Subido por Oscar Marozzi

Martínez 2002. Organización y cambio estrategias tecnológicas

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Organización y Cambio en las Estrategias
Tecnológicas: Un Caso Arqueológico e Implicaciones
Comportamentales para la Evolución de las Sociedades
Cazadoras-Recolectoras Pampeanas
Gustavo Martínez
“No hay nada permanente, excepto el cambio”
Anónimo
RESUMEN
El propósito de este trabajo es presentar un modelo teórico que contempla
la acción de procesos de aprendizaje, transmisión, variación cultural e innovaciones comportamentales en el marco del proceso evolutivo experimentado por
las sociedades cazadoras-recolectoras pampeanas (Argentina). La finalidad de este
trabajo es utilizar la información provista por los artefactos líticos del Holoceno
tardío de una pequeña porción del SE de la Provincia de Buenos Aires (curso
medio del río Quequén Grande) como una vía de entrada analítica que permita
entender procesos a una escala mayor, tanto social como espacial. Se intentara
abordar a partir de este registro la posible existencia de cambios a través del
tiempo en los aspectos antes mencionados a través del análisis de la posible
existencia de mecanismos tales como la variación guiada (guided variation), el sesgo directo (direct bias), el sesgo indirecto (indirect bias) y el sesgo dependiente de
la frecuencia (frequency dependent bias) (e.g., Modelos de Herencia Dual; Cavalli-Sforza
y Felman 1981; Boyd y Richerson 1985; Durham 1991, Rosenberg 1994). Se
sugiere que estos cambios han operado con diferente frecuencia a lo largo de
los últimos ca. 7.500 años AP bajo diferentes condiciones ecológicas, demográficas y sociales.
Gustavo Martínez. CONICET-INCUAPA. Departamento de Arqueología, Facultad de Ciencias
Sociales, Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires, (B7400JWI) Olavarría, Pcia. de Buenos Aires, Argentina. E-mail: gmartine@soc.unicen.edu.ar
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Martínez
OBJETIVOS E INTRODUCCIÓN
El objetivo de este trabajo es explicar de una forma sencilla cómo a
través del cambio en la frecuencia de ciertos comportamientos y artefactos ligados a la esfera de la organización de la tecnología lítica (e.g., estrategia de aprovisionamiento de individuos “vs” estrategia de aprovisionamiento de lugares) se llevó a cabo un proceso de litificación del paisaje, es
decir, un cambio parcial en la estructura del mismo producido por la intervención humana. Los cambios producidos en la organización de la tecnología lítica a través del Holoceno medio final y Holoceno tardío, influidos en alguna escala por el proceso antes mencionado, fueron acompañados por innovaciones tecnológicas y modificaciones conductualescomportamentales asociadas (e.g., aprendizaje, mecanismos de prueba y
error, imitación, etc.), producidas incluso en otras esferas (e.g., asentamiento, movilidad, subsistencia). En este marco se habría producido una
reorganización del comportamiento en general y de las relaciones sociales en particular que se habría manifestado entre el 3.000-2.000 años AP.
En este punto las sociedades indígenas pampeanas se configuraron en un
nuevo estado cuyas propiedades configuracionales diferían de las precedentes.
El problema precedente será tratado desde una perspectiva evolutiva. Uno de los aspectos más importantes dentro del pensamiento arqueológico contemporáneo ha sido el desarrollo de líneas metodológicas y
analíticas para la aplicación de la teoría evolutiva en arqueología. Una
gran cantidad de artículos han sido publicados desde los trabajos de Robert
Dunnell (1978, 1980), quien reabrió la discusión sobre cuáles serían las
bases para desarrollar una “Arqueología Evolutiva”(Dunnell 1989; O’
Brien y Holland 1990, 1992, 1995b; Jones et al. 1995; Abbott et al. 1996;
O’ Brien 1996; O’ Brien et al. 1998; Smith 1992 a y b; ver trabajos en
Teltser 1995 y Clark y Barton 1997).
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Organización y Cambio en las Estrategias Tecnológicas
La teoría de la evolución biológica ha sido aplicada a la evolución de
la conducta humana en formas diferentes, produciendo a veces fusiones
lógicas entre teorías socioculturales y biológicas (Rosenberg 1994). Una
de las aproximaciones más populares es la “seleccionista”, neo-Darwiniana, donde se sostiene que la existencia diferencial de rasgos culturales
está determinada por alguna ventaja adaptativa que los mismos confieren a sus portadores (Dunnell 1980, 1989; Leonard y Jones 1987; O’Brien
y Holland 1990, ver Clark y Barton 1997, entre otros). Dentro del neoDarwinismo también se destaca el rol de la Ecología Evolutiva, como
una de las aproximaciones más sólidas, estructurada dentro de un programa de investigación bien desarrollado, con énfasis en el estudio del
parentesco y subsistencia guiados por modelos de optimización (Bettinger y Richerson 1996:223). Otra de las aproximaciones evolutivas a la
cultura es la “ideacional-fenomenológica”, donde los aspectos ideológicos de la misma evolucionarían a través de varias fuerzas selectivas que
operarían directa o indirectamente sobre los patrones conductuales de los
individuos (ver discusión en Rosenberg 1994:308-309)
En este trabajo se aplicará la orientación denominada Teoría Evolutiva de la Cultura (Evolutionary Culture Theory), la Teoría de Herencia Dual,
donde se acepta que la cultura es un sistema de información heredable,
separado, pero en permanente interacción con el sistema genético y donde se produce la descendencia con modificación del sistema de información. De este modo, con el caso de estudio antes planteado, se evaluará
el potencial de estos modelos de transmisión y evolución cultural (e.g.,
Cavalli-Sforza y Felman 1981; Boyd y Richerson 1985, Richerson y Boyd
1992; Rosenberg 1994; Shennan 1989; Steele y Shennan 1996), su aplicabilidad y grado de certidumbre de los resultados obtenidos a través de
la aplicación a casos arqueológicos (Neiman 1995; Bettinger y Erkens
1997; Shott 1997, Lipo et al. 1997; ver discusión más abajo) y se sugerirá cual sería la escala apropiada para comenzar a captar estos procesos
sociales en el registro arqueológico.
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Martínez
HERENCIA DUAL Y ALGUNOS CONCEPTOS
RELACIONADOS
La cultura es transmitida de un individuo a otro o entre individuos,
a través de un proceso de transmisión cultural que corresponde a un sistema hereditario donde lo que se hereda es la variación adquirida. En
palabras de Rosenberg (1994:313): “Cultural innovation (...) is a product
of ideational and behavioral (...) processes and its evolution involves
some Lamarckian elements” (ver también Shennan 1989). Gran parte de
la conducta humana es producto del aprendizaje y, en consecuencia, no
sólo los modos de transmisión de los rasgos son diferentes entre los sistemas naturales y sociales, sino que los cambios en estos últimos se producen rápidamente, incluso dentro de una generación (Richerson y Boyd
1992; Cavalli-Sforza y Felman 1981; Rosenberg 1994; ver discusión de
mecanismos de herencia dual más abajo).
Un importante debate se ha generado al respecto del término “selección cultural” (Cavalli-Sforza y Feldman 1981; Durham 1991) como
análogo y/o de acción simultánea a la “selección natural”. La “selección cultural” implica que la cultura en sí misma es moldeada por fuerzas selectivas propias que sistemáticamente eligen innovaciones en los
componentes ideacionales que se transforman en innovaciones conductuales sobre las cuales la selección natural opera. Este proceso ha sido
objeto de críticas ya que el mismo implicaría una separación entre los
procesos evolutivos culturales de los naturales (ver críticas en Leonard y
Jones 1987; Dunnell 1995; O’ Brien y Holland 1995 a y b). Al respecto,
Leonard y Jones (1987) sostienen una teoría de la evolución con diferentes niveles de inclusión en la cual “Within a more inclusive framework,
studies of both biological and cultural phenomena retain common concepts but are free to model and describe mechanisms that pertain to those phenomena, including both genetic and cultural modes of transmission” (Leonand y Jones 1987:211).
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Organización y Cambio en las Estrategias Tecnológicas
El aprendizaje no es absolutamente independiente de las bases genéticas sino que es un proceso contingente, que depende de la naturaleza
neurológica y de la historia filogenética del organismo que se esté considerando (Smith 1991:16). Las capacidades para tomar decisiones han
evolucionado por selección natural, razón por la cual han brindado algún
beneficio cuyo valor fue adaptativo (Mithen 1990:4; ver Jones et al.
1995:29), además de estar complejamente relacionadas con la historia
evolutiva del género Homo (Maschner y Mithen 1996:3). En consecuencia, la evolución de la conducta humana (e.g., el proceso de toma de
decisiones) se produjo a través del tiempo tanto por la transmisión de
información genética como por la transmisión de información a través
del aprendizaje social (Smith 1991:14). Aún cuando poseen procesos de
transmisión diferentes, evolución cultural y biológica participan en conjunto de un proceso coevolutivo.
