UNIVERSIDAD DE CONCEPCIÓN FACULTAD DE EDUCACIÓN EDUCACIÓN DIFERENCIAL MENCIÓN DISCAPACIDAD INTELECTUAL FAMILIA Y EDUCACIÓN: DIFERENCIAS ENTRE LA COSMOVISIÓN ESTATAL Y LA COSMOVISIÓN CRISTIANA Tesis presentada a la Facultad de Educación de la Universidad de Concepción para optar al grado académico de Licenciado en Educación. Profesor Guía: Dr. Rodrigo Pavez Cuadra Por: Alejandra Olate Sanzana y Macarena Silva Jara Junio 2018 Concepción DEDICATORIA Y AGRADECIMIENTOS Esta tesis va dirigida de manera especial a mi padre, quien marcó profundamente 19 años de mi vida y continúa haciéndolo mediante el recuerdo permanente de sus consejos. Agradecida de mi madre por sus incesantes oraciones por mi vida y a ambos por enseñarme desde niña el evangelio. A mis hermanos y familia en general, que se alegran junto conmigo por cada logro alcanzado. Así también mi familia de la fe, a mis queridos amigos, gracias por sus oraciones. Agradecida de Heyisto, por motivarme y alentarme diariamente, por el apoyo durante todo este proceso. Conmovida por toda la paciencia y el amor incondicional recibido desde siempre. Finalmente, agradecida de quien estableció lo anterior, a Dios, por su infinito amor y gracia inmerecida, por darme Fe en Él. ¡Soli Deo Gloria! Porque de Él, por Él y para Él son todas las cosas, a Dios sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén. Romanos 11:36 Gracias a Jehová, el único Dios vivo y verdadero, Él es Soberano y Fiel. Gracias a Él por su Palabra-Ley. Gracias por Jesucristo que me salvó y por Su Espíritu Santo que nos guía. Gracias a mi familia, a mis hermanas Nathalie y Solange y a mí sobrino Alonso por su amor, paciencia y apoyo, y en especial, a mi mamá, Gladys, quien me ha amado desde que supo de mi existencia y Dios la ha usado para enseñarme aquellos valores fundamentales, gracias también por cada día de entrega y sacrificio, por tu ejemplo de valentía, los amo profundamente. Gracias a mi pastor Willy, que ya está disfrutando en el cielo con Dios, por su cariño, enseñanza y corrección, y por su ejemplo de integridad y amor por la Palabra de Dios, por enseñarme a vivir bajo convicciones bíblicas. Gracias a la Familia de la Fe y a mis amigos, gracias porque su amor ha sido constante y verdadero, gracias en especial a Elías por animarme y aconsejarme, y a Enrique, gracias por su ayuda, ánimo, y enseñanza. 1 TABLA DE CONTENIDOS 1. INTRODUCCIÓN .................................................................................... 5 2. PRESENTACIÓN Y PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA………..…….7 2.1 Presentación del problema. ..................................................................... 7 2.2 Planteamiento del Problema. ................................................................. 14 3. OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN…………………………………….18 3.1 Objetivo general. ................................................................................... 18 3.2 Objetivos específicos. ............................................................................ 18 4. MARCO TEÓRICO…………………………………………...………………19 4.1 Cosmovisión Estatal. .......................................................................... 19 4.1.1 Familia..………………………………………………………………………..19 4.1.1.1 Concepto de familia. ………………………………………………………..19 4.1.1.2 Tipos de familia. ……………………..……………………………………...20 4.1.1.3 Concepto del niño. …………………………………………………………..21 4.1.1.4 Rol de la familia. …………………………………………………………….22 4.1.1.5 Familia y Educación. ………………………………………………………..23 4.1.1.6 Familia y Escuela. …………………………………………………………..25 4.1.2 Sistema Educativo Chileno. ................................................................... 28 4.1.2.1 Breve historia del Sistema Educativo chileno. …………………………...28 4.1.2.2 Concepto de educación en el Sistema Educativo chileno. ….………….45 4.1.2.3 Descripción del Sistema Educativo chileno. ……………….…………….46 4.1.2.4 Currículum. ……………………………….………………………………….53 4.1.2.5 Bases Curriculares. …………………………………………………………58 4.2 Cosmovisión Bíblica. .......................................................................... 64 4.2.1 Premisas para la postura bíblica............................................................ 64 4.2.1.1 El mito de la neutralidad. ………………………………………….………..64 4.2.1.2 El razonamiento está supeditado a la Fe. ………………………………..67 4.2.1.3 Cosmovisión Bíblica. ………………………………………………………..69 4.2.2 Familia. ………………………………………………………………………..75 2 4.2.2.1 Fundamentos. ……………………………………………………………….75 4.2.2.2 Definición de familia. …….…………………………………………………76 4.2.2.3 Concepto del Niño. …………………………………………………………80 4.2.2.4 Rol parental. …………………………………………………………………86 4.2.3 Educación, en la Cosmovisión Cristiana. ............................................... 89 4.2.3.1 Concepto de Educación Cristiana. ………………………………………..89 4.2.3.2 Propósito de la Educación Cristiana……………………………………… 90 4.2.3.3 Fundamentos de la Educación Cristiana. ………………………………..90 4.2.3.4 Institución responsable. …………………………………………………….93 4.2.3.5 El currículum cristiano. ……………………………………………………..95 5. MARCO METODOLÓGICO………………………………………………..100 5.1 Paradigma y diseño de investigación. ................................................. 100 5.2 Procedimientos para generar el análisis de la información. ................. 101 5.3 Técnicas de análisis. ........................................................................... 102 5.4 Triangulación. ...................................................................................... 104 5.5 Validez y confiabilidad. ........................................................................ 105 6. EXPOSICIÓN DE RESULTADOS………………...………………………107 6.1 Historia del Sistema Educativo chileno. ............................................... 107 6.2 Concepto de familia. ............................................................................ 110 6.3 Rol de la familia en la educación. ........................................................ 112 6.4 Concepto del niño................................................................................ 116 6.5 Diferencias presuposicionales entre el Estado y el cristianismo respecto a la educación…………………………………………………………………………117 6.6 Concepto de Educación. ..................................................................... 120 6.7 Propósito de la Educación. .................................................................. 121 6.8 Institución responsable. ....................................................................... 124 6.9 El formato en que se lleva a cabo la educación. .................................. 126 6.10 El currículum. ...................................................................................... 129 7. CONCLUSIONES................................................................................ 133 8. BIBLIOGRAFÍA .................................................................................. 139 3 RESUMEN-ABSTRACT El presente trabajo para optar al grado de Licenciado en Educación, tiene por objeto describir el rol de la familia en la educación desde una cosmovisión cristiana y entender si ésta es compatible con el concepto de educación que tiene el Sistema Educativo chileno y su escolarización. Principalmente, centrará su atención en el desarrollo del Sistema Educativo chileno, sus fundamentos, su currículum y el formato de escolarización en que se lleva a cabo. Además, expondrá la postura bíblica, sus definiciones, compromisos y mandamientos respecto a la familia y su rol en la educación. Mediante este estudio se pretende determinar la compatibilidad o incompatibilidad del rol educativo de los padres cristianos dentro de la escolarización entregada por el Estado. 4 1. INTRODUCCIÓN A lo largo de la historia, la familia parecía tener una función clara; era la encargada de educar a sus hijos y, la escuela, tenía el cargo de formar en base a unos criterios preestablecidos, una serie de contenidos y conocimientos. Entre ambas, con misiones bien diferenciadas, pretendían formar a ciudadanos acorde a lo que la sociedad de esos tiempos consideraba como el perfil adecuado (De León, 2011, p.3). En el transcurso de los años, la sociedad ha manifestado variados cambios que han afectado a las funciones de la familia y la escuela y por tanto, se hace inevitable y necesario definir qué funciones les compete a cada una (De León, 2011). Por un lado, el Estado ha tomado dominio de la educación, estableciendo los lineamientos del Sistema Educativo chileno; regula los derechos y deberes de los integrantes de la comunidad educativa; fija los requisitos mínimos que deberán exigirse en cada uno de los niveles de educación parvularia, básica y media; regula el deber del Estado de velar por su cumplimiento, y establece el proceso y los requisitos para el reconocimiento oficial de los establecimientos e instituciones educacionales de todo nivel, con el objetivo de tener un sistema educativo caracterizado por la equidad y calidad de su servicio (Ministerio de Educación, 2009, p1). Por otro lado y en consecuencia de lo anterior, con el paso de los años, la familia se ha desligado de sus responsabilidades educativas derivándola en la escuela (Bolívar, 2006). Los padres son colaboradores y servidores del Sistema y no actores principales. El rol que cumple la familia es fundamental para la educación de sus hijos, obviarlas y llevar a cabo procesos educativos aislados a ellas no es un beneficio para los estudiantes. 5 Asimismo, los padres deberían hacer uso de su libertad para decidir qué institución educativa escoger de manera tal que satisfaga sus demandas, analizar el Sistema Educativo chileno y ver si éste es compatible con la cosmovisión que ellos mismos tienen y defienden. Además, los padres que presentan una cosmovisión cristiana (como detallaremos más adelante), debieran profundizar en la importancia de la educación de sus hijos y de su rol demandado por Dios. Ante esta situación, formulamos algunas interrogantes que permitan direccionarnos hacia las definiciones de los conceptos de familia y educación desde dos cosmovisiones distintas: la cosmovisión promovida por el Estado y la cosmovisión cristiana. Así también, profundizar en cuáles son sus objetivos y metas propuestas. El presente estudio se llevó a cabo mediante la técnica de análisis de contenido, y puesto que se describieron los conceptos mencionados y se logró interpretar los fenómenos concernientes a la realidad expuesta, se utilizó el paradigma cualitativo (Hernández, 2010). El objetivo de la presente investigación es determinar si efectivamente existen diferencias entre la cosmovisión cristiana y estatal, respecto al concepto de familia y educación. Para ello, se analizará el Sistema Educativo mediante documentos formales tales como la Ley General de Educación, Bases Curriculares, leyes, artículos, libros, entre otros. 6 2. PRESENTACIÓN Y PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA. 2.1 Presentación del problema. El Instituto Nacional de Estadísticas (INE), dio a conocer la información sobre el censo realizado en nuestro país el año 2017, el que arrojó como resultado que Chile cuenta con una población de 17.574.003 de habitantes. Cabe señalar, que en este último censo, los datos acerca de la religión que profesan los chilenos no fueron incluidos. Por lo tanto, la última actualización sobre esta información será tomada de los resultados del censo del año 2012, donde la población cuantificada dio un total nacional de 16.634.603 habitantes de los cuales los credos religiosos existentes en esa fecha se distribuyen de la siguiente manera: La población Católica en Chile fue de 8.695.226, le sigue la Evangélica o Protestante con 2.145.092, religión Testigo de Jehová: 128.338, religión Mormona: 101.456, religión Judía: 16.284, religión Budista: 11.893, religión Ortodoxa: 5.734, religión Musulmana: 3.288, religión Fe Bahá: 1.555, y finalmente, Espiritualidad Indígena: 14.570, Otras religiones o credos: 14.570, Ninguna: 1.494.771, Ignorado: 138.337 (Censo, 2012, p. 15). Teniendo presente los datos del párrafo anterior, que la religión Evangélica conformada por un conglomerado de denominaciones representan a la segunda mayoría del país con un 16,4% de los chilenos mayores de 15 años, se considerará dicha colectividad para los propósitos de esta tesis. Esto, debido a que se estima como fundamental para la presente investigación obtener información respecto de su cosmovisión y reconocer lo importante que es para los cristianos1 llevar una vida que refleje sus creencias. La cosmovisión2 de quienes profesan el cristianismo, está fundamentada en la Biblia, puesto que ella constituye su principal regla de fe, de la cual se 1 En el desarrollo de esta investigación, el concepto de cristiano se considerará sinónimo de creyente. 2 Para efecto de esta tesis se utilizará como sinónimos los conceptos de cosmovisión cristiana y cosmovisión bíblica. 7 desprenden los conceptos más elementales que gobiernan y dirigen sus vidas. (Williamson, 2004). Para la población considerada en este porcentaje, los conceptos primordiales como: familia, rol parental y educación; son definidos desde la Biblia, a través de la cosmovisión que ésta declara y que los cristianos asumen como propia. A la vez, les permite examinar cada ámbito de sus vidas y establecer parámetros para decidir qué determinaciones tomar que sean consecuentes y estén de acuerdo a los objetivos que se han trazado en estas áreas. Eruditos cristianos como el Dr. Greg Bahnsen y el Dr. Gary North concuerdan afirmando lo siguiente: La Biblia, declara la autoridad infalible y obligatoria que demanda compromiso con las declaraciones de su verdad y obediencia a sus directrices morales: La conclusión, cuando todo ha sido escuchado es: teme al Señor y guarda Sus mandamientos, porque esto se aplica a toda persona. Porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala (Eclesiastés 12:13–14)” (Bahnsen, 2007, p.13). Lo que la Biblia proclama es esto: Los hombres son responsables ante Dios, pero nunca autónomos de Dios (North, 1990, p.132). Para los cristianos, Dios es la base de la sociedad, y a la familia le ha sido concedido por Él, quien es el autor y creador de esta institución, el derecho y el deber de educar a sus hijos. Respecto a la autoridad de la familia Rushdoony se refiere de la siguiente manera: La primera característica de la doctrina Bíblica es que a la familia se le ve en términos de una función y origen centrados en Dios. La familia es parte del propósito de Dios para el hombre, y su función para la gloria de Dios y su verdadera forma, así como también para permitirle al hombre su autorrealización bajo Dios (Rushdoony, 1973, p.163). Respecto a la autoridad de los padres sobre los hijos, el Dr. Gary North declara: “Los padres poseen la soberanía 8 derivada, limitada, pero completamente legítima, sobre sus hijos durante los años formativos” (North, 1987, p.55). Es de destacar que la Constitución Política Chilena también aboga por este derecho de los padres en cuanto a la educación de sus hijos, afirmando en el Capítulo III: De los Derechos y Deberes Constitucionales, que establece en el numeral 10º lo siguiente: “El derecho a la educación. La educación tiene por objeto el pleno desarrollo de la persona en las distintas etapas de su vida. Los padres tienen el derecho preferente y el deber de educar a sus hijos” (Constitución Política de la República de Chile, 1980, p.55). Por otro lado, para los padres cristianos esta responsabilidad debe llevarse a cabo conforme a los principios establecidos en la Biblia, los que de forma muy clara requieren que los niños sean enseñados en todas las áreas de sus vidas sobre la base de su cosmovisión, es decir, una educación que les permita desarrollar un pensamiento acorde a la enseñanza y educación entregada por sus padres; esto es, una educación cuyos pilares sean los principios bíblicos. En palabras del Dr. Bahnsen: “El Señor ha señalado que los padres debieran ser entrenados en lo que respecta a este mundo y, en todas las áreas de la vida pensar los pensamientos de Dios según Su modelo y caminar en todos Sus caminos” (Bahnsen, 2007, p.1). Es por lo tanto, la educación una de las áreas más conflictivas para las familias cristianas, principalmente, por la forma en la que ésta se lleva a cabo, ya que la escolarización en Chile está regida por las leyes establecidas por el Estado, por ende, el currículum responde a su cosmovisión, introduciendo en él los principios e ideologías que le sean afines. Además, son ellos los que establecen el formato en que se llevan a cabo las clases, considerando los horarios, los tiempos de descanso, las estrategias educativas, entre otros. Miguel González concibe la escuela como “el regalo del Estado para con su pueblo ignorante, donde quienes detentan el poder construyen y reconstruyen las políticas educativas” (González, 2010, p. 132). 9 Asimismo, son los responsables de elegir a las personas que consideran idóneas para asumir los diferentes cargos dentro de la comunidad educativa, destacando especialmente el Director, el jefe de la Unidad Técnico Pedagógica y por supuesto, los profesores, quienes aunque lo ignoren o bien lo asuman estarán desempeñando su labor desde la cosmovisión propia que hayan adoptado, sea ésta conforme a la del Estado, cristiana, o bien cualquiera otra. El documento oficial del Ministerio de Educación menciona que: “Los directivos, en su relación con la comunidad escolar y su entorno, actúan a partir de un sistema de creencias y un marco de valores universales, tradicionalmente expresados en el Proyecto Educativo Institucional. Es en ese marco, que se expresa el comportamiento de los líderes a través de “principios” que guían su conducta “(Marco para la Buena Dirección y el Liderazgo Escolar, 2015, p.13). Respecto a lo anterior, una parte importante de los estudiantes en el país, son hijos de personas que sostienen una cosmovisión bíblica y, desde allí que el asunto de la educación formal sea un tema sensible y preocupante para estas familias, digno de analizar, puesto que en Chile, el Estado es quien mayoritariamente asume el rol de docente. Por otro lado, es una realidad que en la sociedad actual la familia ha cambiado radicalmente, Bolívar lo hace notar: La disminución de matrimonios, aumento de uniones libres, fragilidad de las uniones con aumento de divorcios, familias monoparentales y recompuestas, aumento de la edad media del matrimonio, descenso brusco de la natalidad, incremento de los nacidos fuera del matrimonio, incorporación masiva de la mujer al trabajo fuera del hogar con la consiguiente igualdad de estatus entre hombre y mujer, etc (Bolívar, 2006, p.122). Por lo anterior, la familia ha renegado voluntaria o involuntariamente, aunque no de forma completa, de sus responsabilidades, especialmente en el área de la educación. Al respecto, subraya Antonio Bolívar que: “En los últimos años los padres se han desligado cada vez más del área educacional de sus hijos derivándola en la escuela” (Bolívar, 2006, p.125). 10 El año pasado se publicaron los resultados de una encuesta realizada por la empresa Adimark, donde se investigaba la opinión de los chilenos respecto a la compatibilidad trabajo-familia. En ella participaron 4.800 personas mayores de 15 años. El artículo del diario La Tercera declara que “El sondeo detectó un alto nivel de aprobación a la percepción de que el logro profesional implica una importante “cuota” de la vida en familia. La creencia en la incompatibilidad trabajo y familia es alta. Se trata de un concepto presente en todas las generaciones, especialmente en los mayores. En el grupo entre los 55 y 64 años, el 73% está de acuerdo con esta idea. Entre los más jóvenes (14 a 24 años), la cifra baja, pero sigue siendo del 60%” (La Tercera, 2017, p.4). Esta encuesta reafirma el hecho de que para la sociedad actual la familia no tiene la misma importancia que para los cristianos. Que dos de cada tres personas sostengan que es necesario sacrificar a la familia por el trabajo, refleja el poco valor que le asignan a ésta, y explica en parte el por qué delegan su responsabilidad como educadores principales a una institución educativa. Otro punto a abordar, refiere a la escuela como un lugar que se arroga el derecho de transmitir no sólo conocimientos y habilidades, sino que también, como se expresa en las Bases Curriculares, actitudes. Y en este documento se entiende que: “Las actitudes son disposiciones aprendidas para responder, de un modo favorable o no favorable, frente a objetos, ideas o personas; incluyen componentes afectivos, cognitivos y valorativos que inclinan a las personas a determinados tipos de acciones” (MINEDUC, 2012, p. 16). A simple vista, parece incluso beneficioso para los estudiantes recibir enseñanza en esta área, pero en realidad no lo es cuando los niños que la reciben son hijos de padres que no están de acuerdo con aquellas disposiciones, especialmente cuando éstas están fundamentadas en valores morales contrarios a sus propias creencias como ha sucedido en el tema de la Identidad Sexual. 11 En relación a lo visto anteriormente, Marcela Aranda, directora del Observatorio Legislativo Cristiano y propulsora del conocido bus de la Libertad que estuvo en Chile el año pasado, participó de este movimiento cristiano y conservador en defensa de los niños frente a la nueva Ley de Identidad de Género tramitada en el Congreso, la que incluía entre otras propuestas, que los niños tuvieran la posibilidad de escoger el sexo con el que se identifican y cambiarlo legalmente, además de introducir este pensamiento en el currículum mediante manuales instructivos y charlas a profesores, quienes luego debían transmitirlas a los estudiantes. Algunas declaraciones de Marcela Aranda en julio del año 2017 son las siguientes: Cuando la Constitución habla de derecho preferente de la educación, no es que el padre elija un colegio, sino que es el primer formador físico, social, cultural y espiritual de sus hijos. Tenemos el derecho de heredar lo que pensamos a nuestros hijos. El bus viene a visibilizar la intromisión del Estado de Chile en iniciativas de ley que quieren quitarle el derecho preferente para educar a mis hijos. Más allá de lo que uno pueda entender por identidad de género, el proyecto dice que es como una persona se sienta con respecto de sí misma, que va cambiando a través del tiempo, y además no reconoce el sexo biológico, sino que habla del ‘sexo asignado al nacer’ (…), lo que la ley en realidad está haciendo es generar un derecho que se nos impone a todos los chilenos (The Clinic, 2017, p.4). Lejos de profundizar en el tema de la Ideología de Género (Márquez y Laje, 2016), es de interés reflejar que el Estado influye ideológicamente a nivel educativo, a pesar de que declara ser laico, como lo afirma la Ley 20845, en su Artículo 1°: Diversidad: El Sistema debe promover y respetar la diversidad de procesos y proyectos educativos institucionales, así como la diversidad cultural, religiosa, y social de las familias que han elegido un proyecto diverso y determinado, y que son atendidas por él, en 12 conformidad a la Constitución y las leyes. En los establecimientos educacionales de propiedad o administración del Estado se promoverá la formación laica, esto es, respetuosa de toda expresión religiosa, y la formación ciudadana de los estudiantes, a fin de fomentar su participación en la sociedad (Ley 20845, 2015, p.1). El ejemplo de la Ideología de Género que se promueve mediante el Ministerio de Educación, dependiente del Estado, es una ideología contraria a lo que un gran porcentaje de familias cree y sostiene. A pesar de ello, ésta se impulsa en el ámbito educativo a través de un manual llamado: “Discriminación en el contexto escolar, orientaciones para promover una escuela inclusiva” (MINEDUC, 2012). En virtud de lo anterior, los padres cristianos deberían tener el derecho de rechazar las enseñanzas que no representen sus convicciones. Ahora, este tema es la evidencia más contundente, pero no la única, de cómo el Sistema Educativo es utilizado como una herramienta del Gobierno para transmitir los principios y valores morales que ellos estimen convenientes (Perks 1992, Rushdoony 2007, Gary North 1987). De acuerdo a lo señalado, North menciona que: “El Estado moderno ha declarado que es su obligación instruir a los niños. En cada instancia el Estado ha quitado a los padres el poder para determinar el currículo y los estándares, sustituyéndolos con empleados públicos inamovibles” (North, 1990, p.138). En vista de lo anterior, es fundamental que los verdaderos responsables de la educación de los niños analicen y comprendan el cumplimiento de su labor como padres, principalmente aquellos que son cristianos para que sean conscientes del conflicto constante en el que sus hijos están inmersos permaneciendo durante largas horas en la escuela, donde no son representadas sus creencias, donde son presentadas y afirmadas ideologías contrarias a sus principios, y donde su rol como padres no permanece activo en la ocupación que les ha sido demandada. En consecuencia, los padres deberían escoger la forma en que desean que les sea entregada la educación a sus hijos. Por ello es necesario analizar el 13 Sistema Educativo chileno y ver si éste es compatible con la cosmovisión que la familia cristiana sostiene, y entonces determinar si es recomendable que se adhieran a la educación proporcionada por la escolarización tradicional, o a comunidades educativas, o bien, a la escuela en casa. 2.2 Planteamiento del Problema. En su artículo titulado: “La Familia”, desarrollado desde la cosmovisión Bíblica, el Dr. Rousas Rushdoony declara lo siguiente: “En la Biblia, la familia es la institución básica de la sociedad, a la cual se le otorgan todos los poderes más básicos. La familia es el gobierno básico del hombre, su mejor escuela y su mejor iglesia. La decadencia de la familia es la decadencia de la civilización” (Rushdoony, 1979, p.2). Esta declaración introduce el fundamento de la cosmovisión cristiana. Para ella, es Dios quien gobierna todo el universo y, por ende, de Él deriva toda autoridad. De ahí que los cristianos dirijan su comportamiento a través de todo el consejo de Dios, es decir, la Biblia, que es la Palabra de Dios. En base a este manual los cristianos se deben dirigir, incluyendo la vida familiar y la educación. El Dr. Gary North afirma: “La fuente del orden social es Dios. El poder soberano de Dios sobre la creación es lo que sostiene todo; la relación entre la ley de Dios y las bendiciones tangibles garantiza la preservación del orden social para las sociedades que tratan de ajustarse al orden social de Dios” (North, 1990, pp.131-132). Esta afirmación habla de la importancia que tiene para la humanidad, desde una cosmovisión cristiana, el considerar a Dios en todos los asuntos de la vida, porque sólo en base a sus leyes es que se puede desarrollar una sociedad ordenada. Por ello, cada institución e individuo que la conforma debería definir su rol y, por ende, sus responsabilidades de acuerdo a la Palabra de Dios. En el caso de aquellos que se presentan como cristianos, esto es un deber, no una opción, por lo tanto, ellos se obligan voluntariamente a estudiar y construir sus presuposiciones a partir de lo que su Dios ha manifestado en la Biblia. 14 Respecto al rol de los padres en la familia, éstos están bien definidos, y los hombres son responsables delante de Dios: “El hombre y la mujer fueron creados como un equipo de trabajo. Su tarea era, y es, sojuzgar la tierra para la gloria Dios” (North, 1990, p.134). La familia, por tanto, es la encargada mediante los padres especialmente, de ejercer dominio sobre la creación, esto conforme a los principios bíblicos y con el objeto principal de exaltar a su Creador. Para ello, el hombre y la mujer deben cumplir responsabilidades diferentes pero complementarias. Los hijos son una bendición de Dios y además son una herramienta de dominio, se han de hacer sacrificios por ellos mientras son jóvenes. Se les ha de instruir cuidadosa y continuamente en la Ley de Dios. La Biblia dice, “Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él” (Proverbios 22:6). Esto nos lleva a una conclusión importantísima: la educación de los hijos es la obligación moral de los padres. Ellos son los que determinan si a sus hijos se les enseña la verdad o no. Son responsables ante Dios por la crianza de sus hijos. Son incluso responsables del contenido de la enseñanza de sus hijos. Por eso es una responsabilidad tan grande tener hijos (North, 1990, p.138). La educación es uno de los poderes básicos dados por Dios a la familia, pero no sólo es un poder, además es una responsabilidad delante del Creador, por ende es Él quien define verdaderamente el concepto de educación y el rol que los padres deben ejercer en ella. En relación a la importancia de la cosmovisión cristiana de educación, el Dr. Rushdoony comenta: La definición del término educación que nos presenta el diccionario es “la comunicación o adquisición de conocimiento, destreza o disciplina del carácter”. De este modo el objetivo de la educación es adiestrar a las personas a los valores básicos de la cultura. Esta es, ineludiblemente, una tarea religiosa. La educación siempre ha sido una función religiosa de la sociedad y ha estado íntimamente vinculada a su religión. Cuando un Estado asume la responsabilidad de la educación, arrebatándosela a la Iglesia o a los padres cristianos, con 15 esa acción el Estado no ha repudiado a todas las religiones sino que simplemente ha destituido al cristianismo a favor de su propia religión estatista, generalmente una forma de humanismo. Un excelente medio para analizar la religión de cualquier cultura es estudiar su concepto de educación (Rushdoony, 2007, p.3). Es importante entonces, entender que el concepto de educación de la religión cristiana no está definido por los filósofos actuales, los cuales no parten del hecho de que toda educación es religiosa y que además alegan la posibilidad de la neutralidad en ella. Ronald Nash niega esta posibilidad, y expone: Puesto que todo ser humano tiene algo sobre lo cual se interesa en última instancia, se deduce entonces que todo ser humano tiene un dios. Ningún ser humano puede ser neutral cuando se trata de religión. Cuando un individuo se encuentra con gente que afirma que la educación debiese ser libre de cualquier contenido religioso, debiese darse cuenta de que ésta no es una afirmación religiosamente neutral. Más bien, es una afirmación que refleja los compromisos religiosos de la persona que la hace. Hay un sentido en el que la educación es una actividad que es religiosa hasta la médula. Cualquier esfuerzo de extirpar la religión de la educación es meramente la sustitución de un conjunto de compromisos religiosos últimos por otro (Nash, 1989, p.2). El concepto de educación y la forma en que ésta se lleva a cabo, está determinado por una religión, sea la católica, la budista, la estatista u otra. En el caso de los cristianos, por supuesto, se construye en base a lo que Dios mismo ha expresado en su Palabra, la que sostiene requerimientos específicos, entre los cuales destaca: Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes (Deuteronomio 6:4-7). 16 Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor (Efesios 6:4). Estos son los principios básicos que rigen la labor de los padres cristianos; el sostener y defender su fe es su obligación, al igual que el hecho de ser los responsables de educar a sus hijos. Su fe les demanda ejercer este rol de forma sabia y completa. Se hace necesario, entonces, determinar si existe compatibilidad entre las presuposiciones de la cosmovisión cristiana y el Sistema Educativo chileno, que les permita a los padres creyentes enviar con libertad a sus hijos a las escuelas. Se cuestiona además, si es posible que los cristianos puedan cumplir el mandato que Dios les ha dado en el área de la educación, enviando a sus hijos fuera de sus casas a recibir, en promedio, siete horas de clases que están dirigidas por personas que no sostienen su misma cosmovisión. Por último, está la duda de si es legítimo que los hijos de padres cristianos reciban una instrucción cuyo currículum tiene propósitos muy diferentes e incluso contrarios a los demandados por Dios y cuya modalidad, la escolarización, tiende a la estandarización y no a desarrollar las habilidades y dones individuales que han sido dados por Dios a cada niño. Todo lo planteado anteriormente propicia nuestra pregunta de investigación, la cual es expresada en los siguientes términos: ¿Qué diferencias relevantes existen desde la praxis educativa propuesta por el Estado en su sistema de escolarización y aquella que la familia con una cosmovisión bíblica requiere? ¿Cuáles son sus implicancias en las decisiones educativas de los padres cristianos respecto a implementación educativa estatal? 17 3. OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN. Con la finalidad de responder a las preguntas expresadas anteriormente, se establecen objetivos de trabajo que van a orientar el proceso de análisis de este estudio, referido a la praxis educativa generada por el Estado y a la cosmovisión bíblica, para determinar sus diferencias e implicancias. Los Objetivos se plantean de la siguiente manera: 3.1 Objetivo general. Establecer diferencias relevantes existentes en la praxis educativa generada por el Estado en relación a aquella que la familia con una cosmovisión bíblica requiere y sus implicancias en las decisiones educativas de los padres cristianos 3.2 Objetivos específicos. Reunir bibliografía referida a la praxis educativa por el Estado y aquella que la familia con una cosmovisión bíblica requiere. Seleccionar datos relevantes, tales como definiciones, documentación legal y oficial del Sistema Educativo, como aquella que sustenta a la cosmovisión cristiana. Describir las características de la praxis educativa estatal y la demandada por la familia en la cosmovisión cristiana. Comparar las características de la cosmovisión estatal y la cosmovisión cristiana respecto a la educación y el rol de la familia. Concluir respecto de las implicancias de las diferencias entre la praxis educativa estatal y la demandada por la familia en la cosmovisión cristiana. 