L a inmigración venezolana en el Perú es el movimiento migratorio desde Venezuela hacia Perú. A partir del 2016, se incrementó el flujo de venezolanos al Perú, pasando de tener 6.615 residentes en dicho año a 708.000 a inicios del 2019 siendo la ola migratoria más importante del siglo XXI en el Perú, y convirtiéndose así en el segundo país en el mundo en albergar la mayor cantidad de venezolanos inmigrantes después de Colombia En la actualidad, los venezolanos constituyen la comunidad extranjera más numerosa en el Perú. En el período 1994-2012, los venezolanos representaban el 2.0 % de inmigrantes en el Perú, ocupando el decimocuarto puesto de residentes extranjeros en el Perú. Entre el 20072016, los venezolanos con carnet de extranjería totalizaron 4190 ciudadanos, ocupando el tercer puesto con el 7,7 % de un total de 54 495 emitidos. A partir del año 2016, Venezuela comenzó a sufrir una fuerte crisis económica, como consecuencia de factores internos y externos, como la crisis financiera de 2008 y la caída de los precios de petróleo. Debido a estos eventos, se produjo una aguda recesión económica en Venezuela, dando inicio a la emigración venezolana. Debido a restricciones en la compra de dólares y escasez de divisas en Venezuela, se generó un mercado negro. La posibilidad de realizar compras de dólares y evadir el control fuera de Venezuela produjo la demanda para realizar el “turismo cambiario”. En el 2013, 152 mil venezolanos entraron y salieron al Perú con la condición de turistas, el doble que en el periodo 2012 En el año 2016, más de 36 mil venezolanos entraron y salieron del Perú en calidad de turistas. Según datos del mismo año, los venezolanos residentes en el Perú representaron el 6.4 % de inmigración total siendo la sexta comunidad extranjera con 6615 ciudadanos. En los años 2017 y 2018, se agudizó la crisis política y económica de Venezuela y generó que cientos de miles de ciudadanos migraran hacia países de la región y del mundo, entre ellos, al Perú. Al 03 de marzo de 2019, la cifra de venezolanos en el Perú es de más de 708 0001, convirtiéndose Perú en el país con el segundo mayor asentamiento de venezolanos en el mundo, después de Colombia. No obstante, el 90% de los migrantes venezolanos al Perú tiene estudios técnicos o profesionales, según la Superintendencia Nacional de Migraciones, lo que definitivamente mejora la productividad en los entornos en los que logran adherirse. El banco con sede en Washington está ofreciendo asistencia técnica a algunos países para gestionar la llegada de inmigrantes y ha instado a los países a reforzar servicios como atención médica y educación en áreas donde se están asentando los recién llegados para aliviar la fricción con la población existente, dijo Rodríguez en una entrevista en Lima. El director del banco dijo que la institución estaría dispuesta a contribuir a un fondo para apoyar a los inmigrantes venezolanos si los gobiernos deciden establecer uno. La idea se abordó en la Cumbre de las Américas el mes pasado, puntualizó. El mayor número se encuentra en Lima Norte, llegando al 10,9 % en Los Olivos, 8,9 % en San Martín de Porres y 4,1 % en Independencia; seguidos por La Victoria(8,7 %), Santiago de Surco (5,5 %), San Juan de Miraflores (5,2 %), Chorrillos (4,9 %), San Juan de Lurigancho (4,8 %) y El Agustino (4,3 %). El resto de venezolanos (42 %) en la capital se encuentra distribuido en los demás distritos de Lima y Callao de manera homogénea. La masiva migración de venezolanos hacia Perú tiene efectos positivos y negativos para el país, además de mostrar un impacto sobre el empleo, manifestó hoy el ministro de Economía y Finanzas, Carlos Oliva. “Definitivamente hay un efecto sobre el empleo que estamos monitoreando, pero tiene su lado positivo y negativo”, manifestó. “La migración es un fenómeno que responde a una severa crisis de Venezuela y en ese sentido nuestro país hace muy bien en recibir a todas estas personas que tienen problemas de diversa índole en su país”, agregó. “Hay muchos venezolanos que aportan a la economía con las habilidades que tienen, pero al mismo tiempo si la economía no crece al ritmo que debería crecer podría generarse algún tipo de competencia interna con este exceso