Las Principales Escuelas del Pensamiento Administrativo Desde la primera vez que dos o más personas unieron sus esfuerzos para lograr sus objetivos en común, ha existido la administración como un tipo de actividad práctica. Así es como se originaron las primeras organizaciones (Sánchez, 2001). La administración como objeto de estudio surge con el desarrollo del comercio en la edad moderna (organización de expediciones por tierra y mar, realización de viejas comerciales y tráfico de mercancía, etc.). Posteriormente continua con el derecho administrativo (ramas del derecho público que regula la organización, funcionamiento, poderes y deberes de la administración pública), el acontecimiento que dio origen a este fue la Revolución Francesa. Luego constituyo una especie de campo de atención política y administración pública que defienden el logro de la eficiencia en el empleo de los asuntos del gobierno sustituyendo la improvisación por la previsión y basando las acciones en principios elaborados con el empleo de metodología científica (Sánchez, 2001). Luego, surge el enfoque del comportamiento que se concentra en las relaciones humanas y en la conducta de estos. Posteriormente, aparecen unos movimientos (administración científica, general e industrial) que se enfatizaron en el concepto de productividad, descuidando el carácter humano de la administración (Sánchez, 2001). En 1930 se inicia la teoría de relaciones humanas, una nueva orientación de la administración. Esta se centra en las relaciones entre personas que deben de trabajar juntas con el mismo fin. Veinte años después, en 1950, surge el movimiento denominado cibernética que estudia la comunicación, control y automatización (Sánchez, 2001). Todas las contribuciones de los diferentes especialistas y autores han dado como resultado que existan diferentes maneras de conceptuar la administración y diferentes formas de hacer administración. Esto es lo que se conoce con el nombre de escuelas del pensamiento administrativo (Paniagua, 2005). Las principales y más importantes escuelas del pensamiento administrativo son: la clásica, la conductista y la sistemática. Escuela Administrativa Clásica o Tradicional La administración clásica se desarrolló de la observación sistemática de los hechos de la producción, investigación y análisis de la operación del taller. Es el acto de administrar bajo el enfoque o la teoría clásica, que tiene en cuenta que la administración es una ciencia que tiene que proceder bajo un sistema de experimentación para reafirmar su importancia ante cualquier empresa. Dicho de otra forma, consiste en aplicar la ciencia a los principios de la administración (Hurtado, 2008). Hace énfasis en la estructura de la organización y sus funciones para así lograr un desempeño eficiente, intentando eliminar la morosidad de los obreros que causa bajas en la productividad. Además, pretende encontrar la mejor manera de llevar a cabo una tarea, optimizándola y que los empleados y los patrones tenían la responsabilidad de los niveles de producción y de las ganancias (Hurtado, 2008). Su nacimiento se remonta a principios del siglo XX, cuando dos ingenieros con puntos de vista muy diferentes, Federick W. Taylor y Henri Fayol, desarrollaron los postulados que constituyeron las bases del enfoque clásico de la administración (Paniagua, 2005). Taylor pretendía elevar la productividad a través de la mayor eficiencia operacional, esto mediante la división del trabajo de abajo hacia arriba, la especialización de los operarios y la reagrupación de tareas, operaciones, cargos, entre otros. Esta serie de ideas conforman lo que se conoce como la administración científica, que aplica métodos usados por la ciencia (observación y medición) a los problemas administrativos para lograr la mayor eficiencia. Planteo seis postulados o principios (Paniagua, 2005). Planteo seis postulados: principio del estudio del tiempo, principio de estimulación, principio de separación entre dirección y ejecución, principio del método científico de trabajo, principio de control de la dirección y el principio de la dirección funcional (Paniagua, 2005). Por otro lado, Fayol pretendía aumentar la eficiencia, pero por medio de la disposición de las partes que componen la organización y la interrelación entre estas. Este enfoque es contrario al de Taylor porque va de arriba hacia abajo y del todo hacia las partes. Es la verdadera teoría clásica, que surge de la necesidad de encontrar directrices para administrar empresas complejas. Los aspectos de esta son desarrollados con la división de tareas, aplicación de autoridad y asignación de responsabilidad (Paniagua, 2005). Estableció las áreas funcionales de la organización, la división de la empresa según sus funciones: área técnica, comercial, financiera, seguridad, contable y administrativa. Además, creo el primer modelo del proceso administrativo que tiene cinco etapas: planeación, dirección, control, organización