Menos trigonometría, más pensamiento crítico: las estrategias de una especialista del MIT para combatir la pasividad en las aulas por BBC MUNDO 20 septiembre, 2017 Las disciplinas de poca aplicación práctica y la enseñanza de contenidos alejados de la vida real son perjudiciales para los alumnos, ya que les enseñan a pensar de un modo lineal y no los prepara para desempeñarse en el mundo. Esto es lo que sostiene la especialista en educación Jennifer Groff, asistente de investigación del Laboratorio de Medios del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés), de Estados Unidos. Groff es autora de estudios sobre enseñanza personalizada, innovaciones en sistemas de aprendizaje y uso de juegos y tecnologías en el aula. En entrevista con BBC Brasil, Groff se mostró de acuerdo con un creciente número de especialistas internacionales que defienden una enseñanza más basada en habilidades y competencias que en disciplinas tradicionales. Estos son los fragmentos más importantes de la entrevista. Una de las áreas que usted estudia es la del aprendizaje por juegos. ¿Qué ha funcionado o no en términos de juegos en el aula, de acuerdo a su experiencia? En nuestro laboratorio, buscamos juegos que involucren (al alumno) en experiencias y le permitan la inmersión en un concepto, en vez de un juego que simplemente lo instruya para desarrollar una tarea. La idea es usar los juegos para explorar temas y no llenarles a los niños la cabeza con ideas. Por ejemplo, para enseñar las tablas, los juegos con bloques les permiten a los niños entender que "dos bloques más dos forman cuatro". Eugenia Cheng, la matemática que usa simple recetas de cocina para enseñar conceptos matemáticos complejos No nos gustan los juegos en los que el alumno completa cuatro preguntas matemáticas para ganar el derecho a disparar a alienígenas y luego, le dicen "bien, el juego terminó, es hora de resolver más problemas de matemáticas". Intentamos ayudar a los profesores a ver el valor de un aprendizaje más orientado hacia juego, explorando un tópico en lugar de "llenarle" la cabeza a los alumnos con ideas. Los videojuegos comerciales también se pueden utilizar de manera eficiente. Civilization y Diplomacy ya fueron utilizados por buenos profesores como herramienta para involucrar a los alumnos en temas como la negociación, por ejemplo. (...). Y (es importante) dejar a los niños liderar (el proceso), dejar que ellos sean profesores también. Se ha dicho mucho sobre el aprendizaje no centrado en el profesor, sino en los alumnos. ¿A eso es a lo que usted se refiere? Exactamente. Jennifer Groff trabaja para el MIT. Muchos de los juegos que desarrollamos en nuestro laboratorio son creados para ser jugados socialmente, en grupos, somos seres sociales y no construimos conocimiento en el aislamiento. "Nos han estado enseñando mal las matemáticas durante todo este tiempo" Hacemos que la experiencia individual y colectiva sea el centro (del aprendizaje), y el profesor (tiene que) crear un ambiente de esas experiencias para los niños y, quizá después, evaluar esas experiencias, más que dirigir un plan de clase. ¿Qué ha resultado más eficiente en las transformaciones de los ambientes de aprendizaje en las escuelas? Sabemos por investigaciones y escuelas (exitosas) que el buen aprendizaje se centra en el estudiante que construye su propio conocimiento socialmente. En muchos currículos, tenemos la clase de 45 minutos de matemáticas, por ejemplo, y (los estudiantes) ni siquiera saben por qué están aprendiendo matemáticas. Los estudiantes no reciben (el contenido) en contexto. Y el contexto es algo poderoso: proyectos, problemas, conceptos del mundo real. Las escuelas en las que veo un aprendizaje más robusto son las que trabajan en esos parámetros (...) basados en competencias. ¿Cuál debe ser la prioridad de los colegios en sus sistemas educativos? La cuestión es que (históricamente) no sabíamos cómo medir el desempeño de los alumnos a gran escala, entonces los dividimos en clases por edades, todos aprendiendo lo mismo al mismo tiempo. Hoy vemos que eso no ayuda mucho. Hemos entendido que el aprendizaje es orgánico, individualizado, diversificado y sin embargo la forma en que manejamos