El reinado de Alfonso XIII: la crisis de la Restauración (1902-1931) Introducción: Regeneracionismo y revisionismo político. 1. Etapas de la crisis de la Restauración 1.1. 1902-1912: fin del turno 1.2. 1912-1917: crisis general en el sistema de La Restauración 1.3. 1918-1923: quiebra final del sistema. El problema de Marruecos 2. La dictadura de Primo de Rivera. Introducción: regeneracionismo y revisionismo político La pérdida de Cuba fue vivida como un “desastre” por a pequeña burguesía, a pesar de que no hubo crisis económica ni política. Su respuesta fue el regeneracionismo: España no funciona, decían, y hay que regenerarla, en palabras de Joaquín Costa, mediante despensa y escuela. Hace también una crítica del caciquismo, pero el movimiento regeneracionista fue muy efímero, integrándose enseguida en los partidos del turno. Otros factores generales que inciden en este periodo son: el afán intervensionista del rey, las negociaciones y conflictos en Marruecos, y la creciente fuerza del movimiento obrero. 1. Etapas en la crisis de la Restauración 1.1. 1902-1912: fin del bipartidismo Entre 1902 y 1912 la inestabilidad política va en aumento, debido a la propia división interna de los partidos turnantes, de manea que los gobiernos duran una media de cinco meses. Pero el gran cambio es la irrupción en el Parlamento de nuevos partidos, cada vez con más fuerza. La Lliga logra 41 escaños, de los 44 que correspondían a Cataluña; y el PSOE, con la Conjunción Republicano-socialista, logra su primer diputado en 1910. Es el principio del fin del bipartidismo. Canalejas logró mantener el sistema restauracionista y dio, incluso, pasos adelante con la Ley de Mancomunidades y con la Ley del candado, pero su asesinato en 1912 aceleró la crisis de la Restauración. 1.2. 1912-1917: crisis del turno Tres acontecimientos esenciales se concatenan en relación con los efectos de la guerra mundial, que conducirán al final del turno de los partidos. Primero, las Juntas Militares de Defensa de 1916, cuya legalización obligará a declarar el Estado de excepción; le sigue la Asamblea de Parlamentarios en Cataluña de julio de 1917, que pone en evidencia la demanda del cambio político; y culmina con la huelga general de 1917, que, aunque momentáneamente fracasada, rompe definitivamente con el turnismo. El rey se verá obligado a formar un gobierno de concentración liberal para salir de la crisis. 1.3. 1918-1923: quiebra final. El problema de Marruecos Después de 1918, los gobiernos tuvieron que ser de concentración nacional con participación de la Lliga Regionalista de Catalunya, pero no lograron ya poner orden en el sistema: en estos años hay 12 cambios de gobierno con 30 crisis parciales. Tuvieron que afrontar dos problemas principales, a los que no lograron poner solución: el trienio bolchevique y la guerra colonial en Marruecos, que produjo el desastre de Annual en 1921. El sistema de la Restauración quebró. 2. La Dictadura de Primo de Rivera, 1923-1930/31 El 12 de septiembre de 1923 el general Primo de Rivera se pronunció en Barcelona y el rey, lejos de castigarle, le llamó a Madrid y le propuso para formar gobierno. Comenzaba la dictadura militar. Bien recibido al principio, por la confianza que aportaba el ejército para solucionar la difícil situación política existente y por su lenguaje regeneracionista, vio fortalecida su imagen al ganar la guerra en África con ayuda del ejército francés, y con la buena marcha de la economía a favor de los felices veinte. Sin embargo, durante el llamado directorio civil que sigue a 1925 el dictador trató e perpetuarse en el poder, creando un partido político, la Unión Patriótica, reuniendo una Asamblea Nacional y laborando una Constitución a su medida. Eso hizo que la oposición republicana y socialista se organizara, logrando ocupar la calle con movilizaciones constantes y alcanzando un pacto político para terminar con la monarquía, el Pacto de San Sebastián. El dictador consultó al ejército y, viendo que ya no gozaba de su apoyo, dimitió el 28 de enero de 1930. Le siguió la dictablanda de Berenguer, primero, y de Aznar-Romanones, después, quesería barrida al ganar los republicanos las elecciones municipales del 12 de abril de 191. El día 14 se proclamó la II República, dando fin a la monarquía borbónica.