta, es decir, si se trata de cooperación o integración o integración por proyectos. Esto no es banal, pues determina la naturaleza
de las instituciones encargadas de aplicar los instrumentos del ALBA. Otra
cuestión, es la necesidad de multilaterizar el ALBA, superando la etapa actual
en la cual se trata de una iniciativa de Venezuela basada en una coyuntura de
ingreso petrolero elevado y apoyada por Cuba, Bolivia y, recientemente, Nicaragua. Y esto nos lleva al delicado tema de su convergencia con las otras iniciativas existentes en la región y en particular con el Mercosur. Esto requerirá una
negociación intergubernamental en la que entran en juego aspectos estratégicos
y de poder, especialmente en la relación con Brasil, que también requieren una
dosis de realismo político.
Conclusión
El ALCA es un proceso complejo que tiene profundas implicaciones para la
economía venezolana. Por un lado, las variables comerciales aconsejan participar
en este proceso de integración o al menos evitar la exclusión unilateral. Sin
embargo, los temas no comerciales y el modelo de integración implícito en el
ALCA también deben evaluarse con extremo cuidado, pues implican aceptar
normas supranacionales para regular de forma excesivamente flexible sectores
como la propiedad intelectual o las compras gubernamentales.
Si el país se excluye unilateralmente, tendrá que pagar elevados costos de exclusión. Por ello, es conveniente la formación de alianzas con aquellos países que
en América Latina han manifestado sus reservas frente al ALCA. En este sentido
el ingreso de Venezuela al Mercosur, formalizada en noviembre de 2005, ha sido
clave para poder desarrollar una estrategia frente al ALCA que reduzca los costos
de exclusión. La alianza con Brasil y Argentina, dos de las economías latinoamericanas de mayor peso, a lo que se suma Uruguay, Paraguay y más recientemente
Bolivia, Nicaragua y, probablemente, Ecuador, reduce el número de mercados,
por lo demás nada insignificantes en su poder compra, en los cuales Venezuela
podría verse excluida, en el hipotético caso de un reinicio de la negociación del
ALCA. De igual manera si Brasil, Argentina y ahora Venezuela deciden no negociar el ALCA o no hacerlo hasta que se aclare la situación de la Ronda de Doha
José Briceño Ruiz / El ALCA, el ALBA y la política de integración de Venezuela
43
de la Organización Mundial del Comercio, es difícil que los restantes países interesados en negociar puedan alcanzar un acuerdo global. El escenario parece
ser más bien la propagación de TLC bilaterales con Estados Unidos. En este caso
también se reducirían los costos de exclusión en los mercados latinoamericanos
e incluso en el mercado estadounidense, aunque en éste se produciría ciertamente
una mayor exclusión frente aquellos países que hayan suscrito algún TLC.
En cuanto a la agenda no comercial, es cada vez más claro lo inconveniente de
negociar temas como la propiedad intelectual y los servicios en la forma como
se plantea en el ALCA. Esto supondría aceptar normas que trascienden de forma
amplia lo acordado en la Ronda Uruguay del GATT, en temas que aún son parte
de la agenda multilateral de comercio. El aceptar esta normativa tendría un
enorme impacto sobre las posibilidades de promover un mayor desarrollo industrial y una diversificación tecnológica, sin olvidar su incidencia en el acceso
a la salud y a la educación de buena parte de nuestra población. Resulta además
políticamente muy ingenuo aceptar una agenda como la impuesta en el ALCA,
cuando Estados Unidos se niega a discutir el tema de los subsidios y apoyos a
la agricultura en la negociación hemisférica.
En este sentido, el ALBA emerge como parte de un debate sobre la necesidad
de un nuevo modelo de integración “más allá del comercialismo y la integración
profunda” que predominó en los noventa. Aunque esta propuesta del Gobierno
venezolano está apenas en un proceso de definición, debe ser considerada y
analizada por ser la posición oficial de un país importante en la región. Su posterior influencia dependerá de la capacidad que tenga el Gobierno venezolano
para articularla con las otras iniciativas ya existentes.
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Las administradoras de fondos de pensiones chilenas
y su eficiencia técnica y asignativa
Ramírez Vera
Douglas C. Ramírez Vera*
Resumen
Las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) son sociedades anónimas
que tienen como objeto exclusivo administrar un fondo de pensión, otorgar
y administrar las prestaciones y beneficios que establece la Ley de Pensiones.
A través de la estimación de una frontera estocástica de costo, se estudia la
eficiencia técnica y la asignativa de las AFP chilenas durante el período 19872004. La evidencia muestra que aun cuando posee economías de escala de
corto plazo, durante el período bajo estudio, las ganancias de eficiencias han
sido pocas y presenta en promedio bajos niveles de eficiencia técnica, asignativa y económica.
Palabras clave: Administradoras de Fondos de Pensiones / Chile / Modelos de
fronteras estocásticas
Código JEL: C73; G23; N36
* Académico adscrito al Instituto de Investigaciones Económicas Sociales de la Facultad de
Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad de Los Andes (ULA), Mérida, Venezuela.
Correo electrónico: dramirez@ula.ve.
Revista BCV / Vol. XXI / N° 2 / 2007
48
Abstract
The Pension Fund Administrators (AFP) are Business Corporations, whose
exclusive objective is to manage a Pension Fund and to authorize and administer provisions and benefits established under the Pension Law. By means of
an estimate of a Stochastic Frontier of Cost, a study was undertaken on the
technical efficiency and role of the Chilean Pension Fund Administrators during
the period 1987-2004. The result shows that even though there were short term
economies of scale, during that period, efficiencies gains were few and, on
average, there were low levels of technical, value and economic efficiency.
Key words: Chile / Pension Fund Administrators / Stochastic Frontier Models
JEL Code: C73; G23; N36
Resumo
As Administradoras de Fundos de Pensões de Aposentadoria (AFP) são Sociedades Anônimas que visam exclusivamente à administração de um Fundo de
Pensão, bem como outorgar e administrar as prestações e benefícios estabelecidos na Lei de Pensões. Mediante a estimativa de uma Fronteira Estocástica
de Custo, estuda-se a eficiência técnica e a atributiva das AFP chilenas durante o período 1987-2004. A evidência mostra que embora tenham economias
de escala em curto prazo, durante o período tomado para o estúdio, os ganhos
de eficiência foram muito poucos e apresenta uma média baixa a respeito dos
níveis de eficiência técnica, atributiva e econômica.
Palavras chave: Administradoras de Fundos de Pensão de Aposentadoria /
Chile / Modelos de Fronteiras Estocásticas
Código JEL: C73; G23; N36
Résumé
Les Administrateurs de Caisses de Retraites (ACR) sont des Sociétés Anonymes
qui ont comme seul but d’administrer les caisses de retraites, d’octroyer et
d’administrer les prestations et les bénéfices établis dans la Loi de Retraite. Par
le biais de l’estimation d’une frontière aléatoire de coût, on étudie l’efficacité
technique et l’assignation des ACR chiliennes pendant la période 1987-2004.
Les résultats montrent que même s’il y a d’économies d’échelle à court terme
pendant la période étudiée les profits d’efficacité ont été futiles. Tout cela
présente, en moyenne, de bas niveaux d’efficacité technique, d’assignation et
économique.
Mots clés: Administrateurs de Caisses de Retraites / Le Chili / Modèle de frontières aléatoires
Code JEL: C73; G23; N36
Douglas C. Ramírez Vera / Las administradoras de fondos de pensiones chilenas y su eficiencia técnica y asignativa
49
Las AFP en Chile
Las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) son sociedades anónimas
que tienen como objeto exclusivo administrar un fondo de pensión y otorgar y
administrar las prestaciones y beneficios que establece la ley, como: recaudar las
cotizaciones previsionales, mantener al día las cuentas individuales de los afiliados, invertir los recursos del fondo y otorgar las pensiones a los beneficiarios.
El sistema antiguo provisional chileno lo sustentaban los trabajadores activos, el
estado y los empleadores, pero éste tuvo muchas críticas que causaron su sustitución. Dentro de las causas que generaron el descontento sobre el antiguo sistema se encontraban el que en años anteriores a su derogación, las cotizaciones
no habían sufrido reajustes, además de que la relación asegurados-activos sobre
la fuerza de trabajo se estaba reduciendo progresivamente, así como el hecho
de que había aumentado la evasión en el pago de las cotizaciones. Sin embargo,
la principal razón para buscar un reemplazo del sistema antiguo era la situación
financiera. Es decir, el sistema se encontraba quebrado por el déficit y de acuerdo
a estimaciones, éste seguiría acrecentándose. Otra crítica señalaba los bajos niveles de rentabilidad de las inversiones. Estas y otras deficiencias generaron
problemas de administración y costos.
En mayo de 1981 entró en vigencia el Decreto Ley 3.5001 con el cual nació el
nuevo sistema de pensiones, basado en el sistema de capitalización individual,
este nace con doce firmas y reemplaza el sistema de reparto. El sistema se
mantuvo estable, con entrada y salidas de pocas firmas hasta 1988, período que
estuvo marcado por la consolidación del sistema.
La suplantación del antiguo sistema por este nuevo, encuentra su sustentación
en los ajustes estructurales que vivía la economía y la sociedad chilenas, así
como en la concepción del hombre y los preceptos económicos propios del
modelo de desarrollo que Chile había asumido. Este nuevo sistema nace, según
sus mentores, buscando un método que permita superar las deficiencias del
antiguo sistema. En el nuevo se crean las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), las cuales tienen por objetivo administrar los fondos de los afiliados
en cada una de las cuentas de capitalización individual. Las AFP, por ley, deben
descontar mensualmente de forma obligatoria un porcentaje de la renta de los
afiliados y deben administrar estos fondos.
El presente trabajo, estima la eficiencia técnica y asignativa de las Administradoras de Fondos Pensiones (AFP) de Chile durante el período 1987-2004 a través
Decreto Ley 3.500 promulgado en noviembre de 1980 y complementado por la Ley de
Rentas Vitalicias Ley 19.934.
1
50
Revista BCV / Vol. XXI / N° 2 / 2007
de la estimación de un modelo de fronteras estocásticas de costo tal como ha
sido realizado en otros estudios de economía aplicada en Chile; como los casos
de la industria eléctrica (Mellado y Sánchez, 2004), los hospitales (Castro, 2004)
y el sistema de asignación per cápita de salud (Saldías, 1999).
La teoría microeconómica convencional se basa en el supuesto de conductas
optimizadoras, por lo que se asume que el productor optimiza desde una perspectiva técnica o “ingenieril” sin desperdiciar recursos, es decir, que el productor
se ubicará en el límite de su conjunto de posibilidades de producción. Para ello
optimizará, desde una perspectiva económica mediante la resolución de un
problema de asignación que involucra los precios.
Tradicionalmente, se asume que un productor maximizador asignará recursos
eficientemente de forma de ubicarse en la frontera de costos más que por encima
de ella, lo que tendrá validez aunque se persigan otros objetivos. Sin embargo,
por distintas razones no todos los productores tienen éxito en resolver esos
problemas en todas las circunstancias, lo que se representa en la heterogeneidad
de los indicadores de desempeño del sector.
En el caso particular de Chile, como señalan Díaz y Ramírez (2000), las AFP
han presentado un menor nivel de rentabilidad y mayor riesgo que otras opciones de mercado como el caso de los activos líquidos, a pesar de estar garantizados los fondos de pensionados. Esto se debía en parte al comportamiento
líder seguidor del mercado, buscando mantener cada una su participación, por
lo cual se requería abrir la competencia al sistema y permitir mayores opciones
de elección en la combinación de rentabilidad y riesgo, lo cual se verificó cuando
se crearon los multifondos a partir de 2002. Esto es igualmente señalado en el
Informe Marcel2, cuando dice que el grado de competencia entre las AFP es
muy bajo considerando las altas rentabilidades patrimoniales de las empresas.
Por ello, una mayor competencia tendría el potencial de presionar a una mejora
en las “tres variables claves” del servicio prestado: la rentabilidad de los fondos,
el precio y la calidad de servicio.
Por otro lado, el mismo Informe Marcel señala que la rentabilidad promedio real
anual registrada desde los inicios del sistema hasta 2004, ha alcanzado un 10,3%,
aunque en los primeros años período 1981-1991 fue de 14,2%, mientras que para
los años 1991-2004, sólo registró un 7,8% en promedio. La alta rentabilidad que
benefició a los afiliados de los primeros años es asociada al proceso de transformación económica de Chile y no necesariamente a episodios de competitividad.
Mario Marcel, presidente de la comisión que elaboró el “Informe de Diagnóstico para el
Consejo Asesor para la Reforma Previsional”, Gobierno de Chile, 2006.
2
Douglas C. Ramírez Vera / Las administradoras de fondos de pensiones chilenas y su eficiencia técnica y asignativa
51
En 1988 se introdujeron importantes modificaciones en la estructura de comisiones
y en el diseño de las pensiones, luego de los cuales la industria comenzó a recibir
más competidores. Entre 1994 y 1997, veintitrés AFP se disputaron el mercado. Esta
competencia se dio fundamentalmente por la vía de vendedores que entregaban
regalos a los afiliados para inducir el traspaso de una AFP a otra, la situación terminó en 1997, por efecto de una regulación de la Superintendencia de AFP que limitó
la movilidad de los afiliados. Durante este proceso disminuyó la rentabilidad de las
AFP, subieron las comisiones reales y aumentó fuertemente el gasto en vendedores,
el que en buena parte era transferido a los afiliados en forma de regalos.
La evidencia indica que existe baja sensibilidad de la demanda a las variables
claves y que la decisión de cambiarse de AFP se basa principalmente en el efecto
de los vendedores y de los regalos ofrecidos (Marinovic y Valdés, 2005; Berstein
y Micco, 2002; Berstein y Ruiz, 2004). Por otro lado, la rentabilidad de los fondos
es una de las variables claves, ya que una diferencia de un punto porcentual en
rentabilidad a lo largo de la vida del afiliado puede afectar en un 20% el monto
de la pensión final (Gobierno de Chile, 2006).
A partir de 1997, se generó un proceso de fusión entre las AFP reduciendo significativamente su número de veintitrés a seis AFP abiertas en la actualidad, de
las cuales cinco han presentado la mayor continuidad en el tiempo. En el cuadro
1 se muestra la participación en afiliados y en masa salarial de las seis AFP
abiertas, donde las cinco primeras concentran más del 90% de los afiliados y
de la masa salarial.
Cuadro 1
Participación en afiliados y masa salarial por AFP
Participación en afiliados (%)
Participación en masa salarial (%)
Cuprum
7
15
Hábitat
24
24
Planvital
5
3
Provida
41
37
Santa María
16
12
Bansander
8
9
Fuente: Superintendencia de AFP.
El presente documento se estructura en siete secciones (incluyendo la presente),
en la segunda sección se aborda el tema de la eficiencia productiva, en la tercera
se describe la selección de las variables, su fuente y sus transformaciones para
la modelación, en la cuarta sección se plantea el problema de la multicolinealidad
de las variables explicativas debido a problemas que presenta la estructura de
los datos y su movimiento acompasado a lo largo del tiempo, en la quinta se
52
Revista BCV / Vol. XXI / N° 2 / 2007
presentan las estimaciones, en la sexta se describen los principales resultados
y en la séptima se resume el trabajo en las conclusiones finales.
Eficiencia productiva
Si bien el análisis teórico se apoya en que la actividad productiva es un proceso
de optimización, definiendo como herramientas básicas la frontera de producción
máxima y la frontera de costo mínimo, el análisis aplicado se ha concentrado en
estimaciones promedio, más que en retomar el concepto de condiciones tecnológicas de frontera. Sin embargo, el análisis de la información sobre costos y niveles
de eficiencia en las ramas industriales reveló importantes diferencias, señalando
la existencia de niveles de eficiencia técnica distinta. Esas diferencias fueron señaladas inicialmente por Leibenstein (1966) al afirmar la posibilidad de incrementar
la productividad en las empresas sin cambiar la tecnología, simplemente mediante
un uso más eficiente de los insumos, lo que denominó “Ineficiencia-X”.
En el análisis microeconómico es posible diferenciar dos tipos de eficiencia:
eficiencia de asignación, que se refiere a la mejor asignación de recursos escasos
entre usos y actividades alternativas; y eficiencia técnica, referida a la minimización de los costos de desarrollar cada actividad en cualquier nivel dado.
Las funciones de frontera o de “mejor práctica” se basan en el supuesto de que
existan diferencias no estocásticas en eficiencia entre las unidades productivas
en una rama, por lo que la función promedio clásica resultaría una representación “inadecuada” de la relación entre factores productivos y la producción posible, en tanto una cantidad dada de insumos conduciría a un nivel de producto
significativamente más alto si se utilizara la tecnología de las unidades más eficientes en lugar de la promedio.
La eficiencia productiva es la habilidad para producir un producto a un costo
mínimo. A su vez, para minimizar el costo de producción, la firma debe ser capaz de utilizar la menor cantidad de insumos para producir un nivel dado de
producto (eficiencia técnica) y elegir la combinación de factores adecuada (eficiencia en la asignación), dado el precio relativo de los mismos. La eficiencia
asignativa implica necesariamente la eficiencia técnica pero no lo contrario.
A partir del trabajo de Coase (1939) las empresas dejaron de ser concebidas como
“cajas negras” que sólo transformaba insumos en productos. Ahora la empresa
se justifica por el ahorro de costos de transacción. En este sentido podríamos
entender a la empresa (Tarsijan y Paredes, 2001) como un conjunto de pro­cesos
verticalmente relacionados y coordinados a través de una cadena de mando cuyo
origen es la existencia de costos de usar el mercado.
Por tanto la empresa al integrar procesos, busca evitar costos de transacción no
triviales que permiten ahorrar costos relevantes del mercado. Por lo que su
Douglas C. Ramírez Vera / Las administradoras de fondos de pensiones chilenas y su eficiencia técnica y asignativa
53
­ rganización interna es clave para la asignación eficiente de sus recursos. Pero
o
las empresas no crecen (o se integran) indefinidamente dado que existen costos
que se incrementan, a medida que ellas crecen y superan los beneficios que se
derivan de la integración. Las empresas pueden decidir integrarse verticalmente
por las siguientes razones:
• Presencia de activos específicos: En el caso de que existan activos muy específicos en el proceso de distribución de un producto, puede ser rentable
para la empresa poseer la propiedad de ese activo, de manera que se eviten
comportamientos deshonestos por parte de su propietario o hacerse muy
dependiente de él.
• Para lograr una mayor eficiencia en el proceso productivo: Pueden existir
economías de escala (se traducen en menores costos medios a medida que
aumenta el volumen de producción) y economías de ámbito (se refiere a un
ahorro de costos, que son conjuntos o comunes a ambas actividades) en la
producción y distribución de un determinado bien que incentiva a que una
misma empresa realice ambas actividades.
• La experiencia o el know how: Es decir, el conocimiento que se tiene del
sector, de las normas que lo regulan, etc., todo lo cual permite ahorrar costos
de información y de incertidumbre.
• Incentivo a asegurarse el suministro del insumo: Por ejemplo, en el caso
eléctrico, esto podría explicar la integración entre las empresas distribuidoras,
que tienen obligatoriedad de servicio, con una empresa generadora. En los
cuatro primeros casos señalados anteriormente, la integración vertical es
positiva para la sociedad, ya que permite obtener un proceso productivo
más eficiente.
• Incentivo a aumentar las ganancias monopólicas: Una empresa puede querer
integrarse verticalmente con otra para aumentar sus ganancias monopólicas.
En este caso la integración vertical sería dañina para la sociedad, porque reduce la disponibilidad de bienes y servicios para la población. Este caso
puede ocurrir cuando se restringe la libre entrada al mercado, aquí son relevantes los costos hundidos y las asimetrías que permiten ganar ventajas
estratégicas.
En Chile la administración de fondos de pensiones parece estar sujeta a importantes economías de escala, debido a que los costos de administrar un conjunto
de carteras, por parte de las Administradoras de los Fondos de Pensiones (AFP),
serían menores que los de las administradoras individuales, debido al uso de
un conjunto de recursos no indivisibles como los analistas de inversión y los
sistemas de información entre otros. Esto podría explicar la reducción en el
tiempo del número de AFP en el sistema.
Revista BCV / Vol. XXI / N° 2 / 2007
54
En el gráfico 1, se muestra la isocuanta YY, derivada de la función de producción
para un nivel dado que es tangente a la recta isocosto bb en el punto E. Nótese
que en el punto Q cumple el criterio de eficiencia técnica ya que en E alcanza
el nivel de producción YY; sin embargo, no se alcanza la eficiencia asignativa
puesto que la empresa está incurriendo en un costo b’b’ mayor (donde b’b’> bb
y es representada por la línea punteada) que el mínimo posible (línea sólida bb)
para obtener el mismo nivel de producto.
Gráfico 1
Eficiencia productiva
X2 / Y
R
b’ Y’
Q
b
P
E
Y
Y’
b
b’
X1/ Y
0
Fuente: Elaboración propia.
El punto P corresponde al mismo rayo vector 0PQR que pertenece a la recta isocosto mínima pero no es eficiente ni técnica ni asignativamente y está asociado a
un menor nivel de producción en Y’Y’, en cambio la producción en el punto E es
eficiente en los dos sentidos ya que se produce YY a un costo bb. Si adicionalmente
se conocen los precios y la función de producción, es fácil determinar la eficiencia
asignativa y técnica pero si la función de producción (o de costo por dualidad) no
es conocida, es imposible determinar si el valor observado de la empresa pertenece
o no a la frontera eficiente y por tanto ésta tiene que ser definida.
La pregunta es ¿cómo definir la frontera eficiente YY? Existen básicamente dos
posibilidades: Construir YY a partir de una función teórica especificada en base
a la tecnología del proceso productivo o por otro lado, construir YY a partir de
una función empírica basada en los mejores resultados observados en la práctica.
Además, se debe especificar y estimar la frontera. La especificación se refiere a
si la frontera es calculada a partir de una función de producción o de costos. Entendiendo que la función de producción muestra la máxima cantidad de producto
Douglas C. Ramírez Vera / Las administradoras de fondos de pensiones chilenas y su eficiencia técnica y asignativa
55
en función de los insumos utilizados y la función de costos muestra el mínimo
costo en función del nivel de producto y los precios de los insumos. Aun cuando
ambas son dos caras de la misma moneda (por dualidad), la función de costos
permite capturar la naturaleza multiproducto de muchas empresas.
Por otra parte, las fronteras pueden ser determinísticas o estocásticas. Las fronteras determinísticas asumen que las discrepancias entre la frontera y el comportamiento real de la firma son consideradas ineficiencia. Las fronteras
estocásticas permiten la posibilidad de que el desempeño de las empresas puedan ser afectadas por factores aleatorios que no están bajo su control.
En general se han utilizado dos grandes enfoques de estimación de la frontera
a saber: programación matemática y econometría, en la programación matemática
no se impone una estructura paramétrica a la frontera y en el enfoche econométrico se impone una estructura paramétrica a la frontera. En el gráfico 2, se
muestra un diagrama sobre las diferentes vías que han sido utilizadas para estimar las fronteras ya sea de producción o de costos para estimar la eficiencia.
Gráfico 2
Alternativas de estimación
Fronteras
Fronteras
Programación
matemática
Determinísticos
Rendimientos
constantes
Rendimientos
variables
Estocásticos
(sólo en teoría)
Econometría
Determinísticos
Estocásticos
Distribución de
la eficiencia
Media normal
Exponencial
Normal truncada
Gamma
Fuente: Canay, I.A. (2003), “Análisis de eficiencia y productividad”, Centro de Estudios
Económicos de la Regulación, Sirese, Argentina. Disponible: http://www.sirese.uade.edu.ar.
En el enfoque econométrico la ineficiencia es un concepto “residual” ya que se
controla por todas las variables relevantes y lo que no puede ser explicado se lo
considera ineficiencia. Como lo observable es el residuo se necesita separar la
ineficiencia del ruido estadístico y esto se conoce como el “problema de la separabilidad de Greene”. Para separar la ineficiencia del ruido estadístico hay que
realizar algún supuesto acerca de la distribución del término de ineficiencia.
56
Revista BCV / Vol. XXI / N° 2 / 2007
La estimación de la función de frontera (o de mejor práctica) permitiría la identificación de la dispersión de eficiencia, en tanto su estimación se basa en la combinación de las unidades más eficientes. La ineficiencia será, entonces, la distancia
entre la unidad productiva y una tecnología de referencia o, lo que es lo mismo,
la relación entre utilización de recursos y la producción de una unidad productiva
observada con la tecnología de referencia, la que se podrá definir a partir de una
función de costos, de producción o de beneficio. Esta podrá ser paramétrica o
no paramétrica, pero de todas formas la elección de la representación tecnológica
no afectará la definición básica de eficiencia (Försund, Lovell & Schmidt, 1980).
Las variables seleccionadas
Las AFP prestan fundamentalmente un servicio financiero como es el otorgar y
administrar las prestaciones y beneficios que establece la ley, para ello debe recaudar las cotizaciones previsionales, mantener al día las cuentas individuales
de los afiliados, así como invertir los recursos del fondo y otorgar las pensiones
a los beneficiarios.
Esto se debe tomar en consideración para la especificación del modelo de frontera a estimar, también se debe considerar si la frontera es calculada a partir de
una función de producción o de costos. La ventaja de la función de costos es
que permite mostrar la naturaleza multiproducto de las AFP, en la que se destacan fundamentalmente dos productos: administrar las cuentas de capitalización
y otorgar las pensiones a los beneficiarios.
Para estimar los modelos se requiere, por ejemplo, desde el punto de vista de
una función de producción neoclásica el factor trabajo y el factor capital como
variables explicativas, en este caso se utiliza como proxy el logaritmo del número
de trabajadores (ya que no se dispone del número de horas por tipo de contrato)
y el logaritmo de los activos totales como proxy del factor capital. En el caso de
una función de costos multiproducto se utilizan los productos y precios de los
factores e insumos.
Para el estudio se consultó fundamentalmente los boletines y circulares de la Superintendencia de Administradoras de Fondos de Pensión3, de la Bolsa de Comercio
de Santiago4 y los informes económico y series estadísticas del Banco Central de
Chile5. En el cuadro 2 se muestra la base de datos inicial, con la cual se construyeron las variables de precios, costos e insumos, para las cinco AFP seleccionadas.
Ver en especial: http://www.safp.cl/
3
Ver en especial: www.bolsadesantiago.com/
4
Ver en especial: http://www.bcentral.cl/esp/
5
Douglas C. Ramírez Vera / Las administradoras de fondos de pensiones chilenas y su eficiencia técnica y asignativa
57
Cuadro 2
Variables a considerar en en el modelo
Período
1987-2004
Empresas
5
Nombre
Siglas
Definición
Unidades
Variable de costo
GOP
Gastos operacionales
MM$ a precios constantes de 1999
Variable de producto
CC
Monto en cuentas de capitalización
MM$ a precios constantes de 1999
PENS
Monto en pensiones entregadas
MM$ a precios constantes de 1999
Variable de insumos
y precios
L
Trabajadores
Número de trabajadores por AFP
AA
Afiliado activos
Número de cotizantes por AFP
GCOM
Gastos de comercialización
MM$ a precios constantes de 1999
GCOMP Gastos en computación y servicios de informática
MM$ a precios constantes de 1999
MM$ a precios constantes de 1999
GADM
Gastos de administración
PACC
Precio de cierre de acciones
Pesos de Chile ($) a precios
constantes de 1999
K
Valor de los activos fijos
MM$ a precios constantes de 1999
PT
Patrimonio
MM$ a precios constantes de 1999
ING
Ingresos
MM$ a precios constantes de 1999
GREM
Remuneaciones totales
MM$ a precios constantes de 1999
Variables binarias
O1
AFP Cuprum
indentificadoras
1 si es la AFP Cuprum
0 de otro modo
O2
AFP hábitat
1 si es la AFP hábitat
0 de otro modo
O3
AFP plan vital
1 si es la AFP plan vital
0 de otro modo
O4
AFP Provida
1 si es la AFP Provida
0 de otro modo
O5
AFP Santa María
1 si es la AFP Santa María
0 de otro modo
Variable de tiempo
Valor correlativo de 1 a 18 años
T
Años
Fuente: Construcción propia a partir de la información suministrada por las siguientes instituciones: Superintendencia de AFP y de su página web: http://www.safp.cl/
Bolsa de Valores de Santiago y su página web: http://www.bolsadesantiago.com/
Banco Central de Chile y su página web: http://www.bcentral.cl/
Para realizar las transformaciones no sólo se tomó en cuenta las formas funcionales sino también el tipo de servicio de las AFP. Las variables consideradas
Revista BCV / Vol. XXI / N° 2 / 2007
58
fueron combinadas y sometidas a transformaciones monotónicas a fin de ser
utilizadas para las funciones establecidas en el estudio. Se utilizaron dos formas
funcionales o estructuras productivas básicas, una es la función Cobb-Douglas
y la otra es la función translogarítmica, dichas transformaciones se resumen en
el cuadro 3.
Si se considera una función de costo obtenida a partir de las condiciones de
minimización, se requiere que la función de costo (en este caso del logaritmo
del gasto operacional) esté en función de los productos y de los precios de los
insumos. En este estudio se utilizó el precio de cierre de las acciones como proxy
del precio del capital, considerado como el costo de financiamiento de nuevas
inversiones si se tuvieran que emitir nuevos derechos para incrementar el stock
de capital existente. De igual manera, se utilizó el gasto en remuneraciones totales dividido por el número de trabajadores como la tasa de salario promedio
o precio del factor trabajo y los gastos en comercialización, los gastos de computación y los gastos de administración divididos por trabajador como proxy del
gasto en material y servicios. Esto se expresa en detalle en el cuadro 3.
Cuadro 3
Transformaciones
Asignación
Creación
Definición
LGOP
LOG(GOP)
Logaritmo natural del costo
LCC
LOG(CC)
Logaritmo natural de las cotizaciones
LPENS
LOG(PENS)
Logaritmo natural de las pensiones
LPACC
LOG(PACC)
Logaritmo natural del precio del capital
LW
LOG(GREM/L)
Logaritmo natural del precio del trabajo o salario
LGCOML
LOG(GCOM/L)
Logaritmo natural del gasto de los servicios comerciales por trabajador
LGCOMPL
LOG(GCOMP/L)
Logaritmo natural del gasto informático por trabajador
LGADML
LOG(GADM/L)
Logaritmo natural del gasto administrativo por trabajador
LCC2
LCC*LCC
El producto al cuadrado del LCC
LPENS2
LPENS*LPENS
El producto al cuadrado del LPENS
LCP
LCC*LPENS
El producto cruzado de los productos LCC y LPENS
LPAC2
LPACC*LPACC
El producto al cuadrado del LPACC proxy del precio del capital
LW2
LW*LW
El producto al cuadrado del LW proxy al salario
LGC2
LGCOML*LGCOML
El producto al cuadrado del LGCOML
LPACW
LPACC*LW
El producto cruzado del precio proxy del capital
por el precio proxy del salario
LPACGC
LPACC*LCOML
El producto cruzado del precio proxy del capital
por el precio proxy del servicio comercial
Douglas C. Ramírez Vera / Las administradoras de fondos de pensiones chilenas y su eficiencia técnica y asignativa
LWGC
LW*LCOML
El producto cruzado del precio proxy del trabajo
por el precio proxy del servicio comercial
LK
Logaritmo natural de los activos como proxy al factor capital
LOG(K)
LL
LOG(L)
59
Logaritmo natural del número de trabajadores como proxy
al factor trabajo
Fuente: Contrucción propia a partir de la información suministrada por las siguientes instituciones: Superintencia de AFP y de su página web: http://www.safp.cl/
Bolsa de Valores de Santiago y su página web: http//www.bolsadesantiago.com/
Banco Central de Chile y su página web: http//www.bcentral.cl/
Aunque es una forma habitual el medir el precio trabajo como el gasto salarial
medio por trabajador, este indicador recoge dos influencias adversas como lo señala García (2002), por un lado la que proviene de la composición por categorías
de planilla y por otro, las diferencias en la intensidad en el uso del trabajo. Esto
repercute en los índices de eficiencia porque se introduce un sesgo no deseado,
sin embargo es difícil encontrar otra medida disponible. Una medida más adecuada
sería tomar el salario medio ponderado por tipo de contrato o categoría laboral,
la cual no fue posible construir, dada la limitación de los datos disponibles.
Las variables del gasto (en comercialización, computación y administración) al
ser divididas por el número de trabajadores, como proxy del precio de material,
pueden generar el mismo potencial problema. Adicionalmente se puede incrementar la asociación lineal entre las variables explicativas para romper la posible
multicolinealidad debería usarse el número de oficinas (información no disponible en el momento del estudio) y no el total de trabajadores como divisor. De
hecho la fuerte asociación entre las variables explicativas es un problema que
se evidencia en la matriz de correlaciones que se muestra en el cuadro 4.
Cuadro 4
Matriz de correlaciones LGOP
LCC
LPENS
LPAC
LWL LGCOML LGADML LGCOMPL
LGOP
1,000
LCC
0,936
1,000
LPENS
0,788
0,859
1,000
LPAC
-0,146
-0,261
-0,479
1,000
LW 0,644
0,730
0,590
-0,288
LGCOML
0,250
0,204
0,017
0,079
0,250
1,000
LGADML
0,339
0,425
0,408
-0,279
0,568
-0,061
1,000
0,329
LGCOMPL
-0,327
-0,218
-0,193
-0,079
0,185
0,003
0,329
1,000
1,000
Fuente: Cálculos propios a partir de la base de datos construida.
