El sistema jubilatorio en Argentina Hacia la universalización de las prestaciones Carla Degliantoni Registro N° 835.987 El Sistema Jubilatorio en Argentina: hacia la universalización de las prestaciones Contenido Introducción .................................................................................................................................... 3 Sección I.......................................................................................................................................... 4 El significado de la Seguridad Social .......................................................................................... 4 Modelos de Régimen de Estados de Bienestar y sistema previsional ......................................... 5 Breve historia del Estado y el sistema previsional argentino ...................................................... 6 Reforma previsional en los años noventa .................................................................................. 10 Sección II ...................................................................................................................................... 15 El Sistema Jubilatorio Argentino en la Post Convertibilidad .................................................... 15 Las Moratorias y sus efectos sobre la cobertura del Sistema Jubilatorio .................................. 15 La re-estatización de las AFJP’s ............................................................................................... 19 Políticas de Ingreso con los Adultos Mayores .......................................................................... 21 Sección III ..................................................................................................................................... 25 Cobertura y Financiamiento, enfoque desde derechos .............................................................. 25 Reforma: Pilar universal y contributivo con creación de nuevos impuestos ............................ 27 Conclusiones ................................................................................................................................. 30 Bibliografía ................................................................................................................................... 31 2 El Sistema Jubilatorio en Argentina: hacia la universalización de las prestaciones Introducción El objetivo de este trabajo es analizar la cobertura del sistema jubilatorio y las posibilidades de avanzar en su universalización. Con este objetivo, procuraremos realizar un breve repaso del Sistema Jubilatorio Argentino desde sus orígenes hasta la actualidad y evaluar la factibilidad de realizar una reforma orientada a lograr la universalización de las jubilaciones. En particular, nos enfocaremos en estudiar dos problemáticas: (i) el costo fiscal de la universalización y (ii) los potenciales mecanismos de financiamiento. La importancia de analizar la factibilidad de la universalización de las jubilaciones radica en tres ejes: (i) la necesidad de brindar protección a una población vulnerable, (ii) las transformaciones ocurridas en el mercado de trabajo en las últimas décadas y (iii) problemáticas de financiación que ha sufrido el régimen previsional en el contexto de los cambios que ha tenido el rol del Estado. El trabajo está estructurado de la siguiente forma. En la primera sección se presenta el marco teórico y repasaremos brevemente la historia del sistema, desarrollando más detenidamente los cambios que ocurrieron en materia de cobertura y financiamiento durante los ’80 y ’90. En la segunda sección analizaremos particularmente la cobertura y el financiamiento en la post convertibilidad. Por último, en la tercer sección focalizaremos el análisis en los dos grandes problemas que encontramos en el sistema jubilatorio e intentamos plantear una posible solución que contemple la universalización de la cobertura y que sea sustentable en términos financieros en el tiempo. 3 El Sistema Jubilatorio en Argentina: hacia la universalización de las prestaciones Sección I A fin de comprender los problemas por los que actualmente atraviesa el Sistema Jubilatorio Argentino (a partir de ahora SJA) analizaremos el surgimiento y la consolidación del mismo en el marco de las principales discusiones teóricas relacionadas con los posibles sistemas de previsión social. En particular, prestaremos especial atención a los problemas de cobertura y de financiamiento. El significado de la Seguridad Social La Seguridad Social es un sistema de protección para los miembros de la sociedad, comienza a regir antes que los mismos nazcan y perdura hasta después de su muerte. Este sistema se caracteriza por ser un medio de redistribución de ingresos entre los grupos sociales para tratar de disminuir las desigualdades que existen entre ellas. Asimismo, este sistema se enmarca dentro de los derechos humanos, más precisamente como un derecho social, donde el Estado funciona como garante a través de prestaciones dinerarias y/o servicios sociales para mitigar riesgos o contingencias. (ETS-CTA, 2009). Una definición ampliamente aceptada y elaborada por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en “Administración de la Seguridad Social” (1991) propone que: "[Seguridad Social] Es la protección que la sociedad proporciona a sus miembros mediante una serie de medidas públicas, contra las privaciones económicas y sociales que, de no ser así, ocasionarían la desaparición o una fuerte reducción de los ingresos por causa de enfermedad, maternidad, accidente de trabajo o enfermedad laboral, desempleo, invalidez, vejez y muerte y también la protección en forma de asistencia médica y de ayuda a las familias con hijos". Ahora bien, la Seguridad Social es también vista como un derecho humano, que como tal no hace diferencia de status, sexo o etnia y cuyos pilares son la universalidad y la igualdad. Dentro de este marco la Seguridad Social posee los siguientes principios: Solidaridad, Universalidad, Igualdad, Participación, Obligatoriedad, Integralidad, Inmediatez, Equidad colectiva, Unidad (OIT, 1952). Existen diferentes campos de acción dentro de la Seguridad Social. Éstos se reflejan en lo que se conoce como componentes de la Seguridad Social1. A continuación, enumeramos los mismos y especificamos los detalles de la Previsión social: o o Previsión Social Vejez (Jubilaciones y otros) 1 Los componentes de la Seguridad se rigen según las siguientes leyes: Ley 24.241 (SIPA), Ley 23.661 y Ley 19.032 (Sistema Nacional de Salud), Ley 24.557 (Riesgo de Trabajo), Ley 24.714 (Asignaciones Familiares) y Ley 24.013 y Ley 25.191 (Seguro de Desempleo). 4 El Sistema Jubilatorio en Argentina: hacia la universalización de las prestaciones o o o o o o Invalidez Sobrevivencia Salud Riesgos del trabajo Asignaciones familiares Asignaciones por desempleo Modelos de Régimen de Estados de Bienestar y sistema previsional Para comprender en qué marco teórico surge el SJA en la Argentina, es fundamental mencionar las visiones existentes de los modelos de Seguridad social asociados a diferentes regímenes de Estados de Bienestar (RB). Éstos nos permitirán comprender el origen de determinados rasgos en materia de Seguridad Social. El abordaje teórico de los regímenes de Estado de Bienestar nos permite conocer en profundidad las instituciones de carácter económico, político y social y sus modelos de Seguridad Social. Según Esping Andersen, existen tres tipos de regímenes de Estados de Bienestar: el Liberal, el Corporativista y el Social-Demócrata (1999). A su vez, ninguno de ellos se observa en estado puro en la realidad; muchas veces puede suceder que existan características de los tres modelos, donde alguno de ellos predominara sobre los demás. El primero de ellos, el Estado de Bienestar Liberal, se basa en una participación limitada del Estado para brindar asistencia solamente a los que se considera pobres. Así, el usuario (ciudadano) deberá comprobar esta condición para cobrar un beneficio de carácter asistencial y residual. El resto de la población accede a sus derechos sociales a través del mercado, ya que se entiende que el mercado es el agente que otorga los derechos más eficientemente. El modelo de Seguridad Social que se le asocia es el Asistencialista, con una muy baja capacidad redistributiva y desmercantilización2. En relación a la materia previsional, este régimen se caracteriza por aplicar un sistema basado en los ahorros individuales de cada individuo para protegerse cuando llegue a la vejez. Entre los países que se identifican con este modelo encontramos Estados Unidos y Australia. En segundo lugar, se encuentra el Estado de Bienestar Corporativo, que a diferencia del primero, otorga al Estado un rol predominante en la asignación de derechos. Por lo tanto, no se cuestiona el acceso a los derechos sociales ni el lugar del Estado como proveedor de los mismos. La particularidad de este régimen radica en que el acceso a los derechos sociales se encuentra ligado al status que poseen los individuos y a un Estado fuertemente mediado por corporaciones. Este modelo de Seguridad Social está basado en el seguro social, donde el trabajador asalariado es el eje del sistema. Se caracteriza tanto por una redistribución como desmercantilización intermedia. El sistema previsional asociado al régimen corporativo impone ciertos requisitos de accesibilidad: se financia con aportes y contribuciones de los trabajadores y sus empleadores. Típicamente, los países que poseen este régimen son los que se encuentran en Europa continental. 2 La desmercantilización es entendida como el conjunto de restricciones económicas, políticas y culturales (incluidas las de carácter ético) que limitan la entrada de bienes en la esfera mercantil, o intervenciones que extraen relaciones sociales de la misma. 5 El Sistema Jubilatorio en Argentina: hacia la universalización de las prestaciones Finalmente, el Estado de Bienestar Social-Demócrata, ubicado a las antípodas del régimen Liberal, se caracteriza por guiarse por los principios del universalismo y la desmercantilización de los derechos sociales. El Estado posee un rol sumamente importante, ya que es el garante de los derechos y el que otorga los beneficios y prestaciones. Aquí el sujeto de derecho es el ciudadano, por lo que los derechos no se asocian a las situaciones laborales ni de ingresos. En consecuencia, el modelo de seguridad social asociado al Estado SocialDemócrata es aquel cuyos cimientos son la ciudadanía misma, logrando de esta manera los máximos niveles de redistribución y desmercantilización El sistema previsional es de carácter universal, el cual permite el acceso de toda la población y se financia vía impuestos generales y al trabajo. Dinamarca, Noruega, Suecia son ejemplos de países donde se aplica este régimen. En el caso de Argentina, no puede afirmarse que haya predominado un solo modelo a lo largo de la historia. De hecho, los frecuentes cambios institucionales impusieron rupturas entre los distintos modelos. Sin embargo, a grandes rasgos, siguiendo a Ardanaz y Dvoskin (2008) se puede afirmar que entre 1870 y 1943 predominó un régimen liberal donde la seguridad social era de carácter asistencial. Luego, entre 1943 y 1976 rigió el Estado de Bienestar Corporativo en el que los derechos sociales fueron fuertemente vinculados al trabajo, con una seguridad social basada en seguros sociales. Entre 1976 y hasta 2004 se identifica la etapa del Estado Neoliberal en que se impulsaron varios cambios en materia de Seguridad Social, lo cual no impidió que se mantengan ciertos rasgos corporativos. Por último, las sucesivas reformas impuestas desde 2004 hacen pensar en una vuelta al modelo corporativo, aunque se observan al mismo tiempo medidas sociales, como la Asignación Universal por Hijo para Protección Social, que progresivamente toma ciertos aspectos del universalismo. Breve historia del sistema previsional argentino El Estado Nacional argentino se encontró a lo largo de su historia fuertemente tensionado por los intereses de las corporaciones y, según el momento del tiempo en que nos ubiquemos, el predominio de ciertas corporaciones influenció en el diseño del sistema previsional (Isuani, 1985). Es por ello que realizaremos un breve racconto de la historia del Sistema Previsional, más precisamente del Sistema Jubilatorio para ver cómo fue su evolución. Si bien relacionamos la evolución del sistema previsional con la del Estado de Bienestar, encontramos que el surgimiento del primero sucedió antes que la puesta en marcha del último. Sin embargo, su esencia corporativa está presente en su acto fundacional. A principios del siglo XX, se sancionan las primeras leyes que le brindaron la posibilidad de jubilarse a dos sectores que en aquel momento contaban con mucho poder: el sector Ferroviario y el de empleados de la Administración Nacional. Desde su nacimiento y hasta su centralización en 1968, el sistema se basó en beneficios vinculados a la rama laboral del beneficiario. Así, los gremios con mayor peso fueron los primeros en obtener dichos beneficios y a su vez, los que mejores haberes jubilatorios obtuvieron debido a la gran diversidad regulatoria del sistema en cuanto al acceso de los beneficios, edad jubilatoria, porcentaje de aportes, etc. (Isuani y San Martino, 1995). El criterio utilizado por el Sistema Jubilatorio en sus orígenes, fue el sistema de capitalización. Sin embargo, dados los problemas de financiamiento que sufrió el mismo, se optó progresivamente por un sistema de reparto. 6 El Sistema Jubilatorio en Argentina: hacia la universalización de las prestaciones Durante los gobiernos ejecutados en el período ‘43 a’52, se destaca el aumento de la cobertura del sistema. En 1955, año en el que es derrocado el presidente Perón, el sistema tenía una cobertura prácticamente universal3. En 1956, cuando se incorpora y se les brinda una cobertura a las empleadas domésticas, el Sistema Jubilatorio cubría a todo el universo de los trabajadores de la PEA (Goldberg y Lo Vuolo, 2006). Las incorporaciones que se dieron durante los gobiernos peronistas estuvieron vinculadas al reconocimiento por parte del Estado de los derechos de los trabajadores y a la presión de los gremios para lograr la equiparación de derechos con otros gremios que ya gozaban del beneficio de las jubilaciones. Fue durante el gobierno de Frondizi en 1958, que el Sistema sufrió reformas a través de la Ley Nº 14.499 que permitió a una menor progresividad, como la eliminación del escalonamiento de los beneficios, cuyo objetivo era poder brindar beneficios mayores para aquellos trabajadores con ingresos más bajos. Esta situación ocasionó que aquellos trabajadores con sueldos más altos accedan a mayores beneficios que trabajadores con menores sueldos, rompiendo así la lógica progresiva del sistema. A partir de esta reforma, se unificaron las cajas en tres jubilatorias4, rigiendo para todas ellas los mismos criterios de regulación, consolidando de esta manera el criterio de reparto como eje del sistema. La década del ’80, conocida como la década perdida, fue un período clave para el SJA. Durante este período se sucedieron ciertas reformas que condujeron a una seria crisis de financiamiento y a la imposibilidad de cubrir con los ingresos del sistema los beneficios establecidos. Esta situación dio origen a la crisis más profunda que vivió el SJA y que luego dio pie para la implementación de una reforma estructural en la década siguiente. La primera gran modificación que se llevó a cabo fue en 1982 y consistió en la eliminación de las contribuciones patronales como fuente de financiamiento del sistema. El gobierno militar decidió reemplazar esta fuente de financiamiento -característica de un sistema jubilatorio contributivo- por una renta general: el IVA (impuesto coparticipable). El argumento que se oía en aquel entonces como justificativo, era la necesidad de bajar los costos laborales para enfrentar los problemas macroeconómicos que sufría la economía. Para llevarla a cabo, ampliaron la base imponible y aumentaron la tasa de dicho impuesto, ya que sin esas transformaciones, resultaba imposible cubrir la necesidad que tenía el SJA. Esta medida rompe con la lógica de un sistema contributivo, el cual se caracteriza por financiarse con recursos propios y no con rentas generales, como lo hacen los sistemas no contributivos (universales) (Goldberg y Lo Vuolo, 2005). Esta reforma no duró mucho. Con la vuelta a la democracia, el gobierno de Alfonsín volvió a implementar en forma gradual las contribuciones patronales. La restitución de las contribuciones fue acompañada por un sistemático aumento de las tasas para hacer frente al desfinanciamiento que vivía el SJA. Finalmente, fue necesario recurrir a otras fuentes de financiamiento, como las rentas generales, con el fin de cubrir el déficit del sistema. Aún así, el déficit estaba lejos de ser cubierto (Cetrángolo y Grushka, 2004). 3 Entorno al nivel cobertura para dicho período existen otros puntos de vista, para más información ver Torrado, 2010. Cabe aclarar que algunas cajas, como la de compensación de las fuerzas armadas y la de los trabajadores estatales provinciales y municipales no integraban este nuevo sistema. 4 7 El Sistema Jubilatorio en Argentina: hacia la universalización de las prestaciones Gráfico Nº 1 – Evolución de las Fuentes de Financiamiento 1980-1989 100% 90% 4% 11% 12% 12% 4% 11% 43% 70% porcentaje 5% 34% 32% 62% 63% 1985 1986 5% 16% 80% 47% 60% 3% 47% 2% 2% 27% 23% 71% 76% 47% 50% 40% 85% 80% 30% 54% 20% 40% 41% 42% 1981 1982 1983 10% 0% 1980 1984 1987 1988 1989 años Contribuciones Ingresos Tributarios Otros Ingresos Fuente: Elaboración propia en base a datos del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social (2001). Cuadro Nº 1 - Déficit del Sistema Previsional (en porcentaje del PIB) Años 1980 1985 1990 1995 2000 Cargas sobre Gasto en el Salario Prestaciones 3,2 2,2 1,2 3,0 1,7 3,8 3,5 3,6 5,2 5,0 Déficit -0,6 -1,3 -2,4 -2,2 -3,3 Fuente: Elaboración propia en base a datos Cetrángolo y Grushka (2008). Según el Libro Blanco de la Seguridad Social (2003), entre las causas de los problemas del desfinanciamiento del sistema se pueden mencionar las siguientes: o Registros de alta evasión jubilatorio y falta de controles. o Supresión y/o baja de las contribuciones patronales, ocasionando reducciones en los ingresos del sistema. o Elevadas tasas de inflación que afectaron la relación ingresos/egresos del SPA. o Utilización de los fondos jubilatorios para otros fines políticos y económicos. o Aumento del desempleo y la informalidad laboral, lo que ocasionó una merma en la masa salarial. o Existencia de regímenes jubilatorios especiales con menores requisitos de edad y servicios respecto al régimen general. 8 El Sistema Jubilatorio en Argentina: hacia la universalización de las prestaciones o Problemas en la administración del sistema tales como: atrasos en la tramitación del beneficio, otorgamientos de jubilaciones por invalidez sin su efectivo control, etc. Gráfico Nº 2 - Ingresos vs Gastos 1980-2000 (en porcentaje del PIB) 9,00 8,00 7,00 6,00 5,00 4,00 3,00 2,00 1,00 0,00 1980 1981 1982 1983 1984 1985 1986 1987 1988 Ingresos 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 Gastos 1997 1998 1999 2000 Fuente: Elaboración propia en base a datos Cetrángolo y Grushka (2008). Además de los inconvenientes financieros que dieron luz durante los ‘80, se destaca el atraso de los haberes jubilatorios. Esto se puede ver en que el haber medio mensual pasó de $412,93 en 1984 a $228,83 en 1989, representando una caída real a precios en 1997 de 55%5. La caída real de los haberes jubilatorios se dio en paralelo a la disminución de su monto respecto de lo establecido en la ley que lo regía. En consecuencia, se efectuaron una inusitada cantidad de juicios contra el Estado Nacional que en su mayoría fueron a favor de los beneficiarios, aumentando de esta manera la deuda en materia previsional que el Estado mantenía (Ministerio de Trabajo, 2003). Ante esta situación, en 1986 el gobierno decretó la emergencia previsional que lo habilitó a suspender la ejecución de las sentencias firmes y el inicio de nuevos juicios hasta fines de 1988. A partir de esta situación el gobierno de Alfonsín y luego el de Menem intentaron liquidar dichas deudas a través de la reducción de lo adeudado y el pago en cuotas de lo restante. Los beneficiarios que adhirieron, debieron firmar un acuerdo donde desistían de iniciar cualquier acción judicial al respecto, aunque la misma no contempló la actualización de los haberes a la fecha ni en el futuro. Esta medida no logró tener el impacto esperado, ya que la mayoría siguió adelante con los juicios y solamente algunos aceptaron la reducción de la deuda y su pago en cuotas (Isuani y San Martino, 1995). 