ACOSO LABORAL (MOBBING). LA VÍCTIMA, EL ACOSADOR, LOS TESTIGOS. PERFILES Y FUNCIONES. PERFILES: 1º.- La Víctima. Son personas con elevada ética, honradez y rectitud, así como con un alto sentido de la justicia. Personas autónomas, independientes y con iniciativa. Personas populares, líderes informales elegidos entre sus compañeros o con carisma para poder liderar grupos. Personas con un alto sentido cooperativo y del trabajo en equipo. Alta capacidad empática, sensibilidad y comprensión del sufrimiento ajeno. Con situaciones personales y familiares altamente satisfactorias. 2º.- El acosador. El Dr. González de Rivera. Identifica al acosador como M.I.A. (Mediocre Inoperante Activo), se trata de una personalidad realmente maligna, con tendencias destructivas e invasivas. El sujeto afecto de MIA desarrolla una gran actividad inoperante. Posee un gran deseo de notoriedad y de control e influencia sobre los demás. Tiende a infiltrarse en organizaciones complejas, especialmente por aquellas que ya están afectadas por formas menores de este síndrome. El M.I.A. (acosador) si tiene un puesto burocrático, tiende a generar grandes cantidades de trabajo innecesario que activamente impone en los demás. Se trata de una personalidad: “maligna, con tendencias destructivas, es envidioso, manipulador, mediocre con gran deseo de notoriedad, es un trepas, envidia los logros de los demás que ansía para sí mismo pero que es incapaz de alcanzar, es un incompetente que se aprovecha de las altas capacidades ajenas para otorgarse méritos”. 3º.- Los Testigos. Los testigos cómplices o los testigos mudos. La violencia se ejerce gracias al silencio de los que lo observan y lo consienten. Los testigos que callan son testigos cómplices. Sin su colaboración la violencia laboral no podría llevarse a cabo. Dentro de los testigos cómplices o testigos mudos, podemos encontrar varios subgrupos: 1º. Subgrupo uno: Persona o personas de confianza del hostigador. En ocasiones el hostigador no ejecuta el Plan tendencioso, sino que lo deja en manos de personas de su confianza. Estas personas carecerán de escrúpulos a la hora de ejecutar el Plan, porque disfrutan con el mal ajeno. 2º. Subgrupo dos: Colaboradores o propagadores. Aquellos que difunden los rumores malintencionados del hostigador en contra de la víctima. Actúan como dobles agentes de espionaje. Llevando y trayendo información. La víctima debe esquivarlos o si puede utilizarlos en su propio provecho. 3º. Subgrupo tres: Los colaboradores que callan. Los testigos mudos. No dicen nada, saben de la injusticia que se está cometiendo contra el compañero de trabajo pero se mantienen al margen, permitiendo que la víctima se quede aislada y de esta forma apoyan al hostigador y a su ejercicio de violencia, lo que les hace complices. Entre los motivos de esta actitud de los testigos mudos encontramos: - Porque esperan un premio o recompensa. - Porque ya están vendidos al hostigador por favores pasados. - Porque quieren mantener su estatus. - Por la creencia de que es mejor estar al lado del más fuerte y del que va a resultar vencedor. - Por miedo. Ignacio González Sarrió. Doctor en Psicología Jurídica. Perito judicial y forense. Miembro Turno de Peritos Forenses Ilustre Col. Oficial de Psicólogos. Coordinador Grupos de Trabajo en Psicología Jurídica. http://psicolegalyforense.blogspot.com NºCol.cv06179. 696102043 Valencia.