Revista BCV / Vol. XXI / N° 2 / 2007
60
A continuación se muestra en el cuadro 5, los estadísticos descriptivos, en logaritmo, de las variables seleccionadas para la estimación.
Cuadro 5
Estadísticos descriptivos
Variable
Media
Desviación
Mínimo
Máximo
Casos
LGOP
16,8089 0,9827 13,8694 18,1795 90
LCC
20,8635 1,2917 17,2893 22,9170 90
LPENS
9,5824 1,7711 3,9318 12,1196 90
LPAC
7,5323 2,5503 3,5232 12,3813 90
LW
8,9429 0,5237 7,7811 11,4186 90
LGCOML
6,0489 0,7445 2,8526 8,1159 90
LGADML
7,8996 0,7199 4,2906 9,1468 90
LGCOMPL
6,0307 0,6802 4,1488 7,9261 90
Fuente: Cálculos propios a partir de la base de datos construida.
Análisis de la multicolinealidad
Analizando la matriz de correlaciones de las variables explicativas que se muestra
en el cuadro 3, se observa que la variable que estima el precio del capital (Lpacc)
y el precio del salario (LW) muestran correlaciones simples entre las variables
explicativas, mayores que las correlaciones simples que tienen entre ellas y la
variable dependiente de costo (Lgop).
El análisis de la matriz de correlación es muy intuitivo y simple, por ello se requiere de un método formal más poderoso. El método de los valores propios6,
el índice de condición es considerado como el método más indicado para determinar el problema de multicolinealidad ya que tiene que ver con la matriz
de primeros momentos X T X, puesto que si hay interacción completa no se puede
encontrar la inversa y consecuentemente tampoco se pueden estimar los coeficientes de regresión.
Sea A una matriz cuadrada de orden k. Considérese la ecuación.
_ A - λI _ = 0
6
Donde I es la matriz identidad. A las soluciones de esta ecuación se les denomina autovalores (raíces características) de la matriz A. Debe tenerse en cuenta que si ?A? es próximo a
0 entonces uno (al menos) de los autovalores de A es próximo a 0. Dado el autovalor λi, i=
→
l,...,k; los autovectores (o vectores característicos) ui asociados a λi se obtienen resolviendo
→
→
la siguiente ecuación vectorial. λiui = Aui
Douglas C. Ramírez Vera / Las administradoras de fondos de pensiones chilenas y su eficiencia técnica y asignativa
61
En el cuadro 6, se muestran los cálculos de los vectores propios, para la matriz
de datos X que incluye la columna de unos; en la primera columna se indica
la variable correspondiente de la matriz X, la segunda columna muestra el valor
del vector característico y la tercera columna muestra el índice de condición,
pero al ser realizada con las unidades originales de medida puede llevar a creer
que el problema de multicolinealidad mayor es la que afecta a la variable que
estima el precio del gasto en computación y servicios de informática (Lgcompl)
para evitar conclusiones erróneas es necesario normalizar la matriz de primeros
momentos ya que las conclusiones sobre la multicolinealidad serían sesgadas.
Cuadro 6
Autovalores de la matriz X TX y los índices de condicionamiento
Vector
Índice de condicionamiento
ONE
7,8292 1,00
LCC 0,1549 50,54
LPENS
0,0401 195,45
LPACC
0,0228 344,03
LW
0,0086 908,63
LGCOML
0,0014 5.514,53
LGCOMPL
0,0000 521.623,40
Fuente: Cálculos propios a partir de la base de datos construida.
La forma de “normalizar las columnas de X T X” es dividiendo la mencionada
matriz por la raíz cuadrada de su diagonal principal, lo que en términos del álgebra lineal sería:
_ X T X _N = S * _ X T X _*S
(1)
Donde la matriz _ X T X _N ; es la matriz normalizada XT X y S; es una matriz diagonal
cuyos elementos son:
1
xiTxi
donde xiTxi son los elementos de la diagonal principal de la matriz de primeros
momentos.
Obtenida esta matriz normalizada se calcula el vector de valores característicos
que se muestra en el cuadro 6, donde se indica que la variable que estima el
precio del capital (Lpacc) presenta el mayor problema de multicolinealidad y en
segundo lugar la variable que estima el precio del salario (LW).
Revista BCV / Vol. XXI / N° 2 / 2007
62
Cuadro 7
Autovalores de la matriz X TX normalizada y los índices de condicionamiento
Vector
Índice de condicionamiento
ONE
742,8970 1,00
LCC 10,1681 73,06
LPENS
9,1171 81,48
LPACC
0,6773 1.096,93
(4,5071)
(164,83)
LGCOML
(27,0633)
(27,45)
LGCOMPL
(155,1210)
(4,79)
LW
Fuente: Cálculos propios a partir de la base de datos construida.
Estimaciones
La estimación de una función de costo por mínimos cuadrado ordinarios enfrentaría un potencial problema de multicolinealidad, usualmente en estos casos
se suele eliminar la(s) variable(s) que genera(n) el problema pero esto introduce
otro problema que es el sesgo de especificación (Greene, 2000), aquí se opta
por estimar el modelo buscando que converja con los signos adecuados.
Se estimará una Frontera de Costos Estocástica (FEC) para las empresas Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), para un panel desbalanceado de
datos (Greene, 1999) con la especificación dada en la ecuación 2:
lnCit = C (Xit, b) + yit + uit con i = l,…, N y t = l,…, T
(2)
Donde: N es el número total de empresas; T es el número de períodos de tiempo
considerados; lnCit es el logaritmo natural de los costos de producción de la firma
i en el período t; Xit es una matriz de datos constituida por un vector de unos,
por los vectores de precios de los insumos y cantidades de productos de la firma
i en el período t; β es un vector de parámetros desconocidos a estimar; υit es el
error aleatorio que captura los errores no sistemáticos y sigue una distribución
iid con N (0, συ) independiente de la distribución de uit ; y por último, uit es una
variable aleatoria no negativa asociada con la ineficiencia técnica de las firmas
dentro de la industria y sigue una distribución iid seminormal truncada en cero,
es decir, N + (0,σu ).
Este modelo permite considerar la posibilidad de que la ineficiencia técnica varíe
a través del tiempo como en Sánchez & Mellado (2004) y Batese & Coelli (1995).
Si el signo es negativo, de la variable asociada al tiempo se desprendería que la
ineficiencia disminuye a través del tiempo.
Douglas C. Ramírez Vera / Las administradoras de fondos de pensiones chilenas y su eficiencia técnica y asignativa
63
Las formas funcionales generales de la estimación se muestran en las ecuaciones
3 y 4. La primera es una función de costo tipo Cobb-Douglas y la siguiente
es una función de costo translogarítmico. Esta última posee una estructura más
flexible pero más propensa a replicar exactamente la muestra aunque no necesariamente más adecuada para extrapolar fuera de la muestra por un potencial
problema de sobreajuste de la especificación (Johnson, 1999:566 y Hair et al.,
1999:832), pero es usualmente utilizada en estudios de este tipo.
2
8
lnCit = b0 + j=1
SYitj bj + m=3
SPitm bm + yit + uit
+ 1/2 SSPitm1Pitm2bm + 1/2 SSYitr Pitr br + yit + uit
lnCit = b0 + 1/2 SSY
itj1Yitj2bj
1 1
1 1
1 1
J1 J2
M1 M2
(3)
R1 R2
(4)
Las estimaciones se realizaron con el programa Limdep© 7.07, utilizando la opción Frontier (Greene, 1999). Los resultados se muestran en el cuadro 8.
Limdep© 7.0 es una marca registrada del Programa Econométrico escrito por William
Greene.
7
Coeff, t-ratio
Coeff, t-ratio ONE - 83,0764 (7,52)
(82,75)
(7,76)
LCC 16,0130 8,22
15,89 8,34
LPENS - 10,3095 (7,18)
(10,38)
(7,70)
LPAC -
0,7859 (2,43)
(1,10)
(4,59)
LW -
4,5448 (5,64)
(4,44)
(6,08)
LGCOML 0,3416 0,53 0,75 2,21 LGCOMPL LGADML LCC2 -
0,5400 (7,86)
(0,54)
(8,05)
LPENS2 -
0,2616 (6,85)
(0,27)
(7,49)
LCP 0,7347 7,24 0,74 7,75
LPAC2 -
0,0086 (1,37)
0,19 5,11
LW2 0,1817 3,62 (0,06)
(1,97)
LGC2 -
0,0959 (2,59)
0,13 4,64
LPACW 0,0884 2,21
LPACGC 0,0240 1,00
LWGC 0,0798 0,95
Coeff,
1,04 0,56 0,10 0,07 0,21 0,13 (0,12)
0,05 t-ratio
1,55 9,60
2,16
3,91
3,58 2,99 (2,33)
0,92
Coeff, 0,94 0,56 0,10 0,07 0,24 0,12 (0,09)
90
14
(23,43)
0,0379
0,1530
C-D (3) t-ratio
Coeff, t-ratio
1,42 0,64 0,79
10,15
0,61 9,49
2,08 0,09 1,81
3,86 0,06 3,59
4,23 0,12 2,01
2,89 0,11 2,14
(1,96)
Translogarítmico (1)
Translogarítmico (2)
C-D (1) C-D (2)
Dependent variable LGOP
LGOP
LGOP
LGOP
LGOP
Weighting variable ONE
ONE
ONE
ONE
ONE
Number of observations 90
90
90
90 Iterations completed 51 51 18 16
Log likelihood function 11,46 11,32 (21,11)
(21,11)
Variances: Sigma-squared(v)= 0,01846 0,0204 0,0370 0,0385 Sigma-squared(u)= 0,10573 0,1120 0,1443 0,1415 Cuadro 8
Resultados para las estimaciones FEC
64
Revista BCV / Vol. XXI / N° 2 / 2007
Eficiencia 72%
77%
55%
Eficiencia 72%
77%
56%
Fuente: Cálculos propios a partir de la base de datos construida.
3,14 0,18 (0,01)
0,33 0,14 5,48 0,27 (83,02)
0,05 1,49 0,00 0,16 1,49 1,42 3,14 0,17 (0,01)
0,33 0,14 5,73 0,26 (83,34)
0,17 0,73 0,00 0,56 2,34 0,36 PI m(2) m(3) Sigma(u) Sigma(v) Lambda Mu Est a Gamma Sigma 1/a^2 Técnica Asignativa Económica 0,14 1,82 1,88 0,3712 2,3932 0,3524 Mu/SgmaU Lambda Sigma 2,95 6,40 Eficiencia 68%
74%
51%
3,14 0,25 (0,02)
0,38 0,19 3,91 0,30 0,73 0,05 0,81 1,86 1,98 0,43 3,01 6,64 Eficiencia 69%
74%
51%
3,14 0,25 (0,02)
0,38 0,20 3,68 0,30 0,64 0,05 0,96 2,47 1,92 0,42 Eficiencia 68%
73%
50%
3,14 0,26 (0,02)
0,39
0,19
4,03 0,31 0,33 0,07 1,46 9,25 2,01 0,44 3,10
7,18 Douglas C. Ramírez Vera / Las administradoras de fondos de pensiones chilenas y su eficiencia técnica y asignativa
65
Revista BCV / Vol. XXI / N° 2 / 2007
66
Se estimaron dos translogarítmicas y tres Cobb-Douglas, las restricciones sobre
los modelos translogarítmicos no fue posible imponerlas ya que no era posible
obtener el Hessiano, por lo cual se estimó el modelo en panel data con una normal truncada en cero y sin restricción en los parámetros. En el caso de la forma
funcional Cobb-Douglas (C-D) no hubo problemas en el cálculo del Hessiano.
El proceso de estimación parte de una estimación de los parámetros por mínimos cuadrados ordinarios y a partir de ahí realiza un proceso iterativo de estimación. Como se muestra en los resultados del cuadro 8.
Para las estimaciones translogarítmicas se realizó un mayor número de iteraciones
(51 cada una) y con los signos esperados incorrectos, aun cuando el valor de la
función de verosimilitud es alto, en cambio las estimaciones C-D en un número
menor de iteraciones (18, 16 y 14, respectivamente) convergieron con parámetros
significativos y con el signo esperado correcto, en casi todos los casos, con una
función de verosimilitud menor al de las estimaciones translogarítmicas.
Principales resultados
La estimación seleccionada es la tercera estimación de la función Cobb-Douglas
que se encuentra en el cuadro 8, en la última columna que incluye las variables
de producto (cotizaciones y pensiones) y las variables del precio del capital, del
trabajo, de gastos comerciales que está identificada como C-D(3). Esta estimación
tiene todos los parámetros con los signos correctos y los parámetros de la frontera son significativos al 95% de confianza. La estimación obtenida de la función
Cobb-Douglas, C-D(2), cumplía con muchas de las propiedades deseables teniendo todos los signos correctos, excepto para la variable que estima el precio
del gasto en computación. Una propiedad de la función de costos es que es no
negativa para toda la muestra, además la función de costos no es decreciente
en precios y productos ya que las elasticidades precio y producto no son negativas y esta propiedad sólo la cumple la estimación C-D(3).
∂lnCt
= bj ≥ 0
∂Yt
(5)
∂lnCt
= bm ≥ 0
∂Pt
(6)
Los rendimientos a escala que se definen como el incremento proporcional en
todos los productos que se generarían ante un aumento proporcional de todos
los insumos. Cuando la proporción en que aumentan los productos es superior a
aquellas en que aumentan los insumos, se dice que existen rendimientos crecientes
Douglas C. Ramírez Vera / Las administradoras de fondos de pensiones chilenas y su eficiencia técnica y asignativa
67
a escala o economías de escala. Entonces existe una reducción de los costos medios cuando aumenta la escala en que opera la empresa. Estos se miden como:
RE =
1
1
=
= 1,51
S
∂lnCt / lnYt
0,66
j
(7)
Como el cociente es mayor que uno, existen rendimientos crecientes y economías de escala de corto plazo ya que se utilizan los gastos operacionales como
estimación de la variable de costo.
Otra característica que cumple la estimación C-D(3) es que la frontera de costos
estimada por el método de fronteras estocásticas de costo es siempre menor a la
frontera estimada por el método de los mínimos cuadrados ordinarios para toda
la muestra. En el anexo se reportan en particular las salidas producto de las estimaciones obtenidas por el método MCO y FEC para la especificación C-D(3).
Gráfico 3
Comparación de los valores estimados de costos promedios,
métodos de fronteras estocásticas de costos vs. mínimos cuadrados ordinarios
Valores logarítmicos
19,00 –
18,00 –
17,00 –
16,00 –
15,00 –
14,00 –
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
13,00 –
1 4 7 10 13 16 19 22 25 28 31 34 37 40 43 46 49 52 55 58 61 64 67 70 73 76 79 82 85 88
LGOF
LGOLS
Observaciones correlativas
Fuente: Elaboración propia.
Se puede observar que los parámetros estimados por MCO son en la mayoría de
los casos superiores a los parámetros estimados por el FEC. A fin de ver esto más
claro se muestra en el gráfico 3, una comparación de los valores estimados del
valor en logaritmo de los costos promedios con los parámetros estimados por MCO
vs. los valores obtenidos por medio de los parámetros estimados por FEC. La línea
LGOF es la estimación de la FEC y la línea Lgols es la representación de la estimación MCO, se puede ver claramente que la frontera de costo determinística,
Revista BCV / Vol. XXI / N° 2 / 2007
68
estimada por mínimos cuadrados ordinarios, siempre es consistentemente superior
a los costos promedios de la frontera de mejor práctica estimada por el método
de frontera estocástica de costos, ya que la función promedio clásica resulta una
representación “inadecuada” de la relación entre factores productivos y la producción posible que conduce al mínimo costo.
A partir de los resultados estimados se procedió a realizar los cálculos de la eficiencia técnica, asignativa y económica promedio, es decir, a partir de la estimación de cada modelo se utilizó el cálculo obtenido de eficiencia tanto técnica
como asignativa y se obtuvo el valor promedio de acuerdo a los parámetros estimados y a su desviación estándar, para ello se utilizaron los parámetros que
eran significativos al 90% y 95% de confianza. Los resultados obtenidos sobre
la estimación de la eficiencia y de la ineficiencia promedio técnica, asignativa y
económica se muestran en los cuadros 9(a) y 9(b).
Cuadro 9(a)
Resumen de resultados. Eficiencia
Promedio (%)
Desviación (%)
Máximos (%)
Mínimos (%)
Técnica
70
2
72
Asignativa
75
2
77
73
Económica
52
3
56
50
68
Cuadro 9(b)
Resumen de resultados. Ineficiencia
Promedio (%)
Desviación (%)
Máximos (%)
Mínimos (%)
Técnica
30
2
32
28
Asignativa
25
2
27
23
Económica
48
3
50
44
Nota: Cálculos realizados a partir de los modelos estimados.
Como se muestra en el cuadro 9(b), las estimaciones de los modelo arrojan que
las AFP en el período 1987-2004 han presentado un nivel de ineficiencia técnica
promedio de un 30%, una ineficiencia asignativa del 25% y una ineficiencia
económica (que es una combinación no lineal entre la eficiencia técnica y asignativa) del 48%. Este nivel de ineficiencia puede estar asociado a la combinación
de barreras, a la entrada con la insensibilidad de la demanda, que son dos de
las trabas que señalan diversos estudios (Gobierno de Chile, 2006), y al bajo
nivel de información de los afiliados como lo señala Valdés (2005b) donde él
destaca que el 95% de los afiliados elige no informarse respecto a las diferencias
de precio o elige no actuar en consecuencia y, por tanto, pagan una comisión
innecesariamente elevada.
Douglas C. Ramírez Vera / Las administradoras de fondos de pensiones chilenas y su eficiencia técnica y asignativa
69
Una forma de incentivar la competencia y reducir las comisiones es introducir
las licitaciones como mecanismo, cuyo objetivo sería proveer ayuda experta
institucionalizada y efectiva para ayudar a los afiliados a comparar precios entre
AFP (Valdés, 2005b y Gobierno de Chile, 2006), éste ha sido uno de los elementos claves que se han introducido en la propuesta de ley para la Reforma Previsional introducida el 15 de diciembre del 2006 8 por el Gobierno de Chile. Otra
alternativa es separar los negocios financieros de los de administración de cartera, permitiendo homogenizar el servicio y la tarifa básica de la comisión e introducir nuevos actores, a través de la banca, que permitan crear mayor
competencia (Valdés, 2005a).
Gráfico 4
Evolución respecto al costo medio
Porcentaje
50 –
45 –
40 –
35 –
30 –
25 –
20 –
15 –
10 –
5–
0 –I
01
I
02
I
03
I
04
I
05
I
Administradoras de Fondos de Pensiones
Fuente: Cálculos propios a partir de la base de datos construida a partir de la información
suministrada por la Superintendencia de Administradoras de Fondo de Pensiones de Chile
y el Banco Central de Chile.
Sin embargo, a lo largo del tiempo las AFP han reducido el costo promedio de
sus operaciones. En el gráfico 4, se muestra cómo ha evolucionado el logaritmo
de los costos medios respectos al costo medio total del período, se observa que
en el tiempo las diferentes AFP han reducido sus costos medios a lo largo del
período bajo estudio. La pregunta es si esta reducción en los costos medios ha
sido significativa o no a lo largo del tiempo y entre las AFP. Para ello se estima
un modelo de frontera, considerando el efecto del tiempo en los costos y se utilizan variables binarias identificadoras (Oi para i = 1, 2, 3, 4 y 5) para evaluar si
Ver en el sitio web la nota de prensa entregada por la Presidencia de Chile: http://www.
prensapresidencia.cl/view/viewFrameComunicado.asp?codigo=5530.
8
Revista BCV / Vol. XXI / N° 2 / 2007
70
hay diferencia significativas en los costos promedios base o efectos de ordenada
respecto a la AFP base (en este caso Cuprum = O1). Si el signo del parámetro
asociado al tiempo (T = tiempo o períodos) es negativo, esto muestra que han
existido ganancias de eficiencia a lo largo del tiempo, pero si es positivo indicaría
lo contrario y en caso de ser nulo, esto indicaría que no ha existido ninguna
ganancia de eficiencia.
En el cuadro 10 se muestra el resultado seleccionado; considerando los efectos
por empresa y en el tiempo. El signo del parámetro que acompaña a la variable
del tiempo (T) muestra un signo negativo y significativo, pero bajo según el resultado de la estimación, existen ganancias de eficiencia en el tiempo pero éstas
han sido bajas.
Cuadro 10
Efectos por empresa y en el tiempo
Model Dependent variable Weighting variable Number of observations Iterations completed Log likelihood function Variances: Sigma-squared(v)= Sigma-squared(u)= Coeff, Std. Err. ONE 2,2641 0,9465 O1 O2 0,1092 0,0402 O3 - 0,1197 0,0761 O4 0,2244 0,0497 O5 0,0506 0,0463 T
- 0,0717 0,0095 LCC 0,6903 0,0613 LPENS 0,0692 0,0340 LPAC - 0,0037 0,0092 LW 0,0156 0,0560 LGCOML 0,0381 0,0285 Mu/SgmaU 11,3106 Lambda 296,7100 Sigma 2,2581 168,63 2.275,87 16,5446 Frontier LGOP ONE 90 51 64,29241 0,00006 5,09899 t-ratio 2,39 P-value
0,0168
2,71 (1,57)
4,52 1,09 (7,56)
11,27 2,04 (0,40)
0,28 1,34 0,0066
0,1157
0,0000
0,2750
0,0000
0,0000
0,0418
0,6880
0,7803
0,1819
0,07 0,13 0,14 0,9465
0,8963
0,8914
Fuente: Cálculos propios a partir de la base de datos construida.
Douglas C. Ramírez Vera / Las administradoras de fondos de pensiones chilenas y su eficiencia técnica y asignativa
71
En el mismo cuadro 10 las variables ficticias o indicadoras (O1, O2, O3, O4, O5)
son estimadas en términos incrementales respecto a la AFP Cuprum (O1); donde
la constante (ONE) expresa el costo base de O1 y los parámetros asociados a
O2, O3, O4 y O5 expresa los efectos incrementales respecto a O1. Se puede
observar que sólo el parámetro asociado a la indicadora O3 (Plan vital) es negativo pero no significativo al 95%, pero si al 90%, el resto de los parámetros
asociados a las variables binarias indicadoras por empresa (O2, O4, O5) tiene
signo positivo y significativo al 95%.
En cuanto a los efectos por empresas, éstas no son en promedio más eficientes
que la empresa O1 (Cuprum) durante el período bajo estudio, sólo la empresa
O3 (Plan vital) muestra un diferencial de costos menor que el resto, lo que indica
que el comportamiento promedio tiende a no diferenciarse como empresa en
términos de costos, lo cual puede ser explicado por una estrategia de seguidor
y mantener su participación de mercado. De hecho, como señala Valdés (2005a),
hay evidencia empírica de que nunca ha habido competencia en comisiones
entre las AFP y además él agrega que existen fuertes incentivos a un comportamiento corporativo por parte de las AFP.
En el documento se muestra evidencia para cuestionar las habilidades de la administración de los fondos de pensión para controlar los costos, ya que se presenta un nivel de ineficiencia económica alta del 48% y las ganancias de eficiencia
en el tiempo son bajas sin existir ninguna evidencia de diferenciación de costos
relevantes entre las AFP. Esto es producto de las asimetrías que se han generado
por el marco regulatorio inadecuado (Valdés, 2005a) que han creado barreras
de entrada relevantes y han permitido cobrar comisiones muy superiores a sus
costos económicos y las asimetrías creadas interactúan con las economías de
escala para crear barreras económicas a la entrada.
Conclusiones
Las Administradoras de Fondo de Pensiones han mostrado reducción de sus costos
promedios en el tiempo pero esta reducción no se ha reflejado en una reducción
de las comisiones que se cobran a los afiliados ni en un incremento en los rendimientos de las pensiones. Por otro lado, los resultados de los modelos muestran
un nivel de ineficiencia técnica, asignativa y económica alta lo cual se ha traducido
en la práctica en pago de comisiones superiores a las que corresponden.
El marco regulatorio ha creado asimetrías a favor de los dueños de las AFP en
contra de los cotizantes ya que niega ayuda institucional efectiva para comparar
comisiones de AFP, pero obliga a adquirir el servicio de AFP.
El espíritu de las reformas al sistema previsional debe mantener la capacidad
de financiamiento del sistema para incrementar la transparencia y la capacidad de
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Revista BCV / Vol. XXI / N° 2 / 2007
control por parte de los principales afectados: los cotizantes. Dada las asimetrías
de entrada en cuanto a la mayor información que manejan los administradores
y la baja información que manejan los afiliados, se requiere crear mecanismos
institucionales que equilibren a la parte más débil o menos informada frente a
la más fuerte o más informada.
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74
Revista BCV / Vol. XXI / N° 2 / 2007
Anexo 1
Estimación por mínimos cuadrados ordinarios de la función
de costos Cobb-Douglas
Estimación por fronteras estocástica de la función de costos Cobb-Douglas
Douglas C. Ramírez Vera / Las administradoras de fondos de pensiones chilenas y su eficiencia técnica y asignativa
75
Anexo 2
El precio que deben pagar los afiliados al sistema de AFP, se determina libremente,
aunque no así su estructura. Ésta está compuesta por una comisión variable, definida como un porcentaje del salario imponible que se deduce de la planilla,
junto a una comisión fija por cuenta, deducible del fondo acumulado. El cuadro
siguiente muestra las distintas comisiones aplicadas por las AFP en 2006 y en
2003, las que en general tienden a mantener ambos tipos de comisiones.
Cuadro 2
Estructura de comisiones obligatorias, cotizantes dependientes e independientes
Depósitos de cotizaciones mensuales
AFP
2003
Bansander* Cuprum Hábitat abril de 2006
mayo de 2006
Fija ($)
Variable (%)
Fija ($)
Variable (%)
Fija ($)
Variable (%)
690
2.33
690
2.42
690
2.42
0
2.49
0
2.48
0
2.48
790
2.09
320
2.23
320
2.23
Plan vital 1000
2.55
690
2.55
690
2.55
Provida 390
2.25
390
2.55
0
2.39
Santa María 695
2.29
695
2.29
450
2.42
Fuente: SAFP (2006).
* En 2003 existían 7 AFP, incluidas Magíster y Summa-Bansander (actual Bansander).
Revista BCV • Vol. XXI, N° 2. Caracas, julio-diciembre 2007, pp. 77-90 • ISSN: 0005-4720
El pensamiento múltiple de Manuel R. Egaña1
Maza Zavala
Domingo F. Maza Zavala*
Resumen
El presente trabajo es una versión escrita a partir del texto de la conferencia
que el autor dictó en el acto que el Núcleo de Economistas del Banco Central
de Venezuela organizó en homenaje al doctor Manuel R. Egaña. El artículo
resalta la actuación pública del doctor Egaña y, con motivo de ello, hace referencia a aspectos estructurales y coyunturales de la economía venezolana.
Palabras clave: Banco Central de Venezuela / Economía Venezuela / Manuel
Egaña
Código JEL: A11; E58; N16
* Doctor en Economía, Universidad Central de Venezuela. Individuo de número de la Academia Nacional de Ciencias Económicas (ANCE). Exdirector del Banco Central de
Venezuela.
Exposición hecha en el foro sobre los creadores del Banco Central de Venezuela, organizado por el Núcleo de Economistas del Instituto y realizado en 2007.
1
Revista BCV / Vol. XXI / N° 2 / 2007
78
Abstract
This article is a version of the text written by the author for a conference he
gave during an event organized by the Nucleus of Economist of the Central
Bank of Venezuela to pay tribute to doctor Manuel Egaña. The article highlights the public performance of doctor Egaña and thus, makes reference to the
structure and conditions of the Venezuelan economy.
Key words: Central Bank of Venezuela / Manuel Egaña / Venezuela Economy
Code JEL: A11; E58; N16
Resumo
O presente trabalho é uma versão escrita com base no texto da conferência
ditada pelo autor durante o Evento que o Núcleo de Economistas do Banco
Central da Venezuela organizou para honrar ao doctor Manuel Egaña. O artigo salienta a atuação pública do doctor Egaña e, consequentemente, faz referência a aspectos estruturais e conjunturais da economia venezuelana.
Palavras chave: Banco Central da Venezuela / Economia Venezuela / Manuel
Egaña
Código JEL: A11; E58; N16
Résumé
Ce travail est une version écrite du texte du discours dicté par l’auteur dans
la conférence que le Noyau d’Économistes de la Banque Centrale du Venezuela a organisée en hommage au doctor Manuel Egaña. Cet article souligne
le rôle public du doctor Egaña et, en ce sens, il fait référence aux aspects
structuraux et conjoncturels de l’économie vénézuélienne.
Mots clés: Banque Centrale du Venezuela / Économie vénézuélienne / Manuel
Egaña
Code JEL: A11; E58; N16
Época de creación del Banco Central de Venezuela
La década de los treinta del siglo pasado fue un período de acontecimientos
extraor­dinarios en Venezuela y el mundo. La gran depresión económica mundial,
con epicen­tro en los Estados Unidos, vertió su carga negativa en la mayor parte
de la década, caracterizada, entre otros hechos, por una virtual guerra económica, de restriccio­nes comerciales, monetarias y financieras entre los principales
países, devaluacio­nes y contradevaluaciones, controles y regulaciones de la ac-
Domingo F. Maza Zavala / El pensamiento múltiple de Manuel R. Egaña
79
tividad económica, quie­bra del patrón oro (restablecido después en la conferencia
de Bretton Woods, 1944), surgimiento del nazismo en Alemania (antes había
sido impuesto el fascismo en Ita­lia), desarrollo del socialismo soviético en Rusia
y ambiente de conflicto bélico en Europa occidental. En 1929 había estallado la
crisis financiera en Estados Uni­dos, seguida por una caída persistente y profunda
de la actividad económica, lo que afectó la economía europea y latinoamericana.
En 1933 ascendió a la presi­dencia de aquel país Franklin D. Roosevelt, que enfrentó la depresión con una nue­va política económica que contemplaba la intervención del Estado para la recupera­ción de la economía privada, en contraste
con las políticas liberales de la década de los veinte y con la doctrina reinante
entonces de libertad económica y supremacía del mercado; el espaldarazo de
la política de Roosevelt en el campo teóri­co de la economía política lo recibió
en la obra novedosa de John M. Keynes (Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero, 1936) que explicaba la recurren­cia de las depresiones y la tendencia recesiva de la actividad económica por la in­suficiencia de la demanda
efectiva. En 1939 se inició la Segunda Guerra Mundial del siglo xx (y de toda la
historia humana) que duró hasta 1945.
En Venezuela la muerte del dictador Juan Vicente Gómez, en 1935, parte en dos
la década en consideración. En la primera mitad, no obstante la orientación
libe­ral del régimen gomecista, ocurrieron varios hechos significativos de intervención del Estado en la economía: subsidios a las exportaciones de café y cacao,
modifi­caciones en el sistema cambiario a consecuencia de la devaluación del
dólar de Es­tados Unidos, entre otras; sin embargo, la gestión fiscal del Gobierno
se inscribió en la práctica liberal: reajuste del gasto público sin reducción de la
carga tributaria, lo que permitió un superávit presupuestario evidenciado en un
aumento de la reserva del Tesoro Nacional (comportamiento contrario a lo recomendable pa­ra aliviar la depresión). A partir de 1936, durante la segunda mitad
de la déca­da, se desenvolvió una gran actividad pública, bajo el gobierno de
Eleazar López Contreras, con la colaboración de notables venezolanos antes relegados de funcio­nes públicas, como Alberto Adriani, Néstor Luis Pérez, Esteban
Gil Borges, Arturo Uslar Pietri, Manuel R. Egaña, Amenodoro Rangel Lamus,
entre otros no menos distinguidos. El programa de febrero de 1936, del presidente Eleazar López Contreras, en cuya elaboración colaboraron Manuel R.
Egaña y Alberto Adriani, entre otros, fue un antecedente de la programación y
planificación en el país. Las innovaciones in­troducidas por Adriani en la administración pública, en las instituciones de índole económica, en la política agrícola, fiscal y comercial, principalmente, junto con otras en otros campos de la
acción del Estado, marcaron una etapa de acelerada mo­dernización en la gestión
pública y en la vida económica. El surgimiento al esce­nario de las luchas democráticas de partidos políticos no tradicionales, contribu­yó notablemente al
establecimiento de un clima de opinión y de participación en los asuntos de
80
Revista BCV / Vol. XXI / N° 2 / 2007
interés común. Desde luego, en una transición, como la necesaria después de
la dictadura gomecista, hubo tropiezos, contradicciones, errores y repre­sión
política; pero, sin duda, el balance de la época (1936-1941) fue positivo en todos
los aspectos importantes.
En 1938 fue fundada en la Universidad Central de Venezuela, dependiente de la
Facultad de Derecho, la Escuela Libre de Economía, pionera de los estudios
económicos disciplinados y formales a nivel superior; los fundadores fueron:
Arturo Uslar Pietri, José Joa­quín González Gorrondona, José M. Hernández Ron
y Tito Gutiérrez Alfaro, abogados con preocupación por los problemas económicos. Si Alberto Adriani hubiera sobrevi­vido (falleció en agosto de 1936), sería
uno de los fundadores de la escuela mencio­nada. En 1940, siendo Ministro de
Instrucción Pública Uslar Pietri, la Escuela de Economía fue elevada a Facultad
en la jerarquía universitaria. Pocos iniciados en los estudios económicos –más
bien lecturas de índole autodidáctica– existían enton­ces en el país. En los esfuerzos aislados por imprimirle a la administración pú­blica en la época gomecista
una orientación de técnica y análisis, figuraron Román Cárdenas en Hacienda y
Gumersindo Torres en Fomento (minas y petróleo), aunque desde fuera del Gobierno se escucharon voces de alerta y prevención, como las de Adriani, Salvador
de la Plaza, Domingo Castillo y otros. En nuestras facultades de derecho se dictaban cá­tedras de Economía Política con orientación jurídica y hacendística.
