A continuación lee en voz alta, lo más rápido que puedas el siguiente texto: “Lectura inesperada” Sgeún un etsduio de una uivenrsdiad ignlsea, no ipmotra el odren en el que las lters etsán ersciats, la úicna csoa ipormtnate es que la pmrirea y la útlima ltera estén eesritas en la posición cocrrtea. El rsteo peude estar ttaolmntee mal y aun pordás lerela sin pobrlems. Esto es pquore no lemeos cdaa ltera por sí msima snio la palabra cmoo un tdoo. Pesornamelnte me preace icrneílbe… ¿Por qué crees que te fue posible leer, a pesar del desorden de las letras? 2) Ejercicio de Lectura: Leer entre líneas A continuación te presentamos un texto de Galeano, Eduardo (1988), “El maíz”. España: Siglo XXI. Las líneas aparecen entremezcladas. Rearma el texto leyéndolas en el orden correcto. Pon en el margen izquierdo el número que le corresponde y al final lee lo en voz alta. ( ) amasaron su carne. Las mujeres y los hombres de maíz veían tanto como los dioses. Su ( ) palo hablaron y anduvieron, pero eran secos: no tenían sangre, ni sustancia, memoria ni ( )mirada se extendía sobre el mundo entero. Los dioses echaron un vaho y les dejaron los ojos ( ) fuerza; se desmoronaron antes de caminar. Luego probaron con la madera. Los muñecos de ( ) dioses hicieron de maíz a las madres y a los padres. Con maíz amarillo y maíz blanco ( ) Los dioses hicieron de barro a los primeros mayas –quichés. Poco duraron. Eran blandos, sin ( ) rumbo. No sabían hablar con los dioses, o no encontraban nada que decirles. Entonces los ( ) nublados para siempre, porque no querían que la persona viera más allá del horizonte. a) b) c) d) Enlista tres elementos que te permitieron resolver el ejercicio. ¿Cuándo podemos decir que hay una estructura en el texto? ¿Qué tema o temas plantea el autor en su texto? ¿Con qué otros textos lo relacionas? 6 1.1.1. ¿Qué es entonces leer? Leer es comprender lo escrito. Las letras, las palabras son simplemente un canal de ingreso ante los ojos del lector, pero su laboratorio de lectura está en la imaginación y no en los ojos. Puedes leer en tanto que comprendes un texto; si el texto es superior a tu capacidad cognitiva, no estarás leyendo aunque menciones las letras o las palabras que estás viendo. Todos los lectores tenemos nuestras limitaciones de lectura. Aprender a leer significa aprender a interpretar un texto escrito y ello exige el dominio de ciertas habilidades: Ser consciente de por qué y para qué lees (¿para aprender, para divertirte, para ampliar información?). Detectar cómo está organizado el texto y qué conocimientos o experiencias previas pueden ayudarte a interpretarlo. Disponer de un vocabulario para abordar el tema tratado. Estar en condiciones de interpretar frases y estructuras sintácticas más o menos complejas. Saber detectar, durante la lectura, cuando estás comprendiendo o cuándo hay un problema que te impide entender el texto (una palabra o una frase complicada, falta de conocimientos sobre el tema). Releer o leer con más detenimiento, consultar el diccionario. 1.2. EL APRENDIZAJE “POR DESCUBRIMIENTO” (NOCIÓN HEURÍSTICA). Pero saber leer es algo más, y debes hacerlo aplicado al estudio de las diversas asignaturas o disciplinas científicas, que integran tu programa escolar. Los expertos opinan que la enseñanza de las habilidades de la lectura de estudio proporciona una estructura que les permite a los estudiantes organizar y aplicar sus nuevos conocimientos a los materiales en situaciones de importancia. Se trata de estimular “el aprendizaje por descubrimiento”. El aprendizaje por descubrimiento implica que tengas que hallar la información, reunida, organizada y registrada a partir de una variedad de fuentes y que no te quedes sólo con la información del profesor, de tu libro de texto o de tu antología. A partir de lo que ya sabes, debes descubrir algo nuevo y significativo para ti, en las diferentes asignaturas. 