1. ¿Qué son las habilidades sociales?

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1. ¿Qué son las habilidades sociales?
Las habilidades sociales son un conjunto de conductas emitidas por un
individuo, en un contexto interpersonal, que expresa los sentimientos,
actitudes, deseos, opiniones o derechos de ese individuo de un modo
adecuado a la situación, respetando esas conductas en los demás y que
generalmente, resuelve los problemas inmediatos de la situación mientras
minimiza la probabilidad de futuros problemas.
Elementos que configuran las habilidades sociales:
- Un contexto interpersonal, se desarrollan en situaciones en que hay
varias personas, entre las que hay interacción.
- Las personas socialmente habilidosas expresan de manera adecuada
sus sentimientos, actitudes, deseos, opiniones o derechos.
- Resuelve o minimiza los problemas, como hacer amistades, integrarse
en un grupo, participar en clase, etc.
Las habilidades sociales son el conjunto de hábitos de los que disponemos
para relacionarnos con los demás.
Deben enseñarse desde la infancia y seguir desarrollándose y ampliándose a
lo largo de toda la vida.
2. Componentes de las habilidades sociales.
Podemos diferenciar entre cuatro tipos de componentes.
2.1. Componentes conductuales.
¿Qué es la conducta?
La conducta es la manera particular que tiene cada persona de comportarse,
actuar o dar una respuesta en una situación determinada.
La conducta es producto de la interacción de unos factores internos como la
personalidad, la inteligencia o las creencias, y unos factores externos o
ambientales, como el momento en el que se encuentre el individuo, las
personas que la presencian, etc., por lo que la respuesta de una persona
puede ser diferente en función del contexto en el que se encuentre.
Podemos diferenciar entre conductas asertivas o no asertivas.
● Asertividad: conducta que permite a una persona actuar en función a sus
intereses más importantes, defenderse sin ansiedad, expresar
cómodamente sentimientos honestos o ejercer los derechos personales, sin
negar los derechos de os otros.
<<Esto es lo que yo pienso, esto es lo que yo siento, así es como veo la
situación. >>
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Dimensiones conductuales de las habilidades sociales.
Vicente Caballo establece una serie de conductas habilidosas
socialmente que consisten en:
Hacer cumplidos.
Aceptar cumplidos.
Hacer peticiones.
Expresar amor, agrado y afecto.
Iniciar y mantener conversaciones.
Defender los propios derechos.
Rechazar peticiones.
Expresar opiniones personales, incluido el desacuerdo.
Expresión justificada de molestia, desagrado o enfado.
Petición de cambios en la conducta del otro.
Disculparse o admitir ignorancia.
Afrontar las críticas.
Solicitar satisfactoriamente un trabajo.
Hablar en público.
Existen unas formas de relacionarse o conductas, contrarias a la
Asertividad, que obstaculizan la correcta comunicación con los demás tanto
a nivel personal como profesional. Las más representativas son:
- La conducta pasiva. Supone la trasgresión de los propios derechos al
no ser capaz de expresar abiertamente sentimientos, pensamientos y
opiniones o el expresarlos de una manera auto derrotista, con
disculpas o con falta de confianza.
- La conducta agresiva. Va de la mano con el atropello y la violación de
los derechos de otras personas. Defiende sus derechos personales y
expresa pensamientos y opiniones de manera inapropiada o
imponiéndose. Aunque la agresividad no equivale a violencia, puede
llegar a convertirse en ella. La agresión verbal puede manifestarse de
manera directa (ofensas, insultos, amenazas, etc.) o indirecta
(comentarios irónicos, sarcásticos o maliciosos).
Las conductas no verbales agresivas incluyen gestos realizados
mientras la atención de la otra persona se dirige hacia otro lugar o
actos físicos dirigidos hacia otras personas u objetos.
● La comunicación:
El proceso comunicativo y sus elementos.
La comunicación es la transmisión de una determinada información, poner en
común o compartir con los demás.