Aunque nuestro insigne escritor Mariano Picón Salas afirmó, en frase que hi­zo
historia, que el siglo xx venezolano comienza en 1936, hay que señalar, para
me­jor interpretación, dos hechos fundamentales en la vida nacional anterior a
ese a­ño, ocurridos en la época del gomecismo: el surgimiento del petróleo, que
marca nuestra vida profundamente en todos los órdenes de la economía y la
sociedad vene­zolana, desde la tercera década del siglo pasado y la crisis que
agobiaba a la a­gricultura exportadora tradicional, basada en el café y el cacao.
El Estado vene­zolano entonces asume nuevas funciones y en el trasfondo se
puede apreciar la lu­cha entre los intereses nacionales y los de las transnacionales
petroleras, para evitar en lo posible la explotación neocolonial de la nueva riqueza, en lo cual destaca la figura solitaria de Gumersindo Torres, ministro de
Fomento dos veces en ese largo capítulo de nuestra historia y autor de leyes
que procuraban regular y supervisar a la naciente industria, que, por una parte,
rompió la inercia de la e­conomía rural y por la otra, incorpora en la estructura
económica una avanzada del gran capitalismo oligopólico internacional, de
manera que se determina una dicoto­mía que preocupó a nuestros pensadores
progresistas, como Salvador de la Plaza y Al­berto Adriani, y algo más tarde –a
comienzos de la década de los cuarenta– a José Anto­nio Mayobre: la emergencia
del petróleo bajo el dominio extranjero y la declinación de la agricultura de exportación. Pero también hay que hacer referencia a o­tro hecho, es precisamente
que en los tiempos de la dictadura se formaron con ideas renovadoras una pléyade
Domingo F. Maza Zavala / El pensamiento múltiple de Manuel R. Egaña
81
de venezolanos que dieron lustre y adelanto a Vene­zuela en la segunda mitad
del siglo xx y hay que mencionar particularmente, porque es objeto de esta exposición, a Manuel R. Egaña. En las sombras de aquella época esperaban su
oportunidad personalidades como Eleazar López Contreras, Isaías Medina Angarita, Néstor Luis Pérez, Adriani, Uslar, Betancourt, Villalba, de la Plaza, Machado,
Picón Salas, Irazábal, Acosta Saignes, Herrera Mendoza, Machado Hernández,
Pérez Alfonzo y tantos otros con extraordinaria actuación en la vida política, in­
telectual y cultural del siglo pasado. De pasada menciono a la generación de
1928 y las obras cumbres de nuestras letras y artes, como la de Rómulo Gallegos,
Andrés Eloy Blanco, Teresa de la Parra, Uslar Pietri, José Rafael Pocaterra, Manuel
Díaz Rodríguez, José Gil Fortoul, Fernando Paz Castillo, César Zumeta, Jesús
Semprún, Pedro Emilio Coll, Laureano Vallenilla Lanz, Antonio Arráiz, Miguel
Otero Silva sin emitir juicios de valor sobre su ideología; en otro plano de la
creación destacan Armando Reverón, Tito Salas, Ma­nuel Cabré, López Méndez,
en artes plásticas. A pesar de la dictadura esos venezo­lanos realizaron obras
trascendentes y salvaron para la historia nacional ese pe­ríodo infortunado que
retrasó el progreso del país. La etapa que le siguió, de 1936 a 1945, fue como
una explosión, como un juego de luces que sucede a la sombra, como una onda
de reivindicación, de reconstrucción, de ganancia del tiempo perdido que imprime a la vida venezolana el sello que tendría posteriormente, de la búsqueda
afanosa de caminos para la creación de un sistema político, institucional, econó­
mico y social acorde con los tiempos que corrían en el mundo, de transformación,
y con las ansias y expectativas de la nación.
La economía venezolana hacia fines de los treinta
He mencionado que nuestra economía entonces se debatía entre la declinación
estructural de la agricultura histórica, basada en la exportación de café y cacao,
y la implantación de una nueva actividad de índole extractiva, también ubicada
en el sector primario, extraña al país en razón de que era gestionada y aprovechada
por poderosos intereses extranjeros, como era la explotación del petróleo.
Desde su iniciación en años de la Primera Guerra Mundial se planteó la contradic­
ción entre esa actividad, no integrada realmente al país sino a economías desarro­
lladas, principalmente Estados Unidos, Inglaterra y Holanda, y la economía que
se había formado desde la Colonia, prácticamente sin cambio y con signos evidentes de quebranto. También comenzó en aquella época la lucha accidentada
entre los intere­ses nacionales y los representados en la actividad petrolera por
la defensa de la riqueza del subsuelo en cuanto a conservación y la percepción
fiscal de sus pro­ventos, empeñados los concesionarios en minimizarla y maximizar sus ganancias. En esa lucha brilló la figura casi solitaria, hasta 1936, de
Gumersindo Torres y en el período 1936-1945 otros nacionalistas participaron
82
Revista BCV / Vol. XXI / N° 2 / 2007
en aquella, tales como Néstor L. Pérez, Manuel R. Egaña, Arturo Uslar Pietri,
Juan P. Pérez Alfonzo, Salvador de la Plaza, Rómulo Betancourt, entre otros. Por
otra parte, el país era predominantemente ru­ral, las ciudades de escasa población
inclusive Caracas, que no pasaba de 300.000 habitantes; incomunicado, enfermo
de dolencias tropicales endémicas y epidémicas, de mayoría pobre, con grandes
carencias en salud, educación, cultura, un patrón de consumo elemental, ingresos
reales muy bajos, con grandes espacios geográficos casi vacíos de población,
refugiados tradicionalmente en la faja costero-montañosa que arranca de la
frontera tachirense con Colombia y se extiende hasta la península de Paria en
el oriente. Los recursos fiscales procedían en buena parte de los derechos de
importación, los impuestos al consumo y las utilidades cambia­rias, en tanto que
aumentaban moderadamente los originados en el petróleo. Pero no se incurrió
en deuda ni externa ni interna en el período comprendido entre 1930 y 1945,
cancelada como había sido la externa en 1930 para conmemorar el centenario
de la muerte del Libertador.
Creadores del Banco Central de Venezuela
El Núcleo de Economistas del BCV organizó un foro para rendir homenaje a los
personajes que de uno u otro modo contribuyeron a la creación del Instituto,
cuya ley fue promulgada en 1939 y su establecimiento oficial y operativo tuvo
lugar en 1940. Los recordados en ese acto fueron: Alberto Adriani, Manuel R.
Egaña y José Joaquín González Gorrondona. Me correspondió traer a la memoria
la figura de Egaña y debo confesar que una –revisión en buena medida por
primera vez– de su vida, actuaciones públicas y obra intelectual me revelaron
múltiples perfiles de su personalidad que lo califican como un extraordinario
pensador, un nacionalista, un hombre público honesto y creativo, un ilustre venezolano del siglo xx, que lo vivió casi completo (1900-1985) sin que en ningún
momento dejara de aportar sus re­flexiones, investigaciones, recomendaciones
y advertencias a gobernantes y gober­nados. Antes de entrar en el análisis del
pensamiento de Egaña, considero conve­niente hacer referencia de su contribución a la creación del Banco Central de Vene­zuela y para ello nada más indicado
que la opinión del doctor Jesús María Herrera Mendoza, el primer presidente
del Instituto, a quien debe reconocérsele también el carácter de fundador de
éste, ya que participó en su preparación y ejerció la pre­sidencia en el período
inicial, de 1940 a 1947, de aprendizaje, prueba y adquisi­ción de experiencia para
el desenvolvimiento posterior. La etapa inicial fue difícil, complicada, porque
se trataba de encuadrar en la vida institucional, económi­ca y financiera del país
una entidad como el Banco Central, que iba a llenar un va­cío en la estructura
del Estado venezolano y de nuestra economía. Herrera Mendoza aportó luces
al estudio y la orientación de los problemas económicos del país, par­ticularmente
los vinculados con la actuación del Banco Central, como los moneta­rios; y por
Domingo F. Maza Zavala / El pensamiento múltiple de Manuel R. Egaña
83
ello deseo destacar su presencia en el tiempo pasado, en este homenaje que
tributamos a los creadores del Instituto.
Precisamente, el doctor Herrera Mendoza reconoció los méritos del doctor Manuel R. Egaña en los términos siguientes:
Buena parte de nuestros parabienes ha de recibirlos el doctor Manuel R. Egaña,
incansable propulsor y defensor de la creación del Banco. Seguros estamos de
que habrían de contrariarle las alabanzas que en esta página estamos obligados
a estampar para su obra, por lo que las sustituimos con la promesa de emplear
todos nuestros esfuerzos en continuar la obra del doctor Egaña (Introducción a
la Primera memoria del Banco Central, del ejercicio comprendido entre su fundación y el 31 de diciembre de 1940).
Referente a Herrera Mendoza es bueno recordar su posición mantenida no só­lo
en el período de su gestión como presidente del Banco Central, sino durante
su vida, con respecto al carácter del Instituto y el puesto que iría a ocupar en
el desenvolvimiento de la economía venezolana, en los términos siguientes:
Las instituciones de antigua data no deberían ser reformadas sino en aquellos
casos en que la observación y la experiencia demuestren, con toda evidencia,
los perjuicios que haya ocasionado su aplicación. Aun en estos casos debe procederse con extrema prudencia y sensatez, el caso entraña una cuestión de la
más grande responsabilidad (Pre­ámbulo de Historia de la creación del Banco
Central en el período 1940-1948, Caracas 1950).
El doctor Egaña, en su carácter de Ministro de Fomento, al presentar el Pro­yecto
de Ley del Banco Central al Congreso de la República en 1939, expresaba en la
exposición de motivos: “Los poderes públicos deben considerar al Instituto como
aliado y no como una organización obediente a leer instrucciones y re­querimientos
de aquéllos, sin analizar ni razonar tales reque­rimientos”.
El mismo Egaña decía en otra ocasión: “Las modificaciones que requiera la institución bancaria deben hacerse mediante el pausado y sensato procedimiento
pautado para la formación de las leyes y no por apresurados y tendenciosos
decre­tos ejecutivos de emergencia”, (1990).
Todo ello nos sitúa en los antecedentes y concurrentes de la creación del Instituto
con carácter autónomo, pero, desde luego, como cooperador y cola­borador con
los poderes públicos a los fines superiores del Estado; estos fines no pueden
ser otros que el de la estabilidad interna y externa de la moneda na­cional, el
sano desenvolvimiento del crédito bancario y el desarrollo económico y social
de la nación, en su interpretación más calificada y comprensiva que es el desarrollo humano.
No podía dejar de expresar en esta oportunidad mi reconocimiento al ami­go
y colega doctor Rafael José Crazut, director del BCV, por su contribución al
84
Revista BCV / Vol. XXI / N° 2 / 2007
co­nocimiento de la historia del Instituto desde su creación hasta fines del siglo
pasado. Además, en colaboración con el economista Félix Soublette, ya fallecido,
ha recogido en tres tomos publicados por el Banco Central los ensayos debidos
a la plu­ma y la palabra del doctor Manuel R. Egaña, con estudios introductorios
muy importantes sobre el pensamiento y las actuaciones del ilustre venezolano.
El mismo doctor Cra­zut en diferentes oportunidades ha contribuido a que el
BCV sea conocido como ins­titución que virtualmente constituye el eje del sistema
económico circulatorio del país. Destaco a Crazut porque, como está cerca de
nosotros, generalmente no se reconocen sus méritos de acucioso investigador,
estudioso de los problemas económicos y sociales del país con juicio objetivo
y competente, y es un hombre humilde, modesto, ajeno a la vanidad y a la figuración; la modestia y la humildad a veces son vicios, ya que por modestos y
por humildes la gente no aprecia los méritos de las personas que realmente los
tienen, como el doctor Crazut.
Esas mismas actitudes y los perfiles de la personalidad tuvo el doctor Ega­ña. Se
señala, por ejemplo, en una de las referencias a su vida, que cuando dejó de
ser Ministro de Fomento para convertirse en simple ciudadano no utilizaba, por
supuesto, el Cadillac oficial sino que caminaba por las calles de Caracas y toma­
ba el autobús cuyo pasaje era de una locha (Bs. 12,5 céntimos), moneda fracciona­
ria que ahora tratamos de reivindicar en el nuevo cono monetario de 2008. La
humildad del doctor Egaña le da autenticidad a sus méritos, consistencia a su
re­cuerdo, virtudes que parece que no son comunes en este tiempo de inversión
de valores humanos y sociales éticos, particularmente en algunos hombres públicos envanecidos y obnubilados por el transitorio poder que ejercen.
La tardía creación del Banco Central de Venezuela
Es conveniente señalar que la creación de nuestro Instituto Emisor fue tardía
en el panorama de América Latina. El de Uruguay fue creado a fines del siglo
xix; el de Argentina entre 1934 y 1935, y entre uno y otros varios países lati­
noamericanos habían establecido bancos centrales o equivalentes, de modo que
el Ban­co Central de Venezuela fue uno de los últimos de la región, lo que le
permitió a­provechar las experiencias de esos otros institutos. Sin embargo, la
preocupación por crear un banco de emisión en el país se hizo manifiesta mucho
antes de 1939; al­gunos antecedentes pueden ser mencionados: Alberto Adriani
reiterativamente en sus frecuentes y enjundiosos artículos en la prensa y en sus
conferencias se refirió a la necesidad de la creación del Banco Central en Venezuela; el propio doctor Herrera Mendoza, ya citado, en una de las Memorias del
Banco Mercantil y Agrícola que él presidía, también dedicó algún párrafo a señalar esa necesidad; el general López Con­treras, Presidente de la República
(1936-1941), en el famoso Programa de febrero de 1936, incluyó como uno de
Domingo F. Maza Zavala / El pensamiento múltiple de Manuel R. Egaña
85
los objetivos del Gobierno la creación de este Institu­to (en cuyo programa colaboraron, entre otros, Adriani y Egaña), y el doctor Egaña an­tes de 1940 había
escrito y hablado del tema con conocimiento de causa; de modo que estaba en
el ambiente de la época la necesidad de referencia, aunque también había opositores a la idea, orientados sin duda por sus propios intereses.
Personaje de proyección nacional
Me complace trazar algunos rasgos de la personalidad del doctor Manuel R.
Egaña, uno de los creadores del Banco Central de Venezuela. Era un personaje
poli­facético, un político de altura, abogado de profesión con una sólida cultura
eco­nómica y gran curiosidad intelectual; ganadero guariqueño en sus momentos
de tre­gua que le dejaba la vida pública; manejó la metodología, el análisis y las
con­cepciones económicas con singular acierto y brillo; le preocupó el problema
del sistema monetario y financiero, entonces rezagado con respecto a los adelantos que en los países industrializados y en los latinoamericanos se habían
logrado; también fueron objeto de su inquietud los problemas del petróleo –competencia del Ministerio de Fomento del cual fue titular dos veces–, de la industria
básica y manufacturera, de la minería, de la política comercial exterior y de la
ecolo­gía; en el examen de todos ellos y en la indicación de alternativas y soluciones hizo aportes notables, aún vigentes. La fecundidad y amplitud de su obra
–que refleja en buena parte sus actuaciones de estadista y administrador público– se pueden apreciar en los tres tomos recopilados por Rafael José Crazut y
Félix Sou­blette con estudios introductorios valiosos, editados por el BCV, en
1990, con motivo de los cincuenta años de la creación de éste. Me concretaré a
las contribuciones más notables, a mi juicio, de nuestro personaje.
La política petrolera
En esta materia el doctor Egaña fue un visionario; en una época en que no se
vislumbraba siquiera la creación de la Organización de Países Exportadores de
Pe­tróleo (OPEP) asomó la necesidad de que los países exportadores de petróleo
(los subdesarrollados, por supuesto, aunque entonces esta categoría no había
aparecido en la teoría económica) cooperaran y colaboraran para la defensa de
sus intereses comunes tanto ante los países industrializados como ante las corporaciones oligo­pólicas dominantes en la actividad. En esa misma época (década
de los cuarenta del siglo xx), en que no se asomaba la idea de la nacionalización
de la industria petrolera, sentó las bases de una política, como Ministro de Fomento, tendiente a la defensa de estos intereses nacionales, hasta el punto de
indicar pasos para su rescate, en lo cual habría que unir las figuras de Gumersindo Torres y Egaña en el esfuer­zo pionero para la formulación de una política
petrolera auténticamente nacional. También en cuanto al destino y a la aplicación
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de los ingresos obtenidos por el Go­bierno de la industria petrolera, sintetizó su
pensamiento en una frase bastante gráfica y tan asimilable como la atribuida a
Uslar Pietri a la que he mencionado en otras partes de esta exposición: “transformar la riqueza del subsuelo en rique­zas del suelo”.
La actuación del doctor Egaña en materia petrolera tuvo especial significación
con su participación destacada en la comisión que preparó el Proyecto de Ley
de Hidrocarburos de 1943, por el cual se uniformó el régimen jurídico de las
concesiones otorgadas a compañías extranjeras, fijándose su duración en cuarenta años, así como también otras regulaciones, limitaciones y condiciones para
la actividad petrole­ra, en lo que fue una virtual reivindicación de lo que se propuso Gumersino Torres en la época de Gómez cuando desempeñó la cartera
de Fomento. Entre otros efectos de la aplicación de esa ley, junto con la de Impuesto Sobre la Renta, promulgada en 1942, menciono, por ejemplo, que en
1937 el ingreso de divisas petroleras al país fue de sólo US$ 44 millones, en
tanto que en 1946 ascendió a US$ 300 millones y los ingresos fiscales de origen
petrolero aumentaron de Bs. 82 millones, en 1937 a Bs. 272 millones, en 1946;
en 1937, dicho sea de paso, la participación fiscal petrolera representó un 26%
del total de ingresos del Fisco Nacional, en tanto que en 1946 esa participación
se elevó a 32% del total. Bien es verdad que hay que to­mar en cuenta otros factores y actuaciones: el aumento de la actividad petrole­ra, la incidencia del impuesto sobre la renta y la actuación del gobierno proviso­rio que sucedió al de
Isaías Medina. El propio Egaña en su libro Tres décadas de producción petrolera
(1947) clasifica y enumera los factores influyentes en el de­senvolvimiento de dicha actividad en el país, en dos grupos: 1) Nacionales (reser­vas probadas de
petróleo, costos de producción competitivos, entre los cuales destaca los naturales debidos a los recursos del subsuelo en Venezuela; económico, so­ciales y
fiscales; 2) extranacionales, tales como la producción mundial y el con­sumo
igualmente mundial de petróleo (en cuyas magnitudes se destaca la participa­
ción de los Estados Unidos), producción y consumo del Medio Oriente, precios
del petróleo (que pasaron de un promedio de US$ 1,98 en 1918 a uno de US$
1,02 en 1940 y US$ 1,22 en 1944). En la misma obra, que representa una contribución no­table a la bibliografía venezolana sobre la materia, Egaña expone los
que a su juicio serían los elementos de una política petrolera, entre otros los siguientes: obtención por parte del Estado venezolano de los mayores beneficios
posibles, de la regalía; una adecuada política de inversiones de los ingresos fiscales petrole­ros, en obras permanentes que ayuden a una óptima utilización de
la tierra (en la orientación de Adriani); esta política debe ser objeto de una
abierta discusión pública; el Estado debe procurar la coordinación entre las actividades agropecuarias y las petroleras en las zonas de explotación; la acción
del Poder Público debe dirigirse a la realización del derecho que tiene el Estado
a la mayor participación posible en la riqueza de su subsuelo y aprovechar el
Domingo F. Maza Zavala / El pensamiento múltiple de Manuel R. Egaña
87
beneficio económico que de ello obtenga para aumentar cualitativa y cuantitativamente nuestra población y fortale­cer las actividades productivas del país (se
hace referencia a la introducción a la Memoria de Fomento, presentada al Congreso Nacional en 1939), también incluye en estos elementos de política petrolera
la intensificación de la política comer­cial exterior para conservar y ampliar los
mercados donde se venden los productos venezolanas (idea que fue recogida
por el autor de este artículo, en su carácter de miembro de la Comisión de Reversión Petrolera de 1975, para elaborar y proponer el artículo 3o de la ley que
reserva al Estado la industria y el comercio de hidrocarburos); Egaña trae a colación, en la materia de que trata, el famoso decre­to del Libertador, dictado en
Quito el 24 de diciembre de 1829, según el cual las minas de cualquier clase
corresponden a la República, que ha sido y es fundamento del derecho petrolero
y minero de Venezuela.
Sobre la prolongada histórica lucha de Venezuela para obtener de la explota­ción
de sus recursos petroleros el provento máximo y para lograr progresivamente
el control de la propia actividad, el doctor Egaña expresa lo siguiente:
Desde el inicio del sistema concesionario la explotación de hidrocarbu­ros (que
estaba dirigida por parte de Venezuela a atraer inversionis­tas extranjeros, sin
contemplar otra cosa que un aumento relativamen­te pequeño de los ingresos
fiscales) comenzó una lucha, primero, por aumentar estos ingresos y luego por
adquirir e incrementar el control del Estado sobre el funcionamiento de la industria. Esta lucha se ve patente en la sucesión de leyes de hidrocarburos que se
dictaron desde 1920 hasta 1943. (Reflexiones sobre el medio físico de Venezuela
y sus relaciones frente al dominio del hombre, Academia Nacional de Ciencias
Económicas, Cuadernos, n° 23, Caracas, 1988).
En otra obra sobre la materia petrolera, enfoca su análisis al presente y al futuro
del país en los términos siguientes:
Este libro es para la Venezuela que ve, apática, la tragedia de una danza de millones en que no participa, la que no se da cuenta de que sus hijos sufrirán la
miseria más honda al agotarse los yacimientos o al perder la virtualidad que ahora
tienen, si no les prepara con los elementos que da el petróleo, ambiente propicio
a una actividad fecunda, la que no comprende que mientras el petróleo sea una
rique­za ansiosamente codiciada que en su tierra existe está cargada de pe­ligros;
la que está despreciando la oportunidad y los medios de mejo­rar su vida y la de
su posteridad, porque no quiere o no puede hacer el esfuerzo mínimo de previsión
y de acción que imponga a sus gober­nantes, quienes quiera que fueren, (Introducción a la obra El conflic­to pecuario petrolero, colección de artículos en el diario
El Uni­versal, Caracas, entre el 29 de mayo y el 9 de junio de 1947).
Ya en la última etapa de su vida, el doctor Egaña prestó su colaboración en la
preparación de la llamada Ley de Nacionalización Petrolera (1975); entonces
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clamaba por un desarrollo autónomo de la industria petrolera, ajeno a la partidi­
zación política, porque pensaba que aquella era una industria matriz y por tanto
debía preservarse de la influencia burocrática de los gobiernos.
Las industrias básicas
Nuestro personaje habló y escribió sobre Guayana, en el sentido de que no debía
limitarse a la minería primaria sino aprovecharla para el establecimiento de industrias básicas, de manera de desarrollar un emporio industrial en esa región.
Pudo en vida apreciar que su sueño estaba en vías de realización, ya que en
Guayana se instalaron industrias y servicios básicos, como la electrificación del
Caroní, la siderúrgica, la metalurgia de aluminio, desarrollo que no ha cul­minado,
pues se requiere llevarlo hasta la consecuencia lógica, cual es que las materias
primas allá producidas sean elaboradas allí, en buena parte, para obtener una
gama amplia de bienes, de insumo y consumo, para que en verdad cons­tituya
un emporio industrial, ahora con la inmediata vecindad de la explotación de la
Faja Petrolera del Orinoco.
Acerca de la inflación
No dejó Egaña en su periplo intelectual de reflexionar sobre el fenómeno de la
inflación, a cuyo examen dedicó varios artículos periodísticos en el dia­rio El
Nacional, de Caracas. Así escribía:
En los tiempos que corren está afligiendo al hombre una calamidad con fuerza
y amplitud que no conocieron los antiguos. Es otra peste, cuyo color no ha sido
determinado, pero cuyos síntomas son, por un lado, un aumento en espiral de
los precios de todas las mercancías y los servicios, y, por otro, una disminución
aneja del valor de las monedas, la denominada “inflación”.
Nadie puede asegurar que el origen y desarrollo de la pandemia actual, residen
en un virus congénito de las sociedades capitalistas o en la pura insensatez de
sus dirigentes políti­cos y económicos. A Venezuela ha venido la inflación en los
artículos y servicios que importa y la ha devuelto en petróleo que exporta. Como
remedio a la inflación y la escasez se ha a­cudido a la regulación de precios y a
los subsidios. No conozco ningún caso en que estos recursos hayan tenido buen
éxito contra aquellos males. (El Nacional, 23 de febrero de 1974, Caracas).
Ideas sobre el Estado y la Nación
No sólo en cuestiones económicas vertió su pensamiento el doctor E­gaña; también se pronunció acerca de la Nación y el Estado, conceptos o catego­rías a veces
no bien definidas. Sobre la Nación expresa nuestro autor:
Domingo F. Maza Zavala / El pensamiento múltiple de Manuel R. Egaña
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La Nación es permanente e intuitiva y, por tanto, sus programas tienen estabilidad
y acierto que impone a corto o a lar­go plazo a los gobiernos; en tanto que éstos
prefieren el vado de las promesas electoreras relumbrantes, menudas y efímeras.
La Nación sabe cuando un proyecto es suyo, cuando una obra es suya y los alienta
y los realiza. Por contraste, sabe cuando un proyecto u obra es simple manipulación
electorera para la cual tiene indiferencia cuando no desprecio. (Reflexiones, 1988).
En otras consideraciones escribe:
El Estado venezolano tiene que realizar una política económica intensa por el solo
hecho de que a sus arcas llega una propor­ción considerable del ingreso nacional.
El Estado no puede sustraerse al deber de realizar una política demográfica.
Frente al actual conflicto europeo (la Segunda Guerra Mundial, MZ) el Estado
tiene que adoptar funciones indispensables para evitar o reducir las consecuencias negativas en la economía del país. Debe atender a todo trance las actividades
económicas que tradicionalmente han sido fuente de sustento y bienestar de
cre­cidos sectores de nuestra población. Donde la iniciativa privada no basta, el
Estado debe atender al interés general.
Una tercera vía
Al considerar las opciones sistémicas que se ofrecen al desarro­llo de las naciones
que no han logrado alcanzar niveles elevados de riqueza y bienestar, Egaña
sugiere:
La verdadera síntesis (…) la que debe acercar y unir, para bien de la humanidad
el capitalismo como exponente del liberalismo económico y el comunismo como
exponente del materialismo histórico, no se ha hecho, y conste que ya ha pasado
casi un siglo desde que apareció El capital (Marx, MZ) (La Esfera, 14 de abril de
1960, Caracas).
La dimensión de un servidor público
El doctor Manuel R. Egaña se caracterizó por ser, sobre todo, un servidor público,
del Estado y de la Nación. No era un burócrata, es decir, alguien que se sirve de
su cargo para el propio beneficio y no tiene el menor interés en que mediante su
desempeño el país mejore. Dentro o fuera del Gobierno siempre estuvo atento a
la evolución de los asuntos públicos y sociales, y manifestaba sus opinio­nes sin
reservas. Estuvo siempre atento a las actuaciones del Banco Central, que consideraba, seguramente, como a su creatura. La talla de los seres humanos se mi­de
por su lealtad a los intereses del común, por su recta conciencia, por su auten­
ticidad de pensamiento y acción. No es fácil atravesar el umbral de la historia.
El doctor Manuel R. Egaña lo hizo.
90
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Referencias biliográficas
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Revista BCV • Vol. XXI, N° 2. Caracas, julio-diciembre 2007, pp. 91-121• ISSN: 0005-4720
El Fondo Latinoamericano de Reservas:
bien público regional
Velásquez G.
José Ángel Velásquez González*
Resumen
En este artículo se aplica el concepto de Bien Público Global (BPG) al caso
de un grupo de países que conforman una región, lo que ha dado origen a
un nuevo instrumento de análisis económico, el cual se define por el rango
espacial de sus efectos de derrame, como un Bien Público Regional (BPR). Se
plantea la tesis de que la estabilidad financiera y cambiaria constituye un Bien
Público Regional Final, a cuya provisión contribuye el Fondo Latinoamericano
de Reservas (FLAR), en su carácter de Bien Público Regional Intermedio, para
la región andina. Se analizan las características de las principales crisis financieras globales y se precisa el carácter regional de las crisis cambiarias de
América Latina. Se identifican los efectos del contagio financiero y las externalidades que éste genera. Se concluye que el “Mal Público Regional” de la
inestabilidad financiera y cambiaria más pernicioso para las economías emergentes, son las llamadas paradas súbitas (sudden stops), cuya prevención requiere de la intervención de instituciones, tales como los Fondos Regionales
de Reservas, los cuales contribuyen a proveer el BPR de la estabilidad financiera y cambiaria.
Palabras clave: Bienes Públicos Globales y Regionales / Estabilidad financiera
y cambiaria / FLAR
Código JEL: F02, F33, H41
* Economista, Universidad Central de Venezuela (UCV); MA en Economía Regional, Universidad de Puerto Rico-Universidad de Cornell; MSc. (Spurs) en Política Económica, Instituto
Tecnológico de Massachusetts (MIT); Doctorado en Economía Aplicada, UNED, España.
Exdirector del Banco Central de Venezuela. Profesor Titular de Política Económica en la
Globalización y Decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, Universidad Metropolitana (Unimet). Correo electrónico: jvelasquez@unimet.edu.ve.
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Abstract
This article applies the concept of Global Public Good (GPG) to the case of a
group of countries, comprising a region, which gave rise to a new instrument
of economic analysis that is defined by the spatial range of its spreading effects,
as a Regional Public Good. The thesis that the financial and exchange stability
constitutes a Final Regional Public Good to whose provision contributes the
Latin American Reserve Fund (FLAR), acting as an Intermediate Regional Public Good for the Andean region is proposed. An analysis is made of the major
global financial crises as well as a determination of the regional character of
exchange crises in Latin America. The effects of financial contagion and the
externalities it generates are identified. It is concluded that the most pernicious
“Regional Public Evil” of financial and exchange instability for emerging economies, are the so called sudden stops, the prevention of which requires the
intervention of institutions such as the Regional Reserve Funds, which contribute to provide financial and exchange stability to the Regional Public Good.
Key words: Financial and exchange rate stability / FLAR / Global and Regional Public Good
JEL Code: F02; F33, H41
Resumo
Nesse artigo se aplica o conceito de Bem Público Global (BPG) ao caso de um
grupo de países, que conformam uma região, que deu origem a um novo
instrumento de análise econômico, o qual se define pelo alcance espacial de
seus efeitos de derramamento, como um Bem Público Regional (BPR). Também
se discute a tese sobre a estabilidade financeira e cambial como um Bem Público Regional Final, cuja dotação vai por conta do Fundo Latino-americano de
Reservas (FLAR), em seu caráter de Bem Público Regional Intermédio, para a
região andina. As características das principais crises financeiras globais também
são analisadas, precisando sobre o caráter regional das crises cambiais na
América Latina. Identificam-se, igualmente, os efeitos do contágio financeiro e
os aspectos externos que ele gera. Conclui-se que o “Mal Público Regional” da
inestabilidade financeira e cambial mais perigoso para as economias emergentes, são as chamadas paradas súbitas (sudden stops), cuja prevenção precisa
da intervenção de instituições como os Fundos Regionais de Reservas, os quais
contribuem com o suprimento do BPR da estabilidade financeira e cambial.
Palavras chave: Bens Públicos Globais e Regionais / Estabilidade financeira e
cambial / FLAR
Código JEL: F02, F33, H41
José Ángel Velázquez / El Fondo Latinoamericano de Reservas: bien público global-regional 93
Résumé
Cet article développe le concept de “bien publique global” (BPG) dans le cas
d’un groupe de pays d’une région spécifique. Cela a créé un nouvel instrument
d’analyse économique défini par le rang spacieux de ses effets d’expansion
comme un Bien Publique Régional (BPR). On y propose la thèse qui affirme
que la stabilité financière et cambiaire constitue un Bien Publique Régional
Final. Le Fond Latino-américain de Réserves (FLAR) est chargé de sa provision,
dû à son caractère de Bien Publique Régional Intermédiaire pour la région
andine. Les caractéristiques des principales crises financières globales sont
analysées et le caractère régional des crises cambiaires d’Amérique Latine est
précisé. Tant les effets de la contamination financière que les externalités que
cette contamination produit sont identifiés. On conclue que le “Mal Publique
Régional” de l’instabilité financière et cambiaire plus pernicieux pour les économies émergeantes sont les dénommées “arrêts soudains” (sudden stops en
anglais). Des institutions comme les Fonds Régionaux de Réserves, qui contribuent à la stabilité financière et d’échange du Bien Publique Régional, doivent
intervenir afin de prévenir ces arrêts.
Mots clés: Biens publics globaux et régionaux / FLAR / Stabilité financière et
cambiaire
Code JEL: F02, F33, H41
Introducción
La demanda de Bienes Públicos Globales (BPG) se ha incrementado a medida
que se expande y profundiza el proceso de globalización; sin embargo, la oferta
de dichos bienes no crece al mismo ritmo. “La decisión de suministrar los Bienes
Públicos Globales o no suministrarlos es lo que convierte a la globalización en
oportunidad o amenaza” (Kaul, I., Conceicao, P., Le Goulven, K. y Mendoza, R.
