INSTITUTO POLITÉCNICO NACIONAL SECRETARÍA DE INVESTIGACIÓN Y POSGRADO CENTRO DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS, ADMINISTRATIVAS Y SOCIALES “TEORÍA Y MÉTODO DE CÉSAR LOMBROSO EN EL HOMBRE DELINCUENTE”. TESIS QUE PARA OBTENER EL GRADO DE: MAESTRÍA EN CIENCIAS EN METODOLOGÍA DE LA CIENCIA PRESENTA: ROSA ELENA ANDRADE RENDÓN. DIRECTORES DE TESIS: DR. HUMBERTO MONTEÓN GONZÁLEZ DRA. PATRICIA RIVERA GARCÍA CIUDAD DE MÉXICO, SEPTIEMBRE DE 2016. ÍNDICE Pág. Glosario. 8 Resumen. 10 Abstract. 12 Introducción. 14 CAPÍTULO I CÉSAR LOMBROSO Y SU MÉTODO. 1.1 Método de Lombroso: aplicación del Método Inductivo-Experimental al estudio del delincuente. 22 1.1.1 El estudio antropológico del criminal 24 1.1.1.1 Análisis del tatuaje en el criminal. 28 1.1.2 Identificación criminal. 31 1.1.2.1.Uso de la fotografía. 31 1.1.2.2 El examen antropométrico del criminal. 34 1.1.3 Revisión de la herencia y el proceso del degeneracionismo en el criminal. 37 1.1.3.1 Epilepsia 38 1.1.4 Evaluación de la influencia de los factores sociales en el criminal. 39 1.1.5 Aplicación de la estadística criminal. 42 1.2 Fases del método de Lombroso. 44 1.3 Críticas al método de Lombroso. 46 1.4 Impacto del método de Lombroso en Italia, el continente europeo y América Latina. 49 1.5 Aportes de Lombroso a la Criminología. 51 1.6 Introducción del método de Lombroso a México, siglo XIX. 54 1.6.1 El método de Lombroso en la Penitenciaría de Puebla, 1892. 58 1.7 De la identificación antropométrica Lombrosiana al sistema dactiloscópico. 67 CAPÍTULO II ASPECTOS PRINCIPALES DE LA TEORÍA DEL CRIMINAL ATÁVICO DE CÉSAR LOMBROSO. 2.1 Italia: tiempo histórico. 70 2.2 Medicina y Psiquiatría en Europa, siglo XIX 71 2.3 César Lombroso: el científico. 72 2.4 Del estudio del delito al estudio del delincuente: un nuevo paradigma. 75 2.5Teoría del Atavismo de Lombroso. 78 2.5.1 Rasgos atávicos durante la niñez. 82 2.5.2 La clasificación criminal. 84 2.5.3 Delincuentes y locos delincuentes, ¿quiénes fueron más atávicos? 92 2.5.4 Recomendaciones de Lombroso para tratar el atavismo. 95 Conclusiones 97 Bibliografía 101 DEDICATORIAS Dedico este trabajo, a mi familia por su apoyo incondicional. Dedico este trabajo, al Instituto Politécnico Nacional, por abrirme las puertas del conocimiento. Dedico este trabajo, al Centro de Investigaciones Económicas Administrativas y Sociales, por permitirme crecer profesionalmente. Dedico este trabajo a la Historia, por ayudarme a comprender los hechos del pasado y del presente. AGRADECIMIENTOS. Agradezco al CONACYT, por haberme proporcionado una beca para realizar mis estudios. Al Dr. Humberto Monteón González, por su dedicación, por ser mi guía en esta investigación y por compartir sus conocimientos. A la Dra. Patricia Rivera García, por su apoyo incondicional para llevar a buen término este trabajo y por sus consejos. A la Dra. Gabriela María Luisa Riquelme Alcántar, por su ayuda y compromiso con este trabajo. A los Doctores Alma Alicia Benítez Pérez, José Francisco Martínez Velasco y Hortensia Gómez Viquez, por sus comentarios tan acertados para mejorar este trabajo. Al Centro de Investigaciones Económicas, Administrativas y Sociales, por haberme proporcionado durante este tiempo, nuevos conocimientos que me permitieron crecer personal y profesionalmente. GLOSARIO Anomalía física: Malformación o anormalidad física en el individuo, producida por la herencia. Anormal: Individuo que se distinguió por sus anormalidades físicas y morales. El criminal se incluyó dentro de esta categoría. Antropología Criminal: Ciencia que estudio las características físicas y mentales de los delincuentes, por medio del método científico. Antropometría: Ciencia que estudia las medidas exactas, de manera individual en cada ser humano. Atavismo criminal: Reaparición de caracteres ancestrales, principalmente de algún tipo de primate antropomorfo en el criminal, por medio de la herencia producto de la reversión, lo que derivó en la detención evolutiva de las características físicas, mentales y morales en el delincuente, lo que provocó falta de sentido moral, impulsividad, insensibilidad y salvajismo. Criminal nato: Individuo que se caracterizó por una serie de rasgos antropológicos como: altura anormal del cráneo, frente huidiza y baja, gran desarrollo de los pómulos, orejas en asa, pigmentación abundante en piel, cabellera rizada y espesa, canicie y calvicie tardías, arrugas anormales y precoces, agudeza visual, pereza, ausencia de remordimientos, impulsivo, frecuencia de tatuajes (en su mayoría obscenos), insensibilidad al dolor y afectiva, sentimientos de venganza, crueldad y caló (uso de lenguaje especial), gusto por el canibalismo, el alcohol, el juego y sexo. 8 Higiene Social: Programa de saneamiento social que fue implementado primeramente en Puebla durante el Porfiriato, para eliminar o aislar a los criminales, vistos como individuos contaminantes del espacio social. Sociología Criminal: Ciencia que estudió el contexto particular e individual donde vivió cada delincuente, lo que incluyó aspectos de clima, económicos, culturales, educativos, religiosos, alimenticios, entre otros, los cuales pudieron influir para cometer algún tipo de delito. 9 RESUMEN En este trabajo se realizó la descripción, análisis y definición de cual fue el método por el cual César Lombroso estudio y definió las características de lo que llamó el hombre delincuente, estudio que se encuentra enmarcado en la historia de la criminalistica, ya que este método fue utilizado como una base para definir los diversos estudios de la criminalidad, que en ese momento iba en aumento por causa de la desestabilidad social y económica que vivió Italia a mediados del siglo XIX, provocada por la unificación italiana, por lo que el Estado tomo las medidas necesarias para vigilar y controlar al delincuente. Asimismo, se describen los aportes del método de Lombroso en el área de la criminalística, por la interdisciplinariedad y por el estudio de aspectos biológicos, psicológicos y sociales del delincuente, entre otros. Investigaciones anteriores, examinaron la contribución de César Lombroso en la medicina, antropología criminal y criminología, donde analizaron al personaje y algunos aspectos considerados como importantes en el área, pero no se analizan los pasos que siguió para configurar el método a través del cual estableció sus teorías acerca del hombre delincuente. Como punto importante en este trabajo, se enfatiza la importancia de lo que él llamó “el hombre atávico”, término que surgió de sus observaciones hechas en criminales recluidos en prisiones, hospitales y manicomios; así como experimentaciones realizadas al momento de reconocer a los delincuentes, mediante evidencias antropológicas, psicológicas, antropométricas, entre otras. Estos aportes los presentó en obras tales como El Hombre Delincuente, Los Criminales y El Delito. Sus causas y remedios, las cuales se analizaron en este trabajo, así como su impacto y aceptación de su método, calificado en su tiempo como eficaz, objetivo y científico, en Italia, 10 Bélgica, Ginebra, Amsterdam, España y Moscú; Buenos Aires, Uruguay, Chile, Colombia y México. Se analiza la Penitenciaría de Puebla, pues fue una de las primeras prisiones en el que se implementó el estudio del delincuente, fundamentado en cuestiones de antropología criminal, antropometría, fotografía, estadística y psicología, las cuales fueron claves en el método de Lombroso. El método de Lombroso puso las bases para la Criminología que nació como ciencia, años más tarde. Palabras clave: atavismo, método, Antropología Criminal, criminal, Lombroso. 11 ABSTRACT This work describes, analyzes and defines the method through which Cesare Lombroso studied and defined the features of what he called the criminal man, a study which is framed in the history of criminalistics, because this method was used as a base to define diverse studies on criminality, that in that time was on a rise as an effect of social and economic instability that Italy suffered in the mid XIX century, caused by the Italian unification. For this reason the State took necessary measures to guard and control criminals. The contributions of Lombroso’s methods in the area of criminalistics are described for the interdisciplinarity and the study among others, of biological, psychological and social aspects of the criminal. Previous research has examined the contribution of Cesare Lombroso in medicine, criminal anthropology and criminology, where he is analyzed, as well as some other aspects of his work considered important, but this research did not analyze the steps that were followed to configure the method through which he established his theories on the criminal man. As an important point in this work, the importance of what he called the “atavic man” is emphasized, a term which rose from his observations made on criminals secluded in prisons, hospitals and asylums; as well as experiments made at the moment of meeting the criminals, through anthropological, psychological, anthropometric evidences. These contributions were presented on books such as The Criminal Man, The Criminals and Crime: Its Causes and Remedies; these books were analyzed in this work, along with their impact and the acceptance of his method, that in its time was considered effective, objective and scientific in Italy, Belgium, Genève, Amsterdam, Spain and Moscow; Buenos Aires, Uruguay, Chile, Colombia and Mexico. Puebla’s penitentiary is analyzed, because it was one of the first 12 prisons that implemented the study of criminals, based on subjects like criminal anthropology, anthropometry, photography, statistics and psychology, all of which were key in Lombroso’s method. Lombroso’s method set the foundation for criminology which years latter was born as a science. Keywords: atavism, method, criminal anthropology, criminal, Lombroso. 13 INTRODUCCIÓN. Actualmente cuando se habla de Criminología, una referencia importante es César Lombroso, ya que fue el primer individuo en estudiar al delincuente bajo el método inductivo-experimental, pero ¿Porqué y cómo lo hizo?. Para contestar estas preguntas, se procedió a realizar una exhaustiva revisión bibliográfica, se inició este trabajo ubicando este tema como importante en el estudio de la Historia de las ciencias sociales, posteriormente, se ubicó la información referente a quién y cómo se ha abordado en la historia de la criminalística de manera general y particularmente del hombre delincuente. Una vez determinado el tema de estudio con base, se procedió a identificar a los personajes, espacios, instituciones y teorías existentes al respecto; y fue Europa el primer espacio de estudio en el que se ubicaron a los personajes principales del tema, como César Lombroso, Enrico Ferri y Rafael Garofalo. El primero considerado el padre de la antropología criminal (antecedente de la criminología), creador del concepto “criminal atávico”, teoría que explicó por vez primera un hecho social como fue la criminalidad, como un fenómeno antropológico-psicológico desde un enfoque evolutivo, que percibió al delincuente como un individuo anómalo físicamente; igualmente la importancia de sus estudios científicos dentro de la Escuela Positivista, basados en la observación y la experimentación del criminal, nunca antes realizados y su método utilizado, mediante ciencias como la Antropología Criminal, la Medicina, la Antropometría, la Psiquiatría y la Estadística Criminal, además de la gran influencia y aplicación de este método no solo en Italia, sino en gran parte del mundo, lo que incluyó México. 14 Pero, el hecho de identificar al delincuente como un ser con anomalías físicas, surge de esta manera la pregunta de investigación, ¿con base en estas anomalías, el hombre es atávico?. Debido a la abundancia de fuentes documentales y de sitios web encontrados acerca del tema, se podría decir que es un tema poco importante por el avance en los estudios actuales de criminalística o que todo está dicho o establecido, pero en la mayoría de los trabajos, se abordó la importancia de César Lombroso, en relación con el establecimiento y aporte de la Antropología Criminal al estudio del delincuente, tal fue el caso del artículo publicado en 1999, “Antropología criminal en el Porfiriato: las escuelas de Alphonse Bertillon y de Cesare Lombroso”, escrito por Belem Claro Álvarez, y Elia Martha Rodríguez de la Concha, donde se analizaron los antecedentes históricos de la antropología criminal, desde los griegos y la relación entre degeneración moral y física, la fisiognomía, la frenología, hasta llegar con el uso de la ciencia en la teoría del criminal nato de Lombroso. Igualmente, las autoras, plantearon como el delincuente fue identificado y estudiado bajo la perspectiva antropométrica de Bertillon en la Cárcel de Belén y el examen antropológico de Lombroso en la Cárcel de Puebla. Por otra parte, se localizó la contribución que hizo Lombroso al campo de la medicina, como lo expuso Laura Suárez y López Guazo en “La antropología criminal y su influencia en el campo de la salud mental en México” (2000), donde la autora observó cómo criminólogos, psiquiatras y médicos legistas usaron las teorías propuestas por Lombroso en referencia al delincuente atávico de 1930-1950 en México y la forma en que las aplicaron dentro del campo de la salud mental. En otro artículo, López Guazo, observó el predominio de las teorías sobre evolución en el trabajo de Lombroso, en “Evolucionismo, mejoramiento racial y medicina legal” (2005). 15 En el artículo “Tras la huellas de la peligrosidad: la teoría criminológica de Cesare Lombroso en el siglo XIX” (2015) de Graciela Velázquez Delgado y María Christiansen, se muestra como Lombroso a partir de la antropología criminal y la antropometría estudió al hombre delincuente, además de utilizar otras herramientas como la fotografía, para indagar sobre la peligrosidad y el grado atávico del individuo. En la obra “Indígenas y criminalidad en el Porfiriato. El caso de Puebla” (2001), escrito por Nydia Cruz Barrera, se analizó el trabajo realizado por Martínez Baca y Manuel Vergara en la Penitenciaría de Puebla con los indígenas criminales, enfocado al uso de la antropología criminal y la antropometría en el método utilizado. “Medir y civilizar” (2001) de Beatriz Urías Horcasitas, describió los diversos estudios anatómicos de mediados de siglo XIX sobre caracteres de razas indígenas, a través de mediciones craneométricas y antropométricas, técnicas que posteriormente hicieron uso Martínez Baca y Manuel Vergara en sus investigaciones de antropología criminal y la reaparición de caracteres de razas primitivas en criminales. El trabajo de Lombroso se expandió al terreno de las patologías mentales y fue María del Carmen Hilda Schleske Morales, quien lo comentó en “Sujetos a doble condena: los reos del pabellón de peligrosos en el Manicomio General (1910-1915)”, la autora comentó en este artículo las visiones y teorías de la criminalidad que imperaron entre 1910-1915 en México, las cuales consideraron a la corriente positivista de Lombroso con su loco delincuente, al mostrar la influencia de algunas condiciones psicopatológicas para cometer delitos. También, mencionó como el Manicomio de la Castañeda integró estos conocimientos científicos de Lombroso, para asistir al loco delincuente en México. 16 Otros autores hicieron referencia a Lombroso, cuando hablaron de cuestiones criminológicas como Luis Rodríguez Manzanera en Criminología, cuando analizó la historia de la criminología y observó a las civilizaciones antiguas, la Edad Media y la llegada de las diversas escuelas jurídico-penales como la escuela Positivista de Lombroso y Elisa Speckman Guerra, con su libro Crimen y castigo: legislación penal, interpretaciones de la criminalidad y administración de justicia. Ciudad de México 1872-1910, donde la autora describió los aspectos principales de la criminalidad durante el Porfiriato y las escuelas predominantes, como al Escuela Positivista, la legislación vigente, además de los relatos de crímenes nota roja y la administración de justicia. Mientras que la cuestión del atavismo, fue incluida en todos los textos anteriormente referidos, en el libro de Francisco Martínez Baca, Los Tatuages. Estudio Psicológico y México- Legal en delincuentes militares (1899), se exponen las ideas del atavismo y los delincuentes, aspectos que Lombroso toca en sus estudios acerca del delincuente. Igualmente otras investigaciones no estuvieron debidamente documentadas, como el artículo, “Las teorías criminológicas y la llegada del sistema Bertillon a la ciudad de México, ¿un caso de éxito?”, escrito por Villegas Terán Karina (2015), pues afirmó que la obra de Los Criminales es la traducción al español de la obra El Hombre Delincuente, lo que incurre en un error pues son dos obras escritas por Lombroso, pero la primera publicada aproximadamente en 1889 y la segunda escrita en 1876. En todas estas fuentes documentales se habla de los aportes de Lombroso, pero no se explicita el método a través del cual se valió el autor para definir sus teorías y estudios sobre el delincuente, entonces en esta tesis se busca responder a preguntas como: 17 ¿En qué consistió el método de Lombroso?, ¿Cómo Lombroso llevo a cabo su método? ¿Cuándo y dónde Lombroso aplicó su método? ¿Cuáles fueron los recursos de los que se valió Lombroso para realizar su método? ¿Por qué el método de Lombroso fue relevante? ¿Para qué Lombroso implementó dicho método?, preguntas que al ser respondidas aportaran nuevos conocimientos. La variedad de fuentes primarias analizadas, permitió una vinculación directa para reconstruir acontecimientos del pasado. Por lo tanto, fue fundamental la recolección de datos, a partir de la revisión de documentos, de esta manera se consultaron fuentes primarias o conocidas como directas, por elaborarse en el mismo periodo del acontecimiento, en este caso las escritas por Lombroso como El Hombre Delincuente, obra que tuvo en su momento cinco ediciones, la primera se publicó en 1876 y la última en 1897. Esta obra aportó sus avances en relación a la Antropología Criminal y constituyó la primera y más importante, donde abordó al delincuente desde su examen físico y psicológico, comparandólo con el loco delincuente, con lo que concluyó que todos eran atávicos. Otra fuente consultada, fue Los criminales, documento elaborado aproximadamente después de 1889 (el texto no contiene el año exacto de su publicación), obra en la cual se presentó la estructura definitiva de la clasificación de los delincuentes. César Lombroso, expuso sus resultados acerca de las deformidades físicas encontradas en criminales, (anomalías propias del atavismo), manifestó sus ideas y observaciones y completo así, con la información de los expertos, quienes mostraron los resultados obtenidos después de estudiar al criminal y la aplicación de la antropología criminal y la antropometría. Y por último otro libro consultado fue El Delito. Sus causas y remedios, el cual mostró todo aquello relacionado al entorno social donde interactúo el delincuente. 18 Entre las fuentes secundarias, las cuales son de apoyo a la investigación, por elaborarse tiempo después, se localiza Criminología escrita por Luis Rodríguez Manzanera, personaje destacado y gran conocedor de la temática. Dentro de las fuentes consultadas para el caso mexicano, se encuentran: la fuente primaria de Francisco Martínez Baca, Los Tatuages. Estudio Psicológico y México- Legal en delincuentes militares, así como otras fuentes secundarias, escritas por Nidia Cruz Barrera, Gerardo González Ascencio, Laura Suárez y López Guazo, Beatriz Urías Horcasitas, investigadores especializados en el tema. Todas fuentes documentales empleadas, se sometieron a un método de crítica, para establecer y explicar los hechos y procesos históricos, lo que permitió formular hipótesis desde la lectura de fuentes (por medio de ésta operación se interpretó la información contenida en los documentos), durante la Crítica Externa e Interna de los documentos y aquellas que emergieron al momento de integrar los datos acerca del pasado. De esta forma, se determinó que documentos fueron útiles para interpretar y comprobar las hipótesis que surgieron a lo largo de la investigación, etapa conocida como crítica de fuentes, fundamental para llevar a cabo cualquier estudio de tipo histórico y se obtuvo así, un conocimiento más certero y veraz de los datos históricos. Las fuentes tomaron un papel fundamental, porque mediante éstas se analizaron y procesaron los datos, con lo que se infirieron los hechos y procesos estudiados; los datos fueron evaluados, 19 clasificados, criticados, analizados, procesados e interpretados, para elaborar una investigación histórica y de esta manera cimentar un conocimiento histórico. El primer capítulo, describe el método de César Lombroso empleado desde sus primeros estudios en 1859 hasta 1906, cuando asistió por última vez al Congreso de Antropología Criminal, antes de su muerte ocurrida en 1909. En cuanto al lugar, se centró en la región de Italia (lugar de origen del personaje a estudiar), donde desarrolló la totalidad de su trabajo profesional y laboral en relación al delincuente, desde su perspectiva biológica antropológica. Este capítulo muestra paso a paso como es que Lombroso a partir de inferencias, comenzó a experimentar con el delincuente. También, se exponen las críticas a las que se sometió el método de Lombroso, cual fue el impacto del método de Lombroso, no solo en Italia y el continente europeo, también en América Latina y principalmente en México, gracias a la difusión y conocimiento, de su método por revistas, congresos y sociedades científicas, pero en particular debido a las condiciones históricas que propiciaron la aceptación de su método en penitenciarías, hospitales y su impacto en las leyes. En México, se examina la aplicación del método de Lombroso en la Penitenciaría de Puebla durante 1892, en el contexto del Porfiriato, donde se aplicaron todas las ciencias o herramientas que utilizó el personaje estudiado para el estudio del delincuente. Asimismo, se explican las aportaciones que hizo el método de Lombroso, al posterior nacimiento de la Criminología. 20 Con base en los resultados de su método, el segundo capítulo describe la Teoría del Criminal Atávico, donde se muestra el contexto histórico en que se desenvolvió Lombroso, el cual le permitió desarrollar sus investigaciones, la forma de llevarlas a cabo, las teorías que consideró de otros expertos, así como la definición que hace de su teoría, los conceptos que surgen como el “criminal nato” y otros, al igual que se analiza el grado de atavismo entre delincuentes y locos delincuentes. 21 CAPÍTULO I: CÉSAR LOMBROSO Y SU MÉTODO “... la escuela de la antropología criminal no ha menester de ningún otro testimonio para demostrar que goza, al presente, de una vida exuberante y consolidada... no exageramos al decir que la antropología criminal ha duplicado en vitalidad e intensidad”. César Lombroso, Los Criminales. 1.1 Método de Lombroso: Aplicación del método inductivo-experimental al estudio del delincuente. Cuando Lombroso dedujo, después de sus observaciones directas con criminales que el hombre fue atávico por sus anomalías físicas, fundamentos que relacionó con la obra de Darwin, El Origen del Hombre, comenzó a establecer sus conclusiones y para realizarlas, continúo con sus estudios de forma particular en cada delincuente, para proseguir con un resultado general de todos los criminales examinados, característica particular del método inductivo, el cual agrupó los conocimientos e informaciones aisladas. Pero la inducción que realizó Lombroso, no solo se basó en datos obtenidos de la observación, por medio de los sentidos, también requirió de la experimentación, a fin de verificar la veracidad de las hipótesis, de esta manera, pasó de casos singulares a una totalidad de casos, fundamentado en información científica, que le dio validez y objetividad, lo que hizo por medio de la Antropología Criminal, la Antropometría, la Estadística Criminal y la Psiquiatría. 22 Lombroso se vio influenciado por las teorías de otros expertos, a los cuales leyó y retomó sus obras, para fundamentar su trabajo, como por ejemplo, en el apartado de la Antropología Criminal, consultó textos de los fisiognomos acerca de la relación entre rasgos faciales y la conducta moral del delincuente; los estudios craneométricos de Paul Broca donde observó la forma de medir y estudiar las diversas partes del cráneo y de los frenólogos para examinar el cerebro; en cuestión de la Antropometría revisó el trabajo de Bertillon para medir al criminal, también siguió la técnica de la fotografía de este mismo autor; para observar como la herencia fue un factor clave en cuanto a la criminalidad, uso la técnica de la fotografía superpuesta de Francis Galton; en cuanto al degeneracionismo, consultó el tratado de Morel y cuando examinó los tatuajes, acudió a los textos relacionados con la temática del hombre primitivo y esta práctica habitual, por lo que organizó un conjunto de elementos para llevar a cabo su método (seguimiento de pasos para llegar a un fin). A partir de los datos obtenidos, elaboró sus teorías y las comprobó al momento de experimentar con el criminal, comparó sus resultados con el de otros expertos. Adoptó el método experimental de las ciencias naturales para estudiar al criminal, concedió el carácter científico a lo que obtuvo de la observación y la experimentación, por ser datos objetivos y partió así de los datos particulares, para llegar a proposiciones generales. Observó y recolectó datos relacionados con las características biológicas, porque “...no hay entonces regla más adecuada metodológicamente hablando más que la observación perseverante, el análisis... y en general la abnegada y seria contemplación de lo humano” (Gutiérrez, 2012, p. 23 147) y conoció las causas de la conducta del individuo. El objetivo principal de Lombroso fue poder identificar y reconocer al criminal, a partir de rasgos anatómicos y mentales. Como primer paso consistió en realizar una búsqueda exhaustiva de los criminales y acudió a centros penitenciarios, instituciones de salud mental y hospitales, para localizarlos, inclusive los buscó en las calles, pues comentó que existieron criminales libres, “... tan numerosos en el mundo y con los cuales puede fácilmente tropezarse en la vía pública...” (Lombroso, S/F, p. 124); en el caso de que fueran criminales fallecidos, practicó la necropsia, todo en base a su experiencia profesional y laboral1 en manicomios2 y cárceles3, Posteriormente, después de verlos de cerca y tener contacto con ellos, uno a uno de manera individual, inició la fase de la entrevista que elaboró él mismo para conocer más sobre la vida del criminal, sus costumbres y su familia y lo más importante acerca del crimen cometido, de este modo ganó su confianza, porque “... la enmienda de los criminales, no pueden ser llevados á la práctica, si no se está en contacto con los hechos” (Lombroso, S/F, p. 122), para posteriormente continuar con el examen antropológico. 1.1.1 El estudio antropológico del criminal. Cuando Lombroso localizó al delincuente y platicó con él, prosiguió con otra parte fundamental de su método, examinar por medio de la Antropología criminal “... las características físicas y 1 1863 y 1864: Fue docente de Psiquiatría, 1876: Profesor de Medicina Legal de la Universidad de Turín, 1878: Impartió curso de Psiquiatría y Antropología Criminal, fuera del ámbito universitario, en un convento. 2 1858: Fundó la sección de enfermos mentales en el Hospital de Santa Eufemia en Pavia, 1871: Dirigió el manicomio de Pesaro, 1880: Con su intervención, se aprobó la fundación oficial de manicomios judiciales. 3 1884: Nombrado médico de las cárceles de Turín. 24 mentales particulares a los autores de crímenes y delitos... estudia la personalidad del delincuente, mediante método científico que es conllevado dentro de la ciencia biológica y psicológica en general...” (Rodríguez, 1981, p. 61) y analizar otros aspectos del criminal en relación a su lenguaje, sus costumbres y el uso del tatuaje, dicha ciencia contribuyó con nuevos descubrimientos que se confirmaron de manera experimental. Para dar inició a su estudio antropológico, Lombroso examinó las características físicas del delincuente, entonces tomo en cuenta los estudios de los griegos que vincularon el aspecto físico con el carácter o moralidad del individuo, teorías que se basaron en la práctica y la intuición4. De este modo, para estudiar los rasgos faciales, Lombroso aplicó las teorías fisiognómicas5, tal y como lo mostró en su libro El Hombre Delincuente y analizó los ojos, la nariz, las mandíbulas, las orejas, los pómulos, el pelo, la barba, los dientes y los labios, para identificar a los criminales, a pesar de que la fisiognomía implicó conocimientos hipotéticos e imaginarios. Después, estudió el cerebro y cráneo de los delincuentes, lo que hizo con la ayuda de la frenología6 y obtuvo como resultados que los cleptómanos presentaron una fusión congenital de los lóbulos frontales, algunos asesinos tuvieron atrofias de las circunvoluciones frontales del lóbulo occipital y que los estafadores mostraron una destrucción de las raíces de la circunvolución frontal superior. 4 Personajes como Aristóteles, Sócrates, Hipócrates y Platón, estudiaron las líneas de las manos, los pies, la frente y el ombligo. La escuela de los fisonomistas surgió en 1586, su principal representante fue G. B. della Porta (hoy conocido como precursor de la antropología criminal), el cual en su tratado Fisiognómica, relacionó las diversas partes de la cara, como signos que revelaron los sentimientos del individuo. 6 Ciencia que surgió en Europa durante el siglo XVIII, estudió la forma y las protuberancias del cráneo que corresponden a algunas cualidades del cerebro como capacidades intelectuales, morales o animales. Su principal representante fue Franz Gall (1758-1828), médico alemán. 5 25 Luego, en el caso del estudio del cráneo, Lombroso retomó la craneometría propuesta por Paul Broca7 (1824-1880), con la cual consiguió información relacionada a los cráneos de asesinos y salteadores de caminos que tuvieron, senos frontales muy pronunciados, una capacidad más grande de las fosas craneanas occipitales y aplanamiento unilastral de la frente y del occipucio, estos resultados los comparó con “... fósiles humanos prehistóricos o restos de hombres primitivos procedentes de diversas expediciones antropológicas” (Pérez, 2004, p. 233); también examinó la capacidad craneal y cerebral, circunferencias anteriores y posteriores, índice vertical y frontal, índice cráneo-mandibular y capacidad del centro occipital, porque la cabeza presentó para él una de las anomalías más vistas en criminales, como el hoyuelo en medio del occipital. Posteriormente, estudió las características mentales, como: la inteligencia, la memoria, la imaginación, los sentimientos y la voluntad. También analizó las formas de expresión del criminal, la primera a través de la escritura, donde descubrió que los criminales escribieron con letra dura, grosera, enérgica y prolongación de letras (T y R enormes), sobre todo en bandidos y homicidas; los gestos fueron el segundo aspecto importante expresivo, ya que por medio de éstos, los criminales expresaron sus pensamientos y la manera de caminar, conocida como marcha donde Lombroso percibió en su obra Los Criminales que el paso izquierdo de los criminales fue más largo que el derecho, contrario al de las personas honradas. En tercer lugar, estudió el lenguaje usado por los criminales denominado caló, porque de acuerdo a Lombroso, “Ellos hablan diferente a nosotros, porque ellos no sienten de la misma forma, 7 Fundador de la Sociedad Antropológica de París en 1859. 26 hablan como salvajes, porque son verdaderamente salvajes en medio de la brillante civilización europea” (Velázquez y Christiansen, 2015, p. 248), refiriéndose al término nosotros, como los individuos honestos que nunca cometieron ningún crimen. Lombroso midió la intensidad al dolor8 y reportó que los criminales soportaron los eventos más dolorosos, como cuando relató en Los Criminales un evento que ocurrió en la cárcel, donde un asesino que trabajó como albañil, fue reprendido y se aventó de un tercer piso, aproximadamente a una altura de 9 metros, lo cual no le afecto en nada, pues se levantó y continúo con su andar y esta ausencia de dolor fue conocida como analgesia o disvulnerabilidad equiparada con una insensibilidad moral; en cuanto a los sentidos, Lombroso los analizó, después de verter soluciones acuosas en el osmómetro (contenedor para poner las soluciones), y las dio a oler a los criminales, como resultado observó que la intensidad odorífica fue menos desarrollada, en estos individuos que en personas honestas, aunque los homicidas en específico, la actividad presentada fue enorme y precoz. Para tener un análisis más completo del criminal, midió la reacción cardiaca, el pulso y la presión sanguínea. Así, el estudio antropológico del crimen mostró el origen del delito, lo que permitió conocer el verdadero comportamiento humano, a partir de estudios científicos. Aunque los estudios en donde se relacionó la anatomía del individuo con su carácter, surgieron desde antes de Lombroso, este se distinguió por hacer uso de ellos, al aplicarlo al delincuente. Lo novedoso y diferente de la Antropología Criminal, fue la aplicación de otras ciencias, con la cual se conoció tanto de manera externa como interna al delincuente, haciendo algo más completo y objetivo. 8 Para realizar esta operación, Lombroso empleó el algómetro eléctrico. 27 Además fue una ciencia relevante que Lombroso consideró necesaria incluirla en la enseñanza de los conocimientos carcelarios para conocer a detalle al hombre criminal, asimismo fue fundamental en la medicina legal y en materia penal, ya que los médicos y los juristas controlaron al delincuente tanto en tribunales como en manicomios, basándose en esta ciencia. 1.1.1.1Análisis del tatuaje en el criminal. Para continuar con su análisis antropológico, Lombroso observó con detenimiento al delincuente en busca de señas particulares como cicatrices, marcas, pero sobre todo puso énfasis en el uso del tatuaje, porque para él fue el sello distintivo del atavismo. El estudio del tatuaje para Lombroso, inició cuando proporcionó asistencia médica a los soldados del ejército piamontés y contempló un elevado número de soldados denominados por él, deshonestos (por ser brutales y no contar con educación) que mostraron en sus brazos y pecho, tatuajes obscenos. Luego analizó que de “... 