Considerando los modelos de herencia dual (Cavalli-Sforza y Felman
1981; Boyd y Richerson 1985; Durham 1991), los procesos de aprendizaje social, la innovación, la transmisión y la variación cultural pueden
presentar distintos mecanismos como la variación guiada (guided variation),
el sesgo directo (direct bias) el sesgo indirecto y los mecanismos dependientes de la frecuencias (indirect bias y frequency dependent adoption), cuyas
consecuencias, efectos y escalas de aplicación pueden consultarse en la
Tabla 1. Esta variedad de mecanismos de transmisión cultural tienen como
resultado la inevitable modificación de la conducta durante la vida del
individuo y de una generación a otra. La especificidad de este proceso
difiere de aquel relacionado con la adquisición y transmisión genética y
permite analizar el papel de la adaptación, ya que no todos los rasgos de
un organismo, de la conducta o de la cultura material pueden ser considerados adaptaciones. Aunque la cultura ocasionalmente no presente
caracteres que tiendan a la maximización, en el largo plazo las conductas
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Consecuencias
Efectos
Variación Guiada
Creencias aprendidas
culturalmente y modificadas a
través de experimentación,
prueba y error.
Patrones cambiantes de
conducta a través de las
sucesivas generaciones.
El componente experimental
genera nuevas conductas
incrementando la variabilidad.
(aprendizaje
individual)
Martínez
Transmisión
Sesgada
(aprendizaje social)
a) Sesgo Directo
b) Sesgo Indirecto
c) Sesgo
Dependiente de la
Frecuencia
Innovaciones
Mecanismo generador de
conductas optimas (?)
Experimentación consciente
sobre un escaso numero de
conductas alternativas. Las
posibilidades accesibles (e.g.
alternativas conductuales en
situaciones específicas) son
evaluadas selectivamente pero
permanecen sin modificación
ulterior.
Un individuo es elegido como
modelo a ser imitado sobre las
bases de señales referidas a su
éxito reproductivo (e.g. prestigio).
Muchas de las características de
su conducta son imitadas, pero
no todas aumentan el “fitness”.
Se adopta una tendencia
conformista destinada a imitar la
versión de la conducta más
común.
Imitación
Éxito reproductivo (?)
Escala de
Aplicación
Densidades
poblacionales bajas y
Lleva a adaptaciones rápidas contextos tecnológicos
simples.
y efectivas en ambientes
cambiantes.
Cambio en las frecuencias de
las conductas preexistentes.
No se generan variantes
Poblaciones crecientes,
La experimentación se
nuevas y en consecuencia se
tecnologías más
produce sobre las conductas reduce la variación dentro de la complejas. Incremento
alternativas existentes
población.
del componente social.
Cambios en las frecuencias
de las conductas
preexistentes en las sucesivas
generaciones, pero no todos
los cambios son el resultado
de éxito reproductivo
Cambio en la frecuencia de
las conductas preexistentes,
aunque no todos estos
cambios son el producto del
éxito reproductivo. Es
posible que este mecanismo
guíe a la selección grupal.
Mecanismo reductor
de la variación.
Mecanismos reductor de la
variación. En estas
circunstancias la acción
individual está constreñida
debido al poco tiempo para
experimentar, a los costos
sujetos al error experimental y
a la presión social hacia el
conformismo.
IDEM
Proceso gobernado por
factores sociales
(ver abajo).
Procesos gobernados
por factores sociales .
Mayor densidad de
población. Sistemas
sociales y tecnológicos
más complejos.
!&
Mecanismo
Tabla 1.- Mecanismos, consecuencias, efectos y escala de aplicación de los mecanismos de aprendizaje.
Categoría
Organización y Cambio en las Estrategias Tecnológicas
que tengan importantes efectos sobre el fitness Darwiniano deberían tender a ser adaptativas. Sin embargo, el registro arqueológico no es sólo el
resultado de una larga trayectoria de “éxitos” ya que si bien la presencia
de algunos rasgos ha afectado al éxito reproductivo de sus portadores,
también existen otros carentes de valor selectivo (O’Brien et al. 1990:4648, ver discusión más abajo). La adaptación es una consecuencia, no una
fuerza que en sí misma guía el cambio cultural (Jones et al. 1995). Esta
independencia entre el proceso de producción de la variabilidad y el de
selección de la misma permite considerar la acción de otros procesos como
la exaptación (Gould y Vrba 1982), mecanismos no darwinianos como el
drift y fuerzas gregarias como el sorting y packaging que pueden actuar en
la variabilidad y variación conductual y artefactual (Ramenofsky 1995).
La principal característica de estos procesos es que no todas las variantes
persisten debido al proceso de selección y su replicabilidad no está necesariamente relacionada a la persistencia diferencial de las mismas y, en
consecuencia, al fitness reproductivo (Ramenofsky 1995:129; Rosenberg
1994:330; ver también Barton y Clark 1997; Durham 1991; Richerson y
Boyd 1992; Leonard y Jones 1987). Esto hace que durante la configuración de los nuevos sistemas culturales, algunos rasgos se mantengan independientemente de su valor selectivo debido a la acción de otros mecanismos. En esta misa línea se observa que dentro de los componentes
del sistema cultural la persistencia diferencial de la variabilidad no se
realiza sólo a través del éxito reproductivo diferencial sino también a
través del éxito replicativo de los rasgos (Leonard y Jones 1987). El éxito replicativo depende, en parte, de su contribución al fitness de los individuos que poseen tales rasgos, pero fundamentalmente depende de la
efectividad de los mecanismos de transmisión (Jones et al. 1995).
La toma de decisiones es una cuestión individual que involucra
varios mecanismos de aprendizaje y, en consecuencia, es dependiente en
buen grado de las circunstancias históricas propias de ciertos contextos
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Martínez
culturales. Para algunos autores (O’Brien 1996:24, ver también O’Brien
et al. 1998) la teoría de la evolución Darwiniana se construye en derredor de la contingencia como un proceso histórico que se corresponde con
una configuración histórica particular y, en consecuencia, la evolución de
la cultura es mas bien de carácter histórico que nomotético (Rosenberg
1994:307). Aunque el componente explicativo de la narrativa evolutiva
desde un punto de vista seleccionista tenga un carácter histórico referido a un registro arqueológico concreto dentro de un contexto histórico
específico, también considera que “also have general context-free qualities
in the fact that individual historical cases are conceptualized in terms of
processual uniformities” (e.g., determinadas relaciones ecológicas). El análisis de esta cuestión necesita de la definición de dos tipos de propiedades,
las inmanentes y las configuracionales. Las primeras son propias de una
aproximación esencialista en tanto que las segundas son materialistas e
históricamente contingentes (O’ Brien et al. 1998). La siguiente cita pretende aclarar la importancia de la distinción de estas propiedades: “There is, of course, a plethora of mechanisms we migh call upon difussion,
acculturation, invention, and the like- but these are inmanent properties
of how cultures work. Precisely how and why each of these mechanisms
works in particular time-space contexts is, of course, configurational, or
(...) historically contingent (O’Brien et al. 1998:493, ver también Beatty
1995). Esta posición es de suma importancia ya que permite considerar
mecanismos que han sido usados indiscriminadamente y en forma aislada (e.g., difusión en el caso de la escuela Histórico-Cultural) como posibles generadores de transmisión cultural, conflicto, cooperación, etc., en
escenarios diferentes.
Según Mithen (1990) una aproximación evolutiva válida debería estar
fundada sobre la visión del individuo como agente activo, tomando constantemente decisiones que alteran su ambiente cognoscitivo social y cultural. Para este autor la evolución de las capacidades para aprender y
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Organización y Cambio en las Estrategias Tecnológicas
tomar de decisiones resultan en una conducta flexible que incluye pensamientos y acción creativas como parte de las fuerzas o mecanismos que
guían a la adaptación (Mithen 1990:7).
Otro de los problemas es el relacionado a la distinción y/o relación
entre intencionalidad (como una acción consciente e individual) y conductas (como acciones promediadas entre individuos)1. Este problema es
de corte estrictamente metodológico y radica en que comúnmente se tiene acceso a información conductual relacionada a nivel poblacional (e.g.,
de grano grueso), en tanto que las “motivaciones” e intentos son producidos a nivel individual. No obstante, en los sistemas culturales la variación resulta, en parte, de las diferencias relacionadas a la percepción e
intencionalidad (O’Brien y Holland 1990:43-44).
Así, desde un punto de vista teórico, las acciones, la toma de decisiones individuales y la intencionalidad tienen un peso importante a nivel
de procesos relacionados a la introducción de la variabilidad conductual
(imprescindibles para la acción de la selección) y en los procesos de transmisión de la misma (Bettinger y Richerson 1996; Cavalli-Sforza y Felman
1981; Boyd y Richerson 1985, O’Brien y Holland 1995a; Shenann 1989,
2000; ver discusión mas abajo).
Los sistemas culturales tienden a ser muy plásticos aunque la cultura
tiende a mantener cierto grado de integración interna que implica que la
selección cultural tiende o bien a la estabilización o a una selección restringida de tales innovaciones (Rosenberg 1994:310). Dicha integración
y la consecuente asimilación o no de las innovaciones surgidas, estaría
controlada por la integración sistémica de los elementos superestructurales ideacionales que constituyen un Bauplan cultural (Rosembreg
1994:321). Estos mecanismos pueden llevar a una reorganización importante de los componentes culturales produciendo cambios rápidos que se
producen en un tempo diferente cuando se los compara con los biológicos
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Martínez
y que no son necesariamente lineales, sino de naturaleza puntuacional y
discontinua (ver discusión en Rosenberg 1994:313-317). Según Rosenberg (1994) la cultura tiende hacia una integración interna y, en consecuencia, las innovaciones se ven afectadas por los elementos culturales
preexistentes. Esto daría como resultado un stasis cultural que sin embargo
no significa que la cultura no cambie sino que la capacidad y la intensidad
del cambio depende del grado en el cual las innovaciones son integradas al
sistema preexistente. Una cultura puede evolucionar gradualmente a través
de la selección directa y cultural operando sobre el Bauplan preexistente
(microevolución) pero esto no significa que se transforme en una cultura
diferente. Para Rosenberg (1994:222) una nueva cultura surge con un nuevo
Bauplan que sólo puede ser generado por un proceso macroevolutivo producto de cambios puntuacionales.