nuestras escuelas no refleja eso. Por eso está ganando mucha atención el modelo de aprendizaje basado en competencias, como por ejemplo el pensamiento crítico y otras habilidades, en lugar de dividir (las clases) artificialmente en materias. ¿Y cómo conciliar eso con un modelo tradicional de pruebas y evaluaciones? Ese es el problema. Las evaluaciones se señalan desde hace mucho tiempo como el mayor problema en la educación, y con razón. La evaluación debe estar incorporada al aprendizaje, de modo que los niños ni siquiera se den cuenta de que están siendo examinados. Como muchos modelos están atados a ellas, terminan siendo la cola que le dé el equilibrio al perro. (El ideal), en un futuro próximo, es la que la evaluación esté incorporada en el sistema de modo que los niños ni siquiera perciban que están siendo evaluados. Procrastinación, “el problema más grave en la educación” (y cómo vencerlo) Las evaluaciones son esencialmente feedback, y todos necesitamos retroalimentación. Una de las razones por las que me interesa el aprendizaje por juegos es que (...) un buen juego logra (a través de algoritmos) recoger en el momento los datos de los usuarios y se adapta según eso (es decir, entiende lo que el alumno ya ha aprendido y sugerirle contenido para complementar sus deficiencias). En este modelo, ¿cómo saber lo que cada niño necesita aprender en determinada etapa? No deberíamos poner esas expectativas sobre los niños, del tipo "a esta edad ellos necesitan saber esto". Probablemente debe haber áreas de alerta, debemos preocuparnos si a determinada edad el niño no sabe leer o escribir, por ejemplo. Pruebas PISA: ¿cuáles son los países que tienen la mejor educación del mundo? ¿Y cómo se ubica América Latina? Pero uno de los problemas de la educación es la expectativa de que todos los alumnos (aprendan uniformemente), y así no es como funciona. "Uno de los problemas de la educación es la expectativa de que todos los alumnos (aprendan uniformemente), y así no es como funciona", dice Groff. Queremos que sigan sus intereses, que es de donde vendrá su motivación, y tenemos que recoger datos para saber en qué punto están en términos de competencias. Hay un mapa de competencias del MIT que está aún en desarrollo. (...) Son grandes áreas de dominio como pensamiento crítico, pensamiento sistemático (tener en cuenta múltiples opciones, prever consecuencias y efectos), pensamiento ético u otras habilidades. Incluso matemáticas, lenguas. Es posible medir ese desarrollo en niños, así como es posible acompañar a un bebé aprender que aprende a moverse hasta ser capaz de correr. Con estas mediciones, los profesores no necesitarían (hacer) evaluaciones, sino permitir que los alumnos tengan una experiencia de aprendizaje poderosa y luego simplemente monitorearla. ¿Cómo evaluar matemáticas en este contexto? Pasé mi secundaria aprendiendo álgebra, geometría, trigonometría, precálculo y cálculo. Y hoy no uso la mayoría de esas cosas. Los conceptos matemáticas que aprendemos en la escuela no tienen aplicaciones en el mundo de todos los días, señala la experta. Es algo totalmente inútil para la mayoría de los estudiantes, que terminan dejando de aprender cosas como finanzas, estadística, análisis de datos y vemos datos diariamente, pero no logramos entender su sentido. La matemática es un gran ejemplo de una disciplina que necesitamos mirar desde una perspectiva de las competencias. No necesitamos una sociedad repleta de matemáticos, sino de personas que sepan organizar su presupuesto personal, calcular sus impuestos. Usted mencionó el pensamiento ético. ¿Cómo pueden enseñarse habilidades sociales como ésta? En general, es (tener en cuenta) múltiples perspectivas sociales. En la medida en que uno puede ver más (algo) desde la perspectiva de muchas personas y tomar decisiones a partir de eso, más éticas serán nuestras decisiones. El MIT tiene un juego llamado Quandary (algo así como dilema), que coloca a los niños en un mundo ficticio con varios escenarios en los que no hay una respuesta correcta o equivocada, sino decisiones a tomar y consecuencias. "La mayoría de las innovaciones ocurren justamente en escuelas donde hay libertad para jugar", asegura