Fútbol robótico, ¿para qué? Por Hugo D. Scolnik Para LA NACION 19 de junio de 2002 Desde el inicio de las actividades de investigación sobre el fútbol robótico en el Departamento de Computación de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires, surgieron las preguntas más o menos obvias acerca de las motivaciones y objetivos de un proyecto de esta naturaleza en un país asolado por una crisis tremenda. Veamos algunos datos: el mercado mundial de robótica inteligente asciende actualmente a 10.000 millones de dólares, se triplicará en tres años y dentro de siete llegará a 100.000 millones. Entre los usos podemos mencionar el de efectuar tareas peligrosas para los seres humanos, tales como manipulación de sustancias dañinas, rescate de accidentados, aplicaciones industriales en situaciones riesgosas, robótica en el nivel molecular, aplicaciones médicas, educación. El desarrollo de robots inteligentes involucra a una cantidad de disciplinas como computación, matemática y física. (…) Obviamente, las investigaciones pueden conducirse en forma independiente por área disciplinaria, como ha sucedido tradicionalmente, lo cual no garantiza necesariamente una integración exitosa de los resultados. La idea de promover el futbol robotico, surgida por el profesor Jong-Hwan Kim, del Korea Advanced Institute of Science and Technology (KAIST), pues el juego (…) involucra en forma integrada todas las áreas mencionadas. Un beneficio adicional muy importante es que el componente lúdico atrae masivamente a los estudiantes, que así aprenden en forma mucho más divertida aspectos complejos de la ciencia. Sin ninguna duda, tratar de diseñar un arquero es mucho más entretenido que recordar cuál es el quinto caso de factoreo. Por otra parte, y como es bien sabido, Corea del Sur estuvo hace unos años en una situación económicamente catastrófica similar a la actual de nuestro país. Tal como escribió el doctor Mario Bunge en un artículo de 1999, la decisión fue duplicar el presupuesto de ciencia y tecnología, ¡y no reducirlo! De ese modo, el país se transformó en un gran exportador y de hecho el monto de lo que vende actualmente al exterior equivale aproximadamente al doble de la deuda externa argentina. Y eso lo logra un país que tiene una población de 45 millones de habitantes, concentrados en una superficie reducida, y sin recursos naturales importantes. (…) Recientemente los estudios de mercado mostraron que uno de los sectores de mayor crecimiento será el de las baterías de ion-litio, que se utilizan en computadoras portátiles, teléfonos celulares y otros dispositivos. Corea decidió entonces concentrar más esfuerzos en ese sector (…). En los últimos doce meses la inversión en investigación y desarrollo creció el 11,3 por ciento, pero en proporción constante con las ventas. Así que la ecuación es simple: más investigación y desarrollo conducen a más ventas, y más ventas conllevan mayor inversión en investigación y desarrollo. No se encuentra a nadie en Corea que se haga las preguntas que surgen en nuestro país desde diversos sectores, pues lo que significa la investigación y desarrollo para el bienestar de la población es una verdad evidente y cotidiana. El éxito que tuvo el equipo de la UBA en la competencia mundial de fútbol de robots muestra que tenemos los recursos humanos altamente calificados como para desarrollar nuestra propia industria. Y que no sería ilusorio aspirar al 5 por ciento del mercado mundial, lo que hoy significa 500 millones de dólares y dentro de siete años 5000 millones. Lo único que nos falta es tomar las decisiones políticas adecuadas, pero esto en nuestro país parece ser infinitamente más complejo que enviar seres humanos a otras galaxias. *El autor es profesor titular del Departamento de Computación de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA.