Subido por Karla Feliz Hernandez

TESIS LOMBROSO

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INSTITUTO POLITÉCNICO NACIONAL
SECRETARÍA DE INVESTIGACIÓN Y POSGRADO
CENTRO DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS, ADMINISTRATIVAS Y
SOCIALES
“TEORÍA Y MÉTODO DE CÉSAR LOMBROSO EN EL HOMBRE DELINCUENTE”.
TESIS
QUE PARA OBTENER EL GRADO DE:
MAESTRÍA EN CIENCIAS EN METODOLOGÍA DE LA CIENCIA
PRESENTA:
ROSA ELENA ANDRADE RENDÓN.
DIRECTORES DE TESIS: DR. HUMBERTO MONTEÓN GONZÁLEZ
DRA. PATRICIA RIVERA GARCÍA
CIUDAD DE MÉXICO, SEPTIEMBRE DE 2016.
ÍNDICE
Pág.
Glosario.
8
Resumen.
10
Abstract.
12
Introducción.
14
CAPÍTULO I
CÉSAR LOMBROSO Y SU MÉTODO.
1.1 Método de Lombroso: aplicación del Método Inductivo-Experimental al estudio del
delincuente.
22
1.1.1 El estudio antropológico del criminal
24
1.1.1.1 Análisis del tatuaje en el criminal.
28
1.1.2 Identificación criminal.
31
1.1.2.1.Uso de la fotografía.
31
1.1.2.2 El examen antropométrico del criminal.
34
1.1.3 Revisión de la herencia y el proceso del degeneracionismo en el criminal.
37
1.1.3.1 Epilepsia
38
1.1.4 Evaluación de la influencia de los factores sociales en el criminal.
39
1.1.5 Aplicación de la estadística criminal.
42
1.2 Fases del método de Lombroso.
44
1.3 Críticas al método de Lombroso.
46
1.4 Impacto del método de Lombroso en Italia, el continente europeo y América Latina. 49
1.5 Aportes de Lombroso a la Criminología.
51
1.6 Introducción del método de Lombroso a México, siglo XIX.
54
1.6.1 El método de Lombroso en la Penitenciaría de Puebla, 1892.
58
1.7 De la identificación antropométrica Lombrosiana al sistema dactiloscópico.
67
CAPÍTULO II
ASPECTOS PRINCIPALES DE LA TEORÍA DEL CRIMINAL ATÁVICO
DE CÉSAR LOMBROSO.
2.1 Italia: tiempo histórico.
70
2.2 Medicina y Psiquiatría en Europa, siglo XIX
71
2.3 César Lombroso: el científico.
72
2.4 Del estudio del delito al estudio del delincuente: un nuevo paradigma.
75
2.5Teoría del Atavismo de Lombroso.
78
2.5.1 Rasgos atávicos durante la niñez.
82
2.5.2 La clasificación criminal.
84
2.5.3 Delincuentes y locos delincuentes, ¿quiénes fueron más atávicos?
92
2.5.4 Recomendaciones de Lombroso para tratar el atavismo.
95
Conclusiones
97
Bibliografía
101
DEDICATORIAS
Dedico este trabajo, a mi familia por su apoyo incondicional.
Dedico este trabajo, al Instituto Politécnico Nacional, por abrirme las puertas del conocimiento.
Dedico este trabajo, al Centro de Investigaciones Económicas Administrativas y Sociales, por
permitirme crecer profesionalmente.
Dedico este trabajo a la Historia, por ayudarme a comprender los hechos del pasado y del
presente.
AGRADECIMIENTOS.
Agradezco al CONACYT, por haberme proporcionado una beca para realizar mis estudios.
Al Dr. Humberto Monteón González, por su dedicación, por ser mi guía en esta investigación y
por compartir sus conocimientos.
A la Dra. Patricia Rivera García, por su apoyo incondicional para llevar a buen término este
trabajo y por sus consejos.
A la Dra. Gabriela María Luisa Riquelme Alcántar, por su ayuda y compromiso con este trabajo.
A los Doctores Alma Alicia Benítez Pérez, José Francisco Martínez Velasco y Hortensia Gómez
Viquez, por sus comentarios tan acertados para mejorar este trabajo.
Al Centro de Investigaciones Económicas, Administrativas y Sociales, por haberme
proporcionado durante este tiempo, nuevos conocimientos que me permitieron crecer personal y
profesionalmente.
GLOSARIO
Anomalía física: Malformación o anormalidad física en el individuo, producida por la herencia.
Anormal: Individuo que se distinguió por sus anormalidades físicas y morales. El criminal se
incluyó dentro de esta categoría.
Antropología Criminal: Ciencia que estudio las características físicas y mentales de los
delincuentes, por medio del método científico.
Antropometría: Ciencia que estudia las medidas exactas, de manera individual en cada ser
humano.
Atavismo criminal: Reaparición de caracteres ancestrales, principalmente de algún tipo de
primate antropomorfo en el criminal, por medio de la herencia producto de la reversión, lo que
derivó en la detención evolutiva de las características físicas, mentales y morales en el
delincuente, lo que provocó falta de sentido moral, impulsividad, insensibilidad y salvajismo.
Criminal nato: Individuo que se caracterizó por una serie de rasgos antropológicos como: altura
anormal del cráneo, frente huidiza y baja, gran desarrollo de los pómulos, orejas en asa,
pigmentación abundante en piel, cabellera rizada y espesa, canicie y calvicie tardías, arrugas
anormales y precoces, agudeza visual, pereza, ausencia de remordimientos, impulsivo,
frecuencia de tatuajes (en su mayoría obscenos), insensibilidad al dolor y afectiva, sentimientos
de venganza, crueldad y caló (uso de lenguaje especial), gusto por el canibalismo, el alcohol, el
juego y sexo.
8
Higiene Social: Programa de saneamiento social que fue implementado primeramente en Puebla
durante el Porfiriato, para eliminar o aislar a los criminales, vistos como individuos
contaminantes del espacio social.
Sociología Criminal: Ciencia que estudió el contexto particular e individual donde vivió cada
delincuente, lo que incluyó aspectos de clima, económicos, culturales, educativos, religiosos,
alimenticios, entre otros, los cuales pudieron influir para cometer algún tipo de delito.
9
RESUMEN
En este trabajo se realizó la descripción, análisis y definición de cual fue el método por el cual
César Lombroso estudio y definió las características de lo que llamó el hombre delincuente,
estudio que se encuentra enmarcado en la historia de la criminalistica, ya que este método fue
utilizado como una base para definir los diversos estudios de la criminalidad, que en ese
momento iba en aumento por causa de la desestabilidad social y económica que vivió Italia a
mediados del siglo XIX, provocada por la unificación italiana, por lo que el Estado tomo las
medidas necesarias para vigilar y controlar al delincuente.
Asimismo, se describen los aportes del método de Lombroso en el área de la criminalística, por
la interdisciplinariedad y por el estudio de aspectos biológicos, psicológicos y sociales del
delincuente, entre otros. Investigaciones anteriores, examinaron la contribución de César
Lombroso en la medicina, antropología criminal y criminología, donde analizaron al personaje y
algunos aspectos considerados como importantes en el área, pero no se analizan los pasos que
siguió para configurar el método a través del cual estableció sus teorías acerca del hombre
delincuente.
Como punto importante en este trabajo, se enfatiza la importancia de lo que él llamó “el hombre
atávico”, término que surgió de sus observaciones hechas en criminales recluidos en prisiones,
hospitales y manicomios; así como experimentaciones realizadas al momento de reconocer a los
delincuentes, mediante evidencias antropológicas, psicológicas, antropométricas, entre otras.
Estos aportes los presentó en obras tales como El Hombre Delincuente, Los Criminales y El
Delito. Sus causas y remedios, las cuales se analizaron en este trabajo, así como su impacto y
aceptación de su método, calificado en su tiempo como eficaz, objetivo y científico, en Italia,
10
Bélgica, Ginebra, Amsterdam, España y Moscú; Buenos Aires, Uruguay, Chile, Colombia y
México.
Se analiza la Penitenciaría de Puebla, pues fue una de las primeras prisiones en el que se
implementó el estudio del delincuente, fundamentado en cuestiones de antropología criminal,
antropometría, fotografía, estadística y psicología, las cuales fueron claves en el método de
Lombroso.
El método de Lombroso puso las bases para la Criminología que nació como ciencia, años más
tarde.
Palabras clave: atavismo, método, Antropología Criminal, criminal, Lombroso.
11
ABSTRACT
This work describes, analyzes and defines the method through which Cesare Lombroso studied
and defined the features of what he called the criminal man, a study which is framed in the
history of criminalistics, because this method was used as a base to define diverse studies on
criminality, that in that time was on a rise as an effect of social and economic instability that
Italy suffered in the mid XIX century, caused by the Italian unification. For this reason the State
took necessary measures to guard and control criminals.
The contributions of Lombroso’s methods in the area of criminalistics are described for the
interdisciplinarity and the study among others, of biological, psychological and social aspects of
the criminal. Previous research has examined the contribution of Cesare Lombroso in medicine,
criminal anthropology and criminology, where he is analyzed, as well as some other aspects of
his work considered important, but this research did not analyze the steps that were followed to
configure the method through which he established his theories on the criminal man.
As an important point in this work, the importance of what he called the “atavic man” is
emphasized, a term which rose from his observations made on criminals secluded in prisons,
hospitals and asylums; as well as experiments made at the moment of meeting the criminals,
through anthropological, psychological, anthropometric evidences.
These contributions were presented on books such as The Criminal Man, The Criminals and
Crime: Its Causes and Remedies; these books were analyzed in this work, along with their
impact and the acceptance of his method, that in its time was considered effective, objective and
scientific in Italy, Belgium, Genève, Amsterdam, Spain and Moscow; Buenos Aires, Uruguay,
Chile, Colombia and Mexico. Puebla’s penitentiary is analyzed, because it was one of the first
12
prisons that implemented the study of criminals, based on subjects like criminal anthropology,
anthropometry, photography, statistics and psychology, all of which were key in Lombroso’s
method. Lombroso’s method set the foundation for criminology which years latter was born as a
science.
Keywords: atavism, method, criminal anthropology, criminal, Lombroso.
13
INTRODUCCIÓN.
Actualmente cuando se habla de Criminología, una referencia importante es César Lombroso, ya
que fue el primer individuo en estudiar al delincuente bajo el método inductivo-experimental,
pero ¿Porqué y cómo lo hizo?.
Para contestar estas preguntas, se procedió a realizar una exhaustiva revisión bibliográfica, se
inició este trabajo ubicando este tema como importante en el estudio de la Historia de las
ciencias sociales, posteriormente, se ubicó la información referente a quién y cómo se ha
abordado en la historia de la criminalística de manera general y particularmente del hombre
delincuente. Una vez determinado el tema de estudio con base, se procedió a identificar a los
personajes, espacios, instituciones y teorías existentes al respecto; y fue Europa el primer espacio
de estudio en el que se ubicaron a los personajes principales del tema, como César Lombroso,
Enrico Ferri y Rafael Garofalo.
El primero considerado el padre de la antropología criminal (antecedente de la criminología),
creador del concepto “criminal atávico”, teoría que explicó por vez primera un hecho social
como fue la criminalidad, como un fenómeno antropológico-psicológico desde un enfoque
evolutivo, que percibió al delincuente como un individuo anómalo físicamente; igualmente la
importancia de sus estudios científicos dentro de la Escuela Positivista, basados en la
observación y la experimentación del criminal, nunca antes realizados y su método utilizado,
mediante ciencias como la Antropología Criminal, la Medicina, la Antropometría, la Psiquiatría
y la Estadística Criminal, además de la gran influencia y aplicación de este método no solo en
Italia, sino en gran parte del mundo, lo que incluyó México.
14
Pero, el hecho de identificar al delincuente como un ser con anomalías físicas, surge de esta
manera la pregunta de investigación, ¿con base en estas anomalías, el hombre es atávico?.
Debido a la abundancia de fuentes documentales y de sitios web encontrados acerca del tema, se
podría decir que es un tema poco importante por el avance en los estudios actuales de
criminalística o que todo está dicho o establecido, pero en la mayoría de los trabajos, se abordó
la importancia de César Lombroso, en relación con el establecimiento y aporte de la
Antropología Criminal al estudio del delincuente, tal fue el caso del artículo publicado en 1999,
“Antropología criminal en el Porfiriato: las escuelas de Alphonse Bertillon y de Cesare
Lombroso”, escrito por Belem Claro Álvarez, y Elia Martha Rodríguez de la Concha, donde se
analizaron los antecedentes históricos de la antropología criminal, desde los griegos y la relación
entre degeneración moral y física, la fisiognomía, la frenología, hasta llegar con el uso de la
ciencia en la teoría del criminal nato de Lombroso. Igualmente, las autoras, plantearon como el
delincuente fue identificado y estudiado bajo la perspectiva antropométrica de Bertillon en la
Cárcel de Belén y el examen antropológico de Lombroso en la Cárcel de Puebla.
Por otra parte, se localizó la contribución que hizo Lombroso al campo de la medicina, como lo
expuso Laura Suárez y López Guazo en “La antropología criminal y su influencia en el campo de
la salud mental en México” (2000), donde la autora observó cómo criminólogos, psiquiatras y
médicos legistas usaron las teorías propuestas por Lombroso en referencia al delincuente atávico
de 1930-1950 en México y la forma en que las aplicaron dentro del campo de la salud mental. En
otro artículo, López Guazo, observó el predominio de las teorías sobre evolución en el trabajo de
Lombroso, en “Evolucionismo, mejoramiento racial y medicina legal” (2005).
15
En el artículo “Tras la huellas de la peligrosidad: la teoría criminológica de Cesare Lombroso en
el siglo XIX” (2015) de Graciela Velázquez Delgado y María Christiansen, se muestra como
Lombroso a partir de la antropología criminal y la antropometría estudió al hombre delincuente,
además de utilizar otras herramientas como la fotografía, para indagar sobre la peligrosidad y el
grado atávico del individuo.
En la obra “Indígenas y criminalidad en el Porfiriato. El caso de Puebla” (2001), escrito por
Nydia Cruz Barrera, se analizó el trabajo realizado por Martínez Baca y Manuel Vergara en la
Penitenciaría de Puebla con los indígenas criminales, enfocado al uso de la antropología criminal
y la antropometría en el método utilizado.
“Medir y civilizar” (2001) de Beatriz Urías Horcasitas, describió los diversos estudios
anatómicos de mediados de siglo XIX sobre caracteres de razas indígenas, a través de
mediciones craneométricas y antropométricas, técnicas que posteriormente hicieron uso Martínez
Baca y Manuel Vergara en sus investigaciones de antropología criminal y la reaparición de
caracteres de razas primitivas en criminales.
El trabajo de Lombroso se expandió al terreno de las patologías mentales y fue María del
Carmen Hilda Schleske Morales, quien lo comentó en “Sujetos a doble condena: los reos del
pabellón de peligrosos en el Manicomio General (1910-1915)”, la autora comentó en este
artículo las visiones y teorías de la criminalidad que imperaron entre 1910-1915 en México, las
cuales consideraron a la corriente positivista de Lombroso con su loco delincuente, al mostrar la
influencia de algunas condiciones psicopatológicas para cometer delitos. También, mencionó
como el Manicomio de la Castañeda integró estos conocimientos científicos de Lombroso, para
asistir al loco delincuente en México.
16
Otros autores hicieron referencia a Lombroso, cuando hablaron de cuestiones criminológicas
como Luis Rodríguez Manzanera en Criminología, cuando analizó la historia de la criminología
y observó a las civilizaciones antiguas, la Edad Media y la llegada de las diversas escuelas
jurídico-penales como la escuela Positivista de Lombroso y Elisa Speckman Guerra, con su libro
Crimen y castigo: legislación penal, interpretaciones de la criminalidad y administración de
justicia. Ciudad de México 1872-1910, donde la autora describió los aspectos principales de la
criminalidad durante el Porfiriato y las escuelas predominantes, como al Escuela Positivista, la
legislación vigente, además de los relatos de crímenes nota roja y la administración de justicia.
Mientras que la cuestión del atavismo, fue incluida en todos los textos anteriormente referidos,
en el libro de Francisco Martínez Baca, Los Tatuages. Estudio Psicológico y México- Legal en
delincuentes militares (1899), se exponen las ideas del atavismo y los delincuentes, aspectos que
Lombroso toca en sus estudios acerca del delincuente.
Igualmente otras investigaciones no estuvieron debidamente documentadas, como el artículo,
“Las teorías criminológicas y la llegada del sistema Bertillon a la ciudad de México, ¿un caso de
éxito?”, escrito por Villegas Terán Karina (2015), pues afirmó que la obra de Los Criminales es
la traducción al español de la obra El Hombre Delincuente, lo que incurre en un error pues son
dos obras escritas por Lombroso, pero la primera publicada aproximadamente en 1889 y la
segunda escrita en 1876.
En todas estas fuentes documentales se habla de los aportes de Lombroso, pero no se explicita el
método a través del cual se valió el autor para definir sus teorías y estudios sobre el delincuente,
entonces en esta tesis se busca responder a preguntas como:
17
¿En qué consistió el método de Lombroso?, ¿Cómo Lombroso llevo a cabo su método? ¿Cuándo
y dónde Lombroso aplicó su método? ¿Cuáles fueron los recursos de los que se valió Lombroso
para realizar su método? ¿Por qué el método de Lombroso fue relevante? ¿Para qué Lombroso
implementó dicho método?, preguntas que al ser respondidas aportaran nuevos conocimientos.
La variedad de fuentes primarias analizadas, permitió una vinculación directa para reconstruir
acontecimientos del pasado. Por lo tanto, fue fundamental la recolección de datos, a partir de la
revisión de documentos, de esta manera se consultaron fuentes primarias o conocidas como
directas, por elaborarse en el mismo periodo del acontecimiento, en este caso las escritas por
Lombroso como El Hombre Delincuente, obra que tuvo en su momento cinco ediciones, la
primera se publicó en 1876 y la última en 1897. Esta obra aportó sus avances en relación a la
Antropología Criminal y constituyó la primera y más importante, donde abordó al delincuente
desde su examen físico y psicológico, comparandólo con el loco delincuente, con lo que
concluyó que todos eran atávicos.
Otra fuente consultada, fue Los criminales, documento elaborado aproximadamente después de
1889 (el texto no contiene el año exacto de su publicación), obra en la cual se presentó la
estructura definitiva de la clasificación de los delincuentes. César Lombroso, expuso sus
resultados acerca de las deformidades físicas encontradas en criminales, (anomalías propias del
atavismo), manifestó sus ideas y observaciones y completo así, con la información de los
expertos, quienes mostraron los resultados obtenidos después de estudiar al criminal y la
aplicación de la antropología criminal y la antropometría. Y por último otro libro consultado fue
El Delito. Sus causas y remedios, el cual mostró todo aquello relacionado al entorno social donde
interactúo el delincuente.
18
Entre las fuentes secundarias, las cuales son de apoyo a la investigación, por elaborarse tiempo
después, se localiza Criminología escrita por Luis Rodríguez Manzanera, personaje destacado y
gran conocedor de la temática.
Dentro de las fuentes consultadas para el caso mexicano, se encuentran: la fuente primaria de
Francisco Martínez Baca, Los Tatuages. Estudio Psicológico y México- Legal en delincuentes
militares, así como otras fuentes secundarias, escritas por Nidia Cruz Barrera, Gerardo González
Ascencio, Laura Suárez y López Guazo, Beatriz Urías Horcasitas, investigadores especializados
en el tema.
Todas fuentes documentales empleadas, se sometieron a un método de crítica, para establecer y
explicar los hechos y procesos históricos, lo que permitió formular hipótesis desde la lectura de
fuentes (por medio de ésta operación se interpretó la información contenida en los documentos),
durante la Crítica Externa e Interna de los documentos y aquellas que emergieron al momento de
integrar los datos acerca del pasado.
De esta forma, se determinó que documentos fueron útiles para interpretar y comprobar las
hipótesis que surgieron a lo largo de la investigación, etapa conocida como crítica de fuentes,
fundamental para llevar a cabo cualquier estudio de tipo histórico y se obtuvo así, un
conocimiento más certero y veraz de los datos históricos.
Las fuentes tomaron un papel fundamental, porque mediante éstas se analizaron y procesaron los
datos, con lo que se infirieron los hechos y procesos estudiados; los datos fueron evaluados,
19
clasificados, criticados, analizados, procesados e interpretados, para elaborar una investigación
histórica y de esta manera cimentar un conocimiento histórico.
El primer capítulo, describe el método de César Lombroso empleado desde sus primeros estudios
en 1859 hasta 1906, cuando asistió por última vez al Congreso de Antropología Criminal, antes
de su muerte ocurrida en 1909. En cuanto al lugar, se centró en la región de Italia (lugar de
origen del personaje a estudiar), donde desarrolló la totalidad de su trabajo profesional y laboral
en relación al delincuente, desde su perspectiva biológica antropológica. Este capítulo muestra
paso a paso como es que Lombroso a partir de inferencias, comenzó a experimentar con el
delincuente.
También, se exponen las críticas a las que se sometió el método de Lombroso, cual fue el
impacto del método de Lombroso, no solo en Italia y el continente europeo, también en América
Latina y principalmente en México, gracias a la difusión y conocimiento, de su método por
revistas, congresos y sociedades científicas, pero en particular debido a las condiciones históricas
que propiciaron la aceptación de su método en penitenciarías, hospitales y su impacto en las
leyes.
En México, se examina la aplicación del método de Lombroso en la Penitenciaría de Puebla
durante 1892, en el contexto del Porfiriato, donde se aplicaron todas las ciencias o herramientas
que utilizó el personaje estudiado para el estudio del delincuente. Asimismo, se explican las
aportaciones que hizo el método de Lombroso, al posterior nacimiento de la Criminología.
20
Con base en los resultados de su método, el segundo capítulo describe la Teoría del Criminal
Atávico, donde se muestra el contexto histórico en que se desenvolvió Lombroso, el cual le
permitió desarrollar sus investigaciones, la forma de llevarlas a cabo, las teorías que consideró de
otros expertos, así como la definición que hace de su teoría, los conceptos que surgen como el
“criminal nato” y otros, al igual que se analiza el grado de atavismo entre delincuentes y locos
delincuentes.
21
CAPÍTULO I:
CÉSAR LOMBROSO Y SU MÉTODO
“... la escuela de la antropología criminal no ha menester de ningún otro testimonio para demostrar que goza, al presente, de una
vida exuberante y consolidada... no exageramos al decir que la antropología criminal ha duplicado en vitalidad e intensidad”.
César Lombroso, Los Criminales.
1.1 Método de Lombroso: Aplicación del método inductivo-experimental al
estudio del delincuente.
Cuando Lombroso dedujo, después de sus observaciones directas con criminales que el hombre
fue atávico por sus anomalías físicas, fundamentos que relacionó con la obra de Darwin, El
Origen del Hombre, comenzó a establecer sus conclusiones y para realizarlas, continúo con sus
estudios de forma particular en cada delincuente, para proseguir con un resultado general de
todos los criminales examinados, característica particular del método inductivo, el cual agrupó
los conocimientos e informaciones aisladas.
Pero la inducción que realizó Lombroso, no solo se basó en datos obtenidos de la observación,
por medio de los sentidos, también requirió de la experimentación, a fin de verificar la veracidad
de las hipótesis, de esta manera, pasó de casos singulares a una totalidad de casos, fundamentado
en información científica, que le dio validez y objetividad, lo que hizo por medio de la
Antropología Criminal, la Antropometría, la Estadística Criminal y la Psiquiatría.
22
Lombroso se vio influenciado por las teorías de otros expertos, a los cuales leyó y retomó sus
obras, para fundamentar su trabajo, como por ejemplo, en el apartado de la Antropología
Criminal, consultó textos de los fisiognomos acerca de la relación entre rasgos faciales y la
conducta moral del delincuente; los estudios craneométricos de Paul Broca donde observó la
forma de medir y estudiar las diversas partes del cráneo y de los frenólogos para examinar el
cerebro; en cuestión de la Antropometría revisó el trabajo de Bertillon para medir al criminal,
también siguió la técnica de la fotografía de este mismo autor; para observar como la herencia
fue un factor clave en cuanto a la criminalidad, uso la técnica de la fotografía superpuesta de
Francis Galton; en cuanto al degeneracionismo, consultó el tratado de Morel y cuando examinó
los tatuajes, acudió a los textos relacionados con la temática del hombre primitivo y esta práctica
habitual, por lo que organizó un conjunto de elementos para llevar a cabo su método
(seguimiento de pasos para llegar a un fin).
A partir de los datos obtenidos, elaboró sus teorías y las comprobó al momento de experimentar
con el criminal, comparó sus resultados con el de otros expertos. Adoptó el método experimental
de las ciencias naturales para estudiar al criminal, concedió el carácter científico a lo que obtuvo
de la observación y la experimentación, por ser datos objetivos y partió así de los datos
particulares, para llegar a proposiciones generales.
Observó y recolectó datos relacionados con las características biológicas, porque “...no hay
entonces regla más adecuada metodológicamente hablando más que la observación perseverante,
el análisis... y en general la abnegada y seria contemplación de lo humano” (Gutiérrez, 2012, p.
23
147) y conoció las causas de la conducta del individuo. El objetivo principal de Lombroso fue
poder identificar y reconocer al criminal, a partir de rasgos anatómicos y mentales.
Como primer paso consistió en realizar una búsqueda exhaustiva de los criminales y acudió a
centros penitenciarios, instituciones de salud mental y hospitales, para localizarlos, inclusive los
buscó en las calles, pues comentó que existieron criminales libres, “... tan numerosos en el
mundo y con los cuales puede fácilmente tropezarse en la vía pública...” (Lombroso, S/F, p.
124); en el caso de que fueran criminales fallecidos, practicó la necropsia, todo en base a su
experiencia profesional y laboral1 en manicomios2 y cárceles3,
Posteriormente, después de verlos de cerca y tener contacto con ellos, uno a uno de manera
individual, inició la fase de la entrevista que elaboró él mismo para conocer más sobre la vida del
criminal, sus costumbres y su familia y lo más importante acerca del crimen cometido, de este
modo ganó su confianza, porque “... la enmienda de los criminales, no pueden ser llevados á la
práctica, si no se está en contacto con los hechos” (Lombroso, S/F, p. 122), para posteriormente
continuar con el examen antropológico.
1.1.1 El estudio antropológico del criminal.
Cuando Lombroso localizó al delincuente y platicó con él, prosiguió con otra parte fundamental
de su método, examinar por medio de la Antropología criminal “... las características físicas y
1
1863 y 1864: Fue docente de Psiquiatría, 1876: Profesor de Medicina Legal de la Universidad de Turín, 1878: Impartió curso de
Psiquiatría y Antropología Criminal, fuera del ámbito universitario, en un convento.
2
1858: Fundó la sección de enfermos mentales en el Hospital de Santa Eufemia en Pavia, 1871: Dirigió el manicomio de Pesaro,
1880: Con su intervención, se aprobó la fundación oficial de manicomios judiciales.
3
1884: Nombrado médico de las cárceles de Turín.
24
mentales particulares a los autores de crímenes y delitos... estudia la personalidad del
delincuente, mediante método científico que es conllevado dentro de la ciencia biológica y
psicológica en general...” (Rodríguez, 1981, p. 61) y analizar otros aspectos del criminal en
relación a su lenguaje, sus costumbres y el uso del tatuaje, dicha ciencia contribuyó con nuevos
descubrimientos que se confirmaron de manera experimental.
Para dar inició a su estudio antropológico, Lombroso examinó las características físicas del
delincuente, entonces tomo en cuenta los estudios de los griegos que vincularon el aspecto físico
con el carácter o moralidad del individuo, teorías que se basaron en la práctica y la intuición4.
De este modo, para estudiar los rasgos faciales, Lombroso aplicó las teorías fisiognómicas5, tal y
como lo mostró en su libro El Hombre Delincuente y analizó los ojos, la nariz, las mandíbulas,
las orejas, los pómulos, el pelo, la barba, los dientes y los labios, para identificar a los criminales,
a pesar de que la fisiognomía implicó conocimientos hipotéticos e imaginarios.
Después, estudió el cerebro y cráneo de los delincuentes, lo que hizo con la ayuda de la
frenología6 y obtuvo como resultados que los cleptómanos presentaron una fusión congenital de
los lóbulos frontales, algunos asesinos tuvieron atrofias de las circunvoluciones frontales del
lóbulo occipital y que los estafadores mostraron una destrucción de las raíces de la
circunvolución frontal superior.
4
Personajes como Aristóteles, Sócrates, Hipócrates y Platón, estudiaron las líneas de las manos, los pies, la frente y el ombligo.
La escuela de los fisonomistas surgió en 1586, su principal representante fue G. B. della Porta (hoy conocido como precursor de
la antropología criminal), el cual en su tratado Fisiognómica, relacionó las diversas partes de la cara, como signos que revelaron
los sentimientos del individuo.
6
Ciencia que surgió en Europa durante el siglo XVIII, estudió la forma y las protuberancias del cráneo que corresponden a
algunas cualidades del cerebro como capacidades intelectuales, morales o animales. Su principal representante fue Franz Gall
(1758-1828), médico alemán.
5
25
Luego, en el caso del estudio del cráneo, Lombroso retomó la craneometría propuesta por Paul
Broca7 (1824-1880), con la cual consiguió información relacionada a los cráneos de asesinos y
salteadores de caminos que tuvieron, senos frontales muy pronunciados, una capacidad más
grande de las fosas craneanas occipitales y aplanamiento unilastral de la frente y del occipucio,
estos resultados los comparó con
“... fósiles humanos prehistóricos o restos de hombres
primitivos procedentes de diversas expediciones antropológicas” (Pérez, 2004, p. 233); también
examinó la capacidad craneal y cerebral, circunferencias anteriores y posteriores, índice vertical
y frontal, índice cráneo-mandibular y capacidad del centro occipital, porque la cabeza presentó
para él una de las anomalías más vistas en criminales, como el hoyuelo en medio del occipital.
Posteriormente, estudió las características mentales, como: la inteligencia, la memoria, la
imaginación, los sentimientos y la voluntad.
También analizó las formas de expresión del criminal, la primera a través de la escritura, donde
descubrió que los criminales escribieron con letra dura, grosera, enérgica y prolongación de
letras (T y R enormes), sobre todo en bandidos y homicidas; los gestos fueron el segundo aspecto
importante expresivo, ya que por medio de éstos, los criminales expresaron sus pensamientos y
la manera de caminar, conocida como marcha donde Lombroso percibió en su obra Los
Criminales que el paso izquierdo de los criminales fue más largo que el derecho, contrario al de
las personas honradas.
En tercer lugar, estudió el lenguaje usado por los criminales denominado caló, porque de acuerdo
a Lombroso, “Ellos hablan diferente a nosotros, porque ellos no sienten de la misma forma,
7
Fundador de la Sociedad Antropológica de París en 1859.
26
hablan como salvajes, porque son verdaderamente salvajes en medio de la brillante civilización
europea” (Velázquez y Christiansen, 2015, p. 248), refiriéndose al término nosotros, como los
individuos honestos que nunca cometieron ningún crimen.
Lombroso midió la intensidad al dolor8 y reportó que los criminales soportaron los eventos más
dolorosos, como cuando relató en Los Criminales un evento que ocurrió en la cárcel, donde un
asesino que trabajó como albañil, fue reprendido y se aventó de un tercer piso, aproximadamente
a una altura de 9 metros, lo cual no le afecto en nada, pues se levantó y continúo con su andar y
esta ausencia de dolor fue conocida como analgesia o disvulnerabilidad equiparada con una
insensibilidad moral; en cuanto a los sentidos, Lombroso los analizó, después de verter
soluciones acuosas en el osmómetro (contenedor para poner las soluciones), y las dio a oler a los
criminales, como resultado observó que la intensidad odorífica fue menos desarrollada, en estos
individuos que en personas honestas, aunque los homicidas en específico, la actividad presentada
fue enorme y precoz.
Para tener un análisis más completo del criminal, midió la reacción cardiaca, el pulso y la presión
sanguínea.
Así, el estudio antropológico del crimen mostró el origen del delito, lo que permitió conocer el
verdadero comportamiento humano, a partir de estudios científicos. Aunque los estudios en
donde se relacionó la anatomía del individuo con su carácter, surgieron desde antes de
Lombroso, este se distinguió por hacer uso de ellos, al aplicarlo al delincuente. Lo novedoso y
diferente de la Antropología Criminal, fue la aplicación de otras ciencias, con la cual se conoció
tanto de manera externa como interna al delincuente, haciendo algo más completo y objetivo.
8
Para realizar esta operación, Lombroso empleó el algómetro eléctrico.
27
Además fue una ciencia relevante que Lombroso consideró necesaria incluirla en la enseñanza de
los conocimientos carcelarios para conocer a detalle al hombre criminal, asimismo fue
fundamental en la medicina legal y en materia penal, ya que los médicos y los juristas
controlaron al delincuente tanto en tribunales como en manicomios, basándose en esta ciencia.
1.1.1.1Análisis del tatuaje en el criminal.
Para continuar con su análisis antropológico, Lombroso observó con detenimiento al delincuente
en busca de señas particulares como cicatrices, marcas, pero sobre todo puso énfasis en el uso del
tatuaje, porque para él fue el sello distintivo del atavismo.
El estudio del tatuaje para Lombroso, inició cuando proporcionó asistencia médica a los soldados
del ejército piamontés y contempló un elevado número de soldados denominados por él,
deshonestos (por ser brutales y no contar con educación) que mostraron en sus brazos y pecho,
tatuajes obscenos. Luego analizó que de “... 10 234 tatuados de los cuales 6,348 eran criminales
o prostitutas o soldados delincuentes... un alto número de los tatuados tenían desviación...”
(Narváez, 2005, p. 310).
Cabe mencionar que Lombroso elaboró un análisis del tatuaje en el hombre primitivo y el
criminal, para observar las similitudes y diferencias. Los resultados le mostraron que en el
primero, el tatuaje fue una especie de adorno sencillo, considerado obra de arte o figura
decorativa que en muchas ocasiones fue parte de sus costumbres; pudo manifestarse como líneas
28
de colores que pintaron en diversas partes de su cuerpo como manos, pies, uñas, labios, rostro o
piernas; también fue un tatuaje el teñir cabello, barba o dientes de algún color.
Después, al momento de platicar con los delincuentes, pudo informarse que el hábito de tatuarse
comenzó durante la infancia entre los nueve y diez años por todo el cuerpo, entonces comparó
estos datos con los que obtuvo del hombre primitivo y examinó que éste último sólo lo realizó en
brazos y pecho.
Por lo tanto, cuando adjuntó todos los resultados anteriores y los que fueron surgiendo en el
transcurso de sus estudios, llegó a la conclusión que el tatuaje fue un rasgo que identificó a los
criminales, por ser una operación dolorosa. Esa resistencia al dolor fue nombrada por Lombroso
como analgesia, la cual fue común entre hombres primitivos, salvajes y que esa insensibilidad
física en los criminales, “... fue duplicada por una moral, en la mayor parte de ellos se carece
absolutamente” (Velázquez y Christiansen, 2015, p. 243).
Imagen 1: Tatuajes en el criminal (tomado de http://www.taringa.net)
29
En la Imagen 1, se presentan tatuajes en diversas partes del cuerpo del criminal, mostrados en el
libro El Hombre Delincuente. Y aunque Lombroso admitió que el tatuaje también se localizó
rara vez en personas honradas, los tatuajes de los criminales fueron más evidentes y notables por
su proporción, intensidad, difusión y por tener un “... esprit violent, vindicatif, entraîné à des
actes désespérés. L'un d'eux avait sur la poitrine, entre deux poignards, cette farouche menace :
Je jure de me venger...”9 (Lombroso, 1887, p. 207), con lo que fue evidente los aspectos más
oscuros del alma criminal, “La obscenidad, la jactancia del crimen y el contraste por demás
extraño de las pasiones más perniciosas y de los sentimientos más delicados” (Lombroso, S/F, p.
46).
Los criminales, de acuerdo a Lombroso, se tatuaron figuras eróticas que manifestaron “... deseos
de venganza, o indican la forma en que esta se producirá cuando logren salir de prisión” (Pérez,
2004, pp. 236-237), que inclusive no encontró esta forma de adorno ni en los salvajes, asimismo
fue una marca de contraseña entre asociaciones de criminales o señal de reconocimiento.
De esta manera, observó que el tatuaje no tuvo el mismo propósito para el hombre primitivo y
para el criminal, asimismo lo que se expresó a través de ellos fueron sentimientos muy
diferentes, ya que el tatuaje del criminal en su mayoría fue violento. En el caso del estudio a
locos delincuentes, Lombroso concluyó que en los locos, los tatuajes fueron considerados figuras
simbólicas y entre los criminales, fueron manifestaciones atavísticas.
9
(“...mente violenta, vengativa, impulsados a cometer actos desesperados. Uno de ellos fue en el pecho entre dos dagas, esta
feroz amenaza: Juro venganza”).
30
1.1.2 Identificación criminal.
El siguiente paso en su método, fue identificar al criminal y Lombroso lo hizo, mediante dos
formas que se dieron en Europa: la primera fue por medio de la fotografía en 1851, cuando se
inventó el papel y la segunda fue a través del uso de la antropometría, propuesta por Bertillon en
1879, pero aplicada hasta 1882 en París.
1.1.2.1 Uso de la fotografía.
Cuando Lombroso terminó de analizar al delincuente de manera antropológica, necesitó pruebas
de todo lo obtenido, pues recibió muchas críticas hacia su trabajo el cual fue calificado como
parcial. Ante dicha situación, para verificar sus teorías con un soporte visual y llenar ese vacío,
usó la fotografía, por ser una herramienta útil para ciencias como la medicina, la antropología y
la psiquiatría, para conocer a fondo la apariencia humana.
De esta forma, Lombroso empleó la técnica de Bertillon, usada anteriormente en París, la cual
consistió en un sistema de registro visual de los criminales, en base al retrato fotográfico de
frente y de perfil10, muy diferente al retrato social, porque fue capturado con aspectos de luz,
distancia y fondo específicos, porque estas características permitieron uniformar los retratos de
los criminales y mostraron los ángulos precisos que se debieron identificar.
10
La creación de fichas de criminales, donde Bertillon utilizó la fotografía y la antropometría, fue el primer instrumento de
identificación judicial, conocido como Bertillonaje.
31
Lombroso, pudo justificar “...así sus hallazgos; por otro, observar, en esas fotografías, detalles de
aquellos cuerpos enfermos...” (Guixa, 2012, p. 64) que por lo general fueron olvidados y aplicó
la técnica semiológica para evidenciar, los rasgos fisiognómicos como orejas, nariz, ojos,
pómulos, boca y cabeza que posteriormente fueron características necesarias para elaborar los
retratos hablados y capturar a los criminales de manera más rápida.
Imagen 2: Fotografías criminales italianos (tomado de https://entrerejas.wordpress.com)
Sus primera imágenes, las mostró en “... la tercera edición de L’uomo delinquente en 1884
sirviendo, por ejemplo, de base para el Atlante publicado como apéndice separado a la última
edición de 1896-97” (Martínez y Serrulla, 2008, p. 187), donde compartió 424 imágenes de
criminales de Lombardía y Piamonte, después de sesiones fotográficas que él mismo llevó a cabo
en la prisión de Pavia donde trabajó, tal y como se muestra en la Imagen 2 con fotografías
expuestas en su libro El Hombre Delincuente, también uso materiales de otros científicos como
gráficas, mapas, imágenes de tatuajes y otras fotografías.
32
Para estudiar los cráneos de los criminales, Lombroso adoptó el método fotográfico de Galton11,
el cual consistió “...en superponer varias fotografías de diferentes rostros en cuyas múltiples
exposiciones surge un tipo de rostro, archivado en una imagen singular...” (Grigoriadou, 2001, p.
45), de este modo, se visualizó, por medio de la comparación entre criminales, gente honesta y
familiares, cómo la herencia pudo predisponer al crimen, postulado que fue resultado del
concepto de Eugenesia12. Por medio de la fotografía compuesta galtoniana, dijo Lombroso,
encontró como entre los cráneos de asesinos y de salteadores de caminos, hubo un gran parecido.
A partir de todas las fotografías recolectadas a lo largo de su trabajo, identificó, clasificó y
comparó al individuo, pues las imágenes fueron consideradas objetivas y precisas que aportaron
conocimiento. Durante el siglo XIX, las características físicas de los individuos fueron vistas
como “... marcas de identidad entran en un régimen de vigilancia y control, de observación y
anotación, de examen y archivo, en otras palabras se convierten en pruebas científicas”
(Grigoriadou, 2011, p. 40), lo que colocó al cuerpo como el principal objeto de estudio.
La fotografía cumplió con su cometido, porque no solo identificó al criminal, sino que también
evidenció aquellas anomalías físicas que diferenciaron al delincuente del hombre honrado, a
simple vista. La fotografía, fue complementada posteriormente con los datos antropométricos, lo
que le permitió a Lombroso generar información y presentar al cuerpo humano como elemento
clave para detectar la peligrosidad.
11
12
Sir Francis Galton (1822-1911), considerado fundador de la antropometría, de la genética cuantitativa y padre de la Eugenesia.
Consistió en mejorar la raza, eliminar a los degenerados y a todos aquellos que actuaron hacia el mal.
33
1.1.2.2 El examen antropométrico del criminal.
Para tener pruebas aún más detalladas de las diversas partes del cuerpo del criminal, Lombroso
utilizó la Antropometría13, para conocer las medidas y relaciones numéricas exactas, lo que
estableció “...la singularidad de cada ser humano... Los señalamientos antropométricos se
componen esencialmente para cada sujeto examinado de diversas longitudes huesosas, siempre
las mismas en un orden uniforme...” (González, 2005, pp. 580-581), así Lombroso se ajustó, al
método de Bertillon14, para examinar las dimensiones diferentes de los huesos en cada persona.
Lombroso siguió dicho sistema y tomó “...11 medidas corporales: estatura, diámetro longitudinal
de la cabeza; longitudes del pie izquierdo, del dedo medio izquierdo, máxima de los brazos, del
codo izquierdo, de la oreja derecha, anchura de la oreja derecha, diámetro transverso máximo,
braza y busto...” (Claro y Rodríguez, 1999, p. 113), con las cuales se tuvo un conocimiento
científico del delincuente y lo hizo con la ayuda del taquiatropómetro, graduador anatómico que
aportó “... las medidas más importantes del cuerpo, facilitando ... aun á aquellos pueblos
totalmente ayunos de conocimientos científicos, la práctica de la antropometría...” (Lombroso,
S/F, p. 34). La imagen 3 muestra cómo se realizó la medición de las diferentes partes del cuerpo
con los instrumentos requeridos.
13
Las medidas antropométricas solo se tomaron en individuos a partir de los veinte años, ya que de acuerdo a los expertos, fue la
edad en la que el ser humano dejó de crecer, por lo que no se llevó a cabo en reos más jóvenes, aun cuando la población de
penitenciados fue desde los dieciocho años.
14
Alphonse Bertillón (1853-1914), jefe en 1880 del Departamento de la Identidad Judicial de la policía de París. Posteriormente
cuando fue nombrado asistente de laboratorio fotográfico, se dio cuenta de la dificultad para identificar y reconocer a los
criminales.
34
Imagen 3: Medición del criminal (tomado de http://criminoticias.blogspot.mx).
Otras partes del cuerpo criminal, se tuvieron que describir, como las de la cara:
Nariz (recta, saliente, arqueada), pómulos (salientes, flacos o llenos), ojos (globo ocular-salido o
saliente), párpados, globo visual (pupila aureola, iris), el cual tuvo que ser clasificado según los
colores, azul, amarillo, anaranjado, castaño, pardo, negruzco o marrón, forma de la cara
(rectilínea, angulosa o semilunar), color de piel, cuello, cejas (arqueadas, rectas, largas, cortas,
anchas, estrechas, juntas, separadas), frente, cabello, presencia o ausencia de pecas, lunares,
verrugas, entre otros.
Lombroso, siguió al pie de la letra, todas las mediciones correspondientes tal y como lo
manifestó Bertillon en su obra Instructions signalétiques y utilizó las abreviaturas
correspondientes para cada parte del cuerpo. Para Lombroso fue primordial está ciencia en su
método, porque ayudó a identificar criminales y diferenciarlos de la gente honrada, de esta
manera “... relató el caso de un hombre de apellido Rossi que había sido... confundido con un
35
salteador de caminos. Sin embargo, el hombre era una persona honrada, lo que se descubrió
mediante un examen antropométrico...” (Lombroso, S/F, p. 124).
Entonces, después de medir a un gran número de criminales, Lombroso llegó a la conclusión de
que estas medidas marcaron un patrón, es decir, a cada característica física presentada por el
delincuente, se le atribuyó una especie de delito, por ejemplo, los carteristas tuvieron manos
largas, los violadores por el contario manos cortas, los estafadores presentaron largas
mandíbulas, los falsificadores se caracterizaron por una circunferencia craneal grande, los
asesinos se reconocieron por ojos pequeños, nariz encorvada, orejas de asa, escasa barba, poco
cabello, frente pequeña y huidiza, mandíbulas voluminosas y cerebros poco voluminosos, los
vagabundos tuvieron anomalías como hernias, reveladoras de debilidad física y moral, los
violadores, asesinos, salteadores de caminos y estafadores, presentaron una disminución de la
sensibilidad, los estupradores, fueron de peso elevado, brazos y manos cortas, frente estrecha,
anomalías nariz, los saltadores de caminos se caracterizaron por cabellos y barbas espesos y
presencia de pecas, los epilépticos tuvieron ausencia o retraso de canicie y calvicie.
Por lo tanto, si para Lombroso las características físicas, hicieron al delincuente lo que fue, éstas
fueron necesarias para conocer el carácter del delincuente y por consiguiente su comportamiento,
la Antropometría fue fundamental para contar con una identificación criminal.
El sistema antropométrico, se enriqueció con la fotografía del delincuente y se elaboró una ficha
personal para cada criminal, tal y como lo hizo Bertillon, porque fue un método eficaz, que no
solo comprendió aspectos generales como nombres, edad, profesión, estado civil, crimen
36
cometido, sino también todas aquellas características detalladas del cuerpo criminal, que le
funcionó a Lombroso para identificar y clasificar a los criminales, por medio de las medidas
físicas, sus rasgos atávicos.
1.1.3
Revisión de la herencia y el proceso del degeneracionismo en el
criminal.
Ya obtenidas las características antropológicas, tanto físicas como mentales y las pruebas de ello
por medio de la fotografía y la antropometría, fue para Lombroso muy importante conocer los
aspectos relacionados con la herencia. Para explicar cómo las anomalías del comportamiento
humano y las físicas fueron resultado de la herencia, Lombroso tomo en cuenta la teoría
degeneracionista formulada por el médico Benédict Augustín Morel en Francia a mediados del
siglo XIX, el cual argumentó que las anomalías físicas y tendencias hacia la criminalidad, fueron
debido a un proceso de degeneración al momento de la herencia familiar, lo que vinculó
Lombroso con el atavismo.
El degeneracionismo le permitió a Lombroso, clasificar a los delincuentes a partir de rasgos
corporales y patologías mentales. En su obra El hombre delincuente de 1876, el delito para
Lombroso fue algo determinado por causas biológicas de origen hereditario.
Lombroso por medio de la entrevista a delincuentes, se percató que de 104 criminales, “71
presentaban fenómenos hereditarios, 20 tenían el padre alcohólico, 11 madre alcohólica, 8 el
padre criminal, 2 la madre delincuente, 3 el padre loco meningítico, 5 la madre loca o
37
epiléptica... 14 tenían hermanas o hermanos criminales...” (Cazeneuve, 1925, p. 141), pero
fueron datos no oficiales y como se observa, tampoco científicos. En este caso, se tuvo que
considerar el medio en el que vivió un delincuente y los familiares que cometieron algún acto
criminal, porque pudo no solo ser heredado, sino también aprendido.
Estos postulados, llevaron a Lombroso mencionar que “...en el patrimonio hereditario de algunos
individuos, existen gérmenes característicos de un pasado ancestral y, en algunos casos... aquel
pasado resurge..., llevando a un comportamiento salvaje” (Suárez, 2000, p. 693), así tanto el
delincuente alcohólico, el histérico, como el epiléptico transmitieron esas anomalías a sus
familiares por medio de la herencia.
1.1.3.1 Epilepsia.
Dentro del aspecto hereditario, la epilepsia y el alcoholismo, de acuerdo a Lombroso, estuvieron
relacionados directamente con el atavismo. Para fundamentar sus argumentos, Lombroso retomó
a Henry Maudsley, psiquiatra inglés que afirmó en su libro El crimen y la locura que la
epilepsia, fue la causa de crímenes feroces y que después de cometidos se olvidaron los hechos.
En su obra Medicina Legal, Lombroso argumentó, “Cuando un homicidio es cometido sin
motivo aparente y su acusa es inexplicable, la instrucción puede descubrir que el autor del
crimen está fecto de epilepsia” (Suárez, 2000, p. 694).
Lombroso examinó al loco moral, el delincuente nato y el criminaloide, y encontró que fueron
los más propensos a presentar características epilépticas, al igual que los homicidas, el pirómano
38
o el cleptómano, esto les provocó un cambio de carácter de bondadoso a peligroso y cruel, a
diferencia del delincuente ocasional que no mostró epilepsia alguna.
También dedujo que el epiléptico sufrió de “... alteraciones del sentido moral y la afectividad... la
hiper-excitabilidad fisio-psíquica y, sobre todo por el desequilibrio de las facultades psíquicas...
presentan siempre lagunas, contrastes é intermitencias excesivos” (Lombroso, 1902, p. 508).
1.1.4 Evaluación de la influencia de los factores sociales en el criminal.
La influencia de factores externos, como las condiciones de vida, el entorno en que vivió el
delincuente, el clima donde creció, sus costumbres, su condición económica, el ambiente y otros,
fueron fundamentales para la presencia o fomento de comportamientos atávicos.
A continuación se muestran solo algunas de las cuestiones sociales examinadas por el personaje,
por falta de información y de fuentes. Después de una búsqueda exhaustiva de fuentes
documentales, solo se tuvo acceso a dos capítulos de la fuente primaria El Delito. Sus causas y
remedios y de una fuente secundaria El Detectivismo Práctico.
a) Clima.
La excitación del sistema nervioso en los criminales fue variable, porque dependió de la
intensidad de la temperatura y de la radiación solar emitida, lo que produjo alteraciones en las
funciones fisiológicas, comentó Lombroso en su libro.
39
Al contario, en climas fríos, donde el individuo ante la necesidad de alimento y abrigo mejores
para sobrevivir a tan bajas temperaturas, requirió de más esfuerzo físico del acostumbrado para
conseguirlos, le hizo perder vitalidad, aunado al efecto depresivo que causó este clima, por lo
que el sistema nervioso se encontró apacible y relajado, por lo tanto existió un mínimo o casi
nulo número de criminales, afirmó Lombroso.
b) Alcoholismo
Tanto en climas calurosos como fríos, el alcoholismo influyó sin lugar a dudas en todos los actos
criminales, pues exaltó el sistema nervioso y el cerebro de manera anormal, lo que impulsó al
delito y transformó al individuo más tranquilo y noble, en alguien peligroso por una fuerza
brutal, pues “Casanova confesaba que, al estafar, no premeditaba, y que le parecía ceder á una
voluntad superior. Un tomador me decía también: Cuando llega la inspiración, no podemos
resistirla” (Lombroso, 1902, p. 511).
El consumo en menor o mayor medida del alcohol, estuvo supeditado a su precio y esto a su vez
provocó cierto tipo de crímenes, pues cuando su precio fue bajo, aumentaron”...los delitos contra
las personas y contra la Administración pública, y cuando va caro, los delitos contra la
propiedad; ofreciendo, además, la extraña contradicción de disminuir paralelamente los delitos
graves en los lugares donde se abusa más...” (Lombroso, 1902, pp. 513-514), esto debido a que
Lombroso explicó que a mayor civilización, favoreció la inhibición y esto a su vez disminuyó los
delitos más feroces. Muchos de los criminales estudiados por Lombroso, consumieron alcohol
desde la niñez.
40
Aparte del alcohol, también se consumió tabaco, opio, morfina y cocaína, sustancias que
causaron la pérdida el sentido moral, lo que causo actos de homicidio, estafa o delitos contra las
costumbres.