10 234 tatuados de los cuales 6,348 eran criminales o prostitutas o soldados delincuentes... un alto número de los tatuados tenían desviación...” (Narváez, 2005, p. 310). Cabe mencionar que Lombroso elaboró un análisis del tatuaje en el hombre primitivo y el criminal, para observar las similitudes y diferencias. Los resultados le mostraron que en el primero, el tatuaje fue una especie de adorno sencillo, considerado obra de arte o figura decorativa que en muchas ocasiones fue parte de sus costumbres; pudo manifestarse como líneas 28 de colores que pintaron en diversas partes de su cuerpo como manos, pies, uñas, labios, rostro o piernas; también fue un tatuaje el teñir cabello, barba o dientes de algún color. Después, al momento de platicar con los delincuentes, pudo informarse que el hábito de tatuarse comenzó durante la infancia entre los nueve y diez años por todo el cuerpo, entonces comparó estos datos con los que obtuvo del hombre primitivo y examinó que éste último sólo lo realizó en brazos y pecho. Por lo tanto, cuando adjuntó todos los resultados anteriores y los que fueron surgiendo en el transcurso de sus estudios, llegó a la conclusión que el tatuaje fue un rasgo que identificó a los criminales, por ser una operación dolorosa. Esa resistencia al dolor fue nombrada por Lombroso como analgesia, la cual fue común entre hombres primitivos, salvajes y que esa insensibilidad física en los criminales, “... fue duplicada por una moral, en la mayor parte de ellos se carece absolutamente” (Velázquez y Christiansen, 2015, p. 243). Imagen 1: Tatuajes en el criminal (tomado de http://www.taringa.net) 29 En la Imagen 1, se presentan tatuajes en diversas partes del cuerpo del criminal, mostrados en el libro El Hombre Delincuente. Y aunque Lombroso admitió que el tatuaje también se localizó rara vez en personas honradas, los tatuajes de los criminales fueron más evidentes y notables por su proporción, intensidad, difusión y por tener un “... esprit violent, vindicatif, entraîné à des actes désespérés. L'un d'eux avait sur la poitrine, entre deux poignards, cette farouche menace : Je jure de me venger...”9 (Lombroso, 1887, p. 207), con lo que fue evidente los aspectos más oscuros del alma criminal, “La obscenidad, la jactancia del crimen y el contraste por demás extraño de las pasiones más perniciosas y de los sentimientos más delicados” (Lombroso, S/F, p. 46). Los criminales, de acuerdo a Lombroso, se tatuaron figuras eróticas que manifestaron “... deseos de venganza, o indican la forma en que esta se producirá cuando logren salir de prisión” (Pérez, 2004, pp. 236-237), que inclusive no encontró esta forma de adorno ni en los salvajes, asimismo fue una marca de contraseña entre asociaciones de criminales o señal de reconocimiento. De esta manera, observó que el tatuaje no tuvo el mismo propósito para el hombre primitivo y para el criminal, asimismo lo que se expresó a través de ellos fueron sentimientos muy diferentes, ya que el tatuaje del criminal en su mayoría fue violento. En el caso del estudio a locos delincuentes, Lombroso concluyó que en los locos, los tatuajes fueron considerados figuras simbólicas y entre los criminales, fueron manifestaciones atavísticas. 9 (“...mente violenta, vengativa, impulsados a cometer actos desesperados. Uno de ellos fue en el pecho entre dos dagas, esta feroz amenaza: Juro venganza”). 30 1.1.2 Identificación criminal. El siguiente paso en su método, fue identificar al criminal y Lombroso lo hizo, mediante dos formas que se dieron en Europa: la primera fue por medio de la fotografía en 1851, cuando se inventó el papel y la segunda fue a través del uso de la antropometría, propuesta por Bertillon en 1879, pero aplicada hasta 1882 en París. 1.1.2.1 Uso de la fotografía. Cuando Lombroso terminó de analizar al delincuente de manera antropológica, necesitó pruebas de todo lo obtenido, pues recibió muchas críticas hacia su trabajo el cual fue calificado como parcial. Ante dicha situación, para verificar sus teorías con un soporte visual y llenar ese vacío, usó la fotografía, por ser una herramienta útil para ciencias como la medicina, la antropología y la psiquiatría, para conocer a fondo la apariencia humana. De esta forma, Lombroso empleó la técnica de Bertillon, usada anteriormente en París, la cual consistió en un sistema de registro visual de los criminales, en base al retrato fotográfico de frente y de perfil10, muy diferente al retrato social, porque fue capturado con aspectos de luz, distancia y fondo específicos, porque estas características permitieron uniformar los retratos de los criminales y mostraron los ángulos precisos que se debieron identificar. 10 La creación de fichas de criminales, donde Bertillon utilizó la fotografía y la antropometría, fue el primer instrumento de identificación judicial, conocido como Bertillonaje. 31 Lombroso, pudo justificar “...así sus hallazgos; por otro, observar, en esas fotografías, detalles de aquellos cuerpos enfermos...” (Guixa, 2012, p. 64) que por lo general fueron olvidados y aplicó la técnica semiológica para evidenciar, los rasgos fisiognómicos como orejas, nariz, ojos, pómulos, boca y cabeza que posteriormente fueron características necesarias para elaborar los retratos hablados y capturar a los criminales de manera más rápida. Imagen 2: Fotografías criminales italianos (tomado de https://entrerejas.wordpress.com) Sus primera imágenes, las mostró en “... la tercera edición de L’uomo delinquente en 1884 sirviendo, por ejemplo, de base para el Atlante publicado como apéndice separado a la última edición de 1896-97” (Martínez y Serrulla, 2008, p. 187), donde compartió 424 imágenes de criminales de Lombardía y Piamonte, después de sesiones fotográficas que él mismo llevó a cabo en la prisión de Pavia donde trabajó, tal y como se muestra en la Imagen 2 con fotografías expuestas en su libro El Hombre Delincuente, también uso materiales de otros científicos como gráficas, mapas, imágenes de tatuajes y otras fotografías. 32 Para estudiar los cráneos de los criminales, Lombroso adoptó el método fotográfico de Galton11, el cual consistió “...en superponer varias fotografías de diferentes rostros en cuyas múltiples exposiciones surge un tipo de rostro, archivado en una imagen singular...” (Grigoriadou, 2001, p. 45), de este modo, se visualizó, por medio de la comparación entre criminales, gente honesta y familiares, cómo la herencia pudo predisponer al crimen, postulado que fue resultado del concepto de Eugenesia12. Por medio de la fotografía compuesta galtoniana, dijo Lombroso, encontró como entre los cráneos de asesinos y de salteadores de caminos, hubo un gran parecido. A partir de todas las fotografías recolectadas a lo largo de su trabajo, identificó, clasificó y comparó al individuo, pues las imágenes fueron consideradas objetivas y precisas que aportaron conocimiento. Durante el siglo XIX, las características físicas de los individuos fueron vistas como “... marcas de identidad entran en un régimen de vigilancia y control, de observación y anotación, de examen y archivo, en otras palabras se convierten en pruebas científicas” (Grigoriadou, 2011, p. 40), lo que colocó al cuerpo como el principal objeto de estudio. La fotografía cumplió con su cometido, porque no solo identificó al criminal, sino que también evidenció aquellas anomalías físicas que diferenciaron al delincuente del hombre honrado, a simple vista. La fotografía, fue complementada posteriormente con los datos antropométricos, lo que le permitió a Lombroso generar información y presentar al cuerpo humano como elemento clave para detectar la peligrosidad. 11 12 Sir Francis Galton (1822-1911), considerado fundador de la antropometría, de la genética cuantitativa y padre de la Eugenesia. Consistió en mejorar la raza, eliminar a los degenerados y a todos aquellos que actuaron hacia el mal. 33 1.1.2.2 El examen antropométrico del criminal. Para tener pruebas aún más detalladas de las diversas partes del cuerpo del criminal, Lombroso utilizó la Antropometría13, para conocer las medidas y relaciones numéricas exactas, lo que estableció “...la singularidad de cada ser humano... Los señalamientos antropométricos se componen esencialmente para cada sujeto examinado de diversas longitudes huesosas, siempre las mismas en un orden uniforme...” (González, 2005, pp. 580-581), así Lombroso se ajustó, al método de Bertillon14, para examinar las dimensiones diferentes de los huesos en cada persona. Lombroso siguió dicho sistema y tomó “...11 medidas corporales: estatura, diámetro longitudinal de la cabeza; longitudes del pie izquierdo, del dedo medio izquierdo, máxima de los brazos, del codo izquierdo, de la oreja derecha, anchura de la oreja derecha, diámetro transverso máximo, braza y busto...” (Claro y Rodríguez, 1999, p. 113), con las cuales se tuvo un conocimiento científico del delincuente y lo hizo con la ayuda del taquiatropómetro, graduador anatómico que aportó “... las medidas más importantes del cuerpo, facilitando ... aun á aquellos pueblos totalmente ayunos de conocimientos científicos, la práctica de la antropometría...” (Lombroso, S/F, p. 34). La imagen 3 muestra cómo se realizó la medición de las diferentes partes del cuerpo con los instrumentos requeridos. 13 Las medidas antropométricas solo se tomaron en individuos a partir de los veinte años, ya que de acuerdo a los expertos, fue la edad en la que el ser humano dejó de crecer, por lo que no se llevó a cabo en reos más jóvenes, aun cuando la población de penitenciados fue desde los dieciocho años. 14 Alphonse Bertillón (1853-1914), jefe en 1880 del Departamento de la Identidad Judicial de la policía de París. Posteriormente cuando fue nombrado asistente de laboratorio fotográfico, se dio cuenta de la dificultad para identificar y reconocer a los criminales. 34 Imagen 3: Medición del criminal (tomado de http://criminoticias.blogspot.mx). Otras partes del cuerpo criminal, se tuvieron que describir, como las de la cara: Nariz (recta, saliente, arqueada), pómulos (salientes, flacos o llenos), ojos (globo ocular-salido o saliente), párpados, globo visual (pupila aureola, iris), el cual tuvo que ser clasificado según los colores, azul, amarillo, anaranjado, castaño, pardo, negruzco o marrón, forma de la cara (rectilínea, angulosa o semilunar), color de piel, cuello, cejas (arqueadas, rectas, largas, cortas, anchas, estrechas, juntas, separadas), frente, cabello, presencia o ausencia de pecas, lunares, verrugas, entre otros. Lombroso, siguió al pie de la letra, todas las mediciones correspondientes tal y como lo manifestó Bertillon en su obra Instructions signalétiques y utilizó las abreviaturas correspondientes para cada parte del cuerpo. Para Lombroso fue primordial está ciencia en su método, porque ayudó a identificar criminales y diferenciarlos de la gente honrada, de esta manera “... relató el caso de un hombre de apellido Rossi que había sido... confundido con un 35 salteador de caminos. Sin embargo, el hombre era una persona honrada, lo que se descubrió mediante un examen antropométrico...” (Lombroso, S/F, p. 124). Entonces, después de medir a un gran número de criminales, Lombroso llegó a la conclusión de que estas medidas marcaron un patrón, es decir, a cada característica física presentada por el delincuente, se le atribuyó una especie de delito, por ejemplo, los carteristas tuvieron manos largas, los violadores por el contario manos cortas, los estafadores presentaron largas mandíbulas, los falsificadores se caracterizaron por una circunferencia craneal grande, los asesinos se reconocieron por ojos pequeños, nariz encorvada, orejas de asa, escasa barba, poco cabello, frente pequeña y huidiza, mandíbulas voluminosas y cerebros poco voluminosos, los vagabundos tuvieron anomalías como hernias, reveladoras de debilidad física y moral, los violadores, asesinos, salteadores de caminos y estafadores, presentaron una disminución de la sensibilidad, los estupradores, fueron de peso elevado, brazos y manos cortas, frente estrecha, anomalías nariz, los saltadores de caminos se caracterizaron por cabellos y barbas espesos y presencia de pecas, los epilépticos tuvieron ausencia o retraso de canicie y calvicie. Por lo tanto, si para Lombroso las características físicas, hicieron al delincuente lo que fue, éstas fueron necesarias para conocer el carácter del delincuente y por consiguiente su comportamiento, la Antropometría fue fundamental para contar con una identificación criminal. El sistema antropométrico, se enriqueció con la fotografía del delincuente y se elaboró una ficha personal para cada criminal, tal y como lo hizo Bertillon, porque fue un método eficaz, que no solo comprendió aspectos generales como nombres, edad, profesión, estado civil, crimen 36 cometido, sino también todas aquellas características detalladas del cuerpo criminal, que le funcionó a Lombroso para identificar y clasificar a los criminales, por medio de las medidas físicas, sus rasgos atávicos. 1.1.3 Revisión de la herencia y el proceso del degeneracionismo en el criminal. Ya obtenidas las características antropológicas, tanto físicas como mentales y las pruebas de ello por medio de la fotografía y la antropometría, fue para Lombroso muy importante conocer los aspectos relacionados con la herencia. Para explicar cómo las anomalías del comportamiento humano y las físicas fueron resultado de la herencia, Lombroso tomo en cuenta la teoría degeneracionista formulada por el médico Benédict Augustín Morel en Francia a mediados del siglo XIX, el cual argumentó que las anomalías físicas y tendencias hacia la criminalidad, fueron debido a un proceso de degeneración al momento de la herencia familiar, lo que vinculó Lombroso con el atavismo. El degeneracionismo le permitió a Lombroso, clasificar a los delincuentes a partir de rasgos corporales y patologías mentales. En su obra El hombre delincuente de 1876, el delito para Lombroso fue algo determinado por causas biológicas de origen hereditario. Lombroso por medio de la entrevista a delincuentes, se percató que de 104 criminales, “71 presentaban fenómenos hereditarios, 20 tenían el padre alcohólico, 11 madre alcohólica, 8 el padre criminal, 2 la madre delincuente, 3 el padre loco meningítico, 5 la madre loca o 37 epiléptica... 14 tenían hermanas o hermanos criminales...” (Cazeneuve, 1925, p. 141), pero fueron datos no oficiales y como se observa, tampoco científicos. En este caso, se tuvo que considerar el medio en el que vivió un delincuente y los familiares que cometieron algún acto criminal, porque pudo no solo ser heredado, sino también aprendido. Estos postulados, llevaron a Lombroso mencionar que “...en el patrimonio hereditario de algunos individuos, existen gérmenes característicos de un pasado ancestral y, en algunos casos... aquel pasado resurge..., llevando a un comportamiento salvaje” (Suárez, 2000, p. 693), así tanto el delincuente alcohólico, el histérico, como el epiléptico transmitieron esas anomalías a sus familiares por medio de la herencia. 1.1.3.1 Epilepsia. Dentro del aspecto hereditario, la epilepsia y el alcoholismo, de acuerdo a Lombroso, estuvieron relacionados directamente con el atavismo. Para fundamentar sus argumentos, Lombroso retomó a Henry Maudsley, psiquiatra inglés que afirmó en su libro El crimen y la locura que la epilepsia, fue la causa de crímenes feroces y que después de cometidos se olvidaron los hechos. En su obra Medicina Legal, Lombroso argumentó, “Cuando un homicidio es cometido sin motivo aparente y su acusa es inexplicable, la instrucción puede descubrir que el autor del crimen está fecto de epilepsia” (Suárez, 2000, p. 694). Lombroso examinó al loco moral, el delincuente nato y el criminaloide, y encontró que fueron los más propensos a presentar características epilépticas, al igual que los homicidas, el pirómano 38 o el cleptómano, esto les provocó un cambio de carácter de bondadoso a peligroso y cruel, a diferencia del delincuente ocasional que no mostró epilepsia alguna. También dedujo que el epiléptico sufrió de “... alteraciones del sentido moral y la afectividad... la hiper-excitabilidad fisio-psíquica y, sobre todo por el desequilibrio de las facultades psíquicas... presentan siempre lagunas, contrastes é intermitencias excesivos” (Lombroso, 1902, p. 508). 1.1.4 Evaluación de la influencia de los factores sociales en el criminal. La influencia de factores externos, como las condiciones de vida, el entorno en que vivió el delincuente, el clima donde creció, sus costumbres, su condición económica, el ambiente y otros, fueron fundamentales para la presencia o fomento de comportamientos atávicos. A continuación se muestran solo algunas de las cuestiones sociales examinadas por el personaje, por falta de información y de fuentes. Después de una búsqueda exhaustiva de fuentes documentales, solo se tuvo acceso a dos capítulos de la fuente primaria El Delito. Sus causas y remedios y de una fuente secundaria El Detectivismo Práctico. a) Clima. La excitación del sistema nervioso en los criminales fue variable, porque dependió de la intensidad de la temperatura y de la radiación solar emitida, lo que produjo alteraciones en las funciones fisiológicas, comentó Lombroso en su libro. 39 Al contario, en climas fríos, donde el individuo ante la necesidad de alimento y abrigo mejores para sobrevivir a tan bajas temperaturas, requirió de más esfuerzo físico del acostumbrado para conseguirlos, le hizo perder vitalidad, aunado al efecto depresivo que causó este clima, por lo que el sistema nervioso se encontró apacible y relajado, por lo tanto existió un mínimo o casi nulo número de criminales, afirmó Lombroso. b) Alcoholismo Tanto en climas calurosos como fríos, el alcoholismo influyó sin lugar a dudas en todos los actos criminales, pues exaltó el sistema nervioso y el cerebro de manera anormal, lo que impulsó al delito y transformó al individuo más tranquilo y noble, en alguien peligroso por una fuerza brutal, pues “Casanova confesaba que, al estafar, no premeditaba, y que le parecía ceder á una voluntad superior. Un tomador me decía también: Cuando llega la inspiración, no podemos resistirla” (Lombroso, 1902, p. 511). El consumo en menor o mayor medida del alcohol, estuvo supeditado a su precio y esto a su vez provocó cierto tipo de crímenes, pues cuando su precio fue bajo, aumentaron”...los delitos contra las personas y contra la Administración pública, y cuando va caro, los delitos contra la propiedad; ofreciendo, además, la extraña contradicción de disminuir paralelamente los delitos graves en los lugares donde se abusa más...” (Lombroso, 1902, pp. 513-514), esto debido a que Lombroso explicó que a mayor civilización, favoreció la inhibición y esto a su vez disminuyó los delitos más feroces. Muchos de los criminales estudiados por Lombroso, consumieron alcohol desde la niñez. 