3) Ejercicio de Lectura: Saint-Exupéry, Antoine. “El Principito” XXI Entonces apareció el zorro: —¡Buenos días! —dijo el zorro. —¡Buenos días! —respondió cortésmente el principito que se volvió pero no vio nada. 7 —Estoy aquí, bajo el manzano —dijo la voz. —¿Quién eres tú? —preguntó el principito—. ¡Qué bonito eres! —Soy un zorro —dijo el zorro. —Ven a jugar conmigo —le propuso el principito—, ¡estoy tan triste! —No puedo jugar contigo —dijo el zorro—, no estoy domesticado. —¡Ah, perdón! —dijo el principito. Pero después de una breve reflexión, añadió: —¿Qué significa "domesticar"? —Tú no eres de aquí —dijo el zorro— ¿qué buscas? —Busco a los hombres —le respondió el principito—. ¿Qué significa "domesticar"? —Los hombres —dijo el zorro— tienen escopetas y cazan. ¡Es muy molesto! Pero también crían gallinas. Es lo único que les interesa. ¿Tú buscas gallinas? —No —dijo el principito—. Busco amigos. ¿Qué significa "domesticar"? —volvió a preguntar el principito. —Es una cosa ya olvidada —dijo el zorro—, significa "crear vínculos... " —¿Crear vínculos? —Efectivamente, verás —dijo el zorro—. Tú no eres para mí todavía más que un muchachito igual a otros cien mil muchachitos y no te necesito para nada. Tampoco tú tienes necesidad de mí y no soy para ti más que un zorro entre otros cien mil zorros semejantes. Pero si tú me domesticas, entonces tendremos necesidad el uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo, yo seré para ti único en el mundo... —Comienzo a comprender —dijo el principito—. Hay una flor... creo que ella me ha domesticado... —Es posible —concedió el zorro—, en la Tierra se ven todo tipo de cosas. —¡Oh, no es en la Tierra! —exclamó el principito. El zorro pareció intrigado: —¿En otro planeta? —Sí. —¿Hay cazadores en ese planeta? —No. —¡Qué interesante! ¿Y gallinas? —No. —Nada es perfecto —suspiró el zorro. Y después volviendo a su idea: —Mi vida es muy monótona. Cazo gallinas y los hombres me cazan a mí. Todas las gallinas se parecen y todos los hombres son iguales; por consiguiente me aburro un poco. Si tú me domesticas, mi vida estará llena de sol. Conoceré el rumor de unos pasos diferentes a todos los demás. Los otros pasos me hacen esconder bajo la tierra; 8 los tuyos me llamarán fuera de la madriguera como una música. Y además, ¡mira! ¿Ves allá abajo los campos de trigo? Yo no como pan y por lo tanto el trigo es para mí algo inútil. Los campos de trigo no me recuerdan nada y eso me pone triste. ¡Pero tú tienes los cabellos dorados y será algo maravilloso cuando me domestiques! El trigo, que es dorado también, será un recuerdo de ti. Y amaré el ruido del viento en el trigo. El zorro se calló y miró un buen rato al principito: —Por favor... domestícame —le dijo. —Bien quisiera —le respondió el principito pero no tengo mucho tiempo. He de buscar amigos y conocer muchas cosas. —Sólo se conocen bien las cosas que se domestican —dijo el zorro— . Los hombres ya no tienen tiempo de conocer nada. Lo compran todo hecho en las tiendas. Y como no hay tiendas donde vendan amigos, los hombres no tienen ya amigos. ¡Si quieres un amigo, domestícame! —¿Qué debo hacer? —preguntó el principito. —Debes tener mucha paciencia —respondió el zorro—. Te sentarás al principio un poco lejos de mí, así, en el suelo; yo te miraré con el rabillo del ojo y tú no me dirás nada. El lenguaje es fuente de malos entendidos. Pero cada día podrás sentarte un poco más cerca... El principito volvió al día siguiente. —Hubiera sido mejor —dijo el zorro— que vinieras a la misma hora. Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde; desde las tres yo empezaría a ser dichoso. Cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré. A las cuatro me sentiré agitado e inquieto, descubriré así lo que vale la felicidad. Pero si tú vienes a cualquier hora, nunca sabré cuándo preparar mi corazón... Los ritos son necesarios. —¿Qué es un rito? —inquirió el principito. —Es también algo demasiado olvidado —dijo el zorro—. Es lo que hace que un día no se parezca a otro día y que una hora sea diferente a otra. Entre los cazadores, por ejemplo, hay un rito. Los jueves bailan con las muchachas del pueblo. Los jueves entonces son días maravillosos en los que puedo ir de paseo hasta la viña. Si los cazadores no bailaran en día fijo, todos los días se parecerían y yo no tendría vacaciones. De esta manera el principito domesticó al zorro. Y cuando se fue acercando el día de la partida: —¡Ah! —dijo el zorro—, lloraré. —Tuya es la culpa —le dijo el principito—, yo no quería hacerte daño, pero tú has querido que te domestique... —Ciertamente —dijo el zorro. —¡Y vas a llorar!, —dijo él principito. —¡Seguro! —No ganas nada. —Gano —dijo el zorro— he ganado a causa del color del trigo. 