LAS ZONAS POLARES El descubrimiento del Polo Norte en 1909 y del Polo Sur en 1911, desarrollaron un conjunto de intereses políticos, económicos, estratégicos y militares de los Estados en ambas zonas. La importancia del Ártico atrajo paralelamente hacia la Antártida la atención de distintos Estados, lo que llevaría a transformarla también en un área de eventuales enfrentamientos internacionales. El Ártico En cuanto a su territorio, no existe una delimitación precisa, y para ello se han manejado diversos criterios como: El Círculo Polar Ártico; el límite de las tierras permanentemente heladas; el de la extensión de la masa de hielo; el de la extensión de la vegetación; y el de la isoterma de 10°C en julio. Igualmente, ninguno de estos criterios posee rigor científico, aceptación general ni valor jurídico. En el Ártico como en la Antártida los modos tradicionales de adquisición de soberanía territorial no pudieron ser aplicados en la forma habitual, razón por la cual los Estados recurrieron a criterios complementarios como la continuidad o la contigüidad, o a nuevos criterios derivados de ellos. La jurisprudencia internacional no ha aceptado dar a la continuidad o a la contigüidad del territorio un efecto directo, a los fines de la adquisición de soberanía territorial, considerándolas solo para determinar el grado deseable de efectividad del medio de que se trate. En este sentido, se planteó para el Ártico la “teoría del sector”, formulada en el Parlamento canadiense en 1907, y acogida en 1925; También fue adoptada por la Unión Soviética en 1926; Estados Unidos, Noruega, Finlandia y Dinamarca no la han aceptado. La Teoría del Sector establece que todo Estado que, rebasando el Círculo Polar Ártico poseyera una zona litoral en el Océano Glacial Ártico, tendría el derecho de extender la soberanía a todas las tierras descubiertas o no, comprendidas en un triángulo esférico que tuviera por base dicho litoral, por vértice el Polo Norte, y por lados, los meridianos que partiendo del Polo, cortaran dicho litoral en sus extremos este y oeste. Esto determina la existencia de un sector que delimita los territorios sobre lo que se reivindica soberanía, prescindiendo de la real existencia de títulos adquiridos por los medios tradicionales, y sin perjuicio del mar que comprenda, congelado o no. 1 La doctrina del sector es la más adaptable para esta región; constituye un principio de delimitación pacíficamente admitido, justificada por la existencia de una autoridad efectiva que tiende al establecimiento de un orden, que permite la determinación precisa de las áreas de soberanía de Estados vecinos. Esta teoría no es una doctrina generalmente aceptada en Derecho Internacional, ni un método reconocido de adquisición de soberanía; sin embargo, en el Ártico ha tenido utilidad práctica por cuanto su “status quo” territorial ha sido reconocido por los Estados. La Antártida A diferencia del Ártico, la Antártida constituye un continente formado principalmente por dos masas continentales unidas por un manto de hielo de aspecto casi circular, rodeado de archipiélagos e islas, en cuyo centro se encuentra el polo geográfico, circundada por inmensos mares. Es el continente más remoto, más frio, más seco, más ventoso, más desértico, menos accesible y conocido, sin población autóctona ni mamíferos terrestres. Su fauna son pájaros y mamíferos marinos, pingüinos, focas, y cetáceos. El interior del continente es desértico, sin vida animal o vegetal de importancia. El Círculo Polar Antártico engloba casi todo el continente y parte importante de sus mares; deja afuera parte de la península antártica e islas que pertenecen al área. Otro criterio delimitatorio que se aplica de acuerdo a la materia es el de la “Convergencia Antártica”, que es la zona donde las aguas frías antárticas se mezclan con las más cálidas, provenientes de los mares del norte. En el transcurso de la historia, los Estados comienzan a demostrar interés en el área antártica, y buscan extender gradualmente su soberanía sobre ella. Varios son los Estados que han tratado de reivindicar la soberanía territorial, pero las mismas han presentado problemas, como por ejemplo de superposición. En cuanto a la aplicación de la Teoría del Sector, sirvió para delimitar las diferentes reclamaciones; como principio de Derecho Internacional, esta teoría es inaceptable para conferir soberanía territorial. Si bien Estados Unidos de Norte América y la Unión Soviética han realizado expediciones desde el siglo XIX, y han desarrollado múltiples actividades exploratorias y científicas, no han realizado reclamaciones territoriales ni han reconocido la de otros Estados. 2 Bélgica, Japón y Sudáfrica tampoco han reivindicado territorio, pero dada su contigüidad, descubrimientos, expediciones, u otras actividades, tienen intereses científicos, económicos, estratégicos y políticos en el área. Sistema del Tratado Antártico A partir de la década del 1950 la Antártida fue objeto de enfrentamientos internacionales. En 1957 se organizó el año geofísico internacional, programa dirigido por científicos, destinado a investigaciones científicas en la Antártida, sin carácter político ni reclamaciones territoriales. Se instalaron 55 estaciones de investigación; los científicos extrajeron conocimiento de aplicación práctica para toda la humanidad, como lo relativo a radiocomunicaciones y pronóstico del tiempo. Estos científicos de diferentes naciones cooperaban entre sí, intercambiando información. De a poco otros Estados fueron demostrando interés por la Antártida. En mayo de 1958, USA invita a los gobiernos de Argentina, Australia, Bélgica, Chile, Francia, Japón, Nueva Zelandia, Noruega, Reino Unido, Sudáfrica, y Unión Soviética para una conferencia para elaborar un tratado. En diciembre de 1959 estos Estados aprueban el Tratado Antártico que entró en vigencia en junio de 1961. En el preámbulo vemos sus dos objetivos: el uso pacífico del área y la libertad de investigación científica