40 Aparte del alcohol, también se consumió tabaco, opio, morfina y cocaína, sustancias que causaron la pérdida el sentido moral, lo que causo actos de homicidio, estafa o delitos contra las costumbres. Lombroso reconoció que la bebida más peligrosa fue el vino, por tener una concentración mayor que los demás licores. c) Pobreza/Riqueza. No solo cuando el individuo se encontró ante una escasez económica, los delitos aparecieron sino que la riqueza, fue otro factor detonante de los sucesos criminales, porque los pobres observaron los bienes de los otros con codicia por obtenerlos, lo que elevó los actos criminales como las lesiones, según Lombroso. La abundacia excesiva, causó poder desmedido, despotismo, abuso del alcohol y otras sutancias, lo que llevó a los hechos criminales, aunque se redujeron “... algunos crímenes feroces, especialmente homicidios y asesinatos; pero aumentando y creando otros nuevos, como las falsedades y estafas. La carestía favorece directamente los hurtos campesinos, falsedades, etc., rebeliones é incendios; pero la abundancia multiplica las violaciones, lesiones y homicidios” (Lombroso, 1902, p. 513). d) Imitación. Lombroso manifestó en su libro El Hombre Delincuente de 1876, que algunos tipos de delincuentes como los pasionales, se convirtieron en profesionales del crimen, después de salir de la cárcel, ya que su estancia en dichos lugares los empeoró, reflexión que retomó en su libro 41 El Delito. Sus causas y remedios, Lombroso expresó que esto se debió a la instrucción y a la asociación dentro de estos sitios y provocó en muchas ocasiones la reincidencia. Igualmente, la publicación de los crímenes de nota roja o conocidos como sensacionalistas en la prensa, promovió la imitación de nuevos delitos en forma parecida a los ya ocurridos, por lo que Lombroso opinó sobre la prohibición “... la publicación en los diarios, de noticias demasiado extensas, obscenas y calumniosas ... restringir la publicidad de la crónica de los tribunales criminales” (Lombroso, S/F, pp. 122-123). 1.1.5 Aplicación de la estadística criminal. Para finalizar su método, Lombroso presentó como medio de prueba a través de datos cuantitativos, todas las medidas antropométricas, las cuales fueron los primeros elementos con los que reconoció al hombre delincuente, agrupadas en tablas o gráficas, las cuales elaboró con ayuda de la estadística criminal, pues ésta contribuyó a obtener una visión objetiva y científica del comportamiento humano, véase la imagen 4 donde se observan los resultados obtenidos de los criminales, comparados con los de gente honrada. 42 Imagen 4: Tabla estadística del texto Los Criminales (tomado de Lombroso, César (S/F), Los Criminales, Con la estadística recolectó datos de la observación y la experimentación y cuya “...organización, presentación, análisis e interpretación, deben ser meticulosamente seguidos... Los resultados estadísticos se refieren a la generalidad, y no son aplicables al caso particular...” (Rodríguez, 1981, p. 53). La estadística fue la ciencia que midió la desigualdad y describió las bases biológicas de un problema social. Lombroso manifestó la importancia del uso de la estadística, para confirmar datos y observó que mediante el uso de ésta tuvo, datos para apoyar sus teorías. Además, juzgó importante que ésta ciencia, así como la antropología y la psicología, fueran incluidas en un curso de instrucción en las penitenciarías. Por medio de la estadística, mostró los datos básicos para reconocer al delincuente, datos que posteriormente analizó y procesó, porque los conjuntó con otros datos relacionados a los tatuajes, los rasgos hereditarios, las condiciones sociales donde se desarrolló el delincuente y la fotografía. 43 Después Lombroso interpretó esos datos y obtuvo información completa sobre el criminal; asimismo la información fue comparada entre los criminales, tanto vivos como muertos y con la población honesta, para analizar las diferencias, con lo que elaboró “... 400 autopsias forenses, más de 6,000 análisis de delincuentes vivos, además de realizar más de 25,000 observaciones de reclusos de varias prisiones europeas” (Velázquez y Christiansen, 2015, p. 241). Dos obras importantes en relación a los criminales: El Hombre Delincuente15 y Los Criminales16, mostraron tablas y gráficas con los resultados estadísticos obtenidos, en la primera se mostraron de manera detallada en porcentaje las medidas antropométricas, mientras que en la segunda lo hizo de manera general. 1.2 Fases del método de Lombroso. Así, se pueden mostrar por medio de este cuadro, las diversas fases del método de Lombroso, para entender como lo aplicó al delincuente. 15 Los resultados expuestos en este libro, fueron después que examinó 383 cráneos de delincuentes italianos y 5,907 estudios de antropología criminal en delincuentes vivos. 16 Cabe señalar que la obra Los criminales, no es la traducción al español de El Hombre Delincuente, tal y como mencionó Karina Villegas Terán en su artículo “Las teorías criminológicas y la llegada del sistema Bertillon a la ciudad de México, ¿un caso de éxito?” y otros autores que afirmaron lo mismo, pues fueron dos obras completamente diferentes, aunque relacionadas con la misma temática. 44 FASES DEL MÉTODO DE CÉSAR LOMBROSO 1. Ubicar el espacio donde se encontraron los criminales: Hospitales, prisiones, manicomios o vía pública. 2. Entrevistar al criminal, para conocer sobre su vida, su familia, sus costumbres y sus delitos cometidos. 3. Llevar a cabo un estudio antropológico y examinar sus características físicas, psicológicas, formas de expresión (escritura, lenguaje, gestos, forma de caminar), además del uso del tatuajes. 4. Elaborar un análisis del tatuaje en el criminal, a partir de una comparación con la gente honesta y el hombre primitivo. 6. Revisión de la herencia y el proceso del degeneracionismo en el criminal. 7. Evaluación de la influencia de los factores sociales, como cuestiones climáticas, culturales, económicas, educativas, religiosas, entre otras. 8. Aplicación de la estadística criminal, para agrupar datos cualitativos y cuantitativos que se compararon entre gente honesta y delincuentes. 5. Identificación criminal: *Toma de fotografías de forma individual, para reconocer, clasificar y comparar al delincuente. * Llevar a cabo un examen antropométrico, para conocer las medidas corporales exactas de 45 1.3 Críticas al método de Lombroso. Durante el siglo XIX, mientras elaboró su método y planteó su teoría, Lombroso recibió críticas de otros científicos a las cuales respondió y argumentó acciones a favor de sus teorías. Entre sus principales detractores a una de sus teorías planteadas por Lombroso, fue Francis Galton, ya que no estuvo de acuerdo en que existieran criterios objetivos, al relacionar la medida corporal con la conducta del individuo, porque Lombroso mencionó que el delincuente presentó una característica particular, de acuerdo al delito cometido, es decir, una especie de patrón. A esta crítica, Lombroso explicó que no era solo “...catalogar medidas particulares sino, ante todo, de detectar disposiciones anatómicas concretas que permitieran establecer una taxonomía morfológica, y un patrón físico, especial en el delincuente” (Pérez, 2004, p. 235). Otro detractor del método seguido por Lombroso, fue Enrico Ferri quién criticó que no tomara en cuenta la influencia de ningún aspecto social en el criminal, como el clima donde vivió, las posibilidades económicas con las que contó, inclusive el consumo de alcohol u otras sustancias. Ferri argumentó que su teoría fue reduccionista porque no tomó en cuenta los factores sociales, culturales y económicos que influyeron en el criminal; asimismo le comentó la importancia de analizar el medio y las condiciones donde los individuos se desenvolvieron, pues estos factores pudieron ser motivo para cometer algún delito, por lo que Lombroso hizo un exhaustivo análisis a esta cuestión. De esta forma la sociología criminal permitió “...comprender así las causas del delito en cada contexto particular, entendiendo que el delito es un síntoma de una patología individual y social” (Galfione, 2012, p. 8), entonces la explicación del comportamiento 46 delictivo que hizo la antropología criminal se complementó con el aspecto social y las dos ciencias fueron capaces de prevenir el delito. Al considerar estas críticas, Lombroso escribió el libro El delito. Sus causas y Remedios (1899), en el cual explicó que los efectos del clima, los aspectos geológicos, la alimentación, el origen de la raza, cuestiones de migración, el aspecto económico, la edad, el sexo, la religión, el alcoholismo, entre otros, influyeron en la conducta del criminal. Respecto al uso del tatuaje y la forma en que Lombroso lo relacionó con el criminal por ser una distinción atávica, el Juez de Instrucción de Sarlat, en Italia, el Sr. Tarde, comentó “... en ciertas clases inferiores de las poblaciones civilizadas, entre los marineros y aun entre los soldados, pero sobre todo en el mundo de los delincuentes, nunca en los locos, notamos que se practica...el uso de hacerse incisiones figurativas en la piel” (Martínez, 1899, p. 115), pero no por atavismo, sino por imitación de los delincuentes que siguieron la moda importada del tatuaje que marineros y militares se realizaron. Lombroso contestó a dicha crítica, que cuando el tatuaje se encontró entre campesinos, marineros, soldados, obreros y pastores o en otras personas normales y honradas fue de carácter nuevo y presentado en muy raras ocasiones, a diferencia del criminal que fue en proporción considerable y constante. También el Sr. Tarde le comentó a Lombroso que en las comunidades salvajes, hubieron “... normas que permiten una perfecta convivencia, ... que en estos grupos la delincuencia casi ni existe, y que si bien a los ojos de un hombre civilizado algunas conductas del salvaje 47 pueden parecer crueles e inhumanas... es porque se desconoce su psicología...” (Valdovinos, 2007, p. 386). Otra crítica que recibió Lombroso relacionada con el tatuaje, fue la del médico legista, Dr. Lacassagne, el cual le comentó que el tatuaje lo usaron los criminales para expresar sus ideas, ya que fueron personas analfabéticas y no fue por el atavismo. Por otra parte, el Sr. Proal, quién ocupó el cargo de Magistrado del Tribunal de Apelación en Italia, manifestó que el tatuaje fue de uso común entre los salvajes por afición al adorno o por indicar a que tribu o familia pertenecieron, Lombroso respondió que el criminal descendiente de pueblos primitivos, sí practicó el uso del tatuaje por seguir las tradiciones antiguas, sobre todo en lugares como Lombardía, Piamonte y Las Marcas, ya que fueron de origen céltico, pero en el criminal el uso fue desmedido, lo que proporcionó su estado de insensibilidad al dolor. De manera general, a Lombroso se le criticó la forma en que hizo sus deducciones de hechos aislados en el caso de relacionar, por ejemplo, un cráneo asimétrico o cualquier otra parte del cuerpo que fuera anómala con la conclusión de que fueran delincuentes, a lo que respondió que cuando el individuo presentó varias anormalidades físicas y que estas se observaron continuamente en sus estudios a criminales, solo de esta forma podía confirmar sus inferencias. 48 1.4 Impacto del Método de Lombroso en Italia, el continente europeo y América Latina. El trabajo de Lombroso se difundió por medio de los Congresos Internacionales de Antropología Criminal que a continuación se mencionan, a los cuales acudieron un gran número de expertos interesados en el estudio del delincuente desde el punto de vista de la Escuela Positivista. En 1885, aconteció el primer Congreso en Roma, donde Lombroso presentó su concepto de criminal atávico, lo que fue todo un éxito, además de que se montó la Exposición de Antropología Criminal, con todo aquello que Lombroso coleccionó durante años, relacionado con el delincuente, como cráneos, instrumentos de medición, moldes de cara, fotografía e imágenes. En 1889, se realizó el segundo Congreso en París, el cual no tuvo mucha aceptación, sobre todo por el Sr. Tarde, Juez de Instrucción en Italia y fundador de la Escuela Francesa de Sociología Criminal, donde no compartieron las teorías de Lombroso, ya que para esta escuela, el delito fue cometido por cuestiones externas como factores ambientales, culturales y sociales y no por cuestiones de anormalidades físicas encontradas en el delincuente. La difusión de la Antropología Criminal, continúo y en 1892, se hizo el tercer Congreso en Bélgica y en 1896 el cuarto Congreso en Ginebra, donde Lombroso en este último mostró todos sus estudios sobre epilepsia y sus libros publicados sobre criminales, los cuales 49 fueron apoyados y confirmados por el holándes Paul Winkler y el seguimiento de sus postulados por ingleses, belgas y suizos. El quinto Congreso se organizó en 1901 en Amsterdam, donde se nombró a Lombroso como iniciador y maestro de la Antropología Criminal. En 1906, durante el sexto Congreso en Turín, se realizó un homenaje a Lombroso y el séptimo Congreso fue durante 1911, después de la muerte de Lombroso, ocurrida en 1909. Fue hasta 1938, que se celebró el primer Congreso Internacional de Criminología. Pero no solo por medio de Congresos, se difundió, se conoció y se aprobaron las argumentaciones de Lombroso, también surgieron diversos tipos de publicaciones en relación al tema, como Scuolo positiva di diretto del Fiorettre de Napolés, la Revista de Antropología Criminal de España, Revue de la Societé juridique de Moscú, Memoires de la Societé d´Anthropologie de Bruselas y su llegada al continente americano, sobre todo en Buenos Aires, Uruguay, Chile, Colombia, México, entre otros, donde se recibieron sus teorías y se aplicaron en el estudio del delincuente. Por ejemplo, en Chile se comenzó a difundir el método y la teoría del atavismo con la Revista de Prisiones, dependiente de la Dirección General de Prisiones que se publicó en 1889, donde se fomentó el estudio del delincuente como lo hizo Lombroso; en Buenos Aires, destacó el trabajo de José Ingenieros quién fue discípulo de Lombroso, el cual fundó uno de los primeros institutos para estudiar al delincuente y en España el trabajo de Rafael Salillas, el cual se fundamentó en aspectos hereditarios, evolutivos y sociales del criminal, estudio que llevó mediante la Antropología Criminal. En lo que se refirió a Uruguay, la 50 Oficina Antropométrica de Montevideo, implementó el uso de tarjetas de “visita”, donde se evidenciaron la fotografía, las medidas y anormalidades físicas del criminal, como lo llevó a cabo Lombroso. El primer congreso Jurídico fue en Lisboa en 1889, se enfocó en los planteamientos de la Escuela Positivista, así desde esta fecha se precisó estudiar al criminal, de acuerdo a los adelantos antropológicos y sociológicos, también se implementaron los estudios antropométricos para identificar al criminal y el uso de la fotografía como medio de identificación oficial. 1.5 Aportes de Lombroso a la Criminología. Lombroso con su método, aportó a la Criminología varios aspectos que es importante mencionar. Su “Antropología criminal, fue considerada el antecedente de la Criminología, porque “... nace con la pretensión de dar una explicación integral del hombre delincuente, y como la ciencia que estudia precisamente los caracteres específicos y distintivos del hombre...” (Claro y Rodríguez, 1999, p. 107). La criminología, nació durante el siglo XIX, como “... ciencia causal-explicativa, cuyo objeto es la génesis de las conductas desviadas o divergentes, mediante lo cual le es posible la predicción como base de la prevención o el control del fenómeno estudiado” (Gutiérrez, 2012, p. 128). A continuación se muestran los aportes más sobresalientes de Lombroso a la Criminología: 51 -El estudio del criminal de Lombroso, integró diferentes disciplinas, como la Antropología Criminal, la Antropometría, la Medicina, la Estadística Criminal y la Psiquiatría, es decir, fue un análisis interdisciplinario, así como lo hizo posteriormente la criminología cuando empleó, la química, la medicina, la biología, la sociología, la antropología, entre otras. -Lombroso afirmó que el criminal cometió el acto por diferentes causas y bajo diferentes circunstancias, al igual que lo estudió la Criminología, para explicar la variedad de causas del comportamiento humano. -Lombroso aplicó el método científico para llevar a cabo sus investigaciones, por medio de la inducción y la experimentación, como lo llevó a cabo la Criminología que siempre se encontró sujeta a verificación. -Así como Lombroso hizo uso de ciencias y otras herramientas, la Criminología aplicó encuestas, estudios de caso, entre otros, para obtener tanto datos cualitativos como cuantitativos. -Lombroso mencionó que lo principal para estudiar al delincuente fue verlo de cerca, lo que la Criminología retomó al acercarse al objeto de estudio y así tener una vinculación directa con la realidad. -Lombroso no solo se limitó a describir al delincuente solo con datos obtenidos de la observación, sino que verificó con su método experimental y los vinculó con su teoría, los racionalizo, al igual como lo hizo la Criminología. 52 -Para la identificación de criminales, se continuó con el uso de las fichas signaléticas, compuestas por la fotografía y datos generales. -Los datos antropométricos, siguieron elaborándose, para tener medidas exactas de los criminales en caso de identificarlos. -Lombroso comunicó sus hallazgos no solo por medio de sus obras, sino también a través Congresos y otros eventos públicos, así como también la Criminología compartió sus descubrimientos ya que todo conocimiento científico debe ser público. -Lombroso sistematizó aquellas ciencias o herramientas que utilizó para llevar a cabo su método, el cual no surgió de manera aislada, ni inconexa, sino fue de manera lógica, aspecto que la Criminología tomo en cuenta para poder llevar a cabo sus investigaciones. -Lombroso tuvo como objetivo predecir quien fue delincuente, para prevenir el delito o en su caso controlarlo, como el propósito que tuvo la Criminología. -Lombroso presentó su método y resultados abiertamente para que fueran refutados, corregidos, aceptados o rechazados, pues como conocimiento científico fue falible, la Criminología siguió por el mismo camino, para generar nuevo conocimiento. -Lombroso consideró y tuvo presente que el delincuente fue el tema principal de explicación e interpretación, como la Criminología uso sus niveles de interpretación al estudiar el crimen, al criminal o a la criminalidad. 