Cuadernos de Investigación. Cultura de diseño Déu Queerness. Opus I Déu Queerness. Opus I Cuadernos de Investigación. Cultura de diseño. <Déu Queerness> Cenáculo de Investigaciones Doctorales. 2019 Unidades de Cultura Científica y de la Innovación (Red UCC+i) Unidad Prospectiva de Género, Getqueerness WEBLAB / Correo electrónico: ciencia@uccreativa.org http://www.uccreativa.org ISSN 2605-3292 Queda prohibida la reproducción total o parcial por cualquier medio de esta obra sin expresa autorización del titular de los derechos patrimoniales. Cuadernos de Investigación Déu Queerness. Opus I Frans Martínez Pintor Myshell Manflorita i Roses Michaelle de fran Martínez Paraula Edicions < Cultura de diseño. Volúmen II > < La Massana / 2019> Déu Queerness. Opus I Antropología de géneros.pdf Claves para una definición de género.pdf El conocimiento práctico. Una interpretación....pdf La disexualidad en la condición de transgénero.pdf Queerness bioethics transabled.pdf Teorías sobre el ser y la sexuación.pdf … Déu Queerness. Opus I ANTROPOLOGÍA DE GÉNEROS Notas críticas y antagonimos en la deconstrucción binaria Martínez Pintor, M. de Fran Manflorita i Roses, Myshell Resumen: En la actualidad, las personas con variaciones intersexuales, sean en su mayoría de origen genético o construido, con sus cuerpos noheteronormativos se enfrentan a identidades de género estereotipadas, al aislamiento social y al estigma psicosocial respecto al “privilegio cis”. El término DSD1 y el marco de trabajo sobre trastornos, lo único que hace es contribuir a su devaluación ontológica por medio de un eufemismo tan cursi como la interseccionalidad (Crenshaw, 1991) y a la prolongación y resistencia por parte de quien no quiere que se modifique nada.2 Desde la sociología, se atiende a la desencialización del binomio sexo-género,3 ya que no se entiende lo primero si no es subordinado a lo segundo, desde la experiencia subjetiva de sentirse libre. El disfraz de género, ha pasado del uso de pantalones de forma cruzada4 a la reasignación hormonal y estetizante, donde el cambio de identidad desnaturaliza la programación de género. Palabras clave: Antropología periférica, etnocentrismo, sistema heterocentrado, identidad preformativa, realidad mixta. 1 Desde 2005/2006, las personas intersexuales han sido consideradas por la medicina como teniendo un “Trastorno del Desarrollo Sexual” (DSD) 2 La mente conservadora peca de involucionista, de una estulticia extremadamente desafortunada y de una moral bastante hipócrita. Lo que no perdonable es que algún doctor iluminado por los flashes de neón afirme que “Las tasas de prevalencia de comportamientos autodestructivos y tendencias suicidas en la muestra de personas con DSD, son dos veces más altas que en el grupo de comparación basado en personas no-traumatizadas” y eso que nadie ha demostrado aún la evidencia de esa condición. 3 Judith Butler de la teoría de identidad preformativa. 4 Siguiendo el trabajo de Butler, el género avanza a través de actuaciones ritualizadas, pero en el travestismo masculino se convierte en una "ruptura" performativa de lo masculino y en una "repetición subversiva" de lo femenino. Déu Queerness. Opus I Resum: En l'actualitat, les persones amb variacions intersexuals, siguin majoritàriament d'origen genètic o construït, amb els seus cossos no-heteronormatius s'enfronten a identitats de gènere estereotipades, l'aïllament social i l'estigma psicosocial respecte al "privilegi cis". El terme DSD i el marc de treball sobre trastorns, l'únic que fa és contribuir a la seva devaluació ontològica per mitjà d'un eufemisme tan cursi com la interseccionalitat (Crenshaw, 1991) i a la prolongació i resistència per part de qui no vol que es modifiqui res. Des de la sociologia, s'atén a la desencialización del binomi sexe-gènere, ja que no s'entén el primer si no és subordinat a la segona, des de l'experiència subjectiva de sentir-se lliure. La disfressa de gènere ha passat de l'ús de pantalons de forma creuada a la reassignació hormonal i estetitzant, on el canvi d'identitat desnaturalitza la programació de gènere. Paraules clau: Antropologia perifèrica, etnocentrisme, sistema heterocentrado, identitat performativa, realitat mixta. 1. Si me atribuyen un género y yo lo asumo como propio, o no Ante el temor primario a la castración y la necesidad de su control, una conducta patrilineal5 o androcentrista es permeable a la ambivalencia y la ansiedad masculina respecto del poder femenino.6 Jackson visualiza el antagonismo sexual desde la idea de que el “género” es una estructura psíquica, cognitiva y abstracta que ordena, de forma jerárquica, los significantes femenino y masculino. Las identificaciones de género reflejan posiciones, de sujeto conflictivas y contradictorias, deviniendo con ello Jean Jackson (1992) ofrece una explicación en ese orden para comprender las razones que promueven que la violencia masculina esté, simbólicamente, marcada en el ritual tucano. 6 McCallum propone que, al interpretar la violencia sexual, o cualquier otra forma de acción simbólica, debemos lidiar con la forma en que la acción individual y la experiencia se modelan en contextos culturales e históricos específicos. 5 diversas crisis de subjetividad.7 En la práctica se reconocen sólo dos posiciones de sujeto hegemónicas para todos, los cashinahua jóvenes propiamente masculino (xanen ibu) y propiamente femenino (ainbu ruin) pero vemos como la modelización de la subjetividad se abre hueco con un proceso de deconstrucción que podría asemejarse a lo que Judith Butler denomina deshacer el género. La deconstrucción de la identidad genérica que habilita el signo teatral ahora ya como algo construido y artificial, construye y deconstruye a su personaje a conveniencia. Al margen del ser ambiguo y genérico, el contexto actual demanda caracteres de inverosimilitud, donde el género es un accesorio, un objeto o producto de consumo anexo al cuerpo que conforma una imagen. En cambio, la realidad objetiva se perpetúa bajo una idea transfóbica sobre la que se puede fundamentar cualquier sentimiento a favor del género cruzado. Para Stoller género significaba el “sexo psicológico” con el que se dejaba atrás el determinismo biológico y por ello, la construcción social absorbe cualquier subjetividad y la configura desdibujando sus significados. No es una connotación simplemente culturalista, o de vanguardia, sino un ejemplo más de la desigualdad que rige en su diversidad como humanos. La perspectiva de género es un factor ideológico determinante para Josep Miró (2017) aunque la única perspectiva crossing es más bien ácrata o llanamente autónoma e independiente. Así que, la única confusion viene de la negligencia de no admitir antropológicamente, una realidad mixta que, siempre ha estado solapada y que ya es tiempo de ser visible. En la era de información global, el género se refiere, no solo a la categoría gramatical de las palabras, representa la voluntad intelectual del desarrollo humano en su afán por conquistar la realidad de la materia. A nadie se le impone el género, pero a todo neófito se le asigna un sexo, por lo que todo es cuestión de obedecer o discrepar, de reiterarse y reducirse a comportamiento básico o, por el contrario, conjugar un gran número de géneros por su capacidad estimulante y descubrir sus matices y variantes, según se responda individualmente. Si no se vislumbra un horizonte más vertical, la violencia estructural (Galtung, 1969) puede dispararse cuando las fantasías de poder masculino 7 En esta nueva perspectiva, el “nativo amazónico” es un ser genérico, único y distinguible; antes que nada, preocupado por su continuidad ontológica con los seres nohumanos. Déu Queerness. Opus I (Moore, 1994) son desafiadas por una mujer o una figura intersexual.8 Esto se contrasta con las tesis biologicistas que ligaban el rol9 y el status social de las mujeres a su anatomía, de tal suerte que, lo femenino no es preponderante todavía, sino que el objeto de reclamo resulta incomprensible fundamentalmente en aquellas mentes que alienan el pensamiento en dirección a la Meca o lo propulsan hacia un paraíso atemporal, donde mira por donde no hay géneros. Por ejemplo, las llamadas listas cremallera, no son una amenaza, sino una corrección histórica que no hay que temer repararla. El sentido del término género ha evolucionado, como consecuencia de su naturaleza específica, o sea sujeta a cambio. Lo que resulta lamentable siempre, es la cobardía de quien se refugia en términos cuantitativos, qué según ellos, los cisgénero son mayoría. Por esa razón, ninguna raza minoritaria sería honorable y esto, sí que es discriminatorio, antinatural y nada inteligente. Toda vez que, el núcleo fundamental de la teoría de género10 tiene sobre sí misma el poder de elección, nada hay que rebatirle, solo basta con no suscribirla quien no quiera. No está claro que la democracia no haga aguas y se haga demagogia por medio de sufragios, en vez de derechos, bioéticamente irrefutables. El fatídico, cuando no diabólico, trinomio Iglesia-Régimen-Psiquiatría, viene siendo diametralmente contrario al desarrollo y al progreso social, debido a su encierro sistemático. No basta con haber superado científicamente y socialmente al paupérrimo cesaropapismo y a la teocracia más rancia; se sigue perpetuando la intolerancia con una psiquiatría chirriante, a la que la OMS no le atiza con la razón e inopinadamente deja a su suerte a quienes no forman parte de esa élite di una Chiesa, ni de la 8 Galtung señala que “la violencia está presente, cuando los seres humanos están siendo influenciados, por lo que sus realizaciones somáticas y mentales, están por debajo de sus potenciales realizaciones”. 9 Según Morgan Carpenter: Mientras que la ‘corrección’ del sexo, es entendida cada vez más como un problema de derechos humanos, el nacimiento de un bebé intersexual permanece como una ‘desafiante emergencia clínica’. 10 La identidad de género es la percepción subjetiva que un individuo tiene sobre sí mismo en cuanto a sentirse hombre, mujer, o de uno de los muchos géneros no-binarios, y debe reconocerse como una identidad política portadora de derechos específicos, que comportan obligaciones de la sociedad y de las instituciones políticas hacia ellas. Troika, ni de ninguna comisión militarizada. Con el fin de cambiar nuestras sociedades, las organizaciones de mujeres, sindicatos y movimientos sociales más amplios no reportan otra cosa que la debida justicia. La historia es denunciable por abuso continuado y por cohabitación criminal ante el contubernio de una ciencia oscura, a la que hay que abrirle los ojos a la evidencia y a la distribución injusta de tareas y del poder social. El individualismo, junto con su valor complementario, atribuye sus logros a la capacidad consciente de sus cualidades y la legitimidad, para defenderse y desmontar los estereotipos negativos que inhiben su empoderamiento. La formación de las mujeres en el conocimiento científico, así como la de otros géneros invisibilizados hasta hace bien poco, contribuye a la creación y validación del progreso y de la igualdad, fundamentalmente, al progreso de la justicia. El concepto de género era una construcción semiótica, luego una plataforma sociocultural y se prevé que sea un efecto compuesto de representaciones discursivas y visuales de apropiación. ¿Pero, por qué, el género es una marca privilegiada de la identidad? El género no es el implante somático de una excitación psicofísica, requiere una acción de parte, frente a la diversidad múltiple (Laplanche) de un polimorfismo refoulement y su sustitución por el género como una categoría más aceptable para los adultos y su auto-entendimiento incontenible. En realidad, no hay problema con la denominación de los géneros, el conflicto parte del uso sexual que tanto asusta a quienes están inscritas no del lado de lo sexual, sino del lado de lo que reprime lo sexual. Entre una cosa y otra, las prácticas de deconstrucción del género se identifican con el desmontaje de la identidad individual y la obstrucción al progreso que la civilización misma produce al reprimir lo sexual. Ahora bien, más allá de la zona de confort del principio de placer, el antagonismo es cualquier cosa menos antisocial, de hecho, es constitutiva de una sociedad democrática. 2. Madre natura y creatividad Margaret King se vistió a principios del siglo XIX para asistir a la escuela de medicina, ya que ninguna aceptaría estudiantes femeninas. Hoy, el feminismo analiza el pacto social,11 aquel que estuvo precedido de un 11 Según la RAE se mantiene como una de las acepciones de feminidad “el estado anormal del varón en el que concurren uno o varios caracteres femeninos” Déu Queerness. Opus I “contrato sexual” desde una óptica de proveedores por la igualdad. Si el principal cometido político del feminismo es cambiar un imaginario colectivo, el papel de un padre, tenga hijas o no, deviene sencilla y certeramente en un manual básico de educación. Huelga decir que la historia es madre de la verdad y el pasado, y aunque esta haya servido a la explotación humana, resta emular al sentido común para que por fin sea el más común de todo sentido. Aceptamos que nada debe generar la incomunicabilidad y que el acto reconstructivo como creativo, parece ubicarse más en la dimensión del inconsciente que en lo consciente. No obstante, somos conscientes de cada acción y pulsión dentro del contexto, de nuestro espacio vital y hasta de una sensibilidad12 de cierto patrón socio-cultural. En tanto el cuerpo es sitio de relaciones externas de poder, su matriz de emergencia emocional, ha sido categorizada dentro del subgénero de la ficción especulativa. De esta manera, es posible sostener un llamado de atención sobre la condición deseable, sea binaria o intersexual. De hecho, en el contexto ficcional los géneros se retroalimentan de la corporalidad y su expresión tendenciosa, pues se trata de concebir al cuerpo como elemento de control y sujeción que deviene ser normalizado. La transformación obedece a un espacio de resignificación individual donde las ficciones culturales, con su auto-representación, su auto-imagen y con su práctica cotidiana, ha posibilitado un modelo simplista y a su vez una multiplicidad de discursos de género.13 Los feminismos provenientes de espacios propios, como catalizadores de sus dimensiones corporales/emocionales, transforman la subjetividad de los sujetos, mediante formas creativas y subversivas de entender y experimentar el placer. A partir, de las experiencias la antropología feminista, articula y se pone en diálogo con otros procesos generales, para proyectar una mirada alternativa a la sociedad. Asimismo, una configuración de prácticas, más allá de la 12 Pierre Bourdieu (2000, 55) narra desde una evocación nostálgica, partiendo desde la experiencia sinestésica del aroma del “pecado” que lo lleva a la búsqueda desesperada del disfrute gozoso de la piel (de Malte) aunque este lo condene a un pecado infernal. 13 Para Simone de Beauvoir “No se nace mujer, se llega a serlo” para expresar que la cualidad femenina no deriva de una pretendida naturaleza biológica, sino que es constituida a partir de un proceso complejo ligado a lo social, cuyo resultado es hacer de una persona de sexo biológico femenino, una mujer. sexualidad, se presenta en formas y circunstancias ilimitadas. Partiendo del objeto de estudio etnográfico, los discursos sobre las emociones (AbuLughod y Lutz, 1990) reformulan un cambio social desde lo corporal. Es preciso, dar cuenta de los espacios de encuentro que surgen de estas conceptualizaciones interpersonales. Estos planteamientos, desde la crítica a la heterosexualidad obligatoria, por ejemplo, orientan el deseo hacia aquellas prácticas performativas en el que explorar el placer a través de corporalidades y subjetividades diversas, se conforman en torno a la lucha de las mujeres y del movimiento feminista fuera la de reapropiarse de su vida, su cuerpo, su sexualidad y su autonomía personal. El hecho de intentar dar respuestas es un acto creativo en el que la distinción entre sexo y género no existe como tal'' (Butler, 2007: 55) Sería erróneo dar una visión etnocéntrica de la cultura en el desarrollo de la creatividad (Diaz…) porque para la comprensión del mundo abstracto, según Díaz Mor Prieto C. Huerta Mareca R., las distintas partes del cerebro trabajan conjuntamente y están conectadas de una manera poderosa, en sintonía con un mayor flujo cerebral en las áreas que se relacionan con el procesamiento multimodal y de emociones, y concluyen que la creatividad es un proceso dinámico que implica la integración de todos estos procesos, realizándose en un sistema muy distribuido del cerebro. Con la necesidad de tener suerte el ser humano observa la naturaleza y necesita comprenderla, con ella un orden lógico y todo ello enmarcado en un determinado hábitat y un no tan determinado género. La reflexión se problematiza con una supuesta democratización de la identidad de género, debido a la estrecha franja de pensamiento que guía a la masa cultural, además de empobrecer la especie por esta misma manía de imitar pautas que no ha dictado la naturaleza. El ser humano ha sido un corruptor de la naturaleza desde el momento que se hizo bípedo, no dejando a su suerte algo tan elemental como son sus particularidades. Más allá de una necesidad culturalizada, los contenidos simbólicos, se han tratado en ámbitos más o menos exclusivos, referidos a los gustos y las prácticas del bienestar humano y de la calidad de vida. Esto significa viabilizar verdaderos procesos de desarrollo interpersonal y la notoria concentración de naturaleza14 entre Tal como dijo la filosofía feminista Beatriz Preciado, más que violencia de género, el género de por sí es violento, ya que impone y condiciona desde la crianza, la identidad sexual del niño/a, no dando lugar a expresiones distintas del género y la sexualidad, fuera de lógicas patriarcales-heteronormativas. 14 Déu Queerness. Opus I términos intrapsíquicos y fuerzas inconscientes que intervienen en el funcionamiento del aparato psíquico. Bien está, considerar que los humanos no tienen solo sexo, tienen sexualidad. Nuestros deseos, atracciones y pasiones están condenadas a pulular por un laberinto de consistente de individuos que se sienten atraídos por un sexo, por ambos sexos, o alternar entre uno y otro. Creativamente hablando, nuestra reserva mental de recursos ha añadido muchísima complejidad, desde la desproporcionada manera de concebir fetos a la manera creativa de tener éxito racional como especie. Ya es hora de arrinconar categorías biologistas y que todas las conexiones entre género y sexo sirvan para empoderar a la persona asociada con el género, según afirma la ciencia que cambiará, como casi todo lo demás, a lo largo del tiempo. La mezcla de género, lenguaje, diversidad cultural y sexualidad, puede convertirse entonces en un símbolo de la gama diversa de experiencias humanas. Rebecca Jordan-Young, presenta en sus estudios importantes diferencias entre los sexos, pero son más semejantes que diferentes. Entonces, la manera en que modelamos el mundo «masculino» o «femenino», se desarrolla mediante interacciones entre el mundo externo y nuestro propio aparato sensorial, que a todas luces puede girar con absoluta normalidad y estimulado por una sencilla curiosidad natural. La inteligencia sexual, que no aparece en Harward, cambia su enfoque con el tiempo a medida que lo hacen nuestros contextos sociales y estructurales, incluso cuando la sexualidad es esencialmente colaborativa. Hace dos millones de años, para evitar a los depredadores, hubo personajes que, a través del conflicto, la imaginación y la colaboración se abrieron paso entre ambos géneros. Siempre debemos recordar una tendencia al individualismo que se retroalimenta con la cooperación; algo compatible con la opinión de Megan King cuando dice: "Mis momentos más creativos llegan cuando mi cerebro puede descansar".15 En este sentido, la lógica permite visualizar las oposiciones semánticas en el 15 tos. La atención se denomina red predeterminada al activase cuando soñamos despier- aprendizaje, lo cual confiere aportaciones fundamentales dentro de un sistema social, donde el proceso cognoscitivo, subsume valores y principios a una forma extensa de comportamiento. El concepto de “sistema sexo/género” se encuentra dentro de la compleja articulación social, de manera que unas sexualidades por un lado son consideradas normales o legítimas; por otro en cambio, justificaría la opresión y el sistema jerárquico. Por lo tanto, la realidad propone una alteración estructural en el lenguaje para poder destruir el género o modificar su uso (Wittig, 1971) extrapolable al género gramatical. En la brecha de género el proceso para conseguir la igualdad revela que la anatomía como destino constituye la medida “neutra” del pensamiento lógico deductivo. Sin embargo, mientras que la diferencia sexual es una forma primaria de diferenciación significativa, el género se refiere tanto a un accidente gramatical como a una cuestión relativa a los sexos. Aunque se aborda la identidad de género, los cambios manifiestos han aportado la pluralidad de sujetos irrepresentables. Queda en vilo, el reconocimiento de más de setenta identidades de género en sus perfiles RRSS. Desde ese momento la realidad deja de ser binaria porque se divide cada día en minorías más atomizadas. 3. Pensar lo sexual En este artículo el disciplinar los deseos, las sexualidades y el feminismo son producto del diálogo, contribuyendo a producir identidades legitimadas y negadas, en relación a normalizar un sistema heterocentrado que rompe aguas. La identidad sexual, la identidad de género y la orientación sexual, son definiciones simplistas y no hay que entretenerse en clarificar su marco teórico. En cambio, la combinación de estos tres conceptos, presuponen una combinatorial muy interesante, respecto de las diferentes realidades y el respeto hacia la experiencia personal y extrasensorial. El término “sexo” es polisémico16 para todos y cada uno de los seres humanos, engloba la parte biológica, emocional y afectiva, por lo que el mayor órgano sexual que poseemos es nuestra epidermis. Evidentemente, un ser sexuado interpreta y toma decisiones que en principio solo le atañe a nivel personal, pero al necesitar a otras personas en el acto sexual, la toma 16 Para Carmen Bengoechea nuestra conciencia nos dicta cómo percibimos y vivimos sexualmente, pures nuestro cuerpo nos lleva años de ventaja demostrándonos que la sexualidad funciona nos agrade más o menos. Déu Queerness. Opus I de decisiones se comparte ponderadamente. La clave sexual asertiva plantea por tanto una coherencia entre los principios de cada persona con la finalidad que confiera al sexo. El comportamiento se reduce a sus deseos sobre un límite inspirado en las distintas relaciones que tenemos y las personas de referencia que nos rodean. Enocasiones, las consecuencias de nuestras decisiones, aun cuando se satisfacen, debe estar libre de toda fuerza externa, incluso de fuerzas sutiles. Además, la ética sexual asertiva analiza las diferentes funciones para su desarrollo integral, desde la reflexión estética sobre la belleza de la sexualidad, hasta nos invita a vernos de otra forma. La sexualidad es una acción específica, pero su práctica deja de ser universal, en cuanto al desarrollo de la excitación sexual. Vamos que, la fantasía erótica, partiendo de la necesidad biológica, nos lleva a determinar la mayor satisfacción a través de sensaciones que multiplican las posibilidades de su cerebro y los movimientos de su cuerpo. No hay porqué suponer la realidad por sí mismo, sino que, al dejarse llevar por una serie de intuiciones o estímulos, no le inducen a irrealizar las cosas. Una mayor liberalidad requiere de una protección de la intimidad, y en ese sentido, la aceptación de una persona que posee independencia, autonomía, libertad, deseos propios y particulares, contiene los mismos valores y esperanzas que cualquiera. De hecho, las principales emociones del intercambio, equivalen por un lado a las generales para todas las acciones. El grado de libertad ha venido defendiendo el derecho de los jóvenes a elegir la pareja, la identidad sexual o de género y las formas de amorsexual. El nivel de excitación aumenta por un refinamiento de la sensibilidad corporal, de forma que ceder y aprender algo de la sensibilidad del otro aumenta otro tipo de estrategias de satisfacción sexual. La sexualidad es razonada por la humanidad bajo puntos de vista diferentes, en particular es un tanto estricta sobre la mayoría del gremio binario, pero muy abierta para el resto de identidades de género y condición sexual. Los hallazgos clínicos, o mejor las señales especulativas sin rigor científico, llevan a reflexiones sobre los caminos del deseo, poco fundamentados en la relación entre los géneros. Aunque, se trate de liberar la información, las categorías femenino y masculino, al no moverse históricamente no pueden considerarse competencias argumentativas. Como pilares de una estructura social ha servido perfectamente, pero hoy no es menester referenciarlos como paradigma cibernético. A partir de la década de los setenta, se inició un proceso de deconstrucción de los contenidos sexistas y no se acaba de asumir la máxima realidad, sino una especie de mínimo común múltiplo, bajo el cual la promiscuidad sigue invisible con el consentimiento de la misma orden binaria. Ya no se pueden ignorar aquellas neosexualidades que conllevan, según Rosario Allegue, el cambio en los cuerpos, la revisión del concepto sobre identidad sexual, y los caminos del deseo, todo esto enmarcado en la crisis de las referencias simbólicas y en el narcisismo como paradigma de esta época. La diversidad sexual tan solo es una más a elegir o asumir sin fisuras, siempre que nada obligue a relativizar demasiado a la diferencia sexual como condición determinante para el establecimiento del sujeto psíquico. Asimismo, la categoría psicoanalítica de la diferencia, seguirá torpedeando las teorías y políticas de género. Mientras, cada cual se hará todo tipo de preguntas, como reverso de lo único.17 Joyce McDougall señala que no hay diferencias significativas entre el análisis de pacientes homo y heterosexuales, por lo que deducimos que el goce que se le da a su partenaire es inversamente proporcional al obtenido de su orientación e identidad colectiva. No es la confirmación narcisista, sino el deseo libre de poder ser reconocida en cualquier tipo de identidad y práctica sexuales, incluido la alternancia. Pensar en sexo es una parte significativa que se construye sobre nuestra vida personal. Cada vez que sentimos deseo, se producen reacciones fisicoquímicas sobre las que se puede enarbolar todo tipo de teorías, de transformación y vida. Ya es triste que en un primer mundo meramente tecnológico las personas que no encajan en el binarismo apenas tengan el apoyo de los suyos y con reparos. Es vergonzante que se tenga que usar la definición de "declaración" para excusarse por no sentir como la hipotética mayoría, aunque hay una cantidad de heterosexuales que usan los servicios de otras personas trans y hasta del mismo sexo de vez en cuando. Tampoco es necesario competir ni alterar la siesta intelectual de nadie, pues las sensibilidades cisgénero son tan susceptibles como indolentes sobre minorías 17 En femenino, la relación con una mujer es más fácil, somos amigas, compañeras, no me siento exigida. Déu Queerness. Opus I a las que temen y desconocen. Europa trata de ser la vanguardia en derechos, pero en vano las comunidades son inclusivas, y no es por el nivel de estudios o la información sesgada, es que el ser humano es tan cobarde y poco admirable, que solo entienden el respeto hacia su prole. Este término o el de manada para ser más concretos, es el más real para calificar a individuos que desprecian a la inteligencia con sus actitudes intolerantes y se perpetúan en una moral pseudo religiosa que, ni procesan y a la que faltan el respeto continuamente, de pensamiento y obra. La importancia de hablar de la cualidad sexual depende de las mismas luchas y demandas que históricamente se van articulando, de forma que, en una ciudadanía predefinida la respetabilidad sexual no puede hacerse cargo, de la crítica y la transformación mucho más profundas que hace falta promover a nivel de las formaciones culturales. Bajo esta lógica, una sociedad en términos sexuales y en términos democráticos se posiciona como evaluadora de los grados de avance en derechos humanos y esto incluye, las relaciones horizontales de aprendizaje mutuo y un salto en el campo de las políticas sexuales. En el caso de lo queer, no solo como término sino como marco analítico y crítico, como descriptor de una comunidad que reniega de cualquier posición canónica, se asume una posición extremadamente voluntarista y soberana por causa de reivindicar una identidad posible. La confusión del diálogo entre las distintas voces del debate, cuestionaría ese lugar de desconocimiento o de congelamiento del significado de lo queer, en tanto que, la intraducibilidad del término no implica que se comprenda su verdadera dimensión, o sea ilimitada. En lo que respecta al sistema sexo-género el deseo aparece como la concreción de un goce, luego se podrá aumentar el interés sobre el poder, entendiendo por deseo no una lógica de la falta, o en su caso18 el problema que enfrenta Lacan para articular el agotamiento de la significación con la 18 La definición del deseo como metonimia de la falta en ser, planteada en "La instancia de la letra", es muy precisa en términos de las relaciones del significante y la significación, pero muy impreciso en términos de su relación con la dimensión sexual (la pulsión), pues al homologar toda la significación con la significación fálica, esta también se encuentra vaciada de ser. dimensión de la sexualidad. El placer implica la constitución de un campo de inmanencia mediado por una sucesión de objetos estimulantes, que conforman una situación específica, un escenario de disfrute, un mundo sugerente. Se trata de un proceso de performatividad entre alienación y placer, contraponiendo a la aproximación moralista una comprensión que rompe el binomio alienación/emancipación.19 En una nueva idea de autonomía, como de la inmanencia de los derechos alienables, el ser posidentitario parte de la militancia y la producción en pos de la liberación sexual. La matriz de producción de subjetividades repara en las relaciones de género, sexo, raza y clase, y es que la sexualidad siempre será una posibilidad de empoderamiento en su permanente expansión. Todo esto, nos lleva a preguntarnos, desde una antropología estructuralista, por el concepto de pulsión en sí y la determinación implicada en la enunciación inconsciente.20 Otra cosa sería enfangarse en la nesciencia21 que se nos impone en un procedimiento ritualizado, y es entonces cuando el cuestionamiento como causa de estudio, como diálogo con otras disciplinas científicas, se transforma en pérdida de certezas. Bien dice Javier Cantera22 al afirmar: “La heterodoxia es un valor para innovar, nadie rompe el confort de lo sabido con ideas socialmente aceptadas ¿Quién llama a una idea extravagante? Aquel, que piensa desde el esquema habitual de la normalidad. Toda idea nueva en el inicio produce extrañeza, pero si llega su “tiempo” se volverá en una idea habitual”. 