18 4. MARCO TEÓRICO. 4.1 Cosmovisión Estatal. A continuación se presentarán los elementos relacionados con la familia y la educación dados por la cosmovisión del Estado. 4.1.1 Familia 4.1.1.1 Concepto de familia. La Constitución Política de la República de Chile no define el concepto de "familia"; no obstante, establece en el Capítulo I, en su Art. N°1º que: “La familia es el núcleo fundamental de la sociedad” Y agrega que: “Es deber del Estado dar protección a la familia y propender al fortalecimiento de ésta…” (Constitución Política de la República de Chile, 1980, p.5). Por otra parte, el Código Civil, en su Art. Nº 815, señala una descripción de familia en relación a sus integrantes: El uso y la habitación se limitan a las necesidades personales del usuario o habitador. En las necesidades personales del usuario o habitador se comprenden las de su familia. La familia comprende al cónyuge y los hijos; tanto los que existen al momento de la Constitución, como los que sobrevienen después, y esto aun cuando el usuario o el habitador no esté casado, ni haya reconocido hijo alguno a la fecha de la Constitución. Comprende asimismo el número de sirvientes necesarios para la familia. Comprende, además, las personas que a la misma fecha vivían con el habitador o usuario y a costa de éstos; y a las personas a quienes éstos deben alimentos (Código Civil, Art. N° 815, 2000, p.118). En relación a lo anterior, debido a que no es posible encontrar una definición general de familia en los documentos legales, variados autores han pretendido establecerlo. Entre ellos, en materia de Derecho Civil, destacamos los siguientes: Un conjunto de personas unidas por el vínculo de matrimonio, del parentesco o de la adopción” (Somarriva, 1963, p.10). 19 Aquella comunidad que, iniciada o basada en la asociación permanente de un hombre y una mujer destinada a la realización de los actos humanos propios de la generación, está integrada por personas que conviven bajo la autoridad directiva o las atribuciones de poder concedidas a uno o más de ellas, adjuntan sus esfuerzos para lograr el sustento propio y el desarrollo económico del grupo y se hallan unidas por un afecto natural, derivado de la relación de pareja o del parentesco de sangre, el que las induce a ayudarse y auxiliarse mutuamente” (Corral, 2005, p.21-22). 4.1.1.2 Tipos de familia. De acuerdo a lo anterior, existen varias definiciones del concepto de familia, así como también, diferentes modelos de familia. Se pueden clasificar de acuerdo a su extensión y de acuerdo a su formación: Según su extensión Según su formación Familia extensa: Aquella constituida por los progenitores, los hijos, los parientes por consanguinidad (tanto en línea recta como colateral) y, si existe matrimonio, los parientes por afinidad. Un reconocimiento a este tipo de familia lo encontramos en el Art. Nº 815 del Código Civil. Familia nuclear: Aquella constituida por los progenitores y los hijos que viven con ellos. Familia monoparental: Aquella constituida por un solo progenitor y sus hijos. Familia ensamblada o reconstituida: Aquella constituida por los progenitores, sus hijos comunes y los hijos que tengan fruto de una unión anterior con otra pareja. (Quintana, 2013, p.18-19) 20 Familia matrimonial: Aquella que tiene su origen en el matrimonio. Familia no matrimonial o natural: aquella que tiene su origen en una unión no matrimonial y cuyo fundamento puede ser sentimental, sexual o de procreación. Familia adoptiva: Aquella que se origina con una sentencia judicial que declara a una persona como hijo adoptivo de otro, pasando a formar familia. 4.1.1.3 Concepto del niño. En la actualidad, las diferentes formas de enseñar y aprender insertas en el Sistema Educativo chileno, pretenden basarse y trabajar para lograrlo en base al enfoque constructivista. A continuación, se presentan dos de las teorías más importantes que describen el desarrollo cognitivo y protagonistas de dicho enfoque. Las teorías del desarrollo cognoscitivo de Piaget y de Vygotsky: La primera, nos permite conocer cómo el niño interpreta el mundo. La segunda, para comprender los procesos sociales que influyen en la adquisición de sus habilidades intelectuales. Ambas teorías sentaron las bases psicológicas de los enfoques constructivistas en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Según los constructivistas, el niño debe formar su propio conocimiento del mundo en que vive. Los adultos orientan este proceso al ofrecerle estructura y apoyo. Las teorías de Piaget y Vygotsky se centran en los cambios cualitativos del pensamiento del niño. Piaget sostuvo que el desarrollo cognoscitivo consistía en grandes transformaciones de la forma en que se organiza el conocimiento. Vygotsky creía que representaba los cambios de las herramientas culturales con las que el niño interpreta el mundo. Piaget propuso dos principios fundamentales que rigen el desarrollo intelectual: la organización y la adaptación. Conforme va madurando el niño, sus esquemas del conocimiento se integran y se reorganizan creando sistemas más complejos y adaptables al ambiente. La adaptación de los esquemas se da a través de la asimilación y la acomodación. En el primer proceso, el niño moldea la información para que encaje en sus estructuras actuales del conocimiento. En el segundo proceso, modifica sus esquemas para restaurar un estado de equilibrio. La asimilación y la acomodación explican los cambios en la cognición de todas las edades. La teoría de Piaget ha inspirado trascendentales reformas de los programas de estudio y sigue influyendo mucho en la práctica pedagógica moderna. Entre sus principales aportaciones a la educación se encuentran las ideas 21 de que a) el niño debe construir activamente el conocimiento; b) los educadores deben ayudarle a aprender a aprender; c) las actividades de aprendizaje deben adecuarse al nivel del desarrollo conceptual d) la interacción con los compañeros contribuye al desarrollo cognoscitivo. La teoría de Piaget pone de relieve la función del profesor en el proceso de aprendizaje como organizador, colaborador, estimulador y guía. En comparación con Piaget, Vygotsky concede más importancia a las interacciones sociales. El conocimiento no se construye de modo individual, sino que se construye entre dos personas. El recuerdo, la solución de problemas, la planeación y el pensamiento abstracto tienen todo un origen social (González, 2010, p.132). 4.1.1.4 Rol de la familia. En el libro “Familia y Desarrollo Humano”, los autores María José Rodrigo y Marciano Acuña presentan cuatro funciones básicas que la familia cumple en relación a sus hijos, las cuales son: Asegurar la supervivencia de los hijos, su sano crecimiento y su socialización en las conductas básicas de comunicación, diálogo y simbolización. Aportar a sus hijos un clima de afecto y apoyo sin los cuales el desarrollo psicológico sano no resulta posible. El clima de afecto implica el establecimiento de relaciones de apego, un sentimiento de relación privilegiada y de compromiso emocional. El clima de apoyo, respecto a la búsqueda de ayuda en situaciones de tensión dificultad y comunicación con otros miembros de la familia. Aportar a los hijos la estimulación que haga de ellos seres con capacidad para relacionarse competentemente con su entorno físico y social, así como para responder a las demandas y exigencias planteadas por su adaptación al mundo en que les toca vivir. Tomar decisiones con respecto a la apertura hacia otros contextos educativos que van a compartir con la familia la tarea de educación del niño o niña (Rodrigo y Acuña, 1998, p. 36-37). 22 Hace ya tiempo que se señaló que es típico de las sociedades modernas que se produzca una profesionalización de al menos una buena parte de las tareas de educación de los más pequeños. Los padres jóvenes no se sienten competentes para llevar esa tarea por sí solos, tampoco confían en la generación anterior para la realización de esa compleja tarea, y, además, la escolarización es en estas sociedades un fenómeno obligatorio y cuya influencia sobre niños y niñas (adolescentes y jóvenes) tiende a prolongarse durante más y más tiempo. En su análisis de la evolución histórica de la familia española, Reher (1996) ha mostrado cómo la función desempeñada por la familia en el proceso de educación y socialización de los niños ha ido disminuyendo tanto en alcance como en calidad. En paralelo a esa disminución, se ha ido produciendo un incremento en la influencia de otras instancias de educación y socialización, de las que la escuela, sin ser la única, es la más visible y, con toda probabilidad, la más importante. Hasta cierto punto, los padres eligen cuándo se incorpora el niño o la niña a un contexto educativo extrafamiliar, a qué contextos asiste y durante cuánto tiempo. En ese sentido, la familia actúa como llave que abre las puertas de otros contextos socializadores complementarios (Rodrigo y Acuña, 1998, p.229). 4.1.1.5 Familia y educación. La Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH), aprobada y proclamada el 10 de diciembre de 1948 en la Asamblea General de las Naciones Unidas, respecto a la educación y familia en la educación, señala lo siguiente en su Artículo 26: 1. Toda persona tiene derecho a la educación. La educación debe ser gratuita, al menos en lo concerniente a la instrucción elemental y fundamental. La instrucción elemental será obligatoria. La instrucción técnica y profesional habrá de ser generalizada; el acceso a los estudios superiores será igual para todos, en función de los méritos respectivos. 23 2. La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales; favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y todos los grupos étnicos o religiosos, y promoverá el desarrollo de las actividades de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz. 3. Los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos (Declaración Universal de los Derechos Humanos, 2009, p.5). La Declaración es importante ya que establece, por primera vez, los derechos humanos fundamentales que deben protegerse en el mundo entero. En vista de lo anterior, la educación, además de ser un derecho, considera la presencia de los padres en ella y se desprende que la labor que deben cumplir éstos, no solo corresponde a determinar qué tipo de educación escogerán para sus hijos de acuerdo a sus principios e intereses, sino además, la responsabilidad que tienen de estar involucrados y comprometidos con los centros educativos. Asimismo se relaciona el Artículo 26 de la presente Declaración, con el Artículo 10°de la Constitución Política de Chile que dice lo siguiente: 10°. El derecho a la educación. La educación tiene por objeto el pleno desarrollo de la persona en las distintas etapas de su vida. Los padres tienen el derecho preferente y el deber de educar a sus hijos. Corresponderá al Estado otorgar especial protección al ejercicio de este derecho. (Constitución Política de la República de Chile, 1980). 24 4.1.1.6 Familia y escuela. Actualmente en nuestro país, pese a que numerosos autores coinciden en que tanto la escuela como la familia son actores importantes en la formación integral de los estudiantes, pero en la práctica son escasas las experiencias de procesos que se ejecuten con la participación de ambos en la escuela (Assaél, Cerda y Rodas, 1996). Antonio Bolívar respecto a la relación que debe darse entre la familia y la escuela menciona que para que las familias sientan que tienen un lugar en ella, que son parte de la misma y que el centro valora lo que ellas pueden aportar y compartir un mismo proyecto, es necesario avanzar hacia formas de trabajo en colaboración en todos los niveles de la vida del centro escolar. Cuando el profesorado siente que debe asumir aisladamente la tarea educativa, sin vínculos de articulación entre la escuela, la familia, los medios de comunicación u otros servicios o instituciones educativas, antes que después se encontrará ante una fuente de tensiones y desmoralización docente muy importante. De la misma forma, cuando la familia se siente ajena al centro, alejada del mismo, que no hay comunicación con los profesionales y que no sabe cómo ayudar a su hijo, también termina sintiendo esa tensión y desmoralización, especialmente si su hijo o hija se siente ante dificultades o no es feliz en el colegio (Bolívar, 2006). El Ministerio de Educación también se refiere al tema afirmando lo siguiente: La escuela sería más efectiva si convoca a la familia en sus procesos (MINEDUC, 1995, p.5). No cabe duda de que la escuela es un contexto de gran importancia para el desarrollo infantil y, por tanto, no puede permanecer ajena a las otras prácticas educativas en que participan las niñas y los niños” (Vila, 1998, p. 103). En relación a los centros educativos, éstos fueron creados para favorecer el desarrollo de los niños y servir de apoyo y ayuda a las familias en su gran cometido que es educar a sus hijos. Por eso, ambos agentes educativos, tienen 25 en común y en las manos un mismo objetivo: educar y formar ciudadanos (Sosa, 2009). Bolívar concuerda afirmando lo siguiente: Las escuelas, especialmente aquéllas que están en contextos de desventaja, no pueden trabajar bien aisladas de las familias y de las comunidades respectivas. Es una evidencia establecida que, cuando las escuelas trabajan conjuntamente con las familias para apoyar el aprendizaje de los alumnos, estos suelen tener éxito (Bolívar, 2006, p.5). El concepto de alianza escuela-familia-comunidad, recoge bien el sentido de esta responsabilidad compartida para la mejora de esta propia relación, desde la cual las familias pasan de ser vistas como un problema y un motivo de preocupación, a ser consideradas como una fuente de recursos, oportunidades y apoyos, socios y aliados con intereses comunes en la defensa de una mejor educación para todo el alumnado (Bolívar 2006). Respecto al mismo tema, Verónica Gubbins manifiesta: Considerados como los dos espacios socializadores más importantes durante el desarrollo infantil, la familia y la escuela han evolucionado históricamente de modo independiente, con escasa interrelación pese al común interés que las une. Sin embargo, ya hace un tiempo que el proceso educativo comienza a evidenciar una cierta tensión al respecto y la intuición de que una mayor interrelación escuela-familia podría generar importantes beneficios para ambas partes (Gubbins, 2016, p.58). Respecto a lo anterior, Rodríguez (2007), también concuerda afirmando que la familia es el agente de socialización más importante en la vida de un individuo, no solo porque es el primer agente en educar, sino porque se constituye en el nexo entre el individuo y la sociedad (Rodríguez, 2007). Gubbins se refiere a la participación de los padres en la educación de sus hijos diciendo: (…) y es que, aunque existen acuerdos internacionales que han consensuado marcos generales deseables para los países, la realidad es que cada uno tiene sus propios escenarios políticos, económicos y culturales. Son estos contextos los que orientan la opción por uno u otro 26 enfoque, así como por el tipo de educación y escuela que se necesita y a la que se aspira (Gubbins, 2016, p. 60). Por otra parte, la Convención sobre los Derechos del Niño, tratado internacional aprobado por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1989, pretende reconocer y asegurar en el mundo los derechos de los niños y el actuar de las familias y la escuela en dicho cumplimiento. Entre los derechos fundamentales que ésta promueve, se destaca el derecho a la familia, declarando en su Art. N°5 que: El gobierno debe respetar los derechos y las responsabilidades de los padres de brindar orientación a sus hijos, de acuerdo con sus edades” y menciona en el Art. N° 18 que: “Los padres tienen obligaciones comunes en lo que respecta a la crianza del niño, y el gobierno les prestará la asistencia apropiada” (Convención sobre los Derechos de los Niño, 1989, p. 5). Además, esta convención destaca porque da a conocer una nueva visión sobre la infancia, donde los niños y niñas dejan de ser vistos como propiedad de sus padres, y pasan a ser titulares de sus propios derechos. A su vez, al aprobar la Convención, la comunidad internacional reconoció que, a diferencia de los adultos, las personas menores de 18 años necesitan una atención y protección especiales. Chile ratificó este convenio internacional el 14 de agosto de 1990. En la Convención, se articula un conjunto de derechos sobre la base de cuatro principios fundamentales: a) la no discriminación, b) el interés superior de la infancia; el derecho a la vida, c) la supervivencia y el desarrollo; y d) el respeto por la opinión de los niños y niñas (Decreto N°830, 1990). Aparte de estos derechos establecidos por la Convención, se describen otros dos principales que son: El Derecho a la Identidad y la Familia y el Derecho a la Educación: 27 Derecho a la identidad y la familia Derecho a la educación A la vida, al desarrollo, la participación y a la protección. A tener un nombre y una nacionalidad. A saber quiénes son sus padres y a no ser separados de ellos. A que el Estado garantice a sus padres la posibilidad de cumplir con sus deberes y derechos. A crecer sanos física, mental y espiritualmente. A que se respete su vida privada. A aprender todo aquello que desarrolle al máximo su personalidad y capacidades intelectuales, físicas y sociales. A recibir educación. La enseñanza primaria debería ser gratuita y obligatoria para todos los niños. Todos los niños deberían tener acceso a la enseñanza secundaria. (Decreto N°830, 1990). 4.1.2 Sistema Educativo Chileno. 4.1.2.1 Breve historia del Sistema Educativo chileno. La educación en Chile ha experimentado varios cambios a lo largo de su historia. Comenzó antes de la conquista cuando era la familia la que se encargaba de educar a los niños enseñándoles lo necesario para sobrevivir en las circunstancias de ese tiempo, acorde a sus creencias y modo de vida. En el siglo XVI, cuando los españoles comenzaron el periodo de la conquista, trajeron también sus costumbres, religión y cultura y, con ello, sus conocimientos. La educación en ese periodo fue entregada y encargada a la Iglesia, la que asumió este desafío como una responsabilidad con la que pretendían dar a conocer el Evangelio y traer civilidad a los habitantes del país; ésta se dedicó a crear escuelas aún en los lugares más recónditos de Chile con el propósito principal de enseñar sus creencias y, para ello, era fundamental la enseñanza 28 de la lectura la que, además, les aseguraba posibilidades futuras de aumentar su conocimiento para el desarrollo del país. En resumen, España asimiló el Renacimiento y el Humanismo con su dimensión ético- religiosa, todo lo cual estuvo presente en los proyectos del cardenal Cisneros, en la acción educacional de los jesuitas y en la expresión que dio Luis Vives a la pedagogía, fundada en la sabia prudencia de la vida heredada de los antiguos y sobre la verdad de la fe cristiana (Celis, 2005, p.19). Hacia el periodo que abarca los años 1810 hasta 1830, en Chile, surge la inquietud por la enseñanza, tras la decadencia del gobierno español. En el año 1811, después de la Primera Junta Nacional de Gobierno, Juan Egaña presenta a Mateo de Toro Zambrano un plan sobre la misma, que pretendía establecer la educación que convenía para hacer comunes las virtudes útiles del Estado. El orden constitucional que surge de la independencia tenía como horizonte el Estado Soberano, aquel que ostenta el monopolio del origen del derecho y posee los medios coactivos para hacerlo aplicar. Los colegios y universidades coloniales nombraban sus autoridades y decidían sus materias de estudio sin el filtro del Estado (Serrano, 2012, p. 140). Este proceso busca incansablemente que ya no sea el rey de España el que gobierne y guíe al pueblo chileno, sino la construcción de un Estado, el que con el fin de otorgar bienestar a los ciudadanos, termina por abarcar más poder del que debería corresponderle. Además, promover una enseñanza que estaría pensada para todos los ciudadanos, conscientes del vacío que había quedado luego de que se expulsara a los jesuitas y de la necesidad que imperaba de contar con personas más preparadas que hicieran surgir un país desarrollado, como lo expuso don Juan Egaña respecto de la misma “virtud irresistible de la educación y de las leyes escritas para cambiar la naturaleza y la conciencia de los hombres” (Celis, 2005, pág. 121). Por tanto, es en este periodo donde se crea la educación primaria y secundaria, siendo don Camilo Henríquez junto a Juan Egaña y Manuel de 29 Salas quienes acuñaron la enseñanza republicana; sin embargo, como era de esperar, ésta va a carecer de la organización, calidad y eficiencia que requiere, además de la enseñanza práctica. En agosto de 1812, don José Miguel Carrera, por decreto da inicio a la Educación Primaria para mujeres, otorgando así la oportunidad de entregar una educación para todos, hombres y mujeres, y no sólo para algunos privilegiados de las clases aristocráticas. En enero de 1813, el censo escolar de la república halló que en la capital sólo había 7 escuelas con 664 alumnos (Aurora de Chile, N° 64) en una población de 50.000 habitantes. Este dato llevó al Estado a asumir con urgencia y determinación la misión educacional como propia y, por lo tanto, dio paso a que se hiciera obligatorio que en toda ciudad, villa y pueblo que contara desde cincuenta vecinos, debía haber una escuela de primeras letras o -enseñanza primaria- costeada por los propios habitantes del lugar y, en caso de no haberlos, el jefe de la provincia respectiva debía proponer los arbitrios para su establecimiento. Disponía la gratuidad de la enseñanza, de los textos y útiles escolares, “de tal manera que los padres de familia por ningún concepto, sean gravados con la más mínima contribución” (Campos, 1960, p.12). El prócer atendió cuanto fue posible a la enseñanza primaria y, fruto de estos desvelos, fue el Reglamento formado por el Supremo Gobierno de acuerdo con el Excmo. Senado para el régimen de las escuelas públicas de todo el estado, a fin de promover la educación de los jóvenes. Posteriormente se puso en vigencia una disposición del Reglamento de 1813 que obligaba a los conventos a mantener escuelas de primeras letras (Campos 1960, p.14). En el artículo 8 de la Constitución de 1818, se declara: Tendrá el Senado especialísimo cuidado de fomentar en la capital y en todas las ciudades y villas el establecimiento de escuelas públicas, institutos y colegios donde sea, formando el espíritu de la juventud 30 por los principios de la religión y de las ciencias (Valencia, 1951, p. 70) Todo el proceso de reestructuración del Instituto demostró la falta de interés por parte de las familias ya que, “apenas 16 de los 400 padres y apoderados, fue a informarse respecto a los cambios que éste estaba sufriendo, respecto de su dirección, del sustento económico y del currículo que se enseñaba” (Celis, 2005, 143). El Decreto ordenaba que se establecieran en todos los conventos regulares, escuelas gratuitas de primeras letras, de cuenta de los mismos conventos. La enseñanza era más o menos la misma que señalaba en el decreto de 1813 (boletín, Tomo V. p. 198). Había en 1831 en Santiago 82 escuelas: 8 municipales, 7 conventuales, 3 parroquiales y 64 particulares con 3432 alumnos, 2296 varones y 1776 mujeres (Campos, 1960; Serrano, 2012). En la Constitución de 1833, Don Mariano Egaña incorporó dos preceptos que consagran principios fundamentales de nuestra enseñanza: La educación pública es una atención preferente del Estado, dice en el Artículo N° 153 y agrega en el Artículo N° 154: “Habrá una Superintendencia de Educación pública, a cuyo cargo estará la Inspección de la Enseñanza Nacional y su dirección bajo la autoridad del Gobierno”. Por este motivo cuando la institución entró en vigencia, las escuelas quedaron divididas en tres grupos: escuelas municipales, escuelas sostenidas por el Estado nacional erario y escuelas particulares, entre ellas las conventuales, sostenidas por las Órdenes religiosas, que estaban obligadas a mantenerlas por la Ley de 11 de septiembre de 1830, refrendada por el Decreto de 12 de julio de 1832 (Serrano, 2012). Al finalizar el decenio de Prieto, las escuelas fiscales eran 54, estas se alcanzaban por medio de una estrategia que consistía en que el Estado pagara el sueldo del preceptor y luego reclamar para sí la dirección del respectivo establecimiento, logrando así que los maestros estuvieran obligados a uniformar la educación primaria, como se decía en aquella época “el Estado era 31 nacional porque era la matriz de donde debía surgir la matriz de la educación, financiaba y dirigía la educación. (Serrano, 2012, p. 143) Sin embargo, aún con todos los esfuerzos por aumentar el número de escuelas, no aumentaba el número de estudiantes de la manera que se requería. El Ministro de Educación de este periodo declara: Por muchos esfuerzos, la apatía de muchos padres de familia, la ignorancia… serán obstáculos poderosos con que, por largos años, habrá que luchar para llegar a obtener la concurrencia apetecida en las escuelas (Serrano, 2012, pp. 143,148) Este comentario resumía lo que para el Estado explicaba el mínimo porcentaje de estudiantes escolarizados, ya que por la constitución familiar de esa época y el rol particular de cada uno de los miembros de ese grupo, aún desde una temprana edad, no se mostraba interés por asistir a la escuela. Era más bien un problema, como se menciona en el libro Historia de la Educación: Un hogar era fundamentalmente una unidad económica que proveía de la subsistencia a sus miembros y las ocupaciones que los niños realizaban eran parte esencial de este concepto. La familia alimentaba, vestía y protegía y era la encargada de enseñar a los infantes las habilidades y conocimientos necesarios para sobrevivir. La escuela, entonces significa una transformación de los vínculos familiares y de la transmisión de aprendizaje. Desde las familias, la escuela alteraba la rutina habitual. Los niños eran sujetos activos en la economía doméstica (Serrano, 2012, p. 189). El censo de 1854 era claro al mostrar esta realidad. Apenas el 9.5% de los niños de 7 a 15 años estaban matriculados. Por ello, en el año 1860, se aprueba y promulga la Ley Orgánica de Instrucción Primaria, la que tenía cuatro puntos principales: 1. Fijaba la relación proporcional entre el número de habitantes y el número de escuelas. Ponía como requisito el mínimo de 2000 habitantes para la creación de una escuela. 2. La escuela pública, fiscal o municipal debía ser gratuita. 32 3. Comprometía el financiamiento fiscal y municipal. 4. Los preceptores pasaron a ser empleados públicos con derecho a jubilación (Ley Orgánica de Instrucción Primaria, 1860.) Fue necesario también, redefinir el concepto de infancia como la edad en que los individuos eran formados, desarrollaban sus capacidades y no trabajaban. Esto apuntaba específicamente hacia un cambio en la mentalidad de las familias que insistían en asignar roles de trabajo doméstico a los niños, y que les impedía ver la necesidad de procurar para sus hijos un mayor conocimiento del que ellos podían entregarles en ese momento. Leer y escribir no eran valores esenciales para la vida cotidiana de las familias populares y la condición mayormente analfabeta de la población fue observada como barbarie. A juicio de los visitadores, la inasistencia escolar no era tanto un problema de pobreza, sino que la indiferencia de los padres provenía de su ignorancia (Serrano, 2012, p. 218). Era absolutamente complejo para los padres entender la diferencia entre educación, definida como el proceso que prepara para la vida adulta, y escolarización, como una institución específica de instrucción, puesto que ellos creían que la segunda no era necesaria para poder desempeñarse correctamente en el futuro, sino que bastaba con las herramientas que se les entregaba en el hogar. Allí el niño adquiría los conocimientos necesarios para contribuir a la economía familiar. Era clave por tanto, para la autoridad, entender que la escuela primaria como lugar de aprendizaje formal fue una novedad para las familias. En 1856, queda fundada la sociedad de Instrucción Primaria, extendiéndose a Valparaíso, Concepción y otras ciudades menores (Campos, 1960, p. 20). En 1860, se publica la Ley Orgánica de Enseñanza Primaria y Normal la que declara lo siguiente: Establece la ley que el Estado dará instrucción primaria gratuita a todos los que estén en condición de recibirla. 33 En todo departamento debe existir una escuela de niños y otra de niñas por cada 2000 habitantes. Confirmaba la Ley de 14 de septiembre de 1830, ordenando que todos los conventos y monasterios abrirán una escuela gratuita (Campos, 1960 p.27). Este Reglamento tiene como propósito, disminuir los índices de analfabetismo en nuestro país y, con ello, traer igualdad. Su vigencia se extiende hasta los años 1920. En este periodo “el pensamiento liberal encontró en el positivismo una armazón filosófica. Influenció los planes y programas de estudio, presencia y dirección del Estado” (Celis, 2005, p.194). La jornada escolar era completa antes del siglo XX, es decir, los niños permanecían durante todo el día en la escuela; por lo tanto, se hizo una reforma en este sentido: pasar de una jornada completa a una media jornada continua, vale decir, una jornada con menos horas. De esta manera, podrían compatibilizar el trabajo con el estudio. Se establece además, la edad de 12 años para el trabajo de niños de forma legal. (Serrano, 2012, p.133). Esto es debido a que por la precariedad y estado de pobreza de los hogares populares, los padres no enviaban a sus hijos a la escuela, pues que suponía mantener a los niños fuera de la posibilidad de ser parte activa del sostenimiento económico de la familia y su sobrevivencia. La escuela en tal caso, impedía que los niños pudieran realizar tales actividades, lo cual no era beneficioso para las familias. En este periodo se admite la idea de la miseria como la principal causa de la abstinencia escolar (Serrano, 2012, p.116). No era fácil forzar la obligatoriedad de la asistencia a la escuela. Es más, se tornó prácticamente inútil, y no fue porque los padres estuvieran indiferentes a la educación de sus hijos, sino más bien, por la imperiosa necesidad de atraer más recursos para la familia, dados los altos índices de pobreza existentes y porque aquéllos podían obtenerse por medio del trabajo infantil. El censo de 1907 da a conocer que el 50% de las personas vivía en el campo, por lo que era una tarea difícil para los padres enviar a sus hijos a la escuela. Los 34 impedimentos radicaban principalmente en conceptos de largas distancias, clima y el trabajo infantil necesarios para sustentar el hogar. Además, los niños aprendían en la labor del campo aquello que sería esencial para sus vidas. El trabajo infantil se regula en este año, pero no se prohíbe (Serrano, 2012, p.114). Casi de la misma manera, el censo escolar del año 1910 dio cuenta que los niños de los sectores populares asistían esporádicamente a la escuela, a causa de la pobreza. En el mismo año, dirigido por el Arzobispado de Santiago, párrocos de todo el país realizan una encuesta que diera cuenta de la condición de vida de sus feligreses, tanto de la educación, la justicia y el alcoholismo. Es por ello, que la pobreza adquiere un carácter nacional; “conocer esa pobreza se tradujo no solo en un diagnóstico de la familia popular, sino que también planteó la discusión del rol asistencial del Estado, a raíz de la discusión sobre la escuela obligatoria”. (Serrano, 2012, p. 139). Posteriormente a la discusión que se extendió por décadas, se aprueba la Ley de Instrucción Primaria Obligatoria, promulgada el 26 de agosto de 1920, en el gobierno del presidente Juan Luis Sanfuentes estableciéndose como Ley N° 3654, la que garantizaba gratuidad de la educación primaria fiscal para toda la población y establecía, a diferencia de la Ley Orgánica de 1860, su obligatoriedad. Este principio queda estipulado en la Constitución de 1925. Además, se solicitaba agregar una subvención: vestuario y almuerzo en zonas rurales (Serrano, 2012, p.139). Por ello es que la escuela se ubica en el origen del Estado de bienestar en Chile. Fue desde fines de esa década en adelante que el Estado modificó su oferta escolar incluyendo beneficios asistenciales para extender socialmente la educación (Serrano, 2012, p.141). La enseñanza va dirigida tanto a niños como a niñas. Dicha obligatoriedad se prolonga de 7 a 13 años de edad, pudiendo practicarse desde los 5 años de edad y siendo obligación escolar asistir por un periodo de al menos 4 años, iniciándola a más tardar a los 8 años de edad. La infracción a la Ley, compete y responsabiliza a los padres (Serrano, 2012, p.135). 