Subido por Eric Frimpong

HERÁCLITO

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​HERÁCLITO
DE ÉFESO
Vivió entre la ​segunda mitad del siglo VI ​y la
primera del siglo ​V a. C​. ​la nobleza reinante de
Éfeso ​(ciudad ​de ​la Jonia, en ​Asia Menor); ​como
primogénito le ​correspondía ​el cargo de ​basileus,
pero renunció en ​favor ​de ​su ​hermano.
descifrar ​(por ​lo que en la antigüedad fue conocido
como «el oscuro»). ​En su obra aparecen referencias a
Hornero, Hesíodo, ​Anaximandro, ​Pitágoras y
Jenófanes, de ​los ​que habla en tono despectivo.
Escribió una obra en prosa que luego ​pasó a ser
conocida ​con el ​título ​Acerca de l​ a naturaleza,​
compuesta a base ​de aforismos ​y sentencias ​breves,
en tono ​cortante ​y lapidario, a veces difíciles ​de
EL DEVENIR
Se suele presentar como tesis ​fundamental de la doctrina ​de Heráclito: La naturaleza está en cambio permanente(no te
bañarás dos veces en el mismo rio), el mundo ​es un permanente ​devenir ​(cambio). Lo expresa en el aforismo: ​PANTA
REI (todo cambia, nada permanece). Este ​devenir ​es ​entendido como una ​lucha de contrarios​. La tesis, ​habitual ​entre los
presocráticos, ​de que las ​cosas se dan en ​un ​sistema de oposiciones alcanza su ​máxima expresión en ​Heráclito: «La guerra
es padre de todo, de todo es rey, y a unos hace aparecer como dioses, a otros como hombres, a unos hace esclavos, a otros
libres»
Pero esta lucha no supone aniquilación, ​sino una ​tensión ​armónica. Esto puede entenderse de la ​siguiente ​manera: cada
cosa es prevaleciendo sobre su ​contrario, ​pero, por eso mismo, la cosa nos remite a su ​contrario, ​precisa de él (el calor surge
imponiéndose al ​frío, pero es ​necesario contar con el frío para que el calor ​sea calor; ​es decir, esta imposición no aniquila al
otro ​en la nada, ​sino que lo oculta momentáneamente). ​Los contrarios s​ e necesitan, en ese sentido, mutuamente​. ​De ahí que
el ​mundo sea una unidad de contrarios: ​«No comprenden que lo diferente concierta consigo mismo; armonía de lo que
retorna sobre sí mismo, como la del arco y la lira».
Esta ​tesis ​es ​muy similar a la ​de Anaximandro, aunque ​Heráclito resalta el aspecto ​de ​lucha, ​de tensión, ​que constituye a la
physis. ​Efectivamente, ​para Heráclito ​es la tensión (como la del arco y la lira ​donde la tensión de las cuerdas ​los ​hace ser ​lo
que son) la que constituye ​la ​physis, ​mientras ​que Anaximandro recalcaba el aspecto de la ​dikhé​ ​(justicia = orden cósmico).
FUEGO Y LOGOS
De ​este cosmos concebido como lucha ​de contrarios ​(donde lo que ​se manifiesta, ​lo ​que surge, lo hace a costa del
ocultamiento de ​su ​contrario), Heráclito dice que es ​un «​fuego viviente​»
«​Este cosmos, de todo [para todas las cosas] el mismo, ni alguno de los dioses ni de los hombres lo hizo, sino que era
y es y será, fuego (eterno)siempre viviente, encendiéndose según medida y apagándose según medida​».
Efectivamente, el fuego se manifiesta, surge y crece, a partir de aquello que consume (haciendo desaparecer, ocultando,
aquello que consume). Por eso ​el cosmos es también un ​fuego viviente (es un continuo crecer a costa de aquello que
oculta). Pero este proceso cósmico no es ilimitado, pues supondría un final del cosmos consumido por el fuego; se produce
conforme a medida​. En algunos pasajes Heráclito describe el proceso de crecimiento y mengua de este cosmos-fuego a
través de ​dos vías:​ la vía ascendente y la vía descendente:
1.
La vía ​descendente​: el Sol es un cuenco de fuego puro, que se transforma en nubes de tormenta y estas en lluvia (y
por tanto en agua), que va a parar parte al mar, parte a la tierra (se hace tierra).
2.
La vía ​ascendente​: la tierra, por evaporaciones, se convierte en agua su vez, el agua del mar también se evapora),
estas evaporaciones se hacen cada vez más cálidas hasta acabar convertidas en fuego que va a parar, finalmente, al cuenco
del Sol.
La función de la medida, de la determinación, está asignada al ​logos​, que parece funcionar como una ​ley que lo gobierna
todo​ (de hecho, una de las posibles traducciones de la palabra logos es «norma», «ley»)
El cosmos es un fuego viviente que se enciende y se apaga siguiendo una medida, un orden racional (LOGOS)
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