MECANISMOS DE TRANSMISIÓN CULTURAL
Y UNIDADES DE ANALISIS
En lo referido a la posible aplicación de los componentes de la Teoría
de Herencia Dual (Cavalli-Sforza y Felman 1981; Boyd y Richerson 1985;
Durham 1991) a situaciones arqueológicas concretas, se destacan sobre
todo los problemas referidos a las unidades de análisis arqueológico y al
hecho de que la misma permanece al nivel de enunciados programáticos
con escasa aplicación empírica (Shott 1997). Como ya ha sido puesto de
manifiesto (Teltser 1995), la aplicación de la teoría evolutiva para explicar la variación del registro arqueológico requiere de la aplicación de
nuevas metodologías arqueológicas. Así, no obstante los problemas de
definición de las unidades empíricas, algunos intentos de aplicabilidad de
ciertos mecanismos de transmisión cultural han sido ensayados por algunos autores (ver Neiman 1995; Bettinger y Erkens 1997; Shott 1997; Lipo
et al. 1997; etc.). El desafío mas importante es sin duda discernir cuál es
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Organización y Cambio en las Estrategias Tecnológicas
la unidad de análisis arqueológico pasible de ser relacionada al accionar
de tales mecanismos, lo cual, según se ha desarrollado anteriormente,
dependerá de la escala de análisis y de factores contingentes, situacionales e históricos.
Sobre las bases de la dicotomía estilo-función erigida por la mayoría
de los arqueólogos evolutivos (e.g., Dunnell 1978) Neiman (1995) propuso un modelo de simulación para poner a prueba que el estilo es un
aspecto no adaptativo de la variación fenotípica y lo aplicó a la variación
estilística y a la diversidad decorativa entre conjuntos cerámicos Woodland,
en Illinois (E.E. U.U.). Los resultados alcanzados coincidieron con lo que
su modelo de simulación predijo (e.g., un modelo neutral) en cuanto a los
patrones diacrónicos de frecuencia y distribución de rasgos.
Shennan y Wilkinson (2001) aplicaron el modelo de simulación de
Neiman (1995) a la distribución temporal de las frecuencias decorativas
de los tipos cerámicos de diferentes fases Linearbandkeramic del asentamiento de Merzbachtal, ubicado en el oeste de Alemania, arribando a la
conclusión de que el “modelo neutral” de Neiman (1995) no se ajusta a
los resultados obtenidos en el caso de estudio. Uno de los aportes más
importantes de este trabajo, además de proponer otros mecanismos posiblemente ligados a la acción de la selección cultural, es la crítica hacia el
supuesto categórico de que la variación estilística es selectivamente neutra. En consecuencia, es posible que las cualidades “específicas” del estilo
(e.g., su neutralidad) no sean universales, sino históricamente contingentes
(Neff 1993, en Jones et al. 1995:23; ver discusión en Bettinger et al. 1996).
Bettinger y Eerkens (1997), trabajaron sobre muestras regionales de
dardos y puntas de proyectil de la Gran Cuenca (E.E.U.U.), aplicando
los mecanismos de transmisión cultural para explicar la variabilidad existente entre variaciones métricas entre atributos (e.g., medidas relacionadas al largo, ancho y espesor de atributos de estos especímenes) dentro
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Martínez
de una categoría (e.g., puntas) y no entre categorías. Las expectativas
generales de estos autores son que la influencia de la transmisión social
en la forma de las puntas de proyectil variará directamente con el tamaño
de la población y la complejidad tecnológica, es decir, que los atributos
métricos de formas de puntas “sobrediseñadas” (preparadas para situaciones de alto riesgo y sensibles al error) deberían variar menos que aquellas
más simples, producidas mas fácilmente, en contextos socio-tecnológicos
también más simples (ver Tabla 1). La comparación se realiza a través de
un análisis estadístico, no se discuten en profundidad las expectativas del
modelo y sólo se remarca el carácter de la variabilidad métrica y de algunos atributos en las puntas de proyectil de la Gran Cuenca, asignando a
alguno de ellos (e.g., ancho máximo) una mayor estabilidad que sugeriría
que “it was the most salient in the minds of point-makers and one most
strongly dominated by social transmission” (Bettinger y Eerkens 1997:189).
En este caso la unidad de análisis sería el atributo y su estado.
O’Brien y Holland (1990:64) sostienen que la selección actúa sobre
rasgos o propiedades que poseen los objetos, incluyendo tanto dimensiones como tipo de materia prima y características de la performance. Los
atributos aparecen como complejos y tal vez ciertos atributos controlen
a otros. La unidad de análisis serían estos complejos (clases) donde se
examina el comportamiento en la asociación de estos atributos a través
del tiempo. Esta posición parece más razonable que el registro de la conducta de un estado de un atributo simple en sí mismo.
Desde una perspectiva aún más abarcativa, Jones et al. (1995:22-23)
sostienen que la evolución no tiene lugar en las clases artefactuales, sino
en los conjuntos artefactuales (poblaciones) que contienen representantes de esas clases.
Shott (1997) también utiliza los modelos de transmisión cultural propuestos por Boyd y Richerson (1985) para interpretar la variación de atri""
Organización y Cambio en las Estrategias Tecnológicas
butos métricos en los periodos Woodland tardío y Mississippi emergente,
en un contexto que representa una serie de ocupaciones de horticultores
ubicado en la parte medio-oeste de Norte América. La organización de
estos asentamientos a través del tiempo pudo consistir de transiciones
entre casas de habitación y sus terrenos asociados, caseríos y aldeas. Siguiendo el razonamiento de Bettinger y Eerkens (1997) esta progresión
entre casas de habitación y aldeas (mayor densidad de población y complejidad) involucraría una mayor frecuencia en la acción de los mecanismos de transmisión social (frequency dependent adoption e indirectly biased) y
en consecuencia un decrecimiento en la variación métrica producto de la
mayor estandarización propia de los artefactos sobrediseñados. Los resultados alcanzados por Shott (1997:199) no satisfacen las expectativas
de Bettinger y Eerkens (1997) que, en caso de ajustarse a lo esperado,
deberían demostrar un cambio en los mecanismos de transmisión que fuese
desde una variación guiada hacia mecanismos de transmisión social (indirect biases y frequency dependent mechanisms). Aunque los resultados no se
ajustan, en este caso se combinan datos provenientes de diferentes esferas, como el asentamiento y la tecnología.
En el caso que aquí se presenta se sugiere que una alternativa posible
para comenzar a entender estos procesos sería un abordaje de los fenómenos desde una escala más amplia que implicaría:
a) el uso de atributos o situaciones contextuales (e.g., diferencias y similitudes intra e intersitio) que indiquen las diferencias dentro y entre los conjuntos arqueológicos a través del
tiempo. Esta perspectiva sería más comprehensiva, en lugar de poner el énfasis en atributos, artefactos o conjuntos de artefactos compuestos por un solo tipo (e.g., puntas
de proyectil) que incluso están sujetos a trayectorias de reducción específicas que contemplan su permanente transformación en determinados contextos (especímenes reciclables, mantenibles, etc.) donde una clase artefactual aislada quizás no sea lo suficientemente diagnóstica.
b) en lugar de usar atributos artefactuales particulares (e.g., dimensiones) o artefactos particulares (e.g., puntas de proyectil) la unidad serían los conjuntos artefactuales, ya que
los mismos estarían relacionados a un conjunto de conductas diferentes pero a la vez
relacionadas entre sí (e.g., conductas relacionadas a la explotación de un determinado
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Martínez
tipo de recurso/s). Es decir, no sería incorrecto emplear una clase artefactual, el problema radicaría en emplearla aisladamente de las demás clases y del contexto particular
donde se produjo la persistencia diferencial de las mismas a través del tiempo en contextos espaciales, temporales y sociales particulares. Sin duda, esta situación tiene un
correlato empírico, es decir diferentes estructuras del registro arqueológico a través del
tiempo. De acuerdo a este ejemplo, una sugerencia es que la unidad de análisis más
susceptible para comenzar a detectar grosso modo los cambios ocurridos en los modelos de transmisión social son los contextos a nivel regional y/o microregional, no el
artefacto o sus atributos. Debido a que lo que se trata de comprender es la reorganización y cambio de la cultura material/conducta a través del tiempo y que esta situación
es producida por la persistencia diferencial de las mismas dentro de un repertorio de
variantes más amplio, el análisis de un tipo artefactual aislado de su contexto no sería
lo suficientemente sensible para captar la intensidad de procesos tan complejos que
involucran a mecanismos de transmisión social que dependen del tamaño de la población y de presiones sociales impuestas entre individuos y por los individuos en si
mismos (ver Tabla 1). Un caso de aplicación que utiliza esta escala “macro” sería, en
un principio, el más adecuado para comenzar a entender qué procesos y mecanismos
pudieron haber estado actuando.
