CORPORACIÓN UNIVERSITARIA AUTONOMA DEL CAUCA CONSULTORIO JURÍDICO II PRESENTADO POR: ALEXANDRA RIVERA MOLANO PRESENTADO A: ALVARO IVÁN ENRÍQUEZ RAMÍREZ FACULTAD DE DERECHO, CIENCIAS SOCIALES Y POLITICAS DERECHO OCTAVO A, DIURNO POPAYÁN 2019 CODIGO GENERAL DEL PROCESO. - ARTS 1,2 Y 8. “De ahí que se pueda afirmar que el Código General del Proceso es el estatuto madre por excelencia del que se alimentan y beben los otros estatutos especiales cuando se agotan sus normativas.” Botero, Gerardo. El Código General del Proceso (CGP), fue redactado por la necesidad de crear un nuevo código de procedimiento, con el fin de brindar un mejor servicio en justicia, con estudios estadísticos, informes y opiniones de expertos para garantizar un debido proceso basado en la armonía, la equidad, el bienestar social y económico. De acuerdo al artículo 01 consagrado en el título preliminar, disposiciones generales, del CGP, donde me permito citar: “Este código regula la actividad procesal en los asuntos civiles, comerciales, de familia y agrarios. Se aplica, además, a todos los asuntos de cualquier jurisdicción o especialidad y a las actuaciones de particulares y autoridades administrativas, cuando ejerzan funciones jurisdiccionales, en cuanto no estén regulados expresamente en otras leyes”, lo anterior se refiere a que la ley 1564 del 2012, se ocupó, por decirlo así de llenar vacíos en otras jurisdicciones para asegurar un debido proceso adecuado, “con un horizonte definido: reemplazar en los procesos la garantía formal, por la garantía real de los derechos fundamentales” (SUAREZ, 2012) . En concordancia con el artículo 17 del CGP, nos enseña los diferentes escenarios o jurisdicciones, donde esta ley hace presencia, como por ejemplo en su numeral 01, donde se refiere a los procesos contenciosos de mínima cuantía, donde el facultado para solucionar este litigio es el juez civil municipal de pequeñas causas o de los casos que se contempla en el Art. 914 del C. Co, donde nos habla de compra de género no determinada, cuando se habla de que al mirar una mercancía no se pueda clasificar por una calidad determinada en el contrato, bastará con que el vendedor los entregue en mediana calidad y sanos, y si el comprador alega que no son de recibo, la controversia de podrá realizar mediante un proceso verbal sumario determinado en el Art. 390 del CGP y facultado el juez civil municipal de pequeñas causas, de igual forma lo solucionará este juez, en procesos de responsabilidad medica de mínima cuantía (Art 622, N°04 del CGP), donde explícitamente va a la jurisdicción laboral, y donde esta determinación no ha sido muy bien aceptada para algunos autores ya que, para ellos se sustrajo de la especialidad laboral y la seguridad social la competencia de solucionar conflictos jurídicos producidos por la responsabilidad médica, de una manera poco técnica y falta de manejo de nuevas tendencias mundiales, en materia de derecho de la salud, que incluyen faltas o fallas en los servicios médicos. Debido a que consideran que el proceso social (laboral) es autónomo e independiente del proceso común, es por eso que no se debe desconocer las inclinaciones de algunos sabios del derecho procesal del trabajo, siguiendo por la línea laboral en el Art 145 y ss. del CPL Y SS, nos dan una aplicación analógica, que a falta de disposiciones especiales de se aplicaran las normas análogas a este decreto, y las del código judicial, es decir a correspondencia directa del Art 01 del CGP, de igual forma el CGP ha tenido avances respecto a cómo se tomaba la inasistencia de un testigo en materia social, ya que en el Art. 08 de la ley 1149 del 2007, sólo se hablaba de facultar al juez para limitar la práctica de esta prueba (testimonio), cuando ya hubiese claridad respecto al objeto de la prueba con los testimonios recibidos y los demás medios, pero el Art. 218 de la ley 1564 del 2012, trae como solución, si algún testigo llegase a faltar a rendir su declaración, se deberá asegurar su comparecencia o prescindir de ella, o multa de dos a cinco salarios mínimos mensuales legales