2003:2). Desde el punto de vista de la dimensión espacial, se puede distinguir
entre Bienes Públicos Globales (BPG) y Bienes Públicos Regionales (BPR); estos
últimos sólo afectan a un grupo de países en un ámbito regional.
El grupo de trabajo internacional sobre Bienes Públicos Globales creado por los
Gobiernos de Francia y Suecia ha señalado seis áreas de trabajo que se constituyen en desafíos planetarios para la provisión de Bienes Públicos Globales que
buscan el beneficio de toda la humanidad, en función de una mejor gestión de
la globalización. Las tres primeras áreas conforman las condiciones de la seguridad física del mundo: paz y seguridad, control de enfermedades y bienes internacionales comunes. Las tres restantes, conforman las condiciones de la
seguridad económica y la prosperidad del planeta: estabilidad financiera, libre
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Revista BCV / Vol. XXI / N° 2 / 2007
comercio y acceso público al conocimiento. Todas estas áreas están unidas por
fuertes sinergias e interconexiones que deben ser tomadas en cuenta para garantizar un enfoque coherente y holístico1.
Se observa un crecimiento en la demanda de BPR en el contexto de un creciente
esfuerzo de integración regional en todo el mundo, que ha tomado como paradigma los éxitos logrados por la Unión Europea. En América Latina, a pesar de
los vaivenes y desacuerdos políticos, se encuentran funcionando varios esquemas
de integración regional y subregional, tales como la Comunidad Andina de Naciones (CAN), el Mercosur y el Mercado Común Centro Americano. En estas
experiencias se ha partido de la noción de complementariedad entre las políticas
nacionales y regionales, y las regionales son vistas como complementos y no
sustitutos de las nacionales.
Dentro del contexto regional, se hace necesario realizar investigaciones académicas y visualizar esfuerzos de cooperación para estabilizar y regular los mercados cambiarios y financieros, introduciendo el concepto de Bienes Públicos
Regionales, como instrumento analítico que contribuya a prevenir las crisis y
las posibilidades de contagio financiero.
En este trabajo se toman como base una serie de investigaciones que consideran
la estabilidad cambiaria, monetaria y financiera como un BPG y un BPR: GarcíaArias, J. (2004); Sandler, T. (2006); Griffith-Jones, S. (2003); Krugman, P. (2002)
y Obstfeld, M. (1986). También se toman en cuenta las derivaciones de otros estudios que han identificado la estrecha relación de las crisis cambiarias con el
Bien Público Global de la estabilidad financiera: Wyplosz, C. (2001); Sachs, J.
(1996); Kaul, I. et al. (2000-2002); Griffin-Jones, S. (2005); Eichengreen, B., et al.
(2000); Dornbusch, R. (1995). Así mismo, se ha consultado la investigación de
Rezk, E. y Viecens, M. (2000) donde utilizan el concepto de Bien Público Regional
aplicado al análisis de la estabilidad cambiaria y financiera en el Mercosur.
El análisis de los antecedentes de las crisis cambiarias y financieras mexicana y
asiática, y de sus terribles efectos sobre algunas economías latinoamericanas
(efecto samba y efecto tango) permite afirmar que la estabilidad cambiaria, monetaria y financiera regional es muy sensible a perturbaciones exógenas. Para
prevenir los efectos negativos de estas crisis, se requiere de intervenciones conjuntas de los países afectados. Se trata de acciones colectivas que presuponen
acuerdos e intervenciones coordinadas. Las mismas deben ser ejercidas a nivel
nacional, como también de manera conjunta a nivel regional, mediante mecanismos de cooperación, de forma que se pueda ir construyendo una institucionalidad
Secretaria del Grupo de Trabajo Internacional sobre BPG (2005). Estrategia y acciones
para enfrentar desafíos globales. En Cooperación internacional para el interés nacional, 21
de febrero.
1
José Ángel Velázquez / El Fondo Latinoamericano de Reservas: bien público global-regional 95
regional, que refuerce y complemente los esquemas nacionales y compense las
deficiencias de la institucionalidad económica y financiera mundial vigente
(Guarnieri, R. 2005).
Se comparte el criterio de Ocampo (2001), de que es necesario evitar o atenuar
el contagio financiero entre países mediante una vigilancia apropiada. La misma
debe contar con instrumentos de financiamiento oportunos para contribuir a la
estabilización de los mercados regionales y subregionales, como una primera
línea de defensa. Esto implica dejar a las instituciones globales, como el FMI, la
función de prestamista de última instancia, sobre todo, ante el fenómeno de las
“paradas súbitas” (sudden stops) que azotan las regiones de economías emergentes. La ocurrencia de dicho fenómeno hace necesario que en América Latina
se diseñen mecanismos de cooperación financiera regional para hacer frente a
esta excesiva volatilidad de los flujos de capital.
Dadas las complejidades que arroja el proceso de globalización económica y financiera, y tomando en cuenta el principio de subsidiaridad, se justifica una división de funciones entre las organizaciones mundiales y regionales, en la
provisión del financiamiento de emergencia y el diseño de mecanismos para
internalizar las externalidades generadas por las políticas macroeconómicas de
un país sobre sus países vecinos.
Dentro de este contexto, se ha planteado el objetivo de realizar un análisis para
evaluar el papel del Fondo Latinoamericano de Reservas (FLAR) como un Bien
Público Regional de carácter intermedio. Se trata de determinar la “contribución”
del FLAR para proveer el Bien Público Regional Final de la estabilidad cambiaria
y monetaria en la subregión andina, conformada por Bolivia, Colombia, Ecuador,
Perú y Venezuela.
Se parte del supuesto de que con la creación del FLAR se buscó, conceptualmente, lograr la intervención colectiva de los estados miembros para atender
una falla del mercado regional y global.
Los bienes públicos globales y los bienes públicos regionales
En el mundo actual muchas de las crisis que sufre el planeta son la consecuencia
de la insuficiente provisión de Bienes Públicos Globales. Desde las desastrosas
y sonadas crisis financieras y cambiarias, que hemos denominado “tsunamis financieros”, hasta la silente y bochornosa crisis de la pobreza extrema, que azota
a una gran parte de la humanidad, son fenómenos que reflejan la importancia
estratégica de entender, analizar y utilizar esta poderosa herramienta de la política
económica en la Globalización, como son los Bienes Públicos Globales (BPG).
La contribución del profesor Paul Samuelson del Instituto Tecnológico de Massa­
chusetts (MIT) en 1954, The Pure Theory of Public Expediture, en la cual formuló
96
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de manera sistemática la teoría de los bienes públicos, seguida en 1971, por la
extraordinaria obra del profesor Mancur Olson, The Logic of Collective Action,
en la cual se estudian los problemas de la acción colectiva y la provisión de los
bienes públicos, principales aportes que marcaron el inicio del análisis económico para entender esta singular problemática.
La aplicación del concepto de los bienes públicos a los problemas internacionales
tiene como precursores a Garret Hardin en 1968, con su trabajo The Tragedy of
the Commons y al profesor del MIT, Charles Kindleberger, quien en 1986 escribió
el trabajo The World in Depression 1929-1939, en el cual caracterizó la crisis
económica de los años treinta como una incapacidad para proporcionar bienes
públicos claves (Kaul, I. et al., 2001).
En la última década del siglo xx y la primera del siglo xxi, un grupo selecto de
autores de los países desarrollados han generado una innumerable cantidad
de estudios e investigaciones sobre el tema de los Bienes Públicos Globales,
también llamados Bienes Públicos Mundiales o Bienes Públicos Trasnacionales.
Entre éstos destaca el profesor Todd Sandler, de la Universidad de California del
Sur, quien ha realizado grandes aportes al tema del análisis económico de los
Bienes Públicos Intergeneracionales, el financiamiento internacional de los BPG,
la lucha antiterrorista, la prevención de la guerra nuclear y la seguridad mundial
como BPG, así como también ha contribuido al estudio de los Bienes Públicos
Regionales. Deben mencionarse dos extraordinarios libros colectivos, coordinados
por funcionarios del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD),
que han causado un tremendo impacto sobre los políticos y académicos relacionados con el tema: a) Kaul, Grunberg y Stern (1999), Global Public Goods:
International Cooperation in the 21st Century; b) Kaul, Conceicao, Le Goulven
y Mendoza (2003), Providing Global Public Goods: Managing Globalization.
Llama la atención los pocos aportes sobre el tema, por parte de economistas
hispanoparlantes, con contadas excepciones de profesores y académicos de
universidades españolas, entre los cuales se puede mencionar la valiosa contribución de los profesores de la Universidad Nacional de Educación a Distancia
(UNED), Jesús María Marín Quemada y Javier García-Verdugo, con su libro Bienes
públicos globales, política económica y globalización, el cual posee entre sus
bondades la de permitir a los lectores hispanoamericanos entrar en contacto
con este importante y apasionante tema en el idioma español y bajo una óptica
esencialmente económica.
La mayor parte de esta literatura se ha concentrado o focalizado sobre los Bienes
Públicos Nacionales (BPN) y los Bienes Públicos Globales (BPG) y ha prestado
poca atención a la clase de Bienes Públicos Regionales (BPR), cuyo rango espacial
de beneficios supera los límites de un país, pero alcanza al equivalente de un
conjunto bien definido de países. El rango espacial de sus “efectos derrame” no
José Ángel Velázquez / El Fondo Latinoamericano de Reservas: bien público global-regional 97
coincide con los límites jurisdiccionales tradicionales de los estados-nación, ni
tampoco con los ámbitos de la comunidad global, los cuales son atendidos por
las instituciones multilaterales (Arce, D. y Sandler, T. 2002).
Para algunos autores, los BPR son considerados como un tipo de BPG, de acuerdo
al ámbito geográfico del bien. En este caso los BPG pueden definirse como
aquellos bienes que proporcionan beneficios no exclusivos y de consumo no rival,
que trascienden las fronteras, las generaciones y los grupos sociales. Como mínimo, los beneficios de los BPG deben extenderse a más de un grupo de países
y no deben discriminar a ningún segmento de población y a ninguna generación
presente o futura (Marín, J.M. y García, J., 2003). Si los beneficios de un bien
público alcanzasen sólo a una región geográfica –América del Sur, Europa, etc.–
sería un Bien Público Regional y posiblemente un “bien de club” (Marín Q., J.
M. y García, J., 2003; Kaul, I., et al., 2001).
Características de los bienes públicos globales y bienes públicos regionales
Se considera que para definir un BPR es necesario que se entienda con precisión
el concepto de BPG, sus principales propiedades y características distintivas.
En el artículo de Samuelson (1954), antes citado, se identificaron dos características definitorias de un bien público, que los distingue de los bienes privados:
• No exclusividad: una vez que el bien ha sido producido sus beneficios están
al alcance de todos. Aquellos que no contribuyeron a proveer dicho bien no
pueden ser excluidos de su consumo.
• No rivalidad: el consumo de una determinada cantidad de dicho bien por parte
de un individuo o agente, no reduce la oferta disponible para otros. No se genera ningún costo por la cantidad adicional que consume otra persona.
Además de las dos características señaladas por Samuelson, un BPG debe cumplir
con tres criterios adicionales (Marín, J.M. y García-Verdugo, J., (2003); Kaul, I.
et al., (2001).
• Sus beneficios deben ser universales, en términos de países (más de un grupo
de países).
• Sus beneficios deben extenderse, preferiblemente, a todos los grupos de la
población.
• Sus beneficios deben satisfacer las necesidades de las generaciones presentes,
sin impedir las opciones de desarrollo de las generaciones futuras.
Los conceptos de “externalidades” y de “costo marginal” están muy relacionados
con las características de los bienes públicos y además ayudan a identificar las
situaciones estratégicas principales que afectan la provisión de bienes públicos
Revista BCV / Vol. XXI / N° 2 / 2007
98
como son el consumo gratuito (free-riding) y el dilema del prisionero. La característica de “no exclusividad” conlleva al concepto de “externalidad“. Cornes y
Sandler, T. (1996:6) afirman que los bienes públicos, en especial los bienes públicos puros, pueden considerarse como casos especiales de externalidades (citado por Kaul, I. et al., 2001).
El beneficio gratuito ( free-riding) o pasajero gratuito ( free-rider) ocurre si un
país disfruta del beneficio de un BPG sin aportar recursos para su provisión.
Por otro lado, la lógica del “dilema del prisionero” conduce inexorablemente a
que los países sean incapaces de lograr posibles beneficios provenientes de la
cooperación.
Externalidades y efectos de derrame transfronterizos
Durante las ultimas décadas se han incrementado notablemente los efectos de
derrame transfronterizos en términos de transmisión de enfermedades infecto
contagiosas, lluvia ácida, calentamiento global, terrorismo transnacional, inestabilidad financiera, virosis informática, etc. En parte, esto es consecuencia de la
globalización, en conjunto con los avances tecnológicos que han fracturado o
derribado los límites tradicionales de las fronteras nacionales, provocando mayor
intercambio entre los países, lo cual se refleja en un incremento de las interaccio­
nes transfronterizas.
Por lo general, los mercados no distinguen las fronteras, en especial los mercados
financieros y cambiarios que están altamente digitalizados y virtualizados. Las
variaciones excesivas de los precios de acciones e instrumentos financieros y
divisas no se quedan limitadas dentro de las fronteras nacionales. Los cambios
bruscos en los flujos de capital hacia un país y desde éste hacia otros, pueden
ser motivados por factores y hechos muy distantes y disímiles. Muchas de estas
externalidades son pecuniarias; pero su valoración enfrenta el problema de la
información asimétrica. Otras externalidades son no pecuniarias, aún más difíciles de valorar por el “fenómeno de selección adversa” que potencia el contagio
y su propagación entre países. En este campo de la estabilidad cambiaria y financiera las “fallas de mercado” son evidentes, de ahí la gran necesidad de proveer Bienes Públicos Globales y Regionales.
Estos problemas transfronterizos constituyen externalidades transnacionales, en
las cuales uno o más agentes (empresas multinacionales, naciones, ONG, grupos
poblacionales) crean costos o beneficios para otros que no están participando
en la transacción. “Cuando un bien o mal público tiene efectos no excluibles o
sólo en parte excluibles, lleva los costos o beneficios a espectadores inocentes,
por lo que la no excluibilidad es una forma extrema de externalidad”2. Los bienes
2
Kaul, I. et al., (2001), op. cit., p. 483.
José Ángel Velázquez / El Fondo Latinoamericano de Reservas: bien público global-regional 99
y los males públicos mundiales tienen dos fuentes: pueden ser el producto de
derrames positivos o negativos de una acción en el plano del país o pueden
generarse por efectos sistémicos mundiales.
A medida que el proceso de globalización incrementa los flujos transfronterizos
de bienes, servicios, capital financiero y recursos humanos, y los avances tecnológicos estimulan más actividad económica internacional: comercio exterior,
inversiones extranjeras, viajes y comunicaciones internacionales, se genera el
fenómeno que observa Wyplosz (2001): Las actividades económicas internacionales actúan como cintas de transmisión de externalidades, en forma cada vez
más intensa (citado por Kaul, I. et al., 2001). Esto indica la necesidad de la acción
colectiva más allá de los estados-nación para controlar e incrementar la provisión
de los BPG. Ahora bien, cuando los beneficios de los bienes públicos son confinados en dos o más países, en una localización dada, y sus “efectos derrames”
pueden ser más concentrados espacialmente, que los generados por los BPG,
entonces estamos en presencia de un Bien Público Regional (Sandler, 2006).
Dichos beneficios tienen efectos sobre una región bien delimitada (Devlin y
Estevadeordal, 2001; Stalgren, 2000).
El estudio de los BPR, la región y criterios para su delimitación
Aunque el estudio de los BPR está en etapas incipientes, en los últimos años se
han generado varios trabajos sobre este tipo de bien y se han identificado los
problemas de acción colectiva asociada a ellos: Arce y Sandler (2002); Cook y
Sachs (2001); Estevadeordal, Frantz y Nguyen (2004); Stalgren (2000); Ferroni
(2004-2005); Sandler (1998, 2002, 2005, 2006) y Kanbur, et al., (1999).
El auge del regionalismo y la emergencia de grupos colectivos regionales, han
generado una demanda creciente de BPR. Los BPR se distinguen de los BPN y de
los BPG en términos de demanda, financiamiento y localización. A diferencia
de los BPN, los beneficios de los BPR tienen un alcance más allá de los límites de
una nación. Con respecto a los BPG, cuyos beneficios se dispersan mundialmente,
los generados por los BPR son recibidos por un grupo delimitado e identificado
de naciones.
En el estudio de los BPR es necesario clarificar el concepto de región a utilizar.
Para Sandler (2002) el término está referido a una localización natural que se
extiende más allá de un área subnacional de una sola nación, constituyendo un
ámbito espacial que abarca más de un país. Para este autor, una región es un
sub­sistema territorial dentro del planeta. En todo caso el ámbito de la región
demarcada debe incluir solamente los países que son afectados o influenciados por las externalidades de un bien público específico; pero se sabe que no todos
los bienes públicos tienen un área bien delimitada de influencia de las externalidades que generan.
100
Revista BCV / Vol. XXI / N° 2 / 2007
Tipología de Bienes Públicos Globales y Regionales
En la teoría de los BPG se pueden considerar los siguientes tipos: bienes puros
e impuros, bienes de club y productos conjuntos.
Se considera que un BPG es puro si cumple la condición de ser universal, es
decir, beneficia a todos los países, persona y generaciones, y es impuro cuando
“tiende a ser universal” y sólo beneficia a más de un grupo de países y no discrimina contra ningún segmento de población o conjunto de generaciones. O
sea, tiene la característica de ser parcialmente excluible o parcialmente rival en
el consumo.
Los bienes de club son bienes públicos impuros, cuyos beneficios son totalmente
excluibles y parcialmente rivales. En una estructura tipo club la exclusión
promueve la financiación voluntaria, donde el uso del bien permite ser monitoreando y puede cobrarse un pago. Un club ideal cobra una tarifa para internalizar
la externalidad de exclusión asociada con la rivalidad (Sandler, 2004). Los clubes
son organizaciones relativamente sencillos que ofrecen una alternativa institucional a la creación de estructuras supranacionales muy elaboradas. Los clubes
regionales pueden solicitar préstamos o condiciones a las naciones, instituciones
multilaterales o bancos regionales, a fin de financiar los costos iniciales del bien
de club y posteriormente amortizar los préstamos con los recursos obtenidos
por el cobro de cuotas o peajes.
Los productos conjuntos son BPG o BPR que ofrecen simultáneamente dos o más
productos que pueden variar en su grado de bien público, ya que pueden ser
públicos puros, públicos impuros (bienes de club) o privados (Sandler, 2004).
Otra tipología de BPR es la que emerge del criterio expresado por Kaul, I. et al.,
(2001). Según estos autores, los BPR se pueden clasificar de acuerdo al lugar
que ocupan en la cadena de producción3:
• Bienes Públicos Regionales Finales: son resultados u objetivos. Pueden ser
tangibles (como el medio ambiente) o intangible (como la estabilidad
financiera).
• Bienes Públicos Regionales Intermedios: contribuyen a la provisión de Bienes
Públicos Regionales Finales, el ejemplo por excelencia son los regímenes internacionales, los cuales adoptan diferentes formas, como los acuerdos regionales y los organismos regionales y subregionales. Estos últimos facilitan
las consultas y negociaciones entre los países miembros, proporcionan infor­
mación, coordinan políticas y supervisan el cumplimiento de tratados a nivel
regional.
3
Citado en Marín Quemada y García-Verdugo (2001), p. 113.
José Ángel Velázquez / El Fondo Latinoamericano de Reservas: bien público global-regional 101
Criterios para identificar BPR: rango espacial y tecnologías de producción
¿Cómo identificar los BPR para adecuar la acción colectiva y la cooperación
inter­nacional a fin de lograr su provisión? Kanbur, et al., (1991-1999) y Sandler,
T. (1998, 2002, 2004) señalan algunas vías para identificar BPG y BPR, reconociendo que los mismos difieren en cuanto al alcance de sus beneficios, las características de esos beneficios y de las tecnologías de producción del bien. Así
mismo, sugieren dos formas de identificar los BPG y para distinguir los BPR de
los BPG y de los BPN. La primera forma está relacionada con el rango espacial
del derrame de sus beneficios y la segunda forma está orientada a los métodos
o tecnologías de como las contribuciones por países determinan la cantidad total
del bien disponible para el consumo (llamadas tecnologías de producción o
agregación). Se denominan “Tecnologías de producción de bienes públicos”, las
distintas maneras como las acciones individuales de cada país se agregan para
determinar el nivel de provisión total del bien público. Las estrategias de coo­
peración y la clasificación de los problemas de acción colectiva para provisionar
un bien público están relacionadas con su tecnología de producción. La naturaleza del BPG y del BPR determina el mejor método de provisión de ese bien.
Las tecnologías de producción influyen sobre la estructura de incentivos y los
pronósticos de oferta del bien.
El foco de este análisis es la relación entre las contribuciones individuales por
países y el nivel total de provisión del bien. Marín Quemada y García-Verdugo
(2003) señalan cuatro tipos de tecnologías de producción o agregación: a) Sumatoria o Agregación (Summation); b) El eslabón más débil o el menos capaz
(Weakest link); c) Directa o el más capaz (Best shop) y d) Suma ponderada (Weigh­
ted sum). Sandler, T. (2005 y 2006) propone tres tecnologías de producción adicionales para clasificar los Bienes Públicos Regionales: e) Umbrales (Threshold);
f) El segundo más capaz (Better shop) y g) El segundo más débil (Weaker link).
Con la tecnología de producción denominada “sumatoria” la provisión del BPG
resulta de la agregación de muchas contribuciones de igual importancia. Con la
tecnología del eslabón más débil la provisión total del BPG está determinada
por el esfuerzo del país más débil, por lo cual el colectivo se ve en la necesidad
de apoyarlo financieramente. Por otro lado, en la tecnología del agente más capaz, la provisión total del BPG es igual a la mayor contribución individual realizada por los miembros del colectivo. En la tecnología de umbrales, la provisión
del BPG sólo se logra a partir de un determinado nivel de producción.
102
Revista BCV / Vol. XXI / N° 2 / 2007
La estabilidad financiera, cambiaria y monetaria
como Bien Público Regional final
Varios autores tipifican a la estabilidad financiera como BPG dentro de la categoría de objetivos de política global y la consideran como “variable flujo”, por
lo cual es necesario un esfuerzo continuo para garantizar su provisión. Al mismo
tiempo, estos autores advierten que el problema de actuación colectiva asociado
con este tipo de bien es el de “provisión insuficiente”.
Para lograr una mejor aproximación al conocimiento de la naturaleza y características de los BPG y BPR es conveniente una sucinta revisión sobre los conceptos
expresados por los principales autores en relación con el “Bien Público” de la
estabilidad financiera, monetaria y cambiaria o de su correlativo “mal público”.
Wyplosz, C. (2001) afirma que la inestabilidad financiera es un mal público internacional, resultado de fallas del mercado por razones que aún no se comprenden cabalmente. Reconoce los avances teóricos recientes que han mejorado
la comprensión de las crisis y la necesidad de aprender las lecciones de la experiencia en Europa, México y Asia Oriental4.
Este autor observa que los mercados financieros son inherentemente volátiles,
porque las expectativas acerca del futuro influyen en los precios de los activos,
los que reaccionan con rapidez a cualquier información que podría afectar los
rendimientos futuros, independientemente de si dicha información resultara
correcta, pero aclara que “volatilidad no es sinónimo de inestabilidad”, la misma
surge cuando los precios de los activos, incluyendo los tipos de cambio, muestran
excesiva volatilidad. “Los pánicos, el comportamiento de rebaño y la comprensión tardía de la significación de eventos pasados son ejemplos de lo que crea
la inestabilidad financiera” (Wyplosz, 2001:162-163).
La inestabilidad financiera suele ser muy costosa. Cuando una institución financiera falla, las otras se hallan de inmediato bajo amenaza por los extensos vínculos
mutuos. Los costos que asumen las autoridades para evitar el desplome de su
sistema bancario son inmensos. Según datos del Banco de Pagos Internacionales
de Basilea (BIS, por sus siglas en inglés)5 y Crokett (1997) el costo de la crisis
bancaria argentina en 1980-1982 fue de un 55% del PIB, la de México en 19941995 fue del 15% del PIB y la de Venezuela en 1994-1997 fue de 18% del PIB.
El efecto de las crisis cambiarias en los países en desarrollo se ilustra con las siguientes cifras del FMI (1998) y de Frankel y Rose (1996): cuando el tipo de cambio
4
Wyplosz, C. (2001). “Inestabilidad financiera internacional”, en Kaul, I. et al., (2001) Bienes Públicos Mundiales: La cooperación internacional en el siglo xxi. PNUD-Oxford, Nueva
York.
BIS: Bank for International Settlements, Basilea, Suiza.
5
José Ángel Velázquez / El Fondo Latinoamericano de Reservas: bien público global-regional 103
real se deprecia en más del 100% –un síntoma evidente de inestabilidad financiera– la tasa de crecimiento del producto interno bruto, disminuye en aproximadamente tres puntos, durante dos años (Wyplosz, 2001:165).
Stephany-Griffith-Jones junto con Ricardo Gottschalk afirman que el costo de
la excesiva inestabilidad financiera que conduce a las crisis es masivo6. Ellos
estimaron que entre 1995-2002 el resultado directo de las principales crisis
cambiarias y monetarias, y crisis gemelas que afectaron a Argentina, Brasil, Indonesia, Corea, Malasia, México, Tailandia y Turquía, tuvieron un costo de US$
1,250 billones, es decir, un promedio anual de US$ 150 billones en el período.
Eichengreen, B. (2004) calculó que el costo de las crisis cambiarias es equivalente
al 0,7% del PIB anual de los países en desarrollo, o sea, una cifra de US$ 107
billones anuales, muy cercana a la estimación de Griffith-Jones et al.
La inestabilidad financiera es un producto que deriva de la actividad de tratar
con riesgo. La volatilidad normal tiene un precio y, en consecuencia, no requiere
ninguna intervención pública. Se manifiesta en alzas de primas de riesgo, tasas
de interés más altas y posibles movimientos de la tasa de cambio. Los mercados
financieros diseñan instrumentos para enfrentar el riesgo. Pero la excesiva volatilidad que conduce a la crisis no tiene un precio. Es una externalidad negativa
y es no pecuniaria porque como sucede con la contaminación del aire, sus orígenes y sus víctimas son muy difusos para que se puedan identificar (Wyplosz,
2001:167). La inestabilidad financiera como mal público es una falla del mercado,
el cual no funciona bien, a causa de la amplia presencia de asimetrías de información, generando resultados como son: el riesgo moral, la selección adversa
y los equilibrios múltiples.
El futuro puede ser afectado por las condiciones presentes. Las expectativas
sombrías que justifican una crisis hoy, pueden autorealizarse y confirmar la validez de estas predicciones, al provocar la crisis en el futuro. Un “mal equilibrio”
puede coexistir con un “buen equilibrio”. “La existencia de estos equilibrios
múltiples vinculados con la incertidumbre, posibilitan que los propios mercados
financieros sean el origen de una crisis.” (Wyplosz, 2001:169).
Eichengreen, B. (2004) afirma que la estabilidad financiera es un Bien Público
Global porque existe una tendencia a que las turbulencias financieras se derramen a través de las fronteras, por lo cual las consecuencias son externas al país
o países, en los cuales se originan dichas turbulencias. Al mismo tiempo, existe
una tendencia a subinvertir en la provisión de este bien, debido a su característica
de no rival en el consumo y de no excluibilidad en el acceso de sus beneficios,
tal como sucedió con México durante su sonada crisis.
Griffith-Jones, S. y Gottschalk, R. (2005). Cost of currency crises and benefits of international reform, Universidad de Sussex, Reino Unido.
6
104
Revista BCV / Vol. XXI / N° 2 / 2007
Griffith-Jones, S. (2003) examina el BPG de la estabilidad financiera y la eficiencia
del mercado, señalando que uno de sus principales elementos es la arquitectura
financiera internacional. Destaca la poca o limitada utilidad que tiene para los
países en desarrollo la actual arquitectura financiera; por lo cual, a su juicio, las
reformas propuestas deben enfatizar las mejoras en materia de prevención y
gerencia de crisis, desde el punto de vista de los países en desarrollo. Al mismo
tiempo, señala la relación entre la estabilidad financiera y el crecimiento económico, por lo cual la provisión de este Bien Público Global es necesario para
los países en desarrollo.
Griffith-Jones (2003) coincide con Wyplosz (2001) al señalar que la volatilidad
excesiva que conduce a las crisis no puede ser valorada apropiadamente por el
mercado: “Cuando los inversionistas externos corren hacia la salida en algunos
o todos los mercados emergentes, a causa de un problema originado en uno de
ellos, el contagio se transforma de un mal público nacional en un mal público
regional y eventualmente global”7.
Crisis cambiarias y financieras: modelos de primera,
segunda y tercera generación
Con anterioridad a la crisis mexicana, la sabiduría convencional consideraba que
el origen de los ataques especulativos en el mercado cambiario se debía fundamentalmente a la aplicación de políticas monetarias y fiscales laxas, de corte
excesivamente expansivas. Se pensó que la única causa posible de las crisis
cambiarias era la monetización del déficit público y se consideraba imposible
una crisis del mercado de cambios en presencia de finanzas públicas sanas.
La crisis del mercado cambiario mexicano en 1994-1995 demostró que los modelos de primera generación, que explicaban dichas crisis, como consecuencia
de desequilibrios del sector público, no era el instrumento adecuado para analizar todas las crisis cambiarias. Si bien antes de la crisis de México el déficit de
cuenta corriente de balanza de pagos era de 7% del PIB (uno de los detonantes),
en la esfera fiscal existía un superávit. (Varela y Jacobs, 2003).
Por otro lado, los modelos de segunda generación explican las crisis cambiarias
básicamente por expectativas que no necesariamente están relacionadas con los
fundamentos de la economía. La presencia de distintas percepciones, optimistas
y pesimistas, genera múltiples equilibrios a los cuales la economía se puede dirigir,
dependiendo de las distintas creencias del público. (Rodríguez-Arana, A. y Jacobs,
G., 2003). Estos modelos colocan el énfasis en las profecías autorrealizables y el
Griffith-Jones, S. (2003). “International financial stability and market efficiency as a Global Public Good”, en Kaul, I. et al., Providing Global Public Goods: Managing Globalization,
p. 435 UNP-Oxford University Press, Nueva York.
7
José Ángel Velázquez / El Fondo Latinoamericano de Reservas: bien público global-regional 105
comportamiento gregario de los agentes económicos en los mercados financieros
internacionales, caracterizados por la existencia de información imperfecta y
asimétrica. Wiplosz (2001) enfatiza que los equilibrios múltiples fueron la causa
radical de las crisis cambiarias que se autorealizaron en México 1992 y en Asia
1997 (crisis de segunda generación).
La crisis asiática que empezó en Tailandia (1997) y posteriormente afectó a Malasia, Filipinas, Indonesia y Corea del Sur, mostró que en estos países la crisis
cambiaria estuvo claramente acompañada de una crisis en los mercados financieros. Sin embargo, la causalidad entre la crisis financiera y la crisis cambiaria
no era del todo obvia: “¿el sector financiero había entrado en crisis por el problema cambiario o el mercado de cambios era víctima de un prolongado período
donde el sector financiero había prestado más de lo conveniente? La causalidad
parecía ir en ambos sentidos”. (Rodríguez-Arana, A. y G. Jacobs, 2003:35). Esto
demuestra lo complicado que son los fenómenos de inestabilidad cambiaria y
financiera, así como la necesidad de entenderlos para poder aprovisionar el bien
público respectivo al nivel regional.
Los trabajos de Mckinnon y Pill (1996) rescatados por Krugman (1998) situaron
las bases para el desarrollo de los modelos de tercera generación, los cuales
combinan argumentos de los modelos de primera y segunda generación: Las
crisis son originadas por problemas de flujos y tienen mucha influencia el déficit
fiscal y el excesivo peso de la deuda externa a corto plazo.
El contagio y los ataques especulativos en las crisis cambiarias
Eichengreen, B, A. Rose y C. Wyplosz (1997) realizaron un estudio sobre veinte
países industrializados en el período 1959-1993, en el cual evaluaron el fenó­meno de contagio debido a crisis monetaria y cambiarias8. Ellos encontraron
que uno de los canales de transmisión del contagio son los vínculos comerciales,
pero no es el único. El efecto tequila se sintió en países latinoamericanos como
Argentina y Brasil, que tenían vínculos comerciales con México; pero también
afectó a Hong Kong, Malasia y Tailandia que no tenían flujos comerciales apreciables con dicho país. Aquí puede estar presente otra explicación: las similitudes
en las condiciones de política económica y en las variables macroeconómicas.
Estas dos interpretaciones sobre los canales de transmisión internacional de las
crisis cambiarias tienen diferentes implicaciones empíricas. Los resultados de la
investigación de Eichengreen et al., (1997) probaron que el derrame del contagio
que se origina en los flujos de comercio es más fuerte que el generado como
resultado de similitudes macroeconómicas. Sin embargo, la mayoría de las investigaciones recientes demuestra que a partir de los noventa las economías
emergentes se vieron afectadas por el contagio financiero (puro).
Eichengreen, B., A. Rose y C. Wyplosz (1997). Contagious currency crises, Universidad
de California.