5 Dichos cálculos se hicieron en base a Ferreres, 2004. 9 El Sistema Jubilatorio en Argentina: hacia la universalización de las prestaciones Reforma previsional en los años noventa Los primeros años de la década de los ´90, se ven enmarcados por una serie de conflictos económicos y un sistema jubilatorio en crisis. Los cuestionamientos en torno al SJA fueron los que dieron pie para llevar adelante una reforma estructural del Sistema. En medio de la privatización de la mayoría de las empresas públicas, de la implementación de la Convertibilidad y del achicamiento del Estado en general, el sistema jubilatorio no podía quedar ajeno a dichos cambios. La reforma del SJA se propuso como la solución a los problemas que presentaba el modelo, pero como veremos más adelante, lejos estuvo de corregir y mejorar estos problemas. En el marco de la implementación en la Argentina del Consenso de Washington, el sistema jubilatorio debía adaptarse a una nueva concepción en materia jubilatoria. Esta nueva visión se caracterizaba por reducir o eliminar la participación del Estado, reemplazando el sistema de reparto por uno de capitalización individual. En este contexto, el nuevo sistema jubilatorio romperá con la lógica solidaria tanto inter como intrageneracional. En 1994, a través de la Ley Nº 24.241, se creó el Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones (SIJP). El nuevo sistema comprendía dos regímenes, uno de reparto y otro mixto, debido a que una parte del beneficio era pagado por el sistema de reparto y otra por el de capitalización individual. Los trabajadores tenían la posibilidad de optar por quedarse en el sistema público de reparto o pasar al nuevo sistema privado de capitalización. En la práctica, una vez elegido el sistema de capitalización era muy difícil dar marcha atrás y a partir de 1996 se impidió el traspaso desde el sistema mixto al de reparto. A diferencia del régimen de capitalización, el trabajador que quisiera optar por el sistema de reparto debía manifestar su intención por escrito. Mientras tanto, quienes no optaban por ninguno de los dos - que eran mayoría- eran incorporados al sistema de capitalización individual, sin posibilidad de dar marcha atrás con la decisión. Los trabajadores podían pasarse en cualquier momento al sistema de capitalización, pero no así al de reparto. El sistema de reparto seguía manteniendo la lógica de la solidaridad inter e intrageneracional: los ingresos provenientes de los aportes de trabajadores y empresarios eran utilizados para pagar las jubilaciones de la población pasiva mientras que la administración estaba a cargo del Estado Nacional. En cambio, el sistema mixto rompe con esta lógica y establece que la futura jubilación sólo depende de la trayectoria individual de cada uno de los trabajadores. El financiamiento de este régimen consistió, como su nombre lo indica, en aportes mixtos provenientes de fondos públicos y contribuciones de los trabajadores. Este sistema era manejado por Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones (AFJP), en su mayoría conformadas por empresas privadas vinculadas a bancos, las cuales cobraban una comisión para llevar adelante el manejo de dichos fondos que rondaba en el 30% de lo aportado, un peso para nada despreciable sobre el total aportado. El hecho de que cada trabajador contaba con cuentas individuales con sus aportes, garantizaba la transparencia y evitaba el uso supuestamente discrecional de dichos fondos que se había realizado hasta ese momento. No obstante, la masa de fondos era administrada por las AFJP, las cuales realizaban inversiones supuestamente rentables, generando así los fondos que cobraría el trabajador una vez jubilado. En la práctica, dichas empresas cobraban comisiones sumamente altas y sus inversiones distaban mucho de ser rentables y de poder garantizar una jubilación futura (CENDA, 2010). 10 El Sistema Jubilatorio en Argentina: hacia la universalización de las prestaciones Entre las razones presentadas para apoyar esta reforma, se encontraba la intención de reducir los costos del sistema a través de la competencia entre las AFJP para captar afiliados. Sin embargo, se evidenció una fuerte concentración y poca competencia entre las AFJP. También se argumentaba que al fomentar el régimen de capitalización individual, el mercado de capitales argentino aun en vías de desarrollo, crecería y se dinamizaría. Lamentablemente esta fue otra promesa que no se cumplió. Podemos decir que las inversiones financieras crecieron por medio de las AFJP’s, pero las mismas no fueron destinadas a inversiones productivas que colaboraran con el desarrollo económico local, sino que se destacaron los títulos y bonos públicos debido a los problemas financieros que enfrentaba el Estado luego de la reforma previsional (Goldberg y Lo Vuolo, 2006 y CIFRA, 2009). Sumado a las modificaciones que mencionamos a través de la reforma del sistema de 1994 aquellas provincias que así lo quisieran podían transferir sus cajas previsionales a la Nación. Las provincias que implementaron dicha medida fueron aquellas que poseían un elevado déficit jubilatorio. Esta situación junto a las reforma del SJA generó un mayor déficit para el Estado Nacional en materia previsional. Previo a la reforma de 1994, las provincias contaban con autonomía para administrar sus propios sistemas previsionales para los empleados públicos provinciales (Cetrangolo y Curcio, 2003). Las reformas neoliberales, entre las cuales se encuentran los cambios a nivel previsional, se dieron en un contexto macroeconómico que determinó modificaciones importantes en el mercado de trabajo y que profundizaron los problemas del sistema previsional argentino. La instauración de la Convertibilidad llevó a una fuerte apreciación del tipo de cambio, en un contexto de reformas que propiciaron una mayor apertura tanto comercial como financiera, al tiempo que se redujo fuertemente la capacidad de la economía argentina de generar puestos de trabajo. En este sentido, el sector industrial fue particularmente afectado. El incremento de la desocupación y la mayor precariedad laboral fueron resultados de los problemas que evidenció el mercado de trabajo en ese período. En este contexto, el SJA tuvo dos grandes problemas: la caída de la tasa de cobertura activa y el desfinanciamiento del sistema. Respecto a la cobertura, el continuo incremento de la desocupación y de la informalidad en el mercado de trabajo generó que una masa importante de trabajadores de la PEA quedara sin cobertura jubilatoria. La razón por la que dichos trabajadores se encontraron excluidos del SJA radica en la lógica contributiva que posee nuestro sistema. Esta lógica asocia el acceso a los derechos sociales con el mercado de trabajo. En cuanto al financiamiento del SJA podemos decir que la reforma no colaboró en la reducción de los problemas financieros del sistema. Al contrario, la situación se empeoró (VER GRÁFICO N° 3). Las fuentes de financiamiento con las que contaba el sistema se pueden separar en tres: aportes personales, contribuciones patronales y rentas generales6 (principalmente IVA). 6 Identificaremos cuáles y qué porcentaje de las rentas generales se destinan a la previsión social: Impuesto a las Ganancias (20%), IVA (11%), Automóviles Gasoleros (10%), Combustibles Líquidos ((21%), Gas Oil (100%), Monotributo (70%), Cigarrillos (100%) y Bienes Personales (90%). 11 El Sistema Jubilatorio en Argentina: hacia la universalización de las prestaciones Gráfico N° 3 - Evolución de las Fuentes de Financiamiento 1995-2002 (en miles de pesos corrientes) 12.000 10.000 millones de $ 8.000 6.000 4.000 2.000 0 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 Años Contribuciones Aportes Ingresos Tributarios Fuente: Elaboración propia en base a datos del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social (2010) Como bien muestra el Gráfico Nº 3, a partir de 1995 el peso de las rentas generales en el financiamiento del SJA fue incrementandose hasta alcanzar en el 2002 un poco más del 50% del ingreso del mismo. A su vez, se observa que para el período analizado tanto las contribuciones como los aportes marcan un sostenido descenso, exceptuando los años 1997 y 1998, representando solamente el 49% de las fuentes de financiamiento. Por último, cabe destacar que en líneas generales se manifiesta una caída de los ingresos del sistema a partir de 1999 y con mayor magnitud luego del 2000. Existen dos motivos que explicarían la caída de los aportes y contribuciones: en primer lugar, el aumento de la desocupación y la informalidad que caracterizaron los 90’ y principal causante del descenso en los aportes personales. En segundo lugar, las contribuciones patronales que descienden por los motivos mencionados, pero también por que el Estado Nacional decide reducir dichas contribuciones bajo el argumento de favorecer y fomentar la contración de empleados dado los costos laborales menores que implicaba la medida. Ante esta situación deficitaria no quedaba más remedio que aumentar la participación de las rentas generales como otra fuente de financiamiento para hacer frente a los gastos del sistema. De la mano de la reforma del 94’, otra vez se decide reducir las contribuciones