ASTRONOMÍA: La astronomía es la ciencia que se ocupa del estudio de los cuerpos celestes del universo, incluidos los planetas y sus satélites, los cometas y meteoroides, las estrellas y la materia interestelar, los sistemas de materia oscura, gas y polvo llamados galaxias y los cúmulos de galaxias; por lo que estudia sus movimientos y los fenómenos ligados a ellos. La astronomía también abarca el estudio de la formación y el desarrollo del Universo en su conjunto mediante la cosmología, y se relaciona con la física mediante la astrofísica y la química mediante la astroquímica. La astronomía ha estado ligada al ser humano desde la antigüedad y todas las civilizaciones han tenido contacto con esta ciencia. Personajes como Aristóteles y Copérnico han sido algunos de sus cultivadores. La metodología científica de este campo empezó a desarrollarse a mediados del siglo XVII. Un factor clave fue la introducción del telescopio por Galileo Galilei, que permitió examinar el cielo de la noche más detalladamente. Telescopio: Instrumento óptico para observar objetos lejanos, en especial cuerpos celestes, que consiste esencialmente en un espejo o lente que concentra los rayos luminosos y forma una imagen del objeto, y una lente que amplía esta imagen. Fotómetro: El fotómetro es un instrumento para medir la luz existente en una escena y que se utiliza para calcular la exposición correcta de ésta. Todas las cámaras disponen de un fotómetro interno que mide la luz reflejada en la escena. Electroscopio: Aparato que sirve para conocer si un cuerpo está electrizado y permite, en caso afirmativo, determinar su signo. Filtro astronómico: Hay muchos tipos de filtros los cuales cada uno tiene una función diferente. Un filtro amarillo, por ejemplo, que es uno de los que más se emplean en astronomía, absorbe las longitudes de onda comprendidas entre el ultravioleta y el verde, y deja pasar las amarillas, anaranjadas y rojas. Radiotelescopio: Aparato receptor empleado en radioastronomía para captar y registrar las ondas radioeléctricas que emiten los cuerpos celestes. Teoría del campo gravitacional: Según dichos estudios, los astros obedecían a las Leyes postuladas por el matemático inglés Isaac Newton, de acuerdo a las características de los campos gravitacionales, cuya interacción con otras fuerzas y fenómenos determinaban el movimiento y la física de los cuerpos celestes. La primera consecuencia podría ser la de considerar los movimientos de un sistema solar como si de un "sistema inercial" se tratara, donde las fuerzas cumplen las leyes de Newton. No obstante fue Johannes Kepler quien, basado en las observaciones del danés Tycho Brahe, formuló las primeras leyes del movimiento de los astros. Estas Leyes convencieron a Newton de que, de alguna manera, los astros ejercían sobre los demás cuerpos, algún tipo de fuerza de atracción y que dicha fuerza influía en el movimiento de los mismos, tras lo que conformó finalmente su teoría del campo gravitatorio, hallando la fórmula que deduce la fuerza de atracción entre dos astros, dependiendo de sus masas, la distancia que las separa y una constante gravitacional calculada posteriormente por Henry Cavendish. El hallazgo de esta función, permitió confirmar las leyes de Kepler y extrapolar lo observado al resto de los planetas hasta entonces conocidos. Teoría de la relatividad Einstein construyó su nueva teoría de la gravitación (a la que llamó teoría general de la relatividad) como una salida muy ingeniosa a los problemas conceptuales que vimos en los dos apartados anteriores (y, como se demostró más tarde, explicó perfectamente los 0,43"/año de error en la posición de Mercurio). La genial idea de Einstein fue suponer que la gravedad (que está por todos los lados y en todo momento en el universo) está íntimamente unida al espacio y al tiempo (que obviamente están también por todos lados del universo y en todo instante). Propuso que el nexo de unión era la geometría: lo que ocurre, dice Einstein, es que, en presencia de una masa, el espacio-tiempo se "deforma", de modo que cualquier otra masa nota ese espacio deformado, y se ve obligada a seguir trayectorias diferentes a cuando estaba el espacio sin deformar (sin ninguna masa).