8
106
Revista BCV / Vol. XXI / N° 2 / 2007
Simon Hall y Ashley Taylor, (2002) investigadores del Banco de Inglaterra observan
que en la reciente crisis argentina se generaron pocos efectos de derrame sobre
las economías emergentes, comparados con la crisis mexicana y asiática9. Los
autores señalan algunos factores explicativos de estos cambios: La vulnerabilidad
de las economías emergentes que tenían vínculos comerciales y financieros con
Argentina era más baja, que en el caso de los países afectados por la crisis asiática;
y además se observaron cambios en la conducta de los inversionistas que se reflejaron en una mejor composición de la estructura de sus carteras. Estos autores
enfatizan la importancia de estudiar las vulnerabilidades de las economías emergentes y “los indicadores de crisis” denominados “sistemas de alerta temprana”
(early warning systems-EWS). Las fragilidades específicas de un país, podría influir
en la transmisión de choques externos (contagio) hacia otras economías emergentes y generar el efecto derrame. Las interacciones entre canales de propagación
y vulnerabilidades específicas pueden jugar un rol importante. Los países con
ambas características fuertes vínculos y altas vulnerabilidades son los más susceptibles a experimentar el contagio a través de los derrames.
Las paradas súbitas (sudden stops) y la vulnerabilidad
financiera externa en las economías emergentes
La caracterización del BPR de la estabilidad financiera, cambiaria y monetaria
no estaría completa si no analizamos el fenómeno de las paradas súbitas (sudden
stops) que han afectado las economías emergentes y concretamente, los países
de la región latinoamericana.
Una parada súbita o sudden stops es una situación que afecta imprevistamente
a un país, en la cual se genera una violenta e importante disminución en sus
ingresos de capital y/o un aumento significativo en la fuga de dichos capitales,
lo cual forza a este país a realizar un ajuste interno rápido y de magnitud significativa. Afirma Calvo, G. (2001:7).
Un aspecto crucial de las crisis financieras recientes que han afectado las economías emergentes es que éstas han sido acompañadas por una fuerte disminución
en la entrada de capitales. En Tailandia, por ejemplo, la caída de estos flujos durante 1997 fue de una cantidad equivalente al 26% de su PIB. Para ajustarse a estas
interrupciones los países se vieron forzados a reducir sus déficit de cuenta corriente. La adopción de esta medida es lo que causa el mayor daño a la economía,
ya que al hacer esto los países reducen la demanda agregada, es decir, su gasto
total. En la práctica, dichas reducciones han representado cantidades substanciales
y consecuentemente ello ha dado como resultado profundas caídas en el producto
Hall, S. y A. Taylor (2002). Spillover from recent emerging market crises…, Banco de Inglaterra.
9
José Ángel Velázquez / El Fondo Latinoamericano de Reservas: bien público global-regional 107
y en el empleo. Este fenómeno conocido como sudden stop, no es experimentado
por países desarrollados, donde las crisis han sido mucho menos severas, y en
muchos casos han sido acompañadas por una expansión del crédito, más que
con una fuerte contracción, como en el caso de las economías emergentes10.
Calvo, G. (1998) resume las características de los sudden stops en el siguiente
conjunto de regularidades empíricas11:
• Pérdida repentina del acceso al mercado de capitales internacionales.
• Reversión significativa del déficit en cuenta corriente.
• Colapso de la demanda agregada, la producción doméstica y el empleo.
• Correcciones profundas en los precios de los activos domésticos y de los
bienes no-transables en términos relativos, frente a los bienes transables.
Durante los primeros años de la década de los noventa la mayoría de los países
suramericanos fueron capaces de atraer grandes volúmenes de capital internacional. Ya para 1993, según Edwards (1999) la entrada de capitales al continente
era de aproximadamente US$ 65 mil millones, pero en la segunda mitad de la
década, los países con recursos que ingresaron en forma de deuda, se encontraron con problemas en las “hojas de balances” y en consecuencia, los capitales
dejaron de llegar. Dornbusch (2001) afirma que los “efectos de las hojas de balance” (balance sheets) se manifiestan en una forma de desajuste: un país es
vulnerable cuando sus pasivos son de menor plazo que sus activos y están denominados en moneda extranjera12.
En 1998 la crisis de Rusia marcó un punto de inflexión y los masivos flujos de
capital hacia Latinoamérica se frenaron repentinamente, a pesar de que éste es
un país lejano y poco relacionado. Se pueden citar los casos de Argentina y
Chile, los cuales sufrieron sudden stops, hasta diciembre del 2001 de 4% y 7%
del PIB, respectivamente. En el caso argentino, la economía era totalmente
vulnerable, ya que dicho país tenía una gran dolarización de sus pasivos en los
sectores no transables y en el Gobierno. Esto provocó una gran susceptibilidad
de la economía a los “efectos de hoja de balance” (balance sheet effects), que
presionaron para la depreciación del cambio real. La elevada deuda pública en
Calvo, G. (2001). “Economic policy in stormy water: financial vulnerability in emerging
economies”, Journal of Applied Economics, vol. IV, n° 1, mayo, p. 17.
10
Calvo, G. (1998). “Capital flows and capital market crises: the simple economics of sudden
stops”, Journal of Applied Economics, vol. 1, pp. 34-35.
11
Citado por Hamann, F. (2005). Política económica y flujos de capital: una mirada a la
literatura y a las opciones de política. Banco de la República de Colombia.
12
108
Revista BCV / Vol. XXI / N° 2 / 2007
moneda extranjera se convirtió en insostenible13. La crisis económica de 2002
provocó que los flujos de capital hacia América Latina descendieran de 51.900
millones en el 2001 hasta 15.000 millones en 2002.
Las opciones de política para el manejo de la volatilidad de los flujos de capital
tienen dos vertientes: a) la acción colectiva a través de organismos regionales o
multilaterales como el FLAR y el FMI y b) la dolarización o controles de capital,
que llevan a los países a tener que recordar “el trilema de política o trilogía inconsistente”: escoger dos opciones de tres alternativas; control a la movilidad
de los flujos de capital, control de la tasa de cambio y control monetario. Con
respecto a lo anterior, Calvo y Reinhart (1999) recuerdan que la experiencia de
los diferentes países sugiere que los controles de capital no eliminan los efectos
nocivos de la volatilidad de capital, sólo los retardan. Ahora bien, si se escoge
limitar la movilidad de los capitales, es necesario decidir cuál tipo de control
reduce al mínimo los costos económicos de las paradas súbitas.
Otra vía de investigación ha sido el estudio de la relación entre crisis financieras
y regímenes cambiarios. Caballero (2000) concluye que más importante que el
sistema cambiario fijo o flexible es el manejo de reservas, ya que cuando éstas
son manejadas prudentemente, el régimen cambiario deja de ser un tópico de
política14.
En el reciente seminario organizado por el FLAR y la Cepal en la ciudad de Lima
el 17 y 18 de julio de 2006, el profesor del MIT, Ricardo Caballero advirtió sobre
la necesidad de que los países realizaran acumulaciones de reservas (pooling)
para hacer frente a las paradas súbitas (sudden stops), precisando que se trata
de caídas de más del 10% en el PIB de los países, cuyos efectos duran unos seis
años15.
Caballero, R. y Panaceas, S. (2005) sostienen que aún una economía emergente
bien manejada está expuesta a estos riesgos externos16. Las paradas súbitas generan grandes costos para esos países y por lo tanto, actualmente representan
uno de los principales problemas de política macroeconómica para los países
de las regiones de economías emergentes.
Fenoglio, A. (2004). La influencia de los sudden stops en el tipo de cambio real y en la
sostenibilidad de la deuda. Observatorio de la Economía Latinoamericana, nº 34.
13
Citado por Manzano, O. (2002). Vulnerabilidad externa o volatilidad económica, Corporación Andina de Fomento (CAF).
14
FLAR-Cepal (2006). “The role of Regional Funds in macroeconomics stabilization”, 17 y
18 de julio, Lima, Perú.
15
Caballero, R. y Panageas, S. (2005). “Hedging Sudden Stops and precautionary contractions, Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y Universidad de Pensilvania.
16
José Ángel Velázquez / El Fondo Latinoamericano de Reservas: bien público global-regional 109
La provisión de la estabilidad financiera y cambiaria:
prevención y manejo de crisis
Griffith-Jones, S. (2003) afirma que el BPG de la estabilidad financiera y la eficiencia de los mercados puede ser descompuesto en dos partes: a) la prevención
y la mejor gestión de las crisis monetarias y financieras, y b) el suministro de suficientes flujos estables de capital, a largo plazo, a las distintas categorías de países
en desarrollo, incluyendo los países de más bajos ingresos.
Así mismo, señala como una ventaja a nivel regional, el hecho de que las asimetrías de información son más pequeñas que a nivel internacional. También,
señala que el contagio durante las crisis, frecuentemente se inicia dentro de la
región (Sachs y Radelet, 1998). Así los mecanismos regionales pueden complementar los mecanismos internacionales, particularmente para la provisión de
liquidez, como una primera línea de defensa. Tales mecanismos están siendo
desarrolladas por la Asean + 3 (Association of South-East Asian Nations más
China, Japón y Corea del Sur).
Los mecanismos regionales permiten el acceso de los países más pequeños a
un gran rango de instituciones de gerencia de crisis y los ayudan a negociar
una mejor arquitectura financiera internacional. Estos arreglos regionales se
realizan como un complemento y no son sustitutivos de instituciones como el
FMI, el Banco Mundial y el BIS.
Los fondos monetarios regionales
En el desarrollo de las crisis financieras y cambiarias recientes se ha puesto en
evidencia los errores cometidos por el FMI (Stiglitz, J., 2000 y Sachs, J. 1998). El
FMI comparte la vigilancia financiera internacional con el G-7, G-10, el Comité de
Basilea y otros organismos; pero es el único que combina la vigilancia y la ayuda
condicional. El FMI tiene el monopolio de establecer los términos de la “condicionalidad.” En esta materia, Wyplosz (2001) propone que el FMI podría operar
junto a fondos regionales, como se sugirió en la crisis asiática. Sería un paso para
crear subsidiarias. Los fondos regionales tendrían mejor comprensión de las situaciones regionales que el FMI y podría surgir una competencia en el diseño de
programas de estabilización con diferentes enfoques.
Las características del BPR de la estabilidad financiera,
cambiaria y monetaria
Sandler, T. (2006) cataloga la estabilidad financiera como un BPR y pone como
ejemplo la crisis del sureste asiático, donde la mayor parte de las externalidades
negativas fueron regionales y el contagio fue confinado regionalmente. El autor
tipifica la estabilidad financiera y cambiaria como un Bien Público de Tecnología
Revista BCV / Vol. XXI / N° 2 / 2007
110
de Producción del “segundo eslabón más débil” (Weaker-link), ya que en el caso
asiático, las instituciones y países con las prácticas menos exitosas tuvieron la
influencia marginal más grande sobre los acontecimientos en la región. Dada
la naturaleza del “segundo eslabón más débil” (Weaker-link nature), los mayores
esfuerzos de ciertas instituciones o países pueden tener un resultado marginal,
ya que la crisis no afecta por igual a cada nación o institución, cuando algunas
son más prudentes y protegidas. En este caso, la más pequeña contribución del
país más débil tiene el mayor impacto en la provisión total del BPR de la estabilidad financiera, seguida por la segunda más pequeña contribución.
García Arias, J. (2004) entiende la estabilidad cambiaria como ausencia de volatilidad no fundamental y de desalineamientos persistentes en los tipos de cambio,
inexistencia de crisis cambiarias recurrentes y la misma exhibe las características
de los bienes públicos: la no rivalidad en el consumo y la inaplicabilidad del principio de exclusión. “Una vez que la estabilidad cambiaria ha sido provista, todos
los agentes económicos que participan en el mercado de divisas pueden consumir
las mismas unidades de estabilidad, sin afectar por ello a la estabilidad disponible
para el resto de los agentes”. Igualmente, “una vez que el mercado se desenvuelve
en un contexto de estabilidad, ningún agente puede ser excluido de obtener los
beneficios derivados de su consumo”17.
Este autor caracteriza la estabilidad cambiaria como:
un BPG impuro, en el que es difícil establecer un mecanismo de exclusión, con
tecnología de producción próxima a la del eslabón más débil (Weakest-link), por
lo que una de las estrategias, para intentar que todos los países colaboren en su
provisión es excluyendo a los que no cooperen; y nótese que si bien no es posible
excluir a los no cooperantes del entorno de la estabilidad global; si pueden excluírseles de los mecanismos internacionales de ayuda establecidos para el caso
de perturbaciones financieras18.
Se observa un intento por parte del autor de tipificar la estabilidad financiera
como un BPG impuro con beneficios parcialmente excluibles y aproximarlo al
concepto de bienes de club globales o regionales, los cuales presentan un pronóstico de financiación más favorable. También concluye que para garantizar
un nivel óptimo de provisión del bien público de la estabilidad cambiaria es
necesario llevar a cabo algún tipo de intervención supranación, lo cual exige
clarificar el tipo de intervención requerida y la organización supranacional que
debe llevarla a cabo, y el mecanismo de cooperación internacional a diseñar.
García-Arias, J. (2004) “La estabilidad cambiaria como Bien Público Global: Algunas
consideraciones de eficiencia”. Revista ICE, p. 50, España.
17
García-Arias, J. (2004) op. cit., p. 57.
18
José Ángel Velázquez / El Fondo Latinoamericano de Reservas: bien público global-regional 111
El FLAR como bien público regional intermedio
El FLAR fue creado en 1978 por los países del Grupo Andino (Bolivia, Colombia,
Ecuador, Perú y Venezuela) como Fondo Andino de Reservas. En 1988 se transformó en el Fondo Latinoamericano de Reservas para facilitar la ampliación de
la membresía a otros países latinoamericanos. Actualmente está constituido por
los cinco países miembros fundadores, más Costa Rica. Su sede está ubicada en
la ciudad de Bogotá, Colombia. Es un organismo internacional a nivel regional,
de carácter monetario y financiero. El mismo tiene los siguientes objetivos para
sus miembros: a) Apoyo crediticio a las balanzas de pago; b) Contribuir a la armonización de sus políticas cambiarias, monetarias y financieras; c) Mejorar las
condiciones de las inversiones de sus reservas internacionales.
Uno de los mejores ejemplos de Bienes Públicos Globales y Bienes Públicos
Regionales de carácter intermedio son los llamados regímenes internacionales.
Estos Bienes Públicos Intermedios “contribuyen” a producir los Bienes Públicos
Finales. Muchas veces entran en combinación con otras actividades públicas y
privadas para aprovisionar el bien final. Los regímenes internacionales adoptan
diferentes formas, entre ellas, los acuerdos internacionales y los organismos internacionales, los cuales contribuyen a reducir los costos de transacción y atenúan
la incertidumbre en la acción colectiva internacional necesaria para proveer algunos BPG y BPR. Los regímenes internacionales han pasado a ser importantes
módulos de la estructura de la gestión pública regional o gobernanza regional
(Bohnet, M., 2001). La misma debe tener por objeto aprovisionar y proteger los
BPR, entre los cuales se encuentran la prevención de crisis cambiarias y financieras y la estabilidad económica general de la región. Una de sus funciones
más importantes es la de proporcionar información para compensar la asimetría
informativa que padecen los estados miembros respecto a la situación de los
demás, en el área temática específica. Esto contribuye a reducir la incertidumbre
y fomentar la confianza entre los países. También mejora la eficiencia en la toma
de decisiones colectivas.
Se considera que el Fondo Latinoamericano de Reservas (FLAR) puede ser caracterizado como un régimen internacional, con un rango espacial de alcance
regional, por lo cual, se puede tipificar como un Bien Público Regional Intermedio. Igualmente, por su rol y radio de acción puede catalogarse como un régimen de integración regional o en todo caso derivado de un régimen de
integración regional, como es la Comunidad Andina de Naciones (CAN).
112
Revista BCV / Vol. XXI / N° 2 / 2007
Contribución del FLAR a la provisión del bien público de la estabilidad
cambiaria y monetaria en la subregión andina
Está claro que las crisis cambiarias y monetarias se inician a nivel de una región
y provocan un incremento en la volatilidad de los flujos internacionales de capital
que afectan primordialmente a los países de economías emergentes, suscitándose
el fenómeno de las “paradas súbitas” (sudden stops). De aquí, que en la caracterización del “mal público” de la inestabilidad financiera, cambiaria y monetaria,
se puede tipificar para fines metodológicos tres tipos de fenómenos: a) crisis
globales; b) crisis regionales y c) paradas súbitas.
Para la provisión del bien público de la estabilidad cambiaria y monetaria a nivel
regional, es conveniente centrar la atención en la prevención y manejo de las
crisis regionales y en las “paradas súbitas”, para lo cual se hace necesario la acción colectiva regional, mediante el diseño de mecanismos regionales (regímenes
internacionales) que complementen los organismos multilaterales en la provisión
de liquidez, como una primera línea de defensa. En esta tarea de provisionar el
BPR de la estabilidad cambiaria, debe utilizarse la tecnología de producción del
“eslabón más débil” y/o del “segundo eslabón más débil” mediante la estrategia
de organización tipo bien de club, a fin de minimizar el fenómeno del “pasajero
gratuito” (free-rider).
En este contexto, se evaluará la contribución del FLAR a la provisión de la estabilidad cambiaria y monetaria de los países de la subregión andina. La institución
se encarga de operar un sistema de administración financiera conjunta de reservas monetarias internacionales de los países miembros (Pool), el cual funciona
con una alta rentabilidad. Al mismo tiempo presta servicios a los bancos centrales, de recepción de depósitos a plazo, a la vista y de administración de activos
y fideicomisos.
El FLAR ofrece a los países miembros respaldo financiero para facilitar la adopción de programas de ajuste macroeconómico de corto plazo, ante perturbaciones
y desequilibrios de balanza de pagos o ante situaciones transitorias de iliquidez,
originadas en su mayor parte por perturbaciones de carácter exógeno. Como
instancia regional el FLAR puede actuar en tres áreas fundamentales para disminuir la inestabilidad monetaria y cambiaria de los países de la subregión19:
• La volatilidad de los tipos de cambio reales, originadas por variaciones en
los factores fundamentales de las economías y por ataques especulativos.
• La variabilidad en los flujos de corto plazo, los cuales afectan la disponibilidad
de reservas monetarias y los capitales, especialmente tipos de cambios.
Meléndez, D. (2002). “El rol del FLAR en la búsqueda de la estabilidad monetaria y cambiaria para la región”, Revista Venezolana de Análisis de Coyuntura, vol. IX, nº 1, Caracas.
19
José Ángel Velázquez / El Fondo Latinoamericano de Reservas: bien público global-regional 113
• La falta de liquidez de los sistemas financieros, que puede conducir rápidamente a corridas bancarias. El FLAR puede constituir una fuente de recursos,
importante para cubrir temporalmente esta brecha.
Servicios financieros para los países miembros
Una de las principales actividades del FLAR es prestar servicio de apoyo a las
balanzas de pago de los países miembros, para lo cual los bancos centrales respectivos pueden solicitar créditos por una cantidad hasta dos veces y media del
valor del aporte de capital pagado en el caso de Colombia, Perú y Venezuela,
y hasta tres veces y media en el caso de Bolivia y Ecuador. El FLAR provee los
siguientes servicios a los bancos centrales miembros:
• Créditos de apoyo a las balanzas de pago: se conceden hasta por cuatro años,
incluyendo un año de gracia. Se busca contribuir a fortalecer la posición de
reservas internacionales de los países durante el proceso de ajuste del desequilibrio externo. Esta solicitud debe ser acompañada de un programa
de medidas a través de las cuales se busca restablecer el equilibrio de la balanza de pagos.
• Créditos para la reestructuración de la deuda pública externa: otorgados en
condiciones de cofinanciamiento con otros organismos multilaterales, con
un plazo de hasta cuatro años, incluyendo un año de gracia.
• Créditos de liquidez: Los bancos centrales miembros pueden acceder a esta
fuente de recursos para satisfacer necesidades extraordinarias de divisas,
eventualmente reversibles, durante períodos cortos y por razones de carácter
transitorio. El plazo máximo es de un año.
• Servicio de financiamiento contingente: Con el propósito de contribuir a incrementar las reservas internacionales ante situaciones de presiones especulativas y expectativas adversas sobre el mercado cambiario, los bancos
centrales pueden acceder a esta modalidad crediticia de carácter contingente.
El plazo de este financiamiento es de seis meses.
En la prestación de estos servicios de financiamiento el FLAR ha revisado el
concepto de “crisis de balanza de pagos” que originalmente utilizó desde su
fundación en 1978. Anteriormente, las necesidades de apoyo financiero para
evitar crisis de balanza de pagos se podían predecir a partir de las variaciones
que se experimentaban en las reservas internacionales, de los cambios en los
flujos comerciales y/o del deterioro de los términos de intercambio. Los agentes
económicos perdían la confianza en la tasa de cambio y procedían a adquirir
una alta proporción de las reservas internacionales y así deshacerse de sus tenencias en moneda doméstica.
Revista BCV / Vol. XXI / N° 2 / 2007
114
En la actualidad debido a la gran integración entre los mercados de capitales parte
de las presiones que experimenta un país pueden provenir del lado de la cuenta
de capital de la balanza de pagos, más que la cuenta corriente. Ahora, “pueden
darse casos en los cuales las reservas monetarias del Banco Central, incluso se
mantengan inalteradas, mientras que la economía esté padeciendo de un faltante
de divisas. Este fenómeno es más evidente en la economía dolarizadas…20”.
También, en las economías con tipo de cambio libre, los desequilibrios en el
sector externo se manifiestan en variaciones de tipo de cambio del mercado y
sólo experimentan pérdidas de reservas internacionales cuando el Banco Central
decide intervenir para evitar movimientos cambiarios abruptos.
El hecho de que en una economía dolarizada, las reservas internacionales estén
en poder no sólo del Banco Central, sino también del resto de los agentes económicos, lleva a que el ajuste de la balanza de pagos pueda significar una drástica
contracción de la liquidez de la economía y traiga como consecuencia una caída
del nivel de producto (Meléndez, D. 2004).
Utilización de los servicios crediticios por parte de los países miembros
La principal fuente de financiamiento del FLAR son las cuotas aportadas por los
países miembros, las cuales se comparan significativamente con respecto a las
cuotas aportadas en el FMI, con excepción de Venezuela (ver cuadro 1).
En el caso de los países menos desarrollados, como Bolivia y Ecuador, el financiamiento se amplía 3,5 veces el valor de sus cuotas, por lo cual pueden acceder
a préstamos por US$ 437,5 millones, muy superior a los recursos que podrían
obtener del FMI, el cual rara vez otorga créditos superiores a la cuota, y lo hace
fraccionado por tramos y sujeto a la “condicionalidad” de una carta de intención.
Los préstamos del FLAR también incluyen una “condicionalidad”, pero suele ser
menos estricta y sus desembolsos son bastantes rápidos.
Cuadro 1
Indicadores de tamaño relativo de las cuotas del FLAR
(millones de US$)
Cuota FLAR (pagadas) (2005) Cuota FMI (1997)
Reservas internacionales (2004)
Reservas internacionales (2004)
Servicio deuda externa Bolivia
161
170
1714
3.2
Colombia
322
757
14.947
1.2
Ecuador
161
296
2.147
0.2
Perú
322
628
14.097
4.8
Venezuela
322
2.633
29.636
2.0
Fuente: FMI Anuario, 1998; FLAR Memoria anual, 2006; CEPAL Anuario, 2004.
Meléndez, D. (2004). Significado del concepto de balanza de pagos en un mundo de
diversidad de esquemas cambiarios, FLAR, octubre, p. 2.
20
José Ángel Velázquez / El Fondo Latinoamericano de Reservas: bien público global-regional 115
Para los países más pequeños, los créditos disponibles del FLAR representan
una adición importante a sus reservas y a su capacidad para hacer frente a una
crisis financiera internacional. Esto no es así para los países más grandes. También se puede observar la relación entre reservas internacionales y amortizaciones
de deuda de los países miembros. Se considera que cuando dicha relación supera
la unidad, un país tiene un nivel de reservas suficiente para enfrentar una parada
en los flujos de capital. Las cifras nos indican que la mayoría de los miembros
hoy en día están mejor preparados para este tipo de contingencia.
Para mayo de 2006, los montos máximos de acceso representaban, entre 13%
y 19% de las Reservas Internacionales Netas (RIN) para los países “pequeños”
(Bolivia, Costa Rica y Ecuador). En el caso de Colombia, Perú y Venezuela dichos
montos estaban entre 3% y 6% de las RIN (ver cuadro 2).
Cuadro 2
FLAR 2006-montos máximos de acceso por modalidad de crédito
(millones de US$)
Modalidad
Bolivia
Colombia
Costa Rica
Ecuador
Perú
Venezuela
Balanza de pagos
como % de las RIN
431
19%
828
5%
351
13%
431
16%
828
6%
828
3%
Liquidez
como % de la RIN
182
8%
331
2%
140
5%
182
7%
331
2%
331
1%
Contingente
como % de las RIN
348
16%
662
4%
281
10%
348
13%
662
5%
662
2%
Tesorería
como % de las RIN
331
15%
662
4%
281
10%
331
12%
662
5%
662
2%
Fuente: Ayala, R. (2006) Fondos Regionales, FLAR, Quito.
Los créditos de apoyo a la balanza de pagos que se han aprobado representan
entre el 19% y el 22% de las RIN y entre 2,5 y 4 veces el capital pagado por el
país solicitante (ver cuadro 3). Se observa que la mayor parte de este financiamiento se ha canalizado hacia los países de “menor desarrollo relativo” como
Bolivia y Ecuador, lo que sugiere la utilización de la Tecnología de Producción
del “eslabón más débil” (Weakest link) para aprovisionar el BPR de la estabilidad
cambiaria.
Revista BCV / Vol. XXI / N° 2 / 2007
116
Cuadro 3
FLAR-Créditos de apoyo a la balanza de pagos 1985-2005
Año aprobación
País
1985
Bolivia
1985
1991
Monto (millones de US$) Crédito / RIN Crédito / Capital pagado
100
0,2
2,58
Ecuador
175
0,21
4,04
Perú
403
0,21
2,7
1998
Ecuador
411
0,19
3,74
2005
Ecuador
400
0,22
2,48
Fuente: Ayala, R (2006) Fondos regionales, FLAR, Quito.
Como puede observarse en las cifras mostradas, el FLAR, a pesar de sus modestos
recursos, ha jugado un papel importante en contribuir a la provisión del BPR de
la estabilidad cambiaria y monetaria en la subregión andina. El financiamiento
ofrecido por el FLAR a los miembros del club representa un efectivo mecanismo de blindaje financiero de gran utilidad en el momento que se presenten
amenazas de contagio transfronterizo entre los países miembros. Sabemos que
un factor que debilita la capacidad de los países para hacer frente a los efectos
de derrame provocados por los contagios, primordialmente el llamado “contagio
puro”, lo constituye la carencia de acceso a fuentes inmediatas de liquidez externa. Estos recursos regionales, pueden servir como punto de apoyo transitorio,
mientras se realizan programas de ajuste de emergencia o mientras se recurre a
fuentes financieras de más largo plazo, como el FMI. Meléndez, D. (2002).
El FLAR y las paradas súbitas (sudden stops)
El nicho para una entidad como el FLAR es poder actuar como complemento de
otras entidades multilaterales, reaccionando rápida y flexiblemente a una crisis
cambiaria y así hacer posible mantener los pagos internacionales mientras se
movilizan otros pagos. Esta es una función importante, pues la moratoria en los
pagos tiene altos costos en el mediano y largo plazo21.
Como hemos visto en los puntos anteriores, las crisis cambiarias por volatilidad
en los flujos de capital se han vuelto más frecuentes y profundas que las crisis
generadas por volatilidad en los términos de intercambio. En la región latinoamericana desde el inicio de los noventa, la mayoría de las crisis cambiarias han sido
causadas por reversiones abruptas en los flujos de capital. Esta situación puede
presentarse como un fenómeno que afecta en forma generalizada a toda la región
o puede ser focalizado a un país o grupo de países. En el primer caso, cuando
un número de países requieren ayuda simultáneamente, el papel del FLAR puede
Urrutia, M. (2006). “Perspectivas del FLAR”. Seminario FLAR-Cepal, El papel de los fondos
regionales de reservas…, 17 y 18 de julio, p. 4, Lima.
21
José Ángel Velázquez / El Fondo Latinoamericano de Reservas: bien público global-regional 117
estar restringido por su limitado nivel de recursos. Sin embargo, en el segundo
caso (constituido por sudden stops) el FLAR puede actuar de manera efectiva, ya
que la experiencia reciente indica que los mercados financieros se cierran sólo
por un mes y el FLAR apoyaría al país afectado con préstamos de rápido trámite
y desembolso y de plazos corto con una orientación contracíclica.
En este escenario el país apelaría a sus reservas internacionales primero, luego
al FLAR mientras negocia un stand by con el FMI, y con el aval de esta última
entidad a préstamos de emergencia del BID y programas sectoriales en el Banco
Mundial y la CAF22.
Conclusiones y recomendaciones
La provisión del Bien Público Regional de la estabilidad financiera, cambiaria y
monetaria incluye la prevención y manejo de las crisis, así como el suministro de
suficientes flujos estables de capital a largo plazo, sobre todo para los países
de más bajos ingresos.
Dado el carácter regional de las principales crisis cambiarias y financieras, surge
la necesidad de diseñar mecanismos regionales de prevención y gerencia de
crisis regionales, sobre todo ante los errores cometidos por el FMI en el manejo
de la crisis asiática.
La estabilidad cambiaria y monetaria es un BPR impuro, ya que para proveerlo
evitando el free-rider, es necesario excluir a los que no cooperen (parcialmente
excluible) para adoptar una estrategia de bien de club, similar a la existente en
el FLAR, en el cual también se da la rivalidad parcialmente en el consumo, dada
la restricción de recursos financieros del ente y además de que la participación
de los miembros, se realiza en función de las cuotas de cada país.
El FLAR debe concentrar su contribución a la provisión del BPR de la estabilidad
cambiaria y monetaria en la prevención y manejo de las crisis financieras regionales y sobre todo de las “paradas súbitas”, complementando así la acción de
los organismos multilaterales como el FMI.
Hasta la fecha, a pesar de sus modestos recursos, el financiamiento ofrecido por
el FLAR a sus miembros ha jugado un importante papel en la provisión del BPR
de la estabilidad cambiaria y monetaria en la subregión andina, ya que su intervención para proporcionar liquidez de emergencia es rápida y su condicionalidad es baja. Sobre todo, cuando se trata de prevenir o manejar “paradas
súbitas“ el FLAR puede actuar apoyando al miembro en problemas mediante
préstamos de rápido trámite y desembolsos de plazo corto, mientras se negocian
paquetes crediticios tipos stand by con el FMI y programas sectoriales con el
BID, el Banco Mundial y la CAF.
Urrutia, M. (2006), op. cit., p. 5.
22
118
Revista BCV / Vol. XXI / N° 2 / 2007
Dentro de las acciones globales y regionales para la reforma de la arquitectura
financiera mundial, es necesario crear instituciones monetarias regionales como
una línea adicional de contención del contagio y por ende de las crisis financieras
regionales y las “paradas súbitas”. Esto lleva a plantear la necesidad de consolidar
los Fondos Regionales de Reservas, tales como el FLAR, los cuales en un futuro
se podrían constituir en Fondos Monetarios Regionales.
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Documentos
Documentos
Revista BCV • Vol. XXI, N° 2. Caracas, julio-diciembre 2007, pp. 125-128• ISSN: 0005-4720
Introducción
Introducción
La sección documentos contiene trabajos provenientes de dos eventos celebrados
en el año 2006. El primero de ellos tuvo efecto en la subsede del Banco Central
de Venezuela que funciona en la ciudad de Maracaibo, en la cual se realizó el
Seminario sobre Desarrollo Endógeno, con la convocatoria de especialistas venezolanos y foráneos. El Banco Central de Venezuela dio especial relevancia a
este evento por considerarlo una actividad concebida dentro del perfil de una
banca central más dispuesta a desbordar los límites financieros y monetarios,
con el propósito de participar en los procesos reales de la economía nacional.
El texto que aquí se transcribe resultó de la intervención del doctor Gastón Parra
Luzardo, presidente del Instituto, en la clausura del mencionado seminario.
El contenido del mismo recrea la concepción de un Banco Central diferenciado
de los entes tradicionales de este tipo, cuando el país en el cual actúa es no desarrollado, tal es el caso de Venezuela. Se interpreta que una institución de esta
naturaleza tiene una función distinta en un país industrializado donde existe
una estructura relativamente homogénea y un sistema económico que ha alcanzado etapas superiores de ajustes y evolución. Asimismo se entiende que en un
país no desarrollado, con una heterogeneidad estructural relativa y con grandes
desniveles y desproporciones en su crecimiento, la banca central se ve compelida
a actuar más allá de las fronteras monetarias y cambiarias que tradicionalmente
se le asignan a este tipo de establecimiento.
Parra Luzardo formula en su discurso una serie de reflexiones acerca de los
procesos de desarrollo y subdesarrollo y recuerda cómo fueron definidos y estudiados por los especialistas de la Comisión Económica para América Latina
(Cepal) o que eran influidos por la doctrina de la comisión. Se refiere en otro
sentido a la reacción contra el pensamiento y la política diseñada por ella, que
se produjo en la medida en que la Cepal perdía vigencia y con ella la programación global como política integral del estado nacional.
