Ensayo sobre la película Kriptonita La película Kriptonita me habla sobre la necesidad de que las personas sean leales y honestas a principios que perfeccionen su ser y que permitan una convivencia social más armónica. Considero que la historia trata acerca de un grupo de personas, identificadas con el seudónimo Nafta Súper, que se alían por el interés común de hacer actos de justicia al margen de la legalidad en pro de defender a las personas y grupos más vulnerables de la sociedad, quienes sobrellevan las consecuencias de un sistema social excluyente, discriminador, indolente y corrupto; este planteamiento queda ejemplificado en dos casos emblemáticos de la trama, el primero es aquél en el que el grupo Nafta Súper hace una obra de caridad anónimamente a una institución de beneficencia de niños en situación de riesgo social por medio de la donación de dinero habido del hurto a personas pudientes; el segundo caso se da cuando dicho grupo coacciona violentamente a un médico y a una enfermera para que salven la vida de uno de sus integrantes. La historia que se desarrolla en la película pone en evidencia la forma como las sociedades organizadas bajo la lógica del modelo de producción capitalista en los países periféricos, están inmersas en la vorágine de la hegemonía simbólica de uno de los países con mayor tradición imperialista como lo es Estados Unidos, donde los grupos económicos, financieros y políticos que concentran el poder, han ido construyendo a través del discurso audiovisual el arquetipo de una cierta tipología de héroe justiciero para mercantilizarlo globalmente, a la vez que para modelar la personalidad de los seres humanos expuestos al mismo. Es así como en la oscuridad de personajes fantásticos e inmersos en historias emocionantes, se ocultan códigos que justifican, legitiman y reproducen principios, creencias, valores, normas y comportamientos cónsonos con un modelo de civilización que favorece ampliamente a quienes pretenden mantenerse en la hegemonía de dichos ejes de poder. Este tipo de discurso audiovisual va dirigido principalmente a la población infantil y juvenil, la cual al encontrarse en pleno proceso de conformación de las bases de su personalidad, aún no está en capacidad de evaluarlo críticamente, pues no se han madurado las facultades cognitivas ni emocionales que le permitan desarrollar un juicio moral suficientemente consolidado. Hecho este que les convierte en blanco fácil para la internalización acrítica de todo tipo de esquemas conductuales y su posterior reproducción durante el resto de sus vidas. En este orden de ideas, considero que en la película Kriptonita se hace una crítica al modelo de justicia que la cultura estadounidense procura hacer asimilar como ideal, por medio del discurso audiovisual, al resto de los pueblos. Este modelo se evidencia en la serie animada: La Liga de la Justicia, en el cual los personajes que fungen de súper héroes se alían bajo el pretendido interés de defender a las instituciones cardinales de todos los pueblos del mundo ante lo que desde dicha cultura se considera la delincuencia organizada que realiza o pretende realizar actos terroristas. En este sentido, se observa como se le atribuye a los personajes responsables de dichos actos la figura del antihéroe, caracterizándoseles como seres despreciables, desalmados y con trastornos de la personalidad, cuyo objetivo principal siempre es socavar la bases del sistema establecido para obtener el poder y el control absoluto del mismo e implantar uno nuevo. De este modo, no solo se descalifica al actor del cambio del sistema, así como al sistema que éste pretende implantar, sino que la actitud descalificativa se hace extensiva a la pretensión del cambio en sí. A diferencia de lo que sucede con la figura del héroe en la serie animada La Liga de la Justicia; en la película Kriptonita, esta figura sí busca rebelarse y transformar el modelo de sociedad vigente, el cual se muestra corrupto y deshumanizador, mientras que la figura del antihéroe se muestra aliada a las instituciones de ese sistema, el cual aparece representado por el órgano policial, teniendo como objetivos fundamentales la aniquilación no solo de la posibilidad del cambio en sí, sino del héroe y del objetivo que éste persigue que, como ya mencioné, no es otro que el defender, al margen de una presunta legalidad, a los grupos sociales más vulnerables dentro dicho sistema. Comprender el contexto en el que se desarrolla la trama de la película Kriptonita, a saber: una localidad económicamente deprimida de la ciudad de Buenos Aires en la década de los 90, un sistema público de salud deficiente, la emergencia de grupos minoritarios y un sistema judicial corrupto, conlleva a identificar los dramas que viven sus distintos personajes, como los son: el desempeño de las carreras de medicina y enfermería en un sistema público de salud deficitario, los dramas familiares y laborales de un asalariado explotado laboralmente, la dificultad de una Fundación de Beneficencia para conseguir fondos a fin de paliar la pobreza de unos niños, la discriminación del travestismo y de la homosexualidad, la indolencia ante la orfandad, la deslealtad a los principios y valores por los que debe regirse la carrera policial, la desatención a la enajenación mental, la estigmatización de la expresión del afecto y del erotismo en la relación de pareja en la esfera de lo público y, la exclusión por el hecho de pertenecer a grupos minoritarios. Estos dramas se ven ampliados en la vida real, en el hecho de que día a día, infinidad de personas en el mundo que atraviesan por este tipo de situaciones u otras parecidas son víctimas de actos de violencia física y psicológica, precisamente por encontrarse fuera de los parámetros moral y legalmente aceptados por el orden social imperante; un orden que además de corrupto y deshumanizante les mantiene en situación de exclusión económica y les pretende hacer creer que son los únicos responsables de su situación. AL hacer una lectura de dichos dramas desde la vida real y a partir del esquema cultural que detenta mantenerse como hegemónico, bien pudiera llegar a considerarse a los individuos que los viven como antihéroes. Sin embargo, si se le lee estos mismos dramas desde una perspectiva cultural distinta, se llega a comprender que estos individuos son verdaderos héroes. Es así como un doctor y una enfermera dedicados a hacer bien su labor, que tienen familia y se esfuerzan por sacarla adelante, trabajando en condiciones laborales inadecuadas e insuficientes, en un contexto corrupto y violento, deben llegar a ser considerados héroes en nuestro imaginario colectivo; del mismo modo como los integrantes del grupo Nafta Súper alcanzaron dicho estatus al luchar por transformar su entorno y por hacerse visibles y respetables ante un modelo de civilización que les excluye, pero que a veces pretende incluirlos dentro de su lógica simbólica para fines mercantiles. Para concluir, observo que en la película Kriptonita se logra visibilizar desde el género de la ciencia ficción el drama humano que viven los sectores más vulnerables e invisibilidades de la sociedad con un matiz genuino, innovador y creativo al emplearse planos, secuencias, colores, iluminación, sonidos y efectos especiales cónsonos con este tipo de género y con el mensaje que se busca transmitir; el cual para mí es que todos podemos ser héroes en nuestra cotidianidad, si así lo creemos. No hace falta tener súper poderes para defender las causas que consideramos justas; basta solo con ser leales a nuestros principios y honestos en nuestro proceder.