DIPLOMATURA DE ESPECIALIZACIÓN EN NEUROPSICOPEDAGOGÍA CURSO CEREBRO, MENTE, MOVIMIENTO Y PROCESOS DE APRENDIZAJE TRABAJO INFLUENCIA DE LA ACTIVIDAD FISICA EN EL DESARROLLO COGNITIVO DEL SER HUMANO PRESENTADO POR Miranda Vargas, Víctor Ruiz Gutiérrez, Claudia Lima, 18 de agosto de 2019 INTRODUCCIÓN Hemos visto ya a lo largo de este curso de neuropsicopedagogia diversas teorías y posiciones respecto a qué es el aprendizaje, cómo aprende el cerebro, cómo se produce este aprendizaje y, en general, todos los factores tanto internos como externos que influyen en este proceso. Así, citando al doctor Hans Contreras, el aprendizaje en sí no se produce, sino que es un instrumento para generar conocimiento. El aprendizaje es un acto en el que se despliegan una serie de estrategias que van a desembocar en el conocimiento, y este acto no es un proceso abstracto si no que tiene una base biológica. Complementando a esto, el doctor César Ruiz de Somocurcio afirma que el aprendizaje también tiene una base biológica pero acompañada de una carga emocional muy fuerte. Somocurcio afirmaba también que otras de las características del proceso de aprendizaje son las predicciones, es decir el reajuste de nuestros saberes previos y de la mano con esto, el aprendizaje por error. Se ha citado las características del aprendizaje, o del proceso de aprendizaje, para poder plantear y desarrollar la hipótesis que abordaremos en este ensayo: ¿cómo la actividad física influye en el desarrollo cognitivo del ser humano? DESARROLLO El desarrollo neuronal se da desde la etapa intrauterina y continúa a lo largo de la vida en la etapa extrauterina. Ya en la etapa extrauterina el niño o niña irá desarrollándose de acuerdo a qué tantos estímulos sensoriales tenga. Según afirman Assier y Delval-Gassier en su “Manual del desarrollo psicomotor del niño, desde los cero a tres años es muy importante que se estimulen las vías sensitivas. Desde esta base parten las sensaciones en el cerebro las cuales se convierten en percepciones, éstas a su vez en recuerdos y finalmente en capacidades. Los niños y niñas desde que nacen tienen un importante equipo sensorial que les permite conocer su mundo mediante actividades táctiles y motrices que realizan habitualmente. Esta estimulación sensorial va muy de la mano con las actividades de estimulación motora que van a influir también en el correcto desarrollo de niños, niñas y en todas las etapas de la vida.A medida que el niño o niña crece el requerimiento de actividad física se incrementa, se hace imprescindible y va muy de la mano con un estilo de vida saludable, con una salud mental favorable e incluso con la prevención de diversas enfermedades. Ayan (2011), señala que “…practicar un ejercicio moderado y regular estimula y mantiene la salud del cuerpo…”. Esta práctica no sólo estimula y fortalece el corazón y los músculos, sino que contribuye también a mejorar la capacidad mental y la resistencia, siendo importante en el caso de los niños para dar mejores condiciones a su desarrollo, ayudándolo a combatir los miedos y previniendo la depresión cuando llegan a ser adultos, haciendo más lento el deterioro tanto físico como cognitivo que se da en los años posteriores de la vida. Es importante considerar lo señalado por Ramírez, Vinaccia y Ramón (2004), respecto a que debemos tener presente que el ejercicio físico ayuda a conservar en mejores condiciones la función cognitiva y sensorial del cerebro. Juan Francisco Marcos Becerro, vicepresidente de la Federación de Medicina Deportiva, explica que la razón de la mejora es la mayor producción de factor CO cerebral, provocada por la llegada al cerebro del factor de crecimiento IGF-1, que es producido por los músculos al hacer ejercicio. Estos hallazgos, ofrecen a la actividad física un papel neuropreventivo que hasta ahora no se había tenido en cuenta en enfermedades neurodegenerativas como Alzheimer, Parkinson, Huntington o esclerosis lateral amiotrófica. Hasta ahora hemos abordado la actividad física como uno de los factores principales en el mantenimiento de una buena salud física y mental, así como en la prevención de enfermedades. A pesar de eso, según recientes estudios, el sedentarismo es uno de los principales factores que acompaña la aparición y gravedad de un número importante de enfermedades crónicas como la hipertensión arterial, la diabetes y la obesidad, entre otras. En el contexto latinoamericano se hallan cifras bastante preocupantes que estiman que más de un cuarto de la población mayor a los 14 años no practica una actividad física o deporte. Uno de los estudios más reciente, realizado en Argentina, encontró que aproximadamente el 60% de los varones y el 75% de las mujeres de entre 25 y 70 años no realizan actividad física regularmente (Argentina en movimiento, 2000) Estas cifras podrían estar relacionadas a los bajos indicadores de educación en la mayoría de países de Latinoamérica, pero entonces, más allá de un beneficio directo con la salud física y mental, ¿hay un impacto de la actividad física en el desarrollo y procesos de aprendizaje del cerebro? Según lo desarrolla el articulo Active Education: GrowingEvidenceonPhysicalActivity and Academic Performance, los niños que participan de programas de actividad física tienen una mayor tendencia a incrementar su capacidad de concentración, y por lo tanto su rendimiento académico. A