en régimen de cooperación. En cuanto al uso pacífico del área, se prohíbe toda actividad agresiva, incluida cualquier medida militar. El personal o equipo militar solo puede emplearse para investigaciones científicas u otros fines pacíficos. Se prohíbe toda explosión nuclear y la eliminación de desechos radioactivos. Sí se permite el uso de energía nuclear con fines pacíficos, como el que se utiliza para la provisión de energía. La neutralización, no militarización y no nuclearización del arma representa una situación novedosa e innovadora. En cuanto a la libre investigación científica en el régimen de cooperación, ha sido la principal actividad desarrollada por los Estados. Esta libertad tiene limitaciones a fin de proteger el medioambiente, de compatibilizarlo con otros usos permitidos, hacer efectivo el objetivo de la cooperación y coordinar las actividades científicas. Este tratado establece los siguientes principios: Régimen de Intercambios: A efectos de promover la cooperación internacional en la investigación científica. Régimen de Informaciones: Entre las partes contratantes; referente a las actividades que se desplieguen. 3 Régimen de Inspecciones: Cualquiera de las partes podrá designar observadores cuyos nombres, comienzo y cese de funciones deben comunicarse a las otras partes, con el fin de promover los objetivos y asegurar la aplicación del tratado. Estos observadores tienen total libertad para las inspecciones. Congelamiento de las Reclamaciones: El tratado no resuelve el tema de las reclamaciones territoriales, sino que solo “alcanza un acuerdo sobre el desacuerdo”. Jurisdicción: Las personas estarán sometidas solo a la jurisdicción de la parte contratante de la cual sean nacionales, en lo referente a las acciones u omisiones que tengan lugar mientras se encuentren en la Antártida con el fin de ejercer sus funciones. Ámbito de aplicación del tratado: El tratado se aplica a la región situada al sur de los 60 grados de latitud sur, incluidas todas las barreras de hielo, y agrega que nada en el tratado perjudicará o afectará los derechos o el ejercicio de los derechos de cualquier Estado conforme al Derecho Internacional en lo relativo a alta mar, dentro de esa región. Estructura Institucional: Se celebra en reuniones consultivas, las que son el único órgano previsto originariamente en el tratado; es de naturaleza intergubernamental, y trabaja sobre el principio del consenso. Estas reuniones se vienen cumpliendo en forma ininterrumpida desde 1961, en forma anual, actualmente. En el año 2001 se creó una secretaría dependiente de la Reunión Consultiva, con sede en Buenos Aires y con personalidad jurídica internacional para colaborar, coordinar, y realizar las crecientes actividades relacionadas con la Antártida. Miembros del tratado: Hay 3 categorías de Estados integrantes: Miembros consultivos originarios: Son los 12 Estados signatarios y partes originarias del tratado. Son Miembros plenos de las reuniones consultivas, y participan activamente en el consenso que las rige. Partes adherentes: Son las que ingresan al tratado, pero no desarrollan actividades efectivas, y si bien pueden intervenir activamente en el funcionamiento del régimen, no participan en la conformación del consenso en las reuniones consultivas. Son 20 Estados, pero está abierto a otros Estados que deseen adherir y sean miembros de las Naciones Unidas. Miembros Consultivos admitidos: Son los Estados adherentes transformados por haber demostrado interés en la Antártida, mediante la realización de investigaciones científicas de importancia, como el establecimiento de una estación científica o el envío de una expedición científica. Son Estados que se transformaron en miembros plenos de las 4 reuniones consultivas y participan en el consenso. Uruguay es uno de ellos. Conformación y desarrollo del Sistema del Tratado Antártico: Si bien al comienzo estos dos Estados consultivos originarios se aislaron, contrariando la sustancia universalista del tratado, poco a poco comenzaron un proceso de integración, y gradualmente se fueron abriendo al funcionamiento del régimen, intensificándose la difusión de la información y de las actividades desarrolladas, haciendo más transparente su acción, y favoreciendo el ingreso de nuevos miembros, adherentes y consultivos, y su eventual participación en las reuniones consultivas. Por otro lado, la propia Antártida exige a los seres humanos y a los Estados una actividad colectivizada y en cooperación. Las partes integrantes del tratado gestaron una política de captación, para atraer al régimen a los Estados que lo controvirtieron o que pretenden desconocerlo. Por un lado, la adhesión al tratado es abierta, pero el ingreso como miembro consultivo es riguroso. El sistema del tratado Antártico está constituido por: el Tratado Antártico, las medidas, resoluciones y decisiones de las reuniones consultivas, los instrumentos complementarios, y las medidas tomadas en virtud de ellos. Este sistema atiende las modificaciones e innovaciones que requiere en la actualidad la regulación jurídica, científica y técnica en la Antártida. Este sistema trajo aparejado nuevos objetivos antárticos. Éstos son: o Protección del medioambiente antártico o Explotación selectiva de recursos antárticos o Desarrollo de nuevas actividades antárticas, como el turismo y actividades no gubernamentales o Difusión de los valores intrínsecos de la Antártida, su vida silvestre, y sus valores estéticos Uruguay ingresó como Miembro Consultivo el 7 de octubre de 1985, realizando la instalación de la Base Científica Antártica Artigas en la Isla Rey Jorge el 22 de diciembre de 1984. Uruguay también opera la Estación Científica Antártica TN Ruperto Elichiribrhety; es miembro activo de la “Convención sobre la conservación de los recursos marinos vivos antárticos”, desarrolla actividades científicas y participa en el funcionamiento de todos los componentes del sistema, en especial de las reuniones consultivas. 5