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Sanar sanando

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SANAR SANANDO
PRESENTADO POR:
EMILE TOUFIK ELAM MÉNDEZ
CEAD OCAÑA, NORTE DE SANTANDER
TUTOR:
HÉVER MÍGUEZ
UNIVERISAD NACIONAL ABIERTA Y A DISTANCIA
MAESTRÍA EN COMUNICACIÓN
MEDIACIÓN CULTURAL
marzo de 2017
INTRODUCCIÓN
William Ospina, en Lo que le falta a Colombia logra deducir, después de una disquisición
en la que describe y analiza algunos de los rasgos más particulares de nuestra sociedad,
que los colombianos no podremos pensar como una solo pueblo, y por tanto construir un
futuro unidos, hasta que no superemos una de las barreras más sólidas que impiden la
construcción de una idea de nación: no reconocernos en el otro, no reconocer nuestra
cultura y negar nuestro origen. Tres ideas que resumen el espíritu de la mediación.
Ya Marx había entendido el concepto, desde su materialismo histórico, expresando con el
la relación teleológica de dependencia mutua; y Stuart Hall denomina teoría de la
articulación a la capacidad de los sujetos de empoderar a otros para construir sentido.
Precisamente, esa construcción de sentido es la que logra María Yolanda Páez, como
lideresa del barrio Colinas de la Provincia y fundadora de la Asociación de Mujeres
Ocañeras Víctimas Construyendo Paz – ASMOVICP, al orientar permanentemente a las
mujeres que hacen parte de la Asociación y aquellas otras que, sin pertenecer a ella,
llegan solicitando un consejo o simplemente alguien que sea capaz de escuchar.
Desde el curso de mediación cultural, pretendo evidenciar esa construcción de sentido
que logra Yolanda en Colinas de la Provincia y como logra, a partir de su
autoreconocimiento, el empoderamiento de las mujeres que guía y representa.
El ensayo, entonces, pondrá en relación la historia de Yolanda a la luz de un acervo
teórico y epistemológico que pueda explicar y hallar sentido a la mediación de esta
lideresa que perteneció a la guerrilla y fue víctima de delitos sexuales, pero que logró
enfrentar con dignidad y resistencia su pasado para ayudar a otras mujeres a sanar las
hondas heridas de la guerra.
SANAR SANANDO
Por: Emile Elam
Yolanda Páez es una de las 250.649 (Registro Único de Víctimas, 2017) personas que
sufrieron el desplazamiento forzado en Norte de Santander. Como muchas otras mujeres
que como ella padecieron el fragor de la guerra, vive actualmente en uno de los sectores
más deprimidos de Ocaña: el barrio Colinas de la Provincia, un asentamiento humano
originado por la migración constante de personas que escaparon de su terruño para
proteger su vida y las de su familia, la gran mayoría de ellas, provenientes del Catatumbo.
Grupos armados ilegales como las Farc, el Eln y el Epl han hecho presencia en el
Catatumbo desde hace varias décadas, con mayor incidencia del Eln, quien ha logrado
forjar una sólida base social en el territorio. Todos los grupos al margen de la ley están
asociados al cultivo de hoja de coca, una de las principales fuentes de ingreso de los
campesinos de la región.
En fin, la estela de criminalidad que ha dejado el conflicto armado está tan marcada como
sus consecuencias, y de eso sí que conoce Yolanda, quien ha superado el dolor y las
heridas de guerra y hoy es una lideresa que apoya a otras mujeres víctimas del conflicto
armado interno, a través de la Asociación de Mujeres Ocañeras Víctimas Construyendo
Paz – ASMOVICP que fundó después de recibir las primeras capacitaciones sobre
derechos humanos y ley de víctimas, entre otros, y con la que ha logrado capacitar a
muchas mujeres que buscaban en los consejos de Yolanda y su experiencia una forma de
dignificar su vida y encontrarle nuevamente un sentido.
Al contrario de las “mayorías silenciosas” de las que habla Hall (2010, 84) a Yolanda no la
despojaron de los medios de enunciación, al contrario, ella ha luchado infatigablemente
para empoderarse y empoderar a otras, capacitándolas para empezar a hacer algún
sentido o inteligibilidad de su situación histórica (85).
Para continuar con los presupuestos de los Estudios Culturales, la historia de Yolanda es
un fiel ejemplo de lo que Gramsci llamó contrahegemonía, es decir, cuando las personas
(audiencias) utilizan los mismos recursos y las mismas estrategias que los grupos
sociales dominantes (West & Turner, 2005, 327), como una forma de negociar los
mensajes de esa clase dominante o de rechazarlos.
Yolanda ronda por los 50 años y tiene ya dos nietos de su hija mayor, producto de una
violación más de 20 años atrás, cuando integró las filas de la guerrilla, por, según ella,
escapar del maltrato de su madre. La joven Yolanda, era una mujer fuerte y constestaria,
irreverente y seducida por la aventura. Hoy conserva esa fortaleza y ese espíritu
aguerrido que la impulsa a reconocerse como sujeto cultural, que para Edmond Cros
parte de un proceso de identificación que se fundamenta en la relación entre el yo y los
otros ( 2003, 21) y que:
...forma parte, ante todo, de la problemática de la apropiación del lenguaje en sus
relaciones con la formación de la subjetividad, por una parte y con procesos de
socialización, por otra. El sujeto no se identifica con el modelo cultural, al contrario,
es ese modelo cultural lo que le hace emerger como sujeto (22).