EL CASO PAMPEANO
Las condiciones bajo las cuales operarán los mecanismos de transmisión cultural descriptos en los apartados anteriores y en la Tabla 1 dependerán al menos de variables ligadas a 1) la estabilidad del ambiente,
2) la densidad poblacional y 3) el grado de complejidad social y tecnológica (ver Steele y Sheenan 1996). Desde el punto de vista de las variaciones ambientales se dividirán dos períodos principales: 7.500-4.500 y
4.500-1.000 años AP.
Condiciones Ecológicas
La región Pampeana es una extensa planicie localizada entre los 31° y
39° LS, dividida en dos subregiones, la Pampa Seca y la Pampa Húmeda.
En esta última se encuentra el foco del análisis que incluye, entre otras,
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Organización y Cambio en las Estrategias Tecnológicas
al área interserrana Bonaerense, interrumpida por las áreas serranas de
Tandilia y Ventania (Politis 1984). Se trata de una llanura con suaves e imperceptibles ondulaciones que se eleva gradualmente hacia el norte y al oeste (Fidalgo y Tonni 1978; Soriano 1992:371) y cuya vegetación se define como
una estepa o pseudoestepa herbácea con arbustos pequeños fuertemente
impactada por las labores agrícolas (Cabrera 1976; Soriano 1992).
Las características paleoclimáticas del área, que son las relevantes aquí,
han sido estudiadas a través de registros geológicos, bioestratigráficos,
polínicos, geoquímicos, de patrones de circulación atmosférica, de ingresiones marinas y de cambios en la línea de estabilización de la costa, entre
otros (Aguirre y Whatley 1995; Fasano et al. 1987; González 1990; Isla
et al. 1990; Iriondo y García 1993; Prieto 1996; Prieto y Paez 1989; Tonni y Fidalgo 1978; Tonni 1992; Zárate y Blassi 1993; Zárate et al. 2000,
entre otros). Las discrepancias entre estas líneas respecto de ciertos lapsos, como el Holoceno medio, son en algunos casos importantes (ver Bonadonna et al. 1995; Iriondo 1999; Tonni et al. 1999; ver discusión en
Barrientos y Pérez 2002 b), aunque se asumirán las tendencias principales siguientes:
a) Para el primer periodo analizado en este trabajo, el Holoceno temprano final y comienzos del Holoceno medio (7.500-4.500 años AP.), se observa un cambio hacia condiciones templado-húmedas (Bonadonna et al. 1995) o subhúmedas-húmedas (Prieto
1996), sin embargo, estos períodos templados serían breves y alternantes con períodos
áridos-semiáridos de mayor duración (Tonni 1992; Tonni et al. 1999). Durante el Hipsitermal u Optimo Climático se registran las transgresiones y regresiones marinas y de
acuerdo a los niveles del mar y a los efectos tectónicos, las líneas de costa, así como su
topografía y sus características principales, han ido variando a través del tiempo (Aguirre
y Whatley 1995; Isla 1998). El “pico” del Hipsitermal es aún objeto de controversia aunque según diferentes líneas de evidencia convencionalmente se lo podría ubicar entre ca.
8.000-6.000 años AP (Aguirre y Whatley 1995; Isla 1998). La temperatura de la superficie
oceánica habría sido más elevada que la actual entre los 8.000-4.500 años AP (Isla 1998),
aunque las diferentes fases regresivas habrían comenzado ca. 6.000 años AP y la estabilización final de la línea de costa se habría alcanzado ca. 3.000 años AP. Estas condiciones
propias del Hipsitermal, es decir la alternancia de ciclos templados breves con otros ári-
"%
Martínez
dos-semiáridos, las fases transgresivas y regresivas, etc. habrían producido condiciones
ecológicas inestables y fluctuantes en el largo plazo, con ambientes heterogéneos en el
tiempo y en el espacio y paisajes cuya distribución de los recursos habría sido incongruente y poco predecible.
b) Hacia ca. 4.500 años AP, en el segundo periodo considerado, se habría producido el
retorno hacia condiciones más áridas (Tonni 1992; Zárate y Blasi 1993; Bonadonna et al.
1995) o condiciones subhúmedas-secas (Prieto 1996). Estas condiciones perdurarían sin
cambios significativos durante ca. 3.500 años, es decir, durante finales del Holoceno medio y durante casi todo el tardío (hasta ca. 1000 años AP) produciendo condiciones ecológicas más constantes y estables donde se establecería un paisaje más homogéneo en el
tiempo y en el espacio, con una distribución incongruentes de los recursos pero predecible en el largo plazo.
Finalmente, en el Holoceno tardío final (ca. 1.500-1.000 años AP) se
habría producido un retorno a condiciones templadas y húmedas y el
establecimiento de los ecosistemas modernos (Tonni 1992; Tonni y Cione
1997), aunque hacia ca. el 400 años AP evidencias faunísticas sugieren una
tendencia árida-semiárida (Tonni et al. 1999).
Demografía, densidad poblacional y sus correlatos arqueológicos y
sociales
Sobre la base de estudios recientes se ha propuesto que los grupos
humanos que habitaron la porción SE de la Región Pampeana habrían
experimentado durante los últimos 3.000-2.000 años AP cambios importantes en su organización, que incluirían un proceso de complejización
creciente e intensificación (Martínez 1999; Politis et al. 2001; Politis y
Madrid 2001). No obstante la visibilidad de estos procesos se hace notoria hacia el lapso antes mencionado, es necesario explorar lo acontecido
en los milenios previos, en el Holoceno medio, donde algunos de estos
cambios habrían empezado a gestarse. A juzgar por el registro arqueológico y bioarqueológico, durante el Hipsitermal y en particular durante el
intervalo 6.000-5.000 años AP las densidades poblacionales habrían sido
bajas. La escasez de sitios arqueológicos para este lapso ha sido explica"&
Organización y Cambio en las Estrategias Tecnológicas
da por un posible descenso poblacional en el Area Interserrana Bonaerense durante los períodos posiblemente más húmedos (Politis 1984) y/
o debido a problemas de muestreo o a discontinuidades reales en la ocupación humana del área, relacionada con cambios en las condiciones climáticas, ambientales y ecológicas a escala global o al menos a escala
continental (Barrientos 1997). Se ha planteado que los cambios ecológicos
asociados con el Hipsitermal habrían involucrado una notable reducción
demográfica como resultado de reajustes poblacionales debidos principalmente a procesos de emigración o extinción local de poblaciones humanas
(Barrientos 1997). Una tercera alternativa (Martínez 1999) sugiere que las
densidades poblacionales han sido bajas, pero que no necesariamente implican una reducción respecto de períodos anteriores. La escasa visibilidad
de sitios se debería a un sistema de cobertura del paisaje a través de una
estrategia de movilidad residencial de alta frecuencia donde se produciría
la explotación de microambientes ubicados en zonas geomórficas distintas
a través de ocupaciones efímeras y producto de escasas actividades relacionadas con la explotación de recursos específicos (Martínez 1999).
A través de análisis biométricos de restos óseos humanos del SE de
la región Pampeana y del NE de Patagonia, Barrientos (2001) sostiene
que la reducción de la visibilidad arqueológica durante el 6.000-5.000 años
AP se debió a un proceso de extinción local seguido de una recolonización por parte de otra población luego del 5.000 años AP. En otras palabras, “no parece haber una base biológica para sostener la existencia de una
continuidad entre las poblaciones de la transición Holoceno temprano/medio y las de la fase inicial del Holoceno tardío” (Barrientos y Pérez 2002).
En la porción SE de la Región Pampeana durante el Holoceno tardío
(ca. últimos 3.000 años AP) se vislumbra un escenario en el cual se produjo simultáneamente un incremento tanto en los números poblacionales como
en la complejidad social. Ambos procesos estuvieron acompañados por
"'
Martínez
factores como la posible incorporación a la dieta y una explotación más
intensa de recursos correspondientes a niveles tróficos inferiores (e.g., vegetales), ampliando la diversidad de dieta, cambios tecnológicos relacionados a un incremento en la cantidad de artefactos como elementos de
molienda y contenedores, innovaciones tecnológicas como la tecnología
cerámica y el arco y la flecha, gran variabilidad artefactual recuperada en
los sitios, etc. (Martínez 1999, Politis et al. 2001). Simultáneamente, se
habría producido un cambio en el sistema de asentamiento a través de la
reducción de la movilidad y un incremento en la organización logística
con la consecuente generación de asentamientos más grandes, con ocupaciones de mayor duración y más diferenciados internamente -e.g., se
detectan cambios en la organización del espacio doméstico- (Barrientos
1997, Martínez 1999, Politis et al. 2001). Estos procesos de cambio antes mencionados fueron parte de una reorganización del comportamiento que también se evidencia en el Holoceno tardío previo a la conquista
a través del registro de entierros secundarios y la existencia de áreas formales de entierro (Barrientos 1997, 2001)
Las ocupaciones arqueológicas, las transformaciones tecnológicas
y sus correlatos arqueológicos y sociales.