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Para que exista cualquier tipo de comunicación han de existir al menos los
elementos siguientes: un emisor que transmite la información, un receptor
que la recibe, un mensaje o contenido, un código o lenguaje y un canal por
donde transcurre. Toda comunicación se desarrolla en un contexto
determinado.
El proceso es el siguiente: el emisor quiere transmitir un conjunto de ideas,
hechos o pensamientos, para lo cual deberá seguir un proceso llamado
codificación, utilizando los signos de su código lingüístico, traduce todo este
conjunto de ideas, hechos o pensamientos y elabora un mensaje. El receptor
por su parte, tendrá que interpretar el mensaje descodificándolo en función
de lo que cree que significan los símbolos que se le han transmitido.
Feedback en la comunicación.
Para que la comunicación se complete es necesario que este mensaje no deje
indiferente a la persona receptora.
El feedback, es la comunicación en dos direcciones.
Si existe feedback, podemos afirmar que la comunicación ha sido
satisfactoria ya que se ha producido de forma bilateral.
Si no se diera la retroalimentación la comunicación no se establecería
plenamente y solo se quedaría como proceso informativo.
El feedback es el que transformará el proceso informativo en comunicativo,
y es la vía más fiable de la que se dispone para saber si el mensaje ha
llegado al receptor tal como se pretendía.
Comunicación verbal y no verbal.
La comunicación se compone de dos tipos de mensaje:
- El mensaje emitido a través de las palabras, lenguaje verbal.
- La ejecución de acciones, conscientes o inconscientes, a través de lo
que se conoce como lenguaje no verbal.
El mensaje completo estará constituido por ambos tipos de lenguaje.
● Los componentes fisiológicos.
En determinadas situaciones sociales las personas activamos, de manera
inconsciente y difícilmente controlable, unas reacciones fisiológicas que
denotan la falta de habilidades sociales.
Los más habituales son la aparición de sonrojo, temblores, sudoración,
aceleración de la frecuencia cardiaca o respiratoria, etc.
Relacionadas directamente con las emociones, las consideramos también
como componentes conductuales de las habilidades sociales.
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2.2. Componentes emocionales.
● ¿Qué son las emociones?
La emoción es un impulso involuntario, originado como respuesta a los
estímulos del ambiente, que induce sentimientos y que desencadena
conductas de reacción automática.
La emoción es pues un impulso que nos induce a la acción, una experiencia
interna que se manifiesta externamente, principalmente a través de gestos
o movimientos.
Continuamente experimentamos algún tipo de emoción. El estado emocional
varía a lo largo del día en función de los acontecimientos o pensamientos,
aunque no siempre se sea consciente de ello.
Las emociones pueden ser tanto positivas como negativas y a menudo se
cuantifican para ilustrar de algún modo su intensidad.
Existen seis emociones básicas: cólera, ira, alegría, tristeza, miedo, aversión
y sorpresa.
Emoción
Cólera/Ira
Miedo
Alegría
Tristeza
Aversión
Sorpresa
Causas
Frustración, injusticia,
agresión…
Función
Mantener las distancias
con los demás
indicándoles los límites.
Peligro o situación
Protección huida o
desconocida.
ataque.
Evitación o
enfrentamiento.
Logro de algún objetivo. Estimulación/
Motivación.
Adaptación, adapta al
Desanimo, melancolía,
organismo en
etc.
situaciones difíciles
para posterior
recuperación.
Genera respuestas de
Reacción fisiológica.
evitación ante
Rechazo.
situaciones
desagradables o
perjudiciales.
Reacción ante algo
Focaliza la atención y
nuevo.
exploración
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● Estímulo y manifestación de las emociones.
Los estímulos que provocan las emociones pueden ser externos o internos.
- Estímulos externos: provienen del ambiente o del mundo exterior a
los cuales se reacciona con miedo, alegría o ira.
- Estímulos internos: se producen en el plano cognitivo, cuando se
imagina alguna situación agradable o desagradable.
Los procesos cognitivos son los que determinan las emociones en función de
o que cada estímulo signifique o se crea que significa para cada persona.
