Eduardo García Martínez / DGRMB05 / 28.06.2012 ENSAYO LA JIRAFA ENCENDIDA La representación de esta obra del cuerpo humano con cajones aparece varias veces en las obras dalinianas de 1936. El ejemplo más provocativo es una copia de la Venus de Milo, equipada por Salvador Dalí en las zonas del vientre, de los pechos, de la cabeza y de las rodillas con cajones extraíbles de coquetas borlas de piel, la síntesis de la belleza clásica, siempre admirada y citada en la pintura europea desde la Edad Media hasta la época moderna, no sólo se reduce a la condición de objeto en esta estatua clásica tan manipulada. Tras su bella apariencia se oculta lo inesperado, lo desconcertante, lo angustiante, idea visualizada en la imagen de los cajones que, supuestamente, facilitan el acceso al interior del ser humano. Lo traumático de esta concepción se manifiesta en Jirafa en llamas, cuadro pintado por Dalí el mismo año que Venus de Milo con cajones. El blanco clásico de la estatua se ha convertido en un intenso azul fantasmagórico, el color de la noche que se extiende no sólo sobre el cielo, sino también sobre las dos figuras femeninas que se mueven lentamente como sonámbulas, con los ojos cerrados. La jirafa en llamas podría concebirse como un símbolo del absurdo de la existencia humana en el mundo moderno. El animal es todavía la naturaleza en orden, su esencia animal parece indestructible. La jirafa, que sencillamente se quema, está aliada con los elementos. Puede entregarse a las llamas sin pensar, sin pasión, sin perecer en ellas. El reino de la naturaleza, de los minerales, de los elementos es duradero y el animal forma parte del mismo. El ser humano por el contrario, está sometido al tiempo, al envejecimiento, a la fugacidad, elementos que han perfilado repetidamente a la sonámbula de nuestro cuadro en los rasgos de la cara, en las manos, en los movimientos. Con este tipo de obras es cuando desarrollamos nuestros sentidos y aprendemos a observar el mundo desde una perspectiva artística para poder transmitir un sentimiento, una idea, etc., utilizando varios elementos como son: las texturas, formas, colores y técnicas dependiendo del estilo del autor. En muchas ocasiones es resulta muy difícil llegar a comprender las obras de arte como esta, este se debe a que las personas no tienen la capacidad de ver a detalle la simbología que conserva la obra, por lo que no tienen mucha profundidad en la observación y en el análisis para su comprensión. En lo personal los cuestionarios que hemos elaborado son buenos por que ayuda a desarrollar nuestro instinto interpretativo, no solo para nuestra carrera, sino para la vida misma, ya que día a día nos relacionamos y nos encontramos con situaciones muy especiales en las que debemos tomar decisiones correctas tanto para nuestro aprendizaje como para nuestro desarrollo cultural. Pues Dalí fue un gran maestro del surrealismo esta obra fue una de las mas grandes a mi gusto ya que desde el momento que la vi me gusto mucho, a pesar de que la obra fue creada en, un momento muy difícil para el ya que estaba en exilio en estados unidos fue una de las obras no realizadas en. España y creo que esto valió mas en la obra de arte, toda la obra contiene buenos elementos desde la posición de la imágenes los colores toda la obra es magnifica esta llevo a que la obra me ,inspirara a quela escogiera y que me provoca mucha inspiración siempre que la veo esta influye mas en los conocimientos los colores también influyeron mucho en que admirara la obra ya que los colore tienen mucho peso en esta obra y Dalí fue un grande en los colores ya que sabia donde y que colores iban en la obra es esto que esta obra es muy buena y siento que cualquier tipo de gente que vea esa obra puede inspirarse como lo hizo Dalí es por esto que esta obra me gusta y espero que mas adelante tenga un valor mas significativo y que nunca se pierda esta corriente y ha mucha mas gente le guste esta corriente que es el surrealismo. Como artista extremadamente imaginativo, manifestó una notable tendencia al narcisismo y la megalomanía, cuyo objeto era atraer la atención pública. Esta conducta irritaba a quienes apreciaban su arte y justificaba a sus críticos, que rechazaban sus conductas excéntricas como un reclamo publicitario ocasionalmente más llamativo que su producción artística. La actividad artística de Dalí no se limitó a la pintura. Algunas de sus obras más populares son esculturas o ready-mades, y también destacó en sus contribuciones al teatro, la moda y la fotografía, entre otras disciplinas artísticas. Dos de los artefactos surrealistas dalinianos más notables fueron el teléfono-langosta y el sofá de los labios de Mae West (realizados entre 1936 y 1937). El artista y mecenas Edward James encargó estas piezas a Dalí. James había heredado a los cinco años de edad una gran parcela en West Dean (Sussex, Inglaterra), desde donde alentó la producción surrealista a lo largo de la década. Las langostas y los teléfonos tienen claras connotaciones sexuales para Dalí, refiere la placa explicativa del teléfono-langosta expuesto en la Tate Gallery, y de ahí él extraía una analogía entre la comida y el sexo. Es te teléfono era perfectamente operativo, y James adquirió cuatro de ellos para sustituir los que tenía en su retiro inglés. Uno de ellos se encuentra actualmente en la mencionada galería, el segundo está en el museo del teléfono de Fráncfort del Meno, el tercero es propiedad de la Fundación Edward James y el cuarto pertenece a la National Gallery de Australia.