ESTATUTOS EXPERIENCIA ALVERNIA 1 Logotipo Experiencia Alvernia Matrimonial 2 LA EXPERIENCIA ALVERNIA JUVENIL Y MATRMIONIAL 1. Base inspiracional: El punto de referencia es el diseño y realización tanto de la Experiencia Alvernia juvenil, matrimonial y familiar es la figura y experiencia de Francisco de Asís (1182-1223) La experiencia de San Francisco nos ofrece un itinerario como nos enseña San buenaventura, de la mente de Dios. Esto es: un camino de encuentro con el Señor a través de varias mediaciones. Esta experiencia de encuentro con Dios vivida por San Francisco, se convierte para nosotros en una escuela de vida con Dios, pues en ella tenemos un contexto histórico y cultural donde el tema de su tiempo era la búsqueda de fortuna y fama al mismo tiempo que la Iglesia "amenazaba ruina". En la figura joven de San Francisco nos encontramos una experiencia cercana a nosotros: el ambiente de juventud con sus temores y esperanzas, con sus ilusiones y retos; el ambiente de una sociedad en plena transformación cultural; el ambiente y relaciones familiares: la discrepancia entre los intereses paternos y los ideales del hijo, el apoyo y escucha comprensiva de su madre, los amigos y las fiestas, la lucha entre ricos y pobres, la búsqueda del sentido de la vida y el encuentro con el Cristo de San Damián, el enfrentamiento de Francisco con su padre, su desnudamiento a la vista del pueblo y su entrega en manos de la Iglesia en donde encuentra la garantía d es que su llamado era autentico y no una vana ilusión. La desnudes de Francisco nos expresa el despojamiento de todo cuanto nos pueda atar a este mundo; en donde los hermanos, la experiencia en la montaña de Alvernia donde Francisco pudo encontrar "el amor amado" y donde entonces no solo su cuerpo físico si no el cuerpo de su orden religiosa como consecuencia de ser el Cuerpo místico de Cristo, en el quedamos enigmatizados con las señales de Serafín crucificado. Pues bien, esto mismo nos ha servido de base inspiracional para ir al encuentro de los jóvenes, de los matrimonios y de las familias y a realizar franciscanamente lo que hoy nuestra Iglesia nos esta pidiendo, "La nueva evangelización" que sea nueva en su ardor, nueva en sus métodos y nueva en su expresión que entregue el mensaje del Evangelio del único Señor y Salvador Jesucristo que es el mismo de ayer, de hoy y para siempre (Heb 13,8). Por tanto la vivencia de las experiencia juveniles, matrimoniales y familiares denominada EXPERIENCIA ALVERNIA son inseparables, pues se complementan no solo por la diversidad de expresión y forma de anunciar el Evangelio a los jóvenes, a los matrimonios y a las familias, si no también en la recepción del mensaje y el servicio del laico joven, casado y en familia en la tarea de realizar la evangelización del joven por el joven, del matrimonio por los matrimonios y de las familias por las familias con la accesoria y colaboración solidaria y corresponsable con nuestros pastores en orden al cumplimiento de la misión que Cristo le ha enseñado a la Iglesia en el mundo de ayer, de hoy y de siempre y que San Francisco le ha enseñado a la Iglesia en el mundo de ayer, de hoy y de siempre y que San Francisco, al fin de sus días, nos lo recuerda cuando dice: "Yo he cumplido con mi misión, que Cristo les enseñe a ustedes a cumplir la suya" (LM XIV,3). Como respuesta al mensaje que el Papa Juan Pablo II dio a los jóvenes de los lagos al enviarlos como apóstoles entre los jóvenes, surge el protagonismo evangelizador del joven alvernista al servicio de la Iglesia concretada en la parroquia comunidad de comunidades. 3 Por tanto, el movimiento denominado Experiencia Alvernia de ser un movimiento de iglesia dirigido por jóvenes y supervisado por adultos: sacerdotes, religiosos, matrimonios, con un rol específico. Ahora bien, en sus raíces inspiracionales la Experiencia Alvernia se apoya en San Francisco de Asís, su mística, su espiritualidad y acción apostólica es eminentemente eclesial. No pertenece a la Orden franciscana si no que nación en y para la Iglesia. Por lo que, todo alvernista deberá tener presente que mas que técnicos en experiencia Alvernia, lo que la Iglesia necesita son hombre y mujeres de Dios en acción. A continuación brevemente trataremos de explicar el contenido de los seis capítulos que contienen estos Estatutos Generales los cuales regirán y serán los lineamientos de la Escuela de Alvernistas. En el capitulo primero se define lo que es la Experiencia Alvernia, la cual asume la opción preferencial por los jóvenes presentándoles un Cristo nuevo, como único Salvador y Señor. En el segundo capitulo se describe la finalidad de la Escuela Alvernia, impulsando a la renovación de la parroquia como comunidad de comunidades. El joven debe ser quien transmita el mensaje gozoso de la salvación al mundo que a veces amenaza ruina en busca de su liberación. En el tercer capitulo se expone los eventos significativos de la Escuela de los Alvernistas y al mismo tiempo cita los tres niveles del proceso de profundización en la fe de la escuela. Al explicar cada uno de los eventos que se realizan en la Escuela de Alvernistas los fundamenta y trata de ser una luz para que quien sin conocer la Espiritualidad de la Escuela quiere internarse y experimentarla. En el capitulo cuarto de los estatutos generales se describen los niveles de responsabilidad en la dirección y coordinación de la Escuela de Alvernistas así como las actividades que competen a los representantes de cada nivel. De la misma forma se describen los mecanismos para la realización de los diferentes tipos de asambleas que se efectúan dentro de la escuela de Alvernistas según sus necesidades. El capitulo quinto que se refiere a la proyección apostólica de la Escuela de Alvernistas de acuerdo al itinerario de evangelización integral surge en los Alvernistas un compromiso cristiano según el evangelio de anunciar a Jesús como discípulos y testigos. La proyección apostólica de la escuela de Alvernistas se encuentra fundamentada en este capitulo y al mismo tiempo la justifica como una respuesta positiva al llamado que la Iglesia dirige a los laicos a comprometerse en la misión evangelizadora. En la promoción de la justicia, en la educación de la nueva civilización del Amor. En el capitulo sexto según se muestra como todo joven esta llamado a ser un discípulo del único y verdadero maestro y para eso en este capitulo de la Escuela de Alvernistas nos ofrece una formación integral. Básicamente, el sacerdote es una guía y apoyo para todo el grupo o equipo, es el agente de la espiritualidad por excelencia durante y después de la Experiencia Alvernia; Es facilitador del paso de la Experiencia 4 Alvernia a la inserción de los Alvernistas en la vida familiar y su proyección en la parroquia también, anuncia y denuncia las virtudes y las fallas del equipo y de la comunidad surgida de la experiencia. Los dirigentes y coordinadores. La mejor manera de preparase como dirigentes y coordinadores en el servicio tanto en la realización de los pre-Alvernistas como de la Experiencia Alvernia es el estudio personal y comunitario (formación de la escuela) del material que ya se ha implementado. Esto es, el curso de Pastoreo, de Discernimiento, de predicadores. A demás propongo el estudio del siguiente material antes de abordar el manejo de los manuales de la Experiencia Alvernia. I. Del Concilio Vaticano II: Juventud y Familia. Lumea Gentium Apostolicam Actuositatem Sacrosanctum Concilium Dei verbum Gravissimus Educationis II. Del Magisterio de la Iglesia: El Catecismo de la Iglesia Católica. Docs. Medellin, Puebla y Santo Domingo Evangelii Nuntiandi (Pablo VI) Catechesi Tradendae (Juan Pablo II) Christifidelis Iaici (Juan Pablo II) Familiaris consorcio (Juan Pablo II) Las cartas del Papa Juan Pablo II a los jóvenes. La carta del Papa Juan Pablo II a las familias. La carta del Papa Juan Pablo II a los niños. Vangelium vitae (Juan Pablo II). Otros... III. Para aterrizar Estudiar lo que es la diócesis y el papel de la parroquia en la vida de los laicos. Estudio del Plan Orgánico Pastoral de la diócesis y de la parroquia en lo referente a las pastorales juvenil y familiar. Conocimiento de las otras pastorales: social, profética y litúrgica que de alguna forma se interrelaciona con la Experiencia Alvernia. El estudio del Manual del PRE-Alvernia. Los Manuales de la Experiencia Alvernia juvenil y matrimonial. El estudio del Manual de la Experiencia Alvernia Familiar. 5 Estudio de la Guía de la Experiencia Alvernia. Humana y cristiana para permanecer y preservar y al mismo tiempo como discípulos llevar el mensaje de la buena nueva. Se definen los objetivos generales y específicos de los tres niveles que existen en la escuela de Alvernistas. De este modo con lo antes mencionado se exhorta a los Alvernistas a mantenerse unidos en el ideal que nos muestra la Experiencia Alvernia continuando nuestro proceso de crecimiento en la Escuela de Alvernistas a la cual estemos integrados, tratando de ser siempre una luz entre los jóvenes y al mismo un instrumento vivo, convencido y comprometido al servicio de Dios y de su Iglesia. 6 INTRODUCCION La base de inspiración de la Pastoral Juvenil es figura de Jesús, el “Buen Pastor” que ha venido para que todos tengamos una vida abundante (Jn. 10,10). El joven de nuestros días experimenta un despertar y hambre de colaborar con Jesús y aceptar su llamado para trabajar en su viña (Mt. 20,15). Hoy el joven entiende que: Jesús quiere que los valores de los jóvenes sean aprovechados para el bien de sí mismos, de sus propias familiar y del mundo que por momentos manifiesta estar pasando tiempos de crisis. Jesús ve la opresión de nuestro pueblo (cfr. Ex. 3,7) y por medio de la Pastoral Juvenil escucha los jóvenes los acompaña y trata de prepararlos para luego enviarlos como misioneros para anunciar el Evangelio y para denunciar las estructuras injustas del pecado. Con una actitud encarnada y solidaria al estilo de las actitudes de Jesucristo y de sus apóstoles (cfr. Jn.1, 35-39, Mc. 25,31-46) Respecto a la misma persona y misión de los jóvenes, la Pastoral Juvenil que pretende desarrollar la “Escuela de Alvernistas” se inserta en la línea que nos marca el documento de Puebla y Sto. Domingo y según los lineamientos del Plan Orgánico de La Arquidiócesis de Guadalajara. De modo que nuestra Pastoral tenga en cuenta a los jóvenes en su realidad social y según su trayectoria personal, buscando el fomento de su crecimiento en la fe a fon de logren una profunda comunicación con Dios y con los demás, orientando sus opciones vocacionales y brindándoles los elementos adecuados para la participación en la Iglesia y en la transformación n de la sociedad (cfr. D.p. 1187) Después de un tiempo de realización de esta experiencia Alvernia entre los jóvenes se ha visto la necesidad de elaborar los Estatutos Generales para las Escuelas Alvernistas que sirvan de lineamientos básicos a fin de orientar y legislar la vida y actividades de los alvernistas integrados en las diversas parroquias. Ahora bien, esto supone la elaboración de un reglamento particular que norme la vida y actividades de cada Escuela en particular que tome en cuenta estos E.G. y las directrices de cada parroquia donde este la Escuela de Alvernistas integrada (cfr.Reglamento disciplinar de la Escuela de Alvernistas). La experiencia Alvernia surgió como un encuentro de renovación en el espíritu el cual se llamaba alvernia. El lugar fue el Centro Pastoral Segovia anexo a la Basílica de Zapopan, en 1988 bajo la dirección de Fr. Ignacio Muro o.f.m. En este mismo lugar pero en el año de 1990 el P Fr. Galileo G. Márquez al sumir la dirección de este centro Pastoral, convocó a todos los jóvenes integrantes del mismo para estudiar y revisar tanto las estructuras, contenido, método y realización de la Experiencia Alvernia fue así que a partir de 1991 surge la Experiencia Alvernia sobre la base de los métodos franciscanos de evangelización, la Nueva Evangelización y las directrices generales el plan pastoral de la arquidiócesis de Guadalajara y de la CEMPAJ. La Experiencia Alvernia juvenil nació con el propósito de presentar a los jóvenes, con un lenguaje joven, el Evangelio de Cristo la necesidad de tener claro el sentido de la existencia. No podía haber mejor opción que la que el mismo joven le hablara al joven de su fe en Cristo, de sus experiencias, de sus luchas, de su forma de pensar y de su estilo de vida. Evangelización del joven por el joven ,del matrimonio por los matrimonios y de las familias por las familias con la asesoría y en colaboración solidaria y corresponsable con nuestros pastores en orden al cumplimiento 7 de la misión que Cristo le ha señalado a la Iglesia en el mundo de ayer, de hoy de siempre y que San Francisco, al final de sus días, nos lo recuerda cuando dice: “Yo he cumplido con mi misión, que Cristo les enseñe a ustedes a cumplir la suya” (LM XIV,3) 2.- Ahora bien, ¿Qué son las experiencias Alvernia? La experiencia Alvernia juvenil, la experiencia alvernia matrimonial y la experiencia Alvernia familiar es una acción Pastoral y evangelizadora que intenta renovar el ambiente cristiano de la juventud, de las parejas sacramentadas y de las familias. Y, a través de esta triple acción de la Iglesia evangelizar nuestras estructuras sociales y culturales de nuestro tiempo. Esta experiencia Alvernia en sus tres dimensiones quiere ser un servicio y expresión de la pastoral juvenil y familiar asesorados por nuestros sacerdotes e insertos como laicos comprometidos al servicio de nuestra comunidad parroquial en la diócesis siempre disponibles a los señores obispos y párrocos. Más que un movimiento es una fraternidad juvenil, matrimonial y familiar cuya finalidad es colaborar en la evangelización por medio de la Experiencia Alvernia como instrumento de servicio a la pastoral juvenil y familiar. El término “experiencia” significa: vivencia, encuentro, escucha, aceptación, conversión y compartir con los demás del tesoro escondido y encontrado que es la gracia del Evangelio, el don de la fe para ir a dar testimonio a través del mejor de los medios que hemos recibido; la amistad como expresión del mandato de Cristo: “vayan y evangelicen” y “ámense unos a otros como yo los he amado;’ pues no hay amor mas grande que el dar la vida por un amigo” (cfr. Mt28, 19-20; Mc 16,15; Jn 15,11-17). El nombre “Alvernia” significa no solamente el nombre de un lugar geográfico donde San Francisco vivió su encuentro en el serafín, sino que es una referencia que también dejará impresa en el corazón de los que vivan esa experiencia un estigma que los identificará como portadores de un testimonio, de un mensaje, de una experiencia para compartir con los demás buscando la gloria del señor. Por tanto, la Experiencia Alvernia es una vivencia en oración, en el estudio para la acción apostólica como participación comprometida del laico en la iglesia. Ahora bien, este encuentro con Jesús no se agota en la E.A., sino que se continua en un proceso de crecimiento y de maduración en la fe. Tiene sentido como una expresión de la pastoral juvenil y familiar al servicio de una iglesia particular. La EN 72 enseña que “es necesario que los jóvenes y matrimonios (familias) bien formados en la fe y arraigados en la oración, se conviertan en los apóstoles de la familia y de la juventud” (Cfr. Christifideles Laici) La Experiencia Alvernia recoge este reto, lo hace suyo y quiere entrar en la dinámica: “Evangelizador” (DP 1166).El joven, el matrimonio y la familia que ha vivido una E.A. se convierte en testimonio y prueba de que aceptar a Cristo como Camino, Verdad y Vida, sí llena la más altas y profundas necesidades y aspiraciones del corazón del ser humano. Porque “evangelizar no es para nadie un acto individual y aislado, sino profundamente eclesial” (EN 60). 8 ¿Cómo vivir ese reto? Teniendo conciencia que participamos con toda la Iglesia, y no al margen de ella, ni siquiera yuxtapuestos, si no definitivamente como parte de la misma Iglesia en su acción propia. Esta acción la vivimos todos los alvernistas, en concreto, en cada una de las comunidades parroquiales en donde estemos insertos. Integrándonos a la pastoral familiar, juvenil, precisamente en el nivel correcto que nuestra propia realidad diocesana nos lo pide. En efecto, donde no existe la pastoral juvenil y familiar organizada, los alvernistas debemos ser germen creativo que favorezca esas pastorelas; donde ya estén organizadas, los alvernistas hemos de comprometernos a dinamizar este proceso; nuestro cristianismo no es ni debe ser una elite sino la expresión de la comunión y participación de la comunidad. El ser y quehacer del alvernista. El servicio específico de la E.A. a la pastoral juvenil y familiar diocesana es la experiencia Alvernia como instrumento de evangelización: ese es nuestro tesoro, nuestra perla preciosa que hemos recibido como un don del señor. Ahora bien, toda la experiencia Alvernia debe planearse y realizarse dentro de un plan orgánico pastoral parroquial y diocesano. Por lo que no deben realizarse tan solo por un motivo personal. La E.A. debe tener su razón de ser muy clara. Por eso, realiza una E.A que no tenga sentido en la vida de una comunidad parroquial diocesana, no tiene razón de ser no se debe realizar. Por eso, el de ser de la comunidad promotora de E.A. consiste en ser una acción evangelizadora en, con y para la Iglesia. El alvernista realiza su quehacer en tres etapas que se consideran necesarias para vivir un verdadero proceso evangelizador de los jóvenes, matrimonios y familias: 1.-Las pre-alvernias: constituyen el inicio de la evangelización del joven, la pareja y la familia. Es la etapa en la que se prepara a los candidatos para vivir una experiencia de encuentro personal y comunitario con Dios. Es aquel donde se inicia o se fortalece una actitud de inquietud y un espíritu de búsqueda. 2.-La experiencia Alvernia: es el momento en que se da el anuncio kerigmático, La buena nueva, que, en Jesucristo muerto y resucitado, se ofrece la Salvación, como don de la gracia y misericordia de Dios: es un encuentro fuerte con Dios y con los hermanos. 3.