Estas diferencias se deben a que, gracias a las emociones, el organismo sabe
consciente o inconscientemente si una situación es más o menos favorable
para su supervivencia. Ante diferentes situaciones o estímulos, el organismo
humano responde a través de mecanismos físicos y químicos en los que el
sistema nervioso cumple un papel muy importante.
Las emociones no se pueden controlar, ya que surgen sin más ante la
presencia de estímulos.
Lo que si se puede controlar es la manifestación externa de estas
emociones.
En cada cultura se promueve o castiga la manifestación de ciertas
emociones.
Aunque en algunas ocasiones, la manifestación de las emociones es normal,
inevitable y beneficiosa, en otras es conveniente controlarlas para mostrar
un comportamiento más adaptativo y adecuado a las circunstancias. En este
caso, la educación, los conocimientos y la inteligencia emocional, nos
ayudarán a delimitar nuestras acciones y regular nuestra conducta.
● La inteligencia emocional.
Es la capacidad de reconocer nuestros propios sentimientos y los ajenos, de
motivarnos y de manejar bien las emociones, en nosotros mismos y en
nuestras relaciones.
Esta habilidad está relacionada con la capacidad de percibir las emociones,
entender y asimilar los sentimientos a través de la información que estas
emociones producen en nosotros y poder manejarlas y utilizarlas.
En la inteligencia emocional se integran la inteligencia intrapersonal (en uno
mismo) y la interpersonal (en los demás).
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2.3. Los componentes cognitivos.
Son los relacionados con los procesos mentales de las personas y a la forma
en que intervienen en el desarrollo de las habilidades sociales.
En primer lugar veremos que capacidades cognitivas son necesarias para
aprender habilidades sociales y posteriormente estudiaremos el proceso por
el que ciertos pensamientos o creencias erróneas pueden entorpecer que
aquellas se desarrollen adecuadamente.
La teoría del aprendizaje social de Walter Mischel.
Para aprender ciertas habilidades sociales es imprescindible que la persona
disponga de suficientes recursos o destrezas cognitivas para adquirir y
desarrollar estos aprendizajes.
La teoría que mejor explica la influencia de los aspectos cognitivos en el
aprendizaje de las habilidades sociales es la teoría del aprendizaje social de
Walter Mischel.
Según esta teoría existen cinco componentes cognitivos de las habilidades
sociales.
Potencialidad Competencia. Supone la capacidad para construir o generar
de conducta estrategias cognitivas y conductuales de naturaleza social.
Estrategias de codificación y categorización. Se refieren
a la forma en que la persona percibe, piensa e interpreta el
mundo que le rodea. Para ello se requiere una adecuada
percepción social.
Ejecución de Expectativas. Se refieren a lo que la persona prevé sobre
la conducta
las posibles consecuencias de su conducta, es decir, de los
resultados que puede lograr en cada situación.
Valoración subjetiva de la situación. Se refiere al valor
que la persona da a las consecuencias de la conducta y la
estimulación.
Mecanismos autorreguladores y planes. Consisten en la
elaboración, por parte del individuo, de una serie de reglas
que guían su conducta cuando no existen presiones externas
significativas.
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El modelo cognitivo de Ellis y Beck.
Ellis y Beck desarrollan el modelo cognitivo que postula que las emociones y
conductas de las personas están influidas por su percepción de los eventos y
no es una situación en y por sí misma la que determina lo que una persona
siente, sino más bien depende de la forma en que la persona interprete la
situación.
Podemos definir las distorsiones cognitivas o pensamientos irracionales
como aquellos esquemas equivocados en la interpretación de los hechos, que
dan lugar a una visión simplista o negativa que influye en el pensamiento de
la persona.
Existe una gran variedad de distorsiones cognitivas. Las más habituales son:
-
Inferencia arbitraria: sacar conclusiones de una situación que no
están respaldadas por la experiencia.
Abstracción selectiva: seleccionar solo los detalles negativos de una
situación e ignorar el resto.