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La respuesta que se produjo ha sido entendida como una reacción del neoliberalismo que Parra califica de réplica producida por la “embriaguez y euforia
neoliberales” y la visualiza como parte de los que se ha llamado el proceso de
globalización, mostrándose, de acuerdo a sus propias palabras, acerbo crítico
de este enfoque porque lo percibe como un intento de imponer el pensamiento
único que no respeta las especificidades de cada formación económica social
específica y su respectivo marco cultural.
El trabajo incluye un acercamiento y desarrollo del concepto de estructura social,
que considera esencial para el análisis, pero señala a su vez, cuatro grandes
rasgos propios en la estructura de los países no desarrollados, proyectándolo
sobre lo que es la economía de Venezuela. Sostiene que el desarrollo endógeno
contribuirá a modificar los rasgos negativos de la estructura y la dinámica de la
economía venezolana, a través de la creación de esquemas productivos y de
consumo que tenderán a emplear recursos naturales autóctonos, producir insumos propios e incorporar de manera imaginativa el intelecto, la destreza y la
inventiva local mediante la participación de la fuerza de trabajo renovadora y
consciente del valor de un desarrollo independiente, autosostenido, armónico
y equitativo socialmente. Concibe que el desarrollo endógeno servirá para la
transformación del atraso en progreso y de la ineficiencia en productividad.
El autor también ensaya una definición de lo que podría entenderse como desarrollo endógeno y advierte la necesidad de elaborar conceptualmente la categoría
para que pueda resultar más que una consigna, una herramienta eficaz para superar las rémoras del subdesarrollo y la dependencia externa. Concretamente
dice que el desarrollo endógeno es la organización de la estructura y dinámica
de la propiedad social mediante un proceso cumplido fronteras adentro, sostenido
e impulsado esencialmente por factores productivos existentes dentro del territorio
nacional. Además expresa que la aplicación de esta modalidad estratégica implica
su interpretación, su comprensión e internalización de forma consciente, “por
cuanto los actos de fe ciega sólo trascienden en fundamentalismos”.
El segundo encuentro fue convocado por el anterior y desaparecido Ministerio
para la Integración y el Comercio Exterior y tuvo como tema la Integración Financiera Latinoamericana con especial atención a la creación del Banco del Sur.
Para esta reunión fue invitado de honor Aldo Ferrer, reconocido intelectual y
hombre público de Argentina, autor de numerosos trabajos sobre América Latina
y uno de los más destacados forjadores del pensamiento económico latinoamericano. El documento que se reproduce en esta sección, recoge la intervención
del doctor Ferrer que trató igual asunto al incluido como tema central en el Seminario Banca Central e Integración Financiera, convocado por lo presidentes
de los banco centrales de Argentina, Brasil y Venezuela, conforme a lo previsto
en la declaración conjunta de los primeros mandatarios de estos países, suscrita
en Montevideo (Uruguay) el 2 de marzo de 2005, que ordenaba una reunión
Introducción
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trilateral de los respectivos presidentes de los bancos centrales de esas naciones.
Reunión celebrada posteriormente en Cartagena de Indias (Colombia) el 28 de
abril de 2005, y en la cual estos altos funcionarios acordaron convocar para
marzo de 2006, en Caracas (Venezuela), un seminario de Integración Financiera,
en el que presentarían ponencias circunscritas a esa materia.
El mismo se efectuó con las intervenciones de Henrique de Campos Meirelles,
presidente del Banco Central de Brasil; Gastón Parra Luzardo, presidente del Banco
Central de Venezuela y de Luis Corsiglia, director del Banco Central de Argen­tina,
en representación del presidente de ese banco. Asimismo estuvieron de acuer­do en verse acompañados por representantes académicos de cada uno de estos
países quienes también actuarían como ponentes y extender la convocatoria a
los presidentes de otros bancos centrales de la región, para que asistieran como
invitados especiales.
Aldo Ferrer organizó su ponencia con una introducción acerca del proceso histórico que había tenido la integración económica latinoamericana en general y
la financiera en particular. Destacando los obstáculos que se habían presentado,
las oportunidades brindadas y las acciones emprendidas tanto en el ámbito regional como en el particular. Ello le permitió referirse a algunos hechos y circunstancias en los cuales había intervenido como alto funcionario del Gobierno
argentino y de organizaciones multilaterales. Igualmente se refirió a la proposición de crear un Banco del Sur, a sus repercusiones y a sus perspectivas para
favorecer los problemas de financiamiento del desarrollo latinoamericano y
caribeamericano.
El conferencista retomó los criterios que sirvieron para fundamentar las políticas
que habían servido para sustentar la integración económica latinoamericana en
general y la financiera en particular y se planteó un análisis crítico, en el cual
cuestionó la sobredeterminación que supuestamente ejercen los aparatos de la
globalización sobre las unidades nacionales. Este “fundamentalismo globalizador”
establece como norma financiera la precariedad de ahorros en los países periféricos
y en consecuencia de formación de capital en cada economía en particular.
Afirma así mismo que las tesis tejidas alrededor de la posición de las naciones,
centro, sirvieron como fundamento conceptual y teórico para impulsar el enfoque
neoliberal, que se tradujo en la política llamada Consenso de Washington, mediante la cual se decretaba la apertura de los mercados, borrar las fronteras nacionales y establecer que la inversión era única y no separable en nacional y
foránea. Apertura significaba no regular los mercados financieros y dejar que
las políticas públicas se sometieran al poder trasnacional, lo que resultaba en
un desmantelamiento de los instrumentos de intervención de los estados nacionales y de la función de las empresas públicas.
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Revista BCV / Vol. XXI / N° 2 / 2007
Ferrer asevera que se alentó la producción importada, que se sustituyó la producción nacional y se provocó un proceso de desindustrialización, achicando el aparato
productivo, aumentando el desempleo, incrementando la pobreza y la exclusión
social, y ello golpeó los mercados internos. Se pregunta “¿Dónde se vende lo que
el mundo produce?” y responde “el 20% del producto mundial se realiza en los
mercados internacionales, mientras que el 80% de él se vende en los mercados
internos”, concluyendo que hay un mercado mundial en el cual hay que estar
presente pero que no se puede desconocer el mercado interno que es el destino
fundamental de la producción de bienes y servicios.
Termina aludiendo a las experiencias de los países que basaron su desarrollo en
la expansión de los mercados interiores, mencionando a Estados Unidos de Norte
América, a Alemania, luego de la unificación del segundo Reich, al Japón del siglo
xix, a la India actual, a China, Corea, Taiwán, Malasia, para concluir que la experiencia histórica es concluyente. Los países deben crecer y pueden crecer integrados al mundo. El reto del Tercer Mundo y, entre él, el de América no desarrollada
es construir un pensamiento propio basado en la defensa de la creatividad, de
la libertad, del derecho a la iniciativa privada y a la solidaridad.
Sentencia que “nada se construye en el desorden” y aconseja fortalecer la situación fiscal, elevar la eficacia del gasto público, operar con tipo de cambios
competitivos, lograr situaciones sólidas del balance de pago en cuentas corrientes
y fortalecer las reservas de los bancos centrales, componente del estado al cual
asigna un papel fundamental como instrumento de la política de desarrollo. Se
muestra de acuerdo con el fortalecimiento financiero de nuestros países sin que
ello implique el enfrentamiento con las instituciones multilaterales, sino el propósito de usar eficazmente los recursos en beneficio de sus sociedades.
A propósito de la Propuesta del Banco del Sur y de la incorporación de Venezuela al Mercosur, sugiere incentivar la creación de consorcios, de redes, de
mecanismos de financiamiento de proyectos prioritarios y el desarrollo de la
infraestructura para facilitar el contacto, la comunicación y el intercambio como
una forma de crear cadenas de valor, redes de producción de valor en las cuales
haya enseñanza mutua e intercambio de conocimientos. Está de acuerdo en que
se proponga construir un espacio de solidaridad y entendimiento, pero recuerda
que ahora viene la etapa de la ejecución y se espera que estemos a la altura de
este desafío porque el tiempo es propicio y la tarea muy grande.
La Revista BCV considera de gran interés difundir los documentos mencionados
no sólo para la lectura de los especialistas, sino también para el conocimiento
de otros actores públicos que están implicados en los procesos de cambios políticos y sociales impulsados dentro de la dinámica global, tanto mundial como
continental.
JMC
Revista BCV • Vol. XXI, N° 2. Caracas, julio-diciembre 2007, pp. 129-139• ISSN: 0005-4720
Desarrollo endógeno
Parra Luzardo
Gastón Parra Luzardo
Es sumamente grato y satisfactorio compartir con tan distinguida concurrencia
la culminación exitosa del seminario sobre desarrollo endógeno que tiene por
objeto debatir acerca de la teoría y la praxis de este asunto, mas allá de los límites de la academia, para visualizarlo como materia central de los proyectos
que el Gobierno nacional ha venido poniendo en práctica a través de sus políticas económicas y sociales, en las cuales se encuentra involucrado el Banco
Central de Venezuela en su carácter de ente del Estado venezolano, obligado,
por convicción, a secundar y ser solidario con las iniciativas adelantadas por la
Administración Pública Nacional, tal como es concebida su función dentro del
proceso renovador y transformador vigente.
Corresponde al Banco Central de un país, como el nuestro, realizar además de
sus funciones bancarias y monetarias, aquellas otras que sustentan y respaldan
los esfuerzos programados por los otros órganos oficiales, dirigidas a la consolidación de los procesos impulsados en la esfera real de la economía. Pero además,
el banco ha de mantener un diálogo abierto con la comunidad, de manera interactiva y con un lenguaje transparente. Ya no son concebibles los bancos centrales
de países subdesarrollados aislados en una torre de marfil, sino que sus autoridades, los técnicos, empleados y obreros han de trabajar mancomunadamente
con el ánimo y propósito de alcanzar los grandes objetivos de la nación. Es criticable –insistimos– desde todo punto de vista que los bancos centrales de países
enclavados en el subdesarrollo se dediquen única y exclusivamente a los asuntos
monetarios y cambiarios, considerando que su competencia y responsabilidad
se circunscribe a la corriente nominal del proceso económico.
Por eso nos complace que desde la subsede, desde Maracaibo, se haya promovido y organizado este seminario para debatir, para intercambiar opiniones en
torno a un tema: el desarrollo endógeno, que ustedes durante el día de ayer y
hoy han examinado exhaustivamente, lo que nos llena de júbilo y optimismo.
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El Banco Central de Venezuela, cuando estimula este tipo de evento acata fielmente lo pautado por la ley que lo rige y obedece el mandato consagrado en
la Constitución Nacional cuando ella le asigna, además de las ya aludidas actividades en el campo bancario y monetario, otras en relación a la marcha general
de la economía real.
Un plano muy relevante –señalado expresamente en el marco normativo constitucional y en el de la Ley del Banco Central de la República Bolivariana de
Venezuela– es el requisito insoslayable de la transparencia con que debe operar
el Instituto y todas las demás instancias del Estado nacional, para que la ciudadanía perciba diafanamente lo que está ocurriendo con la tasa de crecimiento,
el producto interno bruto, las reservas monetarias internacionales, la balanza de
pagos y con otras variables económicas, porque es importante consustanciar al
común de la población con los retos y desafíos afrontados por el país en su
empeño por lograr un genuino desarrollo humano y social, autosostenido, independiente y fundamentado en la transformación positiva de sus fuerzas productivas y de sus relaciones de producción internas, enfoque que hoy se
conceptualiza y concreta en las políticas de desarrollo endógeno, en las cuales
se privilegia el objeto, los medios y la fuerza de trabajo presentes dentro de las
fronteras nacionales.
¿Qué significa desde dentro? Significa apelar al potencial productivo interno
para evitar la imposición de condiciones provenientes de los centros de poder
mundial. De allí que, debatir sobre este tema con propiedad, como ustedes lo
han hecho, es sin duda alguna un aporte enmarcado dentro de estas coordenadas, no en otras, encubiertas con un lenguaje engañoso, adjetivo, sin contenido
y lleno de promesas incumplidas que generan frustraciones y desaliento. A ese
mensaje hay que oponerle uno sustantivo, conceptual y con una elaboración
teórica derivada de la praxis, del quehacer laboral cotidiano cumplido en los
centros comunales de trabajo.
Cuando se habla de un cambio o de un desarrollo endógeno, entendemos que es
una modalidad cierta de alcanzar una auténtica mudanza estructural, es decir, una
transformación positiva de la base de la formación social de Venezuela, lo que
implica reorganizar los elementos y relaciones que privan actualmente en ella.
Oskar Lange, prestigioso científico social de la economía, asevera que quien
ostente la propiedad de los medios de producción, detenta y ejerce el poder en
la sociedad de que se trate. De allí emana su capacidad para decidir: qué producir, cómo hacerlo y cómo distribuir el producto de la actividad económica.
La propiedad social es un intento de organizar el proceso económico en beneficio de la colectividad sin que ello implique la desaparición de la privada, como
está señalado de manera expresa en la Constitución de la República Bolivariana
de Venezuela. El desarrollo endógeno, percibido dentro de este orden de ideas,
Gastón Parra Luzardo / Desarrollo endógeno
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es una iniciativa de organizar la estructura y dinámica de la propiedad social
mediante un proceso cumplido puertas adentro, sostenido y dinamizado fundamentalmente con factores productivos existentes dentro de nuestras fronteras.
Lo relevante para la aplicación de esta modalidad estratégica es interpretarla,
comprenderla e internalizarla de forma consciente, por cuanto los actos de fe
ciega sólo trascienden en fundamentalismos. El pensamiento ha de ser el soporte
de la acción para que los esquemas se conviertan en tesis y los procesos sean
eficaces. La idea del desarrollo endógeno requiere elaboración para su entendimiento como lo exige toda propuesta que implica el empleo de categorías,
conceptos y vocablos inherentes al fenómeno que nos proponemos analizar y
encarar. Delimitar el sentido y alcance de un planteamiento, de una estrategia
o de una política, es determinante para obtener buenos resultados y para trasmitir con exactitud el contenido de lo que se desea comunicar. Un buen ejemplo
de ello fue el planteamiento de la Comisión Económica para América Latina
(Cepal), que luego derivó en doctrina para diagnosticar y combatir el subdesarrollo en la región. Hubo un florecimiento de la teoría y la praxis con acento
propio, emergido del estudio de los hechos y los procesos que ocurrían en Latinoamérica, originándose el diseño y aplicación de una política integral cuyo
sujeto era el estado nacional y que fue conocida con el nombre de Programación
Global, tras la cual estaba un paradigma de sociedad y de economía, hacia el
cual se orientaba el cambio social. La programación global fue, grosso modo,
una versión latinoamericana de la planificación indicativa.
Académicos, funcionarios y dirigentes políticos de los países del Tercer Mundo
se incorporaron al análisis de las manifestaciones del subdesarrollo, la configuración del aparato de Estado se modificó al crearse las Oficinas de Planeamiento
que elaborarían planes, programas y proyectos destinados a modernizar las sociedades rezagadas con respecto al estadio de las sociedades industrializadas.
Desde la década de los cincuenta hasta los setenta predominó este enfoque,
pero a partir de esta última década empezó a desplazarlo el de la tendencia
neoliberal. Se llegó al extremo de negar la vigencia del Estado pero también
hubo quienes, más conciliadores, retrotraían la condición del Estado al de un
complejo institucional garante del orden institucional requerido para el funcionamiento de la economía neoliberal, en la que el mercado juega un papel fundamental y la política monetaria es protagonista de los sucesos económicos.
El objetivo del desarrollo económico social desde la esfera estatal fue lamentablemente reemplazado por una preocupación a la estabilidad monetaria y financiera, era la época entonces de la ilimitada y desenfrenada apertura en
nuestros países, fue la era del desenfreno de la liberalización y la desregulación
de los mercados y sobre todo, de la privatización y del retorno al liberalismo
decimonónico, que tanto daño causó a nuestros pueblos, que tanta pobreza
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sembró en nuestros países. La tesis del desarrollo económico que había prevalecido después de la Segunda Guerra Mundial desapareció de la agenda pública
en los setenta. La Cepal, sin embargo, en un afán de conciliar, propuso sin mayor
acogida, lo que se llamó para aquel entonces “el crecimiento con equidad” y la
tesis del “neoestructuralismo”.
Hubo embriaguez y euforia neoliberales durante esos años, surgió la tesis del fin
de la historia, es decir, quedaba un solo modo de organización, un solo modo
de producción predominante, un mundo unipolar prepotente, pero afortunadamente se mantuvo sumergido pero no desaparecido el pensamiento renovador
porque mientras exista la condición humana, mientras persista el deseo y la esperanza, la utopía prevalecerá y finalmente se avanzara en la construcción de
una sociedad justa, equilibrada, sin excluidos y propicia para el desarrollo humano
que tanto anhelan los pueblos universo. Somos acerbos críticos de la llamada
globalización por cuanto atenta contra la pluralidad en todas sus vertientes e intenta imponer un pensamiento único, sin respetar las particularidades propias de
cada cultura, pero lo cierto del panorama mundial es la existencia de una tendencia hegemónica unipolar que aun cuando ya ha tenido tropiezos no ceja en
sus aspiraciones de dominio. Aceptamos que en la práctica el sistema económico
dominante tiene rasgos comunes y uniformes, pero con el tiempo deberán ir
emergiendo nuevas configuraciones y habrá de consolidarse el mundo multipolar.
Pero las naciones del Tercer Mundo no deberíamos conformarnos con este perfil
de la organización internacional sino que es imperativo para nosotros abogar
porque el mundo multipolar tenga imprescindiblemente carácter igualitario.
Han analizado ustedes con toda seguridad el crecimiento hacia fuera y el crecimiento hacia adentro. Se ha debatido aquí sobre el desarrollo endógeno, que
para algunos autores es precisamente el esfuerzo creativo interno por configurar
una estructura productiva que sea funcional y que resuelva las carencias existentes y aumente las potencialidades específicas nacionales. Para nosotros, realmente lo que importa es tener presente que lo endógeno está latente, que se
origina en virtud del empleo de fuerzas productivas y medios de trabajo internos
mientras que lo exógeno se origina por el concurso de fuerzas productivas y
medios de trabajo externos aun cuando el proceso de producción se efectúe
parcialmente en el país receptor.
La estructura económica de los países subdesarrollados ha sido caracterizada
como heterogénea con baja integración de los sectores y ramas productivas internas, con crecimiento inarmónico, dependiente de variables externas y con
insuficiente ahorro-inversión.
En el caso de Venezuela, nos iremos refiriendo sucesivamente a cada uno de
estos aspectos. En primer término la heterogeneidad en nuestra nación ha sido
atenuada por el impacto que han causado las economías capitalistas del sector
Gastón Parra Luzardo / Desarrollo endógeno
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petrolero y minero, pero aún perviven espacios, prácticas y conductas asimilables
a modos de producción precedentes, que en opinión de ciertos especialistas
son testimonios históricos de poca significación, ajenos a los centros urbanos
más importantes y a las áreas económicas adyacentes al petróleo y a la minería
con alta tecnología, pero donde también están presentes expresiones híbridas
agrupadas en las fajas denominadas marginales porque en ellas coinciden y
coexisten gamas de cultura y subcultura tradicionales con otras propias de la
modernidad. Es decir, fluyen entre polos y estadios de civilización que producen
contrastes y sincretismos de diferente naturaleza.
En segundo lugar tenemos el grado existente de integración y complementariedad entre los sectores y ramas internas productivas que se percibe bajo en la
economía nacional y que la afecta en dos planos. Por una parte, estimula la articulación con suministradores extranjeros de insumos y bienes en proceso, y
por la otra, favorece la proporción del componente importado en desmedro del
valor agregado nacional.
El tercer aspecto alude al equilibrio integral del proceso de crecimiento, que en
nuestro caso es inarmónico como resultado de la desigualdad con que se produce entre sí en localidades de una misma región o entre regiones del país,
ocasionando áreas deprimidas y otras de auge, convivientes con bolsones de
pobreza, insalubridad, desempleo y desempleo disfrazado.
El cuarto rasgo está relacionado con la dependencia que se tenga de factores y
de centros de producción radicados en otros países, de lo cual se deriva que
las condiciones y las variables estratégicas que inducen la dinámica de nuestra
economía, obedezcan a configuraciones y coyunturas externas ajenas al dominio
nacional y traigan como secuela un proceso de transculturación que repercute,
entre otros aspectos, en la modificación de los patrones de consumo, de uso,
de conductas y de valores. Estos y otros hechos, que por razones obvias no es
del caso tratar en esta oportunidad, deforman los comportamientos del sujeto
económico y ciudadano perturbando la propensión al ahorro-inversión e impulsando la inclinación al gasto dispendioso y limitando la acumulación productiva de capital.
Dada la condición económica petrolera y minera de Venezuela no existe por
ahora insuficiencia del ahorro nacional, ya que la economía se financia en una
proporción significativa con el gasto público, sin que ello menoscabe la importancia igualmente determinante del ahorro privado y su inversión productiva.
Para doblegar las realidades negativas crónicamente presentes en el país y
enunciadas someramente en esta exposición, se requiere modificar la estructura
y dinámica inercial rutinaria predominante, mediante la creación de esquemas
productivos y de consumo que fortalezcan el empleo de recursos naturales autóctonos, la producción de insumos propios y la incorporación de intelecto,
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destreza e inventiva locales. Para tales cometidos ha de alentarse una fuerza de
trabajo renovadora y creativa, pero también práctica y consciente del genuino
desarrollo: independiente, autosostenido, armónico y equitativo socialmente.
Concebido así el desarrollo endógeno, servirá para la transformación del atraso
en progreso, de la ineficiencia en óptima productividad, mediante la participación
concertada de las fuerzas productivas en sus diferentes rangos técnicos, en un
marco de relaciones de producción que genere formación de capital, acumulación, desarrollo humano y justicia social con la participación plena y activa de
la ciudadanía. La producción de petróleo, acero, aluminio, carbón, bienes agropecuarios, industriales, etc., ha de estar en función de los intereses de la nación
y orientada a la satisfacción de la demanda de los ciudadanos y de las necesidades colectivas. Constituye una ignominia que el menor porcentaje de la población sea quien reciba la más alta proporción del ingreso nacional, produciéndose
enriquecimientos que acentúan la desigualdad social y el grado de exclusión.
La actual Constitución Nacional es sabia cuando establece en su artículo 311,
que el ingreso derivado de la explotación del petróleo, producto fundamental
del país, debe destinarse a la inversión real productiva y a la elevación de las
condiciones de vida de la población mediante la erogación adecuada en salud,
educación, recreación, otros servicios colectivos y en vivienda, como de manera
expresa lo instaura la Ley Orgánica de Hidrocarburos de Venezuela.
De esta forma se hace realidad la consigna “Sembrar el petróleo”, que resumió
las ideas surgidas de la lucida mente de Alberto Adriani y que luego, Arturo
Uslar Pietri condensó en esa frase que ha trascendido con fortuna en el pensamiento económico y político nacional como expresión retórica, pero que hoy
cobra contenido y se ha convertido en guía y designio de hechos y procesos
concretos de las políticas públicas. Conviene, a propósito de lo expresado en líneas precedentes, decir que una de las grandes preocupaciones del Banco Central
de Venezuela, objeto de permanentes y detenidas consideraciones en el seno
de su Directorio, ha sido la de proporcionar un mejor uso del excedente de divisas como una forma de concretar la distribución del ingreso petrolero, pues
si bien es cierto que en épocas recientes era imperativo abogar por la política
de centralización de divisas dado que el petróleo dependía de decisiones foráneas más que de las nacionales, pero hoy, tomando en cuenta las nuevas circunstancias, se requirió el replanteamiento y revisión de dicha política para así
atender al mandato de sembrar el petróleo. Por y para tal fin se procedió en
consecuencia, a la creación del Fondo Nacional de Desarrollo (Fonden), que
tiene en estos momentos un monto mayor a 17.000 millones de dólares cuyo
destino previsto es fortalecer aceleradamente los fondos para la inversión real
productiva, la atención de los llamados factores secundarios del desarrollo:
educación, salud, alimentación y recreación, así como el financiamiento del
programa de desarrollo endógeno.
Gastón Parra Luzardo / Desarrollo endógeno
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La participación del Estado resulta imprescindible en las tareas que supone enfrentar los desafíos de una sociedad y de una economía semejante o igual a la
de Venezuela. Un Estado participante es garante del cumplimiento de los planes,
proyectos y programas que tienen como objeto y fin el desarrollo acelerado,
auténtico, genuino y autosostenido. Consideramos y estamos totalmente de
acuerdo en el papel fundamental del estado como regulador de la economía
para asegurar el desarrollo humano integral, defender el ambiente, promover la
creación del valor agregado nacional y de fuentes de trabajo estables, dentro
del marco de un crecimiento armónico y la distribución equitativa de riqueza e
ingreso. Al respecto, conviene resaltar que por primera vez se da rango constitucional a este concepto de estado determinante y participante, enunciado en
el texto de la exposición de motivos correspondientes a la constitución promulgada en 1999, en la cual se sostiene que el problema reside en obtener un mejor
Estado antes que una mayor presencia del mismo.
El mismo texto, al referirse al mercado, razona que el mercado debe entenderse
como medio para satisfacer necesidades colectivas y nunca como un fin en sí
mismo, de lo que se deduce que tal concepción admite la concurrencia simultánea de ambas configuraciones sin que haya obligatoriamente contradicciones
antagónicas entre ellas.
Corresponde esto precisamente a esa definición, porque anteriormente esa frase
que se originó en los estudios de Alberto Adriani, y que acuñó en su maestría
en una frase Arturo Uslar Pietri, “sembrar el petróleo”, no fue sino una frase retórica en la historia de nuestro país. Hoy en día, es una de las grandes contribuciones del Banco Central de Venezuela es plantearse nuevos usos de su
potencialidad financiera y en esa dirección ha habido permanentes intercambio
de opiniones en el directorio del Instituto, acerca de la necesidad de provocar
una transformación en el origen y el destino de las divisas de nuestro país, de
que es necesario buscar la forma de una nueva distribución del ingreso petrolero,
pues si bien es cierto que años atrás era necesario, era indispensable luchar por
la centralización de las divisas, en virtud de que esa riqueza natural estaba en
manos extranjeras y no en manos de nacionales, en la actualidad lo prioritario
es lograr que realmente se pueda concretar el contenido de la frase sembrar el
petróleo, había necesidad de una nueva orientación y de ahí entonces que se
creó el Fondo Nacional de Desarrollo (Fonden), que ya tiene en estos momentos
más de 17.000 millones de dólares destinados precisamente para la inversión
real productiva, como se está asignando. Atendiendo a la salud, a la educación,
para provocar, por supuesto, no a corto plazo, sino a través de un proceso
cumplido a mediano y a largo plazo.
Ello depende de la producción, de la exportación, de la inversión y de los factores
reales de los cuales estamos hablando. Y aquí sin duda alguna juega un papel
esencial, fundamental, el Estado, al que se quiso arrinconar desde las escuelas
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Revista BCV / Vol. XXI / N° 2 / 2007
tradicionales que confieren al Estado la función neutra de árbitro que no tenía
por qué inmiscuirse en los aspectos del proceso productivo de nuestros países.
Nosotros consideramos, y estamos totalmente de acuerdo, que el Estado tiene
un papel fundamental como regulador de la economía para asegurar el desarrollo
humano integral, defender el ambiente, promover la creación de valor agregado
nacional y de fuentes de trabajo. Lograr por supuesto el desarrollo armónico de
la economía nacional y la justa distribución de la riqueza.
Por primera vez en la historia de la nación se le da rango constitucional a este
concepto, porque así aparece en la exposición de motivos de la Constitución de
1999. Y es más, esa exposición de motivos se acaba con la tesis de que el Estado
había que neutralizarlo, señala de manera muy específica que el problema no
es más Estado sino un mejor Estado. Para quienes hablan de sí el mercado debe
existir o no: claro que debe existir. Pero ¿para qué? ¿En beneficio de quién? La
exposición de motivos de nuestra Constitución consagra que el mercado no es
un fin en sí mismo, sino un medio para satisfacer las necesidades colectivas. Es
decir, que Estado y mercado concebido en esta forma deben estar presentes en
ese proceso de transformación auténtica en nuestro país.
El 12 de septiembre del año 2005 se promulgó el Decreto N° 3.895, por medio
del cual se lanzaba la propuesta del desarrollo endógeno y se creaban las empresas de producción social, que son los entes para llevarlo a cabo. Es un buen
ejemplo de la interacción y complementación de la teoría con la práctica. Dice
textualmente el decreto citado, lo siguiente:
Es de alto interés público y corresponde al Estado, garantizar el suministro de materias primas e insumos, con el objeto de promover e incentivar la elaboración de
bienes de alto valor agregado, de incrementar la producción nacional, la preservación
y generación de empleos que impulsen el desarrollo económico del país.
El Decreto N° 3.895 dice al respecto, en uno de los considerando, lo siguiente:
…corresponde al Ejecutivo Nacional impulsar el desarrollo endógeno que permita
la transformación en el país de materias primas e insumos provenientes del territorio nacional, a través de la producción, transferencia, difusión proceso y uso
de conocimientos y tecnologías (…) para sustentar un proceso de crecimiento
económico y el empleo estable bien remunerados (…) con el objeto de promover
e incentivar la elaboración de bienes de alto valor agregado (…).
Varios artículos de la Constitución Nacional, entre ellos el 112, 118, se refieren
a todos los aspectos que tienen que ver con la actividad agrícola, comercial y
petrolera. Igualmente el artículo 302 y el artículo 303 de la Constitución, establecen las medidas para regular la economía en pro del desarrollo integral del
país y en este orden de ideas corresponde al Estado dictar las políticas comerciales para defender las actividades económicas de las empresas nacionales,
Gastón Parra Luzardo / Desarrollo endógeno
137
promover la manufactura de materias primas y proteger a la pequeña y mediana
industria. Así mismo ha de garantizar el suministro de materias primas y productos semielaborados provenientes de las industrias básicas, cuidar el tamaño
de los despachos, la calidad requerida, supervisar precios, las condiciones de
pago y oportunidades de entrega. Todo esto con el objeto de incentivar la producción de bienes intermedios y finales con alto valor agregado. Habría que
mencionar también las resoluciones dictadas en los distintos sectores y ramas
de la economía, dirigidas al fortalecimiento de ese proceso de transformación
genuino y auténtico en beneficio de todos los venezolanos.
Hemos tratado de manera muy breve de esbozar en líneas anteriores ciertos aspectos conceptuales y teóricos. Seguidamente, nos proponemos comentar algunos
hechos y procesos que se están produciendo en la economía venezolana luego
de los sucesos que afectaron negativamente al sector petrolero en primer término
y a la economía venezolana en general. A partir de esa infausta coyuntura, el
camino ha sido de permanente recuperación y teniéndose ya once trimestres
creciendo de manera sostenida, pero también de manera significativa, con porcentajes que llaman poderosamente la atención y de una manera generalizada
y orgánica, es decir, un crecimiento prácticamente en todos los sectores de la
actividad económica del país, lo que permite pronosticar que el tercer trimestre
de 2006 augura un incremento que podría estar cercano al 9%. Nuestra apreciación se fundamenta en la tendencia sostenida experimentada durante todo
el período precedente, en el primer trimestre fue de 9,9%, en el segundo 9,2%
y en el tercero 9,6%. Lo que significa entonces que tendremos más de tres años
con tasas de crecimiento positivas, lo cual echa por tierra toda aquella teoría
del rebote económico conque algunos economistas trataron de significar que
dicha tendencia no era constante sino aleatoria y ocasional.
Actualmente, se tiene un ahorro bruto importante. Ahorro e inversión que han
venido aumentando durante los últimos dos años, con un índice de precio al
consumidor que desde 2002 hasta el 2005, ha sido descendente. Recordemos
que la inflación llegó en una determinada coyuntura al 103% y ha venido disminuyendo en los últimos años, alcanzando una tasa de cierre del 14% en el
2005 y en lo que va de año se registró una tasa acumulada del 12,5% hasta
septiembre de 2006 y se prevé que cierre en diciembre con un valor ligeramente
superior al 14%, debido a la existencia de ciertas perturbaciones transitorias en
el rubro de alimentos. El Banco Central de Venezuela ha combatido decididamente a este flagelo por medio de políticas monetarias adecuadas sin escatimar
costos, ya que su propósito es absorber los efectos de la inflación para que no
repercuta en el ingreso real de la población y de esta forma proteger el poder
adquisitivo de todos, y en especial, el de los estratos con más bajos recursos.
Se ha criticado que el Banco Central tenga un costo de política monetaria elevado,
entre otras causas se le atribuye a la remuneración otorgada a los certificados de
138
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depósitos, y es cierto, pero si no hubiese sido por esa política del Banco Central,
tendríamos una inflación en un orden superior al 14% o al 15% y sufriríamos
tasas de inflación muchísimo mayores. ¿Y eso a quién golpea? A la población.
El Banco Central ha preferido asumir ese costo de política monetaria antes que
trasladarlo a la ciudadanía, aparte de que es una responsabilidad institucional
y técnica que la Ley del Banco Central de Venezuela le atribuye de manera expresa y debe cumplir a toda costa. La adopción consciente de esta estrategia y
la aplicada en relación al encaje legal, son motivo de satisfacción y orgullo de
las autoridades del Instituto. Conviene advertir que la inflación es un fenómeno
endémico, que no se combate únicamente con políticas monetarias sino que
tiene raíces estructurales y, por consiguiente, han de combinarse éstas con las
diseñadas en la esfera financiera pública y con las que operan dentro del sector
real de la economía.
