El pueblo reunido en la calle. “¡Chile despertó!” el grito simbólico de las últimas protestas en chile, este lema anuncia el fin de una larga noche, de un largo sueño que tuvo al pueblo chileno bajo un estricto sistema social marcado por la inequidad y la injusticia. Las marchas de millones de ciudadanos (chilenos y extranjeros) que viven en nuestro país han demostrado que el uso de las calles como herramienta de cambio pueden ser efectivas, de echo los últimos anuncios realizados por el gobierno hubiesen sido hace tres semanas una ingenua ilusión. No obstante, dichos anuncios no han sabido satisfacer en una mínima parte las demandas de la ciudadanía, la contemplación del problema por parte de las autoridades ha sido impertinente y sobre todo soberbio. Probablemente no han querido asumir la magnitud del problema debido a que esto les significaría implementar medidas de cambio de carácter estructurales que modificarían completamente el escenario social actual. No se trata solo de cambios de forma como reformar leyes, sino de un cambio de fondo que implica la creación de una nueva forma de convivencia en la que seguramente los personeros políticos que ocupan el gobierno o las instituciones del estado no tendrían espacio de acción. Es evidente que los políticos que dirigen al país no están acostumbrados a ver manifestaciones tan masivas, y ante el miedo de perder sus lugares de privilegio la única respuesta que han podido dar han sido la represión abusiva. En las redes sociales circulan muchos videos donde se ven imágenes bastante crudas protagonizadas por fuerzas armadas y de orden contra gente que se manifiesta o han tenido la mala suerte de estar en los lugares equivocados, en estos videos se ven personas que han perdido sus ojos, que les han caídos balines y balas en los cuerpos, que han desaparecido, que han sido brutalmente golpeados, detenidos y muchas otras cosas que son muy tristes de ver y narrar. Personalmente considero muy justas las demandas de la gente, pensiones dignas para que nuestros abuelitos puedan descansar de alguna vez por todas, salud, educación, trabajos, en fin, calidad de vida justa, decente, digna y segura es lo que se merecen las personas que han trabajado y sacrificado por tantos años de sus vidas. Estoy en contra de los desmanes que se ocasionan en las protestas porque en el fondo quienes más se ven perjudicados son las personas que no tienen medios particulares para desplazarse y aquellas personas que no participan de los saqueos. Aunque hay que decir que muchos actos vandálicos han quedado impunes debido a que no se conoce la identidad de quienes los cometieron, en ese sentido nadie puede asegurar que es una persona, un grupo organizado o incluso las propias fuerzas del Estado quienes han promovido tal nivel de violencia. Por ejemplo: en las redes sociales hay videos donde se ven militares y carabineros permitiendo el acceso de saqueadores. En estos momentos hay una profunda desconfianza en las instituciones del Estado, sobre todo en las fuerzas armadas quienes han protagonizado durante toda nuestra historia una serie de eventos embarazosos y decepcionantes, sin ir más lejos los últimos escándalos de fraudes al fisco y de montajes policiales que han impactado a la sociedad durante el último año. En conclusión: pienso que esta eventualidad puede ser una oportunidad para cambiar muchas desigualdades de nuestro país, solo espero que las víctimas no sigan aumentando y que las autoridades hagan lo correcto, la historia los está mirando y de se juicio nadie se salva.