Interpretación del pensamiento: tendencia a interpretar sin base
alguna los sentimientos e intenciones de los demás.
Sobregeneralización: extraer conclusiones generales a partir de un
hecho aislado, que además no tiene relación directa con aquellas.
Personalización: atribuirse la culpa sin evidencia, de ciertos
acontecimientos.
Pensamiento del todo a nada: considerar como fracaso cualquier logro
que no responda a las expectativas máximas previstas.
Descalificación de lo positivo. Quitar importancia a los aspectos
positivos y buscar la lectura negativa.
Son convicciones muy arraigadas que se presentan automáticamente sin
darnos cuenta, por lo tanto no son fáciles de detectar si no hacemos un
esfuerzo.
Estas distorsiones llevan a la persona a una percepción inadecuada de
ella misma, de los demás y de todo lo que le rodea dando lugar a
problemas de autoestima, aislamiento, ansiedad, depresión, etc.
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2.4. La personalidad.
Todos tenemos una personalidad que nos distingue de los demás, puesto
que somos seres únicos e irrepetibles.
Por lo que la personalidad es la organización dinámica de los sistemas
psicofísicos que determina una forma de pensar y de actuar, única en
cada persona en su proceso de adaptación al medio.
Se considera que la personalidad es producto de la herencia y del medio
ambiente. Los rasgos biológicos están definidos desde antes del
nacimiento, en el código genético del individuo, mientras que el ambiente
es el conjunto de influencias que recibe el individuo del medio que lo
rodea.
La personalidad es algo único e irrepetible que depende de factores biopsico-sociales.
● Autoconcepto y autoestima.
Un aspecto determinante de la personalidad de una persona, es la
percepción que tiene de sí misma, su autoconcepto.
La valoración de este autoconcepto es lo que llamamos autoestima, y esta
va a ser muy importante en el futuro desarrollo de cualquier persona.
Es importante que la persona disponga de una buena percepción de sí
misma y que mantenga un equilibrio entre aquello que cree que es y lo que
le gustaría que fuese, ya que estos conceptos van a condicionar su
autoestima.
También es importante mantener un equilibrio entre el autoconcepto y la
realidad, pues las personas tendemos a sobrevalorar o minusvalorar
nuestras propias capacidades e imagen.
Cuando una persona se minusvalora de manera excesiva decimos que
tiene un bajo nivel de autoestima.
Deberemos tener en cuenta que:
- Una autoestima adecuada, contribuirá al desarrollo adecuado de las
habilidades personales y sociales y aumentará el nivel de seguridad
personal.
- Una autoestima baja predispondrá negativamente a la relación
interpersonal y será un obstáculo muy importante para el desarrollo
de la competencia social.
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● La teoría de los rasgos de personalidad.
La orientación de esta teoría es principalmente cuantitativa, pues se
centra en la medición de la personalidad de los individuos a partir de los
rasgos que muestran.
Los rasgos son unos elementos perceptibles y constantes en una persona
que la hacen diferente de otras. Estos rasgos se combinan de manera
diferente en cada persona, dando lugar a diferentes tipos de
personalidad. Por este motivo, generalmente se presentan como factores
opuestos como pueden ser:
Extraversión
Introversión
Emotividad
Falta de emotividad
Autosuficiencia Dependencia
Actividad
Inactividad
Egocentrismo
Alocentrismo
Dominio
Sumisión
Impulsividad
Serenidad
De esta manera, todas las personas tenemos los mismos rasgos, pero en
distinto grado.
El nivel que integre cada uno de estos rasgos la hará única e irrepetible.
● Mecanismos de defensa de la personalidad.
Podemos definir los mecanismos de defensa de la personalidad como una
estrategia de seguridad que la persona construye inconscientemente
para minimizar las consecuencias de acontecimientos o pensamientos que
pueden amenazar sus defensas psicológicas.
Los mecanismos de defensa permiten transformar o adaptar los deseos,
sentimientos u objetos molestos en manifestaciones diversas, con menor
peligro para el equilibrio psicológico.