En este apartado se sintetizan algunas propiedades del registro arqueológico, los asentamientos y la tecnología. (ver Tabla 2 en Politis y
Madrid 2001 por fechados radiocarbónicos) La estructura del registro arqueológico muestra que para el intervalo 7.500-4.500 años AP (ver Tabla 12.1 en Martínez 1999 y Tabla 2 en este trabajo) se han registrado
escasos sitios arqueológicos (n=9). La mayoría de los mismos son sitios
de actividades específicas donde existe una importante variabilidad intersitio relacionada a la explotación de recursos y microambientes distintos (llanura, costa, sierra), así como una variabilidad entre los conteni#
Organización y Cambio en las Estrategias Tecnológicas
dos artefactuales. Los contextos tecnológicos son simples, dominados por
artefactos informales, situacionales, “expeditivos”, etc.. Se sugiere un
sistema de cobertura del paisaje con explotación no intensiva de microambientes, con ocupaciones efímeras, breves y con alta frecuencia de la
movilidad. El manejo de las materias primas líticas habría tendido hacia
la optimización, ya que no se observa la sub-explotación de las mismas y
el modo de aprovisionamiento predominante respondería a una Estrategia de Aprovisionamiento de los Individuos (sensu Khun 1995). CantiHoloceno temprano final y
Parte final del Holoceno medio
Comienzos del Holoceno medio
y principios del tardío
(7.500-4.500 años A.P.)
(4.500-1.000 años A.P).
Condiciones Ecológicas
Condiciones ecológicas
Inestables y fluctuantes en el largo plazo. Ambientes
Más constantes en el largo plazo. Ambientes más
heterogéneos en el tiempo y en el espacio que
homogéneos en el tiempo y en el espacio que producirán una
producirían una distribución de los recursos incongruente distribución de los recursos incongruentes pero predecibles
y poco predecible en el largo plazo
en el largo plazo.
Densidad Poblacional
Densidad Poblacional
Baja (=menor)
Alta (=mayor)
Estructura del registro arqueológico
Estructura del registro arqueológico
*Escasos sitios
* Mayor número de sitios
* Cobertura del paisaje no intensiva
* Cobertura del paisaje intensiva (ocupación efectiva).
Ocupación más sistemática y efectiva de las zonas periféricas a
los cursos de agua y a sectores lagunares.
*Sitios de actividades específicas relacionados a la
*Sitios de actividades múltiples: campamentos base,
explotación de escasos recursos en microambientes
contextos situados en sectores periféricos a cuerpos de agua
distintos (llanura, costa, sierra)
donde se produce concentración de distintos recursos.
* Ocupaciones efímeras: breves, alta frecuencia de la
*Ocupaciones prolongadas: grupos residentes mayores.
movilidad
Redundancia ocupacional y mayor permanencia de los grupos
en estos puntos del paisaje.
*Variabilidad intersitio
* Variabilidad intersitio e intrasitio
*Contextos tecnológicos: más homogéneos entre sí pero con
una importante variedad artefactual con presencia de
instrumentos formales, elementos de “furniture”,
contenedores, etc. * Se incorporan innovaciones
tecnológicas (arco y flecha, cerámica). Se intensifica el uso de
materiales de molienda.
*Manejo de las materias primas líticas: habría
*Manejo de las materias primas líticas: no habría tendido
tendido hacia la optimización de las mismas
hacia la optimización (sub-explotación )
*Modo de aprovisionamiento: Estrategia de
*Modo de aprovisionamiento: Estrategia de
Aprovisionamiento de los Individuos (e.g. tool-kits).
Aprovisionamiento de los Lugares (e.g. depósitos
Cantidades moderadas de materia prima lítica estaban
secundarios de materias primas). Grandes cantidades de
siendo movilizadas a través del paisaje.
materias primas líticas estaban siendo movilizadas a través del
paisaje en un proceso de LITIFICACION.
*Contextos tecnológicos: más heterogéneos, simples,
dominados por artefactos informales, situacionales,
“expeditivos”, etc.
Tabla 2.-Tabla donde se comparan diferentes parámetros en los bloques Holoceno temprano final y
comienzos del Holoceno medio (7.500-4.500 años AP) y la parte final del Holoceno medio y
principios del tardío (4.500-1.000 años AP).
#
Martínez
dades moderadas de materia prima lítica estarían siendo movilizadas a
través del paisaje (Martínez 1999).
Por otro lado, para la parte final del Holoceno medio y principios del
tardío (4.500-1.000 años AP) se han registrado un mayor número de sitios (n=21), preferentemente localizados en los últimos 3.500 años AP
(ver Tabla 12.2 en Martínez 1999 y Tabla 2). La mayoría de los sitios se
relacionan con campamentos base de actividades múltiples, donde se
produjo una ocupación más sistemática y efectiva de las zonas periféricas a los cursos de agua y de los sectores lagunares. La presencia de elementos de furniture (e.g., morteros), de contenedores (e.g., cerámica) y
zonas de descarte (e.g., basureros) sugieren ocupaciones más prolongadas, grupos residenciales más numerosos y una mayor redundancia ocupacional de determinados puntos del paisaje. Estos contextos muestran
una gran variedad artefactual pero son, en términos generales, homogéneos entre sí. En este período se incorporan innovaciones tecnológicas
(arco y flecha, cerámica) y se intensifica el uso de otras previamente existentes, como el caso de los materiales de molienda. Grandes cantidades
de materias primas líticas son movilizadas a través del paisaje. Esto se
denota tanto en las canteras (sierra) como en los valles bajos de los cursos de agua (llanura). El manejo de las materias primas líticas no habría
tendido hacia la optimización de las mismas ya que se observa una subexplotación y el modo de aprovisionamiento predominante respondería a
una Estrategia de Aprovisionamiento de los Lugares (e.g., depósitos secundarios de materias primas, sensu Khun 1995). El caso específico del
registro arqueológico del Holoceno tardío de la cuenca media del Río
Quequén Grande (Figura 1) muestra claramente este último proceso que
ha sido denominado litificación del paisaje. Según Webb (1993) este proceso consiste en el posicionamiento conciente y deliberado de materias
primas líticas en lugares del paisaje que naturalmente carecen de las mismas. Como un ejemplo, la Tabla 3 muestra la cantidad de roca registrada
#
Organización y Cambio en las Estrategias Tecnológicas
en una pequeña muestra depositada en un museo local (Museo de Ciencias Naturales del Club de Pesca de Lobería). El caso más interesante de
lítificación está dado por núcleos de cuarcita explotados muy por debajo
de su potencial, cuya fuente de aprovisionamiento se encontaría ca. 5070 km., en el sistema serrano de Tandilia (Canteras del Diamante, ver
Figura 1). Respecto del peso, estos núcleos muestran una variación importante: aunque la mayoría (casi el 70%) está ubicado en el rango menor de 1 kg., también se encuentran otros entre 2, 3, 4, 5 y hasta 9 kg.
Este rango amplio en los pesos se ve acompañado por una variación
importante en las formas registradas para los especímenes (Figura 2). Los
núcleos de gran tamaño poseen volúmenes que van desde 1.000 hasta
7.925 cm3. Otro caso de litificación o de aprovisionamiento de los luga-
Figura1.- Mapa de parte de la porción SE de la región Pampeana mostrando el área de estudio,
principales localidades arqueológicas y fuentes de materias primas.
#!
Martínez
res con materia prima lítica es el de los numerosos materiales de molienda que se encuentran “equipando” sitios (ver Martínez 1999).
En la porción SE de la Región Pampeana la materia prima lítica
utilizada por los cazadores ha sido caracterizada por poseer propiedades
como disponibilidad anual, ubicuidad, incongruencia espacial, calidad (al
menos en el caso del área de Tandilia) y abundancia (Martínez 1999). Así,
en un ambiente como el pampeano, en donde este recurso es espacialmente incongruente entre sí (Valente et al. 1999) y con respecto a la
ubicación de otros recursos, los comportamientos humanos ligados a proveer lugares con rocas conllevan, en el largo plazo, importantes consecuencias para la organización de la tecnología lítica, para la articulación
del sistema conductual como un todo y, finalmente, para la reestructuración y construcción del paisaje (Martínez 1999).
Estimación de la materia prima lítica transportada en el Curso Medio del Río
Quequén Grande
Artefactos
Presencia y
(n:70 sitios*)
frecuencia
Morteros
299 (52 sitios):
74,28%
227 (45 sitios):
64,28%
88 (27 sitios):
38,57%
235 (26 sitios):
37,14%
68 (16 sitios):
22,85
917
Bolas
Manos
Núcleos
Percutores
Total
Peso (Kg)
Presencia por km2
2
Peso por km2
(total:160 km )
(total:160 km2 )
1701,5
1,86
10,63
63,5
1,41
0,39
28,2
0,55
0,17
112,6
1,46
0,7
18,9
0,42
0,11
1924,7
5,7
12,02
* ver Figura 1 por distancias a las fuentes de materia prima lítica
Tabla3.- Estimación mínima de frecuencias artefactuales, peso y total de roca presente por unidad
de superficie calculados en el curso medio del río Quequén Grande.
#"
Organización y Cambio en las Estrategias Tecnológicas
Figura 2.- Detalle de tamaños y variabilidad de núcleos de cuarcita recuperados en el curso medio
del Rio Quequén Grande.