-La post-Alvernia: es la etapa en la cual se brinda a los alvernistas los elementos necesarios para garantizar el crecimiento y la perseverancia dentro de la vida cristiana, a fin de que se integren y se comprometan los alvernistas con la Iglesia al servicio de los demás. Cada una de estas etapas son importantes. Por tanto, si no llevan una estrecha relación entre sí, o se omite una de ellas, difícilmente habrá una respuesta efectiva, de acuerdo a lo que está pidiendo en concreto cada una de las realidades especificas donde se encuentre trabajando el alvernista. Hay que dejar bien claro que, para la fraternidad promotora la Experiencia Alvernia constituye el momento esencial de la proclamación de la salvación en Cristo por la gracia. Esta proclamación de la salvación en Cristo por la gracia. Esta proclamación del kerigma es la base, centro y culmen del proceso evangelizador 9 cfr. EN 27. Por tanto, la Experiencia Alvernia es la forma específica con la cual estamos integrados a la pastoral juvenil y familiar aportando un servicio comprometido de fe. La Experiencia Alvernia constituye el momento evangelizador por excelencia, que exige una respuesta personal a Jesucristo, que nos conduce al amor del Padre por el Espíritu Santo. Se vive en una experiencia comunitaria que, abre a los jóvenes, matrimonios y familias al compromiso en su dimensión interior, interpersonal, familiar y social. La Experiencia Alvernia no es ni una bonita convivencia, ni un buen rato, ni una ocasión para descansar, no es ocasión para conocer nuevos amigos y pasarla bien…. Es dar testimonio de la obra de Cristo en nuestra propia vida, para que otros también se abran a la comunicación y al diálogo, a la renovación de nuestras relaciones con los demás y con Dios. Por tanto, la Experiencia Alvernia: Debe hacer que los candidatos tomen en serio la indicación que nos hace el documento de puebla cuando dice: “Buscar la verdad sobre Jesucristo, la verdad sobre la Iglesia, la verdad sobre el hombre”. Esto es, que sepan a lo que han venido al ser invitados a vivir una Experiencia Alvernia. Debe proclamar clara y explícitamente la salvación que Cristo ofrece a todo hombre, uniendo a esto el testimonio de “un cristiano cotidiano”, esta proclamación suscita la fe y pide una respuesta de adhesión personal a Cristo, mediante la conversión . Hay que dejar claro que, sólo en Cristo, Dios nos ha revelado la plenitud de su amor personal y de su plan salvífico. Debe hacer que los alvernistas participen de la misma vida con Dios. Esta es su vocación más sublime y el culmen de la evangelización. Debe marcar fuertemente al alvernistas con la palabra. Debe vivirse como una verdadera experiencia de Dios, que es al mismo tiempo: una experiencia de encuentro consigo mismo y con los demás. Ahora bien, tenemos que pensar con actitud abierta que la Experiencia Alvernia es uno de los muchos caminos de encuentros con Dios que Existen dentro de la pastoral juvenil y familiar. Este es un compromiso, un camino válido. La Experiencia Alvernia sí es capaz de conducir al encuentro con Dios y con los demás contribuyendo así a la edificación de la iglesia. La Experiencia Alvernia debe ayudar a que los candidatos: Descubran a Dios, quien ha creado al ser humano y lo ha hecho responsable de la vida. Descubran que el hombre y la mujer de esperanza con capacidad creativa son el resultado de la reflexión y la meditación de la palabra de Dios, la cual los proyecta a una verdadera oración personal y comunitaria. Se encaminan hacia la resurrección como plenitud de la liberación que buscan. Descubran el sentido y la riqueza de la Eucaristía, participando en ella convencidos. Que hagan un “alto en su camino” y reflexionen sobre el sentido y dirección de sus vidas, para encontrarse con su propia realidad. 10 Que se descubran como seres dignos, únicos, irrepetibles e insustituibles, como centro y cúspide de la creación. Que se descubran responsables del camino que pueden elegir para sus vidas, viviendo el llamado a la plenitud que les hace Dios, su padre, en sus tres dimensiones: personal, social, trascendente. Es conveniente que quienes estamos comprometidos en la promoción de las experiencias Alvernia NO olvidemos que: 1.- La Experiencia Alvernia no asocia necesariamente a todos los que viven. Estrictamente hablando, el equipo o fraternidad promotor de la Experiencia Alvernia no trata de hacerse de miembros. Motiva a los alvernistas y los orienta a su integración o a continuar su militancia en los diferentes grupos o movimientos de la iglesia juveniles o matrimoniales para seguir siendo fermento y dinamismo a las pastorales diocesanas. La persona que vive una Experiencia Alvernia de Dios y en ella descubre su iglesia, y se descubre a si misma dentro de ella, en compañía de la comunidad. Cuando el alvernista pertenece a un determinado grupo, la Experiencia Alvernia le ayuda a regresar a su grupo o movimiento con mayor entusiasmo y madurez en la fe. 2.- Con la Experiencia Alvernia no se pretende aclarar a los candidatos todas sus dudas o problemas, ni tampoco se pretende llenar las inquietudes de fe que puedan tener, no es un curso de religión. La Experiencia Alvernia debe hacer jóvenes, matrimonios y familias inquietos en actitud de búsqueda, capaces de madurar su fe. Los alvernistas deben buscar la manera de crecer y madurar en su propia formación doctrinal. 3.-La experiencia Alvernia no pretende comprometer a las personas con alguna ideología, ni de derecha ni de izquierda. La Experiencia Alvernia debe hacer jóvenes, matrimonios y familias que buscan su desinstalación, capaces de crear y vivir actitudes y situaciones nuevas, dentro de su historia al servicio de los demás, con criterios evangélicos y creyendo fuertemente en la gracia del Espíritu Santo. 4.- La Experiencia Alvernia no es un curso de biblia. Estando toda basado en la palabra de Dios, debe hacer alvernistas sólidos de un profundo y fuerte encuentro con Dios y con su palabra de modo que la palabra de Dios, debe hacer alvernistas sólidos de un profundo y fuerte encuentro con Dios y con su palabra de modo que la palabra de Dios, la oración, el estudio y la acción apostólica sean el mejor medio de vivir y compartir con los demás la gracia del encuentro vivido. Finalmente: 5.- Tenemos que tener bien claro que la Experiencia Alvernia no es un curso de relaciones humanas, ni pretende motivar a los alvernistas, como se hace en los cursos de mercadotecnia. No se trata de convencer a nadie de que sea “el vendedor más grande del mundo “, la Experiencia Alvernia debe hacernos capaces de experimentar vivamente un encuentro serio consigo mismo, con los demás y con Dios. Por todo lo anteriormente expuesto, hemos de afirmar que los alvernistas, dirigentes y servidores, así como los asesores más técnicos en la preparación y realización de las experiencias Alvernia lo que necesitan todos los involucrados en esto es ser hombres y mujeres de Dios. Más que un movimiento, la Experiencia Alvernia es una experiencia de encuentro con Dios y con la Iglesia. La Experiencia Alvernia en sus dimensiones: juvenil, matrimonial y familiar han surgido como consecuencia de la praxis de la pastoral. Primero con los jóvenes, luego, esto mismo nos llevó a los matrimonios y éstos a su vez a la familia como lugar de encuentro original que debe realizarse como 11 “Iglesia doméstica, santuario de vida y de amor a través del diálogo y comunicación de sentimientos, necesidades y aspiraciones” haciendo de las diferencias una relación complementada. Asumiendo las enseñanzas del Evangelio de Jesucristo, de la Sagrada Tradición de la Iglesia, del concilio Vaticano II, de los documentos pontificios y los emanados desde Medellín hasta Santo Domingo, la Experiencia Alvernia quiere ser un tiempo de gracia, un tiempo propicio en el cual a través de la experiencia de encuentro, de la reflexión, de oración y convivencia, el kerigma es anunciado, recibido y compartido en actitud fraterna. Como ya se ha dicho anteriormente, la Experiencia Alvernia es un momento kerigmático inspirado en aquella experiencia vivida por San Francisco de Asís hace 800 años, facilitado por los métodos franciscanos de evangelización e iluminado por el espíritu de la nueva evangelización a que nos está llamando con tanta insistencia el Papa Juan Pablo II. La mística y espiritualidad de la Experiencia Alvernia. Quien ha vivido una Experiencia Alvernia experimenta una nueva forma de relación. Sobre la base del diálogo profundo, es posible vivir la experiencia del diálogo con amor, ternura y comprensión a nivel juvenil, matrimonial y familiar: Se descubre que amigo significa amigo y hermano significa hermano. Los jóvenes, las parejas sacramentadas por el matrimonio y las familias descubren la forma de renovar y fortalecer sus relaciones y participación como jóvenes, como pareja familia. De aquí que la mística de la Experiencia Alvernia sea esencialmente la fraternidad franca, abierta al diálogo alegre. Del encuentro con la palabra de Dios proclamada y recibida, de la vivencia litúrgica de los sacramentos donde se celebra el gozo de nuestra fe, en esperanza y caridad, surge la espiritualidad de la Experiencia Alvernia que es fundamentalmente una espiritualidad evangélica que se traduce en un testimonio comprometido y perseverante en la pluralidad y cotidianidad de nuestra vida. Por tanto, la mística y espiritualidad de la Experiencia Alvernia es, por naturaleza la misma de la iglesia, que se busca vivir y compartir profundamente. Y de esto, el instrumento indispensable es el diálogo que desata los nudos, disipa las suspicacias, abre la puertas soluciona los conflictos, engrandece a la persona, es vinculo de unidad y madre de la fraternidad, juntamente con el diálogo está el valor de la escucha y el compartir de sentimientos, necesidades y aspiraciones ante el señor, delante y con los demás. La consecuencia de esta vivencia es que, tanto el joven como las parejas y familias alvernistas se sientan llamados a colaborar apostólicamente y pastoralmente en sus comunidades parroquiales compartiendo y sirviendo alegre y fraternalmente aportando nuestra mística y espiritualidad. La metodología de la Experiencia Alvernia: juvenil, pareja y familiar: Parejas de al menos dos años de estar casados y hayan vivido la Experiencia Alvernia Matrimonial, de jóvenes y adolecentes que hayan vivido su respectiva Experiencia Alvernia. Todos unidos por un mismo ideal: evangelizar dando testimonio del encuentro en forma natural, como se intenta vivir en la vida cotidiana. En los manuales tenemos no sola la fundamentación y guía de la experiencia, sobre la planeación, los preparativos y la realización de la misma. Juntamente con esto, están las indicaciones sobre los dirigentes de los pequeños grupos o fraternidades y demás auxiliares de los pequeños grupos o fraternidades y demás auxiliares en conjunto, forman el equipo interno. De ser posible, el equipo debe vivir juntamente con los 12 candidatos todo el fin de semana a no ser que por alguna causa justificada alguno necesite salir del lugar por algún tiempo durante la realización del evento. Ahora bien, más que un movimiento, la Experiencia Alvernia es una tarea que nos impone el seguimiento de Jesucristo: es la evangelización que se ofrece a todo joven, pareja y familia a fin de que una vez fortalecidos espiritualmente puedan regresar a los diversos grupos o movimientos de donde provengan y continúen su militancia en forma robustecida. O bien, los que así lo deseen se integren a la comunidad juvenil o familiar para continuar su crecimiento y formación y actuar en el equipo promotor de las experiencias Alvernia cuyo programa debe implementarse además de los lineamientos que aquí se dan con las orientaciones que se den en las parroquias donde están insertos y que en sustancia debe contemplar las tres etapas que se han mencionado a fin de lograr nuestro objetivo fundamental. 1 LA ETAPA DE INICIACION E INTEGRACION: Es un período en el que los candidatos que aspiran a vivir la Experiencia Alvernia, deben ser preparados y acompañados con el objetivo de conocer sus realidades, necesidades y aspiraciones y obtener el perfil del candidato para ser promovido a vivir la Experiencia Alvernia. Es importante no improvisar ésta promoción por ningún motivo, pues la experiencia nos ha enseñado que así no funciona. Es necesario un mínimo de tiempo para tratar a los candidatos y luego invitarlos a vivir la experiencia Alvernia Este tiempo se deja a discreción del equipo promotor de la Experiencia Alvernia y del criterio de la parroquia que autoriza su realización según su plan de pastoral juvenil y familiar. 2 LA ETAPA DE SEGUIMIENTO Y PROYECCION: Luego de haber vivido la Experiencia Alvernia el alvernista que se integra a la comunidad Alvernia debe seguir un periodo de crecimiento donde complete su propia evangelización y catequesis. Durante este tiempo ha de conjugarse la oración, el estudio y la proyección apostólica siempre al servicio de la parroquia o a disposición del sacerdote encargado de la pastoral juvenil y/o familiar. Es importante incluir en el seguimiento y formación de los alvernistas que hayan decidido integrarse a la Comunidad Alvernia, además de la formación doctrinal impartida por los dirigentes encargados y de los sacerdotes, incluir experiencia con los grupos de AA, DA, y NA con una actitud de aprender, así como salir a las calles a predicar a la gente, bien preparados en estudio y oración. 3 LA ETAPA DE TESTIMONIO DE CRISTIANDAD: Después de tres años, los alvernistas podrán integrarse plenamente en algunas de las pastorales de la parroquia o en alguna otra para continuar como colaboradores en el servicio del Señor. O bien, continuar como apoyo a las nuevas generaciones en la promoción y realización de la Experiencia Alvernia. La temática sigue un enlace fundamental con el objetivo general de la Experiencia Alvernia a través de la realización de los objetivos específicos que acompañan cada charla, taller, dinámica y cuadros plásticos. De igual modo, las meditaciones y las celebraciones litúrgicas deberán contribuir a robustecer una vivencia renovada del ideal cristiano y de la oración que luego se convierte en testimonio a favor de la comunidad. Existen dos volúmenes denominados: MANUAL DE LA EXPERIENCIA ALVERNIA. Uno de ellos constituye el Manual básico que contiene toda la fundamentación bíblica, teológica e inspiracional de la Experiencia Alvernia. Este debe ser base para el uso del segundo volumen que en realidad es la Guía para la realización de la Experiencia Alvernia Juvenil o Matrimonial. 13 Ambos volúmenes contienen todo el material de apoyo: ambos se complementan en su conjunto teniendo como referencia para su uso las indicaciones del asesor sacerdote y las necesidades locales según cada lugar y caso. Sin embargo, es de desear que no se modifique la sustancia de su estructura. La asesoría sacerdotal y laica Por lo que se refiere a la asesoría sacerdotal y laica en la planeación, preparación, realización de la Experiencia Alvernia y después de ella, es de vital importancia. La presencia del sacerdote como asesor y director espiritual es insustituible, pues el trabajo del asesor recae sobre el acompañamiento y orientación teológica, doctrinal y espiritual de parte de la parroquia o de la diócesis durante todo el proceso de la Experiencia Alvernia y el seguimiento de los Alvernistas. El sacerdote nos merece todo respeto y veneración con el que se ha de tener una cálida relación de dialogo y colaboración como equipo al servicio del Reino de Dios. Todo esto, se debe tener en cuenta para poder iniciar el proceso de preparación para la realización de una Experiencia Alvernia. Por tanto la Experiencia Alvernia no se improvisa en su planeación ni en su realización: debe ser el resultado de una cuidadosa preparación bien organizada y bien entendida. Esto mismo vale en relación a la realización del Reencuentro. Es decir, después de un año de haber vivido la Experiencia Alvernia los alvernistas pueden ser llamados a vivir el Reencuentro. O Retorno a la Alvernia. Que es un encuentro profundo que también cuenta con su material específico de apoyo tanto para el Pre- reencuentro o pre- retorno como para la realización propiamente del Reencuentro o Retorno a la Alvernia. Quiera el Señor que esta obra se conforme a sus santa voluntad y el cumplimiento del mandato que Jesucristo nos ha dado de ir a evangelizar a todas las gentes. Cada tres años, se puede celebrar reuniones de dirigentes con el fin de revisar y actualizar lo que según los asesores y dirigentes juveniles y familiares crean convenientes; además, para estar siempre actualizados en las directrices de nuestra Madre y Maestra: la Santa Iglesia. Atte: Fr. Galileo G. Márquez o.f.m Enero 15 de 2000 14 PLAN GENERAL DE LA ESCUELA DE ALVERNISTAS OBJETIVO GENERAL. Impulsar la renovación de la parroquia como comunidad promoviendo a la luz de la “Nueva Evangelización”, la formación de Agentes de Evangelización de Pastoral Juvenil, para construir la iglesia en comunión, comprometida con los pobres y transformar así, nuestra realidad conforme a loa valores del Reino de Dios (cfr.POP de la arquidiócesis de Guadalajara) OBJETIVOS ESPECIFICOS: 1.- Formar al joven como agente de pastoral para un compromiso con su comunidad Parroquial. 2.- Promover al joven con una formación humana, cristiana que lo lleve, a una realización personal, un compromiso consigo mismo, con los demás y con Dios. 3.- Promover a los padres de familia para un compromiso de pareja, con los hijos y con su realidad parroquial. 1.- Formación integral de jóvenes 1.1 Fomentando la formación humana integral. 1.2 Impulsando a una actividad cristiana (apostolado) 1.3 Conociendo la espiritualidad del movimiento 2.- Evangelizar al joven. 2.1 Conociendo su realidad, con sus valores y antivalores, enfrentada con los desafíos del futuro. 2.2 Elevando el nivel humano y cultural del joven conociendo los demás temas básicos de la evangelización. METAS: 1.- Formar agentes de pastoral juvenil en 3 años (tres horas por semana), que se inserten comprometidamente en su comunidad parroquial. 2.- Hacer conciencia al joven de su realidad personal (6 meses dos horas por semana) 3.- Crear en el joven una espiritualidad personal y comunitaria (una hora a la semana de oración en comunidad) que lo lleve a un contacto con los demás y con Dios. 4.- Fomentar en el joven el celo apostólico como una proyección de su propia formación y como concientización de la misión de la iglesia de extender al Reino de Dios. 5.- Promover en los jóvenes la evangelización del joven a través del joven en las comunidades parroquiales donde estén integrados. 15 ACTIVIDADES: 1.- Hacer del joven artífice de su propia formación humana y cristiana en espíritu eminentemente católico. 2.- Realizar experiencias pastorales a nivel de parroquia, hospital, misiones y predicación en las calles. 3.- Ejercitar al joven en la práctica de la Sagrada Liturgia formando parte del equipo litúrgico de la parroquia. A.- PRIMER NIVEL: INICIACION 4-6 meses preparación para vivir E.A.J Formación humana y desarrollo de la personalidad Espiritualidad del movimiento. B.- SEGUNDO NIVEL: E.F.A. (ESCUELA DE FORMACION DE ALVERNISTAS) (Alvernia) 6 meses Crecimiento en Cristo Afectividad Espiritualidad Liturgia Profundizar los temas de la experiencia Alvernia Al terminar este nivel y antes de formar parte de la Escuela de Alvernistas, los integrantes de este nivel deberán organizar y realizar una mini-alvernia desarrollando toda la temática de la E.A.J. C.- TERCER NIVEL: E.A. (ESCUELA DE ALVERNISTAS) (Asís) 1 año Biblia Formación de líderes Dinámica de grupo Ministerios laicos EVENTOS SIGNIFICATIVOS: 1.