En función de la manera en que ejerzan su acción, podemos diferenciar
entre mecanismos de adaptación, mecanismos de evitación o negación y
mecanismos de distorsión de la realidad.
Mecanismos de adaptación.
Tienen como finalidad la búsqueda de estrategias adaptativas ante los
acontecimientos estresantes.
- Afiliación: la persona busca apoyo y ayuda en los demás.
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-
-
-
Altruismo: consiste en enfrentarse a conflictos emocionales
dedicándose a satisfacer las necesidades de los demás.
Anticipación: consiste en preveer las consecuencias de ciertas
amenazas y anticipar soluciones alternativas.
Sublimación: la persona canaliza sentimientos o impulsos
potencialmente desadaptativos hacia comportamientos socialmente
aceptables.
Sentido del humor: se basa en afrontar la situación haciendo
hincapié en los aspectos divertidos e irónicos en situaciones
estresantes.
Supresión: consiste en evitar intencionadamente pensar en los
problemas o en situaciones que producen malestar.
Mecanismos de evitación o negación.
Las situaciones estresantes se afrontan evitándolas para que no causen
malestar. Algunos son:
-
-
Negación: negarse a reconocer la realidad o el problema, lo cuál
supone rechazar todos aquellos aspectos desagradables o
inaceptables.
Proyección: atribuye incorrectamente a los demás sentimientos o
pensamientos propios que le resultan inaceptables.
Racionalización: buscar explicaciones tranquilizadoras pero
encubiertas para encubrir la realidad.
Desatención relativa: borrar de la experiencia aquellos elementos que
pueden resultar inquietantes si se llegara a tomar conciencia de ellos.
Mecanismos de distorsión de la realidad.
Consiste en distorsionar la realidad para adecuarla a una situación tolerable.
- Idealización: atribuir cualidades exageradamente positivas a los
demás.
- Devaluación: cualidades exageradamente negativas a los demás.
- Omnipotencia: actúa ante el conflicto como si fuera superior a los
demás.
- Fantasía: se enfrentan a la situación estresante mediante la creación
de fantasías que sustituyen la resolución del problema.
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3. Déficit en habilidades sociales.
Las personas habilidosas socialmente suelen vivir de una manera
placentera la interacción con los demás, y no les causará ninguna tensión
negativa enfrentarse a situaciones nuevas.
Se sienten valoradas y respetadas y se encuentran bien con ellas mismas.
Las personas con déficit en esta faceta mostrarán cierto temor en sus
relaciones sociales y vivirán con gran estrés aquellas situaciones que
supongan el contacto con personas nuevas o la incorporación con nuevos
grupos.
Algunos de los comportamientos que denotan esta situación son: tener
dificultad para iniciar una conversación, quedarse en blanco o no saber
que decir.
3.1. Causas del déficit en habilidades sociales.
¿Cuál es el origen de la falta de habilidades sociales?
Hay unos factores innatos y otros que son consecuencia del proceso
educativo y de socialización.
Cada persona nace con una información genética que la hace diferente a
los demás. Este código genético va a perdurar toda la vida y va a
determinar algunas capacidades que facilitarán o dificultarán la
adquisición de habilidades sociales.
Por otra parte, es evidente que la adquisición en mayor o menor grado de
alguna de estas características vendrá modelada por el propio proceso
de socialización.
La falta de aprendizajes o la incapacidad de ponerlas en práctica.
Para sintetizar los mecanismos que contribuyen a la falta de habilidades
sociales nos centramos con dos aspectos:
- La falta de aprendizajes: cuando la persona ha crecido en un
ambiente pobre en este tipo de estímulos, su repertorio de conductas
y habilidades para desenvolverse en una determinada situación
interpersonal es muy limitado.
- La dificultad de ponerlos en práctica: la persona sabe cuál es la
conducta adecuada y dispone de habilidades, pero no las pone en
práctica porque algunos factores condicionan su ejecución.
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3.2. Manifestaciones del déficit en habilidades sociales.