4. La alteridad sexual como teoría autónoma23 19 La emancipación es entonces la auténtica humanización, como un ser natural y práctico que se constituye históricamente en su relación con la naturaleza, que debe realizarse plenamente, determinaciones particularistas (Constanza Amézquita, 2009, 46) 20 El goce, dice Lacan en este texto, es "aquello cuya falta hace inconsistente al Otro" 21 En las modernas teorías científicas se sabe, y no por experiencia, que cada rama del saber científico encuentra su propio límite imposible de franquear, tal como: el principio de incertidumbre de Heisenberg y los teoremas sobre la incompletitud de Gödel, que Lacan propone como paradigmas del problema conjetural. 22 http://javiercantera.com/no-oro-lo-reluce-la-nesciencia-rrhh/ 23 De Lauretis, Teresa (2015) Género y teoría queer. Mora (Buenos Aires) 21 (2) 0 Déu Queerness. Opus I La alteridad en deuda de comunalidad frente a las exigencias de la modernidad, se extiende a todos los ámbitos del ser y se manifiesta en todas sus dimensiones: fisiológica, psicológica y científica. Aunque Ludwig Feuerbach diga que la personalidad es, por lo tanto, nada, sin diferencia de sexo, las verdades antropológicas esenciales ponen de manifiesto que, el derecho a la opción de género y de identidad sexual, obedece a una realidad incuestionable. Nada, tiene que llevar a una regresión, pues nuevos valores globales se inscriben en una vieja inquietud humana que, ya se constataba en el conocerse a sí mismo. Según la ciencia, la alteridad sexual forma parte esencial, inherente e innata del ser humano y de la personalidad, así que en la medida en que el sexo es constitutivo de la persona sensible, la asunción de un modelo de persona sexuada supone un reconocimiento de la verdad material.24 Bajo la premisa de la arbitrariedad social, la heterosexualidad obligatoria o realidad inevitable, no puede opacar que vivimos encima de un doble abismo25 que puede producir, según los sujetos y los momentos, resultados totalmente diferentes e inesperados. Tal es así que, la singularidad de cada ser, enfatiza la expresión de la alteridad, en tanto que la representación escapa a los esquemas lógicos más elementales, y es que no puede ser de otra manera. La imaginación nos sirve para elucubrar el antes y el revés sin necesidad de someterla a ninguna de las exigencias del determinismo. Así pues, el desvelamiento de la alteridad nos muestra el carácter radical del imaginario, del inconsciente que denota la realidad de la escisión del sujeto y que se rige por el principio del placer. Igual que Foucault considera la sexualidad como una anatomía que nosotros mismos creamos, la sociedad normalizadora articula en el mismo cuerpo humano lo biológico y lo histórico. Esta disonancia será superada por la diferencia sexual entendida como una muerte del género, al indisciplinar esa anormalidad ya normalizada (Echavarren, 2007) en las relaciones de género. 24 Castoriadis ante el juego repetitivo de las pulsiones relaciona dicho juego con el sentido, como clausura que conlleva la permanencia en la identidad, así como, por otro lado, relacionar dicho juego con los momentos excepcionales de ruptura por obra de la creación humana. 25 Castoriadis con Octavio Paz, Jorge Semprún y Carlos Barral (1991 a) La dualidad cartesiana se traslada del cuerpo-mente y puede interpretarse como una tentativa de validación científica, para establecer un horizonte desde lo que supuestamente antes se llamaba la alteridad. La justificación antropológica de la dualidad de sexo-género establece un canon prototípico de las últimas modernidades, fiel y deseante de desmontar las voces del patriarcado. Ahora el acento mismo activa una fase “posgénero” que trasciende las fronteras disciplinarias (Braidotti, Subjetividad nómade, 139) y se pretende ir más allá de la verdad de mi sexo. Beatriz Preciado propone una insurrección sexual occidentalizada, que concierne el cuerpo y los afectos o una autoteoría (Preciado, Testo Yonqui, 15) Si los cuerpos no son codificables se debe rápidamente axiomatizar las sensaciones que tan solo los divergentes experimentamos. Es curioso como se enreda la madeja entre especulaciones de bajo nivel existencial, donde la ciencia yerra como siempre al no procesar la verdad desde la propia transexualidad o disexualidad. A Preciado no le importa la experiencia individual sino la evolución de los flujos y las claves instauradas a fuego en la psiquis de quienes nos sublevamos contra la Teoría del miedo (Panero, 9) y del proyecto sexopolítico. El fármacon fue la negación de la identidad y de la sustancia y ahora se disfraza o se reduce al dígito y al cibercódigo de un género sutil (biocódigo) reconocible por su ambigüedad y contradicción latente, víctima incluso de un exceso biopolítico. Lo cierto es que el sistema de valores se presenta como nuevo perfil del objeto social y sexuado, siendo difícil de trazar una línea divisoria. Si los estudios de género entienden el sexo como un sistema socialmente prescripto, la diferencia biológica no representa el origen de las funciones cognitivas específicas, sino que la orientación funcionalista naturaliza las expectativas generadas por la multiplicidad de discursos en torno a la diferencia del rol sexual en un concepto clave:26 el género. Desde la pluralidad de las prácticas sexuales que orienta una percepción de la sexualidad autónoma, se avanza a tientas buscando la noción de ser sexuado como construcción colectiva. Por un lado, los estudios de corte psicosocial describen una generalización adversa a estudios de género en pro de una sociabilidad inclusiva, necesaria para mantener la condición de irreductibilidad entre natura y cultura. El estudio del sexo no 26 Fátima Flores. Segunda edición revisitada. Déu Queerness. Opus I puede convertirse en regulador social, en todo caso prescribe la conducta en función de prescripciones naturales determinantes de la individualidad. La euforia del discurso de género conlleva una pérdida de precisión conceptual, porque su anclaje global recurre a nociones ya conocidas para otorgar un contenido al objeto novedoso, en vez de travestir la idea del ser hasta entender la diferencia natural entre lo masculino/femenino, por supuesto más allá de lo binario. Realmente el sujeto humano sigue preso de esa subjetividad de la modernidad que identifica el sujeto como neutral, universal y no marcado sexualmente, y desde Foucault se viene asimilando la novedad que significa la noción de género y transgénero. De esta forma, las diferentes representaciones del sexo establecen una frontera discursiva entre sexo y género, alrededor de un núcleo figurativo en torno a la oposición bipolar, y a una reducción absurda de lo que realmente representamos las personas “transgénero”, más acá de la periferia de un sistema que siempre corrompe desde la base binarista. Por ello, los significados estables dan vida social al objeto y nuestra capacidad creativa nos hace sentir libremente la simultaneidad de un género reconstruido y una sexualidad abierta a elaciones que el objeto vital y químico establece con su entorno. En trazos generales, no diseñamos contornos sociales, sino curvas de reabsorción del exceso de significaciones. Imaginamos una disposición afectiva que permita avanzar desde la elaboración simbólica transgresora a la normalización estética y bioética de nuestra dimensión ontológica. El sistema de género en tanto que normativiza la diferencia de roles nos deja espacio para adelantar una representación social multivariada en torno a un núcleo figurativo (Abric, 1984) del todo realista. La teorización del género queda atrás y explícita en la observación de prácticas implicadas en la reproducción del sistema de género, o sea distante a la interacción de los intersexos. Ya no son relevantes ni confiables, puesto que al abrir el señalamiento de elementos estereotipados hemos descubierto una vaguedad extrema, inmaterial y que nosotras nos encargaremos de demoler con testimonios personales y colectivos desde distintos ángulos. Para concluir la constitución del sistema de género, primero habría que disponer de medios racionales que orienten la estructuración de la identidad sexual; luego de la construcción del sí mismo, resistir a posibles evaluaciones de la situación por parte del sujeto y ofrecer un mayor número posible de situaciones de interacción social, conducentes a la toma de posición del sujeto. 5. Inequidades de las relaciones de género Las divergencias biológicas aparecen carenciadas, naturaleza versus cultura, a lo largo de la historia de las relaciones sociales. Las diferencias en materia de género se manifiestan en las áreas de acceso a las oportunidades y a la sociedad civil proactivista. Por su parte, la antropología social tendería a valorar las otras culturas a través de sus propios prejuicios. El etnocentrismo no llega a evidenciar juicios de valor inconscientes e inconsistentes, en todo caso, el androcentrismo en su teorización política, justifica sin pudor la desigualdad sexual. En la revisión crítica se llega a constatar una indiferencia por la construcción de los sexos bajo la presunción de una categorización sexual universal, salvo excepciones, y que al estudiar una cierta reverberación sobre unos lastres insoportables. El concepto género ha facilitado el marco donde se construía la relación entre hombres y mujeres, pero que en referencia a una jerarquización sexual no se pronuncia más que con los hechos, supeditando un género a una extremidad machista. Es, precisamente lo isogenérico el medio de formar parte en una sociedad avanzada, articulándose en términos de igualdad relativa y en la cual no caben estrategias de poder. Al mismo tiempo, la antropología del parentesco supondría una limitación de la incidencia de las mujeres en el ámbito público, y esto que las contadas excepciones llevó a dar una mayor relevancia social a la capacidad de decisión y transformación social. No cabe duda, toda perspectiva debe interpretarse desde la conversión del matriarcado y de un claro discurso evolucionista que acabe con sus estratificaciones, disimetrías y desigualdades en clave de sexo y género. El mantenimiento de la construcción social pasa por la cosificación de los géneros dentro de un orden socio-racial cada vez menos jerarquizado. Pero hay que ir más allá de las concepciones aditivas y asumir una noción más substancial de la interseccionalidad. En este sentido, una forma de ver y de transformar la estructura patriarcal nos mejora sustantivamente, pues desde la paridad se pretende dar un nuevo impulso a las tres dimensiones del desarrollo sostenible: económica, social y ambiental. En este contexto se entiende que la igualdad entre los géneros no es solo un derecho, sino Déu Queerness. Opus I que hay que abrir este sentido antropológico a la infinidad de géneros con capacidad de manifestarse. El presente estudio redefine construcciones socioculturales que pueden modificarse, no solo porque han sido aprendidas, es que los aspectos simbólicos y materiales se constituyen en sujetos y relaciones sociales. Aplicado al proceso de desarrollo, la transversalización valora las implicaciones que tiene la identidad libre de género para la elaboración, puesta en marcha, control y evaluación de las políticas y de los programas de desarrollo. El análisis simbólico-estructural del ritual y el mito conforma un capítulo dualista que divide lo “mental” de lo “material”, entre una realidad potencialmente cognoscible y una realidad efectivamente conocida. El acierto del avatar intergénero necesita de los lineamientos fundamentales que, tanto en la esfera local como global, presentan, directa o indirectamente, orientaciones de la antropología simbólica. La teoría de los círculos culturales, bajo un criterio de forma vincula la utilización de un elemento con la probabilidad de encontrar semejanzas, aunque por tales no se entienda la diversidad y las reinvenciones innovadoras o divergentes, compatibles con la convivencia. Para cualquiera el orden social es definitivamente un orden simbólico, donde los conceptos de performance enriquecen a la antropología como experiencia. Pues bien, el tramado de géneros es otro tópico vinculado con la interculturalidad, a pesar de que atenta contra la intimidad y una competencia cultural desmedida y mal entendida. En sintonía con sistemas de conocimiento y prácticas médicas, la fenomenología que llevan a estudios del self, la persona, el cuerpo y su condición sexual, es oportuno referenciar el concepto de embodiment, que implica tomar en cuenta el cuerpo vivido como punto de partida metodológico, antes que un objeto de estudio.27 Javier Sáez (2004: 98) plantea un modo provocador de entender la organización social del sexo biológico cuando apela a la heterosexualidad 27 (PDF) ANTROPOLOGÍA SIMBÓLICA: Pasado y presente 1. Available from: https://www.researchgate.net/publication/308516120_ANTROPOLOGIA_SIMBOLICA_PASADO_Y_PRESENTE_1 [accessed Dec 09 2018] como lugar principal del que emanaban la mayoría de estos dispositivos de opresión. Por ello, cuando se habla de la no participación en la institución matrimonial, la categoría “mujer” constituye una afrenta a la heteronormatividad. Y es que toda identidad es inherentemente opresiva y excluyente para Butler. Así mismo, cuando en el caso de cuerpo y lo corporal, la dimensión abarca al transgénero, los procesos de construcción de las narrativas históricas y la naturaleza de sus lógicas pierden todo valor lógico y simbólico. Estamos ante una realidad que se permite diseñar hasta de manera artificial sus argumentos, virtualizando la posibilidad de experimentar cualquier elección personal frente a las múltiples complejidades y contradicciones de la modernidad globalizada. Por ejemplo, el Transfeminismo ofrece imágenes y metáforas que bien se ajustan a un guión mal llamado ecología simbólica urbana, mientras que los aportes de la antropología para desconstruir las nociones y prácticas sobre género puede encontrarse en Mónica Tarducci (2005) y en Segato (2003 y 2007) Por último, señalaríamos el aislamiento en el que los géneros llamados periféricos han tenido que reinventarse y eludir una realidad de odio generalizado, que deja a esta especie en entredicho y de poder, nos iríamos a otra escenografía o planeta en el seno de su etnología madre. Con la excusa del antagonismo sexual se ha ignorado secularmente comportamientos que indicaban que había una gran variedad y ejemplaridad fuera del binarismo. Por última vez, habría que dejar como agotada una psicología universal signada por el temor primario a la castración, la envidia del falo y la necesidad de su control, porque es tan ridículo como ofensivo. De todas formas, estas orientaciones han focalizado la estructura de género en el análisis del ritual, de sus instrumentos y de sussímbolos; al tiempo que la inteligencia cuestionaba la otredad y la afinidad para comprender las razones por las que hay que garantizar, tanto una ambivalencia sexual como una estructura replegada sobre sí misma y hacia el mantenimiento de un equilibrio interno. Con todo respeto, el chamán ancestral representa a una sociedad universal que es incapaz de ir más allá de sus narices y que pone en discusión en forma directa y explícita el estado patológico con el que interpreta sus desórdenes invocando a divinidades y fuerzas superiores. El chamánsocial proporciona un lenguaje con el que expresar inmediatamente estados informulados o informulables, pero que le sirven para gobernar bajo una forma ordenada, toda clase de significantes excluyentes. La eficacia simbólica de Levi-Strauss con los postulados experimentales de la ciencia positiva, entra en colisión con la omnipotencia cognoscitiva de la ciencia Déu Queerness. Opus I formal, así que nosotras ejerceremos un género libre de etiquetas (Artigas, 1992) y sin necesidad de ser confirmadas por ningún fósil. Bibliografía Abric, J.-C. (1984) "A theoretical and experimental approach to the study of social representations in a situation of interaction”. En Social Representations, editado por Robert Farry Serge Moscovici, 169-183. Cambridge. Artigas, M. (1992) Las fronteras del evolucionismo; Ed. Palabra, Madrid, pp. 57-63. Cambridge University Press. Abu-Lughod, L.; LUTZ, Catherine A. (1990) “Introduction: emotion, discourse, and the politics of everyday life” en Catherine Lutz y Lila AbuLughod (Eds.) Language and the politics of emotion. Cambridge University Press. Pp. 1-23 Amézquita, C. Comunicación, Cultura y Política Alienación y Emancipación. Revista de Ciencias Sociales. 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Por tanto, más allá de una gnosia lógica, la imaginación permite descubrir la inteligencia práctica, cuya asunción integra al género en una infraestructura esencialmente estocástica; lo que a su vez representa cambios de paradigma y la argumentación de un nuevo lenguaje integrador y de cohesión fenotípica. Palabras clave Gnosia, habilidad mental, inteligencia práctica, estocástica, lenguaje integrador. Resum Déu Queerness. Opus I Entre les funcions de gènere es troba la integració de l'espècie biològica en accions planificades, la labor comença en l'acció dels gens, o sigui mitjançant una maduració selectiva i l'aprenentatge ambiental. Des de les àrees cerebrals secundàries, la interpretació d'estímuls motoriza el reconeixement del món a través del cos i de la seva posició en l'espai. El concepte d'esquema corporal és clau en tant lloc on s'assenta la identitat i la imatge psicoanalítica, però a més, l'ocupació efectiu de capacitats i habilitats mentals comporta l'acte creador entre els fenòmens d'autoorganització. Per tant, més enllà d'una gnosia lògica, la imaginació permet descobrir la intel·ligència pràctica, l'assumpció integra al gènere en una infraestructura essencialment estocàstica; el que al seu torn representa canvis de paradigma i l'argumentació d'un nou llenguatge integrador i de cohesió fenotípica. Paraules clau Gnosia, habilitat mental, intel·ligència pràctica, estocàstica, llenguatge integrador. Introducción La identidad en sí misma involucra la idea de singularidad o distinción, respecto de sentimientos y pensamientos que engloban una imagen corporal exclusiva. En cuanto al autoconcepto y su competencia social, la identidad de género internaliza en torno a su yo, la asunción de valores como un conjunto de expectativas culturales específicas. El constructo “género e identidad” puede implicar un dilema, cuya expresión pública determina, qué elementos son más relevantes en la construcción y categorización de constructos personales ya disponibles (Feixas, Geldschläger y Neimeyer, 2000; Landfield, 1971) Money y Ehrdardt (1972) indican que la identidad de género se define como “la igualdad a sí mismo, a la unidad y a la persistencia de la propia individualidad como varón, como mujer o ambivalente”. La identidad es en sí misma una especie de dilema singular que contempla la distintividad (Rocha, 2009) no solo como referencia social, sino que hacen referencia al sentido del sí mismo o al “yo”. No se trata de una diferencia estadística, por el contrario, interacciona sobre los sentimientos positivos o negativos que una persona posee sobre sí misma. En una construcción personal, la unidad de identidad personal y cultural de un individuo es una tarea larga y diferenciadora.28 En ella se van modulando, tanto la condición de confort de acuerdo a su cuerpo y otras variables, de índole más psíquica e imaginativa posible. Cabe definir al feminismo de equidad bajo una concepción híbrida, al igual que la identidad hace referencia a un proceso de diferenciación, a un proceso de integración y en su caso a la relevancia de los aspectos sociales que define una identidad social. Hay una relación abarcable a la hora de hablar de identidad, como resultado de tres procesos: biológico, psicológico y social. Esto se entiende meridianamente de un concepto taxonómico a una dimensión simbólica, otra dimensión social y la dimensión individual. Bajo una postura más sociológica, Parsons (1968) refiere que la identidad es un sistema central de significados de una personalidad individual, que orienta de manera normativa y da sentido a la acción de las personas. Entre normas y códigos culturales el desarrollo de una autodefinición está impregnado de prácticas sexuales y conducta Partiendo del sentido personal de continuidad y distinción como factor crucial de la autodefinición, William James (1952) fue uno de los primeros teóricos en considerar estas dimensiones, indicando que una identidad estable se deriva de la sensación de continuidad que la persona experimenta, es decir, el saber que se es de una forma constante y consistente, por lo que proponía que una falta de esta sensación de continuidad podía desequilibrar a la persona y alterar su sentido de sí misma. 28 Déu Queerness. Opus I erótica, de incertidumbre emocional derivada del instinto y sentido psicológico de sí mismo como hombre o como mujer; aunque se considera normalizado lo asexual, la transexualidad, lo sin género y cuantas conductas pueda imaginarse a título personal. En realidad, no debe existir contradicción asociada sobre el constructo, de género e identidad, puesto que, bajo una perspectiva más biológica, un tratamiento hormonal puede corregir aspectos estéticos con resultado significativo. Identidad no genérica La investigación psicológica ha tratado de explorar aspectos básicos en la generación de la percepción diferencial entre los géneros, asumiendo reglas que delimitan el comportamiento. La socialización supone la inscripción de la individualidad en el mundo social a través de la asunción de ciertos roles, y otras características involucradas con el género. La postura psicodinámica freudiana va perdiendo fuelle a medida que descubrimos la complejidad natural y en tanto que vamos adquiriendo no sólo roles, sino también estableciendo las bases para la estructura psíquica. El impacto de las relaciones tempranas apenas representa un estadio identitario, dicho de otra forma, parece involucrar tanto un proceso de aprendizaje como un papel mucho más activo por parte de quien se identifica mediante un determinado género. La historia cambia cuando observamos las habilidades sociales necesarias, en primer lugar, para determinar un perfil psicológico razonable y luego en cuanto a la tendencia inspiradora y consumista, o sea el ansia por experimentar sensaciones contradictorias, pseudo salvajes en sentido metafórico y en concreto incalculadas. A este respecto, vale la pena indicar que, de manera diferente, las personas intercambian pareceres y singularidades mucho más sugerentes que la reafirmación en la identidad de un género u otro. Bajo tales posturas el niño o la niña reconoce su género y actúa con respecto a éste de manera más o menos arbitraria en el fondo, a pesar de la carga costumbrista y los estereotipos. La curiosidad está muy por encima de su rudimentario entendimiento del género para jugar ciertos papeles y entablar una comunicación y una serie de conductas que piensan van de acuerdo a las etiquetas que han recibido y aprendido. La Teoría Multifactorial de la Identidad de Género esboza posibilidades en superficie, pero lo interesante es cómo procesar la información física, emocional y subjetiva, cada vez que obviamos una realidad de género empobrecida históricamente. Nos hallamos así ante la paradoja29 pseudo binaria y por ser "desexualizado" el desarrollo psicosocial del género. Además de cuestionar la denominación de masculino y femenino, en el campo de la psicología, se ha perdido el tiempo construyendo escalas para medir la feminidad y la masculinidad. En ese sentido Juan Fernández propone que, si la sexología se ocupa del desarrollo del morfismo sexual, es decir, del sexo que evoluciona como sexualidad, ya que la generología, nada o poco tiene que ver con comportamientos propiamente sexuales. Desde la polaridad naturaleza/cultura, al género habría que categorizarle de naturaleza multidimensional, en este sentido, el género es un organizador de las estructuras sociales y de las relaciones posibles e imaginarias. El enfoque psicológico se ocupa deconstructivamente de la vivencia personal del género, de la subjetividad de la historia de las relaciones y de la armonización de una multiplicidad de zonas erógenas. Entendiendo a Freud, la fisiología no puede dar cuenta de los procesos subjetivos, pues al sugerir la identificación de feminidad con pasividad, se apresura a rechazarla. El auténtico enigma se refiere a la imposibilidad de describir lo que la persona es, pero si a la libidinización de sus objetos por las variaciones individuales. Freud rechaza las generalizaciones que operan como modelos o paradigmas de género. Considerar al cuerpo como natural representa un privilegio ontológico a la construcción biológica del cuerpo, pero lo natural y lo significante son indiscernibles. Lo real no puede ser nunca totalmente simbolizado, en todo caso responsabilizado y, en consecuencia, circunstancialmente sodomizado. Freud destaca la difusión de la nerviosidad en la sociedad cuando el estudio de la subjetividad pone en evidencia el campo de las tensiones sociales y la restricción nociva de la vida sexual. Merced Rol de género es todo lo que una persona hace o dice para mostrar a los otros o a sí misma en qué medida es masculina, femenina o andrógina; esto incluye excitaciones y reacciones sexuales y eróticas, pero no se limita a ellas. 