Groff. Es un ejemplo de este aprendizaje más divertido y contextual. Si entramos a una escuela tradicional y le pedimos al profesor que enseñe pensamiento ético, probablemente no tendrá ni idea de cómo hacerlo. Este es un juego perfecto para eso, jugando en escenarios ficticios en vez de tener una clase. (...) La mayoría de las innovaciones ocurren justamente en escuelas donde hay libertad para jugar. Vivimos en una época en que ideas pueden ser reforzadas por noticias falsas y por algoritmos que logran exponer a los usuarios de redes sociales a contenidos seleccionados. ¿Cómo enseñar pensamiento crítico en ese ambiente? Es un gran ejemplo de cómo, si colocamos a los niños en ambientes de aprendizaje en los que no se los desafía a controlar sus propias decisiones, nunca van a reflexionar sobre estas cuestiones. ¿Queremos que los niños vayan a la escuela para simplemente obedecer y hacer fila, o queremos un ambiente fértil en el que florezcan como agentes proactivos en el mundo? No podemos esperar que, en un ambiente en que los niños tienen que obedecer, aprendan a ser ciudadanos comprometidos y conscientes. ¿Rediseñar los entornos educacionales para cambiar mentes? 0 �28-12-2017 �11:59 Jennifer Groff, ingeniera educativa del Media Lab del MIT, realizó una conferencia magistral en el Congreso Internacional de Innovación Educativa 2017. Se transformó tras cuatro años de estudios universitarios en una apasionada profesora. Recuerda que enseñaba en los alrededores de Filadelfia en sus inicios, y la experiencia en las aulas la hizo entender que lo aprendido en la universidad y lo que realmente podía enseñar, era simplemente una contradicción. A pesar de los esfuerzos, no tenían el sistema educacional que anhelaba. Así comenzó la carrera de Jennifer Groff, conocida como ingeniera educativa, diseñadora e investigadora del Media Lab del Laboratorio de Medios del Instituto de Tecnología de Massachussets (MIT), donde se enfoca en rediseñar espacios de aprendizaje, sistemas y experiencias mediante el uso de tecnologías. La experta fue parte de la cuarta versión del Congreso Internacional de Innovación Educativa (CIIE) organizado por el Tecnológico de Monterrey, en donde además de entregar sus conocimientos en una clase magistral, conversó con América Economía respecto a las fallas y los cambios que deben realizarse en los modelos educativos actuales. Al preguntarte respecto al diseño de las aulas en la actualidad, señala que es difícil generalizar. Existen ciertos aspectos en común y también variaciones, pero al final del día tienen el mismo objetivo. “Lo que me gustaría hacer en términos educativos es dejar de analizar los sistemas de arriba a abajo sino más bien, del suelo hacia arriba, desde la perspectiva de los que aprenden viendo experiencias y más experiencias que sean significativas y coherentes a través del tiempo”, señala. PUBLICIDAD inRead invented by Teads Modelo tradicional Jennifer hace una dura crítica a los sistemas actuales de educación, que según ella, causan daño a los más pequeños. “Les quitamos la habilidad de ser autónomos, de entender lo que realmente necesitan y cómo potenciar su aprendizaje. Les quitamos el pensamiento creativo y su propia capacidad de relacionarse con el mundo”, dice. Y es que el formato de evaluaciones tiene directa relación. “Esperamos que el estudiante tenga una respuesta lineal. Hay exámenes que tienen a, b, c o d y sólo una respuesta es correcta. El mundo no funciona así. Considero que el cambio de este modelo es urgente en toda edad, necesitamos hacer mejor las cosas de ahora en adelante”. 7 principios del aprendizaje “Todo aprendizaje debe estar centrado en el estudiante”, asegura. La educación debe ser personalizada, de bajo costo, debe ser facilitadora para la tecnología y realmente aplicable. “Con base a esto, la escuela puede diseñar un nuevo modelo de enseñanza procurando que sea innovador y fijándose metas”, agrega. Para esto, comparte los siete principios del aprendizaje. “Si no tienes el contacto ni el tacto de lo que estás enseñando, los estudiantes no lo van a tomar”. 