Las más habituales son:
- Timidez: sensación que predispone a una persona a sentir inseguridad
o vergüenza ante situaciones sociales.
Conlleva un exagerado nerviosismo y una preocupación desmesurada
respecto a la evaluación social que los demás hagan de ella.
-
Bloqueo: manifestación de la timidez o del estrés en la comunicación,
caracterizada por la imposibilidad que muestra una persona de hablar
o expresarse en una situación que vive como estresante.
-
Sobreadaptación: recurso de las personas con conductas pasivas y
baja autoestima que consiste en actuar atendiendo a los deseos de las
otras personas y no a los propios, con el único propósito de sentirse
integradas.
-
Agresividad: actuar de manera autoritaria si tener en cuenta las
necesidades de los demás, para dejar clara la posición de poder o
superioridad.
-
Ansiedad social: miedo o temor que surge en una persona en
situaciones de interacción. La ansiedad es uno de los factores más
importantes en la falta de competencia social.
-
Fobia social: se da cuando el nivel de ansiedad es tan elevado que pasa
a interferir seriamente en la vida cotidiana de la persona. Suelen vivir
con altas dosis de angustia.
-
Aislamiento: la dificultad que supone relacionarse con los demás y la
ansiedad que genera hace que la persona se inhiba de las relaciones
sociales y las evite activamente.
Evitación  falta de experiencias  aislamiento  evitación
Sociales
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4. Evaluación de la competencia social.
Las técnicas empleadas para este fin son las mismas que en cualquier otro
proceso evaluativo en investigación social.
4.1. La entrevista.
Sirve para recoger información de primera mano sobre las relaciones
interpersonales de la propia persona y para obtener indicadores sobre su
forma de interactuar. Mediante la entrevista la persona podrá proporcionar
información relativa a:
- Historia de sus relaciones interpersonales.
- Situaciones de interacción social que más problemas le causen.
- Valoración de su propio comportamiento social.
- Motivación que tiene para mejorar su nivel de habilidades sociales.
- Expectativas sobre el entrenamiento y los objetivos que le gustaría
alcanzar.
Además de estas informaciones, la persona que ejerza de entrevistadora
recogerá informaciones a cerca del comportamiento de su interlocutor y de
las habilidades comunicativas que muestra en la entrevista.
4.2. La observación.
Se podrá examinar y registrar el comportamiento y las habilidades sociales
de las personas observadas.
● Modalidades de observación.
-
Observación en entornos naturales o simulados: los datos deberían
ser tomados en la medida de lo posible, en entornos naturales porque
así presentan una mayor validez, pues concurren la espontaneidad y
las variables ambientales. Sin embargo, ello conlleva inconvenientes
muy importantes, por ejemplo, requiere mucho tiempo para que se den
las conductas objetivo, etc. La observación en entornos simulados, es
un procedimiento especialmente útil en este tipo de evaluación.
-
Observación por parte de los demás o autoobservación: la
observación es generalmente una actividad externa, realizada por
personas que observan el comportamiento de otras, en el ámbito de
las habilidades sociales, muchas de las informaciones necesarias para
proceder a la valoración forman parte del universo más íntimo de la
persona y, por lo tanto, debe ser ésta la que, a través de registros
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específicos la proporcione. De esta manera es el propio sujeto el que
autoregistra sus emociones, pensamientos y sentimientos, así como
otros hechos relevantes de la interacción que tienen lugar en el
ambiente natural. La auto observación en habilidades sociales implica
dos procesos separados: discriminar la presencia o ausencia de la
conducta objetivo y registrar la emisión de la conducta en hojas de
registro, cuestionarios o escalas creadas para esa finalidad.
Para registrar las propias observaciones generalmente se utilizan
hojas de registro, pero también otros medios como diarios o
grabaciones de audio.
● Elaboración de hojas de registro.
Se utilizarán registros más estructurados si lo que se quiere medir es la
presencia, la frecuencia o la intensidad del pensamiento, emoción o
conducta.