29 Déu Queerness. Opus I a esta capacidad de sublimación, la satisfacción sexual legítima no entiende de marcas de género. Los estudios de género han sido propuestas, ideas y argumentos que han llegado a formar un marco teórico y conceptual, sin referencias exclusivas, que varían intra e interculturalmente. Según se cree en INSTRAW, la diferencia sexual entre hombres y mujeres ha implicado un proceso de socialización, a través de construcciones sociales sujetas a cambio. En suma, la utilización electoralista de la equidad de género, pone remedio a injusticias previas o sesgos excluyentes, pero no soluciona el conflicto de intereses en cada esfera de bienes. La ciudadanía se recompone de los derechos para la libertad individual, abarca todo el espectro de géneros y reconceptúa el reconocimiento en la práctica como una condición neutral. Está fuera de toda duda, que la alternancia de género es irrelevante a la hora de la interpretación genérica, es decir, la referencia exclusiva a los dos sexos, indistintamente. La cuestión principal versa sobre el principio de accesibilidad mixta, sin determinantes de género, por lo que conviene recurrir a la aposición especificativa. Razón biosociocultural Puesto que las personas aparecen identificadas en un mero producto sociocultural, donde el género es un artificio de base estructuralista (naturaleza/cultura) y del pensamiento binario, la idea de que el intelecto y la vida humana son universalmente binarios, viene a resultar cómoda y vinculante con la homogeneidad normativa. Para Derrida (1967) es necesario deconstruir nuestro sistema de pensamiento binario para comprender mejor la multiplicidad de la realidad humana, pues los individuos se encuentran cerrados en una estructura social que no les permite desarrollar su acción social subjetiva. En ese sentido, nuevas formas se configuran sin perder su propia unidad, que permiten, de una forma u otra, explicar a través de oposiciones la multitud de subjetividades que se dan y actúan en el mundo real. Es necesario, rediseñar una continua combinación de acciones colectivas e individuales, lo que permite la incalculable renovación de identidades, de estructuras y de simbolismos alrededor de las dimensiones de sujetos más o menos queer. Actualmente, estas diferencias en la dimensión de género, no ayuda a nadie, peri si contrapone lo masculino a un femenino, igualmente. En esta conjetura, la individualización del sujeto está siendo fuertemente criticada por las nuevas subjetividades andróginas. Mañana, la forma reflexiva subjetiva de la identidad en un proceso de individualización, permitirá considerar las identidades personales en las decisiones colectivas. Una alianza de sensibilidades frente a otra de civilizaciones, serán contingentes y se nos invita a subvertir los géneros deshaciéndonos de rasgos de los géneros ya establecidos culturalmente y redistribuyéndolos para así constituir unas subjetividades genéricas diferentes" (López Pardina 2002: 8-9) No existe una relación univoca entre posición social y acción social, esto significa que no se puede categorizar al sujeto social y sexuado en base a categorías de género delimitadas y homogéneas; en todo caso, pensarse a sí mismo es una manera de modificar la estructura social y el sistema de pensamiento. Para una sociedad plural, el sujeto se encuentra obligado a superar momentos de todo tipo de crisis, entre las que las condiciones históricas promueven la continua metamorfosis de su espacio simbólico/cognitivo y de su espacio social. Más allá de del estado de conciencia, situada según Sartre, o proyectada en relación a un proyecto que la fundamenta, la razón ontológica del ser, difiere de cada personalidad social y adquiere todo un significado, particularmente creativo. El pensamiento es dinámico y, en consecuencia, el género no puede estar categorizado como único y absoluto. Cabe señalar que una construcción neohegeliana de género, no solo implica una construcción intersubjetiva de lo social, la norma También ayuda a desarrollar una concepción ética de aplicación, mediante la competencia comunicativa. Expresar la condición digna de vivirse valida al ser para responsabilizarse en su derecho diferenciado de propiedad y de proposición heterogénea, o por el contrario si se prefiere admitiendo fragmentaciones sincréticas. Lo dominante bien carece de titularidad, así, lo condicionado exime de cierta responsabilidad, no de culpabilidad de autor al seguir tendencias autoritarias. La libre elección personal se explica mediante acciones de Déu Queerness. Opus I coherencia sobre los diferentes enfoques que, en todo caso, han ido configurando una nueva conceptualización acerca del término género. Afortunadamente, los estereotipos cada vez con más frecuencia, son objeto de sesgo intelectual, además, las normas de interacción social y las rutinas culturales caducan, desde su puesta en escena y caer en el tópico. El paradigma sociocultural conjuga la razón y la analogía de sus procesos con el sistema de información, y en ese sentido podemos ubicar alguna clave, relativamente creativa, que otorgue a la identidad de género un aprendizaje psíquico, a ser posible sin condicionamientos. Lo cierto es que, la sociedad en la que vivimos aboga por el cumplimiento de los derechos ciudadanos, de lo que vamos naturalizando una manera de ver y de hacer el mundo en función de la cultura de diseño. Nos enfrentamos a retos solidarios de alto calado social, de apreciaciones sugerentes para generar nuevos horizontes y adaptar a la razón. Entre las formas de resignificar la realidad, la dimensión de la intimidad ocupa el primer estadio sobre el que representaremos la identidad social. Aún, da que pensar la simplicidad de acceder a un modelo singular de vida, que asumimos con convicción en el seno de grupos de pertenencia. La singularidad en cambio contempla las condiciones simbólicas que hacen posible la ruptura y divergencia que caracteriza al ejercicio de la libertad, según Restrepo (1989) Se trata pues de enfrentarnos e introducirnos a una verdad no contaminada, en la potenciación y articulación auténtica de los deseos individuales. El trabajo por una conceptualización defectiva nos hace presuponer que se ha priorizado la mera información desconfirmatoria como estrategia de cambio, desatendiendo así la funcionalidad identitaria a la que sirve.30 Si los prejuicios están habituados en la conformidad y en la prolongada despersonalización, la consecución de la autoestima decae en pro de lo sistémico, y no a favor del endogrupo. El cambio social o creatividad social, son subjetivamente percibidas como seguras, por tanto, la discriminación solo ha de ser ejercida en las dimensiones irrelevantes. A este propósito, la 30 Oakes, P.J., Haslam, S.A., y Reynolds, K.J. (1999) Psicothema 2008. Vol. 20, nº 1, pp. 80-89 asunción de que la homogeneidad sea negativa per se, dada la dependencia del contexto cultural, sugería la simple categorización social de los individuos hacia el favoritismo endogrupal. El hecho social total confirma, más allá de la tradición, que una antropología de género bien entendida, no significa que las restricciones biologistas puedan condicionar en modo alguno. Basta con iniciar su mirada interrogante hacia la cultura y comprender el alcance social que significaría poner fin al viejo dilema binario. Con todo, muchas de estas iniciativas o líneas de reflexión, si existe alguna interlocución posible sobre la materia de género, tienen consecuencias directas sobre la naturaleza de la identidad cultural. Es probable que el adjetivo social se deje de tutelar psiquiátricamente, desde el momento que se proclamaron los Principios de Yogyakarta31 en 2006. A simple vista, cada persona puede considerar a título personal, un abanico en el que se despliegan múltiples identidades sexuales, pero la ausencia de reconocimiento es la mayor de las exclusiones sociales. Mientras que la sociedad determina en qué condiciones se tolera la libertad, la asimilación del transgénero y todo lo alternante, trata de flexibilizar los protocolos a la verdadera realidad de las personas. La elaboración de procesos pro-equidad de género y de cooperación por integrar el enfoque de género en la cooperación al desarrollo, se fundamenta e inspira en la transversalización de la perspectiva de género. Cuando se plantea el Mainstreaming de Género se apunta al hecho de que el trabajo por la igualdad contribuirá de manera decisiva al progreso en todos los objetivos. Es indudable que los avances, tanto metodológicos, como tecnológicos, han aportado estrategias diferenciadoras de una manera singular. Respecto a una actividad gnosopráxica, sea en condiciones estimables, realmente decrementa la información, pues por el motivo que sea, las funciones corticales superiores dicotomizan el resultado de 31 La Comisión Internacional de Juristas y el Servicio Internacional para los Derechos Humanos, en nombre de una coalición de organizaciones de derechos humanos, han puesto en marcha un proyecto encaminado a desarrollar una serie de principios legales internacionales sobre la aplicación del derecho internacional humanitario a las violaciones de derechos humanos por motivos de orientación sexual e identidad de género, a fin de imbuir una mayor claridad y coherencia a las obligaciones de los Estados en materia de derechos humanos. Déu Queerness. Opus I las conductas y en función de fenómenos vivenciales. Ser, marca el modo de respuesta (SNC) que es localizada y modificada mediante la plasticidad sináptica e integrando tareas creativas. Relaciones interpersonales En una visión más integrativa, Rossan (1987) hace referencia a la identidad global, como resultado de los diferentes roles que los individuos juegan en la sociedad. En las últimas décadas ha cobrado énfasis en la psicología, la visión multifactorial de la identidad de género, a través de las conductas y actitudes correspondientes, que tarde o temprano se consolidan en rasgos o estilos de personalidad y que se manifiestan en los roles y en las redes sociales. La conducta intergrupal debería proporcionar al sujeto estrategias exitosas de afirmación identitaria, principalmente en la praxis científica y en el ámbito psicosocial. La identidad es en sí misma una especie de dilema en tanto involucra por una parte la idea de singularidad o distintividad, que permite ubicar a la persona como parte de un grupo de referencia y hacen referencia al sentido del sí mismo (Rocha, 2009) En lo que respecta al autoconcepto la conciencia surge en relación estrecha con la interiorización de valores, normas y códigos culturales, y de cómo se observa y cómo actúa. Tal como la variabilidad intercultural se hace evidente, una persona aprueba y participa de un conjunto de sentimientos y conductas consideradas como apropiadas para sí mismo en su género constituido culturalmente. Pero cuando difiere del grupo en tanto en cuanto, el sexo biológico entra en conflicto morfológico, la identidad de género otorga el rol de subidentidad, mientras que se interactúa a través de las conductas y actitudes, libremente desarticuladas. Para Dillabough (2001) la identidad es tan natural y evolutivo como otro cualquiera, o sea un proceso inconcluso. La postura psicodinámica establece las bases para la estructura psíquica, el inicio de un amplio proceso de socialización y la motivación y disposición para identificarse con alguien elegible. Además, el aprendizaje social, centra su atención en el papel que juega la comunicación, entre la base de la diferenciación y el proceso de interacción. Vamos, que el interaccionismo simbólico viene desarrollando un comportamiento propio, más bien de índole reflejo o mediador, respecto al estímulo-respuesta frente a los demás. Otra forma de expresión posible es el concepto de androginia psicológica propuesto por Bem (1974) pues quizá favoreciera una mayor salud mental, lo importante es cómo evaluar rasgos masculinos y femeninos en relación con diversos indicadores de salud y bienestar. Sería un error catalogar al género bajo un esquema determinante, de lo que puede rescatarse la interdependencia y consonancia entre el tipo de rasgos, conductas, motivaciones y cogniciones placenteras. Aunado a ello, el proceso de socialización resulta fundamental en la adquisición de los estereotipos de género, a partir del cual el lenguaje y los símbolos repercuten directamente en el tipo de identidad autónoma. El futuro diseñará una endoculturación con el énfasis de la autoasertividad, la sensibilidad interpersonal y claves para funcionar a través de señales interpersonales. Transversalidad de Género En una sociedad libre, de genero abierto y liberación de nuevas versiones, el volumen de usuarios de nuestro quehacer democrático, además de tener preferencias pueden optar por la declaratoria de consumir ideales de transversalidad y seguridad identitaria. Las recomendaciones para ratificar nuestra intención de lograr la igualdad, cobran especial relevancia a la hora de fomentar la competencia en comunicación lingüística y social. En el mismo sentido, una sociedad libre programa las líneas generales a desarrollar, siempre que la responsabilidad, el respeto y el rechazo a todo tipo de discriminación e intolerancia, deben favorecer, tanto la adquisición de información relevante y significativa, como el desarrollo de estructuras de pensamiento y de acción orientados a formar personas competentes. Déu Queerness. Opus I Es importante considerar que, en la realización efectiva de la igualdad, la libertad, la ignidad y el derecho a la vida, se nos implica para aunar todos los esfuerzos sobre las funciones establecidas por la Ley 1620 de 2013 en Colombia.32 De otro modo, el sexismo, la homofobia, la lesbofobia, la bifobia y la transfobia o cualquier cosa que represente desmarcarse de lo tradicional, no dejará que la evolución continúe por construcción de la ruta de atención y empatía necesarias. Dar respuesta a interpretaciones y acciones que pueden llevar a la vulneración de derechos en el marco de construcciones socioculturales es una razón de Estado. Es muy importante la difusión inteligente de imágenes y mensajes para acompañar su actualización en la que se definen los procesos y protocolos para trabajar en la educación para la sexualidad, la formación de los derechos humanos, la prevención y atención de la violencia en el interior de los establecimientos educativos, y para gestionar todas aquellas situaciones que afecten la convivencia escolar y el ejercicio de los derechos humanos sexuales y reproductivos. Otra comprensión en razón del prejuicio puede definirse como fácilmente superable, ya que la garantía de los derechos humanos sexuales, será fundamental y plantea los mensajes necesarios para la movilización de las formas de pensar. El desarrollo del Gender Mainstreaming intenta probar la efectividad de colocar al género en el centro y apunta a superar la dualidad del mundo masculino y femenino (Rees 2005) Si bien existe consenso, Los comités de convivencia escolar deben fomentar los procesos de sensibilización, reflexión y transformación de los imaginarios existentes con respecto a los roles de género, este documento brinda elementos para esta tarea: ofrece algunos conceptos básicos, estrategias y recomendaciones puntuales para el ajuste de los manuales de convivencia, para la construcción de la ruta de atención de cada establecimiento educativo y para la reflexión sobre el tipo de comunidad educativa. 32 una agenda setting33 desafia a los paradigmas existentes, evitando posiciones esencialistas que harían inviable una acción continua y consecuente en este sentido. La implementación de los procesos de diseño requiere una alta medición de impactos (Walby, 2003-04) en base a la transversalidad operativa, dejando sentenciado su foco en la política pública, en forma más o menos articulada. Se trata de democratización del género y el diseño e implementación de la política pública de género (Rai, 2004) En el proceso de implementación práctica en la UE la constitución de redes de garantía, apenas cubre sus organizaciones cruzadas, lo que en su defecto se han explorado formas de producir consensos de políticas a través de innovaciones deliberativas en temas de la agenda pública. Al tiempo que se manejan términos y tecnicismos para dimensionar la capacidad de lenguaje sobre el género, el debate ha integrado como se ha visto anteriormente, a otros actores menos visibles, pero no menos singulares. Solo hay una estrategia transformadora, y eso reduce las posibilidades de diseñar estrategias diversas, más efectivas y transversales para su consecución. Límite y Consumación Las instituciones de la Unión Europea reconocen que los tres estadios (no discriminación, acción positiva y transversalidad de género) se atropellan y se solapan, ante una falta de compromiso real por abarcar de una vez por todas la coordinación interadministrativa para la igualdad de género. Las Unidades de Igualdad de Género se prevén en el artículo 68 de la LCIMH, de hecho, las unidades de modernización administrativa están plantando cara al sistema. La responsabilidad de la promoción de la igualdad de género se fundamenta en funciones de género integradas34 y en la definición 33 Emanuela Lombardo intenta “deconstruir” la construcción discursiva que “generiza” a los sujetos, proponiendo políticas de diversidad más allá de una política de igualdad de oportunidades o de diferencia radical. 34 El Tratado de Amsterdam (1999) en sus artículos 2 y 3, formaliza el compromiso de la Comunidad con el mainstreaming o “corriente principal” de género, al establecer la igualdad entre mujeres y hombres como una labor específica de la Comunidad, así como un objetivo horizontal que repercute en todas las labores comunitarias. Déu Queerness. Opus I de prioridades y competencias sectoriales. Esta naturaleza vinculante identifica y visibiliza la consecución de los objetivos establecidos en el Plan de Desarrollo de cada país. La Estrategia común europea se estructura a lo largo de los siguientes ejes, con los correspondientes objetivos estratégicos: Eje A. Implantación de la transversalidad de género en la Administración de la CAC. Eje B. Información, imagen y comunicación dignas e igualitarias de mujeres y hombres. Eje C. Igualdad en las condiciones laborales de mujeres y hombres. Eje D. Prevención y eliminación de la violencia de género. Eje E. Igualdad en las condiciones de inclusión social de mujeres y hombres. Eje F. Corresponsabilidad de ambos sexos en los ámbitos público y privado y conciliación de la vida laboral, familiar y personal. Eje G. Participación y representación pública equilibrada de mujeres y hombres. Eje H. Educación para la igualdad entre ambos sexos y la plena ciudadanía. Eje I. Vida saludable y atención a las necesidades de salud diferencial debidas al género. Siguiendo un esquema o exis corporal como principio de intelección de la realidad, la degradación simbólica basada en una lógica del honor (Bourdieu, 1962: 107 y1989: 33) previene de que la lógica de la vida práctica, no puede ser articulada adecuadamente en ningún modelo teórico general. Por tanto, una cierta noción de individualidad es necesaria para escapar de analogías aprendidas. Las sensaciones corporales35 se encuentran mutuamente entrelazadas, pero no tiene por qué, ejecutarse automáticamente un programa de socialización previo. Bourdieu (1991: 410) concibe el sentido de un símbolo si sólo está completamente determinado, en y por las acciones en las que se lo hace intervenir. En concreto, la construcción teórica de un lugar en el espacio social-género para el autor, muestra la potencia de organización sociológica de su visión del cuerpo. Esta sociodicea sólo puede sostenerse a partir de la utilización cuidadosa de la atracción y el rechazo, de encuentros inconsolables, aunque la servilidad interesada ha ido construyendo la diferencia entre la cara nocturna y detestable y la cara diurna e infinitamente respetable de la escuela (Bourdieu, 2001b: 213-214) No es complicado imaginar la aleatoriedad que se dispone, toda vez que concretemos exactamente lo que se quiere obtener. La identificación de patrones sociales en una infraestructura esencialmente estocástica, quizá represente un espacio de estados en el que priman los valores de las variables, no el aspecto formal biológico. Según avanzamos en torno a una tecnología virtual, los incrementos de todo tipo se realizan en un proceso de tiempo continuo, de tal manera que la asunción de valores e identidad, se fundamenta más mediante una variable aleatoria e independiente de la historia. Hasta ahora las cualidades observadas en todas las sociedades denotan la frecuencia relativa acumulada, sin embrago, una función de distribución empírica en clave de género, no cabría o no sería uniforme en un histograma medio. El género como célula social garantiza su potencial de desorden, al igual que la entropía describe lo irreversible de los sistemas termodinámicos. Ahora bien, si el género es un organizador de las estructuras sociales36 que admite cierta desincronización. Pero si la sincronía, como orden, no es 35 Según Bourdieu, los esquemas de percepción del grupo, sexuales y sociales, han labrado la corporalidad y de esta manera impulsan movimientos de homología entre los diferentes espacios sociales. 36 La Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres, establece que “La ordenación general de las políticas públicas, bajo la óptica del principio de igualdad y la perspectiva de género, se plasma en el establecimiento de criterios de actuación de todos los poderes públicos”. Déu Queerness. Opus I sólo posible, sino inevitable ¿Habría que ubicar en entornos de incertidumbre al tercer género y sus variantes? El comportamiento del ser humano puede alternar objetivos elusivos y contenidos genuinos, por lo que, para afrontar sus dilemas, cabe reseñar la urgencia por diseñar una cultura behavioreana. La nueva metafísica incluye la disforia de género como una transferencia de información de dudoso origen genético, es decir, el alma, la mente y el cuerpo-espíritu queer, reclaman un mejor conocimiento de su esencia y presencia. Una ciencia de género parte de conceptos y significados diferentes, al tiempo que se transforma en una serie de prácticas, por desgracia, despojadas a veces de todo sentido cultural. De cualquier manera, hay esperanzas de una mejor calidad de vida humana, éstas no están en la tecnología sino en la nueva dimensionalidad biopsicosocial. Una accesibilidad mixta, sin determinantes de género, incluye a subidentidades y gnosis de psicogénero para lograr un consentimiento universal de conceptos y prácticas, que nos ayuden a cambiar el sentido que tiene lo etimológico, es decir el verdadero significado de la identidad de género. Si lo absoluto es el espíritu total en sí, la identidad se permite diferir en tanto en cuanto es una mera agregación de individualidades, que existen como mónadas independientes. En consecuencia, la identidad de género como entidad abstracta departe información cualitativa, de tal modo que al conversar consigo mismo, ninguna otra entidad puede resultar significada.37 En calidad de testigo, por ejemplo, un potencial axiológico se difumina con la acción referencial o continua,38 luego, la conformidad o la no conformidad, pueden tener uno o varios valores modales entre los elementos de sus estereotipos o de sus núcleos. Es por esta razón que la categoría de género se sustantiva en la concordancia y se distribuye en la asimetría, socialmente 37 Kwasi Wiredu. Perspectiva filosófica sobre el concepto de comunicación humana. Revue internationale des sciences sociales. Unesco, Paris. Vol. XXXII (1980) n.° 2. 38 Leer más: http://www.monografias.com/trabajos102/sistemas-estocasticos-y-entropia-remedios-fuerzasque-cona-trolan-nuestras-vidas/sistemas-estocasticos-y-entropiaremedios-fuerzas-que-cona-trolannuestras-vidas.shtml#ixzz58IpGiXlA construida.39 La verdadera diferencia realmente es infrecuente, ya que el binarismo de género coexiste en origen con la posibilidad de las personas de alternar su comportamiento. Referencias bibliográficas Agrupación de Desarrollo. Ideas para la comunicación no sexista. “Compromiso por la Conciliación” Guadalajara 2004. AA. VV. La Teoría de la Identidad Social: una síntesis crítica de sus fundamentos, evidencias y controversias. Psicothema, 2008. Vol. 20, nº 1. Bourdieu, P. (1962) «Célibat et condition paysanne», Études rurales, nº 56, 1962. Bourdieu, P (1991) El sentido práctico, Taurus, Madrid [1980] Bourdieu, P. (2001b) Science de la science et réflexivité, Raisons d’agir, Paris Derrida, J. (1967) L'écriture et la différence. Paris, Editions du Seuil. Dillabough, J. A. (2001) Gender theory and research in education: Modernist traditions and emerging contemporary themes. In B. Francis & C. Skelton (Eds.), Investigating gender: Contemporary perspectives in education (pp. 11-26) Buckingham, UK: Open University Press. Dolto, F. La imagen inconsciente del cuerpo. Ed. Paidós. Fernández, J., "¿Es posible hablar científicamente de género sin presuponer una generología? Papeles del psicólogo, Nº76 (2000), pp.3-10. Cf. del mismo autor, Nuevas perspectivas en la medida de la masculinidad y feminidad, Madrid, Ed. de la Universidad Complutense de Madrid, 1983; Varones y mujeres. Desarrollo de la doble realidad del sexo y del género, Madrid, Pirámide, 1996; Género y sociedad, Madrid, Pirámide, 1998. Freud, S. Studienausgabe, Francfort, Fischer, 1982, IX, p. 9-32. (O.C., t.II) James, W. (1952) Principles of pschology. New York: Henry Holt. López Pardina, T. 2002 "De Simone de Beauvoir a Judith Butler: el género y el sujeto", Cuadernos de Trabajo, 2: 1-11. Money, J., & Ehrhardt, A. (1972) Desarrollo de la sexualidad humana. Madrid, España: Morata. El concepto fue incluido en la edición de 2014 del Diccionario de la lengua española, indicando que el tercer significado de la palabra "género" se refiere al "grupo al que pertenecen los seres humanos de cada sexo, entendido este desde un punto de vista sociocultural en lugar de exclusivamente biológico". 39 Déu Queerness. Opus I Nicholson, L., <<La genealogía del sexo>>, Hisparquía, vol. V, 1 (1992) Oakes, P.J., Haslam, S.A., y Reynolds, K.J. (1999) Social categorization and social context: Is stereotype change a matter of information or of meaning? En D. Abrams y M.A. Hogg (Eds.) Social identity and social cognition (pp. 55-79) Oxford, UK: Blackwell. Oakes, P.J., Haslam, S.A., y Reynolds, K.J. (1999) Psicothema 2008. Vol. 20, nº 1 Parsons, T. (1968) The position of identity in the General Theory of Action. In C. Gordon & K. Gergen (Eds.), The self in social interaction (pp. 16-23) New York: Wiley. Rai, Shirin, Gender mainstreaming: Conceptual and comparatives Issues, Paper presentado en el ESRD, Leeds, 2004. Rocha T. Desarrollo de la identidad de género desde una perspectiva psicosocio-cultural: un recorrido conceptual. En Interamerican Journal of Psychology, Vol. 43 no.2, 250-259. Porto Alegre ago. 2009. Recuperado en 25 de febrero de 2018 de: http://pepsic.bvsalud.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S003496902009000200006&l ng=pt&tlng=es. Rees, T., Reflections on the Uneven Development of Gender Mainstreaming in Europe, International Feminist Journal of Politics, December 2005, Taylor and Francis, en http://www.tandf.co.uk/journals Rossan, S. (1987) Identity and its development in adulthood. In T. Honness & K. Yardley, Self and identity: Perspectives across the lifespan. London: International Library of Psychology. 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IMIO, Fundación Mujeres y Likadi. • Unidad de Igualdad de Género (web). Junta de Andalucía. • "El mainstreaming de género en la práctica: experiencias ejemplares y buenas prácticas". Junta de Andalucía. • Manual de recomendaciones para incorporar la perspectiva de género en la actividad de la Diputación Foral de Bizkaia. • "Mainstreaming de género y análisis de los diferentes 'marcos interpretativos' de las políticas de igualdad en Europa: el proyecto MAGEEQ". Bustelo, M y Lombardo, E. UCM. • "Los 'marcos interpretativos' de las políticas de igualdad en Europa: conciliación, violencia y desigualdad de género en la política". Bustelo, M y Lombardo, E. UCM. • "Guía para la elaboración de proyectos desde una perspectiva de género". Fundación Mujeres. • "La igualdad entre mujeres y hombres tras el Tratado de Lisboa". Velasco Portero, MT. VLEX. • "Mainstreaming o enfoque integrado de género. Manual de aplicación en proyectos de empleo". Likadi. • "¿Qué es la perspectiva de género y los estudios de género?". Mujeres en Red. • "Un enfoque para la igualdad de género". Nueva Sociedad. • "Guía metodológica para la incoporación de la perspectiva de género en las agendas 21 locales y en los planes de urbanismo de Canarias". Gobierno de Canarias (2005) • Diagnóstico de situación de mujeres y hombres en la Administración General autonómica (ICI, 2017) Déu Queerness. Opus I • Guía metodológica para la aplicación de las directrices para la elaboración del informe de impacto de género (ICI, 2017) TABLAS Tabla 3. Variables biopsicosociales http://www.elsevier.es/ficheros/publicaciones//02116995/0000003400000006/v0_201502091330/X02116 99514054835/v0_201502091332/ es/main.assets/12477_19904_60329_es_12477_t4.jpg Déu Queerness. Opus I Conocimiento práctico. Una interpretación queerness sobre la subjetividad Practical knowledge. An interpretation Queerness of the subjectivity FRANS MARTÍNEZ PINTOR Escuela Superior de Diseño Consejería de Cultura y Universidades de la Región de Murcia. esd@uccreativa.org Resumen: Entre una concepción aristotélica del conocimiento práctico y la ineludible desintegración existencialista, renace una posición que, sin llegar a ser relativista, aparece dispuesta a profundizar en las más diversas formas del subjetivismo queerness. Se trata, asimismo, de salvaguardar la interpretación cognitiva frente a la distancia insalvable del conocimiento teórico respecto del práctico. Palabras clave: Aristotelismo, praxis, existencial, subjetividad queerness. Abstract: Between an Aristotelian conception of practical knowledge and the inescapable existentialist disintegration, a position is reborn, without becoming relativistic, appears willing to delve into the most diverse forms of queerness subjectivism. It is, also, to safeguard the cognitive interpretation against the insurmountable distance of the theoretical knowledge with respect to the practical one. Keyword: Aristotelism, experience, existential, subjectivity queerness. INTRODUCCIÓN No se puede hablar de nada esencial cuando admitimos lo abstracto entre lo existencial y lo subjetivo, pues al igual que lo socrático se apropia de la identidad del conocimiento como virtud, la racionalidad práctica, además de ser un conocimiento integrador de la acción, de partida se distingue por su objeto independiente del teórico. Sin embargo, a la luz del estado actual la ciencia evidencia que parece considerable una atención más específica, no solo de los distintos tipos de conocimiento; en particular, como realidades distintas sobre las que podemos construir el sentido de estar en el mundo. Se trata de que la relación del individuo consigo mismo no sea distorsionada, sino una consideración subjetiva de una misma crítica, objetivada dentro del itinerario intelectual del cual brota. Ser la finalidad que Déu Queerness. Opus I ella misma se traza, supone modificar la imagen en su representación paradigmática, al punto de interpelar la elección de una forma de vida estética, es decir, la totalidad de su vida a partir de su propia voluntad. En lugar de pensar en la autenticidad sería más acertado hacerlo en la autonomía, ya que lo identitario se hace visible en el transcurso de ejecutar la elección de sí mismo. En la auto-relación frente a su realidad singular, el ser individual permanece indiferente ante sus realizaciones incomprensibles, pero gozando de su libertad infinita. Esta disociación de la subjetividad nos permite no escindirnos, sino complementar la existencia ética en un cumplimiento de auto-elección que lo incumbe personalmente y, dada su indeterminación en su intimidad, también en el caso de opacarse en las dimensiones de la esencia y de la naturaleza humana. Por otra parte, la propia realización sensible de disponer de su naturaleza, está presente en el acto de ser esencialmente personal, no sólo en términos de ser responsables, porque la persona en tanto en sí misma, subjetivamente está en la misma libertad originaria. La diferencia estriba en tomar alguna decisión de forma vinculante, pero al margen de haber provocado la irracionalidad en algún momento. Si aplicamos el derecho subjetivo en las ideas, toda vez que el concepto del derecho subjetivo está ligado a la obligación (Dalbin, 2006) y enmarcarse en un sistema jurídico determinado, el cumplimiento de un deber se disocia frente a las posiciones argumentativas y, coloca al individuo en la posibilidad del interés, más que de promedio (Kelsen, 1987: 499) de su lícita voluntad. Inicialmente, una diversidad de posibilidades busca el contrario para tener en cuenta la influencia de la autonomía de la voluntad, que es como se encuentra en un espacio de libertad, sensiblemente subordinada a las exigencias de las necesidades sociales, cuando menos. En cambio, los límites impuestos no garantizan de manera importante el principio de autonomía privada o de determinarse contractual, tampoco de los valores innominados. El derecho subjetivo, lejos de sucumbir a la nueva realidad del mercado, dispone de plena autonomía en sus actos, que luego el positivismo jurídico tratará de conciliar entre la facultad de los singulares40 y el conjunto de principios y valores fundamentales de la comunidad. En este orden no es coherente dejar de lado la exigencia de la imparcialidad, cuyo sentido contraoferta el laudo derecho subjetivo, ya sea en su forma más desaforada o constituyendo espacios de fraternidad y de realización del arbitraje. 