- Experiencias Alvernias, Reencuentros, Pascuas Juvenil, Pentecostés Juvenil, Encuentros Navideños, MESJUVE antes SEJUVE etc. 2. Proyección apostólica: diferentes tipos de apostolados tales como: Enfermos en casas u hospitales Ansíanos en casa o asilos Huérfanos Pobres Tutelar y cárceles 3.- Oración comunitaria (hora santa y/o asamblea de oración) retiros y convivencia. La oración comunitaria (una hora a la semana) de 8:00pm a 9:00pm. Retiro espiritual bimestral el domingo tercero del mes de 9:00 a 3:00pm. Convivencia bimestral el domingo cuarto de cada mes de 10:00 a 2:00pm. 16 4.- Eventos que promueve la cultura, en ingenio y el interés en común. Concursos de canto y poesía Concursos de oratoria Organización de kermeses, bazares, rifas y actividades que proporciones un fondo económico para sufragar gastos de los eventos de la Escuela de Alvernistas. Apoyar la fiesta patronal de la parroquia Promover eventos culturales. 5.- Celebración del Día del Alvernista: 17 de septiembre CAPITULO I ESCUELA DE ALVERNISTAS ¿Que es la escuela de Alvernistas? 1.- Es la reunión de los Obispos de América Latina (CELAM 1979) en Puebla la “Opción Preferencial por los jóvenes” apareció como un fuerte manifiesto profético. Y esto mismo lo ha impulsado el Documento de Sto. domingo. 2.- Ahora bien, actualmente parece que el Espíritu Santo nos esta llamando a hacer un esfuerzo especial por asumir la opción por los jóvenes, junto con la opción por los pobres, a fin de que nuestros jóvenes sean los heraldos de un tiempo nuevo: hombres y mujeres nuevos inspiradores en la llamada a la edificación de la Nueva Civilización del Amor” que el Papa Juan Pablo II ha dirigido a los jóvenes constantemente. 3.- La opción preferencial por los jóvenes consiste en presentar a los jóvenes “Un Cristo Vivo, como Único Salvador, para que evangelizados, evangelicen y contribuyan, con una respuesta de Amor a Cristo, a la liberación integral del hombre y de la sociedad, llevando una vida de comunicación y participación” 4.- La Escuela de Alvernistas es un “Lugar de Encuentro” es una experiencia de evangelización integral que busca el crecimiento y la formación de agentes que, una vez evangelizados se inserten en sus diferentes comunidades parroquiales y evangelicen a los demás jóvenes bajo la guía de los sacerdotes y la asesoría de jóvenes mas experimentados. Es una escuela de profundización en al fe recibida por el bautismo, donde el joven se encuentra con otros jóvenes y aprende a conocer su realidad personal; donde descubra una espiritualidad personal y comunitaria; lo lleva al encuentro con los demás y con Dios, fomentándose el celo apostólico en la misión de la iglesia de extender el reino de Dios entre los jóvenes. 5.- Desea ser una “Experiencia de Comunidad” donde el joven tenga un “ Espacio” donde con una sana “Relación Fraterna” desarrolle sus cualidades humanas y cristianas y encuentre un “Acompañamiento” adecuado a la orden a la superación de limitación que bloquean su plena realización. 6.- La Experiencia Alvernia no se limita solo a los jóvenes ya que en cada escuela se debe tratar de llevar también la Experiencia de Alvernia Matrimonial, esta tratará de llevar a las parejas de jóvenes que han encontrado su vocación matrimonial asistiendo a la EA y tratando de involucrar a los padres de los jóvenes asistentes de la EA. 17 Por tanto, la vivencia de la Experiencia Alvernia Juvenil o Matrimonial crea en consecuencia, un espíritu de pertenencia y de comunidad. Esto es, de pertenencia y de comunidad que se esfuerza en vivir los valores del reino de Dios. Ahora bien, tanto la, Escuela de Alvernistas jóvenes como la de Alvernistas matrimoniales tienen su propia independencia y relación. Su propia independencia consiste en que cada escuela tiene sus propios estatutos, manual de Pre-Alvernia, de Experiencia Alvernia y post-alvernia, así como su propio programa de formación y actividades. De relación, en cuanto se complementa en la realización de la Experiencia Alvernia colaborando en equipo recíprocamente. CAPITULO II FINALIDAD DE LA ESCUELA DE ALVERNISTAS ¿A que se viene a la Escuela de Alvernistas? 7.- La escuela de alvernistas tiene como objetivo general: “Impulsar la renovación de la parroquia como comunidad de comunidades, promoviendo a la luz de la nueva evangelización la formación de agentes de evangelización y de pastoral familiar y juvenil, para construir la iglesia comunión, comprometida con los pobres y transformar así, nuestras realidades conforme a los valores del reino de Dios. 8.- La Escuela de Alvernistas desea hacer al joven artífice y actor de su propia formación humana y cristiana, participando en experiencias pastorales a nivel de parroquias, hospitales y misiones, donde el joven celebra la palabra de Dios y participa en la vida litúrgica de su parroquia. 9.- Hemos dicho que la Escuela de Alvernistas quiere ser un lugar de encuentro, de comunión, de estudio, de oración y de trabajo. La Pastoral Juvenil es la evangelización del joven desde las circunstancias en las cuales vive su juventud. 10.- Esta evangelización no debe desconocer los valores que el joven vive, si no que ha de tener cristificacion de dichos valores como la música, el canto, el baile, el estudio, el deporte y el trabajo a fin de que la civilización del amor surja desde los jóvenes y para los jóvenes en una dinámica cristiana y cristianizante. 11.- La inserción en la iglesia y la tarea de compromiso efectivo en la “Edificación de la nueva Civilización del Amor, de la Justicia y de la Paz”, es una exigencia que el evangelio nos lanza y requiere una profunda formación y participación responsable. Por eso, la Pastoral Juvenil en la línea de evangelización que ha tomado esta Escuela de Alvernistas debe ser un verdadero proceso de “Educación en la Fe”, que lleve al joven a la búsqueda de su propia conversión y aun compromiso evangelizador “esta educación en la Fe” deberá ser la presentación teológica y experimental de un Cristo Vivo, Dios y Hombre, como modelo de autenticidad, sencillez y fraternidad. Esto es, un Cristo que salva y que libera al joven del pecado y de sus consecuencias y lo compromete a ser un instrumento activo de liberación para los demás jóvenes. 12.- La evangelización juvenil de acuerdo al criterio de la opción preferencial para los jóvenes, debe fomentar en el joven un “sano espíritu critico” frente a los medios de comunicación social, es decir, por medio de foros, diálogos personales y comunitarios; ante los antivalores socio-políticos y culturales que tratan de transmitir diversas ideologías manipulando su ser joven. 18 Que esto los lleve al discernimiento de las realidades en que viven e implementar en ellos un espíritu de superación, de crecimiento y de autoafirmación de sí mismo, de sus familias y de sus propias convicciones que lo harán en la vida un factor efectivo de renovación en la sociedad actual. 13.- La juventud camina aun sin darse cuenta, al encuentro de un Mesías, y es Cristo, quien camina hacia los jóvenes, solo El es quien hace verdaderamente libre a joven y es este el Cristo que debe ser presentado a los jóvenes como un liberador integral, quien ofrece por el espíritu a todo joven la inserción en un “Proceso de Conversión Constante” Cristo comprende sus debilidades y le ofrece un “Un encuentro muy personal con El y con la Comunidad” Por medio de los sacramentos, especialmente, el de la reconciliación y la eucaristía. 14.- La Realización de la Pastoral Juvenil, debe buscar que el joven crezca en una espiritualidad autentica y apostólica desde un espíritu de oración (personal y comunitaria), con un conocimiento de la palabra de Dios y el amor filiar de María que uniéndolo a Cristo lo haga solidario con los demás jóvenes. 15.- La Escuela de Alvernistas quiere ofrecer una línea de pastoral global; desarrollar, de acuerdo con la pastoral diferencial y orgánica de esta arquidiócesis de Guadalajara, una pastoral de juventud que tenga en cuenta la realidad moral y social de los jóvenes, orienta las diversas opciones vocacionales y les brinde los medios necesarios para convertirse en factores eficaces de cambio y tenga los canales en la transformación de la sociedad a partir de su propia persona. 16.- Nuestra Pastoral Juvenil quiere ser una “Pastoral de la Alegría y de la Esperanza” de modo que transmita el mensaje gozoso de la salvación a un mundo que a veces amenaza ruina en busca de su liberación. 17.- Tenemos como meta formar al joven que responda al as características de la Nueva Civilización del Amor, de la Justicia y de la Paz. Soñamos con un joven alegre que cante y baile, que ore y estudie, que trabaje con una idea clara del lugar que ocupa en la iglesia y en el mundo. En fin, un joven libre de estructura de pecado, que sea un heraldo que abra las puertas del futuro ya próximo. 18.- Creemos que el joven actual esta llamado a busca y encontrar en la iglesia el lugar de su “Encuentro con Dios y con, los demás hombres”, a fin de “Ser Constructor de la Nueva Civilización del Amor” también el joven de hoy esta llamado a comprometerse sincera y responsablemente en la acción evangelizadora sin excluir a nadie, de acuerdo con la situación en que viven y sabedores de sus propias posibilidades, teniendo especial predilección por los mas pobres y necesitados. 19 CAPITULO III EL ESPIRITU DE LA ESCUELA DE ALVERNISTAS A.- Experiencia Alvernia. B.- Rencuentro o retorno de Alvernia C.- Encuentros de Oración Semanal D.- Experiencia de Servicio Apostólico 19.- Generalidades: De acuerdo con el objetivo general que sigue La Escuela de Alvernistas, el proceso de profundización en la fase esta integrado por 3 etapas: Iniciación, EFA Y EA: 20.- Iniciación: Esta etapa se caracteriza por la recepción de los jóvenes que vienen a insertarse a La Escuela de Alvernia y que recibirán una formación en orden a lograr una comunicación consigo mismo, con los demás y con Dios. Es una etapa de conocimiento de la historia del joven y de su realidad en que vive, en el cual se le debe enseñar a conocerse, valorarse y superarse. Esta etapa debe tener una duración mínima de 4 meses y máxima de 6 meses. Es una etapa previa a la vivencia de la Experiencia Alvernia. 21.- E.F.A. (Escuela de Formación de Alvernistas): Es un proceso de evangelización del bautizado que ayuda al joven a crecer y perseverar en su camino en la fe. Son jóvenes que ya han vivido la E.A.J. es el comienzo del post-Alvernia. Se trata de que el joven se vaya transformando cada vez más en imagen de Cristo. Para ello es necesario un soporte doctrinal y experiencia a fin de ir adquiriendo el estilo de vida que identifica a los disípalos de Jesús. Debe ser una verdadera enseñanza que no descuide la precisión de los conceptos ni la solidez de la doctrina dentro de una ”ortodoxia católica”, ahora bien, esta catequesis juvenil deberá ser permanente y progresiva, que alimente y estructure claramente la fe del joven. 20 Se trata aquí de una catequesis y de un catecumenado de personas “ya bautizadas” y que ya han recibido los sacramentos de iniciación cristiana, por tanto, nos sirve de inspiración el “Catecumenado de adultos de la iglesia”. En esta etapa de crecimiento deben estar integrados 3 aspectos fundamentales: 1.- Enseñanza doctrinal en lo esencial de la fe cristiana contenida especialmente en el Credo como compendio de nuestra Fe (cfr. Catecismo de la Iglesia) 2.- La iniciación moral y espiritual para llevar una vida conforme al evangelio. 3.-La iniciación de la vida de los sacramentos que deberá tender al “Redescubrimiento” y “Revitalización” de todas su riqueza con su dimensión eclesial y comunitaria. El método de esta catequesis no es el de la Teología Académica, si no una teología para seglares accesibles. Es a partir de la Sagrada Escritura y de la Historia de la Salvación, adaptada a la “Edad Espiritual” y al momento de crecimiento de los jóvenes. Deberá ser un tiempo de formación de la fe y en la oración conforme al evangelio enseñado a orar y a vivir en la intimidad con Dios y en la participación en la misión de la iglesia, sin descuidar su contexto familiar y social. Es conveniente que al término de la etapa EFA, antes de integrarse a la Escuela de Alvernistas, como actividad conclusiva de EFA. Los integrantes junto con sus formadores programen y realicen un simulacro de Experiencia Alvernia donde todos actúen como servidores. A este evento podrán invitar como asistente no como servidor a todos los miembros de la Escuela de Alvernistas, quien luego de vivir y practicar el simulacro podrán presentar sus sugerencias y observaciones a E.F.A. La integración de la Escuela de Alvernistas deberá ser por medio de una solicitud que los coordinadores de EFA entreguen y sean llenadas y presentadas al consejo. Los dirigentes de Escuela junto con el consejo revisarán cada solicitud y admitirán a los jóvenes fijando el día, hora y lugar donde se celebra la integración de los nuevos Alvernistas a la Escuela. 22.- La Escuela de Alvernistas (EA): Esta etapa deberá centrarse en la persona y vida de Cristo Jesús nuestro modelo de acción pastoral. Jesús elaboro un plan progresivo, con objetivos concretos y metodología definida, que debemos conocer para luego poder reproducir. Por tanto la Escuela de Alvernistas, debe ser una etapa de formación de Discípulos. Esto es, la formación de los continuadores de la obra de Jesús en orden a formar predicadores juveniles. 1.- Su misión: Salvar a todo el hombre y a todos los hombres (Lc. 4,18-19) 2.- Su meta: Instaurar el Reino de Dios (MT. 4,23) 3.- Su método: Formar discípulos-apóstoles (col.1, 2-3, Efe. 2,20; Ipe2, 5. Lc. 10,1; Hch. 2,14) 21 Jesús tenia una misión universal y el estaba limitado (en cuanto a hombre), por el tiempo y el espacio. Por lo que se rodeo de discípulos para de esa manera multiplicarse y prolongarse. La tarea primordial de Jesús durante sus tres años de ministerio, no fue entender a las multitudes que lo seguían. Su preocupación principal se centro en sus setenta y dos discípulos, hasta que doce de ellos llegaron a ser maestros. Por tanto, la opción preferencial de Jesús fue la formación de los discípulos a fin de enviarlos a predicar el evangelio a todo hombre. Pues bien, el objetivo de esta etapa es la formación de agentes de pastoral de evangelización que den muestra de conversión personal y celo apostólico a favor de los demás jóvenes. Dentro de la formación de los Agentes de Pastoral deberá presentar esencial atención a la formación para el liderazgo profético y para los ministerios laicos, a aquellos jóvenes que se sienten llamados y sean capaces de colaborar con los sacerdotes y obispos en la acción pastoral en la parroquia y en la diócesis. A fin de que, una vez terminada esta tercera etapa de la Escuela de Alvernistas, los jóvenes sean capaces en sus propias parroquias de ofrecer sus servicios pastorales y ministeriales en su comunidad. 23.- La Experiencia Alvernia. ¿Por qué experiencia Alvernia? Es un encuentro juvenil que se realizan en un fin de semana. Este encuentro esta diseñado para jóvenes que pertenecen a la Escuela de Alvernistas y que han cumplido con el primer nivel que es la iniciación. Es una primera experiencia fuerte y profunda de Dios y a la vez, es una primera experiencia de encuentro fraterno. La Experiencia Alvernia debe ser una Experiencia de oración personal y comunitaria, un encuentro consigo mismo, con los demás y con Dios. 24.- El objetivo de la Experiencia Alvernia. Es el de dar una fuerte y densa evangelización a los ya bautizados con el fin de que los jóvenes descubran y experimenten la “Buena Nueva” de salvación. “Evangelizar y catequizar adecuadamente a las grandes mayorías que han sido bautizadas y que viven el catolicismo popular debilitado. Es una tarea y un desafío” Nuestra preocupación se dirige a aquellos que habiendo nacido en un país cristiano, no han sido educados con la fe y son como adultos verdaderos catecúmenos. “Este primer anuncio se eta volviendo cada vez mas necesario para gran numero de personas que recibieron el bautismo, pero que viven al margen de toda la vida cristiana. “La evangelización constituye la misión esencial de la iglesia, la gracia y vocación propia de la iglesia, su identidad mas profunda existe para evangelizar” “Este primer anuncio del Evangelio es el de Kerigma que suscita la Fe, abre el corazón, lleva a la conversión y prepara la adhesión a Jesús. “Es mas necesario, sobre todo si tiene en cuenta que a menudo la primera evangelización no ha tenido lugar y cierto numero de niños bautizados en su infancia. Llega a la catequesis parroquial sin 22 haber recibido alguna indicación en la fe y sin tener todavía alguna adhesión explicita y personal a Jesucristo. Nuestro logo… MANUAL DE LA EXPERIENCIA ALVERNIA JUVENIL 23 24.1 El triangulo: Representa a la Santísima Trinidad, Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo como la fuente de donde surge toda experiencia de Dios. Porque es Dios quien tiene la iniciativa de venir al encuentro del hombre: cfr. Jn. 3,16-17 24.2. La Tau: 24 En el año de 1215, San Francisco de Asís asistió a la celebración del IV Concilio de Letrán. Ahí San Francisco escucho al Papa Inocencio III hablar del significado de la Tau como singo de Salvación. Francisco quedó muy impresionado al contemplar y comprender que la señal de la Tau es el sello de Dios que significa su dominio y garantía de su reconocimiento y su protección. La Tau representa la Cruz de Cristo en la cual nos otorgó el perdón de nuestros pecados, es el símbolo de Cristo Alfa y Omega, que une el cielo y la tierra en su dimensión vertical y que hermana a todos los seres humanos en su dimensión horizontal. El signo de los salvados, de los elegidos; es el signo de los redimidos. El profeta Ezequiel 9,6 describió la Tau como signo de salvación. En Núm 21,6-8 La serpiente de bronce es levantada sobre un madero, es un signo profético de la salvación que nos viene del crucificado. La Tau ha pasado al N.T. como el signo de la Cruz en la cual Jesús nos dio la redención por su sangre y sus benditas llagas (Flp. 2,6-11). San Francisco adoptó la Tau como firma en sus escritos. 24.3. La figura de San Francisco: Representa a San Francisco en una actitud de profunda y total entrega al amor de Dios. Ahora bien, esta figura no solo simboliza a San Francisco sino a todo joven que en la experiencia Alvernia se rinde totalmente ante Dios. Sus brazos extendidos significan oración y entrega. Puesto de rodillas representa adoración a Dios De cara ante Dios: significa la Experiencia Alvernia. Es decir, así como San Francisco experimentó la visión de Cristo crucificado en el Serafín, el joven en la EAJ puede experimentar un encuentro transformador en su vida. La llama de fuego: representa cono en Pentecostés, el don del Espíritu Santo que Dios envía cuando un hombre o una mujer reconoce y acepta a Jesús como el Salvador que Dios nos ha prometido. 24.4 Las siglas: EAJ: En la parte inferior izquierda del Triangulo están las siglas EAJ= Experiencia Alvernia Juvenil que es un don de Dios para todos los jóvenes que son llamados y que aceptan venir a vivir y participar de esta experiencia. 