35 En el año 1927, gobernando el país don Carlos Ibáñez del Campo, las diversas instituciones educativas del Estado estaban bajo la dirección de distintas agendas públicas, pero este mismo año, pasaron a estar a cargo del antiguo Ministerio de Instrucción Pública, lo cual fue visto como un importante avance. El 30 de noviembre de este año, además, se hace un cambio de denominación a este ministerio, llamándose ahora Ministerio de Educación. En el vocablo anterior, que parece nominal, se escondían concepciones y propuestas distintas sobre el proceso de formación de las nuevas generaciones. “Instrucción” denotaba la visión tradicional de la educación como inculcación de conocimientos, que tenía su centro en la memorización (Núñez, 1996). Dicho cambio se produjo en un contexto de una ambiciosa Reforma educacional. En este sentido, fue de notar el avance de nuevos conceptos asociados a una pedagogía activa, creciente, funcional, centrada en el educando, cuyo interés era la formación de personas y no sólo en la entrega y transmisión de conocimientos (Cox, 1997, p.8). El 10 de diciembre de 1927, se promulgó el Decreto Ley N° 7500, declarando que la Educación era una ocupación cuya responsabilidad pertenecía al Estado. Fija los fundamentos y fines de la Educación: Art.N°1: La Educación es función del Estado, quien la ejerce por medio del Ministerio de Educación Pública. Art.N°3: La educación tendrá por objeto favorecer el desarrollo integral del individuo, de acuerdo con las vocaciones que manifieste, para su máxima capacidad productora intelectual y manual. Tendera a formar, dentro de la cooperación v solidaridad, un conjunto social digno y capaz de un trabajo creador (Ley N° 7500, 1927, p.1). Pese a los avances en educación, luego de un tiempo se constató que la Ley no era suficiente para erradicar el analfabetismo e incorporar a los niños al Sistema: según la Asociación General de Profesores de Chile, del total de niños 36 en edad escolar, cerca del 28% estaban fuera del Sistema y más del 35% eran analfabetos. En seguida, en el año 1938, siendo Presidente don Pedro Aguirre Cerda, “hubo un gran impulso del Estado a la educación, sintetizada en la frase del propio mandatario: "Gobernar es educar". Crea más de tres mil plazas de maestros y cientos de escuelas (Serrano, 2012). Durante los dos últimos gobiernos, no se registran grandes cambios. Al año siguiente, en 1953 en el segundo gobierno de don Carlos Ibáñez del Campo se consolidó la Superintendencia de Educación Pública. Gracias al Ministro Juan Gómez Millas y a Oscar Vera Lamperain, se hace realidad la Superintendencia de Educación Pública, el 3 de junio de 1953 (Decreto N° 104). Le ordena precisar los objetivos de los distintos tipos de enseñanza y coordinar y correlacionar los servicios para realizar, en la práctica, la unidad y la continuidad del proceso educativo. El Decreto N° 104 le da el carácter de organismo técnico y de planeamiento, asesor del Ministro (Cox, 1997, p.37). En esa época, además, “surgieron nociones como la educación humanista, la enseñanza parvularia, la formación pedagógica, el perfeccionamiento docente, la descentralización educacional y la educación nacional. Desde entonces puede decirse que efectivamente el Estado realizó una planificación del sistema de educación pública” (El Ministerio de Educación y el Estado Docente, 2006, párraf.3). En el periodo del presidente don Eduardo Frei Montalva se mantuvo la Constitución de 1925, la que respaldó al Estado como un Estado docente, y además le dio la exclusividad por sobre los padres. Por ende, las reformas que se produjeron en estos años fueron meramente de expansión del mismo Sistema implementado. Entre ellas se destaca la extensión de la Educación obligatoria a 8 años, además se realizó una Reforma Educacional que buscaba expandir la escolarización con el objetivo de que fuera una herramienta cultural y social y, además, una preparación para la vida. Por ello, se realizó también un incremento del gasto fiscal, con el que se impulsó la construcción de escuelas, 37 capacitación a profesores, se creó la JUNAEB, un nuevo currículum que pretendía transmitir los principios del Gobierno y que buscaba implementar una enseñanza centrada en el desarrollo integral de la personalidad, diversificada y común a todos (Beyer, 2000). Luego, en el breve periodo de gobierno de don Salvador Allende, se produjo un caos a nivel nacional, especialmente en las universidades por los cambios que se querían realizar a la educación, siendo su propuesta más revolucionaria la creación de la ENU, Escuela Nacional Unificada, la que consistía básicamente en que todos los niños asistieran a un mismo Sistema, donde se les transmitieran los principios que el Estado Docente decidió. Esto por sobre los principios individuales de sus familias. El proyecto que fue rechazado. Finalmente, luego del Golpe Militar, fue eliminado, junto a todo el Sistema que se pretendía implementar en el país el que, según como lo planteaba el Gobierno Militar y algunos sectores ciudadanos, implicaba un predominio del pensamiento humanista y marxista (Beyer, 2000). En el periodo de 1964-1974 la educación pública se expandió de un 69% a un 80% gracias a la inyección de fondos ordenada por el Gobierno anterior y, al mismo tiempo, decayó la educación privada de un 31% a 20%. Además, también por el aumento de los recursos provistos a la Educación Superior, ésta aumenta su matrícula de un 7% a un 17% entre el año 1967 y 1973 (Beyer, 2000). En 1973, luego de la entrada del Gobierno Militar, el Sistema Educativo fue analizado durante un año, para luego en 1974 exponer las Reformas que se harían en beneficio de la ciudadanía. Todas ellas buscaban el aumento en la calidad de la educación, puesto que los últimos 50 años habían sido sólo efectivos en cuanto al aumento de la cobertura. Era tiempo de poner el acento en el estándar de educación que se estaba entregando. Este análisis reveló el excesivo centralismo que caracterizaba a la educación chilena, lo que era motivo de preocupación porque se le culpaba de una serie de problemas que la afectaban (Beyer, 2000, p. 653): 38 • Baja calidad educacional y baja eficiencia, además de altos porcentajes de repetición y deserción. • Bajos sueldos de los profesores, debido a que la burocracia consumía gran parte del presupuesto. • Supervisión inadecuada de los administrativos de las escuelas y de los profesores. • Programas de estudios rígidos o poco flexibles y no aptos para las necesidades locales. • Mínima participación de la comunidad en los asuntos escolares. Por ello bajo el principio de la libertad de enseñanza se desarrolló un plan de trabajo que involucraba modificaciones, inversión y, especialmente, una organización mayor de todo el Sistema escolar. El objetivo era descentralizar la gestión educativa y, además, entregarles a los padres la posibilidad de elegir los colegios de sus hijos (Beyer, 2000, p. 652). Los elementos centrales de la Reforma de la Educación de 1980 fueron: • Traspaso de las escuelas fiscales a las municipalidades, para ello se daba la opción de administración de un DAEM o una corporación municipal. • Cambio en la manera de asignar los recursos: Históricamente se asignaba a las escuelas sin otro requisito que estar funcionando, ahora se entregarían los recursos por alumno, es decir, los ingresos de los establecimientos dependerían de la matrícula que obtuvieran. Estos cambios se realizaron al amparo de la nueva Constitución de 1980, en la que se destacan dos artículos: 10°. El derecho a la educación. La educación tiene por objeto el pleno desarrollo de la persona en las distintas etapas de su vida. Los padres tienen el derecho preferente y el deber de educar a sus hijos. Corresponderá al Estado otorgar especial protección al ejercicio de este derecho. 39 Para el Estado es obligatorio promover la educación parvularia, para lo que financiará un sistema gratuito a partir del nivel medio menor, destinado a asegurar el acceso a éste y sus niveles superiores. El segundo nivel de transición es obligatorio, siendo requisito para el ingreso a la educación básica. La educación básica y la educación media son obligatorias, debiendo el Estado financiar un sistema gratuito con tal objeto, destinado a asegurar el acceso a ellas de toda la población. En el caso de la educación media este sistema, en conformidad a la ley, se extenderá hasta cumplir los 21 años de edad. Corresponderá al Estado, asimismo, fomentar el desarrollo de la educación en todos sus niveles; estimular la investigación científica y tecnológica, la creación artística y la protección e incremento del patrimonio cultural de la Nación. Es deber de la comunidad perfeccionamiento de la educación; contribuir al desarrollo y 11°. La libertad de enseñanza incluye el derecho de abrir, organizar y mantener establecimientos educacionales. La libertad de enseñanza no tiene otras limitaciones que las impuestas por la moral, las buenas costumbres, el orden público y la seguridad nacional. La enseñanza reconocida oficialmente no podrá orientarse a propagar tendencia político partidista alguna. Los padres tienen el derecho de escoger el establecimiento de enseñanza para sus hijos. (Constitución Política de la República de Chile, 1980). Por lo tanto, esta Reforma Educacional, y sus implicancias, estaba enfocada en que los padres, conforme a la calidad de enseñanza que ofrecieran las escuelas fueran quienes escogieran el mejor establecimiento para sus hijos, que se ajustara a su presupuesto, a sus principios y expectativas; lo que además generaba una presión extra para cada establecimiento, incentivándolo e incluso obligándolo a ser su propio supervisor para lograr resultados de calidad que le permitieran tener una matrícula que asegurara su subsistencia, esto debido a la competencia entre escuelas a la que apostaban las autoridades y que se esperaba resultara en un mejor servicio. 40 “Una escuela podía contar con recursos sólo si los padres decidían enviar a sus hijos a ese establecimiento educacional, y se pagaba mensualmente acorde a la asistencia de los últimos tres meses” (Beyer, 2000, p. 661). Esta subvención proveniente del Estado, es decir, pagada con los impuestos cobrados a todos los chilenos, podía ser entregada tanto a escuelas públicas como particulares, en diferentes valores, pero logró que muchos padres de escasos recursos pudieran optar a una opción diferente y extra a la ofrecida por el Estado, lo que dio resultados rápidamente. En 1986 la Educación Particular Subvencionada había crecido cerca del millón de estudiantes, doblando su cifra en 5 años y, por el contrario, la matrícula del Sector Público disminuyó. Todo el proceso de reformas en la educación, realizadas por el Gobierno militar se selló con la promulgación de la Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza (LOCE), que destaca: Una nueva definición de educación, en su artículo 2º: La educación es el proceso permanente que abarca las distintas etapas de la vida de las personas y que tiene como finalidad alcanzar su desarrollo moral intelectual, artístico, espiritual y físico mediante la transmisión y el cultivo de valores conocimientos y destrezas enmarcados en nuestra identidad nacional, capacitándolas para convivir y participar en forma responsable y activa en la comunidad (Ley N° 18.962, 1989). Se destaca un cambio fundamental en la mirada hacia el rol en la educación tanto de los padres como del Estado. Este último retrocede respecto de la anterior Constitución, donde se propiciaba un Estado docente, y hace más protagonista de este papel a quien pertenece, la familia. La educación es un derecho de todas las personas. Corresponde, preferentemente, a los padres de familia el derecho y el deber de educar a sus hijos; al Estado, el deber de otorgar especial protección al ejercicio de este derecho: y, en general, a la comunidad, el deber de contribuir al desarrollo y perfeccionamiento de la educación (Ley N° 18.962, 1989). 41 Muestra los principios que pretenden regir la educación en su artículo 3º: El Estado tiene, asimismo, el deber de resguardar especialmente la libertad de enseñanza. Es deber del Estado financiar un sistema gratuito destinado a asegurar el acceso de la población a la enseñanza básica” (Ley N° 18.962, 1989). La libertad de enseñanza incluye el derecho de abrir, organizar y mantener establecimientos educacionales. Además, en el artículo 4, hace una distinción entre la educación formal o escolarización y la educación informal la que suele ser entregada en el núcleo familiar (Ley N° 18.962, 1989). Los Gobiernos de la Concertación comenzando por don Patricio Aylwin, abandonaron el principio de la competencia, haciendo cada vez más protagonista al Estado, asumiendo más responsabilidades y entregando más recursos, los cuales se gastaban en un número creciente estamentos públicos, creando más burocracia y menos efectividad, además de entender la baja de matrícula en algunas escuelas como un desafío, en vez de una razón para cerrarla, asumiendo los gastos extras y eliminando definitivamente la posibilidad de que la administración de ésta, por si sola, modifique su sistema para mejorarlo (Beyer, 2000). El presidente Eduardo Frei, en su periodo entre 1994 y 2000, mantuvo la LOCE con sus implicancias, pero desarrolló algunas reformas que permitieron al sistema educacional crecer, además incluir un mayor gasto fiscal. Destacan dos medidas: la creación de un nuevo currículum en Educación Básica y Media y haber aprobado y comenzado la implementación de la jornada escolar completa, la que amplió considerablemente la cantidad de horas que los niños pasan en los establecimientos, y además requirió una mayor cantidad de éstos para absorber la demanda, el plazo límite para su implementación fue el año 2005 (Mineduc, 2004). El gasto en subvención por alumno aumentó casi 3 veces entre 1990 y 2000 pasando de $11.712 a $27.668. Respecto de los resultados obtenidos por los estudiantes en mediciones internacionales, esto no se muestran alentadores, como se expresa en el informe “La Educación Chilena en el Cambio De Siglo: Políticas, Resultados y Desafíos” realizado en 2004: 42 Según el marco de PISA 2000 un alumno chileno promedio sólo logra realizar las tareas más básicas de matemáticas y ciencias. En matemáticas los jóvenes generalmente pueden completar procedimientos de un solo paso, como reproducir procesos matemáticos básicos o hacer cálculos simples. Asimismo ellos pueden reconocer información de un texto familiar y directo en el cual la formulación matemática es explícita. En Ciencias un alumno promedio puede recordar conocimientos científicos simples como nombres, hechos, terminología o leyes simples. También puede usar conocimiento científico común para elaborar o evaluar conclusiones. (MINEDUC, 2004, p.91). En este periodo también, se creó un nuevo currículum de enseñanza media, el que se completó en el periodo presidencial de Ricardo Lagos, al respecto, el mismo informe mencionado explica: La Formación general responde a las necesidades de un proceso de formación humana integral en las condiciones socio-culturales contemporáneas. Tales necesidades fueron explicitadas consensualmente, a nivel político y técnico, en términos del requerimiento de formar al conjunto de los jóvenes del país en unas competencias básicas, fundamentales para el crecimiento, identidad y autoafirmación personal, para cualquier trayectoria laboral o de estudios, y para las perspectivas de integración cultural, política y de desarrollo del país. Tales competencias básicas fueron categorizadas como referidas a: Capacidades fundamentales (de lenguaje, comunicación y cálculo); Disposiciones personales y sociales (referidas al desarrollo personal, autoestima, solidaridad, trabajo en equipo, autocontrol, integridad, capacidad de emprender y responsabilidad individual, entre otras); Aptitudes cognitivas (capacidades de abstracción, de pensar en sistemas, de aprender, de innovar y crear); y conocimientos básicos (del medio natural y social, de las artes, de la tecnología, de la trascendencia y de sí mismo) (MINEDUC, 2004, pp.146-147). A pesar de todos los avances por los que se trabajó, el informe PISA 2000 muestra una baja en la calidad de la Educación en Chile; al igual que el 43 informe TIMSS en Matemáticas. Los resultados del SIMCE muestran resultados con una gran brecha entre diferentes establecimientos. Por lo que el presidente don Ricardo Lagos, (2000-2006), decidió enfocar su gestión en el punto de la calidad. Para ello fijó tres medidas principales, una reforma de la Constitución que decretó una extensión en el periodo de Educación obligatoria a 12 años, Educación Básica y Educación Media, con el fin de generar mejores logros en cuanto a la calidad de enseñanza brindada por las escuelas públicas, así lo expresó en el Decreto de Educación Nº 26/05, donde se reglamentó el Programa denominado "Proyectos de Fortalecimiento Plan de 12 años de Escolaridad". En el primer periodo de doña Michelle Bachelet, (2006-2010), se promulga la Ley de Subvención Escolar Preferencial (SEP), la que pretendía que una mayor entrega de recursos a escuelas vulnerables pudiera elevar la calidad de enseñanza entregada. Además se promovió ampliamente la Enseñanza Preescolar, destinando recursos a la construcción de jardines infantiles y su implementación. Por último la gran reforma realizada por este gobierno, fue el cambio en la Ley de Educación, luego del movimiento estudiantil nacional que protestaba contra la búsqueda del lucro en la educación y la falta de calidad de la enseñanza en la educación pública. Entonces, se creó la Ley General de Enseñanza (se tratará más adelante), la que pretende equilibrar el principio de libertad de enseñanza con el derecho a una educación de calidad. Este nuevo marco regulatorio realmente no tiene grandes cambios en sus principios fundamentales, aunque muestra un enfoque notorio hacia el mejoramiento de la calidad en el proceso educativo y, para ello, permite y propicia la creación de un Sistema de Aseguramiento de Calidad mediante el Consejo Nacional de Educación, la Agencia de Calidad y Superintendencia de Educación. Además la subvención por alumno alcanza los $48.079 en 2010, el doble en 10 años. La primera administración de don Sebastián Piñera, (2010-2014), no realizó grandes cambios en cuanto a la legislación vigente producida por los gobiernos anteriores; más bien, la fortaleció mediante la creación de la Ley de 44 Calidad y Equidad (Nº 20.501) la que apunta a mejorar la calidad de los encargados municipales de la educación, de los directores de escuela, de los profesores y, además, a aumentar las subvenciones escolares, disponiendo de una cantidad de recursos para todo ello. Además, promulga la Ley de Aseguramiento de la Calidad y aumenta los recursos de la SEP. Destaca el comienzo del proceso de creación del Decreto 83 en Educación Regular y Especial, que apunta a la diversificación de la enseñanza en el aula, con el propósito que los estudiantes puedan participar de las mismas clases independiente de sus características individuales. 4.1.2.2 Concepto de educación en el Sistema Educativo chileno. Respecto del concepto y el propósito de la educación, la Ley General de Educación, en Artículo 2º señala que: La educación es el proceso de aprendizaje permanente que abarca las distintas etapas de la vida de las personas y que tiene como finalidad alcanzar su desarrollo espiritual, ético, moral, afectivo, intelectual, artístico y físico, mediante la transmisión y el cultivo de valores, conocimientos y destrezas. Se enmarca en el respeto y valoración de los derechos humanos y de las libertades fundamentales, de la diversidad multicultural y de la paz, y de nuestra identidad nacional, capacitando a las personas para conducir su vida en forma plena, para convivir y participar en forma responsable, tolerante, solidaria, democrática y activa en la comunidad, y para trabajar y contribuir al desarrollo del país. La educación se manifiesta a través de la enseñanza formal o regular, de la enseñanza no formal y de la educación informal (LGE, 2009, p.1). 4.1.2.3 Descripción del Sistema Educativo chileno. El Sistema Educativo chileno se describe de la siguiente manera en la Ley General de Educación: Artículo 3º.- El Sistema Educativo chileno se construye sobre la base de los derechos garantizados en la Constitución Política de Chile, así como en los tratados internacionales ratificados por Chile y que se encuentren vigentes y, en especial, del derecho a la educación y la libertad de enseñanza (Ley 20370,2009, p.2). 45 La legislación actual que rige al Sistema Educativo chileno es la Ley General de Educación (LGE). Esta ley creada el año 2009, representa el marco para una nueva institucionalidad de la educación en Chile, derogando la Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza (LOCE)(DFL Nº 1 de 2005). La LGE, pretende corregir las falencias de la antigua ley, en respuesta a las demandas realizadas por los estudiantes de Educación Secundaria, tras una serie de manifestaciones denominadas como “La Revolución Pingüina” en que se reclamaba por el lucro y la calidad de la educación entregada por el Estado. El Sistema Educativo chileno se inspira, además, en los siguientes principios: a) Universalidad y educación permanente. La educación debe estar al alcance de todas las personas a lo largo de toda la vida. b) Calidad de la educación. La educación debe propender a asegurar que todos los alumnos y alumnas, independientemente de sus condiciones y circunstancias, alcancen los objetivos generales y los estándares de aprendizaje que se definan en la forma que establezca la ley. c) Equidad del sistema educativo. El sistema propenderá a asegurar que todos los estudiantes tengan las mismas oportunidades de recibir una educación de calidad, con especial atención en aquellas personas o grupos que requieran apoyo especial. d) Autonomía. El sistema se basa en el respeto y fomento de la autonomía de los establecimientos educativos. Consiste en la definición y desarrollo de sus proyectos educativos, en el marco de las leyes que los rijan. e) Diversidad. El sistema debe promover y respetar la diversidad de procesos y proyectos educativos institucionales, así como la diversidad cultural, religiosa y social de las poblaciones que son atendidas por él. f) Responsabilidad. Todos los actores del proceso educativo deben cumplir sus deberes y rendir cuenta pública cuando corresponda. g) Participación. Los miembros de la comunidad educativa tienen derecho a ser informados y a participar en el proceso educativo en conformidad a la normativa vigente. 46 h) Flexibilidad. El sistema debe permitir la adecuación del proceso a la diversidad de realidades y proyectos educativos institucionales. i) Transparencia. La información desagregada del conjunto del sistema educativo, incluyendo los ingresos y gastos y los resultados académicos debe estar a disposición de los ciudadanos, a nivel de establecimiento, comuna, provincia, región y país. j) Integración. El sistema propiciará la incorporación de alumnos de diversas condiciones sociales, étnicas, religiosas, económicas y culturales. k) Sustentabilidad. El sistema fomentará el respeto al medio ambiente y el uso racional de los recursos naturales, como expresión concreta de la solidaridad con las futuras generaciones. l) Interculturalidad. El sistema debe reconocer y valorar al individuo en su especificidad cultural y de origen, considerando su lengua, cosmovisión e historia (LGE, 2009, p.1). En Chile, es el Estado quien dirige la educación, principalmente a través de la escolarización. Para ello creó las siguientes instituciones: Ministerio de Educación (en adelante MINEDUC), Sistema Nacional de Aseguramiento de la Calidad de la Educación dado por el MINEDUC, el Consejo Nacional de la Educación, la Agencia de la Calidad de la Educación y la Superintendencia de la Educación (LGE, 2009, p.1). Mediante las últimas se tiene el propósito principal de mantener los estándares de calidad en la escolarización que permita llevar a cabo los objetivos de la educación. Sus funciones principales se exponen a continuación: Ministerio de Educación: Propone las Bases Curriculares, programas de estudio y estándares de calidad, y da apoyo a los establecimientos para su cumplimiento. Consejo Nacional de Educación: Nueva institución creada por la LGE. Aprueba las bases, planes y estándares de calidad concebidos por el Ministerio. Lo componen académicos destacados, docentes, representantes de las universidades y profesionales de la educación designados por el Presidente de la República. 47 Agencia de Calidad de la Educación: También es una nueva institución. Evalúa e informa sobre la calidad de los establecimientos educacionales. Superintendencia de Educación: Nueva institución que fiscaliza que los establecimientos educacionales cumplan con las normas educacionales y las cuentas públicas, cuando corresponda (LGE, 2009, p.3). En suma, corresponde al Estado propender a asegurar la calidad de la educación, estableciendo las condiciones necesarias para ello y verificando permanentemente su cumplimiento; realizar supervisión, facilitar apoyo pedagógico a los establecimientos y promover el desarrollo profesional (Ley 20370, p.3 2009). El organismo encargado de llevar a cabo este proceso, es el MINEDUC, el que describe su misión como la siguiente: Asegurar un Sistema Educativo inclusivo y de calidad que contribuya a la formación integral y permanente de las personas y al desarrollo del país, mediante la formulación e implementación de políticas, normas y regulación, desde la Educación Parvularia hasta la Educación Superior. El Sistema integrado por los establecimientos educacionales, financiado con recursos públicos, provea una educación gratuita y de calidad, fundada en un proyecto educativo público laico, respetuoso y pluralista, que permita el acceso a toda la población y que promueva la inclusión social y la equidad (MINEDUC, 2010, pp. 2-3). En base a lo señalado, se hace necesario detenerse en el concepto de laico, y cómo podría este concepto afectar al Sistema Educativo chileno, y por ende, a la educación y la familia. En este sentido, diversos son los enfoques conceptuales y doctrinarios que se pueden identificar en cuanto al concepto de laico. A continuación se presenta la siguiente descripción sobre el tema: Laico es aquel que promueve un espíritu crítico frente a un espíritu dogmático, y por eso reivindica el derecho de heterodoxia en cualquier campo, para sí y para los que piensen diferente a él. Se deduce, en segundo lugar, un principio práctico antirrepresivo: precisamente, la 48 tolerancia. Laico es aquel que considera que no existe ningún deber — mucho menos una obligación jurídica — de asumir determinadas creencias en torno a una cuestión (Bovero, 2013, pp.16-17). No obstante, es sabido que pese a que el MINEDUC afirma en su misión que provee un proyecto educativo laico, la realidad es otra. La experta en currículum, Jacqueline Gysling, hace referencia al currículum prescrito afirmando lo siguiente: En respuesta a estas demandas y al seguimiento que había desarrollado el mismo Ministerio de Educación, el año 2009 se inicia un ajuste curricular que buscaba modificar el conjunto del currículum de educación básica y media. Sin embargo, el cambio de gobierno en 2010, que implicó pasar de una coalición política de centro izquierda a una de derecha, deja inconcluso este trabajo. Las autoridades entrantes no detienen la implementación del ajuste curricular; sin embargo, inician un nuevo proceso de modificación del currículum de ambos niveles y de las dos modalidades de la educación media. El proceso de cambio curricular que emprenden las nuevas autoridades recoge la experiencia anterior pero, como es de esperar, responde a la orientación ideológica y a la perspectiva educacional del respectivo gobierno, de modo que se introducen modificaciones significativas en la orientación de algunas asignaturas. Adicionalmente, este cambio se basa en las disposiciones curriculares de la Ley General de Educación (LGE) aprobada el año 2009” (Gysling, 2006, p.4). Respecto a la Libertad de Enseñanza La Ley Nº20.370, LGE, establece en el artículo 3°: El Sistema Educativo chileno se construye sobre la base de los derechos garantizados en la Constitución, así como en los tratados internacionales ratificados por Chile y que se encuentren vigentes y, en especial, del derecho a la educación y la libertad de enseñanza (Ley 20370, 2009, p.2). La misma, en su Artículo 8° menciona que: 49 El Estado tiene el deber de resguardar la libertad de enseñanza. Los padres tienen el derecho de escoger el establecimiento de enseñanza para sus hijos. La libertad de enseñanza incluye el derecho de abrir organizar y mantener establecimientos educacionales (LGE, 2009, p.4). Por otro lado, en relación a la conformación del Sistema Educativo, este permite la existencia de establecimientos Públicos y Particulares Pagados o Subvencionados; sin embargo, estos últimos debieran desaparecer de acuerdo a la determinación exigida por el gobierno de la Sra. Michelle Bachelet, debiendo convertirse en alguno de los otros dos sistemas (Ley 20370, 2009). Además, está dividido en cuatro niveles: parvulario, básico, medio y superior, de los cuales los tres primeros son de carácter obligatorio. La mayoría de los estudiantes en Chile cumplen con ello asistiendo a escuelas públicas y privadas, y un pequeño porcentaje lo hace mediante comunidades educativas o Homeschool (escuela en casa). Asimismo, el Sistema cuenta con la Educación Especial, la cual abarca desde atención temprana, hasta los 26 años en los centros de capacitación laboral (Ley 20370, 2009). El segundo nivel de transición (kínder), la educación básica y la educación media son obligatorias, debiendo el Estado financiar un sistema gratuito destinado a asegurar el acceso a ellas de toda la población, así como generar las condiciones para la permanencia en el mismo, de conformidad a la ley (LGE, 2009). Respecto a las escuelas regulares, principalmente aquellas públicas y particular subvencionadas, cuentan con un Programa de Integración Escolar implementado en escuelas y liceos regulares con el propósito de atender a los niños con necesidades educativas especiales (Ley 20370, 2009, p.6-13). En relación al tiempo en que los estudiantes deben permanecer en el Sistema Educativo, es de un año en educación preescolar (Kinder) y de doce años en educación básica y media. 50 El proceso escolar denomina niveles a los tramos de varios años en que la ley divide este proceso. La LGE respecto a la trayectoria escolar dice lo siguiente: El nivel de Educación Básica comprende los seis primeros años de esta trayectoria escolar y recibe a los alumnos a partir de los seis años de edad. Es necesario aprobar la Educación Básica para ingresar a la Educación Media. Se denomina cursos a los tramos cronológicos de un año en que, por razones técnicas y administrativas, ha sido dividido el proceso escolar (Bases Curriculares, 2013, p.24). En cuanto a las asignaturas, la organización en ellas se considera un recurso para favorecer la organización escolar, pero no implica un límite para integrar diversas áreas con fines pedagógicos. La integración interdisciplinaria favorece la comprensión profunda y la aplicación de los conocimientos. Para los seis años de Educación Básica, se consideran nueve asignaturas obligatorias para todos los establecimientos. Adicionalmente se contempla la asignatura de Lengua Indígena obligatoria para establecimientos con alta densidad de matrícula indígena (Bases Curriculares, 2013). 51 (Unidad de Currículum Curriculares, 2018, p.2) y Evaluación Vigencia de Dispositivos (Unidad de Currículum Curriculares, 2018, p.5). y Evaluación Vigencia de Dispositivos 52 Además, la misma LGE establece una nueva estructura del ciclo escolar redefiniendo la Educación Básica, modificando en parte sus objetivos generales, además, le otorga una duración de seis años y fija la proporción de tiempo de libre disposición que los instrumentos curriculares deben permitir a los establecimientos (Bases Curriculares, 2013, p.11). 