Otro aspecto que vale la pena señalar por la relevancia que ostenta es el mantenimiento de la estabilidad del signo monetario venezolano. La administración
pública actual ha dejado atrás las macrodevaluaciones que caracterizaron las
gestiones que la antecedieron, así que desde marzo de 2005 hasta el momento
ha sostenido un tipo de cambio fijo que asegura la estabilidad, sin embargo, no
han faltado las voces agoreras que se empeñan en predecir planes de devaluación por parte del Gobierno nacional, pero la prueba de esto no ocurrirá ni está
previsto en el corto plazo, es el hecho de haberse acordado mantener el tipo de
cambio para 2007. Devaluar había sido una práctica permanente en
el país, era, además, un recurso fácil al que apelaba el Fisco nacional para obtener ingresos extraordinarios aunque ello significara un perjuicio para el común
de los ciudadanos a quienes asolaba la inflación. Hoy se ha desechado tal costumbre en beneficio de la ciudadanía y con preferencia a aquella otra que sólo
perseguía satisfacer la voracidad fiscal. El Banco Central de Venezuela ha persistido en sostener la estabilidad monetaria y cambiaria, basándose en los calificados análisis presentados al Directorio por los técnicos del organismo que
revelan lo adecuado de la orientación que se ha dado a las políticas aplicadas.
La recuperación observada en la inversión bruta fija será el asunto con que finalizaremos las someras disquisiciones que nos hemos permitido hacer acerca
de la marcha reciente de la economía de Venezuela. La inversión bruta fija a
precios corrientes, después de una sostenida caída en las décadas anteriores al
2000, comenzó a recuperarse en 2004 cuando alcanzó con respecto al PIB el
17,5% y ya en 2005 había remontado al 19%, mientras que para 2006 se espera
que esté entre el 22% y el 23%.
Para mantener una tasa de crecimiento sostenida, significativa, generalizada y
orgánica en el tiempo, se estima necesario e indispensable contar con una tasa
de inversión no inferior al 26%, de allí todo este esfuerzo para incrementarla
suficientemente tras la caída ocurrida fundamentalmente en el sector privado,
Gastón Parra Luzardo / Desarrollo endógeno
139
al cual se le ha hecho un llamado con el objeto de estimular su capacidad innovadora y el dinamismo creativo asignado por Schumpeter a los grupos empresarios. La economía y la sociedad requieren la participación complementaria
de este sector para construir un país mejor. El balance de estos últimos tiempos
es alentador. Tenemos la firme convicción de que transitamos el buen camino
que nos llevará a la culminación exitosa de la meta del auténtico y genuino desarrollo: el desarrollo independiente, autosostenido, armónico y con equidad.
Desde esta perspectiva les hacemos llegar nuestra más cálida enhorabuena tanto
personal como institucional por los prometedores avances alcanzados en el importante seminario que con tanto acierto organizó y realizó la subsede en Maracaibo. Sea propicia la ocasión para invitarles a convertir la utopía en hechos
y procesos concretos para bien de la nación.
Revista BCV • Vol. XXI, N° 2. Caracas, julio-diciembre 2007, pp. 141-153• ISSN: 0005-4720
La integración financiera
Ferrer
Aldo Ferrer
Cuando los latinoamericanos hablamos de nuestra realidad actual, tratando de
interpretar el pasado y abrir caminos para el futuro, tenemos que empezar
siempre por discutir las ideas con las cuales nos estamos moviendo. Las ideas
son esenciales para comprender la realidad, para interpretar los acontecimientos
que nos conciernen al definir las políticas de futuro, por lo cual es preciso aclarar
algunos puntos: con qué criterio nos hemos movido en tiempos recientes, en
qué medidas esos criterios fueron válidos o no, y cuáles son las ideas y los criterios alternativos que pueden fundamentar políticas mejores para promover la
integración y el desarrollo.
Esto es también muy cierto cuando hablamos de financiamiento. Entonces comencemos primero, brevemente, por ver cuáles son los criterios que han prevalecido en la experiencia reciente en América Latina sobre estas cuestiones.
Una de esas ideas es que vivimos supuestamente en un mundo global en el cual
la mayor parte de las transacciones económicas, financieras, de inversiones y
de transferencia de conocimiento tienen lugar en un escenario global. La idea
del mundo moderno en virtud del impacto formidable de la ciencia y la técnica
sobre las comunicaciones, la información y las relaciones entre los pueblos y
los Estados, de alguna manera ha provocado la desaparición del Estado nacional
y, por lo tanto, todo sucede hoy en lo fundamental, en el espacio global. El
proceso de acumulación de capital e, incluso, de conocimientos se registra a
partir de este escenario transnacional en el cual han quedado atrás las viejas
formaciones políticas que constituían la organización tradicional del sistema
mundial.
Esta es una primera idea que he definido como “el fundamentalismo globalizador”. En este contexto de visión fundamentalista de la globalización, la idea
particularmente referida a América Latina consiste en que no tenemos ahorros
suficientes, por lo que necesitamos inexorablemente como fuente de financiamiento del crédito internacional y de la inversión privada directa, que de todas
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maneras, en virtud del hecho de esta globalización masiva del sistema internacional, los Estados (sobre todo los de los países periféricos como los de América
Latina) han perdido capacidad de tomar decisiones sobre las cosas fundamentales
que les conciernen. En esta visión extrema de la globalización el poder ha sido
transferido a la esfera transnacional, es allí donde se toman las decisiones fundamentales y por lo cual la única política posible para países como los nuestros
es transmitir señales amistosas a los mercados. Si ya no tenemos poder suficiente
para decidir nuestro destino, lo único que podemos hacer es complacer a los
centros de poder internacional para que tomen decisiones que efectivamente
nos favorezcan.
Esta visión de cómo funciona el mundo y cuál es la posición de América Latina, de alguna manera se plasmó en el llamado “enfoque neoliberal” y el Consenso
de Washington, que proponen una serie de políticas: la apertura de los mercados;
no distinguir entre lo que es de afuera y lo que es de adentro; es lo mismo una
inversión extranjera que un empresario nacional; es necesario que el ahorro externo venga para aumentar el proceso de acumulación; hay que desregular los
mercados financieros; es necesario abandonar las políticas públicas activas porque
ya que no tenemos poder decisorio, el Estado simplemente tiene que crear las
condiciones para que desde afuera se tomen las acciones que eventualmente los
favorezcan; el tema de las privatizaciones; el achicamiento masivo de la presencia
pública. No hay ninguna duda de que en América Latina era necesaria, y seguramente sigue siendo cierto, una reforma profunda del Estado para hacerlo eficiente, para hacerlo transparente, para someterlo al control de las instituciones
de la democracia y para ponerlo al servicio del desarrollo económico y social.
Pero una cosa es la reforma del Estado en una estrategia de desarrollo y otra
cosa es el desmantelamiento masivo de los instrumentos de intervención y de
las empresas públicas.
Entonces vino toda esta oleada de apertura, de privatizaciones, de regulación
que conformó las políticas que predominaron en la experiencia reciente de
América Latina. Una de las consecuencias de estas políticas de manera generalizada en la región y Argentina (probablemente el caso más notable porque se
aplicó con una intensidad, una profundidad insólita y una rapidez extraordinaria)
fue la apreciación del tipo de cambio. Claro, la entrada masiva de fondos, aun
cuando hubiera un desequilibrio en el balance comercial, generaba abundancia
de divisas que entraban en capitales especulativos de corto plazo, para aprovechar las diferencias de tasas de interés entre la plaza local y la internacional. Por
lo tanto, aun cuando estuviéramos en déficit en las transacciones reales de la
economía, había una abundancia de divisas y esto tendía a apreciar el tipo de
cambio o a sostener paridades que perjudicaban la competitividad de la producción nacional. Es otra vez el caso argentino, que lo tomo como ejemplo paradigmático de estas políticas, el cual sostuvo durante toda la década del noventa
Aldo Ferrer / La integración financiera
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una paridad de uno a uno con el dólar, claramente sobrevaluada según la cual
era mucho mejor comprar las cosas afuera que producirlas en el país. Las actividades industriales y productivas en las cuales el país había demostrado que
tenía capacidad tecnológica, empresarial y productiva para ser competitivo,
fueron sustituidas por producción importada. Esa producción importada, esas
importaciones que sustituyeron la producción nacional provocaron un proceso
de desindustrialización, de achicamiento del aparato productivo, de aumento
del desempleo, de pobreza y de exclusión social.
Entonces una primera consecuencia de estas políticas, de este fenómeno bastante
generalizado de la apreciación cambiaria, fue que es realmente un error fatal de
la política económica porque la competitividad de una economía depende de mu­
chas cosas, pero si el tipo de cambio no es suficiente como para sostener la
competitividad de la producción interna, no hay ninguna otra política alternativa
que lo pueda compensar. Otra consecuencia de este tipo de enfoque fue el aumento de la deuda externa que nos llevó a la crisis de la deuda de la década del
ochenta (a lo que se llamó después “la década perdida”) y a un prolongado proceso de subordinación en virtud de ese endeudamiento estructural y profundo
del financiamiento externo y de los criterios de los centros financieros internacionales, instrumentados a través de las condicionalidades del Fondo Monetario
Internacional. Este naturalmente transmitía una serie de políticas y de mensajes
que eran funcionales a los intereses dominantes en el sistema internacional, la
globalización financiera, la libre movilidad de capitales y el abandono de los criterios de políticas nacionales como constructores de los caminos del desarrollo.
Entonces hubo un aumento de la deuda y una subordinación continua a esta dimensión financiera.
Finalmente, también, un proceso notable de aumento de la participación de la
empresa extranjera en el aparato productivo en nuestros países. Argentina es
otra vez el ejemplo más notable. Actualmente de las quinientas mayores empresas
argentinas más de trescientas son filiales que generan el 85% del valor agregado
de las quinientas. Esto es un fenómeno extraordinario de delegación del comando
de sectores de la economía y la presencia de la inversión extranjera. Después
veremos que el problema no es la inversión extranjera, esto que les estoy diciendo no es hostil a la presencia de inversión extranjera, simplemente que es
preciso colocar esa inversión en un escenario distinto para que sea realmente
una ayuda efectiva para el desarrollo y no un obstáculo.
El resultado de estos procesos de apreciación cambiaria, aumento de la deuda
y extranjerización del aparato productivo fue una baja de la tasa de inversión,
contrario al supuesto de que esta política de apertura de crédito internacional,
de inversión privada directa, iba a aumentar la tasa de inversión, es decir, la relación entre la inversión y el producto bruto interno, y que por lo tanto iba a
aumentar la tasa de desarrollo. Esto no se verificó. En la mayor parte de la región
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bajó la tasa de inversión. En la Argentina, en el fondo de la crisis de fines de
2001 y principios de 2002, la tasa de inversión era prácticamente la mitad de lo
que había sido históricamente. Entonces hubo un achicamiento de la tasa de inversión, un aumento de la fuga de capitales, el cierre de los espacios de rentabilidad para la producción nacional y para la inversión interna provocó la fuga de
capitales; la inversión extranjera se asoció esencialmente a los sectores de infraestructura que están fuera de las condiciones de competitividad o de la extrac­­
ción de recursos naturales, y se configuró entonces este cuadro de lento
crecimiento, de baja de la tasa de inversión. Además, desde luego, una situación
de deterioro social, aumento de la pobreza, del desempleo y en algunos casos
claramente, sectores importantes de la sociedad, en condiciones de indigencia.
¿Por qué sucedió esto? ¿Por qué las políticas inspiradas en estos criterios dieron
tan malos resultados? Por una razón muy sencilla: porque son malas ideas. No
son ideas que se corresponden con la realidad de los hechos y la experiencia
histórica internacional ni con la nuestra. Porque cuando observamos el mundo
y la globalización, advertimos que en efecto vivimos en un mundo globalizado,
particularmente en el campo de la información, las comunicaciones; estamos
permanentemente comunicados en tiempo real. Una vinculación creciente entre
los países es un dato del mundo global, la globalización está allí, no podemos
estar fuera de la globalización. El tema es ¿cómo estamos en la globalización y
qué significa la globalización? Una vez que uno ha reconocido esta formación de
sistemas internacionales, de regímenes en los cuales predominan los criterios
de los países centrales, de la importancia de la inversión extranjera, de las corrientes financieras. Cuando se ha reconocido esta realidad de los hechos del
mundo global, sin embargo, tiene que hacerse un balance de recursos y preguntarse esto de que todo pasa en el mercado global, de lo que el mundo produce.
¿Dónde se vende lo que el mundo produce? Las exportaciones, que es aquella
parte de la producción mundial que circula más allá de las fronteras nacionales,
representan aproximadamente el 20% del producto mundial, lo cual quiere decir
que el 80% del producto mundial se vende en los mercados internos.
Por lo tanto, hay un escenario global, hay un mercado mundial en el cual hay
que estar, pero no hay que desconocer el mercado interno que es el destino
fundamental de la producción de bienes y servicios. Cuando hablamos de la
importancia de las corporaciones transnacionales y del peso de la inversión extranjera en el proceso de acumulación y observamos otra vez la economía
mundial, la contribución de las inversiones de las filiales, de todas las filiales de
corporaciones transnacionales a la formación de capital fijo en la economía
mundial es de 10% a 15% de la formación total de capital productivo en la construcción de caminos, fábricas, instalaciones agrarias, telecomunicaciones, todas
las inversiones que se realizan en la economía mundial. Las filiales financian no
más del 10% al 15%. Del 85% al 90% de la inversión se financia con el ahorro
Aldo Ferrer / La integración financiera
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interno de los países. De tal manera, existe un mundo global y hay que reconocer que coexiste con una dimensión interna del desarrollo, en términos de
mercado e inversiones que sigue siendo fundamental.
De allí que al poner énfasis en lo externo y suponer que todo pasa afuera y
que hay que abandonar las políticas que tienden a construir un camino propio
en ese escenario globalizado, se llega a esta situación en la cual se deprime el
ahorro interno, se concentra la riqueza y aumenta el consumo conspicuo. América Latina es la región del mundo que tiene la peor distribución del ingreso y
una proporción de desperdicio en función de ese consumo conspicuo mayor
que en cualquier otro lado. Tal que esta fuga de capitales, este consumo conspicuo, este desplazamiento del ahorro interno y su sustitución por el financiamiento externo, configura este cuadro de pérdida de recursos y de baja de la
tasa de inversión y del crecimiento. Lo más grave de este tipo de situaciones es
que cuando se pierde este eje del desarrollo fundado en el espacio de cada país,
se desnaturaliza el mismo proceso de crecimiento porque no es difícil darse
cuenta de que el desarrollo de Venezuela, de la Argentina, de Brasil, de cualquiera de nuestros países, en general de cualquier país, es un proceso que una
sociedad construye dentro de sus fronteras con la reforma del Estado, la consolidación de las instituciones, la educación, la promoción de la ciencia y
la tecnología, las redes entre el sector productivo, las decisiones públicas y el
sistema de ciencia y tecnología, el fortalecimiento de la capacidad competitiva,
los lazos de solidaridad social que permiten resolver la situación de los sectores
vulnerables, la creación de un espacio democrático donde se exprese la libertad
y la creatividad de la gente. Todo esto no se puede importar. No podemos
comprar un manual en ningún lado que le diga a los venezolanos qué es lo que
tienen que hacer o a los argentinos qué es lo que tienen que hacer. Esto lo
construimos de frontera para dentro.
Un mundo globalizado, ciertamente, esto implica que esta construcción del
proceso de acumulación como un fenómeno endógeno, tiene que dar respuestas
válidas a los desafíos y oportunidades de la globalización, pero tiene que preservar el comando de sus instrumentos fundamentales para que esas respuestas
sean buenas, que frente a la globalización financiera la respuesta no sea desregular el mercado y entrar en espirales de endeudamiento sino fortalecer la situación macroeconómica, el sistema financiero, los equilibrios de balance de
pago en el presupuesto que permita vincularse de una manera asimétrica no
subordinada con el sistema internacional. De tal manera que esta visión alienada
del llamado “neoliberalismo” implicó una deformación profunda con lo que es
el desarrollo en sí mismo, con el proceso de acumulación que es esencialmente
un proceso que se da en un espacio nacional abierto al mundo. Pero los habitantes de ese espacio nacional deben mantener la capacidad de decidir las cosas
que les conciernen.
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Revista BCV / Vol. XXI / N° 2 / 2007
Es cierto que la visión que ha predominado en América Latina no dio buenos
resultados y que la experiencia internacional revela que el desarrollo consiste
en un proceso de acumulación, asentado primero en el espacio interno, abierto
al mundo, con buenas respuestas que preserven el dominio de los recursos
fundamentales. Además observamos que ese es el tipo de políticas que han hecho los países exitosos en el mundo contemporáneo. Cuando observamos estos
casos asombrosos de Corea, Taiwán, Malasia y ahora en otra dimensión gigantesca China, India nos preguntamos ¿cómo construyen sus políticas nacionales?
Las construyeron a partir de políticas nacionales de fortalecimiento del poder
de decisión y esto es cierto en la historia, así se construyeron los Estados Unidos
en el siglo xix después de su independencia. Cuando Gran Bretaña promovía el
libre cambio, los emergentes Estados Unidos fueron el país más proteccionista
del mundo en la defensa de su mercado interno, de sus empresas, del protagonismo de sus propios actores. Lo mismo pasó en Alemania después de la unificación del Segundo Reich. Pasó en Japón a fines del siglo xix con lo que se llamó
“la Restauración Meiji”, la construcción del gran poder nacional japonés. Es decir,
la experiencia histórica es concluyente, los países deben crecer y pueden crecer
integrados al mundo, pero manteniendo, insisto, el comando de su propia realidad y de su proceso de desarrollo.
Ésta es la experiencia histórica de otros, la nuestra la conocemos bien y las conclusiones son por lo tanto, bastante claras. Es necesario observar el mundo desde
nuestras propias perspectivas con realismo, reflejando los intereses reales y profundos de nuestras sociedades. Esto es lo que nos dijo Raúl Prebisch y el grupo
de brillantes economistas latinoamericanos de la década del cuarenta y del cincuenta en la Cepal. Plantearon todos los nuevos elementos de la estrategia de
desarrollo y la necesidad de: la industrialización, la integración latinoamericana,
la movilización del ahorro interno, la integración social, la reducción de la desigualdad. Tenemos que construir otra vez los elementos de un pensamiento
propio latinoamericano, arraigado en la defensa de la creatividad, de la libertad,
del derecho a la iniciativa privada y de la solidaridad. A partir de allí surgen algunos de los elementos necesarios que resultan de esta forma de ver al mundo.
Es necesario crear en nuestras economías espacios de rentabilidad y oportunidades que permitan lograr que el lugar más rentable y seguro, por ejemplo, para
invertir el ahorro y el talento venezolano sea Venezuela. En el caso de Argentina,
los argentinos tenemos que lograr que el lugar más rentable y seguro para invertir
el ahorro y el talento argentino sea Argentina. Eso permite retener los recursos
y esto es válido para América Latina. Los latinoamericanos debemos lograr que
el lugar más rentable y seguro para aplicar nuestros recursos más allá de la
frontera de cada país sea el propio espacio latinoamericano.
Cuando recuperamos el sentido de realidad y la comprensión de qué es el desarrollo en el mundo moderno, qué es la globalización y cuáles son los cauces
Aldo Ferrer / La integración financiera
147
reales para poner un país en marcha, llegamos a la conclusión de que tenemos
que estar en el mundo y que podemos traer inversiones privadas directas y obtener créditos del exterior, sólo que lo tenemos que hacer de otra manera, no
delegando la responsabilidad y en el falso supuesto de que todo viene de afuera.
Si hacemos las cosas mal adentro no tenemos salida, nadie nos va a rescatar de
nuestros problemas sino nosotros mismos. Entonces al analizar la experiencia
de los países exitosos uno se puede preguntar ¿qué es lo que han hecho? ¿Cómo
se logra crear estas condiciones para que efectivamente retengamos los recursos
y podamos hacer políticas públicas, de crecimiento, de integración social?
Entrando específicamente en el sector financiero, uno debe reconocer que es
indispensable la solidez macroeconómica. Nada se construye en el desorden.
Es preciso fortalecer la situación fiscal, operar con Estados eficientes, con un
buen sistema tributario, políticas prudentes y eficientes de gasto público, mantener una solvencia fiscal. Es preciso operar con tipos de cambio competitivos
que privilegien la producción nacional, que abran espacios de rentabilidad para
retener nuestro propio ahorro, incluso traer algún ahorro complementario del
exterior. Se necesita una política de balance de pagos, fortalecer los pagos internacionales, lograr situaciones sólidas del balance de pagos en cuenta corriente,
fortalecer las reservas de los bancos centrales, realizar políticas monetarias
prudentes que mantengan los equilibrios macroeconómicos, que contribuyan a
la estabilidad, que orienten el crédito a los sectores fundamentales del desarrollo
económico y social.
Las condiciones macroeconómicas son fundamentales. No podremos utilizar
bien nuestro ahorro e invertir para promover el crecimiento si no tenemos situaciones internas sólidas, bien administradas en los términos que estoy comentando. Necesitamos una fuerte moneda nacional, los países necesitamos una
moneda nacional fuerte fundada en los equilibrios macroeconómicos fundamentales y en buenas estrategias de desarrollo. Una moneda que sea el medio
de intercambio, la reserva de valor, el medio de ahorro, que nuestra gente se
acostumbre a que se puede ahorrar en Venezuela en la moneda nacional, en la
Argentina en la moneda nacional. Es decir, la existencia de una moneda sólida
es un elemento fundamental y esto requiere políticas macroeconómicas sensatas
y también una estrategia de desarrollo.
Luego necesitamos claramente fortalecer los sistemas financieros nacionales,
mejorar las reglas de funcionamiento, la solvencia de las entidades, las políticas
de utilización de recursos, de encaje, las políticas del Banco Central, el papel
fundamental que cumple un Banco Central como un instrumento de la política
de desarrollo, fortalecer las entidades, reducir los costos operativos. Muchas veces, por infinidad de factores, por los costos operativos y lo que se llama “el
spread” entre las tasas activas y pasivas (claramente éste es el caso argentino,
que son exageradas) se necesita mejorar la eficiencia del sistema, aumentar la
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monetización del sistema, el volumen de las operaciones financieras, y por lo
tanto rebajar los costos operativos.
Entonces tenemos en esto, como en todo lo demás en América Latina, un desafío
y es que hay cosas fundamentales que tenemos que hacer de fronteras para
adentro, porque nadie las puede hacer por nosotros. Esto también es cierto en el
sector financiero, todas estas reformas, estas cosas que tenemos que hacer en
la banca central, en la banca comercial, en la banca de inversiones en nuestros
países refleja la capacidad que tengamos de mejorar los regímenes administrativos.
Pero tenemos una dimensión latinoamericana. Tenemos, más allá de las fronteras
del país, un espacio al cual pertenecemos por la geografía, por la historia, por
los problemas, por las perspectivas de futuro, donde tenemos que operar.
El volumen de ahorro latinoamericano es extraordinario, porque si tenemos digamos un producto interno bruto en el conjunto de la región del orden de dos
billones de dólares, con una tasa de ahorro del 20%, 25% estamos movilizando
recursos realmente importantes, que son la fuente fundamental para financiar
nuestro desarrollo si lo utilizamos bien. Tenemos entonces que recuperar nuestra
autonomía de decisión que quedó seriamente dañada en el campo financiero
por la deuda, por esta necesidad continua que tuvimos de andar recurriendo a
refinanciamientos de deudas con nuevos préstamos que nos sometían a las
condicionalidades que respondieron los criterios de los centros financieros, que
uno los comprende y son lógicos desde su punto de vista, pero no del nuestro.
La consolidación de nuestra autonomía financiera resulta fundamental y esta
consolidación no es para enfrentarnos con el Banco Mundial ni con el Fondo
Monetario Internacional, ni con el Banco Interamericano de Desarrollo. El fortalecimiento financiero latinoamericano no es para enfrentarse con nadie, es
simplemente para usar bien nuestros recursos en nuestros propios beneficios.
Y éste es el desafío que tenemos por delante.
De allí que ahora estemos en esta etapa de evolución de nuestros países, en la
búsqueda generalizada en América Latina, en Venezuela, en Argentina, en Brasil,
en el continente, de reparar los agravios del pasado, de resolver los problemas
de la desigualdad social, de la concentración de la riqueza, del despilfarro. En
este reclamo de los pueblos latinoamericanos por un orden distinto hay una
gran responsabilidad para crear las condiciones para que esto sea posible y los
recursos están. América Latina es una paradoja, incluso para los observadores
externos, porque no se termina de comprender cómo es posible que una región
que ha construido una cultura de nivel universal (porque no se puede escribir
la cultura contemporánea sin la presencia de los artistas, músicos, poetas y pintores de América Latina) que es protagonista principal de la cultura universal,
y todavía somos agentes subordinados en este sistema globalizado. La responsabilidad en última instancia está en nuestras propias manos. La globalización
es un sistema de reglas del juego en el cual las reglas siempre han sido impuestas
Aldo Ferrer / La integración financiera
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por los que tienen el poder, pero la evidencia también demuestra que cuando
los países periféricos que no forman parte del sistema de poder saben lo que
tienen que hacer se pueden zafar del subdesarrollo y de la subordinación. Este
es nuestro desafío.
No podemos cambiar el mundo todavía, pero sí podemos cambiar como estamos
en ese mundo a partir de lo que nosotros sepamos hacer. Somos agentes marginales en la resolución de los grandes acontecimientos internacionales, pero somos
agentes decisivos en la construcción de nuestra propia historia. A partir de allí
surgen estas ideas recientes, el proyecto venezolano y de otros países del Mercosur, de fortalecer las redes financieras, las entidades que actualmente existen,
querer un nuevo instrumento llamado Banco del Sur para incentivar la creación
de consorcios, de redes, de mecanismos de financiamiento de proyectos prioritarios, el desarrollo de la infraestructura. Tenemos que integrar físicamente en
América Latina los caminos con las comunicaciones, con las redes fluviales, por
todos los medios de transporte. Tenemos que crear cadenas de valor, construir
cadenas de valor integradas, por ejemplo, en estos acuerdos recientes de Argentina y Venezuela, en el caso de la producción agrícola. Argentina tiene una tradición por su historia de conocimiento tecnológico en el sector agrario, Instituto
Nacional de Tecnología Agropecuaria. El desarrollo fenomenal de los últimos
lustros en, por ejemplo, la producción de soja, de cereales, esa experiencia puede
transferirse, crear conjuntamente redes de producción de valor en las cuales lo
que sabemos hacer nosotros lo pueden aprender los venezolanos.
Los países generan mecanismos propios de financiamiento que antes no utilizaban. Obviemos la idea de que aquí nadie está ayudando a nadie. Aquí nos
estamos ayudando entre todos de manera solidaria para crear una realidad distinta. Ahí está el espíritu que de alguna manera está permeando en la creación
de estos nuevos instrumentos que incluyen los necesarios para resolver algunos
problemas reales muy profundos que tenemos en la región, como las asimetrías.
Las asimetrías de tamaño. Tomemos el caso del Mercosur: antes del ingreso de
Venezuela, siendo los cuatro miembros fundadores Argentina, Brasil, Paraguay
y Uruguay, el 95% del territorio de la producción de la población del comercio
le correspondía a dos de esos países: Argentina y Brasil. Legítimamente los
uruguayos y los paraguayos están descontentos. Entonces hay que crear mecanismos que resuelvan esas asimetrías, un instrumento como el Banco del Sur
puede contribuir a identificar proyectos, a canalizar iniciativas que permitan
resolver las asimetrías que tenemos en las regiones entre países. Proyectos de
carácter social que nos permitan ir resolviendo este problema fundamental que
prevalece en todas partes.
De tal manera que tengo la impresión de que si nos movemos con inteligencia
y si la decisión política que ahora existe en los gobiernos de la región, de resolver
los problemas históricos, de iniciar un nuevo sendero de crecimiento fundado
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en la movilización de riquezas y lograr la integración social. Entender que el
desafío que cada uno de nuestros países tiene se despliega mejor en el espacio
regional: entre todos somos más fuertes en el escenario mundial. De hecho, el
Mercosur tiene una personalidad internacional de actor, un actor modesto en
los acontecimientos internacionales, pero ahí está, todos juntos somos más que
separados. Entonces hay que fortalecer esta presencia de nuestros países en el
terreno internacional a través de la cooperación. Esto incluye, en primer lugar,
observar, insisto, la realidad con nuestra propia perspectiva y después generar
estos mecanismos de entendimiento, de identificación de proyectos, de reglas
del juego del sistema de integración, que sean equitativos. El Mercosur, la integración, es útil a Venezuela o a Argentina, a cada uno de los países, en la medida
en que sea un instrumento de su realización nacional. A Venezuela le tiene que
servir para su industrialización, la incorporación de tecnologías, la movilización
de su potencial agrario, su potencial industrial. Lo mismo para Argentina.
Las reglas del juego tienen que ser reglas funcionales al desarrollo de cada uno
de los países, de lo contrario no tiene sentido y además no tiene futuro, porque
las únicas regiones en las cuales avanza la integración y se promueve el desarrollo
son las que tienen una fuerte base industrial o que se están transformando, como
el caso de Asia. ¿Por qué el dinamismo extraordinario de la Cuenca del Pacífico
en términos de intercambio y de crecimiento? Porque son los países que se están
transformando con mayor rapidez en la industria, en la tecnología. Economías
que hace cincuenta años estaban mucho más atrasadas que las nuestras, hoy son
potencias industriales emergentes. Entonces es preciso que creamos esta visión
de la integración como instrumento de la realización nacional y la creación de
instrumentos que nos permitan realmente poner esto en práctica, porque ahora
tenemos el otro desafío: a lo mejor nos ponemos de acuerdo en las ideas y en
lo que tenemos que hacer, pero ahora lo tenemos que hacer. Éste es el gran desafío. Tenemos la muy buena idea del Banco del Sur, hay que construir el Banco
del Sur; sus políticas, sus instrumentos, su financiamiento, sus fondeos, sus proyectos, convertirlos no sólo en un ente receptor de iniciativas sino creador de
iniciativas.
Estamos entonces en este desafío actual en el cual confrontamos una situación
política propicia porque en América Latina hay esta tendencia que estamos
mencionando, hay voluntad política, hay convergencia.
Cuando uno observa estos hechos relativamente sin antecedentes en América
Latina, este continuo contacto de los Jefes de Estado en reuniones bilaterales,
juntos, es decir, ahí estamos creando un espacio de solidaridad y entendimiento.
Ahora viene la etapa de la ejecución y yo espero que estemos a la altura de este
desafío porque el tiempo es propicio y la tarea muy grande.
Aldo Ferrer / La integración financiera
151
Preguntas y respuestas
Hay una pregunta que se refiere a la particularidad de las estrategias nacionales
de desarrollo, por ejemplo el proyecto venezolano del gobierno del presidente
Chávez. Esta es una decisión venezolana que elige su camino como los argentinos
elegimos el nuestro. Esto tenemos que respetarlo. En primer lugar, si insistimos
en la defensa de la soberanía y el derecho de los países de establecer su propio
camino, lo primero que tenemos que hacer es reconocerlo dentro de las fronteras
latinoamericanas y, dada la individualidad y la particularidad de cada proceso
político, encontrar las coincidencias fundamentales que nos permitan articular
acciones comunes. Creo que cada país elegirá su camino dentro de la democracia
y del respeto de las instituciones, que más le convenga. Es un derecho legítimo
de cada país y en esas condiciones se debe tratar de construir los cauces de la
integración.
El tema de la moneda merece varios comentarios. Yo creo que esto es fundamental. Es preciso fortalecer las monedas nacionales en las condiciones macroeconómicas y de desarrollo que he comentado.
No es previsible, surge una pregunta al respecto de la posibilidad de crear una
moneda del Mercosur, una moneda al estilo del Euro que sustituya a las monedas
nacionales, que acá en Venezuela en vez de usar el bolívar se use la moneda latinoamericana, la eventual moneda latinoamericana, y lo mismo con Argentina
o Brasil. Yo creo que esto no es previsible a corto plazo, me de la impresión de
que no tenemos todavía condiciones de armonización de las situaciones macroeconómicas como sucedió en Europa, que nos permita crear un Banco Central
Unificado con una moneda unificada y una política monetaria común. La verdad
es que, en nuestros países prevalecen todavía asimetrías fuertes en las situaciones
nacionales, macroeconómicas que no hacen previsible que esto sea factible a
corto plazo, pero sí como un objetivo de largo plazo. Lo que sí es factible, es
esta iniciativa de los Gobiernos de Argentina y Brasil, crear una moneda para
fines específicos, no una moneda que sustituya la circulación de la moneda nacional sino una moneda para fines específicos, intercambio recíproco, cancelación
de saldos, para viajes, que nos vaya acostumbrando a saber que hay una unidad
monetaria para fines específicos, esto es lo que parece factible a corto plazo.
Después hay una serie de preguntas respecto del Banco del Sur, de sus posibilidades que yo creo que son muchas. Probablemente una de las más ricas
en torno a las ideas que ha planteado el doctor Márquez, es la posibilidad de
tener una entidad que actúe como catalizador de iniciativas, por ejemplo, la
formación de consorcios para proyectos específicos. Recordaré algunas experiencias cuando fui presidente del Banco de la Provincia de Buenos Aires,
que es el banco más antiguo de América Latina y el segundo banco de Argentina por su dimensión. El Banco de la Provincia desarrolló en ese período
152
Revista BCV / Vol. XXI / N° 2 / 2007
un programa de financiamiento de la innovación tecnológica, es decir, identificamos como sujeto de crédito a las empresas, sobre todo pequeñas y medianas
empresas que venían con nuevas ideas tecnológicas y creamos allí una red con
las instituciones de ciencia y tecnología del país, como, por ejemplo, la Comisión
de Energía Atómica, el Instituto de Tecnología Industrial, de Tecnología Agropecuaria, el Conicet, los laboratorios de las universidades.