40 Verba Iuris 36 • julio-diciembre 2016 • pp. 71-91 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 Déu Queerness. Opus I ENFOQUE REALISTA Entre los conceptos de objetividad y sus actividades de relación cognoscitivas, por el hecho mismo de existir, se tornaría imposible hablar de conocimiento subjetivo y viceversa. Al hablar de relación nos encontramos con una oposición de lo múltiple, de la identidad y de la diferencia, algo que no puede estructurarse atendiendo a los rasgos de sistematicidad. Cuando miramos al plano de un espacio de coexistencia, lo que importa en sí mismo, por su relación de oposición y ambigüedad, se tiende a emparentar rasgos recurrentes en función de las semejanzas. Pero esto no es coherente con el modo en el que los modos de composición, de tal suerte, aparezcan tan solo como el producto de transformaciones que permiten pasar de una variante a otra. Una invariancia sutil se refiere al sujeto mismo de la relación, en tanto que, es lógico preguntarse entonces para romper con una relación ideal, por ejemplo. La explícita apelación o esencialidad en el sentido preciso de la relación, no es una determinación tan esencial, más bien, relación real en la que se admite discrepar como en cualquier otro estado. La diversidad es la unidad impía de la identidad a un nivel de desigualdad, del que es necesario nutrirse, pues la eficacia de la simple objetividad, no siempre es suficiente ni deseable. En la ciencia y en la bioética, este modelo de objetividad pone al individuo a experimentar con el peso de la subjetividad, de forma que contrasta e informa de la verdad de las cosas observadas. El conocimiento previo es una parte, la otra se diseña sobre la afinidad por descubrir propiedades del ente, de lo físico y de todo cuanto se sustancie superficial. Es incierto pensar en una objetividad pura, tampoco sirve de mucho representada en las ciencias humanas como realidad vital, y ni mucho menos puede iluminar al sujeto del que emerge.41 El presente artículo cuestiona la concordancia de lo subjetivo con lo existencial, dada su irrelevancia sobre una posición relativista, en la medida en que quepa hablar Marcelino Ocaña en Anales del Seminario de Historia de la Filosofia, V-1985. 41 de modo invocado de otra realidad que no sea clarificar una existencia disyuntiva, la cual viene rozando lo abstracto en una sociedad llena de incertidumbre. En primer lugar, la afinidad permite entender en qué medida el conocimiento establece una genealogía de las ideas, que por antonomasia resulta fácilmente documentable. Sin embargo, no se busca aquí establecer paralelismos de referencia, sino aclarar cual posición mediante expresa voluntad, nos condiciona a ser vehementes con todo aquello que pueda iluminarnos. Desde luego, por parte de quienes se caracterizan por la ausencia de sistematicidad, lo mismo puede de modo retrospectivo, derivar en algo imprevisto o simplemente integrador de la acción. El resultado no depende tanto de la recepción posterior en el campo de la filosofía práctica, pero atisba sus focos de interés en un sentido medianamente informado. Para Kierkegaard, no hay interés estrictamente sistemático, porque ya es sabido que lo especulativo nunca llega a ser una verdad, aunque la menciona directamente cuando parece más considerable. En cualquier caso, las determinaciones relaciónales ocupan propiamente a la afirmación y la negación sin ninguna dificultad en el plano lógico. Por eso, en lo concerniente a la relación real por ser contraria de otra, no entraña referencia de una doble equivalencia, salvo cuando la inconsistencia es manifiestamente alta y entonces toda relación es por consiguiente recíproca. Quiere esto decir que parece evidente en la oposición de los relativos, razón por la que la idea de estructura se absorbe mejor en la relación entre el ser y el no-ser. Para entenderlo, también se pueden considerar como nexos las razones de vida en función de los múltiples condicionantes, toda vez que la idea de mejoramiento social no entre en conflicto de intereses y del propio bienestar personal. A nuestro entender, toda distinción real sobre la identidad de los opuestos no puede ser solo algo particular, ya que la realidad múltiple, desprovista de sustancia y en clara discordancia por lo general, concierne sólo a algunas cosas en cuanto se encuentran unidas a las otras en la relación de oposición. La oposición por tanto responde al estado subjetivo y no puede inscribirse en un principio intelectual, sino contractual y refractario en todo caso. Por mucho que Heráclito atribuya a lo común una sabiduría vigilante, la motivación para reflexionar, pensar o adquirir más conocimiento, está abierta a la creatividad, no tanto subjetiva en el proceso de describir la realidad, sino a Déu Queerness. Opus I provocar en la crítica un estado de ánimo queerness con el que ajustarse a la evidencia. Acerca del supuesto desarrollo, verdaderamente humano, además de que hay demasiada presunción de conocer la verdad unilateralmente, nos ceñimos al afán de poder como fuente de toda desventura. Por su parte, los atributos de existencia en pugna con las condiciones puestas para su aplicación, pretenden objetar el principio de identidad; de ahí que, por mucho que para ser diferente a los demás damos por hecho una serie de identificaciones subatómicas de naturaleza contradictorias, se las busque emerger a costa de ser pensada de una manera más compleja. De nuevo, entre el blanco y el negro, una lógica pensable o racionalista está excluida42 en una rotación de la cual se encuentra ignorante para dar preferencia a la racionalidad y la mesura. Todo parece encorsetado bajo la unidad primordial que intuitivamente es el medio fundamental para acceder a la vida misma, o sea, al ápice de la sabiduría socrática y de ese saber que no sabe, pero que se manifiesta en la negación de la vida en general. Poseemos, no obstante, la manera de ocultarnos en sí mismos cada vez que una contradicción insoluble ha asumido autonomía y, en una distorsionada incomprensión de la pretensión de saber pasamos a no sumar conocimientos. Menos mal que, en el fluir de las conversaciones fortuitas el progreso de la ciencia resulta una dimensión natural de la vida, de otro modo, ninguna definición se afanaría más en la destrucción de las verdades, que en una búsqueda sensata y artística de ellas. Para no ser ingenuos en términos aristotélicos, lo que hay que hacer en la realidad sabiendo, lo aprendemos haciéndolo, pero en el instante en que se la comprende, se aprecia una pérdida de interés en ella. Asistimos a un horizonte de posibilidades y de idealidad subordinadas, a más de una decisión y a la acción esencialmente inteligente y cada vez más desapasionada. De esta manera, para Kierkegaard estos síntomas en forma de migajas filosóficas, tarde o temprano provocarán una vuelta subjetiva del 42 Un atributo no puede pertenecer y no pertenecer al mismo sujeto (principio de no contradicción) pensamiento antisistemático y más profundo que cualquier intento de sistema. Por este motivo si vemos la categoría de subjetividad ligada de continuo a la existencia, cualquier reflexión no es puramente objetiva, sino más bien una reflexión dirigida a la interioridad y a la subjetividad. Sin embargo, este patrón corre la suerte de comprender concretamente lo abstracto, pero no es consumible, luego tiene los días contados. Otro tipo de subjetividad, menos filosófica se acerca con un apasionado aferrarse a una incertidumbre objetiva, no solamente porque parece una paradoja que cuanto más aumenta la verdad objetiva, más se aleja de la inmortalidad del alma y de la adhesión metafísica. Desde un profundo sentido y con ningún interés en el contenido, la era global irrumpe deteriorando la transformación del sujeto en sí mismo, luego se verá cómo algo que sólo piensa en términos de infinitud, aquella que por cierto nos trajo a este mundo. CRITERIOS Y PROPOSICIONES El proceso sensorial se excita y descodifica bajo una interpretación cultural, pero cuando se trata de aprehender verdades como auténticas, la experiencia sensible se abstrae hasta el punto de considerarse suprasensible. Quiere esto decir, no sin objeción por parte de lo inteligible, que una imagen sensible universaliza la psicología del conocimiento, previo canon del entendimiento sobre la voluntad. Un sentido integrado de inteligencia, razón, memoria e intuición, ordena conforme a su grado de perfección, en tanto que la armonía prevalece dentro de una misma e inequívoca unidad. De hecho, de la particularidad a la generalidad se modula el conocimiento, bien en su criterio y juicio como en sus diferencias específicas, tal que, la proporcionalidad en una comunidad genérica se fundamenta sobre alternativas estratégicas. Pues, si el efecto es algo así como una experiencia avanzada, la causa revela el rendimiento y su consistencia, pero la consecuencia de la forma establecida, diferencia la imposibilidad de apreciar la verdadera naturaleza. El orden social es la necesidad de control, siendo efectivo todo sistema organizado, resuelto a priori por muestras formales e identificado para ejercer las funciones de nuestra peculiaridad. Son muchos los criterios que pueden ser tomados en consideración por el género o clase a que pertenecemos, cualquiera que sea la naturaleza o servicio para llevar a cabo su individualización, de modo que presentar excepciones es una proposición endiabladamente indeterminada. Déu Queerness. Opus I Lo más habitual no hace de los restantes criterios, otra cosa que ramificaciones de consentimiento o sentencias de su deterioro. El principal propósito del conocimiento debe ser capaz de alcanzar la evidencia de los diferentes puntos de vista, tal y como están definidos por una retórica de habilidades en un determinado contexto. Otra competencia es por lo tanto un concepto más amplio, deliberadamente abierto a desarrollar su propio pensamiento. Esta subdimensionalidad, no solo trae consigo, algunos desafíos de comportamiento que, por una parte, promueven un intercambio o interacciones entre los individuos (Bourdieu, 1996, p. 21) sino que, además se convierten en favorables para sí mismas. Es importante anotar ahora la preocupación por las acciones de las personas en su cotidianidad, marco en el que emergen las diferencias sociales (Lindh & Dahlin, 2000) y estrategias con las que resistir el embate permanente del discurso central de la modernidad, frente a un tejido de disciplinares apuestas consumistas, cebado sobremanera con modelos económicos “racionalizadores” y donde apenas aparecen alternativas de solución a la crisis social de la gran comunidad. De este modo, las posibilidades estéticas acopian todo cuanto suele darse en intensidades y frecuencias diferenciales, en relación con las opciones de cada individualidad. Pensemos mediante un saber simbólico apropiado, una suerte de condiciones específicas por las que merezca la pena favorecer el establecimiento de habitus en razonamientos plenos, donde se busca articular y dar coherencia social del interés. El sentido gratuito sobre una posible interpretación, en las acciones prácticas está contenido y regularmente protegido. Sobre esta base la relación práctica ha estribado como válidas, las leyes fundamentales, pero independientes del intercambio argumentativo, según lo cual, un universo de posibilidades se configura como un lugar constituido por sentidos figurados, basados en su conocimiento utilitarista. A partir de la perspectiva de la acción social, cada sujeto alcanza sus objetivos, identifica la existencia de recursos de intercambio y, además, previa significación del mundo material, obstruye vías que no cumplen con un mínimo común de sus posibilidades bioéticas. Así, el análisis de la planeación social contribuye a cierta propensión garante en las transacciones sociales, axioma fundamental en la reciprocidad, y el intercambio social personal. Estos componentes y habilidades en la descripción del pensamiento crítico, se han construido sistemáticamente y con la complicidad de respuestas abiertas donde se explica argumentativamente la situación (LaFuente, 2009) o se la podría tildar de etario de confiabilidad. De ahí que, la mente entrenada está preparada para ver las realidades más profundas, opuestas incluso al desarrollo del pensamiento crítico, pero en la medida en que, pudiera utilizar sus conocimientos en las habilidades cognitivas, nada que temer para el desarrollo multiplicador del pensamiento creativo. PENSAMIENTO RIGUROSAMENTE INCIERTO En este contexto reflexivo el torrente de ideas subraya el conocimiento de la realidad como algo no previsible, sino en forma de conclusiones obtenidas a partir de una cadena de pensamientos, cuando menos derivado de diversos tipos de conocimiento. Este en tanto que, aborda la definición de pensar como centro de la acción cierta o intelectual, sería una facultad o capacidad que se desarrolla a través de diversas capacidades específicas. Por otra parte, puede darse el caso de diversas capacidades específicas, cuyo origen transforma en una habilidad lo que en principio difería de nuestro contexto. Realmente, cuesta entender el conocimiento de forma más eficiente, si no es para enseñar habilidades del pensar y conquistar espacios de creación, donde la inteligencia expone las diferentes clasificaciones. Depende también de la intención o de un mayor conocimiento, que resumimos elocuentemente como imprescindible, para facilitar la aplicación y el uso correcto del conocimiento. La taxonomía no se comprende desde el punto de vista queerness, sin embargo, su semejanza y desemejanza forma parte de la dialéctica de la complejidad, hasta el punto de realizar nuestro análisis mediante la generación de ideas innovadoras. Total, las inteligencias múltiples interactúan, regulan la cognición y se exponen a crear marcos holísticos cuando la motivación y emoción en relación con el conocimiento, impregna y monitoriza la calidad del pensar. A modo de ideas originales, este conocimiento construye realidades ambivalentes, en esta misma línea, dos tipos de pensamiento suman sentido y como no puede ser de otra manera se superponen (Moseley et al. 2005, p.119) Consultamos con asombro que hay que conectar ideas, al menos, en todas las unidades y habilidad de crear, en la descripción y práctica de análisis, así como completar enunciados que plantean preguntas con las respuestas. La ciencia nació de la duda y de identificar, describir, discutir o comparar, Déu Queerness. Opus I por lo que la función de desarrollo ultima destrezas lingüísticas, saborea como búsqueda de información o de observación, lo que de otra forma no entendería. No dispone la ciencia de cuadernillo crítico avanzado, salvo los análisis de las actividades que se describirán hipotéticas razones de peso. En ese contenido expuesto, la comprensión relaciona a la estructura como fuente y a la revisión como árbitro conocedor y reproductor con criterio complementario. Para la mayoría de investigadores la introducción física y mental en la materia, no dificulta la interpretación de lo que espontáneamente se observa, ya que un total desconocimiento nos haría volubles y visiblemente contrariados en los procesos cognitivos, de manera que, la utilización de otros medios es una variable didáctica esencial (Bouleau, 2001) en un mero transmisor de información. Una alternativa posible se fundamenta sobre el conocimiento, debido a la fragilidad de la memoria y la distancia intelectual de la verdad, nunca determinada si no es sobre una estructura de interacción comunicativa. Por ahora, el escenario de aprendizaje sigue agazapado sobre una losa de Convergencia ficticia, aunque unos criterios comunes, fundamentalmente, basados en competencias se anuncian como paradigma del mito resabiado e infalible de formación permanente. Para algunos críticos, todos los conflictos se conjugan logrando la reingeniería mental, lo que significa una utopía conveniente y necesaria que ingenuamente pretende estandarizar la calidad, incluso una perspectiva dialogante para todo cuanto se pueda imaginar rentable. Después de todo vivimos al borde de un colapso de realidades, por un lado, el desempeño pleno de la ocupación sobre la materia y en frente un mundo lleno de posibles y virtuales futuribles, cuya razón de ser no es otra que la derivada en una sociedad de la información desdentada y perversa en sus formas. Observamos que la capacidad de construir es equiparable a la de destruir y en ese dilema, dinámico y autorregulado (Eurydice, 2002, p.57) se ciñe una sombra que está presente cada vez con más frecuencia, no solo en las universidades. Lo que nadie puede afirmar es que no es inmune a tres grandes desafíos: la equidad, la calidad y el poder desaparecido ya de la excelencia. Para darle una oportunidad a la verdad, tiene sentido llegar a la certeza construyendo seguridades, pero eludiendo toda convicción o cárcel, según Nietzsche, como excusa interior para no aflorar esa otra posibilidad de bienestar. DE LO QUE SUPONE LA PRÁCTICA DE LA RAZÓN Antes de analizar el conocimiento en función de las distintas teorías de la verdad, un hecho en la realidad, cuya verdad intuimos intelectualmente, nos sensibiliza como fenómeno representante de una razón fundamental. Esta discriminación encubierta dentro de la cual, no solo creamos relaciones de convivencia, sino que estimamos como propia para realizar una necesaria suma de todas las tendencias al cambio, en definitiva, supone la afirmación del yo colectivo en detrimento de la condición nata de igualdad y del ser único e indivisible que nos decían. En su uso teórico la Razón es torpe, por qué no decirlo, si en su uso práctico se atreve a formular imperativos. Toda vez que razonamos en los distintos formatos, sin necesidad de reconvertirlos o encabezarlos en un cuadro de diálogo, se abre automáticamente un espectro de valores similares a un problema filosófico. Es decir, el sujeto cognoscente dispone de herramientas suficientes para problematizar un objeto de estudio, así como de soluciones afines y contradictorias con las que maldecir cualquier entuerto psicológico. El hecho de encontrarse con las facultades necesarias, nos previene de entrar en la mente por determinado objeto de conocimiento. Depende de cómo diferenciemos las cuestiones porque, un problema que no tiene solución definitiva no es más que un conflicto estúpido que trasciende al sujeto cognoscente o, en el mejor de los casos, le relaciona en términos lógicos con un objeto por conocer. No hay otra verdad más cierta que la que se dibuja en una presunción filosófica relativista, pues de todos es presente, conceder que lo que dícese ser verdadero es lo útil, En este berenjenal lo individual pinta menos que el subjetivismo, por lo que nada se adapta mejor a la realidad que la razón y los sentidos en connivencia con la tarea de la crítica. Quienes resuelven el problema de la posibilidad del conocimiento se dicen doctores, utilizando la razón de forma dogmática y amparándose en la quietud de la realidad, allá ellos si no saben salir de ahí. La verdadera ciencia no necesita consenso, pero si disciplina y movimiento, dado que la verdad cambia en tiempo y aspecto hasta revolcarse en la arena de una validez limitada a cada Déu Queerness. Opus I sujeto.43 El círculo derivable de la razón da respuestas efímeras e irresolubles, como no puede ser de otra manera, su causa, por cierto, no reside en la falta de inteligencia sino de decisión o de perplejidad, en el caso de no entender una solución que no convence a nadie. La relación de conocimiento y la pasión más natural,44 entre la nada y el todo y viceversa, dio lugar al advenimiento de la ciencia, tergiversando el equilibrio que existía y condenando al discente a creerse heredero de la razonabilidad. No hay mal que por bien no venga, la calle habla cuando una racionalidad moderada no llega a oídos ajenos, tanto para la idea de un orden independiente de observaciones como en aquellas aspiraciones de generalidad o validez universal. No obstante, aún hay razones encima de la mesa con las que echarse una partida de dados, en esto Einstein sangraba por su propia herida. Al orden decodificado corresponde situar las palabras a la derecha del páter de la lógica, nos referiremos siempre a sostener su posibilidad y ejemplificarla en cualquier forma de pensamiento respecto de la cual no existan mejores alternativas (Nagel, p. 79) Reconocida la impotencia del saber en términos cuantitativos, la corrección práctica acude a dotar de racionalidad sus procedimientos y conclusiones, eso sí, desde diversas perspectivas que no le comprometan hasta el punto de definir la racionalidad como algo poco práctico. Si bien lo dicho ofende, lo que no se expresa lo convierte en inmoral, entonces la idea de que la racionalidad consiste en un sencillo método, no puede contener el rumbo del conocimiento o a lo sumo, de un acto de fe en nuestra propia razón, con la idea de tocar el horizonte con arreglo a transmitirla y en función de la maña de cualquier contaminación ideológica. A medida que relativizamos mediante el ejercicio intelectual, la realidad se determina de acuerdo a ciertos conceptos y reglas del entendimiento.45 En la razón práctica, se hace Es pertinente apelar al sinsentido cuando Protágoras afirmaba que el hombre es la medida de todas las cosas y se quedaba tan ancho. Schopenhauer con menos soberbia se limita a considerar como simple representación, el papel efímero de un ser, ya condenado a muerte desde su nacimiento y desvalido por sus creencias mientras vive. 44 Pascal precisa: "Cuando no se ama demasiado no se ama lo suficiente." 6 Hoyos, p. 23 45 Es pertinente apelar al sinsentido cuando Protágoras afirmaba que el hombre es la medida de todas las cosas y se quedaba tan ancho. Schopenhauer con menos soberbia se 43 referencia a la capacidad de razonar en los distintos sentidos y en operaciones mentales menos rígidas, cuya ponderación asume un carácter relativo. En cambio, una racionalidad material o sustancial es tan práctica que apenas necesita relación alguna con el resultado o, dicho de otro modo, de su naturaleza incondicional extraemos cualquier matiz denotativo para la justificación interna y listo. Sea razonable o fruto de nuestra discrepancia, la racionalidad en sentido estricto ni es evidente ni maravillosa, a veces tristemente se declina por la tortura o la codicia y así, poco fiable parece que su contenido prevalezca más allá del sentido común y punto. En la base de cualquier razonamiento el pensamiento confiere la normatividad como un compromiso de uno mismo y en ese alegato importa defender razones incondicionales. De modo pertinente estas razones básicas participan al mismo tiempo de proposiciones, acerca del papel de las virtudes intelectuales y de la plasticidad sensorial con la que determinamos una apariencia tan real a nuestros ojos, que se nos convierte en símbolo a poco que un fin universal nos queda muy lejos. En realidad, la prolongación de la propia inteligencia se direcciona sin prever si la disciplina del juicio razonable nos premia o, por el contrario, las propias deliberaciones nos pueden atajar para concluir una salida de este laberinto impropio en el que la sociedad nos coloca a nuestra suerte. Por supuesto, al teorizar perdemos energía de la razonabilidad práctica, y es a partir de esas reflexiones que nos complicamos y apocopamos a las directivas de las razones básicas. Cuando pensamos seriamente en esa misma proposición práctica, identificamos la naturaleza de una realidad dinámica y su poder para entender cada uno de esos aspectos o modos deseables, con los que quizá estaríamos satisfechos. La aventura es ser muy conscientes en un espacio infinito del que poco ha de ser indagado con celo, de lo contrario el resultado de su equivocada comprensión del comprender, nos haría gravitar sobre estratos de interés genérico y confundirnos en esa marea de las capacidades radicales que vamos corporizando a través del espacio o del tiempo. No, no somos imprescindibles ni tan importantes y por ello inventamos la democracia y método científico en último término, pues los aspectos prácticos de una ciencia formal, además de constituir una afrenta común, nos deja huérfanos ante un esteticismo reactivo cada vez más depredador e irracional. limita a considerar como simple representación, el papel efímero de un ser, ya condenado a muerte desde su nacimiento y desvalido por sus creencias mientras vive. Déu Queerness. Opus I DE LA PRUDENCIA FÉRTIL La ciencia, en buena parte cartesiana, descubre lo que está ahí frente a su aspecto constructivo, lo cual habilita para imaginar una noción adecuada de razón práctica y las consecuencias en actos genuinamente técnicos. En un ambiente enriquecido por infinidad de publicaciones continuas, la certeza se diluye al punto de que atribuimos al conocimiento una proporción estadística con la que apostar en los ámbitos kantianos de la realidad. El reconocimiento de la razón humana, en el terreno práctico no cuenta con fronteras inexorables, más bien, parte de un indicio, pero sin llegar a construir una base filosófica al uso. En general, la prudencia46 busca la sabiduría que establezca mayor sentido a este devenir incierto y acabe con el dilema entre el exceso y el defecto, pues en el justo medio lo particular llega a familiarizarse por experiencia. Luego, el criterio de aplicación sobre la prudencia constituye también la parte intelectual, sin el cual poco se construye y mejora a sí mismo. Vemos como la verdad propia de la ciencia ayuda a comprendernos un poco mejor y no ceder hacia cualquiera de los extremos, entre los más conspicuos, por ejemplo. La felicidad aristotélica no tiene por qué estar en el saber, pero si hay una relación directa en tanto que sirve su curiosidad acerca de la realidad. Por regla general entendemos la vida en términos razonables y eso entre los llamados valores epistémicos y prácticos, va generando confianza y un alejamiento de la actitud falibilista. La tecnología es un campo de descubrimiento y de justificación para la mayoría, además lo hace de forma exponencial y sin alternativa ni competencia a la vista. Queda por saber si ofrece con cierto margen de error, una respuesta estimable que contribuya en la evolución de la especie o al final no exista criterio de verificación, dada su irresistible velocidad y pragmatismo. A lo largo de la búsqueda de la verdad objetiva se nos presenta todo tipo de incertidumbres en virtud de la duda universal, no de la máxima cartesiana, pues la mente trabaja intensamente con una inteligencia emocional, 46 Ética a Nicómaco, N 1141b 21. más a flor de piel y tiene una razón positiva47 para ello. La prudencia nos hace reconocer que no fue muy explícito el origen del universo y no por ello desordenamos un cierto conocimiento obtenido de la experiencia, del cual más bien debemos orientar nuestras acciones. Esta actitud tan práctica como cómoda, puede expresarse de forma compendiada porque tiene como fin el desarrollo del conocimiento verdadero. Esta misma razón de ser filosófica auto legitima los compromisos meta-éticos que nos asiste sobre el papel de la razón, so pena de realizar una acción irrazonable en el fulgor de las pasiones. Tampoco sería un problema asumir convincentes razones más complejas, que en lo concerniente a su naturaleza pudieran confundir a las únicas funciones del entendimiento; todo lo contrario, pues entre objetos de experiencia la razón no desempeña ningún papel en la realización de la acción (Malvieso, 2011) y con ello, podemos eludir la aversión hacia un objeto que solo nos concierne a nosotros. En este caso, la norma última consistirá en no impedir la acción resultante de una pasión, sino dotarla de razones genuinas con la variación de no someterlas a nuestra razón práctica. En múltiples ocasiones, según Carlos Massini, todo el razonamiento práctico adquiere un carácter deóntico que le permite concluir lógicamente en premisas normativas o imperativas, de cuya razón se debería guardar una conducta estrictamente controlada por criterios morales. En el caso de que la moralidad sea proclive a una apariencia de impropiedad manifiesta, la prudencia no cumple la función de causa formal, sino de bálsamo que mueve a la voluntad en un sentido justo. De la gama de opciones sobre una eventual especulación, se exige un diálogo complejo y aclara muy bien Joaquín García Huidobro, que la noción de bien sea el ser presente en todo juicio práctico. En todo caso, la razón práctica no es un ideal que se fundamente en la naturaleza misma de las cosas, en todo caso sería bajo el criterio de la ley natural, o sea connatural con el análisis del conocimiento. La objetividad, a todo esto, encarna una ideología utilitaria que asume la forma expresa de afirmaciones temporales en el lenguaje de verdades, eso sí, finitas y complementarias, dotadas de suficiente entidad como para predecir y deducir ciertos hechos. En contraste, el objeto esencial del conocimiento es siempre un puro cuerpo de aceptabilidad, a veces al margen de la prudencia y en parte inmune a la ideología. Es oportuno, por 47 Peirce al respecto decía: No pretendamos dudar en filosofía lo que no dudamos en nuestros corazones. Déu Queerness. Opus I definición, recuperar el concepto de progresión como una naturaleza en camino que no posee su estado de plenitud (Naturaleza, 42-43) puesto que el juicio práctico debería inclinar hacia la inclinación virtuosa del sujeto. Con todo, la objetividad del juicio moral procura la unidad de una acción común, compartida lo suficiente y en beneficio de la eficacia de su cumplimiento. Así, las contingencias del conocimiento no definen la conducción inteligible con apropiado rigor, aun cuando antes de ser aprehendido racionalmente, hagan imperativa la necesidad de una explicación48 relativa la virtud y la prudencia.49 En definitiva, para René Simon el conocimiento teórico busca lo universal, y el conocimiento práctico lo singular y concreto, bajo una verdad en la acción (Cf. supra cap. 1, parágrafos 1.3 y 1.4.) que puede liberar del juicio controvertible de la moral, de manera neutra en todo el orden práctico. Si privilegiamos a la razón sobre la naturaleza podemos emitir juicios de valor objetivo, aunque esto incluye adaptaciones subjetivas sobre el concepto práctico, por pura identidad material y con el perfeccionamiento de la voluntad. Desde lo primario, el principio de conservación de la vida, en tanto ente o agente racional, el sentido diferenciador actúa de acuerdo o en contra de las tendencias que le son naturales y claramente convenientes. De otro modo, la particularización es un acto especulativo50 con licencia para todas las facultades, inclinaciones y de manera independiente de la naturaleza. Esto significa encarar los distintos problemas tratando de establecer los límites de nuestra acción en otros ámbitos filosóficos. EN CONCLUSIÓN 48 (Knowledge, 97) 10 Según Kant, es el sujeto quien proyecta sus categorías sobre el objeto, entonces no se entiende cómo la ciencia es capaz de hacer hoy en día aseveraciones científicas sobre el pasado ancestral, en el que no había sujetos que pudieran proyectar dichas categorías y sin embargo sí que hablamos de objetos. 