53 -Lombroso recurrió a la estadística para recopilar sus datos acerca de las anomalías físicas presentadas en criminales, pero además analizó e interpretó, cuando adjuntó con otra serie de datos obtenidos, por lo que fue un trabajo completo y que la Criminología adoptó, pues la estadística fue útil para realizar un trabajo organizado. -Como medios de investigación, Lombroso uso diversos como el biológico, con el cual estudio al delincuente a partir de rasgos hereditarios familiares, el psiquiátrico con el cual vislumbró todos los aspectos mentales y conductuales por medio de entrevistas, el médico, con el que exploró físicamente al criminal, el biográfico, para tener más detalles de la vida del delincuente y el antropológico, mediante el cual conoció antropométricamente y físicamente al delincuente, medios de los cuales se valió la investigación criminológica más adelante. 1.6 Introducción del método de Lombroso a México, siglo XIX. El recibimiento en México de las teorías Lombroso, se dio en un contexto social muy parecido al italiano. Las últimas tres décadas del siglo XIX y la primera del XX, la ciudad de México experimentó profundos cambios en el ramo económico, influenciados por inversiones extranjeras. Las clases privilegiadas se favorecieron con el auge de transportes, comunicaciones, industrias, instalación de servicios básicos como la iluminación eléctrica, el agua entubada y el drenaje, mientras que los barrios populares carecieron completamente de estos servicios. 54 La población se incrementó por la llegada de migrantes de sectores rurales y pertenecientes a etnias indígenas, en busca de oportunidades de trabajo. La modernización no favoreció a todas las clases sociales; las diversas estructuras de valores y costumbres empezaron a quebrarse. La criminalidad comenzó a ser una preocupación por parte de las autoridades, aunado a la peligrosidad de los sectores populares. A principios del siglo XX, la criminalidad se definió como, “... la carencia de control sobre los grupos considerados peligrosos y la incapacidad de los sectores dirigentes para imponer su esquema de orden sobre amplios espacios urbanos” (Piccato, 1997, p. 79). Varios fueron las condiciones que resultaron determinantes para introducir el método de Lombroso en México. El primer aspecto, fue la llegada de los postulados positivistas al país que exaltaron la importancia de la ciencia, para explicar a las sociedades, a través de la observación y la experimentación, ante este panorama, “Porfirio Díaz estaba convencido de la utilidad de la ciencia.... de modo que por un lado favoreció el hacer ciencia y por otro, escuchó la opinión de los científicos” (Rodríguez, 2002, p. 4), de esta forma la medicina, fue una ciencia que influyó en la sociedad, sobre todo en la toma de decisiones del gobierno. Para modernizar al país, se tuvo que controlar, ordenar y disciplinar a la sociedad, mediante programas ideados por el Estado, para contar con una sociedad ideal que tuviera el progreso deseado por medio del uso de las ciencias, como la medicina, que se encargó de implementar normas sobre Higiene Social, que incluyeron el saneamiento de la sociedad, eliminándose o aislándose a los criminales, considerados miembros contaminantes del espacio social y regular de esta forma, la conducta moral del individuo. 55 Las cárceles no contaron con la infraestructura, ni con el método adecuado para corregir al delincuente, motivo que dio pauta para que intelectuales y científicos, propusieran una reforma penitenciaría para su modernización. De esta forma, el segundo factor que permitió la acogida del método de Lombroso, fue la organización de congresos, donde se difundieron la realidad en otros países, en relación a las nuevas formas de control social implementadas, sobre todo en Italia, considerado el primer lugar donde Lombroso inició los estudios científicos del criminal. Estos eventos aportaron “…la nueva visión europea del hombre delincuente y de las instituciones e instrumentos destinados a controlar y sancionar la criminalidad” (Urías, 1996, p. 106) y el gobierno mexicano envió representantes como Manuel Payno y José María Luis Mora, para analizar el método de los nuevos procedimientos de castigo al criminal, que se aplicaron en otros países y que servirían para construir un sistema moderno de cárceles en México. Además, las organizaciones científicas internacionales, fueron otro factor elemental para dar a conocer el método de Lombroso y también, las traducciones de su trabajo como lo fue “La antropología y la criminalidad”, publicado en 1884, en el Foro, Periódico de jurisprudencia y legislación. La vigilancia, examen, clasificación y separación de criminales, se logró debido a las nuevas instituciones disciplinarias sociales, que se convirtieron en el tercer factor primordial, para aplicar el método de Lombroso, pues estos lugares se enfocaron como centros de investigación experimental, para modificar las conductas de los transgresores de las normas y los únicos capacitados para organizar los programas de rehabilitación, 56 modernización, pero sobre todo de higiene social en México, fueron los médicos sobre todo en Puebla, donde se difundieron las medidas de saneamiento social y se justificó que “La suma de individuos saludables e higiénicamente calificados daría lugar a una colectividad apta para la lucha por el progreso, meta proclamada por el gobierno porfirista” (Cruz, 1992, p. 257), lo que fue el cuarto factor que posibilitó la admisión del método de Lombroso, ya que este personaje, ejerció la misma profesión. Los médicos estudiaron el grado de peligrosidad del sujeto y analizaron las condiciones biológicas, psicológicas, económicas y sociales de los criminales, siempre basándose en pruebas científicas. Para estudiar al criminal, se implementó la filosofía de la escuela positivista italiana, donde la observación del sujeto fue primordial durante este periodo, para constituir las nuevas instituciones disciplinarias, donde el Estado actuó sobre la sociedad y los individuos. De este modo, las nuevas prisiones en México, tuvieron como objetivo estudiar al delincuente desde sus características psicobiológicas y sociales, para imponer los tratamientos adecuados a cada criminal, observándose que “... la fisonomía de los criminales... era diferente a la de los hombres honrados” (Speckman, 2002, p. 100), los rasgos criminales podían detectarse a simple vista por las anomalías morfológicas17. La criminalidad fue juzgada como un problema característico de algunos sectores de la sociedad, pues los barrios de la época eran identificados como lugares sobresaliente por su gente andrajosa y sucia, donde “... se cometían los peores crímenes y que la mayoría de sus 17 Desde 1871, en el Código Penal, siguiendo los postulados de la nueva antropología criminal, se estableció que el criminal fue una especie humana que se diferenció por sus anomalías físicas reconocibles y que el crimen fue el resultado de dichas anomalías que provocaron los delitos. 57 pobladores eran proclives a la delincuencia” (Padilla, 2001, p. 78), la asociación de la raza indígena y mestiza a la criminalidad, fueron pieza clave durante el Porfiriato, porque la “... violencia pertenecía casi exclusivamente a las clases bajas; las élites, si acaso, sólo tendían a cometer delitos de abuso de confianza, estafa y atentados contra la reputación” (Piccato, 1997, p. 98). 1.6.1 El método de Lombroso en la Penitenciaría de Puebla, 1892. Entre los seguidores de Lombroso en México, se encontraron los médicos Francisco Martínez Baca18 y Manuel Vergara, los cuales estudiaron a los criminales de la Penitenciaría de Puebla, desde su fundación en abril de 1891, la cual fue la primera institución disciplinaria en estudiar al delincuente, desde el método científico a través de la Antropología Criminal, la Antropometría, la Medicina, la Psiquiatría, la Estadística y el uso de otras herramientas para controlar y modificar la conducta de los individuos. A través del texto Estudios de la antropología criminal (1892), el cual presentaron en la Exposición Internacional de Chicago, abarcaron la importancia de factores antropológicos, físicos y sociales que influyeron en el criminal, obra con la cual recibieron felicitaciones por varios expertos, entre la cual destacó la de Lombroso en 1893, “Su libro es, a lo que creo, la primera contribución experimental... a los trabajos de la nueva ciencia... Ninguno hasta hoy ha hecho un estudio tan perfectamente científico, experimental y exacto...” 18 Médico militar, catedrático de Patología Externa en la Escuela de Medicina y Farmacia del Estado, profesor de Lecciones de Cosas de la Escuela Normal de Profesores. Para poder desempeñar su cargo, al igual que Manuel Vergara, cubrieron ciertos requisitos, como ser médicos de profesión, tener al menos cinco años de experiencia en el campo profesional y contar con conocimientos sobre antropología criminal. 58 (Cruz, 2000-2001, p. 52), nota publicada en el Periódico Oficial de Puebla19. Ante dicha situación el trabajo de los médicos se publicó en italiano durante 1894. El Dr. Martínez Baca tuvo a su cargo la Dirección del Departamento de Antropología Criminal, en la Penitenciaría de Puebla, considerado como el primero establecido en América Latina. Los gabinetes antropométricos fueron el lugar clave, donde los médicos pusieron en práctica el método de Lombroso. La Penitenciaría contó con todas las instalaciones adecuadas, tal y como Lombroso lo manifestó, para contar con un adecuado lugar donde estudiar al delincuente y permitir su recuperación de manera adecuada, entonces se tuvo un Laboratorio, anfiteatro, gabinete antropométrico y fotográfico, oficina para llevar el control estadístico y el museo donde resguardaron los cráneos de los criminales fallecidos. Para iniciar con su estudio, preguntaron al criminal sus datos generales, como nombre, edad, estado civil, oficio, raza, religión, lugar de origen, entre otros. Después continuaron con preguntas acerca de su familia, padres, hermanos y parientes inmediatos, datos sobre su niñez, costumbres y enfermedades patológicas en la familia. Las investigaciones en antropología criminal, iniciaron una nueva época para los estudios científicos del comportamiento criminal y de la misma manera que Lombroso, estudiaron la 19 La prensa de la época, no solo difundió todas aquellas notas relacionadas con el delincuente, también describió a los criminales como seres atávicos y salvajes, ya que durante el Porfiriato se creyó en todo lo que tuvo bases científicas. Igualmente se publicaron las conclusiones emitidas por médicos, en relación a los exámenes físicos que se les realizó al delincuente. 59 sensibilidad, partiendo de los sentidos, los aspectos psicológicos y psiquiátricos20, como sentimientos, pasiones, voluntad, forma de escritura y lenguaje. Ante la ineficacia para identificar al criminal dentro de las cárceles, debido a que los reincidentes dieron falsos nombres e identidades y que los datos de filiación no fueron suficientes, la fotografía y la antropometría resultaron ser fundamentales para reconocer al delincuente de manera objetiva y científica. La fotografía21, “...capturaba un momento de la realidad tal cual, sin posibilidad de modificarle, falsearle o incidir en su naturaleza misma” (Gómez, 2013, p. 257), donde los ladrones mostraron un ángulo facial pequeño y los asesinos mestizos uno más grande, asimismo se resaltaron todos esos rasgos, como arrugas y cicatrices, deformidades físicas, estrabismo, irregularidad en dentadura, mirada vítrea, fría y altanera, fealdad y la presencia de tatuajes, entre otros, los cuales de acuerdo a Lombroso fueron los más notorios y característicos en el delincuente. La imagen del delincuente fue primordial en la Penitenciaría de Puebla, para ver la proporción entre los miembros superiores e inferiores, pues los médicos descubrieron que en los criminales de raza inferior, sobre todo la indígena, fue completamente diferente a la de los demás individuos, de esta forma la fotografía fue el fundamento de objetividad, para 20 Esa era la situación que se vivía a finales del siglo XIX en México, la psiquiatría a finales del siglo XIX, fue una ciencia que aún no estuvo profesionalizada y muchos que ejercieron la profesión fueron médicos generales de distintas áreas, tal y como fue en este caso. 21 Fue en 1855 que se estipuló en el Reglamento de Cárceles que “A más de la media filiación de los reos que con arreglo a las leyes debe aparecer en las causas criminales, se asegurará en lo adelante la identidad de sus personas por medio de retratos fotográficos...” (González 2005, p. 571). 60 elaborar las conclusiones, como se muestra en la imagen 5. Para complementar las fotografías de los delincuentes, los médicos elaboraron dibujos y esquemas de todos aquellos rasgos anómalos. . Imagen 5: Fotografías de criminales mexicanos (tomado de http://www.ejournal.unam.mx) Al pertenecer la mayoría de los criminales a las clases bajas (sobre todo indígenas y mestizos) en México, la fotografía también sirvió para comprobar que los delincuentes fueron como se pensó: andrajosos, sucios y despeinados, al igual que con los criminales de Italia que pertenecieron a la clase social pobre. La identificación antropométrica22, consistió en incluir información referente a anomalías y hacer hincapié de asimetrías de “...estatura, peso, abertura braquial, amplitud torácica, medición de la expiración e inspiración, y la relación de ambas medidas, longitud total del miembro superior e inferior, longitudes relativas del brazo, antebrazo, mano y dedo medio, 22 En 1894, se reformó el Código Martínez de Castro, en cual se manifestó que para asegurar la identidad y después de tomada la fotografía del delincuente, fue indispensable tomar sus medidas antropométricas, siguiendo el método de Bertillon. 61 del muslo, la pierna y pie...” (Claro y Rodríguez, 1999, p. 115), medidas que fueron obtenidas con instrumentos importados de Francia y Estados Unidos. También, dentro de los aspectos importantes para llevar a cabo el método de Lombroso fue la elaboración de instrumentos, como el metopogoniómetro, el cual fue colocado en la cabeza y como punto de apoyo se tuvo la raíz de la nariz, para determinar el perfil de la cara y el cefalómetro, el cual calculó el diámetro del cráneo y del cerebro de manera más exacta y en menor tiempo, y al igual que Lombroso incluyeron estudios fisiognómicos, de frente, nariz, ojos, boca y dientes, partes del cuerpo que se describieron “...según tres cualidades: dimensión, color o forma. Para la primera... pequeño (p), mediano (m) y grande (g). En cuanto al color, se consideraba el de los ojos, el cabello y la piel... el cabello podía ser rubio (albino, claro, medio), castaño (claro, medio, oscuro, negro) rojo (vivo, rubio o castaño) o gris” (González, 2010, p. 546), detalles fundamentales tanto para identificar al criminal, como para elaborar el retrato hablado. Para complementar la información, examinaron la fuerza y resistencias musculares, capacidad respiratoria, funcionamiento cardíaco y reacciones vasculares. Los informes estadísticos tuvieron los datos reportados por médicos y los mostraron por medio de tablas. Las fichas signaléticas fueron de gran ayuda para poder a cabo el reporte estadístico, pues aparte de contar con los datos generales como nombre, origen, estado civil, edad, ocupación, lo que se conoció como “los generales”, se tuvieron más datos específicos sobre medidas y descripciones del cuerpo y rostro. 62 La búsqueda de la información, al igual que la identificación y clasificación, ya no fue por nombre del criminal, sino por el sistema de medidas. Después de examinar a la población de la prisión y a los fallecidos durante su primer año de actividades, los cuales en su mayoría fueron de origen indígena, los médicos concluyeron, al igual que Lombroso, que los criminales mostraron rasgos de degeneración por circunstancias biológicas y que la teoría del atavismo fue fundamental para explicar la conducta del criminal: “El principio sentado por Lombroso de que el hombre criminal es un salvaje nacido en medio de una sociedad civilizada, con las ideas y el gusto estético del hombre de las primeras edades, es en nuestro concepto el más justo que por la observación se ha podido inducir... el criminal y el salvaje... el atavismo los une” (Cruz, 2000-2001, pp. 54-55). Los prisioneros perdieron todos aquellos rasgos de su raza pura, por lo que “... las conformaciones asimétricas de los cráneos de criminales indígenas demostraban un atavismo que los aproxima a los primeros pobladores de este continente...” (Urías, 2001, p. 32). De esta forma, así como Lombroso mencionó que los criminales fueron en su mayoría de clase social baja, en México también se vinculó al criminal nato con individuos de raza indígena, ya que durante el Porfiriato, se planteó uniformar a la sociedad, por medio de los caracteres fisiológicos y morales, lo que incluyó controlar a los criminales, por medio de un programa que se denominó de Higiene Social. 