RECONOCER LA VIOLENCIA A continuación, los 7 pilares que permiten identificar la violencia contra la mujer: Pilar 1 - Celos y control excesivo. Un vínculo violento suele comenzar por aquellas actitudes enmascaradas como amorosas y atentas, pero que contienen celos y control excesivo. Por ejemplo, un hombre infantil, inseguro de sí mismo y que tiene la "convicción" de que será engañado y abandonado lo lleva a sentir que debe controlar cada paso que de su pareja. Por ende, cada vez que intentas realizar tus propias actividades personales, como verte con amigas, o das cualquier indicio de independencia saludable, genera en él una conducta de control y celos patológicos. Esto se manifiesta a través de reclamos, demandas e intentos de controlarte para que siempre "estés en el radio de él". Para esto puede utilizar el Whatsapp, celular, inspeccionar tu cuenta de Facebook y otras cosas. Por supuesto que vivir así es validar una prisión en vida que nadie merece vivir. ¿Qué te lleva a mantener un vínculo amoroso en el que estás siendo permanentemente controlada? Para accionar: apenas comiencen esta clase de actitudes, anímate a confrontar y delimitar tu espacio personal. No estás para satisfacer los caprichos infantiles de tu pareja, sino para enriquecer el vínculo, a través de sentirte contenta y vital con vos misma. Pilar 2 - Descalificación, humillación y crítica corrosiva. Esta es una de las maneras violentas más poderosas y eficaces para generarte desanimo, depresión y malestar. Un hombre puede manifestar en forma habitual actitudes de descalificación, burla corrosiva y crítica a su pareja cuando de manera continua se niega a reconocer sus cualidades e insiste en remarcarle sus defectos, dificultades y falencias. Expresiones como "estás loca", "sos una burra", "no servís para nada", como muchas otras, atacan directamente la autoestima de la mujer generándole un daño considerable. La burla y el humor irónico, cuando se ejercen recurrentemente contra la mujer, también forman parte de este "pack tóxico" en el amor. Obviamente un hombre que actúa así refleja una personalidad sobre exigente, implacable y caprichosa. Cabe preguntarte frente a esto… ¿Qué te lleva a sostener un vínculo amoroso en el que estás siendo maltratada de esta manera? ¿Cómo te tratas a vos misma? Para accionar: aceptar el maltrato de tu pareja refleja cómo te estás tratando a vos misma. Quedarte pasiva frente a la ironía, la humillación y la descalificación revela cómo te tratas internamente. Por ende, identifica aquel aspecto interno que te trata mal... ¿Qué te dice? ¿Qué puedes responderle para comenzar a frenar tu "automaltrato"? Comenzar a confrontar tus diálogos internos descalificantes es el primer paso efectivo para detener la violencia verbal de tu pareja. Pilar 3 - Manipulación y presión a través de diversos medios (económicos, emocionales, vinculares). En una relación de pareja, un signo claro de violencia es aquel donde el hombre intenta manipular y presionar a su pareja para que haga lo que él desea y considera correcto. Esto puede ser ejercido a través del dinero. Por ejemplo, el hombre puede ganar dinero y su pareja poco y nada, por ende, depende económicamente del mismo. Si este hombre es violento, intentará -de diversas formas sutiles o abiertas- controlar a su pareja remarcándole que tiene el poder para dominar su vida. Esto puede cumplirlo cortándote la tarjeta de crédito, negándose a darte dinero o demostrándote que solamente cumpliendo su voluntad él será "generoso con vos". El problema con esta dinámica es que se genera una suerte de contrato de pareja prostituido, que perjudica notablemente tu vida y la de tu pareja. Pregunta reflexiva: ¿Cómo percibís esta clase de violencia en tu vínculo de pareja? Para accionar: generar tu propio dinero es una manera indiscutida de hacerte responsable de tu sustento y de dejar de depender completamente de tu pareja. Aunque también sin ganar dinero, es importante que hables acerca del dinero y plantees tu malestar adultamente. Si estás percibiendo manejos manipulatorios, hazlos saber abiertamente. En caso de persistir, es tu responsabilidad decidir qué harás frente a ellos: seguir aceptando o finalizar el vínculo. Pilar 4 - Vacío e indiferencia afectiva intencional. Muchas mujeres aceptan permanecer resignadas a una relación de pareja sin amor y con mucha indiferencia. Un hombre ejerce violencia