Viviana Muñoz Código: 26112287 Fabián Palacios Código: 26112279

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Viviana Muñoz
Código: 26112287
Fabián Palacios
Código: 26112279
Ernesto Quitián
Código: 26112299
Andrea Vásquez
Código: 26112293
Andrea Zambrano
Código: 26112301
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La Investigación Crítico-Social
como motor del desarrollo comunitario.
En un mundo cada vez más cambiante y globalizado, las políticas de desarrollo se han
tenido que enfrentar a nuevos retos, buscando que el crecimiento colectivo arrastre al
individuo hacia su propio progreso.
Después de la Segunda Guerra Mundial, la reorganización del mundo y de la sociedad exige
unos nuevos planteamientos y enfoques por parte de la ciencia de la investigación que
permitan el desarrollo económico, social y cultural de las comunidades. En los años 60 nacen
nuevas propuestas sociales en las que las comunidades afectadas dejan de ser el objeto de
la investigación, para convertirse en actores activos de su propio desarrollo y que se inician
con los programas de educación a distancia y la alfabetización del adulto. Hacia los años 80,
se replantea esta propuesta enfocándose más hacia una educación comunitaria y de acción
social. El auge de la descentralización de la educación en los países de América Latina
produce en Colombia propuestas como el programa CAMINA, del presidente Belisario
Betancur (1982), que busca la reducción de los índices de analfabetismo y mayor acceso a la
educación.
El papel de la ciencia y de la investigación toma nuevas dimensiones en la ejecución de este
progreso colectivo. La Investigación Crítico-Social busca el desarrollo comunitario
enfocándose en resolver problemas sociales concretos, incluyendo en ella a los actores
involucrados y como consecuencia, replantea los métodos de la ciencia tradicional.
La Investigación Critico-Social busca cobijar a las comunidades como las minorías étnicas y
los desposeídos, tratando de convertirse en su aliado y defensor, pensando siempre en su
beneficio y adentrándose en su situación. Su conocimiento, producción y uso se enfoca en el
¿para quién? y en el ¿para qué?
A través de los tiempos, los investigadores se han enfocado en la metodología tradicional, en
el ¿cómo? y en el ¿qué?, lo que resulta beneficioso para el investigador más no para el
investigado. Lo que se busca con la Investigación Crítico-Social es profundizar en las
problemáticas de las comunidades y realizar un tipo de investigación donde la participación
de la colectividad sea su cimiento. El primero de los pasos del investigador es el diagnóstico
participativo, que incluye la toma de conciencia de los problemas de la sociedad. Así, la
recolección de la información requiere de la participación de la comunidad. Para conseguirla,
es importante la interacción entre colectividad e investigador.
Con el fin de llegar a las comunidades en riesgo y abordar su problemática, se han creado
varios tipos de Investigación Crítico-Social que comparten las mismas condiciones para ser
exitosas: la toma de conciencia de la necesidad de la intervención, la organización de la
comunidad y el reconocimiento de las autoridades de estos mecanismos de acción.
Por una parte, la Investigación-Acción busca la resolución de problemas a través de la
modificación de las prácticas educativas, creando un proceso sistemático de aprendizaje por
la constante retroalimentación. De esta forma, se crea un compromiso político del
investigador y se busca un desarrollo participativo.
Por otra parte, la Investigación Participativa nace como una respuesta para producir
conocimiento colectivo sobre una realidad social, que luego va a ser útil a la comunidad. Su
objetivo es la transformación de un problema a través de la acción usando al individuo como
agente de su propio desarrollo. En este caso, el compromiso del investigador es con la
comunidad, sin tomar una posición política al respecto y se logra con una comunicación
horizontal, es decir, que el investigador entabla un diálogo entre iguales con la colectividad
objeto de la investigación.
Finalmente, la Investigación Colaborativa se presenta como la más compleja de las
investigaciones. Consiste en una red de colaboración repartida en diferentes niveles (desde
la comunidad, hasta el Estado). Ésta tiene un mayor impacto en las comunidades puesto que
busca resolver problemáticas complejas y generar cambios sociales importantes. El manejo
del conocimiento va desde la experiencia (contacto directo entre actores del desarrollo), la
práctica (desarrollo de competencias y habilidades), hasta propuestas de teorías o
postulados que puedan ser generalizados o que sirvan de base para otras investigaciones.
En todos estos casos, es muy importante que la investigación arroje una información que sea
útil para que las comunidades alcancen su desarrollo. La investigación se une con la
participación, entrando así en un proceso de cambio metodológico con respecto a las
técnicas tradicionales. La unión de la teoría y la práctica tiene en cuenta como objetivo
principal, la transformación de algún tipo de problemática social. Se buscan herramientas
para que las soluciones planteadas en la investigación produzcan un plan de acción, que se
pueda implementar en la realidad de cada comunidad y así llegar a su desarrollo.
Para lograr esto, se debe organizar la información obtenida de manera coherente y así tener
una visión objetiva que permita aplicarla. Al definir los procesos de implementación de la
investigación propuesta los pasos a seguir son: en primera instancia, crear fases y plazos de
implementación para tener un tiempo establecido de las actividades propuestas. Luego, se
deben realizar evaluaciones periódicas que permitan detectar a tiempo problemas,
debilidades y limitaciones, sin embargo, esta evaluación debe también servir para
documentar mejores prácticas, fortalezas y experiencias exitosas, que permitan compartir
con los demás actores y ser usadas para aprender y mejorar otros procesos e iniciativas. Y
por último, se debe definir un programa con los líderes y actores claves que dirijan los
planes de acción propuestos.
En estos planteamientos, es importante hacer un alto y entender que a pesar de que todo
esto ha evolucionado y que aún en nuestros días surgen muchos proyectos, propuestas y
programas, todavía falta que las comunidades tomen conciencia de lo que quieren, de lo que
deben y pueden hacer, de las oportunidades que se les está dando y que no saben
aprovechar. Aunque existan muchos programas novedosos y los actores sociales o líderes
comunitarios trabajen constantemente en estos, si no existe la participación activa de la
sociedad, ésta no se va a desarrollar correcta y completamente.
Llegar a los Actores Sociales es llegar a la problemática de la sociedad; es conocer sus
antecedentes, es entender las causas y los efectos de sus carencias. Así se puede
determinar sus prioridades y/o necesidades. Ellos son quienes tienen el conocimiento de la
comunidad y tener este conocimiento es tener el poder. Es por esto, que ellos son la base
del crecimiento de la sociedad.
Al replantear las prácticas de la investigación tradicional, se inicia un surgimiento de la
Acción Participación, que se basa en incluir en ella a los actores sociales. Pero, ¿quiénes
son estos actores sociales? ¿Es consciente la sociedad de lo que estos actores sociales
significaban para ella y de las herramientas legales que la legitiman como agente de su
propio desarrollo?
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