63 Además, observaron que la tendencia a adornarse por medio del tatuaje, fue muy común en los criminales estudiados y Martínez Baca, lo presentó en su libro Los Tatuajes y Estudio psicológico y medicina legal de los delincuente militares del Estado de México, donde observaron que fue “... causa principal y directa, á rencores no extinguidos, á venganzas no satisfechas; á pasiones, en fin, que cual las del salvaje, tiene que dejar en su cuerpo hondas huellas, para producir en su ser moral fuertes emociones” (Martínez, 1899, p. 121), esta preferencia por adornarse fue de acuerdo al autor atavismo23, como se observa en la imagen 6. Imagen 6: Tatuajes en criminales de la Penitenciaría de Puebla (tomado de http://www.ejournal.unam.mx) 23 Otro científico que estuvo totalmente de acuerdo entre la relación del tatuaje con el atavismo, fue el Dr. Marro (médico italiano), quien comentó que Lombroso fue el primero en evidenciar el tatuaje en el delincuente, además de poner énfasis en la insensibilidad física, asimismo por describir tanto biológicamente como psicológicamente al delincuente y por vislumbrar la similitud entre los criminales y los salvajes. 64 En relación a los factores externos, tomaron en cuenta el clima donde vivieron los criminales y observaron que en ambientes fríos, se cometieron menos delitos al contrario de los calurosos, cuando aumentaron porque el sistema nervioso se vio afectado, el nivel educativo, la religión, costumbres, el influjo del alcohol, porque la “... la ebriedad era considerada un problema de herencia que determinaba la propensión a la delincuencia” (Villegas, 2015, p. 98) y se vinculó el pulque al crimen, bebida que consumieron las clases sociales bajas, aspectos que en las primeras obras de Lombroso no fueron incluidos. Así como Lombroso llevó registro de los pormenores por medio de Libros, Martínez Baca y Manuel Vergara lo hicieron: • Libros de Registro: proporcionaron datos sobre los órganos y tatuajes. • Libros de Conducta: registraron la obediencia y laboriosidad del criminal. • Libro de Autopsias: mostró datos relacionados con las lesiones que encontraron. En la Penitenciaría de Puebla, los estudios craneométricos se realizaron hasta 1912 de los prisioneros que murieron y de los cuales conservaron sus cráneos, para formar una colección de veintiséis24. El caso de la Penitenciaría de Puebla y el trabajo que realizaron los médicos Martínez Baca y Manuel Vergara, presentaron como el método de Lombroso, se aplicó de la misma manera como se realizó en Italia, en una institución disciplinaria. 24 Está colección de cráneos fue también estudiada en 1895, por los antropólogos, Alfonso Herrera y Ricardo Cicero en el Museo Nacional de Arqueología, Etnología e Historia. Su trabajó se basó en medidas antropométricas y craneométricas (técnicas utilizadas por los investigadores del Museo) y en estudios de antropología criminal realizadas a poblaciones vivas de indígenas, así como a la colección craneana de reos (Penitenciaría de Puebla) y se encontraron ante la reaparición de rasgos atávicos. 65 El Dr. Martínez Baca continúo publicando obras en relación a delincuentes, como en 1893 presentó en el Congreso de Americanistas, Craneometría Comparada, donde examinó cráneos zapotecas. Cuando el gabinete antropométrico de la Cárcel de Belén se inauguró en 1895, el Dr. Martínez Baca estuvo al frente por algunos meses, mientras que Manuel Vergara continúo en la Penitenciaría de Puebla, pero la medición de los criminales para detectar las anomalías físicas, para identificarlos y realizarlos, se complicó cuando el instrumental para hacerlas, se encontró incompleto y deteriorado, porque no se le dio mantenimiento alguno: “Los aparatos de ese gabinete no sirven para el objeto: se toma la estatura en uno de nuestros antiquísimos cartabones de madera, donde una corredera marca la altura con diferencias hasta de 7 u 8 milímetros en cualquier movimiento del procesado...” (Villegas 2015, p. 107), igualmente la toma de medidas pudo variar de acuerdo a la complexión física del criminal. Posteriormente, para 1900, el Dr. Martínez Baca fue nombrado para integrar una oficina de identificación antropométrica criminal con la ayuda de Nicolás de León25, en la Penitenciaria de Lecumberri26 y de la misma forma como se hizo en la Penitenciaría de Puebla, se le dio especial atención al estudio craneométrico, tal y como lo hizo Lombroso con su método, porque la cabeza fue donde más se encontró anomalías propias del 25 Ocupó el puesto de director del departamento de antropología física del Museo Nacional de Arqueología, Etnología e Historia a partir de 1900, observó por medio de sus investigaciones como los caracteres raciales de los primeros pobladores de América, se relacionaron con “... la antropología criminal que trabajaba sobre la reaparición de los caracteres de las razas primitivas en la población criminal” (Urías, 2001, p. 31). Fue precursor en estudios de antropometría, llevándolo a impartir cursos de dicha ciencia en 1913 en el Museo y uno de los primeros profesores en impartir antropología en México. Todavía en 1922, cuando realizó el Catálogo del departamento de antropología física del Museo, sus estudios consideraron a la antropología criminal. 26 El 29 de septiembre de 1900 fue inaugurada está penitenciaría por Porfirio Díaz, símbolo de la modernidad y sirvió como “... instrumento principal de control social, de pena ejemplar para atemorizar a la población pobre que quisiera violentar una moral y un orden social que había logrado paz y progreso” (Padilla, 2001, p. 247). 66 atavismo, lo cual fue considerado dentro de su Reglamento, pues todos los reos fallecidos fueron “...autopsiados y se conservara su cráneo para el museo de la cárcel... dado que se conocían los datos principales del delincuente: su edad, el sexo, la causa de la muerte y, lo más importante para nuestro estudio, la causa criminal por la que estuvo convicto” (González, 2005, p. 585), de esta forma la colección de cráneos que se formó, comprendió de 1901-1914. No obstante, tampoco funcionó el gabinete antropométrico para obtener las medidas de las anomalías físicas en criminales, porque los primeros reos, trasladados de Belén a Lecumberri, ya contaron con su ficha antropométrica. En 1904, el Dr. Manuel Vergara publicó un trabajo de investigación en las Memorias de la Sociedad Científica Antonio Alzate y La influencia del sexo en la criminalidad en el estado de Puebla. Estudio Estadístico, obra que fue vista como la última de su temática y su vinculación con el atavismo. 1.7 De la identificación antropométrica Lombrosiana al sistema dactiloscópico. Identificar y reconocer al criminal, fue uno de los objetivos principales de Lombroso, por lo que el uso de la fotografía y el examen antropométrico del individuo, fue elemental para detectarlos, pero este tipo de estudios no fue del todo eficiente, debido a diversas circunstancias. En el caso de la fotografía, las prisiones no tuvieron en la mayoría de las ocasiones un lugar con las condiciones óptimas y necesarias, para retratar a los criminales; para la toma de la 67 fotografía signalética, las autoridades y los fotógrafos, no tuvieron conocimientos exactos de cómo hacerlo, sobre todo en aspectos de luz, distancia y fondo y cuando la reincidencia criminal fue un tema recurrente, la fotografía no fue del todo eficiente, para evidenciar los cambios físicos que sufrió el cuerpo del individuo. Por otra parte, la antropometría se convirtió en un problema, cuando las medidas antropométricas solo se tomaron a individuos desde los veinte años, ya que los expertos expresaron que a esa edad el ser humano se encontró desarrollado y ya no crecería, entonces, no se llevó a cabo en reos más jóvenes, aun cuando la población de penitenciados iba desde los dieciocho años. Asimismo, la medición no fue realizada en todas las ocasiones por médicos o en caso de que así lo fuera, estos no tuvieron los conocimientos y práctica necesaria para hacerlo; también se suscitó que no se siguiera al pie de la letra, las mediciones correspondientes tal y como lo manifestó Bertillon en su obra Instructions signalétiques, lo que dio como resultado que solo se realizaron algunas que el sistema original propusó o los registros aparecieron incompletos, con errores o variaciones. Además, ante la falta de recursos para elaborar las mediciones en las cárceles, el instrumental se encontró incompleto, deteriorado o sin mantenimiento alguno. Todas estas deficiencias para llevar a cabo el método, dio mayor importancia al nuevo sistema de identificación mediante las huellas dactilares que surgió a finales del siglo XIX por Juan Vucetich en Argentina, el cual basó su técnica en las líneas encontradas en los dedos que llamó directrices, pues éstas descubrió el autor, fueron inmodificables aún con el 68 paso del tiempo y no se repitieron entre los individuos, es decir, fueron únicas. Dicho sistema probó su eficacia en 1892 y dejó atrás el método de identificación antropométrica, por su falta de objetividad y precisión con el cual se identificó al delincuente, aunque la fotografía de frente y perfil siguió en uso para fines de filiación. 69 CAPÍTULO II ASPECTOS PRINCIPALES DE LA TEORÍA DEL CRIMINAL ATÁVICO DE CÉSAR LOMBROSO. “... si el tatuaje de los criminales no es atávico, el atavismo no existe en la ciencia”. César Lombroso, Los criminales. 2.1 Italia: Tiempo histórico. Con el fin de crear una nación italiana, en 1820 iniciaron una serie de movimientos revolucionarios en Europa, porque Italia quedó dividida en 7e Estados Independientes desde el Tratado de Viena (1815). Los movivimentos revolucionarios continuaron y en 1848 se manifestaron sectores populares, en la Primera Guerra de Independencia Italiana; de 1849 a 1858, siguieron los conflictos, donde participaron activamente los denominados bandoleros. El proceso de unificación italiano inició de 1859 a 1861, caracterizado por movimientos políticos y sociales que anexó a los diferentes estados. Fue en 1861, cuando nació oficialmente el Reino Italiano donde la situación política y social fue inestable, pues mientras el lado norte fue industrial y rico, la parte sur del país fue agrario y pobre, lo que provocó pobreza, desempleo y migraciones de sur a norte en busca de mejores oportunidades. Los desórdenes (manifestaciones de descontento y agitaciones sociales) que estuvieron presentes en Italia, debido a la situación económica desigual, fueron asumidos dentro de este marco positivista como criminal y peligroso. 70 El delincuente fue visto por el Estado, “... como el individuo que dificulta el nuevo orden burgués, que por su situación social supone un ataque a las normas sociales (Contreras, 2001, p. 3). La criminalidad fue desobedecer a la ley y agredir a las condiciones fundamentales de la vida social, por lo que el delito fue definido como “... un hecho humano resultado de factores intrínsecos y extrínsecos, es la expresión de una antisocialidad subjetiva, contra la cual debe actuarse” (Rodríguez, 1981, p. 242), es decir, se consideró un fenómeno social. 2.2 Medicina y Psiquiatría en Europa, siglo XIX. En el siglo XIX, la psiquiatría fue considerada como la rama especializada de la higiene pública que estudió al individuo para curarlo y readaptarlo a la sociedad; intervino en casos donde los abogados no pudieron explicar lo que pasó con algunos criminales. Los jueces (aun cuando la psiquiatría estaba en pleno desarrollo), recurrieron a la opinión de médicos para que emitieran su opinión como peritos, con lo cual se tuvo conocimiento acerca del estado de salud mental del criminal y del tratamiento clínico que debieron seguir. Los médicos ayudaron a imponer las sentencias penales y “... podían ofrecer, tanto las posibilidades para la prevención del delito, como la base material para la interpretación del crimen y más importante aún, aportar los elementos básicos para la identificación del delincuente” (Suárez, 2000, p. 694). 71 El uso de estas dos ciencias en el estudio criminal, marco la diferencia con el siglo XVIII, aunque la psiquiatría todavía se encontró en camino hacia la profesionalización, por lo que posiblemente los conocimientos no estuvieron totalmente establecidos y comprobados. Pero en Italia, tanto médicos como psiquiatras fueron los expertos para que los jueces determinaran con datos científicos la responsabilidad legal del criminal, de esta forma “...el pronóstico de enfermedades mentales contó así con el permiso para estudiar el cuerpo y el alma de los delincuentes” (Suárez, 2005, p. 28). Sería importante analizar si esos médicos y psiquiatras que participaron en los juicios penales, contaron con experiencia y/o especialización en el estudio del criminal, pues eso fue fundamental en la toma de decisiones. 2.3 César Lombroso: el científico. Ezequías Marco César Lombroso en Verone, Piamonte el 16 de noviembre de 1835. Durante su niñez y adolescencia su gusto, se centró en lecturas sobre literatura e historia. Realizó sus estudios de medicina, dándolos por terminado en 1852 en la Universidad de Pavía, donde uno de sus mayores intereses fue su clase de Anatomía y un curso monográfico al cual asistió, titulado “Influencias de la civilización sobre la locura, y de la locura sobre la civilización”, donde aplicó la Historia, la Psicología, la Psiquiatría y la Lingüística, para estudiar la locura. En 1854 se graduó en la Universidad de Viena como médico cirujano, lugar donde como alumno fue introducido al estudio del paciente en hospitales para hacer diagnósticos 72 certeros, por lo que Lombroso consideró primordial la ciencia médica para curar diversas enfermedades. Así, en una de sus clases al visitar los hospitales de Pavía y Padua, observó a los enfermos mentales y vislumbró su cura por medio de una evaluación adecuada y comenzó a escribir sus observaciones, combinando la ciencia teórica con la práctica. Su preocupación por remediar problemas de salud, le llevó a descubrir la sal yodada en 1855, lo que expuso en su tesis doctoral Estudio sobre Cretinismo en Lombardía y en 1858 a utilizar el alcohol como desinfectante de heridas, con lo cual escribió el libro Fragmentos Médicos Psicológicos. Lombroso se incorporó al ejército piamontés como médico en 1859, cuando Piamonte entró en guerra contra Austria27 por su independencia, su estancia en la guerra entre 1859 y 1862, le permitió observar hombres de diversas regiones de Italia y sus distintas medidas antropométricas. Entonces, comenzó a escribir una serie de notas y observaciones, que agrupó con estudios anteriores y manifestó la importancia de laborar un método experimental, que partiera del estudio fisiológico del individuo para analizar las enfermedades mentales. En 1863, Lombroso por segunda ocasión proporcionó sus servicios médicos en guerra, cuando Italia combatió contra los bandoleros, pero en el mismo año, decidió dejar el ejército y terminó sus estudios de psiquiatría, para impartir clases de dicha materia (donde se presentaron individuos con enfermedades mentales por primera vez en su clase) y como resultado de eso escribió Medicina Legal de los Enajenados Mentales, así tomó conciencia de examinar a aquel que presentó alguna patología mental, para distinguirlo del criminal. 27 Austria declaró la guerra a Italia y exigió el desarme de Piamonte, durante el proceso de unificación. 73 Para Lombroso, la psiquiatría explicó cualquier problema social o jurídico y la medicina aportó soluciones a éstos. Asimismo consideró que en las penitenciarías, estas dos ciencias fueran incluidas en un curso previo para el estudio criminal. Además, estuvo interesado en hacer manicomios especializados para criminales, porque argumentó que en las cárceles existieron locos criminales con patologías mentales. Con la ayuda de la psiquiatría y la medicina, junto con su experiencia laboral, Lombroso logró diferenciar el delincuente del loco delincuente y catalogó al primero como un individuo con un mayor número de anomalías físicas a diferencia del segundo. Sus obras escritas continuaron y fundó la primera Revista Trimestral Psiquiátrica, y en 1871 publicó Memoria sobre los Manicomios Generales. Los conflictos en Italia dieron como resultado el aumento del bandolerismo, el cual fue proclamado como criminal por las nuevas autoridades y “Los bandoleros quedaron definidos como delincuentes y como antropológicamente inferiores, y los habitantes del sur de Italia como genéticamente propensos a la criminalidad, según las teorías fisiognómicas28 de Lombroso” (Rossano, 2011, p. 196), afirmaciones que sostuvo después de estudiar a muchos de ellos por varios años en las cárceles de Turín y cuyos resultados presentó en tres de sus obras más importantes: El Hombre Delincuente, Los Criminales y El Delito. Sus Causas y remedios. 28 Los fisonomistas estudiaron la apariencia externa de los individuos, sobre todo sus rasgos faciales, con los cuales se pudo conocer la personalidad o carácter. 74 2.4 Del estudio del delito al estudio del delincuente: un nuevo paradigma. Para dar término a los abusos del poder y la arbitrariedad que ejerció el Estado durante el Antiguo Régimen en Europa del siglo XVIII, surgió una nueva postura de pensamiento, influenciada por la Ilustración (movimiento cultural e intelectual), que dio a la razón humana un papel relevante, para transformar el mundo, lo que trajo consigo un nuevo análisis del comportamiento delictivo, cuando el Derecho Natural ejerció justicia por medio de lo racional-lógico. Esta nueva postura de pensamiento fue denominada hasta el siglo XIX, por Enrico Ferri, como Escuela Clásica, pues así llamó a aquellos juristas emanados antes del positivismo. Entre sus postulados consideró el delito cometido, el cual fue visto como una infracción de la ley que cometió el criminal, individuo que a pesar de gozar de libre albedrío y de tener derechos y libertades como cualquier persona, eligió el mal camino, rompiendo el orden jurídico; su mal comportamiento no fue explicado por cuestiones internas o externas y tampoco se distinguió de los demás sujetos por alguna característica en particular de ninguna índole. En este caso, el Estado, vigiló al delincuente y reaccionó ante el delito cometido, lo que le dio la libertad de castigar con una pena (proporcional al delito), ya sea física o moral, con la que se corrigiera el comportamiento del sujeto. El método empleado por esta escuela fue el deductivo. 