en el amor cuando deliberadamente se niega a manifestar las mínimas expresiones de afecto hacia su pareja: saludarla, preguntarle por su salud y necesidades, escucharla, etc. La indiferencia emocional intencional consiste en la actitud de tu pareja de negarse a manifestarte cariño de manera sostenida. Generalmente ocurre cuando el hombre esta rabioso, resentido y acostumbrado a una dinámica disfuncional en sus vínculos. El problema es que esto genera un clima "desértico emocional" que quita las ganas de vivir de una mujer. Pregunta reflexiva: ¿Qué te lleva a sostener una relación en la que tu pareja te niega repetidas veces el afecto y amor de manera equilibrada? Para accionar: Comienza por brindarte amor a vos misma de manera simple y concreta. ¿Qué te hace sentir bien y nutrida? Hace una lista de 5 cosas simples que alimentan tu alma y comienza a practicarlas durante la semana. Procura apoyo de amistades para llevar adelante esta tarea. Comenzando a tratarte con amor dejarás de aceptar la falta de amor en tu vínculo de pareja. Pilar 5 - Violencia y agresividad. Esta es la forma más publicitada y manifiesta de la violencia contra la mujer. Un hombre que actúa bajo este pilar suele agredir y ejercer violencia física contra su pareja: golpes, empujones, gritos amenazantes y violencia verbal. Muchas veces esto puede terminar de la peor manera. Los hombres violentos y agresivos suelen ser personalidades psicopáticas, infantiles y con muy mal manejo de sus impulsos, lo cual los lleva a descontrolarse violentamente. Pregunta reflexiva: ¿Qué te lleva a permanecer con un hombre que te trata de esta manera? ¿Cuáles son los "beneficios secundarios"? Para accionar: los beneficios secundarios son aquellos que refuerzan tu conducta dependiente de tu pareja violenta. Por ejemplo, muchas mujeres prefieren estar al lado de su pareja violenta por diversas razones inconscientes: "Más vale malo conocido que bueno desconocido"; les resulta familiar esa conducta que vivieron en su familia de origen, el violento le brinda afecto full time (a un costo muy alto). Por ende, si estás en una relación violenta, hace tu listado de 5 "beneficios secundarios" que obtienes al permanecer dentro de ese vínculo. La toma de conciencia profunda es el primer paso para salirte de una relación dependiente violenta. Pilar 6 - Generar clima de amenaza e intimidación. Hay hombres que se enojan con facilidad y su rostro y energía produce mucho temor en sus parejas. Quizás tu pareja te haya demostrado que al enojarse puede causarte daño; por ende, vivís aterrada de poder causarle molestias, o simplemente te resignas a permanecer en un clima de amenaza e intimidación. Cuando estás permanentemente en estado de alerta por las posibles reacciones de tu pareja, estás aceptando vivir en un clima violento. Pregunta reflexiva: ¿Qué temores te genera las posibles reacciones de tu pareja? Para accionar: Realiza una actividad semanal que te ayude a sentirte potente, vital y fuerte. Una mujer se resigna al miedo cuando no trabaja su propio poder personal. El boxeo recreativo, arte marcial, reuniones con mujeres "potentes" u otras actividades puede ayudarte a descargar tus tensiones y volverte más fuerte y segura de vos misma. Pilar 7 - Un vínculo acotado y escaso con sensación de cansancio, debilidad y falta de ganas de vivir. Resulta ilustrativo en un vínculo violento cuando la mujer siente que para ser querida y "bien tratada" por el hombre debe vivir en función de sus deseos, caprichos y necesidades. Desde este pilar, existe violencia cuando las reglas implícitas del vínculo amoroso, demarcan que la mujer debe satisfacer las necesidades del hombre, aun cuando esto le genere insatisfacción, dolor y malestar. Si la mujer hiciese lo contrario a lo que se supone que debe hacer, esto generaría un posible castigo por parte del hombre. Al reproducirse en forma frecuente esta dinámica puede traer cansancio, agotamiento, depresión y falta de ganas de vivir. Pregunta reflexiva: ¿Qué sentís que debes hacer para ser querida por tu pareja? ¿Estás a gusto o disconforme? Para accionar: has consciente este contrato violento de pareja. Enumera por escrito cuáles son las cosas que debes hacer para satisfacer a tu pareja y que, a su vez, te generan malestar y dolor. Es decir, pon por escrito las condiciones injustas que estás aceptando en el vínculo amoroso. Nuevamente, ser consciente