4.1.2.4 Currículum. Félix Angulo, menciona que el concepto “currículum” es, probablemente, uno de los más controvertidos de todos los que normalmente se encuentran en cualquier análisis disciplinar de la educación. En dicho campo, currículum adquiere un significado prescriptivo: “Currículum es, entonces, aquello que debe ser llevado a cabo en las escuelas, es el plan o la planificación, por la cual se organizan los procesos escolares de enseñanza/aprendizaje” (Angulo, 1994, p.2). En palabras de Gimeno: El concepto currículum y la utilización que se hace de él aparecen ligados, desde sus comienzos, a la idea de selección de contenidos y de orden en la clasificación de los saberes a los que representan, que será la selección que se considerará en la enseñanza. En términos modernos podríamos decir que, con esa invención unificadora por un lado, puede evitarse la arbitrariedad en la selección de lo que se enseña en cada situación, al tiempo que, en segundo lugar, se encauza, modela y limita la autonomía del profesorado. Esa polivalencia se mantiene hasta nuestro tiempo (Gimeno, 2010, p.24). Respecto a su conformación, el mismo autor plantea que el currículum: Determina qué contenidos se abordan y, al establecer niveles y tipos de requerimientos para los sucesivos grados, ordena el tiempo escolar, proporcionando los elementos de lo que será lo que entenderemos por progresión escolar y en qué consiste el progreso de los sujetos en la escolaridad. Al asociar contenidos, grados y edad de los estudiantes, el currículum es también un regulador de las personas. Por todo eso, desde los siglos XVI y XVII el currículum constituyó una invención decisiva para la estructuración de lo que hoy es la escolaridad y cómo la entendemos. La incorporación del concepto currículum tiene lugar bajo los supuestos eficientistas de la escolarización y de la eficiencia de la sociedad, en 53 general. Con ello se buscaba introducir un orden intermedio basado en el establecimiento de unidades de tiempo menores dentro de la escolaridad total: el curso escolar, que por lo general cada estudiante debería completar progresivamente, pero más amplias que las clases que eran las unidades de tiempo y contenido (Gimeno, 2010, p.23). Gimeno también se refiere a los objetivos y menciona que: Al ordenar el currículum se regula a la vez el contenido (lo que se enseña y sobre lo que se aprende), se distribuyen los tiempos de enseñar y aprender, se separa lo que será el contenido que se considera debe quedar dentro de él y lo que serán los contenidos externos y hasta extraños. También se delimitan los territorios de las asignaturas y especialidades, siendo marcadas las referencias para componer el currículum y dirigir la práctica de su desarrollo. En todo ello, su conjunto se constituirá en el estándar respecto del cual se juzgará lo que se considerará éxito o fracaso, normal o anormal, satisfactoria o insatisfactoria que es la institución escolar, quiénes cumplen y quiénes no lo hacen (Gimeno, 2010, p.24). La definición curricular respecto a la función que realiza el Ministerio de Educación es que ordena la enseñanza en todos los establecimientos escolares del país. Si bien es sabido que no todo el currículum se enseña y menos que éste se aprende en su totalidad, el currículum prescrito delimita qué asignaturas se enseñan y qué se enseña en cada una de ellas. En el debate sobre currículum, sostenido en los últimos veinte años, un problema particularmente sensible ha sido la extensión de éste. Si bien la demanda levantada por los profesores es compartida, en la práctica no es fácil determinar cuáles son los aprendizajes nucleares (MINEDUC, 2016) o imprescindibles (Coll y Martin, 2006). Jacqueline Gysling, describe el camino seguido por el currículum prescrito de educación media desde la reforma de 1998, formulando algunas afirmaciones al respecto en un artículo publicado en agosto de 2016. En relación a la organización curricular, Gysling dice lo siguiente: 54 La organización curricular en asignaturas fragmenta el conocimiento, lo que ha sido disputado ampliamente por las corrientes que buscan la integración curricular y que defienden una aproximación al conocimiento más experiencial y activa”. Sostiene, además, que presenta muchas asignaturas, muchos objetivos, muchos indicadores. Se instaló en las Bases Curriculares de los nuevos programas de estudio una perspectiva conductista de la evaluación a través de indicadores. Desde esta perspectiva se considera que el logro de un determinado objetivo de aprendizaje es el resultado de la sumatoria de indicadores que conforman el objetivo. Los indicadores identifican las partes del objetivo que hay que lograr para considerarlo alcanzado, con el efecto que en la práctica estas “partes” se constituyen, a su vez, en objetivos de aprendizaje que hay que enseñar. Así, los programas de estudio desglosan cada objetivo de aprendizaje en una variedad de indicadores, cada uno de los cuales habría que aprender y, por ende, enseñar (Gysling, 2006, p.4). La Fundación Educación 2020 afirma que la forma en que se desarrolla el currículum tiene efectos negativos. Hace referencia a ello, mencionando que Chile “ha desarrollado una sobrecarga curricular que, al estar vinculada con una permanente medición en pruebas estandarizadas, ha distorsionado el proceso educativo” y que además, “se caracteriza por tener un currículum sobresaturado e inmanejable, que deja escaso tiempo para reflexionar, pensar, resolver problemas, u otros temas como la práctica artística o deportiva” (Educación 2020, 2014, p.54). Asimismo menciona que si bien hay una correcta concepción del currículum basado en competencias, en la práctica los profesores se ven obligados a pasar la materia superficialmente, de manera enciclopédica, y obligando a los alumnos a contestar facsímiles de tests estandarizados sobre esas materias. Esto afecta tanto a profesores como a estudiantes. Por un lado, obliga a los docentes a impartir más del doble de horas aula que en el promedio de la OCDE, mientras que los alumnos tienen una carga horaria anual elevada comparada con otros países que, sin embargo, no se traduce en mejores 55 resultados. El sistema educativo está produciendo jóvenes a los que les cuesta pensar críticamente, desarrollar su creatividad, expresarse oralmente y por escrito, diseñar soluciones innovadoras, trabajar en equipo, y pasarlo un poco mejor en la vida escolar. (Educación 2020, 2014, p.54). La integración curricular es decisiva si se pretende formar en competencias complejas que exigen articular comprensiones, habilidades, actitudes y valores. Este giro, que hoy se demanda a los sistemas educacionales, exige una construcción curricular correspondiente y avanzar hacia una evaluación que no solo sea formativa, sino que observe el desarrollo de estas capacidades fundamentales (Conley, 2015). Gysling menciona que el problema de la finalidad de los estudios se impone a los estudiantes, los cuales deben resolver qué van a hacer después de terminar y en este tránsito se preguntan reiteradamente ´de qué me sirve esto a mí´, cargando la experiencia educativa de un sentido instrumental y de una multiplicidad de estrategias sobre lo que se estudia o no se estudia, o sobre lo que se está dispuesto o no a aprender” (Gysling, 2006, p.7). Las ideas presentadas por la experta, permiten reflexionar que el currículum no es perfecto, que pudo o puede estar sujeto a diferentes ideologías de turno y que, así como se presentó esta realidad, con mayor probabilidad los demás agentes comprometidos con la educación, podrían estar impartiendo sus propias ideologías, en una educación que dice ser laica. Si bien el Estado provee de un Currículum Nacional dado por las bases curriculares, permite que los establecimientos educacionales bajo el principio de libertad de enseñanza puedan desarrollar los planes y programas propios respecto a uno o más cursos de la educación básica y/o una o más asignaturas (Decreto 439, 2012, p.1). Respecto a los planes y programas de estudio, el Decreto 439 declara lo siguiente en sus artículos: Artículo 2º: Los planes y programas elaborados por el Ministerio de Educación, y aprobados por el Consejo 56 Nacional de Educación conforme a la ley, serán obligatorios para los establecimientos educacionales que carezcan de planes y programas propios de estudio. Artículo 3º: Los planes y programas de estudio que elabore el Ministerio de Educación de acuerdo a las bases curriculares a que se refiere el presente decreto deberán aplicarse gradualmente en los plazos que determine dicha Secretaría de Estado en el decreto que los apruebe (Decreto 439,2012,p.1). Aunque cada establecimiento cuenta con márgenes de flexibilidad para enfatizar los aspectos de la formación que considere relevantes, pudiendo elaborar sus propios planes y programas de estudio, la LGE dispone que los establecimientos que crean sus programas propios, también deben construirlos de manera que cumplan con los Objetivos de Aprendizaje de estas bases. Estas están compuestas por habilidades, actitudes y conocimientos (Decreto 439, 2012, p.2). La Ley General de Educación dispone un tiempo de libre disposición para los establecimientos que sostengan Planes y Programas propios: En orden a cautelar esta libertad de los establecimientos, la ley establece que el cumplimiento de las Bases Curriculares debe dejar un 30% del tiempo de la jornada escolar completa (es decir, 11 pedagógicas) para que los establecimientos dispongan libremente de él, ya sea para profundizar sobre los objetivos de las Bases o para complementarlos, según sean sus necesidades y su proyecto educativo. Si los establecimientos deciden utilizar los programas de estudio que proporciona el Ministerio de Educación, igualmente pueden contar con un 15% del tiempo de libre disposición, que pueden destinar a los mismos efectos (Bases Curriculares, 2013, p.24). La Reforma Educacional en marcha, promueve principios que aportan a la utilización del currículum y sus programas de estudio, y una implementación que considere a la comunidad a la que el establecimiento se dirige. Estos principios son los siguientes: Centralidad del estudiante. Integralidad del aprendizaje. 57 4.1.2.5 Innovaciones didácticas y metodológicas en la enseñanza. Apoyo a la trayectoria educativa Autonomía de la escuela. Fomento de la participación y la comunidad educativa. Bases curriculares. Las Bases Curriculares, de acuerdo a la Ley General de Educación (Ley Nº 20.370), constituyen el documento principal del Currículum Nacional y de acuerdo a la definición proporcionada por el Ministerio de Educación es: El Instrumento Fundamental de la Organización Curricular. Establece cuáles son los objetivos mínimos de aprendizaje que debe alcanzar todos los establecimientos escolares del país en cada nivel y asignatura. El Simce, textos escolares y programas de estudios se constituyen a partir de ellas” (Decreto 439, 2012, p.2). Asimismo, el documento oficial de las Bases Curriculares respecto a su propósito señala lo siguiente: Ofrece una base cultural común para todo el país, mediante Objetivos de Aprendizaje establecidos para cada curso o nivel. De esta forma, asegura que la totalidad de los alumnos participe de una experiencia educativa similar y se conforme un bagaje cultural compartido que favorece la cohesión y la integración social. A la vez, se reconoce que esta base curricular admite ser complementada; por ende, se entrega a los establecimientos educacionales la libertad de expresar su diversidad, construyendo, a partir de ella, sus propuestas propias de acuerdo a sus necesidades y a las características de su proyecto educativo (Bases Curriculares Educación Básica, 2012, p.16). Las Bases Curriculares se han construido a partir de los siguientes principios: 1. La Constitución Política y el ordenamiento jurídico de la nación, y la concepción antropológica y ética que orienta la Declaración Universal de los Derechos Humanos. 58 2. Los principios aludidos tienen por base la convicción fundamental de que los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos. 3. En el ejercicio de esa libertad, los individuos se agrupan para alcanzar su pleno desarrollo y perfección. 4. La finalidad del Estado es promover el bien común, para lo cual debe contribuir a crear las condiciones sociales que permitan, a todos y a cada uno de los integrantes de la comunidad nacional, su mayor realización espiritual y material posible. 5. El derecho a la educación y la libertad de enseñanza constituyen derechos esenciales, que emanan de la naturaleza del hombre y que el Estado ha de asegurar y respetar, en orden a cumplir su fin último de promover el bien común. 6. La educación debe ofrecer a todos los niños y jóvenes la posibilidad de desarrollarse como personas libres, con conciencia de su propia dignidad y como sujetos de derechos. Asimismo, tiene que contribuir a forjar en ellos el carácter moral regido por el amor, la solidaridad, la tolerancia, la verdad, la justicia, la belleza, el sentido de nacionalidad y el afán de trascendencia personal (Bases Curriculares, 2012, p.18). El documento de Bases Curriculares se ha construido considerando las siguientes fuentes: 1. Marco Curricular de 2009. 2. Los documentos que presentan los fundamentos para este ajuste curricular. 3. Los estudios de implementación y cobertura curricular en la Educación Básica y los estudios de evaluación de aula realizados por el Ministerio de Educación, y otros estudios recientes sobre la realidad de la Educación Básica en Chile. 4. Los resultados de aprendizaje observados por medio de las evaluaciones nacionales del aprendizaje (pruebas SIMCE) y los Niveles de Logro elaborados a partir de estas pruebas. 5. Los Mapas de Progreso del Aprendizaje, publicados por el Ministerio de Educación entre 2008 y 2009. Estos son instrumentos dependientes del currículum. 59 6. Análisis de la experiencia internacional con respecto al currículum escolar estatal. 7. Evaluaciones internacionales del aprendizaje aplicadas en Chile (TIMSS, PISA, PIRLS, ICCS) y sus marcos de evaluación. Estas Bases se nutren, además, de diversas demandas al currículum, concordadas por diversos actores y organizaciones sociales (Bases Curriculares, 2012, p.20). De acuerdo a lo declarado en la Ley General de Educación, se establecen dos tipos de objetivos a alcanzar mediante la escolarización, los Objetivos de Aprendizaje Transversales que se trabajan durante todo el proceso educativo, y los Objetivos de Aprendizaje que deben aprender en las diferentes asignaturas y en los diferentes niveles. A continuación se dan a conocer las definiciones de los Objetivos de Aprendizaje Transversales para todo el ciclo y Objetivos de Aprendizaje por curso y asignatura: Objetivos de Aprendizaje Transversales (OAT) para el ciclo: Son aquellos que derivan de los Objetivos Generales de la ley y se refieren al desarrollo personal y a la conducta moral y social de los estudiantes. Por ello, tienen un carácter más amplio y general; se considera que atañen al nivel completo de la Educación Básica y que su logro depende de la totalidad de los elementos que conforman la experiencia escolar, tanto en el aula como fuera de ella, sin que estén asociados de manera específica a una asignatura en particular. La relevancia de mantener unos Objetivos de Aprendizaje Transversales en las Bases Curriculares se sustenta en los objetivos generales que establece la LGE para la Educación Básica y Media. Esta ley define objetivos que, sin necesidad de constituirse en una asignatura en sí mismos, aluden tanto al desarrollo personal y social de los estudiantes como al desarrollo relacionado con el ámbito del conocimiento y la cultura. Las dimensiones que lo componen son las siguientes: Dimensión física Dimensión afectiva 60 Dimensión cognitiva Dimensión socio-cultural Dimensión moral Dimensión espiritual Proactividad y trabajo: Tecnologías de información y comunicación (TIC) (Bases Curriculares Educación Básica, 2012, p.30). Objetivos de Aprendizaje (OA) por curso y asignatura: Son objetivos que definen los aprendizajes terminales esperables para una asignatura determinada para cada año escolar. Los Objetivos de Aprendizaje se refieren a habilidades, actitudes y conocimientos que buscan favorecer el desarrollo integral de los estudiantes. Ellos se ordenan en torno a los objetivos generales que establece la Ley General de Educación para el ámbito del conocimiento y la cultura, pero también se enfocan al logro de aquellos que se refieren al ámbito personal y social; de este modo, se busca contribuir a la formación integral del estudiante desde cada una de las áreas de aprendizaje involucradas. Los Objetivos de Aprendizaje relacionan en su formulación las habilidades, los conocimientos y las actitudes plasmados y evidencian en forma clara y precisa cuál es el aprendizaje que el estudiante debe lograr. Se conforma así un currículum centrado en el aprendizaje, que declara explícitamente cuál es el foco del quehacer educativo. Las habilidades son capacidades para realizar tareas y para solucionar problemas con precisión y adaptabilidad. Una habilidad puede desarrollarse en el ámbito intelectual, psicomotriz, afectivo y/o social. Los conocimientos corresponden a conceptos, redes de conceptos e información sobre hechos, procesos, procedimientos y operaciones. La definición contempla el conocimiento como información (sobre objetos, eventos, fenómenos, símbolos) y como comprensión: la información integrada en marcos explicativos e interpretativos mayores, que dan base para discernimiento y juicios. 61 Las actitudes son disposiciones aprendidas para responder, de un modo favorable o no favorable, frente a objetos, ideas o personas; incluyen componentes afectivos, cognitivos y valorativos que inclinan a las personas a determinados tipos de acciones (MINEDUC, 2012, p.12). Los conocimientos, las habilidades y las actitudes se abordan en estas Bases Curriculares de forma integrada. A la vez, para cada asignatura se destaca y secuencia de manera explícita las habilidades que le son propias, y las actitudes y los valores relacionados con aquellos Objetivos de Aprendizaje Transversales del ciclo que se prestan especialmente para ser desarrollados en el contexto de esa asignatura. Además se debe destacar que el Estado introduce en el currículum otro tipo de conocimientos que no están dados ni por los OAT ni por los objetivos de aprendizaje, sino que se crean en forma de manuales y se instruye a todos los funcionarios de las escuelas financiadas por el Estado a transmitirlos a la comunidad educativa, siendo el foco principal, los niños. Entre los manuales se destacan algunos que responden puramente a ideologías que han sido aceptadas por el organismo estatal, pero no necesariamente por los padres de los estudiantes. Estas ideologías responden principalmente a temas de índole personal, como lo es la sexualidad, enseñando sobre educación sexual, introduciendo además el concepto de género y orientación sexual que aún no son avalados por ninguna institución especializada en la materia. Los manuales emanados desde el MINEDUC, que no sólo han sido entregados a los profesionales de los establecimientos educacionales, sino que también han sido enseñados mediante charlas, no como una mera recomendación, sino como una obligación en la que no se ha tenido la consideración de preguntarles a los propios padres lo que opinan. Entre esta documentación se encuentran: Política Nacional de Convivencia Escolar 2015/2018 62 Educación Sexual. Estrategia en sexualidad, afectividad y género. Oportunidades curriculares para la educación en sexualidad, afectividad y género. Orientaciones para la inclusión de las personas lesbianas, gays, trans e intersex en el sistema educativo. Programa Buen Vivir de la Sexualidad y la Reproducción. El Ministerio de Educación chileno, entre los documentos oficiales que ha presentado, cuenta con uno que va dirigido principalmente a los profesores y a las diferentes instituciones educativas, el que ha sido elaborado por profesionales del MINEDUC. En su definición detalla: El Marco para la Buena Enseñanza (en adelante MBE), es el documento oficial que busca entregar lineamientos profesionales a los/as docentes de forma de guiar sus prácticas en el aula y fuera de ella. Permite una comprensión de criterios compartidos acerca de la buena docencia, de forma que profesores/as, miembros de la comunidad escolar, formadores y formadoras de docentes, organizaciones educacionales, y la sociedad en general puedan dialogar en torno a las prácticas docentes que este estándar define (Propuesta actualización del Marco para la Buena Enseñanza, 2016,p.5). La Propuesta actualización del MBE, es el documento elaborado por el Ministerio de Educación posterior a la revisión del Marco para la Buena Enseñanza (2003) con propósito de orientar y propiciar una mayor vinculación con la práctica docente. Este marco establece aquello que los profesores chilenos deben conocer, saber hacer y ponderar para determinar su desempeño en la sala de clases y en el establecimiento donde cada uno de ellos trabaja (Propuesta actualización del Marco para la Buena Enseñanza, 2016). La organización del MBE, se organiza en cuatro dominios: Preparación del proceso de enseñanza-aprendizaje. Creación de un clima propicio para el aprendizaje. Enseñanza para el aprendizaje de todos/as los/as estudiantes. 63 Compromiso con el desarrollo profesional. Estos principios han buscado incorporar, por una parte, lo que la investigación nacional e internacional ha evidenciado acerca de las prácticas docentes que impactan positivamente en los estudiantes. Además, permite a las universidades que imparten carreras de pedagogía tener un referente para diseñar los programas de formación inicial y desarrollo profesional (Propuesta actualización del Marco para la Buena Enseñanza, 2016). 4.2 Cosmovisión Bíblica. 4.2.1 Premisas para la postura bíblica. A continuación se presentan las premisas para comprender la cosmovisión bíblica y cómo ésta determina los conceptos de familia y educación y sus implicancias en la vida de los cristianos. 4.2.1.1 El mito de la neutralidad. En esta época se apela a que las personas mantengan una opinión neutral cuando tratan diversos temas, especialmente en instituciones educacionales donde se insta a la objetividad en la manifestación de las ideas. Por lo cual se hace necesario detenerse en este asunto, y preguntar, si en realidad es posible mantener una postura neutral respecto a un hecho, y sólo entonces manifestar dicha opinión para luego argumentar. La respuesta, en palabras simples es que esto es imposible, ya que cada persona plantea sus ideas bajo la influencia de sus creencias, sea que ella lo asuma como tal o lo ignore, en palabras del Dr. Norman De Jong: La Fe o la creencia llega a ser la base para toda la acción. El hombre actúa sobre la base de sus creencias. Su conducta, su actitud y sus pensamientos están determinados por su fe o creencia. Una persona actuará sobre la base de una creencia falsa justo como actuará vigorosamente sobre la base de una creencia verdadera (De Jong, 2003, p. 52). Es por tanto, una realidad el que todo ser humano ha formado un fundamento a sus ojos sólido, sobre el cual piensa y actúa, el que le impide ser 64 neutral. Aún si se esfuerza, en todo momento sus creencias influirán en su comportamiento total y serán el estándar sobre el cual evaluarán los hechos a su alrededor, lo que descarta la posibilidad de la neutralidad, ésta, en palabras de Stephen Perks es un mito, ampliamente aceptado y reclamado, pero imposible de llevar a cabo (Perks, 1992). Y cualquier persona que exija neutralidad en el razonamiento está siendo cualquier cosa menos neutral u objetivo, porque está decidiendo en base a sus creencias qué opiniones son neutrales y cuáles no, en vez de simplemente reconocer que los seres humanos tienen un fundamento sobre el cual desarrollan su razonamiento, para luego identificar el propio, defenderlo y desarrollar sus argumentos de forma clara. Bahnsen comenta: A los sistemas incrédulos se les debe presionar para mostrar que estos deben tener una autoridad final sobre la cual descansar si es que van a evaluar cualquier cosa de manera objetiva e inteligible. La evaluación requiere de un estándar. Cuando cualquier sistema le da vueltas a verificar su autoridad final, tendrá que presuponer esa autoridad (Banhsen, 2007, p. 114). Es fácil reconocer que todas las personas tienen creencias medulares, a las cuales se aferran y según las que se dirigen en los asuntos más sencillos de la vida cotidiana, hasta los asuntos más complejos filosóficos e incluso científicos, algunos ejemplos de aquello se pueden ver claramente en las universidades, donde se defiende la idea de la neutralidad y la objetividad hacia los hechos, pero evidentemente se utilizan criterios personales para las diferentes actividades que allí se realizan, como la elección de la literatura para las diferentes asignaturas, los temas que son o no relevantes de tratar en las mismas, la manifestación de opiniones individuales en las temáticas que se tratan en clases, la supuesta tolerancia a las diferentes opiniones, pero que finalmente son coartadas si no se alinean a los objetivos planeados, y por supuesto los libros que forman parte de la biblioteca, cuya selección claramente responden a algún criterio. 65 Por lo tanto, se desprende de lo anterior que todas las personas, sea que estén conscientes de ello o no, tienen un conjunto de creencias base, es decir, una cosmovisión según la cual actúan, por ende, nuevamente, queda en evidencia que la neutralidad es imposible. Se entiende cosmovisión según la definición del Dr. Banhsen: Una cosmovisión es una red de presuposiciones que no están verificados por los procedimientos de la ciencia natural acerca de la realidad (metafísica), del saber (epistemología) y de la conducta (ética) en términos de la cual, cada elemento de la experiencia humana es relacionado e interpretado (Bahnsen, 2007, p.39). Es necesario destacar que cada persona ha formado una cosmovisión en base a presuposiciones, las cuales son prácticamente irrenunciables y se definen de la siguiente manera: Una presuposición es un supuesto elemental en el razonamiento de alguien o en el proceso por medio del cual las opiniones son formadas, es un compromiso personal que se sostiene en el nivel más básico de la red de creencias de alguien. Estas presuposiciones, sean verdaderas o falsas, son las que poseen la más alta autoridad en el pensamiento de alguien, y son tratadas como las creencias menos negociables al otorgarles la inmunidad más alta al ser revisadas (Bahnsen, 2007, p.41). Como enseña el Dr. Bahnsen: es conforme a ellas, que cada persona interpreta y evalúa todos los sucesos de su vida, y en base a los cuales analiza los temas fundamentales de la experiencia humana, tales como la naturaleza, la estructura de la realidad, la posibilidad y el método del conocimiento, los estándares y los universales de la moral. Además, en base a ella se escriben y se entienden los conceptos, especialmente los más elementales como familia, justicia, educación, etc. (Bahnsen, 2007). 4.2.1.2 El razonamiento supeditado a la Fe. Además de afirmar que la neutralidad es un mito, es necesario detenerse también en las aprensiones que se tienen respecto a la fe para el 66 razonamiento y desenvolvimiento en todas las áreas de la vida, entendiendo la fe como las creencias de una persona o como la define Berkhof: “creer (he’’emin) enfatiza el elemento intelectual y significa la aceptación de algo como verdadero basado en el testimonio de otro, entonces se puede también decir que la fe es el fundamento de la cosmovisión del individuo” (De Jong, 2010, p.46). La sociedad asume que sólo aquellas personas abiertamente religiosas sostienen una fe, y además alegan que la fe es la cuestión que impide a las personas ser neutrales, es decir, les impide alcanzar el conocimiento verdadero para poder interpretar los hechos correctamente, respecto a ello Stephen Perks explica: Con respecto a la posesión del conocimiento, existen solamente dos posiciones definitivas, esto es, el conocimiento exhaustivo u omnisciencia y la ignorancia completa. Si he de saber algo verdaderamente debo saberlo todo exhaustivamente, de otra manera lo que sé, o más bien lo que pienso que sé, puede ser afectado por lo que no sé, de una manera y una medida que no puedo saber, y así mi “conocimiento” no es conocimiento en cualquier sentido apropiado sino meramente especulación. Si, como un ser finito que carece de conocimiento exhaustivo, he de saber algo verdaderamente, me debe ser revelado por uno que sí conoce las cosas exhaustivamente. Sobre la base de esta revelación, y en la medida en que mi razonamiento sea consistente con ella, soy entonces capaz de seguir adelante y edificar mi conocimiento y entendimiento del universo que me rodea. Pero mi conocimiento estará necesariamente basado sobre la fe en la validez de esta revelación (Perks, 1992, p.18). Contrario a lo que la sociedad en general presupone respecto de la fe, ella está presente en el razonamiento de todo ser humano, es más, ella le brinda ese algo “dado” que es “preteórico” que en realidad es el sistema de fe que la persona ha adoptado, cuya revelación cree y sobre la cual construye sus conocimientos. Al respecto Stephen Perks agrega: La así llamada objetividad o doctrina de la neutralidad del hombre moderno es, de hecho, una presuposición religiosa negativa universal con respecto a la naturaleza 67 de la realidad que es sostenida y defendida solamente por fe, pues el supuesto de que el mundo existe y que puede ser entendido independientemente del Dios de la Escritura no puede probarse objetivamente más de lo que puede probarse la existencia de Dios de manera objetiva; es un asunto de fe. La idea de que el conflicto entre el humanismo y el cristianismo es del tipo de un hecho versus la fe, que ha sido promovido por la clase dirigente científica de nuestro día, es una mentira. El conflicto es, en verdad, uno de fe versus fe (Perks, 1992, p.17). Norman de Jong dice al respecto: Una vez que se entiende el papel de la fe en la vida humana, se puede interpretar correctamente la controversia fe-razón como fe en Dios versus fe en la habilidad racional del hombre. La razón está supeditada a la fe y es sólo un método por el cual una persona trata de hacer extensiones lógicas y consistentes de aquellas ideas o aseveraciones en las cuales cree, o a las cuales se aferra por fe (De Jong, 2003, p.26). Esta verdad respecto a la fe es así para todo hombre en el transcurso de la historia, tanto para el cristiano como para el no creyente. Ambos comienzan su pensamiento con un acto de fe, ellos deciden cuáles serán las presuposiciones en base a las cuales desarrollarán toda su vida y el no creyente aunque no lo asuma así, mira todas las cosas desde una perspectiva religiosa que requiere fe como fundamento. Establecido entonces, que todo ser humano tienen un sistema de fe al cual se aferra y cuya revelación asume como el conocimiento verdadero y que, por lo tanto, no existe la neutralidad, afirmado además que todas las personas poseen una cosmovisión determinada por las presuposiciones que la conforman y en base a las cuales interpretan el mundo, lo comprenden como sistema y su propia relación con este; es preponderante que las autoras de esta tesis fundamenten la cosmovisión desde la cual abordarán esta investigación. 4.2.1.3 Cosmovisión Bíblica. Resumiendo, simplemente no existe una presuposición libre y una forma neutral para abordar el razonamiento, y cada vez que se razona en cualquier 68 tema trascendental de la vida es necesario identificar los cimientos incuestionables en que descansan esas ideas (Van Til, 1947). Las autoras de esta tesis declaran que la misma presupone a Dios en cada una de sus definiciones, relaciones conceptuales y especialmente en sus conclusiones, es decir, se desarrolla desde una cosmovisión cristiana, la cual tiene como fuente principal la Biblia, además de libros de hombres y mujeres cuya cosmovisión es cristiana y por ende, también sus definiciones conceptuales han sido extraídas de ésta. Las mentes están dominadas por un dios, si no es el Dios verdadero, el de la Biblia, será otro, el humanismo, el relativismo, el marxismo por ejemplo, y su cosmovisión estará determinada por ello, de ahí la importancia de la filosofía, ya que para que una cosmovisión sea consistente debe responder a las preguntas básicas de ésta, en los ámbitos de la metafísica, la epistemología y la ética. Todas las cosmovisiones que responden de diferente forma a las preguntas fundamentales de la filosofía se arrogan el ser dueñas de la verdad. Morales señala: Justino Mártir quien fue el primer creyente registrado que deseaba buscar una síntesis entre el pensamiento cristiano y la filosofía gentil, luego de sus estudios tuvo la convicción de que en el cristianismo está la más antigua, verdadera y divina de las filosofías, el historiador Justo González declara “había seguido una larga peregrinación espiritual, yendo de doctrina en doctrina hasta que se convenció de que el cristianismo era la verdadera filosofía”, ya que esta muestra consistencia y coherencia en todo su planteamiento, respondiendo de forma contundente a las preguntas fundamentales de la vida, es decir, resolviendo aquellos misterios como la existencia de un ser superior, la vida eterna y el mundo de realidades eternas, esto es que lo que permite al individuo vivir y decidir, convicciones que no se contradicen a sí mismas, sino que pueden guiarle para el bien de sí mismo y de la sociedad, pero especialmente para con Dios (Morales, 2008, p.5). 69 Para el cristiano, es el acto creativo de Dios el que le da a todos los hechos de la realidad su propósito y significado, afirma además, que el hombre es capaz de entender el mundo en el que vive porque él también es una parte de esa creación racionalmente ordenada, creado a la imagen de Dios, es decir, es su reflejo limitado y finito en conocimiento, santidad y justicia, con dominio sobre la creación. El cristiano comienza su razonamiento con un acto de fe consciente en el Dios de la Escritura y así declara la veracidad y la suficiencia de la revelación divina como el mismo fundamento de su entendimiento de todas las cosas. Stephen Perks refrenda aquello en la siguiente declaración: Por lo tanto, para el cristiano el lugar definitivo de la racionalidad e inteligibilidad es el Dios de la Escritura y el hombre, por consiguiente, si ha de conocer algo verdaderamente, debe, como creatura de Dios creado a su imagen, “pensar los pensamientos de Dios después de Él” para usar palabras de Cornelius Van Til (Perks, 1992, p.14). Algunas de las verdades bíblicas que caracterizan y sostienen a la cosmovisión cristiana son (Bahnsen, 2002, pgs.26-27): Dios hizo todas las cosas, Él es el Creador ex nihilo y el universo es su creación. Génesis 1:1, Juan 1:3. Dios hizo todas las cosas para Él, no es un dios deísta, Él creó todo para ÉL y para su gloria. Romanos 11:36, Colosenses 1:16. Dios posee todas las cosas, Dios tiene derecho de propiedad sobre todo lo que Él ha creado y Él ha creado todas las cosas. Salmo 24:1. Dios gobierna todas las cosas, Dios activamente controla todas las cosas y constantemente las dirige a Su fin sabio. Isaías 46:10, Colosenses 1:17. Dios juzgará a todo hombre, como creaturas de Dios, los seres humanos son responsables delante de Él y con su voluntad. Eclesiastés 12:14 Por lo tanto un cristiano debería, consciente de estas verdades, rechazar la neutralidad para hablar de cualquier tema, y en obediencia a su Creador 70 observar el mundo y todo lo que en el sucede a la luz de las Escrituras, y respondiendo cada una de las preguntas de la filosofía conforme a la cosmovisión bíblica que es la que cree y promueve. En Colosenses 2:8 se advierte a los cristianos, “Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo” lo que les demuestra que la única filosofía correcta proviene de las Escrituras. La coherencia de la cosmovisión cristiana se hace evidente al ser capaz de responder consistentemente a las tres áreas fundamentales de la filosofía, metafísica, epistemología y ética, lo que se explica a continuación: A. Metafísica. La metafísica cristiana es revelada, es decir, esbozada en la Escritura y fundada sobre el creador infinito y personal. Dios es la fuente de toda posibilidad y así se establece los límites de la realidad por medio de su propia voluntad y decreto. La revelación metafísica importante acerca del saber de Dios incluye lo siguiente (Bahnsen, 2007, p.56): • Dios es sin causa y existe en sí mismo eternamente. No hay nada antes de Dios que rinda cuentas de Su origen y existencia (Génesis 1:1; Deuteronomio 33:37; Isaías 45:5–6, 18; Efesios 3:19; 1 Timoteo 1:17). • Dios es autónomo, no necesita nada fuera del Él mismo para prolongar Su existencia. Él es absolutamente autosuficiente; Él sólo se auto define (Éxodo 3:14; Juan 5:26; Hecho 17:25). • Dios es absolutamente independiente y autosuficiente en pensamiento (Job 11:7; 40:1–8; Isaías 55:8–11; Romanos 11:33–34), consejo (Salmos 33:11; Isaías 40:12–14), voluntad (Daniel 4:35; Romanos 9:19; Efesios 1:5) y poder (Salmos 115:3; 135:6; 40:21–26). • Dios es el terreno fundamental de toda realidad. Todo fuera de Dios al final se deriva de Su poder creativo (Génesis 1:1; Éxodo 20:11; Nehemías 9:6; Apocalipsis 4:11). 