La "fuerza" de la oscuridad Por Yanki Tauber La oscuridad es nada... Pero la oscuridad es una fuerza. Es la fuerza de la nada, la fuerza más poderosa de la naturaleza. Y Di-s le dijo a Moisés: "Levanta tu mano hacia cielo para que haya oscuridad sobre la tierra de Egipto – y la oscuridad se tornará más palpable" Éxodo 10:21 Oscuridad, por definición, es meramente ausencia de luz. Pero la oscuridad puede llegar a ser tan pesada hasta volverse palpable. En Egipto, la oscuridad creció "espesa como una moneda" a tal punto que "ningún hombre pudo moverse de su lugar durante tres días". "Hay tres tipos de oscuridad," escribe a Rabeinu Bajaiei en su comentario de la Tora. "Hay una espesa oscuridad (alata) del "Pacto entre las partes" (en el cual Di-s predijo a Abraham el destierro de Israel - ver Génesis 15:17); hay una oscuridad palpable (el afeila) de la novena plaga en Egipto; y hay una oscuridad que brilla débilmente, (arafel) en la entrega de la Torá, dónde está escrito "Y Moisés se acercó a la tiniebla donde estaba Elokim" (Éxodo 20:18). La oscuridad es nada. Pero la oscuridad es una fuerza. Es la fuerza de la nada, la fuerza más poderosa de la naturaleza. Existe, así como Di-s la creó, con una lujuria insaciable por ser, por estar presente, por vivir. Al crear una ausencia, el vacío se llenará con una ferocidad que ninguna otra fuerza activa puede igualar. En 1977, el Lubavitcher Rebe sufrió un ataque cardíaco en medio de la alegre celebración de la festividad de Shemini Atzeret. Por primera vez en décadas, sus jasidim bailaron con los pergaminos de la Tora en Simjat Tora sin su Rebe. La ausencia de su brillo destrozó el corazón de cada jasid: bailamos y lloramos, lloramos y bailamos. El Rebe que estaba siendo tratando en su estudio miró a uno de los médicos extrayendo una muestra de sangre con una jeringa, y envió el siguiente mensaje a sus discípulos: una jeringa crea un vacío que obliga al espacio vaciado a llenarse con sangre; así también, ante una situación de perdida o ausencia, la persona no debe sentirse deprimida. Debe aprovechar esa sensación de vacío como impulso para llegar a logros más importantes. La oscuridad es nada. Su nada es lo que la hace tan extraña, tan paralizante y finalmente es un lugar de infinito potencial con la fuerza para traerlo a la fruición. Según la ley judía una vez que algo haya sido hecho tres veces es considerado como permanente. Eso es llamado "Jazaká". “Tres es una jazaká (certeza)”, dice la tradición judía. En otras palabras, sólo cuando algo se ha repetido tres veces, tiene el elemento de certeza, de durabilidad; uno puede confiar en su estabilidad. Los nietos son la tercera generación; confirman el judaísmo de la primera. La transmisión requiere una próxima generación biológica, pero eso no basta; la biología es modelada por la espiritualidad, el ser es impelido hacia el otro, la ceguera del presente hacia una visión del futuro.