de esto es el primer paso para reflexionar y comenzar a salir de esta clase de violencia. https://www.clarin.com/genero/violencia-genero-pablo-nachtigall_0_ByxNPdFvXl.html Reconocer la violencia doméstica La violencia doméstica, también llamada «violencia íntima de pareja», se produce entre personas que tienen una relación íntima. Las relaciones abusivas siempre comprenden un desequilibrio de poder y control. El agresor usa palabras y conductas intimidantes e hirientes para controlar a su pareja. Al principio, es posible que identificar la violencia doméstica no sea fácil. Aunque es claro que algunas relaciones son abusivas desde un principio, el maltrato suele comenzar sutilmente y empeora con el paso del tiempo. Podrías ser víctima de violencia doméstica si tienes una relación con alguien que hace lo siguiente: Te ofende, te insulta o te menosprecia Te impide ir al trabajo o a la escuela o ver a familiares o amigos, o te desanima a hacerlo Intenta controlar cómo gastas tu dinero, adónde vas, qué medicamentos tomas o qué ropa usas Tiene actitudes celosas o posesivas, o te acusa constantemente de ser infiel Se enoja cuando bebe alcohol o usa drogas Te amenaza con violencia o con un arma Te pega, patea, empuja, cachetea, ahorca o te lastima de alguna otra manera a ti, a tus hijos o a tus mascotas Te obliga a tener relaciones sexuales o a participar en actos sexuales en contra de tu voluntad Te culpa de sus comportamientos violentos o te dice que te lo mereces Si eres lesbiana, bisexual o transgénero, también podrías ser víctima de violencia doméstica si tienes una relación con alguien que hace lo siguiente: Te amenaza con contarles tu orientación sexual o tu identidad de género a tus amigos, familiares, colegas o miembros de la comunidad Te dice que las autoridades no ayudarán a una persona homosexual, bisexual o transgénero Te dice que terminar la relación significa que admites que las relaciones con personas lesbianas, bisexuales o transgénero son anormales Dice que las mujeres no pueden ser violentas Justifica el maltrato diciéndote que no eres «verdaderamente» lesbiana, bisexual o transgénero Embarazo, niños, familiares y violencia doméstica En ocasiones, la violencia doméstica comienza —o aumenta— durante el embarazo, lo que pone tu salud y la del bebé en riesgo. El peligro continúa después de que nace el bebé. Incluso si el niño no sufre maltrato, simplemente presenciar la violencia doméstica puede ser dañino. Los niños que crecen en hogares donde existe el maltrato tienen más probabilidades de sufrir abusos y de tener problemas de conducta en comparación con los demás niños. Al convertirse en adultos, son mayores las probabilidades de que maltraten o de que crean que el maltrato es una parte normal de las relaciones. Tal vez pienses que decir la verdad podría ponerte aún más en peligro a ti, a tu hijo o a otros familiares, y que podrías separar a tu familia, pero buscar ayuda es la mejor manera de protegerte a ti y a tus seres queridos. Rompe el ciclo Si te encuentras en una situación de abuso, es posible que reconozcas este patrón: El abusador amenaza con emplear la violencia. El abusador ataca. El abusador se disculpa, promete cambiar y ofrece regalos. Este ciclo se repite una y otra vez. Cuanto más tiempo permanezcas en una relación abusiva, mayores serán las consecuencias físicas y emocionales. Podrías sufrir depresión o ansiedad, o comenzar a dudar de tu capacidad para cuidarte. Podrías sentirte indefenso o paralizado. También podrías preguntarse si el maltrato es tu culpa, un punto de confusión común entre los sobrevivientes de maltrato intrafamiliar que podría hacer que sea más difícil buscar ayuda. No te culpes Es posible que no estés listo para buscar ayuda porque crees que el maltrato en la relación es tu culpa, al menos parcialmente. Estos son algunos de los motivos: Tu pareja manifiesta una conducta abusiva solo contigo. A menudo, los agresores se preocupan de las apariencias externas, y pueden parecer encantadores y estables para las personas ajenas a la relación. Esto puede hacer que creas que sus acciones solo pueden explicarse por algo que hayas hecho. Los terapeutas y los médicos que te ven a solas o con tu pareja no han detectado ningún problema. Si no le has contado a tu médico ni a otro proveedor de atención médica acerca del maltrato, es posible que solo observen los patrones poco