Lombroso reconoció que la bebida más peligrosa fue el vino, por tener una concentración mayor
que los demás licores.
c) Pobreza/Riqueza.
No solo cuando el individuo se encontró ante una escasez económica, los delitos aparecieron
sino que la riqueza, fue otro factor detonante de los sucesos criminales, porque los pobres
observaron los bienes de los otros con codicia por obtenerlos, lo que elevó los actos criminales
como las lesiones, según Lombroso.
La abundacia excesiva, causó poder desmedido, despotismo, abuso del alcohol y otras sutancias,
lo que llevó a los hechos criminales, aunque se redujeron “... algunos crímenes feroces,
especialmente homicidios y asesinatos; pero aumentando y creando otros nuevos, como las
falsedades y estafas. La carestía favorece directamente los hurtos campesinos, falsedades, etc.,
rebeliones é incendios; pero la abundancia multiplica las violaciones, lesiones y homicidios”
(Lombroso, 1902, p. 513).
d) Imitación.
Lombroso manifestó en su libro El Hombre Delincuente de 1876, que algunos tipos de
delincuentes como los pasionales, se convirtieron en profesionales del crimen, después de salir
de la cárcel, ya que su estancia en dichos lugares los empeoró, reflexión que retomó en su libro
41
El Delito. Sus causas y remedios, Lombroso expresó que esto se debió a la instrucción y a la
asociación dentro de estos sitios y provocó en muchas ocasiones la reincidencia.
Igualmente, la publicación de los crímenes de nota roja o conocidos como sensacionalistas en la
prensa, promovió la imitación de nuevos delitos en forma parecida a los ya ocurridos, por lo que
Lombroso opinó sobre la prohibición “... la publicación en los diarios, de noticias demasiado
extensas, obscenas y calumniosas ... restringir la publicidad de la crónica de los tribunales
criminales” (Lombroso, S/F, pp. 122-123).
1.1.5 Aplicación de la estadística criminal.
Para finalizar su método, Lombroso presentó como medio de prueba a través de datos
cuantitativos, todas las medidas antropométricas, las cuales fueron los primeros elementos con
los que reconoció al hombre delincuente, agrupadas en tablas o gráficas, las cuales elaboró con
ayuda de la estadística criminal, pues ésta contribuyó a obtener una visión objetiva y científica
del comportamiento humano, véase la imagen 4 donde se observan los resultados obtenidos de
los criminales, comparados con los de gente honrada.
42
Imagen 4: Tabla estadística del texto Los Criminales (tomado de Lombroso, César (S/F), Los Criminales,
Con la estadística recolectó datos de la observación y la experimentación y cuya “...organización,
presentación, análisis e interpretación, deben ser meticulosamente seguidos... Los resultados
estadísticos se refieren a la generalidad, y no son aplicables al caso particular...” (Rodríguez,
1981, p. 53). La estadística fue la ciencia que midió la desigualdad y describió las bases
biológicas de un problema social.
Lombroso manifestó la importancia del uso de la estadística, para confirmar datos y observó que
mediante el uso de ésta tuvo, datos para apoyar sus teorías. Además, juzgó importante que ésta
ciencia, así como la antropología y la psicología, fueran incluidas en un curso de instrucción en
las penitenciarías.
Por medio de la estadística, mostró los datos básicos para reconocer al delincuente, datos que
posteriormente analizó y procesó, porque los conjuntó con otros datos relacionados a los tatuajes,
los rasgos hereditarios, las condiciones sociales donde se desarrolló el delincuente y la
fotografía.
43
Después Lombroso interpretó esos datos y obtuvo información completa sobre el criminal;
asimismo la información fue comparada entre los criminales, tanto vivos como muertos y con la
población honesta, para analizar las diferencias, con lo que elaboró “... 400 autopsias forenses,
más de 6,000 análisis de delincuentes vivos, además de realizar más de 25,000 observaciones de
reclusos de varias prisiones europeas” (Velázquez y Christiansen, 2015, p. 241).
Dos obras importantes en relación a los criminales: El Hombre Delincuente15 y Los Criminales16,
mostraron tablas y gráficas con los resultados estadísticos obtenidos, en la primera se mostraron
de manera detallada en porcentaje las medidas antropométricas, mientras que en la segunda lo
hizo de manera general.
1.2 Fases del método de Lombroso.
Así, se pueden mostrar por medio de este cuadro, las diversas fases del método de Lombroso,
para
entender
como
lo
aplicó
al
delincuente.
15
Los resultados expuestos en este libro, fueron después que examinó 383 cráneos de delincuentes italianos y 5,907 estudios de
antropología criminal en delincuentes vivos.
16
Cabe señalar que la obra Los criminales, no es la traducción al español de El Hombre Delincuente, tal y como mencionó
Karina Villegas Terán en su artículo “Las teorías criminológicas y la llegada del sistema Bertillon a la ciudad de México, ¿un
caso de éxito?” y otros autores que afirmaron lo mismo, pues fueron dos obras completamente diferentes, aunque relacionadas
con la misma temática.
44
FASES DEL MÉTODO DE CÉSAR
LOMBROSO
1. Ubicar el espacio
donde se encontraron
los
criminales:
Hospitales, prisiones,
manicomios o vía
pública.
2. Entrevistar al
criminal,
para
conocer sobre su
vida, su familia,
sus costumbres y
sus
delitos
cometidos.
3. Llevar a cabo un
estudio antropológico y
examinar
sus
características físicas,
psicológicas, formas de
expresión
(escritura,
lenguaje, gestos, forma
de caminar), además
del uso del tatuajes.
4. Elaborar un análisis
del tatuaje en el
criminal, a partir de una
comparación con la
gente honesta y el
hombre primitivo.
6. Revisión de la
herencia
y el
proceso
del
degeneracionismo
en el criminal.
7. Evaluación de la
influencia de los
factores sociales, como
cuestiones climáticas,
culturales, económicas,
educativas, religiosas,
entre otras.
8. Aplicación de la
estadística
criminal,
para agrupar datos
cualitativos
y
cuantitativos que se
compararon entre gente
honesta y delincuentes.
5.
Identificación
criminal:
*Toma de fotografías
de forma individual,
para
reconocer,
clasificar y comparar
al delincuente.
* Llevar a cabo un
examen
antropométrico, para
conocer las medidas
corporales exactas de
45
1.3 Críticas al método de Lombroso.
Durante el siglo XIX, mientras elaboró su método y planteó su teoría, Lombroso recibió
críticas de otros científicos a las cuales respondió y argumentó acciones a favor de sus
teorías. Entre sus principales detractores a una de sus teorías planteadas por Lombroso, fue
Francis Galton, ya que no estuvo de acuerdo en que existieran criterios objetivos, al
relacionar la medida corporal con la conducta del individuo, porque Lombroso mencionó
que el delincuente presentó una característica particular, de acuerdo al delito cometido, es
decir, una especie de patrón. A esta crítica, Lombroso explicó que no era solo “...catalogar
medidas particulares sino, ante todo, de detectar disposiciones anatómicas concretas que
permitieran establecer una taxonomía morfológica, y un patrón físico, especial en el
delincuente” (Pérez, 2004, p. 235).
Otro detractor del método seguido por Lombroso, fue Enrico Ferri quién criticó que no
tomara en cuenta la influencia de ningún aspecto social en el criminal, como el clima donde
vivió, las posibilidades económicas con las que contó, inclusive el consumo de alcohol u
otras sustancias. Ferri argumentó que su teoría fue reduccionista porque no tomó en cuenta
los factores sociales, culturales y económicos que influyeron en el criminal; asimismo le
comentó la importancia de analizar el medio y las condiciones donde los individuos se
desenvolvieron, pues estos factores pudieron ser motivo para cometer algún delito, por lo
que Lombroso hizo un exhaustivo análisis a esta cuestión.
De esta forma la sociología criminal permitió “...comprender así las causas del delito en
cada contexto particular, entendiendo que el delito es un síntoma de una patología
individual y social” (Galfione, 2012, p. 8), entonces la explicación del comportamiento
46
delictivo que hizo la antropología criminal se complementó con el aspecto social y las dos
ciencias fueron capaces de prevenir el delito.
Al considerar estas críticas, Lombroso escribió el libro El delito. Sus causas y Remedios
(1899), en el cual explicó que los efectos del clima, los aspectos geológicos, la
alimentación, el origen de la raza, cuestiones de migración, el aspecto económico, la edad,
el sexo, la religión, el alcoholismo, entre otros, influyeron en la conducta del criminal.
Respecto al uso del tatuaje y la forma en que Lombroso lo relacionó con el criminal por ser
una distinción atávica, el Juez de Instrucción de Sarlat, en Italia, el Sr. Tarde, comentó “...
en ciertas clases inferiores de las poblaciones civilizadas, entre los marineros y aun entre
los soldados, pero sobre todo en el mundo de los delincuentes, nunca en los locos, notamos
que se practica...el uso de hacerse incisiones figurativas en la piel” (Martínez, 1899, p.
115), pero no por atavismo, sino por imitación de los delincuentes que siguieron la moda
importada del tatuaje que marineros y militares se realizaron.
Lombroso contestó a dicha crítica, que cuando el tatuaje se encontró entre campesinos,
marineros, soldados, obreros y pastores o en otras personas normales y honradas fue de
carácter nuevo y presentado en muy raras ocasiones, a diferencia del criminal que fue en
proporción considerable y constante.
También el Sr. Tarde le comentó a Lombroso que en las comunidades salvajes, hubieron
“... normas que permiten una perfecta convivencia, ... que en estos grupos la delincuencia
casi ni existe, y que si bien a los ojos de un hombre civilizado algunas conductas del salvaje
47
pueden parecer crueles e inhumanas... es porque se desconoce su psicología...”
(Valdovinos, 2007, p. 386).
Otra crítica que recibió Lombroso relacionada con el tatuaje, fue la del médico legista, Dr.
Lacassagne, el cual le comentó que el tatuaje lo usaron los criminales para expresar sus
ideas, ya que fueron personas analfabéticas y no fue por el atavismo.
Por otra parte, el Sr. Proal, quién ocupó el cargo de Magistrado del Tribunal de Apelación
en Italia, manifestó que el tatuaje fue de uso común entre los salvajes por afición al adorno
o por indicar a que tribu o familia pertenecieron, Lombroso respondió que el criminal
descendiente de pueblos primitivos, sí practicó el uso del tatuaje por seguir las tradiciones
antiguas, sobre todo en lugares como Lombardía, Piamonte y Las Marcas, ya que fueron de
origen céltico, pero en el criminal el uso fue desmedido, lo que proporcionó su estado de
insensibilidad al dolor.
De manera general, a Lombroso se le criticó la forma en que hizo sus deducciones de
hechos aislados en el caso de relacionar, por ejemplo, un cráneo asimétrico o cualquier otra
parte del cuerpo que fuera anómala con la conclusión de que fueran delincuentes, a lo que
respondió que cuando el individuo presentó varias anormalidades físicas y que estas se
observaron continuamente en sus estudios a criminales, solo de esta forma podía confirmar
sus inferencias.
48
1.4 Impacto del Método de Lombroso en Italia, el continente europeo y América
Latina.
El trabajo de Lombroso se difundió por medio de los Congresos Internacionales de
Antropología Criminal que a continuación se mencionan, a los cuales acudieron un gran
número de expertos interesados en el estudio del delincuente desde el punto de vista de la
Escuela Positivista.
En 1885, aconteció el primer Congreso en Roma, donde Lombroso presentó su concepto de
criminal atávico, lo que fue todo un éxito, además de que se montó la Exposición de
Antropología Criminal, con todo aquello que Lombroso coleccionó durante años,
relacionado con el delincuente, como cráneos, instrumentos de medición, moldes de cara,
fotografía e imágenes.
En 1889, se realizó el segundo Congreso en París, el cual no tuvo mucha aceptación, sobre
todo por el Sr. Tarde, Juez de Instrucción en Italia y fundador de la Escuela Francesa de
Sociología Criminal, donde no compartieron las teorías de Lombroso, ya que para esta
escuela, el delito fue cometido por cuestiones externas como factores ambientales,
culturales y sociales y no por cuestiones de anormalidades físicas encontradas en el
delincuente.
La difusión de la Antropología Criminal, continúo y en 1892, se hizo el tercer Congreso en
Bélgica y en 1896 el cuarto Congreso en Ginebra, donde Lombroso en este último mostró
todos sus estudios sobre epilepsia y sus libros publicados sobre criminales, los cuales
49
fueron apoyados y confirmados por el holándes Paul Winkler y el seguimiento de sus
postulados por ingleses, belgas y suizos.
El quinto Congreso se organizó en 1901 en Amsterdam, donde se nombró a Lombroso
como iniciador y maestro de la Antropología Criminal. En 1906, durante el sexto Congreso
en Turín, se realizó un homenaje a Lombroso y el séptimo Congreso fue durante 1911,
después de la muerte de Lombroso, ocurrida en 1909. Fue hasta 1938, que se celebró el
primer Congreso Internacional de Criminología.
Pero no solo por medio de Congresos, se difundió, se conoció y se aprobaron las
argumentaciones de Lombroso, también surgieron diversos tipos de publicaciones en
relación al tema, como Scuolo positiva di diretto del Fiorettre de Napolés, la Revista de
Antropología Criminal de España, Revue de la Societé juridique de Moscú, Memoires de la
Societé d´Anthropologie de Bruselas y su llegada al continente americano, sobre todo en
Buenos Aires, Uruguay, Chile, Colombia, México, entre otros, donde se recibieron sus
teorías y se aplicaron en el estudio del delincuente.
Por ejemplo, en Chile se comenzó a difundir el método y la teoría del atavismo con la
Revista de Prisiones, dependiente de la Dirección General de Prisiones que se publicó en
1889, donde se fomentó el estudio del delincuente como lo hizo Lombroso; en Buenos
Aires, destacó el trabajo de José Ingenieros quién fue discípulo de Lombroso, el cual fundó
uno de los primeros institutos para estudiar al delincuente y en España el trabajo de Rafael
Salillas, el cual se fundamentó en aspectos hereditarios, evolutivos y sociales del criminal,
estudio que llevó mediante la Antropología Criminal. En lo que se refirió a Uruguay, la
50
Oficina Antropométrica de Montevideo, implementó el uso de tarjetas de “visita”, donde se
evidenciaron la fotografía, las medidas y anormalidades físicas del criminal, como lo llevó
a cabo Lombroso.
El primer congreso Jurídico fue en Lisboa en 1889, se enfocó en los planteamientos de la
Escuela Positivista, así desde esta fecha se precisó estudiar al criminal, de acuerdo a los
adelantos antropológicos y sociológicos, también se implementaron los estudios
antropométricos para identificar al criminal y el uso de la fotografía como medio de
identificación oficial.
1.5 Aportes de Lombroso a la Criminología.
Lombroso con su método, aportó a la Criminología varios aspectos que es importante
mencionar. Su “Antropología criminal, fue considerada el antecedente de la Criminología,
porque “... nace con la pretensión de dar una explicación integral del hombre delincuente, y
como la ciencia que estudia precisamente los caracteres específicos y distintivos del
hombre...” (Claro y Rodríguez, 1999, p. 107).
La criminología, nació durante el siglo XIX, como “... ciencia causal-explicativa, cuyo
objeto es la génesis de las conductas desviadas o divergentes, mediante lo cual le es posible
la predicción como base de la prevención o el control del fenómeno estudiado” (Gutiérrez,
2012, p. 128).
A continuación se muestran los aportes más sobresalientes de Lombroso a la Criminología:
51
-El estudio del criminal de Lombroso, integró diferentes disciplinas, como la Antropología
Criminal, la Antropometría, la Medicina, la Estadística Criminal y la Psiquiatría, es decir,
fue un análisis interdisciplinario, así como lo hizo posteriormente la criminología cuando
empleó, la química, la medicina, la biología, la sociología, la antropología, entre otras.
-Lombroso afirmó que el criminal cometió el acto por diferentes causas y bajo diferentes
circunstancias, al igual que lo estudió la Criminología, para explicar la variedad de causas
del comportamiento humano.
-Lombroso aplicó el método científico para llevar a cabo sus investigaciones, por medio de
la inducción y la experimentación, como lo llevó a cabo la Criminología que siempre se
encontró sujeta a verificación.
-Así como Lombroso hizo uso de ciencias y otras herramientas, la Criminología aplicó
encuestas, estudios de caso, entre otros, para obtener tanto datos cualitativos como
cuantitativos.
-Lombroso mencionó que lo principal para estudiar al delincuente fue verlo de cerca, lo que
la Criminología retomó al acercarse al objeto de estudio y así tener una vinculación directa
con la realidad.
-Lombroso no solo se limitó a describir al delincuente solo con datos obtenidos de la
observación, sino que verificó con su método experimental y los vinculó con su teoría, los
racionalizo, al igual como lo hizo la Criminología.
52
-Para la identificación de criminales, se continuó con el uso de las fichas signaléticas,
compuestas por la fotografía y datos generales.
-Los datos antropométricos, siguieron elaborándose, para tener medidas exactas de los
criminales en caso de identificarlos.
-Lombroso comunicó sus hallazgos no solo por medio de sus obras, sino también a través
Congresos y otros eventos públicos, así como también la Criminología compartió sus
descubrimientos ya que todo conocimiento científico debe ser público.
-Lombroso sistematizó aquellas ciencias o herramientas que utilizó para llevar a cabo su
método, el cual no surgió de manera aislada, ni inconexa, sino fue de manera lógica,
aspecto que la Criminología tomo en cuenta para poder llevar a cabo sus investigaciones.
-Lombroso tuvo como objetivo predecir quien fue delincuente, para prevenir el delito o en
su caso controlarlo, como el propósito que tuvo la Criminología.
