La historia, los hombres y el tiempo 1. La elección del historiador La historia es tan antigua que incluso los sociólogos de la escuela durkheomiana lo admiten. Es ahí, donde arrojan los hechos humanos, considerados a la vez los más superficiales y los más fortuitos, que reservan a la sociología todo lo que les parece susceptible al análisis racional. Es decir, que la historia se basa en esos hechos humanos relevantes para su desenvolvimiento. Su peligro más grande consiste en no definir cuidadosamente si no con el único fin de delimitar lo mejor. 2. La historia y los hombres “La historia es una ciencia del pasado”, es una forma de hablar. Sin embargo, la ciencia histórica abarca mucho más que eso, los hombres son la historia, cada hecho, cada suceso, cada decisión de un hombre dio paso a su estudio y análisis de lo que ahora conocemos. Porque sin hombres, actualmente, no habría historia. 3. El tiempo histórico “Ciencia de los hombres” pero es muy vaga todavía. A contar de los hombres en el tiempo. El número de segundos de años o de ciclo que exige un cuerpo radiactivo para convertirse en otros cuerpos. Es un dato fundamental. Al historiado le interesa mucho más señalar el lugar y tiempo exacto. 4. El ídolo de los orígenes Naturalmente los hombres hacen el pasado un tema de investigación. En esto te genera una obsesión de los orígenes en el desarrollo del pensamiento histórico. En todas las cosas humanas los orígenes merecen ser estudiado, antes que nada, La noción misma de este punto inicial aplicado a la mayoría de las realidades históricas sigue siendo singularmente huidiza. Cuando se habla de los orígenes son coma por naturaleza, inherentes a las investigaciones causales. En el vocablo corriente los orígenes un comienzo que explica peor aún que basta para explicar. Pero a todo estudio de la actividad humana amenaza el mismo error, confundir una filiación con una explicación. 5. Los límites de lo actual y de lo inactual Quienquiera atenerse al presente, a lo cual, no comprenderá lo actual. Él no explica todo el presente es el pasado totalmente inútil para explicarlo, los orígenes de las cosas presentes descubiertos en las cosas pasadas, porque, una realidad no se comprende nunca mejor que por sus causas. 6. Comprender el presente por el pasado En intervalos de una o 2 generaciones un cambio no solo muy rápido sino también total, la ignorancia del pasado no se limita a impedir el conocimiento del presente, sino que compromete, en el presente la misma acción. El hecho de conocer nuestro pasado da paso a que no se repitan los mismos errores, por lo menos, no de la misma manera. La historia nos abre el camino a un cambio, a nuevas decisiones, a ver la inmensidad de opciones que tenemos sobre un hecho igual o parecido a uno que se dio hace años, nos da oportunidad de mejorar nuestras opciones, pero claro, debemos conocer para asumir. 7. Comprender el pasado por el presente En esta facultad de captar lo vivo es en efecto la cualidad dominando el historiador. Sería un grave error pensar que los historiadores deben adoptar en tus investigaciones un mod en que este modelado por el de los acontecimientos. La vida es demasiado breve y los conocimientos que quieren lentamente. y la única historia verdadera que no se puede hacer sino en colaboración es la historia universal. Una ciencia no se define únicamente por su objeto. Tus límites cuenta fijados también por la naturaleza propia de tus métodos. El comprender el pasado por el presente es asumir. Asumir de que lo que conocemos se puede volver a repetir, no exactamente de la misma forma, pero se repite, es cíclico. Es ahí, donde conociendo nuestro presente, nuestra situación actual, lo podemos enlazar con un hecho del pasado, y es ahí, donde podemos evitar cometer errores, e incluso mejorar la decisión que se pudo tomar en el desenlace años anteriores.