patronales a pesar de los resultados obtenidos durante los 80’. Esto significó que el peso del financiamiento recayó sobre los trabajadores formales que aportaban, colaborando así con la ruptura con el anterior sistema. Durante esta década las contribuciones siguieron sufriendo reducciones bajo el paraguas del fomento del empleo y la reducción de la desocupación como justificación a dicha medida. Mientras tanto, los aportes personales no alcanzaban para cubrir los egresos del sistema. Es por ello que la participación de las rentas generales obtuvo un rol in crescendo en el financiamiento del SJA a medida que el déficit previsional aumentaba. Ahora bien, el principal impuesto que financiaba y financia al SJA es el IVA, pero al igual que éste, el Impuesto al Combustible también se destaca por su fuerte carácter regresivo. El IVA es un impuesto al consumo y por sus características afecta principalmente a sectores de 12 El Sistema Jubilatorio en Argentina: hacia la universalización de las prestaciones bajos ingresos dado que los mismos poseen una propensión marginal a consumir cercana o igual a 1. En el segundo caso, este tipo de tributo suele trasladar el costo del mismo al consumidor y por ende al precio de los alimentos en donde el costo del transporte es significativo, afectando con mayor fuerza y nuevamente a sectores de bajos recursos. Aquí podemos decir que no solo el sistema tributario tiene una cuota de regresividad, sino que el SJA también lo posee, ya que cerca del 50% del sistema se financia con rentas generales que son pagadas por aquellas personas que son excluidas del sistema jubilatorio: desocupados y empleados informales. La caída de las tasas de cobertura se puede relacionar con dos cuestiones. Primero con los requisitos más estrictos que planteó la reforma del ´94, donde se aumentaron no sólo la edad jubilatoria sino también la cantidad de años de aportes para poder ingresar. En segundo lugar, la incidencia negativa de este endurecimiento de requisitos en el mercado de trabajo. Durante los ´90 y en este marco de incipiente crisis económica, la tasa de desempleo creció fuertemente para trepar al 20% con la crisis de la Convertibilidad. Esta situación tuvo un impacto muy grave en el SJA, ya que la cobertura del mismo empezó a reducirse a medida que aumentaba el desempleo. A su vez, la informalidad aumentó en este período y llegó a alcanzar cerca del 50% de los trabajadores de la PEA en el 2002. La combinación de estos dos problemas del mercado de trabajo repercutió negativamente en el SJA, mostrando un serio problema de cobertura. Gráfico N° 4 - Evolución de la Cobertura y Beneficiarios 1990-2002 3.500 80 3.000 75 70 65,26 2.000 63,87 1.500 1.000 68,61 64,50 65,54 64,60 66,30 64,30 65 61,40 65,20 61,60 61,93 60 58,70 55 500 0 50 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 Años Beneficiarioas Cobertura Fuente: Elaboración propia en base a datos la EPH. 13 2000 2001 2002 Tasa Miles de Personas 2.500 El Sistema Jubilatorio en Argentina: hacia la universalización de las prestaciones Gráfico N° 5 - Evolución de la Desocupación e Informalidad 1990-2002 60,0 50,0 Tasas 40,0 30,0 20,0 10,0 0,0 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 Años Desocupación Informalidad Fuente: Elaboración propia en base a datos la EPH. Pero el problema del mercado de trabajo no sólo fue negativo en cuanto a cobertura, sino también en cuanto al financiamiento. Como ya dijimos, los aportes personales tenían más peso que las contribuciones debido a los recortes de las mismas. Si tomamos en cuenta que los trabajadores de la PEA que estaban en condiciones de realizar sus aportes se fueron achicando a medida que aumentaba la informalidad y el desempleo, tenemos aquí otra causa que colaboró con el empeoramiento del déficit previsional. En este contexto, la crisis del 2001 fue un golpe muy fuerte para el SJA. El sistema había llegado a este punto con serios inconvenientes de financiamiento y de cobertura en medio de una crisis económica que profundizó los problemas del mercado de trabajo y por ende, los del SJA. En este contexto, las AFJP se vieron fuertemente perjudicadas por la crisis, ya que la mayoría de sus inversiones consistían en títulos de deuda del Estado Argentino, para aquel entonces en default. Hasta aquí hemos realizado un análisis de los fundamentos teóricos de la Seguridad Social en Argentina, íntimamente ligado al régimen de Estado de Bienestar predominante. Posteriormente analizaremos la historia del sistema previsional, haciendo foco en sus principales características y problemas, principalmente en materia de financiamiento y cobertura. 14 El Sistema Jubilatorio en Argentina: hacia la universalización de las prestaciones Sección II El Sistema Jubilatorio Argentino en la Post Convertibilidad Se inicia una nueva etapa del SJA con serios inconvenientes de cobertura y financiamiento, resultado de la década anterior y cuya intensificación se vincula con la crisis del 2001. La caída del sistema de convertibilidad puede verse como una de las causas principales que puede explicar la crisis financiera y económica de 2001. Ante esta situación la economía nacional reaccionó con fuertes caídas en diversos indicadores, principalmente los sociales. Los niveles de indigencia y pobreza treparon al 20,9% y 45,4% respectivamente. Esto nos muestra un aumento de la vulnerabilidad social, entre los que se destacan los niños, los desocupados y los ancianos. La tasa de desocupación que ya poseía valores elevados llegó a alcanzar más del 20% en el 2002, profundizando la tendencia que caracterizó a los ´90. En este marco, el SJA evidenció un deterioro importante en materia de cobertura y financiamiento, como también respecto al poder adquisitivo de los haberes. La tasa de cobertura activa en 2002 era menor al 60% sumado a que los aportes y contribuciones representaban un poco más del 40% del financiamiento total del sistema No cabe duda que estas dos variables son los principales inconvenientes que enfrentó el sistema, seguido por el atraso de los haberes jubilatorios. Ante este contexto, el gobierno nacional tomó una serie de medidas y políticas económicas que condujeron fortalecer y expandir el mercado interno, acompañado por un escenario internacional de alza de precios para los bienes primarios. A su vez, el tipo de cambio alto fue otra medida que colaboró para reactivar la economía y que en conjunto con lo anteriormente mencionado colaboraron para paliar las principales problemáticas del SJA. Las Moratorias y sus efectos sobre la cobertura del Sistema Jubilatorio Como hemos expuesto previamente, la cobertura del sistema jubilatorio ha sufrido sucesivos inconvenientes, pero en la etapa de la post convertibilidad la llamativa recuperación de este indicador, nos invita a analizar en detalle los orígenes de este cambio. Recordemos que la tasa de cobertura pasiva en el 2002 era menor al 60% y para el 2010 supera el 85%. Claramente pueden existir distintas explicaciones, pero lo que nos interesa ver es si la respuesta a esta problemática es interna o externa al sistema. A partir del 2004 se tomaron una serie de medidas que ampliaron la cobertura del sistema, principalmente moratorias. El resultado de estas medidas se puede observar en la evolución que se muestra en el Gráfico Nº 6, los efectos de esta medida tuvieron un fuerte impacto recién a partir de 2007, donde la cobertura muestra un incremento respecto del año anterior del 32,6%. A continuación describiremos las distintas moratorias que se lanzaron durante estos años. 15 El Sistema Jubilatorio en Argentina: hacia la universalización de las prestaciones Gráfico N° 6 – Evolución de las tasas de Cobertura del Sistema Jubilatorio 2003-2010 5.000 90 87,6 4.500 85 81,4 3.500 80 76,4 75 3.000 72,8 2.500 70 2.000 65 1.500 1.000 60 57 55,9 500 55,1 57,6 55 0 50 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 Años Beneficiaros Cobertura Fuente: Elaboración propia en base a datos del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, ANSeS y EPH. En el 2004, el gobierno nacional lanza la Ley de Prestación Anticipada (Ley N° 25.994) para todos aquellos hombres y mujeres próximos a la edad jubilatoria (más de 60 para los hombres y más de 55 para las mujeres) con 30 años de aportes y que fueran desocupados al momento de la sanción de la ley. La implementación de esta norma logró que las personas excluidas del Mercado de Trabajo durante los ‘90 y crisis del 2001, contaran con un ingreso que les permitiese vivir. El beneficio que recibieron era el 50% del haber que les correspondería cuando cumplieran la edad para jubilarse y no podía ser menor a la jubilación mínima. La Ley de Prestación Anticipada fue acompañada por otra serie de medidas que apuntaban a aumentar la cobertura del sistema: las moratorias. La AFIP mediante el Decreto Nº 1454/05 modificó el artículo 5º de la Ley Nº 24.476 el 2005 posibilitando la reapertura de la moratoria para los autónomos y monotributistas que debieran sus aportes anteriores al 30/09/1993, con el fin de regularizar su situación, mediante 60 cuotas de bajo interés. A su vez, en el marco de la Ley N° 25.994, se abren una serie de moratorias entre el 2004 y 2006. La primera de ellas era para todos aquellos que posean la edad mínima jubilatoria sin importar el estado de sus aportes. Luego, se lanzó un llamado para aquellos que no llegaran a la edad jubilatoria y no cumplieran con la cantidad de años de aportes, se les permitió entrar en una moratoria para preparar su jubilación. Una vez alcanzada la edad requerida pueden empezar a cobrar la jubilación, previo descuento de lo adeudado hasta su normalización. Cabe mencionar que las moratorias permitieron solucionar uno de los principales problemas del sistema como es la cobertura, que se asocia al carácter contributivo y por ende, excluyente que presenta el SJA. Razón por la cual, este tipo de medidas resultan coyunturales o paliativas, porque no revierten el carácter excluyente que posee el sistema. También debe mencionarse que las moratorias no pueden implementarse cada vez que surgen problemas de cobertura, porque el costo de este tipo de medidas es alto y por lo tanto pueden generar inconvenientes financieros dentro del sistema. 