71 • Dios es autoexistente e inmutable, eterno, trino, supremo, soberano, omnisciente, omnipotente, omnipresente, activo, santo, justo, verdad, fiel, misericordioso, Dios es Señor sobre todo. (Santa Biblia, Pink, 1964, Morales, 2008) Por lo tanto, Dios, y sólo Dios define al mundo y a la realidad. Él es quien ha creado el universo y sólo en Él se puede obtener una percepción correcta y un conocimiento verdadero, este último es analizado por la epistemología. B. Epistemología. En la teología cristiana, la epistemología está determinada por la revelación de Dios, es decir, que fue pensada, creada y entregada por Dios al hombre, por medio de la cual se da a conocer a sí mismo y a su voluntad, y se divide en tres tipos: Revelación General: La doctrina de la revelación general enseña que Dios se revela a sí mismo en el orden creado (la naturaleza). Esta es revelación creacional que se dirige al hombre como hombre (la imagen creada de Dios, Génesis 1:26; 9:6). Revela la existencia de Dios (Romanos 1:20), la gloria (Salmos 19:1), el poder (Romanos 1:20), la santidad (2:14–16) y la ira (1:18). Esta revelación es sin lugar a dudas conocida por el hombre, por lo tanto, lo deja moralmente responsable ante Dios. (1:20; 2:1). Esta forma de revelación está dirigida a todo hombre (por lo tanto, se le llama revelación “general”). Aunque la revelación de Dios en la naturaleza no le muestra al hombre el camino de salvación, la naturaleza trinitaria de Dios y muchas otras verdades divinas como esta, sí muestran sí muestran que Dios existe y que Él es poderoso y que el hombre es responsable ante Él. (Bahnsen, 2007, p.58). Revelación Especial: Dios también se revela a sí mismo de manera directa y proposicional a la mente del hombre en la Escritura. La revelación especial es aquella revelación que es dada al pueblo de Dios (por consiguiente, es “especial”). Esta viene de Dios por medio de una comunicación directa, personal, verbal (o visual), ya sea a través de mensajeros 72 especiales dotados proféticamente o a través de registros escritos de esos mensajeros. Como aprendemos de la Escritura: “Ninguna profecía jamás fue hecha por un acto de voluntad humana, sino que los hombres movidos por el Espíritu Santo hablaron de parte de Dios” (2 Pedro 1:21). “Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea apto y equipado para toda buena obra (2 Timoteo 3:16–17). La importancia de la revelación especial para la apologética se hace sentir en que la presuposición de la verdad de la Escritura es una pre-condición absolutamente indispensable para la verdad, el correcto conocimiento y la ciencia (Bahnsen, 2007, p.60). Revelación Encarnada: La revelación a través de la encarnación es una forma única de la revelación especial. Cuando Cristo estuvo en la tierra durante el primer siglo Él trajo la revelación más alta de Dios en sí mismo. Él era literalmente Dios caminando en la tierra, aunque protegiendo Su gloria en una forma humana (Filipenses 2:6–8). Él sólo mostró Su majestad completamente una ocasión: en la transfiguración (Mateo 17:1–2). Pedro recuerda este evento glorioso: Porque nosotros no seguimos fábulas artificiosas cuando les hicimos saber del poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo, sino que fuimos testigos oculares de Su majestad. Pues cuando Él recibió honor y gloria de parte de Dios Padre, tal declaración como esta le fue pronunciada, “Este es Mi Hijo amado, en el cual tengo complacencia (2 Pedro 1:16–17)” (Bahnsen, 2007, pp.60-61). C. Ética. “Para el cristiano, la moralidad se fundamenta en el Dios de la Escritura quien es justo y bueno, omnisciente, omnipresente, omnipotente, personal y eterno creador. Su voluntad, la cual tiene sus raíces en Su ser y naturaleza, es el estándar del hombre para lo correcto.” (Bahnsen, 2007, p.62) Debido a éstas características de Dios, se puede asegurar que los principios morales revelados en las Escrituras siempre son justos y siempre son relevantes para la situación del hombre, cualquiera sea ésta. Es importante destacar que el ser humano 73 requiere de un estándar seguro, es decir, inmutable en base al cual actuar, y el único fundamento seguro para ello es un ser que a diferencia de los humanos sea eterno y no cambie, Dios. D. Argumento trascendental Por lo tanto, como la verdadera y correcta forma de interpretar un hecho sólo puede estar dado por quien lo creó, y según la cosmovisión cristiana, fue Dios, el de la Biblia, se concluye que sólo se puede conocer verdaderamente el mundo y todo lo que el involucra desde sus creencias, ya que fueron entregadas por el mismo creador, Jehová Dios. Además, la filosofía cristiana declara ser la antítesis de la filosofía del mundo, y agrega a ello el argumento trascendental, este dice que el argumento principal para defender el cristianismo es la imposibilidad de lo contrario, es decir, presionar la antítesis, hacer que el incrédulo viva consistentemente con sus supuestos materialistas. Lo que resultará en un intento del incrédulo por explicar sus principios en base a presuposiciones que están en colisión, y que por lo tanto, mostrarán su inconsistencia. Al respecto el Dr. Bahnsen menciona: El incrédulo debe ser llevado a darse cuenta de la fuerte diferencia entre su cosmovisión y la fe Cristiana para que se le pueda hacer ver la completa falta de significado de su propia perspectiva. Debes darle un empujoncito al incrédulo para que comprenda que no puede explicar en su cosmovisión el ser bueno, ayudar a un extraño, tener significado y demás. Debe comprender que en resumidas cuentas, no tiene una ley que gobierne el razonamiento, ni previsibilidad en su sistema. Carece de significado, propósito y valor en los fundamentos de su cosmovisión El incrédulo no reconoce la antítesis fundamental, ni tampoco admite su propio prejuicio. Él profesará neutralidad, razón e inocencia. Alegará que tú simplemente estás dando un salto de fe. Debes mostrarle su error en este razonamiento (Bahnsen, 2007, pp. 9596). Este argumento es relevante para esta investigación, ya que muestra la importancia para el cristiano de vivir consistentemente en cuanto a su fe, su cosmovisión y las presuposiciones que la conforman. Además, revelan la 74 necesidad de que la educación se conforme a una cosmovisión, en este caso la cristiana, de otra manera está viviendo como los incrédulos, de forma inconsistente, y por lo tanto es contrario a lo que su fe defiende. El doctor Greg Bahnsen concluye respecto a la cosmovisión cristiana: Debido a que el cristianismo es una visión del mundo y la vida, tiene un enfoque definitivo del razonamiento, la naturaleza humana, las relaciones sociales, la educación, el entretenimiento, la política, la economía, el arte, la industria, la medicina y cada uno de los otros aspectos de la experiencia humana (Bahnsen, 2007, p.45). Puesto que esta tesis apunta al rol familiar en la educación, y por ende a las responsabilidades que los padres deben cumplir en esta área, a continuación se presentarán como parámetros ideales y definiciones conceptuales referentes a la familia, la educación y cualquier otra temática aquellas afines a la cosmovisión expuesta. 4.2.2 Familia. 4.2.2.1 Fundamentos. La Cosmovisión cristiana es aquella red de presuposiciones en base a la cual un cristiano se desarrolla y actúa en el mundo. Esta red está cimentada en su fe en Dios y por lo tanto, responde a las verdades entregadas en la Santa Biblia. El Dr. Greg Bahnsen explica: “La Fe cristiana es un sistema coherente de declaraciones autónomas y verdaderas, un sistema de creencias entrelazadas que se apoyan mutuamente rellenando una cosmovisión mayor e independiente” (Bahnsen, 2007, p.40). Los fundamentos de esta cosmovisión se sostienen en la Biblia. Allí es donde el cristiano puede y debe encontrar dirección para cada área de su vida, porque es Dios quien se la ha entregado, con el fin de que viva de una forma en que le agrade. Al respecto, el Dr. Stephen Perks comenta: Las Escrituras son la revelación de Dios, tanto de sí mismo al hombre, como de su voluntad para el hombre. Por lo tanto, ellas revelan no solamente la verdad, “lo que 75 el hombre ha de creer con respecto a Dios,” sino también la voz de mando de Dios, “el deber que Dios requiere del hombre” (Catecismo Menor de Westminster, Q. 3, A.). Por consiguiente, la labor de la teología es doble: en primer lugar, el teólogo se propone entender y comunicar efectivamente la palabra de Dios, y en segundo, aplicar la palabra/mandato de Dios a la situación contemporánea, proveyendo así una base inteligible para la aplicación práctica de la fe Cristiana (Perks, 1992, p.10). En vista de lo anterior, no existe la neutralidad en el pensamiento y los hechos son interpretados conforme a la cosmovisión que se sostenga, la Cosmovisión cristiana afirma que una verdadera comprensión del mundo sólo se puede lograr si éstos son interpretados desde la perspectiva de quien los creó. De ahí la necesidad de que los creyentes acudan continuamente al manual que les dejó su Creador y Sustentador del Universo, la Biblia. Stephen Perks aclara este punto: Las Escrituras son la base esencial y fundamental para nuestro entendimiento de Dios y de Sus obras de creación y providencia –en otras palabras, para nuestro entendimiento de todas las cosas– y por lo tanto, que la Biblia habla con autoridad final sobre todos los tópicos de los cuales trata (Perks, 1992, p.10). Considerando estas afirmaciones, es evidente que las definiciones aquí tratadas serán extraídas de la Biblia, ya sea directamente o a través de autores que la hayan estudiado y obtenido de ella los conceptos, representando claramente la Cosmovisión que sostienen los cristianos. 4.2.2.2 Definición de Familia. El concepto de familia nace en las siguientes declaraciones bíblicas: Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne. Génesis 2:24 Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra (Génesis 1:28) 76 La familia entonces se constituye por un matrimonio entre un hombre y una mujer, los cuales son su núcleo central y pueden o no tener descendencia, Es el acto de voluntad, el juramento mismo con Dios, lo que sostiene la institución familia; puede incluir a otros miembros que sean parte de su ascendencia, familiares y otras personas con o sin lazo de consanguineidad. Gary North reconoce que “es una unidad, que al mismo tiempo se compone de individuos diferentes. Es tanto una como diversa.” (North, 1990, p.147). Rushdoony menciona: En la Escritura la familia es la institución más básica de la sociedad, a la cual se le otorgan todos los poderes más básicos. La familia es el gobierno básico del hombre, su mejor escuela y su mejor iglesia. La decadencia de la familia es la decadencia de la civilización (Rushdoony, 1979, p. 2). El matrimonio es central en la institución de la familia, ya que son los encargados de gobernarla conforme al pacto hecho en nombre de Dios. El hombre y la mujer se deben amor, confianza, atención y respeto mutuos, y especialmente, ayuda mutua, en tres aspectos: promover los intereses personales de la familia; en el mantenimiento del orden, en la educación y el gobierno de los hijos y en la promoción del bienestar espiritual de ambos (Sorin, 1840). Los padres son los responsables de la crianza de sus hijos, a quienes deben guiar conforme a los mandatos que Dios les ha entregado en su Palabra. Son responsables ante Dios de la forma en la que llevan a cabo esta función y darán cuentas de ello. En otras palabras, la autoridad de su gobierno es delegada y no autónoma. Rushdoony señala: “el capullo donde un niño crece y florece es un hogar estable, en el cual las necesidades de alimento, ropa, techo, disciplina, educación, fe y motivación del niño se satisfacen consciente y fielmente” (Rushdoony, 2011, p. 106). También, “La ley Bíblica coloca el poder y la autoridad en manos de los padres, especialmente en el hombre” (Rushdoony, 2011, p. 90). Es decir, es Dios mismo quien ha puesto a los padres, como los 77 encargados exclusivos de que sus hijos tengan un desarrollo físico y espiritual que les permita vivir conforme a la cosmovisión bíblica. Los hijos son los sujetos susceptibles del gobierno dentro de la familia, además, son los beneficiarios principales dentro de esta, puesto que los padres se obligan en obediencia a Dios y debido a la responsabilidad evidente que implica un nuevo miembro en la familia, a proveerles y satisfacer sus necesidades, las cuales se pueden resumir en asistencia social, educativa, económica y por supuesto, afectiva. A los hijos se les debe considerar de acuerdo a la Palabra de Dios. Es en ella donde verdaderamente se puede comprender cómo es el niño y qué es lo que realmente necesita. A continuación se profundizará sobre este punto. Para el cristiano por lo tanto, esta institución tiene características que la distinguen El Dr. Rushdoony dice lo siguiente: La primera característica de la familia es que se le ve en términos de una función y origen centrados en Dios. La familia es parte del propósito de Dios para el hombre, y su función para la gloria de Dios en su verdadera forma, así como también para permitirle al hombre su autorrealización bajo Dios (Rushdoony, 2011, p. 163). Una segunda característica de la familia es su propósito. El Dr. Gary North lo resume de la siguiente manera: “La familia es una unidad diseñada especialmente por Dios. Él la diseñó para extender Su soberanía visible sobre la faz de la tierra. La familia es la principal agenda de dominio. El dominio es su tarea principal” (North, 1990, p.136). El rol de dominio se define, en palabras de Rushdoony, como el deber del hombre de llevar a toda la creación bajo el orden-ley de Dios, ejerciendo poder sobre la creación en nombre de Dios (Rushdoony, 2011). Este dominio no implica gobernar a otros, sino mostrar por el uso y ejemplo, la eficiencia de la Palabra de Dios aplicada a las diferentes áreas de la vida y los beneficios que otorga a la sociedad, por lo cual, los individuos que la conforman de adherirán voluntariamente a ella. 78 El Dr. Rushdoony agrega además, una tercera característica de la familia respecto al dominio, puesto que no se trata de un afán egoísta y destructor, sino que, “este ejercicio de dominio y posesión es claro en que incluye responsabilidad y autoridad. El hombre es responsable ante Dios de su uso de la tierra, y debe como gobernante fiel, desempeñar su llamado solo en términos del decreto o palabra real de su Soberano” (Rushdoony, 2011, p. 164). De acuerdo a lo anterior, la familia tiene un rol fundamental en el desarrollo de la humanidad, el Dr. Rushdoony explica: “El significado de la familia, pues, no se debe buscar en la procreación sino en la autoridad y la responsabilidad centrada en Dios en términos de llamado del hombre a subyugar la tierra y ejercer dominio sobre ella” (Rushdoony, 2011, p. 164). En palabras simples, la familia cristiana tiene el deber de conocer profundamente la Palabra-Ley de Dios, para así entender cómo llevar a cabo su función en la tierra, con el propósito de que todo el mundo conozca a Dios y su Palabra; la Biblia, y puedan creer y reconocer que la única forma de que la sociedad se desarrolle correctamente es a través de la obediencia a éstos principios. Para el cristianismo la familia es sumamente importante. En ella se busca perpetuar una cosmovisión bien fundamentada, que impedirá el menoscabo de las funciones de esta para con Dios y la sociedad misma, resistiendo al deterioro que se pretende llevar a cabo por medio de las creencias hegemónicas de la actualidad como el humanismo, relativismo o el marxismo, quienes buscan que los hijos ya no sean de los padres, sino del Estado, del colectivo, quitándoles a los progenitores sus derechos y deberes. Como sostiene Agustín Laje: La familia es, en una palabra, el núcleo de la sociedad civil, y la sociedad civil constituye la dimensión que resulta absorbida en regímenes totalitarios por la política, donde ésta lo invade todo. De tal modo que está en el Partido Comunista el interés natural de anular estos espacios donde su intromisión no está asegurada y, al contrario, que pueden llegar a bloquearla. Ya decía 79 Lunacharski, ministro de Educación y Cultura en 1918, que “este pequeño centro educativo que es la familia, esta pequeña fábrica (…) toda esa maldición (…) llegue a ser un pasado caduco”. La Internacional Comunista reclamaba el “reconocimiento de la maternidad como función social. Los cuidados y la educación de los niños y adolescentes correrán por cuenta de la sociedad”, lo que equivale a decir, por cuenta del Partido (Márquez & Laje, 2016, p. 51). La regla general es que las responsabilidades hacia los hijos sean ejercidas por los progenitores. Pero en la eventualidad de que éstos se nieguen o estén imposibilitados de tomarla, por motivos de fuerza mayor u otro, los siguientes en asumir este deber serán la familia más próxima en sus niveles de parentesco y cercanía emocional, en su defecto, la iglesia a través de la institucionalidad o la acción libre y privada de los individuos cristianos. En una nación cristianizada, si todo lo anterior falla, la sociedad civil asumirá, en última ratio, el desafío de cuidar y velar por los niños desvalidos, cumpliendo el mandato de Deuteronomio 6 y Santiago 1:27. 4.2.2.3 Concepto del Niño. Es evidente que en la Cosmovisión cristiana el concepto que se tiene del niño está fundamentado en las Sagradas Escrituras, puesto que, como ya se ha mostrado, es radicalmente distinto a lo que afirman otras cosmovisiones. Entonces, el primer paso para criar correctamente un niño a los ojos de Dios, es conocer lo que Él enseña sobre su propia creación, al respecto Jack Fennema, en su libro “Enseñando a la niñez en el Señor”, hace una completa descripción del niño a partir de la Biblia. Allí desarrolla cuatro verdades básicas acerca del niño: el niño es creado por Dios, el niño es un portador de la imagen, el niño es un pecador y el niño puede ser una nueva criatura. Cada verdad enseñada en la Palabra de Dios ha sido puesta allí con el fin de que los responsables comprendan cuál es su rol, a qué se enfrentan y cuál es su objetivo. Para los padres cristianos es fundamental entender ampliamente la concepción correcta acerca sus propios hijos, sólo de esa forma 80 podrán tomar decisiones sabias en su crianza. A continuación se explicarán estas cuatro verdades: A. El niño es creado por Dios: esta declaración está dada en Génesis 1:27 cuando dice: “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios los creó; varón y hembra los creó.” A partir de esta afirmación se desprenden cuatro características: a) El niño es un ser religioso, puesto que ha sido creado por Dios, el niño es consciente de la existencia de un ser superior, y posee un deseo intrínseco de adorar. “Todo niño es totalmente religioso. Cada pensamiento, palabra y acción contiene un significado religioso. Él está respondiendo en gratitud y obediencia a su creador, o está, en esencia, adorando a otro dios” (Fennema, 2011, p.16). Tal como se explicó anteriormente, la neutralidad no existe, por lo tanto el niño está construyendo presuposiciones acerca de Dios, ya sea presuposiciones fundamentadas en la Biblia y por tanto en la Fe en Dios o bien presuposiciones paganas que le lleven a pensar y actuar conforme a un dios falso. b) El niño es una criatura, el niño es dependiente y finito. El niño no obtiene su identidad, o su condición de ser persona, desde él mismo, de otros o de sus acciones. Él es la corona de la creación, dotado con muchos talentos y dones por la absoluta bondad de Dios. Una de las implicaciones de la dependencia del hombre como criatura es que todas las personas son vistas como iguales ante Dios. El hombre no es el centro del universo. El niño no es el centro de su experiencia, de su escuela o de su hogar. No funciona para sus propios propósitos. Él debe reconocer que hay un Dios. Han de ver hacia arriba, hacia Dios, de una manera dependiente y en concordancia con su condición de criaturas (Fennema, 2011, pp.18-19). c) El niño es alguien que es único, Dios en su sabiduría decidió crear a cada ser humano diferente de los otros, y los diseñó de esa forma. Cada niño es creado como alguien que es único. Cada uno tiene talentos, características y rasgos únicos. Se debe tener cautela contra el tratar con todos los niños de la misma manera. Los esfuerzos destinados a crear una 81 conformidad de apariencia o de conducta deben tomar en consideración el hecho de que cada niño ha sido creado como alguien que es único (Fennema, 2011, p.20). d) El niño es un portador de la imagen de Dios, por lo tanto, ha sido creado con un propósito, una tarea y una función que llevar a cabo y para ello le han sido dadas las herramientas. Este asunto, debido a su relevancia, se tratará con más profundidad a continuación. B. El niño es un portador de la imagen, es decir, su identidad está sellada por completo con una naturaleza que emula a la de su Creador, y que a la vez le compromete y le capacita para llevar a cabo las tareas que le han sido entregadas. En el periodo de la niñez, entonces, el debería ser preparado y entrenado conforme a estas verdades de tal manera que le permitan, de forma responsable, cumplir su tarea en el futuro. a) Las tareas de un portador de la imagen: podrían resumirse como se hace en el Catecismo Mayor de Westminster, en la primera pregunta que dice: ¿Cuál es el fin principal y más alto del hombre?, y la respuesta es: El fin principal y más alto del hombre es glorificar a Dios y disfrutar de él para siempre. Para lograr aquello, el esfuerzo se concentra principalmente en dos tareas generales dadas a todos los cristianos, la gran comisión que refiere explícitamente al deber de dar a conocer el Evangelio de Jesucristo y el mandato de dominio o mandato cultural que habla de la ocupación del hombre como “vicegerente a cargo de la creación de Dios. Debe cuidar de ella y no explotarla indebidamente. Las posibilidades de la creación han de ser maximizadas por medio del desarrollo cultural. La tarea de hombre es sacar a la luz las riquezas de la creación y ponerlas al servicio del hombre para la gloria de Dios” (Fennema, 2011, pp.24). b) Las funciones de un portador de la imagen. Estas reflejan las tres funciones de Cristo, profeta, sacerdote y rey. La condición de profeta refleja el conocimiento de Dios, en el caso del hombre es saber (aceptar las revelaciones de Dios y su verdad) y luego compartir ese conocimiento con otros. El sacerdocio refleja la reconciliación de Dios para con los pecadores, en el caso del hombre él actúa como intercesor. Él es un mediador, un facilitador, uno que 82 se acerca una persona junto a Dios, a otra gente y a la creación. Él intenta resolver conflictos. Es un pacificador, un sanador. El reinado refleja el gobierno perfecto de Dios. La función real del hombre es administrar el mundo que Dios ha creado (Fennema, 2011). En cuanto a las funciones entregadas al hombre, Fennema hace la siguiente observación: “Antes de que un niño pueda funcionar correctamente como un profeta, un sacerdote y rey, primero debe tratar consigo mismo en cada una de estas tres áreas. Antes de que pueda funcionar como un profeta, debe poseer autoconocimiento. Antes de que pueda funcionar como un sacerdote, debe poseer autoentrega. Antes de que pueda funcionar como un rey, debe poseer autocontrol. Todo esto debe ser obtenido del Padre, por medio del Hijo, y por el poder del Espíritu” (Fennema, 2011, p.28). c) La naturaleza del niño fue creada a la imagen de Dios, esto con el fin de que el hombre estuviera equipado para llevar a cabo las funciones y con ello la tarea que se le entregó. “El hombre en su naturaleza refleja a Dios; es decir, el hombre en un sentido finito, dependiente y condicionado, refleja la verdad de que Dios es infinito, independiente y absoluto” (Fennema, 2011, p.29). A continuación, algunos ejemplos de esas características reflectantes dadas a los hombres, que tienen implicancias en el proceso educativo del niño: • El niño como una unidad: él es uno, cuerpo y alma. El niño es, de una vez, un ser racional, emocional, espiritual, físico y social. • El niño es racional, “el trata de encontrar un ambiente lógico y ordenado en el cual vivir. Sus acciones tienen propósitos mientras establece metas para su vida y se esfuerza para alcanzar esas metas. Posee la habilidad de pensar y entender. Posee intelecto” (Fennema, 2011, p. 30). • El niño es interactivo, “el niño se haya siempre en relación. Está en relación con Dios –una relación que bien puede haberse vuelto completa a través de Cristo, o permaneciendo quebrantada debido a un corazón no arrepentido. También está en relación con otros y con la creación natural” (Fennema, 2011, p.31). 83 • El niño es responsable, “El niño ha de conocer la verdad, y el niño está llamado a actuar y responder basado en esa verdad. Pero no solamente se le ha dado una tarea, una responsabilidad, también se le ha dado la habilidad de llevar a cabo esa tarea. Como alguien que es responsable, es capaz de responder” (Fennema, 2011, p.32). Las exigencias en cuanto a esta responsabilidad estarán dadas por la edad del niño y su conciencia epistemológica. • El niño tiene la libertad de escoger, “el hombre es una criatura y tiene limitaciones. El hombre debe funcionar en lo interno de una estructura, dentro de la naturaleza que se le ha dado. Él no obtiene libertad buscando ser Dios. No encuentra libertad a través del estilo de vida que niegue quién es él delante de Dios. Encuentra verdadera libertad a través de la sumisión a Jesucristo y a las normas que se hallan en la Escritura. El concepto de libertad centrada en la sumisión (servicio) y la estructura es una premisa fundamental para una aproximación bíblica de la disciplina” (Fennema, 2011, pp.33-34). • El niño puede ser llamado a cuentas: El hombre es considerado responsable por los criterios que Dios ha determinado, las normas, principios, directrices y mandamientos que se hallan en la Escritura. El hombre solo puede ser llamado a cuentas si es responsable y tiene libertad para escoger. Las acciones del hombre son intencionadas y orientadas a unas metas, no casuales o deterministas. Es verdad que los padres y el ambiente influencian la conducta, pero decir que causan o determinan la conducta es negar que uno es responsable y que tiene libertad de escoger. La gente elige lo que va a hacer, y por lo tanto, son responsables por esas acciones. No pueden culpar a otros (Fennema, 2011, pp.34-36). El niño tiene conciencia moral: 84 Esto quiere decir que es capaz de valorar algo como bueno o malo, superior o inferior, mayor o menor, con referencia a normas o estándares. El hombre es creado con una habilidad para discernir la diferencia entre lo correcto y lo incorrecto. Esa es una razón clave por la cual puede ser considerado como responsable por sus acciones (Fennema, 2011, p. 37). El niño es creativo: Posee habilidades creativas en al menos tres niveles. Primero, puede emular o crear un producto similar a aquel que alguien más ya haya hecho. Un segundo nivel de creatividad se encuentra en la habilidad de crear un “nuevo” producto, algo que alguien más no haya antes creado. Puesto que solamente Dios puede crear un producto a partir de la nada absoluta y dado que Él es la Fuente de toda realidad, el hombre en realidad sintetiza o crea un producto a partir de aspectos o componentes ya en existencia. Un tercer nivel de creatividad es el de la estética (Fennema, 2011, p.38). C. El niño es un pecador: La Escritura da fe del hecho que toda la humanidad tiene una naturaleza pecaminosa y totalmente depravada. Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá (Jer. 17:9) ... por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios (Rom. 3:23). La conclusión que debe derivarse, a partir de la Escritura, es que el hombre está esencialmente inclinado hacia los pensamientos y acciones que son malas o malignas (Fennema, 2011, p.41). Los maestros y padres Cristianos han de ver a sus niños como pecadores, poseedores de una naturaleza pecaminosa. Pero se deben notar dos advertencias: primero, el niño retiene su dignidad y valor como portador de la imagen, alguien a quien se le ha asignado una tarea por parte de su Creador; segundo, en presencia de la restricción de Dios todas las personas pueden realizar ciertos tipos de bien. El pecado está siendo refrenado por Dios. Por estas razones todas las escuelas pueden ser lugares de mutuo respeto y de orden (Fennema, 2011, p.44). D. El niño puede ser una nueva criatura: 85 Todos los niños son creados por Dios. Todos los niños portan la imagen de Dios. Todos los niños son pecadores. Pero no todos los niños son nuevas criaturas en Cristo. Los hombres se convierten en hijos de Dios solo cuando colocan su fe en el acto salvador de Jesucristo, es decir, la expiación por medio de su muerte y la vida eterna a través de su resurrección. Una relación personal con Dios por medio de la fe en Jesucristo es una parte integral de la justificación por Dios y señala el principio de la restauración de la imagen de Dios que Él completa en el cielo (Fennema, 2011, p.46). 4.2.2.4 Rol parental. Los hijos son de Dios, el cuál mediante la delegación de autoridad ha designado a los padres como los responsables por sus vidas. Se deduce entonces, que terrenalmente, los hijos son de los padres, lo que puede parecer obvio, pero actualmente la sociedad ha olvidado esta premisa; son los padres quienes engendran y crían a los niños, por lo tanto, ellos son la autoridad máxima dentro de la familia y es Dios quien les ha entregado dicho mandato y lo ha legislado en la Biblia. Allí se establece que la familia es la responsable del niño, y ninguna otra institución, ni el estado, ni la iglesia institucional, pueden arrogarse este derecho y deber a priori. Además, ninguna de estas instituciones, salvo la familia, está naturalmente capacitada para alcanzar la plenitud y la excelencia que tal labor requiere. El objetivo que persigue la labor de los padres es el que sus hijos sean criados como responsables ante Dios y la sociedad. Para ello, Dios mismo ha señalado cuáles son las obligaciones de los padres. Éstos deberes, primero, son un compromiso para con Él y luego para con sus hijos, lo que supone la suma relevancia de cumplir este rol de forma eficiente. De no hacerlo, se afrenta al soberano creador, lo que trae perniciosas consecuencias al niño y su entorno. He aquí una cuestión trascendental, y es que el niño es afectado no solo por el descuido particular hacia él, sino porque providencialmente el decreto-ley (Deuteronomio 28) establece tal sanción al incumpliendo de la obligación para con Dios. Por lo tanto, los padres tienen la responsabilidad de: 86 Proveer: Los padres son los encargados de sostener económicamente la vida del niño y satisfacer sus necesidades básicas de alimentación, salud y abrigo, asegurar la viabilidad, la integridad biológica y la supervivencia del organismo. Son las personas más idóneas para hacerlo, ya que son sus propios hijos, no unos extraños. Esta es la razón de por qué en toda la historia nada ha igualado la eficiencia económica mostrada por la familia. Ella no tiene paralelo en su contribución a la estabilidad del orden social. Bien lo explica Rushdoony en su libro Ley y Libertad: La familia como unidad económica tiene un excelente plan de distribución del trabajo, en el que ciertos deberes se asignan al padre y otros a la madre y otros a los hijos. Son deberes y derechos mutuos que se llevan a cabo con un grado mayor de éxito que en otras instituciones, a pesar de todos los problemas. La familia, además, puede soportar y sobreponerse a más embates que cualquier otra institución, ya sean desastres económicos, desacuerdos, catástrofes y cosas parecidas (Rushdoony, 2011, p.102). La biblia declara que el hombre que no sustente a su familia está siendo rebelde a un mandato directo de Dios, y además demuestra ser incapaz de gobernar con sabiduría y honor ya que si no es capaz de gobernarse a sí mismo no será capaz de gobernar a otros. Amar: La familia, en especial los padres tienen el deber y el privilegio de entregar amor a quienes Dios les ha entregado para su crianza, este amor incluye el entregar afecto, compañía, consuelo, ayuda entre otras acciones, esto se da de forma natural debido a la realidad de que somos seres emocionales, cuyos sentimientos han sido dados por Dios para construir relaciones que además de involucrar responsabilidades, entreguen apoyo, motivación y alegría en los otros para así poder continuar unidos y cumplir los propósitos que se les han entregado. El apoyo proporciona al organismo en desarrollo un buen ajuste psicológico, un sentido de bienestar personal, confianza en el mundo y competencia en las relaciones con los otros. El amor hace que cada uno de los miembros de la familia esté dispuesto a servir al otro, “los niños no son los únicos a quienes la familia gobierna: a los padres también. 87 A la madre la gobiernan las necesidades de su esposo y sus hijos. Al padre lo gobierna la obligación de mantener a su familia, protegerla y darles el ejemplo y la dirección que necesitan” (Rushdoony, 2011, p.100) Proteger: Rushdoony lo dice de la siguiente manera: La familia tiene la función de vigilancia y protección, los miembros de una familia se vigilan unos a otros; se esfuerzan por mantener a sus miembros en línea y fuera de problemas. Los miembros de una familia no sólo se vigilan y castigan, sino que se ayudan unos a otros en función protectora de la cuna a la tumba (Rushdoony, 2011, p.102). Educar: La familia es la primera escuela del hombre, es la que le entrega los fundamentos básicos para la vida. Dios ha delegado la autoridad de los hijos y todo lo relativo a ellos, directamente a los padres y además les ha mandado a ser los responsables de la educación de sus hijos, una educación fundada en la cosmovisión bíblica. Esto se confirma en los siguientes versículos: Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes (Deuteronomio 6:4-7). Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor (Efesios 6:4). Al respecto el Dr. Stephen Perks afirma: El objetivo de la educación es entonces promover la madurez a la imagen de Dios y es la labor de los padres Cristianos cuida al niño, moldear su carácter y disciplinarlo en términos de los propósitos de Dios para su vida. Es importante comprender aquí que los padres Cristianos son responsables no sólo de proveer a sus hijos una educación, sino que también son responsables del tipo de educación que sus hijos reciben. La institución ordenada por Dios responsable de la educación es la familia (Perks, 1992, pp 41, 67). 88 4.2.3 Educación, en la Cosmovisión Cristiana. 4.2.3.1 Concepto de Educación Cristiana. De acuerdo con el Dr. Rushdoony las presuposiciones de la educación cristiana son (Rushdoony, 2007, pp. 20-21): La soberanía de Dios, y la autoridad de su Palabra infalible. El pensamiento crítico es una habilidad que todo cristiano debe poseer, y puede florecer mucho mejor en el contexto del cristianismo bíblico que en el contexto del humanismo autónomo. La educación cristiana necesita enfatizar el pensamiento crítico cristiano, una crítica del hombre y de la sociedad en términos de la fe bíblica. La educación cristiana es, franca y honestamente, autoritaria, es decir, se organiza en términos de la autoridad de Dios. La educación cristiana debe afirmar siempre la ley absoluta de Dios. Todas las esferas de la vida se hallan bajo las leyes absolutas de Dios. El propósito de la educación cristiana no es académico: es religioso y práctico. El propósito del hombre es edificar el reino de Dios. El concepto cristiano de la educación se construye en base a las presuposiciones mencionadas y a la tarea que le ha sido encomendada al niño para el futuro, Sthepen Perks la define de la siguiente manera: Una educación cristiana es una que capacita al estudiante a pensar los pensamientos de Dios después de Él, en cada disciplina y área de la vida, en otras palabras una que le provee tanto el marco conceptual basado en y consistente con la interpretación definitiva de la realidad establecida en la Palabra de Dios y las herramientas intelectuales para asimilar la información de la realidad de ese marco. (Perks, 1992, p. 50). 4.2.3.2 Propósito de la Educación Cristiana. Todo el proceso educativo se lleva a cabo con el fin de trabajar para el ejercicio del dominio que ha sido mandatado a los cristianos, por ello Stephen Perks señala: 89 El propósito de la educación cristiana es capacitar al niño para crecer a la imagen de Dios en un adulto maduro, equiparlo para tomar sus responsabilidades como el portador de la imagen de Dios y proveerle con las herramientas para cumplir su mandato como creación de extender su dominio sobre la tierra como el vicegerente de Dios (Perks, 1992, p. 50). 4.2.3.3 Fundamentos de la Educación Cristiana. Los fundamentos que sostienen esta definición de educación y su propósito son: que debe propender a que el niño obtenga la sabiduría bíblica y que según las Escrituras la disciplina es la forma correcta para alcanzarla. Referente a la sabiduría bíblica como el requisito fundamental para llevar acabo el mandato de dominio, Stephen Perks comenta: Se ha establecido anteriormente, que el propósito de la educación es capacitar al hijo para que madure a la imagen de Dios y así, equiparlo para cumplir su vocación en la vida como vicegerente de Dios y extender su dominio sobre la tierra. Si el hijo ha de llevar a cabo su llamado, debe obtener sabiduría. En la Biblia, la sabiduría es establecida como el objetivo principal de la educación: “Adquiere sabiduría, adquiere inteligencia;. . . no la dejes y ella te guardará; ámala y te conservará. Sabiduría ante todo, adquiere sabiduría; y sobre todas tus posesiones adquiere inteligencia (Proverbios 4:5–7) (Perks, 1992, p.68). Se deduce que la sabiduría proviene de Dios y sólo se puede adquirir por medio de un conocimiento verdadero acerca de Él y de su Palabra. Stephen Perks continúa su exposición: Fundamentalmente, la palabra bíblica de sabiduría reúne tres factores: conocimiento, vida y ministerio. Es el conocimiento, la comprensión de la perspectiva de Dios, hecha provechosa para el diario vivir para Él y (como parte de esto) compartida con otros y utilizada para ministrarles.” La filosofía bíblica de la educación, por lo tanto, abarca más que la mecánica de adquirir conocimiento o información técnica. Su objetivo va más allá de la “autorrealización” del hijo. Tampoco está simplemente preocupada con capacitar al hijo para “desempeñar una papel útil en la sociedad.” Está interesada con adquirir sabiduría e involucra una actitud u 90 orientación en la vida de sumisión a la palabra de Dios y un compromiso a la verdad ahí revelada. Su propósito es capacitar al niño para cumplir su verdadero llamado en la vida en una comunión de pacto con Dios y así, “glorificar a Dios y disfrutarlo por siempre (Perks, 1992, p.70). En cuanto al mandato dado por Dios a los padres de entregar esta sabiduría bíblica por medio de la disciplina, la palabra de Dios señala este concepto como una de las responsabilidades principales de los padres y lo dice en Efesios 6:4 “Padres no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor”. Esta palabra deriva del griego paideuô/paideia y puede ser traducida por disciplina o crianza, es decir, de acuerdo a la Escritura son una misma cosa. Jack Fennema indica que “el equivalente en hebreo en el antiguo testamento es yisscr/mûsar, que se define como “instruir, amonestar, corregir, disciplinar, castigar”. Generalmente se refiere a la disciplina en el sentido de enseñanza o incluso indicarle a una persona que obedezca la ley de Dios” (Fennema, 2011, p.96). Se deduce por lo tanto que la Biblia utiliza este término para referirse a la educación, y a la vez este se divide en dos acciones inseparables: instruir y corregir. La disciplina es la responsabilidad principal de los padres y en parte de los maestros cuando los niños asisten a clases específicas en alguna escuela o academia, este compromiso está dado por su mayor madurez, por lo que son tenidos como más responsables que los niños en este proceso. La disciplina bíblica se basa en la subordinación, Jack Fennema lo aclara de la siguiente manera: “la imagen es la de los niños inmaduros e inexpertos que están siendo dirigidos hacia la meta correcta por un maestro más maduro y experimentado, quien se halla en autoridad sobre ellos” (Fennema, 2011, 96). Instruir se refiere a toda la enseñanza que se entrega al niño, principalmente el entrenamiento moral y también el académico. Los padres comienzan esta instrucción desde que el niño nace, esta dirección o instrucción es positiva, los adultos son quienes deben tomar la iniciativa. Los padres principalmente y los maestros explica Fennema “han de tomar a sus hijos de la manos y no solamente para dirigirles, sino también enseñarles de tal manera que los niños puedan eventualmente navegar por el sendero por ellos mismos. 91 La meta es la autodisciplina, o si se quiere la Cristo-disciplina (Fennema, 2011, p.103). “Los maestros y los padres han de trabajar de manera intencionada, permitiéndoles a los niños tanta libertad de elección como la que puedan manejar responsablemente en cada nivel de crecimiento” (Fennema, 2011, p. 103). La instrucción que tiene el objetivo de transmitir la cosmovisión bíblica al niño, se realiza principalmente a través de las palabras, principalmente enseñanza de la Palabra de Dios y de las acciones, entendiendo por acciones aquellas concordantes con las enseñanzas, ejemplificadas por los padres y que luego serán imitadas por los niños, ambas son necesarias y deben ser consistentes unas con las otras, llegando así a la verdadera sabiduría, cuyo conocimiento incluye la práctica, el llevar a la realidad el aprendizaje aplicándolo efectivamente en cada área de la vida. Corregir (Escarmentar): es una disciplina correctiva que pretende cambiar un aprendizaje contrario a los propósitos establecidos por los padres, que además van en contra de los principios bíblicos entregados. Esta corrección se lleva a cabo por medio de un escarmiento, que lejos de pretender infundir miedo en el niño, busca redirigirlo hacia la conducta adecuada, el énfasis recae en las acciones futuras. “El escarmiento es reformativo y tiene el crecimiento personal como meta, es un medio para hacer madurar a una persona, es hecho en amor y se enfoca en el futuro” (Fennema, 2011, p. 178). A los padres les ha sido delegada la autoridad por parte de Dios para corregir a sus hijos mediante el escarmiento, este debe ser llevado a cabo con sabiduría, con propósitos espirituales, es decir, conforme a la ley. La Biblia advierte a los padres: Castiga a tu hijo en tanto que hay esperanza; Mas no se apresure tu alma para destruirlo (Proverbios 19:18). Es decir, el escarmiento debe ser proporcional a la gravedad del acto pecaminoso que haya cometido el niño, y debe comenzar con una corrección verbal y una explicación de su falta. 92 4.2.3.4 Institución responsable. Los responsables de entregar una educación cristiana a los niños son sus padres, a ellos se les ha dado este deber de parte de Dios. Diferentes autores lo confirman: Rushdoony señala: “Un aspecto fundamental del sustento que los padres les debían al hijo es la educación en el sentido más amplio de la palabra.” (Rushdoony, 2011, p. 182) “Se necesita más que nunca recalcar que los mejores y más fieles educadores son los padres bajo Dios. La mejor escuela es la familia” (Rushdoony, 2011, p. 185) North lo explica de la siguiente manera: Así que los padres deben a sus hijos la enseñanza. Los padres han de entrenar a sus hijos para que sean obedientes, pero también independientes. Han de fomentar la madurez en sus hijos. La educación de los hijos es la obligación moral de los padres. Ellos son los que determinan si a sus hijos se les enseña la verdad o no. Son responsables ante Dios por la crianza de sus hijos. Son incluso responsables del contenido de la enseñanza que reciben sus hijos. Por eso es una responsabilidad tan grande tener hijos (North, 1990, pp.138-139). Ronald Kirk por su parte señala: Los padres debiesen adquirir el poder y la habilidad de educar a sus hijos. Un sistema Bíblico de educación debiese proveerle al hogar la visión y las herramientas necesarias para cumplir la responsabilidad paterna de educar a la familia (Deut. 6; Efe. 6). Aunque los padres puedan de manera correcta delegar alguna autoridad a otros maestros, de acuerdo al principio Bíblico de especialización (1 Cor. 12), la responsabilidad final por la educación de los niños sigue siendo de los padres (Kirk, 2002, p.1) Cuando los padres comprenden su responsabilidad, entienden también que la eficiencia en el ejercicio de ésta no está asegurada al elegir una u otra modalidad (escuela regular estatal, escuela privada, comunidad educativa, homeschool u otra). Ellos, que entienden además el concepto de educación bíblica, analizarán el sistema que les permita cumplir con el propósito 93 fundamental, buscarán una opción que enseñe a sus hijos a pensar como creyentes, a formar una cosmovisión bíblica que le entregue las herramientas para llevar a cabo el mandato de dominio. Para el cristiano el propósito de la educación es facilitar maduración a la imagen de Dios y el crecimiento a una hombría verdadera y una feminidad verdadera de manera que el hijo pueda ser capaz de cumplir su mandato como creación en obediencia a la palabra de Dios. De aquí se deriva que el tipo de educación que les damos a nuestros hijos debe ser una que sea completamente fundada en la cosmovisión Cristiana y que busque someter todas las disciplinas a la autoridad de la palabra de Dios como es revelada en las escrituras del Antiguo y Nuevo Testamento. Por consiguiente el negarle a nuestros hijos tal educación es abandonar nuestras responsabilidades como el pueblo de Dios de pacto (Perks, 1992, pp. 6768). La escuela es una facilidad válida disponible para los padres, como un servicio para entrenamiento especial en materias específicas. Pero al hacer uso del servicio ofrecido por la escuela, los padres Cristianos se deben asegurar de que la filosofía educativa y la práctica son consistentes, apoyarán y alentarán la perspectiva de pacto Cristiana que deberá gobernar la educación del niño en todo nivel (Perks, 1992, p. 71). Los límites en la delegación de la autoridad que les ha sido dada a los padres, está determinada por las características de la cosmovisión que sostenga la institución o individuo que preste el servicio educativo. Servicio que no supone que el niño pase jornadas completas varios días a la semana en la institución o academia, sino que se utilice como servicio educativo complementario a la labor de los padres en aquellas disciplinas que ellos junto a sus hijos estimen convenientes desarrollar para su especialización, el Dr. Stephen Perks lo resume así: Los padres son responsables por el tipo de cosmovisión que sus hijos beben y del tipo de instrucción que reciben en sus materias específicas. Los objetivos educativos generales y la perspectiva, así como las disciplinas específicas enseñadas caen dentro del área de la responsabilidad del padre. Así es que, se dice que los 94 maestros están in loco parentis, es decir, tomando el lugar de los padres en la educación de sus hijos. Por lo tanto, es la responsabilidad de los padres asegurarse de que sus hijos son educados en términos de la fe Cristiana, no en la religión humanista y el estado de Moloc. Dios va a requerir esto de nosotros (Perks, 1992, p. 73). 4.2.3.5 El currículum cristiano. El Dr. Rushdoony, en su libro “Filosofía del Currículum Cristiano”, declara lo siguiente: “Un currículo cristiano, para ser fiel a sí mismo, debe ser cristiano en todos los sentidos” (Ruhdoony, 2007, p.10). Un currículum cristiano es el plan de estudios que sostiene y promueve la Cosmovisión Bíblica. Está fielmente fundamentado en la Biblia, la que dirige todo el quehacer educativo por medio de sus principios y mandatos; éstos son inmutables en sí mismos por que han sido dados por Dios, pero deben ser relacionados de tal forma a la época que sean pertinentes a ella y a sus necesidades, haciéndolo relevante al contexto. Por último, implica el conocer bíblico, es decir, una estrecha relación entre el intelecto, los sentimientos y la acción del estudiante, o sea, un involucramiento total. Todo lo anterior, con el objetivo de que el estudiante reciba la preparación que le permita glorificar a Dios en su etapa y en el futuro. Por lo tanto, según la definición dada, la descripción del currículum se resume en tres conceptos, debe ser bíblico, atingente y llevar al verdadero conocimiento. A. Debe ser bíblico. De Jong comenta al respecto: “Puesto que la Biblia es la única guía válida y confiable para la práctica y planificación en la educación, se debe rechazar cualquier dirección ofrecida por parte de fuentes antitéticas” (De Jong, 2010, p.133). El Dr. Rushdoony agrega: La soberanía de Dios en la Educación requiere de nosotros que reorganicemos toda la Educación en términos de la fe y las presuposiciones bíblicas; que afirmemos los derechos imperiales del Rey Jesús en todas las áreas de la vida y el pensamiento, y que le brindemos a nuestro Señor su debida obediencia en la Iglesia, el Estado, la escuela, el hogar, la vocación, y en 95 la totalidad de la vida. Nada que sea menos que esto es cristiano (Rushdoony, 2007, p.87). B. Un currículum está siempre en desarrollo, con el fin de ser atingente a la época y cultura en la que se desarrolla, al respecto Rushdoony señala: Un currículo sólido tiene como fundamento una fe inmutable en el Dios soberano y trino y en su Palabra infalible, por ende reconocerá que el hombre y sus problemas cambiarán y se desarrollarán. El área de lo inmutable se encuentra en Dios y en la eternidad, no en el tiempo ni el hombre. El currículo sólido será un currículo relevante, y la relevancia requiere dos factores, un mundo de absolutos, y un mundo de cambio. No es suficiente aferrarse a los absolutos de Dios: deben ser relacionados –de manera continua y fresca– con los tiempos y sus cambios. La relevancia es más que las asignaturas: es también una fe que hace conexiones, establece relaciones y se desarrolla por medio de su habilidad para unir las cosas en relaciones significativas y útiles. Esto involucra el elemento personal (Rushdoony, 2007, pp. 11-12). Sólo hay un elemento que nunca debe ser quitado del currículum. “La Biblia y la ley bíblica son básicas para cualquier currículo sólido y no pueden ser excluidas sin evitar la anarquía educativa” (Rusdoony, 2007, p. 11). Los contenidos adicionales que se enseñen deben ser pertinentes al contexto y características del niño, eso determinará la profundidad y extensión de la información entregada en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Las diferentes materias, matemáticas, literatura, ciencias u otra serán enseñadas conforme a lo que los padres estimen conveniente y necesario, siempre y cuando también sean sometidas a la cosmovisión bíblica. C. Considerando que la definición de educación cristiana señala que el estudiante debe lograr conocer a Dios y su Palabra de tal forma que pueda capacitarse para ejercer las tareas dadas por su Creador, Norman De Jong señala: Si el estudiante cristiano ha de conocer a Dios y disfrutar de Él para siempre o ha de amar a Dios con todo su 96 corazón, alma y mente, entonces el proceso educacional debe fomentar ese conocimiento y amor en todos y cada uno de sus puntos. Como exhorta Deuteronomio 6 “Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas.” (vss. 7-9) (De Jong, 2010, p.141). La definición bíblica del concepto conocer expone la necesidad del involucramiento de la persona que está recibiendo la enseñanza, el comentario de Jack Fennema aclara este punto: Conocer, bíblicamente, significa saber de manera total. Incluye tanto las obras internas del hombre y, basado en el compromiso de corazón, la manifestación externa de esas obras. Las palabras creencia y conocimiento tienen en gran medida el mismo significado en la Escritura. Hay tres aspectos interrelacionados e interdependientes en cuanto al creer bíblico y saber bíblico. El verbo yadá, “conocer”, significa una unificación de intelecto, sentimiento y acción. Así cuando se usa yadá en la Escritura, conlleva con él las tres dimensiones de pensamiento, sentimiento y hacer o respuesta. El saber bíblico es un acto total (Fennema, 2011, p.77). Como el saber bíblico es un acto total, en que el individuo como unidad es enseñado y “que la doctrina y los métodos educativos bíblicos son dignos de confianza, en ellos se encuentra el fundamento para la vida y el aprendizaje basado en la fe” (Kirk, 2002, p.2). Se deduce que un currículum con un enfoque educativo bíblico produce un verdadero conocimiento, esto ya que: Un enfoque educativo bíblico es autocorrectivo: Debido a que el aprendizaje es esencialmente arrepentimiento constantemente buscamos corregir nuestra visión de Dios, del hombre y las cosas lo mismo que las prácticas de nuestra vida, para conformarnos cada vez más a la imagen de Cristo en pensamiento y en acción (Kirk, 2002, p.2). La educación Bíblica en cosmovisión es espiritual. No asumimos ningún otro fundamento apropiado para cualquier logro humano que no sea el temor del Señor y 97 el amor de Jesucristo” (Kirk, 2002, p.2). Es espiritual en el sentido de que está siendo guiado por el Espíritu Santo y por lo tanto, es conforme a la ley de Dios. La educación Bíblica en cosmovisión es intelectual. Pablo dijo que hemos de ser transformados – en nuestra calidad esencial interna – por la renovación de nuestras mentes. Un enfoque Bíblico del aprendizaje busca alinear la cabeza y el corazón conforme a la provisión y la gracia de Dios para el hombre (Kirk, 2002, p.3). Una filosofía educativa Bíblica reemplaza el sistema enfocado en el logro/fracaso de haz esto o muere. Más bien, la fe se aplica a un proceso de crecimiento continuo, a pesar de la habilidad innata o del logro presente, a través de la diligencia y de una confianza perseverante en Cristo para que produzca incremento a su debido tiempo” (Kirk, 2002, p.3). El currículum cristiano responde a un propósito y para llevarlo a cabo, debe cumplir con ciertos requisitos que aseguren su fundamento en una teología sólida, en términos de la resurrección y del llamado del hombre a ejercer dominio y a sojuzgar la tierra. Este currículum es empleado con el fin de que la educación sea totalmente práctica y significativa. Rushdoony describe estos requisitos prácticos de la siguiente manera (Rushdoony, 2007): Primero, al estudiante se le debe capacitar para crecer en el dominio de sí mismo, para ello se utilizan las Escrituras, las que nos capacitan para entendernos a nosotros mismos y a otros, y también para conocer a Dios, es la herramienta básica del currículo que permite al niño tener un carácter autodisciplinado. Segundo, un currículo cristiano deberá capacitar al estudiante para ejercer dominio sobre el mundo. El propósito es preparar generación tras generación para dominar todas las áreas de la vida y del pensamiento. Se le debe enseñar que el pueblo de Dios debe afirmar los derechos reales del Rey Jesús sobre todas las áreas de la vida. Tercero, la meta de la educación cristiana no puede ser el conocimiento exhaustivo, académicamente hablando, sino, más bien el conocimiento de principios. El cristiano debe comenzar con una abierta confesión de su fe en el 98 Dios trino de las Escrituras y Su palabra infalible y en el hecho de que “todas las cosas por Él fueron hechas, y sin Él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho” (Juan 1:3). Cuarto, una educación cristiana instruye acerca de los oficios de Cristo, como sacerdote, profeta y rey, y enseña que sólo a través de la fe en su obra se puede alcanzar el conocimiento verdadero. Puesto que la neutralidad no existe y que los efectos noéticos del pecado han dañado el razonamiento humano, éste sólo puede ser restaurado a través del dominio de Cristo sobre la vida del hombre. Algunos ejemplos de un currículum cristiano pueden darse en la forma en que se abordan las diferentes materias. A continuación, Rushdoony expone: Comienza por la ley. “Para el cristiano, la ley no se encuentra bajo el Estado, ni es producto del Estado sino una expresión de la santidad y orden de Dios” (Rushdoony, 2007, p.8). El enfoque de la historia, a diferencia del humanismo que trata esta materia desde dentro del tiempo y se lleva a cabo por la acción del hombre, en el cristianismo “el tiempo y la historia están determinados por igual desde toda la eternidad por el Dios trino” (Rushdoony, 2007, p.9). La economía debería ser incluida desde la secundaria como una esfera independiente de la Ley, que capacite al estudiante en este asunto conforme a lo que la Palabra Dios enseña y no el Estado. 99 5. MARCO METODOLÓGICO. 5.1 Paradigma y diseño de investigación. El presente estudio intenta dar respuesta a la pregunta de investigación mediante la estructura teórica dada por el Sistema Educativo chileno, principalmente a través del currículum y su conformación, de igual modo, la búsqueda de bibliografía que respalda la cosmovisión cristiana. Para dilucidar esto, es necesario realizar un análisis de la cosmovisión que sostiene y promueve el Estado chileno respecto a la familia y la educación, debido a que es la institución principal en llevar a cabo el proceso de escolarización en el país mediante su Sistema Educativo. Así también, es necesario exponer la postura bíblica en el tema de la familia y la educación que sostienen las personas con una cosmovisión cristiana y así reflejar las diferencias y/o similitudes que ésta tenga con la impuesta por el Estado, propendiendo a la búsqueda de un consenso, o bien, una solución que permita a los padres cristianos ejercer el rol que sus creencias les demandan, ya que por medio del marco teórico expuesto se visualiza una tensión entre ambos conceptos. En virtud de lo anterior, con el propósito de abordar eficazmente el problema de investigación, se utilizará un modelo de investigación encuadrado en el paradigma cualitativo debido a las características propias de nuestro objeto de estudio. “Este modelo permite profundizar y comprender los fenómenos, explorándolos desde la perspectiva de los participantes en relación con el contexto en el que se encuentran inmersas sus experiencias” (Hernández, 2010, p.364). Asimismo, la meta de la investigación que utiliza el paradigma cualitativo, es describir, comprender e interpretar los fenómenos relacionados, es imprescindible para los propósitos de ésta investigación indagar y conocer la teoría de los conceptos de familia y educación y sus implicancias desde las dos cosmovisiones presentadas, la del Estado y la cristiana. 100 Para sustentar estos conceptos bajo las definiciones del Estado, se utilizaron el Marco legal como la Constitución, La Ley General de Educación incluidos los documentos originados en el Ministerio de Educación, como el Marco para la Buena Enseñanza, Marco para la Buena Dirección, Currículum Vigente y las Bases Curriculares, además de autores entendidos y reconocidos en el tema. Para los conceptos de educación y familia tratados desde una cosmovisión cristiana, se ha considerado la Biblia, puesto que para los creyentes, es ella la que posee la máxima autoridad legislativa, por lo tanto, los principios, definiciones y delimitaciones de responsabilidad han sido definidos allí. Además, se han utilizado libros de diversos autores expertos en el estudio de las Escrituras y que sostienen también una cosmovisión cristiana, tales como los Doctores Bahnsen, Rushdoony, Gary North, entre otros. Además del uso de la Hermenéutica, que permite extraer las verdades insertas en el texto bíblico. 5.2 Procedimientos para generar el análisis de la información. Considerando que esta investigación utiliza el enfoque cualitativo, se hizo uso de diversas técnicas de recogida de información, las cuales permitieron generar un marco teórico que da un sustento sólido para el posterior análisis de resultados. El contenido recopilado y organizado desde dos cosmovisiones distintas, estatal y cristiana, fue obtenido a través de la indagación, selección, comprensión y lectura de textos entre los cuales se encuentran libros, seminarios, artículos de revista, documentos oficiales, documentos legales, textos informativos, manuales e instructivos. Dado que el método cualitativo apunta a la comprensión de las ideas manifestadas por la narración de los autores, es necesario destacar que la información se obtuvo mediante el uso del instrumento de la comprensión y por medio de la técnica de la lectura de textos. La cual es definida por Ruiz de la siguiente manera: La comprensión es aquel modo de recoger información en el que la realidad social es entendida como un texto contextualizado en el que puede descubrirse un sistema 101 gramatical, un soporte léxico y un conjunto de significado. La lectura equivale a un análisis sistemático de un texto, que es visto como un espejo o lago transparente en el que puede verse a través de su soporte literario cuanto en él se contiene en una forma precodificada que es preciso comprender (Ruiz, 2009, p.76). 5.3 Técnicas de análisis. Se ha seleccionado la técnica de análisis de contenido, puesto que es la forma más organizada para conocer e interpretar las distintas definiciones conceptuales que tienen relación con la educación y la familia, y también la información expuesta acerca de las diferentes posturas. Entre las herramientas ofrecidas por el paradigma cualitativo, el análisis de contenido es la que mejor se ajusta para la finalidad de esta investigación, considerando las características de nuestro estudio. “Esta técnica nos ofrece la posibilidad de abordar el estudio de las ideas más que de las palabras” (Hurtado, 1998, p. 506). Actualmente, se puede considerar el análisis de contenido como una forma particular de análisis de documentos. Con esta técnica, no es el estilo del texto lo que se pretende analizar, sino las ideas expresadas en él (López, 2002, pág. 173). El objetivo es, por lo tanto, aplicar este método con el propósito de realizar una comparación de las cosmovisiones que tienen dos instituciones pertenecientes a la sociedad actual y, para ello, es necesaria la interpretación de sus fundamentos e implicancias en la vida de los niños y en la sociedad misma. En el análisis de datos, la acción esencial consiste en recibir datos no estructurados y muy variados (visuales, auditivos, textos escritos y expresiones verbales y no verbales). Estos son principalmente narraciones de los autores y observaciones del investigador, los que son estructurados por este último. Para el desarrollo de la investigación, se presenta un breve recorrido por la Historia de la Educación chilena mediante la visión de diferentes autores, quienes entregan datos históricos relevantes, plasmados en sus libros, respecto 102 a la conformación del Sistema Educativo de nuestro país; Sol Serrano, Luis Celis, Harriet, Campos, Harald Beyer, son algunos de los seleccionados. Para el concepto de familia y su rol respecto de los hijos se utilizaron documentos legales como el Código Civil y definiciones extraídas de libros escritos por estudiosos del área, tales como Bolívar, Rodrigo y Gubbins. En relación al Marco Legal, se consideran algunos artículos de la Ley General de Educación, principalmente para entregar la definición del concepto de Educación ratificada en nuestro país, como así también, aspectos relacionadas a su conformación. Del mismo modo, respecto a lo Legal, se contempla la Constitución Política de Chile, decretos del Código Civil, como así también La Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH) y la Convención sobre los Derechos del Niño. Además, de documentos oficial del Ministerio de Educación , tales como El Marco para la Buena Dirección y el Liderazgo Escolar y las Bases Curriculares del Currículum Vigente. Por otro lado, para el desarrollo de la cosmovisión cristiana y sus fundamentos en las definiciones de familia y educación, se utilizó como la fuente de máxima autoridad la Biblia que es el libro sagrado para los cristianos, en ella se encontraron múltiples referencias a los temas expuestos, lo que por medio del uso de la hermenéutica permitió extraer los resultados correspondientes. Respecto a la hermenéutica, Berkhof comenta: Propiamente hablando, la hermenéutica es el arte de interpretar (to hermēneuein), pero hoy se usa el término para referirse a la teoría de este arte. La hermenéutica es la ciencia que nos enseña los principios, métodos y reglas de interpretación: Debemos distinguir entre la hermenéutica general y la especial. La primera se refiere a la interpretación de toda clase de escritos; la última a cierta clase definida de producciones literarias, como leyes, historia, profecía o poesía (Berkhof, 2005, pág. 2). Por otro lado, Martínez se refiere a la Hermenéutica como técnica de análisis con las siguientes palabras: 103 Toda ciencia trata de desarrollar técnicas especiales para efectuar observaciones sistemáticas y garantizar la interpretación. De esta forma, la credibilidad de los resultados de una investigación dependerá del nivel de precisión terminológica, de su rigor metodológico (adecuación del método al objeto), de la sistematización con que se presente todo el proceso y de la actitud crítica que la acompañe. En la investigación tradicional siempre se ha utilizado la hermenéutica (arte de interpretar) en un capítulo final, generalmente titulado “interpretación de los resultados” o “discusión de los resultados”, en donde se pregunta el investigador qué significan en realidad esos resultados (Martínez, 2002, p.1). Además se utilizaron libros y artículos de autores que sostienen una cosmovisión cristiana y que haciendo exégesis de los textos bíblicos han interpretado todo lo referente a las temáticas de interés de éste análisis. Estos autores tienen como su característica principal considerar a la Biblia como inerrante e infalible. Se han considerado, entre otros a Rousas Jhon Rushdoony, Gary North, Greg Bahnsen, Cornelius Van Til, Stephen Perks, Norman De Jong y Jack Fennema. 5.4 Triangulación. Según Hernández, la teoría se construye básicamente a partir de los datos empíricos obtenidos y analizados (Hernández, 2014, p.11). Por otra parte, Benavides señala que la triangulación es una herramienta enriquecedora que le confiere a un estudio rigor, profundidad, complejidad, y permite dar grados variables de consistencia a los hallazgos. A la vez permite reducir sesgos y aumentar la comprensión de un fenómeno (Benavides, 2005, p.118). Luego de concluido el trabajo de recopilación de la información, se realizará la triangulación definida como la acción de reunión y cruce dialéctico de toda la información pertinente al objeto de estudio surgida en una investigación por medio de los instrumentos correspondientes (Cisterna, 2005). 104 En virtud de lo anterior, el estudio utiliza esta estrategia con el propósito de enriquecer la investigación y proporcionar validez al desarrollo de este proceso. Asimismo, el surgimiento de reflexiones y conclusiones a partir del análisis de diferentes fuentes. Para ello se han utilizado tres fuentes principales que brindarán la confiabilidad necesaria para generar la exposición de los resultados, éstas son el Marco Legal Chileno, los Documentos oficiales que rigen el funcionamiento del Sistema educativo creados por el MINEDUC y la Biblia en conjunto con libros fundamentados en ella, fruto de la hermenéutica, en que se muestra la postura de la cosmovisión cristiana respecto de la familia y la educación. 