UN MODELO DE TRANSMISIÓN CULTURAL PARA LAS
SOCIEDADES CAZADORAS-RECOLECTORAS DEL SE DE
LA REGIÓN PAMPEANA
La Figura 3 ilustra el caso del cambio en las estrategias de manejo de
recursos líticos y qué procesos de transmisión habrían actuado (ver Tabla 1 por características de mecanismos de transmisión). A finales del Holoceno medio (ca 4.500 años AP.) la estrategia predominante habría sido
una estrategia de aprovisionamiento de los individuos (sensu Khun 1995),
en un contexto de grupos pequeños, escasa densidad poblacional y movilidad frecuente que pudo ocurrir en un marco ecológico caracterizado
por una discontinuidad temporal y espacial de los recursos que se encontraba en transición hacia condiciones más áridas y secas que se irían estabilizando paulatinamente (ver apartado condiciones ecológicas). En
estas circunstancias, la variación guiada (guided variation), pudo ser un
mecanismo apropiado que alentó la introducción de nuevas conductas en
las estrategias del sistema que, en circunstancias transicionales y poco
predecibles, pudieron ser culturalmente incorporadas y a posteriori modificadas y/o reemplazadas a través del aprendizaje personal, básicamente
a través de la experimentación y mecanismos ligados a prueba y error.
Este aprendizaje individual puede ser más costoso y riesgoso que el aprendizaje social (e.g., imitación), sin embargo en ambientes determinados la
##
Martínez
Figura 3.- Diagrama donde se muestra la forma, el momento y bajo que condiciones ecológicosociales habrían actuado los distintos mecanismos de transmisión cultural a través del tiempo
#$
Organización y Cambio en las Estrategias Tecnológicas
innovación resulta imprescindible y la transmisión no opera en un vacío
sino en el contexto de la variación preexistente (Shennan 1989). Esto
implica que las innovaciones ocurren en un nivel donde la toma de decisiones es consciente y evaluada, en respuesta a situaciones sociales, económicas y ambientales específicas. En consecuencia, la variación guiada
sería, teóricamente, el mecanismo apropiado bajo estas condiciones ya
que permite a las poblaciones adaptarse rápida y efectivamente en ambientes fluctuantes y cambiantes (Richerson y Boyd 1992:64). La flexibilidad de este mecanismo en la escala de aplicación antes mencionada (ver
también Tabla 1) permite evaluar conductas alternativas (e.g., estrategia
de aprovisionamiento de los individuos “vs” lugares) donde los individuos pueden aprender por sí mismos si alguna variante alternativa es mejor
que la puesta en práctica hasta el momento. Bajo estas condiciones y luego
de esta etapa experimental, una nueva estrategia de manejo de recursos
líticos ligada al aprovisionamiento de los lugares pudo comenzar a operar. Si la evaluación de las propiedades de esta estrategia fue exitosa, su
frecuencia pudo ir en aumento, conjuntamente con mecanismos ligados
a una transmisión sesgada (biased transmission) y de aprendizaje social. A
través del sesgo directo (direct bias) no es necesario inventar o reinventar
una conducta, sino evaluar las conductas alternativas y elegir entre ellas
y, a diferencia de la variación guiada, la extensión de la transmisión sesgada sí depende de la cantidad de variación cultural existente. Si es fácil
determinar qué rasgos alternativos son mejores, este proceso también
permite la difusión de rasgos en forma rápida (Richardson y Boyd
1992:67). Según el modelo, estos mecanismos hubiesen aumentado su
frecuencia en el lapso 4.500-3.000 AP, acompañando la estabilidad de los
sistemas ecológicos y el paulatino aumento de la densidad poblacional.
La innovación conductual e integración conciente de la conducta de aprovisionamiento de los lugares habría comenzado en algún punto de este
intervalo.
#%
Martínez
El sesgo indirecto y el dependiente de la frecuencia (indirect bias y
frecuency depending bias), como mecanismos de transmisión socialmente
determinados, están generalmente gobernados por el tamaño de la población y por factores sociales que constriñen las acciones individuales relacionadas a los mecanismos de prueba y error y, según este modelo,
habrían aumentado su frecuencia y estarían operando entre el 3.000-y 2.000
años AP. El sesgo indirecto opera cuando los individuos usan algún rasgo
(e.g., aquellos que connotan prestigio) como un indicador de a quién elegir
como modelo cultural. Sin embargo, esta elección no es hecha sobre las
bases de la evaluación del rango de posibilidades, sino porque el individuo
particular que está siendo usado como modelo para ciertas conductas (e.g.,
manejar recursos líticos2) está, al mismo tiempo, funcionando como modelo para otras conductas que serán incorporadas pero sin que medie evaluación alguna. Este el caso donde paquetes de rasgos pueden “migrar”
(e.g., packaging), aunque sólo pocos o algunos de ellos tenga alguna contribución al fitness. El sesgo dependiente de la frecuencia opera en aquellos casos en donde es difícil determinar cuáles variantes son adaptativas y en consecuencia la imitación es el mecanismo más indicado. Este
mecanismo quizás haga que la selección grupal sea el proceso de evolución cultural más importante en las poblaciones humanas bajo estas condiciones. En estos casos donde existen pautas sociales más rigurosas, la
variación guiada y el sesgo directo son mecanismos débiles y en consecuencia el papel de la innovación es menor (Shennan 1989:335). Cuando la
selección a nivel grupal es predominante la aceptación de conductas innovativas es altamente selectiva y no automática (Richardson y Boyd
1992:81-83). Dicha aceptación tiende a favorecer aquellas innovaciones
que pueden ser fácilmente integradas y que son familiares al sistema preexistente (Rosenberg 1994:310). En otras palabras, no todos los elementos del sistema emergente tienen un valor adaptativo...”Rather, beyond
obvious proximate utility, the key determinant is familiarity and percei#&
Organización y Cambio en las Estrategias Tecnológicas
ved compatibility with key utilitarian elements of the emergent system”
(Rosenberg 1994:329, ver también página 330). Desde este punto de vista
según se esperan anomalías en el registro arqueológico con respecto a los
patrones que, en teoría, se considerarían óptimos según las teorías que
predicen optimización. Además, como ya se ha discutido anteriormente
(ver también Tabla 1) las versiones conformistas de las conductas y la
mayor frecuencia de conductas imitativas, así como también las mayores
frecuencias del éxito replicativo artefactual, propio de contextos donde
operan mecanismos con un alto componente de transmisión sesgada, es
coincidente con el caso de estudio particular planteado aquí. Los resultados obtenidos respecto del bajo aprovechamiento de materias primas
líticas durante el Holoceno tardío del curso medio del Quequen Grande
otorgan soporte empírico a lo enunciado anteriormente y sugieren una
estrategia de “wasteful behaviour” (Dunnell 1989; Neiman y Monticello
1997). A juzgar por el registro arqueológico debió existir un proceso de
litificación-depleción (“agotamiento”)(ver Figura 3) donde el aprovisionamiento de los lugares era permanentemente reactivado. La explotación
de los núcleos de cuarcita recuperados de sitios superficiales cuya cronología puede estimarse entre 3.000-1.500 años AP (ver discusión en
Politis et al. 2001) estuvo muy por debajo de su potencial. Esto indica
que los comportamientos estuvieron sesgados respecto de lo que se esperaría según los estándares óptimos, sugiriendo una explicación con una
importante componente ligada a una dimensión social/ideológica que
excede lo meramente adaptativo y utilitario. Una explicación alternativa
es que alrededor del ca.1.000 años AP pudo existir un descenso importante de la población humana que habitó el Area Interserrana Bonaerense, básicamente debido a la instauración de las condiciones climáticas
modernas, sin precedentes durante todo el Holoceno (ver discusión en
Martínez 1999:350-352). Si estas poblaciones habrían abandonado súbi-
#'
Martínez
tamente el área, es posible pensar en un registro arqueológico con signos
de sub-explotación como el descripto para finales del Holoceno tardío.
DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
Transmisión cultural y sistemas tecnológicos pampeanos
El hecho de litificar el paisaje existió desde la mera ocupación del
espacio Pampeano por parte de los grupos humanos, pero este proceso
fue inconciente y no premeditado respecto de proveer al paisaje con
materias primas líticas (e.g., 7.500-4.500 años AP.). Esta acción inconciente de generar a través de la redundancia genérica del paisaje depósitos secundarios de materia prima pudo fomentar en el largo plazo la utilización de tales recursos y volverse una conducta conciente, evaluada,
intencional. Este sería un caso de exaptación (sensu Gould y Vrba 1982)
que muestra que no todos los rasgos (e.g., conductas) que surgen tienen
características adaptativas inmediatas y, en consecuencia, no surgen por
una necesidad o estimulados por presiones selectivas que afectan exclusivamente a ese rasgo. Como ya se comentó los procesos evolutivos son
oportunístas y, en consecuencia, un sistema que esté experimentando
algún cambio cultural incorporará tanto aquellas conductas innovativas
basadas en una necesidad (quizás derivadas de una situación de estrés)
como aquellos elementos familiares al sistema anterior, siempre que no
entren en conflicto con elementos infraestructurales claves propios del
sistema (Rosenberg 1994). En este sentido, el aumento en la frecuencia
del componente conductual referido a la estrategia de aprovisionamiento
de los lugares respecto a aquella de aprovisionamiento de los individuos
durante el lapso 4.500-3.000 AP es visto como una innovación conductual donde la dimensión que interesa destacar es la intencionalidad. En
$
Organización y Cambio en las Estrategias Tecnológicas
otras palabras, podría pensarse que el componente referido a la estrategia de aprovisionamiento de los lugares estaba comenzando a “exaptarse” (e.g., mayor número de personas que la adopten, extensión de la conducta a una escala espacial mayor, etc.). En este sentido, la innovación no es
vista aquí como un rasgo novedoso en esencia, que surge espontáneamente, sino como
algo cuyos caracteres son dependientes de las propiedades configuracionales de un
sistema emergente bajo circunstancias históricas y contingentes particulares que dependen, a su vez, de la variabilidad preexistente. Este razonamiento es la base
de cualquier pensamiento evolutivo Darwiniano, más allá de los matices
que pueden distinguir las diferentes aproximaciones.