16 tasa miles de personas 4.000 El Sistema Jubilatorio en Argentina: hacia la universalización de las prestaciones El evidente carácter progresivo de las moratorias se verifica al constatar que casi el 50% de quienes habían solicitado el beneficio eran parte de familias pobres y una vez otorgado el beneficio, solo el 15% de esos hogares continuaba bajo la línea de pobreza (Página 12, 27-042007). Ahora bien, ¿cómo se financiaron las moratorias? Podemos afirmar que las moratorias se financiaron con recursos propios del SJA debido a dos razones principales: la primera de ellas está relacionada con la recomposición del mercado de trabajo, en especial con el aumento del empleo registrado y por ende, con el crecimiento de los aportes y contribuciones al sistema. Luego de varios años de caída durante los ’90, en la relación aportantes/beneficiarios llegamos al 2002 con un cociente de 1,46% a 1,82% en el primer trimestre del 2010, lo cual mejora las perspectivas financieras del sistema. En segundo lugar, la recuperación económica permitió que el Estado mejore la recaudación tributaria y por lo tanto, los recursos no contributivos que financian al SJA fueron mayores. Debe mencionarse que en los últimos años, el peso de las rentas generales en el total de los ingresos del sistema ha disminuido pasando a representar el 54,07% en el 2003 a 42,37% en el 2009 (ver Gráfico N° 8). Las mejoras que enumeramos en el mercado laboral se debieron a políticas concretas y como resultado de medidas macroeconómicas. Podemos identificar tres ejes de análisis: o Fuerte caída del desempleo o Aumento del trabajo formal o Nueva política de ingresos En primer lugar, la reactivación económica se reflejó en la caída de la desocupación. Desde el 2003 la desocupación sufrió una constante caída que se refleja en el paso del 16,1% en el 2003 al 7,9% de desocupados para el segundo trimestre 2010. Este resultado fue fruto de un proceso que se dio durante el período 2003-2010 con la creación de numerosos puestos de trabajo en todo el aparato productivo, generando así casi 5.000.000 de nuevos puestos de trabajo. En este proceso se destacaron ciertos sectores productivos como son la construcción, administración pública, servicios financieros, inmobiliarios y el sector industrial. En segundo lugar, hay que destacar que la creación de puestos de trabajo tuvo una característica muy peculiar. La mayoría de los nuevos puestos de trabajo que se crearon fueron trabajos registrados, revirtiendo así la tendencia que venía manteniendo en el Mercado de Trabajo durante los ‘90. Esto tuvo un fuerte efecto, ya que no solo no aumentó la informalidad sino que la misma descendió en un 15%, pasando de un 50% a principios de esta década a situarse en un 35% en 2010. En tercer lugar, el gobierno desde el 2003 en adelante llevó a cabo una política de ingresos que mejoró significativamente el poder adquisitivo de la clase trabajadora. Dentro de este campo podemos mencionar dos ejes principales en materia de ingresos. El primero de ellos es la política en torno al salario mínimo, vital y móvil que partir del 2003 comenzó a ajustarse nuevamente. Esta medida no solo significó una mejora de ingresos para los sectores formales, sino que también tuvo incidencia a la hora de negociar un salario para los empleados no registrados. Por lo tanto, su descongelamiento tuvo efectos para toda la población ocupada. Luego de una década de congelamientos de salarios y de toda instancia de negociación, en el 2004 se instalaron nuevamente las negociaciones colectivas como instrumento para mejorar los ingresos de los trabajadores. Esta medida tuvo un impacto muy positivo ya que al 17 El Sistema Jubilatorio en Argentina: hacia la universalización de las prestaciones negociarse por sector y no por empresa son más los trabajadores que se benefician de los incrementos salariales. Aquí existe una relación directa entre esta política y el empleo registrado, debido a que su crecimiento posibilitó que este escenario pueda sostenerse en el tiempo. El incremento de empleados registrados que se vivió y vive durante estos años y el proceso de crecimiento económico tuvo un rol muy importante para mejoras en las cuentas del sistema y también permitió llevar adelante una serie de medidas para mejorar la cobertura y los haberes jubilatorios que de otra manera no hubiera sido posible. (Ministerio de Trabajo, 2010) Sin embargo, todavía quedan ciertos rasgos heredados de los ‘90, como la informalidad y precariedad, que van en contra del SJA y que generan una masa de personas que quedan excluidas de un sistema contributivo y que cuando lleguen a ancianos no van a contar con ingresos para sostenerse. Es necesario pensar en soluciones de fondo y permanentes, para así poder revertir las características excluyentes y los problemas financieros que permitan pensar un SJa sostenible en el tiempo. Gráfico N° 7- Evolución de las Fuentes de Financiamiento 2003-2009 (en miles de pesos corrientes) 45.000 40.000 35.000 miles de $ 30.000 25.000 20.000 15.000 10.000 5.000 0 2003 2004 2005 2006 2007 2008 1 2009 Años Apo rtes Co ntribucio nes Ingres o s Tributario s Fuente: Elaboración propia en base a datos delMinisterio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social (2010). (1) A partir del 9/12/2008 entró en vigencia la Ley 26.425 que crea el SIPA, elimina el régimen de capitalización, el cual es absorbido y sustituido por el régimen de reparto. 18 El Sistema Jubilatorio en Argentina: hacia la universalización de las prestaciones Gráfico N° 8 - Peso de las Fuentes de Financiamiento en los Recursos Totales del SJA 100% 90% 80% Porcentaje 70% 54,07% 55,93% 54,26% 52,58% 44,98% 42,37% 29,76% 31,41% 25,27% 26,22% 2008 1 2009 51,78% 60% 50% 40% 30% 20% 28,99% 27,27% 28,49% 30,95% 30,58% 10% 0% 3,38% 3,29% 3,67% 3,20% 4,08% 2003 2004 2005 2006 2007 Años Apo rtes Co ntribucio nes Ingres o s Tributario s Fuente: Elaboración propia en base a datos del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social (2010) (1) A partir del 9/12/2008 entró en vigencia la Ley 26.425 que crea el SIPA, elimina el régimen de capitalización, el cual es absorbido y sustituido por el régimen de reparto. La re-estatización de las AFJP’s Siguiendo con esta línea de medidas, en el 2008 el gobierno nacional impulsa la reestatización de las AFJP’s, en medio de un clima internacional de crisis. Esta medida le permitió al Estado disponer de recursos para poder implementar políticas anticíclicas y por otro lado, significó el retorno del SJA a las manos del Estado. Al igual que con la Ley de Movilidad, la discusión en torno a volver a un sistema de reparto basado en la solidaridad intrageneracional y financiado por transferencias intergeneracionales -aportes y contribuciones- fue motivo de múltiples debates. Aun así, la medida fue sancionada en el Congreso con apoyo no solo del arco oficialista, sino también con apoyo de parte del arco opositor. Con la creación del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) a través de la Ley N° 26.425 se volvió a tomar como pilar el régimen de reparto y con él la lógica de la solidaridad y el financiamiento intergeneracional. En el 2006, mediante la Ley Nº 26.222 se abre la opción de pasarse al sistema de reparto perdiendo de esta manera una considerable porción de afiliados. A su vez, esta ley implicó que los hombres mayores de 55 años y las mujeres mayores de 50 años con menos de $20.000 en su cuenta de capitalización individual (CCI) se transfirieran a reparto, como así también el saldo de su CCI. Al momento de la re-estatización la cantidad de personas que permanecían en el sistema de capitalización representaba un 78% del total (Cetrangolo y Grushka, 2008). Otra modificación que incorporó la Ley Nº 26.425 fue la limitación de la comisión de las AFJP a un punto de aportes (1% del ingreso de referencia), aunque para el debate actual pierda sentido tenerlo en cuenta, en ese momento significó poner un freno a las abultadas comisiones que cobraron las AFJP’s. 19 El Sistema Jubilatorio en Argentina: hacia la universalización de las prestaciones El SIPA no solo fue la vuelta del SJA al Estado Nacional, sino la incorporación de recursos vía el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS), reglamentado por el Decreto Nº 897/2007, instrumento que se utilizó para administrar los recursos de las AFJPs. La creación de este fondo fue acompañada de intensos debates en cuanto al uso y propiedad de dichos recursos. La ANSeS fue la encargada de llevar adelante la administración de dichos fondos para implementar políticas anticíclicas, con el fin de mitigar el impacto de la crisis internacional. Según el Decreto Nº 897/2007 el FGS cumple las siguientes funciones: o Atenuar el impacto financiero que sobre el régimen previsional público pudiera ejercer la evolución negativa de variables económicas y sociales. o Constituirse como fondo de reserva a fin de instrumentar una adecuada inversión de los excedentes financieros del régimen previsional público garantizando el carácter previsional de los mismos. o Contribuir a la preservación del valor y/o rentabilidad de los recursos del Fondo. o Atender eventuales insuficiencias en el financiamiento del régimen previsional público a efectos de preservar la cuantía de las prestaciones previsionales. o Los recursos percibidos por la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSeS) que resulten de libre disponibilidad. o Los bienes que reciba el Régimen Previsional Público como consecuencia de la transferencia de los saldos de las cuentas de capitalización en cumplimiento del artículo 3º del Decreto Nº 313/07, reglamentario de la Ley Nº 26.222. o Las rentas provenientes de las inversiones que realice. o Cualquier otro aporte que establezca el Estado Nacional mediante su previsión en la Ley