1. Los estudiantes están en el centro 2. Existe una naturaleza social del aprendizaje 3. Las emociones son esenciales para el aprendizaje 4. Reconocer las diferencias individuales 5. Potenciar a todos los estudiantes 6. Evaluación para aprender 7. Construir una conexión horizontal Rediseñar el modelo Groff admite que ha habido innovación significativa en el transcurso de la última década y uno de los puntos que más le emocionan es que los modelos de aprendizaje poco a poco se están basando en competencias por sobre un plan de estudios paso a paso que siguen siendo utilizados por muchos países. “Se está pasando a un sistema en donde se aprende de las competencias o de un aprendizaje natural. Los niños no aprenden al mismo ritmo”. También menciona que se debe repensar las estructuras que que tienden a asumirse en las escuelas como salas de clases con 30 estudiantes con un sólo profesor. Rediseñar un modelo educativo no es un proceso sencillo y debe ser constante. Los docentes también son fundamentales. “Deben estar abiertos a explorar nuevos caminos, a experimentar, a probar cosas diferentes, a buscar el cambio, lo que no es fácil porque la educación hasta ahora, es un área muy conservadora”. Un rediseño en las aulas, no sólo en la estructura sino en el modelo educativo, será clave para rediseñar la mente de las nuevas generaciones. EN PROFUNDIDAD Los 7 principios del aprendizaje Alejandro MurilloDecember 13, 2017 Edu News RSS En su conferencia magistral en el 4° Congreso Internacional de Innovación Educativa, Jennifer Groff, ingeniera educativa del MIT Media Lab, dio a conocer los siete principios del aprendizaje. Estos son: centrarse en los estudiantes, la naturaleza social del aprendizaje, las emociones son parte integral del aprendizaje, reconocer diferencias individuales, poner atención a todos los estudiantes, usar evaluaciones y construir conexiones horizontales. Groff señaló que en muchos países alrededor del mundo, incluido México, se han presentado casos en los que las escuelas, organismos educativos o gobierno deciden entregar equipos como tabletas a los estudiantes en un esfuerzo por acercar la tecnología a las nuevas generaciones e innovar el modelo de la enseñanza. “Sin embargo, pronto se encuentra con que los dispositivos no dieron tanto apoyo ni al maestro ni a los alumnos como lo esperaban. Entonces deciden retirarlas y tachar tal iniciativa como un fracaso. Pero, ¿por qué no funcionan este tipo de acciones?”, preguntó Groff ante más de 3,000 personas, en su mayoría profesores. “El problema es que esperan que las tabletas mejoren todo mágicamente”, afirmó la graduada del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y de la Universidad de Harvard, quien inició su carrera dentro de las aulas como maestra. “Rápidamente me di cuenta de que mucho de lo que me enseñaron en la universidad no podía aplicarlo en el salón de clase, así que lo abandoné y decidí empezar a trabajar directamente con el sistema”, recordó. Actualmente Groff se dedica a investigar y diseñar nuevas formas de enseñar ya que, en sus propias palabras, es una apasionada de entender cómo aprende la gente y como puede ayudarla en tal proceso. Así descubrió, según dijo, que “no debemos pensar en rediseñar la enseñanza únicamente ajustando pequeñas piezas y pensando que esto arreglará el pasado, sino ver hacia adelante, diseñar la educación para el futuro”. De acuerdo con la experta, se debe tomar en cuenta que la educación debe ser personalizada, debe estar centrada en el desarrollo de los alumnos, no debe costar mucho -incluso debe ser una forma de ahorrar dinero-, debe ser facilitadora para la tecnología y debe ser realmente aplicable. “Con base en esto la escuela puede diseñar un nuevo modelo de enseñanza procurando que sea innovador y fijándose metas”, explicó. Pero Jennifer Groff aclaró que este no es un proceso sencillo y que debe ser constante. “Los docentes deben estar abiertos a explorar nuevos caminos, a experimentar, a probar cosas diferentes, a buscar el cambio, lo que no es fácil porque la educación es hasta ahora un área muy conservadora”, consideró. “Y si hay fallas, si hay fracasos, recuerden que es bueno, porque quiere decir que se están haciendo cosas y que se está aprendiendo de ellos, y eso es lo que permitirá que lleguen hasta donde quieran estar”.