50 La metanoia es un concepto que nos obliga a recuperar una concepción sintética de la experiencia, más allá de la actividad crítica, en tanto que la estructura de la realidad establece los límites de nuestra acción. Al estar vinculada indisolublemente a la particularidad de un sujeto, su condición subjetiva supone una contingencia donde la realidad recursiva altera el pensamiento y su corresponsabilidad dominante. 49 Es evidente, al menos implícitamente, la imposibilidad de obtener certeza más allá de una inspiración científica, pero no importa si el progreso humano ha sobrevenido en diversas formas donde no esperamos absoluta certeza. Estamos en todos sus extremos, pues hemos recorrido en cuanto a nuestra concepción de la razón, una senda empirista, positivista y analítica, y de cuya conexión vemos que, siendo venerables tópicos filosóficos, no alcanzan a determinar el lugar y el modo adecuado para entender e integrar la racionalidad científica. La novedad no se puede reducir a la propia ciencia como acción, sino entendiendo que la sugerencia de la racionalidad se combina con otras, digamos declaraciones contractuales, por ejemplo, en unos términos comparables a la regla peirceana de no bloquear la investigación ni la imaginación. En este caso, una buena respuesta estaría orientada hacia el descubrimiento creativo, sin que por ello la mejor opción contenga más o menos razones técnicas. La búsqueda de la certeza expone a quien discrepa, a la responsabilidad y al riesgo calculado desde raíces psicológicas que, exige por nuestra parte atañe únicamente al conocimiento en el orden de la certeza. Por paradójica y extraña que sea una reducida noción de razón, vale la pena pretender otra misión de validez lógica, quizás menos científica para imaginar una noción adecuada de razón sostenible, pero principalmente requerida para dar consistencia al uso práctico de la razón. La exigencia de racionalidad y verdad se complica a medida que deslindamos la prudencia de la sabiduría, en tanto que es un simple instrumento para la obtención de la misma. De cualquier manera, la experiencia merece ser buscada por sí misma, dado que se trata de una virtud táctica, ciertamente limitada, pero será memoria de un tiempo pensado y violado sistemáticamente, por unas razones u otras. El fenómeno del escepticismo en contraste con la virtud moral es conocimiento con capacidad de virtud política, conocimiento al que recurrir en sentido moderado. Si por casualidad la deliberación existe meramente de hecho, lo que parece ser el único criterio en el orden ideal podría significar una alternativa continuamente rehecha51 entre aquellas decisiones retóricamente persuasivas. 51 Para Aristóteles, si bien bajo otro aspecto: el hombre ecuánime está por encima de la justicia legal, pero no de la justicia como tal, debiendo corregir la ley escrita de manera que sea aplicada correctamente a las circunstancias que eventualmente se le escapan. Déu Queerness. Opus I Un conocimiento práctico debería ser un saber obrar en consecuencia, por muy infusa que la individuación resulte conforme a una elección recta. Las palabras se encuentran en parte indeterminadas para documentar objetivamente ciertos principios de orden especulativo, por cuanto su naturaleza individual, ya proclive a una incoación de los hábitos cognoscitivos prácticos, no tienen parangón como naturaleza específica. De ahí que el individuo contribuye íntimamente a la rectitud de la acción y de adquirir el hábito que la perfecciona. Más aún, este hábito ha llevado a diversas interpretaciones como garantía del juicio recto de la conciencia, según el último juicio práctico en Aquino, además de nuestra razón lúcida de situación. En cuanto a la libertad en el juicio práctico el acto de la voluntad es una premisa universal y objeto de silogismo existencial. Así tanto su punto de partida como su contenido, en cierto modo contienen el germen de todo el conocimiento siguiente52 que, junto con el juicio de elección y una analogía en el modo de proceder, nos logra elegir en sentido derivado, tanto la conclusión como la concordancia con algo electo y operativo. Aquello que sabe una persona requiere del lenguaje en relación con una habilidad práctica, apelando a un pensamiento compuesto de otro tipo de saber, especulativo y práctico a la vez. El fin que especifica uno y otro saber en la acción concreta, parece deducirse de algunos pasajes dé las obras de Santo Tomás, como también es común a las ciencias especulativas y prácticas. Entendemos que, desde sus primeros principios hasta sus últimas conclusiones, la verdad considerada en sí misma es un fruto de la alquimia ordenada a dirigir la operación, aun en ausencia del acto. Pensamos, sin embargo, en razón de su perspectiva formal, que no todo posee virtud de fin, pues la contemplación de su aspecto implica cierta referencia al objeto de la voluntad. Por otra parte, el ser haciendo frente a la inteligencia antepone juicios de valor entre la realidad y el sujeto, para modificarla y satisfacer los requerimientos personales y colectivos, mediante subterfugios anímicos y emocionales, cuyo patrón carece de verdades dinámicas. Para perpetuarse, el conocimiento puede o no ser práctico, pero develado por la ciencia ya es objeto de ser platonizado en una relación tácita de perpetuación. 52 [...]ita in ipsa anima humana est quidam habitus primorum principiorum operabilium quae sunt naturalia principia iuris naturalis. El desarrollo de nuevos enfoques no está obligado a reconocer la existencia en el pensamiento con la existencia en la realidad, si tenemos en cuenta que comprender lo real, estimula el análisis de la misma y el poder de intervención dialéctico. Este método permite una explicación incorporando nuevos elementos de mediación para obtener conocimiento, por tanto, la cúspide de desarrollo lógico cuenta con una enorme herencia de información y proyecta el conocimiento para ser utilizado, o sea transformado. Esta primera y última relación está influenciada por su apreciación, lo que le confiere a la interpretación el estímulo fundamental que provoca la acción de búsqueda entre la persona y su realidad. El proceso investigativo nos permite dibujar los aspectos formales de lo real, la inteligencia determina su existencia y la libertad nos deja abierto el camino para honrar la inconformidad con argumentos requeridos para su comprobación. El interés mismo de utilizar el enfoque epistémico en la interpretación de la realidad, al sumarse en la colectividad, mantiene menos independencia en un sistema teórico que su permanencia sobre el trabajo de campo. El habitus cientista expresa, además de una posición objetiva en la realidad social, los conceptos de espacio social explorables en la producción de las realidades objetivas y subjetivas. En la misma línea esta investigación, aun cuando se apartase de las tendencias teleológicas, reafirmamos la validez de las palabras de James V. Schall: «Cuando una época va por caminos equivocados, es importante contar con un pensador que entienda el porqué de los errores cometidos, a la luz de un centro que mantenga su criterio y validez intelectual. Yves R. Simon puede ser para nosotros este pensador que apunta directamente al centro, a las causas primeras, a las verdades que deberíamos mantener si queremos permanecer sanos y honorables» REFERENCIAS Aristóteles, Ética a Nicómaco, Centro de Estudios Constitucionales, traducido por María Araujo y Julián Marías, con introducción de Julián Marías, Madrid, 1993. Bouleau. N. (2001) Reproduction et Geometrie en cycle 1 et 2. Recuperado en 10 de agosto de 2014, de http://www-irem.ujf-grenoble.fr/revues/revue_n/fic/67/67n3.pdf Bourdieu, P. (1996) Le champ journalistique et la télévision. [Vídeo] Recuperado de http://etnicografica. Déu Queerness. Opus I wordpress.com/2009/08/09/pierrebourdieu-le-champ-journalistiqueet-latelevision/ Dalbin, J. (2006) Derecho Subjetivo. Granada: Comares. Eurydice Studies (2000) Two Decades on Reform of Higher Education in Europe:1980 Onwards [Cap.5 Curriculum and teaching] Bruselas: Eurydice (The Information Network on Education in Europe) Hoyos, L. 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No se puede reducir a groso modo la condición sensible a la conformidad del aspecto biológico ni a conductas de género cruzado, entre otras cosas porque la naturaleza nos muestra en su creatividad la composición de microestructuras a través de conexiones cerebrales “intermedias” entre ambos géneros. Tampoco es menester tratar dereducir el problema del transgénero a una explicación orgánica de diferenciación hipotalámica prenatal ni a niveles más o menos reducidos de tetosterona. El cerebro no feminiza por carencia de nada sino por ampliación de conocimiento y de expresiones voluntarias e intuitivas, o sea que la disexualidad es simplemente una opción razonada ante la aparición de nuevos estímulos. PALABRAS CLAVE: Género cruzado, transgénero, diferenciación hipotalámica, disexualidad, estímulo. ABSTRACT For a biological identification, which orientation might be considered like sexualized without kind, it is structures definite well and different shareable. The condition that is sensitive to the conformity of the biological aspect or to cross-gender behavior can not be reduced to a great extent, among other things because nature shows us in its creativity the composition of microstructures through & quot; intermediate & quot; brain connections between the two genders. Déu Queerness. Opus I Nor is it necessary to attempt to reduce the transgender problem to an organic explanation of prenatal hypothalamic differentiation or to more or less reduced levels of tetosterone. The brain does not feminize by lack of anything but by expanding knowledge and voluntary and intuitive expressions, that is, that the disexuality is simply a reasoned option before the appearance of new stimuli. KEYBORS: Cross-gender, transgender, hypothalamic differentiation, disexuality, stimulus. INTRODUCCIÓN Al vivir con caracteres ambiguos hay factores hormonales, estéticos y ambientales que pueden ofrecer cambios de opción53 y aplicación sexual, tras haber definido en una etapa anterior el acuerdo con el género asignado biológicamente. No se trata depriorizar posturas biologicistas, sino de coordinarlas con actitudes psicológicas y psicosociales alternantes, que ayuden a una salud mental sui géneris, autónoma y compatible con los valores universales definidos por la UNESCO. El aprendizaje adquirido en una etapa cronológica apenas influye en la libertad sexual ni en la asignación de género, pues es de sentido común que la voluntad nunca puede ser impuesta ni condicionada de manera determinante. De hecho, la atracción o rechazo por un tipo de género concreto es igual de evidente en la heterosexualidad como en la intersexualidad, por lo que hablamos de matices de forma que no deberían ser al día de hoy ni noticia. El único trastorno mental que se puede descifrar y evidenciar en estos momentos es la obsesión de mantenerse en la intolerancia y la incomprensión, lo que conlleva la falta de compromiso humanístico por las culturas 53 Hipótesis planteada por el equipo de género de Ámsterdam, en virtud de la cual no debería considerarse la transexualidad como un problema o trastorno psiquiátrico como tampoco se incluye la intersexualidad. ajenas, en tal modo que conduce al ostracismo y la degeneración intelectual, tan visible en las redes sociales. No hay que ir más allá del manual DSM-IV para entender la simpleza de una raza deprimente, que por otra parte asegura que la transexualidad es un trastorno mental y de la identidad de género, dado que daría lugar a un conjunto de síntomas psicológicos... que producen malestar... y discapacidad. Pero esto es aplicable a la mayoría de situaciones personales y sociales en la vida real, ya que no hay ninguna sociedad ni estado que se defina por la igualdad y la justicia social. Basta mirar cómo se castiga socialmente mediante diferentes mecanismos de represión y control social, incluso a los a’afafine o los hombres tchambouli por una divergencia de la estandarización de funciones en cuanto a género. La cuestión no es enfrentarse a nada ni a nadie, en todo caso aclarar las ideas y compartir los sentimientos afablemente, simplemente aceptando la ambigüedad en torno a una línea de género, o si se quiere a una tercera vía, la disexualidad ética y estética en torno a un estado de conciencia que solo obedece a la razón de ser y el sentido de una vida, propios del ser humano. Hay que alejarse por higiene de las ideologías retrógradas y provocadoras, así como de connotaciones minimalistas de calado intelectual irreflexivo. Lo que algunas fieras incendiarias consideran un genocidio cultural es el inicio necesario de vacunación para solapar la hipocresía de la curia universalista, inclusive capitalista e imperialista, aquella que lleva tantos siglos prometiendo un paraíso celestial a la obediencia.54 El proceso de diferenciación entre una cultura biológica y otra social se consigna en la interacción de la experiencia individual con la cultura referencial. La continuidad de la especie no exime de una evolución sociológica diversificada e incrementada por agentes no reproductores de genes, pero sí de ideas y de fines analíticos. En cuanto a la asunción de una sexualidad adaptativa y su competitividad, la recombinación aleatoria y 54 Américo Castro al hacer referencia sobre lo que es querer que la Historia sea como nunca fue, relata de manera evidenciada, lo que supone un claro fiasco de quienes dicen tener la satisfacción de haber combatido el mal (todo aquello que provenga de la igualdad) y se atrincheran en cimentados valores ultraconservadores, en esencia anticristianos por mucho que los canonicen. Déu Queerness. Opus I diferencial nos conduce a explicar los universales humanos en términos de eficacia inclusiva. La ingeniería genética ayudará sin duda a perfeccionar la raza, a crear opciones de identidad de género con resultados estéticos impresionantes, pero también permitirá dar cabida y forma a una condición acientífica como producto de la realidad social, la disexualidad. BIOGÉNERO CULTURAL En un futuro poco lejano se hablará de pre-sociedad en base a una patológica promiscuidad que en teoría aseguraba la descendencia, pero que con el tiempo socializaría los procesos biológicos. En esta construcción evolutiva del cuerpo la reflexividad social partió de un significado eróticosimbólico (Mead, 1934) ajeno a lo reproductivo y más dirigido a la organización social-simbólica y la definición del lenguaje de género. Hay un origen de verticalización y desarrollo de manos y cerebro que en el devenir de los tiempos ha complejizado el panorama, los sentidos y los modos de relacionarnos. La habilidad analítica, por ejemplo, permite realizar cambios en la manera de actuar e influenciar sobre el entorno, de tal manera que los procesos químicos relacionados con las funciones hormonales del cuerpo, no siempre encuentran la concordancia con el dimorfismo cerebral. Sabemos que ambos géneros la progesterona les es similar, salvo en la ovulación y desde el punto de vista del patrón relacional y factores educacionales o económicos. Materialmente un biotipo social es un producto codificado y jerarquizado, que se construye entre una dicotomía identitaria con finalidad estructural. Partiendo de una asimetría entre los géneros, las proporciones de seducción y atracción por el otro, se decantan hacia un 65% y entre la homosexualidad y la bisexualidad se reparte el resto. Aparentemente es una mayoría del todo insuficiente para determinar como válida la gobernanza del dimorfismo y, en consecuencia, no tendría sentido aplicar criterios normativos sobre la condición y valoración de género. Mientras que el cuerpo femenino se considera paradigma estético de la erótica para ambos sexos, el lenguaje como intermediario social mantiene una relación de equilibrio intensional. El comportamiento se ha limitado a un locus dominante de uso habitual, de creencia machista y orden patriarcal hasta el exceso y resaca ilegítima. La superioridad ficticia y antinatural permanece afianzada en lo altisonante y en lo sexista, muchas veces consentida por ambas partes. Hay una batalla contra la terminología que conforma una expectativa beligerante en la que se pierde energía y sobre la que bastaría con neutralizar el aspecto simbólico y peyorativo de las expresiones alienantes y además malsonantes. Toda una ritualización de caracteres desafortunados que no ayudan a comprender la verdadera dimensión del género, por ello hay que recurrir a la metáfora y la performance cuando describimos a una entidad biológica esencial, cuya existencia no necesita del inconsciente ni su lucha por ser el otro género como una relación de poder. Basta con atribuir una definición científica respecto de un análisis multifactorial, donde tenga cabida y expresión una sexualización diferente y abierta, tan práctica y armónica como la tradicional. En estos tiempos de cambio acelerado las conductas propias y diferenciales se retroalimentan, de tal modo que la actividad mental y lo psicosocial predomina sobre lo biológico. La correspondencia entre la estructura del yo y su vivencia sensorial abre un espacio de polimorfismo sexual que para un tercio de la población se va actualizando en el sistema cerebral. Se piensa que los universales cognitivos al abandonar la posición heredada se compagina con un proceso filogenético de adaptación estimular. El pensamiento dicotómico ha sido un pilar categórico de mantenimiento y consolidación de la fuerza. Claro que, al referirse a la reproducción, lo asexual no era favorable en términos de fecundación, sin embargo, frente al dimorfismo sexual y la polarización de unos gametos o Déu Queerness. Opus I gónadas tan elementales, la libertad subvalorada secularmente obra a sus anchas entre grandes áreas de conducta gender conquistadora.55 GEOPOLÍTICA DE GÉNERO Desde una perspectiva género sensitiva la centralidad es equidistante de cualquier forma o denominación sexual y de género. Interpelando una reflexión sobre la noción de campo de Bourdieu (1997) no cabe duda que los alcances de esta categoría en cuanto al género, no solo sirven en opinión de Valcuende (2003: 10) como referentes de actuación en los que se oculta la práctica social y la heterogeneidad de estas conductas; la mayoría de modelos son estereotipados a través de normas adaptadas a las particularidades de las organizaciones sociales, no con el ánimo de trascender el determinismo anacrónico de una biología que hace aguas en la práctica. Por otra parte, para superar la politicidad del género hay que abandonar la base de ideal regulatorio y desarrollar pautas performativas que acaben con la subalternización e innoven en el sentido biopsicosocial. Ya no es hora de sesgos, en todo caso la explicación de las desigualdades de género determinará su propia cientificidad. Los sistemas de género favorecen las consecuencias y significados de pertenencia a un tipo se sexo convencional, por lo que un debate serio permitiría rebatir a estos visualizandola masculinidad y la femineidad a través de vínculos no jerarquizados ni discriminatorios. A medida que se reconozca la dignidad transgenerista con o sin reasignación post-op, el cuerpo y su relación con el mundo en pro de la subversión, se expresará libremente frente a una insostenible identidad derivada de una heterodoxa contra-sociedad. No es necesario polemizar si los estímulos son únicamente naturales, ya que la inhumación de la historia ha vulnerado las diferentes 55 Heleieth Saffioti (págs. 183-87) considera que las personas al nacer son transformadas, a través de las relaciones de género, en mujeres y hombres, de manera tal que cada una de estas categoríasidentidades, excluye a la otra. identidades que se derivan del cuerpo y de su sexualidad. La relación existente entre lo biológico y lo cultura lo binarismo (Butler, 2004) acepta la multiplicidad en cada sujeto, independientemente del imaginario heterocéntrico. EL CUERPO COMO SIGNO CULTURAL Los términos que rigen la realidad56 van definiendo un nuevo tipo de subjetividad posthumana y ciberfeminista, primero como como finalidad de conocimiento y también como significante creativo. La persona es inconformista y tiende a descubrir posibilidades en las identidades críticas, desnaturalizadas o estrategas. Aclimatar un nuevo conocimiento situado y el transconocimiento como signo cultural ontológico, más allá de lo cibernético, significa invocar efectos performativos de transformación y de práctica social. El único delito del cuerpo sería no obedecer a su sensibilidad ante el poder del colectivo disciplinado (Torras, 2007: 45) y los intereses heteronormativos. Esto representa romper las líneas duras del ser57 para hablar sobre su contingencia y el reto que supone la conyugalidad líquida e indefinida. Una cabeza o cuerpo modelados en la práctica cultural de modificación del cuerpo, desde los clásicos tatuajes a trepanaciones craneales de fin simbólico, contienen un conjunto de significados culturales que suceden y se manifiestan en la cultura. Este tipo de lenguaje metafórico jerarquizaba un ideal andino para lograr la forma bilobulada en la antigüedad, mientras que en la actualidad el análisis del texto óseo se fundamenta en la acción comunicadora del representamen sociocultural. La antropología posmoderna desentraña el alcance del campo social sobre las estructuras de significación autoevidentes. Según Geertz la mezcla de géneros representa el reto pendular de la refiguración en el pensamiento social. Sobreviene la crisis de la representación realista por la inmediatez de las tecnologías de poderal penetrar materialmente a través de una red de 56 57 Butler (2004, 309) Citado en LarraurI-Max, M. El deseo según Deleuze, Ed. Tandem, Valencia, 2000. Déu Queerness. Opus I biosomatopoder, de donde emerge el dispositivo de la Sexualidad58 y la liberación ante tantas represiones. La nueva institución feminista interviene primando el uso de los placeres, el cual fue consagrado a la forma en que la actividad sexual problematizada suponía para los filósofos y los médicos latinos. La experiencia de la sexualidad circunstancia evitar la alternativa de un poder concebido como dominación o denunciado como simulacro. El valor del acto sexual mismo está dotado de significaciones positivas entre las que ejerce el maestro de verdad socrático y para el cual está calificado por la soberanía que ejerce sobre sí. Una moral organizada implica la exigencia de una simetría y una reciprocidad en la relación amorosa (erasta y erómeno) en base a una abstención de género. La interdicción hacia la práctica de la "libertad sexual" no impone la abstención de las aphrodisia, sino que estimula una percepción del tiempo muy distinta de la que encontramos a propósito del cuerpo, porque como decía Michel Foucault: El cuerpo es la superficie grabada de los acontecimientos. En definitiva, el sujeto puede y debe reconocerse como sujeto sexual que reinterpreta los rasgos físicos marcados por un sistema social, cada vez más cambiante y globalizador. Cuando el género es performativo del sexo (Butler, 2013) queda desencializado y abierto a la resignificación y renegociación de la normatividad. La disexualidad abre vías de “capacidad de acción” en las que se reclaman nuevas visibilidades y derechos eróticos. ESTÉTICA DEL GÉNERO Convenimos en la idea de que el género es el primer espacio valido de enunciación y acción para los sujetos políticos de la diversidad sexual (Money) donde intervienen lo “bio” y lo “trans” diferenciadamente. En realidad, hay un nexo de valoración empírica que interpreta ambos géneros como un mero instrumento de juego sexual, de mezcla química inducida 58 Foucault designa como invención de una subjetivación a una línea de fuerzas que pasa por la rivalidad entre personas libres definiendo quienes son libres y cómo deben organizarse las relaciones entre ellas, es decir, sus modos de existencia. Es lo que Deleuze llama el dispositivo. por los estímulos disexuales. Tanto es el poder afectivo en la transexualidad que se visualiza como rebeldía de género, perouna educación crítica y liberadora desde un enfoque humanista entiende que la sexualidad es entendida como una expresión del ser humano total,59 de tal manera que la identidad de género va más allá de lo que Money considera cuando afirma que es la experiencia privada del rol de género y el rol de género es la manifestación pública de la identidad de género. Una identidad de género femenina identifica modelos de socialización diferencial, en parte aceptada por una estética orientada a ornamentar aspectos superficiales, pero que va siendo compartida con nociones lacanianas de construcción identitaria más complejas. La estética que mejor define la teoría de género queer es el activismo intelectual, o sea que lo sexual es múltiple y polimorfo y además ayuda a equilibrar el vector de la identificación intersubjetiva. Para Freud (p. 133) lo homoerótico en cuanto al sujeto, hace que se siente mujer y se comporta como tal, en cambio el homoerótico en cuanto al objeto es enteramente masculino y no ha hecho más que permutar el objeto femenino por uno de su mismo sexo. Tras esta formulación parcial un proceso activo de apropiación (Simone de Beauvoir) supone mirar por encima del horizonte y descubrir una función performativa con capacidad de ir creando realidad. El futuro será recreador de imaginarios culturales desde la disidencia sexual o diversidad sexual, donde seres abyectos se permitan obtener placer erótico entre el travestismo y el transexualismo. Estas formas hiperbólicas de género60 disputarían una supuesta feminidad natural en relación a sus usos y contextos a modo de artificio para los aficionados a la realidad virtual y como nuevas identidades en personas verdaderamente disexuales. La representación estereotipada se identificaba a veces con una sexualidad disidente, cuando lo más sencillo es ignorar los aspectos aparentes y experimentar resultados compartidos.61 Al tiempo que El Londoño M.L. (1989, pág.16) ve a la sexualidad como un proceso biofisiológico, emocional y experiencial de la función erótica y genital, es decir, el conjunto de lo que sentimos, creemos, pensamos, y vivenciamos, acerca de nuestra genitalidad y erotismo. 