Origen e historia de la botánica La botánica (del griego βοτάνη = hierba) o fitología (del griego φυτόν = planta y λόγος = tratado) es una rama de la biología. Es la ciencia que se ocupa del estudio de las plantas bajo todos sus aspectos, lo cual incluye: descripción, clasificación, distribución, identificación, el estudio de su reproducción, fisiología, morfología, relaciones recíprocas, relaciones con los otros seres vivos y efectos provocados sobre el medio en el que se encuentran. Las distintas sociedades humanas han usado las plantas para alimentarse, curarse u otros fines, como elaborar prendas y tejidos o estructuras y herramientas. Esto les obligó a conocer algunas de las plantas que les rodeaban y transmitir los conocimientos de generación en generación. Por ello, inicialmente se empleó un criterio utilitario en las clasificaciones de las plantas. Sin embargo, las clasificaciones de los vegetales, al principio sencillas, han ido ganando en complejidad a través del tiempo conforme el hombre ha ampliado el conocimiento de las plantas. Los primeros planteamientos científicos Los primeros planteamientos científicos sobre fitología se remontan a la Grecia clásica, y se considera a Teofrasto de Eresos (372-288 a.C), discípulo de Aristóteles, como el fundador de la botánica. Teofrasto clasificó los vegetales en árboles, arbustos, subarbustos y hierbas y describió la morfología de algunos centenares de plantas. Ya en el siglo I de nuestra era, el médico de las legiones romanas, Dioscórides de Anazarba, describía en su Materia médica las propiedades terapéuticas de varios centenares de plantas. Su obra, de notable carácter empírico, alcanzó gran difusión y extendió su influencia más allá de la Edad Media. Fue precisamente a través de las numerosas traducciones y versiones comentadas de obras como la de Dioscórides, o de tratados similares acerca de las virtudes de los vegetales, como el publicado en 1558 por el toscano Pietro A. Mattioli, como la nueva botánica entroncó con el saber antiguo. La botánica descriptiva y experimental Desde sus comienzos, la botánica ha tendido a diferenciarse en dos vertientes, siempre complementarios en los objetivos hasta época muy reciente, aunque a menudo no bien separables, que son la descriptiva y la experimental. Mientras que el período descriptivo comienza con el inicio mismo de la botánica y alcanza su máximo apogeo en los siglos XVII y XVIII, la vertiente experimental se inició en Europa alrededor del siglo XVI, consiguiendo sus logros más espectaculares durante los ss. XIX y XX, con el descubrimiento de los procesos relacionados con la nutrición autótrofa de las plantas o fotosíntesis y otros aspectos de la bioquímica y la fisiología de los vegetales. La búsqueda constante de racional de clasificación un criterio La consecución de un criterio racional de clasificación de los vegetales ha sido una preocupación sobresaliente en la historia de la botánica. En 1576, el flamenco Matthias Lobelius agrupaba las plantas por su aspecto externo; pero puede considerarse a Cesalpino en 1583, como el primer inventor de un verdadero sistema botánico con su plantis libri, aunque no se libró de las ideas comunes al aceptar la división primordial en árboles, arbustos, matas y hierbas, seguida desde Teofrasto de eresos. El profesor de medicina en Basilea, Gaspar Bauhin, esbozó el concepto de género e inició la simplificación de la nomenclatura botánica. En 1649 Rudolf Camerarius, profesor en Tubinga, demostró definitivamente la condición sexuada de las plantas en su Epistola ad M. B. Valentini de sexu plantarum, al considerar los estambres como los órganos masculinos de la flor. En 1682 el inglés John Ray publica su Methodus plantarum nova, en el que incluye la descripción de más de 15.000 especies y plantea la conveniencia de utilizar un nuevo concepto de especie. Rivino en 1690 dio preferencia a la corola en la clasificación, incluyendo en ella toda envoltura