y ejecución. Este modelo es aplicable a cualquiera de las áreas funcionales. También postulo 14 principios administrativos por los cuales se puede regir cualquier empresa (Paniagua, 2005). Entonces, se podría decir que la escuela clásica es una filosofía de cómo tiene que organizarse una empresa para optimizar su éxito mediante un plan de acción que tiene características básicas. Donde el personal necesita de un control, evaluación y seguimiento constante para garantizar los resultados en el plazo establecido. Es una escuela integrada en una zona limitante que restringe la innovación. Escuela Conductista de la Administración Se desarrolló debido a que el enfoque clásico no conseguía una suficiente eficiencia productiva y no lograba una armonía en el centro de trabajo. Surge principalmente por la frustración de los dueños de empresas al darse cuenta que los empleados se comportaban diferente ante cambios y que no reaccionaban con patrones de conducta establecidos, como se tenía establecido. Es así como esta escuela se centra en el objetivo de proponer formas más eficaces para dirigir a las personas dentro de una organización y de esta forma romper con los esquemas de la escuela clásica. Pretende reforzar la teórica clásica de la organización con elementos de sociología y psicología, considerando conceptos mucho más amplios en el aspecto del elemento humano (Paniagua, 2005). Esta teoría trajo una nueva visión de la practica administrativa basada en el comportamiento humano dentro de las organizaciones. Los logros y la forma como se obtienen está relacionado con el impacto que cause sobre la gente, esto constituye la entidad más importante de la administración. El gerente debe de emplear las mejores prácticas en relaciones humanas (Paniagua, 2005). El uso de la participación, formas de manejar conflictos, el reconocimiento de la influencia que tiene el ambiente y las restricciones que afectan al comportamiento, son varias contribuciones de esta escuela. Se reconoce la central importancia del individuo en cualquier tarea cooperativa y se centra en las motivaciones, dinámica de grupos, motivos individuales, etc. Centrándose en el elemento humano, se intenta comprender los fenómenos relevantes en las relaciones intrapersonales e interpersonales y observar los grupos de trabajo como subestructuras antropológicas (Paniagua, 2005). Dentro de los principales aportadores a esta escuela se encuentran: Mary Parker Follet, Elton Mayo y Chester I. Barnard. Follet fue la primera persona en pensar en la administración desde un punto de vista humanista. Trabajo por medio de conceptos como la resolución de conflictos, poder y autoridad y la labor del liderazgo. Logro unir la administración científica con la del comportamiento humano. Enfatizaba que una persona en su trabajo lo motivaba las mismas fuerzas que inciden sobre sus quehaceres fuera del trabajo y que un administrador debía de armonizar y coordinar los esfuerzos del grupo en vez de forzar y manejar. Un administrador tiene que conocer los principios de conceptos de grupo (Reyes, 2004). Mayo es el fundador del movimiento de las relaciones humanas. Estableció que la organización está conformada por múltiples grupos informales. Planteo que las personas no tienen únicamente un interés económico dentro de la organización, también se necesitan las relaciones humanas, donde se exponen las necesidades de reconocimiento y motivación. Los factores sociales y psicológicos son de peso para elevar la productividad (Paniagua, 2005). Barnard creo la visión de que las organizaciones son sistemas de actividades conscientemente coordinadas, en que los ejecutivos son el factor más estratégico, un elemento clave. Creo la teoría de la aceptación de la autoridad, se plantea que la autoridad no depende de quienes dan las ordenes, más bien depende de la disposición de quienes deben de cumplirlas (Reyes, 2004). Entonces, es una escuela que profundiza en nuevos modelos de gestión de personal. Es una filosofía que se centra en la dignidad humana al entender el verdadero significado del crecimiento interior, las motivaciones y la superación. Una persona solo puede desarrollarse plenamente cuando tiene sus necesidades básicas perfectamente cubiertas. Escuela Sistemática de la Administración El origen de la escuela de sistemas o del enfoque sistemático, se debe a la crisis metodológica que experimentaron tanto la escuela clásica como la escuela conductista. Es un afán por encontrar las “entidades” llamadas sistemas (conjunto de elementos interrelacionados que pueden considerarse como una sola entidad y tienen un objetivo en común), que se presentan en todos los niveles de la realidad (Paniagua, 2005). Se considera que la administración es un sistema social o de relaciones interculturales, que está orientada sociológicamente y se asocia con los diversos grupos sociales. Esta escuela se relaciona con la conductista porque se basa