60 Butler, p.184 61 El Seminario de Cultura Visual y Género: estéticas, cuerpos y afectos (Sala de conferencias | MUAC) se trata de construir conocimiento colectivamente, a través de 59 Déu Queerness. Opus I travestismo de Maizani despliega la movilidad del género y desnaturaliza lo femenino y lo masculino al disociar el vínculo entre género, vestimenta y voz” (Montenegro, 179) los personajes transgenerizadospara Beatriz Preciado (Manifiesto 20) amenazan la coherencia del sistema sexo/género...” ENCAJE DEMISEXUAL Las personas son más diversas que las categorías y por eso la respuesta fisiológica del cuerpo apenas implica necesariamente atracción o deseo sexual. A pesar de que las personas necesitan categorizarse, no basta con tener afinidad y confianza en el ideal emocional, pues sus costos de renuncia y postergación del placer le hacen pertenecer de cualquier manera a la comunidad. Entre cualquier orientación sexual, la capacidad de sentir atracción sexual y no vivir arrastrando hándicaps, no afecta su etapa de sexualidad activa; la discrepancia entre los estímulos al fin y al cabo puede llevar a ideas equívocas y no por ello se deambula de un género a otro. La atracción sexual después de una fuerte vinculación emocional con otra persona no es causa de una demisexualidad o de un deseo recóndito, simplemente una atracción sexual bajo ciertas condiciones. No hay medios caminos para definir algo ni se conoce a la persona "adecuada" con la que previamente se ha desarrollado lazos emocionales estables, los factores que conducen a una conducta dependiente se manifiestan en una aparente orientación sexual y una atracción sexual secundaria, es decir no indica hacia qué género sino a qué persona o biotipo concreto nos lleva la intuición. Habría que dirimir entre una sexualidad que no existe y una sexualidad inventada para creer que estamos en el umbral de lo asexual con vínculos emocionales profundos. Mientras que lo demisexual se entiende como una reactivación de la sexual, la disexualidad pulula libremente entre ambos géneros. Si el aspecto o la personalidad no afectan a la atracción sexual primaria, tampoco la intersexualidad supone metodologías participativas que propicien un espacio de intersubjetividad, afectación y transferencia de ideas y metodologías de trabajo. prejuicio alguno, como cualquier otra manifestación en el momento de aplicar la sexualidad asociada. Podríamos referir la demisexualidad de manera utópica (demi-romanticismo) en coincidencia con la predisposición disexual, dado que el primero antepone la esencia a la forma y en el segundo tipo el género se unifica biunívoca y esencialmente, en tanto en cuanto converge desde la dualidad y lo ficticio. Véase como se puede nacer y crecer con aspecto y acciones masculinas que llevan implícito el desarrollo de una tendencia fémina incipiente y emergente, primero en forma de deseo viril por la acumulación de tetosterona, proyectada sobre la admirada efigie femenina; luego poco a poco relativizando las relaciones sexuales con el incremento de estrógenos y hormonas en un cuerpo que reclama ser femenino. El hecho es que una persona disexual puede hacer el amor con un hombre desde el convencimiento de sentirse mujer-hembra en toda su dimensión psicológica y con ellas en forma más física, más o menos pseudoviril y pseudolésbica. Valga la plasticidad de la naturaleza sexual humana como referencia para mostrar contextos de vida no binaria. Una mirada psicosocial sobre la nueva realidad emergente nos plantea la identidad de género como un bienestar psicológico y emocional que corrige una discriminación ancestral. El género ha pasado de la teoría a la sustantivación objetiva mediante realizaciones performativas, sin alterar el orden establecido y las costumbres al tiempo que han permitido investigar nuevas subjetividades sobre cualquier aspecto de la realidad. Si bien como dice García (2009) no se nace mujer, es la feminidad y haber seguido una convicción lo que constituye a una mujer trans. De cualquier manera, la disexualización es un producto de prácticas personales, que se realizan como dice Wong (2000) por razones que subyacen a una conducta ante la aparición de nuevos estímulos. IMPLICACIONES INTERVINIENTES La intersección de aspectos biológicos y culturales se concreta en la interacción entre un organismo y su ambiente. Los patrones de conducta Déu Queerness. Opus I motivada por una distensión en la sexualidad producen consecuencias gratificantes, siempre que la obtención de objetivos incremente el bienestar emocional, hasta ahora ignorado sistemáticamente. La estimulación de los sentidos, en general favorece la recepción e interpretación positiva de los diversos estímulos ambientales. Se trata de activar el sistema nervioso autónomo con la adaptación de señales o impulsos intuitivos a un proceso innato y universal, estimulante y sexualizado sobre deseos personalizados y progresivamente menos estereotipados. Ante la sensación de una impulsividad inmediata y potencialmente intensa, la experiencia subjetiva se fundamenta en términos de poseer y ser poseídos básicamente. Quiere esto decir que las fluctuaciones fisiológicas generan en ocasiones aprensión, desasosiego y malestar, pero no implica variabilidad en las condiciones identitarias de género. Existe gran variabilidad cultural en la manera de interpretar las relaciones humanas, lo que debería bastar para entender el mismo oponente sobre el dimorfismo y su parcial espacio de estabilidad. De hecho, aparece como instigador un nuevo estado de conciencia frente al cisgénero, que hipoactiva la transferencia de la excitación (Zillman, 1978) al reaccionar de manera difusa y controvertida, para sorpresa de los mismos agentes, cuando la consolidación afectiva combina la variación temporal de la respuesta emocional y la homeostasis. La reacción hormonal infiere en principio la inmovilidad corporal defensiva cuyos efectos compensatorios se refleja en la similitud de expresión en los individuos de la misma especie. Lo que no se dice es que las respuestas adaptativas son asertos ontogenéticos con capacidad de renovación y de innovación erótico-proximal, tal que se derivan otras variables psicofisiológicas de género fluido o líquido, entre las que hay una percepción de lo disexual como una respuesta parasimpática, cuya naturaleza solo obedece a patrones, más bien poco evolucionistas. Una sexualidad exclusivamente autonómica es fruto directo de la conductancia psicosomática, de ahí la necesidad de invertir los modelos y la estética tradicional en clave intersexual, ajena a la preponderancia biológica y en base a la relación virtual entre activación y emoción neural. En la actualidad podemos hablar de la dimensión fásica (Palmero y Chóliz, 1991) asociada a un estímulo que reproduce reacciones o excitaciones breves, en un sentido sexual o en otro, donde la conducta operante, según M. Chóliz (1994d) se inspira en la consideración de causas internas, ficticias e imaginarias. Por otra parte, si la transferencia de excitación es más fuerte para las emociones con validez hedonista, aquellas con las que la persona tiene relativamente menos experiencia,62 se confirma primero que las personas son más atentas cuando se enfrentan con estímulos que son menos familiares (Pennebaker, 1997) y, en segundo término, una conducta extrovertida transfiere sin complejos reacciones positivas. Aun así, hay resistencia a reconocer la verdadera dimensión en una experiencia desconocida, asumida de forma moderada, pero cuya trascendencia se manifiesta en la necesidad de repetirla o intensificarla. Aunque se pretenda diseñar medidas de personalidad, ningún fotopletismógrafo en el pulgar puede traducir en datos la sensación agónica de los estímulos y menos el alcance de la diversidad que el pensamiento puede modelar con cada pulsación en el acto sexual. DISCUSIÓN Las medidas de reducción sensorial respecto a la disexualidad no tienen efecto práctico, ya que el estado cardiovascular en consonancia con la sensibilización estética multiplica la atracción mediante la extraversión y el tono hedónico del estímulo. A mayor excitación de géneros, mejor digestión sexual, eso sí, susceptible de contravenir sentimientos agradables más familiares. Cabe cuestionar todo tipo de estructura de género cruzado, ya que un paradigma experimental no necesita de códigos ni condicionamientos futuros. Una de las razones para entender la complacencia en términos de género la produce el bienestar, cuya realidad se configura gradualmente al tiempo que experimentan un continuo entre la completa 62 Scoot, C. Bunce y otros, 1993 Déu Queerness. Opus I felicidad63 del momento y la más absoluta inseguridad en relación al resto del tiempo. Por tanto, los estímulos y una perspectiva estética son parámetros que pueden llevar a otras categorías independientes y soberanas, perfectamente compatibles para la sociedad que pretende experimentarlo todo mediante realidad virtual. La satisfacción de necesidades más intrínsecas, entre las más importantes, el crecimiento personal, la autonomía y la libertad, no resulta tan perjudicial ni peligrosa cuando los vínculos particulares no afectan a nadie ni a nada interpersonal. Realmente cabe un compromiso mental en positivo dentro del proyecto vital, pues hay evidencias de que, si en el trabajo y en actividades sociales hay una alta satisfacción, en la intimidad se sublima de manera altamente atractiva cada detalle y experiencia inesperada. Aunque los niveles de bienestar emocional pueden variar, la postura más noble se centra en la valoración del mismo bienestar con la autopercepción multideterminada. Significa esto que no hay conflicto entre objetivos y las discrepancias en las que su resultado fuera la insatisfacción, pues un enfoque naturista permite dilatar los estándares hasta el extremo de no poder compararse. El camino en un sentido agéntico, a todas luces pasaría por iniciar la acción psicológica mediante el desarrollo y cumplimiento del objetivo, siempre que sea coherente con las necesidades y motivaciones vitales (Brunstein, Schultheiss y Grassman, 1998) CONCLUYENDO En cuanto a la línea del bienestar emocional, no cabe duda que tanto la esperanza de un sujeto completo como la presunta armonía entre los sexos (Sáez,2004) forman un binomio feminista que ha de convertirse en consigna universal. Mientras hay quien afirma que el sexo evolucionado es pasión afectiva dirigida a otra persona,64 la imaginación ya ha llegado al paroxismo tautológico. En un mundo globalizado por una tecnología de 63 64 Diener, Larsen, Levine y Emmons (1985) Del libro: Amores altamente peligrosos de Walter Riso. Editorial Océano. naturaleza más bien sinérgica, la única frontera abierta a la nostalgia se difumina como un azucarillo, mientras tanto la identificación biológica, sexualizada con o sin género determinado, se verá sometida al análisis sobre comportamientos de género cruzado. En primer término, se plantea la “asignación de género” bajo criterios dispares e inconexos, con dejadez y sin garantías científicas. El Biogénero cultural es una realidad según la cual la cultura biológica no alcanza a situarse en el universo, incapaz de comprenderse y tolerar lo que no es concluyente. De todas formas, si la espalda no está correctamente diseñada para soportar el peso que mantiene con el único soporte de dos piernas, no hay razón para que dicho cuerpo se conforme con la sexualización en términos de involución cultural. Esta condición acientífica promueve un desarrollo de conductas encaminadas a poder adquirir una elevada capacidad por sucesivas innovaciones que permiten la evolución cultural, incluso al margen de una educación integral de la sexualidad en sus planes de estudio. Si bien desde esta perspectiva, educar en sexualidad es educar para aprender a ser, el estado de salud mental de la persona debe estar en concordancia con la preferencia de género y ser consecuente con la inteligencia sexual, de naturaleza placentera y consolidada por la libertad de expresión. En segundo término, la “convicción de género”se construye por encima del sexo y se refiere a la identidad construida de la persona, desligándola de la dimensión natural. Se puede decir que el reto pasa por transformar las definiciones "esencialistas" mediante una nueva antropología, cuyo género sea independiente de la anatomía sexual al ser irrelevante en cuanto a la determinación de su propia identidad.65 La humanidad de manera incondicionada ha llegado a identificar más de veinte géneros diferentes y a considerar que el término "género" se ha ideologizado al fundamentarlo como derecho libre en cuanto a su identidad de género y su orientación sexual. Es por ello que los comportamientos atípicos son intensos en el caso de disforia y parece mentira que se pierda el tiempo tratándola como travestismo fetichista, debido sin duda a que se habla de lo que no se siente ni conoce. Tampoco es cuestión de afirmar que 65 Gayle Rubin, pp.95 – 145 Déu Queerness. Opus I la naturaleza ha cometido un error, sino que es un error pensar que la naturaleza obliga estar de acuerdo con lo que se es por su fenotipogenital. En tercer término, hay que aclara que la disexualidad se escribe en clave de mujer y liberación permanente, no emergente. En este sentido la categoría género adquiere matices inadvertidos que relacionan el proceso social con el individual, hasta el extremo de producir una organización reivindicativa que acabará con la desigualdad y una participación estratificada. El paso de una invisibilidad manifiesta a lainvestigación postsexista coloca al transgénero en la parrilla de salida para diseñar una perspectiva bioética y plusdemocrática. A raíz de este hecho, las relaciones de poder en la asimétrica distribución de tareas, permutará y girará sobre valores y comportamientos universalistas, merecedores de la obtención de los derechos políticos plenos. Llegado el momento la libertad sexual será una asignatura de facto con aportaciones similares a las autometamorfopsias referidas al propio cuerpo. Un relativo hermafroditismo psíquico ganaría en verosimilitud si se viera como habitual, en vez de desvirtuar la imaginación continuamente. Socialmente tampoco es la desorientación del modelo mismo lo que lleva a algunas personas a considera la intersexualidad lo más erótico y excitante, sino la respuesta parasimpática es la que se reproduce abiertamente y con un sentido pleno de autopercepción multideterminada. Efectivamente, si hablamos de disexualidad ética y estética en torno a un estado de conciencia que solo obedece a la razón de ser y el sentido de una vida, estamos reconociendo que los estímulos disexuales obedecen a una función performativa con capacidad de ir creando realidad. La sexualidad es parte integral de la vida a la que no se le puede condicionar ni etiquetar de manera alguna, por consiguiente, la posibilidad de desarrollar más de una personalidad en clave de género, sexual, motivacional, profesional y otras confluencias, nos serviría para comprender que la diversidad es una competencia que permite alcanzar un mayor grado de efectividad. REFERENCIAS Bourdieu, P. (1997) Razones prácticas. Sobre la teoría de la acción. Barcelona: Editorial Anagrama. Brunstein, J., Schultheiss, O. y Grassmann, R. (1998) “Personal goals and emotionalwell-being: The moderating role of motive dispositions”. Journal of Personality and Social Psychology, 75 (2), 494-508. Butler, J. (2004) Deshacer el género, trad. Patricia Soley, Paidos, Barcelona, 2006. P. 278. Butler, Judith (2013) El género en disputa. El feminismo y la subversión de la identidad, Barcelona, Paidós. Deleuze, G. 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Esta transformación posibilitó la creación de una nueva conciencia popular para las generaciones venideras, mediante un intento superior de desarrollo y un enfoque distinto en la educación en general, y en la médica, en particular. Esto viabilizó el crear un sistema de salud que respondiera a las necesidades de los diferentes y diversos tipos de género. La transexualidad como práctica y categoría médica viene operando como producción despatologizante, mientras que contempla al colectivo de discapacitados transgénero en situación de riesgo total. Los autores de este estudio quieren significar el hecho, por cuanto resume en sí mismo, la expresión y comienzo de las transformaciones en materia de salud pública y su implementación social. Diseño Científico. Investigación Psicosocial. Cientista social. Pasantías. Node d´ Investigació. Bioethics Observatory UCC. G. Psicología y Diseño, Master en Bioética, Master profesional en Diagnóstico y Terapia (Psicología educativa) Dr. en Ciencias Sociales y del Comportamiento. 66 67 Analista científica. Experta Universitaria en Actualización en Estudios de Género y su Aplicación en Ámbitos Sociales. Técnico Superior Universitario de terapia Psicosocial. G. Antropología y Psicología, PhD en Comunicación Social. Dissabtes de ciencia. Palabras clave: bioética de género, función reguladora; transgénero; despatologización; identidades adicionales. Abstract Humanistic values meant the replacement of a normative generation by another gender truth, that suddenly represented a radical change in the ethical structure, academic, political and social, about the categories of identity. This transformation enabled the creation of a new popular conscience for future generations, through a superior attempt at development and a different approach in education in general, and in medicine, especially. This made it possible to create a health system that responded to the needs of different and diverse types of gender. Transsexuality as a practice and medical category has been operating as a depathologizing production, while it contemplates the group of transgender disabled people at risk. The authors of this study want to mean the fact, because it sums up itself, the expression and beginning of the transformations in matters of public health and their social implementation. Keywords: gender bioethics, regulatory function; transgender; depathologization; additional identities. Intro Algunas personas trans, y aquellas identidades adicionales que pueden sufrir diferentes tipos de discriminación68 de naturaleza fóbica, experimentan el acoso, la agresión verbal y la denegación de la atención sanitaria, prácticamente con total impunidad en todas las sociedades, sean democráticas o unilateralmente hegemónicas. Las violaciones de los derechos humanos están por doquier, por lo que otros abusos conexos nos plantean 68 Una encuesta denuncia que aproximadamente el 70 por ciento de los pacientes transgénero y de género no conforme se han enfrentado a graves discriminaciones en el entorno de la asistencia médica. Los porcentajes de experiencias como estas son aún más altos en personas transgénero de color o que tienen algún tipo de discapacidad. Déu Queerness. Opus I un escenario en el que la discapacidad se ve totalmente desamparada, sobremanera si es en personas transgénero. Aquí proponemos un análisis constructivo que aporte un discurso revisionista, fundamentalmente creativo, ya que es la única fórmula para encontrar atajos hacia un bienestar social integral. Por otra parte, la discriminación por motivos de identidad de género es ilegal de conformidad con lo dispuesto en el derecho internacional de los derechos humanos, por lo que la endemoniada patologización de género constituye una de las causas perdidas que se deben derogar definitivamente. Una de las medidas concretas para que se respete la identidad de género,69 se articula sobre el cese de la discriminación por discapacidad, en lo laboral, la vida emocional, social, sexual, ya que por ser transgénero era como tener una discapacidad, o incluso doble discapacidad.70 No hay ninguna razón para que las personas con discapacidad o con diversidad funcional, no colaboren en acabar con el silencio de estas minorías, no ignorando la dimensión sexual de la persona con discapacidad o del desarrollo y, reivindicando participar con testimonios y acciones en la línea de acabar con todo tipo de discriminación. Cada proceso de sexuación es peculiar, incluyendo a aquellas con más necesidades de apoyo, por lo que las personas con discapacidad requieren preservar su capacidad jurídica. Actualmente existe la necesidad de incorporar una perspectiva de género en todas las actividades destinadas a promover el pleno goce de los 69 En el Art. 1. de la Declaración integral para personas trans se declara de interés general el diseño, promoción e implementación de acciones afirmativas en los ámbitos público y privado y políticas públicas dirigidas a la población trans. Lo dispuesto tiene por propósito promover la equidad de género como combatir, mitigar y colaborar a erradicar todas las formas de discriminación que directa o indirectamente constituyen una violación a las normas y principios contenidos en la Ley N° 17.817, de 6 de setiembre de 2004. De este modo se contribuirá a garantizar el pleno ejercicio en condiciones de igualdad de sus derechos y libertades, promoviendo el respeto de su dignidad, buscando lograr la integración social a nivel cultural, económico-laboral, en el ámbito de la salud y la educación, así como en cualesquiera otros ámbitos de la vida ciudadana. 70 Palmera Bothi (mujer transgénero) Doble discriminación. 14/01/2017. Recuperado en https://discapacidadmotriz.org/doble-discriminacion/ derechos humanos y las libertades fundamentales por las personas con discapacidad.71 Para llegar a los grupos de excluidos o de marginados y proporcionarles una calidad de vida es indispensable elaborar y aplicar políticas y programas inclusivos. La UNESCO colabora con los gobiernos y sus asociados en la lucha contra la exclusión y las desigualdades en el ámbito educativo, mientras que la OMS y el Grupo del Banco Mundial han producido conjuntamente este Informe mundial sobre la discapacidad, para proporcionar datos destinados a la formulación de políticas y programas innovadores que mejoren las vidas de las personas con discapacidades y faciliten la aplicación de la Convención de Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (2008) De la prevalencia sobre la discapacidad La discapacidad forma parte de la condición humana, denota los aspectos negativos de la interacción entre personas con un problema de salud y, además, las personas con discapacidad sufren discriminación de género. La discapacidad, afecta de manera desproporcionada a las poblaciones vulnerables, puesto que hay clasismo en cada etapa sensorial y prejuicios que constituyen obstáculos para la educación, el empleo, la atención de salud y la participación social. En cuanto a las deficiencias que presentan los servicios tales como la atención de salud, la rehabilitación y la asistencia y apoyo, hacen inviables servicios de bienestar social, así como su escasa competencia productiva. Un estudio efectuado en los Estados Unidos de América encontró que el 80% de los asistentes sociales no tenían formación ni cualificaciones formales, por lo que el problema es doble dirección. Esta distancia, casi insalvable, desalienta a las personas con discapacidad a buscar trabajo o que les impide acceder a la atención de salud. A pesar de representar el 15% de la población mundial, la teoría de menor participación económica, pone en jaque al sistema capitalista y a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) De tal forma que, las personas con discapacidad, en comparación con las personas sin discapacidad, tienen una probabilidad un 50% mayor de enfrentarse a gastos sanitarios ruinosos. La mayor parte del apoyo procede de familiares o el apoyo informal, incluida la rehabilitación, aparte para superar los obstáculos en la atención 71 Convención de los derechos de las personas con discapacidad (2006) Déu Queerness. Opus I de salud, son la redistribución o reorganización de los servicios existentes, la única alianza de valoración de la discapacidad y criterios claros de elegibilidad. Para avanzar en el acceso a la tecnología de la información y comunicación habría que fomentar la sensibilización, aprobar leyes y reglamentos, elaborar normas y proporcionar formación. Generalmente, la reglamentación debe seguir el ritmo de la innovación tecnológica, en todos los ámbitos. Luego, los sistemas educativos inclusivos dependen en gran medida del compromiso del país para adoptar una legislación apropiada, proporcionar una orientación normativa clara, elaborar un plan de acción nacional, establecer infraestructuras y crear capacidad de ejecución y asegurar una financiación a largo plazo. Crear un entorno de aprendizaje inclusivo requiere acceso a servicios adicionales de apoyo, como maestros de educación especial, auxiliares de aula y servicios de terapia. Aparte de la formación profesional convencional, la formación inter pares, la tutoría y la intervención temprana son opciones prometedoras, por lo menos para modificar las percepciones acerca de la aptitud de las personas con discapacidad para ser trabajadores productivos. En principio, estos idearios solo están presentes en dicho informe mundial sobre la discapacidad. Lo sexual forma parte de la mejor información Entre las discapacidades hay las visuales, auditivas, de las secuelas de amputaciones, de enfermedades neurológicas, psiquiátricas, etc., en sus diversos grados, del leve al moderado y profundo. Aunque para entender este artículo, primero hay que dejar de ser un discapacitado intelectual, segundo conocer de cerca el día a día de las dificultades en materia de relaciones que enturbian la sensibilidad social y, en tercer lugar, padecer alguna amputación física o emocional, junto a unas ganas de expresarse con el cuerpo con una cierta libertad. Tras la vida sexual de las personas discapacitadas existe una especificidad, un modo de traducir las señales motoras que estimulan el pensamiento erótico y la lívido, tan significativo o más, que afecta de una u otra forma el funcionamiento cognitivo. Los valores axiológicos condicionan de una u otra forma la expresión de la sexualidad, así como la identidad de género trata de abrirse camino en cualquier proyecto de vida. Se tiene derecho a la propiedad del cuerpo, porque aun con el mismo nivel de discapacidad pueden tener una vida sexual diferente. Es verdad que se dan más limitaciones en estos aprendizajes, por ejemplo, cuando deben diferenciar sus deseos de las posibilidades reales, pero la materia prima se relaciona entre la libertad sexual, la promiscuidad y las relaciones de pareja. Contar con prejuicios o alguna anomalía nos discapacita para emprender una sexualidad muy normalizada, pero a su vez, la adecuada educación de los sentimientos, permite diferir de los roles binaristas y plantear alternativas sexuales, conyugales y de prácticas liberales. Las personas con un retraso leve tienen capacidad para aprender los contenidos básicos de la educación sexual, al igual que quienes sufren de impotencia sexual, y así, respetando a los demás y haciéndose respetar, la discapacidad se pronuncia en favor de la autoestimulación en privado, de no abusar y no permitir ser abusados. Las dudas de funcionamiento son un obstáculo, pero superable y adaptable sobre cualquier tipo de género. Es fundamental comprender que la respuesta de género es más actitudinal y cultural que técnica, por lo que algunos estudios reflejan que hay dificultades objetivas y sociales (resistencias de la familia y de la sociedad) que hacen difícil o imposible la formación de parejas y todo lo que ello implica. Por no ser informadas, las personas no son educadas en un sentido positivo, recibiendo únicamente mensajes negativos sobre la sexualidad, y esto si que supone un reto puente antes de que la robótica trate de sustituir la naturaleza por expectativas no realistas. Tienen menor poder de autonomía y mayor vulnerabilidad, de manera que, las personas que no reciben información sobre sexualidad tienen que descubrirla a tientas en un contexto de carencias afectivas. En el caso trans* se puede ser varón si tienes dos cromosomas X, pero tu corazón y tu cerebro son masculinos o viceversa, según Grace Ann y su visión nada reducionista sobre una biología, ya evidenciada como falible en casos de género. En el espectro de transgéneros una persona opta y punto. Ahora bien, ante la falta de competencia clínica y cultural entre los proveedores de salud, la diversidad de elección y posibilidades materiales en la autoidentificación, se abre camino a fin de reducir o evitar una disforia de género que solo existe en el miedo de quienes se aferran a la costumbre de forma religiosa. En realidad, no es necesaria una formación apropiada de expertos para los médicos en todas las etapas de sus carreras para que reconozcan y eviten prácticas discriminatorias y para que presten una atención médica apropiada y sensible a los transgéneros, basta con respetar los derechos humanos, que no es poco. El objetivo de ser un sistema Déu Queerness. Opus I de salud receptivo que atienda a cada transgénero, especialmente discapacitado en parte, obliga a los servicios de salud para combatir los prejuicios en esta materia. Diseñando una cultura queerness Cuando una persona transgénero se da cuenta de que no encaja en su cuerpo, no es que sienta discapacidad, sino una circunstancia transitoria contractual. En ambos casos, se pueden sentir más cómodas manteniendo su anatomía corporal o modificando las partes y funciones claves, de acuerdo a su canon de género y una estética combinada. Todo parte de una compleja combinación de factores biológicos, psicológicos y ambientales, y solo se enturbia la convivencia por la falta de normalización de todo aquello que no se comparte. Es débil temer a nadie que invierta el sentido de una orientación y del todo patético, apelar a dogmas retrógrados para afrontar situaciones de hostilidad e injusticia. Los grupos de defensa solo sirven al sentido común, de hecho, permite desmarcarse del modelo patológico y hacer énfasis en la multiplicidad del conocimiento. Por analogía el bucle sexo/género y el de sexualidad/discapacidad se considera una perspectiva de reivindicación para transformar el sistema dominante por otro más realista y sin duda más justo. Se habla de la figura de trans-conocimientos72 vinculados al fenómeno transgénero, de comprensiones localizadas, en tanto nos permite generar abordajes teóricos alternativos para comprender la práctica transgénero.73 Las comprensiones situadas que debaten en torno al TIS permiten hacer frente a las características del contexto, abrir espacios inéditos o transformar el estado de las cosas. De las teorías, al ser concepciones que 72 Martínez-Guzmán A., y Montenegro, M. “Narrativas en torno al Trastorno de Identidad Sexual” #4 prisma social nº 4 | junio 2009 | revista de ciencias sociales 6. 