27 de octubre de 2017 Wellek, R. (1968). El término y el concepto de crítica literaria. En: R. Wellek, ed., Conceptos de crítica literaria. Caracas: Ediciones de la Biblioteca de la Universidad Central de Venezuela, pp.25-35. Daniel Palacios Lepore El capítulo introductorio de Conceptos de crítica literaria hace un recuento de la historia de las palabras “crítico” y “crítica”. Según el mismo Wellek, prácticamente no hay suficiente literatura que haya estudiado estas palabras desde sus inicios y él decide embarcarse en tan grande empresa para esclarecer significados: su único propósito porque afirma que el futuro y las palabras no pueden legislarse. Durante todo el capítulo, el autor hace un resumen de la historia del vocablo, del uso, de las apariciones en distintas épocas, de los cambios de significado y de significante que han sufrido, del uso que les han dado diferentes escuelas filosóficas y literarias; desde la Antigua Grecia con Aristóteles y su poética, pasando por la Edad Media que, al parecer, se usó solo en el área de la medicina y por el Renacimiento que volvió a su significado antiguo, hasta los filósofos modernos del siglos XIX y la primera mitad del XX. Cabe destacar que Wellek, a mi parecer, hace un estudio exhaustivo de esta palabra, pues presenta muchos ejemplos y citas, desde antes de Cristo hasta la modernidad, que corroboran la evolución de la crítica. El autor plantea en este texto tres problemas que, a consideración propia, no han sido expuestos antes de la publicación de Conceptos de crítica literaria. Estos problemas son: 1. Cómo y por qué el término “crítica” (critica, la critique) se extendió hasta abarcar todo estudio de la literatura y así reemplazar el de “poética” o el de “retórica”; 2. Cómo es que en el idioma inglés existe una forma más extensa “criticism” en contraste con la italiana critica y la francesa la critique; 3. Y por qué, en Alemania, el término Kritik se redijo de nuevo en su significado, llegó a estar limitado a la crítica diaria y, a la postre, da origen a nuevos términos como el de Literaturwissenschaft. Además, Wellek delimita su estudio histórico de la palabra al decir “La historia del vocablo deberá ser considerada como punto de referencia para una historia de las ideas. El término es examinado en su campo conceptual, en relación con términos con los cuales rivalizó o hizo contraste” (p. 26), como lo son gramático, filólogo, retórico y estético. El estudio de Wellek hace comparaciones de los usos y de los contextos en los países de Europa occidental y Estados Unidos y aclara que para inicios del siglo XV, la crítica comprende cinco planteamientos: 1. El referente a la fiel corrección y edición de los autores. 2. El relacionado con la exposición y explicación de los autores. 3. El referente a la época, que en muchos casos arroja bastante luz en las interpretaciones correctas. 4. El relativo a alguna breve censura y juicio sobre los autores. 5. El relacionado con la sintaxis y disposición de los estudios. Una de las citas más importantes del capítulo en la búsqueda de la definición de la crítica es la de Hermann Hettner (1853): “la crítica no es otra cosa que la estética del arte y de las características de las grandes obras individuales y de las grandes épocas, la historia del arte y de la literatura”. Todo el capítulo parece una suerte de estudio etimológico de la palabra (aunque Wellek afirma que no está interesado en este campo lingüístico), un estudio semántico de los orígenes de las palabras, de su paso a distintas lenguas desde el griego antiguo y de los usos de diferentes civilizaciones en épocas distintas. Y cómo no pensarlo si René Wellek concluye la primera parte del libro con una reflexión acerca del significado y la historia de las palabras: “el significado de una palabra es el que asume en su contexto y el que le ha sido impuesto por los que la emplean” (p. 35). En otras palabras, no hay institución o autoridad lo suficientemente influyente como para tener una sola y única definición, pero, realmente, lo verdaderamente interesante está en la producción de conocimiento ligado a la experiencia de quien lo produce. Pero Wellek también insta a los lectores a hacer un esfuerzo por conservar la diferencia entre los significados de teoría, que busca los principios, categorías, planes, etc. de la literatura, y de crítica, como el estudio de obras literarias específicas. Sin embargo, vale la pena aclarar, que ambas van de la mano porque para examinar una obra individual necesitamos tener a la mano los conocimientos generales.