LA LEY DEL EMBUDO La generación de empleo, de rentabilidad e inversión es directamente proporcional a la llegada de turistas y sus pernoctaciones, y por lo tanto al gasto medio y total de los visitantes. Aquí es donde podemos incidir, incorporando parámetros cualitativos con el fin de equilibrarlos con los cuantitativos. Podríamos concluir también que somos especialistas en aplicar la ley del embudo. Coloquialmente quiere decir que procedemos con arbitrariedad e injusticia. Que somos muy estrictos con según que personas o situaciones y muy permisivos con otras. Sin duda, esta actitud nos lleva a exigir todo al que confía en nosotros, el turista, al que asustamos con mensajes de turismofobia, castigamos con ecotasas y despedimos de cualquier modo. Y por otro lado está el agente al que se lo permitimos todo: al político. Le permitimos que juegue con nuestro futuro y nos castigue con el presente; y, sobretodo, al haber confiado en él, lo hemos hecho para que cumpla con sus obligaciones, y no para que no nos resuelva nuestros problemas. Seguimos con depuradoras deficientes, con carreteras inacabadas y con servicios públicos deficitarios, que es lo que a veces nos transmite esa sensación de agobio y saturación. Y para resolverlo nos propone perder competitividad, rentabilidad y crecimiento. ¡Vaya soluciones! levamos algunos años donde políticos utilizan el concepto de saturación turística como arma arrojadiza. Situación coyuntural con la que se juega y que conlleva un ataque directo al modelo económico de las Islas Baleares. L No entraré por enésima vez a valorar y analizar la sensación de saturación, o a analizar datos cuantitativos utilizados erróneamente, o simplemente a posturas de negar la sensación o de justificar que solo sucede dos meses al año. Estos posicionamientos ya están más que explicados y asumidos. Si entraré a concluir que como compensación a esa sensación que algunos puedan tener, o a esas molestias que algunos puedan sufrir, en Baleares se genera inversión, empleo, rentabilidad y crecimiento económico como en ninguna otra comunidad autónoma. No podemos generar esos parámetros positivos de otro modo. Y cuando escuchen a algunos políticos decir que van a trabajar para cambiar el modelo turístico de las islas, empiecen a temblar. Imagínenselos encerrados en un despacho decadente de una de esas consellerias, estructurando cómo van a cambiar un modelo que ha costado más de cuarenta años crear. Las cosas no funcionan así. La vida real funciona de otra manera, y el modelo económico lo define la sociedad en la que vivimos. Por eso todos somos responsables de lo que somos y de lo que tenemos, y dónde podemos trabajar en la mejora de ese modelo. 100 DERECHO ENKI TURISMO No nos engañemos. Al aeropuerto de Palma de Mallorca llegan 24 millones de pasajeros al año, y más capacidad que aun tiene, pero las infraestructuras, los servicios públicos y la sociedad en general no está preparada para ello. Y es muy simple, solo hay dos soluciones. La primera es reducir la llegada de viajeros con las consecuencias que ello comporta, a lo que yo personalmente me niego; y la segunda es adaptarnos a la capacidad real de nuestro modelo turístico y económico de las Islas: realizar lo que en 20 años los políticos de estas Islas no hemos sabido llevar a cabo. Basta recorrer zonas turísticas maduras como Playa de Palma o Magaluf y comprobar cómo la iniciativa privada, a pesar de las dificultades de las administraciones apuestan por un modelo de reconversión y modernización, mientras que para las administraciones esa obligación no va con ellas. Estrictos con los demás y laxos con uno mismo. Además del doble rasero de la ley del embudo, es muy gráfico imaginar el modo de llegada, distribución y actividad de los turistas. Imaginemos un gran embudo: Llegan en gran cantidad con grandes y modernas infraestructuras y medios de transporte aéreo y marítimo, mientras que su distribución interna en las islas y la actividad de todos ellos, se debe desarrollar con infraestructuras deficientes, infradimensionadas y obsoletas. Y eso solo tiene una solución. Tamiz o decantador. Jaime Martínez Arquitecto Exconseller de Turismo del Govern de les Illes Balears