Boletín "Aprendiendo con Pipo" Año 3 Nº 6 - 2003 Pedagogía Hospitalaria La Pedagogía Hospitalaria constituye un modo especial de entender la pedagogía. La educación que a través de la pedagogía se imparte, en modo alguno puede identificarse con la mera instrucción, entendida como la transmisión de conocimientos formalizados. Por supuesto se ocupa también de los contenidos de la educación que todos niño debe aprender, pero no sólo de eso. La pedagogía hospitalaria tiene más que ver con la salud y con la vida, que con la instrucción y el adiestramiento. Desde esta perspectiva se nos aparece la pedagogía hospitalaria como una pedagogía del presente, que liberada de los planes de estudio, se centra únicamente en la situación del niño hospitalizado. Se revela así como la más actual de las pedagogías. Es una pedagogía de la actualidad inmediata, de lo que importa aquí y ahora para la vida del niño enfermo. Se ofrece como una pedagogía vitalizada, de la vida y para la vida, que constituye una constante comunicación experencial entre la vida del educando y la vida del educador, y aprovecha cualquier situación , por dolorosa que pueda parecer , para enriquecer a quien la padece, mudando su sufrimiento en aprendizaje. Resumiendo: la pedagogía hospitalaria es una rama diferencial de la pedagogía que se encarga de la educación del niño enfermo y hospitalizado, de manera que no se retrase en su desarrollo personal ni en sus aprendizajes, a la vez que procura atender a las necesidades psicológicas y sociales generales como consecuencia de la hospitalización y de la concreta enfermedad que padece. Por lo tanto: El que no entienda que una persona ingresada en un hospital tiene unas necesidades de atención que van más allá de lo médico – físico; que un niño en el hospital tiene que seguir con las actividades que son propias como estudiar, jugar, hablar , reírse, estar con otros niños; el que no entienda que el niño con pronóstico fatal tiene derecho a seguir aprendiendo, interesándose por las cosas, realizando actividades , jugando; el que no entienda que esos padres , con un enfermo crónico, tiene necesidades de orientación…,sencillamente tiene una concepción errónea o parcial de lo que es la vida. La finalidad por lo tanto de la pedagogía hospitalaria es la misma que la de toda educación: el desarrollo integral de la persona, persiguiendo el máximo desarrollo de todas sus capacidades, incluso en una situación anómala como el estar enfermo y hospitalizado. Los cuatro objetivos generales que debe perseguir la pedagogía hospitalaria con los niños enfermos son. a- El desarrollo de los aspectos cognitivos e intelectuales. b- El desarrollo motriz. c- El desarrollo afectivo d- El desarrollo social. El objetivo principal de la pedagogía hospitalaria, se centra, en la actualidad, en prevenir y evitar la marginación respecto del proceso educativo de los niños en edad escolar , que se encuentran ingresados en un hospital. Educando al niño enfermo; Perspectivas de la pedagogía hospitalaria, Olga Lizasoáin Rumeu, 2000 Ediciones Eunate, --------------------------------------------------------------------------------------------------Canciones y rondas Importancia Desarrollan el sentido rítmico de los niños. Facilitan su habilidad de discriminación auditiva. Estimulan su participación activa en aprendizajes que les llenan de gozo. Fometan la capacidad de atención y concentración de los niños. Contribuyen al desarrollo de la noción corporal la sensopercepción, la coordinación motriz, la memoria visual, el juicio—razonamiento y la comprensión auditiva. Desarrollan los sentidos estético y artístico de los niños. Fomentan su sensibilidad y poder creativo. Descargan la tensión y exceso de energía de los niños. Fomentan sus actitudes sociales positivas implícitas en las actividades rítmicas de conjunto. Algunas sugerencias metodológicas Maestra: Disponga de un área de música en el salón, donde haya una grabadora y cassettes con canciones infantiles y otros géneros adecuados para niños preescolares, así como instrumentos musicales rítmicos. Planifique actividades musicales que favorezcan la participación activa de los niños en la práctica del baile, las palmadas, las marchas y los instrumentos musicales rítmicos. Participe activamente con ellos cantando, bailando, poniendo coreografías, etc., esto facilita la seguridad emocional del grupo. Organice actividades dirigidas a refinar la capacidad general de discriminación auditiva utilizando sonidos del ambiente y sonidos musicales. Marque cadencias bien diferenciadas para verificar si el grupo puede acompañarla. Haga variados ejercicios modificando el ritmo de la música. Estimule o deje manifestar el ritmo que existe en los niños, para después cultivarlo. Fomente actividades rítmicas ligadas a los movimientos básicos naturales como caminar correr, saltar, galopar, flexionar el cuerpo y extenderlo, girar y deslizarse, palmear, etc. Utilice frecuentemente las rondas pues no se requieren habilidades especiales y sirven de iniciación y fomento a la vida social, ya que usualmente piden una formación que todo el grupo debe seguir, casi siempre tomados de las manos. Procure tener siempre una actividad rítmico—musical cuando pase de una actividad a otra. Verifique que la melodía elegida se adapte a las voces infantiles y que el ritmo esté dentro de las posibilidades de los niños.