24.5. Las palabras “Mi Dios y mi todo” Son las palabras con las que San Francisco quiso expresar su experiencia no sólo de encuentro con Dios sino al saberse amado por Dios. Por tanto, si Dios está conmigo ¿Quién podrá hacerme daño o qué podrá faltarme? Dios se convierte en la razón y el sentido pleno de toda nuestra vida, de nuestro ser y quehacer. 24.6 El Círculo: Representa la Escuela de Alvernistas donde el espíritu del Alvernia nos une. Es una fraternidad juvenil donde amigo significa amigo y hermano significa hermano. En un sentido amplio representa el mundo ante el cual los jóvenes están llamados a transformarlo con la fuerza del testimonio de un cristiano joven: jóvenes unidos en Cristo llamados a ser evangelizadores de los jóvenes. 25 24.7 Los cinco nudos: Simbolizan las cinco llagas que Francisco recibió en el monte Alvernia. Son las señales de Cristo en su cuerpo. Para nosotros significan ciertamente las llagas de Cristo que en nuestra EAJ comprendimos que gracias a ellas hemos sido salvados y perdonados de nuestros pecados. También representan las señales que cada uno de nosotros ha recibido de Dios en la EAJ. Nos llamó Nos evangelizó Nos mostró su gran amor Nos hizo experimentar su presencia Nos ha mandado al mundo a dar testimonio Por eso llevar una Tau en el pecho representa un gran privilegio y una gran responsabilidad de ser jóvenes cristianos y ser fieles a lo que hemos visto y oído. 25.- Como alvernistas, La experiencia Alvernia, nos evoca aquella experiencia del “joven Francisco de Asís” quien después de un proceso de descubrimiento del evangelio y conversión (Porciúncula), llegó a la cima del Alvernia en busca de “silencio, soledad e interiorización” a fin de retornar a su profunda interioridad, entrando dentro de su corazón donde Dios, escrutador de corazones le aguarda y, ahí bajo la mirada de Dios. Francisco decidió su propio destino que lo condujo a la plena identificación con el serafín Crucificado. 25 26.- La iglesia es testigo en nuestros días de una grave crisis de la humanidad que traerá profundas mutaciones y se le exige que infunda el sentido de la virtud cristiana, el sentido de Dios y su palabra a los hombres de hoy. 26 Es necesario “Presentar un Cristo Vivo, como Único Salvador, Para que los hombres una vez evangelizados, evangelicen y contribuyan con una respuesta de amor a Cristo, a la libertad integral del hombre y de la sociedad de nuestros días, llevando una vida de comunión y participación activa y comprometida.”27 27.- El concilio Vaticano II mostró su preocupación esencial por reiniciar una nueva evangelización, misma que había sido reclamada por el papa Juan XXIII: El espíritu cristiano y apostólico del mundo entero espera un salto hacia delante. Una cosa es el deposito de la fe y otra la forma con que se enuncian las verdades contenidas en nuestra doctrina. Hay que dar mucha importancia a esta forma y, si es necesario, habrá que insistir con paciencia en su elaboración.28 28.- Y, es aquí donde emerge la mística de nuestra acción pastoral como Escuela de Alvernistas: En la perspectiva de la opción preferencial por los jóvenes desde los pobres a quienes contemplamos como una juventud que camina, aun sin darse cuenta, al encuentro de un Mesías Cristo, quien camina hacia los jóvenes y sabemos que solo él hace verdaderamente libre al joven y por lo tanto, creemos que es este Cristo que debemos presenta a los jóvenes. 29 29.- Requerimientos y normas generales para la realización de Alvernia y pre-Alvernia: Antes del encuentro o Experiencia Alvernia, es necesario que el grupo que va a participar, haya cumplido además del primer nivel (Iniciación, 4 meses), por lo menos de dos pre-alvernias que tienen como objetivo: 26 la integración del grupo, el conocimiento reciproco y la comprensión plena del objetivo fundamental de la experiencia Alvernia. 30 30.- Los coordinadores de P.A y E.A.J. deberán ser elegidos democráticamente. Dichos equipos deberán ser integrados por jóvenes que hayan mostrado un espíritu de compromiso cristiano y fraterno, que sean jóvenes dignos de confianza y discreción, jóvenes de caridad probada y de oración frecuente. Del mismo modo, que los religiosos que acompañen la experiencia, conozcan el sentido, los objetivos y metas de la experiencia. 31.- El material de apoyo para La Pre-Alvernia esta tomado del “Manual del Dirigente Moderno” de los cristóforos, mismo que está sujeto a los cambios y adaptaciones según las necesidades de cada Escuela. El ministerio de canto deberá preparar con mucho tiempo de anticipación los cantos litúrgicos y los cantos de animación siempre en coordinación con el equipo dirigente de le Experiencia Alvernia. Se recomienda un número mínimo de 35 y máximo de 60 participantes esto con el fin de que cada fraternidad no tenga un número mayor de 10 jóvenes. Evitando aceptar candidatos de última hora, pues la experiencia nos ha demostrado que no perseveran. 32.- Es importante que cada participante cuente con un “Padrino”, es decir, otro joven que haya recorrido el proceso y que ame la Experiencia y que esté dispuesto a servir de quía al nuevo alvernista, que se preocupe por acompañar durante y después de la experiencia al nuevo alvernista. 33.- También es importante que el Consejo de la Escuela de Alvernistas tomando las sugerencias de coordinadores y cabezas de comisión no muestre favoritismos al dar a conocer el equipo definitivo que coordinará la Experiencia Alvernia. El consejo deberá tomar en cuenta las cualidades y habilidades convenientes de todos los integrantes de la Escuela de Alvernistas e informará a los mismos la sugerencia para formar al equipo. Para llamar a colaborar aun a aquellas personas que sean consideradas necesarias y aptas para la realización de dichos eventos, estos no deben rebasar un máximo de 5 personas. 34.- Todas las decisiones que tome el Consejo de la Escuela de Alvernistas deberán contar con la aprobación del Director de la Escuela de Alvernistas y/o asistente local. 35.- El equipo que coordinara el Pre-Alvernia deberá estar integrado por: 2 Coordinadores 6 Personas de apoyo 1 Asesor Además de este equipo se requiere la participación del coro y la disponibilidad de todo aquel que sea invitado a compartir dentro de la experiencia de Pre-Alvernia. Juan XXII alocución del 11 de Oct de 1962 D.P. n 1183 Ibídem 30 Cfr. Manual de a Experiencia AlverniaAlvernia deberá estar integrado por 36.- El equipo que coordinara la Experiencia 28 29 Dos equipos; Equipo interno y Equipo externo. 27 Equipo Interno (mínimo 35 y máximo de 45) Coordinadores IBM (no máximo de 2 integrantes) Comisión de motivaciones (con un máximo de 4 integrantes) Coro (el coordinador se encargara de designar a los 5 integrantes) Comisión de liturgia (con un máximo de 4 integrantes) Comisión de Cocina (con un máximo de 8 integrantes y la pareja de Matrimonio) Comisión de Mantenimiento (con un máximo de 6 integrantes y la pareja de Matrimonios) Comisión de Economía (con solo un integrante) Dos Asesores Jóvenes Piedad (con máximo de 2 Integrantes) Un vigilante = portero Pastores (un máximo de seis integrantes). Comisión de Cuadros Plásticos (con un máximo de 8 integrantes). Equipo Externo.- Deberá contar con un mínimo de 6 y un máximo de 12 integrantes 2 Coordinadores 1 Asesor Colaboradores (con un máximo de 10 integrantes) El equipo externo podrá ser invitado a apadrinar Asesor Espiritual: El director de la Escuela de Alvernistas y/o el Asesor Parroquial de donde se encuentre situada la Escuela. 37.- Los equipos, una vez establecidos y aprobados, deberán ser dados a conocer con tiempo suficiente por los dirigentes de la Escuela, al Director o al asesor parroquial para que de su aprobación definitiva. 38.- Previamente la celebración de cada evento, cada equipo deberá realizar las reuniones necesarias a fin de preparar las charlas, las celebraciones litúrgicas las dinámicas necesarias y elaborar el horario. Uno de los asesores del encuentro deberá estar al pendiente de la metodología de la Experiencia Alvernia y el otro por igual pero enfocado a la espiritualidad del equipo. 28 Ningún pastor deberá participar en cuadros plásticos, deberá existir un pastor con experiencia de apoyo para el grupo de pastores. El vigilante será un joven encargado de cuidar la puerta, responsable de todas las entradas y salidas de todos durante la E.A.J, por lo cual deberá contar con una lista de gente autorizada para asistir por los coordinadores. Por lo menos quince días antes de la realización de la Experiencia Alvernia todo el equipo interno y externo deberán vivir un simulacro de la Experiencia Alvernia. Este evento tiene dos objetivos: 1. Que el simulacro sirva de retiro espiritual para todo el equipo, como preparación a la EAJ que van a vivir. 2. Que sirva como ensayo para revisar la presentación de la temática, meditaciones, dinámicas, etc.; a fin de tener la oportunidad de corregir lo que sea necesario. De esto, los principales responsables son los dirigentes de Escuela. Teniendo en cuenta que toda la Escuela de Alvernistas es responsable de la planeación, programación preparación y realización de la EAJ como el instrumento principal con el cual estamos sirviendo a la Iglesia. Los dos IBM deberán contar con un auto o vehículo cada uno, Liturgia deberá organizar la lista para el acompañamiento del santísimo. Nota: Cualquier miembro del equipo podrá participar en cuadros plásticos, a excepción de pastores y coordinadores; la capilla será únicamente para velar al santísimo, comisión de piedad y comisión de pastores. 39.- La celebración de la Experiencia deberá ser realizada en tiempos que favorezcan un tiempo de internado (de preferencia los fines de semana), de modo que una vez iniciado el evento, ningún joven (sea de los que vayan a hacer su experiencia o del equipo coordinador) deberá salir o suspender parcial o definitivamente su participación en el evento. En caso de que alguno tenga que salir por causas imprevistas y no pueda participar en la mayor parte del evento, si es candidato de Alvernia, no le será válido y deberá iniciar de nuevo su Experiencia en la siguiente fecha. Es importante también, que la realización del a Experiencia Alvernia responda y se efectúe dentro del plan pastoral de la parroquia a que pertenezca la Escuela Alvernia o de la parroquia en donde se efectuará la Experiencia Alvernia. 40.- El Reencuentro o El retorno al Alvernia: Es un encuentro juvenil que se realiza en un fin de semana. Este encuentro está diseñado para jóvenes pertenecientes a la Escuela de Alvernistas que haya vivido la experiencia Alvernia y hayan cumplido con el segundo nivel: el año de crecimiento, en el cual hayan mostrado interés y compromiso por adelantar en su crecimiento en la fe. Tanto para la experiencia Alvernia como para la experiencia de Reencuentro se tiene que vivir una experiencia previa para la experiencia Alvernia es el pre-Alvernia, para el Reencuentro es el prereencuentro. El pre-reencuentro al igual que el pre-Alvernia de ser posible no debe limitarse a una sola reunión. Entre más se profundice acerca de la persona, mayor será la garantía de que el candidato tome un compromiso maduro. 29 Este evento llamado pre-reencuentro tiene algunos objetivos específicos: Que el candidato conozca el estilo de trabajo del Reencuentro o Alvernia Que conozca a los auxiliares y sus posibles compañeros de la experiencia a vivirse La temática intenta ayudar al candidato a que toda la información recibida la reflexione, la haga propia. Esto es para que saque el mayor provecho personal. Motivar a la asistencia a la experiencia de Reencuentro o Alvernia. Que los auxiliares a través de una efectiva labor de pasillo detecten los grupos de amigos, novios, hermanos, etc.; quienes son los líderes, los extrovertidos, los introvertidos, aquellos que son difíciles en el trato personal, etc. Obtener todos los datos personales en la solicitud de cada uno de los candidatos, revisarla cuidadosamente y anotar todas las observaciones posibles. Todo esto, de modo que en la primera charla o presentación del objetico del Reencuentro o de la Experiencia Alvernia se les haga saber a los candidatos a qué es a lo que vienen. No es una repetición de la Experiencia Alvernia, sino que deberá ser una retoma de conciencia y valoración a la luz de la fe y delante de la comunidad; del camino recorrido. Debe ser un encuentro profundo de diálogo y de apertura en donde la relación fraterna se manifieste en la sincera comunión de sentimientos e inquietudes; es un taller en donde todos los participantes se confrontan delante del ideal que Cristo nos ofrece como camino par allegar al conocimiento de la verdad que nos libera. Es un nuevo alto en el camino para mirar y conocer cuál es la dirección que ha tomado nuestra vida. Es un tiempo de gracia que el Señor nos ofrece para rectificar caminos torcidos que ya se habían intentado dejar anteriormente; encontrar la reconciliación con uno mismo y con los demás; es un tiempo de renovar nuestro espíritu a la luz del evangelio y de la oración en cual venimos a rendir cuentas al divino Maestro que vino a buscar a los “adoradores en espíritu y en verdad de nuestra fidelidad y perseverancia”. En fin, es un retorno al Alvernia, con una visión y conciencia plena de lo que Dios ha hecho por nosotros y de aquellos momentos en que decidimos seguir a Cristo como discípulos a los cuales llamó para enviarnos a transformar el mundo iluminándolo con nuestra luz renovadora. Es un tiempo que el Señor nos ofrece para encontrarnos los unos a los otros delante del Señor Jesús que nos congrega de nuevo para renovar la Alianza que aceptamos al dar nuestro testimonio de lo que el Señor hizo por nosotros en aquel fin de semana. Es la celebración de nuestro Credo y la celebración de la palabra de Cristo como programa de vida. 41.- Ahora bien el objetivo del Reencuentro o el Retorno al Alvernia es el de realizar una profunda y humilde revisión de la vida, delante del Señor y delante de los Compañeros de camino. 30 Es retorno a los hermanos con quienes se comparte en la medida de lo posible, el estado de nuestra vida, es una búsqueda del Rostro del Señor en la oración y replantear el plan de nuestra vida. Valorando nuestras realidades familiares y personales; fomento del diálogo y sanación de nuestras heridas. Debe ser una retoma de actitudes ante uno mismo, ante los demás y ante Dios. 42.- Este encuentro es un regalo de Dios, pues nadie puede acercarse a Jesús si el Padre no lo permite, se trata de buscar cuál es la voluntad de Dios. Es tiempo para decir: “Señor, ayúdame, dame fuerza y valor para realizar bien lo que tú pides”. 43.- Para la organización del Reencuentro, además de lo prescrito para la experiencia Alvernia nn33-38 (con la aclaración de que no existen padrinos), el equipo de formadores deberá ser el principal colaborador del director del E.A. en la programación, realización y valoración del evento. El consejo de la E.A. deberá pedir la colaboración del personal necesario para que el reencuentro se realice de la manera mejor organizada. 44.- Sabiendo que el objetivo del Reencuentro consiste en la realización de una profunda y humilde revisión de vida en la presencia del Señor, es preciso despertar en los reencuentristas el interés por compartir la alegría de vivir, la amistad, nuestra fe, nuestras penas y sufrimientos, nuestra oración. Se trata por tanto, de renovar nuestra fe y nuestros propósitos con que salimos el día en que terminamos nuestra experiencia Alvernia. Por lo que la reflexión debe ir dirigida a la revisión de las intenciones con las que hemos venido, contemplar el camino andado y buscar en el retiro, en el silencio y la interiorización la voluntad de Dios. 45.- La reflexión personal debe ir encaminada a buscar la respuesta de algunas preguntas como las siguientes: ¿Qué me pasó en mi fin de semana? ¿Cómo he vivido desde mi Experiencia Alvernia? ¿Cuáles han sido mis logros y mis fallas más notables? ¿Luego de realizada esta reflexión personal(libreta personal) por espacio de un tiempo razonable, se debe tener un espacio de reflexión compartida en torno a algunas preguntas como las siguientes: ¿Cuál fue el testimonio que diste después de tu experiencia Alvernia? ¿Cuál fue tu momento más fuerte? ¿Qué cambio he notado en mi vida? ¿Cómo ha sido tu camino andado? ¿Hacia dónde se dirige tu vida y tus aspiraciones? ¿que esperas de este reencuentro? ¿Qué estas dispuesto a ofrecer? 46.- Tanto para la realización de la Experiencia Alvernia como para la celebración del Reencuentro o El retorno al Alvernia, se deben observar tiempo de absoluto silencio personal y comunitario con el fin de favorecer la reflexión, la meditación y la oración personal y comunitaria. Los alvernistas deben tener bien claro el objetivo del evento y la utilidad del tiempo bien empelado. 47.- A diferencia de la Experiencia Alvernia, es importante hacer notar la trascendencia de la oración por grupos o pequeñas fraternidades así como la aplicación de los talleres: 31 ¿Quién soy yo? (Duración máximo 3 horas) Jesús solución de Dios Nuestros padres, Don de Dios (duración 3 horas) Junto con la oración por grupos y la aplicación de los talleres, deben tenerse en cuenta los temas: Un alto en tu camino Las características del hombre nuevo (liderazgo nuevo) El plan de del mundo y el plan de Dios para nosotros. 48.- El equipo coordinador, sacerdote acompañante (y los demás religiosos que participen en el reencuentro) deberán poner especial atención en la preparación y celebración de la Eucaristía y la ambientación de modo que todo el evento tenga su punto de partida y de llegada a la participación de la eucaristía. Las ambientaciones (visual-grafica y musical) deben preparar el espíritu para un encuentro personal con el Señor Jesús. La eucaristía debe convertirse en el centro y culmen del evento, de modo que la liturgia sea la celebración de un verdadero cenáculo juvenil donde se perciba la caridad, la comprensión y la paz entre los participantes. 49.- Así como la Experiencia Alvernia busca centrar la atención en la renovación de los sacramentos del Bautismo y Confirmación, el Reencuentro debe buscar centrar la atención en el contexto de fe en el cual Cristo instituyó la eucaristía: es la Experiencia del Cenáculo. Por tanto, se deberá celebrar la liturgia del Jueves Santo en la cual son tres los elementos que han de iluminar la celebración del Reencuentro en su momento más solemne y profundo. El mandato del Amor-Lavatorio de pies. La institución del sacerdocio y la Eucaristía, aprecio. La proclamación de nuestra fe, el Credo. A partir del reencuentro el alvernista deberá convertirse en un apóstol juvenil al servicio de la Iglesia. 50.- Los encuentros de oración semanal: La “Hora Santa” o “Asamblea de Oración” como se ha venido denominando a los encuentros semanales de oración comunitaria tienen como objetivo: 1. 2. 3. 