floral que no fuera verde. Por su parte, en 1694 el botánico francés de origen provenzal Joseph Pitton de Tournefort, fue el autor de un sistema de clasificación vegetal según la corola, siguiendo la misma base de clasificación de Rivino, y que resultó ser uno de los de mayor éxito y difusión antes del de Linneo, por su constitución y caracterización precisa de los géneros. Desde una perspectiva más experimental, en el mismo siglo XVII destacan algunas de las aportaciones de los denominados microscopistas como Robert Hooke, quién en su Micrographia utilizó por primera vez el término célula para describir el aspecto del corcho visto al microscopio, o el boloñés Marcello Malpighi que en 1671 sentó las bases de la anatomía vegetal con su Anatome Plantarum, conjuntamente con el inglés Nehemiah Grew, que, pocos años más tarde, publicaba su The anatomy of plants. El moderno sistema de Linneo Que, en el siglo XVIII, a la par que tomó un nuevo auge la fisiología experimental, cuando se establecieron definitivamente las normas de nomenclatura y taxonomía, y se empezó a utilizar el moderno sistema de clasificación con el sueco Carl von Linneo. Linneo fue sobre todo un gran sistemático; ideó una nomenclatura binaria con la que impuso orden en el caos taxonómico imperante hasta aquellos días. En 1737 Linneo reunió en su obra Genera plantarum, las plantas clasificadas en 24 grandes grupos o clases, según las semejanzas o diferencias en el número y disposición de los órganos reproductores, y estableció, en las sucesivas ediciones de su Systema naturae y Species plantarum, el sistema binario de nomenclatura, que quedó así definitivamente fijado. El sistema sexual de Linneo, estaba fundado como toda clasificación artificial en un determinado carácter, en ideas sencillas y absolutas, sin más fin que el de la determinación de la especie. Mejora del sistema de Linneo intentos de clasificación y otros El sistema de Linneo fue mejorado por los franceses Michel Adanson que introdujo, en 1763, la utilización del concepto de "familia" vegetal y Bernard de Jussieu, y, especialmente, su sobrino Antoine Laurent de Jussieu con la publicación, en 1789, de su Genera plantarum secundum ordines naturales disposita. Augusto Píramo de Candolle se valió en 1813 de los caracteres anatómicos para establecer las divisiones primordiales de vasculares y celulares. Los estudios florísticos y las exploraciones adquirieron en el s. XVIII nuevo auge y se redactaron importantes floras locales y regionales relativas a las plantas superiores. En cambio, el estudio de las criptógamas, que constituían únicamente una de los 24 grupos de Linneo, no cobró relevancia hasta el siglo XIX, especialmente a raíz de los trabajos del alemán Alexander Braun, que estableció en 1864 las bases de la taxonomía moderna especialmente en lo referente a los denominados vegetales inferiores. Varias otras clasificaciones se intentaron modificando las de Rivino, Ray, Tournefort y Hermann por Plumier, Boerliave, Knaut, Ruppio y Pontedera. Les siguieron Magnolio, Ludwig y Siegesbeck, tomando por base el cáliz y fruto. Cavanilles y Brotero intentaron simplificar más el sistema de Linneo, pero éste siguió imperando por muchísimos años, hasta que se idearon las claves analíticas. Desde entonces, muchos otros autores además de los ya nombrados, han tenido más o menos protagonismo, y realizado diferentes clasificaciones o modificados los ya existentes, entre ellos se pueden destacar: Bartling, en 1830; Lindley, Bromhead y Endlicher hasta 1840. Meisner, entre 1836 y 1843; Adolfo Brongniart en 1843; Sachs en 1868; Van Tieghem y Eichler en 1883 o Adolfo Engler en 1866. En definitiva, ningún método de clasificación tuvo el éxito incomparable del sistema sexual de Linneo, gracias sobre todo a su nomenclatura binaria, a la precisión y claridad de las descripciones y de la distinción de especies y variedades, y a la reunión de todas las conocidas en sus géneros.