saludables de tu pensamiento y tu conducta, lo que puede causar un diagnóstico incorrecto. Por ejemplo, es posible que los sobrevivientes de violencia íntima de pareja presenten síntomas similares a los de los trastornos de la personalidad. Además, la exposición a la violencia íntima de pareja aumenta el riesgo de padecer afecciones de la salud mental, como depresión, ansiedad y trastorno por estrés postraumático. Si los proveedores de atención médica se concentran en tus síntomas, pueden empeorar tu miedo de ser responsable del maltrato en tu relación. Te has manifestado de forma verbal o física contra tu agresor gritándole, empujándolo o golpeándolo durante las discusiones. Es posible que te preocupes por tu conducta abusiva, pero es mucho más probable que hayas actuado en defensa propia o por sufrimiento emocional intenso. Tu agresor puede usar esos incidentes para manipularte y para convencerte de que eres tú quien lo maltrata. Si te cuesta identificar qué está sucediendo, da un paso atrás y analiza los patrones generales de tu relación. Después, repasa las señales de violencia doméstica. En una relación abusiva, la persona que tiene este tipo de conducta a menudo es el «agresor». La persona que recibe el maltrato es la «víctima del maltrato». https://www.mayoclinic.org/es-es/healthy-lifestyle/adult-health/in-depth/domestic-violence/art20048397 Batalla nos ofrece algunas claves para reconocer estas conductas tóxicas de tu pareja que podrían estar destruyendo tu autoestima y a las que tal vez deberías replantearte ponerle fin: 1. No te sientes libre de pensar, decidir, actuar ni valorar. Siempre tienes esa necesidad de consultarlo todo antes, ya que siempre te asalta la duda de ‘qué pensaría él o cómo va a reaccionar’. 2. No dispones de tu dinero por completo, él es quien lo maneja y quien decide para qué y cómo se destina. 3. No puedes vestir como quieras, te preocupa si enseñas demasiado o si él aprobará el look. 4. No puedes llegar a la hora que quieras a casa, tienes un toque de queda como si fueras una adolescente. Tienes que pedir permiso o dar explicaciones cada vez que entras y sales. 5. No tienes criterio dentro de tu propia casa o dentro de tu relación. Cuando algo no va bien, toda la responsabilidad cae sobre ti, siempre eres la única responsable. A veces sientes culpa. 6. No puedes ofrecer nunca tu punto de vista sobre ningún tema, cada vez que lo intentas sientes que te has metido en una especie de ‘túnel del terror’. Tus opiniones, inquietudes o pensamientos valen menos a sus ojos hasta el punto de que incluso tú misma cuestiones su valía. 7. No tienes el control total sobre tu vida. Él es quien revisa tus horarios, amistades, mensajes del móvil y redes sociales, dinero, tiempo libre, ropa… Acostumbras a pasarle casi un ‘informe pormenorizado’ de tu día entero. 8. No te sientes valorada, estás metida en una espiral de chantajes y reproches. Vives con miedo, ya que temes su reacción o temes la manera en la que él se toma las cosas. 9. No tienes tantos amigos como antes. Antes eras una persona sociable, pero tu círculo de amigos se ha reducido al mínimo. De todas formas, tampoco te atreves a contarles a tu entorno nada respecto a tus problemas de pareja. 10. Tienes miedo. Batalla asegura que si te sientes reflejada con la mayoría de estas situaciones, ya no eres tú misma porque estás en un segundo plano y la voz de otra persona se ha ‘colado’ en tu cabeza diciendo lo que debes o no hacer, significa que “tu mente ha sido secuestrada por alguien muy cercano a ti”. “Esta voz interna solo te pone sobre aviso de lo que te vas a encontrar en casa, esa voz materializada en carne y hueso que puede pegar, empujar, asustar, amenazar… Aquel a quien conoces y con quien vives, la persona que se ha metido dentro de tu ser y ahora domina tu voluntad para que te sometas a la suya”, explica la psicóloga. La experta asegura que ser consciente de todas las emociones desagradables y el miedo que conlleva este ‘secuestro’, son indicios suficientes como para que te marches y así te liberes: “Habla con los que te rodean, acude a un especialista o llama a la policía si es necesario, ellos te ayudarán a recobrar tu vida, volver a quererte y cuidarte, pero tienes que dar ese paso”, concluye. https://www.lavanguardia.com/vivo/psicologia/20181125/453089838317/dia-violencia-mujeres2018-indicios-detectar-maltrato-psicologico.html