Subido por Zepey Zoey Irdaanna

el hijo preferido

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Esa es la frase típica de los padres. “Mi hijo no obedece”. Claro que los padres suelen tomarlo
cómo algo a corregir en el niño. Mi reflexión suele ser… ¿Te interesa realmente un hijo
obediente?
Veamos… Si mi hijo me obedece a todo lo que le digo, estupendo. Pero… ¿Y si obedece al que le
ofrece droga? ¿Y si obedece al qué le dice que robe? ¿Y si…?
Supongo que cómo padres necesitamos saber que nuestros hijos sabrán obedecer a las personas
adecuadas. Pero eso ya indica tener sentido crítico. Cuestionarse qué cosas me convienen y
cuáles no.
Desde éste punto de vista, ya no está tan claro que queramos hijos obedientes, sino más bien
hijos que cuestionen. En este punto suele plantearse el “problema”. Es que yo necesito salir cada
mañana a trabajar. ¿Cómo hago?
En este punto, casi todos los padres son conscientes de un conflicto de intereses. La necesidad
adulta de trabajar, y la necesidad infantil de jugar. Y encontrar un modo de compatibilizar
ambas necesidades no parece tarea fácil. Sobre todo porque la mayoría de nosotros fuimos
educados a base de castigos. Nos vemos en más de una ocasión repitiendo patrones de nuestros
padres. A veces justo aquellos que más nos fastidiaban de pequeños.
La comunicación es infinita. Igual que las matemáticas. Usando herramientas adecuadas, la
relación familiar mejora. Y lo que es más, ayudamos a los niños a cuestionar qué obedecer, y qué
no.
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