Una posible secuencia que podemos seguir para elaborar una hoja de
registro es la siguiente:
1. Definir la conducta u otros aspectos que queremos observar.
2. Determinar las variables de estos aspectos que queremos medir:
presencia, frecuencia, intensidad, valoración subjetiva, etc.
3. Elegir los instrumentos y establecer los parámetros de medida.
4. en base a todo ello, elaborar la hoja de registro.
5. Decidir el entorno en el que se registra la observación.
4.3. Test o cuestionarios.
Son unas escalas estandarizadas, esto significa que han sido probadas en
una población con distribución normal para la característica que se va a
estudiar.
Disponemos de escalas para evaluar los diferentes componentes de las
habilidades sociales.
Inventario de asertividad de Gambrill y Richey.
Es un cuestionario formado por 40 ítems con dos puntuaciones diferentes.
Inventario de asertividad de Rathus.
Es un cuestionario de 30 ítems que la persona tiene que valorar con base en
una serie de criterios.
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Escala multidimensional de expresión social de V. Caballo.
Está formada por dos cuestionarios, uno que valora los componentes
cognitivos y otros los conductuales, y pueden administrarse de manera
separada.
Inventario de situaciones y respuestas de ansiedad de J.M. Tobal y A.
Cano.
Consta de 224 ítems y evalúa los componentes cognitivos, fisiológicos y
conductuales de la ansiedad por separado. Los mismos autores han diseñado
a partir de él, la escala reducida de ansiedad, para que su aplicación sea más
sencilla.
Escala de habilidades sociales de E. Gismero.
Es un instrumento muy fácil y breve de administrar. Está formada por 33
ítems con los que se miden las habilidades sociales y permiten identificar
con precisión los déficits en las diferentes áreas.
4.4. La ventana de Johari.
Es una herramienta útil para explicar y representar la dinámica de las
comunicaciones de cada persona con otras y por tanto es útil para conocer
el propio diagnóstico en cuanto a la competencia social.
Consiste en una matriz que muestra de forma gráfica los procesos de
comunicación e interacción de un grupo. Para lo cuál establece dos
dimensiones cada una con dos variables: lo conocido y lo desconocido, que
combinadas ofrecen 8 áreas fácilmente representables en un diagrama.
-
-
-
-
Área abierta: incluye aquello que conozco de mi mismo, y lo que los
demás también conocen como las cosas que son evidentes: edad, sexo,
raza, cualidades externas, modo de vivir, etc. También todo aquello
que comunicamos: sentimientos, ideas, opiniones públicas, gustos, etc.
Área oculta: incluye todo aquello que conozco de mí, pero los demás
ignoran. Abarca el mundo de los sentimientos, vivencias, opiniones,
experiencias íntimas, etc., que yo no comunico a los demás y en
cambio oculto.
Área ciega: incluye todo aquello que yo ignoro en mí mismo pero que
los demás si ven o conocen: impresiones que causo, sentimientos de
superioridad o inferioridad que muestro y en general todas aquellas
limitaciones de las que no soy consciente y los demás aprecian.
Área desconocida: incluye todo aquello que ignoro y también ignoran
los demás. En esta zona estaría el mundo del inconsciente
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psicoanalítico: instintos, contenidos de consciencia o vivencias
reprimidas u olvidadas, etc.
La utilidad de esta ventana reside en que es algo dinámico, es decir, que
cambia permanentemente y lo hace a través de las relaciones
interpersonales y la vida en grupo. Como resultado de dicho movimiento, el
tamaño y el formato de un cuadrante supondrán la reducción de los otros.
El área abierta aumenta de tamaño a medida que aumenta la confianza y la
interrelación entre los participantes, siendo uno de los cambios más
significativos y buscados en las dinámicas grupales, pues dicha ampliación se
da como resultado del aprendizaje interpersonal.
Cuanto más pequeño sea el primer cuadrante, más pobre será la
comunicación y la interrelación.
YO
Conozco
Desconozco
El grupo
(los demás)
Conocen
de mí
Área abierta
Área ciega
Desconocen
de mí
Área oculta
Área
desconocida
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