-Lombroso presentó su método y resultados abiertamente para que fueran refutados,
corregidos, aceptados o rechazados, pues como conocimiento científico fue falible, la
Criminología siguió por el mismo camino, para generar nuevo conocimiento.
-Lombroso consideró y tuvo presente que el delincuente fue el tema principal de
explicación e interpretación, como la Criminología uso sus niveles de interpretación al
estudiar el crimen, al criminal o a la criminalidad.
53
-Lombroso recurrió a la estadística para recopilar sus datos acerca de las anomalías físicas
presentadas en criminales, pero además analizó e interpretó, cuando adjuntó con otra serie
de datos obtenidos, por lo que fue un trabajo completo y que la Criminología adoptó, pues
la estadística fue útil para realizar un trabajo organizado.
-Como medios de investigación, Lombroso uso diversos como el biológico, con el cual
estudio al delincuente a partir de rasgos hereditarios familiares, el psiquiátrico con el cual
vislumbró todos los aspectos mentales y conductuales por medio de entrevistas, el médico,
con el que exploró físicamente al criminal, el biográfico, para tener más detalles de la vida
del delincuente y el antropológico, mediante el cual conoció antropométricamente y
físicamente al delincuente, medios de los cuales se valió la investigación criminológica más
adelante.
1.6 Introducción del método de Lombroso a México, siglo XIX.
El recibimiento en México de las teorías Lombroso, se dio en un contexto social muy
parecido al italiano. Las últimas tres décadas del siglo XIX y la primera del XX, la ciudad
de México experimentó profundos cambios en el ramo económico, influenciados por
inversiones extranjeras.
Las clases privilegiadas se favorecieron con el auge de transportes, comunicaciones,
industrias, instalación de servicios básicos como la iluminación eléctrica, el agua entubada
y el drenaje, mientras que los barrios populares carecieron completamente de estos
servicios.
54
La población se incrementó por la llegada de migrantes de sectores rurales y pertenecientes
a etnias indígenas, en busca de oportunidades de trabajo. La modernización no favoreció a
todas las clases sociales; las diversas estructuras de valores y costumbres empezaron a
quebrarse. La criminalidad comenzó a ser una preocupación por parte de las autoridades,
aunado
a la peligrosidad de los sectores populares. A principios del siglo XX, la
criminalidad se definió como, “... la carencia de control sobre los grupos considerados
peligrosos y la incapacidad de los sectores dirigentes para imponer su esquema de orden
sobre amplios espacios urbanos” (Piccato, 1997, p. 79).
Varios fueron las condiciones que resultaron determinantes para introducir el método de
Lombroso en México. El primer aspecto, fue la llegada de los postulados positivistas al país
que exaltaron la importancia de la ciencia, para explicar a las sociedades, a través de la
observación y la experimentación, ante este panorama, “Porfirio Díaz estaba convencido de
la utilidad de la ciencia.... de modo que por un lado favoreció el hacer ciencia y por otro,
escuchó la opinión de los científicos” (Rodríguez, 2002, p. 4), de esta forma la medicina,
fue una ciencia que influyó en la sociedad, sobre todo en la toma de decisiones del
gobierno.
Para modernizar al país, se tuvo que controlar, ordenar y disciplinar a la sociedad, mediante
programas ideados por el Estado, para contar con una sociedad ideal que tuviera el progreso
deseado por medio del uso de las ciencias, como la medicina, que se encargó de
implementar normas sobre Higiene Social, que incluyeron el saneamiento de la sociedad,
eliminándose o aislándose a los criminales, considerados miembros contaminantes del
espacio social y regular de esta forma, la conducta moral del individuo.
55
Las cárceles no contaron con la infraestructura, ni con el método adecuado para corregir al
delincuente, motivo que dio pauta para que intelectuales y científicos, propusieran una
reforma penitenciaría para su modernización.
De esta forma, el segundo factor que permitió la acogida del método de Lombroso, fue la
organización de congresos, donde se difundieron la realidad en otros países, en relación a
las nuevas formas de control social implementadas, sobre todo en Italia, considerado el
primer lugar donde Lombroso inició los estudios científicos del criminal. Estos eventos
aportaron “…la nueva visión europea del hombre delincuente y de las instituciones e
instrumentos destinados a controlar y sancionar la criminalidad” (Urías, 1996, p. 106) y el
gobierno mexicano envió representantes como Manuel Payno y José María Luis Mora, para
analizar el método de los nuevos procedimientos de castigo al criminal, que se aplicaron en
otros países y que servirían para construir un sistema moderno de cárceles en México.
Además, las organizaciones científicas internacionales, fueron otro factor elemental para
dar a conocer el método de Lombroso y también, las traducciones de su trabajo como lo fue
“La antropología y la criminalidad”, publicado en 1884, en el Foro, Periódico de
jurisprudencia y legislación.
La vigilancia, examen, clasificación y separación de criminales, se logró debido a las
nuevas instituciones disciplinarias sociales, que se convirtieron en el tercer factor
primordial, para aplicar el método de Lombroso, pues estos lugares se enfocaron como
centros de investigación experimental, para modificar las conductas de los transgresores de
las normas y los únicos capacitados para organizar los programas de rehabilitación,
56
modernización, pero sobre todo de higiene social en México, fueron los médicos sobre todo
en Puebla, donde se difundieron las medidas de saneamiento social y se justificó que “La
suma de individuos saludables e higiénicamente calificados daría lugar a una colectividad
apta para la lucha por el progreso, meta proclamada por el gobierno porfirista” (Cruz, 1992,
p. 257), lo que fue el cuarto factor que posibilitó la admisión del método de Lombroso, ya
que este personaje, ejerció la misma profesión.
Los médicos estudiaron el grado de peligrosidad del sujeto y analizaron las condiciones
biológicas, psicológicas, económicas y sociales de los criminales, siempre basándose en
pruebas científicas. Para estudiar al criminal, se implementó la filosofía de la escuela
positivista italiana, donde la observación del sujeto fue primordial durante este periodo,
para constituir las nuevas instituciones disciplinarias, donde el Estado actuó sobre la
sociedad y los individuos.
De este modo, las nuevas prisiones en México, tuvieron como objetivo estudiar al
delincuente desde sus características psicobiológicas y sociales, para imponer los
tratamientos adecuados a cada criminal, observándose que
“... la fisonomía de los
criminales... era diferente a la de los hombres honrados” (Speckman, 2002, p. 100), los
rasgos criminales podían detectarse a simple vista por las anomalías morfológicas17.
La criminalidad fue juzgada como un problema característico de algunos sectores de la
sociedad, pues los barrios de la época eran identificados como lugares sobresaliente por su
gente andrajosa y sucia, donde “... se cometían los peores crímenes y que la mayoría de sus
17
Desde 1871, en el Código Penal, siguiendo los postulados de la nueva antropología criminal, se estableció que el
criminal fue una especie humana que se diferenció por sus anomalías físicas reconocibles y que el crimen fue el resultado
de dichas anomalías que provocaron los delitos.
57
pobladores eran proclives a la delincuencia” (Padilla, 2001, p. 78), la asociación de la raza
indígena y mestiza a la criminalidad, fueron pieza clave durante el Porfiriato, porque la “...
violencia pertenecía casi exclusivamente a las clases bajas; las élites, si acaso, sólo tendían
a cometer delitos de abuso de confianza, estafa y atentados contra la reputación” (Piccato,
1997, p. 98).
1.6.1 El método de Lombroso en la Penitenciaría de Puebla, 1892.
Entre los seguidores de Lombroso en México, se encontraron los médicos Francisco
Martínez Baca18 y Manuel Vergara, los cuales estudiaron a los criminales de la
Penitenciaría de Puebla, desde su fundación en abril de 1891, la cual fue la primera
institución disciplinaria en estudiar al delincuente, desde el método científico a través de la
Antropología Criminal, la Antropometría, la Medicina, la Psiquiatría, la Estadística y el uso
de otras herramientas para controlar y modificar la conducta de los individuos.
A través del texto Estudios de la antropología criminal (1892), el cual presentaron en la
Exposición Internacional de Chicago, abarcaron la importancia de factores antropológicos,
físicos y sociales que influyeron en el criminal, obra con la cual recibieron felicitaciones
por varios expertos, entre la cual destacó la de Lombroso en 1893, “Su libro es, a lo que
creo, la primera contribución experimental... a los trabajos de la nueva ciencia... Ninguno
hasta hoy ha hecho un estudio tan perfectamente científico, experimental y exacto...”
18
Médico militar, catedrático de Patología Externa en la Escuela de Medicina y Farmacia del Estado, profesor de
Lecciones de Cosas de la Escuela Normal de Profesores. Para poder desempeñar su cargo, al igual que Manuel Vergara,
cubrieron ciertos requisitos, como ser médicos de profesión, tener al menos cinco años de experiencia en el campo
profesional y contar con conocimientos sobre antropología criminal.
58
(Cruz, 2000-2001, p. 52), nota publicada en el Periódico Oficial de Puebla19. Ante dicha
situación el trabajo de los médicos se publicó en italiano durante 1894.
El Dr. Martínez Baca tuvo a su cargo la Dirección del Departamento de Antropología
Criminal, en la Penitenciaría de Puebla, considerado como el primero establecido en
América Latina. Los gabinetes antropométricos fueron el lugar clave, donde los médicos
pusieron en práctica el método de Lombroso.
La Penitenciaría contó con todas las instalaciones adecuadas, tal y como Lombroso lo
manifestó, para contar con un adecuado lugar donde estudiar al delincuente y permitir su
recuperación de manera adecuada, entonces se tuvo un Laboratorio, anfiteatro, gabinete
antropométrico y fotográfico, oficina para llevar el control estadístico y el museo donde
resguardaron los cráneos de los criminales fallecidos.
Para iniciar con su estudio, preguntaron al criminal sus datos generales, como nombre,
edad, estado civil, oficio, raza, religión, lugar de origen, entre otros. Después continuaron
con preguntas acerca de su familia, padres, hermanos y parientes inmediatos, datos sobre su
niñez, costumbres y enfermedades patológicas en la familia.
Las investigaciones en antropología criminal, iniciaron una nueva época para los estudios
científicos del comportamiento criminal y de la misma manera que Lombroso, estudiaron la
19
La prensa de la época, no solo difundió todas aquellas notas relacionadas con el delincuente, también describió a los
criminales como seres atávicos y salvajes, ya que durante el Porfiriato se creyó en todo lo que tuvo bases científicas.
Igualmente se publicaron las conclusiones emitidas por médicos, en relación a los exámenes físicos que se les realizó al
delincuente.
59
sensibilidad, partiendo de los sentidos, los aspectos psicológicos y psiquiátricos20, como
sentimientos, pasiones, voluntad, forma de escritura y lenguaje.
Ante la ineficacia para identificar al criminal dentro de las cárceles, debido a que los
reincidentes dieron falsos nombres e identidades y que los datos de filiación no fueron
suficientes, la fotografía y la antropometría resultaron ser fundamentales para reconocer al
delincuente de manera objetiva y científica.
La fotografía21, “...capturaba un momento de la realidad tal cual, sin posibilidad de
modificarle, falsearle o incidir en su naturaleza misma” (Gómez, 2013, p. 257), donde los
ladrones mostraron un ángulo facial pequeño y los asesinos mestizos uno más grande,
asimismo se resaltaron todos esos rasgos, como arrugas y cicatrices, deformidades físicas,
estrabismo, irregularidad en dentadura, mirada vítrea, fría y altanera, fealdad y la presencia
de tatuajes, entre otros, los cuales de acuerdo a Lombroso fueron los más notorios y
característicos en el delincuente.
La imagen del delincuente fue primordial en la Penitenciaría de Puebla, para ver la
proporción entre los miembros superiores e inferiores, pues los médicos descubrieron que
en los criminales de raza inferior, sobre todo la indígena, fue completamente diferente a la
de los demás individuos, de esta forma la fotografía fue el fundamento de objetividad, para
20
Esa era la situación que se vivía a finales del siglo XIX en México, la psiquiatría a finales del siglo XIX, fue una ciencia
que aún no estuvo profesionalizada y muchos que ejercieron la profesión fueron médicos generales de distintas áreas, tal y
como fue en este caso.
21
Fue en 1855 que se estipuló en el Reglamento de Cárceles que “A más de la media filiación de los reos que con arreglo
a las leyes debe aparecer en las causas criminales, se asegurará en lo adelante la identidad de sus personas por medio de
retratos fotográficos...” (González 2005, p. 571).
60
elaborar las conclusiones, como se muestra en la imagen 5. Para complementar las
fotografías de los delincuentes, los médicos elaboraron dibujos y esquemas de todos
aquellos rasgos anómalos.
.
Imagen 5: Fotografías de criminales mexicanos (tomado de http://www.ejournal.unam.mx)
Al pertenecer la mayoría de los criminales a las clases bajas (sobre todo indígenas y
mestizos) en México, la fotografía también sirvió para comprobar que los delincuentes
fueron como se pensó: andrajosos, sucios y despeinados, al igual que con los criminales de
Italia que pertenecieron a la clase social pobre.
La identificación antropométrica22, consistió en incluir información referente a anomalías y
hacer hincapié de asimetrías de “...estatura, peso, abertura braquial, amplitud torácica,
medición de la expiración e inspiración, y la relación de ambas medidas, longitud total del
miembro superior e inferior, longitudes relativas del brazo, antebrazo, mano y dedo medio,
22
En 1894, se reformó el Código Martínez de Castro, en cual se manifestó que para asegurar la identidad y después de
tomada la fotografía del delincuente, fue indispensable tomar sus medidas antropométricas, siguiendo el método de
Bertillon.
61
del muslo, la pierna y pie...” (Claro y Rodríguez, 1999, p. 115), medidas que fueron
obtenidas con instrumentos importados de Francia y Estados Unidos.
También, dentro de los aspectos importantes para llevar a cabo el método de Lombroso fue
la elaboración de instrumentos, como el metopogoniómetro, el cual fue colocado en la
cabeza y como punto de apoyo se tuvo la raíz de la nariz, para determinar el perfil de la
cara y el cefalómetro, el cual calculó el diámetro del cráneo y del cerebro de manera más
exacta y en menor tiempo, y al igual que Lombroso incluyeron estudios fisiognómicos, de
frente, nariz, ojos, boca y dientes, partes del cuerpo que se describieron “...según tres
cualidades: dimensión, color o forma. Para la primera... pequeño (p), mediano (m) y grande
(g). En cuanto al color, se consideraba el de los ojos, el cabello y la piel... el cabello podía
ser rubio (albino, claro, medio), castaño (claro, medio, oscuro, negro) rojo (vivo, rubio o
castaño) o gris” (González, 2010, p. 546), detalles fundamentales tanto para identificar al
criminal, como para elaborar el retrato hablado.
Para complementar la información, examinaron la fuerza y resistencias musculares,
capacidad respiratoria, funcionamiento cardíaco y reacciones vasculares. Los informes
estadísticos tuvieron los datos reportados por médicos y los mostraron por medio de tablas.
Las fichas signaléticas fueron de gran ayuda para poder a cabo el reporte estadístico, pues
aparte de contar con los datos generales como nombre, origen, estado civil, edad,
ocupación, lo que se conoció como “los generales”, se tuvieron más datos específicos sobre
medidas y descripciones del cuerpo y rostro.
62
La búsqueda de la información, al igual que la identificación y clasificación, ya no fue por
nombre del criminal, sino por el sistema de medidas. Después de examinar a la población
de la prisión y a los fallecidos durante su primer año de actividades, los cuales en su
mayoría fueron de origen indígena, los médicos concluyeron, al igual que Lombroso, que
los criminales mostraron rasgos de degeneración por circunstancias biológicas y que la
teoría del atavismo fue fundamental para explicar la conducta del criminal:
“El principio sentado por Lombroso de que el hombre criminal es un salvaje nacido en
medio de una sociedad civilizada, con las ideas y el gusto estético del hombre de las
primeras edades, es en nuestro concepto el más justo que por la observación se ha podido
inducir... el criminal y el salvaje... el atavismo los une” (Cruz, 2000-2001, pp. 54-55).
Los prisioneros perdieron todos aquellos rasgos de su raza pura, por lo que “... las
conformaciones asimétricas de los cráneos de criminales indígenas demostraban un
atavismo que los aproxima a los primeros pobladores de este continente...” (Urías, 2001, p.
32).
De esta forma, así como Lombroso mencionó que los criminales fueron en su mayoría de
clase social baja, en México también se vinculó al criminal nato con individuos de raza
indígena, ya que durante el Porfiriato, se planteó uniformar a la sociedad, por medio de los
caracteres fisiológicos y morales, lo que incluyó controlar a los criminales, por medio de un
programa que se denominó de Higiene Social.
63
Además, observaron que la tendencia a adornarse por medio del tatuaje, fue muy común en
los criminales estudiados y Martínez Baca, lo presentó en su libro Los Tatuajes y Estudio
psicológico y medicina legal de los delincuente militares del Estado de México, donde
observaron que fue “... causa principal y directa, á rencores no extinguidos, á venganzas no
satisfechas; á pasiones, en fin, que cual las del salvaje, tiene que dejar en su cuerpo hondas
huellas, para producir en su ser moral fuertes emociones” (Martínez, 1899, p. 121), esta
preferencia por adornarse fue de acuerdo al autor atavismo23, como se observa en la imagen
6.
Imagen 6: Tatuajes en criminales de la Penitenciaría de Puebla (tomado de
http://www.ejournal.unam.mx)
23
Otro científico que estuvo totalmente de acuerdo entre la relación del tatuaje con el atavismo, fue el Dr. Marro (médico
italiano), quien comentó que Lombroso fue el primero en evidenciar el tatuaje en el delincuente, además de poner énfasis
en la insensibilidad física, asimismo por describir tanto biológicamente como psicológicamente al delincuente y por
vislumbrar la similitud entre los criminales y los salvajes.