4. El cumplimiento del mandato del Señor: permanecer en la unidad y en la oración. Continuar el espíritu de la Alvernia y del Reencuentro, alimentando el espíritu del joven. Busca tener ante todo el espíritu del Señor y su Gracia para caminar en su presencia. Iniciar a los nuevos miembros en la oración. 51.- Una realidad: Un reto para tomar en cuenta. Muchos alvernistas se han retirado de la E. A. principalmente por haber perdido o por haber dejado “enfriar el espíritu de oración”. 32 Al abandonar la oración personal y comunitaria, hasta los más fervientes alvernistas han perdido el sentido de su presencia y pertenencia a la Escuela cayendo ante cualquier tentación experimentando el vacío de la insatisfacción por lo que poco a poco se hacen mediocres, irresponsables y terminan por retirarse. 52.- Por lo tanto, la oración semanal debe convertirse en la fuente a la cual acuden los jóvenes cada fin de semana para encontrar en la comunidad la Palabra de Dios que ilumine y fortalezca sus vidas, el calor de los amigos que reafirme su seguridad personal y su espíritu de pertenencia. Es un lugar de encuentro para disfrutar la alegría de vivir. 53.- Esta oración comunitaria semanal, no es obligatoria pero si es necesario y recomendable para todos aquellos que desean “tomar en serio las cosas de Dios” en sus vidas. Por lo que la preparación deberá ser cuidadosa y experiencial. Es decir, que responda a las realidades y necesidades en las cuales vive cotidianamente el joven. Los principales responsables son los dirigentes de Escuela. Cada organizador debe cuidar que la oración parta de la realidad concreta de los jóvenes y se convierta en una oración viva en la cual los jóvenes se sientan presentes delante del Señor que vive encarnado en los corazones de los jóvenes que han venido especialmente para hacer oración. Por lo tanto, la oración debe ser variable, dinámica y creativa, cuidando los extremos (hay que evitar el consumismo de novedades y sentimentalismos). 33 LA PROYECCIÓN APOSTOLICA 54.- Del itinerario que va del nivel de Iniciación, pasando por los siguientes niveles, incluyendo los eventos de los Alvernistas y los Reencuentros, es donde “surge el compromiso cristiano” que en síntesis se reduce a vivir y anunciar a Jesús como testigos y discípulos del mismo. Todo proceso de evangelización consiste pues, en que el evangelizado se convierta a su vez en evangelizador a partir de la comunidad eclesial: en y para su parroquia y se proyecte a los demás jóvenes en su testimonio en la vida cotidiana (cfr. Christifidelis Laici). 55.- En nuestra realidad nacional y local, nos encontramos con un hecho: tenemos una profunda tradición cristiana, pero en la práctica, contemplamos y constatamos que hay una enorme masa de bautizados en los que “no se ha dado la verdadera conversión cristiana” y la causa radica, en que nunca han recibido la iniciación cristiana, además de otras causas y condicionamientos de tipo familiar, económico, sociológico y eclesial. Existe la tentación en los alvernistas de volver a la vida de antes. 56.- Para que se pueda llegar a una toma de conciencia de la fe recibida y que se pueda llegar a tener frutos: y por tanto, al descubrimiento y aceptación de Jesús como Salvador y Señor, es necesario la evangelización y la experiencia de vivir el proceso de creer y convertirse día a día. Y esto es, para toda la vida. 57.- A fin de responder a estas necesidades: se necesitan Apóstoles que surjan de la experiencia de fe y de oración, que conduce al proceso de renovación y de conversión y que correspondan al llamado que Dios nos ha dirigido a través de la historia por diferentes canales, especialmente en los últimos tiempos por boca del Santo Padre Juan Pablo II de ser apóstoles y constructores de la Nueva Civilización del Amor.31 58.- La experiencia del Servicio Apostólico. La Biblia ha dicho “no se enciende una lámpara para luego ocultarla debajo de la cama”, es decir, no se nos ha dado una nueva luz para mantenerla oculta, sino que el mismo Jesús ha dicho: “brille vuestra luz…” Pues bien, el apostolado es algo esencial para todo creyente en Cristo. Esto significa que hemos de ser “heraldos de la fe y de la paz, peregrinos del Amor y de la Esperanza; amantes de Cristo y servidores de los hermanos”. Esto es, andantes del camino entre los jóvenes ofreciendo el testimonio que Cristo está vivo.32 59.- El Papa Juan Pablo II nos dice en su encíclica:”Redemporis Missio” que la misión supone actualmente “la renovación de la fe y de la vida cristiana. En efecto, la misión renueva la iglesia, refuerza la fe y la identidad cristiana, da nuevo entusiasmo y nuevas motivaciones”. ¡La fe se fortalece dándola! La nueva evangelización hallará inspiración y apoyo en el compromiso de la misión.33 Por tanto, la proyección apostólica de los alvernistas deberá tomar en serio estas palabras. 60.- El mundo de hoy necesita no solo de la juventud como una realidad sociológica y estadística, sino la juventud del espíritu de Cristo que habita en los jóvenes. Se necesita escuchar la voz limpia de los jóvenes que han experimentado cómo el fuego del amor de Cristo arde en sus corazones. Son los jóvenes los que deben convertirse en libertadores de los jóvenes: hay que sacar a los jóvenes de la cárcel de la indiferencia y de la desesperación. Cristo llama a los jóvenes a resucitar en los demás jóvenes la ilusión por la vida.34 34 61.- Actualmente nos encontramos con muchos jóvenes que van por el camino de la “evasión”, del “olvido”, del “hedonismo” de la “discoteca”, la “droga”, la “indiferencia”, el “pesimismo”, en busca de “paraísos artificiales” que, sin embargo, no han respondido a las necesidades más profundas del ser humano que vive en el joven. El alvernista debe abrirse al ideal de Cristo y convertirse en un instrumento de Paz y de Bien en medio del mundo.35 62.- El apostolado de los alvernistas deberá ser promovido y coordinado por la comisión de Proyección Apostólica. Ahora bien, ésta comisión buscará aquellos campos de apostolado en los cuales los alvernistas puedan desarrollar sus cualidades y aspiraciones dentro de la parroquia y aun fuera de ella. 63.- Un primer campo de apostolado: lo constituye el servicio a la parroquia. Es decir, poniéndose a disposición de los Señores párrocos. Ser expresión de pastoral juvenil al servicio donde la parroquia lo necesite. Además, el coro debe prestar un servicio continuo de ambientación durante las actividades de la E. A. de manera especial, en la realización de las reuniones semanales de oración comunitaria, la celebración de la Experiencias Alvernias y los Reencuentros. 64.- Un segundo campo de apostolado: lo constituye, dentro del servicio litúrgico de la Parroquia, el ejercicio de los “ministerios laicales”, lectores y monitores (sin que se interprete como suplentes de los sacerdotes o religiosos), sino como verdadero ministerio laical que goza de plena fundamentación magisterial por parte de la iglesia y del Episcopado Latinoamericano. Según las directrices de la parroquia donde se halle integrada la Escuela de Alvernistas.36 65.- Un tercer campo de la proyección apostólica: consiste en la visita a los enfermos, participación en hospitales, el servicio de evangelización y catequesis en las parroquias que así lo soliciten.37 66.- El alvernista, como laico que es, se ubica, por vocación, en la iglesia y en el mundo, como miembro de la iglesia, fiel a Cristo; está comprometido en la construcción del Reino en su dimensión temporal.38 En profunda comunicación con los demás jóvenes y con los pastores, en los cuales encuentra maestros en la fe, el alvernista contribuye a construir la iglesia como comunidad de fe, de oración, de caridad fraterna y lo hace por medio de la catequesis, por la vida sacramental y por la ayuda a los hermanos.39 67.- Como un cuarto campo de apostolado: el alvernista, debe ofrecer un testimonio de vida real por su palabra oportuna y por sus acciones concretas a fin de ordenar cristianamente las realidades temporales para ponerla al servicio de la edificación del Reino de Dios. En todo caso, el alvernista debe buscar y promover el bien común en la defensa de la dignidad del hombre y de sus derechos, poniendo especial atención a los más débiles y necesitados, en la creación de estructuras más justas y fraternas, comenzando por su familia.40 Estos son algunos de los elementos característicos de la nueva civilización del amor concretada en el apostolado de los alvernistas pero está abierto a otras actividades. 68.- Los alvernistas deben recordar que la principal proyección apostólica comienza en sí mismo, con sus propias vidas y familias: “El laico – nos enseña Puebla – debe aportar a la iglesia su propia experiencia de participación en los problemas, desafíos y urgencias de su propio ambiente: personal, familiar, escolar o laboral, y en general, de la sociedad en que vive”.41 35 69.- Se trata pues, de una Nueva Evangelización desde la cultura y desde las realidades concretas en las cuales transcurre la vida de los jóvenes. De modo que evangelizar significa: no el hecho de suplir unos valores por otros, sino transformar y reconocer los valores positivos que se encuentran en tales culturas y realidades. 70.- Evangelizar es una labor pedagógica-pastoral en la que el catolicismo popular se ha asumido, purificado, completado y dinamizado por el Evangelio.42 71.- Esto implica realizar un análisis de la realidad: esto es, identificar los elementos positivos y negativos de la religiosidad popular de nuestro pueblo para luego pasar a juzgar y actuar con una nueva evangelización. 72.- Los agentes de Evangelización, con la luz del Espíritu Santo, y llenos de “caridad pastoral” deben desarrollar una nueva pedagogía de la evangelización. Esto exige amor y estar cerca del pueblo, ser prudentes y firmes, constantes y audaces para educar la fe.43 LA DIMENSION ESPIRITUAL DEL ALVERNISTA 73.- Ahora bien, es importante señalar la aportación que los alvernistas hacen en su propia proyección apostólica: su propia experiencia de vida, su competencia profesional, científica y laboral, su inteligencia cristiana, su estudio y enseñanza de la doctrina de la iglesia.44 74.- Es necesario, por lo tanto, dentro de la formación y proyección apostólica de los alvernistas, la profundización y experiencia de una espiritualidad apropiada a su condición de laicos. Las dimensiones esenciales de esta espiritualidad son, entre otras, las siguientes: Que el alvernista no huya de sus realidades en las que vive, sino que pertenezca presente activo, en medio de ellas, y allí encuentre al Señor.45 Que el alvernista de a tal presencia y actividad una inspiración de fe y un sentido de caridad cristiana. Que por la luz de la fe, descubra en su propia realidad la presencia y el llamado del Señor. Que en medio de su misión frecuentemente conflictiva y llena de tensiones para su fe, busque el alvernista renovar su identidad de cristiano con el contacto frecuente de la palabra de Dios, la recepción asidua de la eucaristía, la oración frecuente, el dialogo y relación con los formadores y compañeros de la Escuela de Alvernistas. 75.- La experiencia de proyección apostólica dependerá de la organización y coordinación que la comisión de proyección apostólica en íntima relación con la parroquia desarrolle bajo orientación y asesoría de uno de los miembros del Equipo de Formadores de la Escuela de Alvernistas. 36 Esta comisión tiene como objetivo: Impulsar la formación apostólica en los alvernistas a fin de que todos participen. Buscar y definir los diversos campos de apostolado: en las parroquias y otros lugares. Promover y motivar a los alvernistas, especialmente los de segundo y tercer nivel y aquellos que destacan por su participación y compromiso en la Escuela de Alvernistas para su capacitación como futuros formadores de la misma. Organizar y coordinar los apostolados, a fin de que no interfieran con las actividades de la Escuela de Alvernistas. Supervisar y evaluar los apostolados. Implementar el material de apoyo y las mesas de estudio a fin de programar y preparar el apostolado en coordinación con la Comisión de Formación. 76.- Los Alvernistas deberán buscar su participación activa, organizada y responsable en alguno de los campos de apostolado que ofrezca la Comisión de Proyección Apostólica de la Escuela de Alvernistas o bien, presentar como propuesta a alguna iniciativa apostólica que responde a las propias aspiración.46 Evitando así, dar importancia sólo a las actividades deportivas y culturales que, son parte del objetivo general de éste pero que no son las únicas y especificas; se quiere ofrecer a los jóvenes una formación integral: humana y cristiana. 37 CAPITULO IV ORGANIZACIÓN INTERNA DE LA ESCUELA DE ALVERNISTAS 77.- Existen en La Escuela de Alvernistas cuatro niveles de responsabilidad en la Dirección y coordinación de la vida y actividad de esta Escuela. A.- El Director General de Las Escuelas de Alvernistas: P. Fr. Galileo Guadalupe Márquez. B.- El Asesor Parroquial de Escuela: El Párroco de cada escuela o su delegado. C.- El Equipo de Asesores Base: Los formadores. D.- El Consejo de la Escuela de Alvernistas: Presidios por los dirigentes de Escuela. 78.- Junto a estos cuatro niveles de responsabilidad en la dirección y coordinación de las Escuelas Alvernistas existen dentro del consejo de Escuela diferentes oficios y comisiones. A.- El Secretario general del consejo de Escuela B.- Las comisiones: Comisión de Liturgia Comisión de Eventos Comisión de Economía Comisión de Mantenimiento Comisión de Motivación Comisión de Proyección Apostólica Comisión de Rescate y Promoción C.- Representante de la Escuela de Alvernistas ante el equipo coordinador base de la parroquia, consejo parroquial o su equivalente en donde se encuentre La Escuela de Alvernistas. 79.- Descripción de la competencia de los niveles de responsabilidad de las Escuelas Alvernistas. 80.- Tanto el Director general de Escuelas como el Asesor Parroquial tendrán como oficio en las Escuelas Alvernistas el acompañar a los dirigentes de la Escuela. Los dirigentes de la Escuela de Alvernistas. 81.- Competencia de los dirigentes de la Escuela. a).- Dirigir, coordinar y orientar la vida y las actividades de la Escuela de Alvernistas. b).- Animar y apoyar el ambiente moral, espiritual y pastoral de la Escuela de Alvernistas. c).- Supervisar que el programa de cada nivel se realice de acuerdo al objetivo de la Escuela de Alvernistas. Además acompañar la realización de las experiencias Alvernia, Reencuentros y los apostolados de los jóvenes alvernistas. 38 d).- Formar parte tanto del equipo de formadores como del consejo de Escuela, por su oficio, puede presidir o delegar la coordinación de las reuniones ordinarias o extraordinarias de ambos consejos. e).- Ofrecer su acompañamiento espiritual a los jóvenes alvernistas en sus necesidades e inquietudes. 82.- El equipo de Asesores Base lo constituyen los alvernistas comprometidos que han optado por participar como formadores y asesores laicos de los jóvenes en las Escuelas Alvernistas. 83.- Al equipo de formadores compete: Ser los consejeros del Director y asesor parroquial de Escuela. Apoyar y asesorar la vida y actividades del Consejo. Revisar constantemente las actividades de la Escuela de Alvernistas en coordinación con los dirigentes de la misma. Celebrar reuniones periódicas de estudio a fin de lograr una mayor profundización de sus apostolados. 84.- El consejo de la Escuela de Alvernistas deberá estar constituido además de los dos jóvenes dirigentes por dos delegados al consejo elegidos por los miembros de cada nivel de crecimiento y de uno solo por iniciación. La competencia de los delegados es la de participar en los estudios y en las decisiones del consejo, velar por los intereses y necesidades de los compañeros a quieres representen. Una vez elegido el consejo, debe elegirse de entre los miembros El Secretario General de La Escuela de Alvernistas para que lleve nota en el libro de actas de las reuniones del consejo de todo lo que se trate en él, con fecha de cada reunión y deberá notificar a los integrantes de escuela y a todos en general cuando los dirigentes lo consideren conveniente. Las reuniones deberán ser ordinariamente cada mes. 85.- Es de competencia del Consejo de la Escuela de Alvernistas: a).- Revisar la vida y las actividades de la E.A. b).- Ser consejeros inmediatos del Asesor Parroquial c).- Tratar los asuntos de interés general según la agenda que elaboren los Dirigentes o algún asunto que el Asesor Parroquial pida ser tratado d).- Organizar los diferentes eventos que afecten la vida de los jóvenes de La Escuela de Alvernistas. Competencia del Secretario General de La Escuela de Alvernistas: Colaborar con los dirigentes de Escuela en todo lo referente a los asuntos de Escuela. Ofrecer información general a los jóvenes que vengan a La Escuela de Alvernistas Recibir los datos de los jóvenes que estén interesados en integrarse primero al grupo de iniciación y después a la Escuela de Alvernistas. 86.- Los Dirigentes de Escuela y su elección: Deben ser electos por votación universal, entre los jóvenes alvernistas que hayan manifestado un probado compromiso cristiano y que amen la acción pastoral de la Escuela de Alvernistas a favor de los jóvenes; que sean sensibles a las necesidades de Líder, y goce de aceptación entre los jóvenes de La Escuela de Alvernistas. 39 87.- En la Asamblea General para Elecciones, el consejo en funciones convocara a elecciones por medio de los dirigentes, para lo cual fijara la fecha y dará a conocer con la debida anticipación, las reglas para las elecciones, así como los puestos y nombramientos a elegir. 88.- La Asamblea General para la Elecciones deberá ser presidida por el director y/o/ el asesor Parroquial que designará cuatro escrutadores, de los cuales, dos distribuirán y recogerán las papeletas con los votos para entregarlas a los otros dos que los contaran en presencia del que presida y de la Asamblea de votos, los dos escrutadores dirán en voz alta los nombres de los candidatos y las votaciones respectivas, un anotador designado para tal oficio, escribirá los nombres y los votos de los candidatos en una pizarra a la vista de toda la Asamblea. En caso de ausencia del director y El Asesor Parroquial el Equipo de Asesores base presidirá esta asamblea. Pero solo en caso extremo. 89.- Para la Elección de los dirigentes de escuela deberá hacerse primero, uno o dos pre/escrutinios para Conocer la opinión de la asamblea sobre los precandidatos y seleccionar los más populares sobres los cuales realizar la votación definitiva. Luego de un tiempo razonable de receso, se realizara el tercer escrutinio por votación definitiva cuya mayoría de votos elijara a los nuevos dirigentes. En caso de mayoría relativa, quedan a juicio de quien presida la Asamblea la realización de una nueva votación. En caso de empate se elijara al candidato de mayor antigüedad en la Escuela de Alvernistas. 90.