5.5 Validez y confiabilidad. Respecto a la necesidad de la calidad en una investigación, Hernández comenta: En la indagación cualitativa poseemos una mayor riqueza, amplitud y profundidad de datos si provienen de diferentes actores del proceso, de distintas fuentes y de una mayor variedad de formas de recolección (Hernández, 2014, p.417). El entendimiento de la realidad es el propósito fundamental de la investigación cualitativa. El enfoque cualitativo no busca el establecimiento de generalizaciones ni de leyes universales que nos ofrece la investigación cuantitativa, puesto que lo que se busca es la comprensión (Cortés, 1997). En la presente investigación se pretende lograr la confiabilidad de los resultados mediante la triangulación de fuentes metodológicas puesto que de acuerdo a dicho método, es la responsable de proveer la objetividad y la calidad necesaria a los datos obtenidos. La información recolectada de diferentes fuentes o por diferentes investigadores, permiten mayores niveles de credibilidad. Asimismo, la validez del análisis resalta la capacidad del investigador al intentar retratar la realidad percibida de manera tal que sea coherente con la información recogida de dichas fuentes. 105 Debido a la relevancia de los resultados que se pretenden obtener en esta investigación, se hace imperante que la información expuesta y sus resultados tengan la consistencia que le den validez y confiabilidad al lector. La coherencia interna lógica de los resultados y la ausencia de contradicciones con resultados de otras investigaciones o estudios bien establecidos (Galeano, 2000). La fiabilidad y la validez son puntos clave para el momento de evaluar el grado de veracidad que tiene un estudio. El investigador puede asegurar su confiabilidad mediante entrenamiento y técnicas de análisis. El contraste que se produce entre las diversas fuentes utilizadas permite que los hallazgos producidos por la investigación posean la legitimidad suficiente y la eficiente comparación de los resultados posteriores. 106 6. EXPOSICIÓN DE RESULTADOS. 6.1 Historia del Sistema Educativo chileno. El breve resumen de la historia de la educación en Chile, permite visualizar cómo la educación pasó de ser propiamente una responsabilidad de los padres a ser una responsabilidad del Estado, el que se autoimpuso el cumplimiento de este rol, relegando a la familia a ejercer un rol complementario, esto, claro, con la complicidad silenciosa de la última ante el avance de la escolarización como el medio único y necesario para llevar a cabo el proceso de enseñanza-aprendizaje. El Estado pasó a tener responsabilidades civiles, en las que se incluye un Estado docente, adjudicándose el derecho y el deber de decidir qué aprender, cómo aprender, dónde aprender y cuándo aprender. Desde que se inició el proceso de independencia de Chile en 1810, comenzó también la idea de transformar al país, esto por supuesto, por medio de la educación. Egaña y Carrera, entre otros, observaron la experiencia comparada de los países con mayor desarrollo y concluyeron que la educación escolar era la causa principal de ese avance. Lo que, lastimosamente, no consideraron los padres fundadores de la República Chilena, fue que antes que la educación, situaciones particulares condicionaron el surgimiento de las escuelas en tales países. El cristianismo y su influencia medular en las tradiciones de tales naciones, en la conciencia familiar, eran tan fuertes que; considerando la doctrina de “imago dei” y el sacerdocio universal, veían a los hijos como iguales ante Dios y la ley, pero distintos a ellos en propósito. Debían ser capacitados de maneras más precisas y completas ya que su posterior tarea debía dar frutos más altos y perdurables que los de sus antecesores. Vivian en lo que ellos llamaban “El reino eterno de Cristo” cuya naturaleza era progresión y mejora constante, o lo que era lo mismo: Victoria (1Co. 15:24-25) (“La Esperanza Puritana”, Ian Murray). De ningún modo tal conciencia religiosa surgió de la imposición por decreto, sino más bien de los fervorosos sermones que las iglesias institucionales ofrecían (Whitefield). Al no considerar ese punto, los padres de la Patria, intentaron imponer la educación a través de la 107 escolarización. Ellos pretendían que sin tal causa, el cristianismo cultural, el resultado fuera similar al comparado, lo que, a la luz de la experiencia, era y fue imposible. Sol Serrano en su libro de Historia de la Educación en Chile, reconoce sin tapujos la intervención ideológica del Estado en los asuntos educativos, llevando su propia cosmovisión a las aulas de clases, traspasando sus principios e ideales a los estudiantes. El orden constitucional que surge de la independencia tenía como horizonte el Estado Soberano, aquel que ostenta el monopolio del origen del derecho y posee los medios coactivos para hacerlo aplicar. Los colegios y universidades coloniales nombraban sus autoridades y decidían sus materias de estudio sin el filtro del Estado (Serrano, 2012, p. 140). El asunto fue tomando fuerza, de tal forma que en el siguiente siglo, en el año 1927 se promulgó el Decreto Ley N°7500, allí se expresan claramente las intenciones del Estado: Art.N°1: La Educación es función del Estado, quien la ejerce por medio del Ministerio de Educación Pública. Decreto que demuestra, la determinación con la que el Estado se adueñó de un rol que históricamente había pertenecido a la familia. No le bastó con ofrecer la posibilidad de la escolarización, sino que además, como si gozara de poder absoluto sobre la sociedad y sus individuos, decidió ser el encargado exclusivo de la entrega de la educación de los niños. Luego, en el período del Presidente Eduardo Frei Montalva el Estado decidió aumentar de 4 a 8 años el periodo obligatorio de escolarización, y mantuvo su exclusividad en el proceso educativo de los individuos de la nación hasta la llegada del gobierno militar, quienes en la Constitución de 1980, reivindicaron en parte la responsabilidad educativa de los padres sobre los hijos. 108 10°. El derecho a la educación. La educación tiene por objeto el pleno desarrollo de la persona en las distintas etapas de su vida. Los padres tienen el derecho preferente y el deber de educar a sus hijos. Corresponderá al Estado otorgar especial protección al ejercicio de este derecho. Este último cambio constitucional, devolvió en parte la libertad propia a los padres de decidir cómo educar a sus hijos y que por lo demás, debería estar asegurada por el simple hecho de ser los progenitores y sustentadores de los niños. En los años consecutivos, el presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle creó la jornada escolar completa, la que establecía el horario de clases diarias de 7 horas en promedio, modalidad que debían implementar todos los establecimientos estatales y por ende, todos los padres debían acatar. En el periodo del presidente Ricardo Lagos, se aumentó a 12 años el periodo obligatorio de escolarización, esto a partir de los 6 años, y luego en el primer periodo presidencial de Michelle Bachelet se agregó el segundo nivel de transición a la obligatoriedad, apremiando a las familias a enviar a sus hijos fuera de casa para ser enseñados por personas extrañas desde los 5 años. La historia, además muestra cómo el Estado fue creando instituciones para que éstas fueran quienes establecieran los conocimientos válidos para que un niño se transformara en un ciudadano útil para el desarrollo del país. El MINEDUC, es el estamento encargado de definir los objetivos a alcanzar mediante el Sistema Educativo, junto a todas las entidades que lo complementan se ocupa de crear un currículum, cuyo contenido, dado por los OAT y los Objetivos de aprendizaje, es el único válido para calificar como apta a una persona para participar en la sociedad, y cuya forma de validarlo es a través de pruebas diseñadas por ellos mismos. El rol del Estado ha sobrepasado ampliamente sus deberes, abarcando el ámbito educativo. Es tal su dominio en esta área que el ciudadano común está convencido de que el Estado debe hacerse cargo de la Educación y 109 además decidir todo lo referente a ella. Esto demuestra el buen trabajo que ha realizado la institución estatal, que incluso ha hecho uso del propio sistema educativo para implantar esta idea en la ciudadanía. Los padres por su parte confían, sin cuestionar, que el Estado decidirá mejor que ellos lo que sus hijos deben aprender y cómo lo deben aprender, lo que es un error, en especial para aquellos que se presentan como cristianos, porque interfiere con su propia responsabilidad, al ceder la enseñanza de una cosmovisión que debe ser cristiana a una institución que enseña una distinta. 6.2 Concepto de familia. Para realizar un análisis del concepto de familia desde las cosmovisiones expuestas, estatal y cristiana, se presentan a continuación sus respectivas definiciones. Desde el Estado, la definición de familia es la siguiente: El uso y la habitación se limitan a las necesidades personales del usuario o habitador. En las necesidades personales del usuario o habitador se comprenden las de su familia. La familia comprende al cónyuge y los hijos; tanto los que existen al momento de la constitución, como los que sobrevienen después, y esto aun cuando el usuario o el habitador no esté casado, ni haya reconocido hijo alguno a la fecha de la constitución. Comprende asimismo el número de sirvientes necesarios para la familia. Comprende, además, las personas que a la misma fecha vivían con el habitador o usuario y a costa de éstos; y a las personas a quienes éstos deben alimentos (Código Civil, Art.N°815, 2000, p.118) No obstante, actualmente el Estado acepta como familia a los diferentes grupos de personas que conviven en un hogar, independiente de su extensión: familia extensa, familia nuclear, familia monoparental o familia ensamblada o reconstituida, o de su formación: familia matrimonial, familia no matrimonial o natural, o familia adoptiva. En el caso del Cristianismo, el concepto de familia está dado por los siguientes fundamentos bíblicos: 110 Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne. Génesis 2:24 Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra. Génesis 1:28. La familia entonces se constituye por un matrimonio entre un hombre y una mujer, los cuales son su núcleo central y pueden o no tener descendencia; puede incluir a otros miembros que pueden ser parte de su ascendencia, familiares y otras personas con o sin lazo de consanguineidad. Rushdoony menciona: “En la Escritura la familia es la institución más básica de la sociedad, a la cual se le otorgan todos los poderes más básicos. La familia es el gobierno básico del hombre, su mejor escuela y su mejor iglesia. La decadencia de la familia es la decadencia de la civilización” (Rushdoony, 1979, p. 2). Por su puesto, este es el concepto de familia que Dios ha mandatado, pero puede haber excepciones en el caso del fallecimiento de un cónyuge, o el divorcio, este bajo las estrictas condiciones determinadas por la Ley Bíblica. Estos casos de excepción, son familias disfuncionales y deben reconocerse como tales para luego propender a la funcionalidad en su conformación. A pesar de que las definiciones de familia parecieran ser iguales, se debe aclarar que en el caso del Estado, ésta está definida únicamente en cuanto a la convivencia, en cambio en el caso de la definición dada por la Biblia, está determinada por un mandato de Dios, en que se determinan los integrantes principales, un hombre y una mujer, y además se declara que esta conformación va más allá de una inclinación emocional, aunque la incluye. La cosmovisión bíblica define a la familia en términos de su propósito para con Dios y la creación y su fortaleza reside en el juramento hecho en nombre de Dios. La Biblia declara que la familia tiene una función específica, la que se resume en glorificar a Dios, es decir, obedecer a sus mandatos. El mandamiento principal dado al individuo y por ende a la familia es el de ejercer dominio sobre la creación, es decir, llevar toda la creación bajo la Palabra-Ley 111 de Dios, trabajando para que la Ley de Dios sea reconocida y aplicada cómo la única válida para el desarrollo de la sociedad, con el fin de que conozcan que para obtener un orden social, sólo existe una opción, y esa es Dios y la aplicación de Sus principios. 6.3 Rol de la familia en la educación. En la cosmovisión estatal la familia tiene un rol complementario respecto de la educación, esto en comparación al rol que ejerce el Estado, en especial mediante la escuela. Esta última es la que tiene el rol principal, relegando a la familia y en especial a los padres a aceptar lo que el Sistema Educativo decida, puesto que a sus ojos son ellos los más capacitados para decidir el contenido del aprendizaje de los niños, su propósito, sus limitaciones, sus objetivos, el cómo deben aprenderlos, en qué formato, decidiendo los niveles educativos, la jornada, los horarios, el lugar, las estrategias, entre otros elementos. Además, es el Estado quien, con suma arrogancia, decide el propósito verdadero de la educación, decide también los conocimientos, habilidades y actitudes mínimos y obligatorios a alcanzar por parte de los estudiantes, deciden, por lo tanto, la cosmovisión con la que serán tratados aquellos conceptos y enseñanzas seleccionadas y deciden aquellas posturas, autores, principios que no serán tratados, respondiendo obviamente a su propio sistema de creencias, aunque no lo asumen, asegurando ser un sistema educativo laico. Por lo tanto, la familia, está obligada a aceptar, sin cuestionamientos, el currículum establecido por el Estado. Aún si sus hijos están en escuelas privadas, éstas deben cumplir con la enseñanza de los objetivos de aprendizaje establecidos allí, si pretenden ser reconocidas como instituciones educativas y cumplir con los estándares de promoción. La familia ni siquiera tiene la posibilidad de hacerse cargo de forma exclusiva de la enseñanza de valores de sus hijos, ya que estos también son tratados en las bases curriculares, y aunque quieran hacerlo, el tiempo que les queda luego de que los niños llegan del colegio es mínimo comparado con las horas que pasan siendo enseñados 112 por el Sistema Educativo. En resumen, la familia según el Estado cumple una tarea inferior a la ejercida por ellos. El Estado se pregunta por qué los padres no se involucran en el proceso de enseñanza-aprendizaje, pero en realidad ellos mismos son la principal causa de este comportamiento, ya que han acaparado las funciones propias de la familia, mostrándose como la autoridad en el tema educativo y haciendo retroceder a los padres en el rol que les corresponde. En la cosmovisión cristiana en cambio, la familia no sólo tiene un rol central y fundamental, además, afirma que los hijos son de los padres, lo que si bien parece obvio, está siendo cuestionado por la sociedad, la que está traspasando sus responsabilidades al Estado. Esta responsabilidad cobra mayor relevancia, por el hecho de que no es autoimpuesta, sino que es Dios quien se las ha dado y a quien deberán dar cuentas por la forma y el propósito con el que se efectúa. Los padres son los encargados de llevar a cabo el proceso educativo. Tienen la responsabilidad primordial de criar a sus hijos como responsables ante Dios y la sociedad bajo Dios, es decir, conforme a la cosmovisión cristiana, transmitir la sabiduría bíblica necesaria para que sus hijos en el futuro puedan ejercer dominio sobre la creación. Al respecto, Perks señala que la educación: Está interesada en adquirir sabiduría, e involucra una actitud u orientación en la vida de sumisión a la Palabra de Dios y un compromiso con la verdad ahí revelada. Su propósito es capacitar al niño para cumplir su verdadero llamado en la vida en una comunión de pacto con Dios, y así, glorificar a Dios y disfrutarlo para siempre. (Perks, 1992, p.70) Para hacer entrega de esta sabiduría Dios ha demandado que los padres apliquen disciplina a sus hijos. Ésta implica la instrucción y corrección, ambas deben servir para dirigir al niño hacia la meta y sólo pueden ejercidas plenamente por los padres. La instrucción hace referencia a toda la enseñanza que el niño recibe, principalmente el entrenamiento moral y el académico. La corrección por su parte, se implementa por medio del escarmiento, cuyo fin es 113 la corrección que pretende cambiar un aprendizaje contrario a los propósito establecidos por los padres (Fennema, 2011). Esta educación, sólo puede ser efectuada de forma completa y correcta si son los padres quienes personalmente la entregan. Tiene como requisito mínimo enseñar la Biblia, a la que se pueden agregar diversas materias, todas enseñadas desde la cosmovisión cristiana. Los padres pueden complementar la educación que entregan a sus hijos enviándolos a academias a recibir clases específicas de alguna asignatura de interés, esto acorde a los talentos y habilidades dadas por Dios a cada individuo. La escuela es una mera prestadora de servicios, no la fuente de la educación, por ello, los padres deben cuidar de no entregar totalmente su responsabilidad, sino procurar que la persona encargada de realizar tal clase y entregar conocimientos al respecto y, por ende, también un conocimiento total, sostenga la misma cosmovisión que ellos, ya que, como es sabido, el niño es una unidad; él recibe una enseñanza que no sólo involucra contenido teóricotécnico, sino que también es valórico y sostiene una visión de Dios que debe ser afín a la de los padres. Se distinguen, por lo tanto, diferencias irreconciliables. Por una parte, en la sociedad actual, es el Estado el encargado de entregar educación a través de la escolarización, decidiendo todo lo relativo a ello, y por otro, los padres cristianos afirman que son ellos los responsables de ejercer la labor educativa de sus hijos personalmente y que este es un compromiso con Dios, compromiso del cual no pueden renegar. Los padres cristianos entran en un dilema, ya que a pesar de que existe libertad de enseñanza, no existe libertad de currículo, es decir, igualmente sus hijos deben cumplir con los estándares exigidos por el Estado para ser reconocidos como ciudadanos y para ser promovidos y aceptados en la educación superior. Esto complejiza la toma de una decisión respecto a la educación de sus hijos, ya que, comprenden su labor en el área, pero a la vez se ven obligados por el Estado a ejercerla de forma superficial, enviando a sus 114 hijos a una escuela, aunque ésta sea privada, o de forma incompleta a través de homeschool, el que igual exige la rendición de evaluaciones estandarizadas para ser reconocidos por el MINEDUC. Agreguemos un punto importante en este tema. La acción estatal es, en tal grado contraria a la Ley de Dios, que ha generado en las mentes de la sociedad una perturbación en la autoconciencia epistemológica en relación a la educación. En palabras de Bastiat: una acción esencial del Estado es el expolio, esto es, el robo legalizado. El hombre cree que al estar, cualquier cuestión, desarrollada en un cuerpo legal, de manera automática y casi mística, adquiere per se un carácter bueno, legítimo y moral. Por lo tanto, ir contra la legislación que expolia un derecho genera en las mentes de las personas un conflicto ético. Aun cuando la legislación sea totalmente injusta, el espíritu humano es cauterizado y sometido a la presión de realizar un mal inexistente. Esto pasa con la educación. El Estado realizó el expolio de esta función a los padres de manera legal, y ahora éstos se auto-inhiben de tal responsabilidad, creyendo que hacen un bien, cuando en realidad están siguiendo la falsa ilusión de justicia que tal ley determina. Por lo mismo, los padres se ven presionados a participar de la escolarización, rechazando como inválida o extrema la idea del homeschool, cerrando la oportunidad más certera de llevar a cabo su responsabilidad. Siendo así, el daño al gobierno familiar es incalculable. En consecuencia resulta para los padres cristianos un tema conflictivo el decidir qué modalidad educativa escoger para sus hijos. Por un lado se sienten obligados a acatar lo que el Estado les propone, y por otro la Ley de Dios les demanda el llevar a cabo una educación cimentada en la cosmovisión bíblica, conforme a sus creencias y a su compromiso con Dios. Mismo dilema que se presenta continuamente en las Escrituras, donde los creyentes son coaccionados a obedecer otra entidad que no es Jehová. El caso de los cristianos de Hechos 17:6-7 expone este conflicto. Los creyentes eran acusados de contravenir los decretos del César (sic. Estado), teniendo por argumento: “no tenemos otro rey sino Cristo”; por lo tanto, someterse a otra ley era igual a someterse a otro Señor, lo que estaba en contra del primer mandato 115 del decálogo (“no tendrás dioses ajenos delante de mi”). Esta fue la clásica disyuntiva que el pueblo de Israel tuvo a lo largo de la historia de redención. Elías, en su oportunidad, confrontó la falta de decisión del pueblo, con estas palabras: ¿Hasta cuándo seguirán dudando? Decidan si el SEÑOR es el Dios verdadero, entonces síganlo a él. Pero si Baal es el Dios verdadero, entonces sigan a Baal. La gente no respondió ni una palabra (1ero de Reyes 18:21). La respuesta del cristiano en esta disputa debe ser concordante con Hechos 5:28, declarado en el sagrado texto: Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres (y sus dioses). La razón: sólo Dios es veraz y todo hombre mentiroso (Romanos 3:4). 6.4 Concepto del niño. El concepto de educación responde directamente al concepto que se tenga del niño, por ello a continuación se analizan las características de este, desde las diferentes cosmovisiones: El concepto del niño que el Estado sostiene y que define sus metas en educación está dado en parte por la psicología, la que ve al niño como un individuo al que únicamente se debe satisfacer, aun cuando evidentemente no tiene la madurez suficiente para saber qué decisiones tomar. Las teorías en las que se sustenta el sistema educativo consideran que el niño por sí sólo puede construir su propio proceso de aprendizaje y que el adulto está sólo para orientar, no se le considera como alguien que deba ser un ejemplo a imitar y mucho menos se le ve en términos de su rol correctivo. Por el contrario, se le da más relevancia a las relaciones sociales con sus pares, ya que supone que allí el niño obtendrá un mayor provecho de las interacciones que establezca con sus compañeros. En la cosmovisión cristiana, en cambio, los padres sostienen una concepción sobre el niño que está dada por la Palabra de Dios, entre las que destacan que el niño es creado por Dios, el niño es un portador de la imagen, el niño es un pecador, el niño puede ser una nueva criatura. 116 Destacan especialmente entre las características del niño que este posee dignidad por el simple hecho de haber sido creado a la imagen de Dios, es decir, no depende de sus características individuales. Puesto que el niño fue creado a la imagen de Dios, se entiende al niño como una unidad, que es racional y responsable, que puede ser llamado a cuentas y que es un pecador. Éste último punto da a entender una diferencia fundamental con la cosmovisión estatal, donde el niño es visto especialmente desde un estado de pureza e inocencia, neutral en cuanto al bien y al mal. Por lo anterior, al niño no se le cuestiona en sus demandas, sino que se le ve como alguien al cual se le deben satisfacer todas las necesidades, en cambio, el niño en la cosmovisión bíblica, el niño debe ser visto en términos de los requerimientos de Dios y de la sociedad bajo Dios. Esta diferencia en los conceptos del niño, cambia la definición misma de educación, ya que en vez de considerar al niño principalmente en términos de sus necesidades, las que obligatoriamente deben ser satisfechas, se le considera como un individuo con dignidad y características específicas que además es responsable para con Dios (considerando su conciencia epistemológica), por ende, la educación en una cosmovisión cristiana propenderá a formar en el niño un adulto que cumpla su llamado y se le entregarán las herramientas y por ende las exigencias que tal labor requiere, hasta que el objetivo se cumpla. 6.5 Diferencias presuposicionales entre el Estado y el cristianismo respecto a la educación. La principal diferencia entre estas cosmovisiones, es que la estatal declara ser laica y la cristiana, de forma honesta, reconoce que cree en Dios y su Palabra, la Biblia, según la cual interpreta y dirige cada área de la vida y de la sociedad. El Estado proclama ser laico, asegura no estar sujeto a dogma alguno, especialmente si se trata de creencias, es decir, pretende mostrarse como neutro y que no tiene una postura religiosa. Como ya se demostró haciendo uso del presuposicionalismo, todas las personas tienen una cosmovisión, la que es 117 definida como una red de presuposiciones conforme a las cuales interpreta el mundo, a las que les asigna la más alta autoridad, y puesto que el Estado está compuesto de personas, podemos concluir que el Estado sostiene una cosmovisión, por ende, no puede ser laico. Además, se hace evidente que sus acciones responden a algún dogma, actualmente se diría que es el humanismo, en la forma del estatismo, ya que es ello lo que promueve a través de su Sistema Educativo. Muestra de su imposibilidad de ejercer la neutralidad se hace visible en la facilidad con la que introduce ideologías, aun cuando éstas puedan ser contrarias al pensamiento de un grupo de sus estudiantes, lo que suele hacerse mediante la entrega de manuales que se adhieren y transmiten a través del currículum, específicamente hoy, destacan aquellos relacionados al tema de la sexualidad. Además, puesto que cada individuo sostiene una cosmovisión según la cual razona y se comporta, es necesario acotar que los profesores, encargados de enseñar los objetivos trazados en el currículum también son gobernados por una cosmovisión que puede ser afín a la del Estado o bien contraria. Por lo tanto, inevitablemente ellos estarán también introduciendo sus pensamientos en el proceso de enseñanza-aprendizaje. El problema es: que no hay forma de analizar si los profesores están o no adhiriendo contenidos, o ideologías externas a las ya establecidas por el currículum. Respecto a la libertad de enseñanza, el Estado señala en la LGE, en su artículo N° 11: La libertad de enseñanza incluye el derecho de abrir, organizar y mantener establecimientos educacionales. Este pareciera ser un derecho acorde a la mirada laica que supuestamente tiene el Estado hacia la educación, pero como ya se analizó, esta postura laica es en esencia imposible de llevar a cabo, por lo tanto, en la práctica tampoco se hace efectiva la libertad de enseñanza. Este punto es evidente en el hecho de que a pesar de que se permite a cualquier institución educativa, especialmente a las privadas, crear su propio currículum, a la vez se les obliga a cumplir con la enseñanza de los 118 Objetivos de Aprendizaje establecidos en la Bases Curriculares determinadas por el Sistema Educativo, lo que finalmente muestra que este “derecho”, es una ilusión, y que igualmente el Estado está coartando la libertad de los padres de enseñar a sus hijos lo que bien les parezca, acorde a sus propia cosmovisión. Por supuesto el cristianismo sostiene una cosmovisión y es la bíblica, es decir, reconoce que todas sus presuposiciones están bien fundamentadas en las Sagradas Escrituras. Una cosmovisión obedece a la Fe, para los cristianos es una Fe en Jehová el Dios de la Biblia quien es digno de obediencia. Los cristianos debido a su compromiso con Dios, le otorgan a Su Palabra el más alto nivel de autoridad, es ella quien ordena y dirige sus vidas y es a ella a quien deben someterse todas las áreas de la misma. Además, toda ley o reglamento decretados por una institución, cualquiera sea, debe ser examinado y obedecido sólo en los términos en que esté acorde a los mandatos de Dios dados en la Biblia. En la cosmovisión cristiana cada concepto debe ser definido a la luz de las Sagradas Escrituras, por lo tanto, el concepto de familia, ser humano y educación están dados por ella. Además las diferentes instituciones fundamentales en la sociedad, mandatadas por Dios: Individuo, Familia, Iglesia y Gobierno Civil, tienen, determinadas en la Biblia las responsabilidades dadas por Dios y también están definidos sus límites de actuación e intervención en la vida del ser humano y en las otras instituciones. De acuerdo con el Dr. Rushdoony las presuposiciones de la educación cristiana son (Rushdoony, 2007, pp. 20-21): La soberanía de Dios, y la autoridad de su Palabra infalible. El pensamiento crítico es una habilidad que todo cristiano debe poseer, y puede florecer mucho mejor en el contexto del cristianismo bíblico que en el contexto del humanismo autónomo. La educación cristiana necesita enfatizar el pensamiento crítico cristiano, una crítica del hombre y de la sociedad en términos de la fe bíblica. 119 La educación cristiana es, franca y honestamente, autoritaria, es decir, se organiza en términos de la autoridad de Dios. La educación cristiana debe afirmar siempre la ley absoluta de Dios. Todas las esferas de la vida se hallan bajo las leyes absolutas de Dios. El propósito de la educación cristiana no es académico: es religioso y práctico. El propósito del hombre es edificar el reino de Dios. El cristiano es honesto, él comienza reconociendo los fundamentos y creencias sobre los cuales construirá la educación que pretende entregar a sus hijos. En base a esto es que el creyente debe finalmente decidir la forma en la que llevará a cabo la responsabilidad que Dios le ha entregado. 6.6 Concepto de Educación. Respecto del concepto que sostiene el Estado por una parte y el Cristianismo por otra, se exponen a continuación sus definiciones y las conclusiones al respecto. La LGE en Artículo 2º señala que: “La educación es el proceso de aprendizaje permanente que abarca las distintas etapas de la vida de las personas y que tiene como finalidad alcanzar su desarrollo espiritual, ético, moral, afectivo, intelectual, artístico y físico, mediante la transmisión y el cultivo de valores, conocimientos y destrezas. Se enmarca en el respeto y valoración de los derechos humanos y de las libertades fundamentales, de la diversidad multicultural y de la paz, y de nuestra identidad nacional, capacitando a las personas para conducir su vida en forma plena, para convivir y participar en forma responsable, tolerante, solidaria, democrática y activa en la comunidad, y para trabajar y contribuir al desarrollo del país” (LGE, 2009, p.1). En cuanto a la definición de educación desde la cosmovisión cristiana: “Una educación cristiana es una que capacita al estudiante a pensar los pensamientos de Dios después de Él, en cada disciplina y área de la vida, en otras palabras una que le provee tanto el marco conceptual basado en y consistente con la interpretación definitiva de la realidad establecida en la Palabra de Dios y las 120 herramientas intelectuales para asimilar la información de la realidad de ese marco”. (Perks, 1992, p. 50). Las diferencia conceptual dada por las distintas cosmovisiones, están determinadas por sus presuposiciones, en cuanto al niño como tal, a la familia, y a sus creencias. La educación definida por el Estado ve al niño como un futuro trabajador que aportará al desarrollo del país, ese es su objetivo. Por lo tanto, todo su Sistema Educativo se desarrolla en pos de esta mirada, prepara al niño para pensar de acuerdo a los principios estatales, le ve como un conjunto de áreas o asignaturas que deben ser enseñadas de forma individual y en la misma profundidad para todos los estudiantes, sostiene que no es relevante detectar sus habilidades individuales y trabajarlas con mayor esfuerzo, sino, que debe conformarse al cúmulo de conocimientos mínimos establecidos por ellos, para que en un futuro pueda desempeñar un trabajo que aporte a los propósitos, de nuevo, demandados por ellos mismos. En el caso de los cristianos, su definición de educación está fundamentada en el Dios que dice creer y en su Palabra. Por lo tanto, ya que en esta cosmovisión se ve al niño como una unicidad y que posee dignidad por haber sido creado a la imagen de Dios, se espera de él que se desarrolle de forma completa conforme a los principios establecidos por Dios en su Palabra, y que traerá como resultado a un adulto con pensamiento crítico teniendo como estándar la Biblia y además formará a un adulto maduro, que ejerce dominio, esto es, que cumpla el propósito para el cual ha sido llamado por Dios, lo que estará definido por los dones y talentos que le hayan sido entregados, y que él, con la guía de sus padres, responsablemente trabajó y desarrolló de forma eficiente para que sirvieran a Dios y glorificaran su Nombre. 