de Presupuesto correspondiente al período que se trate. o Los bienes que reciba el SIPA como consecuencia de la transferencia de los saldos de las cuentas de capitalización en cumplimiento del artículo 7º de la Ley Nº 26.425. A continuación, presentaremos la cartera de inversión del FGS en base al informe mensual que elabora ANSeS sobre la evolución del mismo: 20 El Sistema Jubilatorio en Argentina: hacia la universalización de las prestaciones Fuente: http://www.anses.gob.ar/FGS/archivos/informes/Boletin_FGS_12_2010.pdf, ANSeS 2010. La información aquí detallada nos muestra que los recursos líquidos representan tan solo el 0,08% del total de recursos. Esta situación merece atención ya que una de las funciones que debe tener este fondo es la de poder atenuar cualquier inconveniente de financiamiento que presente el régimen previsional pero con una liquidez tan reducida, ésta corre el riesgo de no alcanzar su objetivo. Si observamos las inversiones que posee el FGS, en primer lugar se sitúan los títulos públicos seguido por las acciones y títulos privados, entre ambos representan más del 60% de la cartera. A su vez, podemos decir que el FGS presentó a diciembre de 2010 un crecimiento del 77,2% de crecimiento acumulado (ANSeS, 2010). Políticas de Ingreso con los Adultos Mayores Por último, cabe destacar que dentro de las medidas que se tomaron para subsanar los inconvenientes del SJA, la recomposición del haber mínimo no pasa inadvertida. Esta medida fue una de las primeras que se tomaron en el marco de una política de ingresos general, como hemos mencionado anteriormente. Al examinar la evolución nominal del haber mínimo, notamos que el mismo pasa de $150 en el 2003 a $1.165 en marzo de 2010. Ahora bien, en términos del incremento del poder adquisitivo se puede afirmar que el aumento para el mismo período fue de 139,14% en base a la información volcada en el Cuadro Nº 2. No obstante, se 21 El Sistema Jubilatorio en Argentina: hacia la universalización de las prestaciones debe mencionar que luego del 2007 estos incrementos fueron inferiores a la evolución de los precios, deteriorando la canasta de los ancianos. Cuadro Nº 2 – Evolución y Relación del haber mínimo respecto del haber medio (en pesos constantes) Haberes Período Mínima Media Variación Dic-03 100 100 Dic-04 134,08 111,75 34,08% Dic-05 154,84 112,00 15,49% Dic-06 264,79 173,36 71,01% Dic-07 283,56 176,89 7,09% Dic-08 259,62 163,78 -8,45% Dic-09 270,59 176,88 4,23% Mar-10 239,14 156,14 -11,62% 139,14% Fuente: Elaboración propia en base a datos del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social (2010), IPC-7 Provincias (CENDA) e INDEC. Gráfico N° 9 - Evolución de los haberes mínimos y medios 2003-2010 (en pesos corrientes) $ 1.400 $ 1.200 $ 1.000 Pesos $ 800 $ 600 $ 400 $ 200 $0 Dic-03 Dic-04 Dic-05 Dic-06 Dic-07 Dic-08 Dic-09 Mar-10 Años Jubilación Mínima Jubilación Media Fuente: Elaboración propia en base a datos del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social (2010) La política de aumentos a las jubilaciones mínimas significó una disminución en la proporción de la brecha entre los haberes medios y mínimos como se puede ver tanto en el 22 El Sistema Jubilatorio en Argentina: hacia la universalización de las prestaciones Cuadro N° 2 como en el Gráfico N° 9. Los jubilados con haberes medios y altos recién recibieron aumentos en el 2006, a través de un incremento general (Dborkin y Msrongiu, 2008). Siguiendo en esta línea, en el 2008 el Congreso Nacional aprueba la Ley de Movilidad Jubilatoria (Ley N° 26.417), por la cual se establecen dos ajustes en los haberes anuales. Esta ley permitió que la modificación de los haberes no quede a la discrecionalidad del Poder Ejecutivo como ocurría con anterioridad, aunque el mismo conserva la potestad para realizar aumentos adicionales. A su vez, la Ley N° 26.417 establece que los ajustes semestrales dependerán de un índice de movilidad, el cual tendrá vigencia siempre y cuando el índice sea menor a la variación de los recursos totales de la Seguridad Social por beneficiario en los últimos doces meses. Para calcular el índice se elaboro la siguiente fórmula: m = 0,5 * Δw + 0,5 * Δ(T/B) m = índice de movilidad Δw = variación semestral de los salarios nominales Δ(T/B) = variación de los recursos tributarios por beneficiario para el mismo período El índice de movilidad significa en la práctica un techo para los incrementos jubilatorios, ya que si miramos los aumentos que tuvieron las jubilaciones mínimas por medio de los decretos del Poder Ejecutivo y lo comparamos con los aumentos que hubieran obtenido por esta ley, los mismos serían mucho menores, ya que los recursos tributarios no se incrementaron en los niveles que se otorgaron los aumentos jubilatorios previos a la ley. Mientras que sí vemos la ley como una posibilidad de recomponer los haberes respecto a los salarios de los trabajadores, la situación no es muy distinta. La movilidad jubilatoria ajusta los haberes a la evolución de los salarios nominales y a la recaudación de la Seguridad Social. La implementación de esta nueva ley tiene varios aspectos positivos. A nuestro criterio, el principal radica en que la reglamentación de los ajustes marcó un cambio total respecto a los ’90: así la variación de las jubilaciones no depende de la discrecionalidad del Poder Ejecutivo y se da cumplimiento a lo que marca el artículo 14º Bis en cuanto la movilidad de los haberes. En resumen, los principales cambios producidos en la etapa de la post convertibilidad son los originados por aquellas políticas que se ocuparon de los inconvenientes que el sistema arrastró durante años y que fueron fruto de grandes debates. La estatización de las AFJP’s y la creación del SIPA bajo la Ley Nº 26.425, es uno de ellos. Luego de múltiples debates en torno a responder si el tipo régimen que debía adoptar el sistema jubilatorio debía ser de reparto, de capitalización o mixto, del sistema público o privado; el SIPA lo definió con un sistema público y de reparto. En cuanto a la cobertura, la implementación de moratorias con sus distintas variantes, dio respuesta a una de las problemáticas más serias del sistema alcanzando un nivel de cobertura inédito en la historia argentina y con respecto al resto de los países de Latinoamérica. 23 El Sistema Jubilatorio en Argentina: hacia la universalización de las prestaciones No obstante, debemos recordar que este tipo de políticas son soluciones paliativas a un problema de fondo que se relaciona con el tipo de régimen de Seguridad Social que posee la Argentina (contributivo). Por último, mencionamos la política de ingresos relacionada a la movilidad previsional la cual permitió recomponer los ingresos de los adultos mayores que se encontraban fuertemente atrasados y cuya sanción de la Ley de Movilidad Previsional significó la regularización de los ajustes previsionales. 24 El Sistema Jubilatorio en Argentina: hacia la universalización de las prestaciones Sección III Cobertura y Financiamiento, enfoque desde derechos Pudimos ver hasta aquí que los problemas que históricamente enfrenta el sistema previsional se pueden dividir en dos: la insuficiente cobertura y la falta de financiamiento. Para poder plantear una posible solución es imprescindible enfocar la problemática del SJA desde estas dos perspectivas, pero también considerar varios debates que las atraviesan. En éstos destacamos el que se plantea en torno al Ingreso Ciudadano .Éste último es planteado por aquellos que buscan un sistema sostenible en el tiempo, que cubra a todas aquellas personas que sean parte de la población. Sin embargo, en este debate se esconde la idea de reducir la participación del Estado sólo a aquellas prestaciones básicas y que el mercado sea aquel que complemente y complete lo que el Estado no brinde. Como mencionamos más arriba, el SJA es un sistema contributivo, razón por la cual sólo aquellas personas que participan del mercado de trabajo formal y que cumplen con los requisitos pueden acceder a los beneficios. También sabemos, que la cobertura del sistema presenta serios problemas estructurales. En estos últimos años, el gobierno ha dado respuesta a dicha problemática lanzando distintas moratorias, cuyo resultado fue un incremento de la cobertura a valores nunca antes evidenciados en Argentina. La pregunta que surge es: ¿por qué el gobierno debe lanzar moratorias previsionales para recomponer la tasa de cobertura del sistema si el mercado de trabajo logró recomponerse? La respuesta que podemos encontrar nos obliga a analizar lo ocurrido durante los ’90 en el mercado de trabajo. La evolución del desempleo y de la informalidad laboral durante esa década mostró un SJA débil ante un mercado de trabajo que no funcionó bien y ya no ocupaba el rol de articulador social como en el pasado. Las moratorias previsionales que se sucedieron a partir del 2004 fueron una solución paliativa, ante los inconvenientes que arrastraba el mercado de trabajo y que hacía que gran parte de los mayores no cumplieran con los requisitos para entrar en el sistema. Si bien en la actualidad tiene un mucho mejor desempeño, persisten ciertas características negativas como una tasa de informalidad del 35% y una desocupación de 7%. Esta situación nos obliga a pensar qué ventajas trae sostener un sistema jubilatorio contributivo con serios problema de cobertura. ¿Son las moratorias previsionales sostenibles financieramente en el tiempo y el mecanismo para garantizar una mejor cobertura? Por lo que ha demostrado la historia del SJA podemos responder negativamente: luego de las moratorias y una vez que las personas acceden a los beneficios, el sistema presentó problemas financieros. También cabe mencionar que las moratorias son una solución a corto plazo, pero no resuelven el problema de fondo, que es la característica restrictiva que presenta el SJA. Ahora bien, si miramos el financiamiento del SJA podemos decir que 1982 es un año de quiebre en este tema, ya que fue en este año que se eliminaron las contribuciones