75 En el siglo XIX, cambio de manera total el estudio de la criminalidad, cuando el positivismo imperó en Europa, sobre todo en Italia, donde un grupo médicos, juristas, sociólogos, entre otros, basados en esa corriente filosófica, se nombraron Escuela Positivista, pues uno de sus principales representantes César Lombroso, opinó que las teorías planteadas anteriormente acerca del estudio de la delincuencia y no del delincuente, no permitieron aplicar las penas adecuadas y la reincidencia aumento, fue entonces cuando resultó necesario conocer al delincuente para terminar con la delincuencia, es decir, conocer las causas principales de su conducta delictiva y se convirtió, en el objeto de saber científico, aspecto que anteriormente no lo fue. Así, Lombroso estudió al delincuente desde el enfoque antropológico-psicológico, el cual tuvo como punto de partida obtener características físicas y posteriormente los aspectos mentales, Enrique Ferri examinó el lado sociológico en donde se desarrolló el delincuente y Rafael Garófalo, el cual observó la situación jurídica del criminal, ellos estuvieron de acuerdo que el origen del problema se encontró en el individuo y no en la acto cometido. Asimismo, se modificó el método aplicado, como resultado del positivismo, pues fue necesaria la aplicación del método inductivo-experimental, lo que constituyó, “...una renovación completa, un cambio radical de método científico en el estudio de la patología social criminal...fundándose en la Antropología, la Psicología y la Estadística Criminal, así como sobre el Derecho Penal y los estudios penitenciarios” (Rodríguez, 1981, p. 239). Entonces el sujeto se encontró determinado a delinquir por diversos factores, no tuvo libre albedrío, sino que fue un “... individuo en el que la combinación de las determinaciones 76 sociales y/o psicobiológicas... le impide actuar de acuerdo con las normas éticas de la sociedad en que vive” (Abidin, 2005, p. 12), conocido como determinismo. El Estado consideró los diferentes “tipos de criminales”, surgidos de la clasificación lombrosiana, por lo que los criminales natos fueron juzgados como los más peligrosos. La peligrosidad del criminal equivalió a la peligrosidad del delito. Para la “Escuela Positivista” fue elemental prevenir el delito, por lo cual fue indispensable basarse en los estudios antropológicos y sociológicos aplicados al delincuente, para elaborar las teorías jurídicas y aplicar las sanciones adecuadas, lo que llevó a predecir quien iba a delinquir y que delito iba a cometer. El criminal al momento de delinquir, adquirió una responsabilidad social, por el hecho de vivir dentro de una sociedad y ésta tuvo todo el derecho para defenderse, pero el Estado fue el único que pudo sancionar al delincuente y a diferencia de la postura que predominó durante el siglo XVIII, ya no solo se vigiló al delincuente, también se controló y se corrigió su comportamiento; los tratamientos fueron proporcionales, según la peligrosidad presentada, por lo que tuvieron una duración indeterminada. Los delincuentes fueron sometidos a juicio y se les impuso una pena, después de ser evaluados por el personal experto, en este caso, médicos especializados en el estudio criminal. 77 2.5 Teoría del Atavismo de Lombroso. A raíz de una necropsia que realizó Lombroso a un bandolero en 1871, de apellido Villella, en la que examinó su cráneo, encontró que el sujeto tenía “...una enorme foseta occipital media y una hipertrofia del verme, análoga a la que se encuentra en los vertebrados inferiores...” como lo señaló Rodríguez (1981), lugar donde no hubo vasos inflamatorios y donde pareció haber sido un receptáculo a un tercer lóbulo medio, como se observó en los embriones en el tercero y cuarto mes, anomalías nunca antes vistas por él, pues los seres humanos se constituyeron por cuatro fosas occipitales, aunque en algunas especies inferiores se pudo encontrar cinco fosetas occipitales. Posteriormente, cuando analizó a otros criminales por medio de la Antropometría descubrió anomalías en: cerebro (circunvoluciones de lóbulos y hemisferios, excesivo desarrollo del cerebelo), cráneo (hoyuelo en medio del occipital -considerada de la más atávica-, presencia de huesos extraños a los lados del occipital),nariz (torva, desviación de huesos nasales, aplastada, ganchuda), anomalías de labios, exagerado apéndice de las mandíbulas, órbitas grandes y separadas, esqueleto (perforación del olecráneo, variabilidad de huesos en vértebras inferiores, carencia de vértebras), cabeza ( circunferencia grande), cara (mayor longitud), frentes estrechas, orejas (anomalías en la conformación del pabellón), cabellos espesos, falta de barba, palidez en el rostro, variación de medidas en manos y brazos, estrabismo, dientes montados unos sobre otros, arrugas (mayor frecuencia y precocidad) frecuencia de canicie y calvicie. 78 Cuando realizó más estudios a criminales, detectó una “... insensibilidad al dolor, visión extremadamente aguda, tatuajes, indolencia excesiva, afición a las orgías... el deseo no solo de quitar la vida a la víctima, sino de mutilar el cadáver, rasgar la carne y beber la sangre”, como lo observó Huertas-Díaz (2011) al hacer referencia a Lombroso, comportamiento que observó y datos que obtuvo Lombroso al momento de entrevistar y examinar de manera antropológica-psicológica, a un individuo llamado Versen. Entonces, todos estos estudios a criminales, coincidieron por presentar anomalías físicas que agrupó posteriormente en tablas o gráficas, cuando uso la Estadística y después de que examinó algunos cráneos de asesinos, Lombroso advirtió características parecidas a las de los lémures, como lo cito Da Re y Maceri (2008), lo que significó mamíferos parecidos a los primates y concluyó que las características mentales dependieron de las anomalías fisiológicas. Lombroso por lo tanto retomó la obra de Darwin, El Origen del Hombre29, publicada en 1871, pues los datos que él obtuvo a lo largo de su estudio con esos bandoleros y otros criminales, le aportó información que coincidió totalmente con los análisis de Darwin, 29 A raíz de la búsqueda documental para hacer dicha investigación, algunos autores refirieron que con la publicación de El Origen de las Especies en 1859, obra escrita por Charles Darwin que tuvo mucha popularidad, fue elemental para que Lombroso fundamentara su concepto de criminal atávico. Como en el artículo “Aproximaciones a la antropología criminal desde la perspectiva de Lombroso” (Huertas-Díaz, 2011, p. 297) o en “La antropología criminal de Lombroso como puente entre el reduccionismo biológico y el derecho penal” (Da Re y Maceri, 2008, p. 110) o inclusive, algunas fuentes electrónicas emiten la misma relación. Después de analizar la obra de Darwin, se observa que en dicha obra, el personaje solo mencionó el concepto de reversión o variación análoga, para explicar cómo en una raza humana reapareció un carácter perdido, más no explicó la relación entre hombre y alguna especie de primate, tal como lo hizo en El Origen del Hombre. 79 cuando éste se refirió que “...no es posible negar la estrecha correspondencia que existe entre el hombre y los animales superiores, principalmente los monos antropomorfos, tanto en la conformación general y la estructura elemental de los tejidos, como en la composición química y la constitución” (Darwin, 1909, p. 9), así como su presencia de algunos instintos en común, porque el origen del hombre fue de algún miembro del sub-grupo antropomorfo. Darwin expresó que algunos caracteres físicos que tuvo el macho de los monos antropomorfos, como por ejemplo, los caninos completamente desarrollados y que después las mujeres presentaron caninos muy salientes “... no constituye, pues, ninguna seria objeción contra la idea de que su aumento ocasional en el hombre sea un caso de reversión hacia un antecesor simio-humano” (Darwin, 1909, p. 92). De esta forma, “... si el hombre desciende de algún tipo simiano, no hay ninguna razón poderosa para que ciertos músculos no reaparezcan súbitamente después de intervalo de muchos millares de generaciones” (Darwin, 1909, p. 94), por lo que para Darwin, en el caso de la existencia de un hombre de constitución robusta pudo deber su desarrollo a músculos peculiares á los cuadrumanos ó a otros mamíferos y por consiguiente, pudo ser probable en mayor medida que este factor desconocido fuera una regresión a un antiguo estado de existencia, también conocido como reversión. Lombroso con todos los resultados de sus investigaciones obtenidos de la observación directa de todos aquellos rasgos atávicos como el tatuaje, el cual estudió por medio de la Antropología criminal, la toma de medidas elaboradas con ayuda de la Antropometría, la evidencia presentada con fotografías, la recolección de datos estadísticos presentados en 80 tablas o gráficas y de igual manera el conocimiento de otros datos sobre el entorno social donde se desarrolló el delincuente, constituyeron manifestaciones que de acuerdo a la obra de Darwin y después de verificar sus hipótesis, que la evolución natural del hombre delincuente se detuvo y que se encontró en una etapa anterior al desarrollo humano, es decir, el atavismo consistió en que el criminal no evolucionó, se encontró en una etapa intermedia, entre el simio y el hombre, por lo que como dijo Lombroso, ser tan salvaje, remontándose hasta los animales. Pero, al quedar el hombre delincuente en una etapa intermedia, este no pudo transformarse de todo en hombre y tanto sus caracteres físicos, como sus facultades mentales y morales no evolucionaron del todo, tal y como lo comentó Darwin, “... un animal cualquiera, dotado de instintos sociales pronunciados, adquiriría inevitablemente un sentido moral ó una conciencia, tan pronto como sus facultades intelectuales se hubiesen desarrollado tan bien, o casi tan bien como en el hombre” (Darwin, 1909, p. 50). Asimismo el comportamiento de estos seres antropomorfos, se caracterizó por la ociosidad, la vagancia, al hábito del saqueo y pillaje y el rapto de hembras de otros grupos, comportamientos que encontró Lombroso en el momento de entrevistar a Villela, entonces dedujo que esto, provocó en el criminal, su carencia de pudor, piedad y dolor, el tatuaje fue un rasgo distintivo del atavismo y falta comportamiento moral, porque no siguió las normas de civilización, entonces para Lombroso, existieron los criminales natos, aquellos individuos que sus características mentales, dependieron de las características físicas. 81 Lombroso concluyó, después de obtener datos de estudios en criminales y no criminales, que “...mientras más anormalidades tiene la persona, más notables y graves son los delitos cometidos... y la razón no puede ser otra que la fuerza biológica que puede impulsar a determinados individuos en forma irresistible a cometer delitos (atavismo)” (Valdovinos, 2007, p. 384). El comportamiento salvaje del criminal, lo equiparó Lombroso con el presentado en hombres primitivos, usó el argumento de Darwin cuando mencionó que “En muchos casos las razas antiguas presentan á menudo, en ciertas conformaciones mayores semejanzas con las de los animales inferiores... las razas antiguas... se encuentran algo más próximas... menos distintos de los animales por su conformación” (Darwin, 1909, p. 16). De esta forma Lombroso refirió que muchos caracteres que presentaron las razas salvajes, se encontraron con frecuencia en los delincuentes natos, al igual que la conducta presentada, porque los salvajes fueron vagabundos, impulsivos e insensibles en el momento de la caza de animales. 2.5.1 Los rasgos atávicos durante la niñez. Durante la niñez, la presencia de conductas atávicas, tales como la furia, crueldad, mentiras, pereza, falta de sentido moral, cólera, venganza, obscenidad, violencia y mal comportamiento en la escuela, entre otras, fueron de acuerdo a Lombroso, las primeras 82 manifestaciones de anomalías morales que en el caso de perdurar por largo tiempo y asociadas con otros rasgos antropológicos del criminal, requirieron “... de medidas preventivas para impedir que el niño contraiga definitivamente inclinaciones viciosas” (Lombroso, S/F, p. 125), ya que muchos criminales comenzaron su vida delictiva desde los 9 o 10 años, tal y como lo mostró Lombroso en un relato que surgió de una de sus entrevistas, casos en los que se reincidió habitualmente, sobre todo los ladrones. Para prevenir el crimen, expresó Lombroso, la educación fue un elemento importante, porque fomentó el trabajo, lo que dio como resultado inteligencia y éxito, además de que con ello terminó con las malas inclinaciones y el niño llevó una vida honesta, conforme a las normas morales de la sociedad. Otro factor fundamental durante la niñez, fue el apoyo y comprensión de los padres, que debieron estar siempre al pendiente de sus actos. Cuando el niño cometió una falta, los pequeños castigos impuestos, como llamadas de atención, fueron buenas para hacerles ver sus errores, mientras que en los castigos muy duros, los niños reaccionaron con cólera, odio, venganza, sentimientos violentos y peligrosos hacia sus padres, con lo que Lombroso no estuvo de acuerdo, porque “... los hijos de personas muy rígidas, cuando llegan a la edad adulta y libre, cometen más faltas o delitos que los hijos de padres menos severos” (Cazeneuve, 1925, p. 500). Pero en el caso de los niños incorregibles por largos años y aquellos que no contaron con educación, no pudieron diferenciar “... entre el crimen y la virtud... roban, pegan y mienten sin escrúpulos, lo cual nos explica perfectamente la precocidad en el delito...” (Lombroso, 1902, p. 503), por lo que Lombroso recomendó internar al niño en centros de educación correccional y terminar con el atavismo. 83 2.5.2 La clasificación criminal. El primer concepto que fundamentó Lombroso, después de sus primeras investigaciones fue un tipo de criminal denominado “criminal nato”, el cual se caracterizó por una serie de rasgos antropológicos como: frente huidiza y baja, asimetría craneal, altura anormal del cráneo, fusión del hueso Atlas con el Occipital, gran desarrollo de los pómulos, orejas en asa, pigmentación abundante en piel, cabellera rizada y espesa, canicie y calvicie tardías, arrugas anormales y precoces, agudeza visual, pereza, ausencia de remordimientos, impulsivo, frecuencia de tatuajes (en su mayoría obscenos), insensibilidad al dolor y afectiva, vanidad por el delito, sentimientos de venganza, crueldad y caló (uso de lenguaje especial), igualmente fueron “... hombres de las cavernas que conviven en sociedades civilizadas, y que dada esta diferencia se los podría distinguir por presentar estigmas morfológicos de su condición atávica, constituyendo el tipo criminal” (Da Re y Maceri, 2008, p. 100). Otras características presentadas en este sujeto fueron que le llamaron la atención el canibalismo, gusto por el alcohol, el juego y sexo, supersticioso, el gusto de asociación con otros criminales para formar bandas y frecuencia en actos de suicidio. Para Lombroso el delincuente fue un individuo anormal físicamente y moralmente, por lo que la sociedad de mediados del siglo XIX, fue dividida en normales, aquellos que siguieron las conductas morales y jurídicas y que físicamente no tuvieron alteraciones anatómicas, al contrario de los anormales, los individuos que no acataron ningún tipo de norma, pero tampoco “... las de la naturaleza. Los anormales eran clasificados como 84 monstruos humanos... individuos a corregir (locos, vagos y criminales)... Todos considerados como peligrosos” (Velázquez y Christiansen 2015, p. 246). De acuerdo a Lombroso, los criminales cometieron su delito, en pleno uso de sus facultades mentales y así demostraron su naturaleza criminal. También definió al loco delincuente, ese individuo que transgredió las normas, por presentar patologías mentales en el momento de cometer el crimen como demencia, enajenación mental, privación de facultades mentales, carácter violento, alucinaciones, temperamento mixto, delirios e inclusive la epilepsia y el comportamiento etílico, fueron catalogados como alteraciones psíquicas y emocionales, por lo que estos individuos fueron conocidos como locos delincuentes y Lombroso aseveró que “... el delito se exculpaba por la condicionante mental... Con ello el médico tuvo cada vez un mayor peso en la determinación judicial...” (Schleske, 2011-2012, p. 12). Lombroso, distinguió entre el criminal que no estuvo absolutamente loco, individuo que no fue totalmente responsable de sus actos y que después de que fue sometido a juicio, solo estuvo temporalmente en establecimientos especiales y el que si estuvo totalmente loco y por consiguiente fue considerado irresponsable, después de que se sometió al estricto examen médico. Conforme avanzaron sus investigaciones, confirmó sus descubrimientos con ayuda de la ciencia, la cual comentó, fue de lo simple a lo compuesto, por lo que afirmó que existieron nuevos tipos de criminales. 85 A continuación se muestran las características de los diversos tipos de criminales, elaboradas con base a la descripción que mostró Rodríguez Manzanera en su libro Criminología, la cual retomó de la cuarta edición de El Hombre Delincuente de Lombroso, datos que se contrastaron con los expuestos en la obra Los Criminales y con los cuales se tuvo como resultado la siguiente información. Delincuentes. a) De ocasión: Como su nombre lo indicó, estos individuos cometieron el delito por alguna ocasión solemne, aunado a causas por la herencia, cuestiones de falta de educación y el medio social, donde se desenvolvieron. Presentaron anomalías menos frecuentes en cráneo, zurdes, crueldad e inteligencia intensa. Entre esta clase de criminales se encontraron a los: • -Psuedo-criminales que en su mayoría cometieron delitos de hurto, heridas, incendios y de falsedades. • -Criminaloides, individuos que imitaron los crímenes, se asociaron con otros criminales en las cárceles, lo que empeoró su comportamiento, pero fueron cariñosos con su familia. • -Delincuentes habituales, aquellos que comenzaron con delitos de manera ocasional, sobre todo en crímenes contra la propiedad y que por falta de educación, pobreza, ignorancia o su estancia en prisión, los convirtió en expertos del crimen. 