Como ya se ha comentado, a juzgar por el registro arqueológico del
SE de la región Pampeana y particularmente en el área del curso medio
del río Quequén grande es hacia el 3.000-2.000 años AP cuando esta
conducta de “aprovisionar lugares” y generar depósitos secundarios de
materia prima habría aumentado su frecuencia (Martínez 1999). La introducción de otras innovaciones y/o adquisiciones tecnológicas como
la incorporación de la cerámica (Politis et al. 2001) y del arco y flecha,
así como el uso intensivo de materiales de molienda se estarían produciendo paralelamente al proceso de litificación en el marco de una mayor
densidad poblacional y bajo condiciones climáticas más estables. La existencia de datos referidos a las consideraciones previamente mencionadas
es crítica ya que permiten evaluar la integración de nuevas conductas y
de cultura material a las condiciones preexistentes. Resumiendo, aunque en la Figura 3 se observan tres bloques cronológicos, la integración de las conductas y cultura material antes mencionadas se habría
producido en dos momentos que naturalmente deben entenderse como
un continuum:
1.- En un primer momento de dicha integración (hacia la exaptación del proceso de litificación, probablemente ca. 5.000-3.000 años AP) las innovaciones debieron haber estado
sometidas a “filtros” culturales que habrían necesitado de la experimentación provista
$
Martínez
por conductas ligadas al testeo, prueba y error (e.g., la integración de esta conducta puede
surgir de la decisión de adoptarla o no). Más allá de los costos y riesgos de estas estrategias propias de mecanismos ligados a la variación guiada se destaca que en dicha integración tales riesgos son necesarios y debieron ser asumidos. El componente experimental
generó nuevas conductas, incrementando la variabilidad dentro de la población. Se esperan mecanismos ligados al sesgo directo donde escasas conductas alternativas son evaluadas. En este primer momento existen mayores posibilidades de que las estrategias
tecnológicas hayan sido adaptativas y que las conductas hayan tenido un aporte mayor al
éxito reproductivo de las poblaciones. En resumen, hacia el 5.000-3000 años AP un
mayor énfasis en el mecanismo de la variación guiada, acompañada por el sesgo directo
(ver propiedades en Tabla 1) habrían provisto el marco para la inclusión de innovaciones conductuales, como las estrategias tecnológicas ligadas al aprovisionamiento de los
lugares, cuya frecuencia fue incrementándose paulatinamente a través del tiempo en
detrimento del aprovisionamiento de los individuos.
2.- En un segundo momento (3.000-1.000 años AP) empezaron a jugar un rol importante
y un aumento en su frecuencia los mecanismos propios de una transmisión sesgada,
como el sesgo indirecto y el dependiente de la frecuencia. En este momento, posiblemente como parte de los cambios producidos en las estrategias tecnológicas en el primer momento, ciertos artefactos hayan sufrido éxito replicativo y no hayan estado tan
ligados al éxito reproductivo, siendo la imitación el mecanismo predominante.
Los dos momentos antes planteados se siguen en buena medida de las
expectativas teóricas sugeridas por Richerson y Boyd (1992:71) quienes
sostienen que para lograr el equilibrio los individuos siempre dependen
de un estrategia mixta de aprendizaje social e individual y que el promedio de la dependencia sobre el aprendizaje social se incrementa en tanto
el ambiente se vuelve menos variable en espacio y tiempo (ver también
Steele y Shennan 1996:28). No obstante, una estrategia de aprendizaje
social efectiva también descansa sobre las bases de un aprendizaje individual de buena calidad y, en consecuencia, de la habilidad individual para
aprender (Lake, en Steele y Shennan 1996:30).
Como se destacó previamente, los ambientes del Holoceno temprano
final y comienzos del Holoceno medio (7.500-4.500) las poblaciones humanas se habrían caracterizado por densidades poblacionales bajas, grupos pequeños con bajas presiones y condicionamientos sociales habitando
$
Organización y Cambio en las Estrategias Tecnológicas
un ambiente cuyas condiciones ecológicas serían inestables y fluctuantes.
Bajo estas condiciones socio-ecológicas, una Estrategia Evolutivamente
Estable presentaría un importante componente de aprendizaje individual
basado en la variación guiada (experimentación, prueba y error) y, probablemente, en el sesgo directo. Para este lapso, la dinámica poblacional
propia de una densidad baja podría pensarse como compuesta de grupos
que bajo los efectos del drift podrían estar sufriendo una pérdida y/o
uniformidad en sus atributos culturales. Sin embargo, es de destacar que
si bajo nuevas condiciones ambientales (ecológicas y/o sociales) estas
pequeñas poblaciones escapan al efecto del drift, lo que quizás aumente
es el promedio de innovaciones conductuales debido a que las sanciones
sociales y el peso de la tradición son aún muy débiles debido al tamaño
pequeño y a la menor complejidad de los grupos (ver discusión en Rosenberg 1994 y Shennan 2000).
El razonamiento anterior esta basado en un supuesto de “continuidad
poblacional” durante el Holoceno para el Area Interserrana Bonaerense
y para buena parte del SE de la región Pampeana, como ha sido planteado por Politis (1984) y Martínez (1999), respectivamente (ver más arriba). Sin embargo, una posibilidad planteada por Barrientos (1997, 2001)
es que haya existido una disrupción en el poblamiento de la región, incluso en una escala extra-regional. Barrientos (2001) sostiene que es probable que no haya existido tal continuidad (e.g., misma base biológica)
entre el Holoceno temprano-medio y la fase inicial del Holoceno tardío.
Esto involucraría un reemplazo poblacional luego del 5.000 años AP,
quizás en el momento más crítico que se plantea en este modelo, donde
se habría producido una rápida recolonización del área por otra población local ya sea de la misma o de otra metapoblación a través de procesos como expansión geográfica o migración (Barrientos 2001).
Para evaluar la existencia de esta discontinuidad y/o disrupción poblacional el registro arqueológico regional y alguna de sus propiedades
$!
Martínez
es un indicador que merece ser tenido en cuenta. Ya sea que se trate de
un reemplazo por parte de una población local de la misma metapoblación o por una metapoblación diferente no parece haber un “corte” en
las características básicas ligadas a las adaptaciones de estos cazadores.
Si tomamos al menos a la tecnología lítica y a la subsistencia podríamos
decir que más allá de la posibilidad de la extinción local de poblaciones
durante el 6.000-5.000 años AP, antes y después de ese lapso la denominada “Tradición Interserrana Bonaerense” (Politis 1984) no presenta variaciones sustanciales al menos en estos aspectos. No se observa la introducción de materiales exóticos, ni de técnicas novedosas para confeccionar artefactos líticos, ni de estilos diferentes a los que se venían registrando durante la parte final del Holoceno temprano antes de la posible
extinción local.
La discusión anterior permite tratar dos puntos básicos. El primero,
es que de haber existido la extinción local y la posterior recolonización
de naturaleza rápida, la nueva población se trataría de cazadores-recolectores de características similares a la población local extinta, es decir,
con un background adaptativo similar y que en principio habrían estado,
como mínimo, tecnológicamente orientados (sensu Kelly y Todd 1988).
Además, a juzgar por la cantidad de sitios registrados post 5.000 años y
pre 3.000 años AP (n=12, ver Politis y Madrid 2001:788, ver también
Martínez Tabla 12.1 en Martínez 1999) la situación respecto de la baja
demografía sería la misma ya sea que se trate de extinción local de poblaciones, retracción o simplemente escasos números poblacionales producto de una continuidad poblacional local.
La baja demografía post-5.000 años AP producto de un posible reemplazo poblacional de características culturales muy similares (al menos
desde el punto de vista de la subsistencia y la tecnología) a la de la población preexistente hacen que el modelo planteado en la Figura 3 siga
aún siendo aplicable. Es más la idea de una recolonización y sus conse$"
Organización y Cambio en las Estrategias Tecnológicas
cuencias y expectativas siguen siendo acordes con lo esperado: experimentación en un ambiente nuevo, orientación hacia la tecnología, conductas ligadas al testeo, prueba y error y la posible existencia de mecanismos de transmisión como la variación guiada que además de asumir
riesgos también suponen un importante componente experimental e innovativo. Lo anterior, en principio, responde a estrategias tecnológicas
adaptativas que habrían aportado al éxito reproductivo de las poblaciones sobre todo si se tiene en cuenta el aumento demográfico que existió
posteriormente.