- Una vez electos los dirigentes, quien presida de la asamblea, deberá preguntar al elegido si acepta el oficio para el cual ha sido elegido. En caso de no aceptar, se procederá a la elección de otro candidato. Si el elegido acepta, el presidente de la asamblea invitara a ambos jóvenes a acercarse a la sede principal en donde le hará entrega oficialmente de su encomiendo, confirmando su elección imponiéndole una tau nueva. 91.- De manera semejante, se hará en cuanto a la elección de cada uno de los demás miembros del Consejo. 92.- Una vez confirmados los dirigentes de Escuela se hará los mismos con los demás jóvenes miembros del nuevo consejo, confirmado la aceptación del cargo. (En caso de que haya). La duración del consejo, deberá ser de 12 (DOCE) meses, a partir de su confirmación. 93.- El presidente de la asamblea dirigirá una exhortación a los elegidos recién confirmados, sobre el sentido y valor de sus encomiendas. De igual modo, exhortara a toda la asamblea a colaborar humana y Cristianamente con los jóvenes que han aceptado servir a la comunidad de la escuela de Alvernistas. Les Indicara que deberán presentarse al Señor Párroco para su aprobación. 94.- Una semana después de la elecciones, los nuevos directivos deberán reunirse juntamente con los anteriores a fin de intercambiar experiencias y retomar las orientaciones de la vida y actividades de la Escuela de Alvernistas de el Plan Formación de la escuela y el Plan Orgánico parroquial. En esta reunión se hará la distribución de la coordinación de las diferentes comisiones a los cuales se integraran los jóvenes de los diferentes niveles según una previa invitación por parte de los dirigentes. 40 De estas elecciones se deberá enviar notificación al director General y a las demás escuelas de alvernistas. 95.- Constituidas las diversas comisiones, cada una deberá reunirse con la mayor brevedad con sus respectivos miembros para continuar las actividades programadas. 96.- Los Dirigentes de Escuela y demás miembros del Consejo, antes que nada, deberán ponerse de acuerdo para la coordinación de sus actividades de modo que no se acumulen solo en los Dirigentes. Buscarán trabajar unidos y armónicamente. A los Dirigentes de Escuela compete: a).- Ser colaboradores y Consejeros inmediato del Párroco o Asesor Parroquial y miembro del consejo parroquial. b).- Participar en las reuniones del equipo de Formadores cuando se le requiera. Con voz y voto. c).- Presidir ordinariamente las reuniones del Consejo, no obstante que esté presente el Asesor Parroquial. d).- Verificar las actividades de las diferentes Comisiones, alentando y dinamizando dichas actividades. e).- Participar en lo posible, en todos los eventos de la Escuela de Alvernistas como: Experiencias Alvernias, Reencuentros y Experiencias Apostólicas. f).- Ser un verdadero líder entre los jóvenes abundando el bien y la unidad de todos ellos. g).- Manifestar al Consejo y al Asesor Parroquial, las necesidades y problemas de los jóvenes alvernistas. h).- Acudir a las reuniones convocadas por el director general. Las ausencias de los Dirigentes de Escuelas serán ser suplidas por el secretario general del consejo de escuela, quien asumirá las obligaciones y deberes inherentes a la Dirigencia e informar a los dirigentes de escuela. 97.- Las reuniones del Consejo de la Escuela de Alvernistas. De acuerdo a lo prescrito en artículos anteriores, el consejo deberá establecer un calendario de las reuniones y de las actividades ordinarias. Dichas reuniones deberán ser cada mes y a una hora adecuada según las posibilidades de los miembros. 98.- El tiempo de duración de las reuniones del Consejo deberá ser como mínimo una hora y como máximo dos horas. 99.- Al Consejo le corresponde: a).- La discusión y solución de algún problema que afecte a toda la Escuela de Alvernistas. b).- El estudio de temas relaticos a las diversas actividades de las comisiones. c).- La preparación de las asambleas generales para las elecciones o para dialogo comunitario o formativo. d).- El cuidado y dinamización de los encuentros semanales de oración comunitaria en coordinación con la comisión de liturgia. e).- Elegir un representante para el consejo parroquial. 100.- Las Asambleas Generales. Como se ha visto a lo largo de éste capítulo, existen tres tipos de Asambleas: 41 A. Asamblea General Ordinaria. Para exposición de temas formativos. Temas disciplinarios. Dialogo comunitario con el Asesor Parroquial y/o Director General. B. Asambleas Generales Electivas. Elección de los Dirigentes y miembros del Consejo Elección de los equipos que coordinan las Experiencias Alvernias, Reencuentros y Experiencias de Apostolado de la Escuela de Alvernistas. C. Asambleas Extraordinarias: al igual que el “A” solo que para casos urgentes que no puedan esperar fecha posterior. La celebración de dichas asambleas deberá ser notificada a los jóvenes de la Escuela de Alvernistas, en las reuniones semanales por medio de los Formadores a través de los Dirigentes de Escuela o Secretario del consejo y por escrito, en lugares visibles señalando lugar, fecha y hora. 101.- Los equipos Especiales: Los Formadores. De acuerdo con los nn. 78, 83 y 84, el Equipo de Formadores está constituido además de los integrantes del Equipo de asesores Base y además por jóvenes que han recibido su formación en la Escuela de Alvernistas y se les reconoce como Formadores de la Escuela estos jóvenes que han aceptado realizar un apostolado interno en la Escuela de Alvernistas, para colaborar en la formación y demás actividades de la Escuela de Alvernistas. 102.- Como equipo su aportación es valiosa. Periódicamente deberá complementar su formación con otros cursos dentro o fuera de la Escuela de Alvernistas, además de colaborar en la realización de diversos talleres a fin de profundizar en el conocimiento sobre la Sagrada Escritura, Liturgia, Documentos de la Iglesia, Espiritualidad, de acuerdo a lo estipulado en el Capítulo VI que trata sobre la formación. 103.- Como profesores, es de esperar, buen ejemplo y responsabilidad en el cumplimiento de sus actividades. 104.- Los miembros de la Escuela de Alvernistas. Las Escuelas de Alvernistas están constituidas básicamente por jóvenes. Los jóvenes que vienen por primera vez y se insertan en la Escuela de Alvernistas, deben inscribirse para el primer nivel el de iniciación. Estos jóvenes empiezan su proceso de evangelización y han de aprender a observar las normas generales que regulan la vida y las actividades de la Escuela de Alvernistas. Los jóvenes que cursan los niveles de crecimiento explicados en el capitulo dos, son aquellos que, habiendo cumplido con el primer nivel, el Pre-Alvernia y han vivido su Experiencia Alvernia, son los que se convierten en alvernistas, con derecho a portar la Tau como signo de haber tomado una opción más comprometida en su fe cristiana. Ellos gozan de voz y voto en las Asambleas Generales Electivas con derecho a ser elegidos para los oficios directivos de que tratan los nn. 89, 91, 93, 98, 110 y 111. 42 105.- Los matrimonios que vienen a la Escuela de Alvernistas forman una comunidad en base a las “Alvernias Matrimoniales” gozan de organización propia. En algunos casos, para la celebración de algunos eventos, deberá existir la colaboración mutua. 106.- La organización es signo de comunión y participación en la vida de la iglesia y de nuestro movimiento, permite el crecimiento, la responsabilidad y la madurez de los jóvenes como individuos. Por eso es necesario un mínimo de orden y disciplina respetando nuestras propias organizaciones entre jóvenes y matrimonios. 107.- REGLAMENTO DISIPLINAR DE LA ESCUELA DE ALVERNISTAS. 1ª.- Cada joven deberá dar ejemplo de calidad humana y de caridad cristiana. Deberá ser respetuoso y amable, accesible a los demás. Deberá comportarse, de modo, que sus actividades y actos no se presenten a malas interpretaciones. 2ª.- Los jóvenes deberán mostrar respeto por los formadores y acudir a ellos en cualquier necesidad o inquietud. El trato deberá ser familiar. 3ª.- El trato entre los jóvenes de esta Escuela de Alvernistas debe ser de respeto y confianza, evitando criticas o malos entendidos; buscando el dialogo cuando se presenten algunas diferencias. *Es natural que al interior de la Iglesia, como al interior de la Escuela de Alvernistas haya diferencias de opiniones. Cada persona, salvaguardando el derecho de los demás a ser respetado en su dignidad y buena fama, tiene la libertad para manifestar públicamente su manera de pensar. Pero esto, de una manera responsable, abierta, recta y sin ocultarse en el anonimato. La crítica y la murmuración es una falta grave en contra de la más elemental dignidad humana, cristiana, el no sostener abiertamente lo que se afirma de los demás. 4ª.- El que sembrare discordias o divulgare dentro o fuera de la Escuela de Alvernistas, defectos o hechos calumniosos contra alguno de los jóvenes o miembros de la Escuela y sea sorprendido; el responsable deberá ser privado de todos los oficios o cargos que tenga en la Escuela de Alvernistas y será declarado inhábil para ellos por el tiempo que juzgue conveniente el consejo. *En caso de reincidir o de no mostrar corrección, será motivo de suspensión o expulsión temporal o definitiva. 5ª.- Toda falta grave o de respeto en contra de los sacerdotes o de los demás compañeros, provocará la suspensión temporal o definitiva de la Escuela de Alvernistas según sea el caso conforme al n. 4. 6ª.- Se deben cuidar las instalaciones del lugar donde sesiona la Escuela y de ser posible, colaborar con la comisión de mantenimiento. 7ª.- En caso de no poder asistir a la Escuela o de ausentarse por necesidad por tiempo determinado o indeterminado, se debe informar por sí mismo o por medio de algún amigo de confianza, o bien, por escrito a los Dirigentes de la Escuela o a su representante de nivel. 8ª.- La relación entre los jóvenes de La Escuela de Alvernistas deberá ser de una sana amistad: no deben cerrarse en su relación con los demás. Se debe evitar los celos y malos entendidos. 43 9ª.- Es importante tener bien presente cual es el objetico por el cual se está en la Escuela de Alvernistas. 10ª.- Las parejas de jóvenes que sean novios deberán dar buen ejemplo de noviazgo, evitando malos entendidos entre sí y con los demás alvernistas. Es recomendable que se transcriba en una hoja, una copia de este reglamento y se le entregue a cada miembro de la escuela. Así mismo, en la formación dentro del primer nivel como del segundo, dar a conocer el contenido integro de los Estatutos Generales, o bien, sacar ejemplares de los Estatutos y entregarlos a cada integrante de la Escuela de Alvernistas CAPITULO V LA PROYECCION APOSTOLICA DE LA ESCUELA DE ALVERNISTAS ¿Qué hacen los miembros de la Escuela de Alvernistas? 108.- De acuerdo al itinerario de evangelización integral surge en los Alvernistas un compromiso cristiano de vivir según el Evangelio y anunciar a Jesús como discípulo y testigos. Por lo que el resultado del proceso de evangelización debe consistir en que el joven una vez evangelizado se convierta a su vez en evangelizador a partir de la experiencia de vivir en comunidad eclesial. De acuerdo a los nn. 56-63, el apostolado de los jóvenes alvernistas debe ser promovido y coordinado por la Comisión de Proyección Apostólica de acuerdo a las directrices de la parroquia donde se encuentre integrada la Escuela. Esta comisión debe elaborar los proyectos de apostolado e impulsar en los jóvenes el genuino espíritu de una pastoral juvenil que se apoye en el Magisterio de la Iglesia Universal, latinoamericana y Mexicana, a la vez que de La Iglesia local, según su Plan Orgánico de Pastoral y así poder desarrollar las cualidades y aspiraciones que el Señor inspire a los jóvenes. 109.- Los nn. 64 y 68 nos han señalado los campos principales en donde los jóvenes alvernistas podrán desarrollar su proyección apostólica, haciendo hincapié lo dicho en el n. 69, los nn. 70-75 nos delinean lo que la E.A. ha recogido del Magisterio de la Iglesia e introducido en el Objetivo General del Plan Pastoral sobre la “Nueva Evangelización”, así como su implicación; el amor y la solidaridad con los más necesitados. 110.- El n. 75 nos reclama la necesidad de una espiritualidad esencial del alvernista que esté sólidamente cimentada en la relación de su fe y su propia realidad existencial. Esto es, el joven alvernista deberá buscar el desarrollo y crecimiento de su fe a partir de su Experiencia Alvernia, promoviendo un sincero y profundo “Testimonio” vivo y creíble, de modo que esto sea su “Principal Apostolado”. Por lo cual, los alvernistas deberán buscar una participación consciente, activa, organizada y responsable en alguno de los campos mencionados en los n 64-69. 111.-El Concilio Vaticano II, en su Constitución Lumen Pentium No. 33 nos habla del apostolado de los laicos y nos dice que están llamados a contribuir al crecimiento de la Iglesia y a su continua santificación. Por tanto, esta proyección apostólica de todos los miembros de la E.A. es la participación de la misión de la Iglesia, en virtud del bautismo y de la confirmación. Y los sacramentos, especialmente la Sagrada Eucaristía, comunican y alimentan el amor hacia Dios y hacia todos los hombres que es el alma de todo apostolado. El apostolado de los laicos hace presente y operante a la Iglesia en aquellos lugares y circunstancias en las cuales sólo pueden llegar a través de ellos. Así todo joven alvernista de acuerdo a los 44 dones que ha recibido, se convierte en testigo y simultáneamente en un instrumento nuevo de la misión de la Iglesia (Efe 4,7). Además de este apostolado del testimonio de vida, los alvernistas pueden ser llamados a colaborar en su Iglesia local (Parroquia) en el ejercicio de diversos ministerios confiados a ellos con una previa preparación doctrinal y pastoral. El apostolado de los laicos alvernistas deberá estar sujeto a la dirección y asistencia de los pastores con quienes deberán tener relaciones de corresponsabilidad y sana confianza. 112.- Todos los alvernistas deben ser evangelizados y conscientes de que están llamados a ejercer su vocación al Apostolado. Pues la misma vocación cristiana es a la vez una vocación al apostolado. Pues bien, hay en la iglesia diversidad de ministerios en orden a una única misión. A los apóstoles y a sus sucesores les confirió Cristo mismo el encargo de enseñar, de santificar y de regir en su propio nombre y con su autoridad al pueblo de Dios. Los Seglares por su parte, al haber recibido participación en el ministerio sacerdotal, profético y real de Cristo, están llamados a desempeñar diversos ministerios de proyección apostólica en el mundo. Por tanto, ejercer el apostolado con su trabajo, con su estudio y así evangelizar y santificar a los demás hombres. El joven alvernista con su apostolado perfecciona y llena del espíritu evangélico los diversos ambientes en donde vive y, el se convierte en una llamada viva para los demás jóvenes que ven y sienten la presencia del joven comprometido. 113.- El fundamento de la proyección apostólica: El deber y al mismo tiempo el derecho de todo alvernista al apostolado deriva de su misma experiencia de unión con Cristo. Esto es, desde el bautismo, por su misma Experiencia Alvernia, y como fruto del proceso de la propia conversión. Insertos por el Bautismo con el Cuerpo Místico de Cristo (la Iglesia) robustecidos por la Confirmación en la fortaleza del Espíritu Santo, es el mismo seños el que los esta llamando al apostolado. Ahora bien este apostolado se ejercita en la fe, en la esperanza y en la caridad. En forma gratuita puesto que es don que el Espíritu ha infundido en los corazones. Por tanto, a todos los cristianos se impone la tarea de trabajar para que el mensaje de Cristo sea conocido y aprovechado por todos los demás hombres. 114.- Para practicar este apostolado, el Espíritu Santo otorga a cada uno, los dones espirituales según su voluntad, de modo que todos y cada uno, según la gracia recibida, la pongan al servicio de los demás siendo buenos administradores de éstas gracias recibidas (cfr. I Cor 12, 7-11; Ipe 4,10). Los jóvenes alvernistas deben recordar que han recibido estos dones para edificación de los demás en la caridad (Cfr. Efe 4,16). Es la recepción de estos carismas, incluso de los mas sencillos, lo que da a cada cristiano el derecho y el deber de ejercitarlos para el bien de la humanidad y para edificación de la Iglesia y en el mundo, con la libertad del Espíritu Santo, que sopla donde quiere (Jn. 3, 8) y en unión al mismo tiempo con los hermanos en Cristo, y sobre todo con sus pastores, a quienes les toca juzgar la auténtica naturaleza de tales carismas y su uso ordenado, no para apagar el Espíritu, sino con el fin de que todo lo prueben y retengan lo que es bueno, lo que es recto y agradable a Dios (Cfr I Tes 5,12.19.21) 115.-La espiritualidad de la proyección apostólica: Los jóvenes alvernistas en su vida cristiana y también por su Experiencia Alvernia, han de descubrir que Cristo, enviado por el Padre, es la fuente y origen de todo apostolado en la Iglesia. Es pos ello, evidente que el éxito de la proyección apostólica de los alvernistas depende de la unión vital con Cristo (Cfr. Jn. 15,5). Esta vida de unión íntima con Cristo en la Iglesia se nutre con los auxilios espirituales comunes a todos los cristianos, muy especialmente con la participación activa en la Sagrada Liturgia. Los seglares deben servirse de todos los medios que la iglesia ofrece a fin de avanzar por el camino de la santidad con un espíritu decidido y alegre, esforzándose por superar las dificultades con prudencia y paciencia. Ahora bien, las preocupaciones familiares ni las demás situaciones de la vida deben estar ajenas a esta orientación espiritual. Esta espiritualidad de la vida apostólica de los 45 alvernistas exige un ejercicio continuo de la fe, de la esperanza y de la caridad. Mas que expertos y técnicos en la realización de Experiencia Alvernia lo que la iglesia necesita son hombres y mujeres de oración, hombres y mujeres de Dios. 116.- El plan Orgánico Diocesano de Pastoral de esta Arquidiócesis de Guadalajara quiere poner un especial énfasis en que la gente de pastoral por excelencia es y debe ser la comunidad cristiana en cuanto tal. La iglesia es un a comunidad servidora y por tanto, nuestra E A. quiere insertarse como una escuela de formación de gente de pastoral en donde, desde una experiencia de la comunidad cristiana, los alvernistas pueden descubrir con mas facilidad su vocación “de enviados” y como tales, representar y hacer sentir a los demás el sentido de comunidad y de ser llamados para ser enviados a los demás a anunciar el mensaje de Cristo y denunciar a la vez, las estructuras injustas y sus consecuencias. 117.