9 Y luego añadió: —Vete a ver las rosas; comprenderás que la tuya es única en el mundo. Volverás a decirme adiós y yo te regalaré un secreto. El principito se fue a ver las rosas a las que dijo: —No son nada, ni en nada se parecen a mi rosa. Nadie las ha domesticado ni ustedes han domesticado a nadie. Son como el zorro era antes, que en nada se diferenciaba de otros cien mil zorros. Pero yo le hice mi amigo y ahora es único en el mundo. Las rosas se sentían molestas oyendo al principito, que continuó diciéndoles: —Son muy bellas, pero están vacías y nadie daría la vida por ustedes. Cualquiera que las vea podrá creer indudablemente que mí rosa es igual que cualquiera de ustedes. Pero ella se sabe más importante que todas, porque yo la he regado, porque ha sido a ella a la que abrigué con el fanal, porque yo le maté los gusanos (salvo dos o tres que se hicieron mariposas ) y es a ella a la que yo he oído quejarse, alabarse y algunas veces hasta callarse. Porque es mi rosa, en fin. Y volvió con el zorro. —Adiós —le dijo. —Adiós —dijo el zorro—. He aquí mi secreto, que no puede ser más simple: sólo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible para los ojos. —Lo esencial es invisible para los ojos —repitió el principito para acordarse. —Lo que hace más importante a tu rosa, es el tiempo que tú has perdido con ella. —Es el tiempo que yo he perdido con ella... —repitió el principito para recordarlo. —Los hombres han olvidado esta verdad —dijo el zorro—, pero tú no debes olvidarla. Eres responsable para siempre de lo que has domesticado. Tú eres responsable de tu rosa... —Yo soy responsable de mi rosa... —repitió el principito a fin de recordarlo. 1.3. EL ARTE DE ESTUDIAR De los recursos con que cuentas, como estudiante, para el logro de los objetivos de estudios profesionales, el estudio es uno de los más importantes. El estudio es uno de los recursos que nos permite apropiarnos de información. La cultura, en sus diversas manifestaciones, la encontramos procesada en libros; por ello, el saber estudiar, el hábito de la lectura, es una herramienta indispensable para todo estudiante universitario. Pero desgraciadamente son pocos los estudiantes que tienen hábito de estudio, de lectura, por eso se apropian de poca información profesional. La lectura es intrascendente, 10 inapropiada u ocasional (exámenes), pero no un verdadero hábito que enriquezca su acervo cultural. Aunque tú no lo creas, la carencia del hábito de estudio, afecta también tu manera de pensar y de vivir. Porque la adquisición de un verdadero hábito de estudio redundará también en poner orden a tu vida, en una mejor organización de tu vida cotidiana, en una mayor productividad. El hábito de estudio te ayudará a adquirir una metodología o disciplina de trabajo para la vida. La lectura te ayuda a pensar, a vivir. A propósito de aprender a vivir, checa el siguiente caso: “Obligada a usar el cerebro” Con la ayuda de un manual de instrucciones, una mujer estuvo durante horas tratando de armar un aparato doméstico que acababa de comprar. Finalmente se rindió y dejó las piezas esparcidas encima de la mesa de la cocina. Imagínese la sorpresa que se llevó cuando, al cabo de varias horas regresó a la cocina y comprobó que la señora, asistenta doméstica, había montado el aparato y que éste funcionaba a la perfección. “¿Cómo diablos lo has hecho?” Le preguntó asombrada. “verá señora… cuando uno no sabe leer se ve obligado a emplear el cerebro”… le respondió tranquilamente. 1.3.1. El estudio crítico Se trata de una lectura que genere conocimiento, de una elaboración, de una construcción del conocimiento. Dice Piaget que la inteligencia es una realidad que se construye a través de la operatividad. Lo mismo podemos decir de la elaboración de conocimientos, es decir, actuar inteligentemente. Se ha dicho además que el pensamiento crítico es tan importante como conservar la buena salud. Es decir, así como la salud no se limita a la ausencia de enfermedades, sino, sobre todo, precisa de la actividad del desarrollo de la persona; así también la inteligencia necesita estar en ejercicio constante para mantenerse en forma y esto se logra construyendo, elaborando, creando, recreando el conocimiento. No se trata solamente de memorizar fechas, conceptos, conocimientos; sino operando sobre el conocimiento de la historia, su trascendencia. La actividad crítica también se desarrolla en las dudas, preguntas, en el querer saber más, en las inquietudes, en el deseo de hallar nuevas respuestas. La capacidad de estudiar de manera crítica va “emparentada” con el modo de vivir de alguien que aprende cada día, no tan sólo de la lectura, sino también de cualquier experiencia que vive. La diferencia de aprender y “ser enseñado”, es que en lugar de crecer y desarrollarte, te limitas a envejecer, en lugar de vivir vegetas en la inercia de la vida. 11