de oferta laboral”, dijo. “Es un tema bastante delicado, y por el lado del Ministerio de Economía y Finanzas estamos comprometidos a que la actividad económica siga creciendo y ojalá que se pueda absorber toda esta demanda sin afectar a los trabajadores peruanos”, añadió. Servicios básicos El ministro sostuvo que del lado económico no se observa algo preocupante, pero ciertamente se está ejerciendo presión sobre una serie de servicios básicos que tiene el país, sobre todo en salud y educación. “Me parece que hay cerca de 30,000 niños venezolanos que ya están en los colegios, sobre todo en los nacionales, y seguramente hay otro grupo que demanda servicios de salud”, manifestó. El oficial comenta que debido a que no habido un control permanente y no se han hecho las verificaciones respectivas de si tienen antecedentes penales o policiales, hay muchos venezolanos que se han dedicado a delinquir, siendo ya algunos de ellos identificados tras cometer un asalto. “Algunos detenidos fueron enviados al penal de Chiclayo, como es el caso de los venezolanos Óscar Alexis Romero Rivas (33), Nimber Arteaga Pérez (24) y Dayner José Yovera Giménez (20), quienes fueron enviados a 9 meses de prisión preventiva, luego de que asaltaran a un transeúnte y le arrebataran un moderno celular, tras amenazarlo con un cuchillo”, indicó. En tanto, el gerente de Seguridad Ciudadana de Chiclayo, Amilcar Ramírez, señaló que algunos de estos grupos de personas operan bajo la fachada del comercio ambulatorio para cometer robos y extorsiones dentro del centro de abastos LA LIBERTAD. En esta parte del país se se estima que hay más de 6,000 ciudadanos bolivarianos, la mayoría de ellos permanece en Trujillo y otros viajan a otras ciudades. Respecto a las oportunidades de trabajo, son los venezolanos los que ocupan gran parte del mercado laboral en cuanto a migrantes se refiere. La Gerencia Regional de Trabajo, a través de su gerente Jackeline Bustamante Fernández, ha informado que en el 2017, 200 personas de nacionalidad venezolana se acercaron a esta institución para solicitar información a fin de poder laborar en nuestro país. La principal actividad a la que se dedican los venezolanos en Trujillo es el comercio ambulatorio. Otros trabajan en restaurantes. Hay un menor número que realiza el servicio de taxi. MALOS ELEMENTOS. Así como han llegado personas de bien desde Venezuela, está también la otra cara de la modera. La Policía informa que en lo que va del año se han registrado 82 casos en los que extranjeros han tenido participación en actos delictivos. La mayoría eran venozolanos, seguidos de colombianos. "Según el Ministerio de Salud (Minsa), hasta agosto hay 1.022 venezolanos con VIH-Sida en Perú, de los cuales 912 están en Lima y 110 en las regiones", explicó el integrante de Givar, organización encargada de atender los casos de pacientes seropositivos venidos del país caribeño. El fenómeno migratorio de venezolanos a Perú, cuyo número total se calcula que actualmente es superior a las 600.000 personas, tiene una cara poco conocida, que es la de aquellos que deciden abandonar su país ante la escasez de medicinas y así tener posibilidades de continuar con su tratamiento de VIH. Según el coordinador de Givar, la organización distingue a tres tipos de pacientes que acuden en busca de ayuda. El primer tipo está integrado por quienes llegan a Perú "con medicación reservada", es decir que cuentan con una provisión de medicamentos traída de Venezuela. Temas relacionados: ONU: el número de migrantes venezolanos en el mundo alcanza los 3 millones Representante de ONU cree que en enero podría repuntar flujo migratorio venezolano Sin embargo Castillo resalta que "no es que allá (en Venezuela) les hayan dado muchas medicinas, sino que han dosificado sus antirretrovirales. Si debían tomar a diario, optaron por tomar una pastilla cada fin de semana para que les duren". El segundo tipo son pacientes que llegan sin ninguna medicina, pero cuyos sistemas inmunológicos no están tan dañados y aún pueden resistir sin pastillas. El tercer tipo son personas que ya se encuentran en la etapa Sida de la enfermedad, y que "se van directamente a un hospital por el estado grave de su salud", explicó Castillo.