64
En relación a los factores externos, tomaron en cuenta el clima donde vivieron los
criminales y observaron que en ambientes fríos, se cometieron menos delitos al contrario de
los calurosos, cuando aumentaron porque el sistema nervioso se vio afectado, el nivel
educativo, la religión, costumbres, el influjo del alcohol, porque la “... la ebriedad era
considerada un problema de herencia que determinaba la propensión a la delincuencia”
(Villegas, 2015, p. 98) y se vinculó el pulque al crimen, bebida que consumieron las clases
sociales bajas, aspectos que en las primeras obras de Lombroso no fueron incluidos.
Así como Lombroso llevó registro de los pormenores por medio de Libros, Martínez Baca
y Manuel Vergara lo hicieron:
•
Libros de Registro: proporcionaron datos sobre los órganos y tatuajes.
•
Libros de Conducta: registraron la obediencia y laboriosidad del criminal.
•
Libro de Autopsias: mostró datos relacionados con las lesiones que encontraron.
En la Penitenciaría de Puebla, los estudios craneométricos se realizaron hasta 1912 de los
prisioneros que murieron y de los cuales conservaron sus cráneos, para formar una
colección de veintiséis24. El caso de la Penitenciaría de Puebla y el trabajo que realizaron
los médicos Martínez Baca y Manuel Vergara, presentaron como el método de Lombroso,
se aplicó de la misma manera como se realizó en Italia, en una institución disciplinaria.
24
Está colección de cráneos fue también estudiada en 1895, por los antropólogos, Alfonso Herrera y Ricardo Cicero en el
Museo Nacional de Arqueología, Etnología e Historia. Su trabajó se basó en medidas antropométricas y craneométricas
(técnicas utilizadas por los investigadores del Museo) y en estudios de antropología criminal realizadas a poblaciones
vivas de indígenas, así como a la colección craneana de reos (Penitenciaría de Puebla) y se encontraron ante la
reaparición de rasgos atávicos.
65
El Dr. Martínez Baca continúo publicando obras en relación a delincuentes, como en 1893
presentó en el Congreso de Americanistas, Craneometría Comparada, donde examinó
cráneos zapotecas. Cuando el gabinete antropométrico de la Cárcel de Belén se inauguró en
1895, el Dr. Martínez Baca estuvo al frente por algunos meses, mientras que Manuel
Vergara continúo en la Penitenciaría de Puebla, pero la medición de los criminales para
detectar las anomalías físicas, para identificarlos y realizarlos, se complicó cuando el
instrumental para hacerlas, se encontró incompleto y deteriorado, porque no se le dio
mantenimiento alguno:
“Los aparatos de ese gabinete no sirven para el objeto: se toma la estatura en uno de
nuestros antiquísimos cartabones de madera, donde una corredera marca la altura con
diferencias hasta de 7 u 8 milímetros en cualquier movimiento del procesado...” (Villegas
2015, p. 107), igualmente la toma de medidas pudo variar de acuerdo a la complexión física
del criminal.
Posteriormente, para 1900, el Dr. Martínez Baca fue nombrado para integrar una oficina de
identificación antropométrica criminal con la ayuda de Nicolás de León25, en la
Penitenciaria de Lecumberri26 y de la misma forma como se hizo en la Penitenciaría de
Puebla, se le dio especial atención al estudio craneométrico, tal y como lo hizo Lombroso
con su método, porque la cabeza fue donde más se encontró anomalías propias del
25
Ocupó el puesto de director del departamento de antropología física del Museo Nacional de Arqueología, Etnología e
Historia a partir de 1900, observó por medio de sus investigaciones como los caracteres raciales de los primeros
pobladores de América, se relacionaron con “... la antropología criminal que trabajaba sobre la reaparición de los
caracteres de las razas primitivas en la población criminal” (Urías, 2001, p. 31). Fue precursor en estudios de
antropometría, llevándolo a impartir cursos de dicha ciencia en 1913 en el Museo y uno de los primeros profesores en
impartir antropología en México. Todavía en 1922, cuando realizó el Catálogo del departamento de antropología física del
Museo, sus estudios consideraron a la antropología criminal.
26
El 29 de septiembre de 1900 fue inaugurada está penitenciaría por Porfirio Díaz, símbolo de la modernidad y sirvió
como “... instrumento principal de control social, de pena ejemplar para atemorizar a la población pobre que quisiera
violentar una moral y un orden social que había logrado paz y progreso” (Padilla, 2001, p. 247).
66
atavismo, lo cual fue considerado dentro de su Reglamento, pues todos los reos fallecidos
fueron “...autopsiados y se conservara su cráneo para el museo de la cárcel... dado que se
conocían los datos principales del delincuente: su edad, el sexo, la causa de la muerte y, lo
más importante para nuestro estudio, la causa criminal por la que estuvo convicto”
(González, 2005, p. 585), de esta forma la colección de cráneos que se formó, comprendió
de 1901-1914.
No obstante, tampoco funcionó el gabinete antropométrico para obtener las medidas de las
anomalías físicas en criminales, porque los primeros reos, trasladados de Belén a
Lecumberri, ya contaron con su ficha antropométrica.
En 1904, el Dr. Manuel Vergara publicó un trabajo de investigación en las Memorias de la
Sociedad Científica Antonio Alzate y La influencia del sexo en la criminalidad en el estado
de Puebla. Estudio Estadístico, obra que fue vista como la última de su temática y su
vinculación con el atavismo.
1.7 De la identificación antropométrica Lombrosiana al sistema dactiloscópico.
Identificar y reconocer al criminal, fue uno de los objetivos principales de Lombroso, por lo
que el uso de la fotografía y el examen antropométrico del individuo, fue elemental para
detectarlos, pero este tipo de estudios no fue del todo eficiente, debido a diversas
circunstancias.
En el caso de la fotografía, las prisiones no tuvieron en la mayoría de las ocasiones un lugar
con las condiciones óptimas y necesarias, para retratar a los criminales; para la toma de la
67
fotografía signalética, las autoridades y los fotógrafos, no tuvieron conocimientos exactos
de cómo hacerlo, sobre todo en aspectos de luz, distancia y fondo y cuando la reincidencia
criminal fue un tema recurrente, la fotografía no fue del todo eficiente, para evidenciar los
cambios físicos que sufrió el cuerpo del individuo.
Por otra parte, la antropometría se convirtió en un problema, cuando las medidas
antropométricas solo se tomaron a individuos desde los veinte años, ya que los expertos
expresaron que a esa edad el ser humano se encontró desarrollado y ya no crecería,
entonces, no se llevó a cabo en reos más jóvenes, aun cuando la población de penitenciados
iba desde los dieciocho años.
Asimismo, la medición no fue realizada en todas las ocasiones por médicos o en caso de
que así lo fuera, estos no tuvieron los conocimientos y práctica necesaria para hacerlo;
también se suscitó que no se siguiera al pie de la letra, las mediciones correspondientes tal
y como lo manifestó Bertillon en su obra Instructions signalétiques, lo que dio como
resultado que solo se realizaron algunas que el sistema original propusó o los registros
aparecieron incompletos, con errores o variaciones.
Además, ante la falta de recursos para elaborar las mediciones en las cárceles, el
instrumental se encontró incompleto, deteriorado o sin mantenimiento alguno.
Todas estas deficiencias para llevar a cabo el método, dio mayor importancia al nuevo
sistema de identificación mediante las huellas dactilares que surgió a finales del siglo XIX
por Juan Vucetich en Argentina, el cual basó su técnica en las líneas encontradas en los
dedos que llamó directrices, pues éstas descubrió el autor, fueron inmodificables aún con el
68
paso del tiempo y no se repitieron entre los individuos, es decir, fueron únicas. Dicho
sistema probó su eficacia en 1892 y dejó atrás el método de identificación antropométrica,
por su falta de objetividad y precisión con el cual se identificó al delincuente, aunque la
fotografía de frente y perfil siguió en uso para fines de filiación.
69
CAPÍTULO II
ASPECTOS PRINCIPALES DE LA TEORÍA DEL CRIMINAL
ATÁVICO DE CÉSAR LOMBROSO.
“... si el tatuaje de los criminales no es atávico, el atavismo no existe en la ciencia”.
César Lombroso, Los criminales.
2.1 Italia: Tiempo histórico.
Con el fin de crear una nación italiana, en 1820 iniciaron una serie de movimientos
revolucionarios en Europa, porque Italia quedó dividida en 7e Estados Independientes
desde el Tratado de Viena (1815). Los movivimentos revolucionarios continuaron y en
1848 se manifestaron sectores populares, en la Primera Guerra de Independencia Italiana;
de 1849 a 1858, siguieron los conflictos, donde participaron activamente los denominados
bandoleros.
El proceso de unificación italiano inició de 1859 a 1861, caracterizado por movimientos
políticos y sociales que anexó a los diferentes estados. Fue en 1861, cuando nació
oficialmente el Reino Italiano donde la situación política y social fue inestable, pues
mientras el lado norte fue industrial y rico, la parte sur del país fue agrario y pobre, lo que
provocó pobreza, desempleo y migraciones de sur a norte en busca de mejores
oportunidades.
Los desórdenes (manifestaciones de descontento y agitaciones sociales) que estuvieron
presentes en Italia, debido a la situación económica desigual, fueron asumidos dentro de
este marco positivista como criminal y peligroso.
70
El delincuente fue visto por el Estado, “... como el individuo que dificulta el nuevo orden
burgués, que por su situación social supone un ataque a las normas sociales (Contreras,
2001, p. 3). La criminalidad fue desobedecer a la ley y agredir a las condiciones
fundamentales de la vida social, por lo que el delito fue definido como “... un hecho
humano resultado de factores intrínsecos y extrínsecos, es la expresión de una
antisocialidad subjetiva, contra la cual debe actuarse” (Rodríguez, 1981, p. 242), es decir,
se consideró un fenómeno social.
2.2 Medicina y Psiquiatría en Europa, siglo XIX.
En el siglo XIX, la psiquiatría fue considerada como la rama especializada de la higiene
pública que estudió al individuo para curarlo y readaptarlo a la sociedad; intervino en casos
donde los abogados no pudieron explicar lo que pasó con algunos criminales.
Los jueces (aun cuando la psiquiatría estaba en pleno desarrollo), recurrieron a la opinión
de médicos para que emitieran su opinión como peritos, con lo cual se tuvo conocimiento
acerca del estado de salud mental del criminal y del tratamiento clínico que debieron seguir.
Los médicos ayudaron a imponer las sentencias penales y “... podían ofrecer, tanto las
posibilidades para la prevención del delito, como la base material para la interpretación del
crimen y más importante aún, aportar los elementos básicos para la identificación del
delincuente” (Suárez, 2000, p. 694).
71
El uso de estas dos ciencias en el estudio criminal, marco la diferencia con el siglo XVIII,
aunque la psiquiatría todavía se encontró en camino hacia la profesionalización, por lo que
posiblemente los conocimientos no estuvieron totalmente establecidos y comprobados.
Pero en Italia, tanto médicos como psiquiatras fueron los expertos para que los jueces
determinaran con datos científicos la responsabilidad legal del criminal, de esta forma “...el
pronóstico de enfermedades mentales contó así con el permiso para estudiar el cuerpo y el
alma de los delincuentes” (Suárez, 2005, p. 28). Sería importante analizar si esos médicos y
psiquiatras que participaron en los juicios penales, contaron con experiencia y/o
especialización en el estudio del criminal, pues eso fue fundamental en la toma de
decisiones.
2.3 César Lombroso: el científico.
Ezequías Marco César Lombroso en Verone, Piamonte el 16 de noviembre de 1835.
Durante su niñez y adolescencia su gusto, se centró en lecturas sobre literatura e historia.
Realizó sus estudios de medicina, dándolos por terminado en 1852 en la Universidad de
Pavía, donde uno de sus mayores intereses fue su clase de Anatomía y un curso
monográfico al cual asistió, titulado “Influencias de la civilización sobre la locura, y de la
locura sobre la civilización”, donde aplicó la Historia, la Psicología, la Psiquiatría y la
Lingüística, para estudiar la locura.
En 1854 se graduó en la Universidad de Viena como médico cirujano, lugar donde como
alumno fue introducido al estudio del paciente en hospitales para hacer diagnósticos
72
certeros, por lo que Lombroso consideró primordial la ciencia médica para curar diversas
enfermedades. Así, en una de sus clases al visitar los hospitales de Pavía y Padua, observó a
los enfermos mentales y vislumbró su cura por medio de una evaluación adecuada y
comenzó a escribir sus observaciones, combinando la ciencia teórica con la práctica.
Su preocupación por remediar problemas de salud, le llevó a descubrir la sal yodada en
1855, lo que expuso en su tesis doctoral Estudio sobre Cretinismo en Lombardía y en 1858
a utilizar el alcohol como desinfectante de heridas, con lo cual escribió el libro Fragmentos
Médicos Psicológicos.
Lombroso se incorporó al ejército piamontés como médico en 1859, cuando Piamonte entró
en guerra contra Austria27 por su independencia, su estancia en la guerra entre 1859 y 1862,
le permitió observar hombres de diversas regiones de Italia y sus distintas medidas
antropométricas. Entonces, comenzó a escribir una serie de notas y observaciones, que
agrupó con estudios anteriores y manifestó la importancia de laborar un método
experimental, que partiera del estudio fisiológico del individuo para analizar las
enfermedades mentales.
En 1863, Lombroso por segunda ocasión proporcionó sus servicios médicos en guerra,
cuando Italia combatió contra los bandoleros, pero en el mismo año, decidió dejar el
ejército y terminó sus estudios de psiquiatría, para impartir clases de dicha materia (donde
se presentaron individuos con enfermedades mentales por primera vez en su clase) y como
resultado de eso escribió Medicina Legal de los Enajenados Mentales, así tomó conciencia
de examinar a aquel que presentó alguna patología mental, para distinguirlo del criminal.
27
Austria declaró la guerra a Italia y exigió el desarme de Piamonte, durante el proceso de unificación.
73
Para Lombroso, la psiquiatría explicó cualquier problema social o jurídico y la medicina
aportó soluciones a éstos. Asimismo consideró que en las penitenciarías, estas dos ciencias
fueran incluidas en un curso previo para el estudio criminal.
Además, estuvo interesado en hacer manicomios especializados para criminales, porque
argumentó que en las cárceles existieron locos criminales con patologías mentales. Con la
ayuda de la psiquiatría y la medicina, junto con su experiencia laboral, Lombroso logró
diferenciar el delincuente del loco delincuente y catalogó al primero como un individuo con
un mayor número de anomalías físicas a diferencia del segundo.
Sus obras escritas continuaron y fundó la primera Revista Trimestral Psiquiátrica, y en
1871 publicó Memoria sobre los Manicomios Generales.
Los conflictos en Italia dieron como resultado el aumento del bandolerismo, el cual fue
proclamado como criminal por las nuevas autoridades y “Los bandoleros quedaron
definidos como delincuentes y como antropológicamente inferiores, y los habitantes del sur
de Italia como genéticamente propensos a la criminalidad, según las teorías fisiognómicas28
de Lombroso” (Rossano, 2011, p. 196), afirmaciones que sostuvo después de estudiar a
muchos de ellos por varios años en las cárceles de Turín y cuyos resultados presentó en tres
de sus obras más importantes: El Hombre Delincuente, Los Criminales y El Delito. Sus
Causas y remedios.
28
Los fisonomistas estudiaron la apariencia externa de los individuos, sobre todo sus rasgos faciales, con los cuales se
pudo conocer la personalidad o carácter.
74
2.4 Del estudio del delito al estudio del delincuente: un nuevo paradigma.
Para dar término a los abusos del poder y la arbitrariedad que ejerció el Estado durante el
Antiguo Régimen en Europa del siglo XVIII, surgió una nueva postura de pensamiento,
influenciada por la Ilustración (movimiento cultural e intelectual), que dio a la razón
humana un papel relevante, para transformar el mundo, lo que trajo consigo un nuevo
análisis del comportamiento delictivo, cuando el Derecho Natural ejerció justicia por medio
de lo racional-lógico.
Esta nueva postura de pensamiento fue denominada hasta el siglo XIX, por Enrico Ferri,
como Escuela Clásica, pues así llamó a aquellos juristas emanados antes del positivismo.
Entre sus postulados consideró el delito cometido, el cual fue visto como una infracción de
la ley que cometió el criminal, individuo que a pesar de gozar de libre albedrío y de tener
derechos y libertades como cualquier persona, eligió el mal camino, rompiendo el orden
jurídico; su mal comportamiento no fue explicado por cuestiones internas o externas y
tampoco se distinguió de los demás sujetos por alguna característica en particular de
ninguna índole.
En este caso, el Estado, vigiló al delincuente y reaccionó ante el delito cometido, lo que le
dio la libertad de castigar con una pena (proporcional al delito), ya sea física o moral, con la
que se corrigiera el comportamiento del sujeto. El método empleado por esta escuela fue el
deductivo.
75
En el siglo XIX, cambio de manera total el estudio de la criminalidad, cuando el
positivismo imperó en Europa, sobre todo en Italia, donde un grupo médicos, juristas,
sociólogos, entre otros, basados en esa corriente filosófica, se nombraron Escuela
Positivista, pues uno de sus principales representantes César Lombroso, opinó que las
teorías planteadas anteriormente acerca del estudio de la delincuencia y no del delincuente,
no permitieron aplicar las penas adecuadas y la reincidencia aumento, fue entonces cuando
resultó necesario conocer al delincuente para terminar con la delincuencia, es decir, conocer
las causas principales de su conducta delictiva y se convirtió, en el objeto de saber
científico, aspecto que anteriormente no lo fue.