En ese sentido, podemos utilizar el término mediación como lo utilizaba Marx, es decir,
una relación de dependencia mutua, en el que cada proceso (producción y consumo)
encuentra su fin en el otro (Hall, 2010, 108). La lucha de Yolanda y de las mujeres a las
que ha intentado devolver su dignidad a través de programas de formación cívica y
comunitaria, se puede inscribir en lo que Hall denomina el problema de la ideología.
Siempre existirá un debate entre las formas sociales que aprisionan a estas mujeres y las
conducen a situaciones de vulnerabilidad extrema y las ideas que “se conectan con una
constelación particular de fuerzas sociales”, que se traduce en una lucha social
(ideológica) general por el dominio y el liderazgo: en una palabra, por la hegemonía (...)
que es el proceso por el cual se construye un bloque histórico de fuerzas sociales y se
asegura su ascendencia (150 – 151).
Esta mediación que ejemplifica Yolanda, y que da cuenta primero de un fenómeno de
migración y de desarraigo, y después de un proceso de reencuentro y reconocimiento se
replica alrededor del mundo. Es una variable que no cambia en la línea de tiempo de la
humanidad. Así las cosas, es posible afirmar que Yolanda es una mujer cosmopolita, una
mujer del mundo, en la medida que soporta como muchas otras los embates de las
guerras promovidas por los poderes dominantes y que como ellas logran un
empoderamiento que solo es posible desde la interacción y la participación, desde la
resistencia y la hibridación cultural que permiten enfrentar con dignidad su situación.
Barbero lo explica así:
Este proceso de inclusión/exclusión a escala planetaria está convirtiendo la cultura
en espacio estratégico de compresión de las tensiones que desgarran y
recomponen el “estar juntos”, y en lugar de anudamiento de sus crisis polit́ icas y
económicas con las religiosas y étnicas. De ahí que sea desde la diversidad
cultural de las historias y los territorios, desde las experiencias y las memorias,
desde donde no sólo se resiste, sino, también, se interactúa con la globalización, y
desde donde se acabará por transformarla (2012, 22).
Pero Yolanda sueña con una biblioteca en su casa. Ya tiene lo más importante: los libros;
pero no tiene donde acomodarlos, por ahora reposan en una habitación oscura guardados
en unas grandes cajas de cartón, frente al comedor de su casa. El sueño se extiende
hasta la primera habitación de su casa arrendada, donde proyecta la primera biblioteca
comunitaria del barrio y de Ocaña, en la que no solo puede capacitar a las mujeres, sino a
los niños, quienes también la consultan para hacer las tareas escolares. Por ahora,
seguirá ayudando a todos aquellos en Colinas de la Provincia que necesiten una voz de
aliento, una voz fuerte, una guía inexorable, pero al mismo tiempo tierna y comprensiva.
Una madre, una luchadora, una líder.
La lucha y resistencia de Yolanda es ejemplo para muchas. Su obra silenciosa logra
cautivar a quien la escucha o se entera de ella. Por ello, el proceso que propongo es
relatar su historia a la luz de las teorías que desarrollan el concepto de mediación cultural,
quizás así pueda yo también comprender un proceso de mediación o articulación desde la
práctica y desde el autoreconocimento en el propio relato de Yolanda.
Por ello, se debe, para iniciar dicho proceso, comprender a Yolanda como un sujeto
cultural que es víctima, líder y mediadora de su pasado y su presente. Pero que piensa su
futuro desde el reconocimiento de los otros y las otras.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Cros, E. (2003) El sujeto cultural. Sociocrítica y psicoanálisis. Medellín, Colombia : Fondo
Editorial Universidad Eafit.
En el Catatumbo se sembró coca con recursos del Gobierno. (9 de marzo de 2017).
Región. La Opinión. Recuperado de: http://www.laopinion.com.co/region/en-el-catatumbose-sembro-coca-con-recursos-del-gobierno-129458#ATHS
Grupo Chaski (Productora) & Espinoza, F. (Director) (1982). Gregorio [Película]. Perú:
Grupo Chaski, Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=-K8Q1fMcEok
Hall, S. (2010). Contribuciones a la teoria
́ social: no-esencialismo, hegemonia
́ e ideologia
́ .
En: Sin garantia
́ s: Trayectorias y problemáticas en estudios culturales. Parte II (pp. 73 254). Instituto de estudios sociales y culturales Pensar, Universidad Javeriana, Instituto de
Estudios Peruanos, Universidad Andina Simón Boliv́ ar, sede Ecuador, Envión Editores.
Recuperado de: http://perio.unlp.edu.ar/catedras/system/files/stuart_hall__sin_garantias.pdf
Martin
́ -Barbero, J. (2012) Comunicación y cultura mundo: nuevas dinámicas mundiales de
lo cultural. En Signo y Pensamiento N. Universidad Javeriana. (pp. 20-34) Recuperado de
http://revistas.javeriana.edu.co/index.php/signoypensamiento/article/viewFile/2506/1776
Registro Único de Víctimas. Personas. Desplazados. Consultado el 23/03/17 En:
http://rni.unidadvictimas.gov.co/RUV
West. R & Turner L. (2005). Estudio culturales. En: Teoría de la comunicación: análisis y
aplicación. Capítulo 21 (p. 321-334). Madrid, España: McGraw Hill.
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