- Pues bien, desde una comunidad que se une para la oración y para la convivencia juvenil, donde se estudia, se trabaja, se juega, se sirve, se ora, es donde el señor elige a los jóvenes para convertirlos en apóstoles juveniles (Jn. 15, 16). El señor Jesucristo llama (Mc. 3, 13) e invitar a los jóvenes a compartir su vida y destino. Él capacita (Hech. 1, 8) y les explica en particular las exigencias, sobre todo, viviendo con todos y cada uno de los jóvenes que han venido de acuerdo al plan que tiene sobre cada alvernista. Él pone a su disposición los gestos más significativos de su entrega por nosotros para renovar el amor, la fe y la esperanza (Lc. 22,19). Él nos encomienda una amplia tarea: ir a todos los hombres y hacerlos discípulos y enseñarles a guardar todo lo que Él nos ha enseñado y mandado (Mt. 28, 19). Pues bien, los jóvenes alvernistas están llamados a ser discípulos y como tales, agentes de pastoral cuyo apostolado se convierta en la continuación de la obra de Cristo para el bien de todos los hombres. 118.- Dado que “la mies es mucha” Esto es, que el porcentaje de adolescentes y jóvenes constituye la mayor parte de la población de nuestras parroquias y de nuestra diócesis y depende de ellos, la E.A. asume como opción prioritaria la estructuración de una pastoral orgánica que ayude a los jóvenes a tener un encuentro personal y comunitario con Cristo para que, evangelizados y catequizados, se comprometan a construir la civilización de amor en sus propias vidas, a través de ellas, proyectar en la E.A una dinámica apostólica que los lance a ir a insertarse donde el alvernista con su mística, haga falta. Allá donde se encuentre un joven carente de sentido por la vida, el alvernista ponga aliento e ilusión, allá donde el joven se muestre sólo y desamparado, triste y abatido, el alvernista sea un buen compañero de camino, llorando con el que llora y riendo con el que ríe, la proyección apostólica debe comenzar desde un buscar humanizar a los demás para luego evangelizarlos con la palabra y sobre todo, con la propia vida. 119.- Ahora bien, desde L.G. n. 32c y AA 32b los ministerios no sagrados pueden ser confiados a los laicos. También tenemos la siguiente referencia: la carta apostólica “Ministeria Quaedam” del 15/08/72, parece indicar que es legítima la transferencia del término “ministerio” aplicado a oficios laicales. Los ministerios no ordenados son de dos categorías: a. Ministerios instituidos: Lectorado y acolitado (en la Iglesia Latina). Estos ministerios pueden ser confiados a los laicos; no son reservados a los candidatos al sacramento del orden Sagrado y el rito de colación no se llama “ordenación” sino “institución” y son conferidos por el obispo ordinario mediante un acto o rito litúrgico aprobado por la Santa Sede. 46 b. Ministerios reconocidos: Son servicios a la comunidad. Estos ministerios, en la práctica, realizan algunos oficios, que podrían realizar los ministerios reconocidos, es necesario: tener una especial creatividad (cfr. En 73 y D.P. nn 833 y 906). Que responda a necesidades reales, esfuerzo de adaptación a situaciones y circunstancias: asegurar los carismas y cualidades de quienes son llamados; garantizar la coordinación necesaria por una relación intima al ministerio jerárquico (cfr. D.P. n 814). 120.-Los ministerios eclesiales. A veces engloba a todos los ministerios en la Iglesia. Esto es, jerárquicos y no jerárquicos. Pero, por lo general, se utiliza esta expresión para designar a los ministerios de los laicos. El Código de Derecho Canónico, al hablar de los ministerios confiados a los laicos dice: a) Se refiere a los instituidos y se cuida de no calificarlos. Los llama así: Ministerio estable de lector y Acólito (canon 230). Un servicio especial permanente o temporal (canon 231). b) Se refiere también a los ministerios reconocidos que tampoco los califica: En los cánones 230,2; 231 y 759 El ministerio extraordinario de la Eucaristía: cc 230.3 y 910 Existen desde 1973, según la Instrucción de la Sagrada Congregación de Sacramentos: Inmensae Caritatis del 29/01/73. Se puede otorgar tanto a varones como a mujeres. No es ministerio laical (ni instituido, ni reconocido) por que tiene otras características, aunque el servicio concreto coincide con muchos elementos de los ministerios reconocidos. Se llama Ministerio extraordinario de la Eucaristía. Es conferido por el obispo en su diócesis. 121.-Los ministerios que se pueden conferir a los laicos: Ministerio de Canto. Ministerio de Monitor. Ministerio de Catequista. Ministerio de Lector y Acólito. Ministerio de Salmista. Ministerio de Colector de Ofrendas y Limosna. Ministerio de preparación al Bautismo y al Matrimonio. Ministerio extraordinario de la Eucaristía. Ministerio para asistir a los matrimonios (canon 1112 extraordinario) Ministerio de la palabra (predicación) De acuerdo a las disposiciones de los Señores Párrocos, los alvernistas pueden ser promovidos a estos ministerios laicales. 122.- Criterios del establecimiento y organización de los ministerios laicales: etapas. 1°. La sensibilidad y concientización de las comunidades eclesiales, especialmente de los movimientos apostólicos laicos y del presbiterio acerca de la necesidad y valor de la participación responsable de todos los bautizados en la misión de la Iglesia y de los ministerios laicales. 47 2°. La determinación del cuadro de prioridades de las necesidades, prioridad de posibilidades reales y prioridad de oportunidades en los ministerios laicales a nivel nacional, diocesano y parroquial. 3°. La decisión del Episcopado, formada en diálogos con el presbiterio y las comunidades de fieles participantes, acerca de cuales ministerios convienen establecer, sea a nivel nacional, diocesano y parroquial con la autorización de la Santa Sede. 4°. La formación de agentes laicos de pastoral, en orden al apostolado en las comunidades y en orden a los posibles futuros ministerios. Tales agentes laicos de pastoral deben ser personas que hayan dado y den buen testimonio de vida cristiana individual y familiar y tengan prestigio en su comunidad. La formación debe abarcar el área cognoscitiva de la fe, el área afectiva de la espiritualidad cristiana y de la propia de su ministerio y el área psico-motora de la praxis apostólica en el ministerio específico. 5°. La elección de los ministerios. No todas las tareas apostólicas de los laicos han de establecerse como ministerios. Todas son “servicios salvificos”, pero no todas deben instruirse como ministerios. Ni todos los agentes de pastoral han de ser instituidos ministros. Se impone una selección de ministerios y ministros. En cuanto a los ministros, sólo los servicios salvificos más importantes y vitales para la Iglesia y para el país han de ser establecidos como ministerios. Y en cuanto a los ministros, sólo los agentes de pastoral más experimentados, formados teológica y espiritualmente legales a la Iglesia y a la jerarquía, han de ser seleccionados y promovidos para ser instituidos ministros a juicio de los Señores Párrocos. 6°. Condiciones de la institución. Pata ser instituido ministro se requiere: La formación especifica del agente de pastoral. Una experiencia suficiente en el apostolado especifico. Tener una adecuada madurez humana y cristiana. La aprobación de la comunidad en la que está inserto en la parroquia. Que los responsables de su formación lo presente y lo recomienden. El compromiso personal en ese ministerio al menos por un tiempo suficientemente largo (un mínimo de estabilidad). En los ministerios más importantes conviene renovar anualmente el mandato temporal del ministerio conferido en el rito de institución y después de varias renovaciones, si se prevé suficiente estabilidad y eficacia en el ministerio, se podría dar la misión canónica definitiva para este ministerio. Esta definitividad no significa que no se le pueda destituir cuando sea necesario por causas graves. 7°. Conviene si el ministro es casado, su pareja participe en la formación para el ministerio, y dé su consentimiento para que su pareja sea instituido como ministro estable. 8°. Los ministros laicos deben quedar insertos en las comunidades en las que ejercen su ministerio. Pues a ellas sirven y en ellas encuentran el apoyo a su servicio. De aquí la necesidad de que los ministros surjan de las comunidades y se inserten establemente a ellas. Se requiere que los ministros laicos no se distancien del pueblo. 9°. En cada comunidad debe darse un ejercicio colegial de los distintos ministerios que se realizan en ella, y deben promoverse la comunicación de experiencias de los agentes de pastoral y de los ministros que ejercen el mismo tipo de servicio. 10°. Las relaciones con los responsables jerárquicos de las comunidades (obispos, sacerdotes y diáconos) deben realizarse en diálogo sincero, con mutuo respeto, en coordinación y colaboración de todos. 48 Con los ministerios jerárquicos, y con la debida aceptación de las decisiones de los responsables en lo referente a los ministerios laicales. 123.- De acuerdo al Plan Pastoral de la EA: en cuanto se refiere al objetivo general, la proyección apostólica de los jóvenes alvernistas deberá tener en cuenta que todos y cada uno de los jóvenes que han venido a insertarse en la vida y actividades de la EA. Pues en la labor formativa donde se puede verificar tanto la vitalidad y el esfuerzo de todos los jóvenes para vivir en nuestra comunión y universal vocación de seguir a Jesucristo. Entender bien este significado del seguimiento de Jesús es lo esencial en la vida y misión de la Iglesia y, por lo tanto, también de la formación. En verdad, esta tarea no es fácil, y, por lo mismo, no puede hacerse de la Nueva Civilización del Amor, edificando la paz con la justicia. 124.- Criterios de la formación para el apostolado de los Alvernistas: 1. Promover un sano espíritu apostólico: Generoso responsable y organizado. 2. La formación y práctica apostólica debe ser graduales en los diversos niveles. 3. Sabiendo que los verdaderos cristianos viven unidos a Cristo, dando un testimonio evangelizador, los alvernistas deberán reflejar el amor del Padre, experimentando en la vida cotidiana en la familia en los diferentes ambientes y en la EA. En la praxis comunitaria de la oración, el estudio, el trabajo y el deporte como medio de apostolado en el cual el alvernista se evangelice continuamente y evangelice a los demás jóvenes. 4. Se deberá promover y apoyar en los jóvenes alvernistas e iniciados la docilidad a la gracia del Espíritu, a fin de que sean jóvenes abiertos, hospitalarios, caritativos y sensibles a las circunstancias en la que viven todos los jóvenes con quienes entran en contacto cotidiano tanto dentro como fuera de la EA o de su Comunidad Parroquial. 5. La formación apostólica no debe consistir solo en una formación teórica-doctrinal, sino que debe complementar de acuerdo al criterio 2. La gradualidad de la dimensión experiencias del ejercicio apostólico siempre asesorados y orientados por los formadores laicos y sacerdotes, a fin de que el joven alvernista se muestre capaz de amar y dejarse amar por los demás jóvenes ante los cuales sea solidario, alegre, con dominio de si mismo y entregado desinteresadamente a la obra del Reino de Cristo. 6. Como parte de la formación apostólica se deberá implementar la formación para los “Ministerios Laicales” conforme a lo que se ha dicho en los nn 128-131, en orden al servicio pastoral y litúrgico en los eventos de la EA y en la parroquia donde se encuentre la Escuela de Alvernistas. 7. La proyección apostólica de los integrantes de la Escuela de Alvernistas deberá estar organizada de acuerdo a las siguientes exigencias: a) Manifestar la capacidad de apertura para colaborar en coordinación con la comisión de Proyección Apostólica y otros movimientos, teniendo en cuenta que nadie posee la exclusividad de la acción apostólica y pastoral de la iglesia. b) Tener una vitalidad apostólica para buscar y descubrir nuevos campos para la acción evangelizadora de la Iglesia. Ser creativos y responsables. c) Contar con los canales adecuados permanentes y sistemáticos de la formación espiritual y doctrinal cimentados pedagógicamente. 49 d) Responder puntualmente a las convocatorias que haga la comisión de Proyección Apostólica para informar y analizar sobre los apostolados ejercidos y evaluaciones de los mismos. 125.- La proyección apostólica interna: Tiene como objetivo fomentar el celo y la madurez apostólica de los jóvenes en vista a una pastoral de servicio a las parroquias y diferentes comunidades eclesiales. 126.- Realización de la proyección apostólica interna: es la acción apostólica que deberá promoverse entre los alvernistas al interior de la EA. 1. Participación en la organización y celebración de los retiros, pre-alvernias, Alvernias, reencuentros, horas Santas, etc. 2. Participación de los alvernistas en el servicio pastoral y litúrgico de la Parroquia y en sus eventos principales como: fiestas Patronales, moniciones en las misas, semana santa, etc. 3. Participación en el coro que esta al servicio de los diferentes eventos de la escuela y de la parroquia donde se encuentre su comunidad. 4. Los alvernistas en general que se juzguen idóneos o se sientan capaces serán promovidos como coordinadores de los principales eventos en la EA y de la Parroquia en conjunto don los demás grupos de la Pastoral de su Parroquia. 127.- La Proyección Apostólica externa: Una vez terminado el proceso inicial de formación de sus tres niveles, el alvernista debe ser promovido ala realización de una acción pastoral asesorada fuera de la EA 128.- Además de las actividades de la EA el alvernista de acuerdo al n. 133 deberá continuar con su formación permanente basándose en talleres y mesas de estudio con la cual profundice su información inicial. Queda abierto otras alternativas: tomar cursos extraordinarios de capacitación espiritual, bíblica y pastoral fuera de la EA y su Parroquia. 129.- El objetivo de esta proyección apostólica externa es la de ofrecer un servicio apostólico a la Iglesia local y universal. Por tanto, su objetivo consiste en ofrecer agentes de pastoral y lideres para que con su testimonio de vida y su celo apostólico contribuyan a la extensión del Evangelio en el mundo de hoy. 130.- Ahora bien, esta proyección apostólica externa quiere ser una respuesta positiva al llamado que a iglesia dirige a los laicos a comprometerse en la misión evangelizadora. En la promoción de la justicia, en la educación de la Nueva Civilización del amor. 50 CAPITULO VI ¿QUE SE ENSEÑA EN LA ESCUELA DE ALVERNISTAS? LA FIGURA DEL DISCIPULO. 131.- La vida cristiana tiene sus raíces en el mismo llamado fundamental que Cristo extendió a todos los hombres: el seguirlo y ser santo como es santo su Padre Celestial (Mt. 5, 48) La vida consagrada de un bautizado se puede comprender solamente dentro de este llamado común al discipulado, esencialmente el mismo para todos los cristianos: laicos, religiosos y clérigos. 132.- El sínodo de Obispos de1987 sobre “La vocación y la Misión de los cristianos laicos en la iglesia y en el mundo de hoy” nos recuerda este punto importante: antes de hablar de las vocaciones especializadas en la iglesia, como son, por ejemplo, las llamadas a la vida religiosa y el sacerdocio ministerial, tenemos que hablar de la vocación primordial de todo cristiano, la de ser discípulo de único Maestro Jesús. Sin esta vocación fundamental, las demás no tienen sentido, porque son esencialmente constituidas y orientadas hacia ella en función y servicio de ella. 133.- Las cualidades del discípulo de Jesús según el evangelio: Es interesante y desafiante leer algunos pasajes donde se mencionan las características del discípulo. Tengamos en cuenta que el joven alvernista es ante todo un discípulo de Cristo. 1. El discípulo no esta sobre su maestro, es siempre un aprendiz. Basta que sea como el Maestro, de hecho lo será cuanto este bien instruido y formado (cfr. Mt. 10, 24-25, Lc. 6,40). 2. Es Jesús quien lo instruye, explicándole aparte el sentido de las parábolas (cfr. Mc. 4, 34) 3. El discípulo debe presentar al maestro (cfr. Mt 10, 42) 4. El discípulo puede ser rico, puede tener miedo, lo que importa es que ame a Jesús y que lo siga (cfr. Mt. 27, 57, Jn. 19, 38). 5. El discípulo prefiere más al maestro que así mismo, que a cualquier otra persona o cosa, ser discípulo de Cristo abarca toda la vida, todo el ser de uno. 6. Ser discípulo quiere decir cargar la propia cruz, sacrificarse abnegarse, (cfr. Lc. 14, 27 33) 7. Al discípulo que Jesús ama de modo especial, le da su propia madre (cfr. Jn. 19, 26 27) 51 8. El discípulo busca al Señor con fe, amor y ansia (cfr. Jn. 20, 2-4 8, 21, 7) 9. El discípulo es testigo de Jesús (cfr. Jn. ss) 10. Algunos de los primeros discípulos de Jesús eran hombres y mujeres ordinarias (os) (cfr. Hech 9, 39) 11. Los discípulos se identifican pro su amor (cfr Jn. 13, 35) 12. Los discípulos no siempre reconocen al Señor, pero cuando meditan sobre sus dichos y hechos, lo ven (cfr. Jn. 12-16) La vocación cristiana del alvernista: 134.- Las cosas mas importantes de nuestra existencia son siempre las que tenemos en común con todos; la misma vida, el sol, el agua, el aire. Ser discípulo de Cristo es lo que tenemos en común con los demás cristianos, y es lo más importante de la vida Cristiana. La forma de ser cristiano y de ejercer el discipulado serán diferentes según la vocación de cada uno, pero no olvidamos que el joven alvernista es siempre, antes que nada, un discípulo de Jesucristo, y que va en pos de el, caminado dentro de la iglesia al lado de los demás jóvenes, de sus propios familiares…. En nuestra formación queremos ver y escuchar a Jesús en los Evangelios, mediante sus experiencias, su corazón, sus ojos, sus oídos. Queremos ver nuestro mundo desde el punto de vista de un seguidor de Cristo que se ha empapado de inspiración cristiana. 135.- Por tanto, la formación para la vida cristiana durante el periodo de tiempo en el cual los jóvenes vivan y convivan en esta EA debe ser una experiencia de búsqueda, de investigación y profundización del sentido de ser discípulo de Cristo. Y esto no solo teóricamente con conferencias, clases, lecturas y oración, sino también prácticamente con el ejercicio de las virtudes de Cristo en nuestro trato con los demás, en nuestros trabajos, estudios, oración, juegos y proyección apostólica. 136.- En consecuencia la tarea de la formación debe ser una prioridad de primera línea y responsabilidad no solo de los responsables de la formación de la EA si no de todos y cada uno de los jóvenes que han venido a insertarse en la vida y actividades de la EA. Pues la labor formativa es donde se puede verificar tanto la vitalidad y el esfuerzo de todos los jóvenes para vivir nuestra comunión y vocación universal de seguir a Jesucristo. 137.- Entender bien este significado del seguimiento de Jesús es lo esencial de la vida y misión de la Iglesia y, por lo tanto, también de la formación. En verdad, esta tarea no es fácil, y, por lo mismo, no puede hacerse de manera superficial o improvisada. En efecto, entender y comprender este seguimiento exige previamente de cada uno de nosotros una verdadera y decidida conversión ser protagonista de la formación y crecimiento en la fe. 138.