Así, Lombroso estudió al delincuente desde el enfoque antropológico-psicológico, el cual
tuvo como punto de partida obtener características físicas y posteriormente los aspectos
mentales, Enrique Ferri examinó el lado sociológico en donde se desarrolló el delincuente y
Rafael Garófalo, el cual observó la situación jurídica del criminal, ellos estuvieron de
acuerdo que el origen del problema se encontró en el individuo y no en la acto cometido.
Asimismo, se modificó el método aplicado, como resultado del positivismo, pues fue
necesaria la aplicación del método inductivo-experimental, lo que constituyó, “...una
renovación completa, un cambio radical de método científico en el estudio de la patología
social criminal...fundándose en la Antropología, la Psicología y la Estadística Criminal, así
como sobre el Derecho Penal y los estudios penitenciarios” (Rodríguez, 1981, p. 239).
Entonces el sujeto se encontró determinado a delinquir por diversos factores, no tuvo libre
albedrío, sino que fue un “... individuo en el que la combinación de las determinaciones
76
sociales y/o psicobiológicas... le impide actuar de acuerdo con las normas éticas de la
sociedad en que vive” (Abidin, 2005, p. 12), conocido como determinismo.
El Estado consideró los diferentes “tipos de criminales”, surgidos de la clasificación
lombrosiana, por lo que los criminales natos fueron juzgados como los más peligrosos. La
peligrosidad del criminal equivalió a la peligrosidad del delito.
Para la “Escuela Positivista” fue elemental prevenir el delito, por lo cual fue indispensable
basarse en los estudios antropológicos y sociológicos aplicados al delincuente, para
elaborar las teorías jurídicas y aplicar las sanciones adecuadas, lo que llevó a predecir quien
iba a delinquir y que delito iba a cometer.
El criminal al momento de delinquir, adquirió una responsabilidad social, por el hecho de
vivir dentro de una sociedad y ésta tuvo todo el derecho para defenderse, pero el Estado fue
el único que pudo sancionar al delincuente y a diferencia de la postura que predominó
durante el siglo XVIII, ya no solo se vigiló al delincuente, también se controló y se corrigió
su comportamiento; los tratamientos fueron proporcionales, según la peligrosidad
presentada, por lo que tuvieron una duración indeterminada.
Los delincuentes fueron sometidos a juicio y se les impuso una pena, después de ser
evaluados por el personal experto, en este caso, médicos especializados en el estudio
criminal.
77
2.5 Teoría del Atavismo de Lombroso.
A raíz de una necropsia que realizó Lombroso a un bandolero en 1871, de apellido Villella,
en la que examinó su cráneo, encontró que el sujeto tenía “...una enorme foseta occipital
media y una hipertrofia del verme, análoga a la que se encuentra en los vertebrados
inferiores...” como lo señaló Rodríguez (1981), lugar donde no hubo vasos inflamatorios y
donde pareció haber sido un receptáculo a un tercer lóbulo medio, como se observó en los
embriones en el tercero y cuarto mes, anomalías nunca antes vistas por él, pues los seres
humanos se constituyeron por cuatro fosas occipitales, aunque en algunas especies
inferiores se pudo encontrar cinco fosetas occipitales.
Posteriormente, cuando analizó a otros criminales por medio de la Antropometría descubrió
anomalías en: cerebro (circunvoluciones de lóbulos y hemisferios, excesivo desarrollo del
cerebelo), cráneo (hoyuelo en medio del occipital -considerada de la más atávica-,
presencia de huesos extraños a los lados del occipital),nariz (torva, desviación de huesos
nasales, aplastada, ganchuda), anomalías de labios, exagerado apéndice de las mandíbulas,
órbitas grandes y separadas, esqueleto (perforación del olecráneo, variabilidad de huesos en
vértebras inferiores, carencia de vértebras), cabeza ( circunferencia grande), cara (mayor
longitud), frentes estrechas, orejas (anomalías en la conformación del pabellón), cabellos
espesos, falta de barba, palidez en el rostro, variación de medidas en manos y brazos,
estrabismo, dientes montados unos sobre otros, arrugas (mayor frecuencia y precocidad)
frecuencia de canicie y calvicie.
78
Cuando realizó más estudios a criminales, detectó una “... insensibilidad al dolor, visión
extremadamente aguda, tatuajes, indolencia excesiva, afición a las orgías... el deseo no solo
de quitar la vida a la víctima, sino de mutilar el cadáver, rasgar la carne y beber la sangre”,
como lo observó Huertas-Díaz (2011) al hacer referencia a Lombroso, comportamiento
que observó y datos que obtuvo Lombroso al momento de entrevistar y examinar de manera
antropológica-psicológica, a un individuo llamado Versen.
Entonces, todos estos estudios a criminales, coincidieron por presentar anomalías físicas
que agrupó posteriormente en tablas o gráficas, cuando uso la Estadística y después de que
examinó algunos cráneos de asesinos, Lombroso advirtió características parecidas a las de
los lémures, como lo cito Da Re y Maceri (2008), lo que significó mamíferos parecidos a
los primates y concluyó que las características mentales dependieron de las anomalías
fisiológicas.
Lombroso por lo tanto retomó la obra de Darwin, El Origen del Hombre29, publicada en
1871, pues los datos que él obtuvo a lo largo de su estudio con esos bandoleros y otros
criminales, le aportó información que coincidió totalmente con los análisis de Darwin,
29
A raíz de la búsqueda documental para hacer dicha investigación, algunos autores refirieron que con la publicación de El
Origen de las Especies en 1859, obra escrita por Charles Darwin que tuvo mucha popularidad, fue elemental para que
Lombroso fundamentara su concepto de criminal atávico. Como en el artículo “Aproximaciones a la antropología criminal
desde la perspectiva de Lombroso” (Huertas-Díaz, 2011, p. 297) o en “La antropología criminal de Lombroso como
puente entre el reduccionismo biológico y el derecho penal” (Da Re y Maceri, 2008, p. 110) o inclusive, algunas fuentes
electrónicas emiten la misma relación. Después de analizar la obra de Darwin, se observa que en dicha obra, el personaje
solo mencionó el concepto de reversión o variación análoga, para explicar cómo en una raza humana reapareció un
carácter perdido, más no explicó la relación entre hombre y alguna especie de primate, tal como lo hizo en El Origen del
Hombre.
79
cuando éste se refirió que “...no es posible negar la estrecha correspondencia que existe
entre el hombre y los animales superiores, principalmente los monos antropomorfos, tanto
en la conformación general y la estructura elemental de los tejidos, como en la composición
química y la constitución” (Darwin, 1909, p. 9), así como su presencia de algunos instintos
en común, porque el origen del hombre fue de algún miembro del sub-grupo antropomorfo.
Darwin expresó que algunos caracteres físicos que tuvo el macho de los monos
antropomorfos, como por ejemplo, los caninos completamente desarrollados y que después
las mujeres presentaron caninos muy salientes “... no constituye, pues, ninguna seria
objeción contra la idea de que su aumento ocasional en el hombre sea un caso de reversión
hacia un antecesor simio-humano” (Darwin, 1909, p. 92).
De esta forma, “... si el hombre desciende de algún tipo simiano, no hay ninguna razón
poderosa para que ciertos músculos no reaparezcan súbitamente después de intervalo de
muchos millares de generaciones” (Darwin, 1909, p. 94), por lo que para Darwin, en el caso
de la existencia de un hombre de constitución robusta pudo deber su desarrollo a músculos
peculiares á los cuadrumanos ó a otros mamíferos y por consiguiente, pudo ser probable en
mayor medida que este factor desconocido fuera una regresión a un antiguo estado de
existencia, también conocido como reversión.
Lombroso con todos los resultados de sus investigaciones obtenidos de la observación
directa de todos aquellos rasgos atávicos como el tatuaje, el cual estudió por medio de la
Antropología criminal, la toma de medidas elaboradas con ayuda de la Antropometría, la
evidencia presentada con fotografías, la recolección de datos estadísticos presentados en
80
tablas o gráficas y de igual manera el conocimiento de otros datos sobre el entorno social
donde se desarrolló el delincuente, constituyeron manifestaciones que de acuerdo a la obra
de Darwin y después de verificar sus hipótesis, que la evolución natural del hombre
delincuente se detuvo y que se encontró en una etapa anterior al desarrollo humano, es
decir, el atavismo consistió en que el criminal no evolucionó, se encontró en una etapa
intermedia, entre el simio y el hombre, por lo que como dijo Lombroso, ser tan salvaje,
remontándose hasta los animales.
Pero, al quedar el hombre delincuente en una etapa intermedia, este no pudo transformarse
de todo en hombre y tanto sus caracteres físicos, como sus facultades mentales y morales
no evolucionaron del todo, tal y como lo comentó Darwin, “... un animal cualquiera, dotado
de instintos sociales pronunciados, adquiriría inevitablemente un sentido moral ó una
conciencia, tan pronto como sus facultades intelectuales se hubiesen desarrollado tan bien,
o casi tan bien como en el hombre” (Darwin, 1909, p. 50).
Asimismo el comportamiento de estos seres antropomorfos, se caracterizó por la ociosidad,
la vagancia, al hábito del saqueo y pillaje y el rapto de hembras de otros grupos,
comportamientos que encontró Lombroso en el momento de entrevistar a Villela, entonces
dedujo que esto, provocó en el criminal, su carencia de pudor, piedad y dolor, el tatuaje fue
un rasgo distintivo del atavismo y falta comportamiento moral, porque no siguió las normas
de civilización, entonces para Lombroso, existieron los criminales natos, aquellos
individuos que sus características mentales, dependieron de las características físicas.
81
Lombroso concluyó, después de obtener datos de estudios en criminales y no criminales,
que “...mientras más anormalidades tiene la persona, más notables y graves son los delitos
cometidos... y la razón no puede ser otra que la fuerza biológica que puede impulsar a
determinados individuos en forma irresistible a cometer delitos (atavismo)” (Valdovinos,
2007, p. 384).
El comportamiento salvaje del criminal, lo equiparó Lombroso con el presentado en
hombres primitivos, usó el argumento de Darwin cuando mencionó que “En muchos casos
las razas antiguas presentan á menudo, en ciertas conformaciones mayores semejanzas con
las de los animales inferiores... las razas antiguas... se encuentran algo más próximas...
menos distintos de los animales por su conformación” (Darwin, 1909, p. 16).
De esta forma Lombroso refirió que muchos caracteres que presentaron las razas salvajes,
se encontraron con frecuencia en los delincuentes natos, al igual que la conducta
presentada, porque los salvajes fueron vagabundos, impulsivos e insensibles en el momento
de la caza de animales.
2.5.1 Los rasgos atávicos durante la niñez.
Durante la niñez, la presencia de conductas atávicas, tales como la furia, crueldad, mentiras,
pereza, falta de sentido moral, cólera, venganza, obscenidad, violencia y mal
comportamiento en la escuela, entre otras, fueron de acuerdo a Lombroso, las primeras
82
manifestaciones de anomalías morales que en el caso de perdurar por largo tiempo y
asociadas con otros rasgos antropológicos del criminal, requirieron “... de medidas
preventivas para impedir que el niño contraiga definitivamente inclinaciones viciosas”
(Lombroso, S/F, p. 125), ya que muchos criminales comenzaron su vida delictiva desde los
9 o 10 años, tal y como lo mostró Lombroso en un relato que surgió de una de sus
entrevistas, casos en los que se reincidió habitualmente, sobre todo los ladrones.
Para prevenir el crimen, expresó Lombroso, la educación fue un elemento importante,
porque fomentó el trabajo, lo que dio como resultado inteligencia y éxito, además de que
con ello terminó con las malas inclinaciones y el niño llevó una vida honesta, conforme a
las normas morales de la sociedad. Otro factor fundamental durante la niñez, fue el apoyo y
comprensión de los padres, que debieron estar siempre al pendiente de sus actos.
Cuando el niño cometió una falta, los pequeños castigos impuestos, como llamadas de
atención, fueron buenas para hacerles ver sus errores, mientras que en los castigos muy
duros, los niños reaccionaron con cólera, odio, venganza, sentimientos violentos y
peligrosos hacia sus padres, con lo que Lombroso no estuvo de acuerdo, porque “... los
hijos de personas muy rígidas, cuando llegan a la edad adulta y libre, cometen más faltas o
delitos que los hijos de padres menos severos” (Cazeneuve, 1925, p. 500).
Pero en el caso de los niños incorregibles por largos años y aquellos que no contaron con
educación, no pudieron diferenciar “... entre el crimen y la virtud... roban, pegan y mienten
sin escrúpulos, lo cual nos explica perfectamente la precocidad en el delito...” (Lombroso,
1902, p. 503), por lo que Lombroso recomendó internar al niño en centros de educación
correccional y terminar con el atavismo.
83
2.5.2 La clasificación criminal.
El primer concepto que fundamentó Lombroso, después de sus primeras investigaciones fue
un tipo de criminal denominado “criminal nato”, el cual se caracterizó por una serie de
rasgos antropológicos como: frente huidiza y baja, asimetría craneal, altura anormal del
cráneo, fusión del hueso Atlas con el Occipital, gran desarrollo de los pómulos, orejas en
asa, pigmentación abundante en piel, cabellera rizada y espesa, canicie y calvicie tardías,
arrugas anormales y precoces, agudeza visual, pereza, ausencia de remordimientos,
impulsivo, frecuencia de tatuajes (en su mayoría obscenos), insensibilidad al dolor y
afectiva, vanidad por el delito, sentimientos de venganza, crueldad y caló (uso de lenguaje
especial), igualmente fueron “... hombres de las cavernas que conviven en sociedades
civilizadas, y que dada esta diferencia se los podría distinguir por presentar estigmas
morfológicos de su condición atávica, constituyendo el tipo criminal” (Da Re y Maceri,
2008, p. 100).
Otras características presentadas en este sujeto fueron que le llamaron la atención el
canibalismo, gusto por el alcohol, el juego y sexo, supersticioso, el gusto de asociación con
otros criminales para formar bandas y frecuencia en actos de suicidio.
Para Lombroso el delincuente fue un individuo anormal físicamente y moralmente, por lo
que la sociedad de mediados del siglo XIX, fue dividida en normales, aquellos que
siguieron las conductas morales y jurídicas y que físicamente no tuvieron alteraciones
anatómicas, al contrario de los anormales, los individuos que no acataron ningún tipo de
norma, pero tampoco “... las de la naturaleza. Los anormales eran clasificados como
84
monstruos humanos... individuos a corregir (locos, vagos y criminales)... Todos
considerados como peligrosos” (Velázquez y Christiansen 2015, p. 246).
De acuerdo a Lombroso, los criminales cometieron su delito, en pleno uso de sus facultades
mentales y así demostraron su naturaleza criminal. También definió al loco delincuente, ese
individuo que transgredió las normas, por presentar patologías mentales en el momento de
cometer el crimen como demencia, enajenación mental, privación de facultades mentales,
carácter violento, alucinaciones, temperamento mixto, delirios e inclusive la epilepsia y el
comportamiento etílico, fueron catalogados como alteraciones psíquicas y emocionales, por
lo que estos individuos fueron conocidos como locos delincuentes y Lombroso aseveró que
“... el delito se exculpaba por la condicionante mental... Con ello el médico tuvo cada vez
un mayor peso en la determinación judicial...” (Schleske, 2011-2012, p. 12).
Lombroso, distinguió entre el criminal que no estuvo absolutamente loco, individuo que no
fue totalmente responsable de sus actos y que después de que fue sometido a juicio, solo
estuvo temporalmente en establecimientos especiales y el que si estuvo totalmente loco y
por consiguiente fue considerado irresponsable, después de que se sometió al estricto
examen médico.
Conforme avanzaron sus investigaciones, confirmó sus descubrimientos con ayuda de la
ciencia, la cual comentó, fue de lo simple a lo compuesto, por lo que afirmó que existieron
nuevos tipos de criminales.
85
A continuación se muestran las características de los diversos tipos de criminales,
elaboradas con base a la descripción que mostró Rodríguez Manzanera en su libro
Criminología, la cual retomó de la cuarta edición de El Hombre Delincuente de Lombroso,
datos que se contrastaron con los expuestos en la obra Los Criminales y con los cuales se
tuvo como resultado la siguiente información.
Delincuentes.
a) De ocasión:
Como su nombre lo indicó, estos individuos cometieron el delito por alguna ocasión
solemne, aunado a causas por la herencia, cuestiones de falta de educación y el medio
social, donde se desenvolvieron. Presentaron anomalías menos frecuentes en cráneo,
zurdes, crueldad e inteligencia intensa.
Entre esta clase de criminales se encontraron a los:
•
-Psuedo-criminales que en su mayoría cometieron delitos de hurto, heridas,
incendios y de falsedades.
•
-Criminaloides, individuos que imitaron los crímenes, se asociaron con otros
criminales en las cárceles, lo que empeoró su comportamiento, pero fueron
cariñosos con su familia.
•
-Delincuentes habituales, aquellos que comenzaron con delitos de manera
ocasional, sobre todo en crímenes contra la propiedad y que por falta de educación,
pobreza, ignorancia o su estancia en prisión, los convirtió en expertos del crimen.