Cuando venía un empresario con alguna idea original y surgieron muchas y muy
buenas, lo poníamos en contacto con el sistema científico para pulir la viabilidad
técnica de la empresa, y después le dábamos el apoyo financiero, donde no le
regalábamos la plata, generalmente no se daba mejor tasa de interés, se daba
mejores plazos, se facilitaba que las garantías fueran aceptables. También se
creó un programa de capacitación de los empresarios, que es otra esfera importante de la formación de recursos humanos. Hay mucha gente capaz en nuestros
países, en pequeñas y medianas empresas, con buenas ideas que a veces no
tienen la capacidad de gestión, hay un fenómeno ahí de capacitación de recursos
humanos. Yo creo que un Banco del Sur puede actuar como catalizador de iniciativas del conjunto de bancos, privados y públicos, que existen en la región.
Hay una pregunta, que he leído en los diarios sobre la reforma de la moneda
venezolana, que está considerando el Gobierno. Argentina tuvo una experiencia
también de este tipo con un plan llamado el Plan Austral. Cuando el valor nominal de la moneda ha disminuido tanto que ya lleva muchos ceros, realmente
termina siendo una complicación desde el punto de vista contable, administrativo
y, por lo tanto, es razonable pensar en simplificar la unidad monetaria. El éxito
de la reforma y la solidez de la moneda que emerja, va a depender de las condiciones macroeconómicas. Si esa reforma se da en un marco de solvencia fiscal,
de fuerte posición de balanza de pagos, un tipo de cambio competitivo, políticas
eficaces de desarrollo; la nueva moneda que surja de la reforma se consolida,
aparece como una unidad monetaria en que la gente empieza a confiar, empieza
a utilizar para ahorrar, para sus transacciones. Por lo tanto, yo diría, que el éxito
de esta reforma en Venezuela o de cualquier otra, en cualquier otro país, depende esencialmente de las condiciones macroeconómicas en las cuales se inserta
la reforma. Si esas reformas son favorables claramente la reforma es un paso en
el buen sentido.
Me temo que no tengo ya tiempo y ustedes deben estar ya cansados de escucharme. Hay una gran cantidad de preguntas sobre el Banco del Sur, lo cual es
una buena cosa porque demuestra que la iniciativa tiene auspicio. Cuando muchas personas piensan en el mismo tema es porque la idea tiene significación,
hay muchas ideas sobre la forma, las funciones que va a cumplir, cómo se los
va a conducir, cuáles van a ser sus políticas, cuál va a ser su fondeo. Esto seguramente el doctor Márquez lo puede contestar mejor que yo.
Aldo Ferrer / La integración financiera
153
¿Cuál va a ser el peso relativo del Banco del Sur, eventualmente si las cosas andan bien, respecto por ejemplo de la presencia del financiamiento de los organismos multilaterales, del Banco Interamericano, del Banco Mundial?
Recordaré que cuando fui Ministro de Economía en Argentina hace muchos
años, se transformó el banco, llamado entonces de Desarrollo Industrial, en el
Banco Nacional de Desarrollo. Complementariamente creamos un Fondo de
Participación al Desarrollo Nacional, al cual contribuían los trabajadores con
una pequeña proporción de los aumentos salariales que se iban dando con el
tiempo. Cuando yo anuncié la creación del Banco, esto fue a principios de la
década del setenta, hicimos los cálculos, las proyecciones de cuál iba a ser el
potencial financiero del banco a mediano plazo, y llegamos a la conclusión de
que en cinco años el Banco Nacional de Desarrollo de la Argentina, si se hubieran verificado las condiciones que estaban dadas, iba a ser más grande que
el Banco Interamericano. La capacidad de crear bancos de desarrollo propios
de gran volumen está demostrada además, por ejemplo, con la existencia del
Banco Nacional de Desenvolvimento de Brasil.
En resumen, el Banco del Sur no se crea para descartar los financiamientos de
otra fuente o para enfrentarse a algunos otros organismos. Se trata de consolidar
nuestra autonomía de carácter estrictamente latinoamericana. En términos de
volúmenes de recursos, si el Banco del Sur se despliega como puede hacerlo,
en poco tiempo será una fuente de financiamiento mucho más importante que
la del Banco Mundial, el Banco Interamericano, entidades, que dicho sea de
paso, en términos netos, vienen registrando, por lo menos en el caso argentino,
una posición negativa. Es decir, lo que Argentina paga en términos de amortizaciones y de intereses en los préstamos pendientes a los organismos multilaterales, es mayor que los nuevos préstamos que está recibiendo. Vuelvo a insistir,
un Banco del Sur es factible y necesario, en virtud de este enorme potencial financiero que tenemos, que se refleja entre otras cosas en el aumento de las reservas internacionales de los bancos centrales y en el fortalecimiento de la
situación fiscal y de balanza de pagos que se da en varios países. En la medida
en que efectivamente despleguemos el potencial que esta entidad tiene, el Banco
del Sur puede ser un instrumento importante para el desarrollo y la integración
de nuestros países. Muchas gracias.
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Obras reseñadas
Obras reseñadas
Revista BCV • Vol. XXI, N° 2. Caracas, julio-diciembre 2007, pp. 157-158• ISSN: 0005-4720
Gastón Parra Luzardo, Henrique de Campos Meirelles,
Luis Corsiglia, Roberto Guarnieri, Carlos Quenan, Pedro Fachada,
Francisco Soberón Valdés, Hugo Chávez Frías
Banca central e integración financiera,
Latinoamérica y Caribeamérica
Caracas: Banco Central de Venezuela, 2007, p. 175.
Esta publicación contiene los trabajos presentados en el seminario sobre integración financiera regional convocado por los presidentes de los Bancos Centrales
de Argentina, Brasil y Venezuela, en obediencia a lo acordado en la declaración
conjunta de los jefes de Estado de estos tres países producida el 2 de marzo de
2005, en Montevideo, donde asistían a la Cumbre de mandatarios del
subcontinente.
El seminario se efectuó en Caracas el día 24 de marzo de 2006 y en él se expusieron sendas ponencias de los presidentes de dos de los tres bancos centrales
convocantes: el de Brasil y el de Venezuela, mientras Argentina se hizo representar por el director del Banco Central. En ellas estos altos funcionarios hicieron
consideraciones acerca de la viabilidad de la integración financiera en la región,
así como en torno a la trayectoria y estado de las economías internas, con mención especial a las actuaciones de cada Banco Central.
El presidente del Banco Central de Venezuela abogó por la constitución de un
bloque que pudiera enfrentar con éxito al poder global de los países desarrollados e hizo mención de la propuesta venezolana de fundar el Banco del Sur
cuya misión central consistiría en apoyar los procesos integradores del
subcontinente.
También participaron en el evento como ponentes, representantes académicos
designados por cada país, quienes desarrollaron planteamientos relacionados
con las estrategias y políticas que deberían estudiarse. Entre los asistentes estuvieron presidentes de bancos centrales de Cuba, Ecuador, Haití y Uruguay. El
presidente del Banco Central de Cuba solicitó la venia del presídium para hacer
una exposición en la que retomó la propuesta del Banco Central de Venezuela
dirigida a crear el Banco del Sur, como aparato financiero que liberara a los
países del área de la égida del Fondo Monetario Internacional y sirva de fundamento a un sistema monetario regional independiente de los centros financieros
mundiales.
158
Revista BCV / Vol. XXI / N° 2 / 2007
Al final se produjo una declaración conjunta de los presidentes de los bancos
centrales de Argentina, Brasil y Venezuela a la que se asociaron los presidentes
de los bancos centrales que asistían como invitados.
Transcribimos para mejor ilustración de los lectores el índice de materias contenidas en la obra.
El poder global y la integración Gastón Parra Luzardo,
(presidente del Banco Central
de Venezuela).
La integración financiera de Brasil
Henrique de Campos Meirelles, (presidente del Banco Central
de Brasil).
Integración financiera en Latinoamérica
Luis Corsiglia,
(director del Banco Central
de Argentina).
Hacia un Fondo Monetario Suramericano
Roberto Guarnieri,
(académico por Venezuela).
Integración financiera y cooperación
macroeconómica en América Latina
Carlos Quenan,
(académico por Argentina).
Integración financiera: ¿el sistema brasileño está listo?
Pedro Fachada, (financiero,
académico por Brasil).
La integración financiera latinoamericana
Francisco Soberón Valdés,
(ministro presidente
del Banco Central de Cuba).
El libro tiene especial interés por cuanto permite al lector formarse su propia
opinión sobre las posiciones gubernamentales relativas al proceso de integración
en general y de manera particular a la integración financiera así como respecto
a la iniciativa del Banco del Sur en la cual tanto ha insistido Venezuela y que
expresamente recibió el respaldo de Cuba.
Las intervenciones de los representantes académicos mostraron también una
perspectiva y un tratamiento que brinda a la audiencia matices diferentes con
relación al contenido de los discursos de los representantes oficiales.
Esta diversidad de visiones y la actualidad del tema tratado hace del texto una
lectura obligada.
JMC
Revista BCV • Vol. XXI, N° 2. Caracas, julio-diciembre 2007, pp. 159-161• ISSN: 0005-4720
Héctor Silva Michelena
El pensamiento económico venezolano
en el siglo xx, un postigo con nubes
Caracas: Fundación para la Cultura Urbana, 2006, p. 271.
Héctor Silva Michelena en su acostumbrada clarividencia y perspicacia nos entrega
una novedosa incursión sobre el pensamiento económico venezolano y venezolanista del siglo xx, por considerar el autor que los escritos sobre asuntos económicos que se produjeron en el siglo xix no tuvieron el carácter sistemático que
requiere la construcción de un conocimiento teórico, explicativo y analítico de
lo que globalmente podría ser una doctrina o interpretación propia. Este punto
de por sí podría ser controversial sobre todo para quienes consideran que la
creación intelectual forma parte del plano supraestructural que corresponde a
un modo y unas relaciones de producción específicas. Documentos como los
producidos por la Sociedad Económica Amigos del País o las reflexiones sobre
la Ley del 10 de abril, escritas por Fermín Toro en la mitad del siglo xix son referencias de un enfoque y un pensamiento teórico que existía para esa época y
que influyó en quienes se arriesgaban a opinar sobre políticas económicas, posiblemente podríamos decir que no fue un pensamiento económico venezolano
globalmente estructurado, quizás no fue producto de centros de enseñanza e
investigación que se propusieran la formación de una escuela, pero es posible
que una exploración específica sobre la literatura económica de esta época sirva
para desentrañar apreciaciones que encuentren el hilo conductor de un pensamiento nacido del enfrentamiento con los hechos y procesos económicos de la
realidad y el tiempo que vivían los conductores y actores de la época.
Esta obra para su beneficio y el del autor tiene ciertos atractivos polémicos, así
que le auguramos la posibilidad de una significativa repercusión en los medios
académicos, universitarios y de estudiosos de la dinámica socioeconómica del
país. Es un libro que merece más que una nota divulgativa como la que acostumbramos tradicionalmente en la sección de reseñas, un estudio detenido que
pueda debatir los aspectos sustantivos de las rigurosas interpretaciones de Silva
Michelena. El mismo advierte “la posible discrepancia” en cuanto a la escogencia
de los autores estudiados en su obra e inteligentemente dice:
Revista BCV / Vol. XXI / N° 2 / 2007
160
“No son todos los que están, ni están todos los que son” esta conocida sentencia
constituye el flagelo del cual que yo sepa no ha logrado escapar ningún
antólogo ni ninguna persona que haya escrito una historia del pensamiento
social: siempre se ha incurrido en omisiones y, lo que es peor, en inclusiones que no la merecen a los omitidos le doy mis excusas. Sin embargo,
me atreví a aceptar el desafío (p. XI).
Y añade más adelante lo siguiente:
Trataré de mostrar, a lo Gracián, lo que aquí se ha titulado como “pensamiento económico venezolano”… Mi método de exposición es sencillo:
después de la introducción, abordo el pensamiento petrolero ya que dicho
recurso ha sido un inmenso determinante de la construcción y evolución
de la sociedad venezolana (p. XV).
En la primera parte del desarrollo del tema, el autor formula una serie de consideraciones acerca del método en las ciencias económicas en la búsqueda de la
construcción de un marco conceptual que le sirva para interpretar los trazos
ductores de la economía venezolana. Las observaciones que se hacen en la obra,
nos llevan a un recorrido por una serie de planteamientos acerca de la metodología y más concretamente en relación a lo que podríamos llamar el uso del
materialismo histórico y del marxismo analítico.
El segundo aspecto del cual trata el libro consiste en el análisis de los esfuerzos
hechos en Venezuela para elaborar una teoría del subdesarrollo. El tercer tema
estudia críticamente dos aspectos, por una parte acerca de la integración de lo
económico y lo social en los estudios sobre el desarrollo, sus problemas y sus
perspectivas. Y por la otra, incluye referencias a los autores y textos que examinan los límites del conocimiento en economía para explicar las transformaciones
actuales y la crisis de la economía.
Es un trabajo denso donde apreciamos dos líneas de investigación. Una acerca
de los distintos autores y su pensamiento y otra, respecto a la trayectoria de la
economía venezolana, ambas líneas son tratadas simultáneamente, se confunden
en una única visión, lo que le confiere una atractiva originalidad, dado que las
obras escogidas se refieren a la estructura y a las distintas coyunturas de la economía nacional, así como a los temas que captan la atención de los observadores
y estudiosos, los autores pretenden y a veces logran explicar con cierta objetividad los procesos económicos. En cierta medida Silva Michelena va utilizando
visiones de los distintos autores para explicar los procesos y evidenciar las apreciaciones de cada uno de ellos. En oportunidades confronta sus juicios los cuales
son producto de la concepción económica que se maneje y de la postura ideológica del analista. Son muchos los temas que podrían comentarse, pero no es
la ocasión y no caben en una nota informativa como ésta; sin embargo, tenemos
la tentación de traer a colación el punto referido al origen y destino de la renta
Héctor Silva Michelena / El pensamiento económico venezolano en el siglo xx, un postigo con nubes
161
petrolera, sobre el cual Silva Michelena anota que hay tres interpretaciones por
parte de los especialistas, una que la considera renta típica, otra que la concibe
como plusvalía y una tercera que le da la connotación de simple ganancia.
He leído en algún texto del maestro Maza Zavala que la explotación petrolera
es la liquidación de un activo, que hasta ahora no es sustituido por otro activo
a pesar de las declaraciones que al respecto han hecho los dirigentes nacionales
sino que por el contrario es gastada de manera improductiva, lo que hace suponer
que al final si esta tendencia continúa, no tendremos el capital y por lo tanto careceremos de renta alguna. Pensamos que valdría la pena comentar este juicio
que tiene que ver con el origen y el destino de los proventos del petróleo.
Estamos de acuerdo con el autor: “No es tarea fácil escribir sobre el pensamiento
venezolano del siglo xx”, entre otras razones por la dificultad de localizar, algunas
publicaciones en virtud de la dispersión de la bibliografía sobre asuntos económicos, pero también coincidimos con el autor en el papel relevante que tuvo la
creación del Banco Central de Venezuela y de la Escuela Libre de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Central de Venezuela en el proceso de
formación del pensar económico en el país.
JMC
Revista BCV • Vol. XXI, N° 2. Caracas, julio-diciembre 2007, pp. 163-166• ISSN: 0005-4720
Lourdes Urdaneta de Ferrán, Héctor Malavé Mata, Enzo del Búfalo,
Armando Córdova y Asdrúbal Baptista
Celso Furtado, in memoriam.
Homenaje de la Academia Nacional de Ciencias Económicas
Caracas: Academia Nacional de Ciencias Económicas, 2006, p. 120.
El fallecimiento de Celso Furtado en el año 2004, aparte de conmocionar el medio
académico y político, dio pie a una serie de homenajes que fueron más allá de
las fronteras de América Meridional. Furtado fue de los economistas gestores y
creadores del pensamiento económico nacido en el subcontinente, caracterizado
con un enfoque y desarrollo teóricos que le confería perfil propio como doctrina
económica y que eligió el no desarrollo como objeto de estudio integral, independizándose de los temas, esquemas y modalidades de estudio calcadas de los
centros académicos de enseñanza e investigación, radicados en los países metropolitanos. Estas materias con el sesgo metropolitano, integraban el currículo
adoptado por las universidades de la periferia capitalista, hasta cuando se produjo
una reacción que se configuró en una teoría que se proponía entender, explicar
y transformar la realidad fenoménica constituida en las sociedades de estas latitudes y su hábitat. Furtado fue uno de los mentores de esa nueva escuela que
iba más allá de la disciplina económica hacia una ciencia social interdisciplinaria
y que tiene como sujeto al denominado científico social.
La publicación que nos ocupa en esta oportunidad reúne trabajos presentados
en el seminario convocado por la Academia Nacional de Ciencias Económicas,
para honrar la persona y la obra de este destacado intelectual brasilero, dado
que “sus contribuciones y actuación política económica tuvieron una marcada
influencia en el pensamiento económico, social y político, no solamente en los
países de América Latina, sino también en el ámbito de los países del Tercer
Mundo” (Urdaneta:11).
El libro está conformado por una nota introductoria, seguidas de agudas observaciones formuladas en Palabras de apertura, que anteceden a cuatro ensayos con
distintos balances y perspectivas acerca de la trayectoria, pensamiento, obra e impacto de este recio personaje que fue Furtado, tal como señala Lourdes Urdaneta:
164
Revista BCV / Vol. XXI / N° 2 / 2007
las visiones de cada ponente reflejadas en sus disquisiciones “… están relacionadas
con su propia experiencia y con las áreas que han elegido” (Urdaneta: 17). Es decir,
las ópticas y las apreciaciones podrían llegar en ciertos puntos a ser divergentes
y hasta antagónicas, lo que resulta provechoso para el lector, quien también tendría
previas experiencias ideológicas, teóricas y metodológicas que pudieran condicionarlo ante los planteamientos expuestos y conducirlos a coincidir con alguna de
ellas a intentar una versión híbrida o una diferente y particular.
Héctor Malavé Mata es el autor del primer ensayo escrito con hondura y elegancia
estilística. Razón y pasión de Celso Furtado le sirve a Malavé Mata no sólo para
la semblanza del pensamiento, la obra y la vida de Furtado, sino también para
hacer un recorrido valorativo por el pensamiento económico estructural en y de
América Meridional, dentro del cual brilló de manera singular el de Furtado. Es
un texto en el cual confluyen la maestría del análisis y el donaire del lenguaje
del escritor.
Enzo del Búfalo en Celso Furtado y el pensamiento estructuralista en América
Latina, reconoce la trascendencia de los planteamientos del brasilero en la
construcción del pensamiento general, pero entendemos que asume una posición
crítica cuyo basamento esencial es teórico económico más que de economía
política, en el cual cuestiona por igual al neoliberalismo, a las tendencias que
se produjeron desde el socialismo científico y a la vigencia, aciertos y desaciertos
de la llamada teoría estructuralista latinoamericana que, a su juicio, dio soporte
conceptual a la política desarrollista, pero luego se estancó y dejó sin resolver
el problema de la heterogeneidad de la economía ni la vulnerabilidad externa
de las economías dependientes.
Del Búfalo elaboró un riguroso y documentado examen de las corrientes económicas de la época y del pensamiento económico producido en la región, así
como respecto al cariz de las políticas presentadas como alternativas en la actual
dinámica sociopolítica en el mundo contemporáneo, pero que él no considera
válidas. Afirma en consecuencia que:
Hoy en día, la América Latina corre el riesgo de verse atrapada en un movimiento
pendular entre propuestas neoliberales que le prometen un desarrollo promovido
por el libre mercado y propuestas neopopulistas o neoestatistas, pero que, a mi juicio,
son caracterizadas mucho mejor por el término de neoarcaicas (Del Búfalo: 41).
Salir de este dilema y construir una teoría económica que valga la pena es el
reto de las élites intelectuales en el parecer de Del Búfalo (p. 72).
Armando Córdova, conspicuo teórico de los estudios sobre los problemas del
subdesarrollo, participó en el foro con la ponencia “Celso Furtado y la teoría
del subdesarrollo”, reconoce a Furtado como uno de los forjadores “de la primera
L. Urdaneta de Ferrán, H. Malavé Mata, E. del Búfalo, A, Córdova, A. Baptista / Celso Furtado, in memoriam. Homenaje de la Academia Nacional de Ciencias Económicas
165
formulación científica auténticamente latinoamericana sobre nuestra realidad
socioeconómica” (p. 73).
La hipótesis fundamental que hizo explícita en su exposición y en la cual fundamentó su intervención la expresó textualmente así:
…ese esfuerzo autóctono de fundamentación teórica de la particular conformación
estructural de nuestras sociedades describe un ciclo, que se inicia a fines de los
años cuarenta del siglo xx con los aportes pioneros de Raúl Prebisch y del mismo
Furtado; tuvo un rápido auge durante los cincuenta y sesenta para en los setenta,
comenzar a declinar (p. 73).
y asevera que en la década de los ochenta siguientes fue perdiendo protagonismo en medio de la agudización de la crisis regional, la contraofensiva teórica
neoliberal-monetarista y la acción de la globalización capitalista.
Córdova desde la posición estructural hace un meduloso balance que incluye
particular referencia a la cátedra de Teoría del Subdesarrollo de la Escuela de
Economía de la Universidad Central de Venezuela, que fundó conjuntamente
con sus alumnos y colegas y originó entre otras muchas obras: Aspectos teóricos
del subdesarrollo, libro publicado bajo su coautoría y la de Héctor Silva Michelena
por el Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la UCV. Córdova
envía un mensaje: “El debate debe continuar” (Córdova: 95) e indica que “…
será necesario partir de un sereno diagnóstico de las estructuras actuales de
cada país y de los problemas que deberían ser resueltos para sentar las bases
del nuevo orden nacional y mundial” (Córdova: 97).
Asdrúbal Baptista, autor del último ensayo de libros, otorga un toque personal
y afectivo al introducir su disertación “Celso Furtado y la economía venezolana”,
con la remembranza del académico Armando Alarcón Fernández, fallecido recientemente, para quien tuvo expresiones laudatorias. También hizo referencia
a la regencia de la cátedra Simón Bolívar desempeñada por él en Cambrigde,
experiencia que le permitió el trato con celebridades del mundo intelectual y
con Furtado. Confiesa que cuando leyó Economic Development of Latin American. A Survey From Colonial Times To The Cuban Revolution quedó gratamente
impresionado. Citamos textualmente su opinión:
no tengo reparos en decir que me dejó perdurable impresión. Pero hay algo más:
por algún conocimiento que tengo de la bibliografía que circula en el universo
académico anglosajón, me obligo a tener que acotar que es una obra de excepcional rigor, de muy superior calidad de otras que por ahí circulan con la fanfarria
de un buen mercadeo detrás (Baptista:100).
Baptista hace alusión y detenido análisis de los documentos que Furtado redactó
sobre la economía venezolana en 1957 y 1974, a petición de las administraciones
públicas de esos años y arriba al siguiente juicio: “Su escrito de 1957, cuarenta
166
Revista BCV / Vol. XXI / N° 2 / 2007
y ocho años más tarde conserva la frescura y esplendidez de una reflexión
penetrante y significativa” (Baptista:113).
La lectura de esta obra es obligada para analistas, especialistas, hombres públicos
y estudiantes dada la vigencia actual de su contenido.
JMC
Revista BCV • Vol. XXI, N° 2. Caracas, julio-diciembre 2007, pp. 167-170• ISSN: 0005-4720
Domingo F. Maza Zavala
Venezuela, economía, tiempo y nación
Caracas, Valencia, Vadell Hermanos editores, 2007, p. 295
Domingo Felipe Maza Zavala y su obra forman parte del patrimonio intelectual­ y científico de Venezuela y América Meridional. A través de su dilatada
existencia y por más de sesenta años ha venido desempeñándose como un
acucioso investigador y analista de los problemas económicos, sociales y políticos
de nuestro país en primera instancia, en segunda instancia de los de la región
y en tercera instancia de los procesos que han caracterizado la evolución del
llamado Tercer Mundo. Además ha incursionado con éxito en los problemas
conceptuales y teóricos de la economía política.
Nuestro autor ha mostrado una persistencia ejemplar en el desarrollo de sus
ideas hasta el punto de mantener la equidad, el mayor grado de objetividad y
el equilibrio en el análisis, independientemente de la coyuntura cotidiana, de
los intereses de grupo y del fragor que predomina en la controversia pública
del día a día. No ha sido obnubilado por las pasiones y banderías que caracterizan la lucha por el poder, sino que antes, por el contrario, se ha comportado
racionalmente a favor de las mejores causas sociales sin caer en la agresión. Su
mensaje, su reflexión y su accionar conlleva la esencia civilista y la civilizadora
de los hombres de pensamiento y de paz. En síntesis, Domingo F. Maza Zavala
ostenta, a través de las distintas actividades que ha emprendido, las virtudes
que han prevalecido en los próceres civiles de nuestra historia, que han sido
tan injustamente silenciados por una historia patria encandilada por el uso de
la fuerza, los golpes de mano y las alegorías militares.
Venezuela: economía, tiempo y nación se compone de una serie de ensayos
escritos en varia ocasión y en distinto tiempo. La obra mantiene su unidad a
pesar de la diversidad de circunstancias a que obedecen los diferentes ensayos,
por cuanto la intención, el tema y la problemática que lo anima está circunscrito
al estudio y análisis de la economía y la sociedad venezolana, que constituye
un asunto obsesivo que ha inquietado a Maza Zavala durante toda su vida intelectual y de lucha social.
168
Revista BCV / Vol. XXI / N° 2 / 2007
El autor crea y recrea a través de los cuatro grandes capítulos de la obra su visión
de Venezuela, expuesta a partir del análisis socioeconómico en una suerte de
espiral invertida, de remolino que cada vez añade al texto particular aspectos
ya esbozados en ensayos precedentes por lo que, en algún momento, el propio
Maza reconoce el carácter acumulativo y en ocasiones redundante de los contenidos que, a pesar de ello, se enriquecen en las nuevas versiones y refuerzan
la solidez argumental de su discurso. Discurso permanentemente sobre la realidad venezolana que constituye su karma y su pasión. Resulta una apreciación
de gran calidad expositiva y rigor conceptual escrita en una excelente prosa que
convierte los asuntos más complejos en mensajes de fácil comprensión, transmitido con una óptica integral y pluridisciplinaria. Significa un diagnóstico de
lo existente, la caracterización de los fenómenos inherentes a la realidad observada mediante el examen de datos, variables, situaciones y dinámicas de las
más acendrada estirpe económica.
La unidad temática, como apuntábamos en líneas precedentes viene dada por
el mantenimiento de un objeto único de investigación: Venezuela. La coherencia
teórica y metodológica del sistema de pensamiento y del análisis aplicado, viene
unido a la versatilidad de un enfoque que percibe cada asunto dentro de la totalidad morfológica y funcional de la realidad observada, en las varias dimensiones de su acontecer endógeno y de los factores externos que la influyen,
conectados por las modalidades de inserción y articulación con la matriz político
económica que la abarca, mediatiza y determina al imponerle un contexto y un
conjunto de variables que operan al margen de su albedrío y control.
El primer capítulo de Venezuela: economía, tiempo y nación, se titula: “Origen,
sociedad y evolución”. En él se resume una perspectiva histórica acerca del origen de la formación social donde concluyó la cultura amerindia autóctona y las
transplantadas desde Europa y África, para conformar en orden sucesivo, la sociedad colonial, la republicana del siglo xix, la del siglo xx y lo que va del xxi,
estas dos últimas sobredeterminadas por la presencia del petróleo. Maza Zavala
utiliza una frase que sintetiza todo este proceso, cuando denomina a todo ese
tiempo como el lapso comprendido entre el predominio de dos productos en
los que se centró la actividad económica, es decir, el protagonismo de dichos
bienes implicó una correspondiente modalidad diferencial de organización social
y del perfil de una economía extractiva y subordinada a la realización de su
producto en los mercados externos. Estos productos fueron y han sido: las perlas
inicialmente y el petróleo en la actualidad. “De las perlas al petróleo” es una
expresión con gran significado gráfico en este sentido.
Maza Zavala concibe nuestra historia como un proceso continuo que fluye a
través del tiempo, en el cual ocurren dinámicas sincréticas que irán delineando
el perfil de la idiosincrasia criolla. Cuando se refiere al siglo xx se acerca a los
impactos que ocasionó y ocasiona la explotación de petróleo en la sociedad,
Domingo F. Maza Zavala / Venezuela, economía, tiempo y nación
169
en la agricultura, en la industrialización, en el comercio exterior y en el sector
financiero, incursionando en una apreciación del tiempo presente a través del
examen de las políticas públicas y la crisis bancaria de 1994. Es una óptica panorámica en la cual se enuncian los temas que luego se desarrollarán más exhaustivamente en los capítulos sucesivos.
El segundo capítulo titulado “Balance Económico”, explora las épocas más recientes y de manera específica los períodos que se inician luego del derrocamiento del régimen, presidido por el general Marcos Pérez Jiménez y que ha
sido señalado como el período de la democracia representativa.
Al referirse a los años comprendidos entre 1959 y 1998, concluye que:
No todo ha sido malo, negativo, lamentablemente, en estos cuatro decenios de
la vida venezolana. Se ha establecido la democracia institucional, política, que
es ya un estado de conciencia, una condición de la existencia de nuestra sociedad.
–el país, la gente, la ocupación del territorio, la ordenación de los recursos, el
ser y el sentir–. Si bien no podemos hablar de desarrollo –situación todavía lejana
para nosotros– si podemos afirmar que hemos superado el atraso. Nos hemos
asomado a la ventana de lo que se llama modernización; pero aún padecemos
insuficiencias, deficiencias, obstáculos, malformaciones que nos atan al
subdesarrollo.
La ponderación de este juicio muestra la hidalguía y la objetividad analítica de
Maza, en oposición al lenguaje desenfrenado y soez que ha prevalecido en el
debate público durante los tiempos recientes.
El tercer capítulo “Coyuntura, transición y perspectivas”, reexamina y reevalúa
el período 1994 y 1999, para luego caracterizar puntualmente el año transcurrido
entre 1998 y 1999, calificado como transición compleja y consecuencia del colapso del modelo petrolero, del modelo político de la democracia representativa
y del contexto internacional predominante. Aprecia que: “Nuestro problema no
es principalmente de recursos, sino de administración competente y honesta,
de organización, de trabajo, de creatividad (…) Tenemos que forjar este país
para el nuevo tiempo”.
Considera que el gran reto que se presenta a Venezuela es cómo integrar el
segmento de la economía petrolera al resto de la estructura económica del país
y para responder a ese desafío aconseja la concertación de intereses entre los
diversos sectores de la sociedad venezolana, con el fin de diseñar un proyecto
nacional de largo plazo no sujeto a las coyunturas partidistas y a las de las facciones de poder.
El cuarto y último capítulo “Constitución y petróleo”, está integrado por un texto
elaborado para una conferencia dictada en la Asamblea Constituyente de 1999
y culmina con otro en el cual toma al petróleo como hilo conductor de la historia
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Revista BCV / Vol. XXI / N° 2 / 2007
venezolana y que al final resulta un compendio de muchas ideas y planteamientos expuestos en los capítulos precedentes.
La nota inserta en la contraportada por los editores capta con exactitud maestra
la esencia del contenido de este texto cuya lectura recomendamos ampliamente.
En síntesis, uno de los elementos importantes de este libro producido por el
doctor Maza Zavala, es un acercamiento y juicio sereno de la historia reciente,
el análisis descarnado de los sucesos contemporáneos tan plenos de controversias y de momentos críticos que han conmovido la paz y la tranquilidad de los
ciudadanos. Es, en sus palabras, la reflexión angustiada sobre el período
“… más conmovido y contradictorio en todos los órdenes de la vida nacional”.
Es un balance crítico de las políticas públicas y de las orientaciones experimentadas por la economía nacional. Es el testimonio participante de quien siempre
ha estado comprometido con la lucha social y la búsqueda del mejor destino
para el país, es una coyuntura en la cual la perplejidad, el desconcierto, la incertidumbre y la desazón ocupan la mente de muchos venezolanos.
JMC
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la referencia va entre comillas, el número de la página debe aparecer a continuación de la fecha, según el siguiente ejemplo: (Maza Zavala, 1987:239),
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completos de las referencias deben ser colocados en orden alfabético al
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de los nombres propios, año de publicación entre paréntesis y demás datos
editoriales, de la siguiente manera, según el caso:
Clemente, L. (2001). “Crecimiento, apertura comercial y desempeño sectorial”, en Valecillos, H.
y Bello, O., coords., La economía contemporánea de Venezuela, pp. 7-92, Caracas, BCV.
González Fabre, R. (1998). Justicia en el mercado. La fundamentación ética del mercado según
Francisco de Vitoria, Caracas, Conicit-Universidad Católica Andrés Bello.
Ocampo, J.A. (2001). “Retomar la agenda del desarrollo”, Cuadernos del Cendes, año 18,
n° 46, enero-abril, pp. 1-20, Caracas.
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Redacción
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Revista BCV / Vol. XXI / N° 2 / 2007
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Diciembre, 2007
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