en la ciencia de la conducta y el comportamiento humano (Paniagua, 2005). Tiene como objetivo dar una solución grupal a las diversas limitaciones que las personas y el entorno que las rodea puedan encontrar. Se basa en la unidad social, que consiste en que las personas se comunican recíprocamente en forma efectiva y que están dispuestas a contribuir al logro de un mismo fin (Paniagua, 2005). Se distingue porque se inclina a ver en la organización social, un sistema complejo que está formado por varios subsistemas parciales: el individuo, la estructura formas, la estructura informal, los estatus y el ambiente físico. Presenta una nueva forma de pensar y observar el mundo como un conjunto de elementos independientes interrelacionados entre sí, en los que la complejidad es un motivo de interés (Paniagua, 2005). El enfoque sistemático se le atribuye al biólogo Ludwig Von Bertalanffy. Bertalanffy es el creador de la teoría general de sistemas. En sus estudios cada vez fue generalizando el enfoque de los sistemas y que estos se aplican a todas las áreas de estudio de la vida humana, esto fue un gran salto en el pensamiento y la forma de mirar la realidad, que repercutió en la construcción de la nueva teoría sobre la comunicación humana. El modelo de los sistemas encontró una forma holística de observación que desveló fenómenos nuevos (siempre estuvieron, pero se desconocían) y estructuras de gran complejidad. Estableció que el enfoque sistemático se clasifica en: expansionismo, pensamiento sintético y teleología (Reyes, 2004). Entonces, se trata de una forma de administrar aplicando una mirada holística (del todo) del mundo real al observar la relación que hay entre una entidad y su composición en forma de sistema. De esta forma la empresa puede ser vista como una unidad. Es una estructura en la que cada elemento se relaciona con los demás. Relación de la Administración con el Quehacer del Ingeniero Las destrezas, aptitudes y habilidades técnicas que requiere un ingeniero en el ámbito laboral son solamente una pequeña porción de las competencias que se necesitan para tener éxito. Las habilidades de liderazgo y gestión, la visión para los negocios, las competencias interpersonales, entre otras, son sumamente necesarias en el trabajo de ingeniería. Las habilidades y competencias anteriores se vuelven de suma importancia conforme los ingenieros avanzan en su profesión, sin importar si se encuentran en el camino de la administración o no. Las tareas que se realizan en el trabajo para mantenerlo eficiente y organizado son parte de la administración. Para una gestión exitosa del trabajo se requieren de muchas habilidades y ser una persona competente. Es por ello que un buen administrador de tareas tiene que ser bueno organizando, planificando, estimando, priorizando, evaluando y comunicando. Y cuando se trata de gestionar personas se necesitan habilidades interpersonales y saber resolver conflictos. Las habilidades mencionadas en el párrafo anterior son competencias de gestión o administración que se deben de aplicar a todos los ingenieros. Todas son importantes, pero no se puede pretender tratar de ser bueno en todas ellas. Es por ello que lo mejor es equilibrar las habilidades técnicas con otras competencias importantes de gestión. Por otro lado, un ingeniero también requiere de habilidades de liderazgo. Se requiere a alguien que influya y dirija a otros para dar resultados positivos. Es por ello que el liderazgo es totalmente interpersonal. Un ingeniero requiere de varias características individuales que están ligadas al liderazgo como lo son: la influencia, integridad, habilidades interpersonales, desarrollo de confianza y respeto, trabajo en equipo, construir consenso e improvisar continuamente. Muchas veces se espera que los ingenieros lideren proyectos complejos a la vez que realizan trabajos técnicos. También se espera que los gerentes técnicos administren y lideren, al mismo tiempo que permanecen técnicamente competentes. Pero para poder cubrir todas las funciones de liderazgo y administración que se requieren lo mejor es distribuir la carga de trabajo, no se puede pretender contratar personas sobrehumanas que tengan todas las habilidades. Cuando lo anterior no sucede desde la gerencia superior, los ingenieros deberían de garantizar que las personas no se extiendan por encima de sus capacidades y que todas las responsabilidades estén cubiertas por alguien y que haya un completo equilibrio. REFERENCIAS: - Sánchez, J. (2001). La Administración Publica como Ciencia. Su Objeto y su Estudio (Primera edición). Plaza y Valdés, México. - Paniagua, C. (2005). Principales Escuelas del Pensamiento Administrativo (Primera edición). Editorial Universidad Estatal a Distancia, Costa Rica. - Hurtado, D. (2008). Principios de Administración (Primera edición). Instituto Tecnológico Metropolitano, Colombia. - Reyes, A. (2004). Administración Moderna. Editorial LIMUSA, México.