El segundo punto es que, a diferencia del lapso anterior, durante el
3.000-1.000 años AP. con un ambiente más homogéneo en el tiempo y
en el espacio y con condiciones ecológicas más constantes y estables, una
Estrategia Evolutivamente Estable teóricamente presentaría un importante
componente relacionado a estrategias de aprendizaje social, sesgadas y
dependientes de la frecuencia (ver Tabla 1) en un contexto de mayores
presiones y condicionamientos sociales. En este caso hacia el ca. 3.0002.000 años AP se habría implementado un modelo o estrategia orientada
hacia los lugares (placed-oriented strategies; sensu Kelly y Todd 1988). Si la
materia prima lítica (recurso abundante pero incongruente) estaba siendo
sub-explotada es probable que el circulo litificación-depleción (agotamiento) fuera parte de una rutinización de conductas relacionadas a la explotación de materias primas y en consecuencia no existiría un cuestionamiento
del modelo, siendo la imitación el mecanismo predominante. En otras
palabras, se adopta una tendencia conformista destinada a imitar la versión
de la conducta más común, pero no todos estos cambios son el producto del
éxito reproductivo. Al respecto, cobra sentido evaluar los efectos que fuerzas gregarias como el sorting y el packaging poseen. Las consecuencias arqueológicas son importantes ya que se registrarán paquetes de rasgos o se
inferirán conjuntos de conductas cuya replicabilidad y persistencia no han
sido directamente mediadas por la selección natural. Sin embargo la fre$#
Martínez
cuencia, amplitud e intensidad de las fuerzas gregarias pudo producir
paquetes de formas alternativas, generando mayor variabilidad donde la
selección sí pudo actuar. En teoría, entonces, algunos rasgos no tendrían
ventajas adaptativas ni afectarían la tasa de fecundidad aunque son
una parte importante de las propiedades configuracionales del sistema
y potencialmente pueden, bajo otras circunstancias (e.g., exaptación),
cumplir un rol importante. Por otra parte, siguiendo el razonamiento
de Rosenberg (1994), la persistencia de estos rasgos demuestra que los
mismos no entran en conflicto alguno a la hora de mantener la integración de un sistema cultural y su Bauplan. Durante el Holoceno tardío, al
predominar los mecanismos de transmisión sesgadas y dependientes de
la frecuencia se generarían correlatos arqueológicos que desde el punto
de vista de la optimización resultan en estrategias sub-óptimas, no ligados exclusivamente al éxito reproductivo de las poblaciones en el corto
plazo sino al éxito replicativo de los artefactos dentro de “una forma pautada de hacer las cosas” (Bourdieu 1977) que podría definirse como un
hábito. Si estas conductas estuvieran relacionadas exclusivamente a la
esfera de la tecnología los depósitos secundarios de materia prima lítica
podrían haber estado funcionando como un reaseguro para un continuo
acceso a un recurso que no se encontraba localmente. Teniendo en cuenta
una dimensión más ligada a las relaciones sociales la litificación pudo ser
parte de un fuerte sistema territorial, donde el acceso directo a tal recurso no estaría siempre accesible o dependería de un sistema de intercambio. Siguiendo este razonamiento y en términos de conductas sub-óptimas, es posible que este correlato arqueológico haya estado ligado a la
posible existencia de lo que Neiman y Monticcello (1997) han denominado wasteful behaviour, es decir un proceso para denotar cierta abundancia relacionado a cuestiones de índole social, de jerarquías y posiblemente
de desigualdades. Naturalmente, en este patrón de wasteful behaviour el
individuo se constituye en un importante agente selectivo.
$$
Organización y Cambio en las Estrategias Tecnológicas
CONSIDERACIONES FINALES
“ Sin especulación no existen nuevas observaciones”
Charles Darwin
La discusión generada en este trabajo y la construcción de este modelo pretendió ejemplificar la forma en la que los principales mecanismos
de aprendizaje y transmisión social antes mencionados habrían operado
en la esfera de la reorganización de la tecnología lítica dentro del marco
general de cambio cultural experimentado por las poblaciones de cazadores-recolectores pampeanos. Cierta complejidad cultural antes ignorada o
no puesta de manifiesto en toda su dimensión está siendo reconocida en el
SE de la Región Pampeana para el Holoceno tardío (Barrientos 1997;
Martínez 1999, Politis y Madrid 2001, Politis et al. 2001), aunque la misma
deber ser comprendida desde al menos el principio del Holoceno medio.
El modelo de transmisión cultural aplicado en este trabajo para el lapso
Holoceno medio final-Holoceno tardío coincide en términos generales con
el proceso descripto a partir de los mecanismos de aprendizaje social
teóricamente esperados según las condiciones socio-ecológicas del lapso
bajo estudio y que culminaron en el proceso de complejización social e
intensificación ya planteados (Martínez 1999, Politis et al. 2001). No
obstante la dificultad propia de trabajar con expectativas teóricas donde
se manejan conceptos tan abstractos y su difícil correlación con el registro arqueológico, existen aspectos de la cultura que merecen una indagación arqueológica que permita explicar tales procesos. En este caso, las
premisas de partida para dicha explicación son que a) las nuevas condiciones ambientales (ecológicas y/o sociales) generadas luego del 5.000
años AP habrían jugado un rol importante y b) que, como ya se discutió,
la cultura tiende hacia una integración interna y las innovaciones se ven
$%
Martínez
afectadas por los elementos culturales preexistentes. Se sostuvo que la
estrategia de aprovisionamiento de los lugares o lítificación fue producto
de una actividad intencional, integrada a los elementos estructurales del
sistema. Sin embargo, en este punto se deberían considerar dos opciones
respecto de las poblaciones que experimentaron dichos cambios:
a) que se trate de la misma población original (e.g., continuidad poblacional, Politis 1984;
Martínez 1999) que habitara el área desde fines del Pleistoceno tardío y
b) que se trate de una nueva población, una recolonización (e.g., disrupción poblacional)
del área producida luego del 5.000 años AP (Barrientos 2001).
Respecto de la opción a) estas conductas innovativas pudieron tener
su origen bajo situaciones de estrés ambiental ecológico-social donde
elementos que no entraron en conflicto con el resto del sistema fueron
asimilados a la tradición cultural preexistente. Como se comentó, la reducida densidad poblacional, menor complejidad, menor peso de las sanciones sociales, etc., pudo alentar el aumento en el promedio de innovaciones. Esto daría como resultado una evolución gradual través de la
selección directa y cultural operando sobre el Bauplan preexistente (e.g.,
microevolución).
Respecto de la opción b) Barrientos (2001) sostiene que la evidencia
bioarqueológica disponible para la población recolonizante no es suficiente
para asegurar su pertenencia a una misma o diferente metapoblación respecto de la extinta. Teniendo en cuenta esta posibilidad, la noción que
aquí se sostiene de asimilación y/o producción de innovaciones culturales y de integración de las mismas a las condiciones poblacionales preexistentes (antes del 5.000 años AP) quedaría desechada debido a la
ausencia de continuidad biológica y posiblemente cultural. Este último
aspecto requiere un cuidadoso análisis ya que como fue expresado anteriormente, la cultura material en sus condiciones básicas parecería presentar cierta continuidad a lo largo del Holoceno. Sin embargo, en cierto
momento del tiempo (e.g., ca. 3.000 AP) las condiciones preexistentes
$&
Organización y Cambio en las Estrategias Tecnológicas
desde el punto de vista cultural serían ya las de la población recolonizadora y sobre estas bases sí pudieron producirse innovaciones culturales.
Ambas opciones deben ser revistas a la luz de nuevos datos y vías
analíticas que consideren otros aspectos del registro arqueológico que
permitan, a su vez, redimensionarlas dentro de un conjunto de evidencias más amplio que integren a los procesos aquí referidos.
AGRADECIMIENTOS
A Gustavo Barrientos por sus comentarios y sugerencias acerca de
este artículo y por la enriquecedora discusión permanente respecto de
problemáticas relacionadas a la evolución de las sociedades Pampeanas
pasadas. A Luis Borrero y a María Gutiérrez por la lectura minuciosa de
este trabajo y por la discusión posterior que me permitió “madurar”ideas
que necesitaban ser más trabajadas. Como de costumbre, lo expresado aquí
es responsabilidad del autor.
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NOTAS
1.- El enfoque adoptado otorga un importante peso a la acción individual y un destacado
aspecto de esta línea de razonamiento es la posibilidad de conectar acciones en una micro-escala (e.g., individuo-conducta) con propiedades de sistemas comportamentales
considerados a una macro-escala (grupos de individuos-comportamiento). Esta ultima
escala y sus efectos en la transmisión tiende a ser más bien transgeneracional, aunque,
dependiendo de las circunstancias, la escala del individuo puede resultar fundamental
para generar variabilidad.
2.- Aunque el modelo está basado en formas alternativas de manejo de recursos líticos, éste
es solo un caso respecto de conductas asociadas a una parte del comportamiento de una
sociedad. Es decir, no se pretende significar con esto que el manejo de recursos líticos en
sí funcione como “eje vertebrador” que está afectando en primera instancia al resto de
las conductas que componen al sistema comportamental como un todo. Simplemente,
puede ser un rasgo más de dicho “paquete conductual”, aunque a los efectos de este
modelo este siendo usado como el componente principal.
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