- Esto que venimos diciendo es muy denso: la formación es para todos, no solo para los jóvenes nuevos que acaban de llegar o que están en cualquiera de los tres niveles. La formación permanente no es algo añadido como para tener ocupados a los jóvenes. Es lógica y necesariamente anterior a la misma formación continua, no va haber una iglesia local o universal viva y vital que pueda recibir a los nuevos candidatos con entusiasmo y que sean capaces de inspirarles confianza para ser seguidores de Cristo. 139.- Es por eso que este Capitulo busca concretizar además de los programas de formación inicial, también un programa realista de formación permanente en donde el primer actor y autor de la formación continua sea el mismo joven que ha experimentado en carne propia el proceso de ver, juzgar y actuar en su propia formación en orden a lograr una madurez y una conversión cada vez mas autentica y mas comprometida. 52 140.- La formación es obra del Espíritu de Jesús. De hecho la vida cristiana es por definición vida espiritual o, como dice San Pablo, vivir según el Espíritu de Jesús, con Jesús y como El, siguiendo los impulsos del mismo Espíritu que lo resucito y que en el proceso de la formación, nos dará también vida nueva (crf Rom 8, 4-5) Así, es Dios quien inicia, acompaña y perfecciona el proceso de la formación. El formador principal es Dios que nos muestra el ejemplo del Primogénito de toda la creación y nos inspira a modelarnos libremente a su imagen. Y si Dios es el autor, no debemos preocuparnos demasiado por los resultados: basta seguir con fidelidad su voluntad. Luego, si el formador principal es el Espíritu Santo, los demás agentes de formación, incluso el mismo formado, colaboran no solo con los hombres, sino con Dios mismo. 141.- Seguir insensatamente a Jesucristo quiere decir que toda la formación es para que se forme Cristo en nosotros, como dice San Pablo (cfr. Gal 4, 19). La respuesta de Jesús a quienes quieren conocerlo es siempre ven y veras (cfr. Jn 1,43), quédate en mi (Jn 15, 4) y en mi amor (Jn 15,9) y que se quedaron con El aquel día (Jn 1, 39) son estas frases las que indican la intima comunión de vida, de ideales, de aspiraciones, de amores que el discípulo debe incesante y continuamente buscar y anhelar. El discípulo debe ir con Jesús, seguirlo y permanecer unido a El. 142.- El seguimiento de Jesús se aprende siguiéndolo, los ejemplos de otros, sus dichos y experiencias en libros espirituales ayudan mucho, pero es indispensable el seguimiento personal. Siguiendo a Cristo en el mundo cuando nos alejamos de aquellos ambientes que hemos dejado venir a la EA. Seguir a Cristo quiere decir romper con los valores del mundo de un modo definitivo y determinado, pero no para condenar al mundo, sino para cooperar en su salvación, porque tanto amo Dios al mundo que le mando a su unigénito y bien amado Hijo para que, el mundo tuviera en El la vida verdadera y eterna (Jn 3, 14-16). 143.- Ahora bien, para seguir a Cristo en el mundo en que vivimos, necesitamos aprender a discernir donde están escondidas las buenas semillas del Reino (cfr. Mt 13, 38) los valores evangélicos y también a distinguir entre el trigo y la mala hierba (cfr Mt 13, 25). Seguir a Cristo requiere de discreción y un sentido critico. 144.- Hay mucho en el mundo que puede servir al Reino de Dios y de su Cristo, y para que el discípulo de Jesús es necesario amar al mundo verdaderamente, con discreción y buen juicio. 145.- Seguir a Cristo en el mundo en que vivimos también nos recuerda que nuestra vocación de cristianos es una vocación apostólica, destinada a tener contacto con la gente, nuestra gente. 146.- Al cultivar incesantemente nuestra vida con Dios, no solo como un proyecto personal, sino también comunitario, y nuestra vida fraterna, que nos provoca continuamente a una renuncia y a un servicio humilde y respetuoso, alcanzamos lo mas esencial de todo proceso formativo, la formación del corazón del alvernista, es decir, creamos la base para creer que aquello que es mas fundamental: el hombre interior (cfr. Fom 7,22), en el sentido dado por San Pablo cuando afirma: No sigan a la corriente del mundo en que vivimos, mas bien transfórmense por la renovación de su mente, así sabrán ver cual es la voluntad de Dios, lo que es bueno, lo que le agrada, lo que es perfecto (Rom 12,2). Hasta que lleguemos todos a la unidad de la fe y del conocimiento pleno del Hijo de Dios, al estado de hombre perfecto, a la madurez de la plenitud de Cristo (Efe. 4, 13) 147.- Hasta aquí hemos hablado de la formación en general, subrayando su razón de ser y su importancia. Pues bien, lo dicho hasta ahora tiene validez tanto para la formación permanente de los alvernistas que han hecho no solo su Experiencia Alvernia sino también la Experiencia del Retorno o Reencuentro y vale también para los que están cursando las etapas o niveles de formación inicial. Esta, como sabemos, empieza 53 el día en que un candidato llega y es admitido al primer nivel y termina al finalizar el curso del tercer nivel. Cada una de estas etapas o niveles tiene su énfasis especial y sus tareas propias. Mezclar una con otra, seria quitarle al joven un periodo que necesita para poder pasar bien al siguiente nivel. Por lo que hay que respetar al joven que apenas ha llegado, esto es algo que se puede aprender e interiorizar solo con la experiencia de la vida practica y la paciencia. 148.- Los integrantes del equipo de formación: El principal promotor de la formación inicial y permanente de todos los jóvenes y de cada uno en particular es el director general de las Escuelas de Alvernistas y en cada una de las escuelas en particular son los dirigentes de la escuela apoyados de jóvenes asesores reconocidos por los párrocos. La revisión periódica de vida, la predicación de la palabra de vida, los días de retiro espiritual, la convivencia comunitaria, las relaciones fraternas las jornadas de preparación y estudio y las entrevistas personales con cada joven será de su interés directo. 149.- Los sacerdotes asistentes parroquiales y dirigentes de las escuelas de alvernistas, mediante diversas comisiones generales y particulares, deberán supervisar y verificar la realización de los programas de cada nivel. 150.- Los sacerdotes, asistentes parroquiales y Dirigencia de la escuela de alvernistas elaboraran según las necesidades y realidades de la escuela su programa particular e invitara a colaborar como formadores según el caso a religiosos, sacerdotes y laicos preparados adecuadamente y que promuevan según los programas una formación integral tanto en lo humano como en lo cristiano. 151.- Es indispensable que exista entre los sacerdotes encargados y los jóvenes dirigentes una buena comunicación en todo lo que atañe la formación en general, a los diversos eventos y a la administración económica y disciplinar de la escuela de alvernistas, por lo que es conveniente que tengan periódicamente reuniones para el dialogo, para el intercambio de experiencia sobre todo para la unidad de criterios según el plan pastoral de la escuela y el plan orgánico de la parroquia. 152.- Son formadores también, los jóvenes que habiendo terminado su formación inicial en tres niveles, hayan tomado la opción de pertenecer y perseverar en su escuela como colaboradores en la formación de las nuevas generaciones de alvernistas, El diploma que recibieron al termino del curso del tercer nivel los acredita como jóvenes capaces de compartir lo que recibieron durante el tiempo de formación aunque son sujetos de la formación permanente también pueden participar en el equipo de formadores como corresponsales en la formación en general. Los formadores junto con los sacerdotes encargados deberán empeñarse en formar con el ejemplo a los demás jóvenes a los cuales tratara con respeto y con afecto de amigos. 153.- En el desempeño de sus funciones formativas, los formadores deberán preparar responsablemente las lecciones que deben compartir, pudiendo acudir a los asesores para consultar en materia religiosa o didáctica. 154.- Periódicamente se deberán celebrar reuniones con los sacerdotes encargados para informar, sugerir y evaluar el proceso de formación en general. Respecto a los juicios sobre la idoneidad de los demás jóvenes para dar el paso a la Experiencia Alvernia o al Reencuentro, los formadores deberán ser objetivos y sinceros sabiendo que una opinión negativa por cuestiones personales sobre determinados jóvenes pueden afectar a los demás. Por lo que su opinión será consultiva no deliberativa. Los sacerdotes encargados del equipo de asesores y los dirigentes de escuela podrán tomar la decisión que se crea más conveniente y justa. 54 155.- El principal responsable de la formación indudablemente es el mismo joven por lo que ha de manifestar un sincero y personal interés por la formación que se le imparta y como signo visible y expreso de su deseo de pertenecer a su Escuela de Alvernistas, sabiendo que la acción formadora solo podrá llegar al joven en la medida que este se lo permita. 156.- Los dirigentes y el consejo de cada Escuela de Alvernistas han de valorar no solo el orden disciplinar sino también la exaltación de los valores humanos y cristianos de todos los jóvenes. Son, por tanto, los formadores más cercanos a cada joven en clave de compañerismo y amistad. En resumen, todos y cada uno de los miembros de la Escuela de Alvernistas son formadores, por lo que han de ser ejemplos tanto dentro como fuera de la escuela. 157.- Los requisitos para ser formador laico Se ha de tener bien claro que no basta buena voluntad para ser formador. Por tanto se requiere: a) Habiendo escuchado el parecer de los asesores laicos y la opinión del Consejo, es competencia de los dirigentes de la escuela de alvernistas el admitir o no nuevos formadores según la real necesidad que existe en la EA en el área de formación b) Una vez admitido, los dirigentes de la escuela de alvernistas deben llamar al solicitante e informarle al respecto. El Secretario General de la EA deberá publicar los nombres de todos los nuevos formadores y los asesores y otros formadores serán los encargaos de presentarlos a la comunidad de alvernistas para el desempeño de su oficio. c) Es competencia de los asesores el capacitar y presentar a los nuevos formadores el material de apoyo para las clases que estos impartirán a la vez de ofrecer su accesoria. 158.- Objetivos de las formaciones inicial y permanente: 55 La formación en el primer nivel El objetivo general: Que el joven en la búsqueda de la realización de sus ideales, encuentre a Cristo Vivo, como único Salvador, para que una vez evangelizando, evangelice y contribuya, con una respuesta de amor a Cristo, a la liberación integral del hombre y la sociedad, llevando una vida de comunión y participación. Objetivos Específicos: 1. Que el joven encuentre y descubra a Jesús como el Señor que da sentido a todas las aspiraciones humanas y espirituales. 2. Que este encuentro y descubrimiento de Jesús como nuevo sentido de su vida lleve al joven a un conocimiento y aceptación de si mismo para ser participe de la libertad de los hijos de Dios. 3. Que el joven conociendo a Cristo y así mismo, se comprometa a buscar la liberación de los demás, ante todo, con su testimonio de vida, de fe, esperanza y caridad. La formación en el segundo nivel El objetivo General: Que el joven apoyado en la fe en Cristo y con un compromiso adquirido de su Experiencia Alvernia, siga libremente a Jesús creciendo y profundizando su vida cristiana. Esto es, buscar ante todo, la realización de una autentica y sincera conversión que se manifieste por una conducta coherente tanto en su medio ambiente como en la EA. 56 Objetivos Específicos: 1. Que el joven logre una libertad integral para que viva su fe plenamente 2. Conocer y aceptar la Vida de Jesús desde un acercamiento adecuado a las Sagradas Escrituras, la teología para seglares y el magisterio de la iglesia. 3. Que el joven, conociendo las actitudes e intereses de Cristo, se perfeccione, promueva y defienda la dignidad humana y sus derechos. 4. Promover el crecimiento y profundización. Del desarrollo espiritual del joven, desde un adecuado acompañamiento para lograr que el joven descubra su vocación de hermano ante los demás y de hijo ante Dios. La formación en el tercer nivel El objetivo General: Formar en el joven un espíritu de discípulo y de apóstol, de manera que desee imitar a Cristo y optar por los valores que el ofrece. Así como un abandono pleno, decidido y maduro, se inserte en la vida de la iglesia que busca realizar los valores de Cristo en el mundo mediante el establecimiento y extensión del Reino de Dios en una Nueva Civilización cuya base sea el amor, la justicia y la paz. Objetivos Específicos: 1. Que el joven actué de acuerdo a los valores por los que ha optado y sea capaz de servir a los demás dándose cuenta que ya no importa tanto el recibir sino el dar. 2. Que el joven convencido de la presencia de Cristo en su vida se esfuerce por mantener un espíritu constante de oración, de entrega generosa y la aceptación clara y consciente del plan de Dios sobre el. 3. Que el joven unido a Cristo, sienta la llamada de Cristo, testificando con su propia vida. Formación permanente El objetivo General: Promover en los jóvenes laicos comprometidos un compromiso concreto con la iglesia, a la que acepten y aprecien como el lugar de encuentro con el Señor. Así el joven con las actitudes e intereses de Cristo promoverá y defenderá la dignidad humana y hacer la experiencia de una Nueva Civilización del amor a partir de su inserción comprometida en el proceso de la Nueva Evangelización a que los llama la iglesia de hoy. Objetivos Específicos: 1. Puesto que ya se tiene la experiencia del apostolado y se siente el envío, es necesario que los objetivos parciales miren directamente a una realización iluminada por la constante toma de conciencia de lo que se pretende a estas alturas de la propia formación. 57 2. Retomar con cierta frecuencia las etapas anteriores de la formación para revitalizar las opciones tomadas evitando la despersonalización y en angelismo en cuestiones de relación entre la proyección apostólica y la vida ordinaria con la familia, en el trabajo, la vida privada. 3. Que el joven sea consciente que la iglesia es limitada en sus miembros y esto mismo lo haga responsable en todas sus actividades sabiendo que es parte de esta iglesia que lo esta llamando a ser un factor activo y efectivo de cambio y de liberación, ser un agente de evangelización que ofrece como mensaje su propio testimonio de vida, su experiencia al servicio de los demás necesitados. 4. Que el joven descubra y desarrolle sus potencialidades de líder a partir de un cultivo experiencial y doctrinal, contando con el acompañamiento de los asesores en este itinerario de autoconocimiento y de autopromoción. Que busque la formación permanente por si mismo, sin esperarlo todo de la EA sino que con una conciencia de miembro de esa EA busque cultivarse para ofrecer ala EA un mejoramiento de su persona y actitudes, un servicio cada vez mejor en beneficio de todos los miembros de la EA. 5. Motivar y preparar al joven para que sea capaz de saber integrarse en otros movimientos juveniles o comunidades de la iglesia local (parroquias) donde sea fermento evangelizador. Que sea realista y tome en cuenta que su presencia puede ser decisiva en la realidad social donde vive y se desenvuelven los demás jóvenes con quienes buscara integrarse y desde ellos, comprometiendo sus situaciones, defender la dignidad humana y lograr la instauración de la anhelada Nueva Civilización del Amor. 159.- Respecto a los materiales de apoyo para los programas de los diversos niveles: A. El equipo formador deberá prever cuidadosamente la revisión y actualización continua de los materiales de apoyo tomando en cuenta el parecer de los diplomados. B. Los cursos de apoyo deberán ser implementados principalmente por los miembros del Equipo formador con la colaboración activa y efectiva de los diplomados quienes podrán ser encargados de investigar y ofrecer tanto a los alvernistas del segundo nivel y tercer nivel como específicamente para los diplomados en orden a suplementar la formación en general. C. Se podrá disponer de los programas y cursos que ofrece el Instituto Bíblico con sede en esta ciudad de Guadalajara, como también los demás cursos que ofrece en Instituto de Pastoral por parte de la Diócesis y el Teologazo de los hermanos salesianos con sede en San Pedro Tlaquepaque, Jal. D. Los talleres y mesas de estudio serán exclusivos para los asesores y diplomados, bajo la personal supervisión de los formadores de la EA. Tales talleres y mesas de estudios podrán ser realizados sobre diversos tópicos a las realidades que se estén viviendo dentro y fuera de la EA 160.- También es conveniente que los miembros del tercer nivel que son los principales participantes en los eventos como Experiencia Alvernia,, Retorno o Reencuentro, Ejercicios Espirituales, Pascual Juvenil, Pentecostés Juvenil, las horas santas semanales, el ministerio de canto, etc.…vivan y experimenten los diversos talleres que se pueden realizar en todos los eventos mencionados. En cada sesión de estudio o taller, los formadores o en su ausencia los jóvenes asesores podrán designar a alguno o alumnos para que moderen y desarrollen los diversos talleres o temas de estudio. 161.- La implementación metodológica deberá ser dada por los asesores principalmente, mismo que podrán invitar a profesores especialistas en la materia o bien, dar ellos mismos esta formación y asesoria a todos los formadores, tanto para el desarrollo de sus labores formativas en la EA como para la organización de la propia formación permanente de los diplomados. 58 162.- El Director General siempre tendrá la posibilidad de contar con una comisión permanente integrada por los asesores y algunos formadores para el buen funcionamiento de la formación y la elaboración de todos los materiales necesarios para enviar como lineamientos básicos a todas las escuelas de alvernistas. UNA ÚLTIMA REFLEXION El fundamento de la acción formativa cristiana es la persona misma de Cristo, su Persona, su vida, sus palabras y enseñanzas, su manera peculiar de caminar por el mundo hacia el padre bajo el impulso del Espíritu Santo. La tarea de formación humana y cristiana de esta EA sigue los lineamientos fundamentales que nos ofrece la iglesia Universal, Continental, Nacional y Local. La preparación para vivir, las Experiencias Alvernias y Reencuentros como la continuación de las vivencias de tales eventos debe profundizar en los principales temas de la fe que se han tenido en cuenta en el diseño de estas experiencias. Por lo cual, es importante evitar la rutina, la pasividad y el enfriamiento de todos los alvernistas al pasar el tiempo. Cada alvernista deberá tomar la responsabilidad de vivir día a día una nueva experiencia de renovación y crecimiento interior que se traduzca en una siempre fresca actitud de disponibilidad y testimonio que su pertenencia a la EA responde a sus aspiraciones y realizaciones. 59