73 A pesar de reconocer los límites de conocimiento en este campo, los profesionales médicos tienen confianza en que la etiología aun confusa del trastorno vaya cediendo ante la investigación científica (Asociación Profesional Mundial para Salud Transgénero, 2001) funcionan como tecnologías, y que permiten abordar el mundo social, se considera que tratan de moverse en él para transformarlo. En este sentido, buscamos proponer una aproximación sobre las identidades y discapacidades en personalidades trans. Desde esta posición se aborda las categorías convencionales de las ciencias psi, de una nueva narrativa del trans-conocimiento y de discernimiento, menos autoritaria e impositiva. Ahora bien, para explicar el transgénero y la transexualidad se recurre a la definición que ni el comportamiento desviado ni los conflictos entre individuo y sociedad son trastornos mentales salvo que sean síntomas de una disfunción”. Según esta definición la transexualidad y otros trastornos de la identidad de género, si son un trastorno mental porque daría lugar a un conjunto de síntomas psicológicos que producen malestar y hasta discapacidad, según alguna mente desorientada. Claro que, al comprobar tanta bajeza humana y con estudios, nos podemos sentir tan molestos como para considerarles a estos nada eruditos del conocimiento como presas de un virus cegador, que habría que tratar por el bien de la civilización. Rimas en torno a una discapacidad de género La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y también social, no solamente la ausencia de enfermedad o dolencia, según la definición presentada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su constitución aprobada en 1948. Desde esta posición no hay experiencia de exigibilidad ni generización con respecto al derecho a la educación sexual integral, sino una mera transversalidad o impregnación del aprendizaje y la adquisición de valores humanos y competencias queerness. Estas en concreto, diríase que habían sido restringidas a un solo objetivo, muy pertinente si abre la puerta para que, en el tema de género, aquellos indivisibles derechos humanos sean alineados con la razón misma de organizaciones sociales. El frente común, comprende al derecho a la educación integrada mediante aprobación del mecanismo constitucional correspondiente; de tal manera que, la red por ejemplo es un espacio de compromiso militante con capacidad regulatoria, compatible con tan alto nivel de desafío y enriquecimiento intelectual. Si la discapacidad física no va acompañada de discapacidad psíquica, su capacidad mental para aplicar los criterios de salud sexual es similar a la del resto de la población, por lo que el problema se reduce a que se acepten sus derechos y decisiones. Especialmente en el contexto más cercano Déu Queerness. Opus I con el objetivo de que se le presten las ayudas sociales y técnicas que pudiera precisar a fin de ayudarle a lograr aquello decidido responsablemente y no pueda lograr por sí mismo. Para la mayoría social sería un aliciente sufragar la educación sexual en términos constituyentes, indivisibles, integrales, interdependientes, complementarios, irrenunciables, imprescriptibles, o de forma inalienable. Conviene recordar que la Conferencia de Derechos Humanos de ONU en su Declaración de Viena, por allá en el año 1993, consideraba como patrimonio innato, derecho y libertad como objeto también de promoción y cuidado. La evidencia científica muestra el conflicto derivado de la conformación psicológica con la felicidad personal, lo que supone una pérdida de tiempo improductiva, que no hace más, que aumentar la brecha cívica bajo un pseudo argumento revestido de tecnología reparadora. Desde el punto de vista fisiológico, la sexualidad no debería marcar una especificidad definida, pero sí lo hacen sus capacidades mentales, sus características emocionales y su historia de comportamientos, su entorno familiar y social, quienes condicionan de una u otra forma la expresión de la sexualidad. Aunque este tema buscará en sus pares la forma o encaje de la libre opción sexual, la realidad no dispone de la suma necesaria de neuronas en los cerebros actuales. Tal como es propugnada la desinformación, no solo subterránea, sí como parte interesada que revela la falta de compromiso de muchas organizaciones no gubernamentales, inducidas más bien a desdibujar la realidad, no a transfromarla. A pesar de la infinidad de declaratorias y proclamas electorales, la teorización de género sigue planteando distancias insalvables debido a resistencias de una supremacía patriarcal degenerada en sí misma, cuando simplemente una educación integral es garantía de un ambiente democrático y plural. Para lograr un estado de bienestar, tan garantista como elemental e incapaz de entenderse universalmente, las estrategias educativas diferenciales y flexibles ayudan a disuadir del ostracismo, mal llamado familiar, con frecuencia por falsas concepciones que hay que modelar con respuestas a las necesidades especiales, de calado social y de una vida sexual plena. En opinión de expertos cuasi creibles, los valores y actitudes propios en la construcción de la toma de decisiones, habilidades de comunicación y reducción de riesgos, la persona adquiere un protagonismo en relación con una sexualidad, imprescindible para fortalecer la educación en general e incentivar una cierta calidad de vida. Una perspectiva menos rígida deja en claro que, a la diversidad le sobran razones y actitudes para garantizar el derecho a la salud, proporciona el sentido de dignidad y autoestima en todas las esferas privadas y públicas, pero sin olvidar que los enfoques más eficaces sobre educación tiene la obligación de asegurar que los programas de educación sexual no refuercen los estereotipos ni favorezcan los prejuicios respecto de la orientación sexual.74 Adoptar una perspectiva de género El género es una categoría de análisis cuya lógica no es otra que el reconocimiento explícito de los sistemas de relaciones sociales o sexuales, de una tentativa formulada para reivindicar un territorio definidor y ajustado a derecho. En este sentido, la teoría del género deja se serlo para convertirse en cosa fáctica que dentro de una misma sociedad culturalmente definida varía de unos periodos a otros. La construcción social y cultural marca la diferencia, pero no el rumbo, es decir, afecta a valores en los que apoyarse por comodidad y rentabilidad, con remite a la experiencia y vivencia de los cuerpos y de las relaciones de poder. Esta perspectiva nada aritmética, varía en el devenir histórico y apenas adopta tintes reaccionarios, pues tiene una impronta determinante en la configuración del estatus en relación solo a la identidad. Otra cosa se aprecia en dimensiones subjetivas, donde la acción colectiva tiene una impronta queerness determinante, pero cuya filosofía no termina de conjugarse para la irrupción en la escena de nuevos sujetos, como decía la vieja guardia, indivisibles en los modelos de ciudadanía. En particular, en materia de autonomía encaminada a demandar igualdad, tanto en la redistribución social de recursos y capacidad decisoria como en la obtención de reconocimiento cultural.75 El proceso de globalización unido al desarrollo tecnológico, a escala humanista pretende dar una dimensión gigantesca e irreversible, ajena a La Educación Sexual Integral es una herramienta fundamental para lograr muchos de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) y la igualdad entre los géneros. 75 http://www.inmujer.gob.es/areasTematicas/educacion/publicaciones/docs/guia_ didactica_ciudadania_FUHEM.pdf#00%20INTRO.indd%3A.4964 74 Déu Queerness. Opus I cualquier veto o paradigma que dé respuesta a las exigencias de un modelo urbano-agro-industrial, sumamente energívoro.76 Partiendo de la idea deCapel yRapoport de que el comportamiento y los usos del espacio están condicionados por la percepción y la cognición del mismo, el diseño de las ciudades remodela actitudes humanas que a su vez van modificando. Desde un enfoque de género la sociedad como telón de fondo, se sitúa en el centro de la nada, en tanto que no potencia ni favorece, sino que testifica sobre su uso y a veces su abandono, ante tanta imparcialidad moderna. Respecto a sus efectos directos sobre las personas, en cierta medida, las excluyen de su representación más simbólica y menos esquemática. La estrategia de contentar a las particularidades de todos los colectivos, cuando menos, preocupa evidentemente porque se corroboran diferencias patentes en la percepción medioambiental y su herencia. La transversalidad efectiva pasa por repensar el modelo de ciudad más tolerante con las singularides y de coexistencia. Conclusividad y representaciones sostenibles En el extremo, la ciencia se ve alterada por su carácter omniacaparador, incluso marca una nueva conceptualidad vigente a cambio deun poco de notoriedad, además abre la posibilidad de una vinculación comprensible a un factum, a todas luces preconcebido. En última instancia, la realidad especulativa en el pensamiento incardinaría el horizonte último del conocimiento, salvo que, de forma puramente contingente nos obligue a renunciar a la necesidad puramente lógica. Cuando la lógica de nuestros conceptos, nos permite ver la correlación entre las formas de experiencia (aisthesis, noiesis y poiesis) y asimilar las sutilezas de otras experiencias metanoiéticas, nos toca elegir la posibilidad de ser afectados por este cambio de perspectiva. En un cierto orden se manifiesta expresamente la mayor responsabilidad consigo mismos, o por añadidura, en establecer nuevos referentes queerness mediante desplazamientos semánticos. 76 Olga Abasolo y Justa Montero en esta guía pretenden ser una ayuda para quienes están en las aulas partiendo del concepto de que la educación no consiste solo en la transmisión de conocimientos, sino en la generación de saberes nuevos que transformen en torno a los conceptos de democracia, ciudadanía y género. A nivel de una soberanía husserliana de término medio, que garantizase por ejemplo el derecho de volver a construirla, y deformando de paso todo el sistema sociometabólico o afuncional, podría sobrellevar las demandas diarias de la supervivencia. Ciertamente, la reconstrucción de una noción de futuro satisface aquellos escenarios en los que la mente obtusa se sumerge de manera ligera y romántica, allí cobra su atracción y vuelve a la periferia donde preyace la idea resistencia. Carecemos de incomunicación, por tanto, cualquier proyecto reclama atención y sosiego, de tal suerte que, una específica y autónoma manera de ser la entendemos por su profundo sentido y manera desregulada de hacer presencia.77 En esta medida del continuum, de las características culturales como un escenario común, el correlato autogestionario puede llegar a incidir, como consecuencia de la práctica social. La cuestión será, si como el modelo espacial estratifica o, por el contrario, la periferialización identitaria contestataria respecto de los parámetros de uso crítico. A pesar de todo, cualquier intento de intervención sobre las contradicciones sociales, de manera definitiva, lo asociamos con una dificultad derivada de una falta de claridad global. Con el aumento de la fragilidad social, toda distancia de género precariza el incremento de la informalidad. Estamos viendo como se virtualiza la protección social en una realidad ficticia, de masificación instrumental para englobar la incertidumbre generada en un aaplicación informática. Esta escala de estupidez atomizada, lejos de constituir pequeños reductos de identidad singular, lo que está determinando es el propio empobrecimiento de la persona-Estado. Dicho de otro modo, las necesidades individuales se imponen con la misma fuerza que las de la producción, o sea, a la orden de la cuota que se les asigna en un modelo basado en el opuesto aniquilador de la producción78 Así pues, la producción ofrece el objeto del consumo desde tiempos inmemoriales, como impulso y como finalidad79 suprema, pero si la naturaleza entiende que su lugar de residencia no altera los profundos efectos de tal movimiento autoregenerador, mi materia se da hecha polvo. 77 Derrida (1989) La Deconstrucción en las fronteras de la filosofía, donde en atención a la especificidad de su diferencia, la marginalidad se encontraría en el margen del centro. 78 K. Marx: Elementos fundamentales para la crítica de la economía política (borrador) 1857-1858, Siglo XXI, Madrid, 1971, pág. 10. 79 Ibídem, pág. 12. Déu Queerness. Opus I No obstante, la capacidad de destrucción habilita una predisposición imaginativa ante lo posible, efímera, pero puede que intensa, al enfatizar la imaginación con la lógica brutal, por cuanto la reconstrucción disecciona en su totalidad toda esperanza de recompensa. A menudo, una distinción conveniente tiende a reducir la naturaleza con la menor alteración posible, en un párrafo cáustico para señalar que la universalidad comprende las diversas estructuras, articulaciones y mediaciones viables. Esta dispensación orgánica lanza a una insumisión justamente por esta separación entre lo real y lo ideal, lo que hace revolucionario encontrar un punto de bifurcación80 con la lógica del convencimiento y la reforma moral e intelectual. Gramsci,81 que considera la educación como el desarrollo de algo ya existente bajo la forma de una fuerza latente originaria, aboga por dejar fluir las fuerzas latentes sobre ternas de conocimiento adquirido e iniciativa autónoma del individuo. Para Gramsci, al igual que la escuela única constituye una gran exigencia y al propósito de arraigo primordial, la verdadera independencia del individuo se consigue con la intuición y la observación directa de las leyes de la Naturaleza, o sea, recuperando de la colectividad y del racionalismo extremo de la Ilustración, nada menos que la libertad individual.82 Como bien estéis abiertos a colaborar desde la universalidad a la particularización, la intención de ruptura debe ser atendida a partir de un plexo axiológico83 y de arriba de suas vidas, por lo que concierne a la posterior Álvaro García Linera, «Estado y revolución: empate catastrófico y punto de bifurcación», en Compendio. Discursos oficiales del 22 de enero y 6 de agosto (2006-2012) La Paz, Vicepresidencia del Estado Plurinacional, 2012, pp. 35-44. 81 Antonio Gramsci: La alternativa pedagógica. Selección de textos e introducción de Mario A. Manacorda. Nova Terra. Barcelona. 1973. 82 Beatriz Calvo Villoria. THOREAU La Naturaleza tiene la palabra. En http://theecologist.net/thoreau-la-naturaleza-tiene-la-palabra/# 83 Carlos Manuel Villabella: El iter de los derechos: de la universalidad a la particularización. Los derechos en situación como clave constitucional para la protección de los grupos vulnerables. En IUS, Revista de Ciencias Jurídicas de Puebla A.C. Año IV, NO. 26 Julio-Diciembre de 2010, PP. 222-241. 80 reflexión. El diario de investigación combina las observaciones de la propia práctica, sistematiza una idea frente a las materias y además construye su diagnóstico atendiendo principalmente a la teoría, de la que no puede desprenderse como hecho pasivo. Podemos exorcizar la carga emocional con la muerte del cuerpo y en ese inventar y fabricar conceptos; aun tendremos la posición crítica sin descanso, a fin de que el pensamiento preconiza una filosofía de la afirmación y la pretensión de absoluto en cada átomo. Una idea adecuada, distinta o determinada, la cuestión es engendrar los límites del concepto al que pertenecen e inventar un mundo abstracto con el fin de identificar lo esencial de la tesis sostenida. Teorías sobre el ser y la sexuación gender Michaelle de fran Martínez Frans Mtnez. Pintor Unidad de Investigación Biopsicosocial MYSHELL.NEXT © UNESCO 2018 La reflexión del horizonte fundamental, de lo masculino y de lo femenino y su sometimiento al campo de la diferencia sexual, a través de la propuesta psicoanalítica, nos hace entrever que el proceso de sexuación permanece inacabado, y requiere de más significaciones, en función de la desigualdad y, por ende, de esta situación existencial en el que opera una desagregación respecto al devenir, hombre o mujer. Para ello acudimos a la reconversión de teorías y relaciones que algunos autores han ido manifestando, respecto de esta problemática. Simone de Beauvoir Si partimos de un análisis cultural sobre la masculinidad y la feminidad, las relaciones sociales serían vistas como reduccionistas, en base a una Déu Queerness. Opus I desigualdad y a una falta de libertad sexual histórica. Hoy, la reforma política se opone a continuar con valores antropocéntricos, dada la gran capacidad feminista para movilizarse, de intentar legitimizar derechos y homologar discursos heterogéneos. Esta realidad comparativa, que no obedece a ningún orden natural, en principio, da a entender que existe una estrategia unificada en el sentido de considerar el sexo como algo no original, sino como un papel social más transversal y autónomo. Los aspectos de género se refieren a los rasgos psicológicos y culturales que la sociedad atribuye, no al estatus purista de ser hombre o mujer, según la teoría beauvoireana. Quiere esto decir que, a partir de datos corporales genitales, la existencia de relaciones de jerarquía y desigualdad sobredimensionan una falsa naturaleza. Para diseñar una planificación participativa con enfoque de género, las variables que intervienen se identifican en áreas priorizadas, donde se promueve alcanzar la autonomía económica, social y política con equidad para mujeres y hombres. Otro estatus es posible en una interacción dinámica y balanceada, de tal forma que los beneficios de la sociedad y la naturaleza, por lo menos estén por encima de las inequidades genéricas. Hay que considerar que el despliegue del poder es dialéctico, de género singularizado y en el que la forma ideal de su ser adquiere conocimiento sensorial. Desde lo individual, el pensamiento lógico sustancia sensoriedad, en relación con la complicación de sus relaciones, entre lo abstracto y lo complejo, para determinar normalmente escalones elementales, no precisamente grandes acuerdos de interacción. Hablamos de un largo desarrollo de la práctica social, de un impulso de fuera como acción unilateral que concluye en mera contradicción. De hecho, la posibilidad de convertirse en el contrario, permite al ser, el movimiento del objeto de lo simple a lo superior, algo que es aplicable a la condición de género. Si bien es cierto, dada la diversidad, que no tendría sentido atribuir creencias a seres incapaces de poder expresarse en un lenguaje dado,84 lo natural sería 84 En las creencias o actitudes sentenciales, Rorty ve que no son más que disposiciones de parte de los organismos, o de herramientas para coordinar nuestra conducta con la de los demás, de tal manera que «asignar una creencia a alguien es simplemente decir que que para comprender hay que discurrir acerca de la reflexión filosófica a lo largo del tiempo. Simone argumentaba que, si el ser humano no tiene una esencia fija, sino que es "existencia", entonces es fácil dispensar el papel de la identidad, dado que "No se nace mujer, se llega a serlo". Mark Blechner Un grupo de conciencia cataloga al psicoanálisis como la «ciencia queer pasada y futura». En su opinión, existe un fetiche de género en la sociedad occidental, donde se le da una enorme y desproporcionada atención al género de las parejas sexuales, sobre otros factores que intervienen en la atracción sexual, como la edad o la clase social. Blecner propone que las palabras «homosexualidad» y «heterosexualidad» sean prefijos, dependiendo del nivel de diferencias o semejanzas existentes entre quienes conforman la pareja. La «edad heterosexual» indicaría una atracción entre personas de diferentes edades, por ejemplo. Lo que convencionalmente se llamaba «heterosexualidad», pues simplemente podría llamarse «heterosexualidad de género». El pasado nos da recuerdos y conocimientos adquiridos, allanando el camino para Sánchez Ron (2013) y destacando la incertidumbre de cada biografía en particular. Lo que podría estar definido de antemano, de inmediato se rebate bajo un correlato evidente,85 la paradoja de las probabilidades. Hay una fuerza que anima a la naturaleza del ser, que antes de considerarse cuántica, se limitaba a descubrir sistemas lógicos con capacidad de predicción, en un sentido de consecuencias triviales, pero otras pueden ser profundas. Para Albert Caraco, no existen excusas ni vías intermedias para, no acometer con seriedad el desenvolvimiento de nuestra sociedad, a partir de lo que somos y hacemos individualmente: esa persona tenderá a comportarse como nosotros y de una manera determinada»: d. Relativismo: descubrir e inventar, a.c., pp. 58-59. 85 Para Pierre-Simon de Laplace (1814) “Una inteligencia que en un momento determinado conociera todas las fuerzas que animan a la naturaleza, así como la situación respectiva de los seres que la componen, si además fuera lo suficientemente amplia como para someter a análisis tales datos, podría abarcar en una sola fórmula los movimientos de los cuerpos más grandes del universo y los del átomo más ligero. Déu Queerness. Opus I Si somos un carácter finito en un laberinto del absurdo, que mejor razón para que nosotros mismos diseñemos una superficie en la que nuestra sensibilidad refleje la luz. Queramos entonces lo imposible, aunque sea sobre la sombra de lo posible, pues no hay conformismo sobre la base de la falsa verdad histórica, sino variaciones fisiológicas con ánimo de lucro, por antonomasia módico y disociativo. Las expresiones representan nociones complejas del dominio siendo descripto, en función de las características y restricciones que los representan. El axioma queer tendría una especialización en la especificación estructural del lenguaje, que obtiene respuestas correctas para otra ontología menos estándar, pero de igual categoría semántica. Antes, desear era la única cosa que todos los entes singulares podían hacer, pero la igualdad cívica,86 en su afán determinista, rechaza el estatus ya presupuestado que disfruta la heterosexualidad, entrampada en su sistema reproductivo. En un marco de trabajo basado en la premisa de que las mentes humanas interactúan de muchos modos diferentes, la persona emerge y se desarrolla en contextos y campos interpersonales. Por muchas dimensiones de organización interaccional que nos presenten (Mitchell, 2000 c, p. xvi) nunca sabemos dónde está el comienzo de generar vivencias en su valor heurístico. La neutralidad analítica, supone la comprensión del conjunto de las relaciones y una mejor posición para demostrar el fenómeno de la transferencia, o fantasías inconscientes derivadas de su pasado (Arlow y Brenner, 1990, pp. 680-681) La Psicología del self,87 ante situaciones en las que falta la idea de que, el entorno familiar es el proveedor de experiencias que irán definiendo 86 Caraco, sentido en primera persona expresa: Mi amor sólo se dirige de la santa indiferencia y ya me confundo con ella. 87 Esquemáticamente se puede reproducir un sentimiento de cohesión y valía respecto a si mismo, desde los selfobjetc que estructuraron el self en la infancia. Otra función del self descrita por Kohut (1977) es la de mantener una experiencia continua para el sujeto de ser el mismo en diferentes momentos, creando esa sensación subjetiva de continuidad y autorregulación de la vida mental. el patrón de apego, responde adecuadamente a necesidades internas, con ciertos patrones relacionales. El resultado de estos modelos operativos en la construcción social del cerebro, somete sus hipótesis a contraste, recurriendo siempre a un enfoque experimental en un momento de excitación por algún estímulo de atracción o aversivo. Esta particularidad de la regulación emocional,88 requiere de respuestas afectivas y de interpretar y regular la información que nuestro cuerpo expresa con señales y modos de ser visualizadas. Otra cosa actúa como pantalla en un orden narcisista que va más allá de la líbido, para explicar sus descubrimientos más íntimos. Psicoanálisis feminista (Gender Clinic) La asunción de nuestro carácter finito y brevario no debe hacernos infelices sin remedio, como pensaba Albert Caraco, sino que es tiempo de frustrar la tendencia la idea de salvación, envuelta entre corrupción y las más oscuras ambiciones humanas. Este pesimismo radical se ha modificado, siendo radicalizado con los estudios sobre Género, a veces de manera neurótica, donde la neurosis favorece, a su vez, la creación de nuevos elementos de cultura (Brousse, 2013, p. 43) y sin perder de vista la disimetría radical. Por una parte, el inconsciente tiene que ver con la lógica y con el lenguaje, véase el resultado de pensamientos, de pensamientos activamente pensantes, frente a lo que procede del exterior. Hoy hay una resistencia férrea, no necesariamente feminista, en asumir la formación del yo a partir del otro, puesto que la personalidad como cognición, quizá tenga un límite frágil, pero introduce formas del malestar contemporáneo, que son vinculantes con la necesidad de preservar la privacidad del sujeto al entrar en contradicciones. Por otra parte, teóricas feministas como Juliet Mitchell, Nancy Chodorow, Jessica Benjamin, Jane Gallop, Bracha Ettinger, Shoshana Felman, Griselda Pollock y Jane Flax han argumentado que la teoría psicoanalítica es vital para el proyecto feminista y debe, al igual que otras disciplinas, ser reformulada desde el feminismo para liberarla de los vestigios del sexismo. 88 Es la capacidad para autogenerarse y experimentar de forma voluntaria y consciente emociones positivas (alegría, amor, humor, fluir) y disfrutar de la vida. Capacidad para auto-gestionar el propio bienestar emocional en busca de una mejor calidad de vida. Déu Queerness. Opus I Si no hay excusas para justificar el beneficio de muchos ante el sufrimiento de una sola persona,89 tampoco es factible que aparezca la verdad del sujeto, bajo síntomas o la palabra hablada. Lo que no se entiende que el concepto de género se identifique como ideal secundario, en clara ruptura hereditaria y sometido a los cánones de la sexualidad. Género y feminismo convergen en la oposición al doble identitario, por lo que reformulan el conjunto de interiorizaciones como libre de lo simbólico. Esta asociación permite entender la socialización en términos psicoanalíticos y no devaluatorias de la feminidad. Por tanto, no hay temor a la dimensión de la subjetividad, ni a un saber sobre si misma que le conflictúa. Toda persona busca el desarrollo personal sin tantos costos psíquicos, al igual que no acepta su propia castración, ni deja lugar a etiquetas que coagulen una identidad. En términos científicos, diríase que el feminismo se vale del argumento de reflexividad (Haraway, 1991) para fundamentarse a sí mismas como objeto de estudio y como paradigma de futuro, dada la violencia histórica sobre el Derecho personal e internacional y la Justicia Social. No solo resulta imprescindible romper cadenas con el poder machista y político, sino que una modalidad de participación social y política, de índole etocrática, ecuánime y no enconada en valores retrógrados, grita entre saberes convalidados con júbilo y de modo colectivo. La teoría de Lacan sobre la sexuación intenta organizar la feminidad y la masculinidad de acuerdo a las diferentes estructuras inconscientes. Tanto los sujetos masculinos como los femeninos participan en la organización «fálica», y el lado femenino de la sexuación es suplementaria, no principal ni complementaria. La sexuación cuestiona los conceptos de identidad de género como innatos o biológicamente determinados, siendo estos el resultado de la lógica significante en juego y la satisfacción asociada90…“pousse a la femme” que da cuenta de una tendencia feminizante 89 Schopenhauer explicaba que la felicidad de toda una humanidad no justificaría el dolor de un solo ser. 90 Para Butler el género como una variante postestructuralista del feminismo sicoanalítico es interpretativo, en relación con 1os imaginarios masculino y femenino, inconscientes estructurados por las normas heterosexuales. de la sexuación en la psicosis. Aún va más allá en su desfachatez y se atreve a catalogar la posición del transexual al suponer dos momentos, el primero la posición femenina inducida por la carencia del Nombre del Padre, y el segundo consiste enencontrar como límite de la función paterna, como suplencia, la feminidad bajo la forma de la Mujer imposible.91 Lo femenino elevado a la segunda potencia, ni es real o imaginario, ni tan siquiera simbólico, en todo caso subjetivo de ser liberado. Aquí el narcisismo dista lo mismo que el binarismo, de ser manipulado, identificado y ejecutado por los mismos intereses y ocultaciones de otra verdad. En cuanto a la fase del espejo, apenas escinde la subjetividad y en consecuencia no es parte del sujeto consciente. La realidad y sus espejismos presupone estructuras de parentesco, que solo sirven para brindar al sol y no reconocer el sujeto escindido, sin categoría de virtud y perdiéndose con los tiempos en las diferencias transversales. Es cuestión de arrancar de raíz todo vestigio de mascarada gnóstica y orígenes místicos y de promesas celestiales, que tanto daño y sufrimiento han infringido despiadadamente por los siglos de los siglos. La singularidad del Uno o de cada cuerpo, lo único que cree tener de verdad el sujeto, es a la vez un significado simbólico que va más allá de lo individual; no es sino la singularidad de la invención de los aparatos de goce (Puig Sabanés) hasta la culpabilización del sujeto que se deje llevar por alguna satisfacción. Para justificar el determinismo psíquico, el psicoanálisis está orientado al hueso y núcleo de lo real, a lo que aún no está escrito, con lo cual el cuerpo funciona por su relación con los otros. El forzamiento de ese Uno permite situar el lugar del Otro y la emergencia del sujeto en esta dialéctica. La experiencia analítica de la transferencia es una dialéctica crucial para comprender la responsabilidad del sujeto en relación a los tiempos lógicos, donde Lacan modifica la axiomática, y la introducción de eones en la razón, quizá sirviera como instrumentos del lenguaje. Se trataría de distinguir lo particular de lo singular y aislar efectivamente lo que hace al nudo del síntoma, que sea algo singularísimo. En tanto que, el sujeto de una singularidad imborrable encuentra matarifes sobre lo 91 Una definición es demasiado amplia si se aplica a cosas que no son parte de la extensión semántica de la palabra definida, pero además es objeto de ignorancia cuando se afirma lo que se desconoce, simplemente porque no se es. Déu Queerness. Opus I disjunto de la totalidad, un agente del poder en la filosofía se opone a la imagen tradicional del pensamiento y pretende, trasladar el lugar del fundamento del ser a una reconstrucción de la subjetividad. Con todo, tanto el valor de una filosofía como de una identidad se mide por lo que puede hacerse con ella. Lo uno en un sentido puede significar una ley aceptada de antemano, y en lo otro, lo diverso se acerca más a lo que puede ser que a lo que es (Esteban, 2006) En una realidad compleja e incompleta, ha de enfrentarse sin dilación un ideal revolucionario, pero no tanto por necesidad como por la radical conciencia de la soledad. Al sentirse a sí mismo como ausencia de otro, la acepción autorrealizable está contenida de la alteridad interna, por lo que el ser del sujeto está siempre en Otra parte; como dice Lacan: la cuestión está en saber si, por el hecho de Cuerpos escritos, cuerpos hablados e ignorancia en la cual es mantenido ese cuerpo por el sujeto de la ciencia, habrá derecho luego a, ese cuerpo, de hacerlo pedazos para el intercambio. Stoller. G. Morel En tanto sexuados, somos diferentes, y por ende las teorías del género son conceptualmente insuficientes. Hay demasiada ambigüedad sexual y en demasiadas personas para que sea posible pensar en un núcleo de identidad de género. Pensando más bien en la existencia de un vacío real inicial en relación a la sexuación (más que en la famosa bisexualidad freudiana) Stoller opina que lo que es fundamental es la ambigüedad: Ambigüedad/ bisexualidad. Si los seres humanos tienen tantas dificultades para orientarse respecto a la sexualidad, si les resulta tan difícil situarse del lado hombre o mujer, ¿no es más lógico suponer al inicio un vacío real, en lugar de un núcleo de identidad? Pascal Quignard por su parte, nos introduce a la temática de la posición subjetiva frente al sexo en una lógica significante, de manera que toma como último término la imagen ausente acerca de su origen. De forma que lo invisible está situado en lo real y viceversa (Quignard, 2007: 136) o sea, una asexuación92 en la que nada habría de certero y que, además se alejaría definitivamente de la unión de las células genésicas como fin. Al liberarse de los criterios fálicos del discurso sexual, la corriente transexualista del core gender identity, cuestiona a la sexuación porque en ella el sujeto forcluido93 no tiene parte alguna. En el otro extremo, los determinantes biológicos del sexo, se debaten entre la elección de ser hombre o mujer, dependiendo de sus modos de goce en relación al otro sexo. El discurso sexual no vale sin un significante, considerado como el mediador de las relaciones, es decir, que puede estar sumergido de forma imaginaria en una construcción individual, la del goce y sus modalidades en la relación al otro sexo. La herramienta lógica se vale de la aporía de una sola función evírica, por ejemplo, para explicar la tendencia hacia lo inútil desde el narcisismo, como diría Yankelovich. La feminización inducida la podemos situar a nivel del mito de que exista como suplencia, pero no es menos cierto que su soporte formal rechaza, por razones de ser, una incierta identidad. Desde la plastinación del cuerpo, no hay necesidad del "¿por qué?" subordinado al conocer. Cualquier forma de emocionalidad que nivele la interrelación del cuerpo, los sentimientos y la conducta, son prácticas que dan cuenta de las modificaciones y nuevas coordenadas que toma el cuerpo en la actualidad.94 Tal es el caso, los atributos positivos de la vida no tienen 92 Existe la convicción sobre la necesidad de época de repensar nuestra condición, en tanto que la clínica psicoanalítica puede enriquecer el debate, pero sin aportar nada sustancial, ya que es ajena al hecho y opaca al sentir de quienes optan por la liberación, no solo sexual sino también de género. De hecho, los estudios Queer plantean que, mantener identidades de género es caer en la misma trampa que se critica, ya que cada colectivo tratará de sostener su espacio con toda la autosegregación, que esto provoca. 