10/8/2019 La hegemonía dentro de la Iglesia católica | Edición impresa La hegemonía dentro de la Iglesia católica | Edición impresa Ediciones El País Viene de la página 9Concilio Vaticano II como eje y punto de arribo de toda la reflexión cristiana. El Concilio Vaticano II pretendía ser un espíritu antes que una letra, una actitud de apertura y diálogo con todos, una mística de la presencia del espíritu encarnado en la humanidad, llevándonos a formas más humanas de convivencia y a una plenitud trascendente. Ahora, en cambio, se insiste en el Concilio Vaticano II como doctrina, como medida con la cual se estiman los progresos o los retrocesos en pastoral, reflexión teológica y expresión litúrgica. Existe el peligro de crear una nueva escolástica sobre la base del Concilio Vaticano II como doctrina acabada y perfecta. La disputa se constriñe a las interpretaciones, en lugar de abarcar la profundización y apertura de nuevas fronteras, exigidas por el cambio de las situaciones. Este proyecto monocentrista está en pleno desarrollo. Cuenta con aliados poderosos; entre ellos, el propio cardenal Ratzinger (con su crítica a las conferencias episcopales, las cuales, dice, carecen de base teológica; sus ataques abiertos a la teología de la liberación como expresión de un pensamiento elaborado fuera del centro, en la periferia) y, resonando en toda la Iglesia, los nuevos movimientos, como Opus Dei, Communione e Liberazione, Schonstadt, Catecumenato y otros, profundamente orientados por el principio de la autoridad. https://elpais.com/diario/1985/02/07/opinion/476578809_850215.html 1/2 10/8/2019 La hegemonía dentro de la Iglesia católica | Edición impresa La figura carismática de Juan Pablo II refuerza esta tendencia. Pese a que en el ejercicio de su primado ha sabido mantener el equilibrio necesario para preservar la libertad dentro de la Iglesia, sus viajes por el mundo dan la impresión de que él es el verdadero pastor de cada fiel, ya que éste se siente más directamente ligado al Papa que a su obispo local. La primera tendencia busca las mediaciones humanas para dejar penetrar el Evangelio. Cree que antes del advenimiento de la Iglesia, Dios ya había visitado a los pueblos para comunicarles su gracia los beneficios de su reino. Los valores humanos son asumidos, purificados y configurados en una perspectiva trascendente y escatológica. El monocentrismo, en cambio, tiende a ver al mundo dominado por lo profano, el agnosticismo y el ateísmo. El cardenal Ratzinger, en la mencionada entrevista, se quejaba del énfasis excesivo que los cristianos dan a los valores de los demás, como si tales valores no tuviesen también su origeny destino divinos. En esta perspectiva, la misión de la Iglesia es organizar una cruzada en favor de la religión, anunciar su humanismo e implantar una síntesis cristiana. En lugar de las mediaciones o intervenciones humanas, cabe el testimonio valiente y la afirmación de la identidad cristiana. ¿Quién tiene la hegemonía? ¿La visión policentrista o la monocentrista? La respuesta no puede ser teórica. Predominará aquella tendencia que genere más vida, aquella que sepa hacer del cristianismo un factor de humanización y de gestión de un sentido más rico y trascendente de la historia humana. Estimo que esta exuberancia de vida no está ocurriendo en el centro del fenómeno cristiano, sino en su periferia. Allí, la vida es esperanza. Por donde vaya la esperanza irá el sentido de la historia y también la Iglesia. https://elpais.com/diario/1985/02/07/opinion/476578809_850215.html 2/2