patronales y las mismas se reemplazaron por rentas generales, generando desde ese momento problemas financieros hasta el día de hoy, aún cuando las contribuciones patronales fueron restauradas. En el 2010 poco más del 40% del financiamiento del sistema provino de rentas generales, pero recordemos que en otros momentos el peso de las mismas llego a ser de más del 50%. Ante un sistema jubilatorio contributivo que excluye a quienes no cumplen con los objetivos (compuesto principalmente por los sectores más postergados), el hecho de que el SJA se 25 El Sistema Jubilatorio en Argentina: hacia la universalización de las prestaciones financie en parte importante con rentas generales en donde los impuestos regresivos cubren una amplia porción, resulta injusto en términos distributivos. Los impuestos que financian al sistema son en gran parte regresivos, en tanto impactan en mayor medida sobre la población con menores ingresos. Ejemplos de éstos resultan el IVA y el impuesto a los combustibles, el primero por estar fijado sobre el consumo y el segundo por tener la característica de trasladarse al consumidor final. Aquellos ciudadanos que financian a través de los impuestos regresivos que mencionamos anteriormente al sistema jubilatorio también son los mismos que quedan fuera del sistema por encontrarse desocupados o pertenecer al mercado de trabajo informal. Esto plantea un serio inconveniente desde el punto de vista de la justicia social. ¿Es justo que aquellos que quedan fuera del sistema jubilatorio financien a los que participan del mismo? A nuestro entender y por las definiciones que hemos volcado en la Sección I de este trabajo sobre Seguridad Social y por el Convenio 102 de la OIT, no lo es. Discutiendo con el sistema contributivo, en especial con los problemas del sistema jubilatorio argentino, es provechoso considerar la discusión que tuvo lugar a fines de los ’90 y sobre todo luego de la crisis de la convertibilidad: la idea del Ingreso Ciudadano y por ende la universalización de ciertos derechos sociales. Esta discusión abre la puerta de un interesante debate en torno a si los derechos sociales deben o no estar vinculados únicamente con el mercado de trabajo y si el mismo es un buen hacedor de esos derechos. En el contexto de una Argentina en crisis, como lo fue en el 2001, la idea de cuestionar al mercado de trabajo como articulador social y como generador de los derechos sociales no fue descabellada, ya que el mismo mostraba sobrados signos de agotamiento. Sin embargo, cabe destacar que la evolución del mercado de trabajo en la post convertibilidad revirtió los signos más negativos que el mismo poseía durante los ’90, mediante el fuerte descenso de la desocupación, el incremento del trabajo registrado, el aumento de la sindicalización de los trabajadores y el descenso de la informalidad. El Ingreso Ciudadano (IC) consiste en el derecho a recibir un ingreso que a diferencia de otro tipo de políticas, no implica una redistribución entre personas y que comienza reconociendo que la necesidad de poseer un ingreso puede entenderse como un derecho social y humano. Éste contrasta con otras políticas en las que el derecho se percibe, por ejemplo, una vez demostrados los niveles de pobreza o incapacidad (pensiones no contributivas, transferencias monetarias), haber participado de un trabajo remunerado (salario) o haber aportado a una prima de seguro (jubilaciones) (Barbeito y Lo Vuolo, 2009). Este tipo de política social entiende que dado el tipo de sociedades donde vivimos, mercantilizadas y monetarizadas, es necesario disponer de un ingreso para poder reducir la pobreza y ampliar la libertad y la autonomía de las personas. Este ingreso básico que se percibe no depende de ninguna relación vinculada a la familia ni a la situación laboral. A su vez, en teoría, de implementarse el IC se debería sustituir todos aquellos subsidios directos, como las jubilaciones, y transferencias indirectas implícitas en las políticas tributarias (deducciones en el impuesto a las ganancias por hijo) por el ingreso básico que implica dicha medida. Es necesario tener esta discusión para poder pensar posibles cambios en el SJA, sin que esto implique aplicar textualmente esta medida sino tomar aquellos rasgos que nos sirvan para poder superar los inconvenientes estructurales del sistema. Entendemos que la aplicación reciente de la Asignación Universal por Hijo tiene sus basamentos en este sentido. 26 El Sistema Jubilatorio en Argentina: hacia la universalización de las prestaciones Hasta aquí hemos planteado dos grandes problemas que presenta el SJA y hemos discutido el enfoque del IC en torno a los derechos sociales. Es momento de intentar plantear posibles cambios al SJA intentando encontrar una solución a estos dos grandes problemas: cobertura y financiamiento. Así, planteamos dos reformas posibles: Reforma: Pilar universal y contributivo con creación de nuevos impuestos Nuestra propuesta consiste en una reforma integral del SJA, junto a cambios estructurales en el sistema tributario para corregir las características regresivas del mismo. Esta posible solución radica en el establecimiento de dos pilares obligatorios y uno voluntario: los dos primeros de carácter universal y contributivo y el último de capitalización individual. El primer pilar obligatorio de carácter universal plantea un haber básico para todo adulto mayor en edad de jubilarse que no hace distinción por sexo o antecedentes laborales ni por cualquier otro motivo. El haber que se otorgue debería calcularse en base a una canasta familiar para adultos7 mayores y a partir de estos valores determinar el monto del mismo. Para financiar esta medida se propone utilizar impuestos progresivos como pueden ser parte del impuesto a las ganancias u otros impuestos que puedan crearse para cubrir los costos de dicha medida. Es por ello que resulta necesario acompañar esta modificación con cambios en el sistema tributario donde se creen nuevos impuestos. Un segundo pilar contributivo obligatorio que mantendría cierta característica con el sistema actual es una prestación básica fija para aquellos adultos mayores que posean 30 años o más de aportes y cumplan con la edad jubilatoria. Se puede financiar con las contribuciones patronales, por lo que resulta importante incrementar el monto de las mismas a los valores mayores de 19938 y con el resto de la masa de recursos tributarios que posee el sistema. Otra prestación, vinculada a la condición laboral, consiste en un haber proporcional a los aportes realizados. Ese haber proporcional puede calcularse tal como se hace hoy en día, en base al promedio de los últimos 10 años y que se ajuste a los años aportados. A su vez, el haber proporcional debería tener un tope máximo no solo para no reproducir las diferencias de ingresos que ocurren en el mercado de trabajo, sino para garantizar la solvencia del mismo. El tope puede ser el mismo que se aplica al presente en relación a los aportes de los trabajadores. A su vez, utilizaríamos el FGS (Fondo de Garantía de Sustentabilidad) como herramienta anticíclica para cubrir los dos primeros pilares ante problemas financieros que puedan sucederse. Por último, planteamos la posibilidad de un pilar voluntario de capitalización individual por dos razones. La primera radica en la opción de brindar mayores ingresos en la vejez por fuera del sistema público, aunque el mismo esté regulado y reglamentado por el Estado Nacional, para aquellas personas que quieran y puedan realizar aportes o una prima de seguro para su 7 Ante la inexistencia de una canasta familiar para adultos mayores trabajaremos con la Canasta Básica Total (CBT) ajustada por el coeficiente de adulto equivalente que realiza el INDEC de 0,82 y ajustado por el IPC 7 provincias para el segundo semestre de 2010. Cabe destacar que dicha canasta subestima el gasto de un familia tipo de adultos mayores, ya que el tipo de bienes que consume este segmento de la población se caracteriza por poseer mayores costos que para el resto de los segmentos. 8 La medida consiste en llevar las contribuciones patronales al 33% en vez del 17% para la industria y al 21% para el comercio y los servicios. Las PyMES quedarían exceptuadas de esta medida si cumplen con la condición de tener menos de cuarenta empleados o una facturación inferior a los $10 millones al año. 27 El Sistema Jubilatorio en Argentina: hacia la universalización de las prestaciones futuro. La segunda, se relaciona con la posibilidad de tener mayores mecanismos de control para evitar la no declaración de los mismos. Aunque sabemos que este tema excede al sistema jubilatorio, nos parece interesante que exista tanto la posibilidad de incrementar los ingresos durante la vejez para aquellos que consideren que los que brinda el sistema público no son suficientes y asimismo poder controlar el movimiento de dichos fondos. Cuadro Nº 3 – Recursos de la Seguridad Social 2010 (en millones de pesos) Recursos de la Seguridad Social Total 2010 Instituciones de la Seguridad Social ANSeS Conbustibles – Nafta ANSeS Conbustibles - Gas Oil y GNC ANSeS IVA (Nación) ANSeS Ganancias ANSeS Adicional Cigarrillos Monotributo Impositivo Impuestos Coparticipables 15% Contribuciones y Aportes 34.245 1.336 3.640 11.685 15.334 786 1.464 24.532 100.078 158.855 Fuente: Dirección Nacional de Investigación y Análisis Fiscal, 2010. Para poder realizar los cálculos correspondientes al costo de esta medida utilizaremos la Canasta Básica Total (CBT) para el segundo semestre del 2010 ajusta IPC 7-Provincias. Claramente al usar este tipo de canasta, aún ajustándola por el coeficiente calórico de los adultos, estamos subestimando los gastos de los adultos mayores. Una vez que sepamos el costo de la medida, podremos saber cuántos recursos son necesarios para financiarla. Según la EPH en el 2010, la cantidad de adultos mayores que viven en la Argentina ascendió a 5.160.711 casos. Tomando la CBT ajusta IPC 7-Provincias y la población objetivo podemos decir que el haber mensual