93 Carmen Lafuente señala la importancia del deseo y la ambigüidad imaginaria de la moda andrógina, debido al vacío real inicial en relación a la sexuación. 94 La indagación filosófica sobre nosotros mismos representa un dilema importante en la construcción del mundo, si se quiere ser independiente de los espacios ideológicos y sistemas operativos, que aseveran un continuo conflicto entre similitud y diferencia. Véase el cambio de lecturas sobre el cuerpo, en base a la idea de "tener" por la de "ser" esencialmente valencias corporales (biogénicas, sociogénicas y noogénicas o personales. Las valencias personales marcan nítidamente nuestra diferencia respecto a otros cuerpos, señalando nuestra posición y destino (Rico) Déu Queerness. Opus I condición de género, sino más bien de generadores del sentido de su vida. Por consiguiente, un ser responsable de su vida y de sus actos, no solo es capaz de encontrar su propio camino hacia la libertad, sino de expresarla mediante su impulso vital. Tras haber nacido en una situación limitada, determinados fines sencillos acaecen sobre el hacer. Si bien las identificaciones han perdido su valor orientador, la modernidad que identifica a la era actual, absorbe a partes una expansión sin límite. La hipermodernidad produce la fragilidad y una pérdida de la distancia, como si la referencia pasara a ser buscada en el cuerpo mismo, reduciéndose a su ser corporal a partir de demandas dignas de ser interrogadas.95 El ser tiene capacidad de elección al ser libre y decidir conforme a cada una de las circunstancias que se le presenten a cada momento de su vida, (Bugental, 2000) pues se ha pasado de una economía basada en la represión a una economía organizada por la exhibición del goce, según opina Melman (2005, p. 16) que se presenta en crudo en una estética que se orienta en la lógica del espectáculo. En este concurren la interrelación entre los conceptos de deseo, voluntad, sentido, valoración, consciencia e intencionalidad, así como la propia experiencia a partir de la relación y contacto con la realidad objetiva (Romero, 2003) El ser humano toma decisiones concretas y tiene conocimiento de que sabe que sabe (p. 3) en un margen de elección. El deseo siempre apunta a un significado o a características distintivas y muy específicamente humanas: decisión, creatividad, autorrealización. Crea en su entorno un dilema que se origina en la capacidad de sentirse como sujeto gratificado y como objeto al mismo tiempo. Razón de más para como un producto de su ambiente, testifique a nivel experiencial el mantenimiento de sus deseos orientado coherentemente hacia fines altamente constructivos, según May (1990b, p. 171) 95 Ib, Así, el sujeto contemporáneo se halla exigido por un imperativo de goce de consumo ilimitado y, al mismo tiempo, impulsado a una búsqueda constante de aquello que garantice o limite dicha exigencia. Sin la voluntad, el deseo se convierte en un impulso infantil carente de libertad, organización y madurez; pero sin el deseo, la voluntad se convierte en autocontradicción, pierde su vitalidad. Teoría de la Personalidad de Rogers Los organismos pensantes nacen con tendencias hacia la actualización mediante la experimentación. Ante un cambio en el modo de experimentar, el individuo comienza a percibir muy alejado de su vivencia, hasta que progresivamente la va aceptando como un referente al que se puede acudir en busca de significados y, finalmente, la persona se permite vivir de manera libre y permisiva. Esto quiere decir que toda intencionalidad está dirigida u orientada hacia un valor como una ganancia afectiva. Luego, habría que atender a la forma que pueda captar y conocer, para sustentar sus actos. Se enfatiza la posibilidad y capacidad de cobrar conciencia acerca de su posición experiencial y respecto a aquello que le ocurre y exige la integración del saber racional con el conocer vivencial. De acuerdo a Carl Rogers (1959) la Teoría de humanista enfatiza el libre albedrío y la auto-determinación, consistentes con la autoimagen. La psicología humanista enfatiza el rol activo del individuo en dar forma a su mundo, acorde a una tendencia a la actualización, para convertir en la mejor persona que puedan llegar a ser. Ante el peligro de retroceder por las limitaciones exteriores que invalidan el proceso de alcanzar el potencial, dado un auto-concepto pobre personal, el deseo y objetivo ha de apostar por la finalización del itinerario, mediante la totalidad humanística,96 cuando son llamadas personas plenamente funcionales. Sí por otra parte, el conocimiento humano es un acto de segundo orden, la carencia de significación requiere de otros observadores y sus significaciones, para construir así la realidad en el nivel de primer orden (Luhmann, 1995: 16) El debate actual de un paradigma de las ciencias de la complejidad enfrenta un conjunto de sucesivas alternativas, no leyes universales, por lo que sobra cualquier determinismo y despeja el camino en el sentido probatorio, de la 96 De esta forma, la diversidad de sujetos participa en la síntesis de la totalidad societal, y la totalidad a su vez participa en la síntesis de los sujetos. La sociedad es producto del patrón de las interacciones de manera activa, entre las que la dimensión objetiva y macrosocial se distancian de las propiedades emergentes. El todo se encuentra en las partes en las que hay un continuo flujo, renovación y cambio permanente, según sujetos heterogéneos y rasgos de una totalidad articulada por un conjunto de relaciones y procesos en acciones múltiples, diversas y, hasta, conflictivas. Déu Queerness. Opus I concurrencia de la certidumbre con el azar y el camino de apelar a la unidad múltiple del ser, del pensar y sentir, del logos y mito. La antropología filosófica que subyace al modelo rogeriano percibe la realidad construyendo una representación de aquello que lo constituye como un yo diferente. Obedece, sin duda, a una tendencia formativa, cuando menos confiable y fenomenológica. El hecho de ofrecer la propuesta de una psicología comprensiva antes que explicativa, reconfigura una estructura fija susceptible de ser explicada en términos absolutos y definitivos. El conjunto de experiencias busca actualizar todos sus potenciales de desarrollo, y evitará convertirse en objeto de percepción, ajena al fondo perceptual del sí mismo, nucleándose en torno a un todo significativo y coherente. Conforme el organismo se desarrolla, se orienta de acuerdo a experiencias muy simbolizadas, por lo que un papel preponderante a esta necesidad, evita toda experiencia o conducta que pueda significar un rechazo. Teoría de Género y su Principio de Demarcación Científica De acuerdo a la tipología de género, las cuestiones intelectuales o cognitivas internas a la teoría, retoman una y otra vez una determinación pseudocientífica sobre este concepto que, ante todo es abstracto, y en este sentido se han desarrollado diversas disciplinas, todas ellas subyacentes a la teoría sociológica y el desarrollo de herramientas metateóricas. De acuerdo con el grado de generalidad y abstracción, la consecuente categoría de género empodera el papel feminista y en general a los científicos sociales, aquí reseñables. En torno a la simple razón de no parecer posible, la igualdad y la libertad tienen posibles falsadores, de acuerdo con el ancho mayor o menor de los sectores que, respectivamente excluyen y auto comprometen. Una teoría científica válida, afronta su capacidad para cumplir las funciones a las que está llamada, pero alumbra otras hipótesis de nivel superior, a veces acientíficas o intuitivas, que previenen de lo relevante y del control de las demás hipótesis del sistema. A medida que se desarrolla la investigación, resulta fundamental una teoría que contenga sus propios mecanismos de contrastación empírica, que este tema ha venido haciéndose sobre la victimización de la mitad del género humano y un metalenguaje aún no desarrollable. Junto a ello, el criterio de falsabilidad que Popper (2001: 291) evidencia, podría llevar a no bien significar cualquier reivindicación fácilmente refutable. El criterio de demarcación clave para la causa de género, ha resistido las contrastaciones y se prepara para la observación, la medición y el proceder peculiar de la ciencia empírica. Solo así, la mejora de la situación feminista y entes afines, descansaría sobre una noción dinámica de la objetividad y proporcionaría una imagen más compleja e interactiva. El problema planteado tiene que ver el papel del desarrollo, tanto antropológico como tecnológico en cuanto a la liberación y la justicia social que, de ninguna manera, puede quedar al margen ni polarizada; en todo caso, la neutralidad de la tecnología margina las cuestiones de la desigualdad social, pero al mismo tiempo dispone de plataformas y enlaces para difundir la expresividad femenina frente a la instrumentalidad masculina. Parte del análisis constituye la estratificación de sexo y la diferenciación del rol de género, de modo informal y con prejuicios de gran ignorancia, por lo que diversas situaciones de interacción han de ir abriendo camino a constantes pruebas empíricas que desarrolle el componente de género (Ritzer, 2002:388) en una sociedad abierta y compleja, en la que hay relaciones masculino-masculino, femenino-femenino, y sus múltiples variaciones que implican estudio y análisis que las actuales teorías no alcanzan a comprender.97 Popper ha elaborado la teoría de la sociedad abierta, conspiradora de la sociedad científica, mostrando los equívocos de aquellas interpretaciones totalizantes de la historia y el antídoto frente a esa línea de demarcación entre una democracia y una tiranía. Igual que concibe una adecuada y fecunda concepción de la pedagogía, el mejor signo de buena voluntad cuando se desea decir algo, consiste en hacerlo sencilla y claramente, algo aplicable a exigencias criterios de validez, acerca de las formas del conocimiento de género. Como se advierte, no cabe especulación teórica y conjetural, cuando se trata del ser y su libertad de expresión. Teoría Queer 97 http://www.facso.uchile.cl/publicaciones/moebio/30/guzman.pdf Déu Queerness. Opus I Afirmar que la orientación sexual y la identidad sexual o de género de las personas son el resultado de una construcción social, resulta antiguo98 pues no existen papeles sexuales esenciales o biológicamente inscritos en la naturaleza humana, sino formas socialmente variables de desempeñar uno o varios papeles sexuales. Riki Wilchins, elabora una refutación categórica de la teoría universitaria sobre los queers, señalando que trabaja siempre al estilo bottom-up. Kate Bornstein utiliza un cuaderno de ejercicios (My Gender Workbook) para ayudar al lector a deconstruir sistemáticamente sus nociones de los papeles masculino y femenino, y ha sido el primer transexual en proponer el establecimiento de una categoría que reivindique la identidad queer o transexual en lugar de la del sexo adoptado. A partir de esta idea, la dimensión cultural es crítica en torno a la heteroseuxalidad cómo régimen de poder y disciplinamiento, ya puestos, actos y gestos, deseos actuados y articulados en función de una deidad insolvente y abusadora. El género no es natural, sino performativo y hasta utópico, una manera de ser que nunca acabamos de desarrollar totalmente, y es de recibo, la propia construcción a través de las prácticas paródicas performativas, abriendo una grieta irreparable en los estereotipos de género. El nomadismo de género libera una apuesta política por la proliferación de prácticas individuales, que se identificaba como práctica en la que proliferen los espacios en los que las relaciones de poder muten constantemente. Butler individualiza la opresión de la identidad y responde con la apertura de nuevos espacios políticos alternativos, como planteamiento de soberanía de género y equivalencia universal. Un horizonte generador de puntos de contacto, de atención al plano del discurso y del lenguaje como lugar de definición de la identidad de género o como diría Teresa De Lauretis, un proyecto teórico que tuviera aplicaciones iguales para la sexualidad y la raza, la clase y otras categorías. Al poner en relación identidad y política, la subjetividad proporciona más que identidad una división (163) en el saber de un cuerpo narcisista y 98 Margaret Mead puso de manifiesto la variablidad de los roles genéricos, lo que sin duda apunta a su carácter no natural. pulsional contrastado con la voluntad política o social. La búsqueda de formas alternativas que desafíen las convenciones sexuales, como factor decisivo, resulta altruista y un modelo de desafío, ya que como dice Dworkin, toda vida humana tiene un tipo especial de valor objetivo. Su principal consecuencia puede que sea un veto radical a cualquier tentación paternalista, pues la opinión de otros conferirá algo parecido a lo que ocurría en la teoría del Derecho. El ser queer adquiere entidad por solapamiento, es decir, si sólo se puede llevar una vida verdaderamente deseable en un ambiente de homogeneidad moral, no existiría razón alguna para reconocer la libertad de culto ortodoxo y no reconocer, asimismo, la libertad de elección de género. Los planteamientos pro-life y las obligaciones generales se verán pronto rectificados, de todo lo que es natural, de quienes sostengan lo contrario y podrían realizarse en un nivel mínimo de subjetividad. En cuanto al principio de dignidad humana y el de responsabilidad especial, es imposible diseñar un sistema de control regulativo99 sobre la condición de género, porque representaría asumir los costes de mantener el binarismo y no proporciona un entorno ético diferente al de aquella otra en la que la condición sexual está prohibida.100 El obligado individualismo ético da una idea del hombre movido por su propio interés y se completa con una inhabilitación para que pueda interesarse por cuestiones que desborden la presunta neutralidad laicista. O, lo que es viable, determinar el mínimo ético a garantizar en la sociedad, de todas, siempre viciadas discrepancias morales. Queda en consecuencia determinar que más allá de las sexualidades periféricas, la transgresión institucional de esta filosofía de vida, apenas trata de cambiar el sentido de la injuria para convertirla en un motivo de estudio, e incluso de orgullo (Fonseca y Quintero, 2009) por lo que finalmente, el discurso queer expropia la injuria y recrea una identidad particular basada en la satisfacción de sus deseos y anhelos. El estado serológico de la identidad tolerante o como representativa e imitativa, solo 99 Dworkin, R. Virtud soberana (cit. nt.5) pp. 134, 233 y 235. Si una institución política sólo es coherente cuando repite sus propias decisiones anteriores con mayor fidelidad o de una manera más apropiada, entonces integridad no es coherencia (Dworkin en La lectura moral y la premisa mayoritarista (cit. nt. 49) p.106, 110 y 111. 100 Déu Queerness. Opus I se entiende desde una contemplación desinteresada, de resistencia a la opresión y de una forma más totalizadora y completa Diversidad Sexual.101 Teoría de los estadios sexuales intermedios Magnus Hirschfeld hace un acercamiento a la comprensión del sexo y la sexualidad humanos y constituirá una base sólida para su reclasificación de la supuesta patología sexual. La teorización de las diferencias sexuales se pierde en sí misma entre demasiadas dimensiones o niveles, como son genital, somático, psíquico y del impulso sexual. Sería acertado hablar de prácticas en todo caso, no solo porque se manifiesta a través de los sentidos, y no tanto en datos biológicos sobre la sexuación humana, por lo que la presencia de caracteres sexuales latentes del otro sexo, viene a ser simplemente una oportunidad de ciencia aplicada y no la cualidad final del organismo (Kruzenecky, 1918: 273-274) que se caracteriza como sexo femenino o masculino. Hoy estamos a un paso de no necesitar la colaboración sexual de nadie y de procrear a voluntad, lo cual tan solo es una derivación de la necesidad humana y ciberhumana. Tampoco es preciso que se recurra a la esencia de los sexos como teoría de la intersexualidad, pues la mente no necesita fronteras, sino afluentes que se alejen de la evolución filogenética. Pese al miedo o culpabilidad,102 la transgresión también provoca encanto y placer, razón por la cual nadie está obligado ni debe desear a una persona de un género distinto. De hecho, el binarismo no es más que una lógica imaginaria que continuamente reproduce su propia ingobernabilidad. La naturalización de la heterosexualidad no es más que un espejismo, según Fuss (1989) y un constructo artificial, pero que funciona al sistema y es fácil de fiscalizar, por lo que se deja un pequeño margen para forjar 101 Rafael Mérida (2002: 13-14) sostiene que el sujeto que plantea la Teoría Queer rechaza toda clasificación sexual. Ser queer no significa combatir por un derecho a la intimidad, sino por la libertad pública de ser quién eres, cada día, en contra de la opresión. 102 Butler (2000a) sostiene que la insatisfacción provocada por el incumplimiento de la norma heterosexual se transforma en el sentimiento de culpa que generan el terror de perder el amor del prójimo; el castigo de los padres; y la censura social. El error es que se niega a sí mismo, ya que la resignificación de queer se vuelve siempre sobre sí misma. nuestras ideas sobre la sexualidad a través de metáforas (Martínez Expósito, 2000) cuyos efectos no siempre son predecibles. Nunca debió prevalecer este modelo zoológico de la sexualidad, pues ha retrasado a la especie entre la naturaleza animalesca y el absurdo utópico del concepto de amor. Así que ni la persona lesbiana es una mujer caída ni el arcaico varón es un hombre de verdad. CONCLUSIONES La anatomía analítica no es ni la anatomía natural, ni el género; es la sexuación y la conclusividad antropológica con la que develar la singularidad de una cultura. A pesar de los cambios de orientación sexual o de género, la centralidad explicativa de cultura es un obstáculo que no deja entretejer un conocimiento tácito sobre la interacción social ordenada. Claro que persiste la confusión entre diferencias de sexo y diferencia sexual, cuya sexuación produce una simbolización específica en una cultura determinada, y sobre la que hay que postular la existencia de un sujeto relacional, que produce un conocimiento filtrado por el género. Al sostenimiento del orden simbólico se añaden la aplicación del campo de la subjetividad y la subordinación femenina como un fenómeno multicausal. Al ignorar un sistema total de relaciones que incluye la subjetividad y la sexualidad, cambia el “script” con pura voluntad, pero plantea la existencia de una realidad psíquica distinta a una esencia biológica, y esto es de difícil traducción psicoanalítica. Butler lanzó la provocadora idea de que el género es un proyecto para renovar la historia cultural en nuestros propios términos corpóreos, pero podría incluir acto subversivo en el que lo genuino avala la propuesta feminista para distinguir el comportamiento de género del cuerpo biológico que lo alberga. Establecido como conjunto objetivo el habitus del ser en la sexuación, el orden social se considera universal de la oposición binaria, con insistencia de división ajustados a divisiones preexistentes que van caducando por sí solos. Desde su perspectiva, una construcción social biologizada refrenda el conflicto epistemológico, pero anuncia un momento histórico de ideas híbridas y de la razón de ser del feminismo. Lacan señalaba que la complementariedad es imaginaria y siendo así, toda expresión simbólica se disocia cada vez más del dilema: ¿quién es hombre o mujer? Encarar de manera crítica una construcción social crítica no implica una anestesia de la disimetría biológica, sino una relación contingente entre cuerpo y mente, Déu Queerness. Opus I en la que cabe reconocer los esquemas inconscientes como agentes de asesoría embodiment, donde se plantea al cuerpo como representación y como forma de ser en el mundo. En cambio, Bourdieu opera sobre el habitus sexuado y sexuante y las condiciones de su formación, dando validez al vínculo emocional del sujeto con su cuerpo, o sea la razón psicoanalítica e inconsciente como causa sexual indiferenciada. Si la diferencia sexual no es cultura y en cambio si lo es el género, el ámbito psíquico requiere diferente abordaje que el ámbito social, para ir más allá de la descripción de lo simbólico. La expresión freudiana “la anatomía es el destino” (1924/1979: 185) no parece tener demasiado sentido, cuando la combinación de una gran variedad de factores, tales como identidad de género nuclear, identificación con los roles de género, elección de objeto amoroso, factores biológicos constitucionales, relaciones de objeto, conflictos en el desarrollo, sexualidad, agresión, funcionamiento del yo y del superyó, entre otros, determinan la configuración de la identidad de género definitiva. Según esto, Ariel Martínez nos abre un abanico de confluencia de múltiples líneas del desarrollo, apelando a Tyson y a los nuevos roles que combinan la sexualidad con las relaciones de objeto. Es decir, la anatomía es evidencial, el comportamiento es otra cosa más sofisticada y transformativa, incluso podríamos decir que mental. De hecho, en el momento que existe la bisexualidad no hay verdad binarista que defender y, en consecuencia, la vulnerabilidad narcisista y necesaria en el ser humano en condiciones óptimas, constituye el objeto menos contaminado. Los estímulos aplicados al cuerpo, por muy complejos que parecieren han de gozar de una disposición instintiva (sexual) y una disposición innata de género, sin peaje.103 Desde una dimensión social de género se ofrece como otra opción posible el abordar la creación de determinadas representaciones de poder, de resistencia feminista y un reino de libertad sexual que proporciona una fuente de resistencia contra la legalidad y las prohibiciones edípicas. Ya 103 low) La experiencia intelectual y emocional no dejan lugar a ningún substituto (Mas- que en todos lados hay transiciones que nos hacen dilucidar la multiplicidad de la realidad, pues ninguna manifestación está aislada en la naturaleza, en todo caso, cada una muestra las innumerabIes conexiones con los demás cuerpos naturales. Bajo esta construcción cultural de la sexualidad, Butler asevera que la performatividad del género sexual no consiste en elegir de qué género seremos hoy. Performatividad es repetir las reglas mediante las cuales nos concretamos. En consecuencia, el género es performativo y opera a través de la repetición ritualizada de las normas. El sexo no constituye un asiento natural que precede a la interpretación cultural del género, como tampoco se mantiene que la apariencia imaginaria de inmutabilidad naturalizada sea la mejor definición de cuerpo sexualizado. Sería más bien un análisis crítico en que pensamos la corporalidad como fundamento último, a partir de los cuales se construye la idea de sexo naturalmente dimórfico. La organización social de género arraiga en las subjetividades mediante la constitución de las identidades de género y las identidades sexuales, por tanto, diversifica la naturaleza subjetiva104 bajo la ficción de esencia genérica y sexual preexistente, la cual organiza los actos del sujeto. La identidad de género y la identidad sexual se instauran a cada instante mediante performances, cuya morfología le corresponde como fundamento armónico, desde donde la teoría de género concluye en la praxis liberadora y el ejercicio dialéctico.105 Para Butler, el desafío consiste en minar el cuerpo como base sustancial del género, exponiendo el carácter discursivo del mismo para, desde allí, instalar nuevas formas posibles de concebir el cuerpo e instituir nuevas morfologías, alternativas. Desde aquí, el cuerpo como objeto repudia los componentes puramente racionales de la identidad propia del humanismo, se ocupa principalmente de las restricciones heterosomáticas y en la necesidad de las revalorizaciones onto-epistemológicas, diseña la tendencia hiperconstructivista (Femenías, 2003) con un lenguaje de base neutral, y desde una cadena asociativa de la razón, la mente, la cultura y la actividad. No hay 104 El hombre completo y la mujer completa son en realidad sólo formas imaginarias que tenemos que llamar en nuestra ayuda para poseer un punto de partida para los estadios intermedios (Hirschfeld, 1903: 127) 105 Para los eléncticos socráticos el mayor bien es precisamente tener conversaciones (toias lógous poieisthai) Déu Queerness. Opus I división radical, sino la voluntad de poder que podría ser el lema paradigmático genderiano: soy la persona en la que me he convertido, al margen de que mi primera tendencia biológica estuviera determinada por un cúmulo de tetosterona incontrolada. Y es que al experimentar otras formas de sensibilidad y de pensamiento se puede descubrir que es compatible con otras fuentes de atracción y de curiosidad en las que, todo nuestro cuerpo se lanza a la conquista de lo desconocido o prohibido. Desde la fenomenología lo que percibimos como real es la realidad última, además de una manera absoluta o escogida forma de elección aleatoria y complementaria; en última instancia hasta podría aparecer un estado transitorio de cambio de género por apetito psíquico, lo que es científicamente comprobable es la presencia de la curiosidad y su respectivo espectro emocional dándole color al cuadro. Por ejemplo, cuando se juega a la bisexualidad, se aprende del mismo género, del contrario y de cómo estar entre líneas de ambos. En ese sentido el imaginar se ha convertido en el único recurso que no tributa y la forma más elegante de ser un insumiso biocibernético. REFERENTES Arlow, J. A., y Brenner, C. (1990) The psychoanalytic process. Psychoanalytic uarterly, 59(4) 678-692. Butler, J. (2000ª) "Imitación e insubordinación de género", Revista de Occidente, núm. 235, diciembre. Butler, J. (2002) "Críticamente subversiva", en Rafael Mérida Jiménez, Sexualidades transgresoras. Una antología de estudios queer, Icaria, Barcelona, 2002. Blechner, M. J. (2009) (eninglés) Sex Changes: Transformations in Society and Psychoanalysis. Nueva York y Londresn: Taylor & Francis. Blechner, M. J. (1995) The shaping of psychoanalytic theory and practice by cultural and personal biases about sexuality. En T. Domenici y R. Lesser, (eds.) 'Disorienting Sexuality.' 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