86 Por otra parte estuvieron: b) Vergonzantes: En este tipo de delincuentes se encontraron hombres entregados con abnegación a los deberes políticos. c) Epilépticos: Mostraron una irritación en la corteza cerebral que reproducen las condiciones de los animales inferiores, tendieron a la vagabundez, a la impulsividad, a la obscenidad, al gusto por los tatuajes (fueron analgésicos), vanidosos; agresivos, precoces sexuales, sufrieron de amnesia, delirios, vértigos, sonambulismo, tendencia a reproducir gritos y actos animales como ladridos o mordiscos. Sensibilidad menor en gusto, tacto y olfato y estuvieron predispuestos al alcoholismo. También se asociaron con otros criminales y fueron caníbales. d) Por pasión: Delincuentes que cometieron el acto solo por impulsos pasionales, situación que los llevó a un estado amnésico en el momento del delito, pues fueron honrados durante su vida y se arrepintieron y conmocionaron después del crimen, al grado de confesar su crimen a la autoridad, para calmar su dolor o en otros casos llegaron al suicidio. Cráneo sin patologías, fisonomía normal, lo que calificó Lombroso de belleza externa e interna. 87 Locos Delincuentes. a) Delincuente loco moral: Se encontraron más en cárceles y prostíbulos que en los manicomios, su cráneo tuvo una capacidad igual o superior a la normal, mandíbula voluminosa, asimetría facial, analgesia, perversos sexuales, no pudieron vivir en familia, su inteligencia se encontró intacta, porque fueron astutos y hábiles para realizar, justificar sus delitos y simular la locura, indisciplinados, crueles, destacaron en la cárcel pero no en su vida, muy perezosos en el trabajo pero activos en actividades maliciosas. Todas sus actitudes inmorales se presentaron, desde su infancia o pubertad. Lombroso también, clasificó y tomó como casos especiales a los siguientes locos delincuentes: b) Delincuente Alcohólico: Tuvo una vida anterior honesta, pero con alternaciones entre carácter apático e impulsos violentos. El alcohol, expresó Lombroso, fue “... un excitante que paraliza, narcotiza, los sentimientos más nobles, y transforma aun el cerebro más sano” (Rodríguez, 1981, p. 263), por lo que el delito cometido fue en un estado inconsciente, lo que provocó posteriormente amnesia y en ocasiones actos de suicidio. Este tipo de criminal, procreó hijos delincuentes. 88 c) Delincuente histérico: Individuo sumamente mentiroso, en muy pocas ocasiones se mostraron coléricos y feroces, aunque si sufrieron de alucinaciones y delirios, alta tendencia al erotismo y falsos testimonios. d) Mattoides: Delincuentes sumamente orgullosos, ambiciosos, rabiosos, pleiteros, inteligentes, vanidosos, tuvieron ideas políticas extremistas, con fisonomía y cráneo casi normales (pocas anomalías físicas), pero con expresión de argumentaciones contradictorias y delirio de persecución y aunque fueron altruistas exagerados, cometieron en su mayoría asesinatos de presidentes de forma impulsiva y pública. En la tabla que se presenta a continuación, se observan las características biológicas, psicológicas, sociales y otras, más sobresalientes de cada tipo de delincuente, así como el delito cometido, donde se pueden observar las diferencias entre cada criminal. 89 TIPO DE CARACTERÍSTICA DELINCUENTE S BIOLÓGICAS Criminal nato Ocasionales: Pseudocriminales, criminaloides delincuentes habituales. Epilépticos Pasionales CARACTERÍSTICAS PSICOLÓGICAS Frente huidiza y baja, asimetría craneal, altura anormal del cráneo, gran desarrollo de pómulos, orejas en asa, entre otras. CARACTERÍSTICAS SOCIALES OTRAS DELITOS CARACTERÍSTICAS COMETIDOS Pereza, ausencia de remordimientos, impulsividad, gusto por tatuajes, insensibilidad al dolor y afectiva, vengativos, crueles y tendencia al suicidio. Anomalías menos Inteligencia intensa y frecuentes en cráneo, crueldad. zurdos. Gusto por el alcohol, el Asociación con otros Actos criminales juego. criminales. más violentos. Irritación en corteza Impulsivos, obscenos, cerebral. gusto por tatuajes, insensibilidad al dolor, agresivos, precoces sexuales. Sufrieron de amnesia, delirios, vértigos, sonambulismo. Cráneo sin patologías, Afectivos. Amnesia al fisonomía normal. momento del delito. Arrepentimiento y conmoción después del crimen. Tendencia al suicidio. Tendencia vagabundez alcoholismo. y No tuvieron Su estancia en prisión oportunidades educativas empeoró su y vivieron en pobreza. comportamiento y los llevó a convertirse en profesionales del crimen y asociarse con otros criminales. Honradez vida. a y durante Delitos cometidos de manera ocasional, por imitación o necesidad. Los delitos no fueron graves. la Asociación con otros al criminales. su Delitos cometidos impulsos pasionales. por 90 TIPO DE DELINCUENTE CARACTERÍSTICAS BIOLÓGICAS Vergonzantes. Delincuente moral. CARACTERÍSTICAS PSICOLÓGICAS CARACTERÍSTICAS SOCIALES Anomalías neuropáticas muy marcadas. loco Cráneo con capacidad superior o igual a la normal, mandíbula voluminosa, asimetría facial. Insensibilidad al dolor, Actitudes inmorales desde Perversos sexuales, su infancia o pubertad. inteligencia intacta, indisciplina, crueldad, pereza en el trabajo. Delincuente Carácter apático, Vida anterior honesta. alcohólico impulsos violentos, (considerado loco amnesia, tendencia al delincuente). suicidio. Delincuente Mentirosos, presencia de histérico alucinaciones y delirios, (considerado loco tendencia al erotismo, delincuente). carácter colérico y feroz en ocasiones. Delincuente Fisonomía y cráneo casi Inteligentes, presencia de mattoide normales (pocas delirios de persecución, (considerado loco anomalías físicas). impulsividad al momento delincuente). del crimen. OTRAS CARACTERÍSTICAS DELITOS COMETIDOS Delincuentes entregados a los deberes políticos. Tipo de delincuentes que se encontró más en cárceles y prostíbulos que en manicomios. Procreó delincuentes. hijos Delitos cometidos en estado inconsciente. Delitos en su mayoría: asesinatos de presidentes de manera pública. 91 Entonces, el delincuente fue aquel individuo que presentó anomalías físicas y de comportamiento, producto de la reversión, debido a la reaparición de caracteres de sus antecesores por medio de la herencia, porque el hombre descendió de algún tipo de primate, de acuerdo a Lombroso. Mientras que el delito fue como expresó en El Delito. Sus causas y remedios, “...un fenómeno natural, necesario (dirían algunos filósofos) como la concepción, el nacimiento y la muerte” (Lombroso, 1902, p. 514), ya que si el delincuente estuvo determinado por cuestiones biológicas a delinquir, por lo tanto, el delito fue algo que no se pudo evitar. 2.5.3 Delincuentes y locos delincuentes, ¿quiénes fueron más atávicos?. Desde su primera edición del Hombre Delincuente en 1876, hasta las últimas versiones Lombroso definió sus diferentes tipos de criminales, pues para él existieron varios tipos de delincuentes y por consiguiente, varios tipos de penas. Fue hasta sus últimas ediciones del Hombre Delincuente y de su obra Los Criminales que Lombroso presentó la estructura definitiva de la clasificación de los delincuentes, a continuación se muestran, los rasgos atávicos más comunes entre delincuentes y locos delincuentes, lo que se elaboró con las características expuestas en el apartado anterior, con lo cual puede distinguirse y conocerse el grado de peligrosidad y así evidenciar, si 92 Lombroso estuvo en lo correcto al mencionar que los más atávicos fueron los criminales sin locura. Entre los criminales estudiados por el autor, se encontraron: estafadores, asesinos, cleptómanos, salteadores de caminos, ladrones, homicidas, estupradores, autores de heridas, incendiarios, vagabundos, entre otros. a) Delincuentes sin locura. El Delincuente Nato y el Delincuente Epiléptico, presentaron ciertas características en común como: Canibalismo, Gusto por los Tatuajes, Altamente agresivos (cólera, furia), Vanidad, Obscenidad (masturbación, homosexualidad y depravación), Tendencia al suicidio, Asociación con otros criminales y Analgesia (insensibilidad al dolor). Los otros delincuentes sin locura fueron: -Delincuente Ocasional Pseudo-Criminales -Delincuente Pasional. Habituales Criminaloides Se distinguieron por sentimientos nobles (no perversos) y su estancia en la cárcel los empeoró y se convirtieron, en profesionales del crimen. 93 b) Delincuentes con locura. Entre los delincuentes locos que presentó el autor, fueron: -Delincuente Loco Moral. Alcohólico -Delincuente Loco Histérico Mattoide Sus rasgos comunes fueron: Pocas anomalías en la fisonomía del cuerpo (cráneo normal), Precocidad de la perversión sexual (erotismo), Altruismo, Vanidad, Intacta inteligencia (intelectualmente no hay anomalías), la herencia fue según Lombroso, decisiva para dar descendencia con problemas de locura y criminalidad, vida anterior honesta y presencia de delirios. Por lo tanto, Lombroso concluyó, que tanto delincuentes como locos delincuentes fueron atávicos, pero en alto grado se encontraron los primeros a diferencia de los segundos, entonces el delincuente presentó más anomalías físicas, como se demuestra en este análisis. 94 2.5.4 Recomendaciones de Lombroso para tratar el atavismo. Con toda la información antes expuesta y la revisión de fuentes documentales, se mencionan a continuación como fue que Lombroso, quiso prevenir o en su caso controlar el atavismo: • Cuando el niño presentó algún tipo de atavismo moral, se fomentó la educación y comprensión de los padres, ya que estos factores pudieron disminuir tales comportamientos. • Si el niño fue incorregible por muchos años, se internó de inmediato en una correccional. • Cuando el acto de delinquir fue inevitable, se comenzó un juicio, donde se encontraron presentes personal experto, como médicos y psiquiatras para emitir una condena de acuerdo al tipo de características atávicas del delincuente. • Si el delincuente cometió el crimen por causa de un episodio de patología mental en el momento del acto, siguió su tratamiento en manicomios especializados, al contario de los delincuentes sin locura, que fueron remitidos a una cárcel, pero en los dos casos, Lombroso manifestó que fueron la mejor forma de curar las anomalías propias del atavismo. • Cuando el delincuente fue de primera vez o como se le conoció “debutante”, la cárcel fue considerada como un lugar más nocivo que eficaz, entonces se impusieron castigos como multas, trabajos al aire libre, prisión preventiva o condicional, para no caer en la reincidencia. 95 • Las cárceles, dijo Lombroso, tuvieron que contar con instalaciones adecuadas, para seguir con el estudio físico y mental del delincuente, ya que se requirió de gabinetes fotográficos y antropométricos con todo el instrumental necesario. • El delincuente debió contar con ocupaciones útiles, recreos intelectuales para leer libros en la biblioteca o tener la oportunidad de entrevistarse con personalidades distinguidas, actividades que estuvieran lejos de depravaciones y que tuvieran como propósito fomentar, “... la memoria, la atención, y el pensamiento, ya que las deficiencias en la educación... podrían provocar la locura” (Schleske, 2011-2012, p. 16) • Lombroso comentó de la importancia del seguimiento del estudio del delincuente, para terminar con el atavismo y la reincidencia no se convirtiera en un problema. Posiblemente el atavismo que Lombroso llamó moral, cuando el criminal presentó un comportamiento fuera de las reglas de la sociedad, pudo curarse con el aislamiento en lugares de segregación, como fue las cárceles, pero si las anomalías físicas fueron la principal característica de estos individuos, éstas no pudieron cambiarse con estos métodos. 96 CONCLUSIONES El método de Lombroso fue aceptado y aplicado, debido a las condiciones históricas propicias en las que se desenvolvió. En primer lugar, la preocupación de César Lombroso por curar diversas enfermedades lo llevó a observar en sus prácticas escolares, a aquellos enfermos mentales de los manicomios de Italia que posteriormente distinguió de los criminales, cuando examinó a éstos en su estancia en la guerra y en las cárceles. También, el aumento de la criminalidad, por el ambiente revolucionario de mediados del siglo XIX en Italia, condujo a las autoridades a encontrar la forma de vigilar, controlar y examinar al delincuente para su total recuperación, por lo que el método de Lombroso fue otro elemento importante para erradicar a los criminales, en la situación histórica que se presentó en ese momento. La enorme experiencia profesional y laboral de Lombroso, cuando llevó a cabo sus prácticas e investigaciones, en hospitales, instituciones penitenciarias y manicomios, aunado al contacto directo con los delincuentes (uso de la observación directa) y la experimentación con ellos, fueron argumentos fundamentales de la filosofía Positivista en la cual se vio inmerso su trabajo y por consiguiente, aspectos claves para darle a su método la base científica con la cual aportó datos objetivos y veraces, razón por la cual el contexto histórico fue el indicado para la aceptación de su método. Otro factor significativo para la acogida del método de Lombroso, fue que las teorías o métodos en los cuales fundamentó su trabajo como los conocimientos que consideró de los fisiognómos, los estudios craneométricos de Paul Broca y de los frenológos para crear su 97 Antropología Criminal; el trabajo de Bertillon, para medir a los criminales por medio de la Antropometría y obtener los rasgos más atávicos por la fotografía tanto de Francis Galton como el de Bertillon; la cuestión de la herencia y el degeneracionismo, consultado de los tratados de Morel y el examen de los tatuajes, cuando acudió a los textos relacionados con la temática del hombre primitivo y esta práctica habitual, fueron investigaciones que ya gozaban de aceptación y validación por su utilidad, con anterioridad al trabajo de Lombroso, pero la sistematización de dichos conocimientos y de sus nuevas argumentaciones, lo hizo acreedor a la paternidad de la Antropología Criminal. La comprobación de su método, por otros científicos y la obtención de resultados idénticos a los suyos, fue otro factor primordial que llevó a concluir, que los delincuentes fueron atávicos por sus anomalías fisiológicas, las cuales repercutieron en sus anomalías mentales, lo que fue considerado por Lombroso como un fenómeno social, causado por defectos evolutivos del criminal, esto llevó a su método a aplicarse en varios países como Moscú, Suiza, Inglaterra, Holanda, Buenos Aires, Colombia, Uruguay, Chile y México, entre otros, con triunfo. La difusión de sus resultados, por medio de sus obras más representativas como El Hombre Delincuente, Los Criminales y El Delito. Sus causas y remedios, además de los Congresos Internacionales de Antropología Criminal, revistas especializadas y la formación de sociedades científicas internacionales, fueron otra pieza considerable para que su método se mostrara en Italia, el continente europeo y en América Latina, con el fin de que aquellos datos objetivos y científicos, tanto cualitativos como cuantitativos, fueran sometidos a críticas, rechazos, refutaciones o aceptaciones, para generar nuevo conocimiento. 98 En México, la Penitenciaría de Puebla implemento el método de Lombroso en sus gabinetes antropométricos a finales del siglo XIX con total éxito, a causa de que las condiciones históricas en las que se aplicó, fueron idénticas al caso italiano. El método inductivo-experimental de César Lombroso, contribuyó a identificar, clasificar, comparar y examinar al delincuente como objeto científico, tal y como lo requirió la filosofía positivista y por lo tanto, se dio solución a un problema social, de manera apropiada mediante la observación y la experimentación, el cual fue visto como el más indicado y correcto en su contexto histórico. La Antropología Criminal puso las bases para la nueva ciencia criminológica, que surgió poco tiempo después, pues retomó muchas de las argumentaciones propuestas por Lombroso, como la interdisciplinariedad, la prevención del delito, el estudio de las diversas causas del delito, el uso de otras herramientas, el complemento entre datos cualitativos y cuantitativos, el uso de la estadística para obtener un trabajo organizado, la observación directa del objeto estudiado y su vinculación con la realidad, la sistematización de conocimientos, la difusión de resultados, la identificación del criminal a través de la fotografía y la antropometría y sobre todo la verificación de resultados, por método científico. La Criminología, cuando nació a mediados del siglo XIX, tuvo como objetivo explicar las causas del porqué el origen de las conductas desviadas en el delincuente, para prevenir o controlar al crimen o al criminal. Esa explicación causal, requirió de un método científico basado en la observación y lo empírico, para formular teorías y verificar aquella conducta del criminal. El primer personaje en estudiar las causas de la conducta criminal fue César 99 Lombroso, el cual observó que esa circunstancia se debió a diversos factores, que en su caso, fueron de origen biológico, psicológico y sociológico, por lo que su relación con el objeto de estudio fue fundamental, por lo tanto el origen de la Criminología debe buscarse en el método de César Lombroso. Esta tesis nos permite obtener todos aquellos datos que nos hace comprender el presente entorno a la criminología actual, ciencia derivada de un hecho histórico, el cual debe ser estudiado a partir de fuentes documentales para ofrecer respuestas a los problemas de hoy. 100 BIBLIOGRAFÍA. Abidin, C. (2005). La imagen del delincuente en la escuela clásica y en la escuela positiva. Cartapacio de Derecho: Revista Electrónica de la Facultad de Derecho, (8). 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