Subido por Christian Martos Ramirez

Fisiopatologías

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Fisiopatología de la esclerosis
La fisiología de la esclerosis múltiple, se caracteriza por un ataque a la capa de mielina que
protege los axones (las partes alargadas) de las neuronas del sistema nervioso central. También
los axones pueden resultar dañados en diferentes grados.
La localización del tejido nervioso dañado es lo que determina los síntomas que pueden aparecer
a consecuencia de la enfermedad.
Cuando un episodio de inflamación provocado por esclerosis múltiple remite, se produce una
recuperación natural de la mielina (remielinización), pero también hay funciones nerviosas que
se recuperan por la plasticidad del sistema, su capacidad de adaptación, más que porque la
mielina se haya reparado.
Fisiopatología de Diabetes
La diabetes tipo 1, también conocida como diabetes insulinodependiente, inicia comúnmente
desde la infancia y se considera una enfermedad inflamatoria crónica causada por la destrucción
específi ca de las células β en los islotes de Langerhans del páncreas. Como se mencionó
anteriormente, estas células tienen como función primordial la secreción de insulina en
respuesta al incremento en la glucemia. Existen distintas causas por las cuales puede ocurrir la
destrucción de los islotes: virus, agentes químicos, autoinmunidad cruzada o, incluso, una
predisposición génica.
Las causas que desencadenan la diabetes tipo 2 se desconocen en el 70-85% de los pacientes; al
parecer, influyen diversos factores como la herencia poligénica (en la que participa un número
indeterminado de genes), junto con factores de riesgo que incluyen la obesidad, dislipidemia,
hipertensión arterial, historia familiar de diabetes, dieta rica en carbohidratos, factores
hormonales y una vida sedentaria. Los pacientes presentan niveles elevados de glucosa y
resistencia a la acción de la insulina en los tejidos periféricos. Del 80 al 90% de las personas
tienen células β sanas con capacidad de adaptarse a altas demandas de insulina (obesidad,
embarazo y cortisol) mediante el incremento en su función secretora y en la masa celular. Sin
embargo, en el 10 al 20% de las personas se presenta una deficiencia de las células β en
adaptarse, lo cual produce un agotamiento celular, con reducción en la liberación y
almacenamiento de insulina.
Fisiopatología de la hepatitis
El curso de la hepatitis aguda vírica puede manifestarse de diversas formas: hepatitis
asintomática aguda que sólo presenta evidencia serológica de la infección, hepatitis aguda,
hepatitis crónica y estado portador, así como insuficiencia hepática fulminante (sólo sucede a
un 1-3% de las personas con hepatitis A y B, principalmente).
Cuando se presenta una hepatitis aguda de tipo sintomático se manifiesta en 3 etapas:
Pródromo o periodo preinctérico: puede variar de brusco a progresivo, pudiendo haber
malestar general, mialgia, fatiga y anorexia grave. También pueden presentarse síntomas de tipo
gastrointestinal (nauseas, vómitos, diarrea, entreñimiento).
Hay dolor abdominal, generalmente leve, en el lado derecho.
A veces se presenta sensación de desagrado por el cigarrillo (en caso de fumadores)
Periodo ictérico: no siempre está presente y cuando lo hace, por lo general es 5 a 10 días
después del pródromo.
Comienza con un empeoramiento de los síntomas del periodo preictérico, para luego ir
mejorando de forma progresiva a medida que se manifiesta la ictericia.
Periodo de convalencencia: mayor sensación de bienestar, apetito y desaparición de la
ictericia.
Por lo general, la enfermedad desaparece de forma gradual en un periodo de 2 a 3
semanass con recuperación clínica de 9 semanas para la Hepatitis A y de 16 semanas para la
Hepatitis B que no se ha complicado.
Hepatitis A:
También conocida como hepatitis infecciosa, se relaciona con el 20-25% de los casos clínicos en
el mundo. Es autolimitada, la causa un enterovirus resistente a la lisis por ácidos biliares en el
intestino y tiene la característica de poder resistir largos periodos en agua salada, agua fresca,
aguas negras y suelo. Se trasmite por vía fecla-oral
VHA tiene un periodo de incubación promedio de 25 a 30 días, comienza a ser propagado por
las heces 2 a 3 semanas antes del desarrollo de síntomas y termina alrededor de 1 semana
después del inicio de la fase ictérica.
En general el inicio de los síntomas es brusco (con excepción de los niños pequeños, en quienes
la infección por VHA se presenta de forma asintomática) e incluye malestar general, fiebre,
anorexia, dolor abdominal, orinas oscuras e ictericia (en el 70% de los casos, en personas
mayores de 6 años). Estos síntomas tienen una duración promedio de 2 meses, pudiendo
prolongarse en algunos casos.
Fisiopatología de la hemofilia
La hemofilia A (deficiencia de factor VIII), que afecta a alrededor del 80% de los pacientes
con hemofilia, y la hemofilia B (deficiencia de factor IX) son idénticas en cuanto a
manifestaciones clínicas y alteraciones de las pruebas de detección sistemática. Ambas son
trastornos genéticos ligados al cromosoma X Se requieren análisis de los factores
específicos para distinguirlas.
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