LA CARTA DE LONDRES DERECHO INTERNACIONAL HUMANITARIO LESLY DANIELA PATIÑO RODRIGUEZ MAURICIO CRUZ MEJIA DERECHO 2B- NOCTURNO 2019-2020 UNIVERSIDAD LIBRE SECCIONAL CALI-VALLE DEL CAUCA "La guerra es la continuación de la política por otros medios" - Carl von Clausewitz – LA CARTA DE LONDRES ACUERDO PARA EL ESTABLECIMIENTO DE UN TRIBUNAL MILITAR INTERNACIONAL, el 8 de agosto de 1945 las cuatro potencias, Estados Unidos, Unión Soviética, Reino Unido y Francia, firmaron la Carta de Londres que establecía las normas que regirían el juicio y las categorías de los cargos con los que se acusaría a los mandatarios nazis en el futuro juicio de Núremberg. Una carta datada el 2 de noviembre de 1917 un año antes de que concluyera la Primera Guerra Mundial, con una sola frase de 67 palabras es recordada en Oriente Próximo de forma enfrentada. En Israel, la declaración firmada por el secretario del Foreign Office Arthur Balfour, en la que expresaba el respaldo del Gobierno británico al establecimiento en la provincia otomana de Palestina de “un hogar nacional para el pueblo judío”, es considerada como la primera piedra del Estado hebreo, fundado en 1948. Para los palestinos, que hace 100 años representaban el 90% de la población en la región, la misiva del Ejecutivo de Londres marca en la memoria colectiva el inicio de un imparable retroceso territorial. Su repliegue desde la partición aprobada por la ONU hace 70 años, que precedió a un conflicto armado en el que 750.000 palestinos tuvieron que dejar sus hogares, se ha prolongado hasta nuestros días con la ocupación militar tras la guerra de 1967. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, celebrará el centenario en Londres, junto con la jefa del Gobierno británico, Theresa May. “La Declaración Balfour reconoció la Tierra de Israel, como hogar nacional para el pueblo judío y avanzó las medidas para establecer el Estado de Israel y le proporcionó impulso internacional”, aseveró el mandatario ante su Gabinete. A su vez, los dirigentes palestinos encabezarán mañana una manifestación en Ramala, sede administrativa de su autogobierno, para reclamar a Reino Unido que pida perdón por la comunicación diplomática de 1917. El primer ministro de la Autoridad Palestina, Rami Hamdalá, ha exigido a Londres que se disculpe por la “injusticia histórica” cometida hace un siglo en la conocida en el mundo árabe como Promesa Balfour. La carta enviada por el entonces ministro de exteriores británico a lord Walter Rothschild, destacado representante de la comunidad judía en Reino Unido, es interpretada en clave actual por las partes en liza en el conflicto israelo-palestino. Una aproximación histórica denota que, antes incluso de tomar el control territorial de Tierra Santa, el Gobierno imperial de Londres necesitaba garantizarse el control del canal de Suez para mantener la comunicación con sus colonias en Asia. Para ello buscó atraerse el apoyo de los judíos mediante la Declaración Balfour, también cortejó el de los árabes, como refleja la correspondencia mantenida por el alto comisionado en Egipto, Henry McMahon, con el jerife de La Meca, Husein bin Alí, a quien el militar británico prometió la independencia si apoyaba a los aliados contra el Imperio Otomano. Como anticipo, despachó a su servicio en calidad de asesor al oficial de inteligencia Thomas Edward Lawrence, más conocido como Lawrence de Arabia. En un centenario que discurre entre la leyenda y la diplomacia de guerra, los palestinos no suelen hacer referencia a una cláusula de advertencia incluida en la propia Declaración Balfour: “En el bien entendido de que no se hará nada que pueda perjudicar los derechos civiles y religiosos de las comunidades no judías existentes en Palestina”. El actual secretario del Foreign Office, Boris Johnson, se ha encargado de recordar que esta salvaguarda “no se ha ejecutado por completo”, y la reivindica ahora al sostener la solución de los dos Estados, el de Israel y el de Palestina, como salida al centenario conflicto. Pese a las declaraciones y promesas de 1917 los kurdos también recibieron un ofrecimiento de Estado propio por su contribución a la derrota otomana, que no fue recompensado tras la guerra, británicos y franceses ya se habían repartido un año antes los despojos del enemigo en Oriente Próximo en el llamado Acuerdo Sykes-Picot, que reservaba a la provincia de Palestina el estatuto de territorio bajo control internacional. La Sociedad de Naciones acabó adjudicando en 1922 un mandato a Reino Unido para administrar en exclusiva el territorio de Tierra Santa. Esta carta establecía las normas que regirían el juicio y las categorías de los cargos con los que se acusaría a los mandatarios nazis en el futuro juicio de Núremberg. Cargos: Cargo primero: Conjura o conspiración, participación como responsable, organizador o cómplice en el complot para cometer los otros tres cargos. Cargo segundo: Crímenes contra la paz, planificación o prosecución de una guerra de agresión. Cargo tercero: Crímenes de guerra, violación de las leyes y costumbres