largo plazo esto se traduce en una notable mejora en aspectos de redacción, lectura y matemática. Este cambio, si bien se verá más evidenciado a largo plazo, también hay estudios que demuestran que inmediatamente después de una sesión de educación física los niños y las niñas incrementan la atención y la memoria y pueden mejorar también en la reducción de su mal comportamiento de ellos o del grupo. Así, según la misma investigación, la actividad física constante ayudó a la reducción del 20.5 por ciento en el tiempo dedicado a tareas no académicas, como ayudar a los estudiantes a realizar una transición a una nueva actividad y aula. Los procesos de planificación en niños que asistieron a un programa de ejercicios de fútbol durante al menos seis meses se desarrollaron más en comparación con un grupo de control de pares sedentarios. Los estudiantes que han participado de actividades físicas no organizadas tienen un nivel más alto de creatividad en comparación con los niños que participan de actividades físicas organizadas. Respecto al lenguaje, otros estudios destacan el impacto positivo de la actividad física en el desarrollo de una red léxica más amplia y la comprensión del significado de las palabras, así como una mayor capacidad para detectar errores sintácticos y el rendimiento ortográfico. Además, se descubrió que el deporte afecta positivamente la comprensión del lenguaje entre los estudiantes de primaria. Si bien la actividad física constante ayuda a la mejora del rendimiento académico, también hay registros que evidencian que la falta de actividad física tiene consecuencias desfavorables en el funcionamiento cognitivo. Por ejemplo, existe un impacto negativo del tiempo que se pasa frente a la pantalla de la computadora en las funciones ejecutivas en relación con la inhibición de las mismas, también se descubrió que los niños que realizaban actividad física demostraban mejores funciones ejecutivas en términos y mejores capacidades de planificación que los niños que no realizaban ninguna actividad física. En general, se descubrió que los niños que están más en forma tienen una mayor capacidad de los ganglios basales y el hipocampo. Estas áreas están asociadas con el control cognitivo y la memoria. Entre los niños de 3 a 5 años, se descubrió que una mayor actividad física mejora sus funciones cognitivas, especialmente en el área de la memoria de trabajo. Es decir la actividad física va a influir en las funciones cognitivas y en el aprendizaje, desde la comprensión de la tarea, la memoria operativa, la capacidad de análisis-síntesis, la inteligencia, procesamiento del lenguaje, pues existe una estrecha relación de las diferentes áreas que intervienen en la función motora y que se comparten con las funciones superiores. Además de todo el aporte cognitivo que representa la actividad física, también existe un amplio acuerdo en reconocer el elevado potencial socializador del deporte: puede favorecer el aprendizaje de los roles del individuo y de las reglas sociales, reforzar la autoestima, el auto concepto, el sentimiento de identidad y la solidaridad. Además, parece que los valores culturales, las actitudes sociales y los comportamientos individuales y colectivos aprendidos en el marco de las actividades deportivas, vuelven a encontrarse en otros campos de la vida como el trabajo y las relaciones familiares. CONCLUSIONES Por lo abordado podemos concluir que la actividad física es un eje clave en el desarrollo físico, social, emocional y cognitivo de niños, niñas, extendiendo su importancia a lo largo de toda la vida. Basados en los argumentos y estudios citados aquí, se considera necesario e imprescindible que el sistema educativo incluya de forma prioritaria la educación física dentro de la jornada escolar. La educación física no debería ser un espacio de distracción o tiempo libre para los y las estudiantes, por el contrario, debería ser usado estratégicamente por la plana docente como herramienta que los ayude a mejorar la disposición de los estudiantes, su capacidad de concentración, su memoria e incluso un medio para fortalecer sus habilidades socioemocionales. Los estudios indican que el desarrollo psicomotor expresado en el movimiento que va siendo cada más organizado a medida del desarrollo neurológico influye en los logros académicos y el desarrollo de la personalidad. La falta de movimiento va a constituir una limitante en el desarrollo del niño, en todo sentido, por ello será fundamental planificar actividades que promuevan rutinas desde los ejercicios sencillos o las caminatas, hasta las actividades de gimnasio y baile, entre otras, para lograr una formación y educación integral. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS . Ayan, S. (2011). Ejercicio corporal para la mente. Mente y Cerebro, 47, 23-31. Recuperado de https://uom.uib.cat/digitalAssets/309/309388_montoya4.pdf . Bidzan-Bluma, I &Lipowska, M. (2018). PhysicalActivity and cognitivefuntioning of children: A systematicreview. International Journal of EnvironmentalResearch and PublicHealth, 15(4), recuperado de https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5923842/pdf/ijerph-15-00800.pdf . Castell, D., Glowacki, E., Barcelona, J., Calvert, H. &Hwang, J. (2015). Active education: growingevidenceonphysicalactivity and academic performance. 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