que se alcanzaría es de $617 mensuales, por lo cual el costo anual de la incorporación de un pilar universal es de $33.954 millones. Durante el año 2010 la recaudación del Impuesto a las Ganancias destinado a la Seguridad Social fue $15.334 millones, por lo que esta medida enfrentaría un déficit de $18.620 millones. Este último, requerirá de la creación de nuevos impuestos progresivos y de la eliminación de las exenciones al Impuesto a las Ganancias, el cual también es progresivo. Para solucionar los problemas que presenta el SJA es necesario cambiar en parte el sistema, como bien mencionamos con anterioridad. Sin embargo, la reforma del Sistema Tributario Nacional esta fuera del alcance de este trabajo. Dada la urgencia en dar respuesta a los inconvenientes que plantea el actual sistema jubilatorio es menester intentar proponer una solución que se pueda llevar adelante con los recursos que el sistema ya posee y con algunas modificaciones que no dependan de otras aristas. Ahora bien, si realizamos los cálculos para otorgar una prestación universal con los recursos ya existentes como rentas generales y en este caso utilizamos solamente aquellos recursos que son regresivos, IVA e Impuesto al Combustible, y el 15% de los impuesto coparticipables, lo que debemos calcular no es el costo de la medida sino a cuánto asciende el 28 El Sistema Jubilatorio en Argentina: hacia la universalización de las prestaciones haber jubilatorio que se podría otorgar. Entonces, con los recursos que posee el sistema se puede otorgar una jubilación universal de $614 mensuales. En cambio, si lo que se espera es un haber universal igual al haber mínimo contributivo es necesario generar nuevas fuentes de financiamiento, ya que el haber mínimo contributivo para marzo de 2011 es de $1227 mensuales y como vimos con los recursos disponibles solo se puede otorgar un haber de $614 mensuales. Creemos que al igual que para el primer estimación realizada (el haber en base a CBT) los nuevos tributos deben ser carácter progresivo, para saldar el déficit que significa aplicar esta medida con dicho monto para los haberes jubilatorios. En cuanto al pilar contributivo obligatorio, es necesario para poder garantizar la solvencia del mismo, aumentar las contribuciones patronales. En base al trabajo realizado por Lozano podemos decir que de aumentarse las contribuciones escalonadamente hasta el valor de 1993 se incorporarían $16.9009 millones adicionales, permitiendo de esta manera brindar tanto la prestación básica fija como el haber proporcional para aquellas personas que cumplan con los requisitos mencionados anteriormente (Página 12, 18-08-2010). Podemos concluir que para llevar adelante la política mencionada en esta sección es necesario realizar algunas reformas dentro del SJA para que el mismo sea sostenible. Entre los cambios que creemos necesarios para universalizar las jubilaciones se encuentran: la creación de nuevos tributos progresivos que se destinen a financiar dicho pilar y el destino del IVA, Combustible y el 15% de los impuestos coparticipables que se otorgan a la Seguridad Social. En tanto para el pilar contributivo, es indispensable restaurar las contribuciones patronales a los valores de 1993, garantizando de esta manera la solvencia de este pilar y utilizar la masa de recursos tributarios que quedan una vez descontados el IVA, Combustible y el 15% de los impuesto coparticipables. 9 Cabe destacar que solamente el 16% de este importe se destina a las jubilaciones y pensiones, ya que el resto del mismo se utiliza para Asignaciones Familiares, Fondo Nacional de Empleo y otros. 29 El Sistema Jubilatorio en Argentina: hacia la universalización de las prestaciones Conclusiones A partir del análisis planteado en el trabajo pudimos identificar que los dos grandes problemas del SJA se encuentran históricamente en la cobertura y el financiamiento. Como mencionamos en la segunda sección la cobertura del sistema ha mejorado significativamente gracias a las moratorias que se llevaron a cabo desde 2004. Sin embargo, las moratorias son soluciones transitorias, ya que no permiten corregir el problema de fondo y estructural en cuanto a personas que quedan excluidas del sistema jubilatorio. En materia de financiamiento, el SJA presenta en la actualidad una situación positiva, pero sigue dependiendo en más del 40% de rentas generales para financiarse y dentro de las cuales podemos encontrar al IVA y al Impuesto al Combustible como impuestos regresivos. Ante esta situación, el sistema no sólo excluye personas sino que utiliza recursos cuyo principal contribuyente son aquellos que no acceden a la prestación. Ante los problemas estructurales de cobertura y la participación no menor de las rentas generales en el financiamiento del SJA nos encontramos en la necesidad de poder plantear alternativas para superar estos inconvenientes. Con este objetivo desarrollamos una posible alternativa para garantizar una prestación universal para todos los adultos mayores, pero sosteniendo el pilar contributivo como pilar obligatorio y coherente con la historia laboral de los individuos. Con los recursos que dispone el sistema actualmente, el pilar universal puede garantizar un haber jubilatorio de $614. Por lo tanto, encontramos la necesidad de realizar ciertos cambios para poder garantizar la solvencia y sostenimiento del mismo, como la restauración de las contribuciones patronales a los valores de 1993 y la creación de recursos tributarios progresivos que se destinen al financiamiento de dicho pilar. Por todo lo hasta aquí expuesto, podemos decir que en Argentina se puede otorgar un haber universal que saque de la pobreza a los adultos mayores en situación vulnerable. Para ello es necesario realizar encontrar mecanismos de financiamiento como la restitución de los aportes patronales a los niveles de 1993, la creación de nuevos impuestos de carácter progresivo y la eliminación de ciertas exenciones (en particular del impuesto a las ganancias) de impuestos que poseen el mismo carácter. 30 El Sistema Jubilatorio en Argentina: hacia la universalización de las prestaciones Bibliografía o ANSeS (2010): Informe Mensual del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) – diciembre 2010, Bueno Aires. o BARBEITO, A.; LO VUOLO, R. (2009): Ingreso Ciudadano para la Niñez, Documento Nº 70, CIEPP, Buenos Aires. o CENDA (2010): La Anatomía del Nuevo Patrón de Crecimiento y la Encrucijada Actual. La Economía Argentina en el Período 2002-2010, Cara o Ceca, Buenos Aires. o CENDA (2011): IPC-7 Provincias, Serie 2006-2010. o CETRÁNGOLO, C y CURCIO, (2003): Sistemas provinciales de pensiones en Argentina. Diagnóstico y Alternativas, Banco Interamericano de Desarrollo, Washington. o CETRÁNGOLO, C y GRUSHKA, C (2004): Sistema previsional argentino: crisis, reforma y crisis de la reforma, CEPAL, Buenos Aires. o CETRÁNGOLO, C y GRUSHKA, C (2008): Perspectivas Previsionales en Argentina y su financiamiento tras la expansión de la cobertura, CEPAL, Buenos Aires. o CIFRA (2009): La Evolución del Sistema Previsional Argentino, Documento de Trabajo Nº 2, CIFRA, Buenos Aires. o CIPPEC (2008): Las Políticas Fiscales en la Argentina: un complejo camino a la equidad y la eficiencia, Fundación CIPPEC. o DBORKIN, D. y MARONGIU, F. (2008): “La movilidad de las jubilaciones. Elementos para el debate parlamentario”, Políticas Públicas Análisis Nº 53, CIPPEC, Buenos Aires. o ESPING ANDERSEN, G (1999): The Three Worlds of Welfare Capitalism, Cambridge: Polity Press & Princeton: Princeton University Press. o ETS-CTA (2009): La Seguridad Social es Nuestro Derecho, Equipo Técnico Sindical, CTA Ediciones, Buenos Aires. o GOLDBERG, L. Y LO VUOLO, R. (2005): “La reforma de la reforma: un nuevo sistema previsional para la Argentina”, Documento Nº 45, CIEPP, Buenos Aires. o GOLDBERG, L. Y LO VUOLO, R (2006): Falsas promesas. Sistema de previsión social y régimen de acumulación, CIEPP, Buenos Aires. o GOLDBERG, L (2007): ¿Qué hay de nuevo, viejo? La reforma previsional como caricatura de las reformas de los años noventa, CIEPP, Buenos Aires. o INDEC (2008): Serie histórica del Índice de Precios al Consumidor (IPC) en el Gran Buenos Aires (1943-2008), www.indec.gov.ar. o INDEC (2010 a): Canasta Básica Total para el segundo semestre de 2010. o INDEC (2010 b): Serie histórica del IPC, Buenos Aires. o IÑIGEZ, A y SELVA R (2010): Seguridad social para todos, CIEPYC, La Plata. o ISUANI, E. (1985): Los orígenes conflictivos de la seguridad social en la argentina, Centro Editor de América Latina, Biblioteca Política Nº 241, Buenos Aires. 31 El Sistema Jubilatorio en Argentina: hacia la universalización de las prestaciones o ISUANI, A y SAN MARTINO, J (1995): El nuevo sistema previsional argentino. ¿Punto final a una crisis?, en Boletín Informativo Techint N°281. Buenos Aires. o ISUANI, A y SAN MARTINO, J (1995): El nuevo sistema previsional argentino. ¿Punto final a una crisis? (Segunda parte), en Boletín Informativo Techint N°282. Buenos Aires. o MINISTERIO DE ECONOMÍA (2009): Finanzas Públicas y Sistema Previsional, Dirección de Información y Coyuntura, Buenos Aires. o MINISTERIO DE TRABAJO (2000): Panorama de la Seguridad Social. Serie Histórica 1971-2000, Buenos Aires. o MINISTERIO DE TRABAJO (2003): Libro blanco de la previsión social, Buenos Aires. o MINISTERIO DE TRABAJO (2010): Trabajo y Empleo en el Bicententario. Cambio en la dinámica del empleo y la protección social para la inclusión. Período 2003-2010, Buenos Aires. o MINISTERIO DE TRABAJO, SECRETARIA DE SEGURIDAD SOCIAL (2010): Boletín Estadístico de la Seguridad Social primer trimestre 2010, Buenos Aires. o ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL DEL TRABAJO (OIT) (1952): Convenio 102, Ginebra. o ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL DEL TRABAJO (OIT) (1991): Administración de la Seguridad Social, Ginebra. o PÁGINA 12, (27-04-2007): Una moratoria que pegó en el blanco, Buenos Aires. o PÁGINA 12, (18-08-2010): El 82% móvil llega al recinto, Buenos Aires. 32