86
Por otra parte estuvieron:
b) Vergonzantes: En este tipo de delincuentes se encontraron hombres entregados con
abnegación a los deberes políticos.
c) Epilépticos:
Mostraron una irritación en la corteza cerebral que reproducen las condiciones de los
animales inferiores, tendieron a la vagabundez, a la impulsividad, a la obscenidad, al gusto
por los tatuajes (fueron analgésicos), vanidosos; agresivos, precoces sexuales, sufrieron de
amnesia, delirios, vértigos, sonambulismo, tendencia a reproducir gritos y actos animales
como ladridos o mordiscos. Sensibilidad menor en gusto, tacto y olfato y estuvieron
predispuestos al alcoholismo. También se asociaron con otros criminales y fueron
caníbales.
d) Por pasión:
Delincuentes que cometieron el acto solo por impulsos pasionales, situación que los llevó a
un estado amnésico en el momento del delito, pues fueron honrados durante su vida y se
arrepintieron y conmocionaron después del crimen, al grado de confesar su crimen a la
autoridad, para calmar su dolor o en otros casos llegaron al suicidio. Cráneo sin patologías,
fisonomía normal, lo que calificó Lombroso de belleza externa e interna.
87
Locos Delincuentes.
a) Delincuente loco moral:
Se encontraron más en cárceles y prostíbulos que en los manicomios, su cráneo tuvo una
capacidad igual o superior a la normal, mandíbula voluminosa, asimetría facial, analgesia,
perversos sexuales, no pudieron vivir en familia, su inteligencia se encontró intacta, porque
fueron astutos y hábiles para realizar,
justificar sus delitos y simular la locura,
indisciplinados, crueles, destacaron en la cárcel pero no en su vida, muy perezosos en el
trabajo pero activos en actividades maliciosas. Todas sus actitudes inmorales se
presentaron, desde su infancia o pubertad.
Lombroso también, clasificó y tomó como casos especiales a los siguientes locos
delincuentes:
b) Delincuente Alcohólico:
Tuvo una vida anterior honesta, pero con alternaciones entre carácter apático e impulsos
violentos. El alcohol, expresó Lombroso, fue “... un excitante que paraliza, narcotiza, los
sentimientos más nobles, y transforma aun el cerebro más sano” (Rodríguez, 1981, p. 263),
por lo que el delito cometido fue en un estado inconsciente, lo que provocó posteriormente
amnesia y en ocasiones actos de suicidio. Este tipo de criminal, procreó hijos delincuentes.
88
c) Delincuente histérico:
Individuo sumamente mentiroso, en muy pocas ocasiones se mostraron coléricos y feroces,
aunque si sufrieron de alucinaciones y delirios, alta tendencia al erotismo y falsos
testimonios.
d) Mattoides:
Delincuentes sumamente orgullosos, ambiciosos, rabiosos, pleiteros, inteligentes,
vanidosos, tuvieron ideas políticas extremistas, con fisonomía y cráneo casi normales
(pocas anomalías físicas), pero con expresión de argumentaciones contradictorias y delirio
de persecución y aunque fueron altruistas exagerados, cometieron en su mayoría asesinatos
de presidentes de forma impulsiva y pública.
En la tabla que se presenta a continuación, se observan las características biológicas,
psicológicas, sociales y otras, más sobresalientes de cada tipo de delincuente, así como el
delito cometido, donde se pueden observar las diferencias entre cada criminal.
89
TIPO
DE CARACTERÍSTICA
DELINCUENTE S BIOLÓGICAS
Criminal nato
Ocasionales:
Pseudocriminales,
criminaloides
delincuentes
habituales.
Epilépticos
Pasionales
CARACTERÍSTICAS
PSICOLÓGICAS
Frente huidiza y baja,
asimetría
craneal,
altura anormal del
cráneo, gran desarrollo
de pómulos, orejas en
asa, entre otras.
CARACTERÍSTICAS
SOCIALES
OTRAS
DELITOS
CARACTERÍSTICAS COMETIDOS
Pereza, ausencia de
remordimientos,
impulsividad, gusto por
tatuajes, insensibilidad
al dolor y afectiva,
vengativos, crueles y
tendencia al suicidio.
Anomalías
menos Inteligencia intensa y
frecuentes en cráneo, crueldad.
zurdos.
Gusto por el alcohol, el Asociación con otros Actos criminales
juego.
criminales.
más violentos.
Irritación en corteza Impulsivos, obscenos,
cerebral.
gusto
por
tatuajes,
insensibilidad al dolor,
agresivos,
precoces
sexuales.
Sufrieron de amnesia,
delirios,
vértigos,
sonambulismo.
Cráneo sin patologías, Afectivos. Amnesia al
fisonomía normal.
momento del delito.
Arrepentimiento
y
conmoción después del
crimen. Tendencia al
suicidio.
Tendencia
vagabundez
alcoholismo.
y
No
tuvieron Su estancia en prisión
oportunidades educativas empeoró
su
y vivieron en pobreza.
comportamiento y los
llevó a convertirse en
profesionales
del
crimen y asociarse con
otros criminales.
Honradez
vida.
a
y
durante
Delitos
cometidos
de
manera
ocasional, por
imitación
o
necesidad. Los
delitos
no
fueron graves.
la Asociación con otros
al criminales.
su
Delitos
cometidos
impulsos
pasionales.
por
90
TIPO DE
DELINCUENTE
CARACTERÍSTICAS
BIOLÓGICAS
Vergonzantes.
Delincuente
moral.
CARACTERÍSTICAS
PSICOLÓGICAS
CARACTERÍSTICAS
SOCIALES
Anomalías neuropáticas
muy marcadas.
loco Cráneo con capacidad
superior o igual a la
normal,
mandíbula
voluminosa, asimetría
facial.
Insensibilidad al dolor, Actitudes inmorales desde
Perversos
sexuales, su infancia o pubertad.
inteligencia
intacta,
indisciplina,
crueldad,
pereza en el trabajo.
Delincuente
Carácter
apático, Vida anterior honesta.
alcohólico
impulsos
violentos,
(considerado loco
amnesia, tendencia al
delincuente).
suicidio.
Delincuente
Mentirosos, presencia de
histérico
alucinaciones y delirios,
(considerado loco
tendencia al erotismo,
delincuente).
carácter colérico y feroz
en ocasiones.
Delincuente
Fisonomía y cráneo casi Inteligentes, presencia de
mattoide
normales
(pocas delirios de persecución,
(considerado loco anomalías físicas).
impulsividad al momento
delincuente).
del crimen.
OTRAS
CARACTERÍSTICAS
DELITOS
COMETIDOS
Delincuentes entregados
a los deberes políticos.
Tipo de delincuentes
que se encontró más en
cárceles y prostíbulos
que en manicomios.
Procreó
delincuentes.
hijos Delitos
cometidos
en
estado
inconsciente.
Delitos en su
mayoría:
asesinatos
de
presidentes de
manera pública.
91
Entonces, el delincuente fue aquel individuo que presentó anomalías físicas y de
comportamiento, producto de la reversión, debido a la reaparición de caracteres de sus
antecesores por medio de la herencia, porque el hombre descendió de algún tipo de primate,
de acuerdo a Lombroso.
Mientras que el delito fue como expresó en El Delito. Sus causas y remedios, “...un
fenómeno natural, necesario (dirían algunos filósofos) como la concepción, el nacimiento y
la muerte” (Lombroso, 1902, p. 514), ya que si el delincuente estuvo determinado por
cuestiones biológicas a delinquir, por lo tanto, el delito fue algo que no se pudo evitar.
2.5.3 Delincuentes y locos delincuentes, ¿quiénes fueron más atávicos?.
Desde su primera edición del Hombre Delincuente en 1876, hasta las últimas versiones
Lombroso definió sus diferentes tipos de criminales, pues para él existieron varios tipos de
delincuentes y por consiguiente, varios tipos de penas.
Fue hasta sus últimas ediciones del Hombre Delincuente y de su obra Los Criminales que
Lombroso presentó la estructura definitiva de la clasificación de los delincuentes, a
continuación se muestran, los rasgos atávicos más comunes entre delincuentes y locos
delincuentes, lo que se elaboró con las características expuestas en el apartado anterior, con
lo cual puede distinguirse y conocerse el grado de peligrosidad y así evidenciar, si
92
Lombroso estuvo en lo correcto al mencionar que los más atávicos fueron los criminales sin
locura.
Entre los criminales estudiados por el autor, se encontraron: estafadores, asesinos,
cleptómanos, salteadores de caminos, ladrones, homicidas, estupradores, autores de heridas,
incendiarios, vagabundos, entre otros.
a) Delincuentes sin locura.
El Delincuente Nato y el Delincuente Epiléptico, presentaron ciertas características en
común como:
Canibalismo, Gusto por los Tatuajes, Altamente agresivos (cólera, furia), Vanidad,
Obscenidad (masturbación, homosexualidad y depravación), Tendencia al suicidio,
Asociación con otros criminales y Analgesia (insensibilidad al dolor).
Los otros delincuentes sin locura fueron:
-Delincuente Ocasional
Pseudo-Criminales
-Delincuente Pasional.
Habituales
Criminaloides
Se distinguieron por sentimientos nobles (no perversos) y su estancia en la cárcel los
empeoró y se convirtieron, en profesionales del crimen.
93
b) Delincuentes con locura.
Entre los delincuentes locos que presentó el autor, fueron:
-Delincuente Loco Moral.
Alcohólico
-Delincuente Loco
Histérico
Mattoide
Sus rasgos comunes fueron: Pocas anomalías en la fisonomía del cuerpo (cráneo normal),
Precocidad de la perversión sexual (erotismo), Altruismo, Vanidad, Intacta inteligencia
(intelectualmente no hay anomalías), la herencia fue según Lombroso, decisiva para dar
descendencia con problemas de locura y criminalidad, vida anterior honesta y presencia de
delirios.
Por lo tanto, Lombroso concluyó, que tanto delincuentes como locos delincuentes fueron
atávicos, pero en alto grado se encontraron los primeros a diferencia de los segundos,
entonces el delincuente presentó más anomalías físicas, como se demuestra en este análisis.
94
2.5.4 Recomendaciones de Lombroso para tratar el atavismo.
Con toda la información antes expuesta y la revisión de fuentes documentales, se
mencionan a continuación como fue que Lombroso, quiso prevenir o en su caso controlar el
atavismo:
•
Cuando el niño presentó algún tipo de atavismo moral, se fomentó la educación y
comprensión de los padres, ya que estos factores pudieron disminuir tales
comportamientos.
•
Si el niño fue incorregible por muchos años, se internó de inmediato en una
correccional.
•
Cuando el acto de delinquir fue inevitable, se comenzó un juicio, donde se
encontraron presentes personal experto, como médicos y psiquiatras para emitir una
condena de acuerdo al tipo de características atávicas del delincuente.
•
Si el delincuente cometió el crimen por causa de un episodio de patología mental en
el momento del acto, siguió su tratamiento en manicomios especializados, al
contario de los delincuentes sin locura, que fueron remitidos a una cárcel, pero en
los dos casos, Lombroso manifestó que fueron la mejor forma de curar las
anomalías propias del atavismo.
•
Cuando el delincuente fue de primera vez o como se le conoció “debutante”, la
cárcel fue considerada como un lugar más nocivo que eficaz, entonces se
impusieron castigos como multas, trabajos al aire libre, prisión preventiva o
condicional, para no caer en la reincidencia.
95
•
Las cárceles, dijo Lombroso, tuvieron que contar con instalaciones adecuadas, para
seguir con el estudio físico y mental del delincuente, ya que se requirió de gabinetes
fotográficos y antropométricos con todo el instrumental necesario.
•
El delincuente debió contar con ocupaciones útiles, recreos intelectuales para leer
libros en la biblioteca o tener la oportunidad de entrevistarse con personalidades
distinguidas, actividades que estuvieran lejos de depravaciones y que tuvieran como
propósito fomentar, “... la memoria, la atención, y el pensamiento, ya que las
deficiencias en la educación... podrían provocar la locura” (Schleske, 2011-2012, p.
16)
•
Lombroso comentó de la importancia del seguimiento del estudio del delincuente,
para terminar con el atavismo y la reincidencia no se convirtiera en un problema.
Posiblemente el atavismo que Lombroso llamó moral, cuando el criminal presentó un
comportamiento fuera de las reglas de la sociedad, pudo curarse con el aislamiento en
lugares de segregación, como fue las cárceles, pero si las anomalías físicas fueron la
principal característica de estos individuos, éstas no pudieron cambiarse con estos métodos.
96
CONCLUSIONES
El método de Lombroso fue aceptado y aplicado, debido a las condiciones históricas
propicias en las que se desenvolvió.
En primer lugar, la preocupación de César Lombroso por curar diversas enfermedades lo
llevó a observar en sus prácticas escolares, a aquellos enfermos mentales de los
manicomios de Italia que posteriormente distinguió de los criminales, cuando examinó a
éstos en su estancia en la guerra y en las cárceles.
También, el aumento de la criminalidad, por el ambiente revolucionario de mediados del
siglo XIX en Italia, condujo a las autoridades a encontrar la forma de vigilar, controlar y
examinar al delincuente para su total recuperación, por lo que el método de Lombroso fue
otro elemento importante para erradicar a los criminales, en la situación histórica que se
presentó en ese momento.
La enorme experiencia profesional y laboral de Lombroso, cuando llevó a cabo sus
prácticas e investigaciones, en hospitales, instituciones penitenciarias y manicomios,
aunado al contacto directo con los delincuentes (uso de la observación directa) y la
experimentación con ellos, fueron argumentos fundamentales de la filosofía Positivista en
la cual se vio inmerso su trabajo y por consiguiente, aspectos claves para darle a su método
la base científica con la cual aportó datos objetivos y veraces, razón por la cual el contexto
histórico fue el indicado para la aceptación de su método.
Otro factor significativo para la acogida del método de Lombroso, fue que las teorías o
métodos en los cuales fundamentó su trabajo como los conocimientos que consideró de los
fisiognómos, los estudios craneométricos de Paul Broca y de los frenológos para crear su
97
Antropología Criminal; el trabajo de Bertillon, para medir a los criminales por medio de la
Antropometría y obtener los rasgos más atávicos por la fotografía tanto de Francis Galton
como el de Bertillon; la cuestión de la herencia y el degeneracionismo, consultado de los
tratados de Morel y el examen de los tatuajes, cuando acudió a los textos relacionados con
la temática del hombre primitivo y esta práctica habitual, fueron investigaciones que ya
gozaban de aceptación y validación por su utilidad, con anterioridad al trabajo de
Lombroso, pero la sistematización de dichos conocimientos y de sus nuevas
argumentaciones, lo hizo acreedor a la paternidad de la Antropología Criminal.
La comprobación de su método, por otros científicos y la obtención de resultados idénticos
a los suyos, fue otro factor primordial que llevó a concluir, que los delincuentes fueron
atávicos por sus anomalías fisiológicas, las cuales repercutieron en sus anomalías mentales,
lo que fue considerado por Lombroso como un fenómeno social, causado por defectos
evolutivos del criminal, esto llevó a su método a aplicarse en varios países como Moscú,
Suiza, Inglaterra, Holanda, Buenos Aires, Colombia, Uruguay, Chile y México, entre otros,
con triunfo.
La difusión de sus resultados, por medio de sus obras más representativas como El Hombre
Delincuente, Los Criminales y El Delito. Sus causas y remedios, además de los Congresos
Internacionales de Antropología Criminal, revistas especializadas y la formación de
sociedades científicas internacionales, fueron otra pieza considerable para que su método se
mostrara en Italia, el continente europeo y en América Latina, con el fin de que aquellos
datos objetivos y científicos, tanto cualitativos como cuantitativos, fueran sometidos a
críticas, rechazos, refutaciones o aceptaciones, para generar nuevo conocimiento.
98
En México, la Penitenciaría de Puebla implemento el método de Lombroso en sus gabinetes
antropométricos a finales del siglo XIX con total éxito, a causa de que las condiciones
históricas en las que se aplicó, fueron idénticas al caso italiano.
El método inductivo-experimental de César Lombroso, contribuyó a identificar, clasificar,
comparar y examinar al delincuente como objeto científico, tal y como lo requirió la
filosofía positivista y por lo tanto, se dio solución a un problema social, de manera
apropiada mediante la observación y la experimentación, el cual fue visto como el más
indicado y correcto en su contexto histórico.
La Antropología Criminal puso las bases para la nueva ciencia criminológica, que surgió
poco tiempo después, pues retomó muchas de las argumentaciones propuestas por
Lombroso, como la interdisciplinariedad, la prevención del delito, el estudio de las diversas
causas del delito, el uso de otras herramientas, el complemento entre datos cualitativos y
cuantitativos, el uso de la estadística para obtener un trabajo organizado, la observación
directa del objeto estudiado y su vinculación con la realidad, la sistematización de
conocimientos, la difusión de resultados, la identificación del criminal a través de la
fotografía y la antropometría y sobre todo la verificación de resultados, por método
científico.
La Criminología, cuando nació a mediados del siglo XIX, tuvo como objetivo explicar las
causas del porqué el origen de las conductas desviadas en el delincuente, para prevenir o
controlar al crimen o al criminal. Esa explicación causal, requirió de un método científico
basado en la observación y lo empírico, para formular teorías y verificar aquella conducta
del criminal. El primer personaje en estudiar las causas de la conducta criminal fue César
99
Lombroso, el cual observó que esa circunstancia se debió a diversos factores, que en su
caso, fueron de origen biológico, psicológico y sociológico, por lo que su relación con el
objeto de estudio fue fundamental, por lo tanto el origen de la Criminología debe buscarse
en el método de César Lombroso. Esta tesis nos permite obtener todos aquellos datos que
nos hace comprender el presente entorno a la criminología actual, ciencia derivada de un
hecho histórico, el cual debe ser estudiado a partir de fuentes documentales para ofrecer
respuestas a los problemas de hoy.
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