6.7 Propósito de la Educación. La LGE en su definición de educación refleja el propósito que se asignado a esta, el que se pretende lograr a través de la escolarización: …capacitando a las personas para conducir su vida en forma plena, para convivir y participar en forma 121 responsable, tolerante, solidaria, democrática y activa en la comunidad, y para trabajar y contribuir al desarrollo del país” (LGE, 2009, p.1). Por su parte la definición de educación cristiana tiene un propósito diferente: “El propósito de la educación cristiana es capacitar al niño para crecer a la imagen de Dios en un adulto maduro, equiparlo para tomar sus responsabilidades como el portador de la imagen de Dios y proveerle con las herramientas para cumplir su mandato como creación de extender su dominio sobre la tierra como el vicegerente de Dios” (Perks, 1992, p. 50). Para el Estado, el concepto de educación apunta únicamente a su futura participación en la sociedad, por ende, el formato en que se lleva a cabo la educación tiene como propósito la estandarización, es decir, formar personas que posean los mismos conocimientos, habilidades y actitudes en las mismas áreas y en la misma profundidad, para que puedan desempeñarse como trabajadores y sólo de esa forma contribuir al país. No se les forma en términos de sus propias habilidades, sino que se les obliga a pensar y desarrollarse de acuerdo a lo que un grupo de personas, expertos, decidieron que era lo mejor para ellos. Es además evidente que se les enseña a pensar de acuerdo al estándar que el Estado ha establecido, lo que ellos aprueban como bueno y justo, es lo que también enseñarán como tal. Así ha sido en el caso de la economía por ejemplo, donde se asegura que es el mismo Estado el que debe hacerse cargo económicamente de la salud, educación y jubilación de gran parte de la población, asunto que no es enseñado de la misma forma por Biblia, pero que ha llegado a ser un convencimiento general, provocando con ello una dependencia del Estado, en vez de un interés real por emprender y sostenerse económicamente de forma individual y ayudar a otros de manera voluntaria. La cosmovisión cristiana ve a los niños como futuros “representantes” de Dios en la tierra, esto en términos de su semejanza (no igualdad) a su Creador, procura que éstos sean formados primero para pensar bíblicamente, es decir, acorde a lo que su Dios ha determinado como correcto e incorrecto, es ese estándar, lo primero que el niño debe aprender, y así alcanzar la madurez para 122 interpretar al mundo. Luego el niño debe ser consciente de su propósito que es extender su dominio sobre la tierra, para ello debe reconocer cuáles son los dones y habilidades individuales que le han sido dados por Dios, y sus padres deben procurar entregarle las herramientas que le permitan capacitarse y aprovecharlos al máximo, con el fin último de que pueda glorificar a Dios y expandir su Reino por medio de ellos. El propósito de la educación cristiana es que el niño pueda crecer dependiendo sólo de Dios, quien es la única autoridad verdadera, y no de otras instituciones que afirman serlo. Es primordial que el niño ejerza dominio sobre sí mismo, no sólo de su carácter, sino, también en el desempeño de sus labores, en la administración de sus recursos y en el desarrollo de sus relaciones, las que, gobernadas por Dios y su Palabra deben propender a llevar el Orden-Ley de Dios a gobernar no sólo su propia vida, sino, también la sociedad. El propósito principal de la educación dado a los creyentes, implica ejercer dominio sobre la creación, no gobernar a otros, sino que con su propia vida, su enseñanza y la propagación de la Palabra-Ley de Dios puedan traer Su Reino al desarrollo de la sociedad en cada ámbito, lo que finalmente beneficiará a cada individuo. Esto porque la educación que transmite una cosmovisión bíblica es considerada como una herramienta que aporta a la santificación individual de los cristianos debido a su obediencia a la Palabra de Dios y también a la sociedad en general, ya que la aplicación de la Ley Bíblica por parte de las personas siempre conlleva orden a la humanidad, sus principios y mandatos son justos, santos, coherentes y consistentes, de tal manera que siempre que han sido obedecidos por la sociedad, ésta ha sido bendecida por Dios. Esto es refrendado por Max Weber en su libro “La Ética Protestante y el Espíritu del Capitalismo”, donde comenta los avances que tuvieron los países que fueron influenciados por los principios bíblicos aplicados en la vida de los puritanos y por extensión en cada área de la sociedad misma. En especial Weber habla de sus beneficios en cuanto al capitalismo y cómo hicieron crecer económicamente a aquellos países. Los puritanos, por supuesto, proclamaban 123 a la Ley de Dios, la Biblia, como la fuente de toda autoridad y conforme a ella dirigían todos los asuntos de su vida, incluyendo la economía y especialmente la educación, ésta fue la herramienta para trasmitir su cosmovisión, en obediencia a Dios. La consecuencia evidente de la aplicación de los principios bíblicos fue la eficiencia y efectividad que se produjo en la sociedad cuando se aplicó la Palabra de Dios en todas las áreas de desarrollo, en especial en la economía, como destaca Weber. (Weber, 2013). 6.8 Institución responsable. El Estado sostiene la idea de que es él mismo el responsable principal de la educación. La familia, a pesar de que se reconoce como aquella con la responsabilidad sobre los hijos y cuyo rol involucra su educación, a la cual además se le asegura la libertad de decidir cómo educar a sus hijos, en la realidad, juega un rol complementario o nulo. El Sistema Educativo chileno, determina todo lo referente al proceso de escolarización, que debido a su extensión en cuanto los años de obligatoriedad y a las jornadas en que se desarrolla es el que tiene mayor influencia sobre los niños. Los padres voluntariamente delegan gran parte de su responsabilidad en la escuela, dándole más autoridad sobre la mente y la vida de los niños de la que debería. En el cristianismo por su parte, el concepto de educación conforme a su cosmovisión bíblica, apunta a una transformación del carácter, a la madurez, conforme a los principios bíblicos y con el objetivo de formar hombres responsables. Por ello, a los padres les ha sido dada la autoridad sobre los hijos, delegada directamente por Dios, el cual además, les ha mandatado el cumplir con la responsabilidad de educar a sus hijos y éstos lo entienden así. Ellos son los indicados para ejercerla por medio de la instrucción y amonestación cuando sea necesario, y siempre conforme a los principios bíblicos. Además, ya que son las personas que más conocen a sus hijos, su carácter, sus gustos e intereses, sus fortalezas y debilidades, nadie más está mejor capacitado que ellos para entregar una educación fundamentada en la Biblia y que incentive el desarrollo de sus dones y habilidades individuales dadas por Dios. 124 Debido a lo anterior, se debe aclarar primero, que todo ser humano posee libertad de decisión y acción, esto bajo su propia responsabilidad. Por lo tanto, los padres cristianos están en completa libertad de escoger el formato y por ende la institución donde se llevará a cabo la educación de sus hijos, para ello, deben analizar por medio de la Palabra de Dios las opciones y escoger bajo éste estándar, el que responda a los objetivos del mandato bíblico. Las opciones disponibles actualmente son la escuela estatal o la privada, una comunidad educativa, o el homeschool, además de las Academias o escuelas particulares especializadas en diversas materias que pueden ser contratadas para capacitar con mayor excelencia el don o habilidad individual que posea el niño y en conjunto con sus padres haya decidido trabajar. De ninguna manera el formato escogido puede ir en contra de los principios fundamentales dados por Dios, es decir, debe estar cimentado en una cosmovisión bíblica y enseñar la Palabra-Ley de Dios como el estándar y autoridad máxima bajo la cual dirigir sus vidas y debe propender a que el niño ejerza dominio sobre sí mismo, incluido el desarrollo de sus habilidades individuales, para cumplir el objetivo último de glorificar a Dios con el ejercicio de su llamado y su labor para el avance del Reino. En el caso excepcional de la ausencia o incapacidad de los padres para realizar esta labor, la Biblia demanda que sean sus familiares más cercanos quienes la asuman o en su defecto la iglesia. No obstante, como a los padres ha sido delegada por Dios, directamente la autoridad y ordenada la responsabilidad de educar a sus hijos, y debido a las características fundamentales en que ésta se debe ejercer, destacando el hecho de que para que se lleve a cabo una educación bíblica, la misma debe tener como meta la madurez a la imagen de Dios, y ésta se alcanza por medio de la enseñanza de la sabiduría, la que sólo es posible si se aplica correctamente la disciplina (instrucción y amonestación). Agregando a ello, que para crecer en madurez la Biblia enseña que se debe andar con sabios, es decir, personas mayores que posean conocimientos más profundos en cuanto a la Palabra de Dios, que sean su ejemplo y su guía constante, además de la 125 necesidad de que el niño trabaje con mayor esfuerzo los dones y talentos que le han sido entregados por Dios, se postula como la mejor opción para llevar a cabo el proceso educativo de los hijos, el Homeschool, el cual brinda la libertad para cumplir con cada una de las características de una educación bíblica. Por lo tanto, ya que ésta labor sólo puede ser ejercida de forma completa y correcta por los padres, en obediencia absoluta a los mandatos y el orden establecido por Dios (Deuteronomio 6:4-7, Efesios 6:4), se propone que sean los mismos padres quienes directamente enseñen a sus hijos. Este formato permite la posibilidad de que los niños, además de recibir una educación bíblica, tengan la libertad de asistir a clases particulares afines a sus habilidades e intereses individuales que les capaciten en el uso de los mismos para la gloria de Dios y el servicio al desarrollo de la sociedad. Para ello existen Academias y otras instituciones que brindan servicios educativos especializados. 6.9 El formato en que se lleva a cabo la educación. Además de la diferencia en los fundamentos de la educación en las diferentes cosmovisiones, destacan también las diferencias en el formato en el que se llevan a cabo el proceso de enseñanza-aprendizaje. Por parte del Estado y su Sistema Educativo: El formato en que se lleva a cabo la educación es la escolarización. Único formato promovido y socialmente aceptado cómo válido (Gimeno, 2010). Este formato implica que la cantidad de estudiantes supera las capacidades del profesor a cargo, es decir, se hace imposible atender de forma eficiente a las necesidades individuales de todos los niños que participan en el aula, imposibilitando así, la excelencia. Además, reúne grupos por edad, lo que no ayuda a su proceso de maduración. Es sabido que para desarrollar la madurez se debe compartir con personas con mayor experiencia que dirijan a los niños y les permitan ir tomando decisiones bajo supervisión pero especialmente bajo el consejo sabio, ayudando al niño a analizar las situaciones considerando la 126 perspectiva y el consejo de alguien que sabe más que él. Este proceso se hace imposible en la escolarización, y es más perjudicial aún si se visualiza el hecho de que el niño pasa una gran cantidad de horas en compañía de niños que son igual o menos maduros que él. Finalmente, promueve una actitud pasiva por parte de los niños frente al proceso de enseñanza-aprendizaje, ya que para conservar el orden de la clase se prefiere la realización de clases expositivas por sobre las experimentales, donde los niños están generalmente escuchando y escribiendo, pero no realizando. Los que les lleva a preguntarse constantemente para qué les será útil el conocimiento memorístico que están adquiriendo. La jornada es extenuante, numerosos son los autores que hablan sobre el despropósito que tiene para los niños pasar tantas horas fuera de sus casas y además sometidos a un proceso educativo que los mantiene encerrados en una sala de clases gran parte de su jornada. Además, este hecho impide a la familia tener una influencia mayor, ya que los estudiantes llegan cansados a sus hogares, a veces con tareas escolares para realizar, lo que interfiere con la labor educativa que se supone los padres deben cumplir. Los medios de corroboración del aprendizaje apuntan principalmente hacia la memorización, el formato de la escolarización no es esencialmente práctico, y aunque quisiera hacerlo, es muy poco probable que lo aplique. Por el contrario, consiste en que los estudiantes pasen alrededor de 7 horas diarias, cinco días a la semana, escuchando y viendo clases expositivas, que no brindan la profundidad necesaria en el conocimiento y tampoco la buscan, simplemente se dedican a enseñar una y otra vez contenidos superficiales y sesgados que luego son evaluados, no por su comprensión o de acuerdo al pensamiento crítico basado en un estándar, sino por la capacidad memorística del estudiante, lo que por supuesto no es suficiente para que el estudiante se desarrolle plenamente como dice el propósito de la educación dado por el Estado (Gysling, 2006). 127 Por el contrario, la cosmovisión cristiana propone y recomienda que la forma más efectiva de llevar a cabo la responsabilidad de los padres en la educación, conforme a los principios bíblicos, es la escuela en casa y el uso de servicios educativos externos ofrecidos por academias. Éste formato muestra serias ventajas en comparación con el Sistema Educativo estatal. Puesto que el seno de la familia es donde mayormente se desarrolla de forma natural la pedagogía entre los miembros y, por lo tanto, donde se lleva a cabo de forma efectiva la educación, los miembros y especialmente los niños son agentes activos dentro del proceso. La escuela en casa es realizada por los padres, esta es una ventaja en el sentido de que éstos podrán brindarle a sus hijos la atención que requieren, además de la corrección que sólo puede llevarse a cabo de forma completa y efectiva si es ejecutada por ellos, ya que sólo a los progenitores les ha sido delegada esta autoridad por Dios. Por lo tanto, no se verán sobrepasados por la cantidad de niños a su cargo y además tienen la ventaja de que los niños mayores de forma innata ayudan a los menores, agilizando el proceso de aprendizaje. El hecho de que la escuela en casa esté formada por personas de diferentes edades, donde los padres por supuesto son los encargados es beneficioso para todos los miembros, en especial para los niños. Los padres son los responsables de transmitir los conocimientos, desde la cosmovisión bíblica, es decir, sabiduría, con sus palabras y con sus vidas, su ejemplo será lo que mueva a los niños a alcanzar la madurez por la que se está trabajando. La efectividad que promete este sistema está sostenida en el hecho de que los seres humanos ha sido creados como seres sociales que aprenden cuando ven e imitan, cuando ponen práctica lo enseñado, esto sin duda, se logra de mejor manera en el nido de la familia. Respecto de la jornada, lejos de ser extenuante, es flexible, ya que los padres deciden el horario, y además cuenta con la ventaja de que al 128 ser un grupo pequeño, el proceso educativo se produce con mayor rapidez, esto reforzado por el hecho de que están constantemente poniéndolo en práctica. La mayor ventaja de la educación que se lleva a cabo en el hogar, es que hay libertad para que el niño pueda dedicarse a aprender aquello que esté acorde a los dones y habilidades individuales dados por Dios, lo que realmente le interesa, y no caer en la estandarización. Para ello, hace uso de Academias o instituciones especializadas en el área de interés del niño de acuerdo a sus propias habilidades. Otra de las ventajas evidentes para el desarrollo de los niños, es que el sistema de Homeschool usado por padres cristianos respeta los procesos de aprendizaje del estudiante, considera el ritmo y estilo individual de éste, con el fin de involucrarlo en el proceso de enseñanzaaprendizaje sin frustrarlo, sino que, conforme a la dignidad que le ha sido dada por Dios, se le respeta y se le atiende conforme a sus características personales. Respecto al proceso de evaluación, éste es intensamente práctico, el niño entiende la utilidad que tiene para su vida, para su familia, para la sociedad y especialmente en su responsabilidad para con Dios cada uno de los aprendizajes que le son entregados, principalmente el pensar conforme a los pensamientos de Dios, que le ayudarán a pensar críticamente respeto a cada suceso en su vida. 6.10 El currículum. El currículum generado e implementado por el Ministerio de Educación mandatado por el Estado, es el fiel reflejo del concepto de educación que sostiene este último. Para ello ha creado un documento, las Bases Curriculares, que rige el proceso de aprendizaje trazando los objetivos que se pretenden alcanzar, son utilizadas también, para transmitir a los estudiantes la cosmovisión que afirman y denota la mendacidad declarada respecto a la conformación laica de su Sistema Educativo. 129 En primer término, el currículum estatal olvida la unicidad del niño, y pretende dividir el conocimiento en asignaturas, haciendo creer al niño que se pueden adquirir enseñanzas independientes, esto en oposición a lo que afirma la cosmovisión cristiana, la que asegura que todo conocimiento, involucra al niño en su totalidad, es decir, lo afecta de forma integral. Además, agrega la idea de que existe una incompatibilidad entre la razón y la fe. En segundo lugar, el currículum estatal, lejos de promover las capacidades individuales de sus estudiantes, busca la estandarización, es decir, que todos posean los mismos conocimientos en las mismas áreas y en la misma profundidad. Para ello, ha trazado objetivos de aprendizaje comunes a todos los alumnos, los que se ven obligados a participar de todas las asignaturas determinadas por el Sistema Educativo, forzándose a rendir de la misma manera en todos y sintiéndose incapaces cuando en alguna de ellas no obtienen los resultados esperados. Y peor aún es el escenario, cuando se considera que cada uno de los estudiantes, en su unicidad ha sido dotado de talentos y habilidades sobresalientes y particulares, las cuales si se trabajaran con mayor esfuerzo y de manera personalizada, ciertamente sería de mayor utilidad para la sociedad. El currículum está en un dilema continuo: por una parte, se define como laico y, por otra, está constantemente discriminando entre unos y otros contenidos a enseñar (BOVERO, 2013). Es obvio que mediante la escolarización no se pueden enseñar todos los contenidos que existen en el mundo para las diferentes asignaturas, por lo tanto, se deben seleccionar los contenidos a enseñar, y esta selección, se acepte o no, está determinada por la cosmovisión de quienes hacen la selección y sus propósitos individuales. En el caso del Sistema Educativo, es el Estado quien dirige su quehacer, por lo tanto, es él, quien finalmente decide qué se enseña y qué no (MINEDUC, 2010). Además, como las horas no son suficientes para profundizar en ningún contenido, considerando el número de estudiantes, el MINEDUC se ve obligado y, por cierto, le resulta en un beneficio el hacer entrega de visiones sesgadas de 130 los contenidos a tratar. Esto se puede ver especialmente en la asignatura de historia, y específicamente en el periodo del Gobierno Militar, materia que cuando es enseñada, solo hace referencia a los aspectos negativos de éste, prácticamente no habla de los beneficios y mucho menos habla de la realidad que se vivía en el país antes que se produjera la violenta intervención por parte de la oposición. El currículum coarta a quienes piensan diferente, todos aquellos cuya línea de pensamiento difiere de la que promueve el Sistema Educativo son obligados, por razones de la estandarización y de la evaluación de tipo memorística, a responder exclusivamente en términos del contenido que les ha sido entregado. Esto, por ejemplo, puede verse en el hecho de que cuando se enseña sobre el origen del universo no se incluyen contenidos relacionados a Dios y al creacionismo, a pesar de que otras teorías sí son expuestas, obligando al estudiante a responder únicamente en éstos términos, negándole la posibilidad de plantear, como opción válida, las verdades dadas por su creencia respecto a este tema. El currículum además, está siendo utilizado como medio para enseñar ideologías, esto a través de los manuales creados por el MINEDUC, los cuales son enseñados a los profesores para luego ser traspasados a los alumnos, sin siquiera preguntar a los padres si están de acuerdo con que sus hijos aprendan sobre esos temas y de la forma en la que ellos lo exponen. Entre los manuales distribuidos y propagados por el MINEDUC están: “Oportunidades para la inclusión de las personas lesbianas, gays, trans e intersex en el sistema educativo” y “Oportunidades curriculares para la educación en sexualidad, afectividad y género”. El currículum cristiano está supeditado a tres principios: que sea bíblico, atingente a la época y que implique conocimiento verdadero, es decir, que haya un involucramiento total por parte del niño, lo que asegura que el niño pone en práctica lo que se le está enseñando y que le es útil, significativo y relevante. 131 El currículum cristiano da libertad a los padres para implementar el proceso de aprendizaje y los contenidos de la forma que ellos estimen conveniente, mientras se ajuste a los tres principios básicos antes mencionados, permite también que se trabajen con mayor profundidad aquellos contenidos de interés para el estudiante que le permitan desarrollar y fortalecer sus propias habilidades. Como se expuso con anterioridad, es fundamental y necesario que la educación cristiana, enseñe y promueva una cosmovisión bíblica. Queda claro que esto sólo es posible si se implementa un currículum completo que esté fundamentado en la Biblia. No basta con una clase de religión, si en las otras asignaturas se están enseñando conceptos e ideas contrarias. Es primordial que el plan de estudios sea construido completamente en base a la Palabra de Dios y que sea el estándar conforme al cual el niño desarrolle su pensamiento crítico. Sólo un currículum cristiano enseñará al niño a pensar bíblicamente y si este se desarrolla de forma atingente, capacitará al niño a analizar todos los sucesos de su vida y de la sociedad a la luz de la Palabra-Ley de Dios, lo que le permitirá valorar cada conocimiento como significativo y relevante para su propio desarrollo. Debido a que el niño es una unicidad, creado a la imagen de Dios, una propuesta de currículum cristiano siempre está implementando un conocimiento total, este plan de estudios nunca promueve conocimientos seccionados o sesgados, por el contrario, está diseñado de tal forma que el mismo niño distingue y extrae conocimientos relevantes para toda su vida, le enseña a pensar y a analizar, involucrándolo de forma completa, haciendo que entienda la utilidad de la enseñanza para su vida y disfrutándola, ya que se imparte de tal forma que el niño participa de él activamente, se realiza a su ritmo de aprendizaje y conforme a sus gustos e intereses. 132 7. CONCLUSIONES El Estado mediante su Sistema Educativo ha tomado un rol principal en la sociedad en cuanto a la educación. Históricamente, la educación pasó de ser impartida absolutamente por la familia, a estar a cargo del Estado, en especial mediante su proceso de escolarización, pero también al establecer leyes que regulan todo lo relacionado a ella. El hecho de que el Estado se haya adjudicado un rol docente mediante el Sistema Educativo es indudable, puesto que ha definido el concepto de educación y todo lo referente a ella. El Ministerio de Educación a través del currículum nacional vigente, impone qué enseñar mediante los Objetivos de Aprendizaje en las Bases Curriculares, los que deben ser impartidos en todas las escuelas del país y además, los planes y programas de estudio que cada una de las instituciones educativas proponga, deben estar en concordancia a estas bases. Asimismo, establece el formato en que el proceso educativo debe llevarse a cabo y, para ello, organiza y estructura la enseñanza en todos los establecimientos educacionales del país; determinando jornadas, asignaturas, formas adecuadas de evaluación, entre otros aspectos. De acuerdo a los antecedentes expuestos en el Marco Teórico, el Estado, mediante la LGE, declara en su definición ser laico; es decir, ser neutro respecto a los diferentes dogmas, no transmitir cosmovisión alguna, aplicar la tolerancia y respetar todas las creencias. Al respecto, haciendo uso del presuposicionalismo se puede afirmar que aquello es imposible, los individuos lo acepten o no, poseen y transmiten una cosmovisión y puesto que el Estado así como el MINEDUC están formados por individuos, se hace evidente que poseen una cosmovisión y que la transmiten solapadamente mediante las Bases Curriculares. Asimismo, de forma más notoria mediante los manuales adicionales que son incluidos en el proceso de enseñanza-aprendizaje de todos los estudiantes que pertenecen a los establecimientos que reciben aportes estatales (por el pago de impuestos), aun cuando ello no ha sido aprobado por 133 los padres de los mismos. Además, lo que es enseñado por los diferentes profesores en las respectivas aulas también está influenciado por su propia cosmovisión, resultando en la mayoría de los casos el criterio del profesor como el que determina el énfasis de cada contenido y la manera de abordar una determinada materia dando a conocer (o introduciendo) también su perspectiva. El Sistema Educativo chileno muestra serias deficiencias en todos los aspectos: sobrecarga curricular; los estudiantes son agobiados por pruebas estandarizadas cuyos resultados a nivel nacional e internacional son ineficientes, las jornadas de clases son extensas, se priorizan unas asignaturas por sobre otras, no se trabajan las capacidades y talentos individuales, el sistema propende a igualar el conocimiento general de los OA que ellos mismos establecen, los profesores no tienen la capacidad para atender como es necesario a todo el grupo curso, entre otras. Además del hecho evidente que no se considera al estudiante como una unicidad que debe ser enseñada como tal, conforme a sus talentos y habilidades individuales, sino como un futuro trabajador al servicio de la sociedad, lo que frustra las propias capacidades del niño. El Sistema Educativo chileno debido a sus características y determinaciones, indiscutiblemente transmite su propia cosmovisión y toma las decisiones relevantes respecto al qué, cómo, cuándo, dónde y con quién aprender; ha relegado a las familias que participan de él a un rol complementario, donde ellos determinan y las familias aceptan. La familia adscrita a la educación estatal, deberá acatar tales imposiciones sin cuestionamientos, pues es aquello que demanda y sustenta la Ley chilena. En resumen, los padres son colaboradores y servidores del Sistema y no actores principales, es el Estado el que debe estar al servicio de los ciudadanos. Están, por tanto, subordinados a aquello que imparte el Estado, su cosmovisión, sus ideologías, sus metas generales, sus objetivos de aprendizaje y el formato que ellos proporcionan. 134 En la cosmovisión cristiana la familia tiene un rol principal en la educación. A los padres les ha sido delegada por Dios la autoridad sobre los hijos y mandatada por Él mismo, la responsabilidad de criar a sus hijos para que alcancen la madurez conforme a la imagen de Dios, o sea, que toda la enseñanza esté dada por una cosmovisión bíblica que les permita capacitarse para ejercer dominio sobre la creación, es decir, que su propia vida esté bajo la Palabra de Dios, para luego trabajar también para que la sociedad, al ver los beneficios que conlleva la obediencia a la Ley de Dios se adhiera voluntariamente a la aplicación de la misma. El Sistema Educativo actual vulnera los derechos de la familia cristiana, ya que, si los padres hacen uso de la escuela estatal, ésta les obliga a tener un rol complementario en la educación de sus hijos, debiendo aceptar todo lo referente al proceso de enseñanza-aprendizaje, en especial, el hecho de que transmiten su propia cosmovisión y que además, introducen ideologías y principios que no son afines a los que sostiene la familia creyente. Finalmente, los padres son relegados a un rol secundario que les obliga formar en la mente del niño un “campo de batalla” entre la cosmovisión enseñada por la escuela estatal y la cosmovisión que ellos sostienen. Una educación cristiana es una que capacita al estudiante a pensar los pensamientos de Dios después de Él, en cada disciplina y área de la vida, cuyo propósito es capacitar al niño para crecer a la imagen de Dios en un adulto maduro, equiparlo para tomar sus responsabilidades como el portador de la imagen de Dios y proveerle con las herramientas para cumplir su mandato como creación de extender su dominio sobre la tierra como el vicegerente de Dios (Perks, 1992, p.50). La educación cristiana, busca que el estudiante alcance la sabiduría bíblica, la que requiere de disciplina también bíblica, ésta involucra instrucción y escarmiento aplicados conforme a la Palabra de Dios. Por lo mismo, solo puede ser llevada a cabo en una institución (escuela, comunidad educativa o homeschool) que promueva una cosmovisión que sea absolutamente bíblica, 135 que aplique en todo el proceso de enseñanza las presuposiciones y principios bíblicos, los promueve completamente y para la totalidad de la vida del niño. El currículum cristiano no exige contenidos mínimos, sino más bien, solicita que el plan de estudios que escojan los padres cumpla con los tres principios bíblicos expuestos: bíblico, atingente y que implique un involucramiento total por parte del estudiante. Otorgando así, libertad a los padres para definir el currículum que enseñarán a sus hijos, mientras éste se ajuste a los principios bíblicos mencionados. La educación en la cosmovisión cristiana se encuentra en conflicto con la proporcionada por el Estado. Las diferencias son irreconciliables, ya que son radicalmente distintas en sus presuposiciones respecto a Dios, a la familia y al concepto mismo del niño, y como resultado difieren en su concepto de educación, en el sujeto responsable de llevarla a cabo y especialmente en el propósito de la misma. Las diferencias tienen consecuencias perjudiciales para la familia cristiana, su cosmovisión y especialmente para sus hijos, puesto que: primero, merma la autoridad y responsabilidad que les ha sido entregada por Dios a los padres, segundo, enseña y promueve una cosmovisión distinta y opuesta a la de la Fe bíblica, tercero, tiene propósitos distintos a los demandados por Dios en su Palabra y cuarto, el formato en que se lleva a cabo, no propende a la madurez, ni beneficia el desarrollo de las habilidades individuales que le han sido dados por Dios a cada niño como lo afirma la cosmovisión cristiana. Por lo anterior, se recomienda que los padres cristianos no hagan uso de las escuelas del Sistema Educativo chileno financiado por el Estado (a través de los impuestos) y propuesto por el MINEDUC. Los padres por ser quienes detentan la autoridad sobre sus hijos poseen libertad absoluta para escoger la modalidad educativa que deseen, la única observación en el caso de los padres cristianos, es, que como ellos tienen un compromiso más alto, con Dios y su Palabra, es ella la que debe dirigir el 136 quehacer educativo y todas las decisiones respectivas. Por ello, se espera que los padres entiendan y lleven a cabo una educación verdaderamente cristiana, donde la cosmovisión bíblica sea el fundamento y no un anexo, donde el currículum que se enseñe cumpla con los tres principios señalados, cumpliendo así el mandato divino de criar a los hijos según la Biblia en todas las áreas de la vida, propendiendo a una madurez a la imagen de Dios, enseñando sabiduría en la disciplina y amonestación del Señor. Debido a los requerimientos de una educación cristiana, con los padres como responsables, la cosmovisión bíblica como su fundamento y columna, la disciplina como el método, su propósito de formar hombres y mujeres maduros a la imagen de Dios que cumplan su llamado de ejercer dominio y promover el avance el Reino, así también el currículum con sus tres principios fundamentales, se postula como la forma más efectiva para llevar a cabo este mandato de forma correcta y completa que los mismos padres se hagan cargo de la educación de sus hijos, esto mediante el Homeschool (escuela en casa). Formato que les permite cumplir con cada punto de una educación bíblica de forma que obedezca y glorifique a Dios, a la vez que les otorga libertad para trabajar con mayor esfuerzo aquellos dones y habilidades que posea el niño. En Chile existe la libertad de enseñanza, pero esta implica que igualmente se enseñen los OA definidos por el MINEDUC, los que serán evaluados en las pruebas de promoción de los estudiantes, independiente de la modalidad educativa a la que pertenezcan (escuela regular pública o privada, comunidad educativa o escuela en casa). Por lo tanto, se considera necesario promover la necesidad de implementación de la libertad de currículum, la que permitiría a los padres, en especial a los cristianos, desarrollar el plan de estudios que les parezca más conveniente para sus hijos. Ante la pérdida del sentido bíblico de la educación que se vive actualmente en los padres cristianos, lo que ha sido propiciado por la escaza enseñanza brindada por la iglesias cristianas, trayendo como consecuencia que incluso las familias cristianas están enviando tranquilamente a sus hijos a las 137 escuelas estatales, ignorando que las mismas poseen y transmiten una cosmovisión y que la que se entrega allí no es cristiana y tampoco es laica, sino que está transmitiendo una visión del mundo que no es bíblica y está obligando al niño a participar de un proceso de estandarización, que no propende a la madurez, que no trabaja las habilidades individuales y que además, no le prepara para obedecer a Dios como la cosmovisión cristiana demanda, se hace necesaria una reeducación de la iglesias cristianas en general. Se recomienda que los líderes cristianos brinden la enseñanza al respecto que permita la reeducación de los padres acerca de la responsabilidad que tienen en la educación de sus hijos, considerando especialmente el tema de la cosmovisión bíblica. 138 8. BIBLIOGRAFÍA Agustín Laje, N. M. (2016). El Libro Negro de la Nueva Izquierda. Unión Editorial. Assaél, J., Cerda, A. y Rodas, M. (1996).Una mirada evaluativa a los proyectos de mejoramiento educativo (PME). Revista de Educación, 236, 51-55. Bahnsen, G. (2007). ¡Prepárate para la Buena Batalla!: La Metodología Apologética de Greg L. Bahnsen. American Vision, Inc. Berkhof, L. (2005). Principios de Interpretación Bíblica. Michigan: Baker Book House. Beyer, H. (2000). Entre la Autonomía y la Intervención. Las Reformas de la Educación en Chile. En R. V. Felipe Larraín, La Transformación Económica de Chile (págs. 644-709). Santiago: Centro de Estudios Públicos. Bolívar, A. (2006). Familia y escuela: dos mundos llamados a trabajar en común. 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