Datos para un analisis de la imagen de la Virgen Con respecto a las características de su rostro y vestimenta: Extraña mezcla de serenidad y pasión, directo precedente del retrato romano. Como vemos, el arte etrusco es influenciado por los estilos artísticos de Grecia y el Oriente, esto puede observarse con las líneas que perfilan el rostro de la imagen y el “Sarcófago de los esposo”, por ejemplo. La etrusca, pudiera tratarse de una sociedad con rasgos de matriarcado y ginecocracia. Todo ello se puede percibir en el arte; pinturas, ocupando con los hombres espacio en la sociedad y en la disposición de las tumbas. La mujer además tenía una posición relevante entre los aristócratas etruscos, puesto que estos últimos eran pocos y a menudo estaban involucrados en la guerra: por esto, los hombres escaseaban. Se esperaba que la mujer, en caso de muerte del marido, asumiría la tarea de asegurar la conservación de las riquezas y la continuidad de la familia. Los vestidos de las damas etruscas, interviene Vanidad, estaban llenos de colores muy contrastantes, aunque sólo consistieran de una túnica plisada o finamente plegada y el manto con el que se envolvían sujetado en ocasiones en alguno de los hombros. Agregaban a este vestuario un bonete denominado tutulos y … ¡botas!, -grita Vanidad-. Así es, botas, pues los etruscos le daban tal importancia al calzado, que se podían ver bailarinas desnudas pero, eso sí, con botas, aunque en realidad eran medias botas de color muy vivo y con punta ligeramente levantada, concluyen Moda y Vanidad. Materiales : bordados elaborados en los vestidos de las mujeres , mantos bordados en diferentes colores. Trajes y ornamentos con delicados bordados italianos medievales. Se recomienda ver: Virgen del Socorro. Domenico di Zanobi. Ca. 1485. Capilla Velluti, iglesia del Santo Espíritu, Florencia. Esto por citar un ejemplo. Simbología icónica de la imagen: Esculturas góticas tardías de la Virgen con el Niño pueden mostrar a una Virgen en pie con el Niño en brazos Durante siglos los grandes artistas y sus contemporáneos heredaron convenciones pictóricas antiguas que fueron mantenidas, en parte, para enlazar sus propias obras con la autoridad de la tradición. A pesar de todas las innovaciones de pintores de la Madonna durante los siglos XIII y XIV, María puede ser todavía reconocida por la forma de representar sus vestiduras. Ordinariamente, es representada como una mujer joven con su hijo recién nacido que siempre viste un manto azul sobre una túnica roja. El manto cubre típicamente su cabeza, la que a veces se muestra cubierta de un velo de lino o seda casi transparentes. Ella carga al niño Jesús, el cual, al igual que su madre, es representado con una aureola y posiblemente diversos signos de realeza: corona, cetro, entre otros. Frecuentemente, sus miradas fijas son dirigidas al espectador, para dar la idea de intercesión o de escuchar las oraciones que los cristianos frecuentemente le dirigen a ella y a su hijo. La Virgen fue la figura más representada por los iconógrafos desde el siglo V al XVII. Sobre todo a raíz del Concilio de Efeso, del 431. Suele aparecer hierática y majestuosa, con la cabeza cubierta de un velo o manto, llamado maphorion. Generalmente la Virgen presenta al Niño en su brazo, y éste tiene rasgos de adulto. La Theotokos presenta asimismo en el manto el adorno de tres estrellas, una en cada hombro y otra en el centro de su frente, para enfatizar su virginidad perpetua (y probablemente emblema de la Santísima Trinidad), indicando que María se mantuvo antes, durante y después del parto virgen. En este icono la Theotokos sostiene al niño, que toca su cara la suya y envuelve por lo menos un brazo alrededor de su cuello u hombro. La Theotokos representa la iglesia de Cristo, de tal modo exhibiendo la plenitud del amor entre el dios y el hombre, un amor que se pueda alcanzar solamente dentro del pecho de la Iglesia, la madre. La palabra griega Odighitria significa: la que muestra el camino. Es una de las tres principales formas de representar a la Virgen María en la iconografía de la Iglesia Ortodoxa (las otras dos son el ícono de la Ternura de la Madre de Dios y el ícono de la Intercesión de la Madre de Dios). En este icono se representa a María sosteniendo al niño Jesús en sus brazos y señalándolo para indicarle a los fieles que la Verdad se encuentra en Él. El niño sostiene en su mano un pergamino que indica las Sagradas Escrituras, específicamente, el evangelio de Juan, donde se menciona la frase "Yo soy el camino, la verdad y la vida" (Juan 14:6-14). Los colores, poseen un significado profundamente teológico. La composición de la Odhigitria por lo general muestra a María envuelta en un manto -clámide- de color purpura rojizo, este color se identifica con la realeza. Mientras el niños Jesús viste los colores blanco y naranja o solamente naranja. El blanco es símbolo de la pureza y simboliza la luz de la Transfiguración. El naranja representa la Verdad, el fuego del Espíritu Santo. HODIGITRIA. Se ofrece sosteniendo al Niño en su brazo izquierdo, generalmente, señalándole con la derecha que cruza ante el pecho, al mismo tiempo que mira al espectador. Es la Virgen que señala el camino de la salvación y de la vida. Este tipo se difunde en Occidente en la primera etapa del periodo gótico, manteniendo en principio la corona, que pronto desaparece. Hay en ella un cierto aislamiento y solemnidad que la distingue del carácter más humano y sentimental de la Virgen Eleousa, de la que luego hablaremos. Azul: es el color más utilizado para el manto de la Virgen porque simboliza la pureza y la inmaterialidad de lo espiritual. También es símbolo de la protección de María sobre todos sus hijos espirituales. Blanco: es el color de la luz, la vida, el nacimiento y la eternidad. Es muy habitual que los ángeles se represente con este color. Para alcanzar el Reino de Dios, el alma debe ser pura Palmas hacia abajo: Mostrar las manos con las palmas hacia abajo impone autoridad pudiendo generar un sentimiento de antagonismo en nuestros interlocutores.