vigentes a el testigo, siempre y cuando no se justifique. Adicionalmente en materia contenciosa administrativa la ley 1437 del 2011, Art. 40 inciso 3, “Serán admisibles todos los medios de prueba señalados en el Código de Procedimiento Civil”, hoy por hoy CGP, esto quiere decir que en materia probatoria se tendrá que remitir a la ley 1564 del 2012 donde el juez puede decretar pruebas por medio de la sana crítica y libre valoración de la prueba (Art. 176 CGP). Adicionalmente la ley madre en materia procesal, establece requisitos que prevalecen en la mayoría de procesos y en casi todas las jurisdicciones y es el derecho de postulación, consagrado en el Art. 73 del CGP, donde las personas que vayan a poner en funcionamiento el sistema judicial, deberán hacerlo por medio de un abogado legalmente autorizado, cuando vaya a defender los intereses de una persona determinada o de un tercero, lo anterior visto como una regla general y la excepción sería donde la ley permita intervenir de una manera directa. Y es que, en actuaciones administrativas, se requiere la intervención de abogado, consagrado en la C.N en Arts. 26 y 229, lo que significa la exigencia de la calidad de abogado para intervenir en procesos judiciales para desarrollar determinadas funciones, actividades y destrezas jurídicas, para que esta figura con respecto a la Adm. de justicia, garantice los principios de celeridad, eficacia, legalidad, concentración, entre otros principios que son base del CGP, pero no sólo basta con ser abogado, se debe hacer un acto por el cual se le confiere formalmente la representación del abogado, para poder revestir características de un acto unilateral, asimismo se establecen poderes ya sean generales o especiales, según lo dispuesto en el Art. 74 del CGP, donde el primero se hará mediante escritura pública y el especial por documento privado, y la terminación de este, es similar a todas las jurisdicciones, consagrado en el Art. 76, donde nos enseña las diferentes situaciones que se pueden dar para la finalización del poder en la norma 1564 del 2012. Como dije anteriormente, el Código General del proceso es fundado en principios, determinados en las disposiciones preliminares de este. Estudiando primeramente el principio de acceso a la Administración de Justicia, consagrado en el Art. 02 de la ley 1564 del 2012, que me permito citar: “Toda persona o grupo de personas tiene derecho a la tutela jurisdiccional efectiva para el ejercicio de sus derechos y la defensa de sus intereses, con sujeción a un debido proceso de duración razonable. Los términos procesales se observarán con diligencia y su incumplimiento injustificado será sancionado.”, esto se traduce en la posibilidad que tiene cualquier persona, sin importar su condición de solicitar a los jueces la protección o el restablecimiento del derecho, que se consagran en la Constitución y la Ley, el juez como parte imparcial, independiente, justa, motivada y honesta, que garantiza una igualad a las partes, analizando pruebas y llegando a un libre e íntegro convencimiento, aplicando la Carta y las leyes, es así que dentro de este marco, hace alusión a un derecho fundamental, susceptible de protección jurídica a través de mecanismos como la acción de tutela judicial efectiva, donde se ha definido como “la posibilidad reconocida a todas las personas de poder acudir en condiciones de de igualdad ante los jueces y tribunales de justicia, para propugnar por la integridad del orden jurídico y por la debida protección o restablecimiento de sus derechos e intereses legítimos, con estricta sujeción a los procedimientos previamente establecidos y con plena observancia de las garantías sustanciales y procedimentales previstas en la Constitución y la ley” (Derecho de acceso a la administración de justicia, T-799/11) la garantía que dispone la administración de justicia, no consiste solamente en la facultad de acudir físicamente ante la Rama judicial, sino que es necesario comprenderla desde un punto de vista material, entendida como la oportunidad que tiene todo individuo de poner en marcha, de iniciar un proceso en el aparto judicial, asegurando el debido proceso y solucionando el conflicto una persona competente. En ese mismo sentido, la Corte Interamericana de Derechos Humanos “interpreta el artículo 25.1 de la Convención Americana de Derechos Civiles y Políticos para definir cuando no existe recurso judicial efectivo: no pueden considerarse efectivos aquellos recursos que, por las condiciones generales del país o incluso por las circunstancias particulares de un caso dado, resulten ilusorios. Ello puede ocurrir, por ejemplo, cuando su inutilidad haya quedado demostrada por la práctica, porque el Poder judicial carezca de la independencia necesaria para decidir, con imparcialidad o porque falten los medios para ejecutar sus decisiones; por cualquier otra situación que configure un cuadro de denegación de justicia, como sucede cuando se incurre, en retardo injustificado en la decisión; o, por cualquier causa, no se permita al presunto lesionado, el acceso al recurso judicial”. Es decir que la administración de justicia, por ser un derecho fundamental reconocido por la misma Constitución y normas Internacionales, debe ser protegido por el juez que es la persona facultada para hacer valer ese derecho y no debe desconocer la amplitud que le asiste, es decir se debe preservar capa y espada esta garantía para asegurar un fallo de fondo y honestidad. “El derecho a la tutela judicial efectiva va más allá del acceso a la justicia y se enfoca en la obtención de una decisión judicial de fondo, es decir, aquella que realmente estudia el contenido material del litigio y le ofrece una resolución definitiva.” (Ante, 2014 ) Por lo dicho anteriormente la Corte Constitucional, ha venido reconociendo el derecho a la administración de justicia, entre la jurisprudencia destacada se encuentra la C-985/05 y T-292/99, donde se establece efectos y condiciones concretas en los procesos: 1. El derecho de acción, el cual establece la posibilidad que tiene toda persona a ser parte de un proceso y de utilizar todos los medios que se proporcionan para plantear pretensiones, ya sea en interés del orden jurídico o sus intereses particulares. 2. El derecho de que subsistan un conjunto amplio y suficiente de mecanismos (acciones y recursos) para resolver los conflictos. 3. Encontrar la prueba necesaria para fundamentar las peticiones que se quieran llevar al juez. 4. Existencia de procedimientos adecuados y efectivos para la definición de pretensiones y excepciones. Según los numerales, se hace referencia al Art. 82, donde se establecen los requisitos de la demanda, entendida como un acto procesal, para poder llegar a hacer efectiva las garantías procesales y hacer un acercamiento a la Rama judicial de una manera directa o mediante apoderado, pero si se llegase a hacer la demanda mal o a interponer de una manera no adecuada, el CGP, dependiendo de los yerros, admite la posibilidad de admitirla, inadmitirla o en el peor de los casos rechazarla, donde el juez señalará de una manera muy específica los defectos de los cuales adolezca la demanda (Art. 90 CGP), no sólo a la persona que inicie ponga en funcionamiento la justicia se podrá defender, en el caso del demandado, existe una acción para que pueda negarse a las pretensiones propuestas por el demandante, mediante la contestación de la demanda, fundada en el Art. 96, de igual forma el demandado sea en materia civil, comercial, laboral, administrativa, tiene una arma a su favor y son las excepciones previas, otorgadas de taxatividad, donde la oportunidad para proponerlas será en el término del traslado de la demanda en escrito separado. Se caracterizan porque su finalidad primordial es atacar el procedimiento, no la cuestión de fondo del litigio o del derecho controvertido. Por otro lado, tanto el demandante, como el demandado, disponen de un espacio procesal donde tienen el derecho de debatir o de dirimir el conflicto de una manera pacífica, mediante el mecanismo de resolución del conflicto, llamado conciliación, este espacio denominado audiencia, le da la posibilidad a las partes para resolver excepciones previas, conciliar, verificar si las partes del proceso son capaces, interrogar, disponer de todas las herramientas que disponga el juez, en pro del debido proceso, practicar pruebas por el juzgador y proferir sentencia por parte de este (Arts. 372 y 374 CGP), pero si la decisión llegase a ser desfavorable para alguna de las partes estas disponen de otras acciones judiciales, llamadas recursos consagrados en el CGP en los artículos 322 correspondiente a la apelación, donde una vez terminada la audiencia podrá el abogado de la parte apelante interponerse de forma verbal a la providencia inmediatamente después de pronunciada, donde el juez según sea el caso podrá resolverlo, puede ser al finalizar de la audiencia inicial o la de instrucción y juzgamiento. Por último, concerniente a este principio de la Administración de justicia, podemos darnos cuenta que la ley 1564 del 2012, va modernizando a la Rama judicial, evitando de una manera u otra la congestión de procesos, adoptando medidas tecnológicas para facilitar y agilizar el acceso a la justicia (Art. 103 CGP), además está ley provee la posibilidad de realizar audiencias por medio de la videoconferencia (Art. 107, parágrafo 01 CGP), hace que la justicia, no se entorpezca y sea cada día más eficiente. Retomando los principios que imprime el CGP, se encuentra el de iniciación e impulso de los procesos, consagrado en el Art 08 del CGP “Los procesos solo podrán iniciarse a petición de parte, salvo los que la ley autoriza promover de oficio. Con excepción de los casos expresamente señalados en la ley, los jueces deben adelantar los procesos por sí mismos y son responsables de cualquier demora que ocurra en ellos si es ocasionada por negligencia suya.”, este articulo quiere decir que los procesos sólo pueden iniciarse con la demanda interpuesta por una persona, salvo que exista una ley que autorice, en ciertos casos, promover de oficio, la misma disposición coloca a responsabilidad de los jueces cuando van a adelantar procesos por sí mismos. “Ciertamente, si los derechos y garantías consagrados en la legislación son conculcados, debe procurarse, con intervención del Estado, el restablecimiento del orden violado, pues de no ser así se presentaría la justicia por mano propia, sistema históricamente superado, pero que cuando aquel se muestra ineficiente en el cumplimiento de esa esencial labor, tiende a reaparecer (…)” (López 2002) es por eso que como ya se ha dicho, la parte interesada deberá allegar la demanda en el que narra los hechos y plasma las pretensiones para que después puedan o no ser reconocidas (Art 82 CGP). Este principio rige tanto para la parte contenciosa, como para la jurisdicción voluntaria, puesto que la ley no hace distinción al respecto, por ejemplo: en un proceso de restitución, ese proceso es contencioso, que exige demanda de parte y la declaración de muerte presuntiva, es proceso de jurisdicción voluntaria, que también por decirlo así exige demanda, o sea que podemos decir que como tal el juez no podría iniciar un proceso, si bien es deber del juez encaminar un proceso, velar por su rápida solución, establecer herramientas para impedir su paralización y procurar economía procesal, más no iniciarlo, pero después de iniciado el proceso el juez puede impulsar este para volverlo más eficiente, legal, igualitario y donde se respete el debido proceso para las dos partes inmiscuidas en él. Por ejemplo, en el Art. 42, donde se establecen los deberes del juez en el numeral 4, faculta a este en materia probatoria pueda decretar pruebas de oficio para verificar los hechos alegados por alguna de las partes. En artículos como el 169 CGP y 170 CGP “El juez deberá decretar pruebas de oficio, en las oportunidades probatorias del proceso y de los incidentes y antes de fallar, cuando sean necesarias para esclarecer los hechos objeto de la controversia. Las pruebas decretadas de oficio estarán sujetas a la contradicción de las partes.” Lo anterior comporta las siguientes claridades: el decreto de pruebas se hace obligatorio para el juez y no facultativo cuando se haga necesario llegar a una posible verdad sobre la situación contenciosa. La prueba de oficio deviene de la iniciativa por parte del juez mediante auto que decrete pruebas, que tiene por sentado no admitir recursos y que será suficiente con solo decretarlas. Por ejemplo, en los medios probatorios de la declaración de parte y confesión, en el Art. 198 en su último inciso podrá el juez decretar de oficio careos entre las partes cuando hubiesen dudas en lo que dice un testigo y el otro, es decir que el careo es la confrontación, donde el juez verificará la veracidad de lo que dicen las partes o los testigos, que están en contradicción, pero a pesar de que el juez haya hecho esa actuación y todavía tiene dudas o no respecto a la veracidad de los hechos, podrá decretar y practicar de oficio el interrogatorio a cualquiera de las partes si lo considera conveniente (Art.203 inciso 7 CGP) Siguiendo con la línea probatoria en el artículo 167 del CGP, en su inciso 2 se establece que: “el juez podrá, de oficio o a petición de parte, distribuir, la carga al decretar las pruebas, durante su práctica o en cualquier momento del proceso antes de fallar, exigiendo probar determinado hecho a la parte que se encuentre en una situación más favorable para aportar las evidencias o esclarecer los hechos controvertidos.” Según lo anterior, entonces, lo que se exige en la carga de la prueba es que la parte que se encuentre con mayor favorabilidad es quien tiene que probar ese determinado hecho, mediante decisión oficiosa que es en lo cual nos atañe saber. La prueba de oficio decretada por parte del juez no sólo se presenta en el CGP, sino en pronunciamientos hechos por la Corte Constitucional en sentencia SU- 768 /14, donde se respalda la legitimidad e incluso la necesidad, de buscar la verdad de los hechos por parte del juez, para la obtención de decisiones justas , donde no se debe de hacer con inclinaciones, por ninguna de las partes, sino que debe ser realizado, como un compromiso legal que tiene el juez establecer una verdad, está Corporación desarrollo cuatro bases en las que se debe ceñir el juez, a la hora de decretar pruebas de oficio : “(i) cuando a partir de los hechos narrados por las partes y de los medios de prueba que estas pretendan hacer valer, surja en el funcionario la necesidad de esclarecer espacios oscuros de la controversia; (ii) cuando la ley le marque un claro derrotero a seguir; o (iii) cuando existan fundadas razones para considerar que su inactividad puede apartar su decisión del sendero de la justicia material; (iv) cuidándose, en todo caso, de no promover con ello la negligencia o mala fe de las partes.” De igual forma, el juez dispone de más actuaciones en el proceso, como en el Art. 586 numeral 02 del CGP, donde se habla del proceso de Interdicción y rehabilitación de la persona con discapacidad mental absoluta, donde aduce que no es necesario que la parte demandante aduzca interés de promover el proceso, bastará con que el juez lo promueva de oficio. También en el Art 133 del CGP, que se refiere a las causales de nulidad que puede acarrear un proceso, donde el juez investido de autoridad debe realizar un control sobre el proceso en audiencia inicial (Art.372, N°8 CGP), para evitar estas y poder sanear los vicios e irregularidades que no podrán ser alegadas en etapas posteriores. Basado en este estudio, se concluye que, si bien el Código General del Proceso, trajo nuevos postulados, acciones, caminos, garantías etc., para proporcionarle al país justicia, donde cada contienda judicial sea resuelta con agilidad, eficacia y eficiencia, y donde el juez como parte imparcial de un proceso, pueda utilizar todas sus herramientas para llegar a una verificación de los hechos específicos que se estén discutiendo, respetando de una manera global el debido proceso que cada persona dispone a la hora de acceder a la jurisdicción. BIBLIOGRAFÍA (s.f.). Obtenido de http://www.icdp.org.co/descargas/cgp/PresentacionCGP.pdf Aguilar, C. 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