de la guerra, entre ellas el maltrato de la población civil en territorio ocupado, el asesinato de prisioneros de guerra y el asesinato de rehenes. Cargo cuarto: Crímenes contra la humanidad, asesinato, exterminio, esclavización y persecución por motivos políticos o raciales de la población civil antes o durante la guerra. Considerando que, en su momento, Las Naciones Unidas, han hecho declaraciones de su intención de que los criminales de guerra sean conducidos ante la justicia; teniendo en cuenta de que en la Declaración de Moscú del 30 de octubre de 1943 sobre las atrocidades cometidas por los Alemanes en la Europa ocupada constaba que los funcionarios alemanes y los hombres y miembros del partido Nazi que hayan sido responsables de crímenes y atrocidades o hayan participado en los mismos a través de su consentimiento serán entregados a los países en los que cometieron sus abominables actos para que puedan ser juzgados y condenados con arreglo a las leyes de esos países liberados y de los gobiernos libres que se crearán en dichos países, y considerando que se ha hecho constar que la presente declaración se realizaba sin perjuicio de que pueda haber casos de destacados criminales cuyos delitos no tengan una ubicación geográfica determinada sean castigados por decisión conjunta de los gobiernos aliados; por consiguiente, el Gobierno de los Estados Unidos de América, el Gobierno Provisional de la República Francesa, el Gobierno del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte y el Gobierno de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (de aquí en adelante "los signatarios"), actuando en defensa de los intereses de todas las Naciones Unidas y a través de sus representantes, debidamente autorizados a tal efecto, han concluido el presente acuerdo. Artículo 1 Después de consultar con el Consejo de Control para Alemania se creará un Tribunal Militar Internacional para el enjuiciamiento de criminales de guerra cuyos delitos carezcan de una ubicación geográfica determinada, ya sean acusados individualmente, en su calidad de miembros de grupos u organizaciones o en ambos conceptos. Artículo 2 La composición, competencias y funciones del Tribunal Militar Internacional serán las que consten en la Carta adjunta al presente Acuerdo, Carta que formará parte integral del presente acuerdo. Artículo 3 Todos los signatarios adoptarán las medidas que sean necesarias para hacer que los criminales de guerra detenidos por ellos y que deban ser juzgados por el Tribunal Militar Internacional estén a disposición del Tribunal en la fase de instrucción y para el juicio. Los signatarios harán asimismo todo lo posible por hacer que aquellos criminales de guerra que no se encuentren en territorio de ninguno de los signatarios estén a disposición del Tribunal Militar Internacional para la fase de instrucción y su enjuiciamiento ante el citado Tribunal Militar Internacional. Artículo 4 Las disposiciones del presente acuerdo se aplicarán sin perjuicio de lo dispuesto en la Declaración de Moscú en relación con la entrega de criminales de guerra a los países en los que cometieron los delitos que se les imputen. Artículo 5 Los Gobiernos de las Naciones Unidas podrán adherirse a este acuerdo enviando una notificación por vía diplomática al Gobierno del Reino Unido, quien a su vez informará al respecto a los demás signatarios y a los Gobiernos que se hayan adherido al mismo. Artículo 6 Las disposiciones del presente acuerdo se aplicarán sin perjuicio de la jurisdicción o de las facultades de aquellos tribunales nacionales o de ocupación creados o que vayan a ser creados en territorio aliado o en Alemania para el enjuiciamiento de criminales de guerra. Artículo 7 El presente acuerdo entrará en vigor el día de su firma, tendrá vigencia durante un año y seguirá vigente en lo sucesivo, sin perjuicio del derecho de cualquiera de los signatarios a notificar por vía diplomática su intención de poner término al mismo con un mes de antelación. Dicha terminación no afectará a ningún procedimiento que ya se haya incoado ni a las averiguaciones que se hayan hecho de conformidad con el presente acuerdo. En testimonio de lo cual los infrascritos firman el presente acuerdo. Hecho por cuadruplicado en Londres el día ocho de abril de 1945 en inglés, francés y ruso, siendo todos los textos igualmente auténticos. En representación del Gobierno de los Estados Unidos de América. Juez Robert. H. Jackson En representación del Gobierno Provisional de la República Francesa. Robert Falco En representación del Gobierno del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte. Jowitt C. En representación del Gobierno de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas General de División Iona Nikitchenko A.N.Traini PREGUNTAS… 1. ¿Qué opinas acerca de los juicios de Núremberg? 2. ¿Crees que es justo que los militares de Auschwitz, hayan sido penalizados, teniendo en cuenta de